Idea para una instalación: en una pared blanca matar, estampándolos contra la pintura, distintos insectos (nada muy raro: moscas, mosquitos, arañas, polillas…) y escribir, al lado del cadáver, la fecha y hora de su muerte junto con un pequeño epitafio “estándar” del tipo “aquí reposa mi querido esposo”, “no descansa en paz” o “su final estaba escrito” o, mejor, con epitafios de muertos célebres, como “Disculpe que no me levante” (Groucho Marx), “En contra tuya volaré con mi cuerpo invencible e inamovible, ¡oh muerte!” (Virginia Woolf) o “A Castilla y León, nuevo mundo dio Colón” (Cristóbal Colón).