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El periodista, después de la Inteligencia Artificial

HACER LAS PREGUNTAS CORRECTAS, BUSCAR EXCLUSIVAS Y ENRIQUECER LA ARGUMENTACIÓN, CLAVES PARA NO QUEDARSE OBSOLETO.

Por Mauricio Cabrera The Muffin

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Los datos se han puesto en el centro de la conversación. Ha ocurrido porque ahora tenemos abundancia de ellos. Los tenemos, además, en cuestión de segundos. Ahí donde antes había carencia, hoy existe riqueza. Tenemos un gráfico para casi todo.

Hay medios, incluso, que sustentan su existencia en la presentación de datos con valor para una industria, o para el público en general, aunque sea un dato más ocioso que útil.

El dato elegido es con frecuencia un punto de vista. Particularmente ese al que escogemos primero o al que le damos protagonismo para transmitir lo que queremos decir. Pero la selección intencional de ese y otros datos con frecuencia nos guía a la creación de historias miopes o subjetivas.

En el afán humano de atender un ángulo, se desatiende el otro que podría hacer palidecer nuestro punto de vista. De ahí la importancia de las historias colectivas, de las opiniones de muchos convertidas en una pieza de análisis.

El nuevo episodio de The Coffee (serie de televisión británica que narra los acontecimientos que tienen lugar en un café de Weston-super-Mare y pone de relieve la relación de los humanos con los datos) habla de cómo nos relacionamos y de cómo nos relacionaremos a partir de la Inteligencia Artificial y del papel de las emociones en la interpretación de los datos.

Aquí el resultado de mi plática con Kiko Llaneras, periodista de da- tos de El País, autor de Piensa Claro, y un optimista de que el mundo, a pesar de todo, está mejor que nunca.

--¿Por qué los datos serán protagonistas en la era de la inteligencia artificial? ¿Dónde estará el periodismo después de la inteligencia artificial?, le pregunto.

“Me lo he preguntado incluso a título personal. La respuesta me resulta incómoda e incierta. Vendrá, desde mi punto de vista, el mejor de los tiempos en el peor de los tiempos. Frente a la capacidad de la inteligencia artificial, el periodista dejará de hacer trabajos mecánicos y de maquila que en nada suman ni a su trayectoria profesional ni a la audiencia.

“Hace tiempo ya que la batalla por el posicionamiento en Google va de decir lo mismo con algunas palabras distintas o por decirlo con más o menos palabras.

“Las redacciones han invertido una gran cantidad de recursos en atender esa necesidad con tal de hacerse con el número que les dé la sensación de misión cumplida en Comscore. Por eso cuando hacemos una búsqueda en Google obtenemos centenas o miles de resultados, pero en su mayoría con información que no hace más que repetirse.

“Con la inteligencia artificial no hará falta un humano que se encargue ni de maquilar ni de agregar o quitar palabras. Lo hace Chat GPT-

3. Lo hará Bard. Lo harán Bing y Edge con la integración de OpenAI.

“Tenemos que aceptar que habrá muchos despidos. Que esos periodistas que no cambien serán los primeros en quedarse sin empleo. Se dirá a modo de consuelo que siempre estará la necesidad de verificar lo que el bot nos entregue. Pero el de la verificación es un ideal que en la práctica no ha sido una constante ni siquiera entre humanos.

“Serán pocos los que de verdad asignen a un grupo considerable de humanos a corregir aquello en lo que se equivoque la inteligencia artificial.

“Pronto entenderemos, además, que la inteligencia artificial aprende más rápido que nosotros. A ella le resultará más fácil corregirse que a nosotros estarla corrigiendo. Seguro que habrá verificadores de información en algunos medios. Y será, como es ahora, una posición valorada y de prestigio entre periodistas. Pero no será ese el rol principal del periodismo frente a la inteligencia artificial.

“Queramos o no, habrá de venir una purga que afectará a miles de

Me lo he preguntado incluso a título personal. La respuesta me resulta incómoda e incierta. Vendrá, desde mi punto de vista, el mejor de los tiempos en el peor de los tiempos. Frente a la capacidad de la inteligencia artificial, el periodista dejará de hacer trabajos mecánicos y de maquila que en nada suman ni a su trayectoria profesional ni a la audiencia.”, periodistas.

“Por eso el tiempo de la inteligencia artificial será el peor de los tiempos para el periodismo.

“Pero también el mejor de los tiempos. Porque la inteligencia artificial permitirá a los periodistas enfocarse en lo que debió ser siempre su prioridad.

“Entre esas actividades se encuentran las siguientes:

“1.- Hacerse las preguntas correctas: El problema de haber puesto a los periodistas a ‘maquilar’ es que dejaron de alimentar su propia curiosidad. La curiosidad acompañada del olfato del que quiere contar una historia solía ser la gran llave a descubrimientos periodísticos de alto impacto. Con la inteligencia artificial se pondrá a prueba nuestra capacidad de hacer las preguntas correctas para obtener el resultado que queremos.

“Hace tiempo ya que tenemos mucha información en la alacena. Pero aún con la alacena a reventar son pocos los que se atreven a crear recetas de autor. O historias de autor para decirlo en nuestros términos.

“La inteligencia artificial creará una infinidad de maquila. Pero nos presentará al mismo tiempo la posibilidad de crear historias más completas, con ángulos únicos, con datos que atienden distintas perspectivas. Será una alternativa disponible para todas las historias en todos los momentos con respuesta inmediata.

“Será, como siempre ha ocurrido en digital, lo que impere. Pero los que destacarán serán los que hagan las preguntas correctas. O los que opriman los botones correctos. Como siempre debió ser el periodismo. Nada más que ahora el factor de descubrimiento no sólo se dará entre humanos o en el campo de acción; se dará también dialogando con la tecnología.

“En realidad el mejor periodismo seguirá vinculado a la máxima de siempre: hacer las preguntas correctas. El problema es que los usos y costumbres de la industria en digital ha entorpecido nuestra capacidad de hacer esas preguntas.

“De la academia surgen más periodistas tradicionales que periodistas con espíritu independiente y auténtico. Al interior de las redacciones, durante años se les ha pedido que hagan lo que ya está funcionando en otro lado. No que consigan el ángulo propio. No que hagan más preguntas que las que ya han sido respondidas.

“El de la inteligencia artificial será el mejor de los tiempos para el periodismo. Pero, siendo honesto, el mejor de los tiempos sólo para el veinte por ciento de periodistas que podrán sobrevivir a la purga.

“Lo digo con crudeza, no con alegría. Porque hoy yo mismo me cuestiono qué papel jugaré en esta nueva era. Se vale tener miedo. Se vale interrogarse. Pero sobre todo se vale reaccionar para encontrar un lugar distinto al de la obsolescencia.

“2.- Descubrir información: El valor de las exclusivas se evaporó cuando todos pudieron replicarnos al instante. Antes, la exclusiva

THE COFFEE, NUEVO EPISODIO

El nuevo episodio de The Coffee (serie de televisión británica que narra los acontecimientos que tienen lugar en un café de Weston-super-Mare y pone de relieve la relación de los humanos con los datos) habla de cómo nos relacionamos y de cómo nos relacionaremos a partir de la Inteligencia Artificial y del papel de las emociones en la interpretación de los datos.

era un golpe estratégico que duraba veinticuatro horas ardiendo en la cara de los competidores. Si mi periódico llevaba lo que otro no, había tiempo de disfrutar la victoria, de hacer grande la historia sin que mi competidor pudiera reaccionar hasta que tocara volver a imprimir.

“La televisión, en cierto modo, aún goza de esos momentos de gloria. Si yo transmito un noticiero y tengo una exclusiva, mi competidor en simultáneo va a tener que competir con lo que tenga, aunque sea mucho menos poderoso que lo que yo estoy presentando.

“Pero salvo esos espacios en radio y televisión en los que los triunfos duran más que unos segundos, en digital el valor de las exclusivas se hundió.

“Sin embargo, la información de primera mano encontrará una nueva oportunidad en la era de la inteligencia artificial.

“El argumento que ha imperado en digital es que el envío de recursos a tal o cual lugar resulta un derroche frente a las necesidades de la redacción. Si la inteligencia artificial satisface las labores de rutina, el periodista humano podría quedar liberado para construir historias exclusivas, diferenciadas y con una propuesta editorial relacionada a los valores de la marca que representa.

“A la inteligencia artificial operando en conjunto con un equipo mínimo viable de seres humanos se le asigna el trabajo cotidiano y de reacción a tendencia, al equipo humano se le entrega la responsabilidad de crear historias a fuego lento que construyan identidad para el medio.

“En la nueva era, los medios tendrán la opción de ser creadores de contenido al instante, pero también de dedicar tiempo a historias de largo aliento que se asemejen al que tanto extrañamos de las revistas quincenales o mensuales.

“La duda pasa por saber cuánto contenido necesitamos crear con la inteligencia artificial. ¿En verdad serán necesarias miles de historias sobre el mismo tema creadas por la inteligencia artificial? Que se pongan a temblar las agencias informativas. La inteligencia artificial será la nueva agencia de noticias.

“3.- Opinión argumentada: La inteligencia artificial puede aprender de lo que hemos escrito. Pero no de lo que estamos viviendo. Nuestra opinión no sólo atiende parámetros de estilo, también de las circunstancias y emociones que estamos viviendo al momento de publicar.

“Chat GPT-3 o Bard sí que serán capaces de escribir una columna con el estilo de cualquier persona que publique con recurrencia en In- ternet. Pero su versión no tendrá la autenticidad que sí que tiene el ser humano en relación con su contexto.

“Desde ya, la inteligencia artificial resulta una herramienta útil para presentar opiniones más argumentadas. Ya sea a través de datos, del contraste de los mismos, o de repasos históricos al momento que sirvan para encontrar referencias.

“El periodista deberá aprender a expresar su punto de vista y a manifestarlo con originalidad y libertad tanto en su narrativa como en la concepción misma de su idea.

“La inteligencia artificial se basará en moldes preestablecidos. La gran mayoría de las personas escriben, sin darse cuenta, en esos moldes que nos enseñaron en las escuelas. Pero habrá tanto de eso, como ya incluso lo hay, que cobrará relevancia el que tenga puntos de vista profundos, únicos y que incluyan, como he dicho, la pregunta y los ángulos correctos.

“Lo que me preocupa de estas tres grandes funciones del periodista en la era de la inteligencia artificial es que la mayoría está más capacitada en lo que va a quedar obsoleto que en lo que se necesita. Los más jóvenes encontrarán la forma en el camino. Pero a muchos de los viejos se les viene encima la obsolescencia.

“Me gusta pensar que vendrá el mejor de los tiempos para el periodismo. Pero me temo también que vendrá el peor de los tiempos para el periodismo. Depende de cada uno y de sus capacidades para transformarse y en qué lugar terminará estando”.

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