Cuentos & Poemas SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE 2015 • SIGLO21
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NO TE DETENGAS
Edición
Ariel Mota Guevara motaguevara@gmail.com
Si te has dicho que no puedes, Si has pensado que no debes, Recuerda que no estás solo, Te acompaña, quien hizo todo. Si has pensado detenerte, Si te han dicho ¡eres inerte!, No escuches, no te detengas, No desmayes, ¡no te detengas!
No te acomodes, debes avanzar, No te rindas, lucha sin parar, Sueña, cree y espera en Jesús, Él no se detuvo, al sufrir en esa cruz.
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NO SEAS ESCASO Ariel Mota Guevara motaguevara@gmail.com
¿Para qué ser un gotero? Cuando puedes ser una fuente ¿Para qué ser conformista? ¿Por qué no volver a soñar? ¿Por qué no abrir tus alas? Si puedes como águila volar ¿Para qué solo revolotear? ¿Para qué ser conformista? ¿Para qué dar un sesenta? Mientras puedes dar un cien, ¿Para qué ser conformista? Si puedes muchas cosas lograr. ¿Para qué decir no puedo? Si Dios está siempre contigo, ¿Para qué ser tan escaso? Dios es grande y abundante.
Agenda Literaria uActividades del 21 al 27 de noviembre PRESENTACIÓN u50 años de valor, amor, heroísmo o engaños son recopilados en Ecos de un teatro vacío: Viñetas de una era en Guatemala, de Anita Aparicio. Los comentarios estarán a cargo de Fernando González Davison. Lunes 23, a las 19 horas, en Sophos, 4a. av. 12-59, zona 10, Plaza
Fontabella. Entrada Libre. CLUB El club de lectura La desobediencia las hizo famosas, se adentrará en las páginas del libro Mi Antonia, de Willa Carter. Jueves 26, a las 19 horas, en Sophos, 4a. av. 12-59, zona 10, Plaza Fontabella. Entrada Libre.
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ILUSTRACIONES: ALEJANDRO AZURDIA
Si la angustia o el dolor, Si el cansancio o el calor, Te quieren hacer detenerte, Necesitas confiar y atreverte.
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LA MÁQUINA DEL TIEMPO Mónica José Oliva DPI: 2629 72778 0101
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l extraño ser se inclinó un poco y giró la manivela hacia la derecha, el grifo aminoró levemente la descarga. Me acerqué un poco a riesgo de ser reprendida. La luz manaba, aunque insuficiente, del fuego de las antorchas colocadas alrededor de la caverna. Aquel artefacto, al centro del recinto, tenía un aspecto opaco, parecía ser hierro, pero al estar aún más cerca se podría decir que era oro, aunque no tengo certeza pues las cosas allí abajo lucían completamente diferentes. Extendí la mano y toqué una esquina del aquel artilugio y lo encontré más cálido de lo que pensé. El Guardián tenía algunos de los rasgos de los humanos, aparentaba mucha edad, se movía lento, y en ese momento me daba la espalda mientras veía detenidamente los destellos que caían de la máquina. —¡Deja eso allí! —gritó; asustándome por lo repentino de su voz. Sus palabras sonaban antiguas, como si hubiese hablado hace mucho tiempo atrás, siglos tal vez, pero el sonido llegaba a mí hasta ese momento. —Si quieres ver algo mejor, ven acá. Me moví lentamente y alzó la mano como llamando mi atención hacia la incesante fuente. —Acércate —dijo—. Si tienes paciencia y esperas puedes tomar unos cuantos, los de quienes han escogido morir antes y devolver lo que se les tenía asignado, así no dañas a nadie. Tienen un ligero cambio de color, pero son igualmente hermosos. A veces es mucho, a veces es poco… espera… acá están, eso es. Extendió la mano, llena de arrugas de ambos lados, tomó una parte de aquello que parecía
polvo brillante, pero con un poco de atención se podía notar que no lo era, eran figuritas que a esa distancia no lograba descifrar. Después de tomar una muy pequeña porción, el Guardián lo contempló con dulzura y luego me lo entregó. Sin mediar palabra lo recibí. Resplandecía, cada granito de una manera diferente y en una intensidad única. Lo analicé tratando de encontrar las formas y entonces lo entendí, eran diminutos números. —¿Para qué son? —pregunté. —Eso, niña, cada quién lo decide. Lo que tienes allí es el tiempo. Y para ti y tu pueblo se está acabando. La llave se cierra a intervalos cada vez más cortos. El momento en que dejará de fluir se acerca y entonces vendrá algo nuevo, pero solo lo soportarán los que empuñan la valentía y la verdad. Ahora corre y dilo a tu reina. —Ella… ella ya no está más entre nosotros —dije, con pesar. —¡Oh!, ya veo... entonces es tu hora de tomar su lugar. —¿Eh? ¿De qué hablas? —De los tiempos que han empezado a cambiar.
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PERMANENCIA (Del libro Fúnebre y carnavalesco, de Leonel Juracán) La paz se restringe solo a este momento entre toda la mierda circundante: El momento en que la hoja cae asentándose en el centro del concreto. A pesar de la ciudad a pesar de las manchadas inocencias. El viento no espera por los autos y la luz ignora nuestros ojos desvelados solo queda el cielo que no calla su diálogo de formulas y prismas todo, mientras la hoja cae. La tarde ya no sabe de la náusea de la muda pesadumbre con que canta ese tronco de árbol con raíces a ambos lados del cual, una hoja pende y cae soñando en el otoño del asfalto y las aceras.
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MALDITA INQUISICIÓN
RIJOSO (Del libro Fúnebre y carnavalesco, de Leonel Juracán)
Rudy Morales Sánchez DPI 2303 17219 0101
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ncontrábase El Quijote, Leyendo El Popol Wuj Un Viernes de Dolores Con Hombres de Maíz Un Lobo Estepario De la Tierra a la Luna En Cuadros de Costumbres, Ansiaba Fuente Ovejuna El Señor Presidente Y sus Tres Mosqueteros Con Martin Fierro en la mano Miraba a Los de Abajo Soñaba con dar La Vuelta Al Mundo en Globo, o hacer Un Viaje al Centro de la Tierra. Pero el Conde de Montecristo Le dijo: haga lo que hizo El Príncipe Establezca Un Contrato Social Manipule La Pedagogía del Oprimido La Teoría del Psicoanálisis y El Tratado de Antropología; Provoque en La Republica Una Recordación Florida Que cause un Shock del Futuro Un Viento Fuerte y una Tempestad Que el Papa Verde se pondrá, Hasta con Ojos de Enterrado. Recuerde que esta es una Patria del Criollo Y la Vida es Sueño, que las Venas de Latinoamérica están Abiertas, y que Guatemala con su Interpretación Histórico-Social es toda una Metafísica De las Costumbres. Sin embargo, si no quiere ser Un Hombre Mediocre, que no sería Una Utopía, si quiere viajar Hacia una Moral sin Dogmas, con las Fuerzas
Morales a su lado, no invente una Divina Comedia, no haga Elogio de la Locura. Camine Más Allá del Bien y del Mal Acepte una Crítica de la Razón Pura Que se convierta en un “imperativo categórico”, adopte una posición del Ser y su Tiempo, que si sufre una Metamorfosis, sea congruente con la Teoría de la Evolución. Cuestione El Narciso y Goldmundo que llevamos dentro, conozca el Kamasutra, pero sea un Siddhartha en su proceder, entable Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, para que no le dé Nausea Una posible Rebelión de las Masas. No es pecado conocer Los Girasoles de Rusia, ni mucho menos las Confesiones de un Pequeño Filosofo, si al fin y al cabo El Caminante y su Sombra con toda su Genealogía de la Moral, llegará a una Voluntad de Poder. Esperamos un día que llegue el Correo del Zar, no importa si es por un Túnel En donde veamos la Aurora, y como un cuento del Decamerón, digamos con la Constitución en la mano Así me Nació la Conciencia, y ¡Guatemala Nunca Más!
Zafio, maula, ciruja, chazo, montés, raposo: Esta ciudad no es para ti, aquí no hay olor a niebla en la boñiga, aquí la tristeza es una herida siempre abierta. Lárgate de aquí, vuelve a tu pueblo, a sus calles apisonadas con pies descalzos, a sus cortejos fúnebres y viejas plañideras, a sus procesiones raquíticas de tambor con chirimía. La borrasca en estas plazas no es hija de huracán, ni son delirios fáunicos lo que aposenta en sus cantinas. Aquí morir solo es un black-out a media farsa, aquí los traficantes de tripas les nombran cirujanos, aquí las novenas no son por los difuntos sino por las balas, aquí los fantasmas solo son cifras de estadística, cada nueve segundos disparadas, aquí los zahoríes son adictos entusiastas repartiendo cocaína. No shumo desquiciado, aquí no está el destino, es mejor arriar ganado desde la joya al horizonte, mejor amarrar rastrojos bajo el aplastante sol de mayo, mejor rajarse el lomo con bagazo para ese panzón pisado. Al menos ahí el sudor es aún la honra de tu hombría y hasta cantar el gallo el sueño está blindado con fatiga, al menos ahí la tierra es tibia y la montaña todavía una cobija. ¿Qué hacés ahí, ahíto y tóo, gastando zapatos sobre este dinosaurio de concreto, con lázaro en los chayes y la trompa cada vez más tiesa. Si en cualquier parte del mundo la sangre vacía hoy las arterias, si este lugar es un basurero inmenso para todo sacrificio, si el fuego en el que ardemos ha tiznado hasta las nueves, si un espíritu caído solo es un inválido que alucina bajo candelitas de neón? Sí, paria, mendigo, ignorante, es inútil ofrecer nuestro dolor al cielo.