Todo es posible. Patricia Torres Aguilar Ugarte

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Todo es posible

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Patricia Torres Aguilar Ugarte

El mundo es un espacio magnífico para expresarnos de una manera creativa, ser consecuente con aquello que surge en nuestro corazón y nos permite impulsarlo a través de la imaginación, intuición y emoción, en el “todo es posible”.

Antes de que me viera en este punto, me doy cuenta que el asunto no se trataba de derribar las barreras que no me permitían ir dentro de mí, ahí donde todo se gesta, ahí en donde el cambio y la innovación están en la mesa de la mente para crear nuevos mundos, rutas que parten de mi experiencia de vida y a partir de ahí ver el mundo de una manera diferente, con una nueva luz y con unos lentes tan coloridos como el arcoíris en una tarde de lluvia.

Al principio no es tan fácil el cambio, mi sensación en la mente y en el corazón era la de encontrarme a dos guardianes fieros y celosos que ni siquiera me permiten asomarme, defienden una serie de experiencias que se han quedado fijas en mí, los desayunos familiares en completo silencio, sin nada que decir; la escuela y sus tareas tan exigentes que desde pequeña me hicieron ver la vida con una carga de responsabilidad tan abrumadora a veces, uff!!; y de la que al ponerme de cabeza como cuando era niña me parece que cayera al suelo y se rompe en mil pedazos; unido al aislamiento emocional en el que mucho tiempo estuve y el que afortunadamente cayo para siempre, ya que en ocasiones se sentían como muros infranqueables.

Claro que después de insistir descubrí que la cosa es más sencilla de lo que parece, es tan simple como tomar la decisión de levantarme y caminar hacia un rumbo nuevo, a donde puede ser? Norte, sur, este, oeste, arriba abajo o al infinito, aquel que me permite ponerme de cabeza para plantearme nuevas visiones.

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Recuerdo como alguna vez me hablaron de los surrealistas y me encantaría hoy tener permanentemente esa mirada fresca que es capaz de sorprenderse del mundo y que a la vez permite crear nuevas lecturas de él, mucho más frescas y espontáneas de aquello que esta frente a nosotros.

Yo me imagino hoy de pie frente a la calle frente a mi casa, lista para dar los primeros pasos para decidir qué camino quiero seguir con la libertad que me da la vida, porque soy una mujer joven con la madurez de conquistar nuevos retos personales y profesionales todos permeados por una convicción espiritual profunda y ver como poco a poco todo se torna de un nuevo color.

Mi vestido empieza a iluminarse de un rojo intenso tanto como siente mi corazón con esa fuerza que te impulsa a ir hacia adelante, hacia lo que de verdad quieres en la vida , “Ser feliz”, el color tiñe mis zapatos, incluso mi cabello tiene una tonalidad suave de un rojo profundo. Soy roja como el cálido atardecer que toca el mar y se integra en él; soy madura como un durazno que está a punto de ser mordido.

Soy roja como la sangre caliente, espesa, llena de energía y vida, que camina lento inundando todo con su sensación, y dejando huella que no se puede borrar con su mancha intensa que penetra la tierra. Roja como un campo de rosas en botón que dan luz y color al combinarse con el paisaje verde y el cielo azul, es el toque de vida y la fuerza, la energía y el espíritu que nos da la vida.

Soy tan sensual como un vestido rojo que llama la atención a su paso y dice… ven, aquí estoy…que es difícil no verlo o fingir que no existe, ante

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el que las pasiones se desatan y el deseo está a flor de piel, a la luz del sol o en un entorno más privado explosivo y apasionado.

Regreso al punto en esa calle por caminar y me percato que mi atuendo se complementa con un suéter de color crema con unos brillantes en el cuello que me gusta mucho; mi pelo largo y abundante me pide ponerme una pañoleta que lo contenga para que de momento no vuele con el viento, como aquellas mujeres de película que viajaban en su descapotable. Cómoda y lista para el viaje que me espera, voy camino al aeropuerto en un coche con chofer; maneja un hombre maduro ya conocido, persona afable y tranquila, cuya conversación sobre la impermanencia me aporta siempre algo nuevo por descubrir, cambia, todo cambia es la conclusión que permea la renovación constante de nuestros estados de ánimo, nuestras acciones y aceptación desde el cambio climático hasta aspectos más trascendentales para cada persona.

Me da una gran confianza y seguridad de llegar rápido y bien a este destino inmediato y a la vez que conforme recorro estas calles parece interminable encontrarlo, damos vuelta a una esquina, paramos en un semáforo cualquiera y voy descubriendo que nuestra mirada matiza la realidad, le da orden, estructura, la juzga y la etiqueta a nuestra conveniencia, somos los constructores de maravillas y a su vez los grandes tiranos del mundo, todo conviviendo en un mismo planeta maravilloso que nos contiene y nos da vida física.

Sé que tú estás allá en un país lejano al otro lado del océano, tal vez sin percatarte conscientemente de mi llegada, estás en tu oficina revisando las cosas de todos los días, pendientes, entregas, reuniones y demás.

Aunque, un breve momento en medio del movimiento, algo muy dentro

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de ti se siente emocionado porque presidente el próximo encuentro, aquel que tendrá lugar en un sitio inesperado, al dar la vuelta a una esquina, saliendo de un café, en medio de un parque, lugar común en el que nuestras miradas se cruzarán y sabremos entonces que tenemos algo que decir, preguntar, hacer un chiste o ponernos rojos quien sabe por qué.

Es invierno como cada vez que he llegado y regresado a estas tierras maravillosas, a pisar ese suelo que me dice tanto de mi fuerza, de la libertad de crecer, de la expresión sublime de un espíritu que está en su elemento; estar en mi casa y sentir correr por mi sangre aquella vida que es la mía, estar ahí para quedarme una larga temporada y después viajar por el mundo contigo, a tu lado, apoyándonos y dándonos la libertad de emprender caminos propios, llenos de fuerza y amor, de poner en marcha mi experiencia y conocimientos sobre Arte y la Decoración que ayuden amuchas personas a encontrar estos elementos en su corazón y que puedan comunicarlos hacia fuera en un gran baile de libertad y expresión de los dones que el Universo o Dios nos han dado, eso me hace ten feliz y que juntos construyamos experiencias de amor que hagan explotar nuestros corazones al contactar con la luz divina del universo que todo lo puede.

Padre mío, acepto este regalo y me permito abrir los brazos para recibirlo, me comprometo a cuidarlo, a hacerlo crecer y multiplicarse en mi vida y en el de aquellas con las que hablo, veo y contacto. Poder disfrutar del amor de mi vida y poder dialogar con mis otros amores, el arte, el teatro, la literatura, la música, el canto y la arquitectura; musas que me acompañan y me permiten sentirme extasiada al contemplar las creaciones de otros seres humanos, a llorar profundamente al entrar en la Sagrada Familia y sentir tan profundamente a Gaudi en

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cada piedra que sustenta este edificio impresionante; sentirme plena al percibir la energía de la naturaleza contemplando el mar con los pies descalzos sintiendo el agua, la tierra, el viento y el sol en armonía conmigo; sublime al escuchar las composiciones de Mozart que te elevan el espíritu en un viaje más allá del tiempo y el espacio.

Estoy en el momento preciso para entregarme plenamente a esta expresión de amor que recorre todo mi cuerpo y que diluye cualquier otra experiencia previa en mi vida, me encanta sentirme amada, amar tan profunda e intensamente como Dios lo hace, así acercarme más a la unidad del universo que todo lo contiene y en la que decido estar, dar, fluir en su energía creativa para expresar todo mi potencial humano en comunión con todos. Vamos hagámoslo juntos. Libera tu mente, todo es posible.

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