| Arquitectura y Salud |

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ARQUITECTURA Y SALUD

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| REFLEXIÓN |


ARQUITECTURA Y CONTAGIO Por Silvia Camacho Quesada

Partamos del concepto en el que la arquitectura es un fenómeno expansivo y envolvente, un contagio de ideas y sistemas de pensamiento que logran proyectarse y gestarse físicamente a través del espacio-tiempo, se adaptan, mutan y se filtran en nuestra mente-cuerpo. Es un fenómeno de carácter biológico, antropológico y ancestral. Es un fenómeno compartido que genera cambios en las condiciones de vida de quienes la rodean, la viven, la habitan… La arquitectura es un contagio con predisposición a ciertas condiciones y, como todo contagio, se da a través del contacto entre entes: 1 entre un cuerpo volumétrico con otro 2 entre la materialidad y el territorio 3 entre la percepción humana y el interior 4 entre la interacción de su carácter etéreo rozando el sonido y la luz... Zabalbeascoa, 2012. Directo, indirecto, efímero... El contagio es un concepto inmerso en una dicotomía perenne: salud y enfermedad. ¿Cuándo y cómo se da el momento de transición de una condición a otra? La visión preconcebida de la medicina moderna-racional, afirma que la salud es una muestra de la búsqueda de un ideal del estado físico y mental, sin embargo, esa búsqueda es estática y mecánica, le añade una carga de fragilidad y vulnerabilidad a la condición humana en tanto se defina como un cuerpo objetual. Su aislamiento de un contexto más integral le hace vulnerable a los agentes externos y desconocidos, la vulnerabilidad demuestra un cuerpo expuesto y desprotegido, propenso al contacto no deseado, al momento de contagio y a declararse en estado de enfermedad. La medicina actual intenta adentrarse en una visión en donde la salud y la enfermedad no se ven más como condiciones aisladas o fragmentadas. “La salud y la enfermedad, como el espacio y el tiempo, no son parte de una realidad exterior, fija. No son algo que se adquiere, sino algo que se siente.” Dossey, 2006. Salud y enfermedad son parte de un mismo fenómeno: son un continuo proceso en busca de balance, dinamismo y expansión. Tomando partida de esta afirmación, la arquitectura lo es por igual. La medicina moderna-racional intentaba implantar la mente en el mapa del cuerpo humano, es decir, una mancha inmersa en un objeto-contenedor, ambos propensos al ataque de agentes externos, cuyas curas, en caso de contagiarse, se implantaban tal y cómo lo hacían los agentes externos transmisores y enfermos.


Ahora, salud y enfermedad se intentan mirar como fenómenos intrínsecos, sin ser marginales a factores de orden humano, es decir que tanto la salud como la enfermedad son un mismo proceso constante, viene desde lo interno del ser humano y su conexión con el contexto. Responde, no sólo a agentes externos, sino a emociones y sentimientos positivos y negativos, es decir salud-enfermedad son un mismo proceso socio-psico-fisiológico. Ambas condiciones, existen en tanto se expliquen como parte de la sintonía tiempo-espacio. * (Curiosamente al buscar un antónimo para sintonía, aparece que no existe tal antónimo, es decir, la sintonía es en sí misma la palabra que encierra su propio antónimo como condición y concepto). * De acuerdo a Dossey (2006), la enfermedad no es más que un signo de la prisa y la aceleración o pérdida de la noción del tiempo, un desbalance en la sintonía espacio-tiempo. La salud, por tanto, es un balance, es la capacidad de expandir el tiempo y alterar el sentido de su percepción. Fundirse en el espacio-tiempo se vuelve un proceso de terapia, balance y sanación. “Todo átomo que me pertenece te pertenece también a ti.” Walt Whitman (citado por Dossey, 2006).

La arquitectura por contagio es un proceso de metamorfosis-fusión con el entorno, es contrario a la imposición estática, al igual que la enfermedad-salud y los que cuestionamientos que anteriormente se mencionaron. La arquitectura por contagio puede darse de dos formas (entendidas así hasta el momento):

1 “…en lugar de agotarse en tratar de sofisticar baldíamente las formas, cada vez más son los proyectistas que, partiendo de lo más elemental, encuentran maneras sutiles de mejorarlas y mimetizarlas...” “es el tono ocre del hormigón tintado el que le confiere ese carácter matérico. Y serán la lluvia, el viento y el paso de los años lo que termine por definir el edificio, alterándolo y confiriéndole matices. Como por contagio, el contexto también sufrirá esas alteraciones.” Zabalbeascoa, 2012.

2 “…se manifiestan a través de descomposiciones culturales que producen “fascinantes” paisajes y juegan con la memoria temporal cortoplacista. Posterior a esto, manifiesta signos como la erosión del entorno físico y un ‘desinterés’ a la obra en su condición de autenticidad” Zabalbeascoa, 2012.


La arquitectura es un fenómeno de contagio a través del contacto y para esto debe suceder un encuentro. Nuestra percepción se ha convertido en nuestra propia realidad, es así como la arquitectura es reflejo de esta proyección de encuentros.

“Toda vida real es encuentro. El encuentro no se da en el tiempo y en el espacio, sino que el espacio y el tiempo se dan en el encuentro.” Martin Buber (citado por Dossey, 2006). La salud-enfermedad es un fenómeno compartido ser humano-tiempo-espacio. La arquitectura lo es también. Qué tanto logremos proyectar la arquitectura como un fenómeno de la condición humana-espacio-tiempo, es así como percibiremos su condición de ser salud-enfermedad como un mismo proceso de contagio.



CONTAGIANDO (LA) ARQUITECTURA La arquitectura, como un fenómeno de contagio, nos hace vulnerables a sus dominios y aproximaciones. Zevi Bruno (1983) en su texto “Saber ver la Arquitectura”, menciona: “todo el mundo es dueño de apagar la radio, desertar de los conciertos, aborrecer el cine y el teatro y de no leer un libro, pero nadie puede cerrar los ojos frente a todas las edificaciones que integran la vida ciudadana y llevan el sello de la humanidad al paisaje”.

Retomando y recordando la reflexión del avance anterior: La arquitectura, en este caso, es un continuo proceso en busca de balance, dinamismo y expansión. De acuerdo a Dossey (2006), la enfermedad no es más que un signo de la prisa y la aceleración o pérdida de la noción del tiempo, un desbalance en la sintonía espacio-tiempo. La salud, por tanto, es un balance, es la capacidad de expandir el tiempo y alterar el sentido de su percepción. Fundirse en el espacio-tiempo se vuelve un proceso de terapia, balance y sanación. Es un proceso de adaptación-metamorfosis-mutación; de fusión con el entorno. Es contrario a la imposición estática, al igual que la condición ambivalente de enfermedad-salud.

Por tanto: - La arquitectura es un fenómeno de contagio a través del contacto y para esto debe suceder un encuentro en donde se estimule la sintonía cuerpo-espacio-tiempo. - Nuestra percepción se ha convertido en nuestra propia realidad, es así como la arquitectura es reflejo de nuestra propia proyección de encuentros. -Los encuentros en la arquitectura, entendidos desde este abordaje, se dan bajo dos condiciones principales:


A partir de este acercamiento, se analiza la arquitectura desde dos condiciones particulares: (su) CARÁCTER ETÉREO INMATERIAL-INCORPÓREO-ABSTRACTO + (sumado a su) CARÁCTER CORPÓREO

MATERIAL-FÍSICO-TERRENAL

Es decir, que la arquitectura como un fenómeno de contagio, se vislumbra como el contacto entre dos condiciones: el carácter etéreo y el carácter corpóreo; entre el objeto material, el paisaje, el ser humano y el momento de su encuentro.

El espacio, como materia prima para proyectar la arquitectura, se contagia del ser humano, del objeto material y del momento de su encuentro. Arquitectura y contagio se diluyen.

Ósmosis, disolución, contagio, adaptación, metamorfosis, mutación. Todas y cada una de las condiciones anteriores son la búsqueda del equilibrio, del intercambio constante de energía.

Desde esta aproximación, se busca generar premisas que puedan ser útiles en el desarrollo de una propuesta arquitectónica que busque el intercambio constante de energía, que genere espacios/momentos de encuentro, que se contagien de otros cuerpos, de la materialidad, del territorio, de la percepción humana; que se expandan, fundan, diluyan, adapten y muten.

INTENCIÓN-AMBICIÓN ARQUITECTÓNICA -a través de las premisas por plantearla capacidad de expandir el tiempo y alterar el sentido de su percepción, como un acercamiento al momento de contagio-sanación, a través de una propuesta arquitectónica fundirse en el espacio-tiempo, como un acercamiento al momento de contagio-sanación, a través de una propuesta arquitectónica


PREMISAS DE DISEÑO_ARQUITECTURA POR CONTAGIO -1HUELLA El seguimiento o la generación de una huella -un rastro, un registro- a través del recorrido en sintonía espacio-tiempo con la arquitectura como propuesta. -abatir, comprimir-2ADAPTAR(CIÓN) La transformación dinámica de la condición del espacio, como materia prima de la arquitectura, en el momento del encuentro y el contacto entre cuerpos, materialidad, territorio y percepción humana (interior/exterior). -3MUTAR(CIÓN) La concepción de acciones y momentos generativos, como parte de un proceso evolutivo gradual de encuentros que muten por contagio. -4(IN)FILTRAR(CIÓN) Filtrar o infiltrar, retener o no, una característica o condición particular, por medio de un filtro. Ser o no ser retenido puede ser la revelación o no de algo que se debería mantener en secreto. -5DILUIR(SOLUCIÓN) Separar o disminuir la concentración de ciertas condiciones o características en el momento de contacto con otro elemento que le hace variar sus condiciones (lo hace vulnerable).


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contagio concepto



El espacio, como materia prima para proyectar la arquitectura, se contagia del ser humano, del objeto material y del momento de su encuentro. Arquitectura y contagio se diluyen.


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