LOYOLA PONTE XUUX | AÑO 10 | NO. 38

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Había una vez una niña llamada Lulú. Tenía cinco años y era una niña imaginativa y alegre. Un día decidió agarrar su libreta favorita y una pluma e ir a explorar el jardín de la casa de sus abuelos, que era grande y emocionante. Ese día estaba nublado. Mientras caminaba, se imaginaba que estaba en un bosque encantado; como había mucho viento, se sentó a escribir en su libreta. Entonces se percató de que realmente estaba en una especie de bosque aunque no estaba segura si estaba encantado o no. Lulú se fijó en algo pequeño y brillante que bailaba al ritmo del viento, se acercó para mirarlo más de cerca y vio a una pequeña y hermosa creatura de piel morena y ojos negros y brillantes como dos pequeñas canicas. El hada vio a Lulú y desapareció. Lulú trato de seguirla pero era demasiado rápida y no la pudo alcanzar. Siguió caminando imaginando cuantas más creaturas hermosas podría encontrar en ese maravilloso bosque. Entonces miró hacia arriba y vio millones de esas pequeñas creaturas volando a través de los árboles y, esta vez, decidió esconderse y seguirlas. Después de cinco minutos de espionaje llegaron a una pequeña cueva, Lulú esperó a que todas las pequeñas hadas entraran y luego, a escondidas, ella entró. Era una pequeña ciudad construida con plantas y flores. Ese lugar era hermoso y Lulú no lo podía creer. Entonces, una pequeña hada se le acercó y le dijo con una voz baja y tintineante, -¿qué haces aquí?, si alguna otra hada te viera te sacaría en este instante, pero yo soy buena y te voy a dejar quedarte con la única condición de que te escondas. Ven, tengo un jardín muy grande y ahí te puedes esconder. – ¿Qué no eres tú la pequeña hada con la que me encontré en el bosque? – Dijo Lulú, – Sí– respondió la pequeña hada, y se fueron las dos juntas a casa del hada, entonces Lulú dijo – ¿Cómo te llamas? Y el hada dijo – Me llamo Mariana y ¿Cómo te llamas tú? – Yo me llamo Lulú. – Oye, necesito regresar a mi mundo dijo Lulú, – yo sé cómo hacerlo. – dijo Mariana. – Pero necesitas encontrar las dos llaves de las guardianas del portal, yo conozco un libro acerca de eso pero está en la biblioteca de la ciudad y tú no puedes ir porque te van a ver- dijo Mariana. – Bueno, ¿Qué tal si tú vas a buscarlo y yo me quedo aquí escondida? –

Sí. – respondió Mariana.

Después de cinco minutos, Mariana regresó con un gran libro gordo y se puso a leer -Para encontrar las llaves de las hermanas guardianas primero deben encontrar a las dos niñas que han logrado romper el hechizo y que viven en diferentes mundos. – No entiendo quiénes son las niñas. – dijo Lulú. – ¿En serio no lo entiendes? Somos tú y yo, piénsalo bien, tú pasaste de tu mundo al mío. – Cierto, – dijo Lulú y yo, siguió Mariana, soy del mundo de las hadas y tú de el de los humanos. – ¡CLARO! – Respondió Lulú, – ya entiendo, pero, ¿Cuáles son las llaves? – Pues yo sé una leyenda que dice que de donde viene el viento se esconden todos los secretos, pero no sé qué pueda significar eso.- dijo Mariana. – ¿Qué estabas haciendo cuando te vi por primera vez? – preguntó Lulú. – Estaba cortado unas flores que se llaman de donde viene el viento porque se mecen siempre hacia el lado opuesto al viento. – ¡Eso es! – dijo Lulú. – Tu llave es una de esas flores y apuesto a que sé cuál es la mía. – ¿Cuál? – dijo Mariana.


– Mi pluma porque justo cuando estaba escribiendo en mi libreta aparecí en tu mundo. – Pues ¿Qué esperas?, tu pluma esta en tu mano y yo aquí tengo una de donde viene el viento. Entonces juntaron las llaves, Lulú despertó y se dio cuenta de que todo aquello había sido un sueño.

FIN



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