Año 01, julio agosto 2015

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Año 01, Número 02, Julio - Agosto 2015

IN MEMORIAM Alejandra Sánchez

(25 de Enero 1980 Cd. Cuauhtémoc, Chih. - 11 de Julio 2010, Chihuahua, Chih.)


Año 01, Número 02, Julio - Agosto 2015

En esta edición... Terminal Norte | Despertar ° Katya Galán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tercera Oculus | Ale ° Mónica Solís . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuarta IN MEMORIAM | Tus ojos, mis ojos, el amor ° Martha Solís . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Quinta En lo que te tomas un café | Diálogo entre Mariposa y Hormiga ° Adriana Ramírez Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sexta Garabatos |Transportes ° Adrián . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Octava Un cuento | Barba Azul ° Clarisa Pinkola Estés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Novena La Vaca Poeta p r e s e n t a | Soliloquio ° Fabiola Terrazas . . . . . . . . . . . . . . Décimo quinta Le entrevista | Víctor Hugo Castillo: Permanecer como el agua, cambiar como la corriente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Décimo octava Terminal Sur | La luna que buscaba ° Raúl Mauricio Gómez . . . . . . . . . . . . Vigésimo cuarta

EDITORIAL

~o~

Queremos dedicar esta segunda edición a nuestra compañera y amiga Alejandra Sánchez Solís, guerrera incansable quien, con su optimismo y alegría compartió con nosotros los años despreocupados de la universidad. (Siempre estarás en nuestros corazones.) También queremos dedicarla a su madre, la señora Martha Solís a quien admiramos profundamente por su fortaleza y por el gran amor a su familia.

Es por ello que en esta edición aparte de un hermoso cuento enviado desde Colombia por el novel escritor Raúl Mauricio, el relato Despertar de Katya Galán, el poema Soliloquio de Fabiola Terrazas y mientras se toman un café y disfrutan del Diálogo entre Mariposa y Hormiga, podrán también deleitarse con el homenaje que le hacen las señoras Martha y Mónica Solís (madre y tía) a Alejandra Sánchez Solís (1980-2010). DEP querida amiga, hija, hermana y compañera.

Realización Colectivo La Mariposa | Edición Tintero Editores Dirección editorial Martha Cecilia Soto Dirección administrativa Perla L. Zaragoza


tercera | terminal norte

S

Despertar Por Katya Galán Uribe

Huelo el café y escucho el sonido del ventilador. Abro los ojos, la veo a mi lado levantando el torso. Su silueta contrasta con la luz aún tenue que entra por la ventana. La cabellera negra, revuelta, le cae sobre el camisón que deja entrever la espalda demasiado delgada, aún para el cuerpo de una niña. Cierro rápidamente los ojos. Me cubro la cara con la sabana. La respiración agitada me ahoga debajo de las cobijas, necesito aire. Poco a poco salgo de mi escondite y abro de nuevo los ojos. No hay nadie. Me levanto y, de un salto, llego hasta la ventana. Con el corazón acelerado corro un poco la cortina. Está muy nublado y busco con la mirada. Entonces la veo a lo lejos caminar descalza hasta salir del alcance de mi visión.

~o~ Katya Galán. (Chihuahua, Chih. ) Es gestora cultural y escritora de cuentos. Ha trabajado en diversos proyectos culturales impulsando y fomentando la lectura y escritura infantil.

Si deseas colaborar en EL TINTERO DE LA MARIPOSA, envíanos tus cuentos a: colectivolamariposa@gmail.com y tus poemas a lavacapoeta@gmail.com; con las siguientes características: Terminal Norte / Terminal Sur: Relatos de viajes, encuentros, desencuentros, caminantes, viajeros, despedidas... Máximo 500 palabras. En lo que te tomas un café: Tema libre, no más de 300 palabras. La Vaca Poeta P R E S E N T A: Poesía, máximo 25 versos. Tema libre. Garabatos: Imágenes, Ilustraciones, fotografías (800x1280px) / Microrelatos 300 palabras máximo; niños de 5 a 12 años.


cuarta

Ilustración de portada: Ale Autor: Mónica Solís Técnica: Lápiz sobre papel Ciudad: Cuauhtémoc, Chih., México. Para colaborar en OCULUS:

Envíamos tus imágenes, fotografías, ilustraciones o pinturas en cualquier técnica, en formato digital con las siguientes características (800x1280 px) con calidad para ser publicada y perfecto encuadre. No olvides agregar los datos: Título de la obra, Autor, Ciudad desde la que nos envía la obra, Técnica con la que fue creada y de ser posible agrega una reseña no mayor de 100 palabras en la que nos cuentes porqué te gusta pintar, diseñar, dibujar o fotografiar.


IN MEMORIAM Alejandra Sánchez (25 de Enero 1980, Cd. Cuauhtémoc, Chih. - 11 de Julio 2010, Chihuahua, Chih.)

Tus ojos, mis ojos, el amor

Para Ale: Al ver tus hermosos ojos, descubro la grandeza del creador, niña hermosa, tu mirada dulce, tu sonrisa inocente, tu caricia suave. Pareces sacada de un tierno cuento. Quisiera que nada ni nadie quebrantara tu gentileza, rompiera esa sonrisa pura, hermosa y esa mirada transparente, en la cual se refleja el amor. El tiempo pasa, rápido e imperdonable y en tu mirada picara descubro que vas creciendo, que la adolescencia ha llegado a tu vida, tu mirada inquieta y tu sonrisa rebosante de alegría, con un mundo de ilusiones y promesas, planes y futuro. Tus ojos cambian, los veo llenos de lágrimas y angustia, la vida te ha arrebatado un corazón hermano, tu mirada se trasnforma para siempre, tu sonrisa tiene dolor y de tus ojos sigue pendiendo el desconsuelo, el futuro pasa frente a tu mirada melancólica. Esa tristeza la ocultas, sólo El Creador y quien te conoce la descubre. Tú sabes escuchar y ver, con esa mirada consuelas, amas a todos los que te rodean, los llenas de alegría y consuelo, tu gran misión. De pronto, un día, alguien se encuentra con tu mirada, de tus ojos se desvanece la tristeza tras esas chispas de luz, se trasforma, tiene un toque de alegría, la felicidad se descubre en ella. Una tarde, mi mirada descubre en tus ojos una tristeza, el desencanto de la traición, de nuevo te arrebatan el corazón amado ¡Haz sido muy valiente! Con un corazón destrozado, con una mirada repleta de dolor, entregas a la vida, ese gran amor. Tu mirada comienza a quebrantarse, tu salud es débil y se rompe, ya no vuelves a ser igual, de nuevo esos ojos llenos de desolación, la mirada de mi reina sufre, llora, llena de desasosiego, de no saber lo que sucede. La vida la ha rebasado. Sus ojos se cierran al mundo y regresan a su creador Mis ojos lloran tu ausencia y descubro lo grande que es el amor, tus ojos hoy miran a Dios, esa chispa de tus ojos, que un día yo ame, esa sonrisa grandiosa y pura que yo disfrute, en la cual sentí el gran amor de nuestro creador, estás a su lado y ya no habrá angustia ni dolor, tu mirada pura le pertenece al Señor, al inspirador del gran amor. Martha Solís


Diálogo entre Mariposa y Hormiga Adriana Ramírez Caballero

Durante un día de viento fuerte Hormiga se encontraba trabajando como siempre, acarreando comida al hormiguero y cuidando de que no se le cayera ni una migaja por más minúscula que esta fuera. De pronto, notó que una mariposa amarilla se aferraba desesperadamente a una pequeña roca sobre el jardín, le llamó la atención su gran sombra que le tapaba la luz. -¿Qué pasa Mariposa? ¿por qué te aferras al suelo? -El aire está terrible, me volaría si me soltase. -Deberías aprovechar tus alas y volar lejos, a un lugar apartado, dejar la tierra que siempre exige trabajo duro. -Pero me perdería como las hojas de los árboles. -Si yo tuviera alas, dejaría esta vida y no acarrearía comida todo el verano. -Pero estarías solo como yo, tú tienes a la colonia. -Tú tienes libertad, anda suéltate. Con sus patas aferradas a la roca y sus alas siendo violentamente sacudidas por el viento, Mariposa luchaba por mantenerse estable y unida a la tierra. Hormiga en su afán de ayudar a Mariposa, soltó las patitas de ésta de la roca provocando que fuera devorada por la vorágine de viento y polvo que destrozó sus alas. -Al fin pudo ser libre- dijo Hormiga un una migaja de galleta entre sus tenazas. oo°0°oo

Adriana Ramírez Caballero. Nació en Chihuahua, Chih. en 1991. oo°0°oo


El Tintero de la Mariposa es una publicaci贸n bimestral, editada por Tintero Editores y producida por Colectivo La Mariposa, con la finalidad de promover globalmente a los nuevos valores de la literatura juvenil. Los Derechos de los cuentos y poemas, pertenencen a sus autores y es necesario contar con el permiso expl铆cito de ellos para su uso o reproducci贸n parcial o total. El contenido de los anuncios es responsabilidad de sus anunciantes y no del editor. Para anunciarse en la revista: colectivolamariposa@gmail.com, (614) 235.89.11


octava

Autobús Gis sobre cartoncillo negro

Tren Rotulador sobre papel Autor: Adrián Nació en Chihuahua, Chih., el 10 de Julio del 2008, Va a segundo grado de primaria.



décima | un cuento

Barba Azul Hay un trozo de barba que se conserva en el convento de las monjas blancas de las lejanas montañas. Nadie sabe cómo llegó al convento. Algunos dicen que fueron las monjas que enterraron lo que quedaba de su cuerpo, pues nadie más quería tocarlo. La razón de que las monjas conservaran semejante reliquia se desconoce, pero se trata de un hecho cierto. La amiga de mi amiga la ha visto con sus propios ojos. Dice que la barba es de color azul, añil para ser más exactos. Es tan azul como el oscuro hielo del lago, tan azul como la sombra de un agujero de noche. La barba la llevaba hace tiempo uno que, según dicen, era un mago frustrado, un gigante muy aficionado a las mujeres, un hombre llamado Barba Azul. Dicen que cortejó a tres hermanas al mismo tiempo. Pero a ellas les daba miedo su extraña barba de tono azulado y se escondían cuando iba a verlas. En un intento de convencerlas de su amabilidad, las invitó a dar un paseo por el bosque. Se presentó con unos caballos adornados con cascabeles y cintas carmesí. Sentó a las hermanas y a su madre en las sillas de los caballos y los cinco se alejaron a medio galope hacia el bosque. Pasaron un día maravilloso cabalgando mientras los pe--rros que los acompañaban corrían a su lado y por delante de ellos. Más tarde se detuvieron bajo un árbol gigantesco y Barba Azul deleitó a sus invitadas con unas historias deliciosas y las obsequió con manjares exquisitos. Las hermanas empezaron a pensar “Bueno, a lo mejor, este Barba Azul no es tan malo como parece”. Regresaron a casa comentando animadamente lo interesante que había sido la jornada y lo bien que se lo habían pasado. Sin embargo, las sospechas y los temores de las dos hermanas mayores no se disiparon, por lo que éstas decidieron no volver a ver a Barba Azul. En cambio, la hermana menor pensó que un hombre tan encantador no podía ser malo. Cuanto más trataba de convencerse, tanto menos horrible te parecía aquel hombre y tanto menos azul le parecía su barba. Por consiguiente, cuando Barba Azul pidió su mano, ella aceptó. Pensó mucho en la proposición y le pareció que se iba a casar con un hombre muy elegante. Así pues, se casaron y se fueron, al castillo que el marido tenía en el bosque. Un día él le dijo: —Tengo que ausentarme durante algún tiempo. Si quieres, invita a tu familia a venir aquí. Puedes cabalgar por el bosque, ordenar a los cocineros que preparen un festín, puedes hacer lo que te apetezca y todo lo que desee tu corazón. Es más, aquí tienes mi llavero. Puedes abrir todas las puertas que quieras, las de las despensas, las de los cuartos del dinero, cualquier puerta del castillo, pero no utilices la llavecita que tiene estos adornos encima. La esposa contestó: —Me parece muy bien, haré lo que tú me pides. Vete tranquilo, mi querido esposo, y no tardes en regresar. Así pues, él se fue y ella se quedó. Sus hermanas fueron a visitarla y, como cual-


Barba Azul décimo primera | un cuento

quier persona en su lugar, tuvieron curiosidad por saber qué quería el amo que se hiciera en su ausencia. La joven esposa se lo dijo alegremente. —Dice que podemos hacer lo que queramos y entrar en cualquier estancia que deseemos menos en una. Pero no sé cuál es. Tengo una llave, pero no sé a qué puerta corresponde. Las hermanas decidieron convertir en un juego la tarea de descubrir a qué puerta correspondía la llave. El castillo tenía tres pisos de altura con cien puertas en cada ala y, como había muchas llaves en el llavero, las hermanas fueron de puerta en puerta y se divirtieron muchísimo abriendo las puertas. Detrás de una puerta estaban las despensas de la cocina; detrás de otra, los cuartos donde se guardaba el dinero. Había toda suerte de riquezas y todo les parecía cada vez más Prodigioso. Al final, tras haber visto tantas maravillas, llegaron al sótano y, al fondo de un pasillo, se encontraron con una pared desnuda. Estudiaron desconcertadas la última llave, la de los adornos encima. —A lo mejor, esta llave no encaja en ningún sitio. Mientras lo decían, oyeron un extraño ruido... “errrrrrrrr”. Asomaron la cabeza por la esquina y, ¡oh, prodigio!, vieron una puertecita que se estaba cerrando. Cuando trataron de volver abrirla, descubrieron que estaba firmemente cerrada con llave. Una de las hermanas gritó: —¡Hermana, hermana, trae la llave! Ésta debe de ser la puerta de la misteriosa llavecita. Sin pensarlo, una de las hermanas introdujo la llave en la cerradura y la hizo girar. La cerradura chirrió y la puerta se abrió, pero dentro estaba todo tan oscuro que no se veía nada. —Hermana, hermana, trae una vela. Encendieron una vela, contemplaron el interior de la estancia y las tres lanzaron un grito al unísono, pues dentro había un lodazal de sangre, por el suelo estaban diseminados los ennegrecidos huesos de unos cadáveres y en los rincones se veían unas calaveras amontonadas cual si fueran pirámides de manzanas. Volvieron a cerrar la puerta de golpe, sacaron la llave de la cerradura y se apoyaron la una contra la otra, jadeando y respirando afanosamente. ¡Dios mío! ¡Dios mío! La esposa contempló la llave y vio que estaba manchada de sangre. Horrorizada, intentó limpiarla con la falda de su vestido, pero la sangre no se iba. —¡Oh, no! —gritó. Cada una de sus hermanas tomó la llavecita y trató de limpiarla, pero no lo consiguió. La esposa se guardó la llavecita en el bolsillo y corrió a la cocina. Al llegar allí, vio que su vestido blanco estaba manchado de rojo desde el bolsillo hasta el dobladillo, pues la llave estaba llorando lentamente gotas de sangre de color rojo oscuro.


Barba Azul décimo segunda | un cuento

—Rápido, dame un poco de crin de caballo —le ordenó a la cocinera. Frotó la llave, pero ésta no dejaba de sangrar. De la llavecita brotaban gotas y más gotas de pura sangre roja. La sacó fuera, la cubrió con ceniza de la cocina y la frotó enérgicamente. La acercó al calor para chamuscarla. La cubrió con telarañas para restañar la sangre, pero nada podía impedir aquel llanto. —¿Qué voy a hacer? —gritó entre sollozos—. Ya lo sé. Esconderé la llavecita. La esconderé en el armarlo de la ropa. Cerraré la puerta. Esto es una pesadilla. Todo se arreglará. Y eso fue lo que hizo. El esposo regresó justo a la mañana siguiente, entró en el castillo y llamó a la esposa. —¿Y bien? ¿Qué tal ha ido todo en mi ausencia? —Ha ido todo muy bien, mi señor. —¿Cómo están mis despensas? —preguntó el esposo con voz de trueno. —Muy bien, mi señor. —¿Y los cuartos del dinero? —rugió el esposo. —Los cuartos del dinero están muy bien, mi señor. —O sea que todo está bien, ¿no es cierto, esposa mía? —Sí, todo está bien. —En tal caso —dijo el esposo en voz baja—, será mejor que me devuelvas las llaves. —Le bastó un solo vistazo para darse cuenta de que faltaba una llave— . ¿Dónde está la llave más pequeña? —La... la he perdido. Sí, la he perdido. Salí a pasear a caballo, se me cayó el llavero y debí de perder una llave. —¿Qué hiciste con ella, mujer? —No... no... me acuerdo. —¡No me mientas! ¡Dime qué hiciste con la llave! —El esposo le acercó una mano al rostro como si quisiera acariciarle la mejilla, pero, en su lugar, la agarró por el cabello—. ¡Esposa infiel! —gritó, arrojándola al suelo—. Has estado en la habitación, ¿verdad? Abrió el armarlo ropero y vio que de la llavecita colocada en el estante superior había manado sangre roja que manchaba todos los preciosos vestidos de seda que estaban colgados debajo. —Pues ahora te toca a ti, señora mía —gritó, y llevándola a rastras por el pasillo bajó con ella al sótano hasta llegar a la terrible puerta. Barba Azul se limitó a mirar la puerta con sus fieros ojos y ésta se abrió. Allí estaban los esqueletos de todas sus anteriores esposas. —¡¡¡Ahora!!! —bramó. Pero ella se agarró al marco de la puerta y le suplicó:


Barba Azul décimo tercera | un cuento

—¡Por favor! Te ruego que me permitas serenarme y prepararme para mi muerte. Dame un cuarto de hora antes de quitarme la vida para que pueda quedar en paz con Dios. —Muy bien —rezongó el esposo—, te doy un cuarto de hora, pero procura estar preparada. La esposa corrió a su cámara del piso de arriba y pidió a sus hermanas que salieran a lo alto de las murallas del castillo. Después se arrodilló para rezar, pero, en su lugar, llamó a sus hermanas. —¡Hermanas, hermanas! ¿Veis venir a nuestros hermanos? —No vemos nada en la vasta llanura. A cada momento preguntaba: —¡Hermanas, hermanas! ¿Veis venir a nuestros hermanos? —Vemos un torbellino, puede que sea una polvareda. Entretanto, Barba Azul ordenó a gritos a su mujer que bajara al sótano para decapitarla. Ella volvió a preguntar: —¡Hermanas, hermanas! ¿Veis venir a nuestros hermanos? Barba Azul volvió a llamar a gritos a su mujer y empezó a subir ruidosamente los peldaños de piedra. Las hermanas contestaron: —¡Sí, los vemos! Nuestros hermanos están aquí y acaban de entrar en el castillo. Barba Azul avanzó por el pasillo en dirección a la cámara de su esposa. —Vengo a buscarte —rugió. Sus pisadas eran muy fuertes, tanto que las piedras del pasillo se desprendieron y la arena de la argamasa cayó al suelo. Mientras Barba Azul entraba pesadamente en la estancia con las manos extendidas para agarrarla, los hermanos penetraron al galope en el castillo e irrumpieron en la estancia. Desde allí obligaron a Barba Azul a salir al parapeto, se acercaron a él con las espadas desenvainadas, empezaron a dar tajos a diestro y siniestro, lo derribaron al suelo y, al final, lo mataron, de) ando su sangre y sus despojos para los buitres.

Versión de la Dra. Clarisa Pinkola Estés. Psicoanalista junguiana internacionalmente reconocida como especialista, poeta, contadora y guardiana de antiguos cuentos de la tradición latinoamericana.



presenta

Soliloquio Fabiola Terrazas


Soliloquio Eres sombra, hierro, signo candente marcado en la piel. Me cazas, oculto entre las sombras. ¿Acaso ese brillo amenazador dejará de acechar en mis sueños? Deseo con la legua de sal, los dedos serpiente fríos. Se deslizan abriendo surcos cada vez más largos y profundos deslizándose suavemente entre mis oquedades. Sólo la noche puede darme descanso desde el sarcófago satinado dedos fríos, ateridos de desearte. No existe luz posible, en el beso esperpento se selló el pacto. Caes certero. Saeta precisa. Mientras el cálido torrente inunda el hueco que es mi vientre. Te espera: Ceniza.

oo°0°oo

Fabiola Terrazas (Chihuahua, 1978) Bibliotecaria, en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Publicó en el 2008 en la desaparecida revista La línea del Cosmonauta y participó con poemas en el Tercer Encuentro Sanmillano (2011). Ha participado dando conferencias sobre el fomento a la lectura (2013, UAEH) y hasta el 2013 fue colaboradora de un Club de Lectura institucional en colaboración con el Instituto Chihuahuense de la Cultura. Hasta la fecha, escribe en el blog Apocatástasis, bajo el pseudónimo de Palomilla Apocatastásica.



décimo octava| la entrevista

Víctor Castillo:

Permanecer como el agua, cambiar

como la corriente “No puede haber reflexión si siempre estamos en transición”, afirma el guitarrista y compositor Víctor Castillo, en una entrevista exclusiva para el Tintero de La Mariposa en la que aborda el tema del cambio y la permanencia: dos palabras que a su juicio, lo definen como persona y como artista.

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS M A R T H A C E C I L I A S O T O


décimo cuarta | la entrevista

- Víctor ¿Cómo supiste que querías ser músico? - “Porque no quería ser pintor ni bailarín...” Cuenta la leyenda que una antigua provincia romana de la edad media vivía aterrorizada por un dragón que sólo se tranquilizaba mediante el sacrificio de los pobladores que le ofrendaban la vida de uno de sus habitantes. Todos los días se realizaba un sorteo y en cierta ocasión, tocó la mala suerte a la hija del rey, una mujer joven y bella admirada por todos los pobladores de la región, quienes ofrecieron reemplazar a la princesa para no ver el sufrimiento de su rey, no obstante, el monarca supo que debía cumplir con su deber por lo que no aceptó la oferta de sus súbditos. La princesa abandonó la ciudad y se dirigió con rumbo a su destino, en el camino encontró, montado en un caballo blanco, a un joven caballero que se ofreció para acompañarla y salvarla a ella y al pueblo de su terrible suerte. Se dice que el nombre del valiente caballero era George (Jorge). George se enfrentó al dragón, libraron una terrible batalla hasta que el caballero le incrustó una gran lanza al dragón en el ojo. De la sangre que derramó el dragón nació un hermoso rosal que el joven guerrero entregó a la princesa después de haberle ganado a la bestia. ~*~ DATOS DE LA PINTURA. Fuente: Wikipedia. SAN JORGE Y EL DRAGÓN / Autor: Rafael Sanzio, 1504-1506 / Técnica: Óleo sobre madera / Periodo: Renacimiento / Dimensiones: 28.5 cm × 21.5 cm. Localización actual: Galería Nacional de Arte, Washington DC, Estados Unidos.


décimo quinta | la entrevista

Sobre esa leyenda, inspirada por el Santo Patrono de Inglaterra, existe una pintura creada entre 1504 y 1506 por el artista del Alto Renacimiento, Rafael Sanzio, SAN JORGE Y EL DRAGÓN y fue precisamente cuando vio por primera vez esa pintura que Víctor Hugo Castillo Jurado supo que no sería… que no podría ser pintor. Todo comenzó cuanto entró al bachillerato y tuvo que elegir una entre varias materias paraescolares: danza folklórica, pintura o guitarra; de antemano sabía que la danza no era para él y que la pintura sería muy difícil pues, desde que vio por primera vez esa obra de Rafael, había entendido que era muy susceptible ante la imagen, por lo que encontró en la música un punto de equilibrio que hasta la fecha lo han mantenido con los pies en la tierra y la mirada en el cielo. Hoy, un par de décadas más tarde, ya casado y con un hijo, siendo catedrático de la Facultad de Artes, Víctor tiene la posibilidad de transmitir la belleza de la música por varios medios: en primer lugar, a través de lo que él mismo compone y en segundo lugar a través de la enseñanza, por lo que no podemos dejar de preguntarle: ¿Cómo es posible que los jóvenes descubran el arte? ¿Cómo el arte puede ayudarnos a ser mejores personas? ¿De qué forma podremos superar esta etapa de cambios tan acelerados sin que esto nos perjudique demasiado? “Yo creo que los jóvenes se pueden acercar al arte por medio de la generación que los antecede, o sea, por nosotros y quienes tenemos un camino recorrido y nos dedicamos al arte, debemos tener plena conciencia de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos al transmitir algo que valga la pena para ellos”, responde el guitarrista. Con respecto a la rapidez de los cambios actuales, Víctor cita al sociólogo Polaco Zygmunt Bauman cuando dice que entre más información y a la velocidad a la que se presenta actualmente, hay menos posibilidades de que podamos asimilarla y aunado a ello hay que considerar que información no es sinónimo de conocimiento, aunque como sociedad tengamos y produzcamos grandes cantidades de información no necesariamente poseemos


décimo sexta | la entrevista

conocimiento ya que éste se da hasta que entran en juego las variables de experiencia y apropiación. Aunque, aclara Víctor, “hablar de conocimiento es algo muy amplio; lo que sí es cierto es que las dos nociones: información y conocimiento, no son antagónicas pero tampoco son sinónimo ni una necesariamente desemboca en la otra, eso es claro”. Los medios de comunicación, agrega, “son una excelente herramienta pero también han propiciado el relajamiento en la disciplina; para que haya conocimiento tiene que haber disciplina, si no hay un momento en el que te puedas estacionar y reflexionar sobre lo que has aprendido por medio de la información recibida no podemos pasar al siguiente paso llamado transición o cambio que es precisamente una de las palabras que yo siento que me identifican”. Permanencia y cambio, son justo las dos palabras de las que este músico chihuahuense nos habla, “Como decía María Zambrano, la permanencia nos permite corroborar qué hemos logrado hasta un determinado momento y el cambio nos permite salir de ese estadio, de esa permanencia”; en términos aplicables a la sociedad, Castillo Jurado, dice que podríamos traducirlos como “tradición-innovación”. Para explicarnos este punto, Víctor Castillo menciona al filósofo francés Jean-François Lyotard y dice que “la sociedad está muy fastidiada de la modernidad; está cansada de dogmas, de tradiciones, de cosas establecidas y la gente por ir a la contraria se deja llevar por el constante fluir, se entrega a la transición, pero corremos el peligro de que si no nos detenemos y si no reflexionamos sobre lo que hemos logrado y entonces tenemos todo pero en realidad no tenemos nada”. “Es algo que podemos ver a diario ¿por qué la gente ya no saluda? Porque


décimo séptima | la entrevista

no tiene tiempo y se entiende porque el ritmo que nos marca la sociedad actual es muy acelerado”, agrega. Víctor cuestiona ¿qué peligros trae transitar cada vez a mayor velocidad?, la respuesta es que ya es más cotidiano cambiar que permanecer, para nuestros padres y nuestros abuelos lo que permanecía y lo que mantenía la cohesión social era la tradición mientras que en nuestros días, el que no cambia, está fuera, no forma parte ni de la sociedad ni de la cotidianeidad. Pero entonces ¿qué pueden hacer quienes se dedican al arte? “Enfatizar estas dos caras de la moneda: la permanencia y el cambio; la tradición y la innovación. Yo critico a quienes en el arte practican la innovación sólo por la innovación porque como artistas queremos influir en una sociedad en constante cambio y nosotros caemos en esa inercia, no somos factor de cambio; no está en el arte ser la panacea, pero podemos poner nuestro granito de arena”, responde. Finalmente, nos deja una última reflexión: “¿Hasta qué punto es sana la vanguardia? Hasta el momento en el que no ignore a la tradición, el punto de partida ¿Hasta qué punto es sana la permanencia? Hasta el punto que no neguemos que hay una necesidad de cambio… como si fuéramos un río; hay un punto de partida, un punto de llegada, hay un fluir pero también hay remansos en los que el agua se queda un rato no porque se estanque ya que siempre hay una corriente que empuja siempre; es necesario el flujo, pero también necesitamos momentos para reflexionar, no hay reflexión si siempre estamos en transición”, finaliza.


vigĂŠsima | terminal sur

Relatos de ida y atleuv


La luna

que buscaba

Ra煤l Mauricio G贸mez Colombia


vigésimo quinta | terminal sur Relatos de ida y atleuv

La luna

que buscaba

Raúl Mauricio Gómez

La noche los encontraba en los muros apartados, con la mirada puesta en la hermosa luna, era evidente que estaba cansada de sólo buscar algo diferente que esconderse detrás de las nubes o tener una variedad de intensidades; se trataba de que los seres que acompañaba de esa manera no pensaban, sólo hacían las cosas, aunque algunos de ellos también buscaban, en esa noche que estaba justo como la historia cuenta, con una luna, observando hacia el cielo en el lugar donde espejismos no eran otra cosa que un claro oscuro de ilusión de luna, porque para ella no era fácil aparecer cada noche, aparentando que no pasaba nada, reflejando un rayo celeste que iluminaba esta tierra de la cual era apenas un satélite, algo diferente. Una luna sumisa con poder para intimar con las personas, con las vidas importantes, una gran responsabilidad era, porque desde tiempos ancestrales observaban su aspecto tan simple, cuando pensaron que era un dios; por eso cuando notaban su ausencia, una soledad absoluta los invadía, pero entendían que era una luna que buscaba, siempre estaba pasando por tantos lugares, para observar la vida de todos, saber o pensar, ignorar. Iluminaba así mismo los pasos agradecidos de los que viajaban por alguna clase de ruta noctámbula, resplandecía sobre las calles de este pueblo donde no había luces, sólo una luna que más tarde pasó, y parecía que andaba buscando algo; pero nadie supo nada porque el agua del río reflejaba ese brillo en el cielo iluminado, causando una tormenta impredecible de luces que alumbraban el cielo. Las noches siguientes la esperaron pero no apareció; pensaron que estaba escondida detrás de las nubes, pero no estaba esa vez como antes adornando el cielo, en ese momento todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo, momento en que las nubes se apartaron completamente para tratar de encontrar esa luna luminosa que les daba un resplandor único, pero que al parecer se marchó a un lugar distante, la gente la observó cuando pasaba, y con un gesto le dieron la despedida, porque siempre echarían de menos esta luna, que se había escapado una noche, pero que en los sueños de todos siempre estaría.


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