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Deportaciones Masivas Originarían Incertidumbre Económica, Política y Social en México
Por Bryan Eduardo Rivera Villalobos *
Donald Trump, en carácter de presidente electo, ha emitido discursos agresivos en contra de los migrantes que residen en Estados Unidos de América, cuyo carácter sea el de indocumentados, señalando iniciará una serie de deportaciones masivas en beneficio de su país; además señala y responsabiliza a México como el culpable de los altos flujos migratorios, de tal forma que parece que no comprende o sólo ignora la crisis global que se vive, pues los migrantes que cruzan la frontera de México hacia el país vecino vienen de todas partes del mundo, aunque claramente el mayor flujo corresponde a los países de América del Sur.
Sin embargo, deben cuestionarse las condiciones de pobreza y crisis extrema en que viven estos.
De igual forma, Trump, exige al gobierno mexicano medidas y resultados contundentes hacia los cárteles de la droga, donde, según él, es culpa sólo de México, como si su país no tuviese redes de distribución y narcotraficantes en su territorio, sin embargo, prefiere amenazar a otros países para que solucionen el problema, en vez de ofrecer un trabajo colaborativo internacional.
Frente a las amenazas de Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado que México recibirá a los migrantes mexicanos que sean deportados. Para esto se desarrollarán programas de apoyo que palien los escenarios de crisis y desesperanza, tanto para los migrantes como para el resto de la población, siendo los Estados del norte de México quienes amortiguarán, en mayor medida, el impacto de la deportación. Por supuesto que tal hazaña no será sencilla de llevar a cabo, pero es la correcta, es decir: Resulta imprescindible responder con medidas y programas que realmente combatan los efectos del capitalismo.
Al expresidente López Obrador le tocó resistir los embates que trajo la pandemia del COVID-19 con un sistema de salud decadente, producto de los gobiernos pasados, ahora la presidenta Sheinbaum debe afrontar la deportación de migrantes con una economía, sociedad y estructura política que no han logrado recuperarse de los periodos gubernativos neoliberales; esto ha retrasado y dificultado el ejercicio contundente de la Cuarta Transformación, pues ahora hay otro problema global: Las desmedidas decisiones de Trump, no sólo contra México o los migrantes, sino contra el mundo.
Estos escenarios de crisis y caos aumentan cuando se analizan las consecuencias de la deportación masiva de migrantes, pues, si bien estos, como señala la presidenta de México, no son delincuentes y no se les tiene por qué criminalizar, sí pueden ser un blanco y objetivo prioritario para los grupos del narcotráfico, es decir: para nadie es un secreto que los cárteles de la droga llegan a hacer reclutamientos forzados para engrosar sus filas de sicarios o narcomenudistas. De esta forma, muchas personas deportadas pueden ser víctimas de dichas prácticas si llegan a carecer de sustento económico y social.
Este tipo de problemáticas no sólo pueden ocurrir en México, sino también en otros países que presenten condiciones similares, es decir, toda América Latina. Por tanto, las propuestas gubernamentales serán un elemento clave para reducir el impacto social, económico, cultural y político.
Las propuestas del gobierno mexicano para tratar la deportación masiva son pertinentes a corto plazo, pues recibir a los migrantes y proveer condiciones para su existencia es una buena iniciativa, sin embargo, puede que los programas sociales no basten y sean poco útiles a mediano plazo, pues dicha deportación significa personas sin medios de vida y con condiciones adversas para su subsistencia.
El comercio informal puede llegar a ser una opción para los deportados, sin embargo, se requiere un programa económico- político sólido, quizá donde sea el mismo Estado mexicano quien realice un cambio de paradigma en cuestión de la producción nacional en ciencia, tecnología y explotación de recursos, de forma sostenible y sustentable, desarrollando empresas nacionales de alta calidad donde puedan ofrecerse miles o millones de empleos dignos no sólo para migrantes, sino también para el resto de la población, ahora bien, esto no significa que México adopte o desarrolle un capitalismo de Estado similar o igual al de China (a la cual le llevó más de 50 años poder ser la potencia mundial que es hoy), tampoco que se vuelva comunista, sino que genere betas de desarrollo a mediano plazo, lo cual puede contribuir a reducir los flujos migratorios; como dice Piketty: se requiere un Estado social, el cual puede ser un buen proyecto en la Cuarta Transformación.
* Bryan Eduardo Rivera Villalobos: Profesor Universitario maestrante en Gestión y Políticas Metropolitanas en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Investigador social de laceraciones sociales e idealidad económica, además de la construcción de paralelismos políticos e ideológicos y de dispositivos digitales como sujeción cultural en los jóvenes del siglo XXI.

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