1202 OYAM ED 92
SIN TAPUJOS SOBRE LA MATERNIDAD
11ºN NÓICIDE
SIN TAPUJOS
Dirección general María José Martínez Díaz mapidiaz42@gmail.com
Editores Fernanda Loutfe Orozco Gaby Ledezma Diego Rivera Hernández Diseño de portada Mapi Díaz
A aprender, ¿No? athena @write_my_stars
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Columna curiosa Daniela Nur
D.A Ablanedo
daninavaarre14@gmail.com
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Sin tapujos
Sin tapujos Revista
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Desenredada-mente Ana Sofía Luna
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Mientras tanto Melissa Viñas Calatayud
El pabellón número seis melissavinas13@gmail.com Gaby Ledezma this is how i live Symbólokus xyN Diego Rivera Hernández @xyneht Diego RH
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We concieve children in deepest night, in blazing sun, outdoors, in barns and alleys and mini vans. Louise Erdrieh A WOMAN'S WORK
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Conceptionis often something of a byproduct of sex, a candle in a one-room studio, pure brute chance, a wonder. To make love with the desire for a child between two people is to move the act out of its singularity, to make the need of the moment an eternal wish. But of all passing notions, that of a human being for a child is perhaps the purest in the abstract, and the most complicated in reality. Louise Erdrieh A WOMAN'S WORK
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Al rol maternal
07 Nur, la tía de los gatos 10
(A)mor
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TAPUJOS
11 La maternidad como elección
15 Limpiarse los mocos 18 Convocatoria 19 Directorio de especialistas
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AL ROL MATERNAL
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Cada 28 días mi cuerpo me recuerda que puedo albergar vida, que por un descuido, por un plan o si alguien forzara mi mano podría engendrar algo. ¿Me convertiría en ti?
Cuando era una niña estaba segura que iba a convertirme en ti, nunca cuestioné o me pregunté si quería hacerlo, sólo lo di por hecho, como otra parte de la vida que debía ser; sin quererlo o pensarlo, mis padres me estaban formando en esa tradición, una que te ponía como a lo que hay que aspirar, donde te pegas a todo lo femenino. Tenía que ser cuidadosa, cariñosa, protectora, abnegada, tranquila y delicada. Te empecé a detestar, rechazando cualquier idea que me acercara a ti, te quería lo más lejos de mi vida pero al hacerlo te añoraba. Has sido cómplice de tantas cosas que no me gustan y con las que no coincido, creo que te han etiquetado y encasillado, limitando parte de lo que podrías formar. He visto cómo los demás te relegan a trabajar sola, como si te hubieras creado de forma espontánea y nadie más que tú tuviera la responsabilidad de cuidar, criar, amar, siendo tierna y delicada; te han convertido en el Otro. Eso me molesta. Has tenido que tomar responsabilidades que no te corresponden, aunque es impresionante que puedas hacerlo, también me parece preocupante que no las hayas regresado a quien le toca, ¡qué difícil debe ser tener que cargar con cosas que no te pertenecen! 04
ST |MAYO 2021 Cuando era una niña estaba segura que iba a convertirme en ti, nunca cuestioné o me pregunté si quería hacerlo, sólo lo di por hecho, como otra parte de la vida que debía ser; sin quererlo o pensarlo, mis padres me estaban formando en esa tradición, una que te ponía como a lo que hay que aspirar, donde te pegas a todo lo femenino. Tenía que ser cuidadosa, cariñosa, protectora, abnegada, tranquila y delicada. Te empecé a detestar, rechazando cualquier idea que me acercara a ti, te quería lo más lejos de mi vida pero al hacerlo te añoraba. Has sido cómplice de tantas cosas que no me gustan y con las que no coincido, creo que te han etiquetado y encasillado, limitando parte de lo que podrías formar. He visto cómo los demás te relegan a trabajar sola, como si te hubieras creado de forma espontánea y nadie más que tú tuviera la responsabilidad de cuidar, criar, amar, siendo tierna y delicada; te han convertido en el Otro. Eso me molesta. Has tenido que tomar responsabilidades que no te corresponden, aunque es impresionante que puedas hacerlo, también me parece preocupante que no las hayas regresado a quien le toca, ¡qué difícil debe ser tener que cargar con cosas que no te pertenecen! Sé que el tener un hijo no nos convierte en ti, eres algo más. No en el todo, como les ha gustado decir. No nos convertimos en ti, pero tú vienes a conformar parte de nosotros cuando lo decidimos. Puedes acercarte sin importar el género, o que alguien no haya tenido hijos, no los hayan engendrado o no sean de su propia sangre; pero también hay personas que deciden no hacerte parte de ella.
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ST |MAYO 2021 Que te incorpores en nosotros no es una decisión sencilla, requiere trabajo y responsabilidad. Exige hacerle frente a nuestros miedos, nos hace reconocernos vulnerables, aceptando que aunque seas parte importante de la vida de la persona no serás lo único y no se puede descuidar lo demás. No sé si alguien esté completamente preparado para hacerse cargo del gran trabajo de cuidar a otro ser, añadirte, convertirte en parte de su vida. Tampoco creo que todos quieran hacerlo. Me gusta pensar que ahora te vemos de otra forma, que ya no te relegamos a ser el todo, ni la única aspiración en la vida; me gusta creer que estamos pensando realmente si queremos tomarte como el compromiso y responsabilidad que eres, como la elección diaria de trabajar en nosotros para que puedas dar lo mejor de ti. No todos pueden tomar esa decisión, y me parece increíblemente valiente cuando se admiten. No sé si pueda hacerlo, tal vez me gustaría, pero hoy no estoy lista. Ya no te detesto, ni te quiero lo más lejos que pueda de mí. Solía verte como algo perfecto e inalcanzable y reconozco que eso me aterraba. Hoy te veo como algo real que forma parte de alguna persona y es complicado integrarte completamente, para poder incluirte se necesita un gran trabajo de introspección, de crecimiento y amor propio. Me gusta ver que estás creciendo. Te están reconociendo por lo que eres, están viendo que no eres parte del “Destino” sino una elección consciente que forma parte de personas que son mucho más que solo lo que haces. Tal vez nos veamos en un futuro o tal vez no, pero mientras, gracias.
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Ana Sofía Luna
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Nur
NUR, LA TÍA DE LOS GATOS
Hace un año convencí a mi familia de adoptar a un gato y después de casi 18 años teniendo perros, aceptamos a Katze en nuestra familia. Pero lo que no esperaba es que ella me adoptara como su mamá. Es muy curioso, pues desde un principio todos nos relacionamos al mismo tiempo con ella; desde jugar hasta alimentarla, intentamos distribuir la atención para que cuando eventualmente yo tuviera que regresar a la universidad, ella no se sintiera tan triste. 07
ST |MAYO 2021 A pesar de ello, siempre ha preferido pasar más tiempo conmigo; si alguien decidía cambiar de lugar su cama, volvía a mi cuarto a dormir sobre mi ropa; ahora duerme de manera permanente en la cama y siempre que puede se sienta en los lugares más cercanos a mí. Poco a poco, mi pequeña gata creció y un largo año de pandemia pasó. En ese tiempo, viéndola crecer, aprendí muchas cosas sobre ella, pero también sobre mí; desde lo aprensiva hasta lo cariñosa y melosa que soy. Mi familia llegó a decirme que nunca me habían visto mirar a algo o alguien de la manera en que miro a mi gata y es verdad, cuando la miro, siento una felicidad muy grande, casi inexplicable. A veces pienso que este es el sentimiento más cercano al que sienten las madres con sus hijos biológicos. Lo cierto es que, cuidar de Katze durante este año me ha hecho considerar más de una vez si quiero tener hijos en el futuro o no. Y por ahora la respuesta sigue siendo no. Ésta surgió a partir de que, hace un par de semanas esterilizamos a Katze; principalmente para reducir la población de gatos que existe, ya que hay muchos callejeros. Su proceso de recuperación fue de 14 días, y sin mentir, fueron los más largos de mi vida. Sentía una preocupación inmensurable, tenía mucho miedo de que algo pudiera pasarle e intenté hacer su recuperación lo más sencilla posible.
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Durante esas -casi- dos semanas, no dejé de pensar, ¿qué pasaría si en su lugar fuera un bebé? ¿Podría, psicológicamente, soportar una responsabilidad mayor? Tengo claro que si llegara a ser madre no estaría sola en el proceso, pero aun así la idea sigue en mi cabeza. Siento que es un compromiso para el que aún no estoy lista, pero ¿quién sabe? Quizá en algunos años me ría de esta columna. Por ahora, me dedicaré a seguir cuidando de Katze y del integrante más reciente de la familia, Homie; un pequeño gato naranja que maúlla para todo, corre de un lado a otro y por raro que suene, tiene cara de niño travieso. Con estos dos pequeños animalitos tengo más trabajo del que nunca imaginé tener y creo que son un buen entrenamiento para lo que algún día podría llegar a pasar en mi vida. Y si no, seré Nur, la tía de los gatos.
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(A)MOR Es curioso como todos conocemos frases como “Aprovecha el hoy, no sabes qué pueda pasar mañana...”, o “Dile a la gente lo mucho que la quieres, por que nunca sabes”. Creo que es mucho más fácil decirlo pensando que “Equis, mañana la veo y se lo digo”. No hay palabras que puedan explicar el sentimiento de querer abrazar o escuchar a una persona que ya no está. Quizás vamos creciendo y se ve “fácil” la separación con tus papás, ya no necesitarlos, te crees más independiente, tomas tus decisiones. Nunca te faltó preguntarte si necesitabas o no a esas personas porque cuando eres pequeño, solo es necesario hacerle una mirada a tu mamá para que ella supiera que te dolía algo o cuando abrías la alacena y, como por arte de magia, tu dulce favorito siempre estaba porque conocía tus gustos. Ese tipo de cosas formaron a la persona que hoy está leyendo esto y dice “Si, yo tomo mis propias decisiones”, sin realmente pensar que todos somos el resultado del amor y cariño que nuestra mamá nos dio. Por ella sabemos lo que significa Amor. Créanme que sin importar la edad, nunca dejas de necesitarla y al paso que vas creciendo hay tantas situaciones, desde la más tonta como un consejo, hasta una graduación, donde volteas y lo único que te gustaría sería que ella estuviera presente. ¿Cómo serías hoy sin esta figura?, ¿a quién llamarías cuando te sientes mal?, ¿quién te hubiera consentido si no hubiera estado ella?. Hace unos años perdí a mi mamá y a mis 22 años sigo viviendo momentos en los que sé que la única que me consolaría sería ella, pienso “Quiero a mi mamá”, pero a pesar de que no puedo abrazarla, ni decirle lo mucho que la amo, estoy agradecida por los años que la disfrute. Tuve la fortuna de poder decirle, a ese ser tan maravilloso, mamá. Agradece y disfruta a tu madre porque no sabes lo afortunado que eres.
-D.A Ablanedo 10
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ADVERTENCIA: LA PRÓXIMA COLUMNA PUEDE CAUSAR CONTRADICCIÓN E INCONFORMIDAD
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LA MATERNIDAD COMO ELECCIÓN Gabriela Ledezma
Hace algunos años una tía me dijo que era una egoísta por no querer ser madre, tantos niños esperando en el cielo para venir a la tierra y yo con mi egoísmo. Si analizamos ese comentario veremos que está basado en una fantasía, ya que durante siglos la maternidad ha sido vista como un acontecimiento único en la vida de la mujer, como si fuera su propia realización, una bendición e inclusive como aquello que reafirma su esencia femenina. Es por ello que en esta columna quisiera mirar la otra cara de la moneda y verla desde una nueva perspectiva, con el fin de que cada vez sea vista, no como algo necesario u obligatorio, sino como “Elección”. 12
Sin duda las religiones tienen un papel promotor de la maternidad. Como prueba podemos encontrar en la biblia diversos versículos, como en el Génesis 1-28: “Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla”. También Éxodo 23:26: “No habrá en tu tierra ninguna mujer que aborte ni que sea estéril”. Al seguir en esta búsqueda no vamos a encontrar algo a favor sobre el derecho de la mujer a tener alternativas, ya que lo que señala es que su lugar está en la casa. De ahí ha tenido que luchar por siglos para exigir su realización profesional, que consecuentemente le trae su independencia económica.
ST |MAYO 2021 Es verdad que a excepción de María Magdalena cuya historia fue modificada acorde de intereses patriarcales, la mayoría de los personajes femeninos bíblicos están lejos de ser una mujer luchadora en pro de los derechos humanos y de la igualdad, sino personajes irreales cuya virtud está en haber concebido sin el acto sexual y la sumisión*. No obstante, podemos encontrar un versículo contradictorio en el evangelio de San Lucas 23:28 “Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos, porque he aquí, vienen días en que dirán: ‘Dichosas las estériles, y los vientres que nunca concibieron, y los senos que nunca criaron’.” Un pasaje poco mencionado, pero tal vez ahí se podría encontrar un poco más apertura. Quisiera preguntar si alguno se ha preguntado en qué circunstancias, muchas mujeres de su familia, concibieron. Les apuesto que un porcentaje muy bajo diría que lo estaba buscando y obtendríamos que la mayoría, ha tenido hijos por la ausencia de educación sexual o, desgraciadamente, por una violación. Más mujeres se han unido para conllevar la carga social de no ser madre, como la escritora y psicoterapeuta británica Judy D. Day, que en 2011 acuñó el famoso concepto “NOMO” (NOT MOTHER) . Con esto, busca crear una red de apoyo para mujeres infértiles, sin embargo ha crecido tanto que también está dirigido a todas las mujeres que, por distintas razones, no tienen en sus planes la crianza. Empero, no fue Simon de Beauvouir, con el libro Segundo Sexo, donde señaló cómo este papel fue impuesto a través de la historia junto con los quehaceres domésticos.
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Asimismo en abril de 1947, publicó en la revista Le Nouvel Observateur “El Manifiesto de Simone de Beauvoir por el Derecho a la No Maternidad”, declarando: “Yo haré un niño si así lo deseo y no sufro ninguna presión moral. Ninguna institución, o imperativos de orden económico, deberían obligarme a ello”. Con ello deberíamos comprender que la anatomía de una mujer le permite la capacidad de engendrar, sin embargo no es su deber. Sí es su deseo, no debemos sentenciarlas a que esto englobe su vida, sino apoyarlas en su autorrealización.
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LIMPIARSE LOS MOCOS
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Diego R. Hernández
Poco después de haberle limpiado los mocos soltó al viento una de esas preguntas que rebotan en el cielo para estrellarse en la cara. — ¿Pero por qué mamá? — Porque soy tu madre y porque eres mi hijo. Vaya problema, palabras contundentes que se escuchan más seguido de lo que se quisiera. Cierto es que la disyuntiva de los posesivos se extiende más allá del ámbito familiar, pero quizá surja con la relación entre madres e hijos. Nos apropiamos emocionalmente de lo que más queremos, cosas materiales, mascotas y personas cercanas a nosotros como una madre o un hijo. 15
ST |MAYO 2021 Sin embargo, habría que reflexionar hasta qué punto lo hacemos por hacerle bien a ese ser querido y no por nuestro propio beneficio. Es decir, una cosa es usar el mí, para referirse a los hijos cuando la intención es meramente emocional y hacerles saber, con palabras, que se les estima, por ejemplo: llamarles mi hijo, mi niño, mi bebé. Otra muy distinta es usarlo con finalidad de imposición y provecho propio, por ejemplo, haces lo que te ordeno porque eres mi hijo, no te mandas solo porque eres mi niño, nada más quiero que repruebe mi bebé y ya verás la chinga que te pongo. Aunque en ocasiones hay un sentido de protección, la violencia que se suscita por el pensamiento de que porque las mamás dan la vida, tienen el derecho de decidir sobre las criaturas, se suele gritar —No dejes que nadie más te ponga una mano encima, yo nada más te puedo pegar—. Este tipo de relaciones no es exclusivo de las mamás, pero sin duda su vínculo con los hijos es mayor que el de los padres, por cuestiones básicas (nacemos de su vientre). Desde antes de ver la luz, de este placentero y cruel mundo, ya tenemos contacto con nuestra madre, durante ese periodo de tiempo, más que pertenecer a ellas somos parte de un mismo ser; como la obra de un artista, en cuanto nos desprendemos y ocupamos un espacio por nosotros mismos ya tenemos una autonomía existencial.
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ST |MAYO 2021 Son relaciones codependientes, dos polos que se repelen, pero nunca dejan de unirse porque no se puede romper el vínculo de la sangre. Lejos de los convencionalismos, de la prohibición del incesto y una moralidad impuesta, está la libertad. Reclamando que seamos independientes para elegir nuestras propias cadenas. A cierta edad las madres tienen una responsabilidad con los hijos, en el sentido de que, si decidieron tener descendencia tienen que asegurar su bienestar, mínimo hasta que se les endurezca la mollera, y empiecen a tomar sus propias decisiones. Los hijos también tienen responsabilidades con las madres, para cortarse el cordón umbilical que en muchas ocasiones se postergó durante más años de los debidos (si es que hay algo debido). La independencia de los individuos va más allá de vivir o no con los padres, es una cuestión de hacerse cargo de su voluntad y entender que antes de cualquier vínculo está la relación con uno mismo. Las mamás merecen tener más tiempo libre y seguir con su vida y realizar sus proyectos individuales, así como los hijos tarde o temprano se enfrentan a la vida por sí mismos. Apelo a limpiarnos nuestros mocos y romper con cualquier vínculo de posesión.
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