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La prensa impulsó a la ciencia a principios del siglo XX.
La prensa, instrumento científico en la Revolución
CONTRIBUYÓ AL DESARROLLO DE VARIAS DISCIPLINAS, ENTRE ELLAS LA TERATOLOGÍA.
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POR VICTORIA ALEJANDRA RUIZ VERA PROGRAMA JÓVENES INVESTIGADORES / INEHRM
Durante los albores de la Revolución Mexicana el país se acercaba a una época de esplendor en el estudio e investigación de distintas ciencias, esto lo sabemos —entre otros factores— gracias a la frecuencia con la que salían a la luz ciertas publicaciones de Sociedades Científicas como La Sociedad Humboldt, o revistas especializadas como La Naturaleza; incluso algunas de las instituciones más importantes del momento, entre ellas el Museo Nacional, hacían uso de la prensa para dar a conocer diversos saberes e información varia.
Además, podemos encontrar artículos, avisos o noticias de casos científicos dentro de periódicos y revistas de entretenimiento y recreación, por ejemplo el periódico El Tiempo, o la revista Cosmos.
Entre las ciencias que se destacaron a finales del siglo XIX y principios del XX podemos citar las siguientes: Antropología, Etnología, Mineralogía, Zoología y Teratología. Esta última se dedicaba al estudio de las malformaciones corporales de animales, humanos y plantas.
En México, dicha ciencia pasaba por un momento clave dentro de su desarrollo, dado el gran interés que había despertado entre naturalistas, cirujanos y médicos de esa época. Provocó tanta atención, que incluso el Museo Nacional, en 1898, contaba con un salón dedicado al estudio de esta ciencia.
En cuanto a la prensa, que pasaba por un momento de auge, se le puede catalogar de dos formas: 1) Especializada, es decir, escrita por científicos, doctores y naturalistas, etcétera, que se dedicaban a temas de ciencia; y 2) Prensa popular, en la que se agrupaban publicaciones a cargo de interesados no expertos, o con fines más bien recreativos e informativos.
En resumen, este artículo es una aproximación a la cuestión de la prensa como vehículo de difusión y divulgación de la ciencia, entre el fin de un periodo histórico y el inicio de otro.
CIENCIA, TEMA DE
INTERÉS PÚBLICO
Durante la última década del siglo XIX y las dos primeras décadas del siglo XX mexicano —que a su vez corresponden a los últimos años del Porfiriato y al periodo en el que se dio el proceso revolucionario en nuestro país—, el tema científico despertó y ocupó el interés en ambos lectores: especializados y populares. Por ello, es posible leer en los diferentes tipos de publicaciones datos científicos que, en el caso de la Teratología, reflejaban ciertos resultados de estudios realizados a especímenes considerados “anormales”, pues especialistas en semejante materia, tanto nacionales como extranjeros, compartían en estas publica-
GRAN INTERÉS EN MÉXICO
En México, dicha ciencia pasaba por un momento clave dentro de su desarrollo, dado el gran interés que había despertado entre naturalistas, cirujanos y médicos de esa época. Provocó tanta atención, que incluso el Museo Nacional, en 1898, contaba con un salón dedicado al estudio de esta ciencia.
La terantología floreció a principios del siglo pasado, igual que otras ciencias, de la mano de los periódicos.
ciones sus conocimientos, hallazgos y avances en los estudios al respecto de las “anomalías”; mientras que en la prensa popular se informaba en qué consistía tal ciencia, se incluían noticias de especímenes “deformes” o se daban anuncios de espectáculos o eventos públicos llevados a cabo por personas que presentaban estas características.
La importancia de las frecuentes publicaciones en medios impresos es lo que permitió la difusión, divulgación y, en buena medida, la posibilidad de avanzar y desarrollar algunas ciencias como la Teratología, pues en momentos en que los contextos ocasionados por la guerra obstaculizaron el acceso a institutos de investigación, gabinetes de estudio, museos, etc., la prensa sí podía compartir o dar a conocer el conocimiento que se generaba al interior de la práctica de cada saber, ya fuera para conocedores en la materia o para curiosos.
Se empezó a notar cada vez más en la información impresa por ambos tipos de publicaciones, la incorporación de imágenes gracias a la técnica del daguerrotipo o a las fotografías, pero sin dejar de lado, por supuesto, los dibujos, las litografías y los grabados. Algunos periódicos y publicaciones se concentraron en ilustrar sus reportes, pues pensaban que la imagen era una prueba irrefutable de las cualidades de las personas y objetos fotografiados.
Por tanto, para ciencias como la de los “anormales” —que era la forma en que se conocía popularmente a la Teratología—, este tipo de prensa servía como instrumento científico de difusión y divulgación, ya que, en este contexto, acudir a las instituciones era casi imposible y la transportación de especímenes era costosa. En este sentido, los artículos y las noticias acompañadas de imágenes facilitaban los estudios, las opiniones, los diagnósticos y puntos de vista de los naturalistas, médicos y científicos interesados, pues era más asequible transmitir por la vía impresa aquellos avances en el conocimiento.
LA TERATOLOGÍA.
DIFUSIÓN Y DIVULGACIÓN
La inserción de estos materiales ilustrativos en la prensa nos muestra la forma en que determinados “periódicos y revistas fungieron como difusores y, por ende, legitimadores”, de lo que se publicaba, leía y observaba. En este caso, con el inicio del movimiento revolucionario en 1910, publicar y difundir se hacía más difícil, si bien algunas de estas revistas y periódicos que se interesaron en la ciencia fueron apartidistas, la producción y circulación de imágenes fotográficas, dibujos y grabados sufriría en los primeros meses de 1915 una serie de trastornos, dispersiones y retrocesos tales que tardaría algunos años en recuperarse.
Sin embargo, los intereses científicos y, en particular, la incorporación del tema teratológico que se hizo palpable en la prensa del Porfiriato, no se vieron completamente interrumpidos durante la Revolución Mexicana, siguieron estando presentes de manera posterior a esta etapa. Así observamos que, por ejemplo, el Museo Nacional publicó en 1896 el Catálogo de las anomalías coleccionadas en el Museo Nacional, precedido con unas Nociones de Teratología; y en 1899 el periódico La Patria dio a conocer la nota “Teratología en Xochimilco”.
Entre otras fuentes interesadas en el tema, la familia Casasola, a quien le debemos una gran cantidad de fotografías del periodo revolucionario, legó en su archivo algunas imágenes de niños con deformidades y animales disecados en 1915 y del salón de Teratología en 1938.
Probablemente, José P. Arriaga, otro famoso fotógrafo, se acercó al tema “anormal”, pues existen fotografías de esta índole, de 1895, atribuidas al apellido de este personaje; asimismo, en el año 1937, el periódico El Informador, de Guadalajara, publicó el “Caso de Teratología habido en La Barca”.
Otro ejemplo de esto es el naturalista Alfredo Dugés, quien publicó en 1903 un estudio titulado “Pollo monstruoso”, en las Memorias de la Sociedad Científica “Antonio Alzate”, revista de alcance importante entre el sector ilustrado; por otro lado, el famoso grabador, ilustrador y caricaturista José Guadalupe Posada, imprimió varios grabados de nacimientos considerados “anormales” que se dieron en el país.
La ciencia, por tanto, se apoyaría en este tipo de impresos y materiales, ya que es claro que eran, en cierta medida, fáciles de publicar, compartir y distribuir.
Concluidos los años revolucionarios comenzaría la reconstrucción nacional en todos los sentidos, incluyendo la ciencia y la educación. Ejemplo de ello lo encontramos en la segunda década del siglo XX con José Vasconcelos al frente de la Secretaría de Educación Pública, quien, preocupado por la educación, la ciencia y la salud, dirigió una campaña nacional contra el analfabetismo e incluyó a las mujeres en ella, y promovió las instrucciones sobre higiene y aseo personal.
CONCLUSIÓN
La ciencia continuó con su incesante desarrollo pese a las condiciones que se vivieron durante la Revolución Mexicana y posterior a ella. Avanzó dados los distintos medios, herramientas, recintos, y a los personajes que se interesaron en su construcción e incluso se nacionalizó, pues la ciencia que se construyó como resultado del movimiento revolucionario tuvo fines públicos, lo que convirtió su estudio en un bien de mayor alcance.
En cuanto a la Teratología, sólo queda decir que siguió estudiándose tanto en el siglo XIX como en el XX —en buena medida— gracias a todas las publicaciones que se hicieron referentes al tema, pues la divulgación de la ciencia fue uno de los objetivos editoriales de las revistas de ese periodo, que respondían a la demanda de un público inmerso en una cultura polifacética en la que no estaban ausentes los asuntos científicos.
Después de la inauguración del salón de Teratología en 1895, la colección de “anomalías” aumentó y los catálogos que se imprimieron en ese recinto sirvieron para el aprendizaje del público que recibió este museo, que, cabe señalar, fue incrementando con el paso de los años. En 1910, la colección de anomalías fue trasladada al nuevo Museo de Historia Natural, en el famoso edificio conocido como el Chopo, mismo que abrió sus puertas en 1913.
La Teratología fue una ciencia estudiada y aplicada en distintas especialidades médicas, era revisada en los planes de estudio de futuros doctores y algunos museos del mundo contaron con secciones o salas dedicadas a exhibir piezas consideradas objeto de estudio de la Teratología.
El uso de la prensa como instrumento científico permitió que diversos textos, nacionales y extranjeros, siguieran importándose y exportándose en el país. En suma, la difusión y divulgación de la ciencia en México se vieron favorecidas por este medio de comunicación, no sólo antes y durante la Revolución, sino en los años venideros y hasta nuestros días.
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LAS NOTICIAS “DEPRIMENTES” O CONFLICTIVAS AHUYENTAN A LOS NATIVOS SOCIALES; PREFIEREN INFORMACIÓN QUE LES INYECTE ÁNIMO.
POR DR. KIRSTEN EDDY REUTERS INSTITUTE / UNIVERSIDAD DE OXFORD
En 2019, el Digital News Report exploró cómo se informaban los jóvenes y halló marcadas diferencias en cuanto al comportamiento y al consumo de información, incluyendo más dependencia de los medios digitales y las redes sociales y menos identificación y lealtad con otros medios informativos, en comparación con los grupos de mayor edad. Tres años después, nos centramos ahora en cómo han cambiado los hábitos y las actitudes de las audiencias jóvenes, en medio de la creciente preocupación por la desconfianza y la evasión de noticias, el aumento de la atención pública para cuestiones como el cambio climático y la justicia social, y el crecimiento de nuevas plataformas como TikTok y Telegram.
Nuestro objetivo aquí es desentrañar estos nuevos comportamientos y desmontar ciertos relatos extendidos sobre “la gente joven”. Consideramos de qué modo los nativos sociales (que tienen entre 18 y 24 años y crecieron en gran medida en el mundo de la internet social y participativa) se diferencian significativamente de los nativos digitales (de 25 a 34 años, que sustancialmente crecieron en la era de la información, pero antes del auge de las redes sociales) con respecto al acceso a las noticias, a los formatos y a las actitudes. Estos grupos son audiencias fundamentales para los medios y los periodistas de todo el mundo y para la sostenibilidad del sector, aunque son cada vez más difíciles de alcanzar y pueden resultar necesarias distintas estrategias para atraerles.
EL PAPEL DE LAS
REDES SOCIALES
Desde que el Digital News Report comenzó a rastrear la principal fuente de noticias de los encuestados, las redes sociales han ido reemplazando a los sitios informativos en las preferencias de las audiencias jóvenes en general. Ahora, en 12 mercados el 39% de los nativos sociales (18 a 24 años) utilizan las redes como principal fuente, en comparación con el 34% que elige visitar un portal de noticias o una aplicación. También detectamos que los nativos sociales son mucho más propensos que los grupos de edad mayores a acceder a las noticias mediante “puertas laterales” como las redes, los agregadores y los motores de búsqueda.
El panorama de las redes sociales sigue evolucionando drásticamente, con la entrada de nuevos actores como TikTok y plataformas ya instaladas como Instagram y Telegram, ganando una audiencia notable entre las audiencias jóvenes. A medida que los nativos sociales alejan su atención de Facebook (en muchos casos ni siquiera empezaron a utilizar esta red), las opciones más
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Los nativos sociales usan las redes como su principal fuente de noticias.
centradas en lo visual como Instagram, YouTube y TikTok se han vuelto cada vez más populares en este grupo. En apenas tres años, el uso de TikTok para las noticias se ha quintuplicado entre los jóvenes de 18 a 24 años en todos los mercados: pasó del 3% en 2020 al 15% en 2022. Mientras tanto, YouTube gana cada vez más terreno entre los jóvenes de Europa del este, Asia-Pacífico y América Latina.
Y si bien el grupo de 25 a 34 años ha adoptado en gran medida las mismas redes que los nativos sociales para su vida cotidiana y sus hábitos informativos, se ha mantenido mucho más fiel a Facebook, la red con la que ha crecido, y se ha movido más lentamente hacia nuevas plataformas como TikTok. ¿Qué atrae tanto de estas redes al público joven? Las entrevistas cualitativas revelan que les gusta el estilo informal y entretenido de las plataformas visuales (y en particular, el video online) y las describen como más personalizadas y diversas que la televisión, como un recurso frente a eventos que cambian rápidamente (la guerra entre Rusia y Ucrania, por ejemplo) y como un lugar para intereses de nicho, desde la cultura pop hasta los viajes, la salud y el bienestar.
“En la TV siempre vemos lo mismo, pero en YouTube, Spotify, TikTok tenemos una gran diversidad... Podemos conseguir todo esto y ver que hay diversidad; la sociedad mucho más allá de lo que vivimos”, dice un joven brasileño de 18 años.
“YouTube me parece más digerible que los medios convencionales y también más interesante, porque está más dirigido a mí”, agrega un norteamericano de 23 años.
De todos modos, la popularidad del video online no implica que los formatos basados en texto y audio no conserven un rol importante en los hábitos informativos de la gente joven. Los menores de 35 años aún sostienen que prefieren leer noticias (58%) en lugar de verlas en vídeo (15%). Sobre todo cuando buscan actualizaciones en directo y resúmenes, o cuando buscan ponerse al día sobre qué ocurre por “necesidad de saber”. Algunos buscan una combinación de contenidos en texto y video para comprender mejor la información. Otros, particularmente en mercados de Asia-Pacífico y América Latina, se sienten atraídos por los formatos de audio, como el
podcast, que les permite escuchar mientras hacen otras tareas. No existe un enfoque exclusivo o una vía única para que los medios puedan atraer al público más joven.
LOS JÓVENES
EVITAN LAS NOTICIAS
Sin embargo, a medida que más medios y formatos compiten por el tiempo y la atención de las audiencias, seguimos observando una extendida caída del interés y la confianza en las noticias en todos los grupos de edad y los mercados, especialmente entre el público más joven. Los menores de 35 años conforman el grupo más desconfiado: en conjunto, apenas un tercio (37%) de los segmentos de 18 a 24 años y de 25 a 34 dicen que confían en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo, frente a casi la mitad (47%) entre los mayores de 55 años. La gente joven también opta cada vez más por evitar las noticias: es sustancial el incremento entre los nativos sociales. En todos los mercados, alrededor de cuatro de cada diez menores de 35 años evitan las noticias a menudo o a veces, en comparación con un tercio (36%) de los mayores de 35. ¿Por qué sucede esto? Los menores de 35 años suelen afirmar que las noticias tienen un efecto negativo en su estado de ánimo (34%) y, más recientemente, que hay demasiada cobertura informativa de temas como la política o el coronavirus (39%). Entre los jóvenes persiste la crítica al carácter deprimente o abrumador de las noticias. En el Reino Unido, por ejemplo, dos tercios (64%) de los menores de 35 años que evitan las noticias sostienen que lo hacen porque les bajan el ánimo.
“Tiendo a tratar de limitar la cantidad de noticias negativas que consumo, especialmente a primera hora de la mañana y a última de la noche. No quiero que afecten mi día ni que me hagan preocupar”, dice una joven británica de 29 años.
“Dependiendo de mi estado de ánimo, si veo una noticia que sé que es mala, que me va a alterar, a veces la dejo y la leo más tarde”, afirma un brasileño de 24 años.
Las audiencias jóvenes, en especial los nativos digitales (27%), también evitan las noticias porque las perciben como sesgadas o poco fiables. Como los menores de 35 años han crecido en la era digital y han aprendido de las generaciones anteriores a ser críticos con respecto a la información que consumen, adoptan un enfoque escéptico y a menudo cuestionan la “agenda” de los proveedores de noticias. En este sentido, algunos jóvenes no valoran intrínsecamente más la imparcialidad de los medios convencionales y su desconfianza frente a posibles sesgos a veces les lleva a dejar de consumir noticias.
“Creo que nada es 100% de fiar en los medios convencionales. Nunca puedes pensar que es la verdad absoluta, porque no estamos seguros de nada”, comenta una mujer brasileña de 24 años.
“Muchas veces, las noticias de los principales medios pueden ser muy sesgadas o tener motivaciones políticas. Esto dificulta descifrar su credibilidad”, dice una mujer estadounidense de 28 años.
No obstante, muchos jóvenes no evitan necesariamente todas las noticias. De hecho, muchos evitan selectivamente asuntos como la política y el coronavirus. Estos patrones de evasión selectiva de noticias no se limitan al público más joven, pero sí indica que en este grupo las percepciones sobre la información política se hallan esencialmente vinculadas a otros motivos de evasión de noticias: la sensación de que son negativas, de que no hay nada que puedan hacer con esa información o de que son menos confiables que otro tipo de noticias. Más que simplemente evitar las noticias, se trata de “noticias que hay que evitar”.
“Evito activamente las noticias sobre política, porque me frustran. Me hacen sentir pequeña, y sean cuales sean mis puntos de vista, no cambian nada de lo que pasa en el país o en el mundo, así que no tiene sentido escucharlas”, comenta una joven británica de 22 años.
“Cuando realmente quiero relajarme, evito las noticias políticas porque a veces me provocan ansiedad”, añade una estadounidense de 24 años.
¿QUÉ ES NOTICIA
PARA LOS JÓVENES?
Estas percepciones sobre el exceso de atención mediática a temas como la política y el coronavirus también reflejan el deseo más amplio del público joven de contar con agendas, voces y perspectivas informativas diversas. Los jóvenes (sobre todo, entre 18 y 24 años) tienen actitudes diferentes con respecto a cómo se ejerce el periodismo: son más propensos que los mayores a creer que los medios deben adoptar una postura en temas como el cambio climático y que los periodistas deberían expresar libremente sus opiniones personales en las redes sociales.
Además, muchos jóvenes tienen una definición más amplia sobre qué es noticia. Suelen distinguir entre “las noticias”, como la agenda
Cada vez ingresan más receptores de noticias, conforme evolucionan los medios digitales.
estrecha y tradicional de la política y la actualidad, y “noticias” como un paraguas mucho más extenso, que abarca temas como los deportes, el entretenimiento, los chismes de los famosos, la cultura y la ciencia.
Dado que los jóvenes suelen estar menos interesados en las noticias y acceden a ellas con menos frecuencia que el público de mayor edad, no es de extrañar que los menores de 35 años manifiesten menor interés por la mayoría de los asuntos informativos en general. Pero son especialmente menos propensos a interesarse por lo que consideran “las noticias” (temas tradicionales como la política, la información internacional y los crímenes). En cambio, los menores de 35 años son más propensos a interesarse por los temas más “blandos”: entretenimiento y celebridades (33%), cultura y arte (37%) y educación (34%).
“Me gustan las noticias sobre deportes, comida, bienestar y salud. No me gusta ver noticias sobre violencia”, dice un brasileño de 27 años.
Muchos tipos de información que a menudo se consideran temas “jóvenes” (por ejemplo, la salud mental y el bienestar, el medio ambiente y el cambio climático, y las noticias divertidas o la sátira) no se traducen necesariamente en un mayor interés entre los jóvenes en todos los mercados. Depende del país o la región donde se encuentren.
MOTIVACIONES PARA
ACCEDER A LAS NOTICIAS
Todos los grupos etarios consideran que las noticias son igualmente importantes para aprender cosas nuevas, pero los menores de 35 años están levemente más motivados que los mayores sobre cuán entretenidas y compartibles son las noticias, y están ligeramente menos motivados que los mayores por el sentido del deber de mantenerse informados o por la utilidad que tienen las noticias para ellos.
Sin embargo, hasta qué punto los jóvenes sienten el deber de consumir noticias varía mucho según el país: por ejemplo, hay enormes diferencias entre menores y mayores de 35 años en Brasil y Estados Unidos, pero la brecha es muy pequeña por edades en Francia y Japón. Y en el Reino Unido, tanto el sentido del deber como la sensación de que las noticias ayudan a aprender cosas nuevas figuran como principales motivaciones para consumir información periodística entre los menores de 35 años. Esto indica que las audiencias jóvenes tienen una especie de mezcla de motivaciones, en función de sus intereses y del tipo de contenido en el que piensan o buscan.
“Accedo a las noticias en parte para divertirme y en parte para entretenerme, pero también para informarme. También hay revistas científicas, donde no es divertido, pero tampoco es necesario saber”, dice una joven estadounidense de 23 años.
“Busco lo que necesito saber para
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EL DATO
Todos los grupos etarios consideran que las noticias son igualmente importantes para aprender cosas nuevas, pero los menores de 35 años están levemente más motivados que los mayores sobre cuán entretenidas y compartibles son las noticias, y están ligeramente menos motivados que los mayores por el sentido del deber de mantenerse informados o por la utilidad que tienen las noticias para ellos.
estar al tanto de la actualidad... Esas noticias son importantes y relevantes para mi vida. También busco noticias que me entretengan según mis intereses y noticias divertidas, que sea emocionante descubrir, como la actualidad de los famosos”, añade un hombre norteamericano de 27 años.
CONCLUSIONES
A medida que evoluciona velozmente el entorno de los medios digitales e ingresan más adultos jóvenes que crecieron con las redes sociales, se siguen cristalizando las diferencias clave entre las audiencias jóvenes. No se trata simplemente de que algunos comportamientos y preferencias de los jóvenes sean diferentes a los de la gente mayor. Esto lleva su tiempo siendo así. Lo importante es que esas diferencias parecen aumentar, incluso entre los nativos sociales y los nativos digitales. Muchos de estos cambios de comportamiento son tan esenciales que su reversión luce improbable. El segmento joven representa un uso de las noticias más casual y menos fiel. La dependencia de los nativos sociales de las redes y su escasa conexión con las marcas son dos características que complican a los medios que buscan atraerles e involucrarles.
Al mismo tiempo, las audiencias jóvenes también son especialmente recelosas y confían menos en toda información. Esto, junto con la naturaleza a menudo deprimente de las noticias y la abrumadora cantidad de información que hallan en su vida cotidiana, torna a los jóvenes escépticos con respecto a las agendas de los medios y cada vez más propensos a evitar las noticias, o al menos ciertos tipos de noticias. Aunque no todos tienen las mismas necesidades, muchos buscan voces y puntos de vista más diversos e historias que no les depriman ni alteren.
Los nativos sociales, en particular, se han acercado cada vez más a las redes sociales visuales, pero no todos son simplemente tiktokeros ni todos tienen una capacidad de atención limitada cuando se trata de información seria. A los jóvenes les gusta una gama de formatos y medios, desde el texto hasta el video y el audio, y se sienten atraídos por la información que está seleccionada y preparada para ellos. Seguirá habiendo lugar para el texto, el video, el audio y las imágenes, a veces todo en un mismo contenido. Y habrá lugar en las coberturas informativas tanto para los tonos serios e imparciales de los medios tradicionales como para los enfoques más informales, entretenidos o centrados en el activismo.
Las definiciones de las audiencias jóvenes sobre qué es noticia también son amplias. Reconocer la variedad de preferencias y gustos que tiene un grupo increíblemente diverso presenta otro conjunto de desafíos para los medios. Sin embargo, una vía para ser más relevante puede consistir en incrementar su atractivo (conectando con los temas que interesan a los jóvenes, desarrollando contenidos multimedia y específicos para cada plataforma y alineando el contenido y el tono con el formato) en lugar de reemplazar todo lo que hacen o esperar que los jóvenes finalmente acepten lo que siempre se ha hecho. Esto a veces incluye mantener lo que los medios ofrecen actualmente, parte de lo cual es muy valorado por las audiencias jóvenes. Cuando sienten que “necesitan saber” lo que ocurre (como en el caso de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania) los jóvenes aún quieren que los medios estén allí.
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