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Como de cuento
El jardín de Villa Passalacqua, con sus fuentes históricas y su piscina con vistas al lago de Como, fue restaurado originalmente por Emilio Trabella, el famoso arquitecto paisajista y botánico. El parque, salpicado de árboles centenarios, tiene una superficie de alrededor de seis hectáreas, con diez terrazas que descienden desde la villa hasta el agua.
ecos y melodías familiares. De vigas centenarias que cuentan historias, de túneles subterráneos que susurran secretos. La verdad es que Villa Passalacqua tiene un pasado tan poderoso que es imposible no sentir su presencia y vibrar. Construida en Moltrasio, en terrenos que originalmente eran propiedad del Papa Inocencio XI, fue vendida en 1787 al conde Andrea Lucini Passalacqua, quien, con el arquitecto suizo Felice Soave y el diseñador Giocondo Albertolli, hizo realidad su sueño de crear una de las mayores residencias del lago de Como. Así solía ser en aquella época: si tenías una buena posición económica, era inevitable comprar una hermosa casa en la que recibir a ilustres invitados y practicar el otium durante todo el verano, en unas vacaciones a la italiana. A lo largo de los siglos, esta villa ha acogido a mentes brillantes del mundo de la música, la literatura, el
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La Sala Ovale, una de las zonas comunes de la villa. A la dcha., la escalera de caracol de la entrada del Palazz, con una araña Fortuny diseñada especialmente para el espacio. Abajo, en la Sala delle Dame, araña de follaje de bronce realizada por Bronzetto a partir de un diseño de la familia De Santis.
“DESCUBRIMOS POR CASUALIDAD QUE LA VILLA SE SUBASTABA. SIGLOS DESPUÉS, POR FIN, HA REGRESADO A UNA FAMILIA DE COMO“. VALENTINA DE SANTIS
A la dcha., vajilla antigua y cerámica de la colección familiar en la Sala delle Dame. Abajo, detalle del dormitorio de la suite Bellini, la más grande del lago de Como, dedicada al compositor. Abajo, el antiguo invernadero. Los faroles fueron realizados por Bronzetto a partir de un diseño de la familia De Santis.
En la otra página, el lujoso baño de la suite Beatrice, situada en la villa principal, y detalle de una de las habitaciones del Palazz, con paredes de damasco pintadas a mano con la técnica del estarcido. Abajo, para la zona de la piscina, se utilizó Serpentino, una piedra local de color gris verdoso. Las telas de las tumbonas y las sombrillas (diseñadas por los De Santis) llevan la firma de JJ Martin, de La DoubleJ. La villa incluye una pista de tenis, un gimnasio al aire libre y un amarre privado para barcos.
arte y la política. Aquí estuvo Napoleón Bonaparte sentenciando en el salón imperial, Winston Churchill filosofando en el huerto y el poeta Carlo Porta paseando por el inmenso jardín. En 1829 Vincenzo Bellini vivió y compuso las óperas Norma y La Sonnambula. Ahora que se ha convertido en un hotel, los nombres de las suites —24 en total, repartidas en tres edificios diferentes—le rinden homenaje. Valentina De Santis, junto a Paolo y Antonella (una familia de empresarios hoteleros, antiguos propietarios del emblemático Grand Hotel Tremezzo) está devolviendo la vida a esta increíble mansión. "En otoño de 2018 descubrimos que la villa se subastaba. Fue un milagro que consiguiéramos comprarla. Siglos después, por fin ha regresado a una familia de Como". En la primera fase del proyecto confiaron en el estudio BAMO, encargándose el estudio Venelli Kramer de la parte estructural. "Passalacqua es un monumento cultural. Entramos con respeto, casi de puntillas, a su historia. Fue como restaurar nuestra casa". El edificio principal es la Villa, decorada con frescos barrocos. Luego está el Palazz —en lo que antes eran las caballerizas— con suites decoradas con vigas centenarias y telas de Fortuny. El Balneario se levanta donde estaban los pesebres de las vacas, mientras que más cerca de la orilla, construida entre los años cincuenta y sesenta, se encuentra la Casa del Lago, que cuenta con un jardín privado y un comedor con chimenea en todas las habitaciones. "Para los tejidos recurrimos a Rubelli, que supo crear la combinación perfecta con la paleta de cada espacio", explica Valentina. "Trabajamos con Venini y Barovier & Toso, que diseñaron piezas a medida, como la preciosa araña de la Sala de Música, de cristal de Murano soplado de casi seis metros de altura. Los baños cuentan con más de veinte mármoles italianos procedentes de las canteras de Verona y Carrara. Lo mejor son los paseos vespertinos entre las fuentes y los árboles centenarios, en la rosaleda, el huerto o la piscina rodeada de vegetación. Esta zona, con un jardín de invierno, es obra del ecléctico JJ Martin: los motivos de peces —inspirados en el escudo de Passalacqua— se mezclan con los históricos estampados de flores de Mantero que colorean las sombrillas de estilo vintage. El sueño de la familia De Santis era recuperar la esencia de las lujosas vacaciones de antaño en el lago de Como. "Intentamos pensar ¿cómo lo hubiera hecho el conde? ¿Qué servicios podemos ofrecer a los huéspedes? Todos los posibles: desde fresas silvestres recién recogidas hasta huevos frescos traídos a la mesa directamente desde el gallinero... El Conde Passalacqua estaría