Año XLVI - Domingo de Ramos /C - 24 de Marzo de 2013
ENTRA EN LA PASCUA DEL SEÑOR
Remesa III - Nº 19
J
esús inició su camino Pascual desde el vientre de su madre; desde el anonadamiento inicial. Ahí comenzó la procesión de entrada. La subida fue larga, misteriosamente contrastante, pero siempre dirigida por el Espíritu. Hoy, las lecturas del Domingo de Ramos, nos introducen en el tramo final de la subida hacia la cumbre. El Siervo lleva al pueblo en su carne. Es uno con él. Por eso, ofrece su cuerpo al servicio de su salvación y no oculta su rostro ante insultos y salivazos. Siente que Dios lo fortalece en su vocación de Siervo liberador. Por eso, en sus llagas se encarna una humanidad redimida y justificada, condolida y compadecida, incorporada y salvada. Pablo visualiza la palabra de Isaías y traza una síntesis maravillosa del vaciamiento de Dios en Jesús. El Verbo existe desde siempre y, al hacerse hombre, se despoja de su gloria divina y asume ser uno de nosotros. Se vacía a sí mismo y se humilla hasta morir en los brazos malditos de una cruz. Si la encarnación inicia realmente “…Llegada la hora Jesús se senPascua de Dios en Jesús, la resurrección tó a la mesa con sus apóstoles y les dijo: “Yo tenía gran deseo revelará el sentido a su historia y el mis- de comer esta pascua con usteterio de su redención. des antes de padecer” Finalmente, de la mano de Lucas, la Iglesia (Lc 22,14-15). proclama los acontecimientos de la pasión y muerte de Jesús. Pero está claro. Si la Pasión de Jesús no cambia el corazón de la Iglesia, la Iglesia no vive lo que celebra. Leer un pasado, no es celebrar ahora y aquí la pascua liberadora del Señor. Todavía hay millones de crucificados en espera de su resurrección. ¿Cómo piensas vivir la Semana santa? ¿Qué implica para ti vivir la Pasión de Jesús? ¿Qué puedes hacer por una pascua de resurrección en Venezuela? No traiciones el sentido real de la Semana Santa. Vive en ti el misterio de la muerte y de la resurrección de Jesús. Entra en la Pascua del Señor. Antonio Gracia, pasionista Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Sal 21)
Nuestra Misa
a Cristo, nuestro rey y Señor, reunirnos con él en la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Monición
Domingo de Ramos /C Hermanos. Hoy es Domingo de Ramos. Hoy se abre la puerta a la Gran Semana de la salvación. Palmas, ramos, cantos y una alegría grande en el corazón de la Iglesia universal y en especial, de esta comunidad reunida en la celebración. Entramos en la Semana Grande del Año Litúrgico, en la que hacemos memoria de los acontecimientos pascuales de nuestra redención. Que nada, ni nadie nos perturbe en la contemplación de la Pascua del Señor. Escuchemos las lecturas de este Domingo y que el Siervo de Yahvé nos llene de gracia con su bendición.
Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén
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Antífona de entrada
Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel. ¡Hosanna en el cielo! (Mt 21,9).
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Saludo
Queridos hermanos: Después de habernos preparado desde el principio de la Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración anual de los misterios de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con la entrada de Jesús en Jerusalén. Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada triunfal a la ciudad santa, para que, participando ahora de su cruz, podamos participar un día, de su gloriosa resurrección y de su vida.
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Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, dígnate bendecir estos ramos y concede a cuantos acompañamos ahora jubilosos
Bendición de los Ramos A continuación el celebrante rocía con agua bendita los ramos sin decir nada.
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 19,28-40)
En aquel tiempo, Jesús, acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén, y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar, encontrarán atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle: ‘El Señor lo necesita’”. Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras desataban el burro, los dueños les preguntaron: “¿Por qué lo desamarran?” Ellos contestaron: “El Señor lo necesita”. Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús montara en él. Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que habían visto, diciendo: “¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!” Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos”. El les replicó: “Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. Procesión Durante la procesión se canta los siguientes cantos y otros apropiados.
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Antífona I
Los hijos de Israel, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando: “Hosanna en el cielo”.
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Salmo (23)
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. ¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. ¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. ¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria. Al entrar la procesión en la Iglesia se canta el siguiente responsorio.
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Responsorio
R Al entrar el Señor en la ciudad santa, los hijos de Israel, anticipándose a la resurrección del Señor de la vida, con palmas en las manos, clamaban: Hosanna en el cielo. V Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su encuentro con palmas en las manos, clamando: Hosanna en el cielo. Misa El sacerdote comienza la misa con la oración.
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Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a Cristo, nuestro salvador, hecho hombre y clavado en una cruz, concédenos vivir según las enseñanzas de su pasión, para participar con él, un día, de su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
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1ª Lectura (Is 50,4-7) Lectura del libro del profeta Isaías
En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (21)
L Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? R Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? L Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: “Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre” /R L Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos /R L Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado /R
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Ilustraciones de: Hna. Teresa Castaño - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
L Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel /R
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2ª Lectura (Fil 2,6-11) Lectura de la
carta del apóstol san Pablo a los filipenses
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R Honor y gloria a ti, Señor Jesús (Fil 2,8-9).
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Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 22,14–23,56)
(Por falta de espacio, no podemos publicar el texto del Evangelio de hoy)
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Profesión de fe
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Oración de los fieles
S Iniciamos hoy la celebración solemne de los días santos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Oremos, para vivirlos con los mismos sentimientos y amor con que él los vivió. A Te lo pedimos, Señor
L El pueblo que hoy aclama a Jesús al entrar en Jerusalén, reclamó su muerte ante Pilato. Para que este espectáculo de injusticia no se siga repitiendo en nuestro mundo: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Como discípulos de Jesús lo acompañamos con gozo en este día. Para que nuestras comunidades acompañen a todos los que son víctimas de represión y de muerte, en su camino de liberación: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Muchas personas en nuestro mundo reciben tratos inhumanos e injustos. Para que no seamos cómplices con nuestra colaboración y silencio, del sufrimiento de personas inocentes: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Para que los responsables de las comunidades y los fieles, colaboremos con fervor en las celebraciones que recuerdan la institución de la eucaristía, la muerte y la resurrección de Jesús: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor (Intenciones libres) S Concédenos, Señor, seguir a Jesús por el camino que conduce desde la entrada en Jerusalén, hasta la celebración gloriosa de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. R Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Que la pasión de tu Hijo, actualizada en este santo sacrificio que vamos a ofrecerte, nos alcance, Señor, de tu misericordia, el perdón que no podemos merecer por nuestras obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Antífona de comunión
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Oración d/de la comunión
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.