La psicología de las dietas




Comemos por infinidad de razones además del hambre, y tener sobrepeso es mucho más que falta de disciplina o fuerza de voluntad.

El hambre emocional
■ Aparece repentinamente, mientras que el hambre fisiológica es gradual.
■ Existe un deseo urgente de tomar un alimento específico; el chocolate es el más común.
■ A menudo, el deseo de comer desaparece si buscas una actividad que te distraiga, como caminar, bailar o leer. Eso no ocurre con el hambre fisiológica.
■ La persona muchas veces no logra parar de comer, aun cuando ya está satisfecha.
■ Esa compulsión es seguida de culpa y frustración.



Lleva un diario
Un enfoque que está comprobado y que tiene éxito es mantener un diario de alimentos. Al poner en papel lo que estás comiendo, cuándo y cuánto, entenderás tus patrones para poder modificarlos.

Pide apoyo

Todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Si nadie lleve a casa helados, chocolates ni otras golosinas, te va a ser mucho más fácil. Llama a una amistad para salir a caminar cuando sientas que el deseo de comer chocolates te está llevando a la locura. Busca a un familiar para conversar sobre cualquier asunto que no sea comida.
Date permiso
Si vas a sucumbir, en vez de devorar un paquete entero de galletas rellenas, toma una sola y saboréala de verdad. Recuerda que el proceso de reeducación es exactamente eso: una secuencia de acontecimientos, algunos buenos y otros no tanto.

Piensa que eres una persona, no los números en una báscula. Por eso, trátate con respeto y compasión. Verás que eso facilitará la tarea.

