Octubre 2010
RESPONSABLES DE LA EDICIÓN
Vicerrectorado de Cultura y Deporte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Servicio de Publicaciones y Difusión Científica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Fundación Canaria Teatro Pérez Galdós Teatro Cuyás COORDINADORA
Tatiana Padilla Moros TEXTOS
© cada autor ENTREVISTAS
Sergio Sánchez Rivero PORTADA
Pedro José Pérez Pérez FOTOGRAFÍAS
© cada autor DISEÑO Y MAQUETACIÓN
Red Comunicación Gráfica IMPRESIÓN
Litografía Gráficas Sabater, S.L. DEPÓSITO LEGAL
GC-20-2011 ISBN
978-84-693-9604-9
La llamada de la civitas ·
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Guillermo García-Alcalde
Conferencias Shakespeare: Un mundo de amor y locura·
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 11
Christian Santana Hernández
La tradición clásica en Shakespeare. Un esbozo ·
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 19
Gregorio Rodríguez Herrera
El espejo fugitivo: Shakespeare en Verdi y Orson Welles ·
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 28
José Manuel González Pérez
La mujer en la obra de Shakespeare
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 44
Maureen Mulligan y Concepción Hernández Guerra
La locura en Shakespeare
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 56
Juan Antonio de la Nuez
El poder en la obra de William Shakespeare ·
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 59
Jerónimo Saavedra Acevedo
Notas biográficas y entrevistas Guillermo García-Alcalde ·
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Christian Santana Hernández · Gregorio Rodríguez Herrera ·
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José Manuel González Pérez · Maureen Mulligan
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 67
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 71
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 73
Concepción Hernández Guerra · Juan Antonio de la Nuez ·
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 73
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 75
Jerónimo Saavedra Acevedo
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 77
Charla-Coloquio Darek Teatro: El Mercader de Venecia·
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 81
Representaciones El Mercader de Venecia. Darek Teatro en el Teatro Pérez Galdós · Sueño de una noche de verano. UR Teatro en el Teatro Cuyás
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 97
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 107
Proyección Trabajos de amor perdidos de Kenneth Branagh · Concierto de la Camerata (for) Shakespeare Dossier de prensa · Epílogo
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 115
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 123
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 133
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 141
Juan Cambreleng Roca
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La llamada de la civitas Guillermo García-Alcalde
La ciudad no es un contenedor de ciudadanos sino el flujo de ida y vuelta de ambos conceptos. La ciudad hace ciudadanos y estos dan sentido a aquella. Es un gran tema de la filosofía y de la historia que conviene no olvidar en los ciclos de intensidad del principio civil. Las Palmas de Gran Canaria finaliza la primera década del siglo XXI y entra en la segunda enfatizando su intensidad proyectiva como aspirante a la condición, por un año, de Capital Europea de la Cultura. El solo intento moviliza voluntades a partir de la sensación, mejor o peor formulada, de que hay que trabajar en común, promover un espíritu de colectividad civil que alumbre no una sino muchas ideas y acciones compartidas. La civitas terrena spiritualis de San Agustín excluye en estos casos a la civitas terrena carnalis. Esa umbra o reflejo de la ciudad de Dios (o civitas coelestis) arrasa la ciudad del diablo, dicho sea con humor y en límites de estricta laicidad. Por acuerdo previo, espontáneo o elaborado, las acciones comunes fecundan en el método integrador que modera el criterio de espiritualidad de la civitas. Es probable que el ciclo Descubriendo a Shakespeare, promovido por el Vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Las Palmas, y compartido por instituciones públicas o privadas además de ciudadanos particulares, naciera más de la espontaneidad que de la elaboración, y eso lo significa como expresión de las energías latentes que, de pronto, se reconocen, eclosionan y hacen ciudad. El detonante es un hecho azaroso: la coincidencia temporal de sendas piezas shakespeareanas en los escenarios teatrales de la ciudad, el Pérez Galdós y el Cuyás. El mercader de Venecia con que abre el primero su temporada 2010/2011, y El sueño de una noche de verano programado por el segundo con diferencia de pocos días, activan el ingenio de representantes culturales y políticos para definir un conjunto de convocatorias (conferencias, cine, coloquios, mesa redonda y un concierto) capaces de dilatar la fruición de la escena en vectores de conocimiento, análisis y debate. Hablamos, pues, de intertextualismo y transversalidad a partir de la estética teatral. Las capitales de Estado son espacios de un acontecer cultural más o menos rico, pero desbordan la dimensión en que el acontecimiento aglutina fuerzas potencialmente colectivas. Las ciudades-estado, como metafóricamente designamos a aquellas que, tal Las Palmas de Gran Canaria, distan de los grandes centros de gravitación y se autoproveen de casi todo, sí pueden ser capitales culturales por el tamaño del modelo y la eficiencia organizativa. Es obvio que no todos los ciudadanos, ni un número proporcionalmente representativo, acude a citas como Descubriendo a Shakespeare, pero el valor está en la posibilidad de estructurar y desarrollar el acontecimiento en un lapso temporal eficaz, y que los principales soportes de comunicación convengan en subrayar el preciso estatus de acontecimiento. En otras palabras, es la viabilidad del modelo la que concilia ideas y voluntades. De su naturaleza se deduce la proyección teórica a otras categorías del acontecer cultural, pero tam-
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bién ciudadano en su plural acepción —social, política, económica, religiosa, lúdica...— y afectando a todos los estamentos. San Agustín definía la ciudad como congregación de personas que reconocen unas creencias comunes. Articular adecuadamente el contenido de esas creencias más acá de toda metafísica y precisarlas como núcleo entre otros —pues aquellas que son comunes no agotan las individuales— es el objetivo que anima iniciativas como la shakespeariana, localizada en el poliedro cultural del mes de octubre de 2010 en esta ciudad-estado del Atlántico Occidental. Cuando Platón se pregunta en La República cómo agasajar a los filósofos que llegan a la ciudad, decide darles un caballo para que se vayan. Los filósofos, como los artistas, pueden no ser los mejores para gobernar la ciudad, pero resultan imprescindibles para dotarla de espíritu. La civitas terrena spiritualis necesita tanto de políticos como de artistas, pensadores, maestros, estudiosos, gestores del arte, investigadores y curiosos de todo orden. Las Palmas quiso en un momento dado asomarse al universo de Shakespeare como pudo hacerlo al de los científicos, los empresarios, los ingenieros, los economistas, los funcionarios, los pescadores o los agricultores..., lejos de toda mística y en la conciencia de que una acción humana dimanada de ideales conforma saber y experiencia universales. La historia de Europa es la de sus ciudades, mucho más duraderas como entes de cultura que por cualesquiera otras nociones, desde la guerra y la corrupción hasta la gloria y la opulencia. Todo pasa y se olvida, menos los bienes inmateriales del espíritu. El concepto de “capitalidad cultural” es único en la ronda anual de las prevalencias europeas. No coexiste con capitalidades económicas, ni urbanísticas, ni festivas, por aludir a otros campos. Este dossier recoge las ideas estimuladas por dos piezas de Shakespeare en la ciudad, como pudieron ser las de otro genio creador. A veces cuajan felizmente las ocasiones de la cultura, y pasan otras de largo, sin debate multiplicador. La chispa diferencial nunca salta sola sino por resonancia inmediata entre quien aplica la llama —la vicerrectora de Cultura Isabel Pascua Febles en este caso— y quienes la animan: el alcalde de la ciudad, el presidente del Cabildo, los responsables de los teatros Pérez Galdós —Juan Cambreleng y Manuel Pineda— y Cuyás —Juan Márquez y Gonzalo Ubani; los profesores Christian Santana, Gregorio Rodríguez, José Manuel González, Concepción Hernández, y Maureen Mulligan, el psiquiatra Juan Antonio de la Nuez, la musicóloga Rosario Álvarez o el mismo alcalde Saavedra con una ponencia sobre “El poder” en la obra del gran dramaturgo isabelino. También de manera sobresaliente, la música para o sobre él, en las voces de la excelente “Camerata for Shakespeare”, creada para este ciclo bajo dirección de Ulrika Törnros, con la base pianística de Juan Francisco Parra y la propia vicerrectora Pascua en la cuerda de sopranos… El devenir humano puede ser descrito como una red de llamadas cruzadas, que se asocian o contradicen: la llamada del amor, la de la fe, la del saber…; a veces, la llamada de la tierra como nostalgia de la inocencia original o del ser salvaje. También hay una llamada de la civitas, que es propia de la persona madura, resuelta a la participación que convierte el espacio físico en espacio de convivencia. El concepto de lo civil y la categoría de la civilidad son precipitado lógico y perfecto de la civilización. La civitas llama individualmente pero es crisol de lo colectivo y solidario. La llamada social, que puede ser reivindicativa, festiva o proyectiva dentro del gran mosaico que alinea los derechos fundamentales de la persona con los bienes quintaesenciados de la creación cultural, se manifiesta de muchas maneras. Una de ellas es la que detalla este dossier, cuya edición deja constancia de un modelo de cultura civil, no único ni acaso el mejor, pero expresivo de lo que la ciudad como sentido puede movilizar en los ciudadanos. No por un año sino todos los años.