8 minute read
KARLA GALVÁN: Una 'Dreamer' con Documentos que Hizo del Teatro su Pasión y de Cambiar Vidas su Desición
Por Mtra. Andrea María Guzmán Mauleón
Nacida de una madre mexicana y un padre peruano, Karla López Galván, mejor conocida como Karla Galván es una artista que ha logrado romper las barreras del lenguaje, de la inmigración y de los estereotipos.
Originaria de Ciudad de México, a la edad de tres años y por cuestiones económicas, emigró a los Estados Unidos de América con sus padres, su hermano y su abuela materna en busca de mejores condiciones de vida. Se asentaron en la Ciudad de Chicago, en Illinois, lugar en el que reside hasta la fecha.
Eran los años ochenta y Karla reconoce que en ese entonces no había apoyos para los inmigrantes en Estados Unidos como ahora, recuerda con mucha emoción que siendo una niña que apenas empezaba a hablar el español, tuvo que aprender a comunicarse en este idioma. Veo que el español de Karla es muy bueno, aunque su idioma prácticamente nativo es el inglés.
La familia López Galván llegó a Chicago a empezar de cero; aunque viajaron a Estados Unidos con visa, vivieron muy de cerca el pavor de ser deportados, el nerviosismo y el miedo de vivir como indocumentados.
Desde su infancia y hasta la actualidad, yacen en la memoria de Karla las imágenes de las redadas de migración. Cuenta que, en una ocasión, durante la jornada de trabajo, escondieron a su padre en un bote de basura para que las autoridades estadounidenses no lo detuvieran por ser ilegal.
“A los 5 años, en mi primer año de primaria, mi mamá decidió meterse como voluntaria a la escuela, como asistente para ayudar a los maestros… Entonces allí se pudo abrir un poquito para desenvolverse como líder y después adoptó una tropa de 'Girl Scouts'… Fue cuando mi mamá, por primera vez, pudo organizar un evento del Día de la Mamá, estos eventos sí se daban, pero pues con los güeros y en inglés; y mi mamá decidió hacer una celebración bilingüe para que los papás y las mamás de habla hispana también disfrutaran”, así relata Karla lo que serían sus inicios en el teatro musical.
Para esa celebración, la mamá de Karla decide ponerla a ensayar durante un mes una coreografía para bailar la canción “Un meneíto na' ma'” de la película “Águila o Sol” de Mario Moreno “Cantinflas”; esa sería su primera presentación en público y el inicio de la pasión que caracteriza a Karla hasta el día de hoy.
“Esta historia se la cuento a todo mundo y más cuando voy a las reuniones con otros actores, con gente que quiere conocer la historia de cómo surgió todo esto… Fueron varios ensayos, yo practicaba y practicaba hasta que llegó el Día del Festival... El teatro, pues un auditorio como cualquier otro de una escuela, con unas 50 o 60 personas… Un escenario que sí tenía cortinas, piernas, proscenio, luces… Me acuerdo que estaba todo oscuro, estábamos tras bambalinas y de repente empieza la canción, se abre el telón, se prenden las luces y empecé a bailar… Ese sentimiento que tuve allí bailando, mientras presentaba mi número, jamás lo voy a olvidar… Recuerdo que alcancé a ver el público y fue un sentimiento tan bonito, ver a tanta gente, escuchar una canción en español en una escuela en donde el idioma que se utilizaba predominantemente era el inglés, con todos esos cambios que había implicado dejar México y vivir en Chicago fue muy emocionante”; relata Karla mientras sus ojos se llenan de lágrimas.
Explica que esa sensación fue enorme, muy importante y sumamente significativa: “Cuando se acabó mi presentación, llegó el momento de recibir ese primer aplauso que para mí fue realmente emocionante y desde ese entonces dije: Yo ya sé lo que quiero hacer para el resto de mi vida. Quiero contar mis historias. Quiero llevar al público a ese mundo imaginario para salir de nuestros problemas del día a día; ahí empezó mi trayectoria”.
Nuevamente me permito compartir con ustedes, nuestros lectores de Desde la Sexta Circunscripción que Karla Galván es un orgullo para México. Esta conversación me conmovió muchísimo porque es una mujer “echada pa'delante”, que siempre sostiene que “quien quiere, puede”, ella ve cómo, pero lo logra; y no cabe la menor duda de que así ha sido.
Me cuenta que pasó un año, de 1993 a 1994, trabajando en la Ciudad de México como indocumentada porque ya era residente en los Estados Unidos. En ese tiempo también estudió Actuación en la escuela de la famosa actriz Patricia Reyes Espíndola y colaborando con personajes reconocidos como María Prado, Salvador Sánchez y Natalia Traven.
“Tomé todo lo que era actuación, talleres de telenovela, voz, expresión corporal, el método Strasberg (esta última es una técnica de actuación para que los actores conecten con los personajes que interpretan a través de su experiencia personal)… Y monté la primera obra que se llamó “En octubre los gatos tienen colita” de Alejandro Licona que se estrenó en el Teatro Stanislavski, en la Ciudad de México, bajo la dirección de M&M Estudios de Patricia Reyes Espíndola.”, comentó Karla.
Durante la entrevista, Karla compartió que su trayectoria actoral sí fue un poco difícil a su regreso a los Estados Unidos de América porque, como en todo el mundo, las posibilidades económicas marcan la diferencia entre poder estudiar ballet, modelaje y actuación. Ella recuerda que en su caso la decisión de su mamá estaba entre pagar la renta o pagar las clases extraescolares.
Cuenta que cuando entré a la High School, que es la preparatoria, pudo estudiar Drama y ahí tuvo la suerte de tener un muy buen maestro que la entrenó e incentivó su gusto por el teatro.
Posteriormente, Galván se graduó del Columbia College con una licenciatura en Bellas Artes donde sólo estudiaban dos latinos. Sin embargo, recuerda que aún con buenas bases y habiendo estudiado actuación formalmente, nunca le dieron la oportunidad de tener personajes más allá de la empleada del hogar o la ayudante, personajes que no le permitieron explotar su talento.
“Si no me quieren invitar a su mesa, yo me voy a crear mi propia mesa… Así inició Teatro Tariakuri en el año 2003”, comenta Karla.
Al paso de los años Karla se casó con un mexicano que conoció allá en Chicago. Tuvieron una hija que actualmente tiene 14 años y un hijo de 10 de años de edad.
Una de las anécdotas que más llamó mi atención fue una ocasión en la que, comprometida con el teatro y en busca de tener su propio espacio para vivir esta pasión, vendió la motocicleta de su esposo para tener recursos y seguir promoviendo este arte.
Actualmente Karla es dueña, junto con su familia, de la propiedad en la que se encuentra el Teatro TariaKuri, ubicado en el número 3117 de la Calle 63 en Chicago, Illinois. Comenta con mucha emoción que su esposo se dedica a apoyarla con la escenografía de los proyectos teatrales que encabeza, su hijo de 10 años fue aceptado tanto en el Joffrey Ballet School como en la compañía profesional de esta misma institución. Su hija quiere ser jueza federal y graduarse de Stanford.
Sin lugar a dudas, han conformado una familia digna de admiración y respecto, porque aún contra las adversidades, se han mantenido unidos y trabajando fuerte por objetivos en común.
Ahora también cuenta con un grupo de entre 25 y 30 niños que, becados al 100 por ciento en su mayoría, son alumnos de su escuela, en la cual cuenta con el apoyo de maestras y maestros que les otorgan clases de Acrobacia, Jazz, Canto, Actuación, Clowning, Tap y Teatro Musical.
También ha conformado un grupo de teatro infantil que se llama “Los Chilpayates”, que en sus inicios únicamente estaba integrado por sus hijos, sobrinos y ahijados pero que ahora cuenta con pequeños actores y actrices que van desde los cinco hasta los 15 años y que participan en la puesta en escena de obras totalmente en español.
Karla, sorprendida por la invitación para realizar esta entrevista, compartió sus más grandes logros, retos y vivencias en una videoconferencia que duró casi una hora y media.
No cabe duda que, es una mujer que sigue marcando la pauta tanto a nivel profesional como personal, con un gran corazón y un inmenso amor por México.
Finalmente quiero confesar que uno de los logros que me parece más importante en su trayectoria, es el hecho de que en el Teatro TariaKuri se presenten obras en español que, a través de pantallas, son subtituladas al inglés porque con su trabajo ha logrado atraer la atención de norteamericanos e inmigrantes de otros países del mundo.
Y como se lo dije casi al final de nuestra videollamada: Karla tienes nuestro reconocimiento, pero sobre todo, nuestro agradecimiento por cambiar la vida de tus alumnos que, a través de las artes, están desarrollando habilidades para tener un futuro mejor y demostrarle al mundo que todas las personas tenemos mucho qué dar si recibimos la guía y el apoyo necesarios durante la infancia y la adolescencia.
