Médicos de México

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A単o 7 No. 107



EDITORIAL

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a Asociación Psiquiátrica Mexicana fue fundada por el doctor Ramón de la Fuente Muñiz. Constituye la agrupación de psiquiatras más antigua e importante del país.

Es la agrupación más grande en su tipo en nuestro país. Con un total de 2 mil 232 socios, reúne a un amplio número de psiquiatras y personal en salud mental. Del grueso de sus asociados mil 692 son activos, 160 están en adiestramiento y 380 son afiliados. Cada dos años se renueva el Comité Ejecutivo, el presidente electo asume el cargo de presidente en funciones. Se realizan elecciones democráticas durante el congreso nacional y por votación secreta se elige presidente electo, secretario general y tesorero.

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No solamente ha dedicado sus esfuerzos a la difusión de temas psiquiátricos, desde su fundación se ha caracterizado por cumplir con los preceptos para los que fue creada, dando importancia a fomentar en sus miembros el espíritu de servicio. Es una asociación médica diversa y robusta cuya fuerza principal es cada uno de sus integrantes. Además de los congresos regionales y del congreso nacional, que se realiza cada dos años, organiza cursos de actualización para médicos generales en diferentes lugares del país. Actualmente se sitúa como una asociación consolidada y de amplio reconocimiento en el entorno médico nacional e internacional, por lo que éste es un momento determinante de franco crecimiento y proyección mundial. Este número especial está dedicado a mostrar algunos acontecimientos que han cimentado la historia de nuestra asociación. Si la APM goza de la solidez actual es gracias a la visión de quienes nos precedieron. Todos los testimonios narrados aquí son las experiencias de quienes las vivieron.

tivos y participan en las actividades de nuestra asociación, con el mismo entusiasmo con el que hicieron nacer la Asociación Psiquiátrica Mexicana.

Por este medio quiero agradecer a nuestros socios fundadores, tanto a los que lamentablemente ya no están con nosotros, como a los que todavía se encuentran ac-

Dra. Martha Ontiveros Uribe Presidente 2008-2009 Asociación Psiquiátrica Mexicana




Directorio Editor y Director General Luis del Villar García director@medicosdemexico.com Consejo Médico Dr. Luis Lepe Montoya Dr. Enrique Udaeta Mora Dr. Miguel Ángel Rodríguez Weber Dra. Ana Lucrecia Arias Romero Dr. Luis Alberto Fernández Carrocera Dr. Claudio Serviere Zaragoza Directora de Ventas Publicidad Silvia Juárez Toro silviajuarez@medicosdemexico.com Asesor Jurídico Lic. Christian García Tavera Coordinación de Ediciones Mensuales María Luisa Santillán Silva masantil@medicosdemexico.com Coordinación de Proyectos en los Estados Ricardo Alberto Islas Cortés ricardoislas@medicosdemexico.com Director de Arte y Diseño Héctor Dorantes López Diseño Gráfico e Ilustración Estudio Arte Dorantes Reporteros Rodolfo Bautista Valdez rodolfobautista@medicosdemexico.com Sandra Ley Corrector de estilo Víctor M. García Webm@ster Mario Aceves Dávalos Fotógrafos Edgar Mendoza Administración Mireya Garfias García Coordinación de proyecto (investigación, entrevistas y redacción): Maria Luisa Santillán Silva Rodolfo Bautista ValdezRicardo Alberto Islas Cortés

Año VII. No. 107, Octubre de 2009. Médicos de México es una publicación mensual editada por Alianza 3 Grupo Editorial, S.A. de C.V., Av. Río San Joaquín 285-4 Col. Granada, México D.F., C.P. 11490, Tels. y Fax: 52 50 27 00, 52 50 27 01 y 58 87 31 16 Reserva al uso exclusivo del título No. 04-2007-050909573500-102, otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, de la Secretaría de Educación Pública. Certificado de Licitud de Título No. 12112, Certificado de Licitud de Contenido No. 8764, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal PP09-0998, otorgado por Sepomex. Impresión a cargo de Equilibrio S.A. de C.V. España #288, Col. Cerro de la Estrella, Del. Iztapalapa, México, D.F., C.P. 09850 El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores. El material publicitario se acepta con criterio ético, pero los editores se deslindan de cualquier responsabilidad respecto a la veracidad y legitimidad de los mensajes contenidos en los anuncios. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total del material publicado sin consentimiento escrito de los editores. PRINTED IN MEXICO

8 Historia / 16 Dr. Ramón de la Fuente Muñiz, Presidente fundador / 20 Dr. Guillermo Calderón Narváez / 24 Dr. Alejandro Córdova Córdova 28 Dr. Rafael Velasco Fernández


/ 32 Dr. Héctor Hernán Tovar Acosta / 36 Dr. Raymundo Macías y Avilés / 40 Dr. Juan Eugenio Salas Pérez / 44 Dr. Ulises Iturbe Guerra / 48 Dra. Catalina Rivera Martínez / 52 Dr. Agustín Guerrero Martínez / 56 Dra. Hebe Serrano Fuentes / 60 Dr. Roberto Ham Fernández


Historia Asociación Psiquiátrica Mexicana A. C.

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a Psiquiatría en nuestro país tiene raíces desde la época prehispánica, y en la Colonia, México se adelantó a otros países en América al fundarse el Hospital San Hipólito en 1566, en la capital de la Nueva España que junto con el Hospital del Divino Salvador, en 1698, funcionaron por más de 350 y 200 años, respectivamente, al tomar bajo su cuidado a los enfermos mentales que deambulaban por las calles o eran alojados en las cárceles. En las ciudades de Guadalajara, Monterrey, Orizaba y Mérida se fundaron hospitales y asilos entre 1794 y 1906. A fines del siglo XIX y principios del XX surgieron instituciones privadas como el Sanatorio Rafael Lavista, en 1898 y la Casa de Salud de San Juan de Dios para enfermos mentales, en Zapopan, Jalisco, en 1910. En ese año, con motivo de los festejos del Centenario de la Independencia el presidente Porfirio Díaz inauguró el Manicomio General de la Castañeda, que albergaría décadas más tarde a más de 3 mil enfermos empleando tratamientos semejantes a los de otros países y acordes con los escasos conocimientos psiquiátricos de la época. Este nosocomio llegó a considerarse “semillero” en la formación de psiquiatras mexicanos. En 1930 abrieron sus

puertas los sanatorios Ramírez Moreno y Floresta, y en 1942 se fundó el servicio de Psiquiatría del Hospital Español; siete años después se inauguró la Clínica San Rafael, todos ellos sanatorios privados que trataban de subsanar la deficiente atención que otorgaba el Estado; éstos y otros sanatorios que ya existían en ciudades como Monterrey, Hermosillo, Guadalajara y Mérida, alquilaban o subrogaban camas para enfermos mentales del IMSS, ISSSTE y Pemex. Entre 1940 y 1950 se crearon hospitales del sector público y de la seguridad social, así como los primeros esquemas


institucionales de atención para problemas de salud mental en la población mexicana en centros de la Secretaría de Salud (Ssa) y en clínicas del IMSS y del ISSSTE. Otro hecho relevante fue la creación del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental en la UNAM, en la década de 1950, con la finalidad de ubicar a la Psiquiatría en el lugar que le corresponde como una rama de la Medicina Interna y, a través de un programa de alto nivel académico, formar especialistas en el área. De aquí han egresado la mayoría de los psiquiatras en México y muchos de otros países de Latinoamérica. A partir de entonces florecieron en México las escuelas psicoanalíticas y se inició el auge de la psicofarmacología, con el advenimiento de modernos fármacos antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos, al mismo tiempo que se avanzaba en el conocimiento científico del funcionamiento de la mente, merced a la neurofisiología, genética, neurobioquímica, electroencefalografía y radiología, que dio paso a la imagenología que conocemos hoy.

Edificio central del hospital psiquiátrico de La Castañeda

Los tratamientos farmacológicos evitaron o acortaron la estancia hospitalaria de los enfermos mentales, favoreciendo su atención en consulta externa y remplazando tratamientos de gran ayuda en su momento pero que resultaban agresivos y peligrosos, como los choques insulínicos y la reducción de la terapia electroconvulsiva para indicaciones específicas, la psicocirugía o la inhalación de carbógeno.

Por otro lado los enfermos mentales en nuestro país no han sido beneficiados mediante los programas de las instituciones de salud, quedándo desprotegidos por prejuicios, temor, rechazo e ignorancia; dichos programas no se mantienen a largo plazo, los presupuestos van a la zaga de otro tipo de programas considerados prioritarios. Este problema se ha agravado con el incremento explosivo de la población y las crisis económicas recurrentes que ha sufrido el país.

Desafortunadamente la rivalidad que se estableció entre las escuelas psicoanalíticas y con psiquiatras organicistas que postulaban diferentes enfoques para el estudio y tratamiento de las enfermedades mentales, retrasó el avance de la Psiquiatría en aquella época, por lo que generó confusión, escepticismo y desaliento entre el gremio psiquiátrico, las autoridades sanitarias, los médicos y el público en general.

En la búsqueda de la superación y mejoría de la atención de los enfermos mentales, los psiquiatras al igual que otros especialistas médicos, pensaron en agremiarse. En 1937 se creó la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría que agrupa a neurólogos, neurocirujanos, psiquiatras y psicoanalistas; también se crearon otras sociedades en el país, entre ellas las psicoanalíticas, acorde con las corrientes existentes en esa época (1950).

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Ante la separación de la Neurología y la Psiquiatría en dos especialidades diferentes, la figura del neuropsiquiatra ya no tenía razón de ser y la psiquiatría carecía de una organización profesional propia e independiente.

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Con esta inquietud, en 1965 un grupo de psiquiatras empezó a planear la posibilidad de asociarse en una institución que permitiera velar por la dignificación de la Psiquiatría y de los profesionales que la practican en el país, contribuir al mejor conocimiento, investigación y adecuado tratamiento de los trastornos mentales al promover el intercambio y difusión de los conocimientos científicos en la materia (plasmados en el artículo tercero de los estatutos). Para esta época existían en el país de 400 a 500 psiquiatras, muchos de ellos formados en el ejercicio de la práctica de la especialidad a lo largo de los años, otros en el curso de esa especialidad en la UNAM o el extranjero. Fue entonces que un grupo muy ptopositivo convocó a una reunión para crear la Asociación Psiquiátrica Mexicana, cuya Acta Constitutiva dice así: En la ciudad de México, DF, el jueves 31 de marzo de 1966 a las 12:30 horas, en el aula del Pabellón Central del Manicomio General, con la asistencia de 142 psiquiatras, se llevó a cabo la Asamblea Constitutiva de la que se denominará Asociación Psiquiátrica Mexicana, AC. El presidium estuvo ocupado por el doctor Ramón de la Fuente, en su carácter de Secretario del Comité Organizador, el doctor Guillermo Calderón, miembro de dicho comité, y los doctores Mario

Fuentes y Javier Garcíadiego, respectivamente director y subdirector de la mencionada institución. Después de una breve exposición de los motivos que movieron al comité organizador a promover la fundación de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, AC, el doctor De la Fuente procedió a dar lectura al proyecto de estatutos, el cual fue aprobado con algunas modificaciones.

Dr. Alfonso Millán

Dr. Guillermo Dávila

Posteriormente se procedió al nombramiento de la Mesa Directiva para el periodo comprendido entre el mes de abril de ese año y el mes de abril de 1968, habiendo resultado electas las siguientes personas: Presidente: Dr. Ramón de la Fuente Secretario: Dr. Carlos López Elizondo Tesorero: Dr. Raymundo Macías Vocal: Dr. Carlos Tornero Secretario Auxiliar: Dr. Alejandro Córdova Después se eligió a los representantes del Consejo Nacional conforme a los estatutos. Dicha elección dio los siguientes resultados: Tres representantes de los miembros de la asociación, profesores de la Facultad de Medicina: Dr. Alfonso Millán, Dr. Guillermo Dávila y Dr. Jorge Velasco Alzaga.

Dr. José Luis Patiño

Cinco representantes de los miembros de la asociación que prestan sus servicios en instituciones psiquiátricas dependientes de la SSA: Dr. Guillermo Calderón, Dr. Mario Fuentes, Dr. Javier Garcíadiego, Dr. Agustín Caso y Dr. Germán Raphael. Tres representantes de las institu-



ciones y servicios del IMSS: Dr. José Luis Patiño, Dr. Francisco Rojas Bustillos y Dr. Mario Reyes. Tres representantes que desempeñan trabajos en dependencias del ISSSTE y en otras instituciones psiquiátricas oficiales no incluidas en las anteriores: Dr. Rafael Velasco, Dr. Darío Urdapilleta y Dr. Ignacio Sierra Macedo. Tres representantes que trabajan en instituciones psiquiátricas privadas: Dr. Manuel Falcón, Dr. José Santamaría y Dr. Rafael Follioux. Terminada la elección de los miembros del Consejo Nacional, se procedió a una reunión con los socios residentes en el interior de la República que asistieron a la Asamblea Constitutiva. Allí se decidió posponer el nombramiento de los consejeros representantes de los socios foráneos con el objeto de ampliar su inscripción. Se dio por terminada la sesión a las 15:00 horas.

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Así se inició la vida de una institución que a sus 37 años ha cumplido sus objetivos con exactitud, eficiencia y perseverancia, siempre en plan ascendente hasta ser considerada la más importante de su ramo en el país y muy prestigiada en el extranjero. El primer directorio de socios activos de enero de 1968 da cuenta de un total de 219 socios, de los cuales 162 radicaban en la ciudad de México, 16 en Guadalajara, seis en Monterrey, cinco en Puebla, cuatro en Veracruz y en Hermosillo, tres en San Luis Potosí, Yucatán, Baja California, Torreón y Tampico, uno en siete estados más y siete en otros países de Centro y Sudamérica, España y Estados Unidos (uno en cada uno). Para 1986, a 20 años de existencia, la asociación contaba con mil 73 socios. En abril del presente año (2003) existen en el país 2 mil 800 psiquiatras, de los cuales mil 346 están certificados por el Consejo Mexicano de Psiquiatría y 17 de ellos son paidopsiquiatras. Solamente 25 por ciento (336) están recertificados.

Lo relevante de la APM En un trabajo de esta naturaleza y con la premura del tiempo es difícil seleccionar cuáles son los hechos más relevantes de una asociación tan dinámica como la APM, con actividades fuera y dentro del país, con interacciones de una gran cantidad de instituciones, grupos y personas de diversas disciplinas a lo largo de 37 años. Los siete incisos que se consignan a continuación son producto de apreciaciones personales de quien esto escribe, de comentarios y opiniones del doctor Raymundo Macías y de documentos del doctor Alejandro Díaz, expresidentes de la asociación, a quienes agradezco su aportación. Ofrezco disculpas de antemano por las omi-

siones en las que sin duda he incurrido involuntariamente. Lo mismo sucede en las anécdotas que deben ser innumerables y sólo consigno algunas de ellas: La organización y gobierno de la APM ha favorecido una dinámica continua para que se adecue a la época, se modernice y flexibilice a fin de realizar sus funciones adecuadamente, mediante el cumplimiento de sus estatutos que son revisados cada dos años y modificados de acuerdo con las circunstancias, en donde la Asamblea General de Socios es la máxima autoridad, los miembros del Comité Ejecutivo son elegidos mediante mecanismos democráticos, lo mismo que los representantes de los Capítulos Regionales, Estatales y Secciones Permanentes, lo que ha favorecido el desarrollo y difusión de la Psiquiatría científica en sus numerosas Reuniones Nacionales y Regionales, permitiendo ofrecer a nuestros colegas de todo el país un foro y una audiencia para compartir experiencias, actualizar conocimientos y discutir académicamente discrepancias científicas. El doctor Luis Enrique Rivero Almanzor, quien radica y ejerce la especialidad en Guadalajara, Jalisco, fue presidente de APM en 2003 y el primero que no radica en la ciudad de México. El doctor Omar Kawas, tesorero actual, radica en Monterrey, Nuevo León. Esto habla del grado de madurez que ha alcanzado la asociación al favorecer la acción en cargos ejecutivos, a los compañeros de provincia y el enorme interés que ellos muestran al participar activamente en las actividades societarias. La revista Psiquiatría, órgano oficial de la asociación, es motivo de orgullo por su calidad científica y su antigüedad, ya que sólo ha dejado de editarse una corta temporada por dificultades que fueron superadas oportunamente. Estar vigente a sus 37 años y haber cumplido todos sus objetivos y sus programas con eficiencia y perseverancia, logrando contar entre sus miembros a la mayoría de los psiquiatras que ejercen la especialidad en México, manteniendo un ambiente de camaradería y solidaridad fortalece los lazos de amistad. Puede decirse que a pesar de los grandes acontecimientos que le ha tocado vivir en la


segunda mitad del siglo XX y el inicio del actual, muchos de ellos difíciles, ha sido capaz de superar algunas crisis y a través de la acción de sus miembros, se transformó en desarrollo de los servicios psiquiátricos en los tres niveles de atención en el grado en el que los recursos del país –siempre escasos– lo permitieron, impulsando el desarrollo de los servicios psiquiátricos en los hospitales generales y las actividades de atención preventiva a la población llamada “abierta” en el seno de la comunidad, introduciendo técnicas de estudio, tratamiento y rehabilitación que de manera novedosa fueron dándose en el mundo, incorporándolas a nuestra realidad. Independencia y autosuficiencia económica que ha permitido el cumplimiento de todos sus programas y la adquisición de una sede propia, primero en la colonia Insurgentes Mixcoac, en 1989, y luego en su domicilio actual a inicios de los años noventa en un lugar decoroso y funcional, con personal de apoyo administrativo, mobiliario y equipo adecuados. Durante los años transcurridos deben mencionarse algunos hechos sobresalientes: en octubre de 1971, a cinco años de fundada nuestra asociación, fue anfitriona –en organización conjunta con la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría– del V Congreso de las Asociación Mundial de Psiquiatría, reconocido por la elevada asistencia de colegas de muchos países, la calidad del programa científico y la brillantez de los festejos que la acompañaron. Con el fin de poner orden y dar validez legal al ejercicio de la especialidad, surgió en el seno de la APM, conjuntamente con la Facultad de Medicina y la Academia Nacional de Medicina, la iniciativa para fundar el Consejo Mexicano de Psiquiatría, en junio de 1972.

En mayo de 1975 nuestra asociación organizó y patrocinó el VIII Congreso de la Asociación Psiquiátrica de América Latina en Acapulco, Guerrero. Además del logro excepcional por el alto nivel académico de los trabajos presentados se reconoció el acercamiento que se generó entre los psiquiatras latinoamericanos. En octubre de 1994, la APAL y la APM organizaron en la ciudad de México el XVIII Congreso Latinoamericano de Psiquiatría, el Comité Organizador lo encabezó un expresidente de APM, el doctor Antonio Ruiz Taviel, quien posteriormente ocupó la Presidencia de esa asociación latinoamericana. El resultado del congreso fue igualmente exitoso o más que el de 1975. En octubre de 1998 la APM organizó el Simposio Regional de las Américas, conjuntamente con la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA-APM) en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. En 2001, conjuntamente con el XVII Congreso Nacional, se realizó la Reunión Regional de la Asociación Mundial de Psiquiatría y la Reunión México-Centroamericana de la APAL, con idénticos resultados en cuanto al éxito alcanzado y al fortalecimiento de los lazos con organismos internacionales. 5) El cumplimiento puntual de la organización de ocho reuniones nacionales y 10 congresos nacionales de 1968 a septiembre de 2003, todos ellos reconocidos por su organización, asistencia creciente de miembros activos e invitados, la participación de destacados psiquiatras e investigadores nacionales y extranjeros, la calidad de los trabajos científicos presentados a través de conferencias magistrales, simposios, mesas redondas, pláticas con los

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expertos, exposiciones científicas, carteles, incentivos para la investigación científica a través de concursos, becas, cursos pre-congreso, etcétera. También eventos sociales y culturales para reavivar y fortalecer los lazos amistosos entre los socios y sus acompañantes.

Lo triste de la APM

Estos eventos nacionales se realizaron la primera vez en la ciudad de México y a partir de la segunda en los estados de la República Mexicana, en donde hubiera infraestructura para atender a un número creciente de congresistas, favorecer que los capitalinos que eran mayoría, estuvieran todo el tiempo en las reuniones o congresos y principalmente para acercar estos eventos a los socios de provincia y estimular su participación:

Anécdotas

Reuniones Nacionales 6) Las Mesas Directivas han sido ocupadas sucesivamente por psiquiatras reconocidos por sus méritos, actividades docentes en la especialidad, contribuciones al avance en el conocimiento, en la formación y fundación de instituciones y por su honestidad. Cumplieron generosamente las tareas encomendadas y manejaron los bienes de la asociación, incrementándolos y administrándolos con escrupulosa transparencia.

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7) El apoyo económico proporcionado por la industria farmacéutica, hecho que demuestra el avance impresionante de la psicofarmacología en las últimas décadas y las buenas relaciones existentes entre esta industria y las Mesas Directivas. Todo esto ha permitido mejorar la infraestructura de los congresos y eventos científicos, así como facilitar la invitación a prominentes psiquiatras e investigadores nacionales y extranjeros, lo que ha dado más realce y difusión a nuestras actividades científicas.

La pérdida de dos queridos y recordados expresidentes: los doctores Darío Urdapilleta Bueno, que dejó de existir en 1996, y Carlos Pucheu Regis, quien falleció en 1997. Descansen en paz.

En 1977 la APM contaba para su mantenimiento con escasos recursos económicos provenientes principalmente de las bajas cuotas de los socios, que en esa época eran pocos comparados con los actuales, y se pagaba el alquiler de las oficinas de avenida Insurgentes Sur. Con la abrupta devaluación de la moneda en agosto de 1976, los gastos y el alquiler se elevaron exageradamente y ante la inflexibilidad del arrendador hubo necesidad de contratar a un abogado para pagar la renta en un juzgado, y en esas condiciones la siguiente Mesa Directiva recibió las oficinas. Afortunadamente en la V Reunión Nacional, en diciembre de ese año, se elevaron las cuotas y con el excedente económico que dejó la reunión se regularizó esta penosa situación. Durante la cena de clausura de la VIII Reunión Nacional en Oaxaca, Oaxaca, el presidente de la Mesa Directiva, doctor Raymundo Macías, dio el Grito de Independencia el 15 de septiembre de 1981, hecho muy festejado por la concurrencia. En esa ocasión varias esposas e hijas de los congresistas modelaron trajes típicos de algunas regiones de la República. †

Doctor Héctor Tovar Acosta, Este texto fue escrito en septiembre de 2003, el doctor Tovar acosta falleció en 2008

Reuniones y Congresos Nacionales I, Ciudad de México, 1968. II, Oaxtepec, Morelos, 1971. Congreso Mundial de Psiquiatría. Ciudad de México, 1971. III, Guadalajara, Jalisco, 1973. IV, Acapulco, Guerrero, 1975, conjuntamente con el VIII CONGRESO DE APAL. V, Guanajuato, Guanajuato, 1977. VI, San Luis Potosí, San Luis Potosí, 1985. VII, Oaxaca, Oaxaca, 1981. VIII, Acapulco, Guerrero, 1983. IX, San Luis Potosí, San Luis Potosí, 1985 REUNIÓN CONMEMORATIVA DEL XX ANIVERSARIO Taxco, Guerrero, 1987 X Congreso Nacional. Guadalajara, Jalisco, 1989. XI Congreso Nacional. Morelia, Michoacán, 1991.

REUNIÓN CONMEMORATIVA DE XXV ANIVERSARIO Ciudad de México, 1991. XII Congreso Nacional. Acapulco, Guerrero, 1991. XIII Congreso Nacional. Zacatecas, Zacatecas, 1993. XIV Congreso Nacional. Puerto Vallarta, Jalisco, 1995. REUNIÓN CONMEMORATIVA DEL XXX ANIVERSARIO

Acapulco, Guerrero, 1996. XV Congreso Nacional. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1997. XVI Congreso Nacional. Huatulco, Oaxaca, 1999. XVII Congreso Nacional. Acapulco, Guerrero, 2001, conjuntamente con la Reunión Regional de la Asociación Mundial de Psiquiatría y la Reunión México-Centroamericana de la APAL. XVIII Congreso Nacional. Monterrey, Nuevo León, 2003.



Dr. Ramón de la Fuente Muñiz Presidente fundador de la Asociación Psiquiátrica Mexicana

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n la historia de la Medicina mexicana destacan diversas personalidades cuya obra e influencia impulsaron el desarrollo académico y científico en nuestro país. Tal es el caso del doctor Ramón de la Fuente Muñiz, precursor de la investigación, formador de psiquiatras y de la Psiquiatría en México. Nació en la ciudad de México el 29 de agosto de 1921. Realizó sus estudios profesionales en la Universidad Nacional Autónoma de México y posteriormente la residencia en Neuropsiquiatría en la Universidad de Nebraska, además hizo cursos de posgrado en esa disciplina en las universidades de Nueva York y Columbia. A su regreso se interesó por el Psicoanálisis, por lo que entró al curso de adiestramiento en la división posgrado de la UNAM. Un rasgo que lo caracterizó desde estudiante fue su desempeño y dedicación en todas las actividades que desarrolló. Al ingresar como docente en la UNAM (1947) comenzó una clara influencia en el desarrollo de la Psiquiatría al establecer el curso de Neuroanatomía como materia obligatoria en la carrera de Medicina, en tanto que en la Facultad de Filosofía y Letras inició los cursos de Psicología Social, hacía 1948.

Ese mismo año fue nombrado jefe de Salud Mental del Hospital Infantil de la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia, en la ciudad de México, y posteriormente jefe del Departamento de Psiquiatría del Hospital Español. Ingresó a la Academia Nacional de Medicina en 1959 y asumió su Presidencia en 1973. Fue miembro del Colegio Nacional en 1972, asesor de la Organización Mundial de la Salud en el área de la Salud Mental desde ese mismo año, vicepresidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría (19711976) y presidente del V Congreso Mundial de la especialidad, celebrado en la ciudad de México en 1971. Pugnó por el establecimiento de una formación académica que ubicara a la Psiquiatría en un lugar preponderante, tuvo la visión de fundar gran número de agrupaciones gremiales, centros de investi-


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gación de alto nivel y publicaciones especiales. En 1963 fundó la Asociación Psiquiátrica Mexicana para agremiar a los especialistas que hasta entonces se encontraban dispersos. También fue miembro fundador del Consejo Mexicano de Psiquiatría y del Colegio Mexicano de Neuropsicofarmacología.

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De 1969 a 1991 dirigió el Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM. Fue miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM de 1970 a 1980. En 1983 fue designado Profesor Emérito y en 1985 se le otorgó el doctorado Honoris Causa por la máxima casa de estudios. Este mismo grado también le fue conferido por la Universidad Autónoma de Puebla en 1996, mientras que de 1977 a 1980 fue director de Salud Mental de la SSA.

Fundó y dirigió el Instituto Mexicano de Psiquiatría (1979-1998), que hoy le rinde homenaje al ponerle su nombre. En los cursos de especialización, maestría y doctorado que inició, y de los que ha sido profesor titular, se han formado más de mil especialistas en Psiquiatría que ejercen en el país y en otros de América Latina. Recientemente la Facultad de Medicina impuso su

nombre al auditorio de este departamento como reconocimiento a su actividad científica y académica que ha contribuido a vincular a los principios y los conceptos de la Psicología y de la Psiquiatría con el resto de la Medicina. Los cursos de especialización en Psiquiatría creados por el doctor De la Fuente en la UNAM han formado aproximadamente a 90 por ciento de los psiquiatras que trabajan en el país, además de medio centenar procedente de Centro y Sudamérica que obtuvieron en México su formación. El doctor De la Fuente siempre participó activamente en la enseñanza en contacto directo con sus estudiantes. Publicó más de 170 trabajos y obras importantes, entre las que destacan: Psicología Médica (primera edición, Fondeo de Cultura Económica, 1959: segunda edición, FCE, 1992); La Psicología Mental y su Terapéutica (FCE, 1997) en colaboración con la doctora María Elena Medina-Mora. Salud Mental en México (FCE, 1997); y Biología de la Mente (FCE, 1998), con la colaboración de Javier Alvarez Leffmans y la participación de distinguidos investigadores. Ha fundado varias revistas nacionales y es consejero de revistas internacionales. Ha recibido entre otras distinciones la condecoración Eduardo Liceaga del Consejo de Salubridad General, en 1993, por el Cincuentenario de la Secretaría de Salud. También recibió del presidente de la República la medalla de reconocimiento a sus contribuciones a la Medicina mexicana. En 1994 la Asociación Psiquiátrica Americana, por su 150 aniversario, le otorgó la presea Simón Bolívar, como un reconocimiento a sus contribuciones. Su aportación al avance de la Psiquiatría es también notable en otros sectores, puesto que ha creado medios para la investigación. Durante 20 años presidió el Comité de Investigación del Instituto Mexicano de Psiquiatría, que él fundó y ha llevado a la excelencia.



Dr. Guillermo Calderón Narváez

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ació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 29 de enero de 1921. Realizó sus estudios profesionales en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el campo de la salud mental participó en siete cursos y seminarios de la Organización Mundial de la Salud. Fue uno de los socios fundadores de la Asociación Psiquiátrica Mexicana en 1966, y su segundo presidente. Fue también uno de los fundadores del Consejo Mexicano de Psiquiatría y participó como miembro director en este organismo nacional de certificación de especialistas, de 1972 a 1984.

El doctor Calderón Narváez fungió como director General de Salud Mental de la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia, de 1966 a 1973, y durante su gestión se registraron avances notables en el apoyo a enfermos mentales a través de la descentralización de los servicios que ofrecía el antiguo Manicomio de La Castañeda a una red federal de hospitales. Fungió también como miembro del panel de expertos en salud mental de la Organización Mundial de la Salud, de 1973 a 1984. Fue director de la Clínica San Rafael, en la ciudad de México, de 1978 a 1983, y durante estos años destacó su interés por el desarrollo de un modelo de atención comunitaria. Fue profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM, institución que le otorgó el Diploma al Mérito Universitario por 25 años de actividades docentes; ha sido profesor también de las Escuelas de Medicina de la Universidad Anáhuac, de 1977 a 1988, y la Universidad La Salle, desde 1982. Participó en la formación de pregrado en Medicina en ambas instituciones y en la formación de posgrado para psiquiatras en la segunda. Fue miembro titular de la Academia Nacional de Medicina y miembro de número de la Academia

Mexicana de Ciencias Médicas del Instituto Mexicano de Cultura, así como miembro numerario de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina, y miembro Honoris Causa de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Su participación en estas organizaciones da una idea de su interés por el desarrollo de la ciencia y la cultura en nuestro país, así como de su vasto horizonte de conocimientos. El maestro Calderón es autor de cinco libros con temas propios de la especialidad, así como de 189 artículos médicos de los cuales 20 corresponden a tópicos de investigación psicosocial y farmacológica, además de que 23 incluyen temas de investigación histórica y es coautor de cinco textos de Psiquiatría. Guillermo Calderón fue residente de la APM en 1970 y 1971, durante este periodo organizó y promovió sesiones periódicas que abordaron los tópicos de moda en la especialidad, así como una reunión en Oaxtepec, Morelos, que se distinguió por la nutrida participación de los psiquiatras mexicanos y sus familias. Durante su presidencia se realizó el segundo Congreso Nacional, en coincidencia por primera y única ocasión con la celebración del quinto Congreso Mundial de Psiquiatría en la ciudad de México.


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Dr. Alejandro Córdova Córdova

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l nacimiento de la APM fue un acontecimiento que involucró a diversos personajes de la Medicina nacional, uno de los psiquiatras fundadores fue el doctor Alejandro Córdova Córdova, quien además de ser uno de los pioneros de la asociación tuvo a bien diseñar su logotipo.

Para esta tarea era necesario vincular el origen de la agrupación con su fundador, el doctor Ramón De la Fuente, quien además de ser uno de los médicos mexicanos más reconocidos de las últimas décadas tuvo la necesidad de crear un organismo que agrupara a los principales psiquiatras nacionales. Sobre su relación con este sobresaliente psiquiatra, el doctor Córdova, recuerda: “Yo trabajaba muy cerca del doctor Ramón de la Fuente, él estaba como director de la sala 9 de Psiquiatría en el Hospital Español. Yo llegué ahí a hacer mi práctica del curso de esta especialidad, al terminar él me pidió que me quedara como adscrito del Servicio de Psiquiatría. “Yo me encargaba de algunas funciones entre la parte clínica y de enseñanza psiquiátrica, por ejemplo, de la parte académica en el curso de posgrado que se daba dentro del Hospital Español, específicamente en la Sala de Psiquiatría. “Posteriormente el doctor De la Fuente me invitó a estar con él en su consultorio, entonces ya teníamos mucha cercanía y un día me platicó que había pensado organizar una asociación psiquiátrica nacional. Entonces me co-

mentó que había toda una serie de actividades por desarrollar. Entre una y otra plática empezamos a tener contacto con los psiquiatras de la ciudad de México y otros en el interior de la República”.

El logotipo Una vez que el doctor De la Fuente había depositado su entera confianza en él para desarrollar el proyecto, le encomendó como primera tarea presentarle un emblema de la naciente asociación. “Un día me comentó que necesitábamos un logotipo, me dijo ‘a ver qué se le ocurre’. Fue creado antes de que surgiera la asociación. Inicialmente le presenté un diseñó con la cabeza de Psique, personaje de la mitología griega, le gustó pero le pareció un poco antiguo. Quería algo más moderno y con la ayuda de al-


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“La Psiquiatría lo que debe hacerhumanos dentro de la Medicina es integrar aspectos ya sociales con la ciencia, porque esto no lo va hacer otra especialidad”. gunos amigos que se dedicaban a la publicidad escogimos el actual logotipo, que lleva las letras APM”. Después de que el doctor De la Fuente comenzó a comunicar la existencia de la APM con psiquiatras que conocía en todo el país, se realizó la primera reunión donde se haría la presentación de la asociación con su respectiva Mesa Directiva. Al ser uno de los pioneros de la APM, se pidió al doctor Córdova que fuera secretario auxiliar. “Trabajé en el puesto hasta que llegó la siguiente Mesa Directiva y me volvieron a ofrecer el mismo cargo pero yo ya tenía otros intereses y me fui a Estados Unidos”.

Partida a Washington 26

Interesado por el psicoanálisis tuvo como maestro a Erich Fromm. “En ese momento había un psicólogo de Harvard, discípulo de él, el doctor Michael Matto, quien había venido a estudiar a México. Él investigaba toda una línea que Fromm había empezado desde que estaba en Alemania, denominada sociopsicoanálisis. Incluso hay un trabajo que se realizó en México en una población campesina, titulado Sociopsicoanálisis del campesino mexicano. “Entonces a mí me interesó mucho esta corriente del sociopsicoanálisis que estaba llevando Matto con un proyecto de Harvard en el Instituto de Estudios Políticos de Washington, DC. Me interesó mucho y él me invitó a participar en la investigación, entonces me fui a Washington dos años, de 1971 a 1973”.

De regreso a México Cuando volvió estuvo en el Instituto de Psicoanálisis, donde se encargó de la edición de su revista. Posteriormente, por el perfil de especialización que había adquirido en Estados Unidos, se enfocaría en investigaciones relacionadas directamente con la Secretaría del Trabajo. “Un día me hablaron para invitarme a trabajar en la Dirección de Medicina y Seguridad del Trabajo, para laborar en los aspectos psicológicos de la relación hombre-trabajo”. Se encargó del Departamento de Psicología de la Dirección de Medicina del Trabajo, visitó diversos lugares como minas de carbón, siderúrgicas e ingenios azucareros, entre otros. Por cambio de sexenio el Departamento de Psicología de Medicina del Trabajo fue desmantelado. Sin embargo,

gracias a sus publicaciones sobre aspectos laborales, directivos de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, organizaron una maestría de Salud en el Trabajo, por lo que lo invitaron a participar y así fue coordinador de la maestría, primera en su tipo en el país. Consciente e interesado siempre por la Medicina del Trabajo así como por los aspectos sociales y humanísticos, el doctor Córdova piensa que es necesario que se abran temáticas en México sobre Psiquiatría aplicada a los aspectos laborales. “La Psiquiatría lo que debe hacer dentro de la Medicina es integrar aspectos humanos y sociales con la ciencia, porque esto no lo va a hacer otra especialidad”.

Psicoanálisis y budismo “Fromm estuvo muy interesado en el budismo, sobre todo por su filosofía y por la práctica meditativa, lo cual se llamaba anteriormente seminario sobre psicoanálisis y budismo. Es lo que estoy investigando actualmente; me seguí con esto de la meditación, pero ya le cambiaron el título porque ahora es un programa sobre la aplicación de la meditación en problemas de estrés, en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. “Se trata de una serie de técnicas de entrenamiento mental muy interesantes y ya hay estudios neurofisiológicos sobre todo lo que producen, por ejemplo en depresión y ansiedad, donde es un apoyo en diversos tratamientos, complementando en algunos casos a los medicamentos”.



Dr. Rafael Velasco Fernández

28

E

n la década de 1950, la introducción de los fármacos modernos en la Psiquiatría causó una verdadera revolución para el desarrollo de la misma ya que entre otras cosas, marcó el inicio de la terapéutica moderna y la investigación avanzada de los trastornos mentales. De esta manera la especialidad tomó distancia de las dos corrientes en las que estuvo inmersa: la biologista y la psicoanalítica para adquirir una identidad propia. Nació así, aunque con antecedentes muy importantes, una visión integral y comprehensiva de la psiquiatría. No cabía duda, la especialidad transitaba por momentos determinantes

afiliados a la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría; sin

para crear su propia historia. En este contexto los especialistas en Mé-

embargo, los temas científicos abordados en ésta no se apegaban al

xico, impulsados por el doctor Ramón de la Fuente Muñiz, mostraron

interés de la incipiente asociación o, en el peor de los casos, eran

su interés por darle personalidad, un lugar al lado de la Medicina Inter-

menospreciados. “Dichas situaciones causaron diversas reacciones

na y trabajaron para promover el intercambio de los conocimientos

entre los colegas, por una parte la inevitable insatisfacción académica

científicos particulares de la materia, a partir de la representación del

y por otra la generación de acciones concretas para crear una

gremio en una asociación médica. Fue así como se conformó un grupo

institución representativa auténtica que se ocupara de los problemas

muy propositivo, en su mayoría por los egresados del curso de pos-

que atañen de modo más directo a la Psiquiatría”.

grado de Psiquiatría en la UNAM, que dio vida a lo que hoy conocemos con el nombre de Asociación Psiquiátrica Mexicana AC (APM).

La percepción que el doctor De la Fuente tuvo de dicho ambiente originó la creación de la APM en 1966 (el jueves 31 de marzo),

Perteneciente a esta generación de psiquiatras formados académica-

recurriendo al apoyo de los psiquiatras del país y a todo aquel con

mente en el país, el doctor Rafael Velasco Fernández nos brinda su

ideas o propuestas sobre la materia. Esto originó una carrera que no ha

testimonio como protagonista de esta historia, describiendo el papel

parado por la integración de la Psiquiatría en México. “Ahora puedo

que desempeñó en la difícil empresa de darle personalidad propia y re-

decir que con el transcurso de los años hemos obtenido muchos éxitos

conocimiento científico a la especialidad.

en la misma, hemos crecido y nos hemos fortalecido como gremio. La

En busca de identidad

semilla que el doctor De la Fuente dejó en nuestras manos fructificó desde la primera reunión nacional en congresos y cursos precongreso,

“Antes de 1966 realmente no se podía hablar de una especialidad mé-

dirigidos tanto a psiquiatras, como a psicólogos y médicos generales,

dica como tal en México, sin embargo ya había una cantidad aceptable

en los que dábamos a conocer los avances de la Psiquiatría mexicana”.

de psiquiatras, algunos formados en el extranjero, otros más en la prácción de la UNAM, por lo que era cada vez más evidente la carencia de

Los primeros años de autonomía

una representación gremial auténtica”, afirma.

En el contexto científico se vivía el advenimiento de modernos fárma-

tica diaria del ejercicio profesional y otros en los cursos de especializa-

cos antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos, al mismo tiempo que El término más adecuado para describir aquella situación es el de “un

se avanzaba en el conocimiento científico del funcionamiento de la

ambiente disperso”, continuó, ya que algunos psiquiatras estaban

mente, merced al notable desarrollo de las neurociencias. Los trata-


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mientos farmacológicos evitaron o acortaron la estancia hospitalaria

Salud instauró el Premio Nacional de Medicina en el Campo de la Sa-

de los enfermos mentales y evadieron tratamientos que resultaban

lud Mental doctor Ramón de la Fuente Muñiz, que fue otorgado por

agresivos y peligrosos.

primera vez al doctor Rafael Velasco Fernández.

“Aunque el elemento más importante que propició la autonomía de la

“Al maestro le tocó enfrentar muchos avatares con la creación de la

Psiquiatría haya sido el uso de fármacos, no había que descartar los

APM. Fue blanco de ataques de la antipsiquiatría y de un

campos comunes en las que confluía necesariamente con otras

movimiento en contra de los hospitales psiquiátricos. Al recibir el

áreas; tal es el caso de la Psicopatología, que amerita conocimientos

reconocimiento Simón Bolívar en Nueva York, ante los psiquiatras

tanto neurofisiológicos como de Psicología pura, personificada por

de Estados Unidos, tuvo que enfrentar ataques muy severos de

Freud y sus seguidores, representantes del psicoanálisis entonces

personas mal intencionadas. Fue otro de los componentes de los

llamado ortodoxo. También es el caso del psicoanálisis humanístico que

primeros años de la asociación, salir avante de esa situación en

se desarrolló con la presencia del doctor Erich Fromm en México.

beneficio de la especialidad. Algunos de esos ataques venían de la

Cuarto presidente de la APM

antipsiquiatría, otros más de algunos psicólogos y otros fueron meramente políticos.

Otro objetivo de la APM era promover diversas actividades académicas, aspecto que el doctor De la Fuente activó durante su Presiden-

“Hacia 1971 se realizó en México el V Congreso Mundial de Psiquia-

cia e inculcó en las mesas directivas subsecuentes, para el desarrollo

tría. El doctor De La Fuente, siendo presidente del mismo, pronun-

científico de la Psiquiatría mexicana mediante la realización de cur-

ció un discurso en el que denunció públicamente y con todo valor lo

sos y congresos académicos. Dicha estafeta fue recibida por el doc-

que sucedía en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

tor Rafael Velasco Fernández, en 1974, siendo el cuatro presidente

(URSS): una persecución de científicos y de personas que luchaban

en turno y en sucesión del doctor Darío Urdapilleta Bueno.

contra el régimen, fueron acusados de ser enfermos mentales y llevados a hospitales psiquiátricos. Él había formado parte de una co-

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“Durante mi gestión indiscutiblemente la Psiquiatría mexicana estaba

misión de la Asociación Mundial de Psiquiatría a la que el gobierno

en vías de fortalecerse, aunque en un ambiente distinto, ya que algu-

de la URSS invitó para visitar las instalaciones de sus hospitales psi-

nas organizaciones médicas regionales daban muestra del interés por

quiátricos y comprobaran que no era verdad lo que se decía, pero lo

la especialidad en el continente, tal era el caso de la Asociación Psi-

único que se logró fue que la comisión comprobara esa realidad.

quiátrica de América Latina (APAL). “Este gesto de denuncia pública fue reconocido por la Asociación Conscientes de la importancia de vincularse con ella, comenzó una

Mundial de Psiquiatría como de gran valentía; ahora forma parte de

batalla amistosa por obtener su reconocimiento como la organización

esa historia el famoso discurso ofrecido en México por el presidente

psiquiátrica representativa de México, que fue sostenida entre la APM

fundador de la APM”, relató el doctor Velasco.

y la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría. “Una vez obtenido el reconocimiento de la APAL, el trabajo de la Mesa Directiva 1974-

Sello personal

1975 de la APM, se enfocó a fortalecer los vínculos entre ambas or-

Es indudable que cada presidente ha dejado impresa su propia vi-

ganizaciones y acceder a los beneficios académicos como socios de

sión sobre el trabajo de la APM. En el caso del doctor Velasco fue

una organización multinacional. El esfuerzo rindió frutos y durante la

“darle continuidad al impulso que la asociación llevaba, respetar los

gestión del doctor Héctor Tovar Acosta se trajo a nuestro país el XVIII

cursos precongreso y fortalecerlos, además de abogar por una Psi-

Congreso de la APAL”.

quiatría Integral, tanto desde la propia APM como desde las aulas”.

Satisfacción retroalimentada

“Lo que dejé fue una conciencia clara de que tenemos que ejercer una Psiquiatría comprehensiva, no dogmática, abierta al conoci-

El doctor Velasco ha empleado mucho tiempo de su vida en la APM y

miento de otras disciplinas como las neurociencias y la psicoterapia

las satisfacciones que ha obtenido no han sido menores, primero que

que pueden ir variando y nutrirse también de la Psicología Social, ya

nada una legión de alumnos formados a lo largo de 21 años como

que considero que la Psiquiatría debe ser multidisciplinaria”.

docente de la cátedra de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia: “Por el aula pasaron muchos de los que actualmente desarrollan la

“Promuevo, como lo hizo el doctor Ramón de la Fuente, una Psiquia-

Psiquiatría en México y otras partes de Latinoamérica. Este es un

tría que observa al hombre como un ser biopsicosocial. Es frecuente

aspecto muy significativo para mí, ya que ingresé a la docencia por

que se piense que el doctor Ramón de la Fuente cambió de visión,

invitación del doctor De la Fuente, quien buscaba que la enseñanza

que pasó del organicismo al psicologismo con Fromm, para al final

fuera una característica destacable de la APM, siendo requisito tácito

volver a aquél con el desarrollo de las neurociencias, pero no es ver-

para los postulantes a la presidencia el haberse desarrollado como

dad; quienes fuimos sus alumnos, escuchamos sus conferencias y

maestros de la especialidad”.

leemos sus libros con todo cuidado, sabemos que él promovió siem-

El valor del doctor De la Fuente

pre una Psiquiatría Integral, que tuviera en cuenta la aportación de otras disciplinas como la Sociología, la Psicología Clínica, la An-

Es innegable que al hablar del desarrollo de la Psiquiatría en México

tropología y la Psicología Social, la Psicofarmacología y las Neuro-

nos remitamos a la trayectoria del doctor Ramón de la Fuente Muñiz.

ciencias. Tenemos que asimilar de ellas lo que más interese co-

Por ellos es que en 2007 la APM creó la conferencia que lleva su

mo psiquiatras, si aceptamos el moderno fenómeno de la inter-

nombre y que inaugura sus congresos. Asimismo, la Secretaría de

disciplinariedad.



Dr. Héctor Hernán Tovar Acosta

32

U

no de los fundadores de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM) fue el doctor Héctor Hernán Tovar Acosta, quien falleció en marzo de 2008; era considerado un pilar de la Psiquiatría institucional, pues durante toda su vida se distinguió por buscar mejores condiciones de atención para el enfermo mental, además de formar especialistas entregados y comprometidos con su profesión. Nació en 1934 en Tapachula, Chiapas, donde creció y vivió hasta que entró a la Facultad de Medicina de la UNAM. Regresó a su estado natal durante el servicio social con la firme intención de ejercer la Medicina; sin embargo, para realizar la tesis volvió a la ciudad de México. Fue alumno de los doctores Guillermo Dávila y Ramón de la Fuente Muñiz y se tituló como psiquiatra con Mención Honorífica, en 1960. También trabajó en el Servicio de Psiquiatría del Hospital General La Raza, del IMSS, en 1964, área que funcionó seis meses, pues fue cerrada por el apoyo que se brindó a los residentes durante el conflicto médico de esa época. Formó parte del equipo de galenos que integraban el Servicio de Psiquiatría del Centro Médico Nacional, donde por segunda ocasión se enfrentó a un cambio dentro de su carrera profesional, dado que al no ser considerado un área vital fue suspendido y los médicos enviados a trabajar al Hospital Rafael Lavista. Su ardua labor y entusiasmo lo llevaron a ser jefe del Servicio de Psiquiatría de este nosocomio, al lograr que el

área que se tenía para atención de enfermos mentales fuera elevada a la categoría de Hospital Psiquiátrico, que por cierto se convertía en pionera en el IMSS y que en sus inicios contó con 190 camas. En 1980 ocupó el cargo de director General de Salud Mental en la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia, cuando el doctor Mario Calles era el titular y posteriormente fue ratificado por los doctores Guillermo Soberón y Jesús Kumate, durante esta época logró llevar a nivel nacional los programas que fueron creados para estos pacientes. De 1984 a 1991, al modificarse la estructura de la Dirección General de Salud Mental, fue el primer director de Normas de Salud Mental, Rehabilitación y Asistencia Social de la Secretaría de Salud, también fue un activo participante e impulsor de la Ley General en Salud Mental y problemas como el alcoholismo, la fármacodependencia y el tabaquismo. Años después se elaboraron las primeras Normas Técnicas para la Prestación de Servicios de Salud Mental en los tres niveles de atención. Al concluir con


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esta labor, en 1991, regresó al IMSS, de donde se jubilaría tiempo después.

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De la misma manera realizó investigaciones clínicas y epidemiológicas en Psiquiatría, publicó artículos en diferentes revistas de la especialidad y de otras ramas de la Medicina; asimismo participó en diversos foros nacionales e internacionales como ponente y/o representante de nuestro país. Preocupado por la formación de psiquiatras de calidad, se dedicó a la docencia por más de 30 años en la Facultad de Medicina de la UNAM, y enseñó tanto a los alumnos de pregrado como de posgrado. En el área docente fue profesor de Clínica de Psiquiatría del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM. Entre 1970 y 1980 fue encargado del Curso de Especialización en Psiquiatría para médicos residentes del IMSS, afiliado al curso de la UNAM, donde se formaron más de 120 psiquiatras que ejercen la especialidad, muchos de ellos en instituciones de México y en algunos países de Latinoamérica. Un reflejo de su alma como profesor y formador de nuevas generaciones de psiquiatras es que, mientras dirigió el Servicio de Psiquiatría en el Hospital Rafael Lavista, se formaron alrededor de 100 especialistas.

Fundador de APM En la APM colaboró desde su fundación y ocupó distintos cargos en la Mesa Directiva, como secretario auxiliar, secretario General, vicepresidente y durante el bienio 19761977 fue presidente; en dicha etapa se distinguió por una intensa actividad académica que incluyó reuniones regionales con asociados de provincia. Durante su gestión se atendieron los compromisos internacionales con la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL) y con la Asociación Mundial de Psiquiatría, que incluyó la participación de los delegados de la APAL, en La Habana, Cuba, y al Congreso Mundial de Psiquiatría, en Hawai. La V Reunión Nacional de la APM, que organizó el doctor

Tovar Acosta, se realizó en la ciudad de Guanajuato, en diciembre de 1977. Durante la Asamblea General de ese año se aprobaron los estatutos para la creación de las primeras secciones permanentes: Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, Psicofarmacología, Enseñanza de la Psiquiatría, Alcoholismo y Fármacodependencia, Psicoterapia, Psiquiatría Comunitaria y Salud Mental, y Psiquiatría Forense. También se sentaron las bases estatutarias para la reorganización del Consejo Nacional, de los Capítulos Regionales y la inclusión de socios con categoría de afiliados. Además, el doctor Tovar fue integrante del Consejo Mexicano de Psiquiatría y ocupó la Dirección de 1988 a 1992.

Reconocimiento invaluable Tras muchos años de laborar en la Psiquiatría, una de las últimas cosas que el doctor Tovar Acosta disfrutó, se sintió orgulloso y agradeció, fue el cambio de nombre del Hospital Regional de Psiquiatría San Fernando al adoptar el suyo, desde el 26 de enero de 2007. Esto sólo es un reflejo por la labor y trayectoria de quien cinco años antes había sido nombrado profesor emérito por el IMSS y fundador del Hospital de Psiquiatría Rafael Lavista: “por su labor profesional, altruista y humanitaria en los servicios de Salud Mental y Psiquiatría de dicha institución”.



Dr. Raymundo Macías y Avilés

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E

ntre los pocos maestros fundadores de la Asociación Psiquiátrica Mexicana que aún siguen en activo, se encuentra el doctor Raymundo Macías y Avilés, quien tuvo oportunidad de ser testigo y partícipe de la gestación del principal gremio psiquiátrico de nuestro país.

El surgimiento de la APM se encuentra intrínsecamente ligado

co. Pero esa perspectiva implicaba más de 150 meses, es de-

a la historia de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psi-

cir, más de 10 años para que se pudieran integrar a la socie-

quiatría (SMNP), la cual se fundó en 1937. Para la década de

dad. De tal manera que el doctor De la Fuente decidió que se

los sesenta, del siglo pasado, existía ya un grupo numeroso

convocaría a una asamblea conjunta de quienes estaban inte-

de psiquiatras renombrados, como Ramón de la Fuente, con

resados en formar la nueva asociación con todos los miem-

la inquietud de formar una asociación exclusivamente psiquiá-

bros de la SMNP para que se votara por una nueva directiva.

trica, más porque la entrada a la SMNP se daba de forma muy lenta, ya que tenía que presentarse un trabajo de ingreso y

“Posteriormente el doctor Palacios expresó que tras consultar

posteriormente ser aceptado.

con su consejo, no aceptaba que se hiciese esa asamblea general y así la decisión estaba tomada: se fundaría una nueva

“La

SMNP

estaba

manejada

fundamentalmente

por

neurólogos y psicoanalistas y los verdaderos psiquiatras casi

asociación psiquiátrica independiente”.

no tenían lugar dentro de ella en la Presidencia. Los

La fundación

neurólogos pensaron que quizá era posible hacer una división

En abril de 1966 se realizó una reunión en el Aula del Pabe-

de esta sociedad en una rama neurológica y otra psiquiátrica”.

llón Central del Antiguo Manicomio General La Castañeda, ahí

La nueva asociación

fue la Asamblea Constitutiva de la nueva APM y quedó formada su Mesa Directiva con la presidencia del doctor De la Fuen-

Después de varias reuniones entre directivos de la SMNP con

te; como secretario general estuvo el doctor López Elizondo y

los mismos miembros interesados en que tuvieran ingreso un

como tesorero el doctor Macías Avilés. “Así se fundó y me to-

mayor número de psiquiatras, se decidió que era inminente

có estar en esa primera Mesa Directiva.

constituir un nuevo organismo exclusivo para el gremio psiquiátrico debido a las negativas por aceptar más psiquiatras.

“Posteriormente se hizo un congreso en el Centro Médico Nacional y ahí se hizo una nueva elección, en donde se

“El doctor Agustín Palacios, entonces presidente de la SMNP,

reeligió al doctor De la Fuente en la presidencia, en tesorería

planteó que los nuevos psiquiatras –que ya eran como 150–

fue elegido el doctor Carlos Tornero y yo quedé en la

tenían que solicitar su ingreso e ir incorporándose poco a po-

Secretaría General”.


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Eventos internacionales El año de la fundación resultó muy activo en cuanto a eventos de carácter mundial. Para agosto de 1966 se celebró el Quinto Congreso de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL), en Buenos Aires. En Argentina nuestro país estuvo representado por un comité psiquiátrico mexicano que integraba a miembros

los miembros de la APM”. Otro aspecto que se logró durante los eventos fue la institución de la Conferencia Magistral General Doctor Guillermo Dávila (quien fue el fundador del curso de posgrado de Psiquiatría en la UNAM y logró que en el Congreso Internacional de Madrid se

de la SMNP y de la APM.

le diera la sede a México), dicha ponencia sería im-

Debido a que los estatutos de la APAL estable-

Conferencia Magistral que se instituyó se denominó

cían que sólo podía haber un organismo por país, la delegación que viajó acató esta disposición. A la postre, en ese mismo año, se celebró el Congreso Mundial de Psiquiatría en Madrid. En España podía participar más de un organismo de un mismo país, por lo que la APM asistió de manera independiente. Sin embargo, ambas agrupaciones presentaron en ese foro la petición para que el siguiente Congreso Mundial se celebrara en México; de esa manera el Comité Mundial decidió otorgar a nuestro país la sede con la condición de que nuevamente fuera integrado un Comité Organizador único aglutinado por ambas asociaciones.

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alta participación de las esposas y las familias de

partida por un psiquiatra extranjero. Asimismo, otra Doctor Samuel Ramírez Moreno (quien creó la Dirección General de Salud Mental dentro de la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia), la cual impartiría un psiquiatra destacado del interior de la República Mexicana.

Reunión París-México En mayo de 1981 la Sociedad Médico-Psicológica de París, que es el organismo psiquiátrico más antiguo de Europa, invitó a la APM a realizar una reunión conjunta en Francia. Algunos temas que se abordaron fueron Psiquiatría Infantil y de la Comunidad, Alcoholismo, Investigación Biomédica, Aspectos Neuropsiquiátricos y Psicoterapia, entre otros.

“Por ahí de 1967 hubo una asamblea en el Auditorio de la Facultad de Medicina en la que las dos sociedades eligieron un

“Un año antes nos tocó participar exitosamente en el Congre-

Comité Organizador único, con un solo presidente y con vice-

so de la Cuenca del Pacífico, en Manila, Filipinas, al cual asis-

presidentes, secretarios y tesoreros de ambas asociaciones,

timos en representación de la APM. En el segundo semestre

por partida doble. El presidente del Comité Organizador del

de 1981 fue el Congreso Latinoamericano de Psiquiatría, en

Congreso Mundial por mayoría de votos fue el doctor De la

Quito, Ecuador, en donde también participamos activamente,

Fuente. Yo estuve a cargo de Relaciones Internacionales en el

porque México tiene un peso muy importante en Latinoaméri-

congreso. Realmente fue un evento muy exitoso, realizado en

ca”. Cabe decir que en el bienio 1980-1981 la asociación tuvo

diciembre de 1971 en el Centro Médico Nacional”.

un incremento de alrededor de 50 socios, con los que se esti-

La elección como presidente

ma que entonces se superaban los 450 integrantes.

Hacia 1977 el doctor Macías fue elegido vicepresidente y ocu-

Consejo Nacional

paría la Presidencia de 1980 a 1981.

“Los expresidentes formamos parte del Consejo Nacional de la APM y soy de los que más asisten a sus reuniones. Además

“Asimismo, se echaron a andar algunas secciones permanen-

me toca participar en algunos de los comités permanentes, es-

tes nuevas, entre otras propuse la Sección de Psiquiatría Fa-

taba colaborando últimamente en el de Legislación y Ética.

miliar, dentro del campo de la terapia familiar. Y se consolidó la

También me ha tocado participar impartiendo conferencias ple-

Sección de Psicoterapia en sus diferentes modalidades. Se re-

narias en algunos de los congresos regionales sobre aspectos

cuerda con mucho cariño el Congreso de Oaxaca debido a la

familiares psiquiátricos”.

“Creo que lolo que máshabía importante de mi gestión fue consolidar empezado el doctor Puchero, quien tuvo la visión demeregionalizar en de tres partes a la APM. A mí tocó la suerte consolidar eso yseque pudiéramos tener regularmente los eventos que han hecho tradicionales, que son los tres congresos regionales y luego el congreso nacional. Me tocóNoreste; organizarHermosillo, estos eventos en Saltillo, Región Región Noroeste; ydeMérida, RegiónelSureste, yNacional en septiembre 1981 realizar Congreso de la asociación en Oaxaca.



Dr. Juan Eugenio Salas Pérez

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H

ablar del surgimiento de la APM es remitirse al doctor Ramón de la Fuente, uno de los pilares fundamentales de la Psiquiatría nacional. A partir de este brillante médico pudo formarse la asociación; sin embargo, también existió un cúmulo de destacados psiquiatras que hicieron posible esa fundación.

Entre quienes aún se encuentran en activo podemos destacar al doctor Juan Eugenio Salas Pérez, de Veracruz, quien permaneció en contacto con el doctor De la Fuente y quien habla de la importancia de este notable psiquiatra, así como del nacimiento de la Asociación Psiquiátrica Mexicana. La asociación fue fundada en 1967 en el Centro Médico Nacional por el maestro De la Fuente. “Para mí es un honor estar entre los fundadores que siguen vivos porque muchos compañeros ya se fueron. Al doctor De la Fuente lo admiro, en primer lugar porque fue mi maestro desde la Facultad de Medicina. Era un gran maestro. Gracias a él se fundó la APM. “Él junto con el entonces director del Curso de Psiquiatría, doctor Carlos López Elizondo, nos reunieron en el Centro Médico Nacional y otra vez en Puebla, fue finalmente en 1967 cuando ya quedó integrada formalmente la asociación”.

Los logros del doctor De la Fuente Sobre el maestro De la Fuente, el doctor Salas Pérez comenta: “Era una persona muy activa, con un gran don de gente y gracias a él y a sus relaciones con personas de Estados Unidos se hizo un congreso mundial en la ciudad de México, en 1971, en el Centro Médico Nacional. “Además de un muy buen psiquiatra tenía una gran capacidad de organización. Tras el Congreso Mundial de México, por ejemplo, asistimos a Hawaii a presentar un trabajo, en 1976. Él tenía muy buenas relaciones, tanto con psiquiatras americanos como con nacionales y europeos. Su idea fue reunir a todos los psiquiatras, porque al principio cada quien trabajaba por su parte”.

Representante de Veracruz Cuando inició la APM el doctor Salas tuvo a su cargo la representación de Veracruz ante la asociación, por


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lo que trató de vincular a los psiquiatras de ese estado con los del resto del país. Los temas en los que más ha trabajado han sido depresión y suicidio, mismos que tuvo oportunidad de presentar a través de ponencias en diversos congresos a nivel nacional e internacional. 42

Sobre lo que le ha dejado ser uno de los fundadores de la APM, expresa: “Me ha traído una gran satisfacción, además de comprobar que seguimos haciendo los congresos y que cada vez viene más gente. Es algo muy bonito ser testigo del crecimiento que hemos tenido en los últimos años. Algunos se quejan y dicen que siempre los eventos son en el Distrito Federal y que la mayoría de los dirigentes son de ahí. Pero no, ha habido gente también de Guadalajara. En mi opinión muy personal pienso que no tiene nada qué ver el que esté gente de la ciudad de México o de provincia, se trata de que dirijan adecuadamente la asociación”.

La actual gestión Sobre la actual Presidencia de la doctora Martha Patricia Ontiveros, comenta: “Es la primera mujer en dirigir la Asociación Psiquiátrica Mexicana y está realizando una brillante gestión al frente de la misma. Se nos ha tomado en cuenta a los fundadores como no se había hecho antes. “Quiero felicitar a la actual Mesa Directiva de la APM por el extraordinario trabajo que está realizando. Se nos ha informado que seremos invitados al próximo Congreso Nacional, que será en Acapulco, donde en lo personal daré una conferencia sobre la historia y surgimiento de la asociación con el objetivo de rendir un homenaje a los fundadores que desgraciadamente ya han fallecido”, concluye el doctor Salas Pérez.



Dr. Ulises Iturbe Guerra

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E

n la Psiquiatría dos acontecimientos predominaban a mediados del siglo pasado: la dispersión del gremio y que no había una línea claramente definida en la formación de este tipo de especialistas. En ese entonces algunos profesionales en el campo, a falta de un lugar donde especializarse en México, adquirían su formación en el extranjero, ya sea Estados Unidos, Inglaterra o España.

Existía un sector importante integrado por profesionales que no tenían la misma posibilidad y estaban interesados en la materia, ellos empezaron a penetrar en las instituciones de atención a enfermedades mentales, como el antiguo Manicomio General de La Castañeda, que en ese momento era el hospital de concentración prácticamente a nivel nacional.

Se tuvieron distintas inquietudes de profesionalizar la enseñanza de la Psiquiatría, algunos protagonistas fueron los doctores González Henríquez y Dávila, quienes lograron que en 1951 se estableciera un curso avalado por la UNAM y del cual el doctor Dávila fue el profesor titular y el adjunto el doctor De la Fuente.

Anteriormente existían dos unidades de tipo psiquiátrico en el país, el Hospital de San Hipólito para varones y el Hospital del Divino Salvador, que brindaba atención únicamente a mujeres. Uno de los primeros acercamientos hacia la enseñanza de la Psiquiatría tuvo sus antecedentes en el Hospital San Hipólito, en donde el doctor Miguel Alvarado empezó a dar pláticas a los estudiantes de Medicina, lo que le valió recibir un reconocimiento del presidente Porfirio Díaz por la enseñanza a los enfermos mentales.

“En esa época y frente a la situación de que no había mucha gente formada en cursos académicos, se puso un poco en discusión quiénes serían los alumnos y quiénes los maestros, porque muchos especialistas que ya estaban querían adentrarse en la materia y hacer el curso al mismo tiempo”, señala el doctor Ulises Iturbe Guerra.

Después del surgimiento de La Castañeda se crearon algunos hospitales particulares, como el Sanatorio Floresta, dirigido por el doctor Alfonso Millán, y el Sanatorio Rafael Lavista, a cargo del doctor Guillermo Dávila García, ambos ex directores del antiguo manicomio, el cual fue sede de formación básica durante muchos años.

Agrupación en crecimiento Después de buscar la profesionalización del estudiante de Psiquiatría, uno de los siguientes pasos fue reunir a los psiquiatras en una agrupación médica que impulsara el desarrollo de la especialidad. Antes del nacimiento de la APM, el doctor Iturbe recuerda que en el antiguo manicomio de La Castañeda hubo un intento por crear una asociación psiquiátrica, la cual no tuvo mayor impacto.


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“Empezó a surgir la inquietud de que todos estábamos dispersos y de tratar de fraguar una idea para formar una sociedad dentro de la especialidad, así es como en un momento dado se comiezan a gestar reuniones entre los doctores Dávila, Guillermo Calderón, Ramón de la Fuente, Alfonso Millán, Agustín Caso y José Luis Patiño Rojas.

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“Se fue fraguando la idea de iniciar una comunicación, cada uno en su sector, se invitó a los médicos para hacer reuniones en el antiguo manicomio, se empezó a formar el grupo y a exponer que era necesario trabajar, encontrar una forma de que hubiera una situación de trabajo académico, de respeto para los profesionales y un mecanismo por el cual en un momento dado como grupo se defendiera a los profesionales, al mismo tiempo que era conveniente ver que se desarrollaran los sistemas académicos más en forma”. Se realizaron varias reuniones en 1965 para dar forma a la naciente APM. Se formó una comisión para tratar de delinear cómo estaría conformada. Se realizó una asamblea para estructurar un comité el 31 de marzo de 1966, que tuvo como sede el aula del Pabellón Central del Manicomio General. La asistencia a esa primera reunión fue de 142 socios y el presidium estuvo ocupado por el doctor De la Fuente, como secretario del Comité Organizador, el doctor Calderón como integrante del mismo y los doctores Mario Fuentes y Javier Garciadiego como director y subdirector, respectivamente, del Manicomio General. “Se citó para presentar candidatos iniciales a ocupar cada uno de los puestos de la asociación y de esa forma se nombró el primer comité. El primer presidente fue el doctor De la Fuente”. El doctor Iturbe Guerra explica que el siguiente paso fue tratar de agrupar a los psiquiatras de todo el país: “Había una hegemonía en la formación de todas las personas, algunas son autodidactas, otros estudiaron cursos en el extranjero y unos más habían pasado por el curso de posgrado en la Facultad de Medicina”. Agrega que para ingresar a la APM era necesario contar con el aval de algún médico especialista en el campo: “de esa manera la gente que tenía comunicación y que le in-

teresaba agruparse se contactaba con aquella con la que había trabajado y que le daban el aval. La gente entregaba un currículum señalando con quiénes habían laborado y decidían si les daban el voto o no a las personas”. Sus avales para ingresar a la APM fueron los doctores Calderón y Dávila, este último jefe del curso de posgrado; José Luis Patiño Rojas, director del antiguo manicomio, Alfonso Rodríguez Toledano y el doctor Mario Fuentes Delgado. Poco a poco la APM empezó a tomar forma, las reuniones fueron más frecuentes y las necesidades del grupo de buscar la profesionalización de sus integrantes creció. Además surgió la inquietud de formar recursos en el interior de la República Mexicana, pues no existían, y era necesario impulsar la profesionalización del Psiquiatra en provincia. Uno de los grandes pasos que se dieron fue que a través de la Comisión de Salud Mental, cuyo director era el doctor Rafael Velasco Fernández: se estableció efectuar la formación básica durante dos años en los hospitales Fray Bernardino Álvarez o en el Juan N. Navarro, un tercer año los estudiantes se trasladarían a provincia para que pudieran penetrar en las universidades y despertar la inquietud de otros profesionales médicos. En los psiquiatras que integraban la APM como en otras instituciones, se despertó la inquietud de formar subespecialidades y entre ellas apareció la Psiquiatría infantil. Ante el crecimiento de esta especialidad en nuestro país se tuvo la necesidad de estar en mayor contacto con psiquiatras de otras partes del mundo, por lo que la APM se afilió a la Asociación Psiquiátrica de América Latina y a la Asociación Mundial de Psiquiatría. Se comenzaron a realizar congresos locales e intercambios académicos. México fue la sede del Congreso Mundial de Psiquiatría a inicios de los años setenta. Finalmente, el doctor Ulises Iturbe Guerra comenta: “desde entonces la APM ha seguido su curso, se ha seguido transformando y favoreciendo la capacitación de la gente desde diversos puntos de vista; en la actualidad hay diversas secciones en la asociación. La gente va cambiando, nos vamos yendo, hay muchos que ya fallecieron, el equipo se tiene que renovar para que las asociación siga”.



Dra. Catalina Rivera Martínez

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L

a participación de las mujeres en la APM se dio desde los primeros años de su historia. Al paso del tiempo se ha incorporado un mayor número de psiquiatras a la especialidad y también ha sido más intensa su actividad y peso en la Psiquiatría nacional, su importancia es tal que actualmente la doctora Martha Patricia Ontiveros ocupa la Presidencia de la asociación. Capítulo SLP

Otro ejemplo es la doctora Catalina Rivera, quien fue la primera mujer psiquiatra en San Luis Potosí y tuvo oportunidad de formarse con los grandes maestros de la especialidad en México. “Cuando terminé la carrera de Medicina me fui para el Distrito Federal a estudiar Psiquiatría en la Facultad de Medicina la UNAM. Ahí fue cuando tuve el gusto de conocer al doctor Ramón de la Fuente, con quien me puse en contacto; con él estudié, pero además tuve la oportunidad de conocer a muchos otros médicos de la asociación. “La APM había sido fundada en 1966 y de San Luis Potosí al primero que contactaron fue al doctor Everardo Neumann, quien fue además el primer psiquiatra en todo el estado, en 1954; él nos entusiasmo a varios. En la ciudad de México estuve participando activamente en la asociación, sobre todo cuando fue presidente el doctor Raymundo Macías, con quien trabajaba en el Centro Médico Nacional”.

“Fui secretaria auxiliar de 1980 a 1981. En ese mismo tiempo fui miembro del Consejo Editorial de la Revista Psiquiatría y del Comité Científico de la Séptima Reunión Nacional. De 1982 a 1983 fui vocal de la Sección de Psiquiatría Social y Comunitaria, y en 1986 me regresé a San Luis Potosí, donde en diferentes periodos fui vocal del Capítulo Estatal de la APM”. La importancia de San Luis Potosí para la APM ha sido sustancial debido a que fue uno de los pocos estados del país que pronto tuvieron su propio capítulo, por el número de psiquiatras que había en esa región. De acuerdo con estatutos se establecía que para que una ciudad o estado pudiera tener un capítulo al menos debía contar con 20 miembros.


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Al interrogarle sobre cuántas mujeres había en la Psiquiatría local en ese momento, la doctora Rivera Martínez asevera: “Me temo que era la única mujer cuando entré a la asociación y fui la única mujer psiquiatra en San Luis por mucho tiempo. Pero en la ciudad de México, donde tenía su sede la asociación y donde ya era bastante amplio el gremio, siempre me trataron bien.

50

“Entre lo más importante que hicimos al ocupar algún cargo se encuentra la reunión conjunta de la Asociación Psiquiátrica Francesa con la APM. Cada año o cada dos Francia invitaba a la asociación psiquiátrica más importante de un país. A nosotros nos tocó ir a las presentaciones y la sensación era que nuestra Psiquiatría estaba a la altura de cualquier otra en el mundo y por eso nos habían invitado. Creo que la principal aportación de la APM es que ha dado mayor seriedad al concepto del psiquiatra en nuestro país. Han destacado muchos especialistas y han ocupado grandes cargos, incluso fuera de la asociación”.

La gestión actual Al ser una de las primeras mujeres que ingresó a la APM, sobre la presente gestión de la actual presidenta, afirma: “Me parece magnifica la Presidencia que está haciendo la doctora Ontiveros. Ha sido la única mujer presidenta y a muchas nos hubiera gustado que existiera una antes, pe-

ro nadie movió un dedo y ella sí lo hizo. Conforme ha avanzado la asociación nos hemos unido más y más todos los integrantes. Al principio cada quien era solista, actualmente hay más integración. Existe el deseo de colaborar en grupo y de hacer investigaciones y muchas otras cosas”. En San Luis Potosí la doctora Rivera es en la práctica privada psiquiatra general, pero además su campo de especialidad es la Psiquiatra Infantil y de la Adolescencia. También desarrolla psicoterapia familiar, de pareja, sexual, de grupo, individual y es criminóloga. “La Psiquiatría podríamos decir que al principio era una actividad y ahora es una ciencia en toda forma, porque todo se hace con mucha seriedad, basados en evidencias; existe además mayor investigación. Actualmente sigo acudiendo a los congresos y aquí, con el Capítulo Estatal, estamos muy en contacto con la APM. Hemos tenido conferencistas que invitamos del Distrito Federal y nosotros vamos allá cuando hay algo importante”. Otro logro de la doctora Rivera será convertirse en la primera presidenta del Colegio Potosino de Psiquiatría, del cual además es fundadora y en el que ya había desempeñado los cargos de vicepresidenta y tesorera. “Entre mis actividades actuales sigo con la investigación, la enseñanza y la práctica médica”.

“Me parece magnifica laOntiveros. Presidencia que está haciendo la doctora Ha sido la única mujer presidenta y a muchas nos hubiera gustado que existiera una antes, pero nadie movió un dedo y ella sí lo hizo. Conforme ha más avanzado latodos asociación nos hemos unido y más los integrantes. Al principio hay cadamás quien era solista, actualmente integración. Existe el deseo de colaborar en grupo y de hacer investigaciones y muchas otras cosas”.



Dr. Agustín Guerrero Martínez

52

S

an Luis Potosí ha sido uno de los estados clave en la expansión y desarrollo de la APM, pues este lugar fue uno de los primeros en el país (fuera de la ciudad de México) en contar con un buen número de profesionales dedicados a la práctica psiquiátrica. Se recuerda al doctor Everardo Neumann Peña como al primer especialista en la entidad, quien alentó a otros colegas a inclinarse en la Psiquiatría. De esta forma doctores como Catalina Rivera Martínez y Agustín Guerrero fueron pioneros en atender a esta clase de pacientes en este estado.

Igual que otros médicos provenientes de diversas ciudades

có hacer la selección de los candidatos que ingresaron a la

del país, el doctor Guerrero Martínez se trasladó en la déca-

primera generación, esto fue por 1958, 1959.

da de los cincuenta hacia el Distrito Federal con la finalidad de encontrarse de frente con los pioneros de la Psiquiatría

“Uno de los principales pioneros de la APM fue el doctor Ra-

nacional. Ahí le tocó ver en los primeros años de su formación

mírez, quien ya mantenía un boletín y comunicación a través

una especialidad que comenzaba a surgir.

de los medios de ese tiempo a nivel nacional, desde mediados de la década. Esta relación con los médicos del país se

“En 1957 fui a hacer el servicio social como médico en el de-

quedó con el doctor De La Fuente, que fue vital en la consti-

saparecido Sanatorio Samuel Ramírez Moreno. Ahí estuve

tución de la asociación; además, él fue maestro de muchos

casi tres años y mi maestro fue el doctor Ramón de la Fuen-

miembros en el Sanatorio Español, donde me tocó estar con

te. Él tenía poco tiempo de haber llegado del Instituto de Psi-

él; era muy dinámico, muy activo, siempre estaba trabajando”.

quiatría de Nebraska, donde realizó la especialidad.

Cargos en la asociación

“A su regresó de Estados Unidos el psiquiatra Ramírez More-

El doctor Guerrero recuerda que entre sus primeros cargos

no recién había muerto y el doctor De la Fuente se hizo car-

en la APM se le designó como coordinador regional en San

go de la dirección del Sanatorio Psiquiátrico, que fue el primer

Luis Potosí. En ese momento sólo había tres psiquiatras en el

hospital que se diseñó con la finalidad de atender pacientes

estado: Everardo Neumann, Catalina Rivera y él.

de este tipo en México. En ese tiempo también se inició el posgrado de Psiquiatría en la UNAM, por los doctores Alfon-

“Lo que sucedía entonces y desgraciadamente todavía hasta

so Millán, Guillermo Dávila y Ramón de la Fuente, a mí me to-

a la fecha, es que habíamos pocos psiquiatras y sobre todo


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“Siempre les digo a las nuevas generaciones que sigan estudiando. Segundo, que loy su más importante es la atención del enfermo familia. Y laa tercer cosa esnoqueimporta siempresu hay que respetar la persona, estado económico o mental en ese momento; el respeto a la dignidad del individuo es indispensable para una práctica honesta de nuestra profesión”. existían muchos prejuicios. La gente no estaba muy familiarizada con lo que hacíamos. Las personas piensan que necesitan estar locos para requerir de un psiquiatra. Actualmente somos entre 65 y 70 especialistas trabajando en el estado y en la ciudad capital. Lo que hace falta es que la población utilice los servicios, siempre hay cierta resistencia y existen prejuicios. Sin embargo, cuando hay urgencias sí nos buscan. “En el estado se realizó un congreso que fue de los más numerosos que tuvimos, con 800 asistentes. Hemos tenido también ya tres reuniones aquí de la APM”. En uno de estos eventos –efectuado en septiembre de 2004– el doctor Gue-

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rrero recibió un reconocimiento por sus méritos y trayectoria en la Psiquiatría; asimismo, forma parte de la Comisión de Bioética y participa en la formulación del código deontológico de la asociación, el cual tiene aplicación nacional.

Difusión de la Psiquiatría

Primera presidenta de la APM A propósito de la designación y gestión que en la actualidad desarrolla la doctora Martha Patricia Ontiveros al frente de la APM, asevera: “Ella es una persona muy destacada, muy trabajadora y fue muy merecida su designación, porque fue electa por votación abierta, no fue casualidad que llegara hasta ahí. Actualmente tenemos generaciones en el posgrado donde hay más mujeres que hombres, pero está equilibrado. Lo que sucedía en el pasado es que no había tantas damas trabajando en el campo psiquiátrico y poco a poco se han ido incorporando”. Actualmente el doctor Guerrero sigue en activo en su ciudad y atiende principalmente adolescentes, parejas y familias. “Aquí fundamos la Asociación Prosalud Mental, pero además me tocó la oportunidad de ser invitado por el maestro Everardo Neumann de ser docente, son 30 años en el pregrado y en el posgrado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Sobre las aportaciones que ha hecho la APM a la Psiquiatría nacional, el doctor Guerrero considera que son diversas, pe-

“Tenemos un espacio orientado a parejas, familias y jóvenes

ro la más relevante es haber difundido al público el papel pro-

que ya tienen un compromiso serio de noviazgo para darles

fesional del psiquiatra. “En segundo lugar ha integrado a los

programas de prevención. Esto es importante antes de que

diferentes grupos en regiones de todo el país e incluso man-

se generen los conflictos, porque hemos encontrado tres

tiene relaciones con la Asociación Psiquiátrica de América La-

aspectos muy importantes: la comunicación, con los medios

tina (APAL).

masivos cada vez el hombre se aísla más, se sumerge en Internet y ya no hay diálogo; el segundo problema es la

“Como satisfacciones personales y profesionales me queda,

solución de conflictos y el tercero y muy importante es la

por una parte, el sentimiento de participación y de pertenen-

planeación de ingresos y egresos, es decir, de las finanzas

cia a una asociación que siempre ha actuado de buena fe y

domésticas”.

en beneficio de la población. Por otro lado, cuando se ha presentado algún tipo de problema, éste se resuelve dentro del mismo consejo”.

Respeto a la dignidad del paciente Además de continuar inmerso en la docencia el doctor Gue-

Considera que las dificultades de la especialidad se dan so-

rrero continúa con su actualización médica, por lo que asiste

bre todo para los pacientes, “la principal desventaja que tie-

a los principales congresos en México y Estados Unidos. Pa-

nen muchos pacientes, sobre todo en el sector privado, es el

ra concluir, deja un mensaje a los nuevos psiquiatras, espe-

precio de los tratamientos. Actualmente algunos laboratorios

cialmente a aquellos que pertenecen a la APM:

han hecho cambios para que el usuario pueda adquirir medicamentos, pero hay otros que están fuera del alcance de las

“Siempre les digo a las nuevas generaciones que sigan

familias, fundamentalmente en padecimientos como la esqui-

estudiando. Segundo, que lo más importante es la atención

zofrenia o la epilepsia, que duran bastantes años. La Medici-

del enfermo y su familia. Y la tercer cosa es que siempre hay

na está cambiando por la Genómica, yo creo que muy pronto

que respetar a la persona, no importa su estado económico o

vamos a tener otra Medicina con estudios genómicos. Va a

mental en ese momento; el respeto a la dignidad del individuo

cambiar radicalmente todo el concepto de las especialidades

es indispensable para una práctica honesta de nuestra

médicas”.

profesión”.



Dra. Hebe Serrano Fuentes

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L

a fundación de la APM es uno de los momentos más importantes que ha vivido la Psiquiatría en más de 43 años. Fue concebida desde sus inicios como una organización que agrupara a los psiquiatras mexicanos dispersos, tanto en las distintas instituciones médicas en el Distrito Federal como aquellos que empezaban a formar escuela en el interior de la República Mexicana.

La manera en cómo se vivieron aquellos años, en boca de algunos de sus protagonistas, está llena de recuerdos y anécdotas que han acompañado a la Psiquiatría mexicana durante varias décadas y que sin lugar a dudas son el antecedente directo del surgimiento de la APM. La doctora Hebe Serrano Fuentes, miembro fundador de la asociación y quien recibiera un reconocimiento de parte de la misma APM en 2005, señala que uno de los grandes pasos que se dieron en la década de los sesenta fue el hecho de que se sentaran las bases de la Psiquiatría mexicana y se empezara a brindar reconocimiento a los cursos que se impartían. “Anteriormente los psiquiatras se iban a preparar a otros países, básicamente a Estados Unidos, pero no había la capacidad o el interés de tener nuestra propia escuela de Psiquiatría y esto fue el resultado del empeño y el interés de los doctores Ramón de la Fuente, Alfonso Millán y otros que los sucedieron, que creyeron que la Psiquiatría en México debía ser una especialidad con prestigio, que se tuviera la capacidad de enseñar y mostrar que es muy valiosa”.

Inicio de una profesión Egresada de la Escuela Nacional de Medicina, la doctora Serrano Fuentes conoció la especialidad al trabajar en el antiguo Manicomio La Castañeda. Los inicios de su carrera se remontan a la década de los sesenta, en que trabajó en el Servicio de Gastroenterología del Hospital General de México. Recuerda que en ese momento le pidieron que viera a un paciente que no se quería ir a su casa, que ella lo atendiera ‘porque les hablaba suavecito’. En la historia clínica que realizó recalcó algunos problemas emocionales y a partir de ahí cambió su especialidad. “Algunos médicos me dijeron, doctora por qué no se dedica a la Psicología o Psiquiatría, en ese tiempo era una palabra no pronunciada en un Hospital General”. Cuando decidió cambiar de especialidad realizó el curso de Psiquiatría con el doctor Ramón de la Fuente, en la Facultad de Medicina.

Un área nueva Otro de los logros en la carrera profesional de la doctora Serrano Fuentes fue la creación del Servicio de


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“Algunos médicos me dijeron,a la doctora por qué no se dedica Psicología ouna Psiquiatría, en ese tiempo era palabra no pronunciada General”. en un Hospital 58

Psiquiatría en el Hospital General de México, alrededor de 1969, fue apoyada por el entonces jefe del Servicio de Medicina Interna, el doctor Fernando Muzquiz, quien le proporcionó espacio para estructurar el área. “Esto fue muy útil porque varios médicos del hospital se dieron cuenta que estábamos empezando a trabajar con pacientes psiquiátricos y nos empezaron a llevar enfermos para consulta y tratamiento”. Una de las situaciones que se presentaban con mayor frecuencia en ese entonces era el poco reconocimiento hacia la especialidad: “no se tomaba en cuenta a los psiquiatras, no teníamos en dónde atender a los pacientes, no tenían confianza de que la Psiquiatría pudiera ser parte de un hospital general. Este tipo de pacientes los rechazaban los mismos médicos, pero poco a poco se trabajó con ellos, se les daba tratamiento y medicamento, citas frecuentes, terapias, incluso a veces se llamaba a miembros de la familia y salían adelante; esto a nosotros nos dio satisfacción y la confianza de los demás médicos de que podían trabajar con este tipo de pacientes, lo que permitió que el Servicio de Psiquiatría creciera hasta donde ha llegado ahora.

Cimentar las bases Consolidar la enseñanza de la Psiquiatría, así como crear áreas en los hospitales en donde atender a los enfermos mentales, fueron dos grandes logros que se tuvieron entre la décadas de 1960 y 1970. Al respecto, la doctora Serrano señala: “Siento que el hecho de que se haya instituido que en los hospitales generales o no generales haya un Servicio de Psiquiatría, es muy importante”. El siguiente paso sería la creación de la APM, en 1966, que congregaría a los psiquiatras mexicanos que en ese momento se encontraban en distintas instituciones hospitalarias y que con el paso del tiempo se ha consolidado como una asociación con reconocimiento internacional por el alto nivel académico que manejan sus asociados.



Dr. Roberto Ham Fernández

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C

on la creación del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental en la UNAM, se sentaron las bases para ubicar a la Psiquiatría como rama de la Medicina Interna en México a partir de 1950. Diez años más tarde, una generación de especialistas daría vida al proyecto que lucharía por la dignificación de la especialidad y de los profesionales que la practican: la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM).

Para la creación de la APM diversas personalidades de la

sostuvo con el sistema de gobierno originado por la búsque-

Medicina nacional se dieron cita para aceptar el compromiso

da de mejoras laborales. Sobre el particular, recuerda el doc-

de fortalecerla, así como a la institución que conjuntaría a los

tor Ham Hernández: “Un año después, el 31 de marzo de

especialistas del país. Tiempo después, los mismos

1966, varios colegas con una trayectoria brillante, como el

protagonistas desempeñaron distintos cargos al contribuir

doctor Guillermo Calderón Narváez y el propio doctor Ramón

con su trabajo al fortalecimiento de la especialidad y el

de la Fuente optaron por conjuntar a todos los psiquiatras que

respaldo académico de sus agremiados. Claro ejemplo de lo

se encontrarán en el ejercicio profesional para formar APM.

anterior es la trayectoria del doctor Roberto Ham Fernández, especialista en Psiquiatría que inició cuando respondió al

“Así fue como inició mi participación con la Asociación, fir-

llamado que hicieran los doctores Ramón de la Fuente y

mando el acta constitutiva que daría constancia notarial ante

Guillermo Calderón Narváez para contribuir con su firma al

las autoridades correspondientes sobre las actividades y pro-

acta constitutiva de la Asociación, lo que marcó el inicio de

pósitos en los que se fundamenta su creación”.

una trayectoria activa como socio y en el sistema de gobierno.

Cambio de rumbo y autonomía

Como socio activo de la APM accedió a puestos gubernamentales en distintas mesas directivas. “Primeramente tuve la comisión de mantener sanas las finanzas de la asociación

El contexto de la especialidad en el siglo XX quedó trazado

al ser nombrado tesorero, cargo que desempeñé durante dos

por la aparición de las psicoterapias, las clasificaciones inter-

años. Posteriormente, en el congreso de Oaxaca, fui nom-

nacionales y la psicofarmacología, amén de las escuelas psi-

brado secretario General, asimilando en un contexto más am-

coanalíticas y de los avances del conocimiento sobre el fun-

plio las funciones mismas de la asociación”.

cionamiento de la mente. La APM indudablemente ha sido una impulsora de la psiquiaEn el contexto nacional, en 1965 el sector médico del sistema

tría en México. A raíz de su fundación también se constituye

de salud público daba por concluido un año de conflictos que

paralelamente la escuela de Psiquiatría actual. “Básicamente


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lo que caracterizó a la Psiquiatría en ese entonces fue la en-

“Por el lado de los agremiados, considero que el esfuerzo que

señanza de la misma con el objetivo de que fuera reconocida

la APM iniciara, hoy ha rendido frutos, ya que considero que el

como una especialidad médica por otras ramas como la Psico-

psiquiatra mexicano sale mejor preparado a estudiar a las es-

logía y la Neurología”, comentó el doctor Ham.

cuelas del extranjero, y esa es una posibilidad que brinda la

Desarrollo de especialistas

Asociación ya que se encuentra bien vinculada con otras organizaciones internacionales que promueven el intercambio de

En principio únicamente fuimos 150 especialistas, aproximada-

conocimiento”, explica el doctor Ham.

mente y los temas académicos en los que se centraron esfuer-

Pertenecer a la APM, un gran orgullo

zos fueron básicamente la Psiquiatría Social y las bases biológicas de la Psiquiatría. La influencia por su parte, de la Psiquiatría Social en nuestro medio, a partir de la década de los cincuenta, marcó desde los estudios epidemiológicos hasta el interés por los estudios de las comunidades, preferentemente de los pueblos jóvenes. “En tanto el Hospital General de La Castañeda tuvo mucho que ver en el ejercicio de la especialidad, ya que era el único hospital psiquiátrico a nivel nacional que trataba a todo tipo de enfermos mentales y por ende fue un nicho de oportunidad para desarrollar diversas investigaciones”. Dentro de la APM se formaron mesas directivas en distintos estados de la República Mexicana, y cada mesa directiva se encargaba de aproximar, por lo menos cada cuatro o cinco meses cursos que impactaran en la preparación de los psiquiatras afiliados. “Se podría hablar de una primera etapa fundamental que fue la creación porque se tenía el interés de llevar a la psiquiatría a una sólida ubicación como rama de la Medicina.

Haber formado parte de los médicos que fundaron la APM y posteriormente, asentaron la especialidad en México, para el doctor Ham significa “un gran orgullo”. Ya que además de contribuir a la formación del gremio de médicos que dieron vida a una institución, estando en el momento y lugar preciso para que esto ocurriera, me sentí bien al colaborar con la Asociación, disfrute la estancia, cooperé con ellos, participé en varias ponencias y contribuí a su desarrollo. “En el aspecto profesional me aportó bastante, además de los beneficios académicos, fui reconocido en el territorio nacional por mis colegas gracias a las presentaciones de los temas que llevábamos regularmente a mostrar a los congresos de la APM. En el aspecto social esta Asociación fue muy importante porque mantiene los vínculos entre los agremiados. Entre nosotros nos conocemos desde hace mucho tiempo, hemos visto crecer a todos los hijos de los afiliados y éstos han hecho amistades entre si, por lo que nos consideramos una gran familia que ha ido fortaleciéndose con el tiempo”.

Posteriormente, otra etapa decisiva fue la organización de

Quiero expresar

cursos nacionales que también el propio doctor de la fuente

“Que los futuros especialistas acerquen a las actividades de la

impulsó con gran éxito, recuerdo que el primero de ellos

APM, porque la Medicina sigue avanzando. Actualmente, con

realizado en la ciudad de México. El tercer congreso,

el aspecto de la globalización, los conocimientos científicos se

considero, había sido el más grande hasta entonces y se

divulgan de manera inmediata, por lo que nuestra Psiquiatría

realizó en Guadalajara y posteriormente el de Guanajuato, sin

cuenta con médicos muy respetados, reconocidos. Ha trabaja-

embargo todos mantuvieron un factor común: la consolidación

do bastante para llegar a donde está y hay que continuar por

de la Asociación.

el mismo camino”, finalizó.






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