5 minute read

DUELO DE PAREJA

Nuestros Niños

ante la pandemia

Advertisement

· Por Dra. Esperanza J. Bautista Gómez

Nunca imaginé vivir una pandemia; las había leído descritas en libros desde la primaria hasta la facultad de medicina y las imaginaba como la llamada peste negra; sin embargo, por mi mente nunca se cruzó la idea de vivir una en un siglo donde los grandes avances de la medicina han permitido que muchas enfermedades estén controladas y que, con la aparición de las vacunas y los antibióticos, las causas de muerte hoy en día cambiarían.

Pero como bien dice la frase: “nunca digas nunca, ni siempre” ja ja, estamos en medio de una gran pandemia que nos ha cambiado la forma de vivir, que nos ha cambiado la forma de educarnos, de convivir, de trabajar, de divertirnos, de demostrar el amor. Ahora entendemos que, si amamos a nuestra familia y amigos, es necesario estar separados físicamente, pero unidos con el corazón.

Y en esta nueva forma de vivir, se incluyen a nuestros niños pequeños, medianos y grandes, que han tenido la necesidad de adaptarse, de convivir de manera diferente y de cambiar algo que para ellos era mágico como su escuelita, ahora estudiar en casa, a verse a través de una pantalla.

Esto, en definitiva, ha generado alteración de sus entornos y ha generado una desestabilización en las familias, la rutina diaria y la comunidad en general, pudiendo tener consecuencias en el bienestar, desarrollo y protección de los niños y adolescentes.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por sus siglas en inglés, ha considerado a las niñas y niños, como las víctimas ocultas del coronavirus, se ha visto una alteración importante en su educación, nutrición, salud física y mental, ocio y recreación. Se ha visto que se encuentran expuestos en mayor medida a situaciones de violencia, maltrato, abuso o explotación y las mujeres también se enfrentan a una mayor carga de tareas y cuidados en el hogar

Sin embargo, estamos aprendiendo a cómo actuar y a valorar cada cosa según su verdadera importancia. Si hoy a ti te toca estar a cargo de tus nenes y hay momentos que sientes frustración y enojo, es importante recordar que esto también pasará, que tendremos mejores momentos de vida, de enseñanza, de aprendizaje; si hoy ellos están cansados de tomar clases frente a una pantalla, déjalos respirar, jugar, reír.

Es importante que salgan a un lugar lejos de las urbes, donde tal vez puedan respirar aire libre, puedan correr, puedan disfrutar de la naturaleza. Es importante dejar de exigir y aprender a adaptarnos a esta nueva normalidad. Si tienes un pequeño felicítalo, porque hoy en día lo está haciendo muy bien.

Dra. Esperanza J. Bautista Gómez Ginecoobstetra Urología Ginecológica Las Etnias #502 Col. Reforma Tel. citas: 51 327 39

Duelo de pareja· Por Carime Kuri Fierros

Hablar del duelo de pareja, es hablar de uno de los duelos más difíciles de manejar, porque conocer el amor y relacionarte con esa persona única y especial con quien compartir todo, caminar juntos y construir una vida para siempre, es donde la muerte, ni se piensa ni se habla.

El duelo siempre pasará por diferentes estadios emocionales, desde la negación, el enojo, el intercambio y la culpa, hasta llegar a la aceptación; cada caso es especial y necesita un apoyo personalizado.

CASO 1. Una chica de 24 años, a tres meses de su boda, su novio de 26 años muere en un accidente, ese día quedaron de verse a las 22 hrs. Él se accidenta alrededor de las 21 horas y muere en el instante. Por supuesto no llegó a la cita y ella, después de llamarle varias veces, pasó de la preocupación al enojo y de suponer muchos escenarios, menos el de la muerte.

Este duelo se ancla en la negación y la ira, todos sus planes y sus sueños simplemente no se llevarán a cabo jamás, y lo más duro, tampoco hubo una despedida. Ella se instala en la idea de que la muerte se llevó también su razón y ganas de vivir.

CASO 2. Una mujer con 20 años de matrimonio, con dos hijos adolescentes, enfrenta la noticia inesperada de que su esposo tiene cáncer; a partir de ese momento, inicia el duelo primario, que es afrontar el día con pérdidas de la salud, de planes, de horarios y dejar de lado todo lo que se daba por sentado y, por supuesto, lidiar con las finanzas. Al paso de dos años y medio de operaciones y quimioterapias finalmente, el esposo fallece. Este duelo se ancla inicialmente en el intercambio y culmina con la aceptación.

La misma enfermedad durante esos dos años y medio, los va llevando de la mano en el proceso del duelo; hay desgaste, sufrimiento y dolor de su ser querido, aceptando que esa forma de estar ya no es vida.

CASO 3. Mis padres, con 55 años de matrimonio, con una relación basada en el amor y en el respeto, lo compartían todo. Mi padre, un hombre fuerte, trabajador y amoroso, poco a poco empezó a perder su salud; mi madre lo atendía, lo apoyaba, lo comprendía y lo sostenía desde su corazón. La aceptación se fue dando a medida que mi padre empezó a perder su salud y se debilitaba. Ellos hablaron todos los temas, cerraron cosas pendientes, arreglaron documentos y su último deseo estaba claro. A diario se agradecían el uno al otro por los detalles recibidos y se repetían lo mucho que se amaban, incluso, bailaron muchas veces en medio de la sala aquellas canciones que los regresaban a sus años dorados. La mañana llegó y mi madre aceptó de inmediato.

Ya pasaron ocho años y a veces mi madre me pregunta ¿por qué no lo llora?, la respuesta es simple, diario se amaron, se acompañaron y cerraron ciclos; sólo la añoranza queda por su único amor con el que caminó. Este duelo estaba trabajado desde antes, porque hablaron con la verdad y enfrentaron su realidad, apoyado el uno en el otro, sólo agradecían el día a día que volvían a ver el sol juntos.

* Lic. Carime Kuri Fierros carimetanatologia@gmail.com Tel. 951 128 35 14

This article is from: