Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar Quinto Semestre Trabajo docente e innovación Aneli Galvan Cabral Ana Sofía Ramírez Casale
Una apuesta por el cambio Oficina Regional de Educacion para América Latina y el Caribe
Aportaciones innovadoras en formacion inicial de docentes Es frecuente que en la formación de maestros de educación infantil y primaria el eje organizador sea el proceso de adquisición de los elementos instrumentales por parte de los niños, dejando a las disciplinas como mero elemento organizador, mientras que en la formación de docentes de secundaria el peso recae en las disciplinas, relegándose la formación pedagógica a un segundo lugar, tanto en importancia como en distribución temporal. Se entiende por competencia el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes (conjunto de saber, saber-hacer y saber estar) ejercidos en un campo desde la experiencia humana y necesarios para tener un puesto. La formación basada en competencias pretende ser un enfoque integral que busca vincular el sector educativo con el productivo y elevar el potencial de los individuos, de cara a las transformaciones que sufre el mundo actual y la sociedad contemporánea. Concretamente se han establecido cuatro competencias fundamentales: la competencia personal, la competencia social, la competencia metodológica y la competencia de contenidos. Igualmente se plantean una serie de competencias transversales, las cuales se adquieren entrelazando las diferentes asignaturas y los proyectos escolares/extraescolares, etc. Las alumnas y los alumnos son competentes:
Si logran desarrollar sus capacidades para manejar una situación específica.
Si logran activar los conocimientos que tienen o aprovechar nuevas fuentes. Si entienden la lógica interna de un temario complejo. Si logran actuar utilizando capacidades adquiridas anteriormente. Si logran incorporar capacidades existentes.
El futuro docente aprende una teoría que posteriormente es aplicada en la práctica profesional. Esta concepción nace de la idea de que la “verdad” se encuentra en la teoría y, por lo tanto, en ésta debe ser trasladada a la práctica de la forma más fiel posible. Una enseñanza de calidad se desarrollaría simplemente mediante una correcta aplicación de la teoría, que es donde se encuentran las respuestas a las dificultades planteadas. Se entiende la práctica como un lugar de reflexión y análisis sobre los discursos y hechos que ocurren en el cotidiano educativo, así como de la reflexión teórica que se confronta con la realidad, para que el estudiante genere propuestas pedagógicas para cualificar su práctica pedagógica y la de sus pares. El programa optó por tres tipos de prácticas diferenciadas: 1. El primer tipo corresponde a las realizadas en el marco de los talleres, en donde el mundo escolar es un objeto de estudio. 2. El segundo tipo son las prácticas realizadas al interior de las didácticas, en donde el foco es el trabajo en aula, pero de manera muy especificada. 3. Por último, son las prácticas de la etapa culminatoria del tercer ciclo que consiste en una inserción plena en un centro educativo. En esta última se trabaja en torno a tres dimensiones, la primera referida a la planificación del trabajo escolar, la segunda a la gestión escolar o educativa y la tercera al trabajo de aula propiamente tal. La investigación educativa puede asumir tres roles en la formación docente. Por un lado, la investigación, en forma de metodología, como una materia en el currículo de formación docente para formar a docentes-investigadores. Por otro, a través del desarrollo de investigaciones por parte de los formadores de formadores (los profesores de los centros de formación docente) para mejorar su docencia y contribuir a la mejora de la educación; y, por último, la investigación como recurso didáctico en la formación de docentes. Es posible afirmar que la presencia de la investigación en los centros de formación de docentes es uno de los elementos definitorios de los centros de calidad.