Cuentos141115

Cuentos & Poemas SÁBADO 15 DE NOVIEMBRE 2015 • SIGLO21

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CUENTOS Y POEMAS SIGLO.21

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uCuentos

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MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y UNO

Edición

Martín Díaz Valdez A veces siento que vas a salir de cualquier esquina de esta casa húmeda y te vas a prender de mi cuello, y vas a oler mal. Vas a haber estirado mi camisa con tus rodillas por envolverte con ella sobre la silla como si emularas los pechos de la mamá que me llevaba al colegio. Las agujas de la iglesia desangran ahora la recreación de los días de tu primera inexistencia. Solo en un colegio de hombres puede volverse macabra la inocencia. Sin la testosterona regada por los raspones no se puede comprender la dentellada oscura del puño. Ellos me vencieron, doblaron a mi madre dentro de mí. Ahora soy más cuchillo, pero vos no vas a doblar las fotografías de las escaleras y sus bordes no son menos afilados, te lo juro.

Alguna vez soñé que me cagaba y el macanazo de mi padre/machete en el cuello y el modesto afro cachorro mientras recogía los trozos color café con el pantalón en los talones. Se derretían entre mis manos como todo aquello en lo que siempre creí estar bien plantado.

También me oriné en la cama alguna vez después de los 13 ¿te suena? Alguna vez metí un gol en esa torta de desierto y lloré después. Lloro por todo, ya sabés. Lloro por los dinosaurios que me confiscaron y por lo que hiciste con ellos cuando te fuiste. Lloré en la boda de Carolina cuando le puse la canción que le tenía jurada para su funeral. Escurro mi sal por la pirámide salvaje tratando de adivinar tus pies empuñados bajo su escudo de rostros ¿te acordarás de nuestra vida entre moléculas de aire quemante? Embarraste el cielo de un manotazo sobre las columnas y los campanarios con sed de alturas para que las nubes torcidas me dieran vértigo, todavía tenías algo manchado cuando nos conocimos y hablamos de porno y te lamí la frente en público, luego me dijiste que te habían dado ganas de salir corriendo, pero extendiste el mantel para hacer un picnic en este campo de tiro donde contarnos la maravillosa mentira del futuro.

uPoesía

PARA LEER EN LA TARDE...

Rubén Flores PERIODISTA

Ya va siendo la hora de partir, y te juro que quisiera quedarme atado a tu piel canela. Hacerme viento para rozar tu cuerpo, hacerme seda para cubrir tu carne.

El crepúsculo aún no llega, pero descubro en las sombras que dibujan los rayos del sol –traviesos lienzos de calor, al colarse entre las ramas de los árboles– las aristas de los edificios, que te extraño cual retoño de flor al rocío.

Eres la razón de mi paz en este lugar, pero también el bello tormento en la soledad de la distancia que nos separa.

Quiero estar en tu mirada, insolente, para que no me olvides. Meterme entre tu cama, incandescente para evitarte el frío, retozar en los pliegues de tu entrepierna, sacudirme dentro de ti. Poseerte.

Bañar tu espalda con mis manos y mi boca, comerme tus tetas, beberme tu amor, tu pasión.

Me das ganas de tenerte, me sacuden las hormonas del deseo que me provocas. Y te penetro. La danza es una mezcla de ritmos acelerados y lentos. Furia y ternura incomprensibles, irónicas.

La tarde me obliga a largarme, a decir que ojalá estas líneas fueran dedos, y la tinta, mis manos para tocarte.

uPoesía

PLAYA Rubén Flores Periodista

L

a playa tiene tendido al crepúsculo a sus pies,/ deformándolo con olas que atacan las arenas/

blancas.

Tiro la cabeza hacia atrás,/ la acomodo entre mi hombro izquierdo y el respaldo del asiento del carro./ Tu imagen se me hace enorme y/ la oscuridad deja ver estrellas infinitamente lejanas. / Tú las escondes, las opacas./ Camino descalzo y el sol me empuja océano/ tibio y espumoso, la noche se acerca y/ las arenas, fragmentos de soledades acicaladas con sal, pierden su brillo/ dejan espacio para sombras y siluetas que encuentran refugio./ Te doy un beso, y quiero quedarme ahí,/ atado a lo exuberante de tu perfume, prendido de la textura de tu ropa que más parece tu piel./ Una fogata enternece la imagen y le pone/ abrigo al viento./ Tus pies desnudos se enlazan con esas rocas milenarias Erosionadas por el tiempo./ Sacas las llaves de tu bolso, das la vuelta y te escapas a mi mirada./ Ruge el motor, las ruedas avanzan y el escape deja una/ estela química, sintética en la oscuridad./ Llego a ti, la hoguera arde. Yo también./ Invado el espacio entre tus piernas./ La tinta no se acaba, pero yo me quiero largar./ El calor me agobia, esta camisa me quema,/ el sueño quiere dominarme./

El bullicio me tiene harto, alguna gente también./ Me hago el loco. El mango que disfruto no lo disfruto tanto, está ácido./ Hoy es un día distinto, yo mismo no soy/ el de ayer, pero da igual./ Tu cabello hoy está recogido. Una cola lo apresa, como el café que te cubre/ las formas, que limita tu tormentoso/ cuerpo de mujer./ La boca me sabe a ti, las manos, los ojos./ La fogata se acaba, el mar se vuelve menos tenebroso,/ las estrellas se esconden, el auto se apaga. Un barco se aleja,/ las olas nos bañan, el sol nos acaricia/ y embriaga la piel que suda/ y que te extraña sin conocerte.

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uPoesía

A QUIEN CONMUEVA… Ferdy Salazar Alarcón Hola, soy yo… llegué hasta aquí, no sé cómo./ Lo cierto es que me lees…/ y aunque no con detalles,/ te recito lo vivo:/ Estoy en mi cuarto/ y me siento desbaratar,/ hasta siento al mundo disiparse;/ igual que vidrio,/ igual que vidrio mi vida se desploma,/ cae al suelo/ y cuando lo hace vuelve a unirse,/ se disuelve y se compacta,/ pero…/ ¡sigo siendo el mismo…!/ Alzo la mirada y veo la bombilla,/ le falta luz…/ volteo y veo la pared/ sigue sobria; / aunque…/ aún le queda un cuadro, / lo juzgo, ¡pobre!, está llorando./ Estoy de pie e intento abrir la puerta,/ pero no puedo,/ nos divide un gran abismo,/ lucho y lucho, y…/ ¡por fin!, he llegado; / forzó la chapa y es absurdo,/ ahora, siento que enloquezco intentado salir./

uCuento

Luego, / me apresuro a la ventana, / veo tras de ella y me sorprendo,/ hay todo un mundo;/ no sé pero… me alegra, / el día allá también es gris, / ¡creo saber que alguien me acompaña…! /

CANELA Rubén Flores ILUSTRACIONES: ALEJANDRO AZURDIA

Periodista

Q

u i e r o aprisionar aquel septiembre del 2000. Tú, una imagen bella y tibia, como la brisa del mar en un atardecer de verano con chispas de soledad; yo, unas letras que surgieron sin mayores sueños que los de existir efímeramente en ti.

Quiero aprisionar aquel camino gris con luces y aquel espacio que, por unos segundos, nos hizo uno.

Quiero aprisionar la oscuridad de aquel espacio de cinema, y redescubrir la suavidad de tus labios de mujer.

Vengo retrocediendo en el tiempo, pero avanzo al mismo tiempo y te veo a mi lado, caminando por unas calles que no terminan de ser nuestras, de soledades relativas entre revistas, de charlas entrecortadas, de besos a medias, de caricias que no logran madurar.

Quiero aprisionar tu cabello entre mis dedos, tus ojos en mi mirada, tu sonrisa entre mi boca y tu cuerpo entre mis ganas y ansias.

Acuso un deseo de tomarte completa para mí, y perderme entre el vértigo que imagino en tu piel, en el huracán que sospecho, provoca una cama contigo, en el torrente de laberintos para descubrir en tu carne.

Quiero aprisionarte entre mis brazos, que no puedas escapar hasta que ya no tenga fuerzas para asirte, hasta que se acabe tu mirada, hasta que aquel septiembre se me olvide, hasta que aquellas otras tantas letras no sean reales, y dejen de ser vigentes.

Agenda Literaria u13 al 19 de junio GABRIELA MISTRAL uDiego del Pozo dirigirá el conversatorio Vida y Poesía de Gabriela Mistral. La actividad se realiza en conmemoración de los 70 años de la entrega del Premio Nobel a la autora chilena.

Martes 17, a las 19 horas, en Sophos, 4a.av. 12-59, zona 10, local 1D, segundo nivel Plaza Fontabella. E. L.

CONVERSATORIO Cristóbal Pacheco, Mishaad Orlandini, Pablo Morales y Phillipe Hunziker participarán en el conversatorio El arte de vender libros en Guatemala. Miércoles 18, a las 19 horas, en Sophos, 4a.av. 12-59, zona 10, local 1D, segundo nivel Plaza Fontabella. E. L.

u

Disfruto ver la lluvia cayendo,/ el goteo de los árboles, / el susurro de sus hojas,/ la brisa que se cuela entre ellas…/ hasta siento que sienten frío, / ¡pobres, quién habrá que los cobije…!/ Alzo la mirada, veo el cielo, y / ¡sorpresa…!/ Todo es percepción, / es pura proyección; / pienso y / ni a la lámpara le falta luz, / ni la puerta tiene llave; / el día no quiere acompañarme, y,/ los árboles no pueden sentir frío…/ Solo soy yo, / soy yo quien se proyecta; / me reflejo en todo y a la vez en nada, / quiero salir de mí,/ ¡ya nada tengo!,/ en mi interior estoy / y solo busco el exterior;/ si alguien me oye,/ no sea indiferente,/ ayúdeme a sostenerme / y al vidrio que, junto a mí,/ poco a poco, / como lluvia sobre hojas,/ como viento colado,/ sigue cayendo…/ Atte. Yo…/