"Artes visuales: Del ver al mirar, anomalías del cotidiano" -Laboratorio de Crítica Cultural

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apoyo institucional



Annarella Rosati · Antonia Piñeiro · Aracely Hermosilla · Bárbara Castro · Isaac Pinilla · Javiera Bravo · Kathalina Araya · Nanda Lobos · Nico Amaro López Pamela Ruíz · S ofia Tello · Valeria Orellana · D aniel Retorcido

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apoyo institucional


El fanzine que tienen en sus manos es el resultado de las reflexiones propuestas por los participantes del XII Laboratorio de Crítica Cultural de la sede de Valparaíso de Balmaceda Arte Joven. Cada uno de ellos fue invitado a un viaje de apreciación y reflexión guiado por Rodolfo Muñoz, coordinador del laboratorio y artista visual. A través de metodologías reflexivas y participativas, junto a un destacado grupo de artistas visuales locales y foráneos, buscaron trazar un mapa de las artes visuales de la ciudad en la actualidad. Desde esta invitación, cada participante pudo asumir el rol de observador, pensador y crítico para acercarse a obras contemporáneas y plantear puentes que conectaran sus perspectivas, decodificándolas para ponerlas a disposición del público que ahora puede revisar estas interpretaciones en el texto presentado. Durante los últimos doce años, nuestra institución ha desempeñado un papel incansable en fomentar la reflexión a través de la crítica cultural. Entendemos el papel del crítico como el mediador capaz de proporcionar herramientas y puntos de partida a los espectadores que se acercan a una obra. Más allá de esto, buscamos ofrecer una mirada fresca sobre los contenidos que estimule el debate acerca de lo que cada artista ha planteado en sus propuestas. Además, buscamos proporcionar una devolución auténtica a los creadores sobre cómo sus contenidos generan sentimientos en otras personas. La pluma es libre; cada participante ha planteado sus aproximaciones desde sus vivencias, construyendo sus saberes y personalidades únicas. Sin embargo, han compartido estas manifestaciones con nosotros en este fanzine, que no pretende ser más que un repositorio de sus perspectivas y contribuir a expandir el universo de cada una de las obras y del acervo cultural que construimos como sociedad en un tiempo determinado. Agradecemos profundamente a cada uno de los jóvenes que aceptaron el desafío, al coordinador de este año y a todo el equipo de la sede de BAJValpo, que año tras año mantienen vivo este proyecto. ¡Seguimos adelante!

FEDERICO BOTTO Director Regional Balmaceda Arte Joven Valparaíso


Este laboratorio se ha propuesto abordar la crítica desde diversas y divergentes perspectivas respecto a las artes visuales. Somos seres capaces de establecer vínculos a través del cuerpo y de reflexionar desde él como una entidad integral. Las expresiones artísticas nos atraviesan, y trabajamos con las imágenes que quedan. Estas imágenes quedan plasmadas en un imaginario en construcción del cual somos responsables, participando activamente en el juego que implica la crítica. En este sentido, aproximarnos directamente a lo que nos interesa implica poner en tensión nuestra propia historia con la narrativa que se nos presenta. Investigamos cómo las obras se inscriben en diversos contextos y de qué manera nuestra percepción, seguida por el texto, contribuye a la discusión colectiva. La escritura se convierte en un elemento fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico y la conversación en torno a lo que nos sucede de manera más cercana. Es un acercamiento al pensamiento situado, explorando esas anomalías de lo cotidiano que representan las experiencias artísticas, las cuales nutren la ciudad y nos mantienen de pie.

RODOLFO MUÑOZ Coordinador XII Laboratorio de Crítica Cultural - BAJ Valpo


Quirón y los seres del otro lado

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Habitantes de la Nueva Postdigit

Entrecruces de la Memoria

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La corporalidad trans es un inst

América Despierta de Patricia Israel, r 18

Proyecto Arcoiris + G

Cuerpa que incomoda para deformar mir

El lenguaje no alca

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Auto conversación sobre Arte y

El territorio habla para que imaginemos n 28

Valpa

Exposición Quimantú 50 años: Como si ex 32


talidad

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a, una milla de cruces sobre el pavimento

trumento de protesta artística

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reflejo de lo vívido del arte en resistencia

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Galería Valparaíso Arte Urbano (2022-2024)

radas. Obras de Ana Harff y Ana Maria Fell

anza. Exposición de Danny Reveco

y resistencia de los últimos años en Chile

nuevos mundos

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araiso y contraste: Art+Belive y lo dispar

xhibir fuese suficiente Zona de sacrificio

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Quirón y los seres del otro lado POR VALERIA ORELLANA

En Valparaíso se vive el arte de manera distinta. Pareciera ser que aquí la gente encuentra donde hacer realidad aquello que habita dentro y que, de alguna manera, despierta al entrar en contacto con el puerto. Dedicarse al arte, en cualquiera de sus formatos, es un riesgo que se toma de manera consciente, puesto que su realización, en la mayoría de los casos, es independiente y su posterior exhibición limitada. Aun así, la necesidad de crear es tanta que deja de ser impedimento y pasa a ser una motivación para transitar la tormentosa, pero romántica senda del artista. El arte urbano de Quirón es reflejo de la escena local a través de un imaginario mágico e introspectivo, otorgándole parte de sí a esta ciudad todavía atrapada en la bohemia nocturna de los tiempos de la Echaurren que poco a poco se ha ido encarnando en los (des)afortunados que caen bajo su hechizo. Quirón (@pulmones.azules) es partícipe del bullicio que generan estos seres del otro lado, alquimista porteño, invocador de realidades que pasan coladas ante la urbe del puerto principal cuyo lenguaje a veces tan desde lo lógico no permite más que un simple “deleite especulativo”(1) cuando se habla de arte. Estas “ciudades invisibles”(2) mantienen viva la esencia de lo propio en Valparaíso que, si ustedes se han leído las cartas sabrán de lo que hablo, no es más que un nido de locos(3). Una creación que sobrepasa los 200 ejemplares en técnicas varias (tales como grabado, plumones, acrílicos, acuarelas, cerámica, lápices de colores y tinta china) y si hablamos de intervenciones urbanas perderemos en definitiva la cuenta. Para encontrar uno de ellos solo basta con salir a dar un paseo por el barrio puerto, o tal vez subir por carampangue hacia la avenida playa ancha, subir quebrada verde hasta central, tomar una 607 hacia viña y al pasar de camino cintura a avenida alemania estar atento viendo por la ventana, bajar de la micro en subida ecuador y hacer

el resto del recorrido a pie, adentrarse a las calles populares del centro, como son condell, brasil, pedro montt, colón, victoria e independencia, entre otras y otros cerros de Valparaíso. Estos seres situados en escenarios oníricos a menudo compuestos por geometrías erráticas habitan un reflejo distorsionado de lo que sería lo contemporáneo con relación al sujeto, la sobreescritura de emociones y percepciones del cotidiano no deja otro remedio que habitar el desorden(4), creando un nuevo sistema de códigos y símbolos para interpretar la experiencia de vida. A través de arquetipos propios que conforman el relato que subyace de una búsqueda progresiva que entrelaza formas y colores, otorgando sentido a medida que construye. Imágenes que abstraen los lugares de la memoria inmediata para hacer de ella una suerte de conciliación de procesos. El uso de la palabra escrita como intérprete, siendo recurrentes conceptos como la esperanza, el cultivo, la búsqueda, el sentido y los sueños. La naturaleza y los temples de ánimo aparecen materializados alrededor de aquellos cuerpos que contorsionan en función del gesto a menudo contemplativo en forma de velas, relojes, estrellas y navíos. Todo lo nombrado da cuenta de una obra de introspección y de búsqueda a la vez que frenética y meditativa. Quienes pertenecemos al subsuelo compartimos códigos y símbolos, vivimos a medida que las cosas nos hacen sentido(5). Esto no quiere decir que cedamos ante lo imaginativo, por el contrario, nuestra mirada se vuelve crítica, independiente del resto(6). Es en este momento que nuestro entorno cambia, las paredes hablan y los caminos nos invitan a perdernos en ellos, de manera que “brinda tal calidad de sentido de vida que sutura heridas, ordena desórdenes, hace experimentar que el caos


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se ha transformado en cosmos, pues convierte lo propio en real”(7). Quirón es reflejo del estado actual del arte local, del arte que no se expone en galerías ni se presenta con títulos anteriores a su salida al mundo. Es un artista a la antigua, los que se abandonan por completo al deseo y la necesidad de construir un mundo donde sí haya un sentido. Y es que “el hombre no puede obtener nada sin primero dar algo a cambio”(8) y porque se vive por y para el arte es importante que se reconozca en estos espacios y se de cabida en el otro mundo que concibe la disciplina algo distante del puerto noctámbulo y delirante donde habitan estos seres del otro lado.

1.

Imaginarios urbanos, Benjamín Bravo, pp 59. “El lenguaje racional, conceptual y lógico no puede por sí mismo producir sentido, será un simple “deleite especulativo”, un hablar desde ninguna parte”.

2.

Imaginarios urbanos, Benjamín Bravo, pp 53. “De aquí la importancia de dividir la urbe no tanto a partir de los planos geográficos, sino por “territorios culturales”, también conocidos como “ciudades invisibles”.

3.

Mujer hoy, Alienor de guyen, Tarot. “El Loco representa la inocencia, el instinto y la irresponsabilidad. Es la certeza absoluta, la fe ciega denodada, el desapego y la libertad. Cuando El Loco se encuentra en sombra representa el caos más absoluto”.

4.

Los no lugares, Marc Augé, pp 42. “El mundo de la supermodernidad no tiene las medidas exactas de aquel en el cual creemos vivir, pues vivimos en un mundo que no hemos aprendido a mirar todavía. Tenemos que aprender de nuevo a pensar el espacio”.

5.

Construir, habitar, pensar, Heidegger, pp 8. “Solo si somos capaces de habitar podemos construir”. Reinterpretación “habitamos a medida que entendemos y por eso creamos”

6.

Imaginarios urbanos, Benjamín Bravo, pp 57. “Se trata, pues, de la conjunción del sentir y de razonar; del animal symbolicum y de rationale. Se trata de “entrar en relación apasionada, al mismo tiempo que crítica, con el valor de la verdad de cada símbolo”, de captar, a partir del sentido captado en el símbolo, un pensamiento autónomo y un discurso conceptual en el que se gana una comprensión del ser hombre o ser mujer y de su situación en el conjunto del ser, pero no al margen de la interpretación, sino por medio de ella”.

7.

Imaginarios urbanos, Benjamín Bravo, pp 53-54. “Es el espacio donde el citadino vive afectivamente, en el que tiene un “centro afectivo” que le brinda tal calidad de sentido de vida que le sutura heridas, le ordena desórdenes, le hace experimentar que el caos se ha transformado en cosmos, pues le convierte lo virtual en real”.


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Habitantes de la Nueva Postdigitalidad POR SOFÍA TELLO

Habitantes de la Imagen es una instalación artística que busca crear un espacio de participación con el público fuera de los entornos artísticos convencionales. Su objetivo es reflexionar sobre nuestra relación con internet, las redes sociales, la mediación y virtualización de nuevas realidades, así como las consecuencias, tanto positivas como negativas, de esta realidad postdigital. La instalación sólo cobra vida con la participación activa de las personas, según Sofía Garrido (31), la artista y autora de la obra. Esta instalación tuvo su primera activación en la Estación Mapocho durante la Furia del Libro 2023 y actualmente se encuentra en exhibición en BAJ Valpo. La obra actúa como mediadora entre el espectador y la realidad actual frente a las tecnologías. Un cartel LED con brillante luz blanca invita a abrir la reflexión con la pregunta: Cuéntame, ¿Cómo sería tu vida sin internet?. Frente a ella, encontramos una extensa línea de papel dentro de una caja acrílica con aristas estéticas retrofuturistas que culmina cayendo al suelo y formando un cúmulo de papel. Al acercarse a esta línea de cuatro metros, se logra leer en la impresión las preguntas, respuestas e información que la persona que activó la instalación quiso compartir. La instalación de Sofía Garrido es intuitiva y limita la reflexión, por lo que busca ser lo suficientemente llamativa para que el espectador, de forma autónoma, la active y complete, generando así un nuevo rol para el espectador y dándole una responsabilidad más allá de lo colaborativo. Esto se logra mediante la interacción que surge desde la disposición participativa que el espectador logra generar, guiada por la estructura, su forma y su disposición en el espacio. Además, se complementa con la forma en que se posiciona frente a las preguntas presentadas y su visión individual ante la reflexión que se invita a plasmar en la obra.

Es una instalación incompleta que, a pesar de su estética pulcra y luminosa, invita a la activación pero no logra generar el espacio necesario para reflexionar sobre las temáticas que plantea la artista, como la postfotografía, la imagen y las vidas pantállica. Esto se debe a que la convocatoria no es explicativa, sino intuitiva, coartando así la experiencia de ser Habitantes de la Imagen. Más bien, reflexiona sobre lo que serían los nuevos habitantes de la postdigitalidad. La obra concluye evocando reflexiones frente a esta nueva realidad, abordando temáticas de la era postdigital, donde las redes sociales y el internet comienzan a regir la cotidianidad, la memoria y la dependencia que se ha consolidado. Aunque la instalación destaca en aspectos como la realización y funcionalidad, así como el cumplimiento del rol mediador, existe una deficiencia en los aspectos reflexivos, que es el objetivo principal, evidenciada por la falta de un diálogo explícito sobre la postfotografía y la imagen en el texto curatorial.


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Entrecruces de la Memoria, una milla de cruces sobre el pavimento P O R PA M E L A R U I Z

En la población chilena existe un alto grado de predominancia religiosa. Durante el siglo XX, gran parte de la población era receptora de una educación cristiana, más allá del nivel socioeconómico. Se trataba -y aún trata- de uno de los factores más relevantes en la sociedad. La obra de Lotty Rosenfeld materializa uno de los códigos principales del catolicismo, la cruz, símbolo que se encuentra asociado a la imagen de mártir y que ha moldeado hasta día de hoy la mentalidad de las personas en Occidente. Para el ciudadano de a pie, funge una función de soporte psicoemocional y de guía valórica. Junto a esto, cabe destacar que es la corporalidad en movimiento de una mujer, la que atraviesa la ciudad e interpela la sociedad. Corporalidad fuera de las cuatro paredes institucionales o las propias del hogar, manifestando en las calles la Cruz. Asociada históricamente, y como es sabido comúnmente; a lo masculino. Es en este contexto religioso que la obra de Lotty Rosenfeld, pese a su connotación subversiva, enfrenta limitaciones en su interpretación, por parte de la ciudadanía. Dado que es notorio, como falla

del sistema educativo nacional, la superficialidad de la enseñanza en temáticas artísticas. En el informe “Voces de la Educación artística en Chile. Análisis de un proceso participativo” publicado el 2022, y realizado por la UNESCO; revela grandes brechas que afectan especialmente al tramo más vulnerable de la población. En palabras de la propia artista durante una entrevista: “La obra invita al sujeto a reflexionar sobre sus dependencias a los códigos. Esta acción de arte, que he realizado por años, tiene por objeto interrogarse acerca del problema del poder en su relación con las instituciones y la vida cotidiana. Este signo alterado ha operado como metáfora en espacios que contienen marcas históricas, sociales o políticas de algún conflicto, desde aquello que afecta a la civilidad”. Así pues, la obra contendría, según la intencionalidad de la autora, un propósito de protesta y de alto contenido interrogatorio. Sin embargo, esto llega a contrastar con la realidad chilena cotidiana, donde se ha determinado que incluso al año 2023 un 59% se declara cristiano. (Ipsos, Religión Global 2023). No es descabellado asumir que en décadas anteriores,


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el porcentaje en la población habría sido altamente mayor. En comparación con su otra obra, “NO+”, la cual resulta fácil de digerir para cualquier ciudadano observador, “Una milla de cruces”, acaba experimentándose críptica, buscando abarcar temáticas de gran envergadura sociopolíticas, aunque completamente acordes a su época y vigentes hasta hoy. Pese a ello, sufre de una especie de barrera idiomática, interpretativa, por parte de la población y su capacidad para desentrañar mensajes detrás de imágenes. Junto a ello, no se ha de pasar jamás por alto la reticencia y rechazo que pueda generar inicialmente una obra de este calibre. Pues la acción de presentar una cruz en el suelo, para sectores de la población generaría una tensión. Una degradación inclusive. Coartándose taxativamente la posibilidad de siquiera llegar a reflexionar en torno a las relaciones que albergan instituciones -en éste caso religiosa- con el poder. Se trata entonces, de valores fundamentales en la población chilena, y que se hallan en el centro de

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la conformación como individuos. Interviniendo mediante ello en la calidad de sujeto político. Complementando lo anterior, el hecho de que el 80% de los chilenos está de acuerdo que creer en Dios (o en fuerzas superiores) ayuda a superar las crisis (Ipsos, Religión Global 2023). Por tanto, el significado de la obra queda velado o, directamente, desestimado, por una parte relevante de la población. Y hallándose entre el mundo artístico y la población mayoritaria, una brecha que no se termina de atravesar. Un mensaje que prácticamente es enviado al vacío, siendo audible más que nada por quienes han tenido la oportunidad de acercarse al círculo y de recibir instrucción. Se espera que con el transcurso del tiempo la influencia religiosa especialmente de índole cristiana, disminuya, y con ello las reticencias mentales impuestas para reflexionar y analizar esta clase de tópicos. A su vez, la capacidad para interpretación y crítica del arte irían en aumento, producto de un mayor interés y acceso equitativo en la educación artística.


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La corporalidad trans es un instrumento de protesta artística Crítica y Análisis de la obra de Tutu Valentin Espinoza, en la exposición colectiva Persistir en la Imagen expuesta en el Centex de Valparaíso 2022 POR NICO AMARO LÓPEZ

Lo trans lo queer, el travestismo y la extrañeza de la variedad sexogenérica de las personas se muestra normalmente como una parte privada, una parte que debe mantenerse en secreto sobre todo si no es normativa, si no encaja con un estándar. A veces, sin quererlo, las personas trans llaman la atención por su identidad visual, su corporalidad, sus formas de vestir y expresarse llegando a un otro de manera distorsionada. Así, son objeto de una precarización moral, siendo reducidas a simples bichos raros o identificadas como extranjeras dentro de un sistema binario. El sistema hegemonico designa y condena una manera de ser, como consecuencia de la sentencia de observación genital, se designa un nombre y un sexo que definirá un rol por el resto de la vida. Allí nace el trabajo de Tutu Espinoza, planteándose diferentes cuestionamientos sobre la existencia trans y disidente: ¿Cómo es renunciar a una identidad asignada al nacer? ¿Cómo es el proceso de transitar en un cuerpo supuestamente “equivocado”? ¿Cómo se usa esa corporalidad como elemento de protesta ante un sistema opresor? Entre testosterona, fajas, cicatrices, videos de niñez, videos de su operacion y un conjunto de objetos

de su nacimiento entre varios otros, Tutu muestra fragmentos de su historia y de la historia de muchos hombres trans, masculinidades disidentes y personas no binarias asignadas mujeres al nacer, historias que muchas veces no son reconocidas en un cotidiano y en el entendimiento de lo “transgénero”, término relacionado más comunmente con el mundo de las transfeminididades. El formato de la exposición se basa en una gran composición fotográfica central, acompañada por un televisor en cada lado, al frente una faja colgando y un muestrario. Del lado izquierdo se observa una imagen de Tutu recién nacido siendo sostenido por su padre, donde encima se superpone una ficha rosada sin nombre. Al lado derecho se observa una gran imagen en primer plano de su proceso quirúrgico acompañado por pequeñas imágenes del antes y después de la operación. En el televisor del lado izquierdo se muestra él cuando pequeño y del lado derecho se muestra su proceso después de la operación de masculinización de pecho. La faja colgada tiene las orillas del cierre bordada con nombres y abajo el muestrario contiene álbumes de fotos antiguas, una caja de galletas con su cordón umbilical, una imagen de una virgen y la ficha que vemos en la foto del lado izquierdo, al lado hay una


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copita menstrual, vendas deportivas y una caja de testosterona entre otros elementos significativos. Si bien esta obra es una sola parte de lo que Espinoza mostró en el Museo Sala Tránsito de Iquique en la exposición TRANSMEDIA, los elementos son los justos y necesarios para adentrarse en su historia personalEl registro de una historia no contada, pero colectiva y representativa, un archivo de vida de un recorrido que se toma y rehace la identidad, se parte de nuevo, o más bien se va construyendo, se interviene una corporalidad que no se siente correspondida y muta buscando lo propio, buscando, como bien dice el texto curatorial de la exposición “La posibilidad de ser quien se es realmente”. Con un tono nostálgico pero orgulloso, Espinoza muestra en la exposición fragmentos de este recorrido pasado, con una simbología clara, objetos específicos que fueron parte fundamental de su historia, una mirada desde lo asignado al nacer, que a primera vista destaca como la ficha de nacimiento en un rosado fuerte y patente como aludiendo a esa feminidad impuestaLuego, complementándose con el fondo, la figura paterna que le sostiene de bebé llorando desgarradoramente, pareciendo como una primera protesta de la existencia y de sus imposiciones normativas. Por otro lado de manera continua se alude al cambio de ese bebé, la

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negación de lo impuesto a través de la intervención corporal. La transición, se divisa como un inventario de objetos símbolos, pequeños elementos que marcan una historia de metamorfosis. La faja central concentra otra parte importante de su historia y de la representatividad colectiva, ya que fue prestada a varixs chicxs que también pasaron por la mastectomía, lxs cuales fueron bordando sus nombres y le escribieron tanto a Tutu como entre ellxs, casi como una herencia hacia otrx, una herencia llena de coraje, dolores y compañerismo llevado en el alma, compartiendo en sus cuerpos las cicatrices bilaterales que son testigos del cambio, de la colectividad y de la protesta contra lo normativo. Finalmente, la obra de Tutu Espinoza, trae a cuenta una realidad más escondida de la cotidianidad, pero que muestra la historia de muchxs quienes no son vistxs, la historia de una comunidad y de muchas familias que se enfrentan con lo LGBTQ+. La exposición muestra un fragmento de resistencia en lo disidente de la identidad trans y de su corporalidad que marca en sus cicatrices una protesta hacia la norma impuesta desde el momento de nacer. Por ello muestras como esta son importantes visibilizarlas, para ir ganando espacios de discusión artística y política de las que nadie puede desentenderse y de las que todxs deberíamos ser partícipes.


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América Despierta de Patricia Israel, reflejo de lo vívido del arte en resistencia POR NANDA LOBOS

En 1992 la X Bienal premia por primera vez a una mujer, con el premio a la artista Patricia Israel. Hija de inmigrantes judíos, con antepasados griegos, españoles y rusos. Asume su posición de mujer chilena y latinoamericana, con el fin de visibilizar las manifestaciones de violencia y crimen en la historia de la humanidad a través del arte. En sus obras se rescata este deber de recordar la imposibilidad de hacer justicia en tiempos álgidos. El que haya escogido América Despierta no es al azar entre el mar de obras de Israel, este grabado de colores tan intensos, casi festivos, eran una característica de Israel, que utilizando estas herramientas visuales lograba retratar desde una mira política-crítica los hechos. Sus trabajos poseen una idea, un concepto e historia que guardan un íntima relación con su relato personal y referentes históricos. Tomando en cuenta a su vez este marco político que abraza la obra y la técnica utilizada para concretarla, sin dejar de lado la línea de vida de la autora y sus aportes al arte en resistencia. Esta serigrafía creada en 1972 por Patricia Israel y Alberto Perez, da cuenta de Latinoamérica profunda con sus luces y sombras. Dividida en dos pliegos, muestra un mapa en el que destacan figuras dominantes de la historia, animales como: mariposas, caballos, peces, insectos, aves; alimentos varios, plantas, obrerxs con picotas en sus manos, podemos interpretar la presencia de una fuerza policial y militar amedrentando a una persona, como también si nos fijamos en los colores y simbolos caracteristicos que


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asociamos con nuestro imaginario social. Al final de este pliego en un costado aparece esta especie de firma, en la que los artistas se declaran geógrafos y aparecen armados con un fusil ante los pies de un continente teñido de vida y represión, representando la unión de dos ejes culturales, Cuba y Chile. El mensaje entregado en América Despierta, se hizo más latente en el marco de la dictadura militar en Chile (1973). Es en este tiempo histórico que la obra se vuelve un ícono de represión y censura dentro del régimen chileno. El 11 de septiembre de 1973 comienza una operación de “limpieza” con la intención de eliminar la presencia de la Unión Popular en el país, desencadenando en una serie de allanamientos, detenciones, torturas y la censura se consideraba como norma. En este contexto el círculo del arte se ve enfrentado a su propia persecución y desmantelamiento. Los militares se arrojaron en la búsqueda de toda obra que aludiera al periodo de Allende, y es aquí donde aparece América Despierta de Israel y Pérez en primera plana de “La Tercera”. En esta imagen se muestra como un grupo de militares quema esta obra frente a las Torres San Borja en Santiago. Después del derrocamiento del gobierno, tanto Patricia Israel como Alberto Pérez entraron en la clandestinidad, haciendo que el recorte de prensa de La Tercera fuera vista como una amenaza inmediata. En ese momento, la vivienda de Israel ya había sido allanada, por lo que, pocos días después de la publicación, la artista tuvo que abandonar rápidamente el país. Al ser un grabado que no era bienvenido en el contexto de la dictadura, desaparece del radar y no es hasta el año 2020 que Paz Moreno, hija de Patricia, recibió un correo procedente de Bélgica, donde una mujer afirmaba tener una de las copias originales de la obra América Despierta. Teniendo en cuenta este crítico panorama de gran ajetreo social político, me llama la atención cómo esta obra marca un proceder en la historia gracias a su suerte situacional, lugar y momento preciso que ayudó a que esta obra influyera y se mantuviera a lo largo del tiempo, encontrándose en nuestra actualidad en el Centro Cultural La Moneda de Santiago en el marco de conmemoración de los 50 años del golpe de Estado civil-militar de Chile, con la exposición “Cómo diseñar una revolución, la vía chilena del diseño” aportando con su presencia a este relato cultural

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visual de uno de los periodos históricos cruciales de Chile. América Despierta planteó una interrogante esencial en el campo del diseño a escala global: ¿cómo generar diseños de manera que se fusionen el socialismo y la democracia?. Otro elemento a destacar es el profesionalismo para plasmar a través de símbolos y colores realidades adversas de un país. Por este mismo detalle quisiera resaltar la técnica usada en este trabajo, el grabado. El grabado es una forma de arte que implica la creación de imágenes o diseños mediante la incisión, tallado o grabado de una superficie plana, llamada matriz, más en específico se trabajó con serigrafía, que es un método de impresión que permite la creación de obras de arte con múltiples capas y colores, ofreciendo versatilidad en la expresión artística y la reproducción de imágenes. El proceso de hacer un grabado con 13 colores es un trabajo artístico complejo y detallado que involucra varias etapas. Entre ellas la elección de colores hecha por la dupla, encajan formando una armonía tonal, como también permiten que el receptor de la obra aplique estos imaginarios simbólicos construidos por el inconsciente del país, relacionando colores como los verdes y armas. los rojos y obreros, entre otras referencias que abundan en la obra. Los cuales van acompañados de este mensaje implícito que nos entrega Patricia de dominadxs y dominadores. La precisión y cuidado de esta producción recae también en este preciso alineamiento de las impresiones para lograr la superposición correcta y crear la imagen final con la totalidad de colores y elementos, donde Israel y Perez reconocieron la necesidad de esta atención al detalle logrando concretar una serigrafía de 160 x 100 x 3 cm de medidas, con bastante contenido metafórico que podría, pero no es el caso, haber saturado o entorpecido la lectura del trabajo. Es así como América Despierta se establece como figura representativa de este vivir en opresión a través de un contraste alegre en su aplicación y finalización visual correcta a la hora de elección de superposiciones de capas, donde el proceso es laborioso y requiere paciencia y habilidad técnica. Así también cerrar resaltando esta línea discursiva que Patricia Israel desarrolló a lo largo de sus producciones, esta forma tan sensible de documentar y construir su relato histórico personal y hacerlo colectivo.


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Proyecto Arcoiris + Galería Valparaíso Arte Urbano (2022-2024) POR JAVIERA BRAVO


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En septiembre de 2022 llegó a Chile el “Proyecto arcoiris”, gracias a una articulación entre la Corporación Municipal Cultural de Museo de Bellas Artes de Valparaíso y el grupo Qroma (marca Tricolor), iniciativa público-privada que busca promover el sentido de comunidad e inspirar conductas positivas a través del muralismo en sectores grises de la ciudad que, a la vez, se intenciona como una estrategia de mejoramiento urbano y reactivación económica para Valparaíso. El proyecto promete pintar más de 5.000 metros lineales en al menos dos etapas, comenzando con el mural del colectivo “Arte en tu barrio”, situado en calle Condell, más específicamente en la fachada del edificio de la ex Cooperativa Vitalicia. Para luego, continuar cubriendo cortinas de locales comerciales (primeras plantas) desde Barrio Puerto hasta Av. Argentina, dando contenido a la llamada “galería VAU” (entre Plaza Anibal Pinto y Plaza Victoria) espacio donde diferentes artistas y colectivos locales ofrendan su arte a la ciudad. En un recorrido breve por calle Condell, por un lado tenemos que el mural de Plaza Aníbal Pinto, tiene como objetivo fusionar al Valparaíso histórico con el moderno, propuesta diseñada mediante conversaciones vecinos del edificio-lienzo que lo acoge y, por otro lado, las cortinas comerciales con diseños visibles posterior a la hora de cierre y que en particular, a menos de un año de iniciado el proyecto, se encuentran en su mayoría intervenidas por otros grafiteros de la ciudad. En este sentido el proyecto en Valparaíso carece de un hilo conductor y coherencia visual, lo cual también podría ser uno de los valores identitarios de la ciudad puerto y que el hilo conductor aparece en la diferencia de recursos plásticos de cada colectivo e incluso en las intervención de otros artistas callejeros que posteriormente buscan ocupar espacios sobre otros, plasmando diversidad de colores y firmas sobre otras, como el pañuelo de casas que se configuran en las alturas, cómo la arquitectura patrimonial es intervenida por la actividad comercial, cómo la vida de barrio fue emplazada por el turismo en circuitos patrimoniales de la ciudad y como las vistas son arrebatadas por edificios que crecen en los cerros. En Lima, el “Proyecto Arcoíris” se ha llevado a cabo en sectores estratégicos de la ciudad donde el impacto ha sido recuperar notablemente la calidad

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de vida barrial desde el piloto del año 2018 hasta la última versión en 2022. Mientras que en Valparaíso, su presencia aparece a lo largo del plan, donde el espacio no propicia el mejoramiento de la calidad de vida barrial, sino a potenciar el comercio y el turismo, por lo que me hace pensar que el objetivo alma de este proyecto no se cumple en su totalidad y más bien se trataría de resolver una problemática profunda con soluciones superficiales, inclusive esta obra asistencialista podría beneficiar mucho más a la empresa de pinturas que al mismo Puerto. El alcalde Jorge Sharp mencionó que el proyecto le cambiaría el “rostro” a Valparaíso, pero ¿Cuánto estamos pensando en el rostro de Valparaíso?, ¿quienes habitan y sienten estos murales?, ¿es una estrategia de mantención urbana o maquillaje que recubre la historia de nuestra ciudad?, ¿qué tan profundo co-creamos este rostro con los porteños y porteñas?, ¿Cuál era el rostro de Valparaíso?, ¿cual es el rostro ahora? Creo que este sigue siendo el de una ciudad en mal estado de conservación, con cerros y muros de naturaleza atiborrada en la diversidad de formas y colores. Donde a la ciudadanía se le abraza brevemente con murales en lienzos en que pareciera ser que el mural se vuelve soporte. Como bien plantea Magdalena Dardel, sobre el mismo sistema de abandono que se refleja en Museo Cielo abierto, los murales constituyen un registro del ejercicio, casi performático donde se desarrolla el sentido de comunidad, pertenencia y belleza al momento de su ejecución, pero posterior a eso solo se vislumbran esfuerzos institucionales débiles para evaluar los criterios de salvaguarda patrimonial y artística de la ciudad puerto. Por lo tanto, sería interesante que la ciudadanía pudiera estar cada vez más al centro de estas ideas, participando no solo desde la voluntariedad, sino también desde el saber, la formación y discusión profunda sobre lo que significan su identidad y lo importante dentro de dichas mejoras urbanas que las instituciones deben atender con urgencia de manera sustancial.


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Cuerpa que incomoda para deformar miradas. Obras de Ana Harff y Ana Maria Fell P O R K AT H A PA Z

Las obras visuales que plantean una crítica tienen como finalidad ampliar el espacio de lo visible e integrar aspectos de su contexto para analizar lo manifestado. “Renuevan la experiencia de la mirada sobre los objetos que la convocan”, y en eso generan un proceso de transformación en el que la realidad referencial se vuelca a ser una experiencia corporal que amplía los sentidos de quien observa. Así lo planteó la curatoría de Objetos y Procesos, exposición de estudiantes del Instituto de Arte Contemporáneo realizada en 1994 donde participó la artista Ana Maria Fell. La repetición de imágenes similares terminan por normalizar ciertos aspectos, siendo la masificación de contenido una herramienta poderosa para determinar tendencias y moda. Pero qué sucede con las que difieren de lo hegemónico?¿cuales son las imágenes que nos incomodan? ¿toleramos lo extraño? ¿o intentamos ser parte de la higienización y homogenización de nuestras corporalidades en base a una conformidad social? “La tecnología ha provocado que la imagen que tenemos de nosotros mismos sea, ante todo,

cambiante, condicionada por la presencia frecuente de cámaras en nuestro entorno inmediato” (Barnés, H. 2012), a la vez que nuestra conducta es determinada y condicionada por la manera en cómo nos desenvolvemos dentro de la sociedad. En este sentido, nuestras corporalidades pueden ser jaulas que encasillan o permanencias que liberan. Las artistas visuales Ana Harff y Ana Maria Fell integran en sus obras cuerpas femeninas que transgreden con la concepción hegemónica sobre lo femeninamente aceptable. Aludiendo a las múltiples y diversas corporalidades que existen, transmitiendo además sensaciones de extrañeza y, ojalá, hasta de incomodidad. La fotografía de retrato de Ana Harff encuadra partes del cuerpo, mostrando en detalle formas y texturas que sugiere ponerle atención. Además, de colores y estética sencilla en su obra es el contenido lo que resalta, ya que es explícito y supone una revelación sobre lo que somos naturalmente. La propuesta de Ana Maria Fell tiene una estética


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marcada por la rareza, la incomodidad y lo horroroso que altera inmediatamente los sentidos. Estamos frente a una puesta en escena donde la penumbra y lo ficticio toma posición interpelando nuestra propia creencia sobre lo consensuado. La incomodidad de una obra que muestra cuerpos disidentes permite cuestionar lo que en nuestro imaginario tenemos internalizado como lo cierto. En este caso, la verdad se vuelve peligrosa cuando hay una concepción hegemónica sobre cómo deberíamos vernos para conseguir validación social. En definitiva, nuestra primera relación con el mundo está dada a través de nuestras corporalidades. Somos múltiples figuras que se desplazan e interseccionan en una cotidianidad que es determinada por múltiples factores socioculturales, los que afectan la forma en que nos percibimos, presentamos y relacionamos con nuestro entorno. Es así como la identidad permite reconocernos y aceptar nuestras diferencias como signo de seres vivientes que provenimos de un origen ancestral similar.

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“Durante el siglo XIX, el retrato nos daba una imagen fijada, preparada de antemano y seleccionada, de nuestro ser: era la imagen de la incipiente burguesía. Cada persona se presentaba a sí misma rodeada de características que representaban su estatus social y la imagen con la que quería ser identificada” (Barnés, H. 2012). Actualmente, en el siglo XXI la situación no es muy distinta. Redefinir nuestra propia piel y sus contornos es parte de las transformaciones que de pronto se han ido integrando socioculturalmente, pero ha sido una lucha constante contra un paradigma patriarcal y capitalista. Las diversas corporalidades de mujeres y disidencias han sido ocupadas como instrumento performativo en las manifestaciones políticas y artísticas como liberación de nuestras cadenas racionales hacia una liberación de la conciencia.


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El lenguaje no alcanza Exposición de Danny Reveco POR ISAAC PINILLA

La exposición que se está llevando a cabo en el Parque Cultural de Valparaíso Ex-cárcel, realizada por Danny Reveco bajo el nombre El lenguaje no alcanza es una muestra que se conforma por diversos montajes interactivos, los cuales están dispuestos en el espacio de tal forma en que les visitantes se despliegan por el lugar interactuando con las instalaciones. Estas tienen un primer módulo en el que podemos apreciar tres obras. Luego, un segundo espacio donde hay siete obras funcionando de manera continua y paralela. Y, por último, una sala al costado donde se puede apreciar una última obra. Esta exposición de Reveco problematiza diferentes aspectos sociales y culturales que ha atravesado el país en su historia reciente, principalmente desde la revuelta del 19 de octubre del 2019. Estos surgieron desde la llegada de Pinochet al poder con el Golpe de Estado y la posterior inmersión del modelo neoliberal en Chile. A continuación, se revisa cómo la obra de Danny Reveco refleja la violencia estructural debido a la dictadura militar. Muchas de las obras de Dany aluden a la imposición del poder, la explotación de los cuerpos, de los territorios, la desigualdad social, los sentimientos de injusticia y de rabia, que encontraron una salida en el estallido social. Por otra parte, también refieren al lenguaje de la ternura, la organización social, las ollas comunes, las tomas de terreno y las acciones de resistencia que hacen los pobladores desde y para sus comunidades. Dentro de la exposición se encuentra un prototipo de nave policial blindada, a esta la acompañan

diferentes audios de gente que se ha visto expuesta a violencia política y policial, tanto en la revuelta, como en dictadura. Esta obra puesta al medio de la sala pone en tensión estos relatos, a través de esta estructura elevada y suspendida la cual produce una atmósfera caótica y ruidosa, lo que da paso a pensar en torno a la relación del poder y su configuración. Históricamente, Chile, como parte del continente Sudamericano, se ha visto confrontado por la imposición del primer mundo, este enfrentamiento ha repercutido, en los cuerpos y territorios, así también en la destrucción de ecosistemas y en la exigencia de alinear la vida en torno al mercado. Hoy en día, estas estructuras de poder siguen siendo visibles, corroborables y tácitas. El legado que dejó el colonialismo y la dictadura de Pinochet en la historia reciente, toman lugar y abren paso a pensar que la tensión del poder hacia el territorio y sus habitantes pareciera ser un loop interminable, en donde no importa quién esté al mando, siempre habrá una estructura violenta y represora sobre la población. Por otra parte, la obra de Danny no solamente alude a esta represión y violencia estructural, sino que también en cómo las personas se organizan desde el cariño, el cuidado y la ternura en sus comunidades, es aquí donde podemos apreciar en una de sus obras a dos madres abrazándose en donde una de ellas tiene un cartel el cual dice basta de impunidad, al lado un código QR que relata la situación en que los hijos de estas madres fueron violentados por policías en el contexto de manifestaciones. Este abrazo de alguna manera representa este dolor compartido a nivel social y cómo los pobladores a través de las ollas comunes, organización social y el


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apoyo mutuo pueden sopesar la violencia estructural. Estas formas de relación fueron fuertemente mermadas, criminalizadas y desintegradas durante la dictadura, el derecho a reunión y de manifestación fueron prohibidos. El tejido social se vio debilitado y posibilitó la prolongación del sistema neoliberal, médula del estallido social. Si bien la exposición apunta hacia los conflictos de la revuelta y de esta democracia fracturada que viola sistemáticamente los derechos humanos tal como en dictadura, es importante identificar el Golpe de Estado como punto de partida y de ahí hacer un análisis crítico sobre las formas de poder, su desarrollo y consecuencias. Por otra parte, es relevante hacer visible lo invisible, esta democracia sintética e higienizada, suele justificar sus aberraciones a través de ser un Estado de derecho, pero ¿acaso basta solo con tener un estado de derecho? cuando es evidente que la casta política, militar y empresarial son parte de un aglomerado que sigue estando por sobre la ley, la población y los territorios. La violencia estructural hacia las comunidades ha existido, existe y existirá en un futuro cercano aparentemente, pero; “mientras exista miseria habrá rebelión, mientras exista injusticia social habrá subversión”. (Villarroel & Díaz, 2023), estos dichos los recojo a partir de las declaraciones de Mauricio Villaroel ex-lautarista. Estas palabras me resuenan, toman sentido y me impulsan a reflexionar que la continua lucha social es inherente al capitalismo, es la respuesta eterna por la reivindicación de nuestras vidas. La propuesta

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de Danny Reveco toca estos puntos de manera muy exacta y delicada, haciendo que la visita sea una experiencia sensorial, interactiva incluso traviesa y por sobre todo caótica, una obra que invita a la exploración de buscar y resignificar otros lenguajes, cuerpos y territorios, trastocar los paradigmas del neoliberalismo, de la violencia política-policial a repensar sobre el dilema de siempre oprimidos contra opresores, es una obra incómoda donde su trayectoria no es solamente del taller a la galería si no que interviene la calle, raya, pinta y roba. Es una provocación directamente al modelo y al espectador, una contra respuesta a la biosfera del arte a la comodidad de una feria, una bienal o una galería preocupada de vender solo arte formalista a mecenas millonarios. Propone re-pensar y rearmar estos cuerpos sociales y físicos que fueron desconfigurados para volver armar una historia inconclusa. Referencias: Villarroel, M., & Díaz, I. (2023, septiembre 13). (Chile) Palabras de Marcelo Villarroel frente a la semana de agitación por su salida a la kalle – Informativo Anarquista. Informativo Anarquista. Retrieved January 16, 2024, from https://informativoanarquista.noblogs.org/ post/2023/09/13/chile-palabras-de-marcelo -villarroel-frente-a-la-semana-de-agitacion-por-susalida-a-la-kalle/


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Auto conversación sobre Arte y resistencia de los últimos años en Chile POR DANIEL RETORCIDO

Donde fue que era esa expo? Cual de todas? Esa donde había un guanaco estrellado contra el suelo que te gustó caleta! Aa verdad, no me acuerdo Pero! Ya pero estaba buena o no? Hace cuanto fue Fue el 24 de agosto del 2022 y el artista era Norton maza ¿Un capo o no? Hay varias obras e instalaciones terrible buenas de ese compa trabaja mucho con la maqueta ese retablo tradicional el cartón harto reciclaje y alta crítica al mundo actual. A como manejamos la tecnología y los recursos naturales y al mundo neoliberal por ende harta basura armas hechas con recicle y un montón de retablos chicos y grandes Bueno esta obra se llama analogías de la realidad y era ese carro con unos retablos pequeños hechos en piedras del estallido social, el carro tiene unos pájaros azules montados arriba, habla de una analogía a la de forestación extractivista la práctica del neoliberalismo aberrante y grosero que lleva devastando la naturaleza por harto rato ya.


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Que bueno que hallan artistas que pongan estos temas en la mesa, que hablen de estas problemáticas, que usen la herramienta social artística para visibilizar un problema que hemos vivido en carne propia qué es la destrucción natural y la represión mental por parte de una entidad humana basada en la acumulación de capitales con fines totalmente egoístas. Concuerdo con Tigo, como artista es un poco lo que busco también, poner temas incómodos sobre la mesa como la muerte el horror y el terrorismo de estado, hay más artistas que ponen estos temas en la mesa y usan el arte como método de defensa ante el aparato represor como Danny Reveco. Este compa de los murales?? Yo haría una serie animada de sus murales Tiene harto movimiento y personajes bizarros y aborda el estallido social desde la pertenencia desde lo empírico de haber estado ahí igual que tu, Norton maza es más viejo, este cabré tiene el manso futuro esta recién partiendo con grandes exposiciones. Como su más reciente exposición el lenguaje no alcanza, una patada en el culo a los burgueses fascistas de este país y el mundo. Pertenencia periférica, pueblo y esa manera tan creativa de desahogarse poniendo un ovni con balizas para agarrarlo a piedrasos y para que hablar del video arte, ese si que les hizo arder el ojete, lo mejor fue la crítica del mercurio, diario que ha sido cómplice de asesinos y nazis, es chistoso e irrisorio

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que no le den importancia a fraudes millonarios pero si alguien se roba unas letras de anuncios que son tan reemplazables, es simplemente una broma de mal gusto, una letra de metal es reemplazable, pero ¿quien le devuelve los ojos al pueblo? En el fondo la lucha social debe ser en el ambiente donde estos burgueses se mueven para poder remover les el estómago y hagan algo para mejorar desde su privilegio a sus empleados y mejoren las condiciones laborales y espirituales de este país moribundo, que se murió el 2019 y volvió tibio como ese sueño que tienes cuando te duermes de nuevo te despertaste y te volviste a dormir y hoy estas despertando otra vez pero de un sueño traumatico una pesadilla pesada de 5to sueño de esas que dan con parálisis y desdoblamiento astral Y te das cuenta de eso por que en los colegios aún no tapan las goteras se concentran en que sea uno patriota y no en mejorar tu calidad de enseñanza por eso tantos flaite salvandose para comprar tussi, por que no hay mirada crítica y se acepta lo que se impone desde arriba Por eso es bueno que se hablen de estas cosas que halla un espacio para generarse preguntas y gente que haga que te cuestiones como se gestionan las cosas. Si en el fondo la crítica cultural la hacen los y las artistas con sus obras.


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El territorio habla para que imaginemos nuevos mundos POR BÁRBARA CASTRO

Común & Silvestre 2 No hay senderos en la cueva del brujo es el segundo número de esta novela gráfica escrita por Günen Raimundo Villarroel y plasmada por Pablo Delcielo en 2023. Fue editada por la Editorial Nihil Obstat y Ediciones Granizo, diseñada con un formato accesible, encuadernación rústica e impresión offset a tres tintas en papel bond, buscando una propagación sencilla. En su página web, la novela se describe como una escatológica aventura infraheroica, adentrándonos en un bosque fértil de historia y de cultura, más allá y más acá de lo humano. Esta novela gráfica es una crítica al orden impuesto en Abya Yala, pero también una caricia a la memoria, que se sazona con aguda ironía, relatando un viaje hacia las profundidades del territorio, entendiéndolo “no como un espacio determinado, sino como una multiplicidad de temporalidades en simultáneo dentro de un entendimiento común. El territorio es un relieve geográfico, pero también emocional y afectivo” (Ivan Rivera 2022) . Por tanto guardián de memorias que se hacen presentes por medio de esta gráfica, entre ellas la iconografía de un petroglifo del periodo colonial ubicado en Jahuel, Santa María que representa el amargo capítulo de la conquista española, documentado por Monica Cortes y Sebastian Candia en el libro Iconografía de Aconcagua: una aventura rupestre. Común y silvestre nos muestra la huella de la herida colonial, haciéndose cargo más allá del lugar del dolor o temporalidad, proyectando una historia viva y llena de sensibilidad. La huella del periodo colonial se

muestra como potenciador para imaginar nuevos mundos, muy en la línea de pensamiento de la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui que recurre a un antiguo aforismo aimara: “qhip nayr uñtasis sarnaqapxañani” “Mirando al pasado para caminar por el presente y el futuro” para trabajar esta idea de multitemporalidades en comunicación y tensión que se hacen presentes en el ahora. Por otro lado Pablo Delcielo trabaja la ilustración desde una estética doodle, plumón grueso y dibujo rápido, refinada con tramas que entregan medios tonos, un lenguaje actual que resulta un respiro en medio del esencialismo con que son tratadas estas temáticas. También recurre a patrones y fractales para dar movimiento a la historia que bien podría apreciarse como un viaje psicodélico, lo que genera una mixtura estética muy fresca. En estas páginas hablan múltiples voces -tan diversas como lo es un bosque-, por medio de citas, conceptos, iconografía que buscan resonar dentro de nuestra hermosa diferencia. Nos dice que es necesario ampliar la obra creativa para que sea el canto de distintas voces y temporalidades que regeneren el tejido de la memoria. Esta conversación con el territorio nos invita a imaginar nuevos mundos con la continuidad de las voces que han sido silenciadas, no desde la nostalgia y la vuelta al pasado sino que muy vivido en el presente, generando espacios de multitemporalidad llenos de empatía, que nos recuerda que la memoria es un campo de disputa.


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Valparaíso y contraste: Art+Believe y lo dispar P O R A R A C E LY H E R M O S I L L A Cuando se habla de Valparaíso como lugar turístico, veremos el imán de turistas que es, denominado un lugar de riqueza cultural y con mucho de donde disfrutar. Sin embargo, esta realidad solo se vive en unos cuantos cerros, ya que, muchos han sido apartados. El mural “We are not hippies we are happies” polariza a Valparaíso al posicionar la ciudad desde una perspectiva privilegiada. Este mural ubicado en Cerro Alegre resuena hasta el punto de ser citado en stickers o como un símbolo de Valparaíso, pero, ¿puede ser un símbolo si se refiere desde una realidad aislada? ¿tendría la misma connotación si se cambia de ubicación y contexto? Por lo mismo, se debe hacer una muestra de la realidad como tal y una comparación con ambos panoramas. El mural fue creado por quienes conforman Art+Believe, un dúo de artistas descendientes del Reino Unido quienes se han encargado de viajar dejando su rastro artístico. Este mural tuvo un

intento de intervención años atrás, sin embargo, los vecinos reaccionaron para que no lo borrasen y así reparar lo dañado. Durante la investigación del movimiento Art+believe, llama la atención las reseñas que se tienen de la ciudad y el mural, ya que todas son positivas y describen a Valparaíso como un lugar maravilloso y sin peligro: “me enamore del relajado ambiente y vibrante de esta ciudad” son comentarios comunes que se encuentran dentro de la página de Facebook de dichos artistas. En los cerros, aquellos que enfrentan de manera directa la violencia y se ven afectados por cómo se les otorga mayor prioridad a la seguridad de quienes visitan la ciudad por períodos cortos.La realidad es que al chileno común no se le enseña a vivir el arte de la misma manera que a aquellos que estudian o están más involucrados. Es difícil que se relacionen con algo que visualmente pueden comprender poco y mucho menos si está en un idioma extranjero. Esto


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conduce a que el arte no sea tan reconocido por los habitantes locales como sí lo es por turistas. Las comunidades en esta zona se enfrentan a desafíos significativos para su subsistencia, desafíos que no se manifiestan tan claramente en lugares como Cerro Alegre y Cordillera, dado que estos son destinos turísticos. No obstante, la realidad genuina de Valparaíso se evidencia en lugares más marginados, donde la inseguridad es una constante. La mayoría de los residentes habitan en viviendas arrendadas, heredadas o en asentamientos informales, una consecuencia de la necesidad de establecerse en los cerros para encontrar un lugar donde vivir. En los últimos años, se ha registrado un notorio aumento en la incidencia de violencia, con robos, asaltos vehiculares, tiroteos y homicidios que se han vuelto parte integral del día a día, si nos ponemos en este contexto ¿tiene sentido referirse a este panorama con el mural? la respuesta es no. El mural de Art+Believe situado en Cerro Alegre y la connotación que se le a entregado es errónea y que tenga su propio horario de concurrencia en Google Maps lo refleja, se debe hacer el ejercicio mental de pensar los contextos de valparaíso e intentar encajar este mural en sus localidades, probablemente no duraría ni un mes antes de ser intervenido y cambiado por algo que si les represente.

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Por lo mismo, también hay que recalcar el arte que hay en estos lugares, hechos por personas que si viven ahí y no quienes van de relajo, quienes eligen expresarse en las paredes o mediante líricas y a quienes no se les da la misma importancia, tales como Pablo Suazo o Proyecto Rojo Si hacemos el mismo ejercicio anterior entonces ¿sería lo mismo el cambiar este arte a un contexto turístico? ¿Tendría la misma relevancia un mural hecho por un artista nacional que por uno extranjero? Es importante aludir a la reflexión de los contextos y la realidad antes de simplificar una ciudad a lo bello visualmente, Valparaíso tiene potencial artístico entre sus propios habitantes que se tiende a ignorar y reprimir por expresar una realidad que no concuerda con el estereotipo que ya se tiene sobre esta ciudad. La Polarización de Valparaíso se evidencia a través de la contrastante perspectiva turística, centrada en lugares selectos y representada por el mural “We are not hippies we are happies”, frente a la realidad de comunidades menos privilegiadas que enfrentan la violencia diaria. La obra refleja una imagen positiva que no se alinea con la realidad. La falta de conexión entre la representación artística y la vida cotidiana de los habitantes destaca la necesidad de valorar y reconocer el arte local.


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Exposición Quimantú 50 años: Como si exhibir fuese suficiente POR ANTONIA PIÑEIRO

Desde noviembre del 2023 y hasta fines de febrero del 2024 se puede visitar la “Exposición Quimantú: 50 años. La memoria y los libros”, organizada por la Fundación Puerto de Ideas y exhibida en el hall central del CENTEX. En palabras de la fundación, la muestra propone un “recorrido por su breve pero intensa historia, recuperando los principales objetivos, entre otros, facilitar el acceso a la cultura a través del libro y la lectura.” Objetivos que, tristemente, no se ven valorados en la muestra. El tratamiento del montaje es negligente respecto del proyecto editorial Quimantú. Descuido que como espectadores podemos experimentar, tanto en la factura, como en el contenido de las piezas que componen la exhibición. Quimantú fue un proyecto editorial activo en Chile entre 1971 y 1973 que sostuvo como uno de sus

principales objetivos la promoción de la lectura en contextos populares. Este objetivo implicó importantes desafíos en torno al diseño, producción y distribución de ejemplares de diversa índole y para todo público que fácilmente podrían inspirar el quehacer editorial actual. Sin embargo, en la exhibición, podemos ver solamente la portada de libros y revistas, ocultando a ojos de quien visita la “impecable calidad literaria” a la que hace alusión el texto curatorial. La forma en la que se ubica la muestra de libros, ubicados boca arriba, bajo el vidrio de una mesa circular, lleva a pensar que el objeto cobra más sentido en un espacio de acceso popular como una feria -a escasos metros de la sala-, donde los ejemplares pueden someterse a la experiencia y apreciarse en su totalidad. Sumado a las mesas, la exhibición incluye una


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cápsula con video y biografías breves, una línea de tiempo, una serie de láminas temáticas, una estructura que imita un kiosco con una escena impresa en blanco y negro sobre plástico y una pieza principal suspendida que sostiene un papelógrafo impreso por un solo lado. Piezas inconexas que, además, incluyen dos grabados que pertenecen a una exposición anterior. El conjunto se encuentra envuelto en un color turquesa que viste la primera altura de los muros del hall, en contraste con el color blanco frío del papel. No es posible reconocer vestigio alguno de la prolijidad de la gráfica en las publicaciones de Quimantú en un recorrido disperso donde, además de la falta de pulcritud de las instalaciones, no se aprovechan a cabalidad los soportes para la divulgación de contenido.

en la ciudad. Es la sede nacional del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, un espacio de libre acceso en una de las esquinas de la plaza cívica más turística de la ciudad. Fue inaugurada a fines del año en que se conmemoran 50 años desde el golpe de Estado y el inicio de una dictadura que significó el fin del proyecto Quimantú (y, hasta el día de hoy, de la editorial del Estado). Se abrió al público luego de dos llamados a elección popular en pos de una nueva Constitución, ninguno de ellos fructífero o efectivamente popular. Y, sin embargo, en sus láminas se lee un relato enumerativo, atingente pero carente, donde la vinculación del proyecto con su contexto político resulta anecdótica, limitando su definición a un evento en el marco del “gobierno socialista” de Salvador Allende.

La propuesta museográfica falla en rescatar conceptos clave, asemejándose más al relato de una exposición en Power Point durante una reunión de Zoom que a un espacio conmemorativo, educativo o artístico. No responde -ni se refiere- a la calidad oficiosa de la propuesta de Quimantú, a pesar de encontrarse en el seno de dos instituciones con alto respaldo en el medio cultural. La precariedad de sus instalaciones podría llegar a cobrar más sentido en manos de una organización con menos experiencia o recursos -por lo demás común en el medio de la gestión cultural en el país. Cabe entonces preguntarse, ¿dónde yace la responsabilidad de lo que ofrece esta exhibición al público? ¿Quién vela por la calidad de los contenidos expuestos?

El recorrido comienza y termina con la desaparición de la editorial y parte de sus trabajadores. La redacción de los textos centra el valor del proyecto en sus cantidades, destacando especialmente el número de ejemplares. Un enfoque útil y apropiado para entender la editorial como proyecto social y divulgativo, siendo la cantidad una condición base para su distribución masiva. No obstante, una falta de cohesión que va desde el título de la exhibición hasta la experiencia del recorrido entorpece la comprensión del desarrollo. El punteo de contenidos pierde la oportunidad de ofrecer un espacio de visión, donde se abarque la profundidad no solamente productiva, sino también política de su oficio, comunidad y lectores.

¿Es un problema de financiamiento?

La propuesta editorial de Quimantú es presentada como una anécdota dentro de un contexto político convulso, a través de un relato cuantitativo y ligeramente vivencial. Bajo el supuesto de que una exposición hace más que exhibir, “Quimantú: 50 años” descuida la tarea de rescatar la complejidad de su objeto de estudio. ¿Es mejor, entonces, que no exista? De ninguna manera. Por poco, y quizás justificado en un complejo cultural de escasez, la exhibición ofrece la posibilidad de un escenario narrativo, abierto gratuitamente entre las 10 y las 18 horas. El material también podría encontrar nuevas posibilidades en otro contexto, como un espacio público o una estación de metro, entornos aún más abiertos y menos demandantes que una sala de exposiciones.

¿Es un problema de gestión? ¿Es un problema ideológico? La exposición es “financiada por el FNDR del Gobierno Regional de Valparaíso año 2023 y aprobado por el Consejo Regional de Valparaíso”. Los créditos citan a 17 personas junto con 8 entidades y a dos curadores, bajo la organización de Puerto de Ideas. El problema de la falta de cuidado, sin embargo, parece recaer en la obligación curatorial de velar por la experiencia que la muestra regala, de manera poco generosa, a la ciudad de Valparaíso. En efecto, la exhibición se encuentra a nivel de calle en el hall central del CENTEX, uno de los espacios más obvios en la búsqueda de contenido cultural


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Zona de sacrificio

una propuesta sobre la contaminación ambiental en Industria Regional de Roberto Cartes P O R A N N A R E L L A R O S AT I

¿Cuándo fue la última vez que respiramos aire “limpio” o bebimos un vaso de la llave sin miedo? La polución del aire y del agua son los resultados de la contaminación medioambiental por desechos tóxicos a los que Chile se enfrenta. A pesar de este preocupante panorama, la humanidad ha elevado esta problemática como una resistencia contra la apropiación de las fábricas en los espacios de los habitantes. Desde las artes visuales, la propuesta en la obra de Roberto Cartes busca sensibilizar acerca de los efectos de la contaminación en los territorios populares. Industria Regional (pesadilla n°1), expone esta realidad y posee la capacidad de extrapolarse a otros contextos, como el de nuestra región. La obra Industria Regional (pesadilla n°1), forma parte del catálogo Nuevas Cartas Portulanas (2015) realizada en colaboración con la asociación de grabadores del Biobío y actualmente se expone en el Museo Universitario del Grabado (MUG). Su composición consta de colores oscuros que complementan la atmósfera sombría del paisaje, resaltando entre la indumentaria un elemento en particular: una calavera blanca rodeada de tuberías que desbordan desechos líquidos. Con esta representación, Cartes no solo expone una realidad, sino que también invita a reflexionar sobre la situación de nuestro territorio. Roberto Cartes utiliza la vía gráfica y la estética para abordar una problemática que afecta a su territorio (zona del Biobío) y la expone mediante un imaginario tóxico que se vale de figuras como tuberías, aceite y la calavera para personificar una industrialización que interviene en el espacio cotidiano. En esta representación, los habitantes no son los protagonistas, sino más bien víctimas que se esconden entre las sombras de la contaminación, obligados a emigrar. En este contexto, WangPeiAn, máster en producción artística de la UPV, destaca en su tesis titulada La contaminación ambiental como tema de arte (2017) la estrecha relación entre

el arte y la contaminación ambiental, haciendo hincapié en el deber de los artistas que utilizan su entorno como fuente de inspiración de representar esta problemática en sus obras. No solo se trata de mostrar lo bello, sino también de alertar sobre sus cambios. Otra particularidad que destaca es la capacidad de la obra para extrapolarse a otros contextos. Escenifica una preocupación real donde el espectador asocia fácilmente las características tóxicas que se ilustran con algún territorio que, tal como sugiere su título, representen una pesadilla para sus habitantes. De esta manera, parece acercarse a nosotros, los de la quinta. Si pensamos en alguna ciudad de nuestra región afectada por la contaminación, rápidamente aparece Quintero y Puchuncaví en nuestras mentes. Ciudades catalogadas como una “Zona de Sacrificio” al ser representativas de los graves efectos generados por la desertificación y la contaminación a causa de la intervención de empresas como Codelco, ENEL, COPEC. Territorios donde sus residentes padecen los efectos de la intoxicación: enfermedades respiratorias, cáncer, por nombrar algunos, efectos que, aunque son bastante mediáticos, tienden a ser rápidamente olvidados como resultado del desinterés y la invisibilización. Industria Regional (pesadilla n°1) incorpora recursos pictográficos en pro de evidenciar el impacto medioambiental de la industria, señalando un desplazamiento de los habitantes que actúa como un agente que tensiona esta relación al interior de la obra. Finalmente, se afirma, entonces, que la pieza de Roberto Cartes logra sensibilizar en cuanto a los efectos de la contaminación en los territorios populares, puesto que, tanto por su construcción como su capacidad de extrapolar a otros contextos, permite al espectador reflexionar acerca de una problemática tan importante como lo es la contaminación medioambiental.


Balmaceda Arte Joven Valparaíso Enero 2024 Edición y coordinación LCC: Rodolfo Muñoz Diseño y diagramación: Gabriel Vilches Expositoras invitadas: Viviana Ávila, Magdalena Dardel y Paulina Varas. Los derechos de los textos pertenecen a lxs autorxs www.baj.cl/lcc


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