Mitos desacralizados

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Andrés García Ibáñez MITOS DESACRALIZADOS

Sala Zabaleta. Universidad de Jaén Del 15 de septiembre al 25 de octubre de 2014

Universidad de Jaén



Andrés García Ibáñez MITOS DESACRALIZADOS


EXPOSICIÓN

CATÁLOGO

Producción: Fundación Museo Casa Ibáñez

Textos: Manuel Parras Rosa Juan Manuel Martín Robles

Comisario: Juan Manuel Martín Robles Coordinación: Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Deportes y Proyección Institucional de la Universidad de Jaén. Secretariado de Actividades Culturales Coordinación técnica: Unidad de Actividades Culturales de la Universidad de Jaén Transporte y montaje: Equipo de Mantenimiento de la Universidad de Jaén

Fotografías: Carlos de Paz Pablo García Ibáñez Diseño: Andrés García Ibáñez Maquetación: Cartel, C. B. Impresión: Gráficas La Paz de Torredonjimeno, S.L. I.S.B.N.: 978-84-8439-859-2 Depósito Legal: J-359-2014

Seguros: MAPFRE

Universidad de Jaén


AVANZANDO CON LA VISTA ATRÁS: LA NUEVA MITOLOGÍA DE GARCÍA IBÁÑEZ

El mito remoto y el contemporáneo no difieren, sino permanecen como constantes de nuestra especie a través de la civilización y pese a ésta Jorge E. Gallardo (2009)

Los mitos han sido y son un nexo de unión entre culturas a lo largo del tiempo. Si el logos trajo consigo la racionalidad y la necesaria explicación científica de los acontecimientos propia del homo sapiens –que hoy tendría en la Universidad uno de sus principales centros–, debería reivindicarse también la necesidad de la mitología, no sólo como humanizadora –homo mythicus– sino también como esclarecedora de una realidad cada vez más azarosa y caótica mediante la reflexión de lo que va más allá de lo empíricamente probado, lo que entra en el terreno de lo sagrado, moral y de lo ético. Y esa es, a nuestro juicio, la principal virtud de la pintura de Andrés García Ibáñez, uno de los artistas españoles mejor valorados en el panorama nacional e internacional, quien nos visita en esta ocasión con una propuesta comprometida y crítica, a veces arriesgada, llena de sensualidad, referencias literarias y pictóricas, buena factura y, sobre todo, inteligencia. García Ibáñez nos presenta lo sagrado (y también lo profano), como definiera Mircea Eliade, a través del mito y de sus símbolos, revisitando los temas clásicos a la luz de la contemporaneidad, sin perder de vista los referentes iconográficos y estilísticos que configuran una pintura llena de espectacularidad y contenido, desde Ucello hasta Zuloaga, pasando por los maestros de la pintura veneciana como Tiziano o el Veronés, y de la española como Velázquez, Goya o Romero de Torres. Todo ello con un lenguaje mayoritariamente hiperrealista –que se deforma por instantes– heredado de su maestro Antonio López, en el que el disfrute estético no va reñido con el pensamiento, sino que van de la mano, creando un nuevo texto o “metapintura” como escribe su estudioso Martín Robles. Para la exposición que se presenta han sido seleccionadas 19 obras pertenecientes a distintas series –Mujeres. Mitos femeninos, La falacia del signo, Venecia, Retratos reales, Alegorías venecianas, Minotauromaquia– que resumen la trayectoria pictórica


del almeriense dentro del discurso mitológico y alegórico, con el símbolo como base, pero desde una óptica posmoderna, como si de una parábola contemporánea se tratara. Tanto la temática como la técnica pasando por el formato impactarán a buen seguro al espectador. Algunas de las ideas abordadas gozan de rabiosa actualidad (la monarquía, lo español) participando de los debates del momento, convirtiéndose per se en nuevos mitos “desacralizados”; otras iconografías, impertérritas (los mitos clásicos como Dánae o la Tauromaquia, la manzana como símbolo del pecado, la máscara como confusión entre la verdad y la ficción, o los atributos clásicos de las virtudes –justicia, fortaleza, prudencia, fidelidad, castidad–), si bien con un moderno barniz de connotaciones en boga como, por ejemplo, el mundo de la moda femenina –indumentaria, tacones o gafas de sol–, el dinero como nuevo dios, los límites de la sexualidad, etc.; tanto es así, que en este proceso de desacralización, cualquier persona puede sentirse identificada con alguno de los mitos expuestos. La retórica es tan sumamente sugerente y rica que una misma obra puede ser descifrada en infinitas claves, no cerrando la interpretación del público, pese a lo explícito de algunos títulos e iconografías. En definitiva, en medio de la vanitas de la sociedad actual y desde la hiperrealidad –que a veces raya la crudeza- de algunos cuadros, el autor lanza un mensaje esperanzador en el sentido de que no debemos caer en errores del pasado pero sí servirnos de ellos para construir un futuro mejor. Deseamos, desde la institución universitaria, que esta muestra sirva para conseguirlo. Manuel Parras Rosa Rector de la Universidad de Jaén Septiembre de 2014


ÍNDICE

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POSMODERNIDAD, PERSUASIÓN Y METAPINTURA. MITO Y ALEGORÍA EN LA OBRA DE ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ Juan Manuel Martín Robles Director del Museo Casa Ibáñez

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OBRAS (1994-2012)

ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ. CRONOBIOGRAFÍA ESENCIAL (1971-2014) Juan Manuel Martín Robles Director del Museo Casa Ibáñez



POSMODERNIDAD, PERSUASIÓN Y METAPINTURA. MITO Y ALEGORÍA EN LA OBRA DE ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ Juan Manuel Martín Robles Todos somos descifradores, creadores y consumidores de mitos Roland Barthes

Artista formado en la observación de los grandes maestros clásicos de la tradición pictórica europea y siempre vigilante de los debates estéticos derivados de las teorías posmodernas y la influencia que aquéllos han tenido en las artes plásticas, desde sus inicios en la pintura Andrés García Ibáñez ha sentido una profunda atracción por la representación visual de los principales relatos clásicos, míticos y bíblicos, y el poder de persuasión que en éstos tendrá el símbolo. Una fascinación por las escenas protagonizadas por dioses, héroes y personajes de la tradición grecorromana, judeocristiana u occidental que propiciaría que, ya desde sus obras de juventud, la Mitología y la Alegoría –siempre presentidas a través de los pinceles de artistas como Goya, Velázquez, Tiziano o Veronés, entre otros– se convirtiesen en temáticas recurrentes de su plástica. Una extensa producción, caracterizada por su apuesta decidida por el Realismo y el dominio técnico alcanzado a lo largo de los años, en la que también tendrán cabida, entre otros contenidos, la crítica a nuestro tiempo –propuesta en la que destacará la amplia serie dedicada a ‘Los putrefactos’, irónica relectura de las tradiciones patrias y profunda reflexión sobre la sociedad actual espiritualmente conectada con el proyecto homónimo inconcluso que Salvador Dalí y Federico García Lorca esbozasen tras conocerse en la Residencia de Estudiantes– o sus acercamientos a los principales géneros pictóricos tradicionales, como el retrato, el paisaje o la naturaleza muerta. Propuestas a las que se aproximará siempre, al igual que al mito, desde la revisión actualizada, tamizada por el eclecticismo y la hibridación que caracteriza al Arte actual, del tema. Ahora bien, ¿cuál será la postura adoptada por García Ibáñez a la hora de afrontar la temática que ahora nos ocupa? ¿Cuáles las bases sobre las que se asentará su particular interpretación de aquellas fuentes visuales/literarias sobre las que realizará una lectura reflexiva con el objeto de reinterpretar, a la luz de las problemáticas –éticas y estéticas– propias de nuestra contemporaneidad, las propuestas clásicas y 9


las explicaciones que éstas ofrecen, desde su condición de narración atemporal, de la experiencia, la condición y los valores e ideales humanos? Ya en el inicio del párrafo precedente esbozábamos, al apuntar los orígenes de su formación, una de las primeras pautas que caracterizarán su pintura mitológica: la búsqueda de fuentes de inspiración en la propia Historia del Arte –con especial atención al color, la atmósfera, el espíritu y la sensualidad que anima los cuadros del clasicismo veneciano–, alejándose de la recuperación arqueológico-historicista y rigurosa del relato literario, y presentándose ante el espectador como moderno intérprete de las obras de los maestros clásicos. Unas escenas precedentes a las que se acercará siempre desde el respeto, a aquéllas y al contexto en el que fueron concebidas, y que le servirán como punto de partida para unos ejercicios metapictóricos en los que, al margen de las calidades técnicas y formales de los mismos, siempre se observará, junto a una honda reflexión sobre la actualidad del mito representado y un cierto erotismo latente, una actitud casi reverencial –sin que esto suponga la relajación creativa del artista o la pérdida de originalidad de la obra resultante– hacia las fuentes plásticas que le servirán como inspiración. Una actitud por otro lado connatural al Arte de nuestro tiempo, ya que, como señalase Bozal, «el interés por la cita, la reflexión plástica sobre imágenes ya existentes, ha sido una constante del arte contemporáneo, no ya como réplicas o repeticiones, a la manera de lo que había sucedido en épocas anteriores, sino como verdaderos comentarios pictóricos»1. Segunda nota representativa de la pintura de García Ibáñez será la relectura de aquellas fuentes plásticas –y en menor medida sus orígenes literarios– desde postulados posmodernos que derivarán tanto en la armónica unión de tradición y modernidad –especialmente notoria en la libertad con la que el artista afronta las composiciones–, como en la desacralización del relato clásico y sus protagonistas. Unas escenas protagonizadas por modernos modelos –cuyo apego a la contemporaneidad quedará manifiesto en sus vestimentas y complementos– transfigurados en héroes, dioses y santas por obra y gracia del símbolo –elemento identificador nunca destinado a permanecer indescifrable en la pintura del almeriense, sino más bien oculto a simple vista con el objeto de mantener intacto el interés del espectador ante la obra– y su poder persuasivo y transformador. Unas particulares pautas inspiradoras para su pintura mitológica –recuperación de modelos plásticos del pasado y revisión actualizada y desacralizada de éstos y las fuentes primigenias que los inspiraron– que el propio artista refrendaba en 2010 al confesarnos que, «he estudiado y mirado tanto el arte del pasado que al final, aunque no lo pretendiera, he acabado haciendo metapintura, pintura sobre la pintura. Por eso he trabajado sobre temas clásicos, actualizándolos. Es un tema tan grato para mí que llegó el momento en el que me planteé la opción del mito como una apuesta de trabajo»2, y a las que habríamos de sumar otras dos que, aunque comunes a buena parte de su apuesta artística, se evidenciarán sobremanera en el tratamiento concedido a su pintura mitológica: su atención al mundo de la moda y la pasarela, un particular universo en el que, para el pintor, frivolidad y sensualidad se aúnan creando un potente foco de atención, que incluso puede derivarse al mundo del mito o tener un papel fundamental, por los vínculos establecidos entre moda y consumismo, en las más profundas reflexiones trasladadas al lienzo, como quedase patente en Las Tres Gracias (2001), perteneciente a la serie ‘Prêt-à-porter’, o en La muerte de Dios (2000); y la especial atención prestada a aquellas escenas/relatos en los que la mujer y su feminidad/sensualidad serán elementos desencadenantes del drama. Características presentes en las obras seleccionadas de los fondos del Museo Casa Ibáñez de Olula del Río para esta exposición, así como en la mayoría de las imágenes recopiladas en este libro, éstas identifican plenamente las escenas de un 10

1 BOZAL, Valeriano. Arte del siglo XX en España II. Pintura y escultura 1939-1990 (col. Summa Artis). Madrid: Espasa Calpe, 1995, p. 430. 2 MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez. Minotauromaquia. Almería: Ayuntamiento de Huércal-Overa, 2013, p. 9, pie 2.


artista cuya producción mitológica/simbólica, además de mostrarse íntimamente ligada a las propuestas realizadas siglos atrás por algunos de los grandes maestros de la pintura europea, se singularizará por la importancia concedida por García Ibáñez al discurso pictórico presentado –como personal propuesta literaria/filosófica– y la reflexión que sobre el mito reinterpretado, y su conveniencia/permanencia en nuestro presente, puede hacer el espectador, estableciéndose así un diálogo directo, no impuesto al quedar la obra abierta a la interpretación subjetiva de cada uno de nosotros, entre el emisor-artista y el receptor-espectador a través del medio elegido para transmitir el mensaje: la pintura.

Mito y Alegoría en la obra de Andrés García Ibáñez (apuntes para un ensayo) Antes de que en 1998 iniciase su primera serie dedicada íntegramente a la reinterpretación contemporánea del relato ancestral y sus protagonistas, Andrés García Ibáñez se adentraría en la temática mitológica en varias ocasiones, apuntando ya en aquellas obras de juventud cuáles serían las características fundamentales de su aportación, desde la contemporaneidad del propio hecho pictórico, al tema. Una propuesta que iniciaba con la Dánae (1989) que, inspirada en la interpretación escultórica que Auguste Rodin realizase de la mítica hija del rey Acrisio y alejada del archiconocido episodio de la ‘lluvia dorada’, le valiese el primer premio en el XIII Concurso Pintores Jóvenes Andaluces, y continuaba, junto a composiciones de cuidada factura y contenida sensualidad como las presentadas en 1993 en la Galería Benedito de Málaga –Faunos (1992), Venus y Cupido (1992) y Ninfa (1992)–, en Flora (1993). Una atrevida y moderna representación en la que el artista se acercaría por vez primera al mito clásico recurriendo a la fuerza persuasiva del símbolo, como elemento favorecedor del proceso metamórfico que convertiría a una joven de ensimismada mirada en diosa romana de las flores y la vegetación a través del icono identificador: un ramillete de flores sutilmente dispuesto en su regazo. Una referencia floral que, como señalase Teresa Sauret, sería más «pura insinuación»3 que hecho explícito, algo que caracterizará, como ya señalábamos con anterioridad, la obra de García Ibáñez. Tan sólo un año después de presentar en la Galería Benedito de Málaga, dentro de la colectiva ‘La Mitología’, su personal interpretación de la diosa Flora, García Ibáñez realizaba una de las primeras escenas que marcarán un punto de inflexión en su apuesta por el mito como opción de futuro: La infancia de Baco (1994), una de sus principales obras de juventud.

3 SAURET GUERERO, Teresa. La mitología (catálogo de exposición). Málaga: Galería Benedito, 1994, s/p.

Relectura contemporánea de El triunfo de Baco (1628-1629) de Velázquez, revisión desacralizada del relato mítico representado y “apropiación” contemporánea de la obra del maestro sevillano, transformada aquí en ejercicio metapictórico a través del cual mostrar al espectador la transcendencia y oportunidad de la transmisión del mito en nuestra actualidad a través del Arte, Los Baquillos, como popularmente se conoce el cuadro, una escena protagonizada por el joven dios del vino, el arrebato, el frenesí y el entusiasmo –identificado, nuevamente el poder persuasivo del icono, por una corona de verdes hojas de vid y la copa de vino que alza en su mano– y un grupo de modernos sátiros que cubren su desnudez con un paño blanco, más que una escena mitológica se nos antoja, por el tratamiento concedido a la misma, un 11


canto a la juventud y a la luz, al espíritu mediterráneo y la belleza clásica. Conceptos por otro lado comunes a la propia esencia definidora de Baco y las escenas en las que hace acto de presencia el joven dios. Similar aliento que el que animase su Flora (1993) y La infancia de Baco (1994) inspiraría al artista almeriense la realización, entre 1998 y 1999, de la serie ‘Mujeres. Mitos femeninos’. Un conjunto de veinticinco mitos, reinterpretados con un espíritu actual en el que tendrá una especial importancia el símbolo como elemento configurador/transfigurador de la escena/personaje, que, como señalase Domingo Nicolás, «se instauran en una equilibrada observación de la mujer, desde las diferentes perspectivas de moral a que el ser –no la mujer en sí– da acceso, a partir de una indudable admiración de la belleza física, que obviamente también aquí corresponde a la mujer»4. Serie en la que junto a algunos mitos clásicos –Dánae, Venus, Dafne, Flora– tendrán cabida otros iconos femeninos del cristianismo y la sociedad occidental, como Betsabé, Salomé, María Magdalena, Judit, Carmen o Cenicienta, en ésta el símbolo –en ocasiones disimulado o encubierto– será pieza fundamental en la transformación de las modelos elegidas –jóvenes que hacen gala de un atuendo y una actitud radicalmente modernas– en protagonistas de relatos ancestrales que aún tienen vigencia, por la permanencia en el tiempo de las enseñanzas derivadas de los mismos y por el carácter atemporal de los ideales representados, en nuestra actualidad. Un espíritu de contemporaneidad, de convertir las protagonistas de los relatos míticos en personajes de nuestro hoy, que permanecerá en Las tres Gracias (2001). Pieza central de la serie ‘Prêt-à-porter’ –conjunto de obras donde el pintor, desde la ironía, reflexiona sobre el universo frívolo de la moda y el erotismo femenino, en ocasiones transfigurado en vanidad personal– en la que Aglae, Eufrosine y Talia, personificaciones griegas de la belleza seductora y la plenitud de la juventud, se han transformado en tres fashion victims encadenadas a la tecnología; tres ejemplos de la vanidad contemporánea y las necesidades creadas por una sociedad que nos aboca, por lo general, al disfrute consumista y el goce dionisiaco del instante.

También el símbolo tendrá especial protagonismo en algunas de las series de García Ibáñez en las que, alejado del relato mítico/ancestral, el artista trasladará al lienzo sus personales reflexiones, filosóficas y vitales, en torno a la sociedad contemporánea, sus creencias y actitudes ante conceptos como el pecado o la mentira. Así será en ‘La falacia del signo’ y ‘Venecia 2002-2003’; dos series en las que la manzana y la máscara, respectivamente, tendrán una especial relevancia como elementos portadores de significados morales. Bajo la influencia del espíritu filosófico de Nietzsche, el pintor aborda una crítica a los valores teocéntricos de Occidente y al concepto del pecado identificado por la manzana del Antiguo Testamento, en ‘La falacia del signo’ ofrecería García Ibáñez al espectador una declaración de principios personales respecto a la tradición judeocristiana y una ácida crítica dirigida «a las posturas caducas propiciadas por los poderes eclesiásticos»5. Apuestas manifiestas en obras como el tríptico El pecado (2000), sugerente invitación a los placeres prohibidos –identificados por la mujer y la manzana como causa y origen del pecado– de los que, desde la perspicaz visión puesta en valor por el artista, nadie escaparía; Ebha (2000), actualización de la Eva bíblica, interpretación de una nueva mujer, que ya no es origen de la caída del hombre, sino imagen de la contemporaneidad; o, especialmente, La muerte de Dios (2000), intensa y dura crítica a los valores occidentales en la que el simbolismo de los objetos/personajes tendrá especial relevancia. 12

4 NICOLÁS, Domingo. «Los mitos femeninos». En Ibáñez. Mujeres. Los mitos femeninos. Almería: Plataforma de publicidad, 1999, p. 15. 5 CEBA, Juan José. «Friso de putrefactos». En Ibáñez. Los putrefactos. Madrid: Fundación Museo Casa Ibáñez – Halcyon Gallery, 2006, p. 50.


Escena en la que el sempiterno enfrentamiento entre religión y pecado, entre el bien y el mal, quedará representado por dos grupos de figuras convenientemente definidas –pomposas unas, indolentes las otras–, en La muerte de Dios, partiendo del nihilismo nietzscheano y la personal relectura que el artista realiza de la máxima filosófica «Dios ha muerto» –planteándonos esta muerte más como una sustitución por otros dioses cuyas propuestas placenteras estarán más acordes a nuestro tiempo–, llevaría a cabo García Ibáñez una profunda reflexión sobre la impostura de algunas actitudes respecto a la tradición cristiana y la realidad de una sociedad contemporánea inspirada en un sistema de valores efímeros y condescendientes. Así, mientras un grupo de representantes eclesiásticos acompañan con su dolor, en algunos casos exagerado hasta la teatralidad extrema y lo grotesco, a los tres ángeles que portan el famélico cuerpo inerte del viejo Dios, el pecado, simbolizado por una moderna ángela que, enfundada en un ceñido vestido negro, esparce manzanas verdes –eterno símbolo de la caída– y un nuevo dios, Baco, quien ofrece a los viandantes los jugos del placer y la carne –dos referentes inequívocos de la transgresión en la sociedad occidental–, se adueñan de la contemporaneidad y escenifican, ante un escaparate comercial, el relevo de dioses y principios. Si en ‘La falacia del signo’ el elemento unificador de la serie será la manzana –y su tradicional significación religiosa–, en ‘Venecia 2002-2003’ será el disfraz y la máscara, como símbolo de la mentira y la transgresión de valores, el leit motiv que animará una serie en la que «se perciben diversas antítesis: lo sagrado/lo profano, la tradición/la modernidad, la muerte del arte clásico/las modernidades no beneficiosas»6. Un conjunto de cuadros a través de los cuales el artista, en un decidido homenaje a la pintura veneciana, actualizará modelos compositivos manieristas, de los que eliminará todo lo accesorio –esencializando las escenas–, y desplegará una técnica colorista que lo acercará a Tiziano y Veronés. Convertida la máscara, como ya hiciese Goya en sus Caprichos, en representación simbólica de la transgresión, la mentira y el engaño –al mismo tiempo que icono inequívoco de la ciudad de los canales–, a través de ésta representaría García Ibáñez la doble moral e hipocresía no sólo de la sociedad y los poderes venecianos del XVII, sino también la de nuestro tiempo. Todo está dispuesto para ofrecer una visión crítica, enmascarada por la sensualidad que destilan sus lienzos y las referencias al mundo veneciano, de la sociedad actual y de la pervivencia, en ésta, de ancestrales vicios y actitudes perniciosas, como la pleitesía, la falsedad o la genuflexión; una sociedad en la que, como en la Venecia recreada por el artista, «la fusión y confusión entre lo sacro y lo profano»7, es, y era, hecho cotidiano, como queda prefigurado en obras como Sacro y profano (2002), Desnudo veneciano I (2002) o Pala de Venecia (2003).

6 Palabras del artista recogidas en MORÁN, Enrique. «García Ibáñez presenta unos cuadros dominados por los dualismos». Huelva Información, 23/06/2003. 7 CEBA, Juan José. «El color en la libre república de Venecia». En Andrés García Ibáñez. Venecia 2002-2003. Granada: Caja General de Ahorros de Granada – Halcyon Gallery, 2003, p. 11. 8 «The vision of Eros». En Ibañez. The Maried collection. Londres: Halcyon Gallery, 2005, s/p [traducción del autor].

En 2004 García Ibáñez retomaba, a través de dos series exclusivas para el mercado inglés, ‘The Maried Collection’ y ‘Armengola’, su apuesta por la transformación, a partir del atributo y la pose teatral, de una moderna fémina en protagonista de los relatos míticos/alegóricos elegidos por el artista. Unos ejemplos, escogidos por la importancia que en ellos tendrá la feminidad como razón última del mito y su transferencia al mundo actual, que permitirán al pintor representar a una mujer que, liberada de toda atadura moral, se torna en protagonista de su propio destino a través de su sensualidad; de una mujer que, «toma el control de su propia sexualidad y pone las reglas de una nueva cultura erótica manifiesta en la moda, el diseño, la publicidad y la imagen»8. Armengola, mítica mujer cristiana que decapitó al alcaide musulmán de Orihuela, Benzaddon, propiciando la toma cristiana de la ciudad; Eva, siempre disimulando 13


tras anchas y modernas gafas de sol, ocultando la verdad, y acompañada de manzanas y hojas de parra; Leda; Ío; Venus; o Dánae, fémina, ambiciosa y poseedora de gran belleza, tomada por Zeus en forma de lluvia dorada, mítico fenómeno simbolizado aquí por las monedas de oro esparcidas en el sofá rojo en el que se recuesta la joven, serán algunos de los mitos femeninos en esta serie representados. Serie perteneciente al proyecto crítico de ‘Los Putrefactos’ que iniciase en el año 2000, en los ‘Retratos Reales’ de García Ibáñez, «profunda introversión plástica, inspirada en el descontento del individuo y su tiempo, sobre los poderes terrenales y el concepto tradicional de la providencia divina o la herencia familiar como sostén y justificación de la monarquía y las clases sociales»9, también habría espacio para la reflexión simbólica, el ejercicio metapictórico y la práctica de la pintura alegórica en torno a la reflexión que el artista llevase a cabo sobre el retrato real o de Estado, y la pervivencia actual de la Monarquía como institución. Unas ideas que quedarían manifiestas en El orante (2007), escena, inspirada en el Felipe IV orante (h. 1655) de Velázquez, en la que el artista almeriense desmitifica la imagen glorificadora del personaje real y su condición religiosa para ofrecernos una lectura mordaz sobre la caducidad de las glorias pasadas y los afectos interesados; El ecuestre (2007), irónica reflexión sobre el retrato ecuestre, las ostentaciones afines a la institución real y el paso incólume, devastador e igual para todos –como si de una moderna vánitas se tratase–, del tiempo basada en el Monumento funerario a Sir John Hawkwood (1436) de Paolo Ucello; y el díptico Premonición de la República (2007), unas jubilosas alegorías, en las que el símbolo, el poder icónico del color y los tipos adquieren una importancia significativa, que sirven al artista almeriense para presentarnos el sempiterno debate entre posturas ideológicas y políticas contrapuestas. Dos escenas las de la Premonición de la República, capítulos consecutivos de un mismo relato que, aunque ficticio e imaginario, bien parece inspirado en debates actuales, protagonizadas por cuatro figuras transformadas en alegorías de ideas concretas: la Monarquía, representada por una pareja de avanzada edad –símbolo del pasado–, pose envarada, gesto adusto e inexpresivo, actitud circunspecta y mirada vacua; la República, identificada, atendiendo el artista a la tradicional iconografía de dicha alegoría, con una moderna, altiva y dinámica joven vestida de blanco radiante y riguroso; y el Pueblo, prefigurado por un enano de negras vestiduras con pliegues morados y blanca gorguera, de pícara mirada y taimada sonrisa delatadora –de los afectos del propio artista–. En 2008, tras un tiempo ocupado en otras temáticas y apuestas intelectuales, volvía García Ibáñez a bucear en la tradición pictórica hispana para, partiendo de la sugestión del símbolo y la transformación de modelos femeninos contemporáneos en figuras, en este caso concreto, del santoral cristiano mediante la identificación de éstas a través del icono, crear veinticuatro modernos ‘Retablos’ en los que, Tomando como punto de partida la lección barroca de Zurbarán y las santas que pintase entre 1630 y 1650, otras tantas mujeres, modernas féminas cuyo referente inmediato será, por su apostura, el mundo de la moda y la pasarela, serán elevadas, siempre sin el “san” que las transformaría en trasnochadas representaciones religiosas, a ficticios altares desde los que nos observan, conocedoras del poder persuasivo que tienen sobre nosotros. Relectura descreída, en la que no caerá el pintor en la pleitesía al referente barroco ni la transformación de las obras en escenas huecas de sensibilidad y repletas de referencias iconográficas, García Ibáñez nos presenta en esta serie un auténtico 14

9 MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez. Retratos Reales. Almería: Galería KartON, 2011, p. 10.


desfile de gráciles modelos que solicitan toda nuestra atención hasta descubrir, en un detalle inesperado, el sutil juego iconográfico en el que el artista, en un gesto de modernidad absoluta, actualiza los iconos o los enmascara, transformándolos a voluntad. Una manzana; unas tenazas; un clavo, dispuesto ahora a modo de moderno colgante; unas voluminosas gafas de sol, que ocultan los ojos de la modelo; unos objetos de porcelana blanca; o un dragón tatuado en el brazo, se transforman aquí en iconos identificativos que permiten reconocer, entre otras, a Dorotea (2008); Apolonia (2008); Engracia (2008); Lucía (2008); Justa (2008) y Rufina (2008); o Margarita (2008), respectivamente. En definitiva, y como destacase Juan Antonio Sánchez, en estos desacralizados ‘Retablos’ el artista «imbuido del discurso de la modernidad y comprometido con los retos artísticos de la sociedad actual […] verifica una nueva mirada sobre las inquietantes y sugerentes santas zurbaranescas. Sobre la base de inspiración que éstas le proporcionan, operan distintos procesos personales de creación/reflexión/ especulación/reconversión, en virtud de los cuales el afecto posmoderno a la cita del pasado convive, sin solución de continuidad, con una inteligente reivindicación del oficio pictórico y el magisterio de los grandes maestros, la crítica irónica e irreverente a los tabúes y grupos de presión establecidos, la remodelación ingeniosa de los mitos y ritos de siempre, la validez de una actitud de vanguardia permanente que presta impulso a las investigaciones e inquietudes del artista y, finalmente, el abordaje de la pintura de mujeres; tema tan grato y gratificante a Andrés García Ibáñez» 10. Como si de un paso más en la reinterpretación contemporánea de los relatos míticos clásicos y sus protagonistas se tratase, evolución congénita al propio artista y su continua atención a estos temas, en la serie ‘Alegorías Venecianas’ García Ibáñez comenzaría, partiendo de la relectura de algunas de las escenas pintadas por los maestros venecianos –con especial atención a Tiziano y Veronés– y algunos de los iconos de la tradición clásica –mítica, histórica y bíblica–, un proceso creativo que conllevaría la configuración de una mitología rabiosamente actual. Un conjunto de obras en las que, si bien siempre quedará algo del antiguo sustrato del mito y la representación que de éstos realizasen los artistas reverenciados, los personajes que lo interpretan no pertenecen al pasado, sino a nuestro presente; nos relatan la fábula con el lenguaje de hoy, adaptando el discurso –y la enseñanza que podemos extraer de cada uno de ellos– al tiempo actual.

10 SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio. «Santas, vírgenes y mártires. Retablos de lo políticamente incorrecto». En Retablos. Andrés García Ibáñez. Granada: CajaGranada – Ayto. de Roquetas de Mar, 2008, pp. 38-39.

Esta modernidad quedará manifiesta tanto en las obras en las que, partiendo de la tradición pictórica veneciana, recreará escenas como las de Baco y Ariadna (2009), Dánae (2010) –sensual escena, representación del episodio de la ‘lluvia dorada’, inspirada en el cuadro homónimo que Tiziano pintase en 1553 y se conserva en el Museo del Prado–, Marte desnuda a Venus (2010) –desacralizada reinterpretación de la escena pintada por Veronés conservada en la Galería Nacional de Escocia, en la que una joven Venus se deja desnudar por el dios de la Guerra, aquí transformado en un joven militar–, Venus y Adonis (2009) –adaptación moderna de la escena mitológica pintada por Tiziano en 1554, y conservada en el Museo del Prado, que más nos parece la despedida de dos amantes actuales que la de dos dioses– o La infidelidad (2010) –relectura del cuadro homónimo de Veronés conservado en la National Gallery de Londres–; como en aquellas en las que creará el artista almeriense nuevas iconografías surgidas de la contraposición/unión de conceptos aparentemente dispares, contradictorios o complementarios que conllevarán la aparición de un tercero que nos acercará a la enseñanza moral afín a las representaciones mitológicas, o en sus modernas alegorías, sacras y profanas. 15


Centrando nuestro interés en el grupo de las nuevas iconografías surgidas del encuentro de conceptos dispares, contradictorios o complementarios –siempre representados mediante modernas alegorías– observaremos como se destacará aquí especialmente aquéllas que tendrán como coprotagonistas a la Castidad, representada según la tradición romana como una matrona velada –velo en este caso transformado en unas amplias y oscuras gafas de sol–, quien será reclamada por el Amor –un joven amorcillo desnudo y alado que divertido toca una larga trompeta de dulces y engañosos sonidos– y descubierta por el Pudor –una inquietante figura de negros atuendos cuya cara y manos aparecen cubiertos por una máscara y unos guantes blancos–; y a la Mentira, reinterpretación femenina de un concepto tradicionalmente representado como «un hombre desagradable, desaseado y roto, pero en cuyo atuendo se pueden distinguir bordadas lenguas y máscaras»11, cuyo símbolo en la pintura de García Ibáñez será una máscara veneciana y que alimentará a la Ignorancia –joven indolente que desprecia el saber, representado en forma de libros, posando sobre éstos sus altas y lustrosas botas rojas– o se dejará acompañar por el Engaño –figura cuyo símbolo será la manzana–. Más apegado a la tradición iconográfica, aunque sin olvidar las representaciones que otros hicieron antes que él de cada uno de los temas, se presentará el artista a la hora de actualizar las Alegorías y Virtudes que completan esta amplia serie de aires venecianos. Así, La Victoria (2010) aparecerá representada como una joven de atrevida vestimenta que sujeta, en su mano derecha, una rama de laurel; las cuatro virtudes cardinales aparecerán identificadas cada una con uno de sus iconos tradicionales: un pequeño y moderno espejo de mano La Prudencia (2010), dos modernas jarras de cristal, cuyo contenido vierte una en otra, La Templanza (2010), un rifle de caza y un gorro militar La Fortaleza (2010) y la balanza –tal vez desequilibrada en este caso por el artista como aviso para navegantes– de La Justicia (2010); y las tres virtudes teologales, representadas juntas en una única escena posmoderna de barroca animación, Fe, Esperanza y Caridad (2009), cada una prefigurada como una moderna mujer todas con sus ojos cubiertos por anchas y oscuras gafas de sol o por una máscara de veneciano recuerdo e identificada por su símbolo tradicional correspondiente: una copa de vino –remedo del cáliz habitual–, el ancla y un niño.

Ya para su última serie mitológica, ‘Minotauromaquia’, García Ibáñez recurriría a la reflexión contemporánea sobre un único mito: el de Teseo y el Minotauro. Un relato del que realizará una personal interpretación a través de la cual, reuniendo armónicamente el relato grecorromano con la tradición hispana de la tauromaquia, el mito romántico del torero –prefigurado en el enfrentamiento ancestral entre hombre y toro– y el drama de amor y muerte presente en la música de Bizet y las más famosas partituras nacionalista españolas de comienzos del siglo XX –con Falla a la cabeza–, ha creado una moderna fábula visual sobre el amor, la muerte y las pasiones humanas desbocadas. Un relato de inesperado final moralizante en el que nada ni nadie es lo que parece… como cabría esperar en un artista que cuando se acerca al mito nunca lo hace desde un punto de vista literal, sino extrayendo de aquél propuestas desacralizadas trasladables/aplicables a nuestra contemporaneidad. Relectura en la que la visión del Minotauro de Picasso, las pinturas que sobre el mundo de la tauromaquia y la mujer realizasen Ignacio Zuloaga y Julio Romero de Torres, o las fotografías de Oriol Maspons en las que el torero queda prefigurado como antihéroe le servirán como reflexiones plásticas a las que acudir, en esta serie, suerte de secuencia cinematografía en la que la sensualidad y el erotismo moldearán 16

11 REVILLA, Federico. Diccionario de Iconografía. Madrid: Cátedra, 1990, p. 254.


los caracteres de los personajes y crearán atmósferas sensoriales, el artista escenificará, a lo largo de diferentes cuadros en los será constante la aparición del Laberinto –en ocasiones tan sólo presentido por el color rojo que lo caracteriza– como fondo y trasfondo ideológico –por lo que éste tiene de interrelación con el hombre contemporáneo y los problemas que lo asaltan–, las relaciones existentes entre los protagonistas del mito reinventado y cómo todos sus encuentros y desencuentros siempre estarán presididos por el enfrentamiento entre la parte racional del hombre y la parte más instintiva del ser humano; la pugna entre los sentimientos y las pasiones. Una lucha encarnizada que derivará, por los excesos, en desenlace fatal: la derrota de la parte animal del hombre y la muerte de aquellos protagonistas que se dejaron llevar por las bajas pasiones y los instintos primarios. Una ‘Minotauromaquia’, interesante lectura filosófico-moralista sobre la delgada línea que separa la racionalidad de la irracionalidad y cómo en todo ser humano siempre podremos hallar, cual dios Jano, dos caras contrapuestas, en ésta los personajes clásicos se reinventan para, adaptados a nuestra contemporaneidad, recrear el guión urdido por el artista almeriense. Un relato en el que, a pesar de la victoria final de la mujer –representación aquí de la justa medida, del control de las pulsiones y la apuesta por el sentido común frente a la fuerza bruta–, todos los personajes tienen su cuota de protagonismo, desde Teseo, aquí transformado en torero vanidoso y héroe venido a menos, símbolo de pecados capitales de la sociedad actual como el engreimiento y la soberbia; hasta el Minotauro, aquí, como el Asterión de Borges, más humano que bestia, un monstruo –mitad hombre, mitad toro– que, a pesar del peso de los instintos animales y la fuerza incontrolable de las pasiones, pugnará por la prevalencia de su parte racional y sensible; pasando por Ariadna, verdadera protagonista de un peligroso triángulo amoroso, aquí transmutada en una bella doncella que sabedora de su atractivo se ha convertido en una femme fatale por cuyo amor/posesión, como sucediese en la Carmen de Bizet o en el Amor brujo de Falla, dos hombres lucharán hasta la muerte.

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Bibliografía Andrés García Ibáñez. Venecia 2002-2003. Granada: Caja General de Ahorros de Granada – Halcyon Gallery, 2003. BLANCO, Mercedes. «El mecanismo de la ocultación. Análisis de un ejemplo de agudeza». Criticón, 43 (1988), pp. 13-36. BLAS ORTEGA, Mariano de. «El Signo en la pintura, cuando ya no necesita ser una obra de arte». Arte, Individuo y Sociedad, 16 (2004), pp. 95-115. BLÁZQUEZ, José María. Cristianismo y mitos clásicos en el arte moderno. Madrid: Cátedra, 2009. BOZAL, Valeriano. Arte del siglo XX en España II. Pintura y escultura 1939-1990 (col. Summa Artis). Madrid: Espasa Calpe, 1995. COCIMANI, Gabriel. «Mitos de la posmodernidad». Comunicación, 2 (2004), pp. 35-46. GALLARDO LÓPEZ, M. Dolores. «La mitología clásica en la pintura y escultura a finales del siglo XX». Conferencia pronunciada en el IX Seminario de Iconografía Clásica (Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid) el 6 de marzo de 2002. HERNÁNEZ, Biviana. «Posmodernidad y obra de arte: de Heidegger a Vattimo». Revista de Filosofía, 65 (2009), 189-205. Ibáñez. Los putrefactos. Madrid: Fundación Museo Casa Ibáñez – Halcyon Gallery, 2006. Ibáñez. Mujeres. Los mitos femeninos. Almería: Plataforma de publicidad, 1999. Ibañez. The Maried Collection. Londres: Halcyon Gallery, 2005. KANELLIADOU, Vasilikí. Temas y motivos de la mitología clásica en la pintura española del siglo XX (tesis doctoral). Granada: Universidad, 2004 (recurso electrónico disponible en http://0-hera.ugr.es.adrastea.ugr.es/tesisugr/15915943.pdf). MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez y el arte contemporáneo almeriense (19712010). Biografía inacabada. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 2011. MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez. Minotauromaquía. Almería: Ayuntamiento de Huércal-Overa, 2013. MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez. Retratos Reales. Almería: Galería KartON, 2011. MORÁN, Enrique. «García Ibáñez presenta unos cuadros dominados por los dualismos». Huelva Información, 23/06/2003. Retablos. Andrés García Ibáñez. Granada: CajaGranada – Ayto. de Roquetas de Mar, 2008. SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio. «Visitaciones de Eugenio Chicano. La tradición pictórica del bodegón frente a Picasso y el cibersigno». En Eugenio Chicano. Visitación al bodegón clásico (catálogo de exposición). Málaga: Ayuntamiento, 2006. SOSA SÁNCHEZ, Roxana Popelka. «La posmodernidad y su reflejo en las artes plásticas». Arte, Individuo y Sociedad, 21 (2009), pp. 89-98. REVILLA, Federico. Diccionario de Iconografía. Madrid: Cátedra, 1990. VATTIMO, Gianni. La sociedad transparente. Barcelona: Paidós, 1990.

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Obras

(1994-2012)



Doble página siguiente: 1

La infancia de Baco (Los baquillos) 1994 Óleo sobre lienzo. 260 x 380 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

2

El jardín de las Bacantes 1995 Óleo sobre lienzo. 280 x 500 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

23


24


25


3

Baco y Sileno 1999 Óleo sobre lienzo. 81 x 130 cms. Colección particular, Almería

26


4

Sileno 1999 Óleo sobre lienzo. 46 x 61 cms. Colección particular, Alicante 27


5

Betsabé [de la serie “Mujeres, los mitos femeninos”] 1998 Óleo sobre lienzo. 81 x 130 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

28


6

Cenicienta [de la serie “Mujeres, los mitos femeninos”] 1998 Óleo sobre lienzo. 65 x 92 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

29


7

Dánae [de la serie “Mujeres, los mitos femeninos”] 1998 Óleo sobre lienzo. 46 x 64 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

30


8

Ebha [de la serie “La falacia del signo”] 2000 Óleo sobre lienzo. 72 x 72 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

31


9

La muerte de Dios [de la serie “La falacia del signo”] 2000 Óleo sobre lienzo. 200 x 380 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

32


33


10

El pecado [de la serie “La falacia del signo”] 2000 Óleo sobre lienzo. Central 97 x 198 cms., extremos 116 x 116 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

34


35


11

Las Tres Gracias [de la serie “Prêt-à-porter”] 2001 Óleo sobre lienzo. 97 x 195 cms. Colección particular, Estocolmo

36

12

Monja veneciana I [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 130 x 81 cms. Colección particular, Reino Unido


37


13

El poder se divierte [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 175 x 245 cms. Colección particular, Almería

38

14

Estudio de un genuflexo [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 73 x 50 cms. Colección particular, Valencia


39


15

Sacro y profano [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 195 x 98 cms. Colección particular, Reino Unido

16

Monja veneciana IV [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre tabla. 128 x 75 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

40


41


17

Desnudo veneciano I [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 89 x 146 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

42

18

Desnudo veneciano II [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 61 x 50 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río


43


19

Desnudo veneciano III [de la serie “Venecia”] 2002 Óleo sobre lienzo. 81 x 146 cms. Colección particular, Reino Unido

44

20

Pala de Venecia [de la serie “Venecia”] 2003 Óleo sobre lienzo. 245 x 175 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río


45


21

La muerte de Tiziano [de la serie “Venecia”] 2003 Óleo sobre tabla. 90 x 115 cms. Colección particular, Estocolmo

46


22

La Asunta llora la muerte del Arte Clásico (propuesta para una instalación de la Bienale) [de la serie “Venecia”] 2003 Óleo sobre lienzo. 130 x 195 cms. Colección particular, Reino Unido

47


23

Afrodita Celeste [de la serie “Maried, la imagen de Eros”] 2004 Óleo sobre lienzo. 98 x 195 cms. Colección particular, Reino Unido

48


24

Afrodita Terrestre [de la serie “Maried, la imagen de Eros”] 2004 Óleo sobre lienzo. 89 x 146 cms. Halcyon Gallery, Londres

49


25

Dánae [de la serie “Maried, la imagen de Eros”] 2004 Óleo sobre lienzo. 98 x 195 cms. Colección particular, Reino Unido

50

26

Eva I [de la serie “Maried, la imagen de Eros”] 2004 Óleo sobre lienzo. 130 x 81 cms. Colección particular, Reino Unido


51


27

Armengola II [de la serie “Armengola”] 2004 Óleo sobre lienzo. 60 x 92 cms. Colección particular, Reino Unido

52

28

Armengola X [de la serie “Armengola”] 2004 Óleo sobre lienzo. 73 x 50 cms. Halcyon Gallery, Londres


53


29

Armengola XI [de la serie “Armengola”] 2004 Óleo sobre lienzo. 73 x 116 cms. Colección particular, Reino Unido

54


30

Armengola III [de la serie “Armengola”] 2004 Óleo sobre lienzo. 60 x 92 cms. Colección particular, Reino Unido

55


31

El ecuestre [de la serie “Retratos Reales”] 2007 Óleo sobre lienzo. 195 x 195 cms. Colección del artista

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32

El orante [de la serie “Retratos Reales”] 2007 Óleo sobre lienzo. 195 x 130 cms. Colección del artista


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33

Premonición de la República I [de la serie “Retratos Reales”] 2007 Óleo sobre lienzo. 195 x 200 cms. Colección del artista

58


34

Premonición de la República II [de la serie “Retratos Reales”] 2007 Óleo sobre lienzo. 195 x 200 cms. Colección del artista

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35

Engracia [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Halcyon Gallery, Londres

60


36

Catalina [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Halcyon Gallery, Londres

61


37

Dorotea [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Colección particular, Reino Unido

62


38

Lucía [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Colección particular, Málaga

63


39

Bárbara [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Colección particular, Estocolmo

64


40

Margarita [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Halcyon Gallery, Londres

65


41

Justa [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Halcyon Gallery, Londres

66


42

Rufina [de la serie “Retablos”] 2008 Óleo sobre lienzo. 200 x 85 cms. Halcyon Gallery, Londres

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43

Venecia [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 73 x 50 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

68

44

Alegoría de Venecia [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 250 x 180 cms. Halcyon Gallery, Londres


69


45

La Castidad reclamada por el Amor [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2011 Óleo sobre lienzo. 60 x 130 cms. Halcyon Gallery, Londres

46

La Castidad descubierta por el Pudor [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 130 x 60 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

70


71


47

La Victoria

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 130 x 81 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

48

Fe, Esperanza y Caridad

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2009 Óleo sobre lienzo. 198 x 130 cms. Halcyon Gallery, Londres

72


73


49

La Fortaleza

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 100 x 60 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

50

La Prudencia

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 110 x 89 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

74


75


51

La Justicia

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 100 x 60 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

52

La Templanza

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 110 x 81 cms. Halcyon Gallery, Londres

76


77


53

Monja Veneciana [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2011 Óleo sobre lienzo. 50 x 73 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

78

54

Baco [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2009 Óleo sobre lienzo. 100 x 73 cms. Colección particular, Menorca


79


55

La mentira alimenta a la ignorancia [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 81 x 146 cms. Colección particular, Reino Unido

80


56

La Abundancia [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2011 Óleo sobre lienzo. 50 x 92 cms. Halcyon Gallery, Londres

81


57

La Mentira y el Engaño

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 195 x 97 cms. Halcyon Gallery, Londres

58

La Mentira (estudio)

[de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 92 x 60 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

82


83


59

La Fidelidad [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 81 x 130 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

84


60

La Infidelidad [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 97 x 195 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

85


61

Dánae [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 81 x 146 cms. Colección particular, Almería

62

Marte desnuda a Venus [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 130 x 81 cms. Museo Casa Ibáñez, Olula del Río

86


87


63

Baco y Ariadna [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2009 Óleo sobre lienzo. 81 x 130 cms. Colección particular, Reino Unido

88


64

Venus y Adonis [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2009 Óleo sobre lienzo. 89 x 130 cms. Halcyon Gallery, Londres

89


65

Judith y Holofernes [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 60 x 92 cms. Colección particular, Estocolmo

90

66

Tarquino y Lucrecia [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. Diámetro 180 cms. Halcyon Gallery, Londres


91


67

Susana y los viejos [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 89 x 130 cms. Colección particular, Granada

92


68

Noli me tangere [de la serie “Alegorías Venecianas”] 2010 Óleo sobre lienzo. 81 x 115 cms. Colección particular, Reino Unido

93


69

Minotauromaquia I [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 50 x 92 cms. Colección del artista

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70

Minotauro II [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 60 x 73 cms. Colección del artista

95


71

Torero III [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 46 x 57 cms. Colección del artista

96

72

Torero y doncella [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 162 x 114 cms. Colección del artista


97


73

Minotauromaquia II [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 130 x 130 cms. Colección del artista

98

74

Minotauromaquia IV [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 92 x 60 cms. Colección del artista


99


75

Minotauromaquia VI [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 81 x 162 cms. Colección del artista

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76

La muerte del torero [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 60 x 92 cms. Colección del artista

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77

Doncella IV [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 54 x 73 cms. Colección del artista

102


78

Minotauro y doncella dormida [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 89 x 146 cms. Colección particular, Sevilla

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79

Minotauro y doncella [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 81 x 120 cms. Colección del artista

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80

La muerte del Minotauro [de la serie “Minotauromaquia”] 2012 Óleo sobre lienzo. 50 x 97 cms. Colección del artista

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Foto: Pablo García Ibáñez


ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ. CRONOBIOGRAFÍA ESENCIAL (1971-2014)1 Juan Manuel Martín Robles

1971-1983 Andrés García Ibáñez nació el 24 de septiembre de 1971 en el Hospital Provincial de HuércalOvera (Almería). Unos días después sus padres –Pablo García López y María Dolores Ibáñez Ceba– le inscribían en el Registro Civil de Olula del Río (Almería); población en la que sus progenitores tenían la residencia familiar que el pequeño abandonaba unos meses después de su nacimiento para instalarse en Albox (Almería), en la casa de sus abuelos maternos, José Ibáñez Fábrega y Francisca Ceba López. Un traslado que, si inicialmente había de ser temporal, dada la especial relación que entonces se establecía entre abuelo y nieto se prolongaría durante seis años. Tiempo durante el cual, bajo la tutela de su abuelo José Ibáñez –tallista, artesano, dorador, pintor, ebanista, músico e inventor–, se iniciaba el púber en el arte del dibujo y se acercaba por vez primera a las obras de los maestros clásicos de la pintura española, gracias a las postales de cuadros del Museo de El Prado que conservaba su abuelo. En 1977, tras pasar la Navidad en casa de los abuelos maternos, se instala en Olula del Río para iniciar sus estudios básicos en el Colegio Público Antonio Relaño. Un año después, durante las vacaciones estivales de 1978, su abuelo José le regala, como complemento a la formación artística iniciada años atrás, una colección completa de láminas de dibujo Freixas; modelos que el joven repetiría una y otra vez, continuando su aprendizaje. Durante estos años, dada su facilidad para el dibujo, consigue numerosos premios en concursos escolares de carácter local y provincial. 1984 El 8 de octubre inaugura en el salón parroquial del barrio de La Loma de Albox su primera exposición. De la muestra –en la que se exhibirían cuarenta dibujos, en color y en blanco y negro– y de su excelente acogida daría cumplida noticia Francisco Torregrosa en la prensa provincial, aventurando ya al jovencísimo expositor una prometedora

carrera: «llegará muy lejos en el difícil camino de la pintura. Los comienzos no pueden ser mejores» [La Voz de Almería, 13 de octubre de 1984]. 1985 En septiembre ingresa en el Instituto de Bachillerato Rosa Navarro de Olula del Río. En la Navidad de aquel año sus abuelos, que llevaban tiempo aconsejándole que se iniciase en la pintura al óleo, le regalan una caja de pinturas Taker. Con aquellas, siguiendo los consejos de su abuelo y la lectura de un libro divulgativo sobre la técnica, comienza a practicar la pintura al óleo. 1986 Juan Ceba, hermano de su abuela Francisca y propietario de la Papelería Iris de Albox, le regala una monografía ilustrada de Francisco de Goya. El impacto que aquellas imágenes provocaban en el joven era de tal magnitud que desde aquel instante el insigne sordo zaragozano se convertía en el modelo, artístico e intelectual, a seguir. Bajo la influencia de Goya y otros maestros clásicos –como El Greco, Rubens y Rembrandt, artistas a los que copia sistemáticamente como parte de sus ejercicios de formación– ejecuta sus primeros cuadros de gran formato: El Prendimiento de Cristo y una Inmaculada Concepción, copias de obras de Goya y Murillo, respectivamente. 1987-1988 En 1987 visita por primera vez el Museo del Prado. Allí descubre la obra de Velázquez. Durante estos años continúa con sus ejercicios formativos, copiando obras de clásicos como Goya o Rubens, y realiza sus primeras obras de creación propia, como la Multiplicación de los panes y los peces; las cinco escenas dedicadas a la Historia de la Virgen del Saliente; un Autorretrato pintando; o la pareja de Ángeles con incensario que se conservan en la parroquia de santa María Magdalena de Almería, lienzos todos claramente influenciados por la plástica goyesca.

1989 Gracias a la intercesión del sacerdote, intelectual y pintor almeriense Bartolomé Marín expone por primera vez en Almería, del 7 al 20 de septiembre, en la Nueva Sala de Exposiciones de Cajalmería. Un espacio que acogía entonces una colección de óleos, pasteles y dibujos a tinta de acusada influencia goyesca. En el díptico editado para la ocasión, plantearía Marín ya algunas notas generales sobre la formación y primerísima obra del joven artista: «compone y organiza sus técnicas con una sorprendente agilidad pictórica. Modela los volúmenes y descubre matices, fundiendo colores y dibujando sobre la marcha, con un tipo de mancha rápida, ancha y bien ajustada. Es muy sensible a los retos dibujísticos en su juego con el color, alcanzando valoraciones que no olvidan la presencia de Goya, pero que son índices de su profunda capacidad personal». Del 1 al 5 de octubre expone una parte de las obras anteriormente mostradas en Cajalmería en el Salón de exposiciones del Edificio ‘Fábrega’ de Albox. Participa en las I Jornadas de Escultura, Pintura y Diseño de Macael (Almería), muestra colectiva en la que presenta el óleo Bodegón con pollo, naturaleza muerta claramente influida por la obra de su admirado Goya. En 1990 presentaría, en la segunda edición de estas jornadas, un Bodegón con peces. En septiembre, estando ya instalado en Pamplona para iniciar sus estudios de Arquitectura en la Universidad de Navarra, le es otorgado por su obra Dánae el primer premio en el XIII Concurso Pintores Jóvenes Andaluces, organizado por la Obra Social de Cajalmería. 1990 Del 4 al 14 de septiembre presenta su obra reciente en la Nueva Sala de Exposiciones de Cajalmería, en Almería. En el texto de presentación de la exposición, Bartolomé Marín volvía a destacar la valía, y valentía, del joven pintor: «la novedad de esta segunda muestra reside en el difícil y virtuoso estilo

1 Tomamos como base para esta cronobiografía las publicaciones: MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez y el arte contemporáneo almeriense (1971-2010). Biografía inacabada. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 2011; MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez. Pintura religiosa (1986-2004). Catálogo razonado. Almería: Mancomunidad de Municipios del Valle del Almanzora, 2012; y MARTÍN ROBLES, Juan Manuel. Andrés García Ibáñez. Minotauromaquía. Almería: Ayuntamiento de Huércal-Overa, 2013. Lecturas que se han complementado, con el objetivo de actualizar la información hasta la actualidad, con la revisión de las noticias aparecidas, entre marzo de 2013 y julio de 2014, tanto en los diarios La Voz de Almería, Diario de Almería e Ideal (ed. Almería), como en diversos medios on-line.

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de saber profundizar en las exigencias de una vocación indomable, sin concesiones a la pantalla fácil del cuento, de la vanidad o de lo frívolo». 1991 En los últimos días de febrero se produce su primer encuentro con Juan Luis Gómez Carrera. Éste, admirado por el Nazareno portando una vela que tenía oportunidad de ver en el piso que Ibáñez compartía en Pamplona con otros universitarios, se convertiría en el principal valedor del artista entre galeristas y coleccionistas malagueños, proporcionándole los contactos necesarios para la ejecución de uno de sus primeros encargos relevantes de pintura religiosa: la decoración pictórica de la basílica de la Esperanza. Obra mural cuyos primeros bocetos a lápiz presentaba a finales de octubre de este año y cuyo contrato de ejecución firmaba en enero de 1992. Del 2 al 13 de septiembre presenta, en la Sala de Exposición que la entidad bancaria Unicaja tenía en el céntrico Paseo de Almería, su tercera individual consecutiva en la ciudad. Una muestra en la que exhibiría, entre otras, el retrato histórico Al-Mu’tasin Ibn Sumadih y su corte poética. Participa en una colectiva organizada por la Galería de Arte Pintzel, en Pamplona. Unicaja publica su ensayo Hablando de Goya: apariciones y desdibujos. Realiza varias obras de temática religiosa –El Cristo de la Escucha, San Joaquín, San Bartolomé y el Retrato del obispo Medina Olmos, todos conservados en templos almerienses–; e inicia los Frisos de los Mártires, para la iglesia del barrio almeriense de Los Molinos. 1992 El 15 de abril se inauguraba la muestra ‘Semana Santa de Almería’. Una serie, proyectada, según el propio artista, como «una apoteosis de conjunto» [La Voz de Almería, 22 de abril], que quedaba expuesta hasta final de mes en la Nueva Sala de Exposiciones de Unicaja en Almería. El tres de julio inaugura su primera exposición individual en la Galería Benedito de Málaga. 1993 Expone individualmente en varias ocasiones: del 30 de enero al 16 de febrero, en la Sala La Barbería de Sevilla; del 1 al 14 de septiembre, en la Sala de Exposiciones de Unicaja (Almería), donde presenta una colección de treinta cuadros inspirados en la lección mediterránea e impresionista de Sorolla; del 13 al 18 de diciembre, en el Palacio-Hospital de san Julián de Málaga, donde muestra los dibujos y óleos preparatorios realizados para la decoración de la basílica de la Esperanza –exposición que también sería llevada a Almería en 1994–; y del 17 al 31 de diciembre, en la Galería Benedito de Málaga.

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En marzo forma parte de la colectiva ‘El desnudo’ que tenía lugar en la Galería Benedito de Málaga. En años posteriores volvería a participar en otras exposiciones temáticas organizadas por la galería malagueña, como las dedicadas a ‘La Música’ (1994), ‘La Mitología’ (1994), ‘El vino’ (1996), ‘La maternidad’ (1997) o ‘La lluvia’ (1998) Durante el verano se desplaza a Málaga para realizar sobre el ábside de la basílica de la Esperanza las figuras de los cuatro profetas mayores –Ezequiel, Daniel, Jeremías e Isaías–, una decoración que era inaugurada el 26 de agosto. Realiza el cuadro de Los Mártires de Almería que el 10 de octubre presidiría la ceremonia de beatificación, en la Plaza de san Pedro de Roma, de los siete hermanos de La Salle y los obispos Diego Ventaja Milán y Manuel Medina Olmos asesinados durante la Guerra Civil española en Almería –obra que le era encargada en abril de 1992 y de la que realizaría dos versiones distintas, conservadas en las catedrales de Almería y Guadix (Granada)–, y lleva a cabo el Retrato del obispo don Rosendo Álvarez Gastón, con destino al episcopologio del Palacio Obispal de Almería. 1994 Del 19 al 31 de mayo el Servicio de Actividades Culturales y Sociales de la Universidad de Navarra organiza una muestra antológica de su producción pictórica. Durante el verano ejecuta una de sus obras fundamentales de juventud: La infancia de Baco, popularmente conocida como Los Baquillos. Obra definitoria de su madurez artística, en la que quedaban resumidas todas las influencias y experiencias de los años de formación, ésta, junto a otras obras de producción reciente, quedaba expuesta en la sala almeriense de Unicaja, del 15 al 31 de diciembre. 1995 Es seleccionado por el galerista Trino Tortosa para participar en la bienal ‘Dos siglos de pintura almeriense’ que tendría lugar, del 20 al 27 de agosto, en la sala de exposiciones del Auditorio Maestro Padilla de Almería. En diferentes ocasiones se destacaría en prensa, por encima del resto de expositores, la presencia en aquellas salas de La infancia de Baco. Ejemplo de un producción cuyos valores principales eran resumidos entonces por Trino Tortosa: «pintura pensada, compuesta y estudiada a fondo que refleja sus nobles inquietudes; ejecutada con espontaneidad, con dominio absoluto de los medios expresivos y sin perder nunca el entusiasmo de un espíritu joven que se hace dichoso en los pinceles, dando a su obra reflejos y vislumbres de su mundo interior» [La Voz de Almería, 13 de agosto]. Durante las vacaciones veraniegas pinta El jardín de las bacantes. Escena de clara inspiración velazqueña definida por el propio artista como

«un cuadro “balance” de varios años de mi pintura y de mi vida. De una parte, todos los personajes que allí habitan están representados según un papel determinado; son actores que representan una obra muy concreta […] De otra, hay un resumen evocador de mis preferencias pictóricas, de mi discurso en estos últimos años». Del 12 al 24 de septiembre El jardín de las bacantes se exponía, junto a La infancia de Baco, en el Conservatorio de Música de Olula del Río, como parte de una antológica en la que se presentaban cincuenta obras que resumían su trayectoria. En noviembre firma el contrato para la ejecución de la decoración pictórica de la nueva catedral de San Salvador. Lienzos cuya ejecución comenzaría ya en 1996. 1996 Del 19 de enero al 1 de febrero tenía lugar su tercera individual en la Galería Benedito de Málaga. El 6 de marzo inaugura en la Galería Trino Tortosa una nueva exposición individual; muestra con la que, a su vez, se inauguraba la sala situada en el Paseo de Almería. Participa en tres colectivas organizadas por Trino Tortosa, tanto en su galería de Almería, del 1 al 13 de agosto y del 10 al 30 de septiembre, como en la antológica titulada ‘Maestros de la pintura almeriense en el siglo XX’ que tendría lugar en el Auditorio Maestro Padilla de Almería, del 24 de agosto al 1 de septiembre. Se inician las obras de su casa-taller-museo en Olula del Río, futuro Museo Casa Ibáñez. 1997 Finaliza los estudios universitarios, obteniendo el título de Arquitecto Urbanista, y se afinca definitivamente en Olula del Río. Muestra en la Galería Trino Tortosa de Almería, del 28 de febrero al 15 de marzo, los veinte cuadros que formaban la serie ‘Granada en invierno’; entre el 20 y el 30 de junio expone, en la madrileña basílica Hispanoamericana de la Merced, los siete lienzos del retablo de San Salvador en los que quedaba visualmente resumida la vida de Jesús; expone en las galerías barcelonesas Nonell y Granero Art; y, del 24 de julio al 5 de agosto, expone una selección personal de su obra en la Sala de arte Contreras de Almería. En noviembre llega al mercado artístico inglés, exponiendo una selección de paisajes andaluces y españoles en la Roy Miles Art Gallery de Londres. El 5 de diciembre de 1997 se inaugura oficialmente Casa Ibáñez. En sus tres salas se exponía, junto a una selección de lienzos y grandes formatos entre los que se destacarían La infancia de Baco y El Jardín de las Bacantes, la serie ‘Del Corazón al Corazón’. Treinta y cinco cuadros en los que la experiencia vital y las reflexiones íntimas del artista, los estados


del alma y los dramas contemporáneos eran llevados al lienzo por Ibáñez a la luz de las partituras de Beethoven, como «un proceso abierto y vital muy personal» [Ideal (Almería), 27 de diciembre]. 1998 Expone individualmente en la Galería Ángel Granero de Barcelona y, del 15 de abril al 7 de mayo, en la Galería Altea de Madrid. En los últimos días de abril inaugura una individual en la Sala Contreras de Almería Participa en la II Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Castilla y León, y en la muestra colectiva que la Obra Social de La Caixa organiza en sus instalaciones barcelonesas. Inicia la serie ‘Mujeres. Los mitos femeninos’. En marzo se traslada a la capital de la República de El Salvador para realizar, directamente sobre el muro, La salvación del Mundo. Debido a unos errores en la disposición de la base de los andamiajes que habían de servir para salvar los cincuenta y seis metros que separaban la cúpula del suelo, la ejecución de la pintura debía retrasarse y el joven ocuparía aquellas jornadas viajando por El Salvador y la cercana Guatemala. Un viaje durante el cual el artista, además de conocer de cerca la realidad social y económica del pueblo centroamericano, tomaría fotografías, realizaría apuntes y pintaría del natural a modelos anónimos. Una actividad artística de la que surgiría la serie ‘Catedral’ que el artista donaba a Unicef tras su regreso a España, conjunto de cuadros que sería expuesto con gran éxito en Almería y Madrid; generosa acción por la cual la infanta Margarita le entregaba, el 16 de abril de 1999, la Medalla Nacional de Unicef. Atiende varios encargos religiosos: el diseño del retablo de la iglesia parroquial de Fines (Almería) y la ejecución para aquél del lienzo San Esteban Papa en la porciúncula; la realización del Retrato del obispo mártir D. Diego Ventaja para el templo de La Asunción de Olula del Río; y, La Anunciación y la Presentación de la Virgen en el Templo que realizase para la capilla del Hospital Provincial de Almería. 1999 Rotas las relaciones con casi todos los galeristas con los que anteriormente había trabajado, comienza la promoción personal de su obra en las Ferias de Arte de Sevilla (1999, 2000 y 2001), Barcelona (1999, 2000 y 2001), Málaga (1999), Valencia (1999, 2000 y 2001) e Ibiza (1999). Espacios donde promocionaría su obra a nivel internacional, contactando directamente con galerías y coleccionistas privados. El anticuario y galerista Derek Johns, director de la sala Sotheby’s de Londres, conoce la obra de Ibáñez e interesado por la madurez técnica y el tratamiento que éste concedía a la figura humana, requiere sus servicios profesionales. Se desplazaría entonces el artista almeriense hasta Londres para realizar varios retratos de Johns y su familia, y de un grupo de coleccionistas ingleses.

Expone ‘Mujeres. Los mitos femeninos’, veinticinco legendarias féminas reinterpretadas a través del símbolo, en las salas Granero de Barcelona y Bruselas, y en Almería, en la sede de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía. Ejecuta los lienzos y frescos que habían de decorar el presbiterio y el capilla del Sagrario de la iglesia de la Concepción de Albox. 2000 Inicia la serie ‘La falacia del signo’, breve serie inspirada en la lección filosófica de Friedrich Nietzsche y las vivencias del artista en El Salvador. Comienza a pintar sus particulares ‘Putrefactos’. Expone en Casa Ibáñez (Olula del Río, Almería), del 25 de mayo al 4 de junio, la colección ‘Paisajes andaluces y españoles’. Participa en la colectiva ‘Arte Selección 2000’ organizada, del 10 al 28 de julio, por la Galería Contreras de Almería y en la muestra benéfica que Unicef organizaba, coincidiendo con la Navidad, en el Patio de Luces de la Diputación provincial de Almería. 2001 Se casa con Rita Casanova Pagán, con quien tres años más tarde tendría a su hijo Alfredo. Los responsables de la Halcyon Gallery de Londres, tras conocer su obra en la Feria de Arte de Barcelona, le ofrecen un contrato de diez años. Ejecuta las series ‘Pret’a porter’, reflexión crítica sobre el universo frívolo de la moda y el erotismo femenino, y ‘Los mediocres’, serie inspirada en Los Chinchillas de Goya. Expone una selección de su obra reciente, del 27 de febrero al 16 de marzo, en la Galería Trino Tortosa de Almería. Después del verano la Galería Benedito de Málaga mostraba una selección antológica de su obra, del 14 de septiembre al 4 de octubre. Atiende varios encargos de pintura religiosa: Bodas de Caná, Crucifixión, Pentecostés y Asunción de la Virgen para el presbiterio de la parroquial de Montserrat en Almería, y la Beata Josefa Ruano García y la Beata Dolores Puig Bonany, obras conservadas en la Casa Generalicia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Valencia. 2002 Expone por primera vez en la Halcyon Gallery de Londres. Aquella muestra, titulada ‘A private view’, suponía el primer éxito internacional del artista almeriense. Comienza ‘Venecia 2002-2003’, serie en la que, tras un cuidado ejercicio intelectual, retrataría al poder corrupto y genuflexo, la doble moral de la sociedad veneciana y el carnaval. Se inician las obras de ampliación del futuro Museo Casa Ibáñez. 2003 ‘Venecia 2002-2003’ es mostrada, gracias al apoyo de CajaGranada, en diversas salas

andaluzas: el Centro Cultural La General de Almería, del 6 de mayo al 6 de junio; la Sala que CajaGranada tenía en la calle San Antón de Granada, del 16 de junio al 18 de julio; y el Museo Provincial de Huelva, donde se mostraba del 22 de julio al 7 de septiembre. En octubre ‘Venecia 2002-2003’ era exhibida en Londres, en la sede de la Halcyon Gallery. Realiza el Bautismo de Cristo que había de decorar la reformada capilla bautismal de la iglesia de La Anunciación de Berja (Almería); templo cuya decoración ultimaría en noviembre de 2004, instante en el que llevaba a cabo la decoración mural del baptisterio y el presbiterio. 2004 Realiza las series, exclusivas para el mercado inglés, ‘Maried. La imagen de Eros’ y ‘Armengola’. Ambas se expondrían del 10 de febrero al 5 de marzo de 2005 en la Halcyon Gallery de Londres. En noviembre queda oficialmente inaugurado el Museo Casa Ibáñez. 2005 Se crea la Fundación Museo Casa Ibáñez, promovida por el Ayuntamiento de Olula del Río, para la gestión del Museo Casa Ibáñez. Un año después la pinacoteca quedaba inscrita en el Registro de Museos de Andalucía. 2006 Finaliza las series ‘Turba’; ‘Vanitas’; ‘Penitentes y Manolas’, interpretación personal de la Semana Santa y el culto a la muerte; y ‘Retratos Reales’. Comisaria y participa en las dos primeras ediciones del proyecto expositivo ‘ArtAlmanzora’. Para la primera edición presentaría Artista digital (2001) y la escayola Alfredo con tres meses (2004); en 2007 presentaba Cabeza de niña (2000). 2007 Inicia, en julio, sus ‘Retablos’; sutiles juegos, posmodernos e irónicos, en los que veinticuatro mujeres se transforman, por influencia del símbolo e influencia de Zurbarán, en iconos de un particular santoral desacralizado. Crea, junto a otros pintores, escultores y fotógrafos realistas como Antonio López, “Golucho”, Alfonso Alonso, Dino Vals, “Noé” Serrano y José María Serrano, el colectivo ‘La Gallina Ciega’. Grupo cuyos objetivos, recogidos en su manifiesto constitutivo, sería denunciar la falsedad mercantilista del arte contemporáneo y su falta de calidad, y reivindicar el nuevo realismo dentro del contexto de la contemporaneidad. 2008 Finaliza, en enero, la serie ‘Retablos’ e inicia, en julio, sus ‘Naturalezas muertas’; treinta y siete propuestas, alejadas del concepto tradicional de bodegón, a través de las cuales ofrece

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una profunda reflexión sobre la muerte y la sociedad actual mediante inanimados animales humanizados en poses y expresiones. Entre abril y agosto expone sus ‘Retablos’, gracias al mecenazgo de CajaGranada, en Baeza (Jaén), Melilla y Roquetas de Mar (Almería). La Halcyon Gallery de Londres muestra en exclusiva sus ‘Putrefactos’. Título genérico bajo el que se agrupaban las series ‘Retablos’, ‘Penitentes y Manolas’, ‘Vanitas’, ‘Turba’ y ‘Tentaciones’ para ser mostradas, del 14 de octubre al 22 de noviembre, en la sede que la galería inglesa tiene en Mayfair. Comisaria, junto a Alfonso Alonso, la muestra colectiva ‘La Gallina Ciega’. Exposición que el grupo de artistas contemporáneos de homónimo nombre organizaba en colaboración con la Obra Social de CajaGranada y que sería mostrada en Almería, del 3 de abril al 4 de mayo; Roquetas de Mar, del 8 de mayo al 30 de junio; Úbeda (Jaén), del 1 al 31 de julio; y Córdoba, del 11 de septiembre al 13 de octubre. En septiembre muestra su obra, junto a otros doce artistas afincados en la comarca del Almanzora, en la colectiva ‘9+4’ organizada por el Instituto de Estudios del Valle del Almanzora. 2009 Finaliza la serie ‘Naturalezas muertas’, para dar comienzo, acto seguido, a sus personales e intimistas ‘Retratos’ y sus sensuales ‘Alegorías Venecianas’. Algunos de sus aguafuertes, medio extraño en su producción, se expondrían en la muestra itinerante ‘De Goya a Tàpies’ organizada por el Instituto de Estudio Valle del Almanzora, en colaboración con la Fundación Museo Casa Ibáñez. La muestra llegaría, entre abril y octubre, a varios espacios almerienses: el Museo Pedro Gilabert de Arboleas, el Museo Miguel Guirao de Vélez-Rubio, y el Auditorio de Roquetas de Mar. Participa en diversas colectivas, como ‘Almanzorizados’, organizada por el Instituto de Estudios Valle del Almanzora en Granollers del 20 al 24 de mayo, o las exposiciones organizadas en abril y diciembre por los galeristas almerienses Trino Tortosa y Jover, respectivamente. La Asociación de Amigos de la Alcazaba de Almería le concede el Premio Castillo de Oro por su defensa del patrimonio almeriense. Firma un convenio con la Ciudad Autónoma de Melilla para la cesión gratuita, por diez años, de una parte de su colección personal, con destino al Museo Ibáñez de Melilla. 2010 Recibe el Premio Cultura en los I Premios Valle del Almanzora.

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2011 La galería KartON de Huércal-Overa (Almería) expone, por vez primera, la serie ‘Retratos Reales’. El Instituto de Estudios Almerienses edita, en noviembre, la primera biografía publicada sobre el artista. 2012 Muestra sus ‘Alegorías Venecianas’, colección de obras inspiradas en la pintura barroca veneciana, en la sede que la Halcyon Gallery tiene en Bruton Street (Londres), del 1 de marzo al 16 de abril. Presenta en el Museo Casa Ibáñez, el 27 de abril, la Fraternidad Universal. Del 13 al 18 de mayo comparte docencia con Antonio López (Tomelloso, 1936) en el I Curso de Realismo y Figuración para pintores, organizado por Fundación Museo Casa Ibáñez con el patrocinio de la Diputación de Almería. En 213, del 3 al 7 de junio, y en 2014, del 12 al 16 de mayo, volverá a repetir experiencia docente junto a Antonio López en el Museo Casa Ibáñez. Finaliza la ‘Minotauromaquía’, una serie de treinta de obras en las que el artista indaga –partiendo del mito de Teseo y el Minotauro, la figura de Carmen como la femme fatale hispana y sus reflexiones sobre la tauromaquia–, sobre el amor y la muerte. Inicia una nueva serie de paisajes agrupados bajo el título genérico de ‘Casa Ibáñez’. Junto a Roberto Manzano realiza la escultura Ebha, interpretación del cuadro central del Tríptico del Pecado (2000). De esta obra se realizarían varias versiones: en mármol, por expreso deseo de la Halcyon Gallery de Londres, en escayola y en escayola policromada. Realiza, en escayola, el Baco que, una vez pasado a mármol, preside la alberca del patio del Museo Casa Ibáñez en Olula del Río. El 24 de septiembre se inaugura el Museo Ibáñez de Melilla. El Ayuntamiento de Fines le encarga la realización de un monumento en homenaje y recuerdo de las víctimas de la violencia de género. La maqueta para dicho monumento, una figura femenina titulada Libertad esculpida en un único bloque de mármol de Macael de más de cuatro metros de altura para cuya realización contaría García Ibáñez con la colaboración del escultor Roberto Manzano, se presentaba en Fines el 23 de noviembre, dentro de los actos organizados con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género. 2013 La Mancomunidad de Municipios del Valle del Almanzora edita el catálogo razonado de la pintura religiosa de Andrés García Ibáñez conservada en lugares de culto. El 21 de marzo se inaugura, en el Teatro Villa de Huércal-Overa, la exposición ‘Andrés García Ibáñez: Minotauromaquía’.

Expone en el Centro de Arte Museo de Almería (CAMA), del 4 de julio al 30 de agosto, sus dos series ‘Minotauromaquía’ y ‘Naturalezas Muertas’. Realiza la serie de paisajes ‘La Calahorra’, conjunto de diez obras realizadas del natural en el entorno y el interior del castillo renacentista de La Calahorra (Granada). Diez años después de sus últimas vistas de las Ramblas del Saliente retoma su interés por el paisaje que desde el Santuario del Saliente (Albox, Almería) se domina y regresa a aquel paraje para realizar una nueva serie de nueve obras en las que, por encima del entorno natural, prevalecerá la visión arquitectónica del propio santuario. Durante el verano de 2014 regresa al Santuario albojense para realizar nuevas vistas. Realiza la serie, formada por quince cuadros, ‘La Gran Familia’. Mordaz crítica, no exenta de fino humor y recuerdos del Pop desarrollado por el Equipo Crónica, a través de la cual, retomando las ideas de revisión de la contemporaneidad que impregnan la serie de ‘Los Putrefactos’, hace un completo repaso al mundo del Arte Contemporáneo y los agentes a éste asociados. En homenaje a Antonio López realiza dos esculturas: Los membrillos de Antonio (terracota vidriada y escayola policromada) y Bodegón de Afrodita (escayola y madera pintada). 2014 Expone una selección de sus ‘Retratos’ en el Teatro Villa de Huércal-Overa, del 25 de abril al 16 de mayo. Esta misma serie se mostraría este año en el Patio de Luces de la Diputación de Almería, del 5 al 30 de septiembre, y en el Auditorio de Roquetas de Mar (Almería), a partir de octubre. El 9 de mayo, tras siete días de trabajo en la obra, se coloca en el retablo mayor de la iglesia de san Sebastián de Olula del Río su San Sebastián; moderna representación, fiel a la tradición iconográfica, del santo patrón de su pueblo natal. La Diputación de Almería le encarga el retrato de Felipe VI que, desde el 25 de julio, preside el Salón de Plenos de la institución provincial. Expone, dentro del convenio establecido entre la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla y la Fundación Museo Casa Ibáñez, su serie ‘Minotauromaquia’ en la Sala de exposiciones del Real Club Marítimo de Melilla, del 2 al 17 de septiembre. El día 15 de septiembre inaugura en la Sala de exposiciones del edificio Zabaleta de la Universidad de Jaén la exposición ‘Andrés García Ibáñez: el mito desacralizado’.






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