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SISTEMAS ALIMENTARIOS IBEROAMERICANOS ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO
Definici N Y Caracter Sticas Principales
Los sistemas alimentarios abarcan «toda la gama de actores y sus actividades, involucrados en la producción, agregación, procesamiento, distribución, consumo y eliminación de productos alimenticios que se originan en la agricultura, la silvicultura o la pesca, y partes de la economía más amplia, entornos sociales y naturales en los que están integrados». Los sistemas alimentarios se componen de subsistemas (por ejemplo, sistema agrícola, sistema de gestión de residuos, sistema de suministro de insumos…), así como también interactúan con otros sistemas que suman los procesos necesarios para su correcto funcionamiento, como el sistema energético, el comercial o el de salud (fao 2018).
En definitiva, los sistemas alimentarios están determinados por el contexto social, económico y ambiental en el cual operan y brindan servicios, con una importancia clave del uso del suelo, sobre todo en el área agroproductiva. Existen diferencias entre sistemas alimentarios, incluso a escala subnacional, ya que dependen de las dinámicas territoriales, de los vínculos urbanos y rurales, de los servicios, de los hábitos alimentarios, de la fertilidad del suelo, de la degradación de la tierra, de los ecosistemas, así como de las variaciones meteorológicas. Todas estas condicionantes son tenidas en cuenta para garantizar que el alimento sea saludable para las personas y sostenible para los territorios (folu 2019).
Los sistemas alimentarios afectan y son afectados no solo por el cambio climático, sino también por el cambio en el uso del suelo, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de los recursos de agua dulce y la contaminación de los ecosistemas acuáticos y terrestres. Adoptar una perspectiva de sistemas alimentarios implica seguir un enfoque intersectorial que conecte la oferta con la demanda, así como a todos los actores de la cadena de suministro alimentario. Esta perspectiva facilita la identificación de sinergias y compensaciones entre salud humana y medioambiental, así como entre las dimensiones sociales y económicas. Para que un sistema alimentario sea sostenible tiene que garantizar «la seguridad alimentaria y la nutrición para todas las personas de tal forma que no se pongan en riesgo las bases económicas, sociales y ambientales que permiten proporcionar seguridad alimentaria y nutrición a las generaciones futuras» (hlpe 2014).
A lo largo de las últimas décadas, los sistemas alimentarios han ido evolucionando, transformando gran parte de las formas de vivir y de entender la economía. En relación con la distribución y el acceso a los alimentos, pueden diferenciarse tres tipos principales de sistemas alimentarios: a) tradicional (con más densidad de mercados locales, peores conexiones, poca promoción, bajo nivel de control de calidad y alto porcentaje de renta dedicada a la alimentación), b) mixto o de transición (se introducen mercados formales que mezclan procedencia de grandes y pequeñas explo-