¿Ya conoces tu vocación?
Si estás en secundaria, seguramente en más de una ocasión te has topado con la molesta e indiscreta pregunta de un pariente bien intencionado pero
taría mal echarle una pensada al tema. Aunque te parezca exagerado, es momento de acercarte al departamento de y empezar a sondear qué hay en ese otro espacio, sentir los ambientes y preguntar sobre sus diferentes opciones.
Según la psicóloga Mayra Cortés, especialista en orientación vocacional, más que tomar un test, es bueno que reflexiones sobre ciertos temas por tu cuenta, con tu familia, en la escuela y con tus tutores.
“Decidir hacia dónde ir implica diversos factores que influyen de manera particular en cada individuo”
¿Por dónde empezamos?
En la elección de una profesión tenemos que poner en cajas algunos elementos relacionados con nuestro desempeño académico, social, cultural y emocional, para que podamos separar las ideas de: “Quiero esto”, “Me gusta esto”, “Domino esto”, “Soy bueno en esto”, etc.
En la adolescencia, se realzan dos sentimientos: el omnipotente y el ignorante. En el primero pensamos “todo lo puedo”, y en el segundo pensamos “no sé nada, no soy hábil para nada”. Por eso es importante dedicar tiempo a explorar las habilidades, para saber cuáles dominamos y cuáles no tanto.
La psicóloga Cortés explica que no tienes que esperar a que el orientador te dé respuestas, pues tú con el apoyo de esta persona irás descubriéndolas y comenzarás a construir tu plan de vida.
Los tests
Hay muchas pruebas que permiten identificar aptitudes; diferenciar sueños, pasiones, vocaciones y profesiones, así como observar habilidades, dominios, influencias, seguridades y cuidados. También es importante hacer un análisis socioeconómico en familia, con el fin de conocer los recursos con los que cuentas para desarrollar y concluir esta etapa académica. Otras pruebas permiten observar valores, desempeño académico, hábitos de estudio, velocidad y reacción, así como pensamiento lógico.
Como puedes ver, son muchos los factores que debes considerar para tomar la decisión de qué estudiar en la universidad. Por eso es bueno que empieces desde ahora. ¿Lista, listo para hacerlo?