Ponencia de las Diócesis de Quibdó y Apartadó Turbo 21nov03

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DIÓCESIS DE QUIBDÓ DIÓCESIS DE APARTADÓ

Ponencia en el Foro “Atratiando - por un buen trato en el río Atrato”

Turbo, 21 de noviembre 2003 “Entonces el Señor Dios tomó al ser humano y lo puso en el huerto de Edén, para que lo cuidara y lo guardara”... (Gen 2,15) “De Edén salía un río que regaba el huerto, y desde allí se dividía en cuatro brazos”... (Gen 2,10)

Las Diócesis de Apartadó y Quibdó hemos constatado la inmensa capacidad histórica de construir y reconstruir vida de las comunidades indígenas y afrodescendientes que habitan al territorio da! Pacifico, y de una manera especial la cuenca del río Atrato. Todo este caudal de Vida y de resistencia histórica se ha hecho en medio de circunstancias muy adversas de marginación, muerte, abandono, etc. Hemos sido testigos que a lo largo de los últimos veinte años estas comunidades han entrado en un proceso, logrando consolidar organizaciones como la Asociación Campesina Integral del Atrato (ACIA), la Oiganizaci6n Regional Embera-Wounaan (OREWA) y muchas otras que están coordinadas en el Foro Solidaridad Chocó. Recibimos con alegría la noticia sobre la reciente creación de la Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato (ASCOBA). Estas organizaciones, de acuerdo con el derecho que le asista a todo grupo étnico a organizar su propia vida en forma autónoma, han logrado elaborar sus planes de vida y etnodesarrollo basados en el concepto de desarrollo sostenible, que paradójicamente se convierten en modelos alternativos para ellos e incomprensibles dentro de su lógica para los representantes de las corrientes neoliberales que los señalan como enemigos del progreso. Frente a este caudal de resistencia y de vida, fieles al Evangelio de Jesús y al derecho' que tienen estos pueblos a una vida justa y en paz, las Diócesis de Apartadó y Ouibdó estamos comprometidos con los procesos que vienen gastando y los acompañamos en el esfuerzo por contrarrestar los intereses políticos y económicos que amenazan la vida, la armonía y el equilibrio de los pueblos que habitan la cuenca del Río Atrato. Hay unas palabras del Apocalipsis de San Juan (22, 1-3a ) que nos hacen sonar en un futuro mejor que consideramos posible: “Me mostró entonces el Ángel un río de agua que da vida, transparente como el cristal, que salía del trono de Dios y del cordero, en medio de la plaza de la ciudad, a uno y otro lado del río había un árbol de vida, que daba doce cosechas, una cada mes, cuyas hojas servían de medicina a las naciones. Ya no habrá nada maldito.”


Juzgamos como un deber ético el acompañar en este momento a las organizaciones étnicoterritoriales en la conquista de la libre movilización por el río Atrato, arteria vital de estos pueblos, bloqueada desde la Operación Génesis hace casi siete años, invadida por los actores armados, que han impuesto la violencia y la muerte en la zona, generando miedo en los habitantes de los pueblos Atrateños, en los transportadores, comerciantes y muchas instituciones de servicio, incentivando el abandono y la desprotección de esta región. Nuestra toma del Atrato es algo más que un acto simbólico; es ciertamente una protesta en contra de las masacres y desapariciones de centenares de campesinos, los desplazamientos, los señalamientos y las retenciones arbitrarias, las hambrunas, las epidemias, el cautiverio de pueblos enteros en el mismo lugar donde habitan sin poder salir al trabajo. Nuestra toma del Atrato es una voz que se alza contra el bloqueo económico que impide la libre movilización de las personas y los productos, por los constantes retenes que unos y otros colocan a lo largo de! río Atrato donde quitan alimentos y combustibles, dinero, motores, botes, etc. La insurgencia sale cuando y donde quiere, los paramilitares tienen retenes fijos muy cerca de los puestos de control de la Fuerza Pública. Además, la misma Fuerza Pública hace restricción a la circulación de alimentos y combustible. Nuestra presencia en esta peregrinación que hemos llamado "Atratiando: Por un buen trato en el río Atrato", quiere ser también un refuerzo a la esperanza de las comunidades que han sabido resistir heroicamente en medio de las amenazas y presiones, aún con riesgo permanente de su propia vida, negándose a abandonar sus propiedades, empeñándose en defender su autonomía, su cultura, su territorio ancestral, los valores tradicionales que les han dado fuerza para resistir. Unidos a la voz de los pueblos, en estos siete años una y otra vez hemos denunciado públicamente los graves hechos de violencia contra las comunidades negras, indígenas y mestizas en la región del Atrato, reclamando el respeto a los Derechos Humanos y a las normas del Derecho Internacional Humanitario que protegen a la población civil. Pero la guerra continúa y se recrudece en un círculo vicioso y absurdo. Es hora de decir: "Basta ya! Paren esta guerra!" Estos pueblos, marginados y empobrecidos por el histórico abandono estatal ya no aguantan más. Para superar el bloqueo del río Atrato exigimos: A todas las partes del conflicto que suscriban por fin el Acuerdo Humanitario propuesto por las organizaciones del Foro Solidaridad Chocó el 2 de mayo en Bellavista - Bojayá y que se dispongan a un proceso de paz que, basado en la justicia social, transforme la región en un lugar de convivencia y respeto a la autonomía de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes. Al Gobierno Nacional le insistimos que garantice el inmediato desmonte de las bases paramilitares y de sus retenes en el Atrato y en el golfo de Urabá. En cuanto al restablecimiento económico es indispensable que el Estado a nivel central, regional y local cumpla con sus deberes constitucionales: •

El Plan de Desarrollo Nacional debe partir de los Planes de Vida de los pueblos indígenas y los Planes de Etnodesarrollo de las comunidades afrodescendientes.


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Los proyectos de inversión deben tener en cuenta los intereses y las necesidades de la población nativa y no favorecer macroproyectos de monocultivos como p. ej. la palma aceitera. Urge disponer sin demora los recursos para el dragado de las bocas del río Atrato cada vez más sedimentadas a causa de la falta de políticas de control sobre el corte de madera, la minería y el manejo de las basuras, con el fin de reducir los graves daños que causan las frecuentes y prolongadas inundaciones a la economía de la región. La cooperación internacional debe articular su intervención en !a región alrededor de las prácticas que nacen del seno de las comunidades.

En nuestro recorrido por el Atrato, hemos llegado hasta aquí. Nuestra Esperanza se ha fortalecido. Nuestro sueño es un sueño que se inscribe en el marco de la conversión y la reconciliación. Por eso invitamos a todos y todas a soñar, no para olvidar el pasado con sus injusticias, sino para construir futuro estableciendo las responsabilidades de los hechos, el reconocimiento de los daños causados y su reparación, la vigilancia para que no se repitan, la aplicación de justicia y la construcción de relaciones de equidad, condiciones esenciales para llegar a una auténtica reconciliación dentro de los difíciles caminos de la búsqueda de la paz. Inspirados en el capítulo 65 del Profeta Isaías, soñamos con una patria y una región donde desaparezcan las angustias pasadas, donde ya no se escuchen llantos, ni lamentos, donde ya no haya niños que mueran a temprana edad, ni jóvenes que tengan un fin desgraciado en la guerra, ni ancianos que no completen sus años, ni campesinos que planten sin llegar a recoger o para que otros les arrebaten injustamente sus cosechas. Soñamos que nuestros campesinos y campesinas lleguen a vivir como los árboles añosos de la selva, que no haya actores armados haciendo daño y que esta región sea un lugar sagrado donde incansablemente se siga gestando la vida. Agradecemos el acompañamiento a las comunidades y las múltiples expresiones de solidaridad nacional e internacional y pedimos a todos los que han tomado parte en esta iniciativa nos ayuden para que LA EXIGENCIA DE UN RIO ATRATO CON LIBRE MOVIMIENTO Y SIN BLOQUEOS, SE HAGA REALIDAD.


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