VEO Arte, Cine & Libros
#02 REGAZZONI ADRIAN CAETANO PERROS HEROES A単o 1 Nro. 2 Marzo/Abril 2007 Argentina $12
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Staff
Editorial A
Dirección General Manuel González Montalvo Jerónimo González Montalvo
gradecidos por la repercusión de la revista Veo, nos complace compartir con ustedes, nuevamente, este camino de continuidad y crecimiento.
Dirección Editorial Melisa González Bouilly Tonio Torres
En este segundo número, retomamos la idea originaria de proponer un medio de comunicación que se destaque tanto por su profunda fusión entre diseño y contenido, como por su permanencia sobre el transcurrir automático del tiempo.
Dirección Comercial Matías González Montalvo Manuel González Montalvo mgm@tolediciones.com.ar Coordinación General Victoria Romano
En esta edición hemos querido destacar, a lo largo de todas las secciones, contenidos que tengan que ver con la posibilidad de presentar distintas maneras de ver el mundo a través del arte. En la sección Libros, releer a Breton nos incita a transformar nuestro tiempo desde un acto poético-surrealista; asimismo, el autor del libro “Los Guachos” nos recuerda la belleza del misterio en la segunda parte de una entrevista iniciada en el primer número. En Cine, la película La Antena nos muestra una manera simbólica de leer la realidad; y en Arte, encontramos el neopop-nipón que reformula el arte pop desde oriente.
Redacción / Edición Tol Ediciones Corrección Alejandro Galdo Arte & Diseño Juan Moreno Departamentos Arte: Marion Richardson De Haenen mdehaenen@tolediciones.com.ar Cine & Libros: Laura Murray info@tolediciones.com.ar Agradecimientos Museo Malba Editorial Lariviere Carlos Regazzoni
Citando a Vargas Vila: “Lo sublime es lo bello extraordinario.Es la tensión dolorosa del ánimo, el vuelo vertiginoso hacia la cima: la ascensión hacia el Misterio; la aproximación a lo desconocido: el estremecimiento pavoroso y sagrado al contacto del ala divina que se agita en la sombra…”
Información para lectores revistaveo@tolediciones.com.ar TOL Ediciones
Sinclair 3067 3ro. (c1425frc) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
www.tolediciones.com.ar
Vargas Vila, J.M., Ibis. Editorial Tor, Buenos Aires 1933.
#02 Marzo 2007
Melisa González Bouilly
Directora Editorial
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INDICE #02
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13- ARTE 14- Neo-Pop Nipón – El arte japonés del sigo XXI 19- Leo Matiz – Pasiones en Blanco y Negro 23- Regazzoni por Regazzoni 39- Arte Pop – La heroica estrategia de los ´60 44- Lo que veo – Por Alejandro Raineri 46- Agenda Arte 49- CINE 50- Caetano también maestro 54- Iñarritu – Un mexicano en Hollywood 58- Ocho años sin Kubrick 66- Estrenos de Cine 70- Recomendados: “La historia del camello que llora” 76- El Caminante: Monstruos, duendes y platos voladores en el MALBA “El Otro” – Ganadora en el Festival de Berlín “La Antena” en el Festival de Rótterdam
788083- LIBROS 84- “Los Guachos” – Segunda parte de la entrevista 86889092-
a Roberto Torres “Perros Héroes” – Mario Bellatin Teoría de la literatura de los formalista rusos – Tzvetan Todorov Novedades Libros VEO Recomendados
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ARTE
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TAKASHI MURAKAMI >> >>
(Albino 2001, acrilico sobre tela)
NeoPop Nipón El arte Japonés del siglo XXI muestra tendencias que se adaptan a métodos expresivos tradicionales y vanguardistas de oriente y occidente. Entremezclándose, crean un estilo y convierten, convirtiendo al arte en un manifiesto clave de críticas socio-culturales.
La sociedad japonesa de la primera mitad del siglo XX dio a luz una serie de artistas que imitaron estilos occidentales como el impresionismo, el post impresionismo, el futurismo, el constructivismo e, incluso, el surrealismo (el cual, hoy, sigue atrayendo al gran público japonés). El estilo pop, por su parte, también hizo un buen trabajo, integrándose perfectamente en las manifestaciones artísticas japonesas. La fusión entre el arte de oriente y occidente nunca llegó a ser completa a causa de la gran brecha existente entre los estilos, los materiales y las técnicas usadas en cada esfera. Sin embargo, varios artistas se esforzaron por lograr equiparar la distancia entre el arte japonés y las vanguardias occidentales, dando como resultado una corriente que hoy denominamos Neo-Pop.
Esta corriente se caracteriza por la ausencia de un lenguaje definido dentro del mundo del arte y por el uso de los dibujos animados que dominan el universo del entretenimiento japonés. Caracterizados por sus enormes ojos y sus figuras infantiles que lidian con bombas nucleares, desastres, explosiones y mucha, pero mucha acción, son utilizados para exagerar, ilustrar o repudiar los elementos más oscuros del período de la posguerra japonesa. Usando los “Cartoons” en la representación de su realidad, los artistas japoneses contemporáneos crean un legado visual que interroga y explora la dualidad establecida entre la inocencia y la malicia, la victoria y la derrota, la cultura popular y el arte refinado.
Takashi Murakami, oriundo de Tokio, es considerado como el mayor exponente del Neo-Pop japonés. Viviendo entre Nueva York y Tokio, este ingenioso artista juega con imágenes de la cultura tradicional japonesa en combinación con elementos innovadores del siglo XXI.
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Su arte fusiona la pintura clásica de su país con el arte Pop norteamericano, los mundos de la manga y los dibujos animados japoneses. “Manga” significa, en japonés, “historieta”, “dibujos caprichosos” o “garabatos”. Este término surge en la época de la posguerra, consagrándose como una tipología definida de dibujo. Actualmente, se aplica a todos los géneros artísticos, adaptándose a diferentes formatos: digitales y dibujos animados, entre otros. Murakami, además de sus talleres en Brooklyn y París, tiene una fábrica en Hiropon (próxima a Tokio) donde cientos de trabajadores supervisan la fabricación en masa de camisetas Murakami, juguetes y pegatinas. Todos estos “productos” se suman a la línea de producción de pinturas, esculturas, videos e instalaciones. La “Hiropon Factory” forma parte de una auténtica empresa comercial: La “Kaikai Kiki Corporation”, donde el Pop Art de ayer está siendo reivindicado bajo la bandera del “superflat”: un método en el que todo está retratado en sólo dos dimensiones. Tal vez esto podría reflejar los mecanismos receptivos deformados de una generación que se plantea como víctima de la pantalla plana: “Screen Generation”. Esta técnica hunde sus raíces en la moda y la alta costura, así como en técnicas tradicionales japonesas del siglo XVI (“Nihonga”).
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El universo artístico de Murakami produce un efecto superficial, como es el mundo “pop” del consumo y sus símbolos. De manera simultánea, consigue plantear diferentes visiones y problemáticas sobre la cultura y la identidad de la sociedad japonesa: ilustra miedos, esperanzas, ideales y deseos que surgieron a causa de la occidentalización de su cultura, por veces infantil, aunque madura e impactante. Murakami crea su propio lenguaje: utiliza personajes característicos, como el famoso Mr. DOB, para dar vida a sus pinturas, esculturas e instalaciones con forma de globo.
En el año 2003, Murakami fue contratado por Marc Jacobs, director creativo de la exclusiva marca de bolsos Louis Vuitton, para realizar nuevos diseños y decorados. Modificó los famosos bolsos monogram llenándolos de color y decorándolos con divertidas cerezas.
Yoshitomo Nara (Hirosaki, 1959) es otro artista que se destaca dentro del movimiento Neo-pop japonés. Sus obras transmiten tensión, sobre todo, en la representación de niños y perros donde la inocencia se entremezcla con violencia y angustia. Fuertemente influenciado por el rock, el punk, el “manga” y la sociedad japonesa, Nara logra crear seres dulces, tímidos y, por momento, amenazadores, que aluden a la infancia y a la inocencia. Su trabajo parece increíblemente simple, pero tiene un contenido de múltiples significados. Sus imágenes color pastel serían capaces de transportarnos a la más tierna infancia, si no fuese porque las niñas suelen tener armas o cigarrillos humeantes en las manos y parecen irritadas, dueñas de una mirada acusadora; los niños abandonan su inocencia y toman una postura perversa. Con un estilo propio y bien diferenciados entre sí, estos artistas son considerados como los mayores representantes del Neo-pop japonés, el cual, no sólo implica una reorientación dentro del la historia del arte oriental, sino que pone de manifiesto los sentimientos de una sociedad víctima de una gran transculturación, consecuencia del auge económico de los años ochenta. El “materialismo a la americana” tomó fuerza frente a la tradición espiritual japonesa, que parecía ser la principal guía moral y ética.
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Estas obras son el resultado de una constante reflexión acerca de las diferentes situaciones sociales que vive el país desde la era de la postguerra. Ellas pueden o, mejor dicho, deben, ser entendidas como un manifiesto en contra de su propia historia, que va desde la era moderna hasta el presente.
Las experiencias visuales más fuertes en el siglo XXI están basadas en la televisión y la computadora, ofreciéndole al hombre innumerables mundos virtuales paralelos. La nueva pintura figurativa emerge de estos mundos y los coloca en el mundo real, formulando juicios y críticas, debatiendo sobre él. El arte es, nuevamente, catarsis y veredicto. Marion Richardson
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LEO MATIZ Pasiones en Blanco y Negro
En el marco del XIV Encuentro Abierto de Fotograf ía, realizado el 13 de septiembre del 2006, se llevó a cabo una retrospectiva biográfica del artista y fotógrafo Leo Matiz.
Leo Matiz por Miguel Angel Flóres Góngora.
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Matiz
nació en Aracarata, el Macondo de Gabriel García Márquez, en el año 1917. A los dieciséis años comenzó su carrera en el medio gráfico publicando sus primeras caricaturas en la revista Civilización y, dos años más tarde, ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes. A los veintidós años realizó por primera vez una gira periodística como reportero de la revista Estampa y de los periódicos El Tiempo y El Espectador. A sus veintitrés años cruzó Centroamérica en un largo viaje, para terminar su ruta en México. La fotograf ía no representó al comienzo -para Matiz- un medio certero de vida. Pero en 1941, ya establecido en México junto a su mujer, comenzó a trabajar como reportero gráfico para la revista Así. El mismo año expuso por primera vez sus fotos en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México y participó de una muestra organizada por Pablo Neruda.
El pavo real del mar, Magdalena, Colombia. 1939
Domingo de Ramos, Fusagausuga, Colombia. 1968
Su obra es reconocida por su fuerte compromiso político y social. Debido a esto, trabajó como corresponsal en América del Sur para las revistas Life y Norte, y para la ONU, en el conflicto árabe-israelí. En 1947 colaboró con Siqueiros en el mural Cuauhtémoc y, en 1958, junto con García Márquez, cubrió la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez para la revista Momento. Asimismo, siguió los primeros pasos del presidente Rómulo Betancourt. El artista obtuvo numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera como consecuencia de sus poéticos y trascendentes trabajos. En 1949 fue elegido como uno de los diez mejores fotógrafos del mundo; en 1995 fue designado Caballero de las Artes y las Letras por el gobierno de Francia; recibió el premio Horus Sicof en Milán; y en 1998, en Colombia, fue reconocido como el fotógrafo más importante de ese país durante el siglo XX. Ese mismo año, a sus ochenta y un años, muere dejando su arte como una poética-fotográfica de su lente político-social. Victoria Romano
- Fuente: LEO MATIZ “Pasiones en blanco y negro”. Editorial: Ediciones Lariviere
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David Alfaro, Siqueiros, México. 1945 Isabel Sarli, Venezuela. 1943
Frida en Casa Azul, Coyoacán, México. 1944
Salvador Allende, Chile. 1962
Reforestación, Morelos, México. 1949
Maternidad, Colombia. 1950
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Regazzoni X Regazzoni
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Regazzoni X Regazzoni
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E
l arte particular de un determinado genio siempre es excusa para reflexionar sobre la problemática genérica que ella misma plantea, pues en definitiva toda obra de arte, dirigida como está a lo absoluto, conlleva en sí un mensaje de alcances universales. El arte es “…la misión suprema y la auténtica actividad metaf ísica de esta vida…” escribió el inmoderado Nietzsche a Richard Wagner , y lo metaf ísico es la reflexión sobre lo absoluto.
influir sobre los espíritus de la naturaleza, que no son sino las causas ocultas de lo que en apariencia ocurre; para ejercer el dominio, el brujo se transforma en esos mismos seres. Por qué el puma mató a las ovejas o el mono huye de los hombres, no se deduce de las garras de uno o la agilidad del otro, sino de las fuerzas que animan a ambos; es decir, de un algo invisible, accesible únicamente por la adopción de la forma visible.
Pero las condiciones de reflexión creadas por la obra de arte se dirigen especialmente hacia lo social. La obra de arte la hace o la concibe el artista, pero su verdadero milagro “…consiste en que revela, por gracia individual, alguna irremisible mudez colectiva” . Esta orientación social de la indagación artística depende de su misma función en la vida humana y de las fuerzas culturales que la hacen posible.
La guarda ornamental primero y la escritura después, representan una irrupción de la lógica mental en este mundo, distanciando al hombre de la experiencia primaria táctil, visual, olfativa, gustativa, que pasa a quedar reservada sólo al niño. Pero la palabra nunca ha dejado completamente de ser imagen , y se emparenta así con el movimiento artístico de los primeros hombres que intentaron, mediante figuras miméticas, dominar aquella realidad hostil. Así comenzó la cultura. Como creía Focillon , el primer alfabeto del pensar humano fue probablemente la ornamentación, gracias a la cual, el hombre creó en el espacio natural un nuevo espacio, el suyo propio. ¿Qué otro impulso llevó al hombre de las cavernas a decorar sus utensilios y paredes, sino el artístico? – se preguntaba Chesterton en su Hombre eterno. La cultura comienza por los autores y lectores de símbolos que delimitan el lugar del hombre en el espacio inmenso de la Madre Naturaleza. El artesano primero y el escritor después, con filigranas plásticas y retóricas vuelven a ornar el espacio natural y lo humanizan. Esto es la cultura y el secreto de la honda misión del arte dentro de ella. Regazzoni representa, en este esquema, un movimiento de regresión; ha encontrado el camino de volver a sentir como el cavernícola o el brujo africano. Cuando habla, su ademán es mimético; representa la cosa para hacerla nuevamente presente pero controlando sus poderes ocultos. Y cuando pinta, lo que crea es un talismán tribal, una máscara ritual por la que accedemos a ese ser oculto disimulado por las apariencias. Entramos en su juego mágico; por eso la extrañeza que automáticamente se percibe en sus talleres de Retiro o Francia; estamos dentro de su espacio iniciático. ¡Una verdadera trampa reveladora!
Pero en el caso particular de nuestros días, el artista es parte fundamental del planteo. A partir del Romanticismo, ya no es únicamente la obra de arte la que importa. La misión del artista no es más tan sólo crear un mundo, ni exaltar la belleza en sí misma, sino que ahora debe, además, “definir una actitud” . El artista, y en esto Regazzoni es maestro, deberá convertirse en un modelo, proponerse como un ejemplo en el que su arte opera la función de “una moral”. Cuando el dandy ya no se suicida o enloquece, entonces ha de hacer carrera y posar para la posteridad (siempre al borde del suicidio y la locura, claro está). El verdadero espectador de las barbaridades con que Regazzoni sorprende a quienes lo visitan es el hombre del mañana, aquel que tomará la antorcha en la carrera de la vida. “¡No pretendo que mis contemporáneos me entiendan!” – es un latiguillo que hemos escuchado de su boca millones de veces, para excusar todo tipo de atropellos y brutalidades con que matiza momentos de humor exuberante o reflexión profunda. Si vamos a conceder al joven Nietzsche su clasificación de los espíritus creadores en apolíneos y dionisíacos, nuestro caso es claramente un representante furioso del segundo. Dioniso, esa divinidad boscosa que sorprendía al griego en el camino y con burlas y desenfado le revelaba hondas verdades sobre el interior humano, tiene un ministro en los galpones de Avenida del Libertador al 400. La pregunta que nos asalta entonces es simple: ¿Cuál es la verdad que Regazzoni dice al viajero de este tiempo?
Arte y cultura
El hombre primitivo, igual que algunas culturas aborígenes subsistentes, conceptualiza la naturaleza mediante la mimesis. El disfraz y la imitación intentan captar el ser de las realidades naturales que inciden su vida y la de su tribu. Imita sonidos y conductas animales, se viste con sus pieles, adopta comportamientos propios de ellos. En sus danzas reproduce el eco visceral que los fenómenos climáticos y geológicos le producen. Y, en sus rituales, nuevamente por la imitación mimética, el chamán procura
Cultura es un término que proviene del verbo latino “colere”, que a su vez deriva del vocablo indoeuropeo “Quel” (o “quol”), que primero significó simplemente “dar giros”. De hecho, es raíz del vocablo “wheel”, que en inglés significa “rueda” o “girar” . En realidad, “quel” se refería a la danza ritual de los chamanes y brujos antiguos, quienes mediante rodeos en torno de terrenos, cuerpos o personas, agitaban amuletos o bastones y esparcían polvos mágicos con el fin de “hacer sagradas las cosas”. Esta ronda ceremonial tenía el poder de sustraer las realidades naturales y disponerlas para el culto y todo lo relacionado con la divinidad. De hecho, la rueda ha sido siempre asociada a los designios meta-racionales (“la rueda de la fortuna”) o a la magia (“círculos iniciáticos”), sin querer
- Prólogo a Wagner. En: Friederich Nietzsche. El nacimiento de la tragedia. Madrid 1998, EDAF, p.: 58 - Bernado Canal Feijoo. Los confines de Occidente. Buenos Aires 1954, Ed. Raigal, p.: 57 - La révolte métaphysique. En: Albert Camus. L’homme révolté. Paris 1951, Gallimard, p.: 77
���������������������������������������������� - Begriff der aufklärung. En: Max Horkheimer, Theodor �������������������������� Wisegrund Adorno. Dialektik der aufklärung. Frankfurt am Main 2003, Fischer, p.23 ����������������������������������������������������������������������������� - Le forme nello spazio. En: ���������������������������������������������������� Henri Focillon. Vitta delle forme. Torino 1990, Enaudi, Cap. II, p. 29 ����������������������������������������������������������������� - John Ayton. Dictionary of Word origins, Arcade Publishing, New ����� York
La verdad de Regazzoni
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ahondar aquí en su sentido psicológico-religioso (pensemos en los Mandala). Esta sacralización era en realidad una verdadera humanización; de aquí se entiende que en esas culturas seminales no hay nada “descartable” o “funcional” en el sentido bastante profano de nuestros días, sino que todos los elementos propios de la vida humana (aun los más tribiales) se relacionaban de alguna manera con lo absoluto. Por ello eran y son, genuina y espontáneamente, artísticos. Esto ha sido observado agudamente por Rodolfo Kusch cuando nota que, en el Aymará de nuestro altiplano, por ejemplo, una “cosa” cualquiera se denomina con la palabra “yaa”, que significa o bien cosa de Dios o de estima (haccu yaa), o bien cosa del demonio o abominable (yancca yaa). Para estas culturas “No interesan los objetos sino sólo los aspectos fastos o nefastos de los mismos” . En esta clave interpreto yo dos características de la pintura de Regazzoni. La primera es la sensación de circularidad que crea su perspectiva. Como explica Panofsky, la perspectiva que se toma desde el sujeto es circular, sigue los efectos de la lente fotográfica al recorrer el campo; sus límites se curvan hacia los extremos. De este modo, al ver un cuadro de Regazzoni, nos estamos metiendo en su propia óptica, que no es sino el giro vertiginoso del brujo que, enloquecido, gira en frenética danza buscando dominar una realidad cuyo fondo misterioso le ataca y hiere. Regazzoni no nos muestra “su” mundo; nos invita a ver “el” mundo como él lo ve; por ello no se cuida de la suciedad o marco para sus cuadros. En realidad, crea objetos terriblemente mágicos a través de los cuales se genera una auténtica posesión. La segunda característica es la quirúrgica brutalidad de su trazo, que termina siempre en una sutil indefinición. Las figuras dicen por su fuerza, no por su morfología; lo que percibimos es el fasto o nefasto de sus personajes, resuelto por mimesis; la representación gráfica les robó el espíritu al perro, al gato, al dinosaurio, y por sobre todo, a los hombres, y nos viene a decir: cómico-trágico, triste-alegre, tranquilo-furioso, humano-inhumano, presente-perdido…
El hombre oscuro
El espectador comprende, entonces, al contemplar los personajes de Regazzoni, las fuerzas que operan en lo profundo y definen a la humanidad misma. Cada personaje pintado o modelado es Regazzoni mismo, el artista, mimetizado en ferroviario, soldador, criollo, bailarina, pordiosero, o cualquier otro. Regazzoni cumple infaliblemente aquella reflexión de Santo Tomás cuando decía que “…un poeta en definitiva hace siempre el mismo poema y un pintor el mismo cuadro, precisamente porque siempre realiza algo semejante a sí mismo” . En esta enloquecida danza de máscaras se repite el movimiento circular que está en el fondo de toda cultura. Similar al “quel” de los preludios, que delimitaba lo humano de lo inhumano (toda la hostilidad de la naturaleza salvaje, el terremoto, y las inclemencias del tiempo), es decir, lo conocido (dominable)
- Rodolfo Kusch. El pensamiento indígena y popular en América. Buenos Aires 1977, Hachette, cap. 1, p.:28-29 - Santo Tomás, Summa Contra Gentiles, II, 46
de lo misterioso (dominante); así también, el círculo hechizado que traza la mimesis artística nos aclara los secretos de la vida humana. La vida del hombre, si quiere ser entendida exclusivamente desde sí misma, se transforma en el reino de la oscuridad. Esta es una experiencia bastante común. Falta de sentido, ausencia de salida, hastío, en definitiva, lo oscuro, son parte innegable del trasfondo de toda existencia; ellos van y vienen, pero en el fondo, siempre están. De hecho, la palabra “hombre”, derivada del latín “homo”, significa “terráqueo”, “de la oscuridad” (un vocablo cercano es “humus”, que significa “tierra”). En estas circunstancias se comprende la incesante búsqueda de lo luminoso que caracteriza a nuestro psiquismo; y luminoso en la prehistoria europea se decía “deiwos” , de donde proviene la palabra latina “divus”, raíz de nuestro término: “divino”. El arte, como movimiento eminente del “quel” originario, como forma paradigmática de toda cultura, busca luz para lo oscuro del hombre mediante la narración plástica de su verdad. Y la verdad que todos buscamos es el igual a sí mismo de Parménides, el ser homogéneo que subyace al “todo pasa” de Heráclito. El arte es cultura en sentido eminente, porque la “…cultura constituye la forma en que se completa la vitalidad natural de una sociedad. Es el ciclo que tiende a cerrarse en búsqueda de una cierta definición ontológica, de perfección y armonía. Representa un anhelo de totalidad armónica que quiere vencer el devenir de la vida y persigue una cierta fijeza, la contemplación de una razón de existencia en una totalidad estructurada” 10. El arte Regazzoniano marcha hacia este núcleo duro donde, o bien habrá todo, o bien no habrá nada; pero de este resultado pende todo lo demás. Aquí reaparece la “ironía de la inteligencia”, como dice Kusch. El cuerpo social que ha anhelado la inteligibilidad y la racionalización de todas sus fuerzas, que ha buscado en la ciencia y la técnica las respuestas a la razón de ser del hombre, súbitamente comprende, en la meta de su camino, que “…nada era la inteligencia y lo era todo la vida”. Regazzoni aplasta la racionalidad en la vida del hombre junto con sus convenciones y leyes, y opta por la vida. Este camino le traerá aparejada la muerte social.
El final antisocial del artista
La razón humana se mueve en un dinamismo propio tan poderoso como el de la naturaleza (o quizás mayor). Esta dinámica fue denunciada por los pensadores de la escuela de Frankfurt11. A partir del momento en que el hombre reduce la realidad compleja, y en el fondo inagotable, a conceptos y nombres, a partir de ese momento comienza a encerrarse en la dinámica de los procesos de su razón. Esta dinámica existe y existió en todo pueblo y época, ya que siempre hubo lenguaje; sin embargo conlleva el peligro de limitar el campo de la realidad al de lo aprehendido en el concepto. Esto ocurre desde la cultura mimética de que hablábamos antes; el pensamiento, primero mediante
���������������� - Le sacré. En: ������������������������������������������������������������ Émile Benveniste. Le vocabulaire des institutions indo-européennes. Paris 1969, Éditions de minuit, II, 3, p. : 180ss 10- VI. La historia traicionada. En: Rodolfo Kusch. La seducción de la barbarie. En: Rodolfo Kusch, Obras Completas, Vol. I, p.: 80, Rosario 2000, Ed. Fundación Ross 11- Begriff der Aufklärum. In: M Horkheimer, TW Adorno. Dialektik �������������� der Aufklärung. Frankfurt 2003, Fischer Taschenbuch.
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la imitación y el disfraz, y luego mediante el nombre de las cosas, cumple con su cometido de “…liberar a los hombres del miedo y constituirlos en señores”. El concepto, el nombre con que se designa a las cosas, intenta ser imagen plástica de las mismas y suple de esta forma la función del traje de leopardo o águila de nuestro bailarín por un intermediario aun más alejado del objeto real. La aparición del concepto introduce distancia con la inagotable hondura de la realidad y con la singularidad de los seres. Pero cuando el hombre tiende a reducir todo a lo pensado, su razón se permite abarcar todo cuanto cae bajo su visión y nada más, sancionando aquello que se le escapa, aquello que se ubica fuera de su foco, como irracional. Habiendo caído los seres naturales dentro de la matriz conceptual, recién ahí pasan a tener coherencia; recién entonces pasan a no tener secretos y, como consecuencia, pierden su fuerza atemorizante. Mediante la conceptualización, la cultura humana se enseñorea de todo, pierde los miedos y, poco a poco, terminará por convencerse de la autonomía de su creación mental. La realidad pasa a ser lo que ella misma ha creado, planeado, pensado. Nos enfrentamos hoy al “…pensamiento que nace después de una conquista f ísica, de un cuerpo beneficiado y glorificado por una civilización altamente desarrollada, por la vorágine de un cuerpo social que lo había logrado todo y no pedía más que una sola cosa: pensar, luego existir. Que la vida fuera una deducción del logos, una vez que el logos fuera absorbido del caos. Luego la vida se relega, mueve el silogismo de premisa en premisa, para detenerse definitivamente en la conclusión. Pero la vida no se deduce. Detrás del mundo vivido con autobuses, calefacción, y botones eléctricos, late lo antisocial, pero socializado…”12; y es aquí donde reentra a la escena la mejor creación del artista: su cuidada actitud contestataria.
contra lo cual la sociedad organizada, convencional y pulcra, ha encaramado todo su poder de fuego. La razón dominadora va por todo, y la vitalidad de Regazzoni se resiste; y como gesto solidario, nos enseña el valor profundo de la risotada, la guarangada, el desorden y la pobreza: en definitiva, es un alma orientada exclusivamente hacia la búsqueda de lo esencial de la vida.
En el mundo moderno, los artistas “…se convierten en vagabundos, nómadas supervivientes que no encuentran ninguna patria entre quienes se han hecho sedentarios. La naturaleza no debe ya ser influida mediante la asimilación, sino dominada mediante el trabajo. La obra de arte posee aún, en común con la magia, el hecho de establecer un ámbito propio y cerrado en sí, que se sustrae al contexto de la realidad profana. En él rigen leyes particulares. Así como lo primero que hacía el mago en la ceremonia era delimitar, frente al resto del entorno, el lugar donde debían obrar las fuerzas sagradas, de la misma forma en cada obra de arte su propio ámbito se destaca netamente de lo real…”; pero este territorio es apetecido por el aparato productivo de dominación, que pide del hombre lo mejor a cambio de su salario. En Regazzoni tenemos un artista por reacción. El suyo es un arte de escape. Es el jabalí acosado que, en el colmo de su furor, arremetió contra todo, imparable, pero también, desesperado. Si como dice Sócrates a Clitón, “…el escultor debe representar con la figura las actividades del alma”13, el movimiento regazzoniano es el intento de salvar a toda costa lo más auténticamente humano del hombre, aquello
En el movimiento dominador de la razón librada a sí misma, el sentido de la existencia humana pasa a ser generado por su propia actividad mental, con infinitos reclamos de convenciones, orden, y pulcritud. Pero, en este movimiento, la razón debe crear todo tipo de artificios para suplir el vacío que deja en el alma la ausencia de un “para qué”. ¿Qué puede enseñar toda la tecnología del mundo a quien ignora para qué vive? La actividad excesiva de la razón niega la propia naturaleza individual del ser razonante, del hombre, y acaba por odiarlo todo en aras de lo absoluto. Éste es su gesto de desprecio de todo lo que no es ella misma, debido al fracaso de no haber podido crear todo desde sí. En este exceso, la razón desmesurada mata la vida. Como escribiera Unamuno, “…en rigor, la razón es enemiga de la vida”14. Para el autor, “Lo vivo, lo que es absolutamente inestable, lo absolutamente individual, es, en rigor, ininteligible. La lógica tira a reducirlo todo a identidades y a géneros, a que no tenga cada representación más que un sólo y mismo contenido…”. La inteligencia aprehende lo universal, lo estable dentro del cambio, pero no la individualidad misma o el cambio mismo; éste permanece absolutamente oculto al intelecto en la medida en que posee algo de “no ser”. Pero sucede que lo vivo es cambio e individualidad. No existe “la vida” sino “esta cosa viva”; y aquello con vida encierra un núcleo irreducible a la clasificación racionalista, porque posee iniciativa propia. De este modo es que “…la mente busca lo muerto, pues lo vivo se le escapa; quiere cuajar en témpanos la corriente fugitiva, quiere fijarla”. No es casual que en el lenguaje cotidiano se llame “fría” a la mente calculadora y puramente racional. Es éste el problema más acuciante del conocimiento, el “…trágico combate…” (…), “…el combate de la vida con la razón”. Hay algo de verdad muy honda en eso de que “…todo lo racional es anti-vital, porque la razón es esencialmente escéptica”. El interés económico detrás de la polución que genera la industria, el desprecio por los paisajes naturales y el avasallamiento por sobre la propia naturaleza del hombre, son ejemplos de esta desmesura pergeñada por la gélida razón. Aquí, el correctivo suele venir de la misma naturaleza. Desde antiguo se sabía que el Mundo intervenía sobre la desmesura instalada por el hombre “…ejerciendo sus cuidados y su autoridad sobre lo que él encierra, así como sobre sí mismo”15. Es un acto de amor del Mundo para con su hijo, cuando corrige los excesos de nuestro racionalismo. Y decía Platón que, el Mundo, hace esto porque recuerda “…las enseñanzas de su propio artífice y padre…”. Esa enseñanza es el amor fundacional que hace convivir los opuestos, día y noche, frío y calor, tierra y agua, en armonía.
12- La conclusión herética. En: Rodolfo Kusch. La seducción de la barbarie. En: Rodolfo Kusch, Obras Completas, Vol. I, p.: 106, Rosario 2000, Ed. Fundación Ross 13- Jenofonte. Recuerdos de Sócrates, III, 10, 6-8. Juán Zaragoza (trad.), Madrid 1995, Planeta-De Agostini
14- La disolución racional. En: Miguel de Unamuno. Del sentimiento trágico de la vida. Buenos Aires 2003, Losada. Cap. V, pp.: 84-85 15- Platón, Político, 273ª-b. En: Santa Cruz MI, Vallejo Campos A, Cordero NL (trad.). Platón, diálogos. Madrid 1992, Gredos
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Aquí, nuevamente, es la naturaleza la salvación para el hombre, el contralor a su razón desmedida. Los griegos denominaban “némesis” a esta especie de venganza que ejercía el cosmos sobre un hombre cuya desmesura había atentado contra el orden natural de las cosas. La cultura puede perfectamente terminar enojando al mar y a los vientos, hartando a la tierra de darnos sus frutos. La catástrofe natural es entonces el brazo ejecutor de la “némesis”16, y busca, en realidad, volver las cosas al orden y la belleza cósmicos. La desproligidad con que Regazzoni termina su obra, el exabrupto con que interrumpe un diálogo aparentemente afable, o el huracán de hierro retorcido con que se ensaña en algunas esculturas, viene a decirnos que no le importa lo que digan, o lo que se deba: “¡Yo hago lo que se me canta; para eso soy un artista!”– hemos oído miles de veces cuando se intentan amedrentar su alma indómita con algún canon pre-establecido. El arte regazzoniano y su estilo inconfundible provienen de una naturaleza que pretende dejarse traspasar por lo vital; que es “pura vitalidad”. Lo racional, el artefacto, son vividos por Regazzoni como mediaciones entre su ser y el fluir de la vida. Igual ocurre con las convenciones sociales. La vida es todo o nada, ahora o nunca. Es animalidad, y el animal no tiene planes a largo plazo. Todo es aquí y ahora. Así se explican la agresividad y la impaciencia que atormentan a este artista. En el caso de Regazzoni, el estrago que se lamenta no es el que la razón humana ha hecho con la naturaleza, sino la manera en que se ha malogrado la vida del hombre. Y entonces, su arte se transforma en una catarata de vida que lucha invencible contra todo lo que la razón intenta destruir. ¿Desmedida la lucha? Verdad; pero proporcional al embate. ¿Intolerable el estilo? Verdad; pero a causa de una reveladora originalidad. El secreto a voces, lo que realmente espanta en este artista, es que su expresión plástica lucha por abandonar el terreno de la simple apariencia al que todo el mediocre costumbrismo quiere confinarla. Su toque maestro es, una vez más, eco de aquella exclamación que resumiera el fondo perenne del acto creador: “allora parla!” dijo Buonarrotti; “Ahora vive!” dice él. Esta es su verdad… Carlos Regazzoni (Hijo) En el mes de Abril Carlos Regazzoni presentará obras en: “La Plantación”. Para más información: 02322-473517 administración@laplantacion.net
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16- Ivan Illich. Némesis Médica 1978, Editorial Joaquín Mortiz, México D.F. Juan Tovar, Valentina Borremans y Verónica Petrowitsch (trad.).
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Arte Pop,
la heroica estrateg ia de los 60´s En los años 60, el hombre común buscó ser su propio héroe y su mayor referente.
Los cambios culturales ocurridos durante los años sesenta no pasaron desapercibidos para el mundo del arte. A su vez, la producción artística que se generó a partir de esta nueva etapa histórica del siglo XX fue de una enorme influencia y marcó profundos cambios políticos y sociales en una sociedad que se encontraba en plena crisis de sus valores más tradicionales. Ya durante los años cincuenta el expresionismo abstracto, basado en la teoría de que el arte no tenía por qué ser un medio de conocimiento, sino una fuente de emociones relacionadas con los procesos ocultos predicados en las premisas surrealistas, había comenzado a decaer y, hacia el año 1962, vio su fin. El arte pop, celebrador de las cosas más comunes, fue el movimiento artístico más crítico del siglo XX. Arthur Danto decía: “El Pop marcó el fin del gran relato del arte occidental”. Nace una teoría artística diferente a las anteriores, un movimiento que comienza a cerrar la brecha existente entre el arte, la realidad y el presente. Por doquier se escuchan frases como: “Cualquier cosa es una obra de arte” o “Cualquiera es un artista”. Incluso, los mismos artistas se sentían libres de crear lo que deseaban sin un rumbo predeterminado. Al mismo tiempo, en el mundo sucedían hechos históricos trascendentales, impulsados por aquellos ideales que ocasionaron la espectacular transformación del arte. En el año 1964, por ejemplo, miles de personas trabajaron para hacer reales las libertades civiles de la gente de color, hasta ese entonces privada de sus derechos. Martin Luther King recibió el premio Nóbel de la Paz, The Beatles hicieron su primera aparición. En 1965, se constituyó en Barcelona el Sindicato Democrático de Estudiantes. En 1966, comenzó la Revolución Cultural China, mientras que en los Estados Unidos se producían manifestaciones masivas contra la guerra de Vietman. Sin olvidarnos, por supuesto, de aquel mayo Francés del ‘68, que ayudó a tirar tantas estructuras sociales. Estos acontecimientos revolucionarios hicieron germinar
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las semillas del arte pop, ajustado perfectamente a una sociedad ávida por liberarse de viejas ataduras.
Andy Warhol
Artistas como Andy Warhol, Roy Lichtestein, Robert Rauschenberg y James Rosenquist crearon o, mejor dicho, reprodujeron, un universo de signos surgidos de la cultura de masas. Andy Warhol es considerado como el artista pop más original. Su manera de trabajar abarcó todos los aspectos existentes del arte. Fue escultor, fotógrafo, pintor y diseñador. Sus famosas cajas “Brillo”, exhibidas por primera vez en 1964, son un paradigma en la Historia del Arte.
Roy Lichenstein, por su parte, tomó la cultura del “Comic” y buscó en imágenes de un mundo fantasioso y popular espacios para el sentimiento y la melancolía. Si bien América del Norte muchas veces se lleva todas las flores, el arte pop vió sus raíces en Inglaterra antes que en los Estados Unidos. Ambos movimientos tienen puntos en común, pero no poseen el mismo significado ni responden a los mismos contextos culturales.
El arte pop Británico
surgió de artistas, arquitectos y escritores reunidos a partir de 1952 en el “Independent Group”, dentro del “ICA” (Institute of Contemporary Art). Este grupo independiente estaba conformado por personas social y culturalmente alejados del “Establishment”. Eran individuos de la pequeña burguesía, de las filas del proletariado, de la masa. Rechazaban el arte institucional inglés y se sentían atraídos por la cultura “pop”: las películas, la ciencia ficción, la publicidad, el Rock & Roll y otros elementos considerados como objetos de consumo masivo. El planteamiento estético iba por fuera de todo formalismo. Algunos de los protagonistas de este movimiento fueron: los arquitectos Peter y Alison Smithson y los artistas William Turnbull, John McHale, Richard Hamilton, Allen Jones, Derek Boshier y David Hockney. Una corriente artística de nuestro tiempo, suponemos, tiene abiertas ciertas puertas que movimientos anteriores no pudieron gozar. Junto con los avances de la tecnología y los medios, muchas corrientes se movilizaron alrededor del globo, inspirando a mentes remotas y distantes. Tal es el ejemplo de lo que sucedió en Alemania con el poderoso movimiento del realismo capitalista de Sigmar Polke y Gerhard Richter. Este movimiento estaba directamente inspirado por el pop, siendo considerado como su versión europea. En Rusia, Komar y Melamid inventaron el arte “Sots”, tomando la iconograf ía soviética y la cultura popular como punto de partida y apropiándose del logo de una caja de cigarrillos con la cara de la perra Laika. El retrato realista y estilizado de Laika lograba satisfacer los imperativos estilísticos de la pintura oficial soviética pero, al mismo tiempo, era osado y revolucionario representar al héroe soviético como un perro ordinario (sin desmerecer, por supuesto, sus aventuras espaciales). Estos artistas, además, realizaron sátiras sobre el culto oficial a Stalin.
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Todos estos movimientos, de similares características pero de diferentes países, fueron considerados como estrategias del mundo del arte para atacar estilos oficiales de la época: el pop norteamericano contra el expresionismo abstracto, el realismo capitalista alemán contra su pintura abstracta (politizada y sentida como la única forma aceptable de pintura); mientras que al arte “Sots” ruso se lo entendió como en contra del realismo socialista. De hecho, el arte pop, en la entonces Unión Soviética, fue objeto de un ataque represivo. En el año 1974, artistas y periodistas fueron reprimidos por la policía con Bulldozers. El arte pop se apoderó de las masas; de esto no hay duda: abrió las puertas del museo mundial del arte y lo entregó a las multitudes, hizo sentir poderoso al débil, alimentó al hambriento, y el ignorante creyó entender. Los artistas de esta categoría nunca adhirieron a un sólo canal creativo; usaron todos los lenguajes, todos los medios, no dejaron nada ni a nadie afuera. Tomando iconos de la cultura popular y, transfigurándolos en gran arte, consiguieron la adoración de lo ordinario. Mas allá de ser considerado como estrategia de ataque contra movimientos oficiales, el arte pop atendió al pedido universal de las sociedades que querían disfrutar sus vidas ordinarias tal cual las vivían cotidianamente; querían ser los protagonistas de la época, sus propios héroes. Marion Richardson
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COCTEL Sus personajes
El portero
Buen catering
Esperando para entrar
La coqueta
El organizador
Mirando el VIP
Todas a la foto
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El romance del a単o
…LO QUE VEO
By Alejandro Raineri
La cola para el baño
El galán
El ojo de Veo
La que quiere ver todo
Mesa VIP
La colorada
El diseñador gráfico
Uff! demasiada gente
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CINE
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Caetano también nuestro.
Jerónimo Montalvo
A principios de los años ochenta, junto a su familia, Adrián cruza el Río de la Plata para instalarse en Buenos Aires. “Dejamos Uruguay y nos vinimos a Buenos Aires por esa costumbre que tenemos los uruguayos de emigrar. Uruguay debe ser uno de los mayores exportadores de gente. Esa famosa frase, “ fuga de cerebros”, la inventamos nosotros”.
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1
¿Cómo fue que empezaste con el cine?
Al terminar el secundario hice un curso que dirigía Pablo César, pero no me gustó y me convertí en autodidacta. Una cámara de mano y un librito de cómo hacer películas caseras fueron mi primera escuela. Luego, logré una beca para un curso de guión en Barcelona. (En 1992 obtiene una beca para estudiar guión en Barcelona, España. En 1995 su cortometraje Cuesta Abajo fue presentado como parte de Historias Breves. En 1997, en colaboración con Bruno Stagnaro, escribe y dirige Pizza, Birra, Faso, su primer largo de ficción).
2
Más de una vez te escuché decir que el mundo está dado vuelta. Yo digo que el mundo está dado vuelta porque los valores son otros. Hoy se valora la belleza por encima del sentimiento. Las asociaciones también están mal: ¿cómo puede ser que lo bello y el dinero estén asociados a la felicidad? Hoy por hoy, lo que se busca, es la perfección, y el hombre, en su esencia, no es perfecto. La gente busca lo perdurable en su cuerpo y en la materia, cuando lo perdurable está en los afectos, en los sentimientos. Los artistas que crean en base a los afectos y a los sentimientos son muy pocos en comparación con aquellos que crean a partir de cánones de belleza o de estructuras. Incluso la comunicación: la gente cree que está más comunicada porque se escriben mensajes de texto con todo el mundo, las revistas creen que para tener éxito tienen que acortar caracteres para que les entren más notas. Yo me agoto leyendo una revista. La comunicación pasa por otro lado. Todo esto es una contradicción y a eso voy cuando digo que el mundo está dado vuelta. Yo trato de ser cauto conmigo mismo. Hay que tener mucho cuidado con este sistema, porque todos nos creemos víctimas y al mismo tiempo somos parte. Somos el ahorcado y la soga al mismo tiempo. Esta sociedad está destinada al fracaso total: los niños son rompebolas, las mujeres machistas y los viejos no sirven para nada.
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¿Qué intentás mostrar con tus películas?
Con mi trabajo trato de ser fiel a mi imaginación y ser consecuente con lo que siento y pienso. Trato de no caer en esa vorágine histérica de inseguridades ajenas que es el actual comportamiento social. Trato intuitivamente de sufrir lo que mis personajes sufren o, al menos, trato de tener sumo respeto por aquello que no he tenido la suerte o desgracia de vivir: ponerme en el lugar de mis personajes y preguntarme siempre que haría yo en su situación. Tengo miedo todo el tiempo, tengo dudas todo el tiempo, pero nada de eso me paraliza. El miedo me hace ir a ver, quiero ver la cara de mi verdugo. El ser humano ha perdido sus potencias esenciales. Hoy, los padres celebran el cumpleaños de su hijo por televisión. Kubrick era un visionario; en 2001 Odisea del espacio lo muestra perfecto.
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¿Cuánto tiene que ver todo esto con tu búsqueda personal? Las preguntas que me hago se las hacen mis personajes y hago que el público también se las haga; y a la vez estoy en la búsqueda del oficio del artista. Hoy, los artistas están divididos en dos: por un lado, está el artista atorrante que pinta cuadros en una plaza y, por otro, está el artista intocable que vive en un palacio y que no tiene contacto con el barro de la calle. Ni lo uno ni lo otro. Cuando escribo los guiones, busco en mis distintos yoes y a partir de sus respuestas genero a mis personajes.
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¿Cómo sos como director y cómo te llevas con los productores y actores? Bien y mal, depende del director y del actor. Por lo general, tengo mucho respeto por los actores ya que me parece que son tipos que ponen mucho de sí. A mí me hubiese gustado ser actor y, por eso, les tengo una envidia sana, los respeto. Muchas veces, cuando dirijo, juego a ser actor con ellos, para explicarles como es la escena. Además, son parte de mí, por ende, me doy esa licencia. Y con respecto a los directores, te cuento que he conocido muy pocos directores, con los que me llevo bien.
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En tus películas criticás la desigualdad de condiciones que existe en el mundo, ¿cómo se hace para no caer en la lástima de la filantropía? La lástima te hace soberbio y te lleva a ser caritativo con la gente, no justo; y lo que hay que tratar de ser es ser justo. Hay pobre gente y gente pobre. Yo creo en la igualdad de posibilidades. Acá la herencia no existe. Acá no hay certezas.
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¿Cuál es la diferencia de trabajar para la tele y de trabajar para el cine? No sentí mucha diferencia en su momento, ahora en la distancia digo: ¿cómo pude trabajar ahí? Pero bueno, en su momento me dieron ganas y la propuesta era novedosa. Hoy no volvería a trabajar para televisión, y los tipos de la televisión no volverían a llamarme tampoco.
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¿Por qué no, si lo que hiciste tuvo gran éxito?; hasta, incluso, ganaste muchos premios como director de Tumberos. Sí, bueno, Maradona era un fenómeno y no conseguía club donde jugar. Acá no se premia el talento sino la conducta. No se alienta la rebeldía. Es mas fácil conseguir una película vestido de traje y hablando tres idiomas que mostrándole al tipo un guión excelente en zapatillas.
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¿Cuál fue tu escuela de cine y quién fue tu maestro?
Tuve muchos maestros y muchas etapas en relación al cine. De chico, creo que fui uno de los mejores espectadores de cine que hubo. Consumía a razón de tres películas diarias, no en VHS, directamente de la pantalla grande. Era la época del continuado. Después me volví un estudioso del tema y ahí descubrí que no sólo existían películas como Tiburón o las típicas películas yankees que uno mamaba de chico por una cuestión de país colonizado, como Argentina. Así, empecé a ver nuevos horizontes y fue cuando descubrí a Leonardo Favio y a todo ese cine que no entraba en el circuito comercial.
Favio es un señor artista y, sin embargo, he conocido a muchos productores que jamás producirían una película de Favio porque dicen que está loco. En realidad, es un tipo de barrio, de pueblo; su obra, gracias a dios, es imperfecta y no responde a estructuras o esquemas enseñados por un profesor. El tipo hace lo que siente y es fiel a eso; lo que siente es lindo, feo, dudoso y sus personajes responden a eso. Hay alguno de sus personajes que son peleadores, tipos de café, etc.; así es Argentina. Favio es un tipo del interior y muestra esa Argentina que nada tiene que ver con la Capital Federal que quiere parecerse a Europa. Sus personajes no son tipos de saco y corbata, todo lo contrario, son pobres, huérfanos, gente de pueblo, gente argentina.
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¿Con qué actor argentino o extranjero te gustaría trabajar? Con todos. Yo tengo admiración por todos, hace rato que dejé de creer en héroes; yo defiendo la vida y todo el que muestra la vida me va. Me gusta mostrar la vida y soy un admirador de sus distintas facetas, y para ello busco actores que reflejen todo eso. Amo al ser humano, me gusta la gente y me da pena cuando sus defectos no permiten que disfruten de la vida. Por eso no muestro héroes, pues no sólo el exitoso puede llegar a ser feliz.
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¿Cuál es tu definición de mujer?
La responsable de la raza y la heredera de la belleza y del amor. Tengo admiración y fascinación por las mujeres. Amo a las mujeres porque son valientes, tienen un coraje enorme y a pesar de haber sido maltratadas a lo largo de la historia, ellas siempre están ahí, cuidando la raza. En la naturaleza toda, el hombre es el único maltratador de sus hembras, mientras que el reino animal las cuida. Hay que aprender mucho de ese reino al que hoy estamos matando.
UN OSO ROJO El Premio Especial del Jurado de los premios Coral del XXIV Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, en La Habana, fue para Un oso rojo.
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Has recibido muchos premios, ¿qué representa un premio para vos? Los premios son incentivos que te da un grupo muy limitado de personas que toman una decisión sumamente subjetiva sobre un hecho. Te ayudan, te alegran, te sentís reconfortado de que, al menos a cuatro o cinco personas, les guste tu película, pero los mejores premios son los que te da la calle. Allí me han pasado cosas hermosas: pasar y escuchar cosas lindas de Tumberos y de Un Oso Rojo. Lo más importante y lindo es que quede la obra. Lo que queda es lo que uno hace y no lo que uno es.
CRÓNICA DE UNA FUGA Reconocida por el público del Festival de Cannes como una de las mejores películas, recibió además 11 nominaciones para los premios Cóndor de Plata 2005, lo que la convirtió en la más nominada para los premios de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina.
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¿Qué es lo que más extrañas cuando viajás?
Fuera de mis hijos, nada. Tengo una formación muy nómada. Si no fuese por mis hijos hubiera aceptado una de las tantas propuestas de ir a trabajar afuera. Para mí, el mundo es un país gigante y yo pertenezco a ese mundo y me siento en casa en cualquier lugar.
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¿Cuál es el libro que más te gusta?
El hombre invisible de H. G. Wells.
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¿Por qué “El Obelisco” en Pizza, Birra y Faso?
Cuando llegué de Córdoba a Buenos Aires, al mes codirigí Pizza, Birra y Faso junto a Bruno Stagnaro. El obelisco me parecía una cosa desagradable y violenta mientras que a Stagnaro le parecía todo lo contrario. Precisamente, convinimos en ese punto, que a los dos nos parecía algo fascinante tanto para bien como para mal. Por eso, se nos ocurrió la idea de hacer algo en el obelisco y que el público decida quién tenía razón.
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BOLIVIA “Bolivia” ganó en 2001 el premio de la Crítica Joven del Festival de Cannes, el Premio Fipresci del Festival de Londres, el premio a la Mejor Película Latinoamericana del Festival de San Sebastián, el premio de la Crítica en el Festival de Rotterdam y también obtuvo una Mención del Jurado del Festival de Huelva. Para alcanzar este flamante lauro, “Bolivia” fue seleccionada como mejor película iberoamericana correspondiente al 2002 (Premio Luis Buñuel, que consistió en una placa y la entrega de una suma de $10.000).
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Iñarritu: por su estilo irreverente, su extrema sensibilidad para abordar los dramas humanos, su capacidad de ver la vida como la gran trama de tramas, no envidia el ojo de los directores consagrados. Victoria Romano Colaboración: Mariano Juárez
UN MEXICANO EN HOLLYWOOD. #54
M
uchos lo acusan de demagogo, otros de vanguardista, muchos alaban su estilo libre con cámara en mano y montaje frenético, otros lo consideran un director sin ideas. Con sólo tres largometrajes en su haber, Iñarritu ha dado el empujón definitivo al cine latinoamericano para su inserción en Hollywood. La temporalidad fragmentada, los múltiples puntos de vista y los grandes dramas humanos parecen ser su constante temática. Siempre de la mano del guionista Guillermo Arriaga, del fotógrafo Rodrigo Prieto y del músico argentino Gustavo Santaolalla, ha sabido conjugar grandes historias con grandes interpretaciones.
El sello característico que se desprende de sus tres películas, Amores Perros, 21 gramos y Babel, es su capacidad de mostrar cómo nuestra monocromática realidad se construye sobre la costura de infinitas vidas y lutos que, a simple vista, parecerían inconexas. Con Amores Perros, Iñarritu revolucionó el cine mexicano, alejándolo de los melodramas edulcorados y las películas de época. A través de tres historias que no parecerían guardar ningún tipo de relación, el director nos
muestra esa grieta de miseria y lucha que conectan las desesperadas vidas de sus tres personajes principales. En su película siguiente, Iñarritu redobló la apuesta, cuando respondió al llamado de Hollywood para hacer una película; el resultado fue 21 gramos, con Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro. El director formó un intrincado guión combinando fragmentos de escenas bajo la consigna de discontinuidad entre ellas. De esta manera, el espectador va armando un oscuro rompecabezas que se encuentra en constante modificación. La historia es simple: Paul (Sean Penn) espera en el hospital un transplante de corazón que le salve la vida. Christina (Naomi Watts), con un pasado problemático relacionado con las drogas, es esposa y madre de dos niñas que mueren en un accidente automovilístico. Jack (Benicio del Toro) es un ex convicto que encuentra en Jesús el perdón para seguir adelante con su familia. Es mediante este despliegue de casualidad / causalidad entre las tres historia lo que revela la lóbrega relación entre estos personajes.
A principio de este año se estrenó su tercera película: Babel. Con ella
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ganó la Palma de Oro al Mejor Director en el último Festival de Cannes y recibió siete nominaciones al Oscar, perfilándose como merecedor del galardón por Mejor Película. Sin embargo, Babel resultó ser la gran decepción de la noche, perdiendo sorpresivamente con Los infiltrados, tanto en el rubro Mejor Película, como en el rubro Mejor Director, ante Martin Scorsese. De las siete nominaciones, Babel sólo obtuvo la estatuilla a Mejor Música Original bajo la labor de Gustavo Santaolalla (quien obtuvo el mismo premio por Secreto en la Montaña).
Babel es la apuesta más fuerte y controversial, hasta el momento, por parte de este director. En ella se mezclan actores no profesionales con artistas consagrados como Brad Pitt y Cate Blanchett. Esta es una historia que se desarrolla en tres continentes y a través de cuatro idiomas. La película se desencadena a partir de un disparo que alcanza a la mujer que viajaba con su marido en un colectivo en Marruecos. A partir de ese disparo, las historias, aparentemente inconexas desencadenan su unión formada por distintos relatos.
El nombre de esta película no ha sido elegido al azar. Babel es un sustantivo que permanece en nuestra memoria, retrotrayéndonos a los míticos albores de la civilización. ¿Por qué alguien utilizaría esta palabra? La Torre de Babel es la torre de la perdición de los hombres; recordemos: ellos la construyeron para poder llegar al cielo como símbolo de unión entre Dios y los hombres. Ante esto, Yahvé desató su cólera, creando confusión entre los hombres que construían la torre, confundiendo así su lengua y provocando que la torre no continúe engordando. A partir de esta confusión surgen los distintos idiomas y la dispersión entre los hombres como símbolo de la división interna de ellos. Antes la lengua era única, unidad con Dios, unidad de los mortales con lo divino, con su alma. La caída de Babel simboliza la diversio diabólica que se postra a los pies de la cruz del Cristo. La serpiente luciferina de la división de las razas y las lenguas, el surgimiento de la confusión y su producto, la incomunicación, es la imagen de la cruz humana en la que los hombres di-vertidos (vertidos en dos como dos cántaros hacia dos direcciones opuestas) marchan hacia el infortunio de la inconexión con su propia alma. Por la ambición, la desmesura dionisíaca de querer llegar a Dios mediante lo externo, el hombre incurre en pecado, en hybris, olvidando así el verdadero camino que duerme en el silencio de su mundo interno. Así, los hombres que no guardan relación consigo mismos tampoco podrán guardar ningún tipo de relación con otros hombres; si la inconexión se vuelve constitutiva de los mortales, ellos mismos pensarán que sus propias vidas carecen de relación con las vidas de los otros hombres. Cada situación particular será una perla que se encuentra con otra perla, y ellas solamente se relacionarán por pertenecer al mismo hilo, por encontrarse circunstancialmente en el mismo espacio, pero nunca lograrán saber que en esencia son hermanas por nacer del mismo mar.
Nuevamente, Iñarritu nos muestra con Babel esa inconexión que nubla nuestra vista, que nos impide ver más allá de nuestras vidas, devolviéndonos la posibilidad de observar cómo la trama de una vida se encuentra profundamente implicada con infinitas tramas de otras vidas. La riqueza de su visión también se encuentra en que estos hechos que conectan la vida de sus distintos personajes no serían lo que cotidianamente llamamos importante. Tal como Yahvé simplemente creó confusión y los hombres dejaron de construir la torre, Iñarritu entrega una historia en la que las acciones mínimas parecen sostener la imbricada trama de las distintas vidas de sus personajes. Yahvé actúa bajo el halo del misterio, los hombres no comprenden sus designios; sin embargo, las historias de Iñarritu parecen conocer la impenetrabilidad de ese misterio y, solamente, nos permiten ver que, tal vez, esas conexiones que juzgamos irracionales son en el fondo misterio divino encarnado. La incomunicación como paradoja de la era de la comunicación es lo que parece preocupar a Iñarritu; la Torre de Babel es el símbolo de estos tiempos en los que un hombre saturado de dolor se aleja tras cometer un asesinato, una mujer pierde todo su contacto con el mundo externo y un padre regala armas a sus hijos pequeños. Como señala el mismo director, este es el tiempo en que los hombres se encuentran unidos por el dolor.
El sello Iñarritu es insoslayable. Tal vez sus tres películas armadas bajo la forma de tríadas formen, entre ellas mismas, otro mandala triádico a la manera de la lírica griega arcaica. Tal vez sus películas hablen siempre de la división que nubla a los hombres y de la ambición que los convierte en un Ayax que lucha contra el mar. Tal vez todos, siempre, hablamos de lo mismo.
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años sin Kubrick Alejandro Pinedo.
La música de fondo va tomando fuerza. Es Así Habló Zaratustra, de Richard Strauus. La imagen se transporta con el sonido por el espacio abierto entre estrellas, planetas y constelaciones. La sensación es casi hipnótica. Todo parece familiar, como escondido en algún lugar del inconciente. La escena pertenece a la película 2001: Odisea en el Espacio, del director Stanley Kubrick; el hombre que, sin pedir permiso, se metió en la memoria colectiva de generaciones enteras. Con el tiempo, su cine se fue volviendo un culto para muchos. Para otros, esas imágenes anónimas que pasaron mil veces frente a sus retinas quedaron como un recuerdo que no llegan a identificar, pero que reconocen. Hace ocho años, el siete de marzo de 1999, moría de un ataque al corazón, sobre la cama de su mansión de Harpenden, Inglaterra, uno de los directores de cine más significativo del último siglo. Nunca antes un director de la industria cinematográfica había ocupado tanto espacio en las portadas de los diarios más importantes del mundo. Minucioso, preciso, perfeccionista y simbólico; Kubrick, en sus 70 años de vida, dejó una huella en la historia del cine con películas como: El Beso del Asesino, Senderos de Gloria, Spartacus, Lolita, Dr. Strangelove, La Naranja Mecánica, Barry Lyndon, El Resplandor, Nacido para Matar y Ojos Bien Cerrados; entre otras.
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mo innato. Por eso, muchos críticos simplificaron una definición: “Stanley Kubrick: un director polémico”. Su temática, siempre humanista, fue tildada de “pesimista”, tal vez, porque mostraba lo que muchos no querían ver.
Nacido el 26 de julio de 1928 en una familia de clase media-alta de New York, el director nunca perdió el acento de su barrio: el Bronx. Por ese entonces, Kubrick ponía su atención en el béisbol, el jazz, la fotograf ía, el ajedrez y en ver la mayor cantidad de películas que le fuera posible, ya que no había escuelas de cine. Desde ese momento supo que iba a ser director. “¡Tenía tanta determinación y un deseo tan grande por alcanzar lo que quería. Nunca vi nada parecido!”, dijo una vez el actor Paul Mazursky, quien formó parte del elenco de su tercera película, Fear and Desire, en 1953. Sus primeros trabajos artísticos fueron reportajes fotográficos para la revista estadounidense Look, lo que le brindó cierto reconocimiento que le serviría para convencer a su tío de financiar sus primeras películas. Estaba en todo: la iluminación, el trabajo de cámara, la edición, el vestuario o la música. Era un perfeccionista. En Nacido para Matar, él mismo tocó la batería en algunos tramos de la banda sonora y, antes de meterse de lleno en la historia bélica que mostraba el absurdo de la guerra, estudió personalmente los sonidos de cada arma de fuego que pudiera escucharse en el film.
Su cine siempre giró alrededor de la naturaleza humana: sus miedos, sus tabúes, su fuerza divina o su salvajis-
Su primer encuentro con la polémica fue con Senderos de Gloria, de 1957. Interpretada por Kirk Douglas, la película fue prohibida en Francia durante décadas. Con la Primera Guerra Mundial como trasfondo, Kubrick cuenta la historia de un grupo de soldados franceses acusados de cobardía. Durante el rodaje, conocería a su tercera y última mujer, la pintora alemana Christiane Harlan, con la que tuvo dos hijas. No sería la última controversia.
Después de Dr. Strangelove, de 1964 (una parodia sobre la Guerra Fría), Kubrick deja los Estados Unidos atacado por la crítica y por su visión sobre el sistema de defensa de ese país. Se instala en Inglaterra. Nunca más residiría en su tierra natal y sólo viajaría para ver a sus padres, en San Diego. El director disfrutaba de estar en su casa, trabajando en su oficina, desde donde podía ver pintar a su mujer y jugar a sus hijas en el jardín. Ahí fue enterrado. Kubrick buscaba lo sutil, lo elevado y, para alcanzarlo, lo hacía con su estilo: “El decía que, si dos personas eran inteligentes, deberían estar dispuestos a aceptar el argumento del otro. Yo debo ser la persona más inteligente del planeta porque él siempre me convencía”, contó James Harris, que fue productor de cuatro de sus películas. En Nacido para Matar, de 1987, estuvo tres semanas y media para grabar una toma. En otra ocasión, cuando rodaba con Kirk Douglas, repitió una escena ochenta y cuatro veces. Para editar su última película, Ojos Bien Cerrados, tardó cuatro años.
En 1962, con el estreno de Lolita, del novelista Valdimir Nabokov, el director se ganó la antipatía de todos los párrocos de las iglesias estadounidenses. Fue un éxito sin precedentes. El romance de una chica de catorce años con un adulto, el pudor y la excitación de lo prohibido, fueron tratadas con ironía y humor, pero la crítica no lo perdonó. “Siento que me malinterpretan. Nadie se toma el tiempo suficiente para pensar”, dijo el director en una de sus últimas entrevistas, en 1972, antes de que decidiera no hablar más con la prensa. “Miran la película una vez, decía, realmente no se acuerdan de lo que vieron y después escriben la crítica en una hora. Es menos de lo que se le dedica a la tarea del colegio”.
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También era sabido que recorría las salas de proyección para asegurarse de que la luz y el sonido fueran lo que él esperaba. Un detallista. “Después de tres o cuatro tomas conseguís el Jack Nicholson que todo director espera. Entre los 10 o 15 cortes él se enojará, pero empezará a comprender lo que el guión le quiere decir, hasta que se vuelve un mecanismo inconsciente. Pero después de treinta o cuarenta tomas, la actuación se transforma en algo más”, dijo sobre El Resplandor, de 1980. Sabía lo que quería.
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toria y no al revés. Como él mismo dijo: “2001 mostrará un pequeño destello de mis inquietudes metaf ísicas”. Abordó temas como la evolución o la inteligencia artificial sin imponer ningún pensamiento y planteando más preguntas que respuestas. HAL, la computadora inteligente que controlaba la nave Discovery, pudo haber sido, curiosamente, el personaje más humano que Kubrick haya imaginado: muere devorada por sus miedos y ambiciones...la máquina se había revelado contra su creador.
Alex. “Te identificás con Alex porque te reconocés a vos mismo. Es por eso que alguna gente se pone incómoda”, dijo. En 1974, a petición del director, la película fue retirada de Gran Bretaña tras imitarse en este país sus escenas violentas. Después de treinta y un años, tras su muerte, la película se agotó en Inglaterra en todos sus formatos.
El visionario
Dicen los entendidos que una de las cualidades más maravillosas del escritor inglés William Shakespeare es su atemporalidad. La vigencia de su obra sobrepasa las limitaciones de una época, del tiempo.
En 1968, Kubrick se propuso darle prestigio al cine de ciencia ficción, que se limitaba a retratar historias de mutantes gigantes y ataques extraterrestres con naves que colgaban de una tanza no tan transparente. Para muchos, 2001: Odisea en el Espacio, es la mejor película que jamás se haya hecho en la historia del género. De hecho, ganó el Oscar por efectos especiales. La obra no perdió actualidad hasta el día de hoy.
Dar más importancia a la historia y al ritmo del relato permitió al director escapar del lugar común del género: los efectos especiales. En la película los efectos están al servicio de la his-
La película revolucionó a la ciencia ficción en cuanto al esfuerzo por respetar las leyes de la f ísica: la ausencia de sonido en el espacio, los desplazamientos lentos de las naves espaciales, son sólo detalles del asesoramiento que le dieron la NASA e IBM. Recién en ese año, 1968, la sonda soviética “Soyuz V” se convirtió en la primera nave espacial en dar vuelta a la luna.
Influenciado por el realismo de los 60´s, que se tradujo en Woodstock, Andy Warhol, Los Beatles o Truman Capote, y la revolución psicodélica de los 70´s, el cineasta crea su obra más venerada y atacada: La Naranja Mecánica. La novela de Anthony Burgués se transformó en un icono del cine diez años después de su publicación. Su personaje ultraviolento, Alex, es una sátira, no sólo de la violencia congénita de la raza humana, sino de la sociedad toda: las víctimas del horror del personaje pueden resultar más detestables que el propio
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Esa película de culto parece advertir sobre el peligro que reside en el autoritarismo que busca cambiar el libre albedrío por la moral: el remedio puede ser peor que la enfermedad. Irónicamente, como respuesta a ese mensaje, La Naranja Mecánica sigue prohibida en Corea del Sur y Singapur. Lo estuvo en Irlanda hasta 1999 y se estrenó con escenas censuradas en Argentina, Austria, Chile, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, México, Holanda, Noruega, Suecia y Japón. ¿Incomprendido o peligroso? Solamente Kubrick.
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TÍTULO: 300. ORIGEN: Estados Unidos. DIRECTOR: Zack Snyder. INTÉRPRETES: Gerard Butler, Lena Headey, David Wenham y Dominic West. GÉNERO: Acción.
SINOPSIS
Basada en la épica novela gráfica de Frank Miller y Lynn Varley, 300 es el feroz relato de la terrible Batalla de las Termópilas, en la que el Rey Leonidas (Gerard Butler) y trescientos espartanos se enfrentan al emperador persa Jerjes (Rodrigo Santero) y su vasto ejército. La crudeza del relato narra el valor y la violencia de los hombres que lucharon en esta famosa batalla. El film narra como aquellos guerreros, con valor y sacrificio, afrontan insuperables adversidades e inspiran a toda Grecia para unirse en contra de su enemigo, Persia, fundando así los cimientos para la democracia. Las guerras médicas representaron el peligro de sucumbir ante un imperio foráneo y la condición de posibilidad misma de la supremacía griega en el mediterráneo.
NOTA
La película da vida a la aclamada novela gráfica de Miller (Ciudad del Pecado). Los realizadores quisieron explorar el aspecto fotográfico de la película: al combinar la técnica de capturación del movimiento (live action) con escenarios virtuales, manipular el equilibrio de colores para crear un proceso llamado aglomeración , y someter cada imagen de la película a un proceso de retocado, logran plasmar una visión única de esta antigua historia narrada por Esquilo en “Los Persas”. El rodaje comenzó el 17 de octubre de 2005 en Montreal, donde Snyder grabó a los actores sobre un fondo verde, para luego agregar los escenarios de manera digital. 300 se convirtió en un éxito de ventas y dio a Miller numerosos premios de la industria el cómic.
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TÍTULO: ORIGEN: DIRECTOR: INTÉRPRETES:
Paris je t´aime. Francia, Italia, Luxemburgo. Alexander Payne, Walter Salles, Daniela Thomas, Tom Tykwer, Gus Van Sant. Gérard Depardieu, Maggie Gyllenhaal, Alissa Maïga, Fanny Ardant, Bob Hoskins, Elijah Wood, Emily Mortimer, Natalie Portman.
SINOPSIS
En París el amor inunda la ciudad por todos sus poros: en la barra de sus bares y cafeterías, bajo la Torre Eiffel e, incluso, por debajo de las calles, en el metro. Paris, je t´aime es una película que nos transporta y nos invita a percibir la famosa ciudad de un modo nunca antes imaginado. Esta película es un París visto a través de la aguda mirada de algunos de los más aclamados directores, quienes nos cuentan historias que se desarrollan en los diferentes distritos de la ciudad luz. El resultado es un abanico de historias sobre la alegría, la separación, los encuentros inesperados, extraños y, sobre todo, acerca del amor. Veremos esta ciudad de una forma que nunca hemos imaginado y entenderemos por qué París es la ciudad más romántica del mundo.
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“En cada uno de los distritos existe un submundo que raramente percibimos, y eso es lo que queríamos mostrar”. Walter Salles
NOTA
El París que vemos en este film está exaltado por algunos de los más célebres directores cinematográficos, contándose entre ellos los Hermanos Cohen, Gus Van Sant, Isabelle Coixet, Walter Salles, Alexander Payne y Sylvain Chomet. Se propuso a cada uno de los realizadores que, a través de la elaboración de distintos cortometrajes, narraran una historia enmarcada en alguno de los más famosos distritos de la ciudad. El resultado es una miscelánea de historias que versan sobre la alegría, la separación, los encuentros extraños e inesperados y, por encima de todo, el amor. Con un reparto internacional en el que se halla Natalie Portman, Fanny Ardant, Elijah Wood, Nick Nolte, Juliette Binoche y Steve Buscemi, Paris je t’aime revelará un París distinto.
TÍTULO: ORIGEN: DIRECTOR: INTÉRPRETES: GÉNERO:
SINOPSIS
Quand j’étais chanteur. Francia. Xavier Giannoli. Gérard Depardieu y Cecile de France. Drama.
Alain es un cantante de salón que ameniza con su orquesta bailes para solterones y divorciadas, público de la tercera edad, hoteles y restaurantes. Este hombre, solitario y resignado, sobrevive acompañado en su casa por una cabra y protegido por una agente que logra que no le falte trabajo. Es conocido por todo el mundo en Clermont-Ferrand y esto le basta. Cantar sobre el amor, que ya no es parte de su vida, es todo lo que le importa… hasta que conoce a Marion, una joven agente inmobiliaria que acaba de llegar a la región angustiada porque perdió la custodia de un hijo que tuvo demasiado temprano. Con el pretexto de estar buscando una casa, Alan logra pasar su tiempo con Marion, quien, desde su silencio, llenará con elegancia sus sueños dormidos.
NOTA
Con palabras simples y a través del misterio de sus melodías, esta película busca reflejar los conflictos existenciales de dos almas que buscan el amor, sabiendo que éste es necesariamente incompleto. A través de los lustrosos pisos de una sala de baile, Xavier Giannoli nos entrega un film compuesto por diálogos auténticos y una estampa poética. Quand j’étais chanteur es una película que se disfruta por sus canciones significativas, pero también por la visión propia del autor, que nos muestra la historia de un hombre preocupado por hacer felices a los demás. Es una película encantadora que se sostiene, principalmente, por la fuerza, el sentimiento y la ternura que aporta un Depardieu tan natural como veraz.
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TÍTULO: ORIGEN: DIRECTOR: INTÉRPRETES: GÉNERO:
Le temps qui reste. Francia. François Ozon. Melvil Poupaud, Jeanne Moreau, Valeria Bruni-Tedeschi, Daniel Duval, Marie Rivière. Drama.
SINOPSIS
Romaní, un fotógrafo de moda de treinta y un años, gay, drogadicto, egocéntrico y arrogante, descubre que el cáncer ha invadido su cuerpo. Su esperanza de recuperación es prácticamente nula; la muerte es sólo una cuestión de tiempo. Su primera reacción es descargar su ira sobre sus padres, su hermana y, por último, sobre su novio, al que expulsa del piso que comparten. Ninguno de ellos conoce el secreto que explica su conducta. Finalmente, la soledad que siente lo lleva hacia su abuela. Ella es la primera persona a quien, en un alarde de falta de tacto, confiesa la gravedad de su enfermedad al decirle: «estás tan cerca de la muerte como yo». La necesidad de tener un hombro en el que apoyarse lo lleva a buscar consuelo en su antiguo novio.
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NOTA
El tiempo que queda es una sobria y dramática pieza de cámara, la más reciente creación del celebrado cineasta francés François Ozon, realizador de la trilogía integrada por las películas: Bajo la arena, Ocho Mujeres y La piscina. En esta ocasión, como es habitual, Ozon aborda con sutileza y sinceridad la muerte como fatalidad ineludible, contemplada, ahora, a través de los ojos del protagonista, un personaje que atraviesa la experiencia de vivir sus últimos días luchando en soledad. La delicadeza y originalidad de François Ozon conduce al espectador a través de esta experiencia límite y propone un film equilibrado que en ningún momento abandona su vocación de reflexión. Las fechas de estrenos consignadas son provistas por las distribuidoras y pueden sufrir alteraciones.
La historia del camello que llora. Victoria Romano.
Esta película pasó desapercibida por las salas de cine de Buenos Aires; tal vez, su formato no tradicional es el causante de su irrelevancia hacia nuestros ojos. Tal vez, la imposibilidad de observar lo extraño es aquello que nos impide ampliar nuestros gustos. El film parte desde una leyenda tradicional mongol acerca de los camellos y su origen. Caer en la obviedad de describir el film no es nuestra intención. Queremos, básicamente, plantear una posibilidad de simbolizar el mismo con el simple objeto de despertar el deseo de mirar aquel extraño documental.
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La historia habla de una madre camello que ante el dolor del parto abandona a su hijo, negándose a alimentarlo. Lo maravillosamente inaudito es que, esta supuesta patología que deviene de la marca psíquica del dolor del parto, solamente encuentra su fármaco en un exótico ritual que tiene como protagonista un violín. Lo exótico es, precisamente, que desde un evento absolutamente inconexo para nuestra mente, como sería cantar y poner el violín en la joroba de un camello, es posible trasformar aquella marca psíquica. El hombre, muchas veces, define su realidad a partir de su miseria y su dolor; desde allí, queda atado a determinada interpretación del mundo y la vida. Desde aquí, el todo se revela como un vórtice macabro dispuesto a continuar con nuestro dolor. A partir del momento en que el dolor fue impreso en nuestra carne, todo pasa a ser leído en esa clave. La madre camello –que justamente es madre por primera vez- ve a partir de ese “evento” de tener un hijo la materialización de su dolor. Todo lo que tenga que ver con ese camello recién nacido es símbolo de sufrimiento. Como ocurre en el film, hay momentos en nuestra vida que parecen sólo existir a través de la miseria; el problema radica en querer leer todo desde esa miseria. Ante esta exaltación del dolor, sólo cabe pensar que lo único que encontraremos es dolor; que no habrá tiempo en el que ese dolor deje de existir. Ahora, ¿cómo se puede dejar de lado esta ergástula? Pensamos que el violín que cura al camello, aparentemente a través de sus vibraciones musicales, es precisamente aquello que Jodorowsky llama “un acto psicomágico”. Es aquello que nos resulta absurdo lo que atenta contra la supuesta solemnidad de ese sufrimiento inquebrantable que define nuestra vida. Es la vida en la belleza de la música que quiebra, con la liviandad del espíritu, ese sello herrumbroso que impedía a la madre camello alimentar a su hijo. La vida, aunque pensemos que es dolor en su máxima expresión, siempre se abre paso a partir de la magia de lo inexplicable; la vida es como poner un violín mongol sobre la joroba de un camello que llora.
Byambasuren Davaa creció en Mongolia y sus abuelos eran nómadas. Quedó muy impactada en su niñez al ver una película que contenía un antiguo ritual de música para camellos.
FICHA TÉCNICA TÍTULO: El camello que llora GENERO: Drama ORIGEN: Alemania y Mongolia DIRECCIÓN: Luigi Falorni y Byambasuren Davaa INTÉRPRETES: Janciv Ayurzana (Janchiv), ChimedOhin(Chimed),AmgaabazarGonson (Amgaa), Munkhbayar Lhagvaa (Profesor de violín), Arijunjargal Adiya (Ayudante).
Años más tarde conoce al italiano Luigi Falorni en la Escuela de Cine de Munich y deciden filmar un documental basado en este antiguo ritual. Ambos se inspiraron en las películas de Robert J. Flaherty. Este es el segundo film de Byambasuren Davaa (Ulaanbaatar, 1971), quien trabajó para la televisión y es autora de varios cortos, y el primer largometraje de Luigi Farloni (Florencia, 1971).
Durante el rodaje, Byambasuren se encargó principalmente de la comunicación con los nómadas y de su dirección y Farloni, además del trabajo como director de fotograf ía y cámara, se concentró en la planificación del rodaje del día siguiente en base a lo que ya habían rodado.
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SINOPSIS
Esta película narra la historia de una familia de nómadas que vive en el desierto de Gobi (Mongolia) y se dedica a la cría de cabras y camellos. Esta familia tiene que afrontar una crisis cuando una camella rechaza a su recién nacido después de un parto dif ícil. Sin leche materna, el pequeño camello no sobrevivirá. Para evitar el peor desenlace, la familia decide llamar a un profesor de violín de un poblado cercano. Al compás del viento, el músico, junto al canto de una de las madres de la tribu, apaciguan el espíritu de esta camella. La camella no sólo acaba aceptando a su cría albina, sino que, como manda la tradición, el ritual no es completo si del ojo de la camella no caen lágrimas. Lo exótico del caso es que se trata de un ritual vigente en las tradiciones mongolesas y que, según la costumbre, el ritual del músico no sólo reúne a la madre y a su cría, sino que consigue que la madre llore. La música de la canción es casi un mantra, por lo que para cada animal hay un sonido capaz de incidir en su comportamiento. La explicación más plausible, según los expertos, es que este fenómeno se debe a los únicos sonidos del desierto o del viento.
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Monstruos, duendes y platos voladores en el MALBA. Por Mariano Gilmore
En el micro-cine del MALBA convivieron durante el mes de Enero la fantasía, el terror y la ciencia ficción. Un recorrido a través de las obras de estos géneros en una Buenos Aires desierta.
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Estoy sentado en las escaleras de entrada del MALBA. Es una tarde de verano estupenda, hace calor, pero la caída del sol y una brisa suave hacen soportable la temperatura. A un costado veo una suerte de semáforo construido por el artista argentino Sergio Avello. Según escucho al pasar, está hecho para medir el sonido del ambiente. En una ciudad como Buenos Aires, en pleno mes de enero, es extraño ver que el mismo todavía capte alguna vibración sonora; pero lo hace. La cita que me dirigió al MALBA fue un ciclo de cine fantástico y de ciencia ficción programado por Elvio E. Ganfolfo: poeta, periodista y escritor. Las películas seleccionadas por él parecen caer en tres categorías. La primera, marcada por los grandes clásicos tales como “Metrópolis”, “Alien” y “Solaris”. Una segunda que se centra en las sagas, tales como la magistral “Frankenstein”, con Boris Karloff; y una tercera que se enfoca en películas poco conocidas.
Según me comenta Lucas Álvarez (uno de los encargados del área de cine del museo) mientras me dispongo a entrar a la sala, la idea de este ciclo nació con el fin de realizar un repaso por el cine fantástico y de ciencia ficción. La selección de cincuenta títulos trata de abarcar todas las variantes que encotramos en dicho género: desde las películas típicas de miedo, esas que nos asustan y nos hacen reír a la vez; hasta joyas como “Invasión”, un filme argentino de 1969 dirigido por Hugo Santiago, que contó con un guión escrito por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Cuando entro a la sala me llama la atención la cantidad de espacios vacíos. Comienzo a imaginar que me encuentro en una ciudad desolada, asediada por el argumento de alguna de las películas que se proyectarán en la pantalla que tengo enfrente. Como si fuera poco, para alimentar mi fantasía futurista apocalíptica, escucho a una joven que comenta cómo esa misma noche se podrá observar un cometa: “Es el que pasó más cerca de la tierra desde hace cuarenta años”. Silencio.
El filme llega a su fin. Las luces se encienden y, para mi sorpresa, la sala que antes de comenzar la función se encontraba casi desierta, esta ahora con tan sólo tres o cuatro puestos vacíos. Como si fuésemos los últimos sobrevivientes de una ciudad desolada cuyo cielo esta siendo atravesado por un cometa, me despido del MALBA, ya caída la noche. Es hora de volver al mundo real, al calor agobiante de la ciudad durante el verano. Nada de eso realmente importa cuando uno acaba de ver una gran película. Nada de eso importa cuando durante todo el mes podrán verse joyas fantásticas de un género fantástico.
Las luces comienzan a menguar. Comienza la espera para escuchar el sonido del proyector. Ese sonido nos avisa que estamos por entrar a un nuevo mundo, a la fantasía de algún otro ser que imaginó algo y lo llevó a la pantalla grande. Sin saber qué filme se iba presentar, la sorpresa me invade cuando veo el nombre del gran Laurence Olivier sobre un fondo rojo. Acto seguido, aparecen las palabras “Los niños del Brasil”. Excelente selección. Esta película juega con nuestros miedos reales, con temores del pasado que pretenden volver y que siempre están vagando en nuestro inconsciente. Esto es para mí la clave de la obra de ficción. Jugar con los miedos y temores de los humanos, dejando en claro que todo eso que pasa en la pantalla puede suceder. Mientras disfruto de la obra, las palabras que acabo de escribir no dejan de deambular en mi cabeza; tengo miedo que esos hechos realmente puedan suceder.
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Como dijo Edgar Allan Poe (18091849), escritor norteamericano, quizás padre de los filmes de este ciclo: “Aquellos que sueñan de día son conocedores de detalles, sutiles pero maravillosos, que escapan a quienes sólo sueñan de noche”.
Este es el secreto detrás de la fantasía, el terror y la ciencia ficción: soñar ilimitadamente; crear nuevos mundos, tan cotidianos como extraordinarios y jugar con los límites del más allá.
AGENDA
Ciclos de cine
MALBA
Av. Figueroa Alcorta 3415. 4808-6500. Alfred Hitchcock vs. Francois Truffaut. Durantetodoelmesseproyectará la filmografía de ambos cineastas. Entre los títulos destacados se podrán ver: La dama desaparece, Cuéntame tu vida y Agonía de amor, de Hitchcock; y Los 400 golpes, Disparen sobre el pianista, y Jules et Jim, de Truffaut. A propósito de Buenos Aires. Continúa el film del mes: un experimento colectivo de once directores sobre una ciudad, con treinta y dos personajes, en cinco partes: las trampas, el dinero, el desierto, las luces, los muertos. Viernes a las 20:00 y sábados a las 22:00. En el hoyo. Con gran éxito de crítica y público, continúa este film cuyo personaje principal es la ciudad de México. Sábados 20:00. Moolaadé. Por tercer mes consecutivo se presentará el film del legendario Ousmane Sembene. Domingos a las 20:00. Río arriba. Con más de un año en cartel, continúa la película que muestra las consecuencias que la industria del azúcar produjo en las comunidadescollasdelaregiónde Iruya, Salta. Sábados y domingos a las 18:30. Mbya, tierra en rojo. Retrato intimista de la lucha de los MbyaGuaraníporlasupervivencia y la conservación de su identidad frente al avance del“mundo de los blancos”. Viernes a las 18:30. Directores de fotografía argentinos. Proyectará El viento, de Eduardo Mignona. Viernes 2 de marzo a las 22:00.
CENTRO CULTURAL BORGES. Galerías Pacífico. Viamonte esq. San Martín. 5555-5359.
CICLO CLÁSICOS EN EL BORGES. El acorazado Potemkim. Martes 13 de marzo a las 20:00. La Huelga. Miércoles 14 de marzo a las 20:00. Octubre. Jueves 15 de marzo a las 20:00. El conquistador del Oeste. Viernes 16 de marzo a las 20:00. El Boxeador. Sábado 17 de marzo a las 20:00. El maquinista de La General. Lunes 12 y 19 de marzo a las 20:00. Metrópolis. Martes 20 de marzo a las 20:00. El gabinete del Dr. Caligari. Jueves 1 y miércoles 21 de marzo a las 20:00. Plumas de caballo. Viernes 2 y jueves 22 de marzo a las 20:00. Sopa de ganso. Sábado 3 y viernes 23 de marzo a las 20:00. Ciudadano Kane. Lunes 5 y sábado 24 de marzo a las 20:00. El extraño. Martes 6 y lunes 26 de marzo a las 20:00. El Proceso. Miércoles 7 y martes 27 de marzo a las 20:00. El nacimiento de una Nación. Jueves 8 y miércoles 28 de marzo a las 20:00. Mata Hari. Viernes 9 y jueves 29 de marzo a las 20:00. El Beso. Sábado 10, viernes 30 y sábado 31 de marzo a las 20:00.
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BRITISH ARTS CENTRE Suipacha 1333. 4393 6941.
A partir del 13 de marzo y hasta mediados de Mayo el British Arts Centre propone una revisión de la filmografíadeldirectorJamesIvory. El muchacho del cabello verde, El sirviente y algunos films menos conocidos como The Damned y Galileoserán,entreotras,lasobras exhibidas del cineasta. Consultar fechas y horarios.
CINE CLUB ECO
Av. Corrientes 4940 2º E. 4854 4126. CINE CLUB ECO OFRECE PARA ESTE MES TRES CICLOS: Ciclo Krzystof Kieslowski. Todos los viernes a las 21:00. 2 de marzo: La doble vida de Verónica. 9 de marzo: Bleu. 16 de marzo: Blanc. 16 de marzo: Rouge. Ciclo Michael Haneke. Todos los sábados a las 21:00. 3 de marzo: El séptimo continente. 10 de marzo: El video de Benny. 17 de marzo: 71 fragmentos cronología del azar. 24 de marzo: Funny games. Ciclo Eric Rohmer. Todos los domingos a las 20:00. 4 de marzo: La rodilla de Clara. 11 de marzo: El amor después del mediodía. 18 de marzo: La buena boda. 25 de marzo: Paulina en la playa.
CINE LA GOMERA
Benito Quinquela Martín 1799. 4331 9534. Del 8 al 31 de marzo el cine La Gomera proyectará el ciclo “Nuevo Cine Cubano”. Se presentarán películas no estrenadas en Argentina entre los años 2001 y 2006. Entre las películas se podrán ver: Miel para Oshun, de Humberto Solas; y Nada más, de Juan Carlos Cremata. La muestra incluirá también una retrospectivadeldirectorFernando Pérez con sus películas Sweet Habana y La vida es silbar. Jueves, viernes y sábados a las 20:00.
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El otro Festival de Berlín. La película “El otro”, de Ariel Rotter, fue ganadora en el 57º Festival Internacional de Cine de Berlín, obteniendo el Gran Premio del Jurado (segundo en importancia después del Oso de Oro), y su protagonista, Julio Chávez, el Oso de Plata al Mejor Actor. Si bien este triunfo sorprendió, la película ya contaba con varios premios en su haber. En el 2005 el INCAA la galardonó con el premio a Mejor Opera Prima; el mismo año ganó el premio Fondo Vision – Sudest (Suiza)- y el premio de Fondo World Cinema Fund en el Festival de Berlín.
“Lo que me dan estos premios es fe. Fe en que se puede hacer un cine personal, de autor y de riesgo que no obedezca a las leyes del mercado. Quiero seguir contando las historias que tenga necesidad de contar y hablar de mis fantasmas y temores. Este es un premio no sólo a la película sino a toda una generación de cineastas argentinos. Dicen que no hacemos películas para el público. Y tal vez sea cierto. Hacemos películas para personas”.
En este film, el protagonista, Juan Desouza, es un hombre maduro situado entre los deseos de su padre (en franca declinación) y su mujer (embarazada por primera vez). Él encuentra que todo lo que parecía garantizar su propia existencia -su identidad- presenta síntomas de fragilidad: frágil el cuerpo, frágiles los afectos, frágil la conciencia. En un habitual viaje de negocios al interior del país Juan encuentra una puerta de escape. Al llegar a destino descubre que el hombre que viajaba a su lado no se despierta. Secretamente, casi como un ladrón, decide tomar la identidad de aquel hombre, decide inventarse una profesión y conseguir un lugar donde dormir, decide contemplar la posibilidad de no regresar; en última instancia, la posibilidad de ser otro, de ser muchos, de no ser él. En sus nuevos días libres, el protagonista, sin saberlo, realizará una suerte de travesía hacia la naturaleza y al reencuentro de sus gustos, de sus instintos básicos, reencontrando su existencia. De esta manera, mientras lucha por convencerse de que la vida que le tocó y eligió vivir no es la única posible, encuentra quién es realmente.
Ariel Rotter.
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Esta es la historia de un hombre cotidianamente común que, al indagar a través de la fragilidad, decide abandonar lo que constituía su día a día con el único propósito de encontrarse a él mismo. En este movimiento desesperado de lucha por sí mismo, Juan Desouza tomará distancia, mostrando que el desapego no es un concepto tan macabro cuando lo que está en peligro es uno mismo.
FICHA TÉCNICA Director: Ariel Rotter. Guión: Ariel Rotter. Elenco: Julio Chavez, Inés Molina,
María Ucedo, Arturo Gotees.
La película es una coproducción entre Argentina, Francia y Alemania.
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La Antena Festival de Rótterdam. El Festival Internacional de Rótterdam tiene lugar entre la última semana de enero y la primera de febrero. Enfocado a películas independientes y directores que hayan realizado como máximo dos films, la selección incluye treinta películas europeas y treinta internacionales. Este gran evento tiene lugar en más de diez locaciones alrededor del Schouwburgplein de Rótterdam. La película argentina La Antena ha sido seleccionada para ser proyectada en la jornada inaugural del Festival en su 36° edición. Por su originalidad y su temática contemporánea, es la primera vez en todos los años del festival que una película de la competencia oficial por el Tiger Award es designada para la apertura del mismo.
comerciales, video clips y cortometrajes, tanto para agencias publicitarias nacionales como extranjeras. La película La Antena fue íntegramente realizada por su productora.
Únicamente, a través de ella y su hijo, y utilizando una vieja antena, será posible romper el hechizo del Sr. TV. Sólo así será posible abandonar la caverna.
Este film nos cuenta la historia de una ciudad que ha quedado completamente sin voz, bajo un absoluto invierno. Allí vive un hombre despiadado llamado Sr. TV. Él es el dueño de todas las imágenes que hay en la ciudad como de una serie de productos. Así, buscará llevar adelante un macabro plan para someter y adueñarse de todas las almas que pueblan la ciudad. En esta caverna citadina, sólo una mujer dotada de voz encarnará el arquetipo de la Pitonisa.
La Antena es un film realizado completamente en blanco y negro. El rodaje comenzó en el 2004 y durante los dos años posteriores se llevó a cabo la compleja edición que cuenta con múltiples efectos visuales. Estos efectos son utilizados por Sapir para recrear una estética a la manera del expresionismo alemán y soviético, como Fritz Lang y Ensestein, proponiendo fusionarlos con el comic y lo gráfico. El valor poético de la imagen sobresale constantemente; la reapropiación de Sapir del cine mudo refleja en la actualidad el vacuo contenido de las palabras de los medios. La nada en su sentido negativo, la vacuidad, parecería ser la cárcel oculta dentro de la compulsiva saturación de imágenes que constantemente prodigan los medios.
La Antena es el segundo largometraje de Esteban Sapir, luego de su ópera prima “Picado fino”, en 1996. Sapir es reconocido como fotógrafo y cámara en distintas películas como: Un crisantemo estalla en cinco esquinas, Río escondido y La vida según Muriel, entre otras. En 1999 funda ladobleA Productora con Gonzalo Agulla y José Arnal, realizando más de 300
FICHA TÉCNICA Director: Esteban Sapir. Intérpretes: Valeria Bertuccelli, Ale
jandro Urdapilleta, Julieta Cardi nali, Rafael Ferro, Florencia Raggi.
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LIBROS
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Esta es la segunda parte de la extensa entrevista realizada al autor de Los Guachos, Roberto Torres, en el número anterior. El libro fue publicado por Tol Ediciones en octubre del año pasado y la presentación tuvo lugar en el Museo de Arte Hispano-
El libro nos relata la historia de un joven que emprende una búsqueda bajo la noble bandera de la verdad. No encontrando los medios en su propio país parte hacia Perú, como si éste fuese el único lugar donde la verdad vive. En este viaje conoce una antigua y secreta corriente chamánica que quiebra de suyo toda su búsqueda; él descubre que la verdad no guarda paradero en ningún lugar, pero que aún así ella habita en todos lados. El autor nos relata una original versión contracultural del chamanismo ligada a raíces judeocristianas. Al mismo tiempo que cuestiona los parámetros del sistema, descubre la posibilidad de despertar a una dimensión trascendente desde el aquí y ahora, desde la realidad cotidiana. Aunque por momentos nos recuerde a Castaneda, este libro rescata el conocimiento de un chamanismo nuestro, occidental, y destaca las figuras de intelectuales que realizaron búsquedas espirituales tratando de dejar de lado el racionalismo cartesiano. De esta cosmovisión surge la figura de lo que se denomina “el guacho” y así, Torres hace referencia a quienes se sienten huérfanos de su propia cultura e intentan buscar el conocimiento sin necesidad de apartarse del mundo.
americano Isaac Fernán- Durante todo este año el autor,
Roberto Torres, junto con Tol Ediciones y Yenny-El Ateneo, realizará una serie de charlas a lo largo del país. La primera tendrá lugar en la Ciudad de Rosario, Santa Fe; luego continuarán en Córdoba Capital, Buenos Aires (Grand Splendid*), Mendoza, Chaco, Salta y Bariloche. La nota fue grabada y transcripta tal cual, sin ningún cambio.
dez Blanco.
* 15 de mayo, Grand Splendid, Yenny-El Ateneo, Santa Fe y Callao, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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Pero... ¿quiénes son los guachos y por qué se llaman así?
Una de las características patológicas de nuestra cultura es la persecución y aniquilamiento de nuestros chamanes: caso Jesús, caso primeros cristianos echados a los leones romanos, caso caza de brujas de la inquisición, caso Galileo Galilei, etc., etc. Así fue que, los chamanes de nuestra cultura, se vieron obligados a mantenerse ocultos hasta que los tiempos fueran propicios, y esto ha sido, nada más ni nada menos, que 20 siglos. Generaciones y generaciones han pasado por la tierra, mientras los chamanes gnósticos y otros han cuidado celosamente el conocimiento, el remedio del alma occidental judeocristiana. A través de una secreta tradición oral se ha ido traspasando el saber oculto de un chamanismo que parecía perdido hasta que, recién ahora, empiezan a darse las condiciones para recrearlo en un tiempo distinto, con las transformaciones que sufrió desde hace 2000 años a esta parte. Entonces, allá por la década de los ’70 del siglo XX, se celebró en Perú una reunión de chamanes, herederos del conocimiento secreto, que vivían dispersos por diferentes regiones del mundo, para replantear el chamanismo con vistas a un futuro histórico mundial decadente y peligroso. Así fue como se decidió tomar una nueva política al respecto y desocultar el chamanismo secreto de nuestra cultura, hijo del judaísmo, de esenios, de las doctrinas secretas de Egipto, de los sabios griegos, de la Kabbalah, es decir, del gnosticismo original cristiano que ya contenía todas estas fuentes de conocimiento. Este mágico encuentro de chamanes, quizás el más importante y poderoso de todos los tiempos de occidente, se realizó en Perú (con la supervisión de mi pupilero Octavio), y no en otra parte, ya que los chamanes occidentales consideran que la América Latina es el lugar en donde emerge la energía del nuevo tiempo, para un nuevo hombre, capaz de fundar una nueva humanidad. Guachos, entre otras cosas, porque han tenido que vivir solos, huérfanos de una sociedad cultural que los rechazó, durante siglos...
A lo largo de la nota he notado que habla de la cultura en términos patológicos ¿por qué?
Desde el comienzo de esta nota estamos hablando de chamanismo, que es la sanación del alma humana; un alma humana que, para vivir en este mundo, se vio obligada a hacerlo a través de adoptar, de adaptarse e incluso de someterse a una forma cultural determinada. Cualquiera de nosotros podría haber adoptado alguna de las distintas culturas vigentes en el planeta si nos hubieran dado en adopción a una familia de otra cultura o a una de las tantas tribus que todavía hemos dejado con vida (ríe irónicamente). Nos hubiéramos criado con las creencias de esa gente y hasta rechazaríamos costumbres, ideas y visiones de otras sociedades como la actualmente nuestra. Es decir, el alma humana, aún cuando tantos intelectuales piensen lo contrario, no es la cultura; es por eso que puede adaptarse y, como ya dije, incluso someterse a ella. El alma humana pertenece a una dimensión trascendente y su vehículo por esta tierra es la cultura…antigua, moderna o este último modelo en decadencia en el que estamos viajando a velocidad vertiginosa: la llamada judeocristiana. Son miles las cualidades benéficas de las que gozan las diferentes culturas del mundo y, por consiguiente, saludables para el ser humano. Ahora bien, cuando un verdadero médico revisa el cuerpo resalta lo que anda mal y aprecia lo que está bien. De todas maneras, debemos reconocer que el desastre mundial en el que nos encontramos (y que está de más enumerar) tapa, opaca, borra, enrarece todo lo que hay de positivo en esta cultura. Es decir, estamos ante un paciente terminal. Aunque todavía haya muchas de sus funciones que nos hagan pensar que la cosa está bien, es sólo una apariencia.
Está claro. Volviendo a los guachos: en el libro destaca cuatro tipos de guachos. Háblenos de eso...
Bueno; uno llega a este mundo y no sabe más que aquello que los padres nos enseñan. Uno obedece y respeta el mandato. Los padres, la cultura, los maestros, la gente, nos enseñan a vivir, a amar, a enfermar, a morir de una forma cultural, como ya hemos vis-
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to. Son entonces nuestros primeros maestros de esta maravillosa aventura que es la vida. Uno es naturalmente dócil, está ávido de aprender, y la mezcla de estas dos cualidades nos vuelve obedientes. Y este es el primer estadio de conciencia por el que pasan los guachos; siempre y cuando pasen, ya que hay una enorme mayoría que queda en el camino y sólo vive obedientemente durante toda su vida. Los que, en cambio, no se conforman con el mandato enseñado y, por el contrario, se revelan, son quienes en verdad tienen la posibilidad de despertar del adormecimiento original y del hechizo que el mundo produce: un hechizo que nos hace creer que la vida es todo aquello que el mundo nos enseña y ofrece. Sin embargo, las más de las veces, es sólo un artificio que se desvanece tarde o temprano. Ese es un momento de desorientación muy tremendo, pues quien pasa por allí siente que nada de lo que hizo obedientemente tiene sentido ni sirvió para lograr aquello que el mundo prometía: felicidad, tranquilidad, amor. El guacho rebelde, como te decía, es quien descree de eso y busca enfrentarse al mundo y al sistema con el ingenuo afán de cambiarlos. No se puede negar la nobleza de tal acto, pero la transformación no se puede dar, no se puede lograr, concretamente, hasta tanto haya alguien que esté a la altura, es decir, que conozca la manera precisa para transformar. Ese experto es sólo aquel que se transforma a sí mismo, que revoluciona hasta su última neurona. Ese es el guacho consciente, que es el tercer estadio por el que se pasa antes de volverse un guacho esclarecido. Es quien ha logrado la conciencia y, entonces, ya no acusa a los demás de sus propias desgracias, ya no busca culpables por ahí. No niega responsabilidades, pero se hace cargo de las suyas y libera al mundo de su propia carga. Él transforma su vida y, así, contagia a otros. El guacho consciente se da cuenta de que la enfermedad está adentro de él y se sana como un chamán. Sabe que no sirve de nada buscar sistemas más “sanos” ya que los contaminaría con su propia enfermedad…y a las pruebas históricas me remito... Laura Murray
PERROS HÉROES Autor:
Mario Bellatin Interzona
Editorial:
Perros héroes Tratado sobre el futuro de América Latina visto a través de un hombre inmóvil y sus treinta Pastor Belga Malinois. #86
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lgunos textos se ubican en los límites de la literatura, textos que nos hacen preguntarnos, mientras los leemos, qué estamos leyendo; textos que exploran las posibilidades narrativas que no nos son familiares y, por eso, dificultan nuestro entendimiento. Tal es el caso de Perros héroes, de “Mario Bellatin”. Si es que existe una historia en este libro, esta narra la cotidianeidad de un hombre inmóvil y su casa, la que comparte con su madre, su hermana, un enfermero-entrenador, unos pájaros y treinta perros. El hombre inmóvil está postrado en una silla de ruedas y apenas puede balbucear algunas palabras, no obstante lo cual, es un laureado adiestrador de perros de la raza Pastor Belga Malinois, con los cuales parece comunicarse a la perfección. No hay mucho que agregar en lo que respecta a la acción del relato: el enfermero-entrenador calla algunos secretos y tiene una relación intensísima de amor-odio con el hombre inmóvil, la madre y la hermana se dedican a clasificar bolsas de plástico con fines que desconocemos, hay un par de llamadas telefónicas pidiendo información, en algún momento un perro destrozará un pajarito por órdenes del hombre inmóvil y poco más.
L
os que se interesen por la acción que relata un texto, o por la sumatoria de peripecias como forma de hacer avanzar un relato, pueden evitar leer las 70 páginas del libro; no hay mucho más que lo que acabamos de referir. Los que nos interesamos por cómo está construida una obra podemos apreciar algunas otras cuestiones. La narración está establecida con frases cortas y punzantes; es una recolección de hechos que, por momentos, se vuelve vertiginosa, contrastando con la absoluta falta de movimiento en lo narrado. Esto crea un efecto de tensión y ahí puede buscarse una forma de entender el subtítulo del libro: “Tratado sobre el futuro de América Latina visto a través de un hombre inmóvil y sus treinta Pastor Belga Malinois”; por un lado, en el texto no pasa nada, por otro, parece que todo está a punto de estallar. El hombre inmóvil es una mezcla de genio e idiota preocupadísimo por cuestiones extrañas como saber cuántos pastores Belga Malinois entran en una nave espacial. Asimismo, se puede ver una compleja distribución del poder hacia adentro de la casa: el hombre inmóvil funciona como severo dictador y los demás habitantes le temen y veneran a la vez que, puede sentirse, lo odian profundamente.
M
ario Bellatin nació en México en 1960. A temprana edad se trasladó a Perú con sus padres, allí estudió Teología y Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima. En 1987 fue becado para ir a Cuba y estudiar guión cinematográfico en la Escuela Internacional de Cine Latinoamericano de San Antonio de los Baños, realizando un curso de guión en el taller de García Márquez. En México inició su carrera literaria con la publicación de Mujeres de sal (1986). Ha sido director del Área de Literatura y Humanidades de la Universidad del Claustro de
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erros héroes tiene la virtud de incomodarnos; es un texto desapacible que busca explorar hasta dónde puede llevarse el límite de lo literario. Al final del libro se adjudica una “Instalación” que nos muestra fotos del lugar y los protagonistas que habitan el libro. Nueva vuelta de tuerca y nueva problematización: ¿qué hemos leído: un cuento, un ensayo, una descripción documentada de una situación cierta?; ¿es posible que exista esta gente? Si bien el texto dice realizar un tratado desde lo que se ve “a través de un hombre inmóvil y sus treinta Pastor Belga Malinois”, el narrador no se ubica desde el hombre postrado ni desde sus perros; se ubica en una tercera persona que narra casi científicamente. No nos está permitido saber por qué, al final del texto, tiene el hombre inmóvil una sonrisa beatífica. ¿De qué se ríe? ¿Sabe algo que ignoramos? El que busque las respuestas en el texto puede desencantarse: las preguntas quedan abiertas para el lector, quien queda prendado de esta tensa calma creada por Bellatin y empieza a presentir que, en cualquier momento, todo va a estallar. Gabriel Graves
Sor Juana y es miembro del Sistema Nacional de Creadores de México. En 2000 fue finalista del Premio Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia y ha recibido el Premio Xavier Villaurrutia por su novela Flores. Su obra ha sido traducida al alemán, inglés y francés y ha aparecido en varias antologías. La narrativa de Mario Bellatin es estudiada en diversas universidades de los Estados Unidos y ha sido motivo de tesis en ese país, América Latina y España. Actualmente, Bellatin dirige la Escuela Dinámica de Escritores en el Distrito Federal.
Teoría de la literatura de los formalistas rusos AUTOR: Todorov, Tzvetan (comp.) EDITORIAL: Siglo XXI
Insoslayable colección de artículos críticos que constituyen, junto con Mimesis de “Erich Auerbach”, el minimum minimorum que todo amante de las letras y sus estudios debe atesorar en su biblioteca. Los trabajos reunidos por “Tzvetan Todorov” en este libro dieron a conocer en Europa a un grupo de jóvenes que durante tiempos turbulentos contrajeron un compromiso radical para con la literatura. Brazo teórico del futurismo en sus comienzos, el formalismo consideró, en el contexto de la Rusia revolucionaria, que el arte trabajaba en forma distinta a los demás aspectos de la existencia, con reglas propias que no pueden explicarse por el paradigma marxista de base y superestructura. Así, la obra literaria no puede entenderse ni por el contexto en el que aparece, ni por la psicología del autor, ni por ninguna cuestión ajena a ella misma: una obra es una máquina que, de alguna manera, funciona, y ver qué la hace funcionar es la tarea del crítico. El formalismo buscaba, entonces, analizar específicamente qué es lo literario en una obra literaria y deseaba analizarlo con todo el rigor de la ciencia. No era fácil defender semejantes ideas en esa época; implicaba arriesgarse a ser tildado de antirrevolucionario. Los jerarcas rusos no estaban muy de acuerdo con que alguien pensase algo que no entrase en el plan de la sociedad revolucionaria. Lo que se decía en materia literaria tenía repercusiones inimaginables en nuestros días: un artículo que no gustase a la revolución podía mandar a Siberia a su autor; Trotsky llegó a responder críticamente algunos trabajos del grupo haciendo pertinentes observaciones acompañadas de amenazas de persecución, en caso de que estos errados muchachos siguiesen con sus ideas. No sólo la concepción del arte de los formalistas puede rescatarse en esta antología; también están presentes la pulsión pasional y el peligro del momento en el cual se concibieron estas ideas. Por lo mismo, propongo
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leer la compilación de Todorov no sólo como algunas de las mejores páginas que la crítica ha dado desde su rigor técnico, sino también, como una novela; la novela de un grupo de muchachos enamorados de la literatura, objeto cruel que no les retribuye su amor sino que se limita a plantearles nuevos problemas a cada instante. En esta historia también hay enemigos que todo el tiempo amenazan las posibilidades de amor del grupo, enemigos tácitos que constantemente les exigen sumisión a una idea que quieren imponerles como más importante que el objeto de su deseo: la idea de una revolución como sentido único de su vida. Así, podemos conmovernos ante la maravilla de “El arte como artificio” de Viktor Shklovky (primera aproximación a una ciencia literaria que ayuda al grupo a entender a su objeto: la bellísima idea del arte como aquello que nos produce extrañamiento de nuestras experiencias cotidianas, nos las dificulta y resignifica). Podemos, igualmente, entristecernos profundamente con la capitulación de los ideales originarios formalistas en el artículo de Tinianov y Jakobson “Problemas de los estudios literarios y lingüísticos” (punto final del primer formalismo, en el cual se acepta que existe una relación entre la sociedad y la literatura, para luego verlo resurgir en el llamado segundo formalismo: sistema de dominantes y periféricas -pasado por Saussure- que al día de hoy sorprende en su solidez; glorioso rodeo que permite hacer entrar a la sociedad en la teoría sin dejar de lado la independencia y el amor por la literatura). Los formalistas han marcado profundamente la forma y las teorías posteriores con las que se ha intentado dar cuenta del arte a lo largo de todo el siglo XX y mantienen, aún hoy, extraordinaria vigencia en muchos aspectos. La compilación de Todorov es una de las formas más brillantes y amables de conocer y reafirmar nuestra pasión por las letras. Gabriel Graves
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PLEXUS
Trilogía La crucifixión Rosa Segundo libro de la trilogía Sexus-Plexus-Nexus Autor: Henry Miller Editorial: Edhasa Plexus es el segundo volumen de la trilogía La Crucifixión Rosa, compuesta, además, por Sexus y Nexus. La trilogía nos muestra un Miller encerrado en el asfalto neoyorquino entre los años veinte y treinta. Observamos un escritor que, saturado de la esquizofrénica idea materialista de la autorrealización del sueño americano, es asediado continuamente por el fantasma de su infancia, deformado por el paso del tiempo. Paralelamente, la relación con su segunda mujer, Mona, por momentos parece poblada de incertidumbres. Aquí, Miller nos relata cómo abandona su “vida” en favor de la escritura y, al mismo tiempo, describe el agobio de un trabajo que le impide realizar sus sueños; un trabajo que luego abandonará, dejando las convenciones y deberes. En su carrera para perseguir la publicación de su obra y volcarse a la escritura como única ocupación, Miller conduce una novela atravesada de dificultades económicas, afectivas y sexuales, que se mezclan con situaciones que rozan lo humorístico; situaciones que describen la existencia humana como “algo” que busca arañar la inmortalidad arañando la muerte. “La muerte no tiene sentido. Todo es cambio, vibración, creación y recreación. La canción del mundo, registrada en cada partícula de esa substancia engañosa llamada materia, surge en inefable armonía que se filtra por el ser angélico que yace dormido en la concha de la criatura f ísica llamada hombre” (Plexus). Henry Valentine Miller nació en New York el 26 de diciembre de 1891. Sus obras se enlazan con su historia personal a través del uso descarnado del lenguaje. Miller fue un gran influyente de la generación beat y despertó trastornadas polémicas en el interior de una sociedad estadounidense saturada de puritanismo mediante un lenguaje plagado de sexualidad. Entre sus obras más conocidas encontramos Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio. La presente traducción de Carlos Manzano ha recuperado breves pasajes suprimidos.
MANIFIESTO SURREALISTA Autor: André Breton Editorial: Argonauta
“La revuelta y solamente la revuelta es creadora de la luz, y esta luz no puede tomar sino tres camino: la poesía, la libertad o el amor”. A más de cincuenta años de la primera aparición en Francia del Primer Manifiesto del Surrealismo, Aldo Pellegrini nos entrega, por primera vez en castellano, la traducción completa de los tres manifiestos surrealistas de Breton. La vigencia de este movimiento radica en su profunda raíz crítica con la realidad, en la imposibilidad de aceptar a los hombres como máquinas descerebradas productoras de materia, máquinas encerradas en la cárcel de la obviedad de lo cotidiano. En el Primer manifiesto, Breton nos introduce a los principios del surrealismo mostrándonos una técnica poética determinada como instrumento general para la creación, la interpretación y el conocimiento. En el Segundo manifiesto, Breton señala que no hay lugar para la libertad si los hombres permanecen abyectos en la perfidia del esquema moral que la sociedad propone. Sólo mediante la imbecilidad constante y perversa los hombres se hacen esclavos de otros hombres, aún más imbéciles y siniestros. En Los Prolegómenos a un tercer manifiesto, finalmente, se propone una confrontación del surrealismo con la sociedad por medio de un balance en el surrealismo mismo. Breton incita constantemente a despegar de la inercia del lacayo por medio de un golpe poéticosurrealista contra la homogeneidad de la realidad. André Breton nació en Francia a finales del siglo XIX. Médico de profesión, entró en contacto con el grupo Dadá en 1916 y, en 1919, junto con Louis Aragon y Philippe Aoupault, fundó la revista “Littérature”. En 1924 funda el movimiento surrealista con la publicación de su “Manifiesto Surrealista” y en 1927 se afilia al Partido Comunista. Al año siguiente publica “El surrealismo y la pintura” y en 1929 sale el “Segundo manifiesto surrealista”, que replantea las bases del movimiento. Entre sus obras también encontramos: La inmaculada concepción y Los vasos comunicantes.
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PATTY DIPHUSA.
DICCIONARIODELOSLUGARESCOMUNES
En esta novela, el consagrado cineasta nos cuenta la historia de una estrella internacional de fotonovelas porno llamada Patty Diphusa. Almodóvar nos introduce en el bajo mundo por medio del relato de la vida de esta extraña artista. La historia comienza por una entrevista que un director de un magazine deplorable le realiza a Patty. La vida de esta estrella es fundamentalmente nocturna y está relacionada con drogas, múltiples aventuras sexuales, discotecas, galerías de arte, vanguardias y pornograf ía. Como cualquiera de nosotros, Patty busca escapar de la soledad promulgándose como una vitalista exaltada que camina por el sendero del placer. Por esto, a lo largo del relato, Patty reflexiona desde su propia experiencia acerca de la condición humana y su miseria. En este libro es posible observar el paisaje madrileño a través del cristal del vicio y del trauma. Por momentos, esta novela parece relatar la vida del afamado director manchego. Entre otros textos del director encontramos: Cuentos sin cámara, Relatos de 1975, Almodóvar on Almodóvar (publicado por Faver and Faver, Londres, 1996); y los guiones de sus distintas películas como Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, Todo sobre mi madre (edición definitiva del guión de la película con algunas reflexiones, fotograf ías y textos del autor), Mujeres al borde de un ataque de nervios (argumento original y guión) y Kika, entre otros.
Gustave Flaubert es conocido por muchas obras como: Madame Bovary, La educación sentimental, Salambó, Las tentaciones de San Antonio y Bouvuard y Pécuchet. Este excelso escritor, en la carrera por superar el naturalismo francés, se convirtió en el precursor de las novelas realistas: el “creador” de la novela burguesa, como diría Lucacks. Cuando Flaubert publicó su primera novela –Las tentaciones de San Antonio-, el círculo de escritores al que pertenecía le reprochó no haber escrito algo “real”. Como consecuencia, Gustave se dedicó a recopilar información por más de dos años, para luego escribir Madame Bovary. Por este “incidente” es conocida la obsesión del escritor. Flaubert se dedicaba por años a estudiar exhaustivamente las circunstancias, los hechos, los lugares, las noticias, y todo aquello que le fuese necesario para convertir sus novelas en historias reales. Incluso con Bouvuard y Pécuchet, Flaubert aseguraba haber encontrado la misma casa en la que sus dos personajes habían vivido. Diccionario de los lugares comunes es una obra póstuma de Flaubert, quizás no tan popular como sus novelas; sin embargo, el cinismo de su genialidad permanece y se despliega a lo largo de cada definición. Este libro no es una novela, es un diccionario construido por el ojo inquisidor del poeta; es un diccionario que se debería llevar a cualquier reunión social o, por lo menos, memorizar antes de asistir a una. La precisión de las observaciones que acompañan a cada palabra que compone este diccionario revelan que la poesía de la literatura se encuentra presente en todo momento y que el estilo es algo que nunca va a estar demodè.
Autor: Pedro Almodóvar Editorial: Anagrama Colección Contraseñas
Autor: Gustave Flaubert Editorial: EDAF
Pedro Almodóvar nació el 24 de septiembre de 1949 en Calzada de Calatrava, provincia de la Ciudad Real, en el arzobispado de Toledo. A los ocho años se muda junto a su familia a Extremadura y allí hace la primaria y secundaria en un colegio religioso de padres salesianos y franciscanos. Por la misma época comienza a concurrir compulsivamente al cine. A los dieciséis años se instala en Madrid sin familia y sin dinero con el proyecto de estudiar y hacer cine. Franco cierra la Escuela Oficial de Cine y Almodóvar comienza sus “estudios” desde el underground madrileño.
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Gustave Flauber nació en el 12 de diciembre de 1821 en Ruán, Normandía, y murió el 8 de mayo de 1880 en Croisset, una casa de campo en las cercanías de Ruán, donde vivió casi toda su vida junto a su familia. Hijo de médico, estudió Derecho en París, pero tuvo que dejar esta carrera por problemas de salud. La salud defectusa obró a su favor, permitiéndole dedicarse de lleno a la literatura.
EN LAS NUBES.
LA VERDAD DE AGAMENÓN.
Este es un libro donde McEwan nos muestra el encanto de la fantasía; un libro en el cual la ciencia ficción habla por igual con niños, adultos y jóvenes. Aquí encontramos siete episodios en los que un hombre adulto, llamado Peter Fortune, relata los secretos de su infancia ocultos en sus metamorfosis y aventuras. El libro comienza con el relato de Peter como un niño de diez años al que todos tildan de problemático por pasar los días navegando en sus fantasías. Oscilando entre la ficción y la realidad, Peter nos conduce por lo ancho de fantásticos universos donde cambia el cuerpo del gato por el de un niño malhumorado o batalla contra una endemoniada muñeca rellena de venganza. La novela recorre los mundos infantiles de Peter, pero concluye con una última aventura en la que él es un niño encerrado en el cuerpo de un adulto que se enamora. Tal vez esta sea la llave para comprender desde el comienzo el maravilloso libro de Ian McEwan, un libro en el que un hombre descubre que todavía es un niño en su esencia; un libro en el que ese hombre-niño no sólo se enamora de una mujer, sino también de la vida.
En este libro Javier Cercas opina y da su palabra poniendo en juego sus creencias a través del relato de sus experiencias personales. Aquí, Cercas constantemente señala su fragmentada identidad confeccionado un libro que se compone, en su totalidad, por retazos. Cercas nos entrega un relato compuesto por una miscelánea de cuatro patas: al comienzo, “Autobiograf ías” cuenta sus pasiones y sus recuerdos personales, como también nos habla de distintos viajes; “Cartas de Batalla” son textos polémicos que hablan de la historia y la literatura reciente; “Nuevos relatos reales” está compuesto por desopilantes narraciones; por último, “Los Contemporáneos” incluye diálogos con escritores próximos al quehacer del autor. En este libro, nuevamente, podemos observar la forma dual de experimentar la realidad que caracteriza la obra de Cercas: a través de la tensión entre la experiencia personal y la intelectual, el binomio entre materia y forma parece encontrar cierta direccionalidad. Justamente, a modo de consecuencia de esta dualidad, Cejas concluye el libro con el cuento final “Una fábula sobre el deseo, o la imposibilidad de ser otro” que, a manera de epílogo, nos revela algunas de las mejores páginas del autor. Javier continúa su brillante labor proponiéndonos un lenguaje exacto y tenso, ávido de verdad y significación. Como él mismo señala en su obra:“es preferible –lo es para mí– sacrificar los fulgores de la brillantez en el aburrido altar del sentido común”.
Autor: Ian McEwan Editorial: Anagrama Colección: Panorama de narrativas
Ian McEwan nació el 21 de junio de 1948 en Aldershot, Inglaterra. Como hijo de un sargento mayor y procurador militar escocés, su infancia fue la propia de un hijo de militar de la época. Su familia se trasladó sucesivamente a Singapur, Trípoli y otros lugares. Tras abandonar sus estudios, McEwan viajó a Grecia, donde se ganó la vida como barrendero. Posteriormente asistió a las Universidades de Sussex y East Anglia. En esta última, fue el primer estudiante inscrito en el curso de Escritura creativa impartido por Malcolm Bradbury. Su primera obra fue una colección de relatos titulada Primer Amor, últimos ritos. En 1998, en medio de una gran controversia, le fue otorgado el Booker Prize por su novela Amsterdam. Entre sus obras encontramos también: El jardín de cemento, Niños en el tiempo y libros infantiles como Rose Blanche. Por la naturaleza de sus obras, Ian se ha ganado el apodo “Ian Macabro”.
Autor: Javier Cercas Editorial: Tusquets Colección Andanzas
Javier Cercas, Ibahernando Cáceres, nació en 1962 en España. En la actualidad, es un consagrado escritor europeo y quizás el narrador con mayor proyección de la literatura española contemporánea. Ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales y sus libros han sido traducidos a más de veinte idiomas. Entre sus obras más destacadas encontramos: El inquilino, El móvil, El vientre de la ballena y otros libros de misceláneas como Relatos reales y Una buena temporada.
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LIBROS SOBRE ARTISTAS/LOS SENTIDOS
LOS CORNUDOS DEL ARTE MODERNO.
El libro esta compuesto por una entrevista realizada por Inés Katzeinstein al artista plástico Marcelo Pombo, un texto de Macelo E. Pacheco sobre las obras del artista, y una selección de distintas obras del mismo. Pombo saltó a la fama en la década del noventa formando parte de una vanguardia melancólica y rebelde de fin de siglo denominada “Arte del Rojas”, en alusión a la galería del Centro Cultural Ricardo Rojas. Sus obras fueron inmediatamente rotuladas como “arte light”. Sin embargo, con su “liviandad de contenido”, intentó derrocar la gravedad del arte político y las ínfulas del neoconceptualismo a través de una idea de belleza que muchos tildaron de banal y decorativa. Así, entre adoradas y criticadas, sus obras terminaron el siglo XX convertidas en paradigma de una nueva forma de producir y de entender el arte. Hoy, las obras de Marcelo Pombo permanecen esquivas a toda categoría. Únicas y extrañas, en ellas conviven con desenfado tanto la abstracción, el surrealismo y el barroco, como el diseño, el arte terapéutico, el bricolage y la artesanía. En este libro se presenta por primera vez la evolución del artista desde su rebeldía underground, pasando por la manualidad obsesiva hasta los hipnóticos y demenciales esmaltes del 2006. Por las incontables etiquetas peyorativas que se le adjudicaron, hoy sus obras permanecen inclasificables. En este libro, con más de setenta reproducciones, se revelan las ideas y circunstancias detrás de la producción artística de Marcelo Pombo.
Dalí es infinitamente conocido por nosotros. No deben existir muchas personas que logren no asociar aquel nombre con esos extravagantes bigotes. Este excelentísimo artista no sólo volcó su exultante genialidad sobre la transformación de la imagen sino que, también, dejó huella de su abismal percepción en la palabra que no muere: la escritura. Este libro fue escrito originalmente en francés durante la década del cincuenta mientras Dalí realizaba una de sus travesías por el Atlántico. Aquí encontramos a Dalí preocupado por el espíritu servil de la crítica que pareciera inclinarse lascivamente ante las vanguardias artísticas, sobre todo, en lo referente al “arte abstracto”. El autor señala que los críticos se han puesto a los pies del arte moderno, permitiendo que este “nuevo arte” los traicione constantemente por su vacua abstracción, su ausente contenido y su excesiva fealdad. Dalí señala que la crítica, en su necesidad de vanguardia, concluye por aceptar como arte incluso aquello que en otros tiempos jamás hubiese llevado aquel nombre. Esto es lo que parece perturbar a Dalí: la “chavacanización” del arte. La nivelación de la mediocridad del arte con la mediocridad de los hombres como consecuencia de un crítico sin criterio es, precisamente, lo que atenta contra el arte mismo. Es éste absurdo, esta importancia de la vanguardia por la vanguardia misma lo que Dalí analiza y critica por medio de su sulfurante y atrapante percepción.
Marcelo Pomo nació el 28 de diciembre de 1959 en Buenos Aires, Argentina. Realizó sus estudios en la escuela Manuel Belgrano y trabajó durante muchos años como profesor de plástica en distintos centros de asistencia psiquiátrica. En el 1990 ganó el Premio Fundación Nuevo Mundo, Museo Nacional de Bellas Artes; en 1996 el Premio Adquisición Pintura Joven, Fundación Telefónica de Argentina; y en 2002 el Premio Konex a la Pintura, Quinquenio 1997-2001, junto con un Diploma al Mérito.
Salvador Dalí nació en Figueres, Genora, en 1924. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid y fue expulsado en 1926 por rebelde. Luego se unió a la Generación del ´27. Comenzó sus exposiciones en Madrid y Barcelona por 1925 y a partir de 1930 se adhirió al movimiento surrealista, del que fue expulsado por insubordinación. A partir de 1950 comenzó su etapa de reflexión mediante el “método paranoico-crítico”. Entre sus escritos encontramos: Diario de un genio y El mito trágico de “El ángelus” de Millet.
Autor: Marcelo Pombo Editorial: Adriana Hidalgo Editora Colección: Colección Ruth Benzacar
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Autor: Salvador Dalí Editorial: Tusquets Colección: Esenciales
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