Reflexiones sobre lo doméstico

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REFLEXIONES SOBRE LO DOMÉSTICO

Recopilacion de trabajos de estudiantes Taller Sin Nombre Taller de Diseño IX-X, 2015


SAN JOSE, COSTA RICA. 2015

REFLEXIONES SOBRE LO DOMESTICO Recopilacion de trabajos estudiantes Escuela de Arquitectura Universidad de Costa Rica Taller de Diseño IX-X Taller Sin Nombre


Prólogo ..................................................................... 06 El cubo de Heidegger ..................................................08 Intus Domus.............................................................. 20 El rincón y la memoria .............................................. 30 La cocina y el Lar .......................................................44 Cartografías del Territorio ..........................................60 Fachada y Transición .................................................72 La rutina del Pasillo ...................................................84 Habitantes flotantes ................................................... 98 Unidad del espacio social ............................................ 110 El mueble: un mediador en el espacio........................... 122 Anatomía de ventanas ............................................... 134 Espacio Espejo ...........................................................144 La sombra ................................................................ 156 Una domesticación incompleta ................................... 166 Bibliográfía .................................................................... 186


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EL CUBO DE HEIDEGGER Victor Pereyra

h e ide gge r, h a bi tar, l a vi vi e nd a , r e f ugio, c a s a, viv ir, para di gma s soci al es, a r q u ite ctu ra li qu ida.

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Asumiendo la pregunta de Heidegger desde la dimensión radical que lleva al hombre, inexorablemente, a tener que poseer el objeto conceptualmente para construir la idea de su habitar. Esa dimensión de lo humano es el habitar. Nuestra vida radica en la permanencia. Mera condición humana. Meta del instinto de supervivencia. Sin embargo si algo hemos aprendido es que no existe nada estático. Ni los recursos y ni las lógicas que competen al entendimiento de la realidad. Todo tiene un fin. ¿No sería que apunta a tomar esta desafortunada desventaja como una cualidad en nuestra corta estancia temporal? ¿No sería mejor moldearnos con el tiempo en vez de resistirnos a este repentino asalto?

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Para Heidegger Habitar no es una actividad entre otras. No es algo que el hombre “haga”. No se trata de que el ser humano “exista” y, además, “habite” casas, grutas o edificios. Habitar es para Heidegger una manera de ser, una de las “formas” básicas que configuran su existir (existenciarios, según la terminología de Sein und Zeit[1]), como también lo son el “serpara-la-muerte”, la “comprensión”, el “encontrarse”, el lenguaje, entre otros. El ser humano no “existe” sin más: existe habitando, y es por ello que el hombre necesita cuestionarse su existencia en sí mismo para habitar un espacio. Pero lo primario es el habitar, y un habitar sobre la dimensión, cualquiera que esta sea. De allí que lo que Heidegger pregunte realmente sea ¿qué es el habitar humano?, llevando la interrogación al plano propiamente filosófico, es decir, al plano de lo que es.

En “Bauen, Wohnen, Denken”[2], por ejemplo, Heidegger se muestra, incluso, cómo el espacio originario del hombre no es en realidad el espacio abstracto de las ciencias. El punto de partida para la creación del espacio y los espacios humanos no es, precisamente, el acto fundacional de construir edificaciones que generen lugares, pero es únicamente a partir de la concreción material de la idea, no la edificación, si no la racionalización dimensional de esos lugares que hacen surgir los espacios existentes, mensurables. Construir no es llenar un espacio abstracto que estaba allí antes del hombre. Antes del hombre no hay espacio ni espacios en el materialismo dialectico: estos se manifiestan con el acto creador del reflexionar la idea, humano, que genera así direcciones y puntos de referencia que hacen posible a todo arquitecto el crear espacios nuevos, vinculadores de sentido.

1. Ser y tiempo. Heidegger, M. (1927) 2. Construir, pensar, habitar (Conferencia). Heidegger, M. (1953)

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Proceder de la paradoja del espacio, es una consecuencia de una errónea aplicación del esquema medios-fin en la relación entre el habitar y la materialización del espacio. Sería absurdo y, además, injusto decir que desde los planteamientos de la vivienda como propiedad estática se reconoce la trascendencia de la actividad humana sobre las condiciones espaciales. Del mismo modo, que tampoco resulta valido decir que la vida humana no tenga nada que ver con la organización del lugar y el espacio físico, y que ésta no sea imprescindible. Esto quiere decir, que la relación entre ambos: la organización espacial y el vivir del homínido, bajo la crítica posestructuralista, se entiende que no fue resuelto cabalmente esa relación existente entre el modo humano de vivir, su habitar, y la organización espacial, a la que Heidegger se refiere con la expresión “construir”.

conduce a algo “separado” que es el habitar. Con tal concepción, el espacio queda instrumentalizado, entonces, es entendido como un artefacto, que mantiene con el habitar del hombre meramente una relación de utilidad. En cambio, darse cuenta de que “el construir es ya en sí mismo un habitar”. Lógicamente, esto supone una nueva significación del construir, del tratamiento de la espacialidad del hombre, que va más allá de la versión funcional y utilitarista, de la que resulta la acción| degradante sobre el entorno espacial que hemos contemplado en muchos hábitats humanos. Pero, al mismo tiempo, el propio habitar humano deja de ser visto como algo que está después, separado y ajeno a la organización física espacial. Ambos pueden distinguirse, pero no están separados. A menudo pensamos en el habitar como una actividad, una acción, que se realiza junto a muchas otras que puede realizar el ser humano. Trabajamos, hacemos negocios, jugamos y, entre otras acciones más, habitamos. Pero ¿en qué consiste concretamente habitar? Probemos de aislar esta actividad del conjunto de todas las demás. Si procedemos así, encontramos que se va identificando simplemente con el “estar”, o simplemente con “ser”. El habitar es la forma de “ser”, de “estar” del ser humano en el mundo. Heidegger dirá que es “estar como mortal sobre la tierra”. Podríamos decir también que habitar es lo mismo que vivir. Es así, en primer lugar se nos ha sugerido que el habitar y el construir no son dos actividades que van una después de la otra. Habitar es construir. Pero inmediatamente lo que se construye es, sobre todo, la vida del hombre. Esto nos permite dar

Si partimos del hecho que: “en el caso del hombre que para habitar Construir y habitar están, respectivamente puestos en una relación de medios y fin”[3], es mediante este esquema estructuralista que estamos evitando que ambas actividades se unifiquen. No toda construcción, es reconocida como una vivienda, ni es reconocida como refugio para el hombre. El habitar humano excede la actividad de construcción material y ésta se relaciona con aquella como un medio a su fin. El esquema fin-medios también puede traicionarnos y deformar los rasgos esenciales de la relación entre habitar y el construir. Esto sucede si se entiende el construir como un “único medio”, es decir, como un básico “instrumento” y como un camino que 12

un paso en la respuesta a la pregunta por la morada del hombre. El sitio del hombre no es el lugar que él ocupa. Es un lugar que él se construye. Y lo construido es, sobre todo, su vida. No es difícil constatar que estas significaciones del habitar y su construcción conceptual han sido cambiadas, sin embargo su materialización física: “la vivienda”, no. Este proceso vislumbra como la estructura mecanicista de la vivienda industrial del siglo XVII esta conceptualmente intacta. ¿Por qué?: pese al proceso de transformación de los paradigmas sociales no hemos sido capaces de referirlo al ser y al estar del hombre, a su vivir. La crisis del Habitar procede de la desconexión del proceso de organización del espacio humano, el construir, con lo vital. El lugar del hombre es su espacio vital, el que él construye a lo largo de su proceso de vida y en el que ha de formar su morada filosófica. No se trata de un lugar físico, de un refugio materializado. Es un lugar que se edifica con nuestro comportamiento y nuestra concepción implícita. Por ello, se relaciona con lo que los griegos denominaban ethos[4].

3. Extracto de la Conferencia: Construir, pensar, habitar de Heidegger pronunciada en 1953 y publicada 3 años después.

Se pueden trazar tres de puntos de referencia para un nuevo entendimiento o comprensión de los espacios vitales: las necesidades, el ejercicio de la libertad y el desarrollo del conocimiento y la capacidad de análisis. Desde cada uno de ellos emanarían tres ámbitos de acción: el ámbito doméstico, el ámbito político y el ámbito tecnológico. A su vez, esas formas fundamentales de habitar se manifestarían en tres elementos arquitectónicos básicos.

4. Ethos: En todo ello hay un Ethos humano por cuanto a la manera de habitar, vivir el espacio natural, urbano, regional dado en las costumbres y tradiciones. Hay un Ethos humano por cuanto a la manera de habitar, vivir el espacio natural. No inherente a la construcción social, sino al cuestionamiento mismo del ser que forma al individuo. La “anormalidad” o también llamada anomia social como fenómenos que emergen para mal en toda comunidad, termina aceptándose como normal por la fuerza de la imposición de los hechos. 13


FALTA LO VIRTUAL sino también sus dimensiones. De la “casa” se ha pasado al “vivienda”, y de este como Hábitat. La búsqueda de una respuesta lo conduce inmediatamente a la actividad humana más estrechamente ligada al habitar, que es, sin duda el edificar la idea del “habitar”. Sólo que, dicho lo anterior, no puede concebirse la relación entre el construir y el habitar como una relación de medio a fin, sino como una relación de fundamentación: no se trata de que el hombre edifique para después habitar, no es que haya “descubierto” que sus especiales habilidades le permitían edificar casas que fuesen mucho mejores que las cuevas, sino porque a su ser le corresponde esencialmente el habitar, el hombre edifica sus moradas.

La vivienda era el ámbito de las actividades domésticas. Como tal, es el lugar de lo privado, que, sobre todo lo “privativo”, lo “necesitado”. La vida humana es, en primer lugar, una vida necesitada. El hombre debe realizar un conjunto de acciones destinadas a satisfacer necesidades físicas y biológicas: debe protegerse de las carencias fisiológicas. La vivienda era el lugar para cuidar de “lo necesario” para vida, es un lugar privado, un refugio. Tal concepción de “lugar”, sin embargo, ha cambiado de lógica, como consecuencia de que la satisfacción de las necesidades para subsistencia, lo privado, ha salido inmerso en el ámbito social. Esto se ve con claridad al observar, por ejemplo, la economía, que de pertenecer durante mucho tiempo al ámbito doméstico, pasa a convertirse en la época moderna en un asunto colectivo. A partir de ese momento se busca satisfacer las necesidades, no en casa o en el refugio, sino en el espacio social.

Nuestro habitar material, implícito, o aquél que cobra cuerpo a través de la edificación de nuestras objetos culturales[5] tiene su fundamento en este edificar poético y simbólico: según sea la medida que el hombre tome de sí, según sea el diseño que esboce a partir de su estar-en-el mundo, cobrará cuerpo su particular ordenamiento para la compresión racional del espacio, adquirirán formas simbólicas. Todo lo que erigimos tanto física como conceptualmente encarna la conformación material de nosotros mismos.

La autonomía legitima que el homínido busque sus propios intereses en la vida pública y social. Es más, lo que mueve la subsistencia social es el interés privado, pero la construcción del “habitar” solo se concreta llevando y legitimando esos intereses en las convenciones colectivas. Tal socialización de lo privado, que es, al mismo tiempo, una desestatificación de lo público, deja, en cualquier caso, sin contenido el espacio doméstico, que va quedando cada vez más vacío de contenido. El hombre satisface sus necesidades fuera del refugio. La consecuencia de esto es que se reduce el lugar doméstico, es decir, el tamaño del objeto, y no sólo en el número de que otros que interactúan, 14

Así, el hombre edifica porque previamente habita, y no habita porque edifique. Heidegger diría que edificar es, en realidad, una suerte de “modulación” del habitar humano, que este habitar es la particularísima manera en que los hombres son sobre a tierra y que se despliega en un “construir” doble: por una parte, en la construcción de los objetos en, con y entre los cuales se realiza este habitar (viviendas, edificios de diversa finalidad, y también todas las demás cosas) y, por la otra, en “lo quedamos por sentado como Natural” (por ejemplo trabajr la tierra que a su vez es efimero)[6] que nunca es algo dado “naturalmente”, sino que siempre necesita ser construido, es decir, realizarse dentro de la forma que le otorga la cultura. Todo esto nos indica que, para saber en qué consiste el habitar, hay que preguntar radicalmente qué es el “construir”.

6. Lo artificial de lo retóricamente natural: ( Jauques Derrida) Dado que el ser no es un ente, la “retirada del ser” como acto inaugural de la metafísica de la presencia actual del ente no puede ser deconstruida más que como retirada de la metáfora de la “retirada del ser”, es decir, como retirada de la estructura metafórica misma que sería la base de la posibilidad conceptual de la “retirada del ser”. Siendo más precisos, la argumentación última radica en que como «el ser no es nada, como no es un ente, no podrá decirse o nombrarse more-metaphorico» [Derrida 1989b: 57]. Y entonces, si con respecto al ser no se puede hablar metafóricamente, tampoco puede hablarse de él propiamente o literalmente. Lo que Heidegger llama la metafísica corresponde a una retirada del ser. En consecuencia, la metáfora en cuanto concepto llamado metafísico corresponde a una retirada del ser. Y crítica que siempre desea decidir no únicamente sobre el valor y el sentido, sino también sobre el juicio de valor en la misma critica, pues, también, esto evoca la concepción de la retórica y la estética. Por lo cual la propia significación no está delimitada a lo universalmente dado, sino a la creación conceptual o racionalizada.

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interfaces y dimencionalidades, que acabaran convertidas en un juego de oscilaciones y vibraciones. Pasaremos de las luces de neón a la imagen borrosa del cambio permanente. El habitáculo en continua transformación, ya no perteneciente a un lugar, sino a una dimensión. El arquitecto deberá diseñar sobre la base del que pasaré de ser sólido y estático, a entenderse como energía en permanente transformación.

Al otorgarle dimensiones concretas y darle una forma al espacio abierto entre una singularidad material: “cielo” y “tierra”, el hombre está “construyéndose” a sí mismo: es el acto fundacional del edificar o desarrollarse y, por lo tanto de su habitar. Cuando aún no construía “casas”, el hombre tuvo que edificar un cobijo simbólico, cultural, poner un techo conceptual y darle sentido a su existir: no otra cosa es el mundo de los primeros homínidos pensantes, viviendo en grutas pero sin embargo dentro de un mundo complejamente organizado, medrando per se, con puntos cardinales habitados por hitos simbólicos, con inframundos y supramundos, con cosmogonías, relatos de origen y del final, en fin, un mundo de extraordinaria fuerza poética, con una arquitectónica no material sino simbólica, pero no por ello menos real y sólida. El habitar del hombre es idílico (¿será idílico la palabra?), y paradójicamente adimensional. Incluso quizá el término “construcción”, ligado inconscientemente a la solidez de lo permanente como un valor, desparezca y sea substituido por un término mucho más pasajero que potencie precisamente la movilidad y la adaptación al tiempo real. Todo se vuelve enormemente complejo y muy lejano a nuestra comprensión newtoniana, pero la realidad cuántica provocará en el futuro cambios profundos en nuestra vida, y la arquitectura, en tanto herramienta fundamental para tejer las sociedades en espacios de vida y comunidad, deberá con anticipación, entender primero y proponer después. Arquitectura más líquida (realidades liquidas [7]), ¿será que hay que desarrollar esto? Los cambios provocados por las voluntades introducirán el movimiento de masas, 16

“La voluntad” como constructor o constituyente del habitar, este a su vez en la construcción de la razón, y con ello, a la recuperación del arquitecto ya no como un ejecutor implícito, sino como constructor ideológico. Con un cambio paradigmático de esta índole, la técnica deberá aceptar a la “incertidumbre” como una nueva herramienta capaz de incidir dramáticamente en los resultados. De esta forma los caminos muchas veces contrapuestos entre lo materialmente implícito y lo abstractamente idealizado, se cierran en un círculo por descubrir. Pero primero debemos preguntarnos, ¿cuál deberá de ser esa “voluntad” y cómo se debemos construirla?

7. Realidades Liquidas (Arquitectura Liquida): Aquí queda abierta otra reflexión, la de los “no lugares” y su relación con la absoluta simultaneidad –lo que en otro apartado llamo La era de la llegada generalizada-. Al respecto cabe decir, de manera sucinta (dado que el paso de lo real a lo virtual nos sitúa en otro imaginario), que “en la realidad virtual, la transparencia absoluta converge con la absoluta simultaneidad. Esta instantaneidad de todas las cosas en la información global es lo que –con Baudrillard –llama ‘tiempo real’. El tiempo real puede verse como el Crimen Perfecto (Baudrillard, J. Barcelona 2000) cometido contra el mismo tiempo: porque con la ubicuidad y la disponibilidad instantánea de la totalidad de la información, el tiempo alcanza su punto de perfección, que es también su punto de desaparición.” 17


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“La intimidad no existe. Es algo figurado. Creemos que tenemos intimidad en nuestra s casa y eso es falso. Ante nadie somos más tímidos y más herméticos que frente a los familiares. En ninguna parte se vive más ficticiamente que dentro de la casa.”(Na ra njo, 1978).

INTUS DOMUS Roberto Navarro Mata

Doméstico-dominio-domus-intus-interior-íntimo

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Los espacios de intimidad poseen particularidades que los diferencian de los otros recintos de la casa, la reflexión que se desea iniciar será llevada a cabo en el interior,“intus” [1] de la atmósfera íntima de la casa, “domus”[2]. Se pretende indagar sobre la concepción en términos arquitectónicos de intimidad y poner en entredicho si dicha construcción de la intimidad, es coherente con su definición actual. Por tanto lo doméstico es relevante en la presente reflexión en su relación con la intimidad inherente a dichos recintos de la domus. El ámbito de lo doméstico es proveedor de espacios predilectos en la generación del fenómeno de la intimidad, puesto que este es precisamente el territorio de la confidencialidad, donde es resguardado el derecho a la privacidad e incluso a la soledad. Tomando la casa como referente histórico de lo doméstico surge la siguiente cuestionamiento; ya que el concepto de intimidad, ha evolucionado paralelamente con los patrones sociales de conducta a lo largo de la historia. ¿qué términos propios de la arquitectura definen la intimidad en lo doméstico actualmente?.


I .La habitación receptáculo de intimidad

como

En la domus romana, la atmósfera íntima estaba regida por la necesidad moral de orden y jerarquía de la sociedad romana. (Ver Figura 2)

Figura 1: (La intimidad entendida como el rango de dominio del cuerpo sobre el espacio)

La necesidad del espacio doméstico puede ser entendida como la búsqueda de intimidad, de la obtención de un espacio de confianza sobre el cual tengamos dominio. Aquellos espacios comúnmente aceptados como recintos de intimidad son reducidos a soluciones arquetípicas de una convivencia supuestamente resuelta, en la cual órdenes arquitectónicos establecidos determinan lo íntimo a una simple condición, la habitación. Esto imposibilita que la intimidad sea entendida como un espectro amplio, dentro del cual pueden concebirse espacios más flexibles y fluidos que permitan una vivencia más dinámica de la intimidad, sensata con la variabilidad de necesidades contemporáneas. (Ver Figura 1)

[1] Intus: advervio traducible por dentro o hacia adentro [2] Domus: Domus es la palabra latina con la que se conoce a un tipo de casa romana. Las domus eran las viviendas de las familias de un cierto nivel económico, cuyo cabeza de familia (paterfamilias) llevaba el título de dominus. 22

“En genera l, los que son recibidos en las habitaciones interiores del domus tienen una relación más estrecha con la familia, que aquellos que deben permanecer en el espacio abierto del p e r i s t i l o . To d o e n l a casa da una sensación de secuencia y progresión... El lugar en el que un miembro de la casa nos reciba dependerá de la importancia de esa persona en el domus así como de la nuestra.” (Sennet, 1994). En algún periodo de la historia humana, el cual no es preciso especificar, se consolidaron los espacios de dominio personal, las habitaciones, como espacios separados, consecutivos y jerarquizados por los individuos que las ocupaban. ¿Acaso nuestras sociedades necesitan las mismas habitaciones jerarquizadas y disociadas?.(Ver Figura 3)

Las relaciones en intimidad de las personas que cohabitan un mismo espacio han variado y evolucionado una prueba de dicha evolución es el fenómeno contemporáneo de la extimidad, como lo define Tisseron “el movimiento que empuja a cada cual a mostrar una parte de su vida íntima, tanto física como psíquica” (Tisseron, 2001). Los individuos revelan aspectos de su mundo íntimo con el fin de autodefinirse socialmente, la intimidad actual es el resultado de un siglo de emancipación, nuestras relaciones en la atmósfera íntima evolucionaron a una mayor complejidad, pero no así los espacios donde habitamos en intimidad.

Figura 2: (Domus Romana y sus recintos de intimidad, 6 cuerpos conviviendo en espacios anexos, sin mayor relación entre ellos que la circulación en torno al atrio central.)

Figura 3: (Casa Siglo XX y sus recintos de intimidad, 2 cuerpos conviviendo en espacios anexos, sin mayor relación que la circulación).

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II. La nueva intimidad Puede que sea necesario iniciar un diálogo entre cuerpos, una conversación dentro de la atmósfera íntima de lo doméstico, puede decirse también que la búsqueda de un espacio de aislamiento o de escape es esencial para las personas, un espacio donde las máscaras no son necesarias y también es posible decir que la casa provee dicha atmósfera de intimidad añorada y que es allí donde podemos ser quienes realmente somos, o no, ya que la casa no apela a la verdadera intimidad de muchos. Por tanto de a partir de este momento el concepto de “domus” estará referido a él espacio donde los cuerpos conviven en intimidad y no al término absoluto de la casa.

puertas bajo llave esconden y protegen el cuerpo del ojo crítico externo, lo cual puede considerarse una solución poco sensata con las necesidades de intimidad. Puede considerarse entonces qué concepción arquetípica de la habitación, dormitorio u habitación es reduccionista, ya que dichos muros circundantes no son siempre necesarios y la intimidad no es una capacidad del cuerpo, sino más bien una relación con los otros, es imposible ser íntimo como tal, la intimidad se obtiene de la relación con otros, marcando límites que definirán qué tanto es permisible que el otro tenga acceso a nuestro dominio.

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Por tanto en la arquitectura, dichos límites se construyen entre las personas que conviven en intimidad, aquellos miembros cercanos, nuestra pareja, nuestra familia, nuestros compañeros de apartamento o incluso de cuarto, todos ellos poseen dominios personales, la domus es un contenedor de dominios. Por tanto a partir de este nivel de análisis surge el cuestionamiento: ¿Cuales son dichos límites y que los determina? Los límites y los bordes mencionados son demarcados por los sujetos, circundan el cuerpo del sujeto y son extensiones de su piel.

La arquitectura con la que se materializan dichos límites será una extensión del cuerpo de cierto sujeto y corresponderá a las definiciones de intimidad que este comprenda en su universo mental y simbólico. Dicho campo personal, íntimo y de infinitas variables es un campo que imposibilita la determinación de límites dado la ambigüedad entre sujetos, no obstante al abordar los límites por el carácter de las actividades que lleva a cabo cada sujeto dentro de su dominio (Ver Figura 4), se pueden encontrar patrones de comportamiento, que revelan la búsqueda de ciertas condiciones para lograr alcanzar niveles de intimidad específicos. Por medio de la lectura de dichos patrones, se puede llegar a comprender la naturaleza de ciertos límites, el primero es el límite psíquico, el cual circunscribe el mundo mental, onírico y espiritual, el segundo y más exterior es el límite sensorial, que rodea el universo corporal y confidencial de la persona y el más finalmente existen una series de límites virtuales que definen el territorio y el dominio personal del sujeto.(Ver Figura 5)

“Incluso dentro de la casa las personas tienen que comportarse como si fueran unos actores, o si no tienen que actuar como espectadores. Y los androides que interpretan en un escenario llamado ciudad, siguen interpretando también en otro escenario llamado casa; y al final, agotados, no tienen más remedio que encerrarse en su habitación, victimas de autismo esquizofrénico.” (Ito, 2000) El tipo de diálogo entre cuerpos que se plantea iniciar esta relacionado a los límites que circunscriben la atmósfera íntima de los cuerpos, dicho diálogo ha sido negado en la arquitectura, la intimidad en muchos casos es un concepto construido entorno a un cuerpo, por una serie de límites arquetípicos. Los muros permanentes y

II. Sensibilización del Límite

Figura 4: (Esquema de margenes de intimidad por actividad, según 30 entrevistatados. 18-30 años. Dicho margén de comparación permite establecer un grado de diferenciación, sin generar confusión.)

A partir de esta concepción de límites, se plantea lograr una metamorfosis de la atmósfera íntima de la domus al manifestar dichos límites mediante cualidades multisensoriales, ya que “nunca podemos tener conciencia del mundo como tal, sino solamente de el impacto de las fuerzas físicas en los receptores sensoriales.” (Hall, 1972). El orden arquitectónico basado en los sentidos que se busca generar, no partirá de la concepción de los 25


mismos como receptores de distancia que plantea Hall, sino más bien como claves para la definir los dominios íntimos de los sujetos.

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Con base a estos límites, se desea proponer una arquitectura propia de la complejidad de las relaciones en intimidad de nuestro tiempo, una arquitectura que responda a los estados de ánimo y a la búsqueda de extimidad o intimidad, por tanto una arquitectura de límites sensibles que se desdibujan, permean, se virtualizan o se materializan para relacionar dominios a disposición de los cuerpos que los establecen.

Figura 5: (Esquema de categorización de los límites sensibles, se exponen las esferas que circunscriben dichos límites y las capacidades multisensoriales que buscan ser potenciadas)

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IV. La Arquitectura de los límites sensibles La arquitectura de los límites sensibles buscará en todo caso, una relación más sensata con un espectro de intimidad adaptable a la variabilidad emocional de las personas, determinadas por su contexto y universo mental, donde los muros arquetípicos sean deconstruidos para generar mayores posibilidades de intimidad. Bajo esta concepción los límites deben perder su característica de permanencia y rigidez y permitir la permeabilidad, la sensación de territorio de una manera virtual, la movilidad y la capacidad de crecer y decrecer un espacio íntimo dependiendo de la demanda de los cuerpos que lo habiten. .(Ver Figura 6)

Figura 6: IntusDomus, conceptualizado para cuatro personas, espacio d límites blandos que permiten generar una atmosfera íntima donde los dominios se entremezclan y los cuerpos fluyen, compartiendo incluso el espacio de baño como otro espacio de intimidad anexo.

Así como Toyo Ito propone eliminar la pared que divide el interior del exterior y plantear una arquitectura de los límites difusos como una cura contra el autismo esquizofrénico de la vida contemporánea (mediante espacios infinitamente ampliados, transparentes, espacios abiertos hacia el exterior, relacionados y conectados con la naturaleza), así también el concepto de la arquitectura de los límites sensibles procura concebir una casa interna, “intus domus”, donde se gesten diálogos íntimos entre cuerpos, permitiendo siempre el espacio para el escape absoluto, pero este solo como una opción más y no como recinto único de intimidad. .(Ver Figura 7)

Los límites sensibles como herramientas de configuración del espacio doméstico, buscan generar espacios de intimidad más sensatos, flexibles y coherentes con la variabilidad del carácter humano, donde se intensifique la convivencia entre personas y se procure que la arquitectura incida en la maneras de habitar en intimidad, al transformar al igual que los límites nuestras relaciones volviéndolas más flexibles, sensoriales, fluidas y honestas.

“. .. Para curar e l cu erpo , caído en un autismo esquizofrénico, ¿no es necesario que quitemos la pared que separa el interior del exterior? Hace falta producir una corriente de aire entre el espacio real y el ficticio.” (Ito, 2000) Figura 7: Intus Domus, mostrando la relación entre cuerpos en una atmosfera de íntimidad compartida, la privacidad siempre es una posibilidad pero los medios para obtenerla son más complejos, limites moviles que hacen crecer o decrecer el espacio según la necesidad. 28

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(Yates, 2005)

RINCONES, MEMORIAS Rincón-recuerdo-la casa de la abuela-luz-espacio

Adriana Corrales Rodríguez

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“En un banquete que daba un noble de Tesalia llamado Scopas, el poeta Simónides de Ceos cantó un poema lírico en honor de su huésped, en el que incluía un pasaje en elogio de Cástor y Pólux. Scopas dijo mezquinamente al poeta que él sólo le pagaría la mitad de la cantidad acordada y que debería obtener el resto de los dioses gemelos a quienes había dedicado la mitad del poema. Poco después se le entregó a Simónides en mensaje de que dos jóvenes le estaban esperando fuera y querían verle. Se levantó del banquete y salió al exterior, pero no logró hallar a nadie. Durante su ausencia se desplomó el tejado de la sala de banquetas aplastando y dejando, bajo las ruinas, muertos a Scopas y a todos los invitados; tan destrozados quedaron los cadáveres que los parientes que llegaron a recogerlos para su enterramiento fueron incapaces de identificarlos. Pero Simónides recordaba los lugares en los que habían estado sentados a la mesa y fue, por ello, capaz de indicar a los parientes cuáles eran sus muertos.....” [1]

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El espacio doméstico se relaciona con la memoria en tanto nos desenvolvemos en lugares que con el paso del tiempo se convierten en significativos para nosotros. Estos espacios en donde vivimos, jugamos y compartimos, en donde construimos familia se recuerdan con nostalgia. Cuando nos encontramos sumisos ante estos espacios, cuando dependemos de ellos para recordar es entonces donde la memoria surge como condicionante de lo doméstico.*

*Nos encontramos sumisos ante un espacio vacío, ya no hay muebles ni personas, ya no comemos aquí, ya no nos reunimos aquí; no hay nada y sin embargo por nuestras cabezas sólo pasan recuerdos y memorias, risas, lágrimas, experiencias y aprendizaje. Es increíble pensar que no vamos a volver aquí, que las reuniones familiares tendrán que ser en otro lugar. Con la casa de la abuela pareciera que se borran los recuerdos, la memoria de mi infancia, de mi vida. Tenemos miedo de que sin ella (la casa) nuestra mente no sea capaz de recordar. ¡Qué extraña sensación!.

“Podemos vivir sin ella [la arquitectura], pero no sin ella recordar” (Ruskin, 2015) La memoria se relaciona al espacio, en tanto el espacio “es” porque se asocian eventos a él y por ende se recuerda, pero ¿se podría componer arquitectura a partir del ejercicio de la memoria?, pensar en una arquitectura doméstica diseñada para ser recordada, facilitando espacios para la generación de memoria.** Desde los espacios de la casa que son potenciales para el desarrollo de la memoria, el rincón, entendido como la intersección de dos superficies que generan espacios con pequeñas dimensiones, entra como condición importante de estudiar. Es fácil adueñarse de él y por eso se recuerda*** (ver imagen 1).

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La casa de la abuela tenía espacios especiales, en donde pasábamos mucho tiempo. Me pone a pensar si estos espacios nosotros los hacíamos significativos o si más bien esos espacios tenían alguna característica arquitectónica especial que incitaba la producción de recuerdos en ellos. ***

Algunos rincones de la casa de la abuela tenían dueño. El rincón del abuelo lo recordamos porque era intocable, todos sabíamos que sólo él podía estar ahí. El de mi abuela era todo lo contrario. Sabíamos que era de ella pero a la vez desde pequeños todos pasábamos en ese espacio. No se llamaban de ninguna manera, no eran ni la cocina ni el comedor, solamente eran.

Para Sartre el rincón se entiende como ese espacio en el que nos encontramos a nosotros mismos. “Emilia había jugado a hacerse una casa en un rincón (....) cansada del juego, caminaba sin objeto (...) cuando le vino súbitamente la idea fulgurante de que ella era ella.” (Bachelard, 2000)

Imagen 1. El rincón de la casa de la abuela era memorable para nosotros, creado por lo que sucedía ahí pero también por sus cualidades espaciales-arquitectónicas. Una arquitectura que probablemente nunca se pensó para ser memorable pero que así lo hizo.

[1] En el cuento se puede asociar de forma clara con la relación existente entre la memoria y el espacio. El problema de la memoria se asume, como lo plantea Yates, como una circunstancia que estuvo presente en algún momento y poco a poco se ha ido perdiendo. dimensional de esos lugares que hacen surgir los espacios existentes, mensurables. 32

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En este sentido, los rincones empiezan a tomar importancia desde la memoria. Nos apropiamos de ellos y por eso nos es fácil recordar lo que sucedía ahí, desde la experiencia, desde la particularización de la casa. Ningún rincón de la casa es igual, ninguno tiene la misma fuerza ni presencia. No todos son memorables, dentro de los rincones memorables, la arquitectura, la luz, la textura y el material son esenciales para la facilitación de recuerdos. Es cálido, acogedor, tiene dueño pero no excluye, tiene presencia pero no es protagonista, tiene función pero no tiene nombre, es pasivo y todos tienen acceso a él.

Imagen 2. Nuestros mapas mentales surgen del recuerdo de la casa, el dibujo siempre empieza desde los rincones de los espacios hacia afuera.

Es recurrente entre nosotros, al pensar con añoranza la casa de la abuela, empezar a describirla desde estos rincones reconocidos, que están impregnados en nuestras mentes y que por alguna razón facilitan ir recordando el resto de la casa, la luz, los olores, las texturas, los muebles. ****

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La luz en la casa de la abuela era particularmente expresiva, por el rincón entraba una luz del patio que pasaba por un vidrio translúcido y llenaba de atmósfera el espacio, por las tardes, entraba un rayo de luz desde la puerta que marcaba todo el piso y delimitaba los rincones. (Ver imagen 3)

La búsqueda para la generación de estos rincones memorables diseñados, conlleva a la exploración de espacios existentes para, de alguna manera, tratar de reproducir su esencia espontánea en un diseño nuevo**** (Ver imagen 2). La condición de la luz, los objetos, la geometría, el material y su combinación, empiezan a generar atmósferas en estos rincones, lo que los hace más propensos a ser recordados***** (Ver imagen 3). La luz tiñe los rincones con texturas y matices, cambia pero es constante, delimita pero no restringe, por lo que la experiencia en el espacio se despierta, muta, transciende y recuerdo (Ver figura 1).

Imagen 3. Los rincones memorables se generan a partir de la experiencia y la apropiación adquirida en el espacio. La luz funciona como armonizador y cohesiona el espacio con el recuerdo. Figura 1. Pensar en la cantidad de posibilidades que podrían tener los rincones en cuanto a la dirección de la luz y cómo esta se proyecta en las superficies sirve como punto de partida para el proyecto realizado.

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Figura 2. El diagrama supone una manera de organizar la informaciĂłn para poder ver la cantidad de posibilidades que se generan a partir de contraponer dos condiciones. Se terminan escogiendo las que se consideran mĂĄs diferentes entre sĂ­ para proponerlas en un ensayo de luz.

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Entonces, se entiende el trabajo con la luz, como el medio para generar estos rincones memorables, a través del plano, las aberturas y la geometría. Estas condiciones sirven como acercamientos de estudio al mismo problema. Los ensayos de luz se generan a partir de una sistematización de las posibilidades. Interesan aspectos como las proporciones, la cantidad de aberturas, las posibilidades de los ángulos, tanto en el eje de “x” como en el eje de “y” y lo que surge a partir de la sobre posición y el estudio de estos ensayos, con el fin de establecer, qué condiciones son más propensas a convertirse en rincones memorables.

Sobre el diseño de r incones memorables Se genera un esquema de variables para trabajar las posibilidades que podría brindar la luz con respecto a la geometría, las separaciones y las inclinaciones de los rincones (Ver figura 2). Este tipo de esquemas dejan paso a un sin número de posibilidades a la hora de estudiar la luz y eventualmente añadiendo la variable del material y sus posibles combinaciones. Las exploraciones de estas posibilidades y el comportamiento de luz revela una serie de posibles condiciones/aproximaciones para el diseño y la generación de rincones memorables. (Ver imagen 4)

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Imagen 4. Los ensayos de luz pretenden buscar las condiciones de luz que sean más favorables para estos rincones memorables. Todas las imágenes son corte y planta a la vez, y la manera en que se acomodan van según su grado de “memorabilidad” 39


La continuidad de la geometría Los espacios modernos tienden a ser puros geométricamente, entre más lineal sea su geometría mejor. En este caso, se intenta dejar de lado esas concepciones, para dar paso a una geometría de posibilidades a la hora de explorar la luz. La discontinuidad de las geometrías, exaltan el modo en el que se proyecta la luz sobre ellas, dando paso a más posibilidades de rincones memorables. (Ver imagen 5) Proporción de las aberturas Se trabaja con dos tipos de aberturas, las parciales y las completas (cielo a piso) típicas de la arquitectura moderna. Sobre las parciales la luz entra y la delimitación del rincón se difumina, no se marca de manera concisa, contrario a las aberturas completas, que establecen muy bien los límites del rincón. La sombra La sombra se considera necesaria y positiva como condición, los rincones a los que la luz les penetra de manera directa homogeniza las superficies y no marca los límites del rincón, ni resalta ninguna particularidad. Interesa el momento en el que se genera una diferenciación marcada entre la luz y la sombra, ahí se diferencian los límites del mismo. (Ver imagen 5)

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La dirección de la luz La forma en cómo se direcciona la luz facilita o dificulta la generación de sombras en los rincones, por lo que se propone que la dirección sobre la que se proyecta la luz, sea de manera indirecta sobre el rincón que se quiere trabajar. (Ver imagen 5) Materialidad Las atmósferas que generan esas proyecciones de luz sobre las que se trabaja, dependen del material sobre el cual se proyecte, la textura, el color y el acabado. Las combinaciones de materiales y los entramados podrían generar diferentes ámbitos en los rincones, dependiendo de la intención del diseñador.

Imagen 5. Imágenes ilustrativas sobre el comportamiento de la luz en las condiciones establecidas.

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Así como Emilia se descubrió en el rincón que ella creó, así como nosotros nos descubrimos en los rincones de la casa de mi abuela, estos rincones se generan con la posibilidad de generar las atmósferas necesarias para encontrarnos, apropiarnos y recordar.

El tipo de sistematización de información que se maneja en este proyecto, deja abierta la reflexión añadiendo otras variables como el material para la generación de otros tipos de rincones memorables.

Además se abre la reflexión sobre el problema de la memoria, como se mencionó al inicio con el cuento de Yates en contraposición con la arquitectura contemporánea, entendiendo esta desde la desvalorización de los espacios domésticos que solamente se repiten, dejando de lado el sentido íntimo, desde la construcción del ser y desde los recuerdos.

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Imagen 6. Se genera un ejemplo de cómo podría aplicarse los conceptos mencionados anteriormente a una geometría, desde varios puntos de luz, su comportamiento separado y general. La imagen también se trabaja con la posibilidad de ser corte y planta a la vez.

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cartografías de colocación Alejandro Jiménez Elizondo

Ante una realidad en la que resulta cada vez más común para el “ser habitante” el adaptarse a condiciones impuestas desde las respuestas de diseño, surge el cuestionamiento en torno a la forma en que éste construye su hábitat doméstico bajo estas condiciones, así como los aportes que podría tener para la arquitectura el entender estos procesos de configuración como códigos de proyección espacial. Los objetos como depositarios de significancia cultural, toman un papel relevante en este proceso de conformación de un territorio más allá del contenedor. La construcción de esta herramienta busca visibilizar las tensiones que surgen de la conformación de códigos de colocación a partir de OBJETOS

Cartografía-Colocación-Configuración-CódigoHábitat-Objeto-Significativo-Sitio-SistemaTerritorio-Topología

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La vivienda, territorio vivencial en donde desarrollamos y manifestamos nuestra cotidianidad como reflejo del habitar, actualmente se ve confinada en gran medida a un contenedor arquitectónico en el que resulta difícil identificar relaciones claras con las características sociales y culturales que configuran y constituyen su identidad espacial, así como posibilidades de ser domesticado por el “ser habitante” que define su territorio en medida que le construye. (Ver imagen 1)

“Busco con verdadero afán las casas que son “casas de hombres” no casas de arquitectos… Observad en una pequeña taberna popular, dos o tres comensales que han acabado de tomar su café y están charlando. La mesa todavía está llena de vasos, botellas, p l a t o s … e t c . . . Ve d e l orden fatal que pone todos esos objetos en relación unos con los otros; todos han servido, han sido cogidos por la mano de uno o de otro de los comensales, las distancias que los separan son la medida de la vida... Un testimonio de pura armonía” (Le Corbusier, 1930)

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¿Ante la unificación de los “sitios” [1] que componen el espacio de la vivienda, podemos acaso pensar que la identidad de estos podría definirse a través de los implementos que son añadidos al contenedor? El ámbito doméstico adquiere, bajo esta condición, el papel de “sistema de definición espacial” [2], cuyo rasgo característico sería una organización estructural más topológica que distributiva; basada en la disposición colectiva de elementos y no en la fragmentación estable de actividades. (Ver imagen 2)

Imagen 1: Extracto de la obra “Oda a la cafeína”, ejemplo de las composiciones y disposiciones fatales.

Los objetos, en condición de herramientas de construcción de esta identidad espacial, adquieren una dimensión significante en la medida que supera su “función” como objetivo único. A pesar de estar siempre relacionado a uno o varios elementos estructurales, todos los objetos huyen continuamente de la estructuralidad técnica, hacia los significados secundarios o entendido desde Baudrillard, desde un sistema tecnológico hacia uno sistema cultural. [3] Esto permite identificarles como reflejo de realidades sociales y manifestaciones culturales particulares. (Ver imagen 3)

Nos encontramos entonces ante un fenómeno que admite y quizá reclama ser descrito en un orden alterno, partiendo de los elementos particulares y detalles para llegar mediante un “zoom” regresivo a la comprensión de estructura s más complejas.

Ante esto, resulta valido cuestionar las posibilidades de identificar e interpretar estos códigos de configuración espacial a partir de las relaciones de colocación que surgen en torno a los objetos.

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Cartografiar Un acercamiento a estas manifestaciones desde la cartografía como estrategia, permite acercarse a situaciones espaciales a partir del entendimiento y la visibilización de las estructuras de relación y tensión entre componentes. Interpretar los ambientes construíos a partir de la colocación y configuración responde a la necesidad de entender los códigos que se manifiestan en el proceso de ocupación como reflejo del habitar. (Ver figura 1) Se plantea este ejercicio como una forma de aproximación a una situación particular, en este caso del espacio doméstico. Un mapeo intencionado de las condiciones y relaciones que afectan, en alguna medida, a cierto territorio y cuya identificación permitiría reflexionar sobre las manifestaciones del habitar en su condición social y concreta. Imagen 2: Composición del espacio interno a partir de los objetos en viviendas mínimas de interés social. El caso “La Franja”, ejemplo de contenedor como soporte de relaciones entre objetos significativos. 1. Sitios: Como se ve, los objetos existen, desde su concepción, relacionados con determinado uso, relacionado a su vez con determinadas prácticas sociales; las que, a su vez, determinan el sitio o el nicho en que situará. Más allá de un área definida, el sitio será identificado como una composición de elementos relacionados entre sí. 2. Entenderemos “un sistema” como un todo estructurado de elementos, interrelacionados entre sí, organizados con el fin de lograr objetivos determinados. Cualquier cambio o variación de cualquiera de los elementos puede determinar cambios en todo el sistema. 3. Sistema de Objetos: ( Jean Baudrillard) El estudio del sistema “hablado” de los objetos, es decir, del sistema de significados más o menos coherente que instauran, supone siempre un plano distinto de este sistema “hablado”, estructurado más rigurosamente que él, un plano estructural que esté más allá aun de la descripción funcional.

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Busca anteponerse a una realidad, se manifiesta como proyección descriptiva y objetiva sobre determinados valores de definición espacial. Alcanza en este sentido las cualidades y maneras de una ficción, hasta dejar de funcionar como mapa únicamente, para convertirse en un conjunto de relatos entrecruzados que tomarán forma concreta en la representación de éstos códigos de manera que su lectura permita una interpretación. (Ver figura 2)

Imagen 3: La ocupación socio-cultural des espacio doméstico.

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El espacio cartesiano

Relaciones topológicas

La interpretación de estas condiciones en el espacio cartesiano, como manifestación de configuraciones en los planos euclidianos, es utilizada como soporte o complemento para la estrategia cartográfica, permitiendo una visualización multidimensional de las distintas capas en las que se manifiestan estos parámetros de orden.

Las tensiones que se generan a partir de la interacción entre los objetos que configuran un ámbito, permiten identificar patrones de orden subyacente que forman parte de una compleja red de configuración. Un sistema de relaciones de las partes con el todo y entre sí, sin estar necesariamente ligadas a unas dimensiones geométricamente establecidas.

U bicación/Colocación Existe una relación estrecha entre los objetos y los ámbitos en que comúnmente son ubicados. El objetivo es entender las tensiones que se generan en el espacio y la forma en que es colocado determinado objeto con respecto al sitio y a los objetos que le configuran.

Referenciación/Visualización Los límites que separan un ámbito de otro perceptualmente, son tomados como referencia en el recorrido por el espacio de m anera que empiezan a jugar un rol determinante, como punto de visualización, en relación con los objetos que configuran dichos ámbito.

Figura 1: Ejercicio de mapeo y levantamiento cartográfico, el mapa como herramienta de proyección del territorio. Identificación de respuestas comunes en la construcción del espacio a partir de la colocación.

4. Relaciones Topológicas que identifican una estructura que permite transformaciones, las cueles serán iso-morfas en medida que no se introduzcan discontinuidades al sistema; no se rompa o pegue ninguna de las partes entre el estado inicial y el final. 66

Figura 2: Ejercicio de Proyección- Relatos entrecruzados. Relaciones en el espacio cartesiano a partir de la colocación de objetos, relaciones de carácter topológico, puntos de referencia y visualización.

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Sobre los códigos de configuración Cada una de las variaciones generadas en un espacio doméstico a través de sus objetos, configura ensamblajes que pueden entenderse como la materialización de un código cultural, por medio de la organización de un “sistema de objetos”. Estos sistemas construidos a partir de los objetos son manifiesto de su propia huella en el espacio habitado. (Ver figura 2) Este acercamiento ha permitido identificar la relevancia de algunos de estos objetos con respecto a determinados códigos sociales de colocación. La posibilidad de identificar estos como respuestas comunes o patrones de comportamiento espacial, así como su valor para determinar una configuración espacial complementaria, permite

denominarles

Las relaciones entre estos pueden ser descritas según la orientación, la posición relativa y la demarcación de los espacios y objetos dentro de este sistema. (Ver figura 3) Estas disposiciones que configuran sitios, son determinadas por códigos y estos al mismo tiempo podrían ser referenciados a los objetos que cumplan un papel significativo dentro de dicha configuración. Aunque insuficiente por sí misma para explicar el significado social del espacio doméstico, la descripción cartográfica tiene como fin explicar y visualizar los parámetros y las leyes de orden que dan sentido y coherencia al sistema así como poseer la información que permita establecer las relaciones entre la realidad espacial y las interpretaciones sociales relacionadas con el ámbito doméstico.

Los abordajes más comunes al tema de la vivienda están generalmente limitados por una noción tipológica, restringida a las condiciones morfológicas que se imponen a priori en las respuestas. Ese acercamiento resulta insuficiente para entender las dinámicas emergentes en los fenómenos de ocupación, se tiende a ignorar las relaciones de carácter topológico [4] que surgen en estos procesos y que reflejan una construcción cultural particular del hábitat. Poner la mirada en los pequeños relatos que configuran el territorio doméstico, así como su manifestación en el espacio, hace necesario un cuestionamiento sobre las soluciones que se brindan desde la arquitectura y los lugares desde donde se buscan las respuestas al diseño.

“objetos

significativos” “Es posible? Si, si y desgraciados aquellos que buscan falsas armonías, trucadas, comerciales, armonías académicas de Vignola, de 1925 o de última moda. Encuentro en lo que yo llamo la “Casa de los hombres” estas disposiciones fatales” (Le Corbusier, 1930)

Figura 3: Procesos de ubicación y referenciarían de estructuras de objetos en el espacio de la vivienda. 68

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Figura 4: El trabajo con los sitios-Detalle de relaciones que configuran los ámbitos de sala y comedor. Proceso para visualizar e interpretar los códigos, parámetros y leyes de orden que configuran el espacio doméstico.

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Este acercamiento particular al estudio de caso, permitió resaltar la gran relevancia que poseen las configuraciones de objetos para la consolidación de un proceso de ocupación del territorio doméstico. Denotar por ejemplo, relaciones altamente significativas entre los objetos que poseen relación con el tiempo y la permanecía y sus disposiciones en los recorridos cotidianos, el valor de los objetos que reflejan un estatus económico y las dinámicas sociales que se desenvuelven a su alrededor, los ritos particulares que se reflejan en las organizaciones relacionadas al ocio y el entretenimiento grupal, así como la relevancia que conservan los ámbitos de comunión más privados y las composiciones de objetos de culto que les acompañan. (Ver figuras 4 y 5)

Figura 5: Lectura e interpretación de códigos de configuración. Relaciones de orden en salacomedor y comedor-cocina.

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fachada y transIción Transición-Cotidiano-Registro-Taxonomía-Combinación componentes-Desniveles-Acceso-Textura.

de

La fachada es uno de los primeros acercamientos cuando se llega al espacio doméstico, es donde se encuentra la transición entre el exterior y el interior del hogar, por esto se ve la importancia de abordar este espacio donde inicia el hogar. Este desplazamiento entre el afuera y el adentro se logra gracias a distintos elementos que conforman la fachada. Estos componentes son: las puertas, ventanas, desniveles, texturas, corredores, caminos, volúmenes, cubiertas, jardines, recibidores, entre otros, con los cuales se genera este movimiento donde nace lo doméstico.

Andrés Villalobos Rodríguez

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Con el fin de tener un mayor entendimiento de estos elementos se hizo uso de un registro fotográfico de fachadas en espacios urbanos, que permitió clasificarlas según la similitud de sus componentes. A partir de esto se escogieron las que poseían características heterogéneas para realizar un levantamiento en plantas, elevaciones e isométricos, con el fin de facilitar una mayor comprensión de los componentes que se integran en estas 3 dimensiones. Una vez que se desarrolló dicho levantamiento, se extrajeron los componentes de forma aislada. Se propone una mezcla de los componentes que integran las fachadas para obtener un resultado heterogéneo y que permita mayores posibilidades de transición, esto partiendo de los elementos previamente analizados y de esta forma, obtener nuevas configuraciones utilizando la menor cantidad de componentes.

Rafael Moneo en este caso expone como lograr utilizar diversos componentes entendiéndolos primeramente a partir de la identificación en imágenes diversas. El registro fotográfico se realizó con 24 fotografías,(Ver Imagen 1) estas se encuentran en un registro monocromático por razones de limitar la zona de estudio, debido a que el interés no parte de un estudio del color sino más bien de los componentes que tienen mayores implicaciones espaciales. De esta manera se genera una clasificación según 5 características que se repiten en las fachadas registradas: desniveles, texturas, cubiertas, ubicación del acceso principal y rompimiento de la linealidad de la pared.

Para poder tener una mejor comprensión se realizó una taxonomía con un levantamiento gráfico de 10 de las fotografías, estas se escogieron según su heterogeneidad en la primera clasificación. El levantamiento se hizo en 3 planos diferentes, plantas, elevaciones e isométricos, (ver Figura 1) cada uno de estos brinda características distintas por su plano de observación que ayudaron a entender cómo se relaciona cada componente según la perspectiva que se utilice. La planta generó resultados donde se pueden observar las distancias, movimiento de las paredes y ubicación de los accesos.

La elevación brinda características de los desniveles en los accesos, relación de las texturas en la fachada y en algunos casos la división del acceso principal con respecto al portón. Con los isométricos se puede ver mejor esta condición debido a que de esta forma se logra entender las relaciones de distancias entre la calle y la puerta, se observan los desniveles, el movimiento de las texturas y las zonas con cubiertas. De esta manera cada componente gráfico brinda características distintas de los componentes que integran la fachada y muestra como estos afectan la transición entre el la calle y el espacio doméstico.

Imagen 1. El registro parte de 24 fotografías de fachadas en espacio urbanos. Elaboración propia.

Imagen 1

El registro

“Con stru ir es tan solo aquello, entender cómo se manipulan los elementos. Y de lo que se trata es de tener el coraje de aceptar la realidad de la arquitectura sin temor a identificarla con aquellas imágenes en las que se aprendió a distinguir las diferencias que nos permiten hablar de tipos diversos” (Moneo, 2004), 74

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A partir de este análisis en conjunto se procedió a realizar una tabla con cada componente observado, y clasificado en las 5 características del inicio, esta tabla está conformada por los componentes en las 3 dimensiones gráficas con las que se analizaron (Ver Figura 2). A partir de esto se procede realiza un ejercicio de diseño donde “modificando o añadiendo elementos convencionales a otros elementos existentes (los arquitectos) pueden, mediante su cambio de contexto, conseguir el mayor efecto con los menores medios” (Venturi, 1996).

Esta reflexión de Robert Venturi, busca por medio de componentes ya existentes en las fachadas, como estos se pueden combinar para generar una mayor cantidad de transiciones con un número menor de componentes.

Figura 1. Se realizó el levantamiento gráfico de las 10 fotografías donde cada elemento, ya sea planta elevación o isométrico brinda características distintas de cada componente que forma parte de la fachada y de la transición. Fotos y levantamiento gráfico, elaboración propia. Figura 1.

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Figura 2. Componentes resultantes del análisis de las fachadas y los levantamientos gráficos. Elaboración propia.

La tabla funciona de manera que se pueda mezclar el componente de una fila con de otra, generando una dualidad en cuanto a los factores que se mezclaron, la combinación de 3 o más significa una mayor número de posibilidades donde se puede perder el objetivo de creación del proyecto, donde se quieren nuevas configuraciones con la menor cantidad de partes. Se toma como ejemplo el rompimiento de la linealidad de la pared y la ubicación del acceso principal (Figura 3); las texturas como guías y cubiertas que marcan el acceso (Figura 4); y desniveles en cuanto al acceso y ubicación del acceso principal (Figura 5). De esta manera se toman 2 ejemplos con características distintas y otro con una repetida, y se observa como la herramienta funciona de manera distinta con elementos similares, dando como resultado configuraciones totalmente variadas unas de otras.

Las configuraciones La tabla de componentes (Ver Figura 2) consiste en un total de 17 características distintas de la fachada, 5 en desniveles, 4 en texturas, 2 en cubiertas, 3 en rompimiento de la linealidad de la pared y por último 3 en la ubicación el acceso principal. Esto genera un total de 116 posibilidades de configuraciones de transiciones distintas, si se restan las ya analizadas genera un total de 104. De esta manera se observa cómo a partir de componentes simples se pueden realizar un mayor número de posibilidades, de esta manera se puede obtener un entendimiento de los componentes que conforman la fachada y cómo se comportan en cuanto a la transición en relación del exterior y lo doméstico.

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Cada abordaje parte de una ubicación distinta debido a la heterogeneidad de los registros fotográficos y los levantamientos, donde existen fachadas con accesos continuos a la calle, otros con accesos en las partes laterales y por último otros con accesos en la parte frontal. Por lo que se toma como decisión utilizar estos como base para el desarrollo de los ejemplos, así se muestra que aunque existan configuraciones similares, a la hora de cambiar un componente se entiende de manera distinta la fachada y la transición.

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Abordaje 1, Rompimiento de la linealidad de la pared y ubicación del acceso principal. (Figura 3)

En esta configuración se toma el componente 2 del rompimiento de la linealidad de la pared, y el componente 2 de la ubicación del acceso principal. De esta manera se genera un rompimiento entre las zonas de las paredes para generar una transición paralela a la acera y que no sea directa en la fachada, de esta manera la fachada se entiende como una apertura que permite la mezcla de sombras, texturas, desniveles y movimientos de manera que el acceso tenga mayores posibilidades de transición en lugar de un acceso frontal directo.

Figura 4. Se buscó la manera de unir las texturas con las cubiertas en la demarcación del acceso tanto de forma de protección como de guía.

Abordaje 2, Texturas como guías y cubiertas que marcan el acceso. (Figura 4)

La mezcla entre las texturas como guías se toman del componente 4 y del componente 2 de las cubiertas que marcan el acceso, de esta forma se realiza una configuración que lleva la cobertura en dos aspectos de diversas maneras, las texturas de la cubierta como un ente translucido y una guía de texturas opaca que se mezcla entre el camino, la cubierta y la demarcación del acceso principal.

Figura 3. En este ejercicio se observa las cualidades del movimiento de la pared y los desniveles del acceso. 80

Abordaje 3, Desniveles en cuanto al acceso y ubicación del acceso principal. (Figura 5)

En este caso se mezclan los componentes 3 y de los desniveles en cuanto al acceso y el componente 1 de la ubicación del acceso principal. Así se produce un efecto cambiante en la transición respecto a la fachada, esto debido a que aunque el acceso principal da directo a la calle, se mezclan diversos niveles para crear una transición de mayor distancia, de esta manera no significa que aunque un acceso sea frontal tenga que ser próximo al nivel de calle.

Figura 5. Se partió de la premisa de un acceso frontal, y que posibilidades generaban la integración de distintos desniveles y distancias. 81


Imagen 2. La organización no convencional de partes convencionales, sobre posición de fachadas en el estudio. Se observan las cualidades que surgen a la hora de superponer imágenes. Elaboración propia.

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A partir de estos 3 abordajes se pueden inferir que las configuraciones que se puede realizar basados en componentes existentes pueden ser un número colosal de posibilidades, sin embargo se invita a reflexionar las diversas alternativas que se pueden crear actualmente con objetos convencionales, como lo plantea Robert Venturi, “mediante la organización no convencional de partes convencionales (el arquitecto) es capaz de crear nuevos significados dentro del todo (…) Cosas u objetos familiares vistos en un contexto inesperado se convierten en algo perceptiblemente nuevo a pesar de ser viejos” (Venturi, 1996). Estos objetos familiares son parte de la rutina, la fachada es un componente de lo doméstico, y la transición que se genera en esta sucede cada vez que se entra o que se sale del hogar, por esto quiere poner en evidencia las múltiples posibilidades que se pueden generar y como pueden surgir nuevas ideas de diseño a partir del análisis, del juego y la combinación.

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LA RUTINA DEL PASILLO Silvia Camacho Quesada

Todo es rutinario, es atarse a las condiciones y reaccionar cuando algo genera un cambio, después de eso hay que amoldarse de nuevo, pero la idea es que todo siga igual. Si el espacio doméstico está condicionado por algo, es definitivamente por la rutina: una serie de acciones, realizadas una y otra vez, en el mismo lugar, a la misma hora, bajo las mismas condiciones. Se conoce desde la rutina, desde la repetición y la secuencia. Quien lo habita, lo conoce.

pasillo rutina domesticidad recorrido p ausa fluidez movilidad taxonomía arqu itectónica 84

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-I-

domesticidad se entiende como aquello que hace ubicable al individuo, que le proporciona una identidad, que lo hace sentirse localizado y adherido a un punto específico que le es propio. Le permite ser un centro de acción donde el individuo puede proyectar su personalidad.

No siento que me domestica, no siento que me controla (o al menos no lo he pensado tan a fondo), voy y vengo de él y ninguno en los que he estado me amarra. Sólo es cuestión de supervivencia, no ha sido tanto de apego emocional. Más que una experiencia personal (de mi relación con ese espacio al habitarlo), surgen en realidad recuerdos de momentos en los cuales he fantaseado y viajado, que me invitan a la morada de alguien más: lugares de dominio y momentos de (des) control.

Si la construcción del sujeto es inherente a la proyección de su espacio habitable, la rutina, como parte de esa vivencia, transforma las condiciones sobre las cuales se proyecta tanto el sujeto como su espacio de proyección.

Un laberinto, una casa tomada, una mansión posesiva y descontrolada; narraciones, cuentos y filmes que hablan de este espacio de control. Son visiones y atmósferas que desde la arquitectura se manifiestan en la vivencia del espacio doméstico y los elementos que constituyen su esencia. Se definen por la rutina que sucede allí. Una repetición constante el uso/ser/ estar en el espacio.

La arquitectura materializa y desmaterializa la vivencialidad del espacio doméstico a través de la configuración de elementos que proyectan y registran todas aquellas experiencias dentro de la rutina de lo doméstico.

-III-

que se vuelve vivencia y reflejo. Es un elemento transformador espacial de lo que sucede en medio de esa puesta en escena.

Recorro un largo y amplio pasillo que me ubica en medio de una larga fila de recuerdos. Me invita a pensar en escenarios futuros y me invade la incertidumbre. No sé qué pasará a la vuelta de la esquina. A veces veo toda una vida acumulada en sus repisas, sus libros, las fotografías que cuelgan y los paisajes que se abren en medio de los marcos que lo envuelven. A veces me recuesto en el rincón que desemboca al final del recorrido y lo siento tan mío como el de nadie más. Cuando es mío lo he domesticado porque es parte de mí. Cuando soy de él me ha domesticado porque soy parte él.

Me asalta un interés particular por pensar que ese recorrido, y mi estancia en él, es una particularidad universal: es algo inherente a mi rutina, y a la de muchas personas que habitamos en ese y muchos otros espacios domésticos, y que vivimos apegados a esa repetición de acciones. Si el espacio doméstico se compone de recintos memorables que son parte de una rutina de vivencialidad y apropiación, el pasillo y su potencial conceptual pueden extender y ampliar esa condición. El pasillo ha transformado la escena de lo doméstico desde el momento que evoluciona de lo meramente funcional a lo que conceptualmente implica el camino infinito, el recorrido para un más allá: la fluidez y movilidad de la energía en el espacio. (Ver figura 1).

Me pregunto qué pasa cuando ese recinto es un espacio fusionado e inherente a mi vivencia y rutina. Me pregunto también qué pasa cuando ese espacio ha desaparecido, cuando no es necesario… ¿Qué tal si se toma en cuenta como algo que podría cambiar el sentido en medio de una rutina de domesticidad? No sólo registra sino

-IISi cada espacio/momento habitable es un recorrido, una pausa, o una acumulación de ambos, resulta interesante cuestionarse qué sucede allí, cómo se constituye para que eso suceda, cuál y cómo es la transición que ocurre entre un estado y otro. Se evidencia a través de la arquitectura: de la conformación de recintos, de la acumulación de experiencias, del registro de hallazgos y de la vivencialidad.

-∞-

Para esta reflexión, lo doméstico y todo aquello pertinente a la domesticidad en el espacio, implica una compleja relación de construcción: interpersonal, entre otros habitantes y el lugar que se habita. La

Figura 1. Rutina y pasillo (diagrama basado en la novela gráf i ca Binnenskamers de Tim Enthoven). 86

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-IVSe trata de establecer una mirada más profunda a una serie de posibles recintos que se generarían a partir de esa rutina y que adquirirían mayor valor si se trabajaran características propias del pasillo. En esta oportunidad se desgrana al verlo con un lente taxonómicoarquitectónico.

ELEMENTO CONDICIÓN

-∞La condición rutinaria de recorrer el pasillo permite ser domesticado por el espacio que lo proyecta y esa construcción se da a la inversa: la rutina también domestica el espacio. -∞-

COMPONENTES MEDIO DIRECCIONALIDADM

ATERIALIDADP

COMPOSICIÓN

ROPORCIÓN

Para esto, se trabaja estableciendo un patrón de relaciones entre esos componentes y sus características. Si es que el pasillo, como elemento arquitectónico, persiste en el espacio doméstico en la actualidad, ha sufrido una serie de modificaciones a lo largo del tiempo y desciende de la relación entre esas modificaciones. Es de interés particular analizar por qué se dan y su incidencia en el espacio doméstico. Estas modificaciones podrían ser replicables o no de acuerdo a las condiciones deseadas para la realización de estos escenarios domesticados. (Ver adelante figura 3).

Figura 2. Dia grama de lectu ra para la taxonomía arquitectó nica del pas illo (elabora ción propia).

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El pasillo se identifica como elemento que es parte de la narración de la rutina de lo doméstico. Se identifican sus componentes, cuáles son sus características y cómo se pueden trabajar para que este espacio sea generatriz del espacio doméstico. (Ver figura 2).

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Figura 3. Ma triz anรกlisis ta xo nรณ mico arqu ite ctรณnico del pasillo (diagramaciรณn propia).

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-∞La condición rutinaria de recorrer el pasillo permite ser domesticado por el espacio que lo proyecta y esa construcción se da a la inversa: la rutina también domestica el espacio. -∞-

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-Vperfil del camino compartido, donde se busca la unión y democratización del espacio por medio de recintos que se encuentran (4); oportunidad para la informalidad a partir de la ubicación de nichos que permitan la estadía casual de los personajes a lo largo del recorrido para romper la rutina (5). (Ver figuras 4, 5, 6 y 7).

Se propone una serie de escenarios domesticados que han sido abordados desde la taxonomía del pasillo. Se proponen escenarios universales (no contextualizados) y limitados a la rutina de lo doméstico. A partir de una serie de diagramas explorativos (corte y planta a la vez), se concibe un espacio virtual donde se puedan configurar los componentes del pasillo anteriormente presentados. Se busca generar distintas condiciones espaciales entre ellas: movilización de energía (velocidad estático/dinámico), por medio de la proyección de recintos que se abren al exterior (cerramientos que se interrumpen o se proyectan en ángulos abiertos) (1); generación de efecto espejo como pretexto para el registro, exposición o resguardo de acontecimientos y objetos, esto por medio de la utilización de materiales reflectivos o transparencias, así como la ubicación de nichos para almacenaje y exposición (2); ubicación de objetos o recintos que permiten la ubicación o desorientación en el espacio (3);

La búsqueda a partir de escenarios permite dar lugar a una narración del espacio que no es determinada por la programación sistemática de actividades particulares, sino de atmósferas que se tratan de insinuar conceptual y diagramáticamente. Este abordaje propone la búsqueda y proyección de estos espacios a través de la narración de la rutina del espacio doméstico por medio de la vivencia del pasillo y su reflexión.

Figura s 4, 5, 6 y 7. Dia gra mas proyectados de escenar ios domesticados a partir del concepto de vivienda pasillo (elabora ción propia).

-∞-

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-∞“Ahora volvemos a la encrucijada anterior. Ahora desembocamos en otro patio. Ya verás como el sótano se bifurca. (...) No sólo he imaginado esos juegos, también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar.” La Casa de Asterión, Borges. -∞-

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Existen habitantes que andan en constante cambio; se mueven de casa en casa, de ciudad en ciudad, de país en país, y además, se mueven de un aposento a otro. Permanecen o habitan en espacios de manera efímera, su permanencia o estabilidad es indefinida; algunos tardan más tiempo en un espacio y otros pasan de manera fugaz. Por su estilo de vida, muchas veces tienden a compartir un espacio para vivir, ya sea por una condición específica de sus actividades laborales, académicas, de ocio, o porque comparten actividades productivas, recreativas o de cualquier tipo con otras personas. Bajo este perfil, se encuentra cualquier tipo de persona, viajeros, artistas, familias diversas, personas con afinidades y pasatiempos en común. A estas personas se les denominará a lo largo del proyecto como:

Paula Morales Solera

HABITANTES FLOTANTES Vivienda cambio.

colectiva-circulación-opciones-espacios

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indefinidos-

H A B I TA N T E S F L O TA N T E S

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Al existir estas personas con dinámicas de vida singulares, necesitan espacios particulares que se acoplen a ellas, y que tengan la capacidad de albergar diversos tipos de personalidades, procedencias y modos de vida. Además, por los constantes cambios impredecibles de lugar que realizan los habitantes flotantes, estos espacios deberían adecuarse a diversas temporalidades y movimientos de ingresos y salidas de personas. Dado a que proyectar un espacio específico para un sinfín de personalidades resulta complejo, si se tiene la premisa de que este tenga la condición de ser apropiable y domesticable desde cada particularidad humana. Se habla de crear un espacio heterogéneo, adaptable, con una amplia diversidad de espacios;

con oportunidades para perderse, refugiarse, esconderse de los demás, para ser visto o no, según lo que se desea, de crear ambientes de intimidad. Que exista la posibilidad de explorar, descubrir, de apropiarse de los espacios en los que se convive con otros, de sentirse cómodos o de domesticar un espacio y hacerlo suyo por un instante.

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La base de la propuesta bajo de estas condiciones, gira alrededor de la generación de opciones y alternativas de recorridos y encuentros, y que también, se puedan realizar actividades diversas de manera simultánea. Donde el individuo desde su personalidad y estados de ánimo en un momento determinado, tenga la posibilidad de crear su propia ruta y destino, y actividades, dentro del espacio doméstico general; que no sea este último el que predetermine las áreas que se deben atravesar, la manera en que se debe llegar un punto determinado o las actividades que se realizan en todo el espacio en general. Y al hablar de recorridos y traslado dentro de un espacio, se hace una referencia casi directa a los elementos de circulación; es por esta razón que se parte desde estos para realizar un ejercicio conceptual de lo que podría ser un espacio para ciertos habitantes flotantes. Diseño Conceptual de la propuesta La circulación, como elemento ordenador y configurador de los espacios, es la que posibilita crear las opciones y alternativas que se desean, sumado a esto, así mismo, su disposición será la que origina los niveles y el posicionamiento de los espacios fundamentales dentro del prisma. Por medio de esta se genera una mayor variedad de relaciones y conexiones entre los posibles espacios, y resulta ser el elemento clave para lograr las premisas básicas de la propuesta en general. Como consecuencia, se da una duplicación o aumento sustancioso de lo que normalmente se exigiría como área de circulación, ya que lo que se pretende es no escatimar en las posibilidades de recorridos.

Se definen tres tipos de circulación cada una con una función específica:

La circulación pública Conecta el acceso público a la zona colectiva o compartida, la cual está conformada por los espacios de alimentación, preparación de alimentos, los compartidos o colectivos y los de soporte. El fin de esta es que exista un espacio por el cual puedan circular todos los habitantes y las personas invitadas sabiendo que pueden ser vistos y encontrarse a otras personas con mayor facilidad.

La circulación principal

privada

Conecta directamente a los dos accesos privados propuestos con los espacios privados, esto con la intención de crear caminos directos para que no haya que recorrer las zonas compartidas de manera obligatoria, de este modo se puede ingresar y caminar con menores probabilidades de ser percibido. Rodea el espacio doméstico como una espiral envolvente.

La circulación alternativa

privada

Conecta los espacios privados con todos los demás, van de las circulaciones privadas principales a los espacios indefinidos, los nichos, los rincones de actividades no determinadas. (Ver imagen 1) Imagen 1. Prisma base, 12mx12mx12m.

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Imagen 2. Determinación de circulaciones.

Imagen 3. Prisma con la primera modificación desde la circulación.

[La Forma En este caso delimitado, se configura a partir de un prisma (Ver Imagen 2), proyectando las intenciones espaciales de una forma en la que pareciera que se excava dentro de un volumen en búsqueda de la luz y la creación de espacios internos. Se tomará como ejercicio el prisma utilizado por Adolf Loos en el diseño de sus casas, a partir de algunas de las premisas del Raumplan1. Existe una forma en la que pareciera que excava dentro de un volumen en búsqueda de la luz y la creación de espacios internos, que son los que generarán el resultado de las fachadas. Sin embargo, no es determinante dentro de la configuración de la propuesta, pero se 102

toma como una opción de exploración de la forma. Se trabaja desde la totalidad del objeto con una visión tridimensional a lo largo del proceso de diseño; además se utiliza el recurso de las secciones para tomar en cuenta las relaciones entre los diversos subespacios y poder observar las posibilidades de accesos, recorridos, alturas, conexiones, separaciones, niveles y traslapes. Se considera primero la gama de actividades posibles que puede contener ese espacio, quitándole las etiquetas predeterminadas que suelen componer con tanta inercia un espacio doméstico (sala, comedor, habitación, etc).]

1. El Raumplan, se basaba en el diseño de cada uno de las habitaciones o espacios de una casa, donde cada uno tiene una importancia distinta. Esto se define con las alturas del cielo, tamaño, y con los materiales. Se le da una mayor importancia a la libertad personal, donde cada persona tiene la oportunidad de tener contacto con el exterior desde sus espacios privados. Se crea una diversidad de espacios para generar diversos ambientes y atmósferas; en la configuración de los mismos se organizan o distribuyen los espacios de manera tridimensional o vertical, dependiendo de la privacidad y la accesibilidad de las funciones; además, existe un modo de recorrido en espiral dentro de una casa. Por otro lado se propone el Plano Material, que es la forma como son usados los materiales en la superficie para crear distintas atmósferas.

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Imagen 4. Espacio privado 1. Se establecen cuatro espacios privados, correspondientes a cada habitante del lugar.

Partiendo de los niveles originados por la circulación privada principal, se inicia con la configuración de los espacios con funciones básicas, como los privados, que son los primeros que se ubican; como se ve en las imágenes 4, 5 y 6. Posteriormente se configuran los espacios de soporte, de alimentación, de preparación de alimentos, los colectivos o compartidos, basándose en la ubicación de los espacios privados (Ver imágenes 7 y 8); de manera que a la hora de realizar esta ubicación se determina de manera fija la circulación privada alternativa y la pública (Ver imagen 10).

Imagen 7. Configuración de los espacios soporte como sanitarios y duchas (5), de alimentación (6), preparación de alimentos (7), colectivos (8), bodegas (9).

Imagen 5. Espacio privado 1 y 2.

Imagen 8. Configuración de espacios de soporte (5), según ubicación de espacios privados 1, 2, 3 y 4.

Imagen 6. Espacio privado 3 y 4. 104

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Sin embargo, a la hora de ir proyectando estos espacios, se ubican

vacíos

e s t r a t é g i c o s a lo largo de las circulaciones o entre los espacios con funciones más delimitadas; estos se forman en la determinación de los niveles, traslapes y recorridos, y

se

les

denomina

espacios

indefinidos.

Se les llama de esta manera por su condición de ser “desprogramados”,

Imagen 10. Circulaciones definitivas que definen la extracción de vacíos estratégicos.

no tienen funciones, ni usos/actividades predeterminadas, sino que serán apropiados para realizar actividades espontáneas o cambiantes, teniendo una función desde el momento que un habitante se apropie de alguno de ellos y origine sus propios ambientes. Estos podrían ser nichos o recovecos dentro del espacio general, pero no son espacios residuales, son espacios con potencial de ser tomados con el fin de apropiarse de pequeños lugares acogedores, o de espacios con mayor tamaño para crear actividades que impliquen más personas y que puedan bailar, subir, bajar, comer, escalar, etc.

Imagen 9. Referencia de secciones perspectivas A-A y B-B.

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Los espacios indefinidos y los privados, no son de uso completamente individual, aunque si son de dominio individual; los habitantes flotantes pueden proponer sus propios ambientes y atmósferas desde el placer o interés de cada uno, solos o en compañía, y si es deseable, no se tiene que involucrar obligatoriamente a sus cohabitantes dentro de esas actividades. Lo cual destaca, una de las condiciones importantes que podrían brindar estos espacios indefinidos dentro del espacio doméstico. Esta forma de construir una propuesta

Imagen 11. Espacios indefinidos vistos desde sección perspectiva A-A.

Imagen 12. Espacios indefinidos vistos desde sección perspectiva B-B.

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Imagen 14. Sección C-C.

Imagen 15. Sección D-D.

Dentro de estas secciones se pueden ver las diversas actividades en los espacios indefinidos 1,2, y 3, que además se podrían realizar de forma simultánea sin intervenir en las demás. Cada habitante toma los espacios desde su interés, en soledad o compañía. Se aisla de todos o comparte con los que escoge.

conceptual de espacios domésticos, pretende también hacer una reflexión paralela sobre la proyección de espacios domésticos colectivos; donde se abra la posibilidad de proyectarlos desde diversas perspectivas y componentes del espacio doméstico que brinden ventajas sobre lo que se entiende actualmente como espacios colectivos. Esto, porque a partir del surgimiento de la arquitectura moderna, se dio un cambio en la lógica funcional y organizativa de los espacios domésticos, se relega el espacio doméstico colectivo para ser desplazado por los espacios domésticos individualizados; originando el concepto de vivienda unifamiliar. Los factores y valores por los cuales funcionaban los espacios colectivos son ignorados, y se intenta hacer un enfoque a los valores positivos de la individualidad; dejando por fuera dinámicas, necesidades y comportamientos aún existentes e importantes dentro de las diversas sociedades. Por esto, a través del ejercicio se procura resaltar la condición de colectividad y de espacios domésticos compartidos, con un perfil de habitante específico, para rescatar las virtudes y ventajas que se pueden obtener de los espacios que son previamente diseñados y pensados para contener estas condiciones. Además, se busca no dar por sentado el deseo o la necesidad de vivir de manera individual, por el contrario, se intenta poner sobre la mesa dinámicas que no suelen ser predominadas en la cotidianidad y en la creación de espacios domésticos.

Imagen 13. Referencia de secciones C-C Y D-D. 108

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Mónica Meneses Frías

UNIDAD DEL ESPACIO SOCIAL

Para comprender el fenómeno de subutilización de los espacios comunes cotidianos, como lo son la estancia sala-comedor, es necesaria una reflexión a partir del interés de la visión contemporánea, desde la que se intente interrogar una serie de ideas alrededor de las cuales, este espacio social, centro de la vida doméstica, se concibe y se enfrenta desde diferentes enfoques.

espacio social- subutilización-tramoya doméstica-flexibilidad

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Esta aproximación privilegia la condición utilitaria, por lo tanto, la subutilización, se entiende como la limitación del uso potencial del espacio a la significación simbólicocultural que se le ha asignado en el tiempo, y que sugiere desde nuestras experiencias históricas y la complejidad de nuestras necesidades actuales, asociadas a nuevos modos de vida; una reflexión que pueda gestar una nueva forma de habitar, una transformación en el modo de usar la casa; su rol y existencia como se plantea hoy en día debe ser cuestionado.

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En la arquitectura doméstica, la percepción de la vivienda y el comportamiento en ella son elementos culturales cambiantes y constantes a la vez, desde el espaciotiempo histórico, cada generación ha propuesto e impuesto su interpretación del habitar doméstico, condicionando la relación entre el habitante y los espacios que habita. Los espacios de la vivienda se han convertido en la expresión de pautas sociales; responden a necesidades en el seno de una cultura determinada. La sala-comedor como el ámbito culturalizado del estar de la casa, absorbe un área considerable dentro del espacio total, que no se utiliza, pero se mantiene, por el valor simbólico de lo que representa, es decir, el habitante no separa el uso práctico de la significación social de este uso. Es el espacio central de la vivienda justificado espacialmente en su criterio de posicionamiento y organización, (ubicación, tamaño y relación espacial con otras estancias), sin embargo, se proyecta como un espacio estático, sin impacto dentro de la vivienda, muchas veces aislado o desarticulado; su uso se ve determinado a partir de la disposición del mobiliario. Los muebles son el componente para hacer de éste espacio un lugar habitado, y por lo tanto, utilizado; alterando su disposición se genera una lógica que a su vez determina el modo de usar la casa. (Ver imágenes 2-7).

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Imagen 5 Estudio de caso 2 Vivienda unifamiliar en condominio

Imagen 2 Estudio de caso 1 Vivienda unifamiliar en condominio

Imágenes 6-7 Caso 2 Configuración como una unidad espacial que promueve el uso.

Imágenes 3-4 Caso 1 Debido a la segregación espacial producto de la disposición del mobiliario el espacio social es subutilizado. 114

Ante condiciones espaciales idénticas, se determina el uso del espacio social a partir de la configuración del mobiliario. 115


Con la modernización, la arquitectura proclama el cumplimiento de la función, como el primer requisito que debe ser atendido, reflejado en la vivienda, considerada la pieza más elemental y necesaria de la vida. Se registran cambios en el contenido programático, la distribución y la configuración de las viviendas en virtud de transformar la concepción, a partir de la estandarización de las necesidades, la especialización de usos y funciones. Adicionalmente, las transformaciones sustanciales en el ámbito social, los cambios en los estilos de vida, unidos al concepto de domesticidad hacen reconsiderar el futuro de la convivencia en la casa, sin embargo, el uso de los espacios comunes cotidianos no puede limitarse únicamente a su función social, a los criterios acerca de la disposición para la convivencia o el intercambio, a su valor posicional o las características del espacio.

Actualmente, los criterios ponen de manifiesto la necesidad de una transformación, reflejado en la casa como centro de acción a partir del cual el habitante se proyecta a diferentes niveles: social, laboral, educativo, cultural, entre otros.

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La funcionalidad de la casa está determinada por las actividades que potencialmente puedan realizarse en las distintas estancias, la comodidad y el sentido de aprovechamiento de los recursos espaciales, aunque ambos espacios establecen una relación diferenciada con otras áreas de la vivienda, debido a que sala-comedor no son estancias dependientes la una de la otra; por ejemplo, una referencia funcional de dependencia es el vínculo del comedor con la cocina, mientras que la sala no tiene esa condición, su ubicación está abierta a nuevas relaciones que potencien nuevas maneras y tendencias de proponer el espacio doméstico. Es el habitante quien establece y dirige desde su conocimiento y experiencia, su propia visión de uso y ocupación, permitiendo desde la arquitectura explorar la esencia de su ser a través del hacer, generando opciones ; donde pueda propiciar el desarrollo del uso como ritual y el uso como capacidad, que acabe revisando a su alrededor y proponga una o varias alternativas como respuesta a una nueva definición de lo doméstico, que dé contenido, en una realidad cambiante, a las nuevas formas de vida social. El nuevo rol de los espacios comunes cotidianos ponen en valor la transformación del contenido programático de la vivienda, donde desaparece la especialización de uso del espacio para convertirse en una unidad espacial multiprogramada que ofrezca opciones de estar y niveles de comodidad acordes a las nuevas necesidades que han surgido producto de los cambios sociales en el habitar.

Tramoya Doméstica Como propuesta se parte de la idea de la casa como el espacio escenográfico donde se pueden proyectar múltiples escenas cotidianas, acordes al estado cambiante del habitante y su entorno. La susceptibilidad a cambios de usos y transformación supone la liberación del espacio, una forma de uso alternativo de los espacios domésticos, multiplicando condiciones y creando flexibilidad en la vivienda.

”La casa como el teatro mismo de la vida, con sus telones y sus máscaras, con el brillo de las funciones de estreno y la oscuridad o el silencio que exige la introspección del habitante-actor.” (Camacho, 2014)

La tramoya doméstica, como recurso de intervención espacial, que facilite, a través de la vinculación de componentes; espaciales, funcionales y constructivos, susceptibles a variaciones según las circunstancias o necesidades, la participación del habitante- actor en la dinámica que podría definir una nueva concepción de lo doméstico, sin condicionamientos para usos específicos, favoreciendo la utilización efectiva del espacio. Los espacios se configuran a partir de los elementos de la tramoya doméstica: pisos (desniveles o plataformas), elementos verticales (paneles), cielos (trama), utilería (mobiliario) e instalaciones (iluminación), entre otros, que permitan cambiar, alterar o modificar el espacio para la ejecución de diversas actividades, generando alternativas que faciliten respuestas de diseño más acordes a la complejidad de nuestras demandas y con mayores posibilidades expresivas. (Ver imágenes 8-11)

Imágenes 8-9 Tramoya doméstica Variabilidad de usos en el mismo espacio.

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La potencialidad de uso expresada en la planta libre, en el sentido práctico; transformable y adaptable, proporciona espacios con diferentes posibilidades de distribución interior, circulaciones claras y núcleos de instalaciones definidos, donde no hay una identificación jerárquica de estancias, facilitando opciones de uso, ocupación e integración. (Ver imágenes 12-13). La capacidad de cambio o readaptación del espacio, reflejado en los aspectos constructivos; con un sistema estructural perimetral, menor cantidad de muros interiores rígidos, elementos livianos para subdividir el espacio, materiales con sentido de atemporalidad que logren expresar una vida útil más larga, debido a que no se des actualizan con el acontecer del tiempo. (Ver imágenes 14-15).

Imágenes 12-13 Factores funcionales Flexibilidad como propuesta de organización espacial

La multiplicidad de planteamientos, unido a condiciones espaciales de luz, textura, color, entre otras, privilegia la optimización del espacio y la existencia de diversidad de actividades realizadas de forma simultánea en un espacio integrado al quehacer diario.

Imágenes 10-11 Tramoya doméstica Cielos Elementos verticales Instalaciones Pisos Utilería Elementos susceptibles a variaciones según las demandas o necesidades. 118

Imagen 14-15 Factores constructivos Libertad espacial a partir de la ubicación perimetral de estructura, ligereza y movilidad de elementos. Factores espaciales Valores que favorecen la calidad del espacio para habitar

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El espacio social, proyectado formalmente como unidad de convivencia, que permita integrar, encadenar, y /o vincular espacialmente; de tal forma que desaparezcan las escenas inmóviles para convertirse en espacios domésticos flexibles, de múltiple adaptación y utilización, que permitan diferentes interpretaciones dentro de la escena doméstica, respondiendo a las inquietudes y necesidades de sus ocupantes, que cambian a la vez que ellos lo hacen, en la búsqueda de nuevas posibilidades y exigencias.( Ver figura 1).

a.

b. c.

d.

Figura 1 Posibilidad de relaciones espaciales del área social a. Unión de estancias a partir de espacio común b. Piezas vinculadas por espacio neutro c. Estancias encadenadas d. Piezas vinculadas por otra común que le es

La reflexión que surja desde la recualificación de la vida cotidiana doméstica actual, podría establecer los criterios que servirán de guía para proponer respuestas de diseño más adecuadas, en virtud de tomar conciencia y contrarrestar las tendencias actuales, que lejos de entender los fenómenos domésticos, los define como concepciones absolutas e invariables. Si el diseño toma en consideración los valores de la interacción humana y social, y logra reflejarlo en su expresión formal, podrá contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestro entorno. Como argumento para el cambio, la arquitectura doméstica debe generar espacios inspiradores con la introducción de movimiento, facilidad y ligereza de las operaciones espaciales, enriquecer la relación entre las estancias, con una lógica de distribución eficaz que permita redirigir el espacio, los materiales y en consecuencia, la experiencia.

exterior

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Ana Laura Rodríguez V.

EL MUEBLE: UN MEDIADOR EN EL ESPACIO Mueble doméstico–mediación en el uso-configuración de espacio -subversión

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“La domesticidad, entendida como el conjunto de nuevas actitudes y prácticas sociales centradas en el ámbito de la casa… en este sentido, los objetos que “habitan” una casa indican su pertenencia a un universo domesticado, a un modo particular de representación de lo privado, a un sistema de significados en el que lo público y lo privado interactúan.” Soledad Pérez Mateo Pensar en lo doméstico como fenómeno vivencial, nos dirige a aquellos componentes en el interior con los que interactuamos diariamente. El mueble es tan importante dentro de esta consideración porque es desde ahí que se establece nuestra forma particular de habituarnos a una condición, siendo el mueble por lo tanto, un registro de las actividades cotidianas, una señal de nuestro paso por la casa que permite relacionar el uso de cada mueble a una actividad específica, siendo un refuerzo, una marca, un reflejo de la condición particular de cada habitante, razón por la cual el mueble se convierte en un mediador dentro del espacio doméstico.

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El mueble como mediador en las actividades domésticas El espacio doméstico, como el espacio donde se mora, implica trascender la visión de la casa, que como concepto suele involucrar únicamente el aspecto físico de la vivienda. Lo doméstico obliga necesariamente a considerar que hay una relación cercana entre las personas que habitan y el espacio del que forman parte. Somos habitantes o nos percibimos así cuando hemos alcanzado cierto grado de personalización o de unidad con el espacio, cuando hemos perpetuado esas interacciones a lo largo de muchos años y como resultado nos vernos a nosotros mismos proyectados, plasmando nuestra esencia en el espacio, siendo capaces de definirnos como dueños de nuestro entorno, de la situación de nuestra casa, de nuestra posición en ella y de lo que ésta define en relación con el mundo. Entre la gran gama de elementos que se podrían mencionar para definir esa unidad, uno de los más importantes es quizás el mueble, donde variaciones vinculadas a la posición del cuerpo o a la cercanía entre las personas en determinado momento indican que el mueble me aleja, me acerca, me facilita o me limita. Poder reconocer el mueble como objeto es algo que nos permite saber qué es y cómo usarlo. Es decir, el mismo mueble nos muestra una idea de su función: de la condición que determina y de cómo lo hace antes de ser incorporado en el espacio. Esta condición llega a nosotros, como vemos, de manera dada, lo que determina más que el uso, el uso “correcto”. Aun así, una concepción determinada no quiere decir que dentro del uso habitual no se generen modificaciones por parte del usuario. 124

Un ejemplo podría hacerse desde el sillón, puede hablarse de que este sirve para sentarse, ese es su uso oficial y no hay una concepción del sillón que le permita servir para otra cosa. Sin embargo, nada impide que yo gire mi cuerpo, incline mi cabeza hacia atrás y la recueste, acción que al evadir la posición erguida propia de sentarse, convierte la función del sillón en algo más cercano a una cama que a un sillón propiamente. Por lo tanto, se puede deducir que ese formalismo que lo amarra a una actividad no es en realidad algo propio del mueble, sino que es una concepción que se le suma al objeto y que se toma como verdadera o invariable. Si se contempla el mueble desde la actividad y no desde el mueble en sí, se empiezan a evidenciar otras condiciones, que el mueble, visto como objeto no tiene la capacidad de llenar. Un caso, siguiendo el mismo ejemplo del sillón, sería que al incorporar el reclinarse como un factor, y al aumentar gracias a esto el rango de visión, ya no se puede diseñar sólo en función de la superficie blanda en donde se posa el cuerpo, sino que valdría la pena preguntarse hacia qué estoy dirigiendo mi cuerpo, hacia donde estoy enfocando mi vista; eso obliga a repensar también la concepción de otras superficies, que por ninguna razón quedan excluidas de la acción primaria de sentarse.

Anteponer “el mal uso al mueble”, en palabras de Monteys, visto desde lo que se ha desarrollado hasta el momento, se muestra como algo necesario si se quiere plantear un cambio desde el diseño, y de esa forma dar la posibilidad al usuario de reinventarlo desde su propia experiencia personal, donde se usa a manera de juego, sin miedo a estropearlo.

Imagen 3: Diseño de mueble Mies Van der Rohe. Estas imágenes representan cambios en el diseño del mueble en diferentes momentos. El primer ejemplo es un mueble neo-clásico que era comúnmente encontrado en espacios privados. Su forma sugiere un uso individual y por lo tanto de descanso. El segundo y tercer ejemplo, diseños modernistas de Le Corbusier y Mies Van der Rohe respectivamente, sugieren al igual que el primer caso un uso individual, la diferencia está en que estos muebles los encontraríamos indudablemente en una sala o en un ámbito común.

Imagen 1: Diseño de mueble neoclásico.

Esto demuestra que el diseño del mueble sí condiciona las actividades, es decir, que si el sillón, aún en un espacio común, ya no es el lugar para conversar, entonces eso implica necesariamente una variación en su concepción, pero no solo en referencia al objeto, sino en relación al espacio y a la forma en que se supone se debe utilizar.

“El objeto tiene la función de personificar las relaciones, poblar el espacio y poseer un alma.” (Baudrillard, 2004)

Imagen 2: Diseño de mueble Le Corbusier

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Esta información constituye un análisis realizado en función de determinar las condiciones que se establecen desde el mueble, en este caso el sillón, para configurar ambientaciones en un espacio.

El mueble en la configuración del espacio Como se ha dicho, la función del mueble sobrepasa la condición de objeto y así como nos acerca a las actividades define también ámbitos completos. Poder llegar a la configuración desde la cual se establece un ámbito significa contraponer el mueble a relaciones más complejas, por lo que el estudio estará dado desde dos tipos de mueble: el sillón y el armario. Partiendo del sillón se podría mencionar que este mueble es por excelencia el definidor de ámbitos, ya que su colocación siempre a manera de cuadro imaginario, se realiza en función a un centro que los ordena y direcciona, además de que su modulación permite jugar con la suma o resta de elementos así como con las distancias. El formalismo en este caso, se establece al pensar que al ser el sillón parte de un espacio común, como es la sala, su uso siempre va a ser grupal, por lo que los muebles se acomodan para cierta cantidad de personas, en una actividad determinada como conversar, sin contemplar que la mayor parte del tiempo el espacio puede adaptarse en función de trabajar o simplemente relajarse, lo que en principio no es para nada de carácter grupal. En el caso del armario, que usualmente se encuentra colocado contra la pared, cumple principalmente la función de delimitar el espacio por el hecho de estar adherido al borde. Esto en cuanto a uso habitual, lo aleja de las actividades comunes que puedan surgir espontáneamente, ya que se limita a servir como fuente de almacenamiento o decoración, lo que no es suficiente 126

Una de las condiciones más importantes identificadas se basan en la orientación, que siempre está determinada por un centro. Esto marca conexiones visuales que son las que permiten definir subespacios. Esas conexiones se definen también por las distancias a las que están colocados los sillones. En los casos donde hay mayores distancias, se pierde la sensación de división entre los sillones y otros subámbitos, lo que le da variedad al espacio. En el caso del armario, los diagramas evidencian, primeramente que la ubicación es importante.

para poder visualizarlo como un elemento realmente importante dentro del marco de vivencia de los habitantes a pesar de tener una presencia muy significativa en el espacio. Sin embargo, al considerar tipos de armarios que incluyen variaciones en su forma, como el armario sin fondo, es posible darse cuenta de que en este caso, el armario adquiere una mayor presencia, porque determina que el mueble ya no cumple solamente su función inicial de almacenamiento, sino que adquiere el papel de la pared, siendo importante en la definición de ámbitos en un determinado espacio, es decir, ya no sólo delimita, sino que también ordena y distribuye el espacio.

Figura 1: Análisis de configuración de sillones.

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Las conexiones se vuelven más complejas cuando el mueble ya no está colocado en el borde de la habitación. Figura 2: Análisis de configuración de armarios.

Igualmente, las aberturas aportan vínculos visuales que van de un lado a otro de la habitación. Separa y une al adquirir dentro de su función el carácter propio de la pared. Figura 3: Análisis de configuración del objeto.

Contemplar las condiciones que el mueble tiene como objeto es importante para entender la esencia de su forma. En este caso, los diagramas permiten visualizarlo no como un lleno, que es como se considera normalmente, sino como un conjunto de vacíos. Esta percepción busca volverlo más flexible en su composición y poder encontrar mayores variaciones partiendo de modulaciones más pequeñas. Imagen 4: espacios para descansar, conversar o trabajar donde el estante

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Subvertir el diseño del mueble Muchos de los espacios de las casas, se establecen de manera fragmentada, agrupando un ámbito a la par de otro. No cabe duda de que el repensar el mueble, repercutiría en la forma de diseñar y distribuir el espacio, es decir, que generar un acercamiento a las actividades desde el mueble podría significar replantear los ámbitos y lograr mejorar la calidad y funcionalidad, valores que no dejan de ser prioritarios dentro de los planteamientos arquitectónicos. “Usar mal el mueble” como sugiere Monteys, es una manera de romper con ideas preconcebidas del mismo, es una forma de encontrar pautas que permitan al diseñador reencontrarse con la idea del mueble, y poder proponer, no un mueble, sino un estilo de vida, sujeto a esas realidades individuales que constituyen los matices propios del entorno doméstico. La exploración en el diseño se basa en tres pautas principales. La primera es con relación a los vacíos, contemplar la estructura del mueble a partir de los ejes que lo configuran y no desde los volúmenes. El segundo aspecto ese basa en mantener, aún de manera ambigua, patrones propios del mueble como la altura para sentarse o la distancia que le permite a una persona conversar con otra. Esto para que aún dentro de la indeterminación sea posible sugerir dinámicas para el desarrollo de actividades.

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puede ser sillón o viceversa.

uso grupal.

Figura 4: relaciones visuales para promover el

Imagen 5: los ejes permiten generar espacios

pequeños aptos para que un cuerpo se ajuste a ellos, con variaciones de altura y profundidades

Figura 5: separación de pequeños ambientes que puedan ser utilizados grupal e individualmente.

Imagen 6: el alto y ancho de las plataformas permite por ejemplo sentarse, pero también se pueden colocar objetos como la computadora para trabajar.

Figura 6: aperturas que se generan para promover conexión de un ambiente a otro.

Por último, darle prioridad a la definición de la condición de espacio propiamente, y el diseño de este en función de que esa ambigüedad permita realizar la misma actividad de maneras diferentes.

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El modelo más que buscar un objeto acabado, busca ser una herramienta de exploración, que mide su equilibrio entre “lo sugerido”, como aquellas condiciones que se plantean desde el diseño y lo no reconocible. Dentro del primer aspecto, se pretende rescatar las modulaciones establecidas, como en el caso de los sillones, se mantienen las distancias, las relaciones visuales centralizadas y las alturas correspondientes. Aún así, se adecúan los planos de forma que se generen espacios más íntimos, adecuados para la escala de una persona, sin que eso afecte el esquema de uso grupal. Otro factor se basa en las variaciones de altura, un plano horizontal que en un momento puede servir como “mesa”, si estoy de pie, en otra circunstancia puede ser el asiento de alguien. Lo que aporta varieda a las dinámicas porque puedo adaptarlo (al mueble), o adaptarme yo a su estructura según como posicione mi cuerpo.

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La exploración no excluye la idea de los objetos que acompañan una actividad, como la computadora, los libros, el teléfono celular o la taza de café. Las plataformas del mueble en este sentido siguen vinculándose como puntos de apoyo para la colocación de los mismos, manteniéndose al alcance, es decir, evitando que los mismos queden al margen de la actividad y más bien se proyecten con mucha cercanía. Los ejes, plataformas o en general la estructura de soporte que se genera, buscan mantener las definiciones de ambientes que se generan en el mueble sin fondo, por lo que se ubican estratégicamente para mantener vínculos visuales. El mueble, más que ser un objeto cerrado, pretende funcionar como una especie de cajones abiertos, como si la misma estructura fuera un cerramiento que se descmpone, con diferentes profundidades para explorar. Una forma de invitar al usuario a reconocer su lugar en el mueble y a plasmar su esencia en él.

“Una casa que fuera final, simétrica de la casa natal, prepararía pensamientos y no ya sueños, pensamientos graves, pensamientos tristes. Más vale vivir en lo provisional que en lo definitivo” (Monteys, 2001)

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ANATOMIA DE VENTANAS

“Si algo puede considerarse de un interés extremo en una habitación es sin duda la ventana. Una tumba no tiene una ventana. La ventana expresa que allí se vive. La ventana es el ojo de la habitación hacia la calle.

Kevin Viales

La ventana es también un lugar, u n á m b i t o . ” ( M o n t e y s , 2015)

Anatomía de ventanas - Estructura portadora- Límite - Personalización - Exposición Privacidad - Extensión - Entramado - Contacto indirecto

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Sin embargo, la ventana además de permitir un vínculo entre espacios, puede considerarse una estructura

Si fuera cierto, que para el espacio doméstico “la ventana expresa que allí se vive y que es el ojo de la habitación hacia la calle”, entonces la ventana seria el componente de comunicación más importante para el espacio doméstico, al establecer un vínculo con el exterior donde manifiesta su condición de espacio habitable y evita al mismo tiempo el aislamiento total de este espacio.

e n el se nt ido de que a s u al re ded o r s e sobre po ne n c om pone nt es l ig a dos a l us o, l a pe rso nal iz a c i ón y l a a dap ta c ió n que s e ha c e de la v en t a na c om o re su lt a do de ha bi ta r el e spa c io dom é st i co , los cuales portadora2,

La ventana como elemento arquitectónico puede establecer varios vínculos con el exterior: la luz que entra por la ventana ilumina la habitación y da razón sobre el paso del tiempo dentro del espacio habitable, por sus aberturas permite sentir el aire en movimiento a través de la habitación, así como tener contacto con el entorno al observar, salir o escuchar lo que sucede afuera, es por esto que suele enfatizarse una vista atractiva del exterior y enmarcarla a través de la ventana.1

reflejan múltiples condiciones sociales que caracterizan la manera en que se establece este vínculo entre interior y exterior.

este apartado se evidenció que existe un distanciamiento entre la proyección realizada en la disciplina y las adaptaciones adquiridas

Ahora bien, si en la relación entre interior y exterior la ventana comunica que es un espacio habitable, es importante conocer también ¿qué otras condiciones comunica la ventana para el espacio doméstico a partir de su función como estructura de soporte? y para esto, el registro de la anatomía de diferentes ventanas se vuelve apropiado a fin de identificar cuales componentesfenómenos soporta la ventana3:

por el uso.

Imagen 10. Ejemplo de la dimensión de ventana y las verjas

cortina decorada.

muro.

Imagen 11. Ejemplo del vidrio transparente y la

Imagen 12. Proyección sobre la extensión de la estructura de la ventana.

Imagen 15. Proyecciones sobre la definición de la ventana a partir de las ideas de extensíon entramado - contacto indirecto.

Imagen 13. Proyección sobre la estructura de entramado en la ventana.

v1. En el apartado de <<Windows>>, de la colección

Imagen 14. Proyección sobre el plano separado del 136

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Registro Gráfico

Anatomía de ventanas Imagen 1. “Picture Window”. ideal de

la ventana como vitrina del espacio interior. Tomada de “Elements of Architecture,

Windows”. Imagen 2. Ventana como estructura

portadora Imagen 3. El borde de la

ventana y la pared. Imagen 4. La dimensión de la

El borde de la ventana y la pared: con el uso de banquinas, marcos, podios y otros componentes para la delimitación de la ventana en el muro hay una intensión de conferirle a la ventana un peso y una estabilidad que quizá reflejen la noción de espacio doméstico como lugar de permanencia y protección. (Ver imagen 3)

La dimensión de la ventana y las verjas: con la incorporación de verjas en la ventana hay una preocupación por reducir el nivel de exposición del vidrio por una noción de protección, básicamente este plano se reduce hasta una dimensión donde no permita el paso de una persona a través de la ventana.(Ver imagen 4) 138

El vidrio El transparente vidrio transparente y la cortina y la cortina translúcida: translúcida: la permanencia la permanencia inseparable la cortina inseparable de la decortina translúcida translúcida detrás deldetrás vidriodeldevidrio de la ventanala refl ventana eja la refl necesidad eja la necesidad de de privacidadprivacidad con respecto con alrespecto espacioal espacio exterior. (Ver5)imagen 5) exterior. (Ver imagen

El vidrio transparente y la cortina translúcida: la permanencia inseparable de la cortina translúcida detrás del vidrio de la ventana refleja la necesidad de privacidad con respecto al espacio exterior. (Ver imagen 5)

llega a ser ocupado por diversos tipos de objetos que personalizan el espacio doméstico e incluso pueden cargar significados determinados; entre ellos suelen encontrarse: floreros, fotografías, esculturas, adornos, entre otros. (Ver imagen 6).

El marco de la ventana y los objetos: el espacio que puede generar el marco de la ventana 139


El borde de la ventana y la cortina decorada: la colocación de esta cortina enmarca la ventana de manera personalizada y la sitúa como lugar de referencia dentro del espacio doméstico. (Ver imagen 7)

es más importante para el espacio doméstico que mantener un contacto visual de forma frontal con el exterior. ¿Debe la ventana establecer siempre un contacto frontal entre espacios?

A partir de los fenómenos que se evidencian en esta anatomía de ventanas se pueden considerar 3 condiciones

Junto con las condiciones expuestas,

ventana y las verjas.

importantes que modifican a la ventana para adaptarla en su función como límite del espacio doméstico y que la vuelven un sistema compuesto de cortina, vidrio y verja.

las preguntas planteadas dan pie para pensar maneras en que la ventana puede redefinirse en relación con el espacio doméstico y al vínculo al cual esta sujeta entre espacio interior y espacio exterior.

Imagen 7.

1. La personalización 1. Extensión de la estructura

Tanto en la colocación de una cortina decorada como en la ubicación de floreros, fotografías u otros objetos se evidencia el empeño por caracterizar el espacio de la ventana, referenciándolo como un lugar de actividad dentro del espacio doméstico. Por lo que surge la pregunta entonces si ¿la ventana debe pensarse de manera que integre el espacio para la personalización? (ver 8 y 9)

Una manera de concebir la ventana como espacio de personalización y lugar de actividad es extendiendo la estructura que da forma a la ventana (el marco, la base, los bordes), a tal punto que esta deje de ser un plano en la pared para adquirir distintas profundidades que se integran al espacio doméstico e invitan a la apropiación y personalización. (Ver imagen 12).

Imagen 5.

El borde de la ventana y la cortina decorada.

2. Entramado

2.La exposición del vidrio La imagen 10 es un ejemplo que muestra la relación directa existente entre la dimensión del plano de vidrio y la colocación de verjas, donde se sugiere que hay más seguridad con un conjunto de pequeños planos de vidrio que con las grandes dimensiones de vidrio expuesto. Ante esta situación ¿Cuál debe ser la dimensión del vidrio en la ventana?

El proyectar la ventana como componente arquitectónico libre de la sobreposición de verjas, hace pensar que la estructura que da forma a la ventana debe partir desde una lógica de entramado antes que del encuadre de un plano de vidrio. (Ver imagen 13).

El vidrio transparente y la cortina translúcida.

3. Contacto indirecto Generar un tipo de contacto con el ambiente exterior que no sea frontal como lo establece la ventana tradicional, con el fín de obtener privacidad, sugiere abandonar la idea de que la ventana es un cuadro en la pared, o un muro transparente y en cambio, concebirla

3.La privacidad En las imagenes 5 y 11 se refleja el esfuerzo que hay por limitar la visibilidad del exterior hacia el interior, evidenciando que obtener privacidad 140

Imagen 6. El marco de la ventana y los objetos.

Imagen 8. Ejemplo de la ventana y la cortina decorada.

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como el espacio generado por un plano separado del muro, que permite el ingreso de la luz y el viento, generando un contacto indirecto con el exterior a través del borde de este plano. (Ver imagen 14).

términos, la falta de interés por ver lo que sucede afuera, por mantener una continuidad entre el interior y el exterior en un espacio tan particular como lo es el espacio doméstico.

Si bien las 3 ideas expuestas representan una manera gradual de definir la ventana, ciertamente con la incorporación del plano separado del muro para generar un contacto indirecto cambiaría la manera en que se entiende la relación entre el espacio doméstico y su exterior. La linealidad, esa relación cara a cara entre la habitación y la calle mencionada por Monteys 4, queda cuestionada ante la condición social que parece manifestarse de querer ver sin ser visto, o en otros

Por otro lado el acercamiento a la ventana desde su condición como “estructura portadora” permite comprender fenomenos, que suelen desconocerse en el momento en que es pensado y proyectado este componente. Además de las 3 condiciones con las que se trabajó quedan por fuera otras posibilidades y abordajes en cuanto a las variables que intervienen en la defición de la ventana. Así como la ventana, existen muchos espacios que cumplen una función como estructura portadora esperando para su análisis y redefinición en la manera en que son pensados desde la arquitectura, pues en

<<Elements of Architecture>> se describen las funciones que ha adquirido la ventana en relación al espacio que le rodea.

142

Imagen 9. Ejemplo del marco de la ventana y los objetos.

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Partiendo de la idea de que un espacio doméstico, es aquel que se domina, se apropia, se personaliza, se hace suyo y se tiene control del mismo, se puede decir que dentro del imaginario de “casa” no siempre se logra lo anterior. Sin embargo, la habitación como parte del ámbito doméstico, es aquel espacio en el cual existe una constante búsqueda por esa apropiación, personalización e individualización. Actualmente la habitación no posee trascendencia alguna dentro del diseño de un proyecto doméstico, sencillamente no se piensa en ella. La tipología estándar remite a espacios cajoneros y se utiliza casi que una plantilla para el diseño de los mismos. Además adoptan el nombre de “dormitorios”, siendo éste un término con grandes limitantes y erróneamente empleado. Se restringe este espacio a una pieza de dormir, a espacios vacíos que no exalten ningún sentido de pertenencia. Suele ser habitual un razonamiento de las habitaciones a partir de la cama y el armario, por ejemplo, dimensionando el espacio a partir de estos elementos. Surgen ciertos “códigos” o patrones, los cuales condicionan el diseño. Es acá cuando las posibilidades se reducen y se llegan a soluciones genéricas, a la estandarización.

espacio espejo Daniela Arias Ramírez

Doméstico – habitación – propio – personalización – objetos

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“La nomenclatura empleada por la administración es aún anticuada y se refiere a las habitaciones como dormitorios (dobles o sencillos), un término sin duda restrictivo e innecesariamente e s p e c i a l i z a d o . ” (Monteys, 2014, p.9)


En primera instancia, para abordar el ejercicio se parte de una colección de 10 habitaciones no solo porque son distintas entre sí, sino porque su proceder es heterogéneo. Se visitan 10 cuartos y se realiza un levantamiento fotográfico bajo la siguiente pregunta: ¿Cómo se registra una biografía a través de la habitación? Dentro de la exploración, se percibe una constante necesidad de personalizar 3 elementos: paredes, pisos y cielos. Se nota como en todas las habitaciones las paredes se modifican. Unas son alteradas por medio del color, otras gracias a la colocación de cuadros o afiches (Ver imagen 1) y en algunos casos se les empotran muebles o repisas (Ver imagen 2). Por otro lado, en ciertas habitaciones, los cielos son acentuados por medio de algún afiche u objeto colgante. Además se percibe una anomalía en uno de los cuartos, destaca importancia que se tiene por acentuar el nivel del piso; la tipología de los muebles responde a esto (Ver imagen 3). Ante esto, se observa como la modificación de paredes, pisos y cielos tiene como fin exhibir el componente individual de cada habitación. Hay una constante exaltación por lo propio.

Imagen 1: Alteración de la pared por medio de afiches.

Dentro de ellas juega la memoria, se plasma un relato de vida y se albergan objetos. La habitación es el reflejo constante de la apropiación del espacio, es un elemento desde el plano de lo doméstico con un importante componente individual. Se nota como cada pieza analizada expresa bien su ligamen con la persona que la habita, constituye una proyección de su carácter y es una invitación a descubrir la personalidad de quien la ocupa. Son prácticamente burbujas personales cargadas de componentes particulares, Monteys las denomina “células de habitabilidad”.

“ L a h a b i t a c i ó n e s e l l u g a r d e l a m e n t e ”. (Kahn,)

Imagen 2: Repisa empotrada a nivel de pared para exhibir colecciones.

El estudio de habitaciones permite reafirmar por qué Kahn se refiere a estas como “el lugar de la mente”.

Imagen 4: Utilización del nivel de piso. Se resalta por medio de los muebles.

Imagen 3: Mueble empotrado a nivel de pared para exhibir colecciones. 146

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Al existir este tipo de condiciones, surge la necesidad de generar espacios que se adecuen a lo explicado anteriormente. Es decir, espacios que tengan la capacidad de mostrar la personalidad, de proyectar gustos particulares, de exhibir colecciones u objetos personales. Espacios personalizables, más allá de las cuatro paredes, la cama y la mesa de noche. Un espacio donde el usuario tenga la posibilidad de explorarse, mostrarse y de hacer realmente de ese espacio un espejo que lo represente. Para desarrollar el ejercicio, se plantea el diseño de un espacio espejo, una habitación personalizable dentro del espacio arquitectónico. No se cuenta con un usuario específico, puesto que generar una habitación para 10 personalidades distintas resulta complejo.

Lo que se pretende es explorar mediante el diseño de una sola habitación, un lugar que ofrezca la oportunidad de refugiarse, de proyectarse, que muestre el detalle, un ambiente íntimo que genere ese atmósfera de calor por medio de la individualización.

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Concepto de la propuesta

Pared:

Como se mencionó anteriormente, en las 10 habitaciones del estudio se alteran las paredes, el cielo y el piso con el fin de realzar componentes individuales de cada persona. De alguna u otra forma, esto muestra como el diseño habitual de estos 3 elementos se traduce por paredes, pisos y cielos planos, los cuales generan un cubo como tal. Ante esto surge la siguiente interrogante: ¿Qué sucedería si estos 3 elementos básicos de una habitación se transforman a nivel de forma para generar una respuesta volumétrica acorde con una habitación? ¿Se podrían alterar las paredes, el piso y el cielo (en términos arquitectónicos) para generar una personalización del espacio?

En los casos analizados, la búsqueda por la personalización de las paredes es constante. Como respuesta a esto, se pretende jugar con las caras del cubo. Interponer planos y dejar de lado la pared genérica. Dentro de lo analizado, se observa como en las paredes se empotran muebles ajenos a esta. De esta forma, se busca que el mismo elemento de la pared contenga estos espacios para exhibir objetos personales. (Ver figura 1)

Inicialmente, para modificar esos 3 componentes, se busca explorar la forma, deformar, extraer y perforar ese “cubo” base. A partir del análisis anterior, se obtienen las primeras variables sobre las cuales trabajar: paredes, cielos y pisos. No obstante, dentro de una habitación estos no son los únicos parámetros arquitectónicos que podrían trabajarse. Por ejemplo, si se perfora un cielo aparecen juegos de luz o si se modifica una pared no tiene que ser necesariamente a nivel de forma, se puede hacer por medio de la textura. En base a esto, se decide trabajar bajo 5 pautas en términos de diseño para abordar el ejercicio: pared, cielo, piso, textura y luz.

Figura 1: Alteración de la pared por medio de la deformación de la geometría.

Cielo: Se percibe como a nivel de cielo, los usuarios colocan elementos colgantes para reafirmar la individualización. Ante esto, se proponen cielos inclinados, generando un juego de alturas. La perforación de la forma no se da únicamente a nivel de paredes, sino también a nivel de cielos (Ver figura 2).

Figura 2: Inclinación de cielos y perforaciones.

Pisos: El piso suele ser un elemento negado dentro de la configuración de las habitaciones. La anomalía del caso presente en el levantamiento fotográfico, genera un interés por acentuar un valor al nivel del piso. Se propone darle una importancia a estos por medio del juego de desniveles y ciertos escalones, para generar ambientes más acogedores y flexibles. Además las perforaciones llegan a ser válidas a nivel de este. (Ver figura 3).

Figura 3: Juegos de desniveles.

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Cielo inclinado Se integran texturas

Elementos que son parte de la pared para exhibir objetos o colecciones

Texturas: Se propone un empleo de texturas a nivel de piso, cielo y pared que propicien el calor y lo íntimo de la habitación. Muros con texturas distintas, que permitan transgredirlos. Pisos con desniveles y texturas cálidas. Un cielo traslucido que permita entradas de luz. (Ver figura 4).

Figura 4: Texturas a nivel de piso y pared.

Desniveles en el piso, generando otros ambientes Imagen 5: Corte AA Perforaciones a nivel de cielo, generando entramados de luz

Luz:

Figura 5: Entradas de luz por medio de perforaciones.

Se plantea utilizar el recurso de la luz como un elemento que acentúe objetos y puntos específicos. Generar entradas de luz y aprovechar el recurso de las perforaciones a nivel de cielo, las cuales crean un entramado en la pared y siendo este una guía para colocar afiches o cuadros. Además, recurrir al recurso de la iluminación a nivel de piso, para crear ambientes interesantes dentro del volumen.

Elementos que salen de las paredes Desniveles en el piso, generando otros ambientes. Imagen 6: Corte BB

Deformación de la geometría del volumen (cubo) Exhibición de objetos Texturas a nivel de piso

Juego de desniveles

Imagen 7: Planta

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Imagen 10: Vista Imagen 8: Vista

Imagen 9: Vista

Perforaciones a nivel de cielo que generan texturas de luz sobre la pared

Las paredes se convierten en mobiliarios y repisas para la colocaciรณn de objetos que personalicen el espacio. Desniveles, texturas a nivel de piso.

Esto, para colocar afiches o cuadros, siguiendo el patrรณn de luz reflejado.

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De este modo, las variables utilizadas están relacionadas las unas de las otras. Convergen en una propuesta que busca la integración y la dependencia de unas con otras, que persigue la idea de la personalización del espacio gracias a la arquitectura. Las variables propuestas para trabajar la habitación, podrían ser llevadas a una escala que abarque el espacio doméstico en su totalidad. Retomar las condiciones de lo propio y generar espacios que propicien la integración dentro del habitar.

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“La arquitectura tiene su origen en el hacer una habitación.” (Kahn; Monteys, La Habitación, más allá de la sala de estar, 2014)

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Bryan Martínez Fonseca

la sombra

Sombra, límites de sombra, objetos, luz, espacio arquitectónico

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El trabajo investiga los medios y las formas por las cuales el espacio doméstico, se puede dar desde referentes vivenciales, como lo es el espacio de la sombra. La palabra doméstico se asume desde su raíz “domus” casa y “tiko” referente a . El habitar doméstico: el cómo habita el ser humano en la vivienda, Para ello, se expone la vivencia de las personas y su relación sombras objetos; la forma de habitar de las personas en sus viviendas, tomando como punto de aproximación la forma en la cual los habitantes de Costa Rica se desenvuelven en sus rutinas cotidianas.

“Sin embargo, como determinante de diseño no es el sol sino la sombra el elemento fundamental de la arquitectura y el urbanismo de las latitudes tropicales, Aquí en el trópico, la sombra acoge, reúne y condiciona el comportamiento del ser humano (Medina, 2005).

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La sombra en arquitectónico

el

En la arquitectura la realidad del espacio lo podemos percibir de dos formas; la realidad evidente, y la otra que requiere ser más analítico, el ojo no la puede percibir, la podemos llegar a descubrir con la apariencia de las cosas y de los objetos. La sombra posibilita esta percepción del espacio.

espacio

Los elementos constructivos que conforman el espacio arquitectónico, responden a límites de sombra, estos límites son planos que diferencian el interior del exterior , “la sombra protectora”, esta sombra funciona como equilibrio entre la luz y la total oscuridad; pero necesitamos de la luz para lograr las sombras, el sol es uno de los recursos más abundantes en el trópico, en los lugares calurosos se utiliza la sombra como medio de refugio, y es en ella donde se tienden a realizar las actividades diarias, la percepción de la sombra o de la oscuridad nos permite tener la idea de un interior ;esta idea de interior ,puesto que las actividades se dan en la sombra y esta empieza a tener carácter de espacio en la vivienda , también se pueden generar en los bordes o incluso en las afueras de la vivienda , las reuniones de personas , la espera , el ocio. Es muy común que se conciba el espacio doméstico en un corredor, en la zona de sombra proyectada por la misma vivienda o en la sombra proyectada por la vegetación o los arboles adyacentes. Si bien las condiciones de sombra en una vivienda ubicada en Costa Rica favorecen la forma en que se realizan las actividades en la vivienda y otorgan confort climático, estas condiciones tienen más importancia, es necesario conocer más a fondo su significado, la sombra tiene alto valor psicológico sobre quien las observa y las percibe , los objetos y los planos arquitectónicos desempeñan una parte importante en el interior de la vivienda , la sombra en el espacio arquitectónico muestra una realidad indeterminada , pasan a formar parte de la realidad del observador.

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“…el hombre busca un lugar en el que estar, un lugar en el que pueda esconderse, de la luz del sol, y encontrar sus sombra s…”( Fehn, 1995).

Imagen 1. Figura forma de vida en antiguas casas de madera Costa Rica, espacio de la sombra, iluminación natural exterior, espacio de sombra en el interior de la vivienda.

Las sombras en contraste con la arquitectura que ordena la realidad del objeto arquitectónico, nos organiza la espacialidad; nos da la lectura del espacio, podemos percibir profundidad , o nos dice hacia donde está el objeto, hacia la luz o la oscuridad, más próximo al afuera luz o hacia el adentro oscuridad, si el espacio está abierto

o cerrado. Hablar de sombra no es lo mismo que hablar de oscuridad; la oscuridad es el espacio en donde no se muestran los objetos, la oscuridad los esconde de toda la realidad que podemos observar, es ahí cuando la sombra es la comunicación entre este espacio oscuro y el espacio con la luz, es donde los objetos toman significado, nos muestra lo que no sabemos sin necesidad de develarlo por completo, la sombra no se produce por el movimiento solar ; la sombra varia, los limites expuestos a la iluminación solar se desplazan.(Ver imagen 1, 2 y 3)

Imagen 2. Interior de vivienda en madera.

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Imagen 3. 1995. Fotografía por Moreno Lazzaro. En el Sanatorio de tuberculosis de Cartago. Costa, espacio de la sombra.

En Costa Rica la necesidad de sombra y ese espacio entre el afuera y el adentro varía según la ubicación de la vivienda en el territorio; la gran cantidad de micro climas favorecen estas condiciones, donde son de suma importancia para diferenciar formas de habitar, y reconocer la forma doméstica, es así como por ejemplo: Guanacaste, donde sus temperaturas pueden variar de un 31 a 36 grados se suele generar más sombra , las actividades se empiezan a generar en estos espacios protegidos , los objetos empiezan a tomar significado más cerca de las ventanas de las viviendas ya que al ser más reducidas las aberturas y más extensos los aleros 160

de las viviendas, es clara la diferencia entre un espacio oscuro en el interior y un espacio con luz en el exterior, haciendo que los objetos adquieran mayor contraste, y se tiendan a agrupar las personas en el espacio de la sombra ; en contra parte en los sitios donde es más nublado o hay condiciones de menos asoleamiento, las aberturas empiezan a ser más amplias para lograr la mayor cantidad de iluminación, se hace necesario la entrada de esta iluminación para lograr el espacio de unión entre el afuera y el adentro; la sombra (imagen 4)

Imagen 4. Las actividades se generan en el espacio de la sombra , aeropuerto Juan Santa Maria, Costa Rica

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El arquitecto Louis Kahn decía “El sol no supo lo maravilloso que era hasta que sus rayos cayeron sobre la pared de un edificio”. Agregaría que el sol nunca supo lo maravilloso que era hasta que sus rayos cayeron sobre un objeto, y, bloqueados por su cuerpo material, proyectaron una sombra sobre el espacio. La luz no sólo se desenvuelve como fenómeno visual ante nuestros ojos, sino que es representación visual de lo no visual: está provista de contenido simbólico, psíquico e imaginario. Esta representación no está completa sin su opuesto, la sombra. Si bien la luz está provista de un lenguaje inherente, la sombra también tiene el propio. (Áviles, 3 octubre 2011) La representación de este espacio de sombras Los problemas del diseño realizado íntegramente por ordenador se hacen aparentes en particular en las fases más sensibles y vulnerables del proceso de proyecto, cuando se concibe y se determina la esencia arquitectónica del edificio. La mano con un carboncillo, un lápiz o una pluma crea una conexión directa entre el objeto, su representación y la mente del proyectista; el boceto, el dibujo y la maqueta hechos a mano se moldean en la propia carne de materialidad física del objeto que se está diseñando y personifican al propio arquitecto, mientras que las operaciones y las imágenes del ordenador tienen lugar en un mundo matemático, inmaterial y abstracto. (Pallasmaa, 2009)

útil a la que es absurdo renunciar, pero muestra su desacuerdo con el uso del dibujo por ordenador en las fases tempranas del proyecto argumentando que sus cualidades son radicalmente diferentes de las del dibujo de concepción tradicional. El finlandés alerta de ‘la falsa precisión y la aparente finitud de la imagen de ordenador cuando se la compara con la vaguedad natural y la vacilación innata de un dibujo hecho a mano, que sólo mediante la repetición, el ensayo y el error, y una seguridad y precisión adquiridas gradualmente, llega a una resolución satisfactoria’. Finalmente, el autor concluye que

“la línea trazada por la mano es una línea espacial: se sitúa en un espacio perceptivo o imaginado nítido… La línea hecha con ordenador constituye una conexión lacónica y uniforme entre dos puntos’”(López, B, 2012)

Sombra y representación el mundo digital : si bien la idea del uso del ordenador o sistemas digitales en la concepción del proyecto no es muy acertada en la idea planteada del diseño domestico a partir de las sombras, es necesario tomar en cuenta el uso de estos dispositivos e incorporarlos el proceso de diseño ; lo más acertado seria por parte del diseñador manejar en todo momento el espacio de la sombra , tomar en cuenta las sombras producidas por los planos arquitectónicos y las sombras que se pueden producir con la combinación de estos, no dejar estos límites espaciales como “resultantes al azar” , estos límites acompañados a la percepción real de los objetos , su forma y textura en el contexto real previamente analizados. (Ver imagen 5 y 6)

Imagen 5. Configuración del espacio arquitectónico por ordenador En la imagen se observa el uso de la sombras desde el momento en el cual se colocan los planos arquitectónicos, esta sombra acompaña el dibujo en 3d hasta la construcción en detalle de la idea

Imagen 6. Construcción avanzada de la idea por computador, se observa la idea del los límites de la sombra ya con objetos, y estos objetos generan su propia sombra que debe ser tomada en cuenta en el espacio vivencial

..A pesar de lo expuesto, Pallasmaa incide en que su postura frente a las nuevas tecnologías no es derechazo; al contrario, considera que la computadora es una herramienta 162

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Imagen 7. Óleo sobre cartón, esquina de Escazú ,1936 78x103cm, es importante para el artista las condiciones de asoleamiento y sombras producidas en el entorno.

Imagen 8. Casas de Tibás, 1946 óleo sobre tela 42x63cm

La sombra siempre da una perspectiva diferente a los espacios, la luz tamizada, los reflejos que los objetos proyectan con su sombra sobre los planos , las aberturas van arrojando luces y sombras , estas sombras no son estáticas pues cambian con el movimiento de la tierra , es cuando por este motivo podemos apreciar de distintas formas y visualmente los materiales constructivos , esto quiere decir que el tipo de material a utilizar en las viviendas está relacionado en cómo se va a ver bajo la sombra , podemos hacer un experimento sencillo; y es el de colocar el tipo de material que vamos a utilizar para nuestros diseños bajo la sombra , en ese espacio entre el adentro y el afuera nos va a dar la idea más clara y así escoger o comparar distintos resultados de acuerdo a lo que se está buscando , los primeros bocetos de la búsqueda de estos espacios tienen que quedar plasmada la idea del arquitecto. Es necesario para las condiciones climáticas de costa rica representar ya sea mediante dibujo, croquis o algún otro medio, las condiciones de sombra que se dan en el país, como ejemplo las representaciones de un artista costarricense Teodorico Quirós. (Ver imagen 7,8 y 9)

Imagen 9. El portón rojo, 1945, óleo sobre tela 118x 150cm: el autor realza los olores de las construcciones y como estos se perciben en la realidad del paisaje , también las sombras y como estas envuelven los materiales y las fachadas.

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En algún momento el espacio se dividió en dos. Una parte se convirtió en el adentro, y la otra en el afuera. El afuera traía una serie de cosas indeseables para la vida humana y siempre encontraba una manera de filtrarse en el adentro. Fue entonces cuando los habitantes del adentro decidieron que ese límite no sería suficiente. Diversos artefactos se inventaron al inicio para evitar tales males: techos, aleros, paredes, sombrillas... Unos eran portables, otros eran estáticos.

La división llegó a ser perfecta. Los humanos pueden estar tranquilos en sus pequeños adentros, pueden disfrutar de aire acondicionado durante el calor, calefacción durante el frío, luz durante la noche. Aquello que en algún momento incomodaba, se convirtió en algo menos que un cuento. El tiempo pasó, y el afuera fue olvidado, ya no se necesita pensar en él. Los habitantes del adentro no saben cómo se siente o cómo huele ese espacio que en algún momento existió.

Alejandra Gutierrez Castro

UNA DOMESTICACIÓN INCOMPLETA espacio espejo-des-domesticación-ficción-personaje-entornopreservación-destrucción

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I Diciembre-Abril

6:45 a.m. A se levanta temprano, la luz no la despierta pero por el calor veranero siente que la noche ya pasó. 8:00 a.m. Se baña rápidamente. Al salir deja huellas de agua por toda la casa 10:00 a.m. Se prepara dos tostadas de pan y un té de frutas. Al terminar un montón de migajas quedan regadas en el piso. 11:00 a.m. Ordena su habitación de manera que todo esté en el lugar correcto. 2:00 p.m. Trata, sin éxito, de limpiar la mancha de pintura de la primera vez que pintó su cuarto. 4:00 p.m. Limpia todos los adornos de la estancia principal. 4:20 p.m. Por fin cuelga el cuadro que le regaló V. 6:00 p.m. Regresa de recoger la ropa seca mientras deja una camino de tierra con la marca de sus zapatos. 9:00 p.m. Camina en medias por toda la casa sin saber qué hacer. 10:00 p.m. Termina de leer. Coloca su libro en la mesa de noche. 11:00 p.m. 12

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II Mayo-Noviembre

aguacero. Ducha. El frío antes del calor A está observando la ducha antes de meterse. Lo duda. “El momento perfecto es justo cuando toco por primera vez el agua caliente. Es como si mi cuerpo se derritiera en esa tina, como si me fusionara con el agua. Si antes estaba completamente rígida, tiritando, ahora era un marshmallow derretido. Un hielo en una taza de té caliente”. “Es un alivio encontrar cobijo en el espacio reducido de un baño. Una vez que la pequeña grieta de un tejado me abre paso a su hogar, yo accedo con gusto. Afuera, pareciera imposible

poder concentrarse en un pensamiento, rodeado de mil versiones de mí mismo. Solo permito que una porción especial de mis gotas compartan este escenario con ella y conmigo. Y aun así, no soy el único en el lugar. Mientras mis gotas frías rozan su cuerpo desnudo, a tan solo un metro le esperan chorros de agua cuyo calor llena la habitación de vapor. De nuevo, hallándome en una habitación repleta de agua. Yo no puedo hacer nada al respecto: a ella pareciera gustarle más ese tipo de contacto. Por lo menos no interfiere conmigo, es solamente agua de un tubo. Lo curioso es que la grieta en el tejado nunca ha sido bloqueada, como muchas otras, en muchos otros tejados... Debe ser que sus escalofríos responden a un cierto grado de complicidad”.

Escaleras. Un apoyo mojado. Primero lo primero. Sabía que debía subir las escaleras para recoger sus cosas. A comienza a subir los escalones, eventualmente tendría que tocar la pared. El primer instante fue el más intenso, realmente no sabía lo helada que estaba el agua. Por un instante sintió como si un relámpago la hubiera atravesado. Si estaba cansada, esto, lo había quitado. Poco a poco su mano se acostumbraba, debía mantener el ángulo correcto para que el agua no escurriera por el brazo y mojara todo su cuerpo. Así subía A, al quinto escalón ya su mano se amigaba con la temperatura, ya podía hacer dibujos con el agua, sentir la fuerza de su caída. Era un verdadero 170

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Las marcas. Un espacio intermitente. A escucha a lo lejos sonidos de un aguacero. Aunque éste todavía no llega, A salta de su cama, corre a la cocina y prepara una taza de chocolate caliente lo más rápido posible. A sabe lo difícil que es apreciar una lluvia en estos días secos. Por eso A corre. “Este es mi momento favorito del día, cuando sucede. Apenas una lluvia como ésta ocurre, hay que aprovecharla. Es rico sentirse encerrada en algo que verdaderamente no es una pared. Es como si estuviera afuera y no al mismo tiempo. Me gusta escuchar y ver la lluvia dibujar formas en la arena. Es como si de alguna manera estuviera acompañada”.

El charco. Pies Descalzos. A disfruta de las huellas que se dibujan en el agua, son otro tipo de huellas, estas crecen y crecen rápidamente y a los segundos no quedan rastros de su recorrido. Huellas efímeras. Hoy no es un piso, es un charco. A se quita cuidadosamente las medias. No quiere mojarlas. Un primer paso le revela que el agua en realidad no está tan fría esta vez, de hecho es agradable. A mete rápidamente el otro pie, le gusta la sensación del agua pasando entre los dedos. 172

Sigue caminando con paso acelerado. El agua rebota estruendosamente mojando su vestido, no es precisamente lo que A tenía en mente, ahora deberá secarlo. Sus pensamientos se desvían un momento mientras se detiene quieta en medio del recorrido. Observa como sus últimos movimientos se convierten en ondas que crecen y crecen. A se pierde con las ondas, observa como rápidamente esas huellas efímeras se van, se pierden. El aire se detiene, todo se calma. Aparece ahora su imagen, su propia imagen.

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Inundado. Abrazándose el pecho, A dio un par de pasos y se acercó al borde. Metió la punta del dedo de un pie en el agua, y luego el pie entero. El agua era de un frío suave como la menta, se sentía bien. Se agachó e introdujo las piernas en el agua, las dejó colgando un momento, sosteniendo su cuerpo con ambas manos. No había más remedio. A frunció el ceño y flexionó los brazos hasta bajar del todo. El frío del fondo del agua no tenía nada que ver con la menta. Era un ardor seco y duro. Entonces se dio la vuelta despacio y fue tanteando con los pies hasta que encontró un pequeño saliente, se apoyó de él con los dedos del pie y se quedó con el agua a la altura de los muslos. Respiró hondo varias veces, cerró fuertemente los ojos, apretó los dientes, se soltó del borde y se hundió hasta la cintura. Dio un débil chillido, y el frío hizo que se le pusiera la piel de gallina. Una vez superado lo peor cerró los ojos y sumergió también la cabeza. Y nadó hasta el otro lado. Emergió boqueando y parpadeando, mientras el agua escurría de sus párpados. Para cuando dejó de temblar, su mueca se había transformado en una sonrisa. Se sentía como si aquella estancia llevara una eternidad sola, sin que nadie la atendiera. Entonces se le aceleró el corazón, hacía mucho tiempo que no se encontraba ahí, se sentía como un lugar completamente nuevo para ella. Un lugar que se atrevía a ser plenamente el mismo.

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La mancha. El tiempo que pasa. Hace dos días que no llueve. Una corriente fría de viento acaba de sacarla de su lectura, y por un momento mira a su alrededor. A recorre la habitación con la mirada. “La primera vez traté de limpiarla. Ahora he hecho las paces con ella, ahora la entiendo. Me recuerda los anillos de un árbol, cada cierto tiempo que la vuelvo ver advierto un nuevo color, una nueva tonalidad. No podría decir cuánto tiempo exactamente ha pasado, pero ha cambiado. Ahora es grande, es vieja, es compleja”.

La puerta. P rohibido pasar Lo sabía antes incluso de salir completamente del sueño, desperezándose, antes incluso de abrir los ojos en aquella oscuridad impenetrable: Si quería salir debía de mojarse. Durante medio minuto lamentó que no fuera otra clase de día, a pesar de saber que deseando cosas no se conseguía nada. Plantada en la cama lo medita. Se planteó salir. Pero no. El agua era la excusa perfecta para continuar durmiendo. 176

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Rutas. Pasajes que cambian No era el camino más rápido para salir, pero hoy sabía que el camino por las escaleras estaría mojado. Pese a haber tomado el camino más largo, no tardó mucho en doblar la esquina y llegar al umbral. Sacó cuidadosamente la llave de su bolsillo, abrió la puerta y salió.

Silencio. Escape sonoro Una tarde particularmente oscura. Un chillido agudo rompe el silencio de la habitación, el agua ya hirvió. Mientras el pitido continúa comienza a salir humo del horno. La alarma del reloj suena: son las tres de la tarde. El gato salta sobre la cocina y la torre de ollas limpias cae estruendosamente al suelo. A alterada no sabe hacia dónde dirigir su atención. Por último, casi con intención propia, estalla una nube. Estruendosamente, cae la lluvia que se venía sosteniendo desde la mañana. De repente es como si todo el resto de sonidos se apagaran. La lluvia es todo lo que se puede oír, ahora. A se detiene un momento entonces para escuchar. Entonces inhala y se sonríe con picardía. 178

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Vapor. Siluetas dibujadas. A abre la puerta. El espacio estaba diferente de cómo lo había dejado cuando salió temprano. Agudizando sus sentidos A se percata. El sol delató la presencia del agua. Ha quedado atrapado en la estancia. Un velo blanco que impide mirar al afuera. Al otro lado del velo: los árboles, los pájaros, el bosque, todo son ahora siluetas; figuras sin cara apenas distinguibles. A se acerca e instintivamente lo toca. Al contacto una gota escurre por el cristal. Entonces ve al otro lado. Ahora A juega a borrar el velo, ahora A puede decidir lo que el espacio quiere ver.

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Agujeros. Un espacio dentro de otro.

EL PODER DE LOS CÍRCULOS

Una cubierta que se deshace, el agua se la lleva y sólo deja unos cuantos pedazos informes. Era un espacio dentro de otro. Inicialmente todo era oscuro pero el agua fue abriendo paso a la luz. El espacio ahora está despierto. La destrucción de un elemento que lleva a la vida de otro. Vida crece dentro de él. Variedad de verdes comienzan a habitar el espacio. Y mientras, A riega nuevas plantas.

Se debe tener cuidado con el poder de los círculos. Es importante saber que si se quiere destruir algo en esta vida, sea un problema, una idea o incluso una persona, todo lo que se necesita hacer es inscribirlo en un círculo, y se secará por dentro. Ahora bien, toda persona se encuentra dentro de algún tipo de círculo físico, social o psicológico. Todo nacemos en un lugar, comemos un cierto tipo de comida y vivimos de una manera. Pero si no se busca establecer contacto con aquellas cosas fuera de lo que damos por sentado, entonces corremos el mismo riesgo de morir. Nuestra imaginación se puede secar, nuestros corazones endurecer, o nuestra humanidad se puede perder; si permanecemos por demasiado tiempo solo dentro de nuestra burbuja. En culturas antiguas del este de Europa, existe una tradición que consiste en cubrir los espejos con mantos de terciopelo o colgarlos con sus caras escondidas. La tradición está basada en la creencia de que no es saludable para el ser humano observar por demasiado tiempo su propio reflejo. En el habitar, si todos los elementos del espacio identifican al sujeto, la vivienda se convierte en una caja de espejos. Irónicamente nosotros tratamos de construir esos espacios espejo. Pero qué pasa si dejamos una grieta, un agujero por donde otros mundos otras ideas puedan filtrarse.

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“ No sabe qué ve, pero lo que ve le consume y el mismo error que le exita. Crédulo, ¿Por qué tratas de coger en vano tu fugaz imagen?... Ésta que ves es la sombra de tu imagen reflejada, nada de sí misma tiene esa figura; viene y se va contigo; contigo se marchará si puedes marcharte.” (Ovidio, 2012

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