Año XLVI - Domingo IV de Cuaresma /C - 10 de Marzo de 2013
ENTRA EN LA FIESTA DEL PERDÓN
Remesa III - Nº 17
C
uaresma es camino de perdón y de reconciliación. Si para el Padre es una fiesta perdonar, para nosotros, los humanos pecadores, debe ser un aprendizaje en el amor. Sin acoger el perdón en el amor no hay Pascua de Resurrección. Nos detenemos en la parábola de la Misericordia. Jesús sitúa su enseñanza en una casa de campo, donde viven dos hijos con su padre. Sea por lo que sea, el hijo pequeño, un día, pide su herencia, la recoge con prisa y se marcha. Rompe el diálogo con su padre y con su hermano. Pero, un día, después de vivir mil realidades desastrosas, se da cuenta del pecado cometido y regresa a casa arrepentido. Por el contrario, el hermano mayor queda con el padre; cumple con el deber y se mantiene en la legalidad. Una tarde, al volver del campo, se entera que el padre ha montado un banquete por el regreso de su hermano. Y decide no entrar. No quiere verse con él. No le perdona el mal que ha “Padre, he pecado contra el hecho al buen nombre de la familia. Y aquí brilla el reflejo del amor del padre. cielo y contra ti. Ya no merezco ser hijo tuyo” (Lc 15,21). El padre recibe al pequeño, lo abraza, lo besa, le da una túnica nueva y organiza una fiesta por su regreso. Más aún. Cuando advierte que su hijo mayor no quiere entrar al banquete para no verse con su hermano, deja la fiesta, sale a dialogar con él e intenta convencerlo para que entre a la sala. Y es que, la gran fiesta del Padre no es sólo perdonar, sino ver que nosotros nos perdonamos y que, alrededor de la mesa, compartimos el pan del amor en la reconciliación. ¿Perdonas con generosidad? ¿Eres resentido para el perdón? ¿A quién decides perdonar en esta cuaresma para vivir con alegría la pascua del amor? Entra en la fiesta del perdón y tendrás una verdadera Pascua de Resurrección. Antonio Gracia, pasionista Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor (Sal 33)
Nuestra Misa Monición
Domingo IV de Cuaresma /C Hermanos. Entrar en la tierra de promisión, caminar hacia la pascua del Señor, implica vivir desde el corazón del Padre el amor en el perdón; compartir el pan de la nueva Jerusalén en el banquete del encuentro fraterno, desde una verdadera reconciliación con Dios y con el hermano. Sin perdón no hay Pascua de Resurrección. Lo nuevo ha comenzado. Que la Palabra de este Cuarto Domingo de Cuaresma, nos ayude a disfrutar del banquete pascual del amor en el perdón.
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Antífona de entrada
Alégrate, Jerusalén, y todos los que la aman, reúnanse. Regocíjense con ella todos los que participaban de su duelo y quedarán saciados con la abundancia de sus consuelos (Is 66,10-11).
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Acto Penitencial
S Tú que nos has hecho renacer por el agua y el Espíritu: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad. S Tú que enviaste al Espíritu Santo para crear en nosotros un corazón nuevo: Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad. S Tú que eres el autor de la salvación eterna: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
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Oración colecta
Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo.
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1ª Lectura (Jos 5,9.10-12) Lectura del libro de Josué
En aquellos días, el Señor dijo a Josué: “Hoy he quitado de encima de ustedes el oprobio de Egipto”. Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebraron la Pascua, al atardecer del día catorce del mes, en la llanura desértica de Jericó. El día siguiente a la Pascua, comieron del fruto de la tierra, panes ázimos y granos de trigo tostados. A partir de aquel día, cesó el maná. Los israelitas ya no volvieron a tener maná, y desde aquel año comieron de los frutos que producía la tierra de Canaán. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (33)
L Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. R Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. L Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo /R L Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores /R L Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias/R
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2ª Lectura (2Co 5,17-21) Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios
Hermanos: El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En
nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”. R Honor y gloria a ti, Señor Jesús (Lc 15,18).
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 15,1-3.11-32)
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera. Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores”.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’. Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies: traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete. El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Este le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar. Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’. El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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Profesión de fe
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Oración de los fieles
S Dios nos llama a convertirnos en esta Cuaresma. Oremos, para que nos revele su amor y su misericordia, y nuestra conversión sea sincera y duradera. A Te lo pedimos, Señor
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Ilustraciones de: Hna. Teresa Castaño - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
L Jesús nos presenta a Dios como un padre comprensivo, misericordioso, perdonador. Para que practiquemos la misericordia con los que se equivocan y les ayudemos a encontrar el buen camino: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Por los misioneros de Cam4 y ComLa 9, para que se ocupen de las personas que se han alejado de Dios y les ayuden a realizar una verdadera conversión: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Por las instituciones civiles y religiosas dedicadas a la rehabilitación de jóvenes y adultos, para que en su labor prevalezca el amor y el respeto a la persona, por encima de métodos represivos: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L El padre organizó una fiesta para celebrar la vuelta del hijo. Para que hagamos del sacramento de la conversión una fiesta de la misericordia y del perdón: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor (Intenciones libres) S Dios de misericordia y amante del perdón, convierte nuestros corazones duros para perdonar, y concédenos amor y comprensión con los que se equivocan, para ayudarlos a convertirse. Por Jesucristo nuestro Señor. R Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Antífona de comunión
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Oración d/de la comunión
Dios nuestro, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El personaje de la semana
San Clemente Hofbauer
N
ace en Moravia, Austria, en 1751. Huérfano de padre, toma a Jesucristo como su Padre”. Siendo sacerdote viaja a Roma, e ingresando a la Comunidad Religiosa de los redentoristas, llegó a ser considerado como el segundo fundador logrando la extensión de esta comunidad por el norte de Europa. En una oportunidad una señora le dijo escandalizada: ¿Uf, que diría la gente si yo, la esposa de un semejante señor tan conocido, me dedicara a comulgar frecuentemente? Y el santo respondió: piense más bien ¿Qué diría la gente de usted, la esposa de un señor tan conocido, si se condena eternamente? En Varsovia-Polonia, predicó incansablemente logrando que católicos, protestantes y judíos se volvieran fervorosos católicos practicantes atrayendo a muchos jóvenes hacia el sacerdocio. Años más tarde el emperador austriaco, le prohíbe predicar, incluso estuvo a punto de ser expulsado del país. Permaneció en Viena, sin poder predicar, pero, se dedica a administrar el Sacramento de la Reconciliación y la dirección espiritual, lo cual produjo un despertar religioso en la ciudad. De ahí su apodo: “El Apóstol de Viena”. San Clemente muere 15 de marzo de 1820. Ariel Castillo, ssp.
Liturgia de la Semana - 4ª Sem. del Salterio
(Del 11 al 17 de Marzo de 2013)
11 Lunes, Feria, IV Sem. de Cuaresma - Is
65,17-21; Sal 29; Jn 4,43-54.
12 Martes, Feria, IV Sem. de Cuaresma -
Ez 47,1-9.12; Sal 45; Jn 5,1-3.5-16.
13 Miércoles - Feria, IV Sem. de Cuaresma - Is 49,8-15; Sal 144; Jn 5,17-30. 14 Jueves - Feria, IV Sem. de Cuaresma -
Éx 32,7-14; Sal 105; Jn 5,31-47.
15 Viernes - Feria, IV Sem. de Cuaresma - Sab 2,1.12-22; Sal 33; Jn 7,1-
2.10.25-30.
16 Sábado - Feria, IV Sem. de Cuaresma -
Jer 11,18-20; Sal 7; Jn 7,40-53.
17 Domingo V de Cuaresma /C - Is 43,1621; Sal 125; Fil 3,7-14; Jn 8,1-11 L.H. 1ª Semana del Salterio.