TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario de
Año 5
N° 18
Abril-Junio 2015
2
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles
Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del
Rector
Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Estela Morales Campos
Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-
Coordinadora de Humanidades
loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto PAPIIT: IN401614, Entidades Acuáticas en
Renato González Mello
América: Las Primeras sociedades, del Instituto de In-
Director del Instituto de Investigaciones Estéticas
vestigaciones Estéticas de La Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n,
María Elena Ruiz Gallut
Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622
Titular del proyecto
-7547 Fax. 5665-4740. seminario.tlaloc@gmail.com
María Elena Ruiz Gallut América Malbrán Porto Enrique Méndez Torres Editores América Malbrán Porto Diseño editorial
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del título, Dirección General de Derechos de Autor,
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Marie-Areti Hers
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trámite ) . Certificados de licitud de título y de con-
Alejandro Villalobos
tenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y
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Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números ( en trámite ) , ISSN ( en trámite ) .
Portada y viñetas: Códice Azcatitlan. Detalle láminas II y III. Codez Azcatitlan, Edición Facsimilar Biblioteca Nacional de Francia y la Sociedad de Americanistas, Comentarios de Michael Graulich, París. 3
CONTENIDO
p. 5
Presentación
Chalchiuhtlicue la odisea de San Juan Teotihuacan al Museo Nacional p. 6 Celia Zepeda Valdovinos p.20
El dios de la lluvia en El Tajín Martín Cruz Sánchez
Teotihuacán. Conservación y restauración de la pintura mural, un problema interdisciplinario
p. 38
María Isabel Mercado Archila Sesiones del Seminario
p. 93
4
PRESENTACIÓN En éste número 18, presentaremos tres artículos, los dos primeros tocando temáticas referente a deidades acuáticas y el tercero hace alusión sobre los trabajos de conservación en la pintura mural. En el primero la arqueóloga Celia Zepeda Valdovinos nos narra sobre las peripecias y trabajos que le tomó a la gente trasladar el gran monolito de la llamada diosa de las aguas teotihuacanas CHALCHIUHTLICUE, desde Teotihuacan hasta su actual morada en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México. Aquí la autora también nos muestra lo relevante de cómo los ciudadanos se acercaban a las noticias, a través de los periódicos, pues de varios echó mano para conseguir la información que nutre el presente trabajo y de éste modo conocemos la historia de uno de los monolitos emblemáticos de la zona arqueológica de Teotihuacan. El segundo artículo, del Mtro. Martín Cruz Sánchez, hace una revisión iconográfica en el Tajín en lo referente a la deidad Tláloc. Revisa textos de los primeros investigadores que trabajaron la iconografía de los elementos arquitectónicos donde aparece este dios y hace una descripción de los tableros. En el último artículo la maestra María Isabel Mercado Archila hace unas observaciones respecto al estado de conservación de la gráfica mural en la zona arqueológica de Teotihuacan adjudicando su deterioro a cuestiones Educativas. Por lo que hace unas propuestas para evitar dicho deterioro y que la pintura mural se conserve y de este modo salvaguardar un patrimonio mundial.
Los Editores 5
CHALCHIUHTLICUE, LA ODISEA DE SAN JUAN TEOTIHUACAN AL MUSEO NACIONAL Celia Zepeda Valdovinos 1 Introducción
E
l presente trabajo es parte de una investigación más amplia que presenté en el ensayo para obtener el grado de Maestría en Historia del Arte por la FFyL de la UNAM. Interesada en dar continuidad a un trabajo de investigación relacionado con los rituales de los
mexicas y su cultura del agua, llegué a Chalchiuhtlicue 2 y las aguas terrenales. Sin embargo a la hora de abordar el tema y a pesar de que mi interés se inclinaba hacia la época del Contacto, como se le conoce al primer momento del periodo Virreinal, el contexto me llevó más bien hacia el pasado. Me explico, la necesidad de cumplir con un requisito de un seminario sobre cultura teotihuacana me obligó a viajar no hacia la primera mitad del siglo XVI, sino al Teotihuacan de los siglos III-IV. Encontrándome es estas circunstancias y no teniendo más Chalchiuhtlicue que trabajar, un buen día me encontré frente a frente con el gran monolito teotihuacano, “La diosa del Agua”, como la llamaba Leopoldo Batres3. Me fui al Museo Nacional de Antropología y en la Sala Teotihuacana le tomé a la pieza todas las fotografías que creí necesarias para mi trabajo: de frente, de perfil, por el verso y el anverso, incluso desde arriba. Cuando llegó el momento de seleccionar las imágenes para la presentación, me encontré con lo que iba a ser el motivo primordial de mi investigación, pero ese es tema de otro trabajo. ¿Qué o quién era la gran piedra? ¿La Diosa del Agua? Hoy en día los estudiosos la llaman Chalchiuhtlicue. Y ¿Quién es Chalchiutlicue? Según las fuentes Chalchiuhtlicue (Solís Olguín, 1996:91-95) era el complemento femenino de Tláloc, dios de la lluvia. De ella encontramos referencias en fuentes escritas del siglo XVI (Sahagún, 1987:35) y en códices, y representaciones tanto en piedra como en barro. Todo esto corresponde esencialmente al Posclásico Tardío, y principalmente a la cultura mexica. El gran monolito (Riva Palacio: s/f, T.I:325) encontrado en Teotihuacan ha sido llamado Chalchiuhtlicue (Manzanilla, 1995:167), relacionándola con la deidad femenina del agua de los mexicas, aunque “el único atributo que le relaciona con el agua es una cenefa decorada con volutas acuáticas tanto en la capa como en la falda” (Winning, 1987:138). 1. Licenciada en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Posgrado en Historia del Arte, FFyL, UNAM, Investigadora del Museo de la Ciudad de México. 2. Encuentro en las fuentes las dos formas de escritura: Chalchiuhtlicue y Chalchiutlicue. Para mi trabajo tomaré la escritura de Chalchiuhtlicue por ser la más reiterada. 3. Con el título de “Diosa del Agua” eran encabezados los artículos que aparecían en el periódico El Monitor Republicano, cuya fuente principal era Leopoldo Batres. 6
Como sabemos, la escultura se encuentra exhibida
vista hasta el Museo Nacional, sitio en el cual
en la Sala Teotihuacana del Museo Nacional de
ocupó un lugar preponderante en la Sala de Mono-
Antropología, donde tanto investigadores como gu-
litos hasta los años 60 en que se muda al Museo
ías se refieren a ella simplemente como Chalchiuh-
Nacional de Antropología ubicado en Chapultepec,
tlicue.
donde permanece hasta el día de hoy.
Al iniciar los trabajos de búsqueda, lo que resultó
Cabe mencionar que los datos publicados por el
muy atractivo fue descubrir que además de saber
Monitor Republicano, nuestro principal benefactor
que la pieza provenía de Teotihuacan y que había
en esta investigación, son de primera mano, pues
estado en el antiguo Museo Nacional, hoy Museo
en múltiples ocasiones el reporter nos deja ver que
Nacional de las Culturas, ubicado en la calle de
es el mismo Leopoldo Batres, único responsable de
Moneda en el Centro Histórico de la Ciudad de
estos trabajos, quien le da la información.
México, parecía que nadie sabía nada más acerca de la pieza. ¿Desde cuándo se tenían noticias del
Historia de un hallazgo
monolito? ¿Cuál era su representación más anti-
Aunque se tienen noticias acerca de la existencia
gua? ¿Cómo y cuando llegó la escultura a la “Sala
de Teotihuacan desde tiempos inmemoriales, pues
de Monolitos” del Museo Nacional? ¿De dónde
el sitio aparece incluso en documentos del siglo
exactamente fue extraída? ¿Quién gestó dicha
XVI; hasta el momento las investigaciones no han
operación? ¿Cómo fue trasladada? ¿Por qué me-
revelado información que nos indique que se tenía
dios había llegado? ¿Cuánto tiempo habían durado
conocimiento de la existencia del monolito Teo-
estos trabajos?
tihuacano. Es hasta el siglo XIX cuando un gran
Motivada por la búsqueda sin frutos en bibliotecas
número de viajeros extranjeros motivados por todo
y archivos fue que llegué a las hemerotecas, con la
tipo de intereses que iban desde lo económico y lo
esperanza de que algún periódico de la época
científico, hasta lo artístico y lo romántico, sin dejar
hubiera publicado algo acerca de la pieza, y así
de lado lo exquisito y lo exótico que nuestro país
fue.
recién independizado les podía ofrecer, quienes se
Gracias a los periódicos de la época, pudimos iden-
aventuraron a conocer el mundo que se ampliaba
tificar el recorrido que realizó el monolito práctica-
ante su vista, magnificado gracias a los estudios
mente en tres momentos. Primero, de la Plaza de
científicos, llegando así a nuestra incipiente Re-
la Luna a la Estación de Ferrocarril de Teotihuacan.
pública, encontrando un mundo insólito, diferente a
Segundo, de la Estación de Ferrocarril de Teotihua-
sus usos y costumbres, y con una estética extraña
can a la Estación Buenavista de esta Capital. Ter-
a su vida cotidiana, regalándonos grabados y foto-
cero, de la Estación Buenavista al Museo Nacional.
grafías como primeras improntas del gran monolito
Como resultado de esta investigación fue posible
de Teotihuacan.
trazar el recorrido calle por calle de este tercer mo7
De este modo llega en 1841 Brantz Mayer, un via-
El boceto corresponde a la parte posterior, pues la
jero norteamericano interesado en las antigüeda-
pieza se encontraba boca abajo, incluso Alfredo
des, quien se encuentra con el monolito teotihuaca-
Chavero retomando este dibujo lo interpreta como
no. No sabemos por qué motivo deja pasar seis
un “altar”, divulgándolo así en el texto titulado Méxi-
años; más lo afortunado para nosotros es que re-
co a través de los siglos, el cual fue publicado por
gresa y en 1847 realiza el que al parecer es el pri-
el General Vicente Riva Palacio en 1890.
mer dibujo del monolito conocido hasta ahora
En 1864 la Comisión Científica de Pachuca, envia-
(Fig.1).
da por Maximiliano y comandada por el Ing. Ramón Almaraz, logra ponerla de pie excavando por el lado poniente de la pieza, y así se consigue el primer dibujo de frente (Fig.2). Esto es lo que escribe en su reporte: …Lo que más llama la atención, es un monolito encontrado entre los escombros de un tlaltel… Tirado en la tierra cuando me lo enseñaron, y con la cara principal vuelta el suelo, fue necesario ponerlo primeramente en pie (Almaraz, 1865:355). La pieza queda nuevamente abandonada y el paso del tiempo la vuelve a sepultar.
Alrededor de quince años después otro viajero la vuelve a encontrar; esta vez se trata del francés Désiré Charnay quien había llegado a México provisto con la tecnología de punta del momento, y después de haber mostrado un gran interés por las culturas mayas, pasa por Teotihuacan y aunque al parecer, él mismo no le da gran importancia, pues no le merece una mención mayor que la de aparecer como una imagen más en su libro Le Yucatán et ailleurs.
Fig.1. Dibujo avalado por Alfredo Chavero. Así aparece en 1890 en México a través de los siglos del General Vicente Riva Palacio, S/F, T.I:325.
Expéditions photographiques (1857-1886), sí nos obsequia con las primeras fotografías del 8
afortunada, permitiéndonos ver con mayor amplitud el sitio donde se encontraba la pieza. Después de estas imágenes, una vez más la escultura vuelve a quedar abandonada, esta vez por alrededor de nueve años, hasta que en agosto de 1889 Leopoldo Batres, quien había estado trabajando la zona, gestiona su traslado a esta capital, con la finalidad de darle resguardo en el Museo Nacional. De los trabajos y peripecias que sucedieron para logarlo, daremos cuenta más adelante.
La plaza de la Luna. El monolito in situ Uno de los hallazgos más afortunados que nos ha regalado esta búsqueda en el infinito mar de periódicos, ha sido encontrar la mención de la ubicación donde fue “exhumado” el gran monolito teotihuacano. En el Monitor Republicano salido a la luz el 6 de septiembre de 1889 se publicó: Fig. 2. “Estatua encontrada en las ruinas de Teotihuacan”, Litografía de Iriarte, en Almaraz, Ramón, 1865.
Al sur de la pirámide de la Luna hay dos grandes monolitos, uno en cada lado del camino. Es evidente que en la cima de cada monolito existió
monolito, tomadas in situ en 1880 (Fig.3).
una gran figura de piedra. El monolito del Este,
Un viajero más, Émile Chabrand, quien también
muy mutilado, está junto a la cerca que corre a
visitó Teotihuacan, nos aportó una nueva impre-
lo largo del camino. El del Oeste es el ya famo-
sión, la cual, aunque fue publicada en 1892, con
so monumento de la Diosa del Agua (El Monitor
seguridad fue realizada unos años antes, muy pro-
Republicano, septiembre 8 de 1889, p. 3).
bablemente cerca de 1880, como la fotografía de Charnay, pues en ésta también se aprecia una escultura sepultada hasta el busto, como en aquella toma (Fig.4). Por supuesto no podemos dejar de agradecer a Émile Chabrand, que nos regalara una vista más 9
Fig. 3. Statue gigantesque 창 Tula, 1째-16 octubre 1880 (Charnay, 2007).
10
Fig.4. Émile Chabrand, La diosa del agua, 1892, Matos Moctezuma, 2003:31
11
Gacetilla. Cronología de un traslado
biendo excavar 3 metros 05 centímetros de profun-
Cuando el Sr. Leopoldo Batres4, solicitó el traslado
didad en la parte inferior para nivelar los 271 me-
de la “Diosa del Agua”, como él mismo la llamaba,
tros 48 centímetros del camino por donde debía
al Museo Nacional, seguramente no se imaginaba
conducirse el monumento (El Monitor Republicano.
la odisea que iba a comenzar, pues en un principio
Septiembre 22 de 1889 p. 3).Después tendrían que
se creía que el monolito estaría colocado en su ba-
acercarla a la Estación Ferroviaria de Teotihuacan,
se levantada especialmente para ello en el Museo
para subirla al tren que la llevaría a La Capital.
Nacional, para el 1° de octubre de 1889, es decir,
Este primer tramo, comprendido entre el montículo
poco menos de un mes después de iniciados los
donde se encontraba la pieza y hasta la Estación
trabajos.
de Teotihuacan, implicaba un largo recorrido de 7
La noticia resultó ser de gran interés y los periódi-
mil metros, por un suelo disparejo y pedregoso, en
cos, tanto nacionales como internacionales, -El Mo-
el que además se tendrían que salvar otros obstá-
nitor Republicano, el Siglo Diez y Nueve, El Univer-
culos, como el cauce del Río San Juan que en
sal, El Nacional, El Heraldo, El Partido Liberal, Dia-
aquellos momentos apenas llevaba agua.
rio del Hogar, Trait d’ Union, The Two Redublics—
Tenían que construir un carro que soportara las 21
no dejaron de darle seguimiento a todos los traba-
toneladas que se creía entonces pesaba la piedra,
jos que se realizaron con este objetivo.
y luego urbanizar el camino para que resistiera el paso del carro llevando la pieza. ¿Cómo se podría
Construcción de un camino
lograr esto? Fue primordialmente con el apoyo de
Desenterrar a la “Diosa del Agua” para traerla a la
los oficiales y tropa del 1er. Batallón de Artilleros, al
capital nunca representó una tarea fácil. Se requer-
mando del Capitán 1° Florencio Aguilar, quien
ía de un gran esfuerzo y de un gran número de per-
rendía el parte protestando su atenta consideración
sonas, lo cual incluía implementar un tipo de tecno-
al C. Inspector y Conservador de los Monumentos
logía que no existía y que habría que inventar para
Arqueológicos de la República, el Sr. Leopoldo Ba-
tal efecto.
tres.
En el sitio, primero se tenía que desenterrar la pieza. Liberarla de aquel abrazo de piedras en que se
Creación de un transporte y el traslado del mo-
envolvía una y otra vez siempre que se la dejaba
nolito de la Plaza de la Luna a la Estación Ferro-
abandonada. Luego había que construir una rampa
viaria de San Juan Teotihuacan
de “64 metros de longitud por 4m 08 de latitud”, de-
El carro fue construido por ingenieros mecánicos en los talleres del Ferrocarril Central, con el apoyo
4. En el periódico El monitor Republicano cuando se habla de Leopoldo Batres se refieren a él como Sr, en señal de prestigio y categoría, como en la página 2 del 8 de octubre de 1889, por citar un ejemplo.
del Superintendente, el Sr. Jackson, quien rehusó aceptar retribución alguna por dichos trabajos (El 12
Monitor Republicano. Noviembre 7 de 1889 p. 2).
de tres millas de largo, de la Estación del Ferroca-
El “gran carro” estaba conformado por una platafor-
rril Mexicano5 al punto en que está la estatua” (El
ma con 4 ruedas de 3 metros de diámetro, jalado
Monitor Republicano. Septiembre 6 de 1889, p. 3).
por una “locomotiva”.
Se había tenido que construir un puente y por si
Una vez que estuvo terminado, se hizo un ensayo
fuera poco, “al pasar por el Río San Juan hubo la
en la Estación del Ferrocarril Central en presencia
necesidad de bajar a la barranca la inmensa piedra
de los señores Batres y Johnstone, Ingeniero
y subirla en seguida, pues el gran viaducto de Teo-
Mecánico encargado de la construcción y otros
tihuacan no resistía el peso” (El Monitor Republica-
mecánicos norteamericanos. La prueba consistió
no. Marzo 4 de 1890 p. 2).
en cargarlo de rieles que pesaban 22 toneladas y
Seis meses después de iniciado el viaje y unos
jalarlo con una “locomotiva” por un trayecto de 100
días antes de su llegada a la Estación Ferroviaria
metros lleno de obstáculos. Algo sucedió en este
de San Juan Teotihuacan, ya se especulaba el arri-
intento, pues decidieron reforzar el carro con
bo a esta capital. “Este gran monolito… debe estar
“palancas de fierro”.
ya cargado sobre la plataforma del Ferrocarril Mexi-
Ya en Teotihuacan el carro sería tirado por 40 bue-
cano” (El Monitor Republicano. Febrero 26 de 1890
yes (o mulas, pues al parecer los reporter no dife-
p. 2), anunciaba el Siglo XIX, y repetía el Monitor
renciaban entre uno y otra, y los mencionaban in-
Republicano. O bien, “Para esta noche se espera la
distintamente) hasta la Estación de Ferrocarril de
llegada a la Estación Buenavista del famoso y
Teotihuacan,
enorme monolito”.
donde
sería
colocado
en
una
“plataforma” del Ferrocarril Central para transpor-
Finalmente, todo parece indicar que el 2 de marzo
tarlo hasta la Capital (El Monitor Republicano. No-
hizo su arribo a la Estación Buenavista el famoso
viembre 7 de 1889 p. 2).
monolito procedente de la ruinas de San Juan Teo-
En fin, que se les terminaba el año y ellos no pod-
tihuacan. Lo que sí es un hecho es que: “Por fin, el
ían salir de Teotihuacan, de tal modo que el 28 de
domingo a las 11 de la mañana emprendióse la
diciembre el Monitor Republicano anunciaba que el
marcha de la Estación de Teotihuacan a esta Capi-
retraso se debía a la poca solidez del terreno y “el
tal, a donde el tren expreso llegó a la una y media
difícil medio de locomoción de que se ha tenido
de la tarde”.
que echar mano, pues ha sido necesario hacer uso
El tren estuvo conformado por 8 carromatos dis-
de poleas de aumento de fuerza y pérdida de movi-
puestos de la siguiente forma: 3 plataformas para
miento para ayudar a multiplicar el tiro de cincuenta
cargar puentes, ruedas y cables; 1 plataforma con
mulas” (El Monitor Republicano. Diciembre 28 de
la estatua; 1 coche de tercera clase con la tropa; 2
1889 p. 3). Además de haberse tenido que abrir un camino por
5. Se refieren a Teotihuacan, la estación de tren más cercana.
entre las ruinas y establecer “un ramal de ferrocarril 13
furgones para herramientas y 1 wagón especial pa-
pital de San Hipólito.
ra las autoridades.
Para el 23 de marzo lleva ya recorrido casi un kilómetro, de un total de tres. Se encuentra en estos
Vía Crucis. De la Estación Ferroviaria Buenavis-
momentos en el Portillo de San Diego y continúa
ta al Museo Nacional
después por la calle de Soto, a un costado de la
Desde el día de su llegada a la Estación Buenavis-
Alameda.
ta y hasta el 18 de marzo, los responsables del
El 25 de marzo pasa frente a la cúpula de la iglesia
traslado se dieron a la tarea de construir un plano
de San Juan de Dios.
inclinado para bajar la pesada escultura de la plata-
Es 26 de marzo y el gran monolito llega a la calle
forma en la que había llegado.
de la Mariscala. El periódico refiere que el lunes,
De la Estación Buenavista al pedestal que la espe-
entre este punto y el anterior “se avanzó poco por
raba en el gran salón de Arqueología del Museo
haberse roto el cable varias veces, estando ya muy
Nacional se recorrerían 3 kilómetros (Fig.5), los
usado. Se le repuso ya con otro y ayer los trabajos
cuales pensaban se lograrían en no más de doce
se ejecutaron con menos contratiempos”.
días (El Monitor Republicano. Febrero 26 de 1890,
El 27 de marzo pasa por el Puente de la Mariscala
p. 2).Nuevamente los cálculos fallaron.
y al dar vuelta en la calle Estampa de San Andrés,
El traslado del famoso monolito dio inicio el 18 de
detiene una hora la corrida de wagones de los fe-
marzo y estaban tan optimistas que rebajaron la
rrocarriles del Distrito.
cuota a una duración de 5 ó 6 días pues: “El trans-
Avanzando un promedio de entre 50 y 60 metros
porte se hace por medio de poleas cuyas cuerdas
cada vez y logrando un total de 250 metros por día,
de alambre de hierro se aseguran a un poste. El
continuaba así su “perezosa y triunfal marcha por
enorme carruaje se pone en movimiento por medio
las calles de esta ciudad en medio de los curiosos
de ese mecanismo” (El Monitor Republicano. Mar-
que admirados la contemplaban envuelta en su ro-
zo 19 de 1890 p. 2) y listo. Fue entonces cuando
paje nacional de petate”.
comenzaron los problemas.
Mientras iba por la calle de Canoa y se esperaba
Acababan de salir de la Estación y no habían cru-
por la noche a “pernoctar” en la calle de Donceles,
zado la primera calle cuando como a la mitad de la
corría el 30 de marzo.
longitud de la calle de Buenavista, se le rompió la
Llegó abril y el monolito a la calle de Cordovanes,
rueda delantera derecha, y el Ayuntamiento toman-
donde “pernoctó” (El Monitor Republicano. Marzo
do cartas en el asunto, dispuso cambiar el sistema
20 de 1890 p. 3).
de arrastre a uno mixto, es decir: por delante sobre
Al llegar frente al Palacio de Justicia, el gran mono-
rieles engrasados y por detrás con ruedas.
lito se detiene y permanece varios días, pues:
Para el 21 de marzo el monolito llega “frente a San
La fajina de soldados que se ocupaban de hacer
Fernando” y para el 22 se encuentra frente al Hos-
la traslación, pertenece al cuerpo de artilleros 14
Fig. 5. Plano de la Ciudad de México formado expresamente para la Guía General Descriptiva de la República Mexicana. 1899. Editor: Ramón de S.N. Araluce. (Detalle). Cortesía del Museo de la Ciudad de México. Fotografía de Jorge Arturo Montero.
15
Recorrido calle por calle 1.- El 18 de marzo inicia el traslado del monolito. Sale de la Estación de Tren Buenavista de la Capital, rumbo al Museo Nacional. 2.- A la mitad de la longitud de la calle de Buenavista se le rompió la rueda delantera derecha y el Ayuntamiento dispone cambiar el sistema de arrastre a uno mixto, es decir: por delante sobre rieles engrasados y por detrás con ruedas. 3.- Frente a San Fernando. 4.- Frente al Hospital de San Hipólito. 5.- Portillo de San Diego. Hasta aquí ha recorrido casi 1 kilómetro. 6.- Calle de Soto, a un lado de la Alameda. 7.- Frente a la cúpula de la iglesia de San Juan de Dios. 8.- Calle de la Mariscala. Entre este punto y el anterior se le rompe varias veces el cable por estar ya muy usado. Se le restaura con otro y los trabajos se ejecutan con menos contratiempos. 9.- Puente de la Mariscala. 10.- Dio vuelta en la calle de Estampa de San Andrés, donde “pernoctó” y detuvo una hora la corrida de wagones de los Ferrocarriles del Distrito. 11.- Dio vuelta y continuó por la calle de Canoa. 12.- Continuó por la calle de Donceles, donde “pernoctó”. 13.- Continuó por la calle de Cordovanes, donde “pernoctó”. 14.- Palacio de Justicia, aquí permanece varios días, debido a que los soldados que se ocupaban de hacer la traslación pertenecían al cuerpo de artilleros encargados de hacer la salva que se realizó por la apertura de las Cámaras y la que se hizo para solemnizar el “2 de abril”. Además de los trabajos del jueves y viernes relacionados con la Semana Santa. 15.- Museo Nacional, al que llega el jueves 10 de abril, pero entra dos días después, la tarde del sábado 12 de abril de 1890.
16
encargados de hacer la salva que se hizo ayer
de la construcción del “gran carro”.
por la apertura de las Cámaras y la que se hará
8.- Sr. Anderson. Carpintero del Ferrocarril Central.
hoy para solemnizar el 2 de abril”. “Con respec-
9.- Mr. Chipp. Jefe de los Talleres Mecánicos del
to a la suspensión de los trabajos el jueves y
Ferrocarril. Fue quien manejó la locomotora de la
viernes, suponemos que será debida la fiesta
Estación de Teotihuacan a la Estación Buenavista.
religiosa de Semana Santa (El Monitor Republi-
“Como persona más experta en caso de un acci-
cano, abril 2 de 1890).
dente” (El Monitor Republicano. Marzo 4 de 1890,
Nuevamente faltando unos días para su llegada al
p. 2).
Museo Nacional, se crea especulación entre sí ¿Llegará hoy o mañana?, y si ¿Ya llegó?, ¿Entrará
Traslado del monolito en tiempos de los teo-
hoy?, y que si ¿Por qué no entró?
tihuacanos
El jueves 10 de abril se posiciona frente al Museo
Si para finales del siglo XIX el traslado del monolito
Nacional, al que finalmente logra entrar el sábado
significó casi ocho meses de trabajo y una gran
12 de abril de 1890, por la tarde; esta vez el retraso
especulación entre los pobladores de la Ciudad de
se debió al insalvable obstáculo de un poste de
México que esperaban curiosos la llegada de la
teléfono que se ubicaba frente a la puerta (El Moni-
“Gran Diosa”, ya podemos imaginar lo que habrá
tor Republicano. Abril 13 de 1890, p. 3).
sido el traslado del monolito en tiempos teotihuacanos.
A quienes agradecemos el traslado
Si bien es cierto que todavía no existe un estudio
1.- Sr. Leopoldo Batres. C. Inspector y Conserva-
serio que nos devele el origen de la piedra (Arqlgo.
dor de Monumentos Arqueológicos de la República.
Francisco Rivas Castro. Comunicación personal),
2.- Florencio Aguilar, Capitán 1°. Responsable de
incluso si proviniera de los alrededores de la ciu-
los trabajos de traslación, y demás Oficiales.
dad, el evento del traslado debió haber significado
3.- 4ta. Compañía del 1er. Batallón de Artilleros.
severas complicaciones, pues como sabemos en la
Quienes realizaron los trabajos de transportación.
época prehispánica no se contaba con medios de
4.- Sr. Couto. Ingeniero del Ferrocarril Mexicano.
transporte apropiados como ruedas y animales de
5.- Sr. Jackson. Superintendente de los Talleres del
tiro; todo se hacía a pie y a cuestas del hombre. No
Ferrocarril Central.
había bestias de carga ni el uso de la rueda, aun-
6.- Sr. Foot. Funcionario del Ferrocarril de Vera-
que es cierto que en Teotihuacan sí la conocían,
cruz, quien junto con el Sr. Jackson se encargaron
pues existen objetos miniatura con ruedas, no se
del traslado de la estatua dispensando a la ciudad
sabe que la usaran como medio de transporte.
de la mayor parte de los gastos.
Quizá porque no la necesitaban pues existen varios
7.- Sr. Johnstone. Ingeniero Mecánico. Encargado
estudiosos que aseguran que en Teotihuacan exist17
tían caminos, Otli-apantli (camino-atarjea) (Angulo
Bibliografía
Villaseñor, 1987:389-415), por los que se transpor-
Almaraz, Ramón
taban.
1865 Memoria de los trabajos ejecutados por la
La posibilidad de que el monolito hubiera llegado
Comisión Científica de Pachuca en el año
por agua quedó manifiesta desde finales del siglo
1864, Imprenta de J. M. Andrade y F. Esca-
XIX cuando el 3 de septiembre de 1889 en el perió-
lante, México. Angulo Villaseñor, Jorge
dico El Siglo diez y nueve se publica: Por lo que respecta a la geografía del suelo, al
1987 “El Sistema Otli-Apantli dentro del Área Urba-
corte que se hizo pasó de manifiesto la sesión
na” en Teotihuacan. Nuevos Datos, Nuevas
de las aguas, la estratificación de las capas, la
Síntesis, Nuevos Problema, Emily McClung
naturaleza del material, casi todo de aluvión o
de Tapia y Childs Rattray (Eds.), Instituto de
de acarreo, y la profundidad misma a que se
Investigaciones Antropológicas, Universidad
halla el nivel de las construcciones, todo ello
Nacional Autónoma de México, México,
acredita y confirma la hipótesis de una grande y
Pp.389-415.
prolongada inundación. Además contribuye a
Charnay, Désiré
vigorizar tal suposición, la presencia de esas
1885 The Ancient Cities of the New World; Being
inmensas rocas (…) como el monolito que sim-
Voyages in México and Central América
boliza a la Diosa de las Aguas en aquel sitio,
1857-1882, Harper & Brothers, New York,
pues no se concibe como hubieran podido con-
2007 Le Yucatán et ailleurs. Expéditions photo
ducirlas hasta allí aquellos pueblos primitivos, si
graphiques (1857-1886) de Désiré Charnay.
no se hubiera encontrado el terreno cubierto por
Présentée dans la galerie suspendues du
las aguas (El Siglo diez y nueve, septiembre 3
musée du quaiBranly du 13 février au 13
de 1889).
mai 2007. Sous la direction de Christine Bosthe. France.
En general en el México antiguo los caminos iban a través de montañas y valles, aunque se aplicaba
El Monitor Republicano
aquello de que “la distancia más corta entre dos
1889 “La Diosa de Agua”, 6 de Septiembre, Méxi-
puntos es la línea recta”, sin importar colinas o ba-
co. P. 3 1889 “La Diosa de Agua”, 22 de Septiembre, Méxi-
rrancos los cuales podían ser atravesados a pie
co. P. 3
(Hassig, 2006:53-59).
1889 “La Diosa de Agua”, 8 de Octubre, México. P. 2 1889 “La Diosa de Agua”, 7 de Noviembre, México. p. 2 18
1889 “La Diosa de Agua”, 28 de Diciembre, Méxi-
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19
EL DIOS DE LA LLUVIA EN EL TAJÍN Martín Cruz Sánchez1
E
l descubrimiento de la zona arqueológica de El Tajín ocurrió de manera fortuita hacia las postrimerías del siglo XVIII, cuando el cabo de la Ronda del Tabaco de la jurisdicción de Papantla, don Diego Ruíz, en su afán por descubrir plantíos ilegales de tabaco halló de
manera accidental la Pirámide de los Nichos, oculta bajo la espesa selva de la región y su testimonio quedó registrado en la Gazeta de México, con fecha del 12 de junio de 1785. A partir de entonces despertó el interés de propios y extraños. Algunos se atrevieron a escribir sin conocer la Pirámide de los Nichos, tan solo guiados por las noticias que proporcionaban otros viajeros; tal es el caso del jesuita Pietro J. Márquez (1804). Otros, como Alejandro de Humboldt (1984) aprovecharon su estadía en la Nueva España e hicieron sus propias observaciones con respecto a la edificación. Pero si ya de por sí la sola presencia de esta pirámide dio cabida a distintos escritos no menos importante fue el legado artístico que hizo el litografista Karl Nebel (Fig.1) que contribuyó con su obra para difundir la belleza y enigmas de El Tajín. Pero fue en tiempos de Francisco del Paso y Troncoso, entonces director del Museo Nacional de México, cuando El Tajín cobró mayor interés. En su empeño por organizar una expedición a Veracruz con motivo de representar dignamente a México en la gran exposición Histórica IberoAmericana, celebrada en España, en 1892; Troncoso realizó trabajos de exploración arqueológica en Veracruz e hizo el descubrimiento de Cempoala al mismo tiempo que continuó con sus labores arqueológicas en el Templo de El Tajín ( Paso y Troncoso, 1911). A partir de entonces, distintos investigadores nacionales y extranjeros se interesaron en este lugar, del que hoy solo nos ocuparemos en esta ponencia del repertorio iconográfico del dios de la lluvia en El Tajín. Desde que José García Payón realizara trabajos en la zona arqueológica de El Tajín y diera a conocer que los lugareños rindieron culto al dios Huracán, se suscitaron numerosos cuestionamientos. ¿Por qué este dios tuvo un papel preponderante en aquélla antigua ciudad mesoamericana? García
1. Maestro en Historia del Arte, Universidad Nacional Autónoma de México. 20
Fig.1 Fig.1.Litografía Pirámide de los Nichos. Carl Nebel. Imagen tomada de López Luján, 2006
Payón (1963:245-246) acota que hay numero-
ces, unidos a la gran variante morfológica de la
sas similitudes entre los bajorrelieves de yugos
greca escalonada, y que se emplean en la or-
y palmas procedentes de las culturas del Golfo
namentación arquitectónica de los edificios, son
como los que miramos en El Tajín. Opina que
simbólicas representaciones del relámpago, por
los entrelaces representan el viento; mientras
lo tanto, es entendible que en El Tajín se rindie-
que los fragmentos de esqueletos y elementos
ra culto al dios Huracán, y que su escultura fue-
antropomorfos disgregados, de piernas, bra-
se dispuesta en el Edificio 5 (Fig. 2).
zos, manos y cabezas refieren la presencia de
Héctor Cuevas Fernández y Mario Navarrete
huracanes. También apuntala que los entrela-
Hernández (2006) opinan que esta escultura se 21
asemeja a aquéllas representaciones del dios huracán correspondientes al área Circuncaribe, las cuales tienen cabeza, tórax y abdomen, pero que sus piernas terminan en una sola, cuyos pies llevan garras, mientras que los brazos los tienen dispuestos de la siguiente manera: uno sobre la cintura y otro sobre la cabeza, y éste ostenta solamente un ojo. La posición de los brazos alude a las direcciones contrarias que llevan los vientos cuando el fenómeno es observado con detenimiento. Para ellos, la versión más evidente de Huracán es la escultura que lo representa en el Edificio 5 (Fig. 3). Con su cara de calavera humana, posiblemente vinculado con Mictlantecuhtli, lleva en su mano izquierda una serpiente (alusión del rayo, del xonecuilli), mientras que el movimiento de los brazos es semejante al que se observa en las esculturas caribeñas para aludir el movimiento violento de los vientos al azotar la tierra. Para Piña Chan y Castillo Peña (2001:63-65) la escultura del dios Huracán que se desdobla hacia la izquierda y hacia la derecha formando dos seres iguales que se unen en el resto de la pieza, con una sola cara cuya nariz queda en Fig.2. Escultura Dios Huracán, Tajín. Tomado de Brueggemann, 1992.
el canto de la piedra son los gemelos preciosos, Venus o Quetzalcóatl, porque Quetzalcóatl era también el dios Huracán, “el Uno Pierna”, mismo que mandaba los truenos, relámpagos, rayos, lluvias y vientos tormentosos 22
Fig.3. Flanco derecho (a) y relieve completo (b) de la escultura del Dios Huracán Tajín. Tomado de Héctor Cuevas Fernández y Mario Navarrete Hernández, 2006.
(Ibíd.:113). El personaje de la izquierda (Fig.4)
pecie de “S” alargada que significa “aire, vien-
visto de perfil está envuelto en una serie de vo-
to”. El personaje de la derecha (Fig.6) lleva jun-
lutas y ganchos que son símbolos del “Viento”;
to al tocado una especie de “flor” con la mano
atrás de él hay, arriba una especie de nube, y
del brazo que viene del personaje de la izquier-
su mano izquierda la cruza sobre el pecho,
da y con la del otro brazo, agarra el cuerpo de
continuándose en el lado derecho. Entre este
una especie de serpiente de fuego (dardo, ra-
personaje y el de la derecha (Fig. 5) se obser-
yo), que lanza a la tierra. Una especie de ceja
va parte de un cuerpo humano con “una pier-
con ojo y dientes, tal vez simboliza al monstruo
na”, en actitud recostada (a la manera del
del inframundo. Para otros como Jeffrey Wil-
Chac Mool maya), y por encima se ve una es-
kerson, la escultura del dios huracán “parece 23
Fig. 5. Parte posterior. Escultura del Dios Huracán, Tajín. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001.
Fig. 4. Flanco izquierdo. Escultura del Dios Huracán, Tajín. Tomado de Cuevas Fernández y Navarrete Hernández, 2006.
24
ser la representación alegórica de una figura
tillo Peña (Op.cit.) acotan que ambos llevan
sentada con el torso superior partido y un
dos bandas horizontales con ganchos entrela-
cráneo como cabeza. Los brazos están soste-
zados (viento) y dos bandas verticales con
niendo una forma parecida a una serpiente
chalchihuites y delgadas franjas inclinadas
que, con las volutas alrededor de ésta, pueden
(agua preciosa). Dentro de este marco hay una
representar la sangre sacrificada del cuerpo
deidad en cuclillas, con los brazos levantados,
acuchillado” (Wilkerson, 1987:60).
flanqueados por columnas o cadenas de plu-
En el Edificio 6, hay dos tableros que repre-
mas. Dadas las particularidades de cada uno
sentan al dios Tláloc (Fig. 7). Piña Chan y Cas-
de estos relieves tenemos que se trata de dos 25
Fig. 7. Tableros procedentes del Edificio 6, El Tajín. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001.
manifestaciones del dios de la Lluvia. Uno, con
Más la presencia del dios de la lluvia en El
cejas venusinas, pequeños ojos, bigotera y
Tajín también es notable en otros espacios ur-
colmillos salientes a un costado de la comisura
banos, de carácter religioso como el bajorrelie-
de la boca y de ésta asoma la lengua bífida
ve que observamos en el Panel 2 de la Pirámi-
terminada en punta de cuchillo o lanza (rayo).
de de los Nichos (Fig. 8). En este caso pode-
Porta un braguero con líneas ondulantes que
mos suponer que se trata de un sacerdote de
simbolizan el agua corriente del mar. Por lo
esta deidad y apoyamos nuestra hipótesis por
que bien puede tratarse de un Tláloc del orien-
la parafernalia ritual que porta este personaje.
te que manda las aguas durante la estación de
Pascual Soto (2009:100-102) dice al respecto:
lluvias. Mientras el otro Tláloc lleva el pelo re-
hay un marco formado por una sucesión de
vuelto como viento, la bigotera y la encía su-
rectángulos que llevan un círculo inscrito justo
perior con dientes y colmillos salientes, tal vez
en el centro. Cada uno se relaciona con el que
se trate del dios de la lluvia del poniente. Pero
sigue a través de dos bandas entrelazadas,
también cabe la posibilidad, de que se refieran
solucionadas a manera de eslabones de una
a los tlaloques o ayudantes del dios principal
cadena. El personaje se muestra con la cabe-
(Piña Chan y Castillo Peña, Op cit.:123-124).
za de perfil y porta un elaborado tocado que 26
Fig. 8. Pirรกmide de Los Nichos, Panel 2. Tomado de Pascual Soto, 2009.
27
ocupa casi una tercera parte del espacio dispo-
sobre la tierra; se trata de un personaje antro-
nible para su figuración. Asimismo, este perso-
pomorfo, con su ojo redondo al estilo de Tláloc,
naje sujeta con una de las manos una enorme
danzando o brincando con una sola pierna so-
bolsa y con la contraria, en lugar del bastón,
bre el cuerpo de un Cipactli, - la Tierra. Toda la
empuña un objeto mucho más corto que termi-
escena demuestra movimiento: la danza trepi-
na en un arreglo de plumas que afecta la forma
dante del dios y el sufrimiento del reptil al reci-
de un gancho. Más adelante, añade, que el
bir el poderoso impacto de la única pierna so-
personaje porta las anteojeras propias de la
bre su cuerpo, alusión al encuentro del
iconografía de Tláloc. Por esta razón es que
huracán con la tierra.
nosotros suponemos que puede tratarse de un
La narrativa visual de esta escena muestra,
sacerdote del dios de la Lluvia.
como
Respecto al panel 3 de la Pirámide de los Ni-
(1990:99) en “los márgenes un patrón de entre-
chos (Fig. 9), Héctor Cuevas Fernández y Ma-
laces geométricos, interrumpidos a intervalos
rio Navarrete Hernández (Op.cit.:41) sostienen
regulares por rectángulos complicados con
que la escena es alusiva al paso de huracán
círculos”. Román Piña Chan y Patricia Castillo
bien
señala
Arturo
Pascual
Soto
Fig.9. Pirámide de los Nichos, Panel 3. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001. 28
Peña proponen que esas angostas bandas
taciones más frecuentes con que observamos
compuestas de dos signos (un rectángulo con
al dios de la Lluvia en El Tajín en este panel lo
un circulo en el centro, y dos “úes” entrelaza-
miramos con un aspecto feroz, con un profun-
das como eslabones de una cadena), que se
do sentido nefasto. Piña Chan y Castillo Peña
repiten simbolizan a la “tierra y al viento” (Piña
(Ibid.:126) opinan que en este caso la deidad
Chan y Castillo Peña, Op. cit.:76), y en la esce-
está relacionada con un aspecto de Quetzalc-
na central vemos a la izquierda (poniente) el
óatl y fundamentan su observación con base
perfil de un templo o casa decorado con mu-
en el rostro con anteojeras, enormes chal-
chos chalchihuites y tal vez nubes, del cual
chihuites en las mejillas y una boca triangular
surge un ser con cara de pájaro, con un gorro
en cuya parte inferior sale un rayo de pedernal
del que sale una especie de caracol cortado y
o fuego1. Es Tláloc como dios de la guerra y de
lleva collar de cuentas, orejera circular, faldilla
los sacrificios humanos, el cuchillo de sacrifi-
sujeta con ancha faja decorada con barritas
cios que porta en la mano izquierda y el escu-
cuatrapeadas (simbolizando la tierra) con una
do de petate con crótalos de serpiente, en cu-
gran voluta (viento) al frente, así como con
yo centro aparece su mano derecha vertiendo
sandalias de tiras en el pie izquierdo y una
un chorro de sangre preciosa del sacrificio.
“garra” en lugar del pie derecho. Dicho perso-
Está sentado sobre un banco que significa au-
naje, que tiene en la mano derecha un arma
toridad.
(maza o hueso), levanta los brazos en actitud
La presencia del dios de la lluvia en El Tajín
de pelear o rematar a un enorme lagarto que
también es manifiesta en los tableros centrales
emite rayos de fuego y que se asocia a la pro-
del Juego de Pelota Sur. En el Tablero Central
fundidad del mar. De ello se puede concluir
Norte de la citada estructura (Fig. 11) Piña
que la estrella vespertina, Xólotl o perro, des-
Chan y Castillo Peña acotan que la escena
ciende de su casa en el cielo al mar, donde re-
principal nos muestra a un personaje acostado
ina el monstruo de las aguas en forma de un gran lagarto de fuego, con el cual pelea para transformarse en la estrella de la maña-
1.Arturo Pascual Soto señala, apropósito de la iconografía de este vestigio arqueológico que nos ocupa, que el personaje está en posición sedente con el rostro cubierto por la máscara de la deidad tutelar, una forma local del ancestral Tláloc teotihuacano, mientras que con una mano sujeta a la altura del pecho un rodete perforado en el centro y en cuya hechura se simuló la piel de las culebras y hasta las vértebras. Vid. Arturo Pascual
na” (Ibid.:28). Más al dios de la lluvia también se le puede observar en otro panel de la Pirámide de los Nichos (Fig. 10). A diferencia de las represen29
Fig.10. PirĂĄmide de los Nichos. Panel. Tomado de Castillo PeĂąa, 1995.
30
Fig. 11. Tablero Central Norte. Juego de Pelota Sur, El Tajín. Tomado de Patricia Castillo Peña, 1995.
y amarrado dentro de un templo sumergido en
giendo los plantíos de maguey cercanos (Piña
el mar, con su boca sostiene un tallo con hoja
Chan y Castillo Peña, Op. cit.:74-75). Brüegge-
lanceolada encima de la cual hay una “S”, al
mann considera que el tema de los tableros
que identifica como el dios Huracán. En el pla-
centrales del Juego de Pelota Sur son la nueva
no terrestre se observa a otro personaje, ergui-
vida y el bienestar como objeto final del juego.
do, portando con el brazo derecho una mien-
Es decir, “son objetivo y justificación del juego
tras que con la mano izquierda señala al dios
mismo y representan una realidad ficticia de-
que está en el mar, y como su portavoz comu-
seada que se hace realidad quizá por la san-
nica a los sacerdotes del trueno y la lluvia, así
gre del sacrificado. En cambio sin su sangre
como al de Venus, que su dios demanda su
todo será hambrunas, destrucción y triste-
alimento para subsistir y seguir protegiendo los
za” (Brüggemann, 1992:95). 31
En el Tablero Central Sur del Juego de Pelota
de Venus que lleva la gran “S” o trueno; y en la
Sur (Fig. 12) Piña Chan Castillo Peña refieren
esquina superior derecha puede verse un
que vemos el mismo templo sumergido en el
“conejo” con una serpiente emplumada como
mar, pero ahora abierto hacia el poniente, y
cola, el cual se relaciona con el pulque. Otro
dentro de él está un personaje con medio cuer-
plantío de magueyes se observa en el terreno
po en el agua (semi-incorporado), el cual lleva
elevado (Piña Chan y Castillo Peña, Op.
un tocado de pez con tres plumas. Frente a él
cit.:75).
se ve al sacerdote del dios del agua, quien
En conclusión, Piña Chan y Castillo Peña opi-
sentado, perfora una penca de maguey cuyo
nan que los dos tableros centrales tienen que
jugo fluye en un chorro que va a la boca del
ver con ideas relacionadas con el maguey y el
dios (tiburón o pez); o sea, que se cumple la
pulque, así como con Quetzalcóatl, ya que es-
petición del dios Huracán, que se alimenta de
te dios fue su descubridor, el que preparó el
la sangre de los autosacrificios. La escena
vino de la tierra (el pulque) y por extensión pa-
simbólica del dios del mar o Huracán que reci-
trono de los borrachos (conejos). Pero en El
be su alimento es contemplada por el sacerdo-
Tajín se enriquece el mito, al agregar que el
Fig.12. Tablero Central Sur. Juego de Pelota Sur, El Tajín. Tomado de Patricia Castillo Peña, 1995. 32
dios de las tormentas y del mar, Huracán
En el Edificio 42, llamado también de Las Co-
(advocación de Quetzalcóatl), podía destruir
lumnas, observamos en la tríada de columnas
los plantíos de magueyes si no se le propiciaba
que conforman el pórtico de este recinto, el
con pulque (Ibid.:75-76). Nosotros añadiremos
rostro del dios de la Lluvia (Fig. 13). La narrati-
además que dentro del torrente de sangre o
va visual de la columna central mezcla hom-
simiente observamos pequeños círculos, simi-
bres, dioses, plantas y animales que se rela-
lares a la forma que tienen las semillas, es po-
cionan con mitos y ritos de los habitantes de El
sible se vinculen con los ritos de la fertilidad,
Tajín, a partir de esta observación infiere que
de la agricultura y por supuesto con las deida-
la vida cotidiana de estos lugareños adquieren
des relacionadas con los fenómenos naturales
un carácter sagrado (Ladrón de Guevara,
como la lluvia, el viento, entre otros.
2005:132-135).
Fig. 13. Edificio 42 llamado de “Las Columnas”. Tomado de Ladrón de Guevara, 2009.
33
Fig. 14. Edificio 42 llamado de “Las Columnas” (detalle). Tomado de Román Piña Chan y Patricia Castillo Peña, 2001.
Dentro de la narrativa visual de la referida co-
de una deidad por la intervención de un ave o
lumna podemos observar a una deidad des-
por las plumas de un ave (Íbid.:135). Mientras
cendente con la característica boca del dios de
que para Piña Chan y Castillo Peña (Op.
la Lluvia, esta figura está delimitada por algu-
cit.:122) la cuerda puede ser como un cordón
nas cuerdas. Al centro de esta escena contem-
umbilical que liga al hombre en la tierra con el
plamos una estructura con cornisas de forma
cielo, y también, cuando el hombre muere, la
piramidal escalonada en cuya cima está un
cuerda puede ser el medio por donde sube al
personaje sentado. El quechquémitl que porta
cielo. Como medio para que los dioses bajen
dicha figura sugiere que se trata de un perso-
del cielo a la tierra y suban en sentido contrario
naje femenino. A la derecha del basamento no-
(Fig. 14). Me parece significativo y relevante el
tamos la presencia de un roedor y encima de él
hecho de que los artífices consignaran dentro
hay un ave emprendiendo el vuelo. Ladrón de
del repertorio visual al dios de la Lluvia en un
Guevara opina que en esta obra esculpida se
sitio preponderante; como si su propósito fuese
evoca el mito de la hilandera que se embaraza
llamar la atención de los visitantes pero tam34
bién pusieron de manifiesto la importancia de
deidad tutelar de los gobernantes de El Tajín.
esta deidad en la vida cotidiana de los habitan-
Pintado con la piel de color verde olivo queda
tes de aquella antigua ciudad mesoamericana.
señalado por un imponente ojo con la mirada
Más el rostro del Dios de la Lluvia en El Tajín
vacía y bordeado por una ceja muy abultada.
también quedó registrado en la pintura mural
Del exagerado arco superciliar baja el lomo de
de aquella antigua metrópoli mesoamericana.
una nariz humana en cuyo extremo inferior se
Tal es el caso del fragmento que se encontró
reparte una banda de trazo sinuoso que termi-
dentro del relleno constructivo de los edificios
na en ganchos. Este último elemento hace las
del Tajín Chico (Fig. 15). Pascual Soto consi-
veces tanto de la bigotera como del labio supe-
dera que este vestigio es notable en varios as-
rior de la deidad, de allí surgen los dientes y un
pectos: la forma, el colorido y el tema de la fi-
poderoso colmillo. La mandíbula inferior ape-
guración muy cercano a los que observamos
nas se conserva, así como la mitad de un vis-
en los tableros de la Pirámide de los Nichos;
toso tocado que originalmente se distribuía a
este fragmento “muestra el rostro de perfil de la
ambos lados de la cabeza y que no reparaba
Fig. 15. Fragmento de pintura mural, Edificio A, El Tajín. Tomado de Arturo Pascual Soto, 2009.
35
en la abundancia de plumas. El fondo es rojo y tenía, a manera de marco, una banda azul muy
Veracruzana. México. Pp.245-246. Gazeta de México
ancha, seguida de otra más delgada pintada
1785 12 de julio de 1785 Periodo: [Tomo I],
de amarillo, el mismo color que sirvió para
número 1, Fundador y autor, Manuel An-
agregar debajo del ojo una orla pintada en for-
tonio Valdés Murguía y Saldaña, Méxi-
ma de los pétalos de una flor. Del lado izquier-
co. p. 349-350.
do, en la dirección en la que mira la deidad, se
Humboldt, Alejandro de
halla una banda de color verde que describe
1984 Ensayo Político sobre el Reino de la
formas ondulantes y un motivo de ganchos
Nueva España. Estudio preliminar, revi-
azules que parece ser un apéndice del mar-
sión del texto, cotejos, notas y anexos
co” (Pascual Soto, Op cit, 2009:147-148).
de Juan A. Ortega y Medina, Colección Sepan Cuantos, Nº 39, Porrúa, México.
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37
TEOTIHUACÁN CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA PINTURA MURAL, UN PROBLEMA INTERDISCIPLINARIO María Isabel Mercado Archila1 Introducción
E
n la pintura mural teotihuacana se encuentran expresiones llenas de elementos, formas, colores y estilos que conforman un lenguaje vasto y complejo que no hemos logrado comprender o descifrar, pero que permite reconocer la grandeza cultural de la cultura teo-
tihuacana a lo largo de su desarrollo. Sin embargo, este rico universo de información está desapareciendo, y no lentamente, lo que el tiempo conservó por más de un milenio, el México moderno no ha podido conservarlo en 50 años. Muchas son las razones de este deterioro, sin embargo, en esta ocasión pretendo comentar aquellas vinculadas con algún tipo de Educación, ya sea por desconocimiento del tema, o intervenciones erróneas, entre otras. Al finalizar se presentan algunas propuestas que pudieran ponerle freno a tan acelerado deterioro de tan significativo Patrimonio Mundial.
La pintura mural teotihuacana Teotihuacán es uno de los lugares más significativos del mundo mesoamericano. En el Altiplano Central durante el periodo Clásico la cultura teotihuacana tuvo a bien dejar testimonios de su desarrollo mediante pinturas sobre los muros, cerámica, así como en la escultura en piedra y es de estos elementos que los diferentes estudiosos nos hemos valido para involucrarnos con el mundo mesoamericano (Mercado y Díaz, 2010:1613). Beatriz de la Fuente y Hasso Von Wining, están de acuerdo en calificar a la Teotihuacana como una cultura caracterizada por su inconfundible estilo de arte manifestado en la arquitectura, escultura, cerámica artefactos y principalmente, en la pintura mural.
1. Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Academia de Arte y Patrimonio Cultural. UNAM. Instituto de Investigaciones Estéticas. Proyecto Tláloc. iarchila@yahoo.com 38
Teotihuacán es probablemente la ciudad
dades, del pensamiento, en forma importante
prehispánica en la que se hallan los ejem-
de la cosmovisión; de la indumentaria y el
plos más sobresalientes de pintura mural,
adorno, los instrumentos, del utillaje, de la ar-
debido a que en ella podemos apreciar una
quitectura y el mobiliario; del sistema de regis-
secuencia de aproximadamente setecien-
tro gráfico, y muchos otros aspectos.
tos años de tradición mural en la que se
Por lo que respecta a la iconografía, los estu-
pintan los pórticos e interiores de los tem-
diosos de Teotihuacán dependemos en gran
plos, pero también los muros de los conjun-
medida de las expresiones artísticas y cultura-
tos habitacionales (De la Fuente, 1999:7).
les para “...la reconstrucción, hasta cierto gra-
Desde el siglo XIX los murales han aparecido
do, del antiguo sistema socio-político y religio-
poco a poco; se conocieron los murales de
so de la cultura Teotihuacana” (Von Winning,
Teopancaxco - Casa de Barrios-, una casa de
1987:16). Bajo este concepto, Von Winning de-
campesinos al sur de la zona arqueológica;
termina que la pintura mural, tanto en la arqui-
luego los del Templo de la Agricultura, en el
tectura de templos como en los conjuntos habi-
templo que está en la Plaza de la Pirámide de
tacionales así como la cerámica y la escultura,
la Luna. En el siglo XX se encontraron desde
son testimonio de un arte esencialmente reli-
las pinturas que decoran la plataforma conoci-
gioso.
da como Los superpuestos, hasta las que apa-
Estudios interpretativos existen varios, como
recieron en los conjuntos arquitectónicos como
los trabajos de Seler, Beyer y Caso, así como
Tepantitla, Tetitla, Atetelco, Zacuala, Yayahua-
los de Laurette Séjourné. También se puede
la, hasta los del pueblo de Amanalco: Techi-
mencionar a Von Winning, George Kubler, Est-
nantitla y Tlacuilapaxco así como los del área
her Pastory, Rubén Cabrera, Jorge Angulo,
ceremonial, en el Palacio del Quetzalpapálotl
Beatriz de la Fuente entre otros. Sin embargo
y en el conjunto del Sol (López Austin, 1990).
ha sido un trabajo difícil dar significados es-
Para López Austin, (Ibid.:59) este género de
pecíficos a la simbología teotihuacana. Lo que
murales proporciona mucha información sobre
sí es posible señalar es el conjunto de elemen-
la cultura, debido a la amplitud que tenía la reli-
tos que se repiten tanto en la pintura mural co-
gión en la vida cotidiana, tomando en cuenta
mo en la escultura y cerámica, elementos tales
que la pintura teotihuacana es exclusivamente
como los chalchihuites o discos perforados, las
religiosa, así son fuentes para el conocimiento
volutas, las conchas y caracoles, las estrellas
de religión, de cultos y ceremonial, de las dei-
de cinco puntas, la vírgula de la palabra, repre39
sentaciones antropomorfas, zoomorfas y pro-
comparar una publicación con otra, ya se pod-
cesiones.
ían identificar los severos problemas de con-
No obstante lo anterior, el verdadero valor de
servación que los murales estaban sufriendo
la pintura mural se encuentra en su importan-
en apenas unas décadas. Estos problemas no
cia como documento, tomando en cuenta la
se han solucionado y año con año se sufre la
falta de información que existe sobre Teotihu-
pérdida irreparable de estos objetos de estudio
acán y reconociendo que al día de hoy no se
y Patrimonio Cultural (Mercado, 2014:153).
sabe quiénes la habitaban o qué idioma habla-
Lamentablemente son muchos los ejemplos
ban, cabe señalar que se desconoce inclusive,
que demuestran lo ya señalado, tales como el
el nombre original del sitio. Ya Magaloni
mural denominado, “La señora del nopal”, “Las
(1994:20) expone que la pintura mural es por
águilas Rojas”, “El Tláloc del rayo” en Tetitla, o
definición una forma de representación pública,
los murales del llamado Patio Blanco de Atetel-
depositaria y transmisora de los valores socia-
co, principalmente los del pórtico Norte, o “Las
les, ideológicos y culturales característicos de
biznagas”, entre muchos otros. Sin dejar de
una civilización.
mencionar la pérdida casi total del color de
Por todo lo anterior, cada estudio sobre estas
aquellos edificios se encuentran a la intempe-
expresiones culturales, ofrecerán datos signifi-
rie.
cativos de los teotihuacanos y sus formas de vida y por lo tanto, perder parcial o totalmente
Causas
un mural, significa perder partes valiosas del
Una de las principales razones del deterioro de
pasado mesoamericano.
estos murales es la humedad, misma que se genera
por
diferentes
causas
(Mercado,
2014:160):
Problemáticas En 1971, Arthur Miller publica “The mural pain-
1. La humedad capilar que es aquella que
ting of Teotihuacán”, texto en el cual quedaron
viene del subsuelo por un drenaje mal cana-
registrados los ejemplos de pintura mural loca-
lizado o un drenaje que ya no esté funcio-
lizados a la fecha. Para el 2001, la Universidad
nando, o por la estratigrafía. Dado que un
Nacional Autónoma de México hace lo propio y
mural puede tener en la parte de atrás un
presenta un catálogo muy completo de estas
relleno arquitectónico conformado por barro
expresiones prehispánicas a partir de un ex-
crudo o piedra de tezontle que mantendrá
haustivo registro fotográfico, sin embargo, al
húmedo el mural. El agua que viene del 40
subsuelo es muy difícil controlarla.
bajo. A nivel federal, cada año se le resta pre-
2. Todo lo que tiene que ver con el desalojo
supuesto a todo lo relacionado con la cultura y
del agua pluvial por ejemplo encharca-
eso significa en lo práctico menor cantidad de
mientos al frente o atrás del mural.
proyectos, y por lo tanto, menores posibilida-
3. La humedad generada por la falta de
des de atender todas las problemáticas relacio-
mantenimiento a cubiertas (techos).
nadas con el patrimonio arqueológico, ni que
Otras problemáticas son las generadas por in-
decir de aquellos específicos de pintura mural
tervenciones anteriores, sobre todo aquellas
(Mercado, 2014:161).
consolidaciones arqueológicas que están uni-
No obstante todo lo anterior, es preciso señalar
das con cemento dado que éste evita que la
que en los últimos años se han llevado a cabo
humedad salga por la parte superior y por lo
proyectos de conservación y restauración de-
tanto ésta sale por el muro mismo. También
ntro de la zona arqueológica de Teotihuacán
existen aquellas donde hubo reintegración
que involucran a la pintura mural en un afán de
cromática con materiales que sellan el poro del
dar soluciones a algunas de las problemáticas
muro (Mercado 2014:161).
señaladas, de los cuales podemos mencionar
De la misma forma, los propios materiales de
los siguientes:
las cubiertas y cortinas aumentan la temperatu-
Proyecto de conservación y restaura-
ra ambiente sin dejar de mencionar las cortinas
ción del Conjunto Atetelco. 2010-A la
se abren y cierran constantemente provocando
fecha. Departamento de Restauración
que los murales sean expuestos a lo largo del
de la zona arqueológica de Teotihu-
día a la luz solar para que el turista pueda co-
acán. Responsable: Montserrat Sali-
nocerlos.
nas Rodrigo.
Otro de los problemas que más repercute fuera
Proyecto de conservación de pintura
del entorno arqueológico es el factor económi-
mural in situ y en acervos. Inventario.
co dado que no existe un presupuesto específi-
Instituto Nacional de Antropología e
co para atender las necesidades de conserva-
Historia (INAH). Zona Arqueológica de
ción y restauración de la pintura mural a nivel
Teotihuacán. Responsable: Gloria To-
zona arqueológica y se trabaja con presupues-
rres y Claudia López.
tos designados a proyectos específicos lo que
Proyecto de conservación del conjun-
hace que sólo se pueda atender un pequeño
to arquitectónico Quetzalpapálotl 2009
número de murales en cada temporada de tra-
-2011. INAH. Zona Arqueológica de 41
Teotihuacán. Responsable: Verónica
ii) Ser la manifestación de un intercambio
Ortega Cabrera.
de influencias considerable, durante un
Proyecto de restauración de la Pintura
determinado periodo o en un área cultu-
Mural de Tetitla. (2007-2010). INAH a
ral específica, en el desarrollo de la ar-
través de la Escuela Nacional de Con-
quitectura o de la tecnología, las artes
servación, Restauración y Museograf-
monumentales, la planificación urbana o
ía.
el diseño de paisajes.
(ENCRM). Responsable: Jaime
Cama Villafranca.
iii) Representar un testimonio único, o por lo
Sin embargo, más adelante se mencionaran
menos excepcional, de una tradición
los pros y los contras de los proyectos señala-
cultural o de una civilización aún viva o
dos.
que haya desaparecido. iv) Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo
Teotihuacán Patrimonio Mundial
de construcción, de un conjunto arqui-
La Organización de Naciones Unidas para la
tectónico, tecnológico o de paisaje, que
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
ilustre una o varias etapas significativas
declaró a los municipios de Teotihuacán de
de la historia de la humanidad.
Arista y San Martín De las Pirámides, como
iv) Estar asociado directa o materialmente
Patrimonio de la Humanidad en 1987 con base
con acontecimientos o tradiciones vivas,
en los criterios de selección I, II, III, IV Y VI de
ideas, creencias u obras artísticas y lite-
la lista de Patrimonios de la Humanidad
rarias de significado universal extraordi-
(UNESCO, 2009). Para ser incluidos en la Lista
nario (criterio utilizado solamente en cir-
de Patrimonio Mundial, los bienes propuestos
cunstancias excepcionales y aplicado
deben tener un valor universal excepcional y
conjuntamente con otros criterios.
cumplir por lo menos, con uno de los diez crite-
Sin embargo, la UNESCO solicita que la con-
rios de selección; los primeros seis correspon-
servación del Patrimonio Mundial sea un pro-
den a los bienes culturales y los cuatro restan-
ceso continuo y las alteraciones en la pintura
tes a los bienes naturales. Teotihuacán fue
mural podrían a la larga provocar que Teotihu-
nombrado bajo los criterios (i), (ii), (iii), (iv) y
acán salga de la lista.
(vi) los cuales indican lo siguiente:
Es así como se presentan a continuación
i) Representar una obra maestra del genio
aquellas acciones relacionadas con la educa-
creativo humano.
ción y que, de prevenirlas, se frenaría en bue42
na medida el deterioro existente.
De los trabajos más recientes vemos por ejemplo: El Proyecto de conservación y restaura-
La educación. Factores de destrucción
ción del Conjunto Atetelco (2010-A la fecha), a
Uno de los principales problemas a los que se
cargo del Departamento de Restauración de la
enfrentan los murales teotihuacanos es preci-
zona arqueológica de Teotihuacán, y cuya res-
samente el desconocimiento que se tiene de
ponsable es Montserrat Salinas Rodrigo, de
sus técnicas.
este trabajo se reporta que se inició con un
Diana Magaloni (2001,188-225) hizo un estudio
análisis y registro fotográfico para de manera
para determinar fases técnicas así como la tec-
posterior, determinar que la primera acción a
nología del color, un estudio muy interesante
seguir estaría relacionada con el control de los
que dejó ver al menos 4 fases y una de transi-
problemas de humedad, lo que condujo al
ción y la determinación de la mayoría de los
mantenimiento de techumbres y modificacio-
pigmentos utilizados así como de los diferentes
nes arquitectónicas para evitar los encharca-
elementos utilizados para crear los soportes.
mientos. Después de que se controló la hume-
Sin embargo, es muy importante señalar que
dad se determinó qué murales requerían de
no fue analizado el total de los murales sino
atención inmediata y a estos sí se les hizo in-
sólo una selección, y sobre todo, que no repor-
tervención directa como fue el caso de los mu-
ta propiamente un “procedimiento”, es decir a
rales denominados La Biznaga y los murales
pesar de su vasto análisis y de los datos ofreci-
del llamado Patio Blanco. Esta intervención
dos no se podría recrear fidedignamente un
consistió en tratamiento con agua destilada y
mural teotihuacano.
compresas para eliminar sales. No se hizo res-
Si bien otros análisis concuerdan que la técni-
titución pictórica (Mercado, 2014:162).
ca es al fresco, no hay un estudio que permita
Por su parte en el Proyecto de conservación
conocer la elaboración concreta de cada mural
del conjunto arquitectónico Quetzalpapálotl
aun cuando existen estudios que indican el tipo
(2009-2011). A Cargo del INAH y la Zona Ar-
de materiales que fueron utilizados.
queológica de Teotihuacán, donde la respon-
Lo anterior se hace evidente ante el uso de las
sable fue Verónica Ortega Cabrera, la interven-
diferentes técnicas, tanto de consolidación de
ción de los murales consistió primeramente en
muros como de la restauración de los propios
una limpieza mecánica a partir de agua-alcohol
ejemplos de pintura mural que se han efectua-
para eliminar polvos y sales, afortunadamente
do a lo largo de los años.
no existía presencia alguna de microorganis43
mos. Posteriormente se llevó a cabo una rein-
donde se localiza el mural llamado Las águilas
tegración de color a partir de pintura a la cal y
rojas, por resanes de cal y arena, aparecieron
pigmentos minerales con la intención de dar
una serie de fragmentos de pintura mural que
entendimiento a los murales. La técnica utiliza-
permanecían en un estado de equilibrio con el
da fue el puntillismo, para dejar clara la diferen-
contexto de enterramiento, protegidos de diver-
cia entre el mural original y las intervenciones,
sos agentes de deterioro además conservaron
lo
coloración y esto permitió hacer referencias
anterior
para
los
casos
de
estudio
(Ibid.:165).
con el mural en tratamiento y así, se distinguie-
De la misma manera, el Proyecto de restaura-
ron colores que ya no eran visibles como el ne-
ción de la Pintura Mural de Tetitla. (2007-2010)
gro. Puesto que según las observaciones in
del INAH a través de la Escuela Nacional de
situ la capa pictórica negra se desprendió por
Conservación, Restauración y Museografía.
completo del enlucido, dejando huella de su
(ENCRM) donde participó como responsable
existencia sólo a través de la textura del muro
Jaime Cama Villafranca se señala que el obje-
(Ibíd.: 206).
tivo principal del proyecto fue la restauración
Después de los estudios y experimentaciones
del Palacio de Tetitla para lograr su revalora-
correspondientes, y después de decidir replan-
ción estética (Jiménez Cosme, 2010: 197).
tear la propuesta de intervención se reintegró
Durante este proyecto Jiménez (Ibíd.: 204) de-
cromáticamente el faltante de color negro, con
talla se intervinieron sólo 9 murales, al parecer
el propósito de recuperar parte de la composi-
los que necesitaban una pronta acción sobre
ción visual original de la cual dice Jiménez, se
ellos. La propuesta de intervención se enfocó
tiene información parcial pero sólida (Ibíd.:
en tres puntos: limpieza general de muros y
218).
pisos, eliminación de intervenciones anteriores
El reporte indica que se utilizaron materiales
como resanes de cemento y capas de protec-
reversibles como la acuarela con una variante
ción de polímeros sintéticos, consolidación de
de la técnica del rigattino, que puede entender-
los pisos y los muros, sustitución de resanes y
se como un ashurado ya que emplea líneas
finalmente la reintegración cromática de pe-
continuas de un solo color, sin la yuxtaposición
queñas lagunas y abrasiones.
de varios colores propia del rigattino y que
Sin embargo, durante el proceso de trabajo se
permite denotar la intervención. Se usaron así,
presentó una particularidad, cuando se sustitu-
líneas que no cubren por completo la superficie
ían los resanes de cemento en el Pórtico 25
sino que se intercalan con espacios en blanco, 44
propios del enlucido original, consiguiendo la
por la misma. De la misma forma quisiera re-
combinación del color del sustrato original y la
saltar que el tratamiento, y por lo tanto el resul-
reintegración, que a cierta distancia se puede
tado, hubiera sido diferente si no se hubiera
interpretar como una superficie abrasionada.
encontrado ese pequeño fragmento que vis-
Finalmente, la reintegración, se enfocó en la
lumbró una paleta de color diferente (Figs. 1-
lectura de formas y a pesar de que se deter-
4).
minó que el color utilizado originalmente era el
Ahora bien, otro gran problema relacionado
negro, las figuras de plumas negras sólo que-
con la Educación es justamente la falta de co-
daron sugeridas en líneas de color gris, toman-
nocimiento de la propia existencia de estos
do en consideración que el deterioro específico
murales.
del pigmento es parte de las características
Menos del 5% de los visitantes a la zona ar-
tecnológicas del momento de creación del mu-
queológica recorre los llamados “conjuntos”, lo
ral (Ibíd.:219). Para los procesos irreversibles
que conlleva sin lugar a dudas a una falta de
como la consolidación y la limpieza se emplea-
exigencia de conservación a las autoridades
ron caseinato de calcio así como reactivos y
correspondientes.
disolventes que ayudaron a reducir concrecio-
Se debe recordar la cantidad de manifestacio-
nes y velos salinos, así como capas de protec-
nes que se hicieron por parte de arqueólogos,
ción sintéticas.
estudiantes, trabajadores en general del INAH,
Como se puede observar, cada proyecto utilizó
así como por parte de la comunidad académi-
técnicas de limpieza diferentes así como dife-
ca para detener el proyecto “resplandor teo-
rentes técnicas de recolocación de pigmentos,
tihuacano” mismas que consiguieron la sus-
en este caso quisiera resaltar que el proyecto
pensión del proyecto que ponía en peligro la
de la escuela de restauración “determinó” que
preservación de la Pirámide del Sol y (sin dejar
el color era negro no dice comprobó sino deter-
de mencionar que el daño ya había sido cau-
minó. El tiempo determinó rápidamente que la
sado).
técnica de consolidación y restauración de este
Tal vez la pintura mural teotihuacana encontra-
proyecto no fue la adecuada, dado que, a tan
ra en el reclamo del público el apoyo necesario
sólo tres años se perdió la parte central del
para exigir un mayor presupuesto para la sal-
mural intervenido, debemos subrayar que este
vaguarda de este que es también patrimonio
proyectó nunca tomó en cuenta los problemas
mundial.
de humedad a pesar del evidente daño causa-
De manera muy incongruente, otra problemáti45
Fig. 1. Tetitla Las Águilas. Patio 25. Antes de la Restauración. Foto Isabel Mercado, 2007.
Fig. 2. Tetitla. Patio 25. Mural 2 Las Águilas. Restauración. Foto Isabel Mercado, 2010. 46
Fig. 3 Tetitla. Patio 25. Mural 2 Las Águilas. Deterioro después de restauración. Foto Isabel Mercado, 2013.
Fig. 4 Tetitla. Patio 25. Mural 2 Las Águilas. Consolidación. Foto Isabel Mercado, 2014.
47
ca es causada por los pocos asistentes que
mencionar que coarta el interés por la investi-
conocen y visitan los llamados conjuntos habi-
gación académica, dado que se presume que
tacionales dado que no respetan los espacios,
ya todo tiene una interpretación clara y precisa,
tocan los murales, se suben a los pórticos tras-
lo que genera una cadena de datos e informa-
pasando los señalamientos que impiden el pa-
ciones erróneas sobre nuestro pasado mesoa-
so y en varias ocasiones he encontrado grupos
mericano.
llevando a cabo rituales (cánticos y rezos) dentro de los propios conjuntos, principalmente
Sugerencias a manera de conclusiones
en Tepantitla, elevando la temperatura del lu-
Como se pudo observar el desconocimiento
gar como consecuencia del gran número de
parcial o total de todo aquello que rodea a la
personas en el interior. Lo anterior es conse-
pintura mural teotihuacana ha tenido como
cuencia del poco personal de vigilancia que
consecuencia directa o indirectamente la pérdi-
existe en estos espacios.
da de éstas expresiones teotihuacanas.
Un último inconveniente ligado a problemas de
No obstante, creo que aún hay mucho por
educación es la información proporcionada por
hacer en favor de los murales y es así como
los guías de turistas, tanto de aquellos que pre-
pongo a consideración las siguientes propues-
stan sus servicios en la zona arqueológica co-
tas:
mo aquellos contratados por agencias turísti-
Primero: Se debe promover en los salones de
cas, donde la información académica es por
clase de las áreas de arqueología, arquitectura
completo ignorada y los relatos están dirigidos
y restauración estudios más profundos sobre la
al asombro del turista a través de narraciones
pintura que nos ocupa, es muy importante te-
fantásticas de ceremonias y rituales de sacrifi-
ner más y nuevos datos sobre los procesos de
cio hasta ahora poco documentadas en Teo-
manufactura para mejorar las técnicas de con-
tihuacán. Esto equivale desde mi punto de vis-
servación y restauración.
ta a dos nuevas problemáticas. 1. El turista
Segundo: Es importante que se exija que los
extranjero se lleva una falsa idea de la cultura
proyectos relacionados con intervenciones di-
teotihuacana 2. Estas narraciones basadas
rectas en los murales tengan como base una
principalmente en mitos posclásicos conlleva a
análisis general de las problemáticas involucra-
la errónea acción de englobar lo mesoamerica-
das con la pérdida del mural. (Humedad, luz
no donde no hay diferencias entre mexicas,
solar, consolidación del muro, informe de las
olmecas o teotihuacanos, esto sin dejar de
intervenciones anteriores…). De la misma ma48
de un informe que indique qué, cómo y con
Flores Marini (Ed.), Instituto de Investi-
qué materiales se trabajó.
gaciones Estéticas. Universidad Nacio-
Tercero. Diseñar cursos para los guías de tu-
nal Autónoma de México. México.
ristas, solicitar como requisito para prestar sus
López Austin, Alfredo
servicios que acrediten los cursos y supervisar
1990 Teotihuacan, Turner Libros. Madrid.
la información que se ofrece al turista.
Magaloni, Diana
Cuarto. Promover el acceso a través de trans-
1994 Metodología para el análisis de la técni-
porte interno hacia los llamados conjuntos de-
ca pictórica mural prehispánica: El Tem-
partamentales para que haya un mayor conoci-
plo Rojo de Cacaxtla. Colección Científi-
miento de la existencia de estos ejemplos de
ca. Serie Arqueología. Instituto Nacional
pintura mural. No tiene que ser gratuito.
de Antropología e Historia. México.
Quinto. A los estudiosos nos queda promover
2001 “El espacio Pictórico Teotihuacano. Tra-
el trabajo interinstitucional y seguir con las la-
dición y técnica” en La Pintura Mural
bores de investigación interdisciplinarias y no
Prehispánica en México, Vol. I Teotihua-
sólo desde las áreas que nos ocupa para, final-
can, Tomo II, De la Fuente, Beatriz
mente, publicarlos.
(Ed.), México, Instituto de Investigacio-
El rescate de la pintura mural es apremiante,
nes Estéticas. Universidad Nacional
cuando un mural se destruye no queda registro
Autónoma de México. México. Pp.187-
alguno, se pulveriza, evitemos que se pulverice
223.
nuestro vínculo con el pasado mesoamericano.
Mercado Archila, María Isabel 2014 “La pintura Mural Teotihuacana, Proble-
Bibliografía
mas y Soluciones de conservación”. en
De la Fuente Beatriz
México. Restauración y Protección del
1999 Pintura Mural Prehispánica, CONACUL
Patrimonio Cultural. Olimpia Niglio (Ed.)
TA, México.
EDA. Italia, Pp.153-170.
Jiménez Cosme, Ingrid Karina.
Mercado Archila, Ma. Isabel y Daniel Díaz
2010 “Tetitla: la intervención integral del pórti-
2010 “Teotihuacán Patrimonio y Turismo” en
co 25. Análisis científico aplicado a la
Memoria Virtual del I Congreso Iberoa-
restauración de un ejemplo de pintura
mericano sobre Patrimonio, Facultad de
mural teotihuacana” En Defensa y Con
Ciencias Sociales. Universidad de Costa
servación de la Pintura Mural. Carlos
Rica. Diciembre 2010. Pág. 1612-1631. 49
Disponible en: http:arkeopatias.Wordpress.com/2010/12 /22/memoria-virtuali-congreso-iberoamericano-sobre-patrimonio-cultural/. Consultada 1 octubre 2013. Miller, Arthur 1973 The mural painting of Teotihuacan, Dumbarton Oaks, Trusstees for Harvard University. Washington D.C. Von Winning, Hasso 1987 La Iconografía de Teotihuacana. Los Dioses y Los Signos, Tomo I, Universidad Nacional Autónoma de México. México.
50
Sesiones del Seminario
Mtra. Beatriz de la Torre
Dr. Daniel Flores
Miembros del Seminario en sesi贸n. 51
TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Proyecto Tlaloc Invitación a publicar Se invita a todos los investigadores interesados en temas relacionados con Tláloc y demás deidades de la lluvia y la fertilidad a enviar sus artículos. Los artículos y ensayos deben presentarse en el procesador de textos Microsoft Word, con letra Arial de 12 puntos e interlineado de 1.5. La extensión máxima debe ser de 20 cuartillas tamaño carta, incluyendo gráficas, imágenes, cuadros y bibliografía. Las páginas deben ir numeradas en la parte inferior. El título debe ir en mayúsculas y negritas. Se recomienda que el título del trabajo no tenga una extensión mayor de diez palabras. Todas las notas aclaratorias a pie de página tendrán su llamada en numeración corrida en arábigos volados. Estas notas no se utilizarán para referencias bibliográficas; su uso será exclusivamente para confrontar o añadir otra información que no pueda incluirse en el cuerpo del artículo. Los dibujos, mapas y fotografías se denominarán figuras (Fig.1, Fig. 2, etc.) y las gráficas se llamarán gráficas, así como los cuadros se llamarán cuadros. Las gráficas y figuras estarán preparadas para su reproducción, con una resolución de 300 dpi y se entregarán por separado del texto, debido a que si se incluyen no es posible trabajar con ellas para incorporarlas al formato final. Las figuras se acompañarán de un pie de figura, esto es, de un breve texto descriptivo que no exceda de tres líneas que se ha de anexar después de las referencias en el texto. Las imágenes deben tener autoría o referencia, misma que debe incluirse en la bibliografía. En el caso de derechos de autor, éstos deben ser solicitados directamente por cada autor y presentar la carta de autorización correspondiente. No se aceptarán imágenes de internet.
Modo de citar: Los comentarios y notas al pie de página sólo serán utilizados para realizar alguna explicación adicional e irán numerados consecutivamente y a un (1) espacio. Las referencias correspondientes a fuentes publicadas tanto en medios impresos como electrónicos (internet) se incluirán en el cuerpo del trabajo mediante el sistema “Harvard”, escribiendo entre 52
paréntesis el apellido del autor o autores, seguido de coma y el año, ej.: (Mesa-Lago, 2003). Cuando se trate de una cita textual, debe colocarse el número de la página de la cual se tomó inmediatamente después de la fecha, separado por dos puntos, ej.: (Mesa-Lago, 2003: 45-46). Si hay varias obras del mismo autor publicadas en el mismo año, se mantiene el orden cronológico, diferenciándose las referencias utilizando letras, ej. (Mesa-Lago, 2003a) y (Mesa-Lago, 2003b). Las citas textuales de más de cinco (5) líneas serán incluidas en párrafo aparte a un solo espacio y con doble sangría. En estas citas no será necesario usar comillas. Las citas y/o referencias a comunicaciones personales escritas (cartas, oficios, correos electrónicos), las exposiciones orales (conferencias,
declaraciones
públicas,
etc.)
y
las
comunicaciones
personales
orales
(conversaciones y entrevistas) serán presentadas conforme a las mismas normas. Las citas textuales que ocupen menos de cinco renglones no se separarán del texto y se encomillarán; las de más de cinco renglones se separarán del texto dejando una línea en blanco antes y después, sangrando cinco espacios a la izquierda y a la derecha, se escribirán a renglón seguido, incluyendo al final de la cita la referencia correspondiente, siguiendo las indicaciones del inciso anterior.
Referencias bibliográficas: Se colocarán al final del texto ordenadas alfabética y cronológicamente, incluyéndose solamente las efectivamente citadas. En el caso de señalar varios textos de un mismo autor individual o colectivo, las referencias se ordenarán entre sí por el año de su publicación, colocando el más antiguo en primer lugar. Si dos (2) o más trabajos de un mismo autor (individual o colectivo) tienen el mismo año de publicación, se añadirá a éste un código alfabético (a, b, c,…) y se ordenarán entre sí siguiendo dicho código, por ej.: 1995a, 1995b, 1995c, etc. La bibliografía se desglosará de la siguiente manera: Ejemplo: Piña Chan, Román 1980 Chichén Itzá, la ciudad de los brujos del agua. Fondo de Cultura Económica, México. En caso de tratarse de una obra realizada por una institución oficial, se anotará según el siguiente ejemplo: Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI) 1992 XI Censo General de Población y Vivienda, 1990. Distrito Federal. Resultados Definitivos. Datos por AGEB urbana. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México.
53
b) Las referencias de capítulos o de trabajos en obras colectivas, deberán contener los siguientes datos: nombre del o los autores, año, título del capítulo, ficha del libro, esto es: nombre del autor o autores, en caso de que sea(n) editor(es) o compilador(es) anotarlo a continuación; título del libro (en cursivas), editorial, ciudad. Páginas dónde se encuentra el capítulo. Ejemplo: Smith Stark, Thomas C. y Ausencia López Cruz 1995 Apuntes sobre el desarrollo histórico del zapoteco de San Pablo Gúilá. R. Arzápalo Marín y Y. Lastra (comps.) Vitalidad e influencia de las lenguas indígenas en Latinoamérica, II Coloquio Mauricio Swadesh, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México: 294-343. c) Las referencias hemerográficas deberán contener los siguientes datos: nombre del autor o autores, año de edición, título del artículo, título de la revista en cursivas, volumen y número de la publicación, páginas en las que se encuentra el artículo. Ejemplo: Sen, Amartya K. 1992 Sobre el concepto de pobreza. Comercio Exterior, 42(4):310-326. d) Las referencias digitales deberán contener los siguientes datos: nombre del autor o autores, año, [en línea], título del artículo, nombre de la revista en cursivas, número de la publicación, páginas en las que se encuentra el artículo, liga y la fecha de consulta. Ejemplo: Ortiz Díaz, Edith 2002 [en línea] Los zapotecos de la Sierra de Juárez: ¿antiguos orfebres? Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas 81: 141-149. http://www.analesiie.unam.mx/pdf/81_141149.pdf#search=%22edith%20ortiz%22
[Consulta: 10 de octubre de 2006] Los subtítulos deberán ir en negritas en minúsculas. Todas las figuras deben tener su respectivo pie de foto y autoría. 54
No se aceptará ningún artículo que no cumpla con estos requisitos. Toda correspondencia deberá dirigirse a la Dra. María Elena Ruiz Gallut al Instituto de Investigaciones Estéticas, Circuito Mario de la Cueva, s/ n. Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.
De igual manera los artículos podrán mandarse a la siguiente dirección electrónica: seminario.tlaloc@gmail.com.
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