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Salud Mental y Migración: Elementos para un Abordaje Psicosocial
Por Mtro. Cristian Quintanar Castro *
La migración en México tiene un impacto significativo en la salud mental de los migrantes, quienes enfrentan diversos desafíos que pueden afectar su bienestar psicológico. Algunos estudios indican una alta prevalencia de trastornos mentales en esta población, incluyendo depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático. Estos problemas se ven exacerbados por el limitado acceso a servicios de salud mental.
Estrategias de atención: La Secretaría de Salud de México, a través de los Servicios de Atención Psiquiátrica y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, ha desarrollado programas para atender la salud mental de migrantes, especialmente aquellos que pueden ser deportados. Estas estrategias buscan brindar apoyo psicológico a una población vulnerable a trastornos mentales.
Iniciativas en la frontera norte: La Comisión de Salud Fronteriza México-Estados Unidos ha implementado diversas iniciativas para fortalecer las capacidades en salud mental en la región fronteriza, incluyendo la capacitación y la creación de redes de organizaciones dedicadas a la atención y prevención de trastornos mentales.
Impacto de la migración en la salud mental: El endurecimiento de las políticas migratorias y las condiciones adversas durante el tránsito incrementan la vulnerabilidad de los migrantes a padecer problemas no solo relativos a su integridad física, sino también de salud mental, como depresión, ansiedad y estrés postraumático. La falta de acceso a servicios de salud adecuados y el estigma asociado a las enfermedades mentales agravan esta situación.
Estos datos resaltan la importancia de implementar políticas públicas y programas de salud que aborden las necesidades específicas de la población migrante en México, garantizando su acceso a servicios de salud mental y promoviendo su bienestar integral.
La disponibilidad de servicios de salud mental para migrantes varía significativamente entre regiones y países, y obtener cifras exactas puede ser desafiante debido a la diversidad de programas y la falta de datos centralizados. Es importante destacar que la demanda de servicios de salud mental para migrantes a menudo supera la oferta disponible. Además, factores como barreras lingüísticas, estatus migratorio y falta de información pueden dificultar el acceso de los migrantes a estos servicios.
El comentario sobre la demanda de servicios de salud mental superando la oferta se basa en múltiples informes globales y estudios que destacan una tendencia común: Los sistemas de salud a menudo carecen de la capacidad para atender adecuadamente a las poblaciones migrantes, especialmente en países de ingresos bajos y medios. A continuación, se detalla el razonamiento detrás de esta afirmación: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado repetidamente que los sistemas de salud mental enfrentan una falta de recursos a nivel global. En el contexto de los migrantes y refugiados, esta situación es aún más crítica, ya que muchos países no cuentan con servicios específicos para atender sus necesidades psicológicas únicas. Informes como el World Mental Health Report de la OMS y estudios regionales muestran que, aunque las poblaciones migrantes suelen tener mayores necesidades de apoyo en salud mental debido al estrés, trauma y desafíos de adaptación, las barreras (como la falta de acceso a servicios, estigma y restricciones legales) dificultan que estas personas obtengan la atención necesaria.
Un enfoque psicosocial es aquel que incluye un análisis crítico de las barreras estructurales que limitan el acceso a servicios de salud mental y propone estrategias para su eliminación. El abordaje psicosocial de la salud mental en migrantes debe considerar factores sociales, culturales, psicológicos y estructurales que afectan a esta población.
Un abordaje psicosocial es una perspectiva integradora que analiza la interacción entre los factores psicológicos (emociones, pensamientos, conductas) y sociales (entorno, relaciones, cultura, estructura social) para comprender y atender problemas relacionados con la salud, el bienestar o el comportamiento humano. Este enfoque no separa los aspectos individuales de los contextuales; más bien, los considera como partes interdependientes de un todo. En salud mental, un abordaje psicosocial busca no solo tratar los síntomas individuales, sino también intervenir en los factores sociales y estructurales que influyen en el bienestar.
Por ejemplo, en el caso de migrantes: Explora cómo el desarraigo, la discriminación o las políticas migratorias afectan su salud mental; reconoce la importancia de fortalecer redes de apoyo social y comunitarias; considera factores culturales en la interpretación de los síntomas y en la oferta de tratamientos; promueve intervenciones que combinen apoyo psicológico individual con cambios estructurales, como mejorar el acceso a servicios de salud mental. Sin duda que la elaboración de política pública al respecto es un reto que requiere de un trabajo multidisciplinario, que potencialice las capacidades no solo disciplinarias sino de las diversas estructuras estatales involucradas.
Mtro. Cristian Quintanar Castro: Doctorante en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV) en el área de historia de la educación y del conocimiento. Profesor de asignatura en la UNAM en ciencias sociales. Licenciado en psicología, UAM Xochimilco. Interesado en los procesos psicosociales de la violencia y el uso de la etnografía para el estudio de fenómenos sociales.

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