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BIBLIOGRAFÍA
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2. Pilar Mazón et al. Reorganización de la actividad asistencial ambulatoria en la era COVID 19. La hora de la e-consulta. Rev Esp Cardiol Supl. 2020;20(E):21-26.
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3. Vivencio Barrios et al. La consulta telemática para el cardiólogo clínico en tiempos de la COVID-19: presente y futuro. Documento de consenso de la Sociedad Española de Cardiología. Rev Esp Cardiol. 2020;73(11):910–918.
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5. Hindricks et al. Implant-based multiparameter telemonitoring on patients with heart failure (IN-TIME): a randomised controlled trial. The Lancet 2014, 384: 583- 590.
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TELE REHABILITACIÓN: EJERCICIO FÍSICO MONITORIZADO EN PACIENTE CON INSUFICIENCIA CARDÍACA
Dra. Patricia Launois
Médico Rehabilitador Hospital Universitario Vall d’Hebron Unidad Rehabilitación Cardiorrespiratoria
1. INTRODUCCIÓN
2. EVOLUCIÓN DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA
3. CONCEPTO DE TELEREHABILITACIÓN O “HOME-BASED”
4. EVIDENCIA ACTUAL DE LA TELEREHABILITACIÓN
5. EXPERIENCIA HOSPITAL VALL D’HEBRON
6. PUNTOS CLAVE
7. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
La insuficiencia cardíaca (IC) presenta entre sus síntomas primarios la intolerancia al esfuerzo físico (IEF), situación que ocurre tanto en pacientes con fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) deprimida como conservada. Dicho síntoma es determinante para el pronóstico de la enfermedad y genera una disminución de la calidad de los pacientes. La IEF viene acompañada de la reducción en el consumo de oxígeno pico (VO2 pico) durante el esfuerzo máximo, trayendo esto como consecuencia una disminución de la capacidad funcional y con ello una menor participación de las actividades de la vida diaria. Los pilares fundamentales en la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular incluyen la terapia médica dirigida por guías, la educación del paciente y la implantación de un estilo de vida saludable 1,2
1. EVOLUCIÓN DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA
La rehabilitación cardíaca ha ganado terreno dentro de las diferentes patologías cardíacas a lo largo de los años, pero sus inicios no fueron tan prometedores, alrededor de los años 1950, los pacientes permanecían en reposo tras sufrir una cardiopatía isquémica lo que conllevaba a una pérdida de la capacidad funcional asociado a disfunción muscular severa. Alrededor de los años 1960 – 1970 se introdujo como tratamiento la movilización precoz denominada “Terapia de la silla” en los pacientes isquémicos, sucediendo lo contrario en los pacientes con IC, en quienes estaba contraindicada dicha terapia. Es partir de 1980 cuando se inician entrenamientos en pacientes con IC, demostrándose un efecto positivo a nivel periférico, sin observarse un aumento del riesgo de complicaciones cardíacas durante los entrenamientos. Finalmente a partir de 1990, Coarts & al plantea que “los programas de entrenamiento físico en domicilio son factibles incluso en IC severa y tienen un efecto beneficioso sobre la intolerancia al esfuerzo, el VO2 pico y los síntomas”, la rehabilitación cardíaca a día de hoy es una terapia fundamental en los pacientes con cardiopatías, incluidos los afectos de IC, ayudando ésta a mejorar la capacidad funcional, la calidad de vida y la disminución de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) 2
En la actualidad, en las guías clínicas del 2021 para el diagnóstico y tratamiento de la IC aguda y crónica de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), el ejercicio físico se recomienda a todos los pacientes, con la finalidad de mejorar la capacidad al esfuerzo y la calidad de vida, así como disminuir el número de hospitalizaciones asociadas a la IC con un nivel de evidencia IA, incluyéndose dentro de las líneas de tratamiento (1). En los comentarios realizados por el Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) sobre la guía ESC 2020, recomiendan de forma general la realización de al menos 150 min a la semana de ejercicio aeróbico con intensidad moderada y específicamente en la IC, recomiendan la prescripción individualizada en todos los casos, así como se permite la competición deportiva en pacientes con FEVI >45% si no coexisten otros factores de riesgo 3
Debido a la pandemia por COVID 19, producto de los períodos prolongados de confinamiento y la limitación del acceso a la atención sanitaria presencial, la telemedicina tuvo que dar un salto al futuro e integrar rápidamente el seguimiento de los pacientes de forma telemática, incluyendo la telerehabilitación y la implementación de herramientas tecnológicas para la telemonitorización de los pacientes durante el ejercicio en domicilio 4,5 .
2. CONCEPTO DE TELEREHABILITACIÓN O “HOME-BASED”
La telerehabilitación o “home-based” se define como el uso de innovaciones tecnológicas de comunicación para el control y monitorización del ejercicio físico en pacientes que precisen rehabilitación cardíaca, disminuyendo las barreras y con igual efectividad en la mejoría de la calidad de vida de los pacientes. Como ventaja respecto a los tratamientos presenciales, el paciente disfruta de mayor privacidad, menor número de barreras y desplazamientos a los centros de tratamiento, mayor independencia en la realización de la actividad física tanto por localización y tiempo, idealmente combinado con telemonitorización para proporcionar mayor seguridad. A pesar de que se requiere mayor gasto en equipamientos, su coste final resulta menor. Como desventajas, el paciente requiere destreza tecnológica, falta de integración de la telemonitorización a las redes sanitarias locales, menor interacción social, diversidad de dispositivos, entre otras 6
Los programas de rehabilitación cardíaca (PRC) se dividen en 4 fases. La primera o Fase O denominada Prehabilitación, está enfocada en la optimización de los pacientes previo a una cirugía cardíaca de forma ambulatoria; la Fase I durante el ingreso hospitalario orientada al tratamiento en pacientes con patología cardíaca aguda o crónica estable que precisen reacondicimiento físico. Seguidamente la Fase II o ambulatoria, orientada para el paciente que precise un PRC y en el que se requiera mejorar la capacidad funcional y la tolerancia al esfuerzo, habitualmente realizados en IC NYHA II – III y por último la Fase III o comunitaria planteada para la instrucción en estrategias para mantener niveles correctos y seguros de actividad física 5. La telerehabilitación se plantea como herramienta sobre todo en las dos últimas fases (II y III), proporcionando al paciente un instrumento más para el acceso y seguimiento de las pautas de ejercicio físico, de una forma supervisada y segura.
Nos encontramos ante la necesidad de buscar alternativas al PRC convencional supervisado en centros asistenciales, con la explosión de las nuevas tecnologías y el avance de la telemedicina, la supervisión/monitorización remota vía Mobile Health, permite crear un ambiente seguro y efectivo para los PRC en domicilio exclusivamente o modalidad híbrida, proporcionando una mayor facilidad de atención y seguimiento para pacientes en zonas rurales o con dificultades para al acceso a los centros sanitarios 7. Para la vigilancia del paciente de forma no presencial, se puede recurrir al uso de la telesupervisión del ejercicio físico, pero también el seguimiento de constantes detectadas o registradas en dispositivos móviles mediante el uso de aplicaciones 5,8