TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario de
Año 5
N° 20
Octubre-Diciembre 2015
2
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles
Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del
Rector
Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Estela Morales Campos
Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-
Coordinadora de Humanidades
loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto PAPIIT: IN401614, Entidades Acuáticas en
Renato González Mello
América: Las Primeras sociedades, del Instituto de In-
Director del Instituto de Investigaciones Estéticas
vestigaciones Estéticas de La Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n,
María Elena Ruiz Gallut
Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622
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María Elena Ruiz Gallut América Malbrán Porto Enrique Méndez Torres Editores América Malbrán Porto Diseño editorial
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del título, Dirección General de Derechos de Autor,
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Secretaría de Educación Pública, número
Marie-Areti Hers
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Alejandro Villalobos
tenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y
Patrick Johansson K.
Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números, ( en trámite ) , ISSN ( en trámite ) .
Portada y viñetas: Lámina 65, Códice Laud .
3
CONTENIDO
Presentación
p. 5
El chamanismo del pueblo huichol y el chamanismo de la Amazonía: Un estudio comparativo
p. 6
Marina Anguiano Función, iconografía y ubicación espacial del arte rupestre: el caso de La Proveedora en el desierto de Sonora Julio Amador Bech
p.33
Sesiones del Seminario
p. 83
4
PRESENTACIÓN Terminamos un año más y nos perfilamos para otro, en ésta ocasión les traemos con gusto nuestro número 20. Indudablemente que esto ha sido posible gracias a nuestros autores participantes quienes a lo largo de estos cinco años han colaborado con nosotros, pero sin lugar a dudas también un incentivos es la cantidad de lectores que hemos captado gracias la difusión de nuestro trabajo en la Internet y las redes sociales, pues monitoreando las estadísticas de consulta ya tenemos presencia en los cinco continentes y eso nos da una gran satisfacción. ¿Cómo llegamos a tales latitudes? Lo ignoramos pero para la revista Tláloc ¿Qué? es un gusto saber que nos consultan desde tan lejos. Lo cual nos impulsa a seguir adelante y continuar creciendo. En éste número les presentamos dos interesantes artículos, el primero de nuestra miembro Marina Anguiano quien nos presenta una comparativa entre los especialistas rituales huicholes de México y los chamanes amazónicos del Perú. El segundo artículo, también de un miembro del Seminario, Julio Amador Bech, quien nos trae una propuesta interpretativa de la gráfica rupestre del sitio La Proveedora en el estado de Sonora, México. Seguramente, como en otras ocasiones, disfrutaran de estas lecturas.
Los Editores
5
EL CHAMANISMO DEL PUEBLO HUICHOL Y EL CHAMANISMO DE LA AMAZONÍA: UN ESTUDIO COMPARATIVO Marina Anguiano1 El chamán domina sus “espíritus”, en el sentido en que él, que es un ser humano, logra comunicarse con los muertos, los “demonios” y los “espíritus de la Naturaleza”, sin convertirse por ello en un instrumento suyo. El chamán es el especialista del alma humana: sólo él la “ve”, porque conoce su forma y su destino (Eliade, 1976:23 y 25). Introducción
E
l tema fundamental de este trabajo es mostrar las semejanzas y diferencias entre el chamanismo de la Amazonía peruana y el que practican los wixaritári2 o huicholes del Occidente de México.
Los huicholes son un pueblo indígena de México que ha habitado, por lo menos, desde el siglo XVI en el Occidente de México. De manera fundamental, en los estados de Jalisco y Nayarit y, en menor proporción, en Zacatecas y Durango (Fig.1). Hasta hace cuarenta años vivían, en su mayoría, en cuatro comunidades y un anexo3 (Fig.2). En la actualidad, el panorama ha cambiado, al buscar mejores oportunidades de vida, los wixaritári han migrado del campo a las ciudades. Como producto del fenómeno migratorio, se pueden encontrar huicholes en, prácticamente, todos los estados del país. En total, según el censo de 2010, ascienden a 47,625 individuos4. 1. Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS)-INAH, México. Con la colaboración de Claudia Hernández. 2.Wixaritári es el plural de wixárika, nombre que se dan a sí mismos los huicholes. 3. Se les designa comunidades, ya que cuentan con tierras comunales y sus gobiernos son tradicionales, elegidos por la comunidad de manera anual. 4.Según el Censo de 2010, los huicholes ascendían a 46, 601 en los anteriores estados, más 1024 habitantes, distribuidos en las demás entidades de la República, haciendo un total de 47,625 (INEGI, 2010). 6
Fig.1. Mapa del territorio huichol en los aĂąos setentas. Tomado de Plan Lerma, 1966:76.
Fig.2. Mapa territorio huichol, los asentamientos actuales. Tomado de INI, 1995 . 7
Las actividades
de
este pueblo indígena
se adopte. De manera general, ocupa entre 75
fueron, en un principio, la caza y la reco-
y 77.5 millones de hectáreas, lo cual representa
lección. Ambas les proporcionaban el sus-
del 59 por ciento al 60 por ciento del territorio
tento, pero se fueron ritualizando cada día
del Perú. Abarca a 17 regiones del país, de las
más: la caza del vendo, deidad tutelar y la
cuales cinco son prácticamente, amazónicas,
recolección del cactus alucinógeno o peyote,
en su totalidad (Fig.3). Éstas son: las regiones
cuyo nombre huichol es híkuri5. Después se
de Amazonas (97 %), Loreto (100 %), Madre de
hicieron agricultores, cultivando maíz, frijol, ca-
Dios (100 %), Ucayali (100 %) y San Martín (95
labaza, amaranto y frutales. Más tarde, gana-
%). Cabe resaltar que también existen regiones
deros, al contar con extensos pastizales para el
consideradas, tradicionalmente, parte de la sie-
alimento de los animales. A partir de los años
rra peruana, pero que comprenden, también, en
sesenta, comenzaron a elaborar artesanías ya
mayor o menor proporción, territorios que co-
no sólo para uso doméstico o ritual, sino comercial. Han surgido, así, una pléyade de artistas que han ido plasmando la cosmovisión wixárika a base de estambres de colores o cuentas de vidrio que en México llamamos chaquira. También acuden a trabajar como jornaleros tanto hombres como mujeres en los cultivos comerciales en varios Estados de la República. Los productos que recolectan son, de manera prioritaria: tabaco, café, frijol y cacahuate.
◘ La Amazonía peruana es una región, cuya extensión varía de acuerdo al criterio que se 5. El peyote es una biznaga pequeña de la familia de las cactáceas, medio enterrada en el suelo. Tiene efectos alucinógenos y, en dosis pequeñas, evita la fatiga. Tiene propiedades curativas tanto para las enfermedades de origen sobrenatural como las físicas. Es decir, es una “planta de poder”.
Fig.3. Principales regiones amazónicas de Perú. Tomado de, Grupo de Actividades Recreativas, 2015. 8
rresponden a la Amazonía (Álvarez, 2011:15-
da al mercado (arroz, maíz, plátano y maní), la
17).
cual es comercializada directamente en los
La división entre los diferentes grupos étnicos
centros de población más cercanos. Otras acti-
se basa en la diferenciación lingüística de los
vidades a las que se dedica su población son:
mismos. A través de su estudio etnolingüístico,
comercialización de la madera y la producción
se pueden establecer lazos de parentesco en-
de artesanías como tejidos, cerámica pintada,
tre las diferentes etnias. De tal forma, algunos
estatuillas de madera y adornos corporales.
grupos pueden incluirse dentro de troncos co-
Para efectos de nuestro tema sobre el chama-
munes llamados familias (Mayor Aparicio y
nismo amazónico y su comparación con el
Bodmer, 2009:2). La población indígena de la
que practican los huicholes, nos enfocaremos
Amazonía identificada, se agrupa en 12 familias
sólo a ciertos grupos étnicos de la Amazonía
etnolingüísticas y 39 grupos étnicos, de los cua-
peruana.
les encontramos dos grupos étnicos6 sin clasifi-
Los shipibo-konibo conforman uno de los gru-
cación etnolingüística (Álvarez, op.cit.:29).
pos indígenas del oriente peruano que pertene-
Los pueblos originarios amazónicos cumplen
cen a la familia lingüística pano. La lengua que
un rol protagónico en la defensa de la cultu-
hablan es conocida como shipibo-konibo. Se
ra y la conservación de la Amazonía; su pobla-
encuentran en las Regiones de Huánuco, Uca-
ción alcanza los 340,000 habitantes y repre-
yali,
sentan más del 9 por ciento de la pobla-
Ucayali, Pachitea, Callería, Aguaytía, Tamaya y
ción amazónica (Íbid.:19).
Lago Yarinacocha.
Varios de los grupos étnicos de la Amazonía
Los shipibo constituyen el tercer pueblo más
tienen como características principales: la hor-
numeroso de la Amazonía Peruana, después
ticultura de roza y quema destinada a la subsis-
de los asháninka (arawak) y awajun
tencia, la caza y la pesca. Así, como la crianza
(Mayor Aparicio y Bodmen, op.cit.:213).
de aves de corral y animales menores. En pe-
El pueblo quechua lamista se encuentra en la
queña escala, la agricultura comercial destina-
región de San Martín. Es una variedad de que-
Loreto y Madre de Dios, entre los ríos
(jíbaro)
chua hablada en la provincia de Lamas, en el 6. De acuerdo a las fuentes el número de grupos étnicos y familias lingüísticas puede variar por la clasificación de los grupos etnolingüísticos. En el trabajo “Pueblos indígenas de la Amazonía Peruana”, señalan la existencia de 59 grupos indígenas y la existencia de 14 familias lingüísticas (Álvarez, 2011:29).
Departamento de San Martín y en algunos pueblos a orillas del río Huallaga en el Departamento de Ucayali (Ibíd.:107). Dentro de las lenguas arawakanas se incluyen diversos grupos 9
étnicos, entre ellos los matsiguenga, los cuales
gradas llamadas ayahuasca (Banisteriopsis
están ubicados en el territorio selvático de los
caapi) y toé (Brugmansia suaveolens) (Lorente,
Departamentos del Cusco y Madre de Dios.
op. cit.:177). Dichas plantas son utilizadas por
Habitan las regiones del Alto y Bajo Urubamba
los especialistas rituales con el fin de tener la
en Cusco y la reserva de la biósfera de Manu
experiencia conocida en el ámbito académico,
(Lorente Fernández, 2011:175).
como de trance y éxtasis, propia de los chamanes.
Consideraciones acerca de los conceptos
Para el pueblo de los shipibo–konibo, el apren-
chamán y chamanismo
dizaje del chamanismo y el acceso a las visio-
Investigadores de diversas corrientes que han
nes kené se fundan en la relación entre los se-
estudiado el fenómeno del chamanismo, coinci-
res humanos y las plantas rao7. Kené significa
den en que se ha abusado del término chamán,
en shipibo-konibo, diseño. La palabra es utiliza-
utilizándolo indiscriminadamente para designar
da para designar a los patrones geométricos
a diferentes especialistas relacionados con la
hechos a mano sobre una variedad de superfi-
curación de enfermedades a base de variadas
cies como el rostro y la piel de las personas, las
técnicas, e incluso a “magos” y hechiceros”.
paredes externas de la cerámica, telas y acce-
La cosmovisión de los pueblos amazónicos es
sorios. Los diseños son resultado de visiones
esencialmente animista, la cual considera que
que se logran por la ingestión ritualizada de
todo material, objeto o sujeto, tiene su contra-
plantas con poder llamadas rao (Belaunde,
parte espiritual. Así mimo, el entorno está lleno
2009:15). Para obtener estas visiones, es ne-
de seres denominados divinidades, espíritus
cesario que el chamán desarrolle un conoci-
benévolos y malévolos que pueden adquirir una
miento personal de cada planta con “poder”,
apariencia material y hacerse visibles (Mayor
para así obtener sus aires, sus diseños y sus
Aparicio y Bodmen, op.cit: 85). Los lamistas vi-
cantos (Ibid.:36).
ven en unidades localizadas que giran en torno Se denomina rao a todas aquellas “plantas con poder”. Existen rao con todo tipo de propiedades; para cambiar los estados de consciencia (psicotrópicas y alucinógenas); venenos y plantas tóxicas para la pesca y la caza; plantas para controlar los comportamientos humanos; así como para enamorar (puzangas); plantas tranquilizantes; plantas para curar la torpeza, anticonceptivos o abortivas; plantas que ayudan a quedar embarazadas, parir y amamantar y hacer desarrollar a los niños; plantas para comunicarse con los espíritus y protegerse de ellos (Belaunde, 2009:15).
a un chaman. Comparten un estrecho vínculo con la naturaleza, en la cual viven las ánimas del monte y con quienes mantienen una comunicación sagrada (Ibid.:108-111). El pueblo machiguenga tiene un complejo sistema chamánico que hace uso de las plantas sa10
De acuerdo, a la cosmovisión del pueblo hui-
“hechicería”.
Porque
desde
luego,
el
chol, se considera que el hombre debe de co-
chamán es, él también un mago y un hom-
laborar con las deidades para mantener el or-
bre-médico: se cree que puede curar, co-
den cósmico: la alternancia del día y la noche,
mo todos los médicos […] Pero es,
así como la temporada de lluvias y de secas.
además, psicopompo, y puede ser también
En otras palabras, la vida sobre la Tierra. Ello
sacerdote, místico y poeta (Eliade, op.cit.:
se logra a base de ceremonias con complica-
21).
dos rituales; peregrinaciones y visitas a los lu-
Quizá alguno de ustedes preguntará qué es
gares sagrados, llevando ofrendas muy varia-
psicopompo. Otro de los autores que hemos
das.
consultado es Michel Perrin, cuyas ideas sobre
Visitar periódicamente la geografía ritual de su
las causas de la enfermedad, veremos más tar-
territorio, es de suma importancia para el proce-
de. Este investigador considera que una de las
so de iniciación chamánico y su consolidación
funciones del chamán es guiar el alma de los
como tal. Así mismo, los wixaritári cuentan con
muertos en el otro mundo, es decir, ser psico-
un panteón muy extenso. A las deidades se les
pompo (Perrin,1995:5).
designa con términos de parentesco. Las dei-
El término chamán procede de la lengua tungús
dades huicholas exigen se les hagan ofrendas,
(shaman) y llega a Europa y al continente ame-
de lo contrario, traen desgracias al hombre tan-
ricano, a través del ruso. Es un fenómeno sibe-
to de tipo climático (sequías, inundaciones) co-
riano y centroasiático con el que se designa al
mo en la salud, es decir, envían enfermedad.
maestro del éxtasis. El propio Eliade considera
Uno de los pioneros en la investigación sobre
que “una primera definición de tan complejo
los chamanes es el historiador de las religiones,
fenómeno y quizá la menos aventurada, sería:
Mircea Eliade (1907-1986). Él considera que
Chamanismo es la técnica del éxtasis” (Eliade,
esta confusión “perjudica la inteligencia misma
op. cit.:22).
del fenómeno chamánico”. Y de manera textual
Silvia Ortiz considera que para comprender el
dice lo siguiente:
chamanismo es necesario conocer qué son los
Estimamos que merece la pena limitar el
estados de disociación de la conciencia y cómo
uso
y
intervienen en él. A los estados de disociación
justamente para evitar los
de la conciencia, producidos a voluntad se ac-
equívocos y poder ver con más claridad en
cede por el efecto de psicotrópicos, o bien por
la propia historia de la “magia” y de la
condicionamientos, específicos y predetermina-
de
los
“chamanismo”,
vocablos
“chamán”
11
dos de disociación de la conciencia se les ha
po del enfermo” (Eliade, op.cit.:180). En otras
denominado, a lo largo de la historia como tran-
ocasiones, la causa del mal puede deberse a la
ce o éxtasis (Ortiz Echániz, 2011:1-13). Duran-
introducción de un objeto mágico o patógeno
te el éxtasis8, el sujeto experimenta una sensa-
en el cuerpo, o su posesión por los malos espí-
ción de liberación momentánea, de perder todo
ritus. En este caso, la curación consiste en ex-
contacto con el mundo que le rodea y logra per-
traer el objeto nocivo, mediante diferentes
cibir la existencia de una separación entre su
técnicas, entre ellas, la succión, la materializa-
cuerpo y su alma.
ción del mal y su exhibición (Eliade, ídem.; Pe-
Los fenómenos chamánicos son reproducidos
rrin, op.cit.:6).
de manera voluntaria por ciertas prácticas, casi
Para los wixaritári, las “flechas malas” tienen un
siempre relacionadas con rituales, que llevan al
origen mágico y los síntomas físicos de sus
individuo a situaciones liminales de la concien-
afecciones son producidos por proyectiles
cia: abstinencia sexual, ayuno, vigilia prolonga-
mágicos ─flechas de enfermedad─ disparadas
da, danza, música, canto, control de la respira-
al cuerpo de la víctima por un brujo, quizás, o
ción, inhalación o ingesta de psicotrópicos y
por un sobrenatural disgustado por la violación
alucinógenos (Ídem.; Cfr. Münch Anguiano y
de un tabú, o porque no se cumplió con una
Ocañas Sierra, 2006:26).
promesa o un deber ritual. Estos proyectiles sobrenaturales de la enfermedad son extraídos
El concepto de enfermedad y sus causas
mediante la técnicas de curación chamánica,
Autores como Eliade (Op.cit.) y Perrin (Op.cit.)
por ejemplo, succionando, escupiendo, soplan-
han estudiado la concepción de la enfermedad
do, frotando con el muwiéri o plumas del
entre diferentes grupos indígenas, las maneras
chamán9, fumigando con humo de tabaco o
de resarcir el daño mediante las curaciones y el
masajeando (Furst y Anguiano, 1987:45-46).
papel que tiene el chamán. Ambos autores co-
La mayor parte de las enfermedades son consi-
inciden que una de las causas de la enferme-
deradas por los huicholes tradicionales como
dad es la “salida o rapto del alma”, la cual se
“sobrenaturales”. Sin embargo, juzgan a otras,
extravía y vuela. “El tratamiento se reduce, […]
como las introducidas por los españoles, como
a buscarla, a capturarla y a reintegrarla al cuer-
“naturales”. Y unas terceras, para las cuales
8.En el caso de los chamanes, el término más adecuado a utilizar es éxtasis.
9. El muwiéri es una vara emplumada u “objeto de poder”, utilizado para la curación y la comunicación con las deidades y los espíritus. 12
son incompetentes para sanarlas, como la di-
Llegamos en la tarde. Don Pascual me
abetes. En esos casos acuden al doctor.
tomó el pulso, me examinó detenidamente y dijo: “Sí, es daño pero todavía no te
Curación de las enfermedades
estás muriendo”. Todo lo tomó con calma,
El chamán y artista plástico Pablo Amaringo
mientras yo lloraba del dolor […]. Tomó su
(Fig.4), producto del mestizaje de cuatro pue-
pipa y absorbió el humo y despertó su ma-
blos indígenas diferentes, habitantes de la
riri [flema mágica]. Cuando tenía el mariri
Amazonia peruana: quechua, cocama, lamista
en su boca se me acercó y empezó a chu-
y piro, se refiere a una ocasión en que fue fle-
par en el lugar en que el virote fue lanza-
chado por un hechicero con un virote (dardo
do. El realmente me tocó de manera muy
mágico), debido a que Pablo se negó a visitarlo
leve mi piel. Después de un rato el virote
cuando pasó frente a su casa, cuando regresa-
salió, él rompió la unta de éste con sus
ba del mercado. El propio Pablo describe su
dientes y me lo enseñó: era una espina
curación, de esta manera:
cumaseba [Swartzia sp.] tan delgada como una aguja.
Fig.4. Foto de Pablo Amaringo, en blanco y negro. Tomada de erowid.org, 2015 13
“Ahora saquemos la yahusa”, él dijo.
Las plantas sagradas o de poder
Cuanterminó yo sentí un gran alivio.
Los alucinógenos característicos de la Amazon-
El vegetalista al cual no quise ir a visitar
ía peruana son dos, fundamentalmente: El co-
se sintió insultado y me castigó con uno
nocido con el nombre genérico de ayahuasca10
de sus dardos mágicos (Luna y Amaringo,
y el toé11. La palabra ayahuasca es una palabra
1999:25).
quechua y significa “vaina o cuerda de los espí-
La palabra vegetalista es el nombre que se dan
ritus o ancestros” (Luna y Amaringo, op.
a sí mismos los chamanes mestizos para indi-
cit.:12). Así se le llama en la región de Iquitos.
car que su conocimiento y poderes personales
También se le designa “la enredadera de las
derivan de las plantas (Ibíd.:12-13).
almas” (Furst, 1980:93). Recibe diferentes nom-
El antropólogo Luna, quien trabajó arduamente
bres, según la lengua del pueblo indígena que
con Amaringo, ambos coautores del magnífico
la consume: yajé entre algunas etnias del Perú
libro Ayahuasca Visions, explica cómo se con-
y entre los tukanos de Colombia (Ibíd.:91.). En
cibe a la flema mágica: “Cuando un „hechicero‟
idioma machiguenga, kamarampi, y su signifi-
lanza un virote, se cree que está impregnado
cado
de su flema mágica, la cual recibe los nombres
tar” (Rosengren, 2004:49, citado por Lorente,
es
“la
medicina
que
hace
vomi-
de yachay, mariri o yausa. Si la flema no es extraída [junto con el virote], con los años se
10. El nombre vernáculo, bajo el cual se conoce esta planta, así como la bebida preparada a base de ella, varía considerablemente. El término yajé (o yagé), tomado probablemente de la lengua general del Brasil, es de común uso en el noroeste amazónico, pero la planta se designa además con diversos otros nombres, según el idioma indígena local. Así por ejemplo, en los dialectos de la Familia Lingüística Tukano (tukanos orientales del Vaupés), se designa como caapi o, más correctamente gahpí, kahpí; entre los cubeo como mihí; entre los guahibo de los Llanos Orientales como kápi; los noanamá del Chocó la designan como dápa y los emberá como pildé. En la montaña peruana y ecuatoriana la planta se llama generalmente ayahuasca. Estas diversas designaciones, a veces sinónimos, a veces nombres genéricos aplicados por los indígenas a cualquier planta alucinógena, han causado cierta confusión en la literatura, de manera que, queda a veces difícil saber con exactitud de qué especie botánica se está hablando (Schultes, 1957, citado en Reichel-Dolmatoff,1969:327). 11. El toé ─ sáaro, pankirintsi o jayapa ─ es una sustancia más peligrosa que la ayahuasca y su empleo está por tanto más restringido y sometido a controles cuidadosos (Lorente, op. cit.:183).
expande por todo el cuerpo, matando a la víctima” (Ídem.). Entre los huicholes algunos padecimientos se curan de manera “sobrenatural” y otros, combinando las técnicas “sobrenaturales” con la utilización de plantas, ya sea tomadas, sobre todo en forma de infusión, untadas o en emplastos. Los trastornos de la conducta o enfermedades emocionales
se
curan
con
tratamientos
“mágicos”.
14
op. cit.: 183). Entre los shipibo konibo se le de-
En esta visión se aprecia la selva cercana
nomina nishi (soga) (Belaunde, op.cit.:18).
al río Ucayali con su flora originaria: árbo-
Se trata de un bejuco trepador que crece alre-
les, arbustos, hierbas y maleza. Se observa
dedor de los árboles. Recibe el nombre científi-
una casa campesina con techo de las hojas
co de Banisteriopsis caapi. La corteza prepara-
de sebón. A la orilla del río está un vegeta-
da en agua hirviendo o fría puede ingerirse sola
lista, el cual se ha dedicado a obtener co-
o mezclada con multitud de ingredientes, los
nocimiento a través de la ayahuasca. Co-
cuales aceleran sus efectos. La corteza tam-
mienza por cortar una liana de ayahuasca,
bién puede masticarse. Schultes y Hofmann
que trepa sobre un árbol de capirona. Para
(2000:67), en su libro Plantas de los dioses,
realizar este corte tiene que guardar una
describen los compuestos químicos y los efec-
serie de preceptos: No tener relaciones con
tos de la ayahuasca de la siguiente manera:
su esposa durante tres días, no tener con-
La actividad alucinógena se debe primordial-
tacto con gente de mal genio o de mal vivir.
mente a la harmina, principal alcaloide de β
No debe comer alimentos con sal, azúcar o
-carbolina de esta planta. Cuando esta bebi-
que sean amargos. No debe haberse em-
da amarga […] se ingiere, los efectos var-
borrachado. Antes de cortarla le hace
ían de la embriaguez agradable sin conse-
una ofrenda a base de tabaco, cerillos,
cuencias posteriores a secuelas de violentas
hojas de plátano y se dirige al espíritu de la
reacciones que provocan vómitos. En gene-
ayahuasca, al que denominan con la pala-
ral se tienen alucinaciones visuales en color.
bra “abuelo” [término de parentesco] en es-
La intoxicación termina con sueño profundo
tos términos:
(Ídem.).
“Aquí te pongo tu tabaco, tus cerillos, tu hoja de plátano para que envuelvas tu ta-
Preparación de la ayahuasca y una sesión
baco. Yo te pido, abuelo, que me permitas
con esta planta de poder
tomar tu planta como medicina, no para
Para explicar la preparación de la bebida hecha
causar daño a persona alguna, sino para
a base de ayahuasca y otras plantas, nos va-
curar a las personas enfermas” (Luna y
mos a valer de la pintura de Pablo Amaringo, a
Amaringo, op.cit.:47).
la cual le dan el nombre de Visión 1 (Fig.5), así
En la preparación de la ayahuasca debe usarse
como del texto explicativo realizado por Luna y
una vasija de barro solamente. El vegetalista le
el propio Amaringo:
agrega un puño de tabaco para hacer que la 15
Fig.5. Preparación y efectos de la bebida de ayahuasca. Tomada de Schultes y Hofman, 2000
mezcla hierva y otros ingredientes como son
lista, después de la puesta de sol y pasan un
los siguientes: dos hojas de toé, dos pedazos
tiempo contando historias escuchando al vege-
de motelo huasca (Bauhinia guianensis). Tam-
talista u otro experimentado cuenta-cuentos,
bién puede añadirle, chicuro (Cyperus sp.), con
esperando la hora en la que se llevará a cabo
shillinto (Mascagnia psilophylla), con puka-
la ceremonia, la cual, en general se efectúa a
lupuna (Cavanillesia hylogeition, C. umbellata)
las nueve o diez de la noche. El vegetalista
o con la clavohuasca (Tynanthas panurensis).
canta un icaro, es decir, un canto o melodía
Sin embargo, Luna y Amaringo consideran que
que utilizan los maestros curanderos durante
no es bueno mezclar tantos ingredientes (Ibíd.:
las ceremoniales rituales12. Mientras se lleva a
48). Los pacientes y los participantes en la sesión
12. En la Amazonía se denomina icaro al canto o melodía que utilizan los maestros curanderos durante las ceremoniales rituales que realizan. Aunque no posee traduc-
de ayahuasca se reúnen en la casa del vegeta16
cabo la preparación de la ayahuasca les da un
tarde, aparecen visiones de animales y plantas.
pequeño calabazo con el líquido a los partici-
Vienen “en olas”. Cuando son varios los vege-
pantes. Al final él también toma de la bebida.
talistas los que participan, cada uno canta su
Por un pequeño lapso esperan que aparezcan
icaro de manera simultánea, dejando que el
los efectos. Luego, el vegetalista ordena que se
dueño de la casa tome el liderazgo y su voz se
apaguen todas las velas y, ya en la obscuridad,
oiga por encima de las voces de los demás. Se
empieza a “llamar a las visiones”, mediante el
cree que un icaro cantado por varias personas,
canto de un icaro especial y agitando su scha-
tiene un efecto mayor.
capa, una sonaja hecha de hojas de Pariana
Muchos participantes reportan que oyen música
sp.13 Ésta se utiliza para “ventear el mal”, es
maravillosa. Los espíritus acuden cantando, de
decir, erradicar la enfermedad, por medio del
hecho el canto del vegetalista está orquestado
aire que produce y para estimular las visiones.
por la música y coro de los espíritus. De tiempo
Se considera normal que al principio los partici-
en tiempo se interrumpe el canto y el vegetalis-
pantes vean luces y formas geométricas. Más
ta y otros asistentes están en una concentración profunda, contemplando sus visiones. Los participantes tienen períodos de fuertes vómitos
ducción literal en idioma castellano, quechua u otra lengua de la zona, su significado es de vital importancia en las ceremonias. El canto chamánico es el instrumento curativo, la sabiduría y el vehículo de la energía del curandero, el símbolo real de su poder y conocimiento. Según la estudiosa peruana Rosa Giove, La acción de "icarar" implica "cargar"' con el poder del chamán un objeto o pócima, confiriéndole alguna propiedad específica para ser transmitida al receptor, ya sea limpieza, protección, curación, daño o para influir sobre su voluntad. Cada chamán es dueño de sus icaros, como es dueño de su experiencia y sabiduría, por haberlos recibido a su vez de su maestro o directamente de la naturaleza”. Finalmente, creemos que el icaro es la llave que nos abre las puertas de la conciencia superior, el sonido que nos lleva a los cielos y a los brazos de nuestra Madre Ayahuasca. Disponible en: http://www.ayahuascaperu.redtienda.net/pag.php? id=41383 13. Las schacapas también pueden elaborarse a base de hojas de otras plantas como la pichana albahaca (Baccharis trinervis), sharamasho (Ocimun americanum), achiote (Bixa orellana) o de la cola de ciertos pájaros. Las sonajas se utilizan para “ventear el mal”, es decir, erradicar la enfermedad, por medio del aire que producen. En las sesiones de ayahuasca para estimular las visiones.
y diarrea. Cuando el vegetalista está “bien mareado”, llama a los pacientes, uno por uno y los cura, ya sea soplándoles humo en sus cuerpos para restablecer sus espíritus perdidos; frotándolos
con
piedras
especiales
llamadas
“encantos” o succionando la parte enferma. Puede ocurrir que alguna persona se asuste debido a las visiones que tiene y el vegetalista se ve obligado a “quitarle las visiones” ya sea con un icaro, soplándole humo en la parte de arriba de la cabeza o frotándole el cuerpo. Cuando todo está en paz, y aparecen bellas visiones, puede ocurrir que la persona participante dance. En algunas sesiones se utilizan instrumentos musicales. 17
Después de varias horas el vegetalista guarda silencio y los participantes o se duermen o cuentan historias en la obscuridad. Algunos pacientes se quedan ahí hasta la mañana siguiente o abandonan el lugar tan luego han sido sanados (Ibíd.:32-33). El segundo psicotrópico utilizado en la Amazonía peruana es la Brugmansia sp, usualmente conocida como Datura, sin embargo, Luna y Amaringo, consideran que estudios recientes indican que existen características bilógicas que distinguen a una de la otra (Ibíd.:48). En la Amazonía peruana se le conoce con el nombre de toé, el cual es un término local que designa a diferentes plantas del género de la Brugmansia (Ibíd.:52). Tanto en México como en Perú es llamada floripondio. Se trata de un arbusto de aproximadamente u metro de altura, se caracteriza por sus hojas lanceoladas y flores en
Fig.6. Datura o Floripondio. Tomado de úiz López y Pavón y Jiménez, Vol. 2, lámina 128.
forma de campana (Fig.6). Se asocia con el agua, ya que crece en las orillas de los arroyos o en partes húmedas (Lorente, op. cit.:183).
Según Schultes y Hofmann “la droga se toma
Debido a sus efectos sumamente tóxicos y que
casi siempre en forma de semillas molidas
suele usarse en la “hechicería”, los chamanes
mezcladas con bebidas fermentadas o como
cultivan el toé en su huerto, de manera un tanto
una infusión hecha de las hojas” (Schultes y
clandestina (Ibíd.:184).
Hofmann, op.cit.:71). Estos mismos autores
En la visión del chamán-artista Amarigo,
consideran que todas las especies de Brug-
además de que se representan los espíritus de
mansia son químicamente semejantes; la esco-
las piedras y los metales, en la parte superior
polamina es su principal ingrediente psicoactivo
están pintados los espíritus de las plantas, en-
(Ídem.).
◘
tre ellas, el toé. 18
Los chamanes huicholes son grandes conoce-
regrinar sumamente ritualizado, recreando la
dores de todo tipo de plantas, incluyendo a las
peregrinación que realizaron sus antepasados,
“plantas de poder” o sagradas, sobre todo el
es decir, las deidades del panteón huichol
peyote o híkuri, el cual utilizan los chamanes o
(Lumholtz, 1981 [1904]: vol. II:125).
mara’akáte14 durante su entrenamiento; en los
Cuando los huicholes encuentran al primer
rituales a base de cantos, mediante los cuales
híkuri, después de su largo peregrinaje, lo fle-
se comunican con las deidades y en los proce-
chan como si fuera un venado. En su cosmovi-
sos curativos (Fig.7). El híkuri es una cactácea
sión existe una trilogía compuesta por el peyo-
pequeña, sin espinas, azul verde, con cinco a
te, el venado y el maíz, los tres elementos más
trece costillas o gajos. Su nombre científico es
importantes de la religión huichol. Es decir,
Lophophora williamsii. Según Schultes y Hof-
existe una especie de desdoblamiento entre el
mann tiene más de 30 alcaloides, principalmen-
peyote, el venado y el maíz. El chamán le dice
te la mezcalina, además de otras feniletilaminas
al “divino cactus” las siguientes palabras:
e isoquinolinas psicoactivas. Habita en regiones
“No te enojes, Hermano Mayor […] no nos
semi-desérticas y pedregosas, generalmente
castigues por matarte, porque en verdad no
sobre suelos calcáreos (Schultes y Hofmann,
te has muerto. Te alzarás de nuevo […]. Te
op. cit.:47).
alimentaremos bien, pues te trajimos mu-
Los wixaritári lo recolectan en los alrededores
chas ofrendas; te trajimos tabaco, te traji-
del poblado de Real de Catorce, en el estado
mos agua de Nuestras Madres, te trajimos
de San Luis Potosí, territorio sagrado por exce-
flechas, te trajimos guajes votivos, te traji-
lencia, al cual designan como Wirikúta, el sitio
mos maíz y las hierbas que te gustan, te
donde nació el dios Sol. Se localiza a 450 kiló-
trajimos tamales, te trajimos nuestras plega-
metros al noreste del territorio que habitan. A
rias […]” (Furst, op.cit.:222-223).
principios del siglo XX, el antropólogo noruego,
A continuación se incluyen los efectos del peyo-
Carl Lumholtz señala que desde el lugar donde
te, descritos por Schultes y Hofmann:
vivían los huicholes hasta la tierra sagrada de
Los efectos alucinógenos del peyote son
Wirikúta hacían cuarenta y tres días, en un pe-
fuertes, con visiones caleidoscópicas ricamente coloreadas. También pueden modificar los sentidos del oído, del gusto y del
14. La palabra huichol para designar al chamán es mara’akáme. Él es a la vez, sacerdote, curandero y cantador (conoce y dice los cantos sagrados en las distintas ceremonias). El plural es mara’akáte.
tacto. Se han registrado dos estados en la intoxicación: al principio, un período de sa19
Fig.7. Fiesta del peyote o Híkuri Neixa. Fotos, Marina Anguiano, 1971
tisfacción general acompañada de una
de los huicholes, la cual es antropomorfizada
sensibilidad intensificada; luego una fase
como Kiéri Tewíyari, es decir, Persona Kiéri.
de gran calma y pesadez muscular, con
Sin embargo, algo desaprobado, ya que mu-
una disminución en la atención a estímulos
chos wixaritári “consideran que Kiéri es un
externos mientras aumenta la concentra-
brujo peligroso, cuyos efectos, a diferencia del
ción
peyote, pueden causar una locura permanente
meditativa (Schultes
y Hofmann,
e incluso la muerte” (ídem.). Los huicholes afir-
op.cit.:47). El antropólogo norteamericano Peter Furst
man que Kiéri tiene flores blancas, en forma de
(op.cit.:236-241) asevera que existe otra planta
embudo y espinosas vainas de semillas. Su
alucinógena en la mitología, y en el simbolismo
nombre 20
científico
es
Solandra
brevicalyx
Standl. Los especialistas en psicotrópicos, Schultes y Hofmann consideran que “los huicholes veneran al kiéri como narcótico divino y lo temen por ser un poderoso auxiliar en la hechicería” (íbid.:73). En cuanto a su preparación, indican que de la savia de las ramas se prepara una infusión para beberla como embriagante. En relación a sus compuestos químicos mencionan lo siguiente: “El género Solandra, estrechamente relacionado con Datura contiene hiosciamina, escopolamina, tropina, nortropina, escopina, cuscohigrina y otros alcaloides tropánicos que causan fuertes efectos alucinógenos” (Ídem.). Muy relacionado con el éxtasis y como consecuencia de él, se da en el chamán el vuelo mágico. Respecto a ello, Eliade considera que
Fig.8. Águila portando a un hombre al mundo inferior Grabado sobre piedra, por Pudlio, esquimal o inuit. Tomado de Harner et al.,1988.
«en todas partes del mundo hay magia y hay magos, mientras que el chamanismo entraña una
“especialidad”
“dominio del
mágica
particular:
El
fuego” y el “vuelo mági-
co”» (Eliade, op. cit.:23) (Fig.8). Según Harner15, uno de los precursores de la enseñanza contemporánea del chamanismo, el
15. Michael Harner, es coautor del libro El viaje del
chamán viaja a la “realidad no ordinaria” y ex-
chamán, el cual ha sido de gran utilidad para esta investi-
plica de manera textual:
gación. Harner ha sido presidente de la Foundation for Shamanic Studies en Norwalk, Connecticut, USA y com-
Estos viajes se emprenden generalmente
partió la presidencia de la Sección Antropológica de la
para ayudar a los demás, a los miembros de
Academia de Ciencias de Nueva York. Entre sus obras
la comunidad de muchas formas distintas.
figuran: The Way of the Shaman, The Jívaro, Hallucino-
Por ejemplo, puede que el chamán viaje pa-
gens and Shamanism. 21
por motivos adivinatorios o proféticos; para
Otros atributos y características de los cha-
la adquisición de poder a través de su inter-
manes
acción con los “espíritus”, los “animales de
El chamán tiene una relación fundamental con
poder”, los “guardianes”, u otras entidades
los espíritus. Mircea Eliade la concibe así:
espirituales; para establecer contacto con
El chamán domina sus “espíritus”, en el
los guías o maestros de la realidad no ordi-
sentido en que él, que es un ser humano,
naria […]; o para ponerse en contacto con
logra comunicarse con los muertos, los
los
“demonios” y los “espíritus de la Naturale-
espíritus
de
los
difuntos
(Harner,
za”, sin convertirse por ello en un instru-
1989:20). Más adelante, agrega:
mento suyo. El chamán es el especialista
…el chamán es una persona que viaja
del alma humana: sólo él la “ve”, porque co-
hacia los espíritus, buscándolos en su pro-
noce su forma y su destino (Eliade,
pio mundo y conservando el control mien-
op.cit.:23 y 25).
tras permanece con ellos (ibíd..:24-25).
El chamán y artista amazónico Amaringo le co-
Es muy interesante señalar que entre los hui-
mentó al antropólogo Luis Eduardo Luna (Luna
choles encontramos esta manifestación del
y Amaringo, op.cit.:28), en una de tantas entre-
“vuelo mágico”. Esto se hace patente en la
vistas que tuvieron ambos, que el vegetalista,
Fiesta del Tambor o Ceremonia de los Primeros
con ayuda de la ingesta de la ayahuasca, logra
Frutos, durante
la cual, el mara´akáme o
que los espíritus vengan a hablar con él.
chamán, convertido en águila, mediante un
Además que puede hablar cualquier lengua,
vuelo mágico, guía a los niños participantes, los
incluso entender el lenguaje de las plantas y
cuales se convierten en una especie de colibr-
los animales. Afirma que los chamanes shipibo
íes, a un peregrinaje simbólico a los lugares sa-
saben todo acerca de lo anterior y que sus di-
grados, entre ellos Wirikúta, la tierra donde se
seños en los textiles y la cerámica no sólo son
da el peyote, localizada muy lejos de su hábitat,
decorativos, sino un lenguaje simbólico que
en el semi-desierto de San Luis Potosí y, a Haramaratsié, en el Pacífico16. 16. Tatéi Haramara es la diosa del mar, se localiza en la Peña Blanca, en San Blas, Nayarit. Según el mito huichol, ahí surgió la vida. Ambos lugares sagrados están en peligro de desaparecer. El primero por la instalación de empresas mineras canadienses a cielo abierto y, el segundo, por la construcción de hoteles de cinco estrellas alrededor del territorio sagrado marítimo. 22
sólo los sabios pueden entender.
La herencia en el chamanismo
Con el fin de reforzar lo anterior, el antropólogo
Eliade (op. cit.:29) considera que el chamanis-
Luna añade:
mo puede ser hereditario en algunos pueblos
Se piensa que las plantas, los animales, lagos,
del mundo y, en otros, un don que se manifies-
ríos, montañas y ciertos fenómenos meteo-
ta desde la más tierna edad. Es decir, una vo-
rológicos poseen espíritus o “madres”. Son
cación espontánea, a la cual designa como “el
de particular importancia las plantas con
llamamiento” de los dioses o los espíritus. Pero,
“espíritu fuerte”, incluyendo a las plantas
en ambos casos, es un don recibido de las dei-
psicotrópicas, las plantas “que hacen soñar
dades. También se da la posibilidad de que los
a la persona”, ciertas plantas medicinales o
individuos se conviertan en chamanes por su
venenosas, altos árboles.
propia voluntad.
Las plantas tienen madres físicas o invisi-
Entre los wixaritári ocurren las tres posibilida-
bles que las protegen. La enredadera de la
des, sin embargo, la herencia y el “llamamiento
ayahuasca un grillo, un chicua (una clase
de los dioses” son las más recurrentes (Fig.9).
de pájaro) y una serpiente como guardianes
Mircea Eliade (Íbid.:45) considera que las enfer-
visibles o sus madres (Ibíd.:33-34).
medades y los sueños, junto con los éxtasis,
Los huicholes, lo mismo que los habitantes de
son otros tantos medios de acceso a la condi-
la Amazonía peruana, practican la vigilia, la
ción de chamán. Consiguen transformar al
abstinencia sexual, la abstinencia de la ingesta
hombre profano de antes de la “elección” en un
de sal en los alimentos. Los wixaritári también
técnico de lo sagrado (Ídem. Véase también:
utilizan el tambor o tepu durante períodos pro-
Anzures y Bolaños, 1976:56; Perrin, op.cit.:6;
longados. Todo ello los conduce al éxtasis.
Fagetti,
El mara’akáme huichol al dirigir las ceremonias
Münch Anguiano y Ocañas Sierra, op.cit.:33).
y recitar los cantos sagrados, se conecta con
El chamán peruano y artista plástico Pablo
las deidades, las cuales le “dictan” al oído todas
Amaringo, séptimo hijo y producto del mestiza-
las palabras de los cantos, principalmente, al
je de cuatro pueblos indígenas diferentes, habi-
Dios Venado, Tamatsi Kauyumarie.
tantes de la Amazonia peruana: quechua, coca-
2010:17;
Islas Salinas,
2010:172;
ma, lamista y piro, heredó el “don” para ser chamán de sus antepasados tanto de la línea materna como de la paterna.
23
Fig.9. Relación hereditaria de mara’akáme. Fotos Marina Anguiano, composición Claudia E. Hernández Ramírez
Una chamana, nieta de un famoso mara’akám
Por otro lado, el don que tienen los chamanes
huichol, nos comentó que soñaba desde los
puede ser “robado” o “quitado” por otro chamán
nueve años que cantaba, rezaba y curaba. Eli-
más poderoso, debido a la envidia. Esto ocurre
gio Carrillo Vicente, chamán y artista, el cual
entre los grupos de la Amazonía peruana y en-
todavía no se considera un chamán completo,
tre los wixaritári.
nos habló también de los sueños (Fig.10). Otro requisito que deben pasar los chamanes
Los chamanes y el arte
es el de enfermarse gravemente. Es decir, es
La creación artística se da en gran número de
una especie de prueba que si la pasan, adquie-
mara’akáte. En sus inicios sólo en artesanías
ren gran poder de sanación. Esto se da tanto
rituales y, en la actualidad, en obras que se co-
en los huicholes como en los grupos de la Ama-
mercializan en México, pero sobre todo, en el
zonía que hemos trabajado en este estudio.
extranjero. Los primeros cuadros de estambres 24
25
Fig.10. Genealogía del mara´akáme Eligio Carrillo
de colores los realizaron Ramón Medina y su
A continuación haremos una comparación vi-
esposa Guadalupe de la Cruz Ríos en la déca-
sual
da de los sesentas, a instancias de varios an-
mara’akáme huichol Eligio Carrillo Vicente
tropólogos y un museógrafo. Estas obras han
(Fig.11) y las pinturas del chamán amazóni-
sufrido una transformación estilística a lo largo
co, Pablo Amaringo. Como podrá observarse,
de cuarenta y cinco años.
representan las “visiones” que ambos tienen,
El antropólogo Luna opina que en la obra de
mediante la ingesta de psicotrópicos: peyote y
Amaringo existe influencia definitiva de la rica
ayahuasca. En la obra de ambos se percibe lo
tradición shipibo, que puede encontrarse en sus
que se ha llamado “el horror al vacío” (horror
textiles, alfarería y pintura corporal, con su poli-
vacui). No hay un solo espacio en blanco, es
cromía y sus sofisticados diseños geométricos.
decir, sin un motivo. Son de un gran barroquis-
El gusto shipibo de la simetría es, más o menos
mo.
obvio en las pinturas de Pablo (Luna y Amarin-
El mara´akáme huichol Eligio Carrillo habla de
go, op. cit.:30).
su creación artística:
entre
los
cuadro
del
chamán
o
Fig.11. Cuatro fragmentos de cuadros elaborados por el chamán-artista Eligio Carrillo. Fotos. Marina Anguiano. 26
Para elaborar las tablas, los cuadros hui-
pacidad de concebir visones kené en sue-
choles, pues sí, se requiere consumir peyo-
ños y en sus “pensamientos” (shinan)
te para que se ilustre, se ilumine y haya
(Belaunde, op. cit.:19).
nuevas ideas, nuevas visiones, en base a
Luisa Elvira Belaunde afirma que el pripiri es
eso yo hago mis tablas. Cuando estoy dor-
una planta nacida de la anaconda (culebra de
mido, van saliendo a través del sueño, nue-
agua) y cita a Valenzuela y Valera de la si-
vas visiones, nuevas formas, de cómo se
guiente manera:
manejan ellos hacia lo hombres, al univer-
Cuentan que antiguamente se quemaban a
so, y ya, cuando estoy despierto, se viene
las boas, a las crías de la yacumama18. De
también la reflexión, las ideas y eso, de ahí
ellas quedaron las cenizas. De las cenizas
tengo que plasmar mis cuadros (Entrevista
brotó, de lo que quemaron la yacumama, se
a Eligio Carrillo Vicente, Colonia Huanacax-
originó el piripiri, a eso lo llamaban nuestra
cle, Nayarit, junio de 2011, Diario de cam-
abuelas piripiri para el diseño. De allí surgió
po, Anguiano, Marina, 2011).
el piripiri para el diseño (Valenzuela y Vale-
En el caso de las mujeres shipibo-konibo que
ra, 2005: 66, citado por Belaunde, op. cit:
crean diseños artísticos en textiles y cerámica,
43).
también utilizan una planta sagrada llamada,
Valenzuela y Valera incluyen una cita textual
piripiri (Cyperus sp.)17, con fines de aprendizaje
de una mujer shipibo-konibo, la cual dice así:
para adquirir el don de visualizar kené (diseño)
Cuando nos curamos los ojos con el piripiri
y plasmarlos con destreza:
tenemos sueños. Soñamos que estamos
El ritual consiste en colocar en sus ojos y en
en medio de diseños elegantes y resplan-
el ombligo unas gotas del jugo de piripiri.
decientes. A veces trabajamos con el espí-
Se considera que este tratamiento agudiza
ritu del piripiri, de noche. Diseñamos en
la visión de las jóvenes, otorgándoles la ca-
nuestro sueño. Otras veces vemos a las yacumamas. Esto no ocurre así no más, esto es debido al piripiri con el que nos han
17. Las variedades de piripiri utilizadas con fines de aprendizaje […] son parasitadas por un hongo (Criptógama balancea cyperi) ergot alcaloides. Estos ergot alcaloides serían el elemento activo causante del aumento de la acuidad visual y otros efectos psicoactivos atribuidos al piripiri por los shipibo-konibo y por muchos otros pueblos de la Amazonía peruana (Shepherd, 1988, citados por Belaunde, op. cit.:19). 27
18.Yacumama significa "Madre del Agua" de los vocablos: yaku=agua, mama=madre, y designa a un reptil gigantesco entre el pueblo shipibo-konibo del Perú.
curado. El que nos hagan aprender con el
Las mujeres huicholes plasman en sus motivos
piripiri no es algo reciente, desde tiempos
artísticos de chaquira, textiles (Fig.12) y cua-
antiguos tenemos piripiri (Ídem.).
dros de estambre, los elementos culturales de
La investigadora peruana Belaunde hace una
su cosmovisión como: la planta sagrada del pe-
afirmación de gran importancia, la cual incluyo
yote, el kiéri, sus principales deidades y narra-
a continuación:
ciones mitológicas. Según Schaefer: “las niñas
Por medio del piripiri y el ayahuasca, el arte
que están aprendiendo a convertirse en tejedo-
de las mujeres y la práctica chamánica
ras se cree que son guiadas por las deidades,
están íntimamente entrelazadas. Las muje-
especialmente en la noche, mediante sue-
res diseñadores embellecen al mundo con
ños” (Schaefer, 1990:116).
kené, gracias al legado de la anaconda que rebrotó de sus cenizas en el piripiri, y los
Conclusiones
hombres chamanes curan a los demás con
Se puede concluir que los wixaritári o huicho-
kené, gracias al poder de la anaconda pre-
les, son uno de los pocos pueblos indígenas de
sente en el ayahuasca (Ídem.).
México que practican el chamanismo de forma
Fig.12. Vestimenta huichol femenina de los años 70 a la actualidad. Fotos. Marina Anguiano. 28
ortodoxa. Es decir, según las atribuciones que
ces como los especialistas ya iniciados, entre
mencionan los teóricos, comenzando con Mir-
ellos, la abstinencia sexual, el ayuno, el no in-
cea Eliade. Lo mismo ocurre entre diversos
gerir alimentos con sal, la vigilia. Por otro lado,
pueblos de la Amazonía peruana.
el canto ritual, el cual entre los pueblos amazó-
Las semejanzas que los pueblos de ambas re-
nicos, como ya se mencionó, es el icaro. De
giones comparten son: las causas de las
igual forma, la utilización de instrumentos musi-
“enfermedades sobrenaturales”; el entrar en
cales, los cuales ayudan a entrar en trance:
éxtasis; el vuelo mágico; los sueños; la heren-
tambor entre los wixaritári y sonajas, entre los
cia en el chamanismo; el don dado a estos es-
pueblos peruanos del Amazonas.
pecialistas; la posibilidad que otro chamán o un
Los métodos de curación también son muy si-
hechicero les quite el don; la enfermedad grave
milares (Fig.13), como el uso de alucinógenos
que contraen los chamanes, como una especie
─peyote y ayahuasca─; utilización de tabaco;
de requisito prueba para alcanzar la plenitud
valerse de los sueños para diagnosticar la en-
como sanador; la creencia en espíritus auxilia-
fermedad, así como de los espíritus compañe-
res o guardianes; los sacrificios, privaciones y
ros; chupar o succionar el mal y sacar los obje-
tabués que deben practicar tanto los aprendi-
tos intrusivos en el cuerpo.
Fig.13.Curaciones durante la Fiesta del Maíz Tostado. Fotos. Marina Anguiano 29
Tanto los pueblos de la Amazonía como los
Bibliografía
huicholes comparten una compleja cosmovisión
Anzures y Bolaños, María del Carmen
animista de su mundo físico y el “mundo otro”
1976 La medicina tradicional en México proce-
que se encuentra en dialogo permanente. Cada
so histórico, sincretismos y conflictos,
ser vivo, planta, animal, río, montaña, bosque
Tesis de Maestría en Etnología Escuela
posee un espíritu, al cual hay que dirigirse con
Nacional de Antropología e Historia,
respeto y con
México.
reciprocidad. Consideran que
sus deidades son sus ancestros y se dirigen a ellos en términos de parentesco.
Álvarez, César
Como se pudo observar arriba, el plasmar las
2011 Visión de futuro de la Amazonía peruana
“visiones” de una manera artística y con gran
como factor motriz de desarrollo nacional.
colorido también se encuentra en las dos regio-
Documentos de trabajo Nº 11, Centro Na-
nes culturales. Desde luego, hay que resaltar
cional de Planeamiento Estratégico. Lima,
que los dos artistas que hemos seleccionado,
Perú.
utilizan diferentes técnicas en sus expresiones plásticas.
Belaunde, Luisa Elvira
Una diferencia muy notoria es el tratamiento
2009 Kené: arte,ciencia y tradición en diseño.
que los gobiernos de México y El Perú le han
Instituto Nacional de Cultura, Lima, Perú.
dado al peyote y a la ayahuasca, respectivamente. En México se le ha satanizado e inclu-
Echazú Böschemeier, Ana Gretel
so, se ha perseguido no sólo a los mestizos,
2012 “¿Ayahuasca, droga o medicina? En torno
sino a los wixaritári, castigándolos con la cárcel.
a los sentidos sociales del Banipsteriosis
En Perú, en cambio, a la ayahuasca se le con-
caapi en contexto de turismo psiconáuti-
sidera “la gran medicina” y en junio del 2008 el
co” en VI Congreso de Investigaciones en
estado peruano declaró como Patrimonio Cultu-
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Trabajo final para la materia Historia y
Jiménez
Filosofía de la medicina: Antropología
1794 Florae Peruvianae, et Chilensis Prodro-
Médica, Universidad Nacional Autónoma
mus, sive novorum generum plantrum pe-
de México, México. Mecanoescrito.
ruvianum, et chilensium descriptiones et icones. Tomo II. Madrid.
Ortiz Echániz, Silvia Schaefer, Stacy B.
2011 El curanderismo popular en la ciudad de Chihuahua. Estudios de caso, Tesis de
1990 Becoming a weaver: the woman´s path in
Doctorado. Universidad Nacional Autó-
huichol culture, Tesis para optar por el
noma de México, México. Inédita.
grado de doctorado. University of California, Los Angeles, California. Inédita.
Perrin, Michel Schultes, Richard Evans y Albert Hofman
1995 “Lógica chamánica” en Chamanismo en
2000 Plantas de los dioses, Fondo de Cultura
Latinoamérica. Lagarriga, Isabel; Jac-
Económica, México.
ques Galinier y Michel Perrin (Coords.). Universidad
Iberoamericana/Plaza
y
Valdés/Centro de Estudios Mexicanos y 32
FUNCIÓN, ICONOGRAFÍA Y UBICACIÓN ESPACIAL DEL ARTE RUPESTRE: EL CASO DE LA PROVEEDORA EN EL DESIERTO DE SONORA Julio Amador Bech1 Los cerros de trincheras en el Noroeste de Sonora
L
a región noroeste de Sonora, situada dentro de la llanura desértica que media entre la Sierra Madre Occidental y el Golfo de California forma parte del sistema fluvial de los ríos Magdalena-Altar-Asunción-Concepción, asociados al cual, se construyeron los principales
sitios del Complejo Cultural Trincheras. Para las culturas del desierto, de manera particularmente enfática, la distribución del agua constituye el factor determinante para la relación paisaje-cultura. En la región se integran dos elementos decisivos que determinaron la distribución de los asentamientos: las cuencas hidrológicas y los cerros de origen volcánico. La combinación de los beneficios de ambas, permitieron la posibilidad de optimizar el preciado recurso del agua, contribuyendo a determinar tanto las rutas estacionales de obtención de recursos como la distribución de los asentamientos temporales y permanentes. Los restos de cultura material a partir de los cuales se define el Complejo Trincheras no tienen una distribución uniforme o una importancia equivalente en todos los sitios. Desde el punto de vista de Beatriz Braniff, la Cultura Trincheras es un fenómeno heterogéneo, complejo, de larga duración y la información arqueológica que de ella se tiene es limitada, a veces ambigua y contradictoria. En ausencia de suficientes investigaciones detalladas del mayor número posible de sitios, sólo se puede presentar un cuadro esquemático general. Los desarrollos culturales se dan dentro de cuatro sistemas ecológicos diferentes que son: 1) el fluvial (ríos Magdalena-Altar-Asunción-Concepción), 2) el costero, 3) la región de la desembocadura del río Concepción, 4) interior (lejano de los ríos y la costa) (Braniff, 1992:122). Como sabemos, el nombre asignado a esta cultura por los arqueólogos proviene de las terrazas artificiales construidas sobre las laderas de los cerros, a las que los primeros misioneros y militares
1. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. 33
en llegar a la región (Kino, Mange, Pfefferkorn)
cia de recursos silvestres, microclimas favora-
les atribuyeron una función defensiva y las de-
bles y un potencial agrícola. Además de las ra-
signaron con el nombre de “trincheras” y de
zones prácticas, no deben descartarse los crite-
“cerros de trincheras” (Bolton, 1936; Sauer y
rios astronómicos y religiosos en la selección
Brand, 1931). Con el tiempo, varios autores han
de los cerros para construir espacios habitables
cuestionado ese concepto unifuncional y de-
y sitios ceremoniales (Amador Bech, 2010;
mostrado otros usos como el agrícola, el habi-
2011; Fish y Fish, op.cit.; Whitley, 1998; Zavala
tacional y el ceremonial (Braniff, op.cit.; Fish,
2006).
Fish y Downum, 1991; Fish y Fish, 2007;
Los rasgos más destacados de los cerros de
McGuire y Villalpando, 1993; Villalpando y
trincheras en el noroeste de Sonora (200-1450
McGuire, 2004). En relación con el sitio más
d.C.) son los asentamientos complejos, asocia-
importante de este tipo, el Cerro Trincheras del
dos a las cuencas fluviales y a los cerros volcá-
Río Magdalena, Villalpando y McGuire señalan
nicos. En las laderas encontramos terrazas,
al respecto que atribuirlos a sólo una de estas
senderos y rampas. Dentro de cada sitio, y de
funciones es demasiado simple. “Hemos en-
una región a otra, las terrazas varían en tama-
contrado evidencias de todas las funciones se-
ño y función (Braniff, op.cit.; McGuire y Villal-
ñaladas por otros investigadores para respon-
pando, op.cit.; Villalobos, 2003; Villalpando y
der la pregunta de por qué escogieron vivir en
McGuire, 2009). Pueden haber servido para el
estos cerros, incluyendo aspectos relacionados
cultivo de agaves, por ejemplo, para habitación
con la agricultura,
o para albergar talleres de producción de orna-
el ritual
y la defen-
sa” (Villalpando y McGuire, op.cit.:225).
mentos de concha, construyéndose distintos
En Sonora el término trincheras se utiliza tanto
tipos de estructuras sobre ellas, como en el ca-
para designar a: 1) los cerros descritos con
so del Cerro de Trincheras. Incluso, su ubica-
construcciones, considerados como posteriores
ción en los distintos niveles de altura de la lade-
a 1100 d.C., 2) el complejo cerámico Trincheras
ra puede haberse traducido en algún tipo de
del norte-centro de Sonora que sólo parcial-
jerarquía social (Villalpando y McGuire, Ibíd.).
mente se superpone a la distribución de los ce-
Sobre las laderas pueden encontrarse, tam-
rros de trincheras y 3) el Cerro de Trincheras
bién, grabados rupestres en los afloramientos
de la cuenca del río Magdalena. El interés pro-
rocosos. El grado de densidad en la concentra-
longado por las colinas volcánicas bajas para
ción de grabados varía de una región a otra, es
construir cerros de trincheras refleja la presen-
mucho mayor en la zona del Asunción (La Pro34
veedora, Cerro San José, el Deseo, Cerrito del
morteros fijos y manos para el procesamiento
Pápago) (Amador, 2011, 2010).
de alimentos de origen vegetal, así como gra-
Sobre algunas de las cimas se construyeron
bados rupestres sobre los afloramientos roco-
estructuras de muros (corrales y círculos de
sos. En algunos casos, como en La Proveedo-
piedra) que, debido a su ubicación, pudieron
ra, a la presencia de metates y morteros se
haber servido tanto para realizar observaciones
asocia cierto tipo de terrazas de forma circular,
astronómicas, especialmente sobre un calenda-
delimitadas por círculos de grandes rocas que
rio de horizonte, como para vigilar el territorio
debieron ser desplazadas para dar forma a es-
circundante desde las alturas, dada la visibili-
pacios colectivos de trabajo y reunión (Amador
dad hacia las llanuras y cerros aledaños, lo que
y Medina, 2007).
define una función más: la comunicación a la
En las llanuras, inmediatas a los cerros, los ali-
distancia. Su forma y posición indican que es
neamientos de grandes rocas con grabados -
muy probable que hayan servido también para
que fueron desplazadas deliberadamente- dan
fines ceremoniales (Amador, 2011, 2010; Fish y
lugar a plazas de mayor tamaño, pueden tener
Fish, op.cit.; Villalpando y McGuire, 2009; Zava-
forma circular, elipsoidal, espiral o rectangular.
la, op.cit.). Esas estructuras, ubicadas en las
Lo más probable es que funcionaran como es-
cimas, tienen formas geométricas definidas: es-
pacios colectivos de reunión, tal es el caso del
piral -imitando el corte transversal de un caracol
Cerro San José, cuya plaza, ubicada en la par-
marino-, círculos o elipses concéntricos, cua-
te sur de la ladera oeste, de forma elipsoidal,
drados, rectángulos o hexágonos. Debido a su
mide 50 x 60 m. (Amador, 2010, 2011). Un es-
muy probable función ritual y a que las formas
pacio de características semejantes, con forma
de las estructuras se repiten en los diseños del
de plaza circular a pie de cerro, puede obser-
arte rupestre y de los ornamentos de concha,
varse en el sitio El Deseo, en la cuenca del
puede deducirse que debió de haber existido
Asunción. En el Cerro de Trincheras, el espacio
un simbolismo de la forma, asociado a ellas
denominado La Cancha, ubicado en la parte
(Amador, 2011, 2010; Zavala, Ibíd.). En algu-
inferior de la ladera principal, debió de haber
nos casos como en el Cerro de Trincheras, el
jugado una función equivalente (Villalpando y
acceso a la cima parece haber estado restringi-
McGuire, 2009). Este tipo de espacios poseen
do y protegido por un sistema de muros y terra-
una acústica particular que facilita y potencia la
zas (Villalpando y McGuire, 2009).
audición, lo que pudo haber favorecido la reali-
A pie de cerro se pueden observar metates,
zación de eventos comunitarios que implicaban 35
el canto, la danza y el discurso público
sencia de metates y morteros fijos, así como en
(Amador, 2011, 2010; Villalpando y McGuire,
el hallazgo de una punta de proyectil tipo Pinto,
2009). Este tipo de acústica es, además, un
perteneciente al Arcaico Medio (4500-1500
rasgo característico de los grandes centros ce-
a.C.). A esa evidencia se agrega la coinciden-
remoniales mesoamericanos.
cia en el sitio de puntas de proyectil de tipo San
Las casas en foso y los hornos para procesar
Pedro (1500/1200-800 a.C.) y Ciénega (800
agave se presentan también en las planicies,
a.C.-150 d.C.), pertenecientes al periodo de
asociadas a los cerros. Este tipo de horno es
Agricultura Temprana (Carpenter, Villalpando y
particularmente característico de los sitios ubi-
Sánchez, 2008; Villalobos, op.cit.:27-28). Por
cados en la cuenca del Altar (McGuire y Villal-
otra parte, la fabricación y uso cotidiano de los
pando, op.cit.). En superficie es común encon-
metates y morteros fijos obedece a un patrón
trar restos de herramientas líticas -talladas y
regional característico, que sitúa esos artefac-
pulidas-, de ornamentos de concha y de algu-
tos en los rangos temporales recién definidos.
nas de las cerámicas diagnósticas (Lisa de va-
La amplia distribución de los metates y morte-
rios tipos; Púrpura/Café; Púrpura/Rojo y Poli-
ros fijos para la molienda de semillas a lo largo
croma). La distribución y concentración de los
del Noroeste/Suroeste es un elemento dia-
elementos diagnósticos varía de un sitio a otro
gnóstico del Arcaico y de las estrategias de
(Braniff, op.cit.; McGuire y Villalpando, op.cit.;
aprovechamiento de los recursos silvestres,
Villalobos, op.cit; Villalpando y McGuire, 2009).
propios de los grupos cazadores-recolectores
Todos estos elementos crean un patrón cultural
del periodo (Altschul y Rankin, 2008:14-17;
común que se manifiesta con variaciones defi-
Cordell, 1984:166-168; Fagan, 1995:296).
nidas en cada sitio, dentro de la región de los
No obstante, parece observarse un reflejo poco
ríos Magdalena-Altar-Asunción-Concepción.
sistemático de la ocupación arcaica en la pro-
Estas características dan forma a lo que deno-
ducción de grabados rupestres que, para este
mino Tradición Trincheras y definen su ámbito
periodo, puede corresponder a aquellos cubier-
regional.
tos por una oscura pátina y que son semejantes al Estilo Abstracto de Petrograbados, descrito
Elementos para situar al arte rupestre de-
por Schaafsma (1980) (Fig.1). Se encuentran
ntro de rangos temporales definidos
en una zona del Cerro San José, contigua a
Podemos pensar en una probable ocupación
donde se localizó la punta de tipo Pinto. No
estacional, desde el Arcaico, fundada en la pre-
obstante, el referido estilo abstracto no fue el 36
Fig.1. Grabados del estilo abstracto, Cerro San José. Foto, Dito Jacob.
único estilo regional del Noroeste/Suroeste,
en los grabados rupestres nos dan una fecha
perteneciente al Arcaico, algunos motivos figu-
máxima de antigüedad de esos grabados, que
rativos pueden ser de igual antigüedad.
podemos situar entre el 200 y el 600 d.C., pe-
La continuidad de la ocupación, a partir del Ar-
riodo durante el cual probablemente aparece y
caico Medio parece confirmarse tanto por la
se generaliza el uso del arco y la flecha en la
presencia de puntas de proyectil de tipo San
región del Desierto de Sonora (Andrews y Bost-
Pedro (1500/1200-800 a.C.) y Ciénega (800
wick, 2000; Fagan, op.cit.:247, 272, 277, 314;
a.C.-150 d.C.), pertenecientes al periodo de
Schaafsma, op.cit.:15). Si contrastamos este
Agricultura Temprana (Villalobos, op.cit.:27-28;
dato con la escasa presencia de grabados ru-
Carpenter, Villalpando y Sánchez, op.cit.), co-
pestres de los estilos arcaicos, descritos deta-
mo por el descrito desgaste de uso excesivo de
lladamente por Schaafsma y ponemos atención
los metates y morteros fijos.
a la abundante presencia de restos de cerámi-
Algunos motivos, como la representación del
cas diagnósticas Trincheras, anteriormente re-
arco y la flecha (Fig.14) y la ausencia del atlatl
feridas, así como a la presencia de diseños de 37
grecas en los grabados rupestres que guardan
muros de piedra retienen y se asocian a
una estrecha semejanza con los diseños pinta-
cuartos circulares de piedra de 2 a 4 m.
dos sobre la cerámica hohokam de los periodos
de diámetro y 50 cm. de alto, con acceso
Colonial (750-950 d.C.) y Sedentario (950-1150
lateral.
d.C.) (Lindauer y Zaslow, 1994) podemos pro-
En todo este sistema hay cerámica que
poner que la producción continua y sistemática
incluye la decorada Trincheras, lítica,
de grabados rupestres, del estilo predominante,
concha, un mortero inmóvil, petroglifos,
se sitúa alrededor del 200 d.C. y continúa, por
todo lo cual sugiere una función domésti-
lo menos hasta el 1150 d.C. (Fig.2).
ca. Este tipo de material se encuentra en
A partir de su recorrido de superficie y excava-
las trincheras excavadas y visitadas, por
ción de pozos de sondeo en el Cerro San José
lo que asumimos que su función era de
–también conocido como La Calera- Beatriz
habitación. Pero, además, desde todas
Braniff llega a la siguiente conclusión:
estas terrazas se domina el panorama a
Todo un sistema de terrazas se encuen-
gran distancia, por lo que también pudie-
tra unido por escalones y veredas. Los
ron haber funcionado como miradores y
Fig.2. Grabados con diseños semejantes a la cerámica hohokam, La Proveedora. Foto, Dito Jacob. 38
vigías (Braniff, op.cit.:124).
pando, 1991). En particular, Villalobos propone
En relación con las cerámicas que aparecen en
una asociación espacial entre terrazas y graba-
superficie, tanto en el Cerro San José como en
dos rupestres en el Cerro San José:
La Proveedora, destacamos la presencia de los
Si bien las terrazas representan el desarro-
tipos que corresponden a la Fase 2 (200-800
llo tardío de la Cultura Trincheras, y ya que
d.C.) -para toda la región- o la denominada Fa-
en el complejo La Proveedora tenemos in-
se temprana o Atil –para el valle de Altar-, con
dudablemente la presencia de este elemen-
fecha
d.C.
to arquitectónico, podríamos deducir que
(Villalpando y McGuire, 2004; McGuire y Villal-
aquí también tendríamos representada di-
pando, op.cit .). Ésta última es característica de
cha fase tardía, pero además, registramos
una cerámica lisa (Trincheras Lisa 1 y 1a) y una
a lo menos 25 trincheras que están asocia-
decorada (Trincheras Púrpura/Roja especular),
das
un patrón de asentamiento compuesto por pe-
(relación espacial indudable), con lo que si
queñas aldeas de casas semi-subterráneas
logramos articular la relación trinchera-
(pithouses), cuyos materiales asociados sugie-
petrograbado tendríamos un importante
ren la existencia de agricultura.
punto de partida para fechar relativamente
En el sitio se encontraron restos de basamen-
esta dupla, obviamente, y en el mejor de
tos de casas semi-subterráneas (pithouses)
los casos, un fechamiento por radiocarbono
(Braniff, op.cit.; Villalobos, op.cit.:18-19). Tam-
proveniente de la excavación de las terra-
bién encontramos cerámicas que pertenecen a
zas y un idílico (pero no imposible) fecha-
la Fase Altar (800-1150 d.C.): caracterizada por
miento absoluto del petrograbado nos podr-
la presencia de varios tipos cerámicos, lisos y
ía
decorados
(Villalobos, op.cit.:44).
aproximada
de
(Trincheras
inicio
Lisa
2,
750
Trincheras
directamente
confirmar
o
con
petrograbados
rechazar
está
idea
Púrpura/Rojo no especular, Trincheras Púrpura/
Por otra parte, la variación en la pátina que se
Café, Altar Policroma). La importante presencia
forma sobre las partes incisas de los grabados
de terrazas construidas sobre las laderas de los
indica, cuando menos, varias etapas, que pue-
cerros de La Proveedora y San José, además
den obedecer a los diversos periodos de ocu-
de ser un elemento diagnóstico de la Tradición
pación, los que, en conjunto, muy probable-
Trincheras, definen un marco temporal (800-
mente comprendieron varios siglos. No obstan-
1300 d.C.) (Carpenter, Villalpando y Sánchez,
te las diferencias de color de la pátina, parece
op.cit.; McGuire y Villalpando, op.cit. y Villal-
mantenerse una unidad estilística general con 39
variaciones menores. Esto hace probable que
haberse dado una larga ocupación y un dilata-
los grupos humanos que ocuparon el sitio, en
do proceso de transformación cultural desde el
sus distintas fases, mantuvieron una relativa
Arcaico Medio (4500-1500 a.C.), hasta el perio-
continuidad cultural, a través del tiempo.
do de agricultura intensiva (1300 al 1450 de d.C.). A la vez, ciertas tradiciones culturales pa-
Espacios, temas y funciones sociales del
recen haberse preservado por un tiempo muy
arte rupestre
prolongado. En general, los vestigios culturales
Los sitios con arte rupestre no son homogéne-
muestran una creciente complejidad que se evi-
os, poseen una estructura compleja que depen-
dencia en los patrones de asentamiento y en el
de de diversos factores. Principalmente, la dis-
tipo de estructuras. La Proveedora es el sitio
tribución de los grabados y las pinturas rupes-
más importante con arte rupestre del noroeste
tres obedece a las diferentes funciones cultura-
de Sonora. En un área aproximada de 9.5 km²
les desempeñadas por el conjunto del sitio,
se distribuyen cerca de 6,000 grabados rupes-
además de las funciones específicas que juga-
tres. A continuación, presento las probables
ron los paneles rocosos con arte rupestre, en sí
funciones del arte rupestre y su influencia en la
mismos. Propongo que las más importantes
iconografía y su ubicación espacial.
pueden estar asociadas con prácticas mágico-
Al noroeste del estado de Sonora, en el área
religiosas, rituales personales y colectivos, mar-
cercana a la ciudad de Caborca, se ubican una
cadores territoriales, servir de medio de trans-
serie de sitios arqueológicos asociados al lecho
misión de conocimientos culturales, funcionar
fluvial del Río Asunción/Concepción y a los ce-
como dispositivos mnemotécnicos de apoyo a
rros de origen volcánico. La zona arqueológica
la memorización de tradiciones orales míticas y
con el nombre genérico de La Proveedora se
documentar actividades sociales. Es muy pro-
localiza a 7.5 km de Caborca, en dirección su-
bable que el arte rupestre haya desempeñado
roeste, en el rancho Puerto Blanco, señalado
diversas funciones simultáneamente.
del lado izquierdo sobre la carretera 44 (INEGI,
En el caso particular de los sitios de Trincheras,
2002 y 2000). En relación con la hidrología lo-
las funciones sociales del arte rupestre debie-
cal, además del río Asunción/Concepción se
ron estar estrechamente relacionadas con la
conservan lechos de pequeños arroyos de tem-
distribución espacial de las funciones sociales
poral. Como hemos dicho ya, los cerros de La
que jugaron sus distintas partes, al interior del
Proveedora y San José se sitúan dentro de la
conjunto del sitio. Como hemos visto, parece
llanura desértica que media entre la Sierra Ma40
dre Occidental y el Golfo de California, donde
viajero ruso, un chamán yakut le contó
se ubica la cuenca de los ríos Magdalena-Altar-
que no recordaba nada, y otros chama-
Asunción/Concepción, asociados a la cual se
nes siberianos han relatado lo mismo du-
construyeron los principales sitios de la Tradi-
rante este siglo. Por otra parte, un
ción Trincheras.
chamán de Altai actuaba como si saliera de un sueño profundo y anunciaba,
Búsqueda de visones y rituales de iniciación
“¡Una travesía segura! ¡Fui bien recibi-
Es probable que, en un primer periodo, durante
do!” En otro registro, un chamán selkup
el Arcaico, las prácticas mágico-religiosas de
se levantó, fumó, tomó té y después re-
tipo chamánico se dieran en su forma más pu-
capituló
ra, en ellas se recurriría a la búsqueda de la vi-
(Vitebsky, 1995:65, traducción nuestra).
su
travesía,
paso
a
paso
sión, como medio de adquisición de conoci-
Para aclarar este asunto, conviene definir la di-
miento y poder o ésta se presentaría de mane-
ferencia sustantiva en el tipo de práctica cultu-
ra involuntaria, a través de los sueños. Cabe
ral que nos permita comprender por qué en al-
preguntarse si, tal como lo sostiene David Whi-
gunos casos la experiencia se puede recordar y
tley (op.cit.), ¿Es posible que la visión fuera se-
en otras no. Para tal efecto recurrimos a la ex-
guida de la producción de arte rupestre? Sobre
plicación de Gilbert Rouget (1985). De acuerdo
este asunto, los testimonios que aporta la etno-
con Rouget, los conceptos de trance y éxtasis
grafía son contradictorios. Pier Vitebsky, quien
se refieren a prácticas bien diferentes. El trance
ha realizado trabajo de campo en comunidades
es un estado psicofisiológico de conciencia que
donde se dan las prácticas chamánicas refiere
ocurre durante los rituales colectivos que se de-
que, en algunos casos, los especialistas ritua-
sarrolla a partir de un estado de sobre estimula-
les pueden recordar lo ocurrido durante la vi-
ción sensorial. En la mayoría de los casos, ocu-
sión y en otros no.
rre una amnesia post facto, la persona que vive
Los reportes varían respecto de hasta
la experiencia del trance no es capaz de recor-
dónde la experiencia del chamán, vivida
dar lo ocurrido (Ibíd.:6-9). En el trance la visión
durante el trance, puede ser recordada,
mística está ausente. La diferencia entre cha-
una vez que el chamán ha regresado a un
manismo y posesión es que en el primero el
estado de conciencia normal. En una fecha
chamán tiene un rol activo, él o ella viajan vo-
tan temprana, como el siglo XVIII, a un
luntariamente al Cielo o al Inframundo a visitar
41
a los espíritus, en el segundo, el poseído juega
la privación sensorial (ayuno, abstinencia, sole-
un rol pasivo, él o ella son visitados por un
dad, oscuridad) es probable que se tratara de
espíritu o dios. Mientras que el chamán domina
experiencias relacionadas con el éxtasis religio-
a los espíritus, el poseído es dominado por
so que podían ser recordadas con posteriori-
ellos (Ibíd.:22).
dad. También podemos incluir a las experien-
Por el contrario, el éxtasis es una experiencia
cias extáticas provocadas por el consumo de
mística de unión total y arrobamiento que ocu-
sustancias psicoactivas.
rre en la soledad, el silencio y la inmovilidad,
Referidas, en particular, al caso que estudia-
implica las visiones interiores y el recuerdo. El
mos, puede observarse que si se hace uso de
éxtasis es una experiencia claramente memora-
una mirada atenta, se pueden distinguir proba-
ble, asociada a la privación sensorial: soledad,
bles experiencias extáticas, representadas en
silencio, oscuridad, ayuno y abstinencia sexual
los grabados rupestres. Veamos un ejemplo.
(Ibíd.:10). Rouget sostiene que los dos tipos de
En La Proveedora y el Cerro San José, las figu-
experiencia pueden ser practicados por la mis-
ras antropomorfas representan solamente el
ma persona, dentro del contexto de rituales di-
10% de todos los grabados. Su proporción
ferenciados que formarían parte de un mismo
numérica en el sitio contrasta con su importan-
sistema religioso (Ibíd.:11).
cia simbólica: sus actitudes corporales, gestos,
Partiendo de estas premisas, podemos propo-
posturas y expresiones faciales constituyen una
ner la hipótesis de que los especialistas rituales
fuente invaluable de información acerca de la
de tipo chamánico podían utilizar las técnicas
gente que los produjo, así como de las principa-
del trance para las ceremonias públicas de cu-
les características culturales de las tradiciones
ración y adivinación y las del éxtasis para las
del Arcaico y de la Tradición Trincheras que ahí
visiones
habitaron (Figs.3, 4 y 5).
solitarias.
La
etnografía
regional
(Noroeste/Suroeste) nos dice que además de
Cuando se confrontan, cara a cara, las figuras
los especialistas rituales, las personas comu-
humanas de tamaño natural, que se encuentran
nes y corrientes también se valían de visiones
en el Cerro Calizo y la ladera este de La Pro-
personales para obtener espíritus auxiliares
veedora, resulta imposible no formularse las
que los protegerían o ayudarían para tener éxi-
preguntas básicas acerca de su significado.
to en alguna actividad difícil. Como las técnicas
¿Qué es lo que estás figuras tienen en común?
empleadas se refieren a métodos basados en
Todas ellas están en una posición frontal; todas
42
Fig. 3. Grabado antropomorfo, Cerro
Fig. 4. Grabado antropomorfo, La
Calizo. Foto, Dito Jacob.
Proveedora. Foto, Dito Jacob.
Fig. 5. Grabado antropomorfo, La Proveedora. Foto, Dito Jacob. 43
ellas son, aproximadamente, de tamaño natu-
rales que definen qué clase de emociones pue-
ral; todas ellas miran hacia el Este y hacia arri-
den ser expresadas de manera pública y de
ba; todas ellas tienen sus piernas extendidas y
qué manera, Ekman lo llama: reglas de mani-
sus brazos en posición lateral, con las palmas
festación. Basándose en el análisis de tres zo-
de las manos hacia atrás; todas ellas tienen
nas faciales, referidas a seis emociones bási-
una expresión de admiración. Estas caracterís-
cas: sorpresa, miedo, ira, repugnancia, alegría
ticas figurativas que se repiten, nos conducen a
y tristeza, Ekman demuestra que las expresio-
la conclusión de que para representarlas han
nes faciales pueden ser leídas correctamente y
sido
formales
que un método de interpretación puede ser
(iconográficas) bien definidas. Asimismo, tales
desarrollado, lo llama: Técnica de Registro de
convenciones implican que, al interior de su
Afectaciones Faciales (Ekman, 2003:2-3).
propia cultura, las figuras están asociadas con
Basado en ese método voy a interpretar cuatro
una práctica significativa que parece haber so-
de las figuras antropomorfas, dos de ellas se
brevivido por varios siglos.
encuentran en la ladera este del Cerro Calizo y
En primer lugar, intentaré analizar su expresión
las otras dos, a una distancia de 1 km, en la la-
facial y su postura corporal, valiéndome de las
dera este de La Proveedora. A pesar de que
técnicas que provienen del estudio cinético de
son extremadamente esquemáticas, creo que
la conducta humana no verbal. Paul Ekman su-
pueden leerse en términos de las emociones
giere que las expresiones faciales y las accio-
humanas. Comenzando con su expresión fa-
nes corporales contienen información relaciona-
cial, podemos afirmar que el primer grabado
da, directamente, con las emociones experi-
antropomorfo del Cerro Calizo tiene los ojos
mentadas, mientras que las señales corporales,
bien abiertos, las cejas levantadas, pero ligera-
especialmente la postura y la orientación de la
mente contraídas, la mandíbula cae hacia abajo
cabeza, comunican, primordialmente, informa-
y la boca está abierta, estas son las señales
ción acerca de la intensidad de la emoción ex-
visibles de la sorpresa, yo diría que se trata de
perimentada (Ekman, 1965).
la admiración reverente (Fig.3) (Íbid.:148-171,
A partir de una larga investigación en muy di-
fotos A-Q).
versas partes del mundo, Ekman demuestra
El segundo grabado antropomorfo del Cerro
que las emociones se expresan de manera
Calizo (Fig.3) tiene las cejas levantadas y con-
transcultural, son innatas y, en consecuencia,
traídas, los ojos bien abiertos, la boca abierta
universales. Sin embargo, existen reglas cultu-
con los labios tensos, contraídos hacia atrás,
utilizadas
convenciones
44
estas son las señales visibles del miedo. En los
5).
grabados antropomorfos de La Proveedora
De modo que podamos continuar con nuestra
(Figs.4-5), la inclinación hacia arriba de la cabe-
interpretación, enunciaré mi siguiente hipótesis:
za es exagerada, en particular, la Figura 9 tiene
estas figuras representan personas teniendo
una clara expresión de sorpresa: los ojos bien
una visión. En particular, pienso que lo más
abiertos, las cejas levantadas y la boca abierta
probable es que se tratara de novicios que atra-
(Figs.3-5). Las cuatro figuras manifiestan una
viesan por un rito de iniciación, me inclino a
expresión de admiración reverente con sutiles
pensar que están viviendo una intensa expe-
diferencias que pueden tener el acento, ya sea
riencia espiritual y que, tal como se ha mostra-
en el miedo o en la sorpresa. A partir de aquí,
do en la etnografía y etnohistoria de los grupos
definiré está emoción como miedo y admiración
indígenas de la vecina California (Whitley,
reverentes, como súplica reverente. La última
2006), los especialistas rituales dirigían y vigila-
se confirma por la inclinación hacia arriba de la
ban el proceso, cuidando de los jóvenes duran-
cabeza. Propongo que esta emoción posee
te el mismo. De tal forma, presenciaron las ex-
connotaciones religiosas: estaríamos frente al
presiones faciales y corporales de los novicios,
tipo de emociones que se producirían en la pre-
durante la experiencia extática, y la plasmaron
sencia de dioses o de espíritus poderosos.
en el arte rupestre del Cerro Calizo, siendo este
En lo referente a la postura y disposición corpo-
lugar un sitio sagrado, propicio para la realiza-
ral de las figuras, podemos observar que en las
ción de tales ceremonias de iniciación y purifi-
cuatro, las palmas de las manos están orienta-
cación. Concluimos que las figuras que estudia-
das hacia atrás. Particularmente, la Figura 29
mos representarían la vivencia corporal y espiri-
fue grabada sobre una roca que tiene la forma
tual del estado de éxtasis.
de asiento, lo que implica que él o ella se hallan
Mi propuesta metodológica va en el sentido de
en una posición sedente, asiéndose tensamen-
proponer que el análisis del arte rupestre debe
te de la roca con sus manos (Fig.4). La rígida
tomar en consideración la compleja relación
disposición corporal y la evidente tensión de las
que existe entre motivo, panel, sitio con arte
manos manifiestan una emoción sumamente
rupestre y simbolismo del paisaje. Así, pode-
intensa, tensión que también se revela por la
mos sostener que la distribución de los sitios
disposición de los brazos y los hombros. Sus
con arte rupestre estaba en función de la perci-
cabezas miran hacia arriba, hacia el cielo, con
bida sacralidad del paisaje y que éstos eran
una expresión de admiración y súplica (Figs.3-
considerados lugares para adquirir poder, a tra45
vés de las visiones (Whitley, 1998:21). La actividad de los especialistas rituales pudo haberse basado en esta creencia, de ahí que asistieran a esos lugares para “adquirir poder” o para entrar en contacto con entidades espirituales: si uno asume que los espíritus habitan en una dimensión de realidad distinta de la nuestra e intervienen para afectar nuestra salud o nuestra dotación de alimento, todas aquellas personas que buscan entrar en contacto con ellos deben viajar al reino de los espíritus para persuadirlos de o suplicarles que se comporten de cierta manera (Vitebsky op.cit.:15). Si el sitio con arte rupestre era considerado como el portal del mundo espiritual, el acceso a éste se haría posible a través de las hendiduras en las rocas, tal como podemos ver en las figuras 25 y 26, en un grabado del sitio de La Proveedora, en el cual se representa a un antropomorfo de tamaño natural (1.54 m), saliendo de
Fig.6. Grabado antropomorfo saliendo de la hendidura entre dos rocas, La Proveedora. Foto, Dito Jacob.
la hendidura entre dos rocas (Fig.6). Las figuras humanas analizadas aquí fueron grabadas sobre rocas que tienen una condición ergonómica favorable para asumir su misma
significado del sitio con arte rupestre con la sa-
postura, siendo posible recargarse contra la ro-
cralidad de estos cerros y con un sentido más
ca y adoptar la postura. Todas ellas miran hacia
amplio del simbolismo del paisaje.
el Este, que es la región por la que sale el sol y, dentro de la mitología de los o‟odham, es la re-
Representaciones de fenómenos astronómi-
gión donde se localiza el paraíso de los muer-
cos en los grabados rupestres
tos (Bahr et. al. 1994; Bahr, 2001; Russell
La probable representación de diversos astros
1980; Underhill, 1939, 1948). Esto vincularía el
(Sol, Luna, Venus y estrellas) en los petrogra46
bados de los cerros de la Proveedora y San
El autor clasifica los grabados de acuerdo con
José, que propone el astrofísico Dominique Ba-
el astro y el tipo de aspecto o fenómeno relacio-
llereau, contribuye a sustentar la hipótesis de la
nado con éste, que él considera que se en-
observación de fenómenos astronómicos por
cuentra representado. En relación con la luna,
parte de los grupos de la tradición Trincheras y
su clasificación incluye “representaciones de
su registro en el arte rupestre. De poderse de-
lunas crecientes”, las que define, “desde un
mostrar, sería un importante indicador de una
punto de vista puramente geométrico” como “un
atenta observación y representación gráfica de
semicírculo y una semielipse que se tocan en
los cuerpos celestes (Ballereau, 1988, 1991).
los
Ballereau sostiene que: “los símbolos astronó-
común” (Ídem.) (Fig.7). Añade que la luna
micos pueden identificarse con facilidad, y se
“aparece como se ve entre tres y cinco días an-
relacionan con la luna, el sol y las estrellas. Su
tes del novilunio. No se han encontrado imáge-
gran número y su distribución uniforme en el
nes del primer cuarto” (Ídem.). En este caso
sitio ponen de manifiesto que la observación
particular, la interpretación me parece incontro-
del cielo desempeñaba un papel importante en
vertible: la forma de la luna creciente es tan de-
los pueblos del noroeste de México” (Ibíd.:28).
finida y simple y la representación gráfica de
extremos
de
un
diámetro
gran
eje
Fig.7. Petrograbado en forma de luna creciente, La Proveedora. Foto, Dito
47
ésta, en los grabados rupestres de La Provee-
Ballereau justifica su categoría de “repre-
dora, tan clara, que difícilmente existe un mar-
sentaciones de lunas llenas” de la siguiente
gen de error. La única observación que yo haría
manera: 1) aparecen con crecientes lunares, 2)
a esta clasificación de Ballereau es que no to-
su superficie interna está enteramente vaciada
das las figuras que él clasifica como lunas cre-
y 3) no hay rayos externos que pudieran con-
cientes están bien definidas, de modo que yo
fundirse con discos solares (Ibíd.:29, 33 Láms.
restringiría el número de las clasificadas bajo
II-D, II-F, IV-A) (Fig.8).
este rubro a aquellas que se ciñen estrictamen-
El autor considera a los círculos radiados como
te a su propia definición.
representaciones inequívocas del sol (Ibíd.:30)
El segundo rubro que considero probable es el
(Fig.9). No proporciona argumentos para defen-
que él define como lunas crecientes asociadas
der su interpretación, de modo que contamos
con un astro brillante: “se trata de la conjunción
con escasos elementos para evaluarla crítica-
de la luna y un planeta brillante (Venus o Júpi-
mente. Sin embargo, a nivel gráfico, el uso de
ter)” (Ibíd.:29). El referido es un fenómeno as-
círculos radiados ha sido la convención más
tronómico común, visible a simple vista, que es
simple y clara para representar al sol, a nivel
muy fácil de representar, agregando al diseño
universal y, probablemente, a nivel regional, del
de la luna creciente un punto a un lado (Ibíd.:
cual existen numerosos ejemplos. Guevara y
33, Láms. III-H y III-G).
Mendiola clasifican como soles figuras de círcu-
Fig.8. Petrograbado en forma de luna llena, La Proveedora. Foto, Dito Jacob. 48
Fig.9. Petrograbado en forma de sol, La Proveedora. Foto, Dito Jacob.
los radiados y de círculos con un punto interior
mente representado dentro de las tradiciones
representados en grabados rupestres de la re-
indígenas prehispánicas del Suroeste como
gión cercana a Paquimé (Guevara y Mendiola,
una cruz con un perímetro exterior, figura de la
2008:30, 40, 125, 129 y 134). Ellis y Hammack
cual muestra ejemplos en el arte rupestre de
(1968:35) interpretan pinturas rupestres en la
Nuevo México.
forma de tres círculos concéntricos como soles.
Las culturas de Mesoamérica y el Suroeste
Fewkes distingue figuras de círculos radiados
compartieron una constelación de rasgos
con rasgos humanos como emblemas totémi-
que se asocian a conceptos y representa-
cos del clan del sol, usados a manera de firma
ciones gráficas de Venus. Estos rasgos in-
entre los trabajadores hopi de finales del siglo
cluyen orientaciones hacia el lucero del
XIX (Fewkes, 1897:4).
amanecer y el lucero del atardecer, perso-
A la hipótesis de Ballereau podemos agregar la
nificaciones masculinas, combinaciones del
de Marc Thompson (2006:165-183), quien sos-
simbolismo de la estrella con el de la ser-
tiene que Venus, concebido como la Estrella
piente y asociaciones con la idea de duali-
Matutina y la Estrella Vespertina, fue amplia-
dad y con la guerra (Thompson, íbid.:177 49
Fig.10. Petrograbado en forma de Venus, La Proveedora. Foto, Dito Jacob.
traducción nuestra).
venga de una tradición más antigua, sin influen-
Tanto en La Proveedora como en el Cerro San
cia europea (Lumholtz, 1990; Russell, op.cit.;
José podemos encontrar la misma figura de la
Underhill, op.cit.). Lumholtz reproduce un calen-
cruz con perímetro exterior que Thompson re-
dario lunar de 13 meses utilizado por los
fiere como representación de Venus en los gra-
tohonoo‟odham, proporcionando los nombres
bados rupestres que describe (Fig.10).
de cada mes (Lumholtz, ibíd..:76). Durante el
Las hipótesis de Ballereauy Thompson pueden
día, la hora se indica a partir de la posición del
contrastarse con ciertas prácticas del periodo
sol, en la noche se determina por la posición de
histórico. Existen registros etnográficos bien
las
definidos sobre la observación de los fenóme-
tohonoo‟odham les llaman “Las Viajeras” y son
nos astronómicos por los diversos grupos
éstas las que se utilizan para determinar las es-
o‟odham, los sintetizamos a continuación.
taciones del año, las actividades a realizar du-
Entre
los
tohonoo‟odham
y
los
Pléyades.
A
las
Pléyades,
los
rante el ciclo agrícola y las fechas de ciertas
akimelo‟odhamexistía un calendario lunar de 12
festividades (Underhill, op.cit.:125).
o 13 meses, siendo más probable que el de 13
Los solsticios de verano invierno eran observa50
dos rigurosamente. El primero daba origen a la
grabados. Las muescas siguen una simbología
cacería ritual del venado bura y durante el se-
personal que sólo cada guardián del calendario
gundo se llevaba a cabo la fiesta de recitación
conoce (Underhill, op.cit.:126).
de las tradiciones míticas; se pensaba que du-
El hecho de que los o‟odham hayan llevado un
rante el solsticio de invierno, el Sol se quedaba
registro minucioso de los fenómenos astronómi-
quieto por cuatro días, empezando con el día
cos, valiéndose de esos medios mnemotécni-
que las Pléyades se ponían al atardecer. Tanto
cos, puede apoyar la hipótesis de un posible
akimelo‟odham como
los
registro equivalente por medio de los grabados
tohonoo‟odham, el periodo de cuatro días del
rupestres en periodos anteriores. Sin embargo,
solsticio de invierno era considerado sagrado,
sabemos muy bien que un registro de esas ca-
se trataba de las cuatro noches más largas del
racterísticas no es demostrativo de prácticas
año, durante las cuales los guardianes de la
equivalentes entre los grupos de la Tradición
tradición (siniyawkum) relataban los mitos de
Trincheras, sino sólo apoyan los argumentos
origen de manera oficial a la comunidad (Bahr
que las hacen más probables.
et. al., op.cit.:282; Underhill, op.cit.:125).
En relación con estos tipos de registros de las
Los akimelo‟odham tenían puntos definidos de
fases lunares y los meses lunares, encontra-
observación de los movimientos anuales del
mos importantes analogías entre los o‟odham y
sol, los cuales hacían referencia a un calenda-
los diversos grupos pueblo, principalmente
rio de horizonte, situado en la Sierra de la Es-
hopis y zunis. Michael Zeilik describe prácticas
trella (Russell, op.cit.). Los tohonoo‟odham co-
de registro de las fases lunares entre los pue-
nocían muchas estrellas, con las cuales forma-
blo, cita a Stevenson (s/f), quien reportó que en
ban constelaciones que tenían nombres defini-
San Ildefonso, perteneciente al grupo tewa
dos. La cuenta de las fases lunares y los princi-
(P'ohwhóde), un especialista de la comunidad
pales eventos del calendario eran memorizados
“observador de la luna” llevaba el registro de
por un especialista de la comunidad, quien los
las fases lunares por medio de muescas talla-
grababa en un “palo calendario”, que es una
das sobre una piedra plana que era depositada
vara de sahuaro, pino o sauce, con muescas
en una cámara ceremonial. Mientras que entre
mnemotécnicas, que ayudan a su poseedor a
los hopis y zunis se utilizaba un bastón calen-
recordar los eventos registrados; siguiendo las
dario, de la misma manera que entre los
muescas con el pulgar, a través del bastón, de
o‟odham (Zeilik, 2008).
arriba hacia abajo, se recuerdan los eventos
Zeilik propone que los calendarios tradicionales
entre
los
entre
51
estaban formados por trece meses lunares y
de puntos o de líneas con muescas de diversas
que cada cultura hacía ajustes particulares para
formas: líneas o pequeños triángulos que pue-
coordinar el calendario lunar con el solar; sugie-
den referirse a cuentas calendáricas (Fig.11).
re, también, la posibilidad de que buscando el
Sobre la observación de los solsticios y su im-
contexto arqueológico adecuado sería posible
portancia ritual entre los grupos pueblo, Elsie
ubicar marcas equivalentes en el arte rupestre
Clews Parsons destaca que las posiciones ex-
(ibíd.). Así, por ejemplo, Bostwick reporta dos
tremas del sol se alcanzan en esos momentos:
sitios cercanos a Phoenix (Shaw Butte y South
en el solsticio de verano, la posición más extre-
Mountain Park) en los cuales se encontraron
ma al norte y en el de invierno, la posición más
series de trece puntos o círculos pequeños,
extrema al sur. «Estos puntos que son los más
grabados sobre los afloramientos rocosos,
distantes son visitados por el Sol durante cuatro
piensa que pueden representar la cuenta de los
días, antes de volver de regreso en su marcha,
meses (Bostwick y Krocek, 2002:184, 186;
es el momento adecuado para recibir las ofren-
Bostwick y Plum, en línea). En La Proveedora
das de bastones de rezo de sus hijos. Siendo
encontramos petrograbados formados por se-
un hombre inestable, el Sol debe ser auxiliado
Fig.11. Petrograbado con incisiones de puntos, posible registro del ciclo lunar. Foto, Dito Jacob. 52
en su recorrido; debe ser “girado” o “tirado de
Tomamos como unidad de análisis un reducido
regreso”» (Parsons, 1996:180 traducción nues-
tipo de artefactos, presentes en el campamento
tra). De manera semejante a los o‟odham, en
de recolección de los grupos que visitaban el
los grupos pueblo, los hombres mayores rela-
sitio: los metates y morteros fijos (Fig.12). Al
tan a los jóvenes sus mitos de origen, el mito
respecto, podemos formular una hipótesis: en
de la Emersión, durante el solsticio de invierno
la época en la que se comenzaron a utilizar co-
(ibíd.:215).Orión y las Pléyades son las conste-
mo artefactos de molienda, el sitio era visitado,
laciones más conocidas por los pueblo, son las
probablemente, siguiendo un patrón estacional,
que definen el tiempo durante las ceremonias
durante el verano y parte del otoño, cuando
nocturnas; en la tradición tewa, llaman a las pri-
maduran los frutos silvestres (pitahayas, brotes
meras “estrellas del invierno” y a las segundas
de cholla, tunas, frijoles de mezquite, nueces
“estrellas del verano” (ibíd.:182). Las estrellas
de palo de fierro). Debido al excesivo desgaste
son observadas por los Jefes de las aldeas y
que se pone de manifiesto en las huellas de
en Jémez se piensa que son espíritus. Proba-
uso que deja ver una utilización sumamente
blemente, todos los grupos pueblo dotan a la
prolongada, proponemos que comenzaron a
galaxia y a todas las estrellas de un carácter
usarse durante el periodo Arcaico. A esa evi-
divino, antropomórfico (ídem.).
dencia se agrega la coincidencia en el sitio tanto de puntas de proyectil tipo Pinto, pertene-
Propiciación de la fertilidad asociada al pro-
cientes al Arcaico Medio (4500-1500 a.C.), co-
cesamiento de alimentos de origen vegetal
mo de tipo San Pedro (1500/1200-800 a.C.) y
Comenzamos este análisis con dos preguntas:
Ciénega (800 a.C.-150 d.C.), pertenecientes al
¿Podemos relacionar el tema de la fertilidad y
periodo de Agricultura Temprana (Villalobos
la abundancia de alimentos con las actividades
2003:27-28; Carpenter, Villalpando y Sánchez,
de la recolección y la agricultura: la cosecha y
op.cit.).
el procesamiento de semillas cultivadas y sil-
A lo anterior podemos añadir que la fabricación
vestres? ¿Se expresa esta asociación simbóli-
de los morteros y el uso cotidiano de los meta-
ca por medio de las figuras en forma de ciervas
tes y morteros fijos obedecen a un patrón regio-
preñadas que se grabaron en los costados de
nal característico que sitúa esos artefactos en
los metates fijos que se encuentran en el cerro
los rangos temporales recién definidos. La am-
de La Proveedora?
plia distribución de los metates y morteros fijos para la molienda de semillas a lo largo del No53
Fig.12. Metate fijo con grabado de cierva embarazada, La Proveedora. Foto, Dito Jacob.
roeste/Suroeste es un elemento diagnóstico del
unión. Esta transformación del paisaje nos lleva
Arcaico y de las estrategias de aprovechamien-
a la pregunta acerca de la continuidad en el uso
to de los recursos silvestres, propios de los gru-
de esos artefactos y espacios en el largo plazo,
pos
periodo
así como la que se refiere a las transformacio-
Cordell,
nes que deben haber sufrido, al introducirse,
cazadores-recolectores
(Altschul
y
Rankin,
del
op.cit.:14-17;
op.cit.:166-168; Fagan, op.cit.:296).
paulatinamente, los cultivos del maíz, el frijol y
Observamos, así, que los morteros y metates
la calabaza. En la última fase (1300-1450 d. C.)
fijos, localizados donde la ladera de los cerros
se daría el desarrollo de la agricultura intensiva.
se une con la llanura, definen un espacio y no
El carácter fijo de los morteros y metates obliga
pueden pensarse en sí mismos, sino, sólo en
a las mujeres a congregarse en un lugar es-
asociación con las pequeñas plazas que se ex-
pecífico del paisaje que ya está integrado, des-
tienden a su alrededor y que obligan a construir
de la fase más temprana, a un campamento y,
una terraza, a nivelar la llanura inmediata, a dar
a partir de la sedentarización, a una aldea. Su
forma a un círculo de grandes rocas alineadas
situación espacial localiza y fija las actividades
para crear un espacio colectivo de trabajo y re-
ahí desarrolladas: reunir y moler las semillas 54
colectadas. Pone de manifiesto una división so-
práctica (acceso a y procesamiento de los re-
cial del trabajo basada en el género. El carácter
cursos vegetales), y de la proyección de valo-
estable y permanente nos hace pensar que los
res culturales sobre el paisaje. Estas categorías
metates y morteros están situados en un lugar
serán re-elaborados a partir de las vivencias
idóneo, eficiente, contiguo a donde se realizan
que las secuencias prácticas susciten, a lo lar-
las tareas de recolección y, a la vez, seguro,
go del tiempo. Es así que la lógica de la serie
por estar dentro del campamento.
de secuencias prácticas de su uso, andada
Desde una perspectiva cultural más amplia, po-
hacia atrás, nos lleva a la serie de secuencias
demos ver con claridad que esta condición es-
prácticas por medio de las cuales se fabricaron
tructural y contextual de los morteros y metates,
las manos y los morteros: ¿Quiénes fueron y
dentro del campamento analizado, da origen a
que criterios usaron para producirlos de esa
una vida social que va más allá de la mera acti-
manera y ubicarlos en esos sitios específicos?
vidad de moler semillas. Las voces y el sonido
¿Cómo se relacionaron las necesidades de las
de las herramientas de piedra moliendo nos di-
mujeres con el proceso de su fabricación y con
cen que hay grupos de mujeres trabajando a
los fabricantes?
distancias definidas, un mismo sonido rítmico
Otro detalle de lo observado nos indica, clara-
circula por todo el valle. Se crea, así, una serie
mente, una relación cultural de ocupación y
de secuencias prácticas: formas de actividad en
apropiación del lugar por los grupos que lo con-
las cuales las mujeres del grupo social o de los
vierte en un territorio. Hemos visto que los mor-
distintos grupos (llámense: clanes, tribus o al-
teros y metates fijos se concentran en varios
deas) se relacionan e identifican entre sí, me-
lugares específicos de La Proveedora y el Ce-
diante una actividad, un espacio y un conjunto
rro San José. En todos los espacios donde se
definido de artefactos. De ahí que el mero uso
sitúan, encontramos manos completas y restos
de los morteros y metates fijos supone todo un
de manos a un lado o muy cerca de ellos, a dis-
conjunto articulado de relaciones y actividades
tancias de un metro o dos. Desde mi punto de
que se dan en un tiempo y en un espacio ad
vista, esto indica un claro sentido de ocupación
hoc.
y apropiación del territorio: la certeza de que se
Puede verse, de esta manera, que esos arte-
regresará al mismo lugar y se hallará la herra-
factos han sido elaborados para los fines de las
mienta en su lugar, explica la razón práctica por
tareas prácticas que cumplirán, de una relación
la cual las manos se guardaron cerca de los
espacial articulada, en función de su eficacia
morteros y metates. No era necesario transpor55
tarlas de un sitio a otro, podían dejarse ahí,
tivo mágico-simbólico de uso del artefacto?
puesto que se le consideraba un territorio pro-
Hemos
pio y se sabía, de antemano, que en la siguien-
(huicholes), por ejemplo, los diseños pintados o
te ocasión se hallarían en el mismo lugar; se
grabados sobre jícaras o bordados en los mo-
percibe, así, una conciencia territorial que impli-
rrales o prendas de vestir, al mismo tiempo que
ca una relación determinada con la cultura ma-
se conciben como una parte sustantiva de las
terial, en este caso: morteros, metates y ma-
mismas
nos. Lo significativo es la aparente larga dura-
“significan plegarias solicitando algún beneficio
ción con la que el patrón de uso parece repetir-
material o protección contra daños, o bien ve-
se a lo largo de un periodo muy extenso, que
neración hacia alguno de los dioses [...] son ex-
se extiende hasta el periodo histórico, como se
presiones de ideas religiosas que impregnan la
puede constatar a partir de los testimonios colo-
existencia íntegra de este pueblo” (Lumholtz,
niales como el del Capitán Mange de 1694
1986:325-326).
(1985:30-31).
En el sentido anterior, podemos proponer que
La presencia de los petrograbados, claramente
los diseños grabados sobre los metates fijos no
visible desde la llanura inmediata, funciona
son meras decoraciones neutras, sino parte
también como un dispositivo de apropiación te-
esencial de la funcionalidad del artefacto y
rritorial: pone de manifiesto en el paisaje los
están inscritos dentro de un simbolismo mágico
símbolos culturales de un grupo particular que
-religioso que los convierte en una especie de
se apropia del territorio. Los morteros y metates
plegaria que potencia sus propiedades útiles y
fijos, junto con los petrograbados, implican una
contribuye a que nunca falte el sustento. Ese es
manera bien definida de dejar una huella visible
un proceder totalmente semejante al de los zu-
sobre el territorio, huella que tiene un sello cul-
nis que decoran las jarras para el agua con di-
tural distintivo. En ese sentido, nos llama la
seños de animales asociados simbólicamente
atención que algunas de las grandes rocas usa-
con ésta, de manera que nunca les falte el
das como metates y morteros fijos, en La Pro-
agua para beber (Young, 1992:125-126).
veedora, tengan grabados rupestres en sus ca-
Los diseños grabados representan cérvidos fe-
ras laterales (Fig.12). ¿Es una forma gráfica de
meninos con los vientres sumamente abulta-
dotarlos con símbolos de identidad grupal?
dos, formando un gran semicírculo que pode-
¿Forma parte de un ritual de petición de abun-
mos interpretar como preñez. ¿Se asocia,
dancia de alimentos? ¿Forma parte del disposi-
simbólicamente, la abundancia de semillas y 56
visto
como
propiedades
entre
los
funcionales
wixaritari
del
útil,
silvestres recolectados y de semillas de maíz
Arte rupestre en el Cerro San José y los ri-
cultivadas con la fecundidad de los cérvidos?
tuales de petición de lluvia
Hasta donde sabemos, para varios grupos indí-
En el Cerro San José, el recorrido a pie y la ins-
genas del norte y occidente de México, entre
pección visual hacen evidente la confluencia de
los que destacan los wixaritari, el simbolismo
los factores característicos de la tradición Trin-
del venado está claramente asociado a la abun-
cheras: cuenca del Asunción y cerros volcáni-
dancia de alimentos y a la fertilidad: “El ciervo
cos; elementos especialmente favorables para
es el emblema del sustento y la fertilidad, por lo
el establecimiento y desarrollo de asentamien-
cual riegan con su sangre el maíz que ha de
tos culturales; aseguraban agua suficiente para
sembrarse, para fertilizarlo, siendo este el sacri-
el consumo humano, para el crecimiento de los
ficio más aceptado a los dioses, pues que sin él
recursos vegetales silvestres y para el posterior
no se obtendrá la lluvia, ni las buenas cose-
desarrollo de la agricultura de temporal en las
chas, la salud, ni la vida” (Lumholtz, 2006:34).
llanuras de inundación y de los agaves en las
De igual manera, en los mitos de origen de los
terrazas construidas sobre las laderas.
o‟odham, el venado es el primer alimento dona-
En febrero de 1694, el Capitán Juan Mateo
do por los dioses creadores a la gente (Bahr,
Mange describe la región de Caborca como
et. al, op.cit.) y en el mito de origen de la agri-
una tierra fértil e irrigada, con acequias, de
cultura, los venados juegan un papel de primor-
próspera
dial importancia (Saxton y Saxton, 1973). Como
(Mange, op.cit.:30-31). Relata que parte de la
veremos más adelante, este simbolismo parece
población se hallaba ausente porque “habían
formar parte de un patrón cultural que, con va-
ido a caza de venados y que sólo de las ran-
riaciones locales, abarca la gran región del No-
cherías propincuas y aquellas, se podía formar
roeste/Suroeste. De esta manera nos aproxi-
un pueblo de 600 almas” (Ibíd.:30). Agrega que:
mamos a la que la diferenciación funcional de
“Es el puesto cómodo y placentero para una
los espacios, al interior del sitio arqueológico,
misión […] tiene fértiles y feraces tierras todas
considerado como un todo, debe asociarse con
debajo de riego de acequias donde cogen mu-
la diferenciación temática e iconográfica del ar-
cho frijol y calabazas” (Ibíd.:31). La fecha de la
te rupestre.
visita nos deja ver que se trata de una abun-
agricultura
de
frijol
y
calabaza
dante cosecha de invierno. El Padre Sedelmair describe a Caborca en 1740 como una región próspera, habitada por más de trescientas fami57
lias, dedicadas a la agricultura, haciendo refe-
Puede observarse la abundancia de restos de
rencia también al cultivo de algodón, y a la ga-
herramientas líticas (talladas y pulidas) proba-
nadería mayor, principalmente (Pérez-Taylor y
blemente asociadas al procesamiento de vege-
Paz Fraire 2007:146).
tales, al procesamiento de presas de caza y
Otro aspecto especialmente favorable para el
sus derivados; puntas de proyectil, así como
asentamiento era la facilidad de acceso a mate-
distintos tipos de percutores y cinceles asocia-
rias primas básicas para la elaboración de
dos a la producción de grabados rupestres. Lo
herramientas líticas. Al sur de la Proveedora,
importante para nosotros será destacar la espe-
en dirección al Cerro San José, se localizó un
cificidad cultural que revistió la acción humana
afloramiento rocoso, utilizado, probablemente,
sobre el paisaje en estos sitios. Con el fin de
para la extracción de núcleos y el primer proce-
definir las áreas con importantes concentracio-
so de devastación de los mismos. Los objetos
nes de petrograbados, nombramos los conjun-
arqueológicos presentes en superficie son tanto
tos, presentes en la ladera oeste, en una direc-
lítica tallada: raspadores, núcleos, punzones,
ción N/SSE, comenzando con la letra “A”, en el
raederas, choppers y percutores, como lítica
extremo N. Se encontró a pie de cerro un com-
pulida, principalmente manos; cerámica decora-
plejo de grandes rocas alineadas, formando
da: Trincheras Púrpura sobre Café, Trincheras
una
Púrpura sobre Rojo, Policroma y Lisa con esco-
acuerdo con nuestra clasificación, pertenece a
billado interior (Amador y Medina, op.cit.; Bra-
los conjuntos “C”, “D” y “E”; lo llamamos: La
niff, op.cit.; Villalobos, op.cit.).
Plaza.
En su recorrido de superficie por los cerros de
El espacio de La Plaza está formado por una
La Proveedora y San José, la arqueóloga Bea-
espiral elipsoidal de 50 x 60 metros. Un dato
triz Braniff (Op.cit.) encontró en las cercanías
importante de esta especie de plaza, frente a la
de este último, lo que ha llamado un “taller de
ladera oeste, es que se forma una caja de reso-
lítica”, donde descubrió percutores que ella
nancia perfecta, que facilita y potencia la audi-
asocia a la elaboración de los petrograbados.
ción en todos los puntos del área circundante.
“Esta colección procede de un área contigua a
Esta propiedad acústica del sitio puede com-
una zona de petroglifos y muchos de los obje-
probarse empíricamente. En función de esa ca-
tos son percutores de piedra, los cuales induda-
racterística puede inferirse que el espacio de
blemente
“La Plaza” es especialmente favorable para las
fueron
utilizados
para
esculpir-
los” (Ibíd.:568).
espiral, rodeando una planicie que de
reuniones públicas y los rituales: permite que el 58
discurso verbal, los cantos y la música puedan
gar a lo que podemos definir como un estilo
ser escuchados desde cualquier punto de la
particular de arquitectura de espacios colecti-
extensa circunferencia; explica, además, que la
vos (Amador y Medina, op.cit.).
llanura inmediata al pie de monte haya sido ni-
La definida orientación de dos de los tres gran-
velada para fines de uso comunitario. Este ar-
des paneles rocosos hacia La Plaza, así como
gumento se sustenta, además, en el hecho am-
el hecho de que estos formen parte de un ali-
pliamente conocido de que numerosas plazas,
neamiento deliberado de grandes rocas con pe-
complejos arquitectónicos y juegos de pelota,
trograbados que configura una semielipse peri-
pertenecientes a sitios ceremoniales mesoame-
metral, nos lleva a la conclusión de que los
ricanos, coinciden en esas propiedades acústi-
grandes paneles grabados jugaban una impor-
cas.
tante función relacionada con el probable
En el caso específico del Cerro San José, des-
carácter ceremonial de La Plaza. Esta hipótesis
tacan estructuras bien definidas que son funda-
se fortalece con la observación de que la posi-
mentales para reconstruir la configuración cul-
ción vertical del panel principal está apuntalada
tural del sitio: a) terrazas y senderos; las cuales
por cuñas de piedra, para mantenerlo en un
permiten la observación del horizonte, la cons-
ángulo de 90°, respecto del suelo. El hecho de
trucción de casas u huertos, mientras que los
que se hallan seleccionado los paneles rocosos
senderos facilitan el acceso a las diversas es-
de mayor tamaño y los grabados se distribuyan
tructuras, construidas sobre la ladera, incluidos
dentro de éstos de acuerdo con la forma y ta-
los petrograbados, comunican los distintos pa-
maño de las rocas son indicadores de una in-
neles y áreas con las terrazas y la plaza; b) se
tención evidente.
observa una alta concentración de petrograbados que está en función de la abundancia de
Grabados rupestres del conjunto “E”
afloramientos rocosos de granito con pátina os-
Análisis formal: En el conjunto “E” se encuen-
cura, muy adecuados para la producción de
tra uno de los tres grandes paneles rocosos del
grabados; d) formas cóncavas y circulares en la
sitio que contiene grabados rupestres (Fig.13).
estructura de plaza, en la forma que se alinea-
Mide 2.5 x 4.0 m y tiene una orientación de
ron las grandes rocas para formar un espacio
200° (SSO). Está asociado directamente con el
público y en numerosos diseños de los petro-
lecho de los arroyos que se forman sobre la la-
grabados; e) morteros fijos detrás de los gran-
dera del cerro en tiempos de lluvias, creando la
des paneles grabados. Todo el conjunto da lu-
apariencia de que el agua brota de sus costa59
dos.
se representan en movimiento y no de manera
El análisis de las técnicas de grabado y de la
estática, tal como ocurre en todo el resto del
pátina arroja los siguientes resultados: dada la
sitio (La Proveedora-Cerro San José). Esto lla-
complejidad de las formas representadas, la
ma nuestra atención, en la medida en la cual,
dureza de la roca y la calidad y precisión de los
salvo tres paneles con grabados semejantes en
grabados, en la totalidad de los mismos se de-
el área “C”, no existe ningún otro caso de esas
bió utilizar una cuidada técnica de percusión
características en el total de zoomorfos que, de
indirecta, en particular: el delineado que da for-
acuerdo al conteo de Villalobos (Op.cit.), as-
ma a las líneas rectas y curvas continuas y el
ciende a 2030.
ahuecado para crear planos más gruesos de
El panel principal de este conjunto cuenta con
superficies libres de pátina. En las rocas graba-
once zoomorfos: cinco cérvidos y seis cánidos.
das se pudieron distinguir dos diferentes factu-
Interpreto a cuatro de los cérvidos como perte-
ras: grabado fino detallado y fino más inciso. La
necientes al género masculino, en función de la
única diferencia es la profundidad del grabado
cornamenta, abundante en tres de ellos, y al
que medimos con un vernier (0.5 a 2.5 mm).
restante como perteneciente al género femeni-
Las variaciones en el color de la pátina son
no, debido a la carencia de cornamenta y al
prácticamente imperceptibles. En función de la
abultamiento del vientre, que pudiera indicar
manifiesta unidad técnica, iconográfica, estilísti-
preñez. Las características de las cornamentas
ca y temática concluimos que el panel forma un
nos llevan a la conclusión de que la especie re-
conjunto intencional, claramente definido.
presentada es el venado bura (Odocoileus
El análisis de la representación da como resul-
hemionus) que se caracteriza porque éstas se
tado el predominio de dos tipos de figuras es-
bifurcan mientras crecen, ampliándose más
quemáticas, con sus subdivisiones: antropo-
bien hacia adelante, y son mayores que las del
morfos y zoomorfos, dentro de los últimos en-
venado de cola blanca (Odocoileus virginianus).
contramos cérvidos y cánidos. Ambos motivos
Además, la especie cazada ritualmente por los
se representan de acuerdo a las siguientes
o‟odham es la primera. La existencia del vena-
convenciones: frontal para los antropomorfos y
do bura en el territorio de la Pimería es referida
de perfil para los mamíferos, siguiendo el princi-
en la anónima: Descripción geográfica natural y
pio ya descrito. La diferencia particular de este
curiosa de la provincia de Sonora. Por un ami-
conjunto de cuatro paneles, únicos en todo el
go del servicio de Dios y del Rey Nuestro Se-
conjunto del sitio, es que los cánidos y cérvidos
ñor. Año de 1764, atribuida por algunos al Pa60
dre Juan Nentvig (Pérez-Taylor y Paz Fraire,
sentan máscaras. Sólo una de las figuras
op.cit.).
humanas tiene la cabeza diferente, con una es-
El panel de la derecha tiene un antropomorfo
pecie de penacho de una pluma. Cinco de los
con una vara en la mano, seis cánidos y un
34 antropomorfos portan varas en las manos.
cérvido. En los paneles a la izquierda del princi-
Estas figuras son semejantes a las que he des-
pal encontramos, en la posición más extrema
crito en el cerro más cercano al Cerro de Trin-
de la izquierda, a un antropomorfo apuntando
cheras y en el Cerro San José, lo cual nos
con su arco y flecha hacia el panel contiguo, a
habla de una unidad cultural más amplia, en
su derecha: una roca que contiene tres cérvi-
términos territoriales, manifiesta en el arte ru-
dos con cornamenta y un cánido.
pestre, que abarcaría toda la región fluvial de
Análisis narrativo: Abordo, ahora, el asunto
los ríos Magdalena-Altar-Asunción/Concepción.
del tema representado, para lo cual, describo, a
Regresando a la descripción de los grabados,
continuación, lo que parece ser una escena
encontramos que una de las figuras humanas
bien definida. Sobre la roca principal, un grupo
porta un arco y apunta hacia los cérvidos que
de 11 zoomorfos, dibujados de perfil, corren de
corren en dirección a él, seis de las figuras an-
izquierda a derecha; diferenciados por su forma
tropomorfas representadas levantan la mano
y tamaño, pueden distinguirse, claramente, en
derecha o izquierda, mostrando la palma de la
el grupo, cérvidos y cánidos. Se trata, como se-
mano al espectador –a manera de saludo- y
ñalamos, de la única escena en todo el sitio (La
colocan la otra mano sobre la cintura, formando
Proveedora-Cerro San José) donde los cérvi-
con el brazo un ángulo recto. Once de los an-
dos y los cánidos se representan en movimien-
tropomorfos flexionan los brazos en ángulo rec-
to.
to con las manos hacia abajo y las palmas
Encima, abajo y a la derecha de los animales
hacia atrás, sólo una de ellas, a la inversa, co-
que corren se ubica un gran grupo de antropo-
loca las palmas hacia el frente y los brazos
morfos esquemáticos que los rodean. Han sido
hacia arriba, en ángulo recto.
representados frontalmente, adornados con lo
Como hemos visto, a la roca principal pueden
que parecen ser diversos tipos de tocados y
añadirse otras tres que, debido a su contigüi-
máscaras, la gran mayoría de las cabezas de
dad, al motivo que representan y a la coheren-
las figuras están formadas por círculos (92%),
cia estilística del conjunto de las figuras, forman
de las cuales, 23 de los 34 (68%) son círculos
parte del tema representado (Figs.13 y 14). A la
concéntricos, interpreto que todas ellas repre-
derecha del panel principal, en una roca más 61
Fig.13. Panel con escena de cacería ritual del venado, Cerro San José. Foto, Dito Jacob.
Fig.14. Panel complementario de la escena de cacería, (lado izquierdo). Foto, Dito Jacob.
62
pequeña, se representó a un antropomorfo con
llamadas: bastones de rezo. La forma de éstas,
una vara en la mano, seis cánidos que parecen
la manera en la que las sostienen sus portado-
correr hacia la izquierda, en dirección a los
res y su actitud ritual nos conducen a esa con-
cérvidos del panel principal, para toparse con
clusión. Así, las figuras humanas representar-
ellos de frente, y en el extremo superior se re-
ían distintos tipos de especialistas rituales, por-
presentó un cérvido. A la izquierda del panel
tando accesorios mágicos: máscaras, tocados y
principal, en una roca de forma vertical, obser-
varas, correspondientes todos ellos a un tipo
vamos un antropomorfo con arco y flecha en la
específico de ceremonia. Fundo esta hipótesis
mano, apuntando hacia otra roca a su derecha
en el contraste con diversas descripciones et-
que contiene tres cérvidos y un cánido, corrien-
nográficas que se refieren a distintos aspectos
do en dirección de la roca principal del conjunto
relacionados con el tema de las ceremonias de
(de izquierda a derecha), siendo la parte más
petición de lluvia y abundancia de alimentos, y
rezagada de la manada (Fig.14). Las cuatro ro-
de la cacería ritual del venado que se le relacio-
cas grabadas forman una unidad visual, temáti-
na.
ca y simbólica, perfectamente coherente.
Russell llama a tales varas: “varas mági-
Propongo como hipótesis que la escena graba-
cas” (magicwands); de acuerdo con su investi-
da sobre el panel principal y las rocas contiguas
gación
en el conjunto “E” simboliza la cacería ritual del
akimelo‟odham del sur de Arizona (Sacaton,
venado. Al representarse de manera simultá-
1901-1902): “fueron fabricadas para sostenerse
nea distintos momentos de la cacería ritual:
en la mano durante ceremonias que tenían la
persecución, cacería y muerte de los venados,
intención de provocar la lluvia, curar a los enfer-
ceremonia y danza, estaríamos en presencia
mos o para usos [rituales] diversos” (Russell,
de lo que Snodgrass (1998) ha llamado imagen
op.cit.:108 traducción nuestra). Ruth Underhill,
sinóptica, para referirse a la manera de repre-
registra
sentar pasajes míticos en imágenes artísticas,
tohonoo‟odham; describe con mayor detalle
en las cuales se combinan distintos pasajes o
esas varas, relacionadas con las ceremonias
momentos de las narrativas míticas en una sola
de petición de lluvias para la cosecha de maíz
escena.
que se realiza con diversas variantes entre los
Desde esta perspectiva, el tipo de varas que los
grupos: wixaritari, nayeri, tepehuanos, cahitas,
antropomorfos estarían portando serían varas
akimelo‟odham, tohonoo‟odham, hopis y zunis,
ceremoniales con plumas de águila, también
todos ellos, hablantes de lenguas yuto-aztecas: 63
etnográfica,
prácticas
realizada
semejantes
entre
entre
los
los
...la ofrenda más típica [en las ceremo-
para el riego; transportados largas distan-
nias de petición de lluvia] era la vara, con
cias a las cimas de las montañas; empare-
plumas o decorada de otra manera, co-
dados entre los muros de las casas y las
nocida con el nombre de bastón de rezo.
kivas o colocados dentro de los nichos; dis-
Probablemente, debería ser llamada una
puestos bajo el piso o en los techos, dentro
invitación, más que una ofrenda, pues su
de las cuevas, sobre los afloramientos ro-
propósito era el de provocar la presencia
cosos o en templos construidos con pie-
o la bendición de [los espíritus] sobrena-
dras; colocados en un altar o alrededor de
turales. Mi impresión es que esta vara
una imagen o fetiche del maíz, como en las
era, en realidad, una representación de
imágenes de los Hermanos de la Guerra de
los deseados espíritus, reducidos a
los zunis o de la imagen en Walpi de la Mu-
esencias, en una especie de taquigrafía
jer del Amanecer o del fetiche del maíz en
mágica. Los zunis mencionaron clara y
Sia; sostenidos en la mano durante el cere-
repetidamente esta idea con las siguien-
monial o adorados en casa por un periodo
tes palabras: “…cuatro veces le di forma
determinado o de por vida, los bastones de
humana a mis varas emplumadas,” y al-
rezo son usados por los miembros de todos
gunas varas de Sia eran, en realidad,
los grupos ceremoniales y, en la región
caras pintadas (Underhill, y French,
oeste, por “los pobres”, incluso por los ni-
op.cit.:21. Traducción nuestra).
ños (Parsons, op.cit.:270 traducción nues-
De acuerdo con Parsons, entre los grupos pue-
tra).
blo -con excepción de los grupos tewa y tiwa-
Sobre el uso y el significado de los palos de re-
no existe ceremonia alguna en la cual los bas-
zo con plumas de ave, entre los wixaritari, rela-
tones de rezo no sean ofrendados o usados:
ta Lumholtz:
Efectivamente, puede decirse que el cere-
Consiste dicho objeto en un par de plumas
monial de los pueblo consiste en la fabrica-
de águila [y] de halcón, atadas a un palo
ción y ofrecimiento de bastones de rezo,
que les sirve de mango. Es incomprensible
acompañados de la oración y otros rituales.
para los indios el vuelo de los pájaros, es-
Enterrados en la milpa o el lecho del río;
pecialmente el de aquellas aves que se
escondidos bajo los arbustos o árboles, o
remontan muy alto, de las que creen que lo
en fosas; hundidos en el agua en los ma-
ven todo y lo oyen todo y que poseen
nantiales, estanques, lagos, ríos o represas
místico poder, el cual juzgan que reside en 64
plumas de las alas y la cola. A esto se debe
o‟odham, los pueblo, los wixaritari, así como de
que las plumas de águila y de halcón sean
numerosos grupos yuto-aztecas del oeste y
codiciadas por todas la tribus americanas, a
norte de México, y el suroeste de los Estados
fin de obtener sabiduría, valor y protección
Unidos.
contra los males que advierten. Las llama-
Esta posible escena de cacería ritual puede
das plumas de adivino, habilitan a este para
asociarse temáticamente con otros grabados,
ver y oír cuanto ocurre por, sobre y debajo
de un estilo similar, que se encuentran en otro
de la tierra, y con ayuda de ellas realiza sus
sitio de Trincheras, situado a 38 km de distan-
sortilegios mágicos, tales como la curación
cia, en el municipio de Pitiquito, cerca del ran-
de los enfermos, la transformación y meta-
cho llamado El Deseo (Fig.15). Ahí podemos
morfosis de los muertos, la aparición del
encontrar un petrograbado en forma de cérvido
sol, etcétera. Cuando quiere poner en activi-
junto al cual se grabó lo que parece ser la re-
dad las fuerzas sobrenaturales de sus plu-
presentación esquemática de un instrumento
mas, empuña la vara con la mano derecha,
musical que se usa en la cacería ritual del ve-
imprimiéndole generalmente ligero y trému-
nado, entre los diversos grupos yuto-aztecas
lo movimiento. Se supone que el poder de
del norte de México y el suroeste de los Esta-
las plumas emana de los golpecitos que se
dos
dan. No se encuentra sacerdote alguno que
akimelo‟odham, tohonoo‟odham, hopis y zunis)
no lleve en la mano una o más de dichas
(Bonfiglioli, 2011; García
plumas, y en las festividades se las atan a
rath, 2002; Seler, 1998; Viramontes Anzures,
la
2005).
cabeza
los
principales
ejecutantes
(Lumholtz, 2006:13).
Unidos
(nayeri,
wixaritari,
rarámuri,
Flores, 1994; Neu-
En su análisis de las pinturas rupestres del se-
Respecto del atado de plumas, usado por el
midesierto queretano, pertenecientes al llama-
makai (chamán), entre los tohonoo’odham,
do: Estilo Rojo Linear Zamorano, Carlos Vira-
Lumholtz relata que consiste en cuatro plumas,
montes (Op.cit.:383-388) propone una interpre-
atadas de dos en dos, que se toman por las
tación cercana a la nuestra. Las figuras antro-
puntas inferiores y se agitan suavemente hacia
pomorfas representadas son sumamente es-
adelante y hacia atrás (Lumholtz, 1990:37). Co-
quemáticas y semejantes a las que describimos
mo podemos ver el uso ceremonial de los bas-
en el Cerro San José: también parecen soste-
tones de rezo con plumas es fundamental de-
ner en la mano varas y sus cabezas estar ador-
ntro de todo el espectro ceremonial de los
nadas con tocados, algunos de ellos en forma 65
el tocado parece representar una cornamenta. Un atributo singular lo constituye una línea circular dispuesta a manera de “aura” alrededor del círculo sólido que forma la cabeza; cuando este es el caso, en la mayoría de las ocasiones el atavío se desplanta directamente del círculo exterior (Ibíd.:385). Curiosamente, la forma de la cabeza de los antropomorfos representados es semejante a la que encontramos en el complejo Trincheras. Acerca de los bastones o varas que portan las figuras y la representación esquemática del instrumento musical, Viramontes señala: Otro atributo significativo lo representan unos artefactos con apariencia de bastones cortos que muchas de las figuras sostienen […] a veces son tan largos como las figuras mismas […] con frecuencia también incluFig.15. Petrograbados en forma de venado e instrumento musical, el Deseo. Foto, Dito Jacob.
yen un diseño que hemos observado únicamente en esta región: se trata de una serie de pequeños triángulos dispuestos uno al
de círculos radiados. Eso implicaría, en un nivel
lado del otro para formar una hilera.
muy general, convenciones formales comparti-
En la gráfica rupestre de la Peña Pintada I,
das para la representación de las figuras y sus
de la región de Tomatlán, se observaron
atributos. Retomo algunas de sus descripcio-
también hileras de triángulos dispuestas
nes:
por lo general en pares, vinculadas con los
La mayor parte de las veces la cabeza os-
huesos mellados del venado, que entre los
tenta adornos a manera de “tocado”, en
huicholes es emblema de sostén y fertili-
ocasiones compuestos por dos o más líne-
dad, puesto que en la mitología de ese gru-
as que parten de ella […] en ocasiones, el
po alguna vez el maíz fue un venado y su 66
cuerno el peyote original; Lumholtz sugiere que el metatarso mellado de este animal, al rascarse contra el hueso escapular del mismo, puede producir un fuerte sonido que acompaña la canción de la cacería; el sonido sería el señuelo con el cual se atraería el venado hacia la trampa. Por su parte, también Seler (1998) apuntó que la noche anterior a la caza del venado los chamanes huicholes emplean un instrumento musical denominado kalatsikí, esto es, sonajas de huesos huecos con incisiones que hacían sonar sirviéndose de un omóplato, unos y otro de venados; este instrumento musical era similar al omichicauaztli de los antiguos mexiFig.16. Instrumento musical hecho con huesos de venado. Dibujo de Daniel Amador a partir de Lumholtz, 2006.
canos y según los huicholes tenía la virtud de atraer a los animales a las trampas (Ibíd.:385-386). Como puede verse, el uso ritual del instrumento
Russell describe las características de ese ins-
ha sido común a diversos grupos, entre los cua-
trumento entre los akimelo‟odham, y presenta
les se cree que tocando ese instrumento, los
la fotografía de cuatro de ellos:
cazadores dirigen los venados hacia las tram-
El palo con muescas o palo raspador tiene
pas. De acuerdo con lo observado por Lumholtz
como uso general llevar el ritmo durante el
entre los wixaritiari: “Se considera procedimien-
canto de las canciones ceremoniales. Una
to muy eficaz para hacer caer al venado en la
punta del palo es colocada sobre una canas-
trampa, el frotar dos huesos estriados de vena-
ta, volteada hacia abajo [a manera de caja
do, a fin de producir un ruido que sirva de
de resonancia] y otro palo o un hueso esca-
acompañamiento al canto de los cazado-
pular de venado se frota rápidamente sobre
res” (Lumholtz, 2006:109) (Fig.16).
las muescas, el sonido que resulta de este 67
instrumento de percusión compuesto puede
taría argumentos en favor de la importancia ri-
ser comparado al del tambor redoblante. Sin
tual de la presencia del quincunce en el arte
embargo, normalmente, se sostiene en la
rupestre de los sitios de Trincheras.
mano y se raspa con un palito, usado para
Por su parte, Lumholtz narra que, en la región
ese propósito. Estos instrumentos son tan
de Caborca, la fiesta del sahuaro, cuya finali-
importantes en las ceremonias de la lluvia
dad era la petición de lluvia y una cosecha
pimas que, comúnmente se les refiere como
abundante, estaba vinculada directamente con
“palos de lluvia” (Russell, op.cit.:167).
la cacería ritual del venado bura, al cual la gen-
En la región de Bavoquivari, cerro sagrado de
te se refiere como buro. Durante la danza, los
los tohomoo‟odham, Lumholtz narra el uso de
hombres portan flechas y el canto se acompaña
dos palos raspadores, uno apoyado sobre una
con la música que produce el makai, usando
canasta invertida, a manera de caja de reso-
los palos raspadores; un festival similar se lleva
nancia, para producir música y acompañar el
a cabo entre los grupos indígenas que viven al
canto de un makai,durante una ceremonia de
oeste del río Altar (Lumholtz, 1990:147-148).
curación de un hombre enfermo (Lumholtz,
Los tohonoo‟odham dieron el nombre de khuijin
1990:35).
a la cacería ritual del venado. Ésta se llevaba a
Carlo Bonfiglioli refiere el uso de un instrumen-
cabo uno o dos días después del solsticio de
to, muy similar al anteriormente descrito, entre
verano, cuya fecha es importante, entre otras
los rarámuri (tarahumaras) del Alto Río Concho,
muchas cosas, porque marca el inicio de la
denominado entre ellos sipíraka (Bonfiglioli,
temporada de lluvias. Dentro de los cantos y
op.cit.:73-110). Bonfiglioli describe en detalle
danzas que formaban parte del ritual, utilizaban
las ceremonias en las cuales es utilizado por el
el instrumento referido, llamado raspador, en
especialista ritual sipáame (el que raspa). Lla-
conjunción con otro en forma de jícara –a ma-
ma particularmente nuestra atención el hecho
nera de caja de resonancia-, los cuales acom-
de que entre los rarámuri el instrumento lleva
pañaban la danza nocturna, posterior a la per-
grabado el símbolo del quincunce, por conside-
secución
rarse que representa, los rumbos del universo y
(Odocoileus hemionus) (Paz Frayre, 2010:275).
es, justamente en los puntos cardinales, “donde
De acuerdo con Doña Alicia Chuhuhua, la cere-
se activa la comunicación con los seres celes-
monia tenía la finalidad de propiciar la lluvia:
y
cacería
del
venado
bura
tes” (Ibíd.:82). De ser compartida esta creencia
Para ellos [los pápagos], en aquel tiempo,
por las tradiciones indígenas sonorenses, apor-
con la tradición, para el 24 de junio nos 68
veníamos acá al Álamo. Ahí, veníamos a
posterior introducción del caballo, su tradición
danzar para llamar al agua […] La Danza del
puede rastrearse hacia el pasado prehispánico.
Buro, y se danzaba, yo creo que una noche
Existen numerosas referencias a la cacería tra-
nomás se danzaba, que yo recuerdo era una
dicional del venado bajo la forma de la persecu-
noche. Cuando llegábamos a Las Calentu-
ción hasta un cerco de encierro donde se le
ras de vuelta, ya estaba la lluvia, y para es-
mata. Este modo de proceder cobraría sentido
to, ya tenían preparada la tierra […] Para
en relación con el panel grabado que analiza-
eso, tenían que corretear al animal [venado],
mos, donde los venados parecen ser persegui-
al buro, lo buscaban; y ya trayendo el animal
dos con la ayuda de perros, siguiendo la moda-
iniciaba. En aquel tiempo había mucho buro,
lidad de cacería, caracterizada por la persecu-
llegaban a agarrar uno o dos animales. Eran
ción y la muerte ritual.
los jóvenes quienes iban por el buro, los
Acerca de la forma que adquiere la danza del
jóvenes de aquel tiempo, iba Matías, Pedro,
Ví’ikita, realizada por los tohonoo’odham cada
Ángel, eran unos 3, 4 los que salían todo el
año en el mes de agosto, en la comunidad de
tiempo a traer al buro […] Tenían un caballo
Quitovak, y destinada a obtener una lluvia
especialmente para eso. Porque lo corretea-
abundante, Jacques Galinier refiere el uso de
ban, hasta que lo alcanzaban […] El animal
lanzas o, posiblemente, bastones de rezo de-
tenía que estar vivo, lo lazaban vivo. Tenían
ntro de ella, señalando que sirven para propi-
que correrlo, correrlo y lo lazaban vivo, lo
ciar la lluvia:
tumbaban y lo picaban, lo mataban […]
…la danza para pedir lluvia se efectuaba en
Cuando traían al buro lo cocían sin sal, lo
la noche. Los hombres y las mujeres forma-
ponían a cocer allí, ahí abajo del mezquite
ban una fila perpendicular al oriente. En-
[…] Ya en la noche, pues se danzaba
frente de ellos estaba dibujada sobre el sue-
(Ibíd.:274-275).
lo una línea vedada de harina de maíz.
En el testimonio de Doña Alicia se ve claramen-
Había además cuatro músicos cantantes,
te la asociación de la cacería ritual del venado
quienes tocaban una corita. Los danzantes,
bura con el consumo comunitario de su carne,
con los perniles de sus pantalones enrolla-
la danza ceremonial para pedir lluvia y el inicio
dos hacia arriba, usaban delantales. Sus
de las labores agrícolas. Me parece también
brazos y torsos estaban decorados con líne-
importante destacar que la cacería asume la
as de arcilla, imitando al venado. Sostenían
forma de una persecución y que, no obstante la
flechas en una mano y lanzas en la otra; 69
rentemente estos objetos eran medios pa-
unas niñas de la casa, en que quedaban
ra obtener la lluvia. Los rostros de las mu-
sus músicos, algunos viejos y viejas,
jeres estaban rayados con polvo, sus bra-
haciendo a la sordina algún ruido con ca-
zos estaban manchados imitando al joven
labazas huecas, palitos y huevos, a un lu-
venado (Galinier, 1997:303).
gar muy bien barrido y aseado a bailar
Constatamos, en el conjunto de los testimonios
vestidas de blanco, o sólo en camisa, que
citados, la constancia de ciertos símbolos que
llamaban llamar a las nubes, porque lo
son comunes a los rituales de petición de llu-
hacían en tiempos de aguas, cuando pa-
vias y a los paneles con grabados rupestres
ran, y creían que a estas diligencias se
del Cerro San José. Asimismo, encontramos
paraban los nublados y daban el riego que
coincidencias de elementos, asociados a la ca-
necesitaban a sus sembrados. Pero fue
cería ritual del venado y a la petición de lluvias,
Dios servido, que lo supiesen los Padres
entre los petrograbados del Cerro San José y
Misioneros, a pesar del secreto con que lo
los del cerro El Deseo, además de los referi-
hacían y con el desengaño de su patenta-
dos: la serpiente del relámpago y el trueno, las
da alucinación, desterraron tal abuso
cadenas de diamantes que simbolizan a la ser-
(Pérez-Taylor y Paz Frayre, op.cit.:210
piente de cascabel, el quincunce y figuras
[100-101]).
humanas en probables posturas de danza ri-
Si no me equivoco, la anterior es la descripción
tual que completarían un complejo simbólico
más antigua con la que contamos acerca de
común.
las ceremonias de petición de lluvias para la
En los registros coloniales de los jesuitas, parti-
región norte y centro de Sonora.
cularmente en la Descripción geográfica natu-
A partir de los datos que arrojan el análisis for-
ral y curiosa de la Provincia de Sonora. Por un
mal (estilístico e iconográfico), la arqueología,
amigo del servicio de Dios y del Rey Nuestro
la etnohistoria y la etnografía, sostengo que: lo
Señor. Año de 1764 se relata la forma de reali-
sustantivo del espacio construido a partir de la
zarse la ceremonia de petición de lluvias entre
ladera oeste del Cerro San José obedece a
los o‟odham y tehuimas (pimas y ópatas), que
una función ritual y las figuras representadas
fue prohibida por los jesuitas:
en los grabados rupestres pueden haber juga-
Una entre otras [“supersticiones”] retenían
do un papel decisivo en el ritual, asociándose
aún hasta los Ópatas, no ha muchos años
su significado con los contenidos mítico-
muy célebre, y era entrada la noche, salir
religiosos, puestos en juego en las ceremo70
nias. Tanto en Mesoamérica, como entre los
del venado con la ceremonia de petición de llu-
grupos indígenas modernos de la región, todas
vias y cosecha abundante, rituales que se hab-
las diversas artes se conjugan para potenciar
ían llevado a cabo entre los tohonoo‟odham
los procedimientos rituales, darles un carácter
hasta tiempos recientes. Como hemos visto, la
vistoso, impresionante y agradable a los dioses.
cacería ritual del venado bura entre los
Considero que ideas y formas de proceder se-
o‟odham se iniciaba con la persecución del ve-
mejantes se daban en la ladera oeste del Cerro
nado, “corretear al buro” hasta atraparlo vivo, el
San José, al ser transformado el paisaje para
día 23 de junio, es decir, inmediatamente des-
construir un espacio ritual ad hoc: los grandes
pués del solsticio de verano. Coincidía con el
paneles grabados, al pie del cerro, el espacio
día de San Juan y marcaba el inicio del ciclo
elipsoidal, formado una estructura de plaza, al
agrícola. La danza que se realizaba la noche
mover y acomodar las grandes rocas que confi-
posterior a la cacería ritual del venado y la que
guran su perímetro, las características de exce-
se realizaba durante la ceremonia del Vi’ikita,
lente acústica que propician el uso ritual de la
tenían la finalidad de propiciar la lluvia (Galinier,
música y el canto, la danza y la recitación,
op.cit.; Lumholtz, 1990; Paz Frayre, op.cit.). El
además de un vestuario ritual adecuado y la
conjunto de ceremonias asociadas al ciclo agrí-
presencia de los grabados como portadores de
cola, en general, y al maíz, en particular, que,
imágenes sagradas.
además de la referida, incluía a la fiesta de
Sobre la ladera oeste del Cerro San José, llego
bendición y purificación del Vi’ikita, terminaba
a la siguiente conclusión: la temática de los tres
con las fiestas de la cosecha y con el ritual de
grandes paneles grabados tiene que ver con un
recitación, por el guardián de la tradición
complejo ritual de fiestas que se inician en la
(siniyawkum), de las tradiciones orales míticas,
fecha del solsticio de verano con una cacería
durante las cuatro noches más largas del año,
ritual del venado y la fiesta de petición de llu-
en el solsticio de invierno (Bahr et al. 1994:282;
vias asociada al comienzo de las labores de
Underhill, op.cit.:125).
siembra del maíz.
En relación con todo este complejo cultural, va-
Con pequeñas variaciones de detalle, estas
le la pena plantear la conveniencia de llevar a
fiestas son comunes a todos los grupos hablan-
cabo un estudio comparativo con el caso de los
tes de lenguas yuto-aztecas del Occidente y
wixaritari de Jalisco, pues se han encontrado
norte de México y del suroeste de los Estados
petrograbados en los que aparecen cérvidos
Unidos. Ruth Underhill vincula la cacería ritual
representados junto a figuras antropomorfas, 71
escenas que han sido interpretadas como re-
que pudieran ahuyentar a los animales y
presentaciones de rituales de caza, asociados
conducirlos a un lugar central; necesitaban
a la fertilidad. Existen precedentes de ese tipo
de un hombre experimentado que planeara
de estudios comparativos. A finales de los
el trabajo y asignara posiciones. Un hom-
años cuarenta, Ruth Underhill llevó a cabo un
bre así, era, naturalmente, un cazador exi-
análisis comparativo de los rituales de cacería
toso y en las áreas donde rige la visión
del venado y de las ceremonias del maíz, de-
extática, él poseería, además, un espíritu
ntro de la región denominada por la antropo-
auxiliar, una canción mágica y un fetiche
logía norteamericana de esa época como:
[…] (Ibíd.:28 traducción nuestra).
“GreaterSouthwest”. Underhill y French (1948)
Las ceremonias para propiciar la localización
encontraron una gran variedad de esas fiestas
del venado y lograr su cacería, eran, de acuer-
y una distribución muy amplia, que abarcan
do con Underhill, conducidas por un especialis-
desde el norte de Jalisco, en México, en su lati-
ta ritual que recitaba canciones y oraciones,
tud más austral, hasta los estados de Califor-
frecuentemente mostraba objetos sagrados,
nia, Arizona, Nuevo México, Texas, Utah, Ne-
ordenaba la presentación de ofrendas y dicta-
vada y Colorado, en los Estados Unidos, en su
ba las prescripciones rituales (Ibíd.:29). Los
latitud septentrional.
seres sobrenaturales invocados eran aquellos
Acerca de la cacería ritual del venado, la auto-
animales considerados por cada grupo como
ra destaca los rasgos comunes de los rituales
los guardianes del venado, principalmente, de-
entre los diversos grupos yuto-aztecas y propo-
predadores, asociados cada uno de ellos con
ne la siguiente idea:
uno de los cuatro rumbos del universo y el cen-
La caza comunitaria es el punto en el cual
tro, entre los zunis y los keres, por ejemplo: el
los agricultores y los cazadores-recolec-
puma del Norte, el coyote del Oeste, el lince
tores se acercan más. Es fácil imaginar que
del Sur y el lobo del Este, el águila del Arriba y
este método grupal para enfrentar lo sobre-
el topo del Abajo. Esa importancia ritual de la
natural precedió a las ceremonias del maíz
referencia a los rumbos del universo explicaría
y contribuyó a proveerlas con un patrón ri-
la presencia del símbolo del quincunce en el
tual. La gran cacería era una de las pocas
arte rupestre. Un segundo tipo de ceremonias
ocasiones durante las cuales los nómadas
de cacería del venado que se llevaba a cabo
se reunían para acciones en gran escala.
en las aldeas tenía que ver con la abundancia,
Necesitaban de la organización de manera
en general, más que con el éxito de una cacer72
ría inmediata (Ibíd.).
tenía que volver a su casa y decirle a la gente
En términos religiosos, el venado y el maíz
que él jamás debería cazar venados, que de-
están estrechamente vinculados, lo que puede
bería dedicarse a sembrar alimentos y cose-
constatarse en la mitología de los grupos refe-
charlos. Eso fue lo que ocurrió, el hombre
ridos. Entre los mitos de los tohonoo‟odham
buscó un buen pedazo de tierra y se dedicó a
sobre la cacería del venado, hay uno particu-
la agricultura. Ese es el origen de la gente a la
larmente interesante, se titula: “El venado bura
cual se le llama, hoy en día, agricultores.
captura a un cazador” (Saxton y Saxton
Como vemos, se trata del mito de origen de
op.cit.:227-231) y narra los siguientes sucesos:
la agricultura y refiere, entre otras cosas,
se cuenta la historia de un joven que no tenía
que ha sido aquel, no apto para la cacería,
aptitudes naturales para la cacería, a pesar de
el que se ha tenido que dedicar a la agricul-
eso, su padre intentaba, una y otra vez, ense-
tura y fue, justamente, el jefe venado quien
ñarle a cazar venados, así, aprendiendo a
le trasmitió la enseñanza. Este mito es, al
hacerlo, hirió a uno que se internó en el desier-
mismo tiempo, un mito de origen y una his-
to, el joven fue siguiendo al venado herido has-
toria de iniciación y adquisición de poder: la
ta una cueva, dentro de ella, lo perdió de vista,
cueva es el lugar sagrado donde ocurre la
pero encontró a un grupo grande de gente, ahí
iniciación y el venado, maestro animal de
dentro, sus habitantes lo regañaron por haber
los hombres, quien inicia al joven, dándole
herido al venado, a quien se referían como si
el don de hacer crecer a las plantas y, así,
fuese una persona, después de cierto tiempo
poder convertirse en agricultor. Todo ello
descubrió que todas esas personas eran, en
confirma una de las nociones simbólicas
realidad, venados y que él también se había
del venado como maestro animal de la gen-
convertido en uno.
te y a la experiencia de convivencia con los
Así, vivió entre ellos durante algún tiempo, has-
venados, en la caverna, como proceso ini-
ta que en una ocasión que todos salieron de la
ciático: adquisición de poder y sabiduría.
cueva, un cazador lo hirió a él, apenas pudo
Entre los nayeri y wixaritari un mito muy se-
escapar con vida y regresar a la cueva. Des-
mejante tiene una importancia central en su
pués de cierto tiempo sanó de sus heridas.
cosmogonía, se le asocia al origen del Sol,
Pensaba que le gustaba ser venado y no quer-
al ciclo del planeta Venus y al origen del
ía volver a vivir entre los hombres, mas, ines-
chamanismo (Neurath, op.cit.:162-164). Pe-
peradamente, el jefe de los venados le dijo que
ro de manera mucho más importante, la 73
asociación simbólica entre el venado y el maíz
secha. Existen muchas repeticiones, subdi-
articula las dos raíces de la cultura: la tradición
visiones o peticiones adicionales de lluvia,
de caza y recolección con la tradición agrícola.
de acuerdo con los intereses particulares
Así, en el mito de origen de la agricultura de
de cada grupo, pero las tres fases del ciclo
los wixaritari, la primera cosecha de maíz va
que representan el nacimiento, la madurez
acompañada del sacrificio de un venado que
y la muerte del maíz, siempre están pre-
es cazado por el dios Pálikata con la ayuda de
sentes (Underhill y French, op.cit.:15).
trampas:
Desde esa perspectiva, integrando todos los
El hermoso animal fue traído y toda la para-
elementos que hemos propuesto, podemos in-
fernalia ceremonial colocada sobre él; le fue
terpretar que las figuras antropomorfas de los
dedicada la ceremonia huichola completa.
grabados rupestres representan especialistas
Pálikata no se atrevía a ensangrentarse las
rituales llevando a cabo las ceremonias, aso-
manos, puesto que debía ofrecer sangre al
ciadas a la petición de lluvia y abundancia. Co-
maíz. Así que Matasúli (manos sangrientas)
mo hemos visto, sus atributos: las máscaras,
descuartizó al animal muerto. Pálikata ofre-
los tocados y el bastón de rezo, así como sus
ció la sangre a las cuatro direcciones y al
actitudes corporales, parecen estar referidos a
centro del campo de maíz, donde estaba
una práctica ritual; están presentes también en
puesto el altar; de esa manera se dio de co-
el arte rupestre atribuido a los pueblo ancestra-
mer al maíz (Zingg, 1998:111).
les (anasazi), pues, son semejantes a algunas
De la misma manera, si seguimos la argumen-
de las que aparecen en los grabados del Cerro
tación de Underhill, podemos vincular los ritua-
San José. En ambos casos se trata de una re-
les de cacería ritual del venado con las cere-
ferencia doble, tanto a los especialistas rituales
monias del maíz, y cuyos rasgos comunes en
que llevan a cabo la ceremonia, como a los se-
la gran región del Noroeste/Suroeste son los
res sobrenaturales que ellos simbolizan por
siguientes:
medio de sus atavíos, recitaciones, gestos y
El modelo de las ceremonias del maíz en el
danzas.
Gran Suroeste puede ser descrito en térmi-
En síntesis, tomando en cuenta todos los ele-
nos muy generales. Ellos celebran lo que
mentos estudiados, propongo el siguiente es-
podemos llamar el ciclo vital del maíz: su
cenario como el más probable: el sitio (La Pro-
nacimiento o siembra, su madurez o los
veedora-Cerro San José) parece ser de una
festivales del maíz tierno y la muerte o co-
larga ocupación, por lo menos a partir del Ar74
caico Medio (4500-1500 a.C.), la que parece
fundamental giraba en torno a la recolección
tener continuidad durante el periodo de Agricul-
de los productos de la estación referidos, a los
tura Temprana (1500 a.C.-150 d.C.). Durante
que en una etapa posterior se agregarán los
el Arcaico era un sitio para establecer campa-
cultivos de verano. La congregación de los di-
mentos estacionales, durante el verano, cuya
versos clanes posibilitaba y favorecía la reali-
finalidad productiva era la recolección de ali-
zación de rituales asociados con: a) propiciar
mentos vegetales que maduran durante esa
la lluvia y la abundancia y b) reiterar las alian-
época del año: pitahayas de los grandes cac-
zas de los clanes que aseguraban la fuerza del
tus columnares, frijoles de mezquite, brotes de
grupo y de ahí la hegemonía sobre el territorio.
cholla y nueces de palo de fierro, entre otros.
La producción de grabados rupestres debió de
Durante el Periodo de Agricultura Temprana
haber jugado un papel fundamental en las
(1500 a.C.-150 d.C.) y el de transición al perio-
prácticas religiosas colectivas, gracias a su vi-
do de ocupación Trincheras (200-750 d.C.), a
sibilidad (exhibición), permitía justificar un re-
las actividades anteriores debió agregarse la
clamo grupal sobre el territorio y permitía hacer
agricultura de temporal, que dependía de las
palpable y duradera la alianza entre los clanes
lluvias de verano e invierno: maíz, calabaza y
del grupo.
frijol. Comienza, así, una etapa de paulatina sedentarización y de una tendencia hacia la
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2006 “Elevated Spaces: Exploring the Symbolic at Cerros de Trincheras” en Religion in the Prehispanic Southwest, VanPool Christine S., Todd L. VanPool y David A. Phillips Jr. (Eds.), Alta Mira Press, Nueva York. Pp.135-145.
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Zinng, Robert M. 1988 La mitología de los huicholes, Secretaría de Cultura de Jalisco-El Colegio de Michoacán-El Colegio de Jalisco, México.
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Sesiones del Seminario Recorrido de Estudio por Teotihuacan
Miembros del Seminario, de izquierda a derecha: Mtro. Bruno DĂaz, Mtra. Isabel Archila y Dr. Alfonso GarduĂąo
Explicaciones de los trabajos en La Ventilla
Dr. Jorge Angulo y Dr. Daniel Flores
Miembros del Seminario.
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TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Proyecto Tlaloc Invitación a publicar Se invita a todos los investigadores interesados en temas relacionados con Tláloc y demás deidades de la lluvia y la fertilidad a enviar sus artículos. Los artículos y ensayos deben presentarse en el procesador de textos Microsoft Word, con letra Arial de 12 puntos e interlineado de 1.5. La extensión máxima debe ser de 20 cuartillas tamaño carta, incluyendo gráficas, imágenes, cuadros y bibliografía. Las páginas deben ir numeradas en la parte inferior. El título debe ir en mayúsculas y negritas. Se recomienda que el título del trabajo no tenga una extensión mayor de diez palabras. Todas las notas aclaratorias a pie de página tendrán su llamada en numeración corrida en arábigos volados. Estas notas no se utilizarán para referencias bibliográficas; su uso será exclusivamente para confrontar o añadir otra información que no pueda incluirse en el cuerpo del artículo. Los dibujos, mapas y fotografías se denominarán figuras (Fig.1, Fig. 2, etc.) y las gráficas se llamarán gráficas, así como los cuadros se llamarán cuadros. Las gráficas y figuras estarán preparadas para su reproducción, con una resolución de 300 dpi y se entregarán por separado del texto, debido a que si se incluyen no es posible trabajar con ellas para incorporarlas al formato final. Las figuras se acompañarán de un pie de figura, esto es, de un breve texto descriptivo que no exceda de tres líneas que se ha de anexar después de las referencias en el texto. Las imágenes deben tener autoría o referencia, misma que debe incluirse en la bibliografía. En el caso de derechos de autor, éstos deben ser solicitados directamente por cada autor y presentar la carta de autorización correspondiente. No se aceptarán imágenes de internet.
Modo de citar: Los comentarios y notas al pie de página sólo serán utilizados para realizar alguna explicación adicional e irán numerados consecutivamente y a un (1) espacio. Las referencias correspondientes a fuentes publicadas tanto en medios impresos como electrónicos (internet) se incluirán en el cuerpo del trabajo mediante el sistema “Harvard”, escribiendo entre 84
paréntesis el apellido del autor o autores, seguido de coma y el año, ej.: (Mesa-Lago, 2003). Cuando se trate de una cita textual, debe colocarse el número de la página de la cual se tomó inmediatamente después de la fecha, separado por dos puntos, ej.: (Mesa-Lago, 2003:45-46). Si hay varias obras del mismo autor publicadas en el mismo año, se mantiene el orden cronológico, diferenciándose las referencias utilizando letras, ej. (Mesa-Lago, 2003a) y (Mesa-Lago, 2003b). Las citas textuales de más de cinco (5) líneas serán incluidas en párrafo aparte a un solo espacio y con doble sangría. En estas citas no será necesario usar comillas. Las citas y/o referencias a comunicaciones personales escritas (cartas, oficios, correos electrónicos), las exposiciones orales (conferencias,
declaraciones
públicas,
etc.)
y
las
comunicaciones
personales
orales
(conversaciones y entrevistas) serán presentadas conforme a las mismas normas. Las citas textuales que ocupen menos de cinco renglones no se separarán del texto y se encomillarán; las de más de cinco renglones se separarán del texto dejando una línea en blanco antes y después, sangrando cinco espacios a la izquierda y a la derecha, se escribirán a renglón seguido, incluyendo al final de la cita la referencia correspondiente, siguiendo las indicaciones del inciso anterior.
Referencias bibliográficas: Se colocarán al final del texto ordenadas alfabética y cronológicamente, incluyéndose solamente las efectivamente citadas. En el caso de señalar varios textos de un mismo autor individual o colectivo, las referencias se ordenarán entre sí por el año de su publicación, colocando el más antiguo en primer lugar. Si dos (2) o más trabajos de un mismo autor (individual o colectivo) tienen el mismo año de publicación, se añadirá a éste un código alfabético (a, b, c,…) y se ordenarán entre sí siguiendo dicho código, por ej.: 1995a, 1995b, 1995c, etc. La bibliografía se desglosará de la siguiente manera: Ejemplo: Piña Chan, Román 1980 Chichén Itzá, la ciudad de los brujos del agua. Fondo de Cultura Económica, México. En caso de tratarse de una obra realizada por una institución oficial, se anotará según el siguiente ejemplo: Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI) 1992 XI Censo General de Población y Vivienda, 1990. Distrito Federal. Resultados Definitivos. Datos por AGEB urbana. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México.
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b) Las referencias de capítulos o de trabajos en obras colectivas, deberán contener los siguientes datos: nombre del o los autores, año, título del capítulo, ficha del libro, esto es: nombre del autor o autores, en caso de que sea(n) editor(es) o compilador(es) anotarlo a continuación; título del libro (en cursivas), editorial, ciudad. Páginas dónde se encuentra el capítulo. Ejemplo: Smith Stark, Thomas C. y Ausencia López Cruz 1995 Apuntes sobre el desarrollo histórico del zapoteco de San Pablo Gúilá. R. Arzápalo Marín y Y. Lastra (comps.) Vitalidad e influencia de las lenguas indígenas en Latinoamérica, II Coloquio Mauricio Swadesh, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pp. 294-343. c) Las referencias hemerográficas deberán contener los siguientes datos: nombre del autor o autores, año de edición, título del artículo, título de la revista en cursivas, volumen y número de la publicación, páginas en las que se encuentra el artículo. Ejemplo: Sen, Amartya K. 1992 Sobre el concepto de pobreza. Comercio Exterior, 42(4) Pp. 310-326. d) Las referencias digitales deberán contener los siguientes datos: nombre del autor o autores, año, [en línea], título del artículo, nombre de la revista en cursivas, número de la publicación, páginas en las que se encuentra el artículo, liga y la fecha de consulta. Ejemplo: Ortiz Díaz, Edith 2002 [en línea] Los zapotecos de la Sierra de Juárez: ¿antiguos orfebres? Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas 81. Pp.141-149. http://www.analesiie.unam.mx/pdf/81_141149.pdf#search=%22edith%20ortiz%22 [Consulta: 10 de octubre de 2006] Los subtítulos deberán ir en negritas en minúsculas. Todas las figuras deben tener su respectivo pie de foto y autoría.
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No se aceptará ningún artículo que no cumpla con estos requisitos. Toda correspondencia deberá dirigirse a la Dra. María Elena Ruiz Gallut al Instituto de Investigaciones Estéticas, Circuito Mario de la Cueva, s/n. Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.
De igual manera los artículos podrán mandarse a la siguiente dirección electrónica: seminario.tlaloc@gmail.com.
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