Pan Diario de la Palabra Agosto

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“PAN DIARIO DE LA PALABRA” Misal mensual - Para vivir la liturgia diaria - Año XVII - Nº 214 Agosto 2011 - Ciclo “A” - Bs.F. 13.00 El Misal mensual es editado por San Pablo Ediciones de Venezuela Director: Ángel Vagnoni, ssp. publicaciones@sanpablo.org.ve Sub-Director: Martino Maccapani, ssp. publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinación: July Zambrano Comentarios: Antonio Danoz, Redentorista Director de Difusión: Luis Quiñones difusion@sanpablo.org.ve Portada: Adrián Rodríguez Ilustraciones de los domingos: Hna. Teresa Castaño Corrección: July Zambrano y Clemencia de Crény Diagramación: Dora González Distribución: Telf: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 Fax: 963.68.52 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Administración: Apartado de Correos 14.034 de Candelaria Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax: 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Web site: http//www.sanpablo.org.ve Depósito Legal: pp 92-0517

CON LA APROBACIÓN ECLESIÁSTICA Nihil Obstat S.E. Manuel Felipe Díaz Sánchez, Arzobispo de Calabozo. Presidente de la Comisión de Liturgia de la C.E.V. Calabozo, 17 de Febrero de 2011 Imprimatur S.E. Card. Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas Caracas, 21 de Febrero de 2011

PUNTOS DE VENTA DEL “PAN DIARIO DE LA PALABRA” Pedidos al Mayor: San Pablo Distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: 963.68.52 E-mail: distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve

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Calendario Litúrgico - Agosto 2011 - Ciclo “A” 1 Lunes, S. Alfonso María de Ligorio, Obispo y Doctor de la Iglesia, M - Núm 11,4-15; Sal 80; Mt 14,13-21. 2 Martes, Feria o Memoria de S. Eusebio de Vercelli, Obispo - Núm 12,1-13; Sal 50; Mt 14,22-36. 3 Miércoles, Feria, XVIII Sem. del Tpo. Ord. - Núm 13,1-2.25–14,1.26-29.34-35; Sal 105; Mt 15,21-28. 4 Jueves, S. Juan María Vianney, Presbítero, M - Núm 20,1-13; Sal 94; Mt 9,35-10,1. 5 Viernes, Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, F - Dt 4,32-40; Sal 76; Mt 16,24-28. 6 Sábado, Transfiguración del Señor, F - Dn 7,9-10.13-14; Sal 96; 2Pe 1,16-19; Mt 17,1-9 - Jorn. de la vida contemplativa. 7 Domingo XIX del Tiempo Ordinario /A - 1Re 19,9.11-13; Sal 84; Rom 9,1-5; Mt 14,22-33 - L.H.: 3ª Semana del Salterio. 8 Lunes, Sto. Domingo de Guzmán, Presbítero, M - Dt 10,12-22; Sal 147; Mt 17,22-27. 9 Martes, Sta. Teresa Benedicta de la Cruz, Virgen y Mártir, M - Dt 31,1-8; Sal (Dt 32); Mt 18,1-5.10.12-14. 10 Miércoles, S. Lorenzo, Diácono y Mártir, F - 2Co 9,6-10; Sal 111; Jn 12,2426. 11 Jueves, Sta. Clara de Asís, Virgen y Fundadora, M - Jos 3,7-10.11.13-17; Sal 113; Mt 18,21—19,1. 12 Viernes, Feria o Memoria de Sta. Juana Francisca de Chantal - Jos 24,113; Sal 135; Mt 19,3-12. 13 Sábado, Feria o Memoria de los Sts. Ponciano, Papa e Hipólito, Mártires Jos 24,14-29; Sal 15; Mt 19,13-15. 14 Domingo XX del Tiempo Ordinario /A - Is 56,1.6-7; Sal 66; Rom 11,13-15.2932; Mt 15,21-28 - L.H.: 4ª Sem. del Salterio. 15 Lunes, Asunción de la Virgen María, S - Ap 11,19; 12,1-6.10; Sal 44; 1Co 15,20-27; Lc 1,39-56. 16 Martes, Feria o Memoria de San Es-

teban de Hungría - Jue 6,11-24; Sal 84; Mt 19,23-30. 17 Miércoles, Feria, XX Sem. del Tpo. Ord. - Jue 9,6-15; Sal 20; Mt 20,1-16. 18 Jueves, Feria o Memoria de Santa Elena, madre de Constantino - Jue 11,29-39; Sal 39; Mt 22,1-14. 19 Viernes, San Juan Eudes, Presbítero, M - Rut 1,1.3-8.14-16.22; Sal 145; Mt 22,34-40. 20 Sábado, S. Bernardo, Abad y Doctor de la Iglesia, M - Rut 2,1-3.8-11;4,13-17; Sal 127; Mt 23,1-12. 21 Domingo XXI del Tiempo Ordinario /A - Is 22,19-23; Sal 137; Rom 11,33-36; Mt 16,13-20 - L.H.: 1ª Semana del Salterio. 22 Lunes, Santa María Reina, M - 1Tes 1,1-5.8-10; Sal 149; Mt 23,13-22. 23 Martes, Feria, XXI Sem. del Tpo. Ord. - 1Tes 2,1-8; Sal 138; Mt 23,23-26. 24 Miércoles, San Bartolomé, Apóstol, F - Ap 21,9-14; Sal 144; Jn 1,45-51. 25 Jueves, Feria o Memoria de S. José de Calasanz, Presbítero - 1Tes 3,7-13; Sal 89; Mt 24,42-51. 26 Viernes, Feria o Memoria de Sta. Teresa de Jesús Jornet, Virgen - 1Tes 4,18; Sal 96; Mt 25,1-13. 27 Sábado, Santa Mónica, M - 1Tes 4,911; Sal 97; Mt 25,14-30. 28 Domingo XXII del Tiempo Ordinario /A - Jer 20,7-9; Sal 62; Rom 12,1-2; Mt 16,21-27 - L.H.: 2ª Semana del Salterio. 29 Lunes, Martirio de San Juan Bautista, M - Jer 1,17-19; Sal 70; Mc 6,17-29. 30 Martes, Sta. Rosa de Lima, Virgen, M - 2Co 10,17-11,2; Sal 148; Mt 13,4446. 31 Miércoles, Feria, XXII Sem. del Tpo. Ord. - Col 1,1-8; Sal 51; Lc 4,38-44.


ORDINARIO DE LA MISA

I. Ritos Iniciales 1.1 SALUDO S. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. A. Amén. S. El Señor esté con ustedes. S. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. S. El Señor, que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes. (El pueblo responde con una de las siguientes fórmulas)

1. Y con tu espíritu. 2. Bendito seas por siempre Señor. 3. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. 1.2 ACTO PENITENCIAL S. Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. (o bien)

El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. (Breve silencio)

S. Yo confieso… A. …ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. S. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. A. Amén. Invocaciones

S. Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. S. Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad. S. Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.


Ordinario de la Misa / Liturgia de la Palabra

(Luego, si la Liturgia del día lo prescribe, se canta o se dice el Gloria):

1.3 HIMNO (Durante el Adviento y Cuaresma no se dice el gloria) S. Gloria a Dios en el cielo,… A. … y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. 1.4 ORACIÓN COLECTA (Breve silencio, durante el cual cada uno ofrece sus intenciones personales al Señor. Después el celebrante ofrece la oración de la comunidad a Dios Padre, por la intercesión de Jesucristo) y todos contestan.

A. Amén.

II. Liturgia de la Palabra 2.1 PRIMERA LECTURA (Se toma de la Historia del Pueblo de Israel, Antiguo Testamento, o de los escritos de los apóstoles): (Al final de la lectura):

L. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor. (Se proclama el salmo y el pueblo intercala la respuesta. Si hay segunda lectura se lee como la primera. Sigue la aclamación antes del Evangelio o Aleluya):

2.2 EVANGELIO (Evangelio quiere decir: “Buena noticia”. En efecto, narra algún aspecto de la vida o de las enseñanzas de Jesucristo):

S. El Señor esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. Lectura del santo Evangelio según… A. Gloria a ti, Señor. (Al final de la lectura):

S. Palabra del Señor. A. Gloria a ti, Señor Jesús.


Ordinario de la Misa / Liturgia de la Palabra

2.3 PROFESIÓN DE FE (Es un resumen de la doctrina católica. Se canta o recita los domingos y solemnidades): (Credo de los Apóstoles):

S. Creo en Dios,… A. … Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. (Símbolo niceno-constantinopolitano):

S. Creo en un solo Dios,… A. … Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. 2.4 ORACIÓN DE LOS FIELES (El sacerdote invita a los fieles a orar. Una persona lee las intenciones y el pueblo contesta):

A. Te lo pedimos, Señor. (El sacerdote culmina con una oración y los fieles contestan: Amén).


Ordinario de la Misa / Liturgia Eucarística / Prefacios

III. Liturgia Eucarística 3.1. PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS (Se llevan al altar el pan y el vino).

S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. A. Bendito seas por siempre, Señor. S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. A. Bendito seas por siempre, Señor. 3.2. OREN HERMANOS S. Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. (O bien)

En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos a Dios, Padre todopoderoso. (O bien)

Oren, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso. A. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. 3.3. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS (El celebrante dice la oración en nombre de la asamblea y el pueblo contesta: Amén).

3.4. PREFACIOS Prefacio Dominical IV S. El Señor esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. A. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A. Es justo y necesario. S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque naciendo, restauró nuestra naturaleza


Ordinario de la Misa / Prefacios

caída; con su muerte destruyó nuestros pecados; al resucitar nos dio nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos, llenos de alegría: A Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Prefacio de la Asunción de la Virgen María S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque hoy ha sido llevada al cielo la Virgen Madre de Dios, figura y primicia de la Iglesia, garantía de consuelo y esperanza para tu pueblo, todavía peregrino en la tierra. Con razón no permitiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro aquella que, de un modo inefable, dio vida en su seno y carne de su carne al autor de toda vida, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría: A Santo, Santo, Santo… Prefacio de los Apóstoles I S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: A. Santo, Santo, Santo. Prefacio de los Santos I S. En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de los Santos Mártires S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre del glorioso mártir san N., derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te cantan


Ordinario de la Misa / Prefacios / Plegaria Eucarística II

en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de Santas Vírgenes y Santos Religiosos S. En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… 3.5 PLEGARIA EUCARÍSTICA II S. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo: A. Santo, Santo, Santo… S. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo + y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS”. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: “TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”. (Luego el celebrante dice una de las siguientes fórmulas)

a. S. Éste es el sacramento de nuestra fe. O bien):

S. Éste es el Misterio de la fe.


Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística II

(Y el pueblo responde):

A. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven, Señor Jesús! (o bien)

b. S. Aclamad el Misterio de la redención. (Y el pueblo responde):

A. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.

(o bien) c. S. Cristo se entregó por nosotros. (Y el pueblo responde):

A. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. S. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; (En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse)

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa Benedicto XVI, con nuestro Obispo N. y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad. (En la misa por los difuntos) Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia; concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así,


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Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística II / Plegaria Eucarística III

con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti. Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. A. Amén. (Después sigue el rito de la comunión, pág. 13)

3.6 PLEGARIA EUCARÍSTICA III S. Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que sean Cuerpo y + Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios. Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Luego el celebrante dice una de las siguientes fórmulas:

S. Éste es el Sacramento de nuestra fe. (Y el pueblo responde):

A. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! (o bien)

S. Aclamen el Misterio de la redención. (Y el pueblo responde): A. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.


Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística III

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(o bien) S. Cristo se entregó por nosotros. (Y el pueblo responde):

A. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. S. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo. Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu. Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires (san N.: Santo del día o patrono) y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda. Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa Benedicto XVI, a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia. (En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse):

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el domingo, día en que Cristo, ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. + A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. Cuando esta Plegaria se utiliza en las misas de difuntos, puede decirse

+ Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia: concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección, cuando Cristo haga resurgir de la tierra a los muertos, y transforme nuestro cuer-


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Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística III /Rito de la Comunión

po frágil en cuerpo glorioso como el suyo. Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque, al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas. Junta las manos

Por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. A. Amén. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. A. Amén. IV. Rito de la Comunión 4.1 ORACIÓN DEL SEÑOR S. Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. S. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. A. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. 4.2 RITO DE LA PAZ (Después el sacerdote con las manos extendidas, dice):

S. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. A. Amén. (Si el sacerdote lo juzga oportuno, dice):

S. Dense fraternalmente la paz. (Según la costumbre del lugar, se dan la paz):


Ordinario de la Misa / Rito de Comunión / Rito de Despedida

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4.3 FRACCIÓN DEL PAN (Mientras el sacerdote hace la fracción de la hostia, se canta o se dice):

A. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. (A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto):

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti. 4.4 COMUNIÓN S. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. A. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. S. El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna. A. Amén. 4.5 ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN S. Oremos. (El sacerdote dice la oración y al final el pueblo aclama: Amén):

V. Rito de Despedida S. El Señor, esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. A. Amén. 5.1 DESPEDIDA S. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. A. Demos gracias a Dios. Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Agosto 2011 Generales: Para que la Jornada Mundial de la Juventud que se realiza en Madrid aliente a todos los jóvenes del mundo a fundar y arraigar su vida en Cristo. Misionales: Para que los cristianos de Occidente, dóciles a la acción del Espíritu Santo, reencuentren la frescura y el entusiasmo de su fe.


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Liturgia del mes de Agosto 2011 de Agosto - Lunes,

San Alfonso María de Ligorio, Obispo y Doctor de la Ig., M Color litúrgico: Blanco

Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo En el largo recorrido por el desierto se escalonan los momentos de crisis, que desembocan en rebeldías por parte del pueblo. A Moisés le toca siempre lidiar con todas ellas. Unas veces, es la falta de alimento (Éx 16); otras, la carencia de agua (Éx 17). La más grave, la apostasía de Israel con la proclamación y el culto al novillo de oro en la falda del Sinaí (Éx 32). La crisis que narra el libro de los Números está relacionada con el alimento del maná. Llegó el momento en que el pueblo se cansó de este alimento: “Se les quitaba el apetito de no ver más que maná” (Núm 11,6). Elevaron su queja al Señor, recordando el pescado, la carne, los ajos y cebollas de la esclavitud. De nuevo ponen a prueba la paciencia de Moisés, que presenta sus quejas a Dios. Se pone en lugar de una madre, que no ha dado a luz a aquel hijo, y se ve obligado a cargar con él en brazos. Tiene que aguantar, además, los gritos y los lloros de los hijos de aquel pueblo pidiéndole carne. Con frecuencia nos sucede a las personas y a los pueblos lo que aconteció a Israel. Reclamamos con insistencia determinados beneficios, y pronto nos cansamos. En lugar de agradecerlos, nos dedicamos a juzgar y a criticar a quienes nos los han procurado. Dio el pan a los discípulos, para que lo repartieran Uno de los hechos maravillosos realizado por Jesús, que ciertamente impactó a los primeros discípulos, fue la multiplicación de los panes y de los pescados. Los cuatro evangelios han dejado constancia del hecho. Marcos y Mateo lo mencionan por duplicado. Son muchos los aspectos a tener en cuenta, al leer el relato que ofrece Mateo. El primero y principal: Mateo presenta a Jesús ante la comunidad, como persona de gran sensibilidad, hondamente preocupada por las situaciones de sufrimiento y pobreza que vive la gente. Ante estas situaciones, se compadece, “siente lástima” de la gente. En segundo lugar, Jesús aborda directamente la situación. No los deja a su suerte, para que sea la gente quien solucione sola su problema. Inmediatamente, se informa de los recursos existentes. Por lo que informa Mateo, eran escasos: cinco panes y dos pescados. Contando con ellos y con la colaboración de los apóstoles, alimentó a la multitud que lo escuchaba. Hay un gesto de Jesús que no conviene olvidar, especialmente en esta sociedad en la que Dios está cada vez más ausente. Antes de proceder a multiplicar los alimentos, Jesús “alza la vista al cielo, da gracias, parte el pan y se lo entrega” (Mt 14,19).


1 de Agosto – Lunes, San Alfonso María de Ligorio

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El santo de hoy: San Alfonso María de Ligorio (1696-1787) Nace en Marianella cerca de Nápoles (Italia), en el seno de una familia noble. Se doctoró en derecho civil y canónico a los dieciséis años. Tras un fracaso en los tribunales, abandonó la abogacía y se consagró a Dios, siendo ordenado presbítero a los 30 años. Se dedicó a predicar Misiones y a trabajar con jóvenes marginales en los suburbios de Nápoles. Impactado por el abandono espiritual y pastoral de las gentes del campo, fundó en 1732 la congregación de Misioneros del Santísimo Redentor (Redentoristas), dedicada a evangelizar a los pobres. En contra de su voluntad, fue nombrado en 1762 obispo de Santa Agata dei Goti, renunciado trece años más tarde. Fallece a los 91 años. Escritor prolífero, publicó más de un centenar de obras. Su magisterio ejerció gran influencia. Entre sus obras destacan la Teología Moral, la Práctica de amar a Jesucristo, Las Glorias de María. Fue proclamado doctor de la Iglesia en 1871; Patrono de confesores y moralistas en 1950. Se llama “Doctor celosísimo”. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Señor lo ha llenado del espíritu de sabiduría e inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo ha revestido de gloria (Sir 15,5). 2. Oración colecta Dios nuestro, que haces surgir constantemente en tu Iglesia ejemplos admirables de santidad, concédenos imitar la amorosa preocupación de san Alfonso por la salvación de todos los hombres y alcanzar, con su ayuda, la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Núm 11,4-15)

Lectura del libro de los Números En aquellos días, los israelitas se quejaban diciendo: “¡Quién nos diera carne para comer! ¡Cómo nos acordamos del pescado, que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones, de los puerros,

cebollas y ajos! Pero de tanto ver el maná, ya ni ganas tenemos de comer”. El maná era como la semilla del cilantro y su aspecto como el de la resina aromática. El pueblo se dispersaba para recogerlo. Lo molían en el molino o lo machacaban en el mortero; luego lo cocían en una olla y hacían con él una especie de pan, que sabía como el pan de aceite. Por la noche, cuando caía el rocío sobre el campamento, caía también el maná. Moisés oyó cómo se quejaba el pueblo, cada una de las familias, a la entrada de su tienda. Eso provocó la ira del Señor, y Moisés, también muy disgustado, le dijo al Señor: “¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿En qué te he desagradado para que tenga que cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo he concebido o lo he dado a luz, para que me digas: ‘Toma en brazos a este pueblo,


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1 de Agosto – Lunes, San Alfonso María de Ligorio

como una nodriza a la creatura, y llévalo a la tierra que juré darles a sus padres?’ ¿De dónde voy a sacar yo carne para repartírsela a toda la gente, que me dice llorando: ‘Queremos comer carne’? Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues es demasiado pesado para mí. Si me vas a tratar así, por favor, quítame la vida y no tendré que pasar tantas penas”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Aclamemos a Dios, nuestra fortaleza. L Israel no oyó mi voz, dice el Señor, y mi pueblo no quiso obedecerme. Los entregué, por eso, a sus caprichos y los dejé vivir como quisiesen /R L ¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel con mis mandatos! Yo, al punto, humillaría a sus enemigos y sentirían mi mano sus contrarios /R L Los que aborrecen al Señor tratarían de adularme, pero su suerte quedaría fijada. En cambio, Israel comería de lo mejor del trigo y yo lo saciaría con miel silvestre /R (Sal 80).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios R Aleluya (Mt 4,4).

6. Evangelio (Mt 14,13-21)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Ellos le contestaron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”. Él les dijo: “Tráiganmelos”. Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Inflama y santifica, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu Espíritu, para que podamos celebrar esta Eucaristía con el mismo amor


2 de Agosto - Martes, Memoria de San Eusebio de Vercelli

y entrega con que la celebraba san Alfonso. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión Éste es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo (Lc 12,42). 9. Oración después de la comunión Dios nuestro, que en san Alfonso María de Ligorio concediste a tu

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Iglesia un fervoroso apóstol de la Eucaristía, concédenos participar asiduamente de este sacramento y darte gracias por él eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: Ante las personas que padecen necesidad, ¿cuál es tu respuesta?

de Agosto - Martes,

Feria o Memoria de San Eusebio de Vercelli, Obispo Color litúrgico: Verde o blanco

A Moisés, mi siervo más fiel, le hablo cara a cara Los redactores del libro de los Números, aprovechan un momento difícil por el que pasa Moisés, para dar a conocer la admiración que sienten por él. Estamos ante un profeta absolutamente singular, habida cuenta de la misión que Dios le confió y de la forma como trata con él. En primer lugar, Moisés es el “más fiel de los siervos” de Dios. En segundo lugar, Dios se comunica con él de forma singular. Con los demás lo hace “con visiones y sueños”. Con Moisés habla, cara a cara; sin servirse de enigmas; manifestándole su rostro. A la difícil misión que viene cumpliendo Moisés, debido a las rebeldías del pueblo, se viene a sumar una dificultad más: sus hermanos Aarón y María se ponen a hablar contra él. El Señor los llama a rendir cuentas en el lugar más sagrado: la tienda del encuentro. El reproche es muy serio: “¿Cómo se atreven a hablar contra mi servidor Moisés?” (Núm 12,8). El encuentro con Dios y su reproche tuvo consecuencias. María salió con unas manchas en la piel. De Aarón nada se dice. Solamente se recoge su confesión ante Dios: “Perdón; no nos exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente” (Núm 12,11). Si hemos seguido a los dos hermanos en el pecado, imitémoslos en la conversión.


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2 de Agosto - Martes, Memoria de San Eusebio de Vercelli

Ciertamente eres Hijo de Dios Mateo concluye este apartado del evangelio con otro hecho sorpresivo de Jesús: camina sobre las aguas del lago. A este hecho añade uno de los resúmenes de la actividad sanadora de Jesús, frecuentes en su evangelio. La escena de Jesús caminando sobre las aguas del lago, en la oscuridad de la noche, en medio de una tormenta, tiene un objetivo bien definido: manifestar la identidad de Jesús, como Señor. La descripción de Mateo recuerda la presentación que hace del señorío de Dios el salmista: “Te vio el mar, oh Dios, y tembló…; retumbaron los nubarrones…; tu camino discurría por las aguas…, y no quedaba rastro de tus huellas” (Sal 77). La primera reacción de los discípulos es de temor: creían ver un fantasma, y empezaron a gritar poseídos por el miedo. Jesús disipa sus fantasmas con una palabra reveladora: “¡Ánimo! Soy yo!” (Mt 14,27). La situación cambia por completo. Pedro se anima a emprender el camino al encuentro de Jesús, pero le falló la fe. El reproche que Jesús hace a Pedro se dirige también a los demás: “¡Hombres de poca fe!” (Mt 14,31). Ya en la barca, los discípulos reflexionan sobre lo acontecido. Los ojos se les abrieron y leyeron correctamente lo acontecido. La reflexión concluyó en una confesión de fe: “Ciertamente eres Hijo de Dios” (Mt 14,32). Este Jesús es el que sanaba a cuantos lo tocaban. El santo de hoy: San Eusebio de Vercelli (283-371) Nació en Cerdeña (Italia) Educado en Roma fue elegido obispo de su propia ciudad. Fue un ferviente defensor de la fe católica, lo que le acarreó múltiples sufrimientos. Por oponerse a las presiones del emperador Constantino, sufrió el destierro. Después de la muerte del emperador regresó a su tierra, donde siguió trabajando por la Iglesia hasta su muerte. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo el Señor, seré su Dios (Ez 34,11.23-24). 2. Oración colecta Señor, Dios nuestro, que otorgaste a san Eusebio una gran fortaleza, para defender la divinidad de tu Hijo, concédenos perseverar firmes en la fe que él predicó y participar de la misma vida de Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. 3. 1ª Lectura (Núm 12,1-13)

Lectura del libro de los Números En aquellos días, María y Aarón criticaron a Moisés porque había tomado por esposa a una mujer extranjera. Decían: “¿Acaso el Señor le ha hablado


2 de Agosto - Martes, Memoria de San Eusebio de Vercelli

solamente a Moisés? ¿Acaso no nos ha hablado también a nosotros?” Y el Señor los oyó. Moisés era el hombre más humilde de la tierra. De repente, el Señor les dijo a Moisés, a Aarón y a María: “Vayan los tres a la tienda de la reunión”. Y fueron los tres. Bajó el Señor en la columna de nube y se quedó en la puerta de la tienda. Llamó a Aarón y a María, y los dos se acercaron. El Señor les dijo: “Escuchen mis palabras. Cuando hay un profeta entre ustedes, yo me comunico con él por medio de visiones y de sueños. Pero con Moisés, mi siervo, es muy distinto: él es el siervo más fiel de mi casa; yo hablo con él cara a cara, abiertamente y sin secretos, y él contempla cara a cara al Señor. ¿Por qué, pues, se han atrevido ustedes a criticar a mi siervo, Moisés?” Y la ira del Señor se encendió contra ellos. Cuando él se fue y la nube se retiró de encima de la tienda, María estaba leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María y vio que estaba leprosa. Entonces Aarón le dijo a Moisés: “Perdónanos, señor nuestro, el pecado que neciamente hemos cometido. Que no sea María como quien nace muerta del seno de su madre; mira su carne ya medio consumida por la lepra”. Entonces Moisés clamó al Señor, diciendo: “Señor, ¡cúrala por favor!” Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Misericordia, Señor, hemos pecado. L Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y

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olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados /R L Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo /R L Es justa tu sentencia y eres justo, Señor, al castigarme. Nací en la iniquidad, y pecador me concibió mi madre /R L Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu /R (Sal 50). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel. R Aleluya (Jn 1,49). 6. Evangelio (Mt 14,22-36)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: “¡Es un


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fantasma!” Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: Tranquilícense y no teman. Soy yo. Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!” Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”. Terminada la travesía, llegaron a Genesaret. Apenas lo reconocieron los habitantes de aquel lugar, pregonaron la noticia por toda la región y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían que los dejara tocar siquiera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron, quedaron curados. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

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7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, en la fiesta del obispo san Eusebio, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure (Jn 15,16). 9. Oración después de la comunión Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor que, a ejemplo de san Eusebio, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él tuvo y en llevar a la práctica sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: El reproche de Jesús: “¡Hombre de poca fe!”, ¿tiene algo que ver contigo?

de Agosto - Miércoles,

Feria, XVIII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Es una tierra que mana leche y miel Dios había prometido a Moisés: “He bajado a librar al pueblo del poder de los egipcios, para conducirlo a esta tierra que mana leche y miel” (Éx 3,8). Después de llevar recorrido parte del camino que los conducía a la tierra prometida, Moisés envía un grupo de exploradores para reconocer aquellas tierras.


3 de Agosto - Miércoles, Feria, XVIII Semana del Tiempo Ordinario

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El informe de los enviados aporta noticias favorables, pero también contienen reportes inquietantes. Se confirma que es una tierra maravillosa, como lo revelan los frutos que han traído. En verdad, es una tierra “que mana leche y miel, como Yahvé les había prometido. Junto a las buenas noticias, han podido constatar que se trata de un país poderoso con grandes ciudades bien fortificadas. Sus habitantes eran de gran estatura. Ante estas noticias preocupantes, los ánimos decaen y el desaliento se apoderó de los israelitas. El pesimismo del pueblo degeneró en protestas. La tentación de retornar a la tierra de Egipto vuelve a aflorar. Se produce lo que algunos han llamado “miedo a la libertad”. Moisés y Aarón tienen que realizar un gran esfuerzo para convencerlos, que Dios les concederá entrar en la tierra que “mana leche y miel” que les ha prometido. La sentencia del Señor es muy dura: “Ustedes cargarán con su culpa durante cuarenta años” (Núm 14,34). Tu fe es grande. Que se cumpla lo que pides El relato de Mateo nos recuerda los obstáculos que tuvieron que superar los primeros evangelizadores. La zona de Tiro y Sidón es tierra extranjera. La mujer que clama detrás de Jesús pidiendo ayuda es una mujer cananea, según la mentalidad judía, una excluida. Cada una de las personas que intervienen está en su papel. Los discípulos se sienten molestos. Jesús asume inicialmente el papel de quienes piensan que ha venido sólo para las “ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt 15,24). Manteniéndose en esta línea, dirige a la mujer unas palabras muy duras: “No está bien quitar el pan de los hijos para echárselo a los perritos” (Mt 15,26). Se hacía sentir la mentalidad excluyente de los discípulos provenientes del judaísmo respecto a los paganos. La actuación final de Jesús, alaba públicamente la fe de la mujer, y la subsiguiente curación de su hija, revelan el tipo de comunidad que Jesús quería crear. Una comunidad abierta a todos, sin exclusivismos de ninguna clase. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes (Sal 69,2.6). 2. Oración colecta Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.

3. 1ª Lectura

(Núm 13,1-2.25—14,1.26-29.34-35)

Lectura del libro de los Números En aquellos días, el Señor, le habló a Moisés en el desierto de Parán y le dijo: “Envía algunos hombres, uno por cada tribu paterna, para que exploren la tierra de Canaán, que le voy a dar a los hijos de Israel”. Al cabo de cuarenta días volvieron los exploradores, después de recorrer toda aquella tierra. Fueron a presentarse ante Moisés, Aarón y


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toda la comunidad de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades. Les mostraron los productos del país y les hicieron la siguiente relación: “Fuimos al país a donde nos enviaste y de veras mana leche y miel, como puedes ver por estos frutos. Pero el pueblo que habita en el país es poderoso; las ciudades están fortificadas y son muy grandes y hasta hemos visto ahí gigantes, descendientes de Anac. Los amalecitas ocupan la región del sur; los hititas, amorreos y yebuseos ocupan la montaña; y los cananeos, la orilla del mar y la ribera del Jordán”. Caleb, uno de los exploradores, calmó al pueblo, que empezaba a criticar a Moisés y les dijo: “Vayamos y conquistemos el país, porque sin duda podremos apoderarnos de él”. Pero los demás hombres que habían ido con Caleb, dijeron: “No podemos atacar a ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros”. Y empezaron a hablar mal del país que habían explorado, diciendo: “El país que hemos recorrido y explorado, no produce lo suficiente ni para sus propios habitantes. Toda la gente que hemos visto ahí es muy alta. Hemos visto hasta gigantes, descendientes de Anac, junto a ellos parecíamos saltamontes, y como tales nos veían ellos”. Al oír esto, toda la comunidad se puso a gritar y se pasó llorando toda la noche. Entonces el Señor les habló a Moisés y Aarón y les dijo: “¿Hasta cuándo va a seguir protestando contra mí esta comunidad perversa? He oído las quejas de los hijos de Israel contra mí.

Ve y diles: ‘Por mi vida, dice el Señor, voy a hacer con ustedes lo que han pedido que suceda. Por haber hablado mal de mí, morirán en el desierto todos los que fueron registrados en el censo, de veinte años para arriba. Les juro que no entrarán en la tierra que prometí darles, con excepción de Caleb, hijo de Yefuné, y de Josué, hijo de Num. Así como ustedes emplearon cuarenta días en explorar el país, así cargarán con sus pecados cuarenta años por el desierto, a razón de un año por día. Así sabrán lo que significa desobedecerme. Yo, el Señor, he hablado. Esto es lo que haré con esta comunidad perversa, amotinada contra mí. En este desierto van a consumirse y en él van a morir’”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí. L Hemos pecado igual que nuestros padres, cometimos maldades e injusticias. Allá en Egipto, nuestros padres no entendieron, Señor, tus maravillas /R L Se olvidaron pronto de tus obras y no se fiaron de tus designios. Su apetito era insaciable en el desierto y te provocaron, Señor, en la estepa /R L Se olvidaron del Dios que los salvó y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas, y en las aguas del mar Rojo, sus prodigios /R L Por eso hablaba Dios de aniquilarlos; pero Moisés, que era su elegido, se interpuso, a fin de que, en su có-


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lera, no fuera el Señor a destruirlos /R (Sal 105). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R Aleluya (Lc 7,16).

6. Evangelio (Mt 15,21-28)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: “Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: “Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros”. Él les contestó: “Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel”. Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante él, le dijo: “¡Señor, ayúdame!” Él le respondió: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”. Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

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7. Oración sobre las ofrendas Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Nos has enviado, Señor, un pan del cielo que encierra en sí toda delicia y satisface todos los gustos (Sab 16,20).

9. Oración después de la comunión Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo actúas ante las personas que fomentan la exclusión?

Visiones de la Beata Ana Catalina Emmerich

Vida de María

Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.


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de Agosto - Jueves,

San Juan María Vianney, Presbítero, M Color litúrgico: Blanco

Brotó agua en abundancia y bebieron todos Tenemos dos relatos del episodio de la roca y de la rebelión del pueblo contra Moisés por la falta de agua. El primer relato es el del Éxodo. Coinciden los dos en el problema de la carencia de agua, en la protesta del pueblo contra Moisés, en golpear la roca con el bastón, por orden del Señor. Hay un detalle que existe en el relato de los Números, que no se menciona en el Éxodo: las dos veces que golpea Moisés la roca con su bastón. Este gesto tiene un resultado bueno para el pueblo: por fin puede saciar su sed. Pero no sucede lo mismo con Moisés y Aarón. El doble golpe es interpretado como una falta de fe en el Señor por parte de Moisés. Las consecuencias para los dos hermanos son muy tristes. Moisés, una figura de peso delante de Dios, que ha tenido un protagonismo relevante en todo el proceso de liberación de la esclavitud de Egipto, no podrá entrar en la tierra de la libertad, que Dios ha prometido. Tampoco lo hará su hermano Aarón. Aparte de consignar el hecho de que Dios no abandona al pueblo en los momentos difíciles, los autores aprovechan para ofrecer la explicación de porqué Moisés no entró al frente del pueblo en la tierra prometida por Yahvé. La razón que se aduce es ésta: “Por no haberme creído, por no haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas” (Núm 20,12). Jesús se conmovió al verlos maltratados y abatidos Mateo nos ofrece una imagen de Jesús muy acorde con la misión que está realizando. Eligió como opción fundamental anunciar la Buena Noticia a los pobres. Así lo indica Lucas al presentarlo en la sinagoga de Nazaret, poniendo en sus labios las palabras de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para que anuncie la Buena Noticia a los pobres” (Lc 4,18). Habla también el profeta de “cautivos, ciegos y oprimidos”. En primer lugar, Jesús revela una profunda sensibilidad y cercanía humana a las personas. Especialmente a los “maltratados y abatidos”. Pero también le preocupan las ovejas que se encuentran sin pastor que desea que se cuide de ellas. Éstas son, en primer lugar, las “ovejas descarriadas de la casa de Israel” (Mt 10,6). No le preocupan solo ellas, sino todas las que andan dispersas por el mundo. A todas estas personas: maltratados, abatidos, ovejas descarriadas, se dirige, cuando realiza el envío de sus discípulos. Entre los enviados estamos también nosotros. Tengamos entrañas de misericordia, celo apostólico y pastoral, para acercar a los abatidos, a los descarriados, la Buena Noticia de Jesús y el calor de la solidaridad.


4 de Agosto - Jueves, San Juan María Vianney

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El santo de hoy: San Juan María Vianney (1786-1859) Nace en Dardilly (Francia). Es hijo de una familia de humildes campesinos. Tuvo grandes dificultades para acceder al presbiterado debido a problemas de estudios. Ordenado presbítero en 1815, fue destinado a la aldea de Ars. Allí ejerció su ministerio presbiteral durante 40 años. Se distinguió por su celo pastoral, centrado sobre todo en dos sacramentos: la eucaristía y la reconciliación (confesiones). En la sacristía de la parroquia de Ars se conserva el confesonario donde atendía a los penitentes. Ha pasado a la historia con el apelativo de “Cura de Ars” El papa Benedicto XVI convocó un “Año sacerdotal” al cumplirse 150 años de su muerte. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos (Lc 4,18).

2. Oración colecta Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste admirable a san Juan María Vianney por su amor a las almas, concédenos que, por amor a Cristo, trabajemos por la salvación de nuestros hermanos y podamos llegar con ellos a la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Núm 20,1-13)

Lectura del libro de los Números El mes primero, la comunidad entera de los hijos de Israel llegó al desierto de Sin, y el pueblo se instaló en Cades. Allí murió María y allí la enterraron. Entonces le faltó agua al pueblo, y amotinándose contra Moisés y Aarón, les dijeron: “¡Ojalá hubiéramos muerto en la paz del Señor, como nuestros hermanos! ¿Por qué

han traído a la comunidad del Señor a este desierto, para que muramos en él nosotros y nuestro ganado? ¿Por qué nos han sacado de Egipto, para traernos a este horrible sitio, que no se puede cultivar, que no tiene higueras ni viñas ni granados, ni siquiera agua para beber?” Moisés y Aarón se apartaron de la comunidad, se dirigieron a la tienda de la reunión y ahí se postraron rostro en tierra. La gloria del Señor se les apareció y el Señor le dijo a Moisés: “Toma la vara; reúne, con tu hermano Aarón, a la asamblea, y en presencia de ellos ordena a la roca que dé agua, y sacarás agua de la roca, para darles de beber a ellos y a sus ganados”. Moisés tomó la vara, que estaba colocada en la presencia del Señor, como él se lo había ordenado, y con la ayuda de Aarón, convocó a la comunidad delante de la roca y les dijo: “Escúchenme, rebeldes. ¿Creen que podemos hacer brotar agua de esta roca para ustedes?” Moisés alzó el brazo y golpeó dos veces la roca con la vara y brotó agua tan abundante, que bebió toda la multitud y su ganado.


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El Señor les dijo luego a Moisés y a Aarón: “Por no haber confiado en mí, por no haber reconocido mi santidad en presencia de los hijos de Israel, no harán entrar a esta comunidad en la tierra que les he prometido”. Esta es la fuente de Meribá (es decir, de la Discusión), donde los hijos de Israel protestaron contra el Señor y donde él les dio una prueba de su santidad. Palabra de Dios A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, que no seamos sordos a tu voz. L Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias /R L Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él nuestro pastor y nosotros, sus ovejas /R L Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras” /R (Sal 94). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R Aleluya (Mt 16,18).

6. Evangelio (Mt 16,13-23)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ‘’¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”. Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y


5 de Agosto - Viernes, Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor

le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!” Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcance de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener san Juan María Vianney, sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

8. Antífona de la comunión Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Te muestras misericordioso, al llevar la Buena Noticia a los desfavorecidos?

(Mt 28,20).

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de Agosto - Viernes, Dedicación de la Basílica de Sta. Mª la Mayor, F Color litúrgico: Verde

Has de saber: el Señor es Dios y no hay otro fuera él Informado ya de que no entrará en la tierra prometida por Dios a su pueblo, el Deuteronomio pone en labios de Moisés un largo discurso en el que recuerda al pueblo los grandes pilares de su fe. Es un pueblo muy dado a olvidar. Nosotros también lo somos. Se nos invita a remontarnos hasta los orígenes del mundo, a preguntar a los antiguos. Dios se ha comunicado con nosotros por medio de sus enviados; ha liberado a su pueblo de la opresión, “con mano fuerte, signos y prodigios”. Todas estas cosas nos ayudan a descubrir que “el Señor es Dios y no hay otro fuera de él” (Dt 4,35). La fidelidad del pueblo a su Dios es una preocupación constante de los escritores bíblicos. La gran lección que tenemos que conocer y revivir constantemente se la recuerda con insistencia hoy Moisés al pueblo; al de la alianza antigua, y al


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de la alianza nueva: “Reconoce hoy, y aprende en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro” (Dt 4,39). Al conocimiento ha de ir unida la práctica: guardar los mandamientos. Hoy, que la indiferencia religiosa avanza en el mundo, que muchas personas no sienten pena de proclamarse en público ateos, hacen falta personas que proclamen muy alto su fe en Dios, con la palabra, y sobre todo con la vida. El que quiera seguirme, cargue con su cruz y me siga En el evangelio de Mateo, como en el de Marcos y Lucas, el discipulado se presenta como un seguimiento de Jesús. El verdadero discípulo es el seguidor de Jesús. El mismo Jesús señala las condiciones del seguidor: negarse a sí mismo y cargar con la cruz. En el anuncio primero que hace Jesús de su pasión, muerte y resurrección, ha dejado trazado el camino que él mismo va a recorrer. Ya lo había recorrido cuando Mateo escribe el evangelio: “Explicó a sus discípulos que iba a ir a Jerusalén, padecer mucho por causa de los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y al tercer día resucitar” (Mt 16,21). Según informa el evangelista, la propuesta no gustó mucho a los discípulos. Recogiendo el sentimiento de los demás, Pedro intenta separar a Jesús de su camino. Pero Jesús se confirma en su propuesta. En muchas ocasiones, el seguimiento se presentará como una cuestión que es de vida o muerte: “El que quiera salvar su vida la perderá, pero quien pierda la vida por mi causa la conservará” (Mt 16,25). “Cargar con la cruz” significa mucho más que un ejercicio de vida ascética. Es un compromiso de fidelidad a la misión que realizó Jesús. Para liberar a las personas de la exclusión, de la opresión, de la miseria, de la explotación, el discípulo tendrá que arriesgar muchas cosas, a veces también la vida. Esta es la cruz con la que hay que cargar siguiendo los pasos de Jesús. La fiesta de hoy: Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor Es una de las grandes basílicas de Roma. El pueblo romano la edificó en honor de Santa María después del concilio de Éfeso, donde María fue aclamada Madre de Dios. Este hermoso poema de piedra es la primera basílica dedicada a la Madre de Dios en occidente. Existe una leyenda, según la cual, el emplazamiento en el lugar que ocupa, se debe a una nevada caída en Roma el 5 de agosto en pleno estío. Acontecimiento considerado como Basílica de Sta. Mª la Mayor maravilloso. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos (Sedulio).

2. Oración colecta Por intercesión de María, la Madre de tu Hijo, perdona, Señor nuestros pecados y ayúdanos a obtener la salvación eterna, que no podemos


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alcanzar sólo con nuestro esfuerzo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dt 4,32-40)

Lectura del libro del Deuteronomio En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Pregunta a los tiempos pasados, investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. ¿Hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, una cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante? ¿Qué pueblo ha oído, sin perecer, que Dios le hable desde el fuego, como tú lo has oído? ¿Hubo algún dios que haya ido a buscarse un pueblo en medio de otro pueblo, a fuerza de pruebas, de milagros y de guerras, con mano fuerte y brazo poderoso? ¿Hubo acaso hechos tan grandes como los que, ante sus propios ojos, hizo por ustedes en Egipto el Señor su Dios? A ti se te ha concedido ver todo esto, para que reconozcas que el Señor es Dios y que no hay otro fuera de él. Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte; en la tierra te mostró aquel gran fuego y oíste sus palabras que salían del fuego. Él amó a tus padres y después eligió a sus descendientes. Con su gran poder, en persona, te sacó de Egipto. Desposeyó ante ti a pueblos más grandes y fuertes que tú. Te hizo entrar en su tierra y te la dio en herencia. Como puedes comprobarlo. Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el Señor es el Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro. Cumple sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que

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seas feliz tú y tu descendencia, y para que vivas muchos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Recordaré los prodigios del Señor. L Recuerdo los prodigios del Señor, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero tus maravillas /R L Dios mío, tus designios son santos ¿Qué dios es tan grande como nuestro Dios? Tú, Dios nuestro, hiciste maravilla y les mostraste tu poder a los pueblos /R L Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. Condujiste a tu pueblo como a un rebaño, por medio de Moisés y de Aarón /R (Sal 76). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R Aleluya (Mt 5,10).

6. Evangelio (Mt 16,24-28)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno


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ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra

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oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre (Lc 11,27).

9. Oración después de la comunión Señor, al recibir el sacramento celestial en esta festividad (conmemoración) de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué cruz estás dispuesto a llevar, por los que sufren violencia y exclusión?

de Agosto - Sábado,

Transfiguración del Señor, F Color litúrgico: Blanco

Su dominio es eterno, su reino no tendrá fin En la primera visión del libro de Daniel, en medio de una escena resplandeciente de luz, aparece en primer lugar un anciano en actitud de realizar un juicio, que Dios realizará sobre la historia y sus protagonistas. En medio de la visión, Daniel ve venir en las nubes del cielo una figura humana que se acerca al anciano. A este ser misterioso se le da el nombre de “hijo de hombre”. No se nos revela la identidad de este ser misterioso. Sólo se nos dice que el anciano le concedió el poder real y el dominio sobre los pueblos y naciones. Su dominio permanecerá para siempre; su reino no conocerá fin. Los autores del nuevo testamento han identificado a Jesús con este personaje misterioso. Lo han convertido en uno de los títulos dados a Jesús. Refiriéndose


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al momento de su muerte y resurrección, Jesús proclama: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado” (Jn 12,23). En la manifestación final del Mesías, aparecerá como “Hijo del hombre” sobre las nubes del cielo, con gran poder y gloria” (Mc 13,26). Esteban, el primer mártir cristiano, contempla al “Hijo del hombre a la derecha de Dios” (He 7,55). Éste es mi Hijo predilecto. Escúchenlo El primer anuncio de la muerte y resurrección que había hecho Jesús, desconcertó a los discípulos. La imagen de Mesías que tenían en la cabeza se les vino abajo. Jesús les había revelado que el camino del seguimiento era duro y difícil. En este contexto presenta el evangelio de Mateo la escena de la Transfiguración de Jesús. El mensaje es claramente optimista. Anticipaba el triunfo de Jesús y su futura glorificación. La escenografía es impresionante: El rostro de Jesús resplandeciente como el sol, dos personajes de excepción como testigos: Moisés y Elías. Ambos habían tenido encuentros excepcionales con Dios sobre un monte. Representaban la ley y los profetas. Con este Jesús revestido de gloria los discípulos se encontraban a gusto. Pedro lo manifiesta: “Aquí estamos muy bien. Haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés, otra para Elías” (Mt 17,4). En medio de la euforia resuena el mensaje: “Éste es mi Hijo amado, mi predilecto. Escúchenlo” (Mt 17,5). Esto es lo que todo discípulo ha de hacer a lo largo de su vida: Escuchar a Jesús, y seguirlo hasta el final. En la segunda carta de Pedro se hace referencia a este pasaje. Después de la resurrección, los discípulos se presentan como testigos de la grandeza manifestada por Jesús en su Transfiguración. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El día de la Transfiguración apareció el Espíritu Santo en una nube luminosa y se oyó la voz del Padre celestial que decía: Éste es mi Hijo unigénito, en quien he puesto todo mi amor. Escúchenlo (Mt 17,5). 2. Oración colecta Dios nuestro, que en la Transfiguración gloriosa de tu Hijo unigénito fortaleciste nuestra fe con el testimonio de Moisés y Elías y nos dejaste entrever la gloria que nos espera, como hijos tuyos, concédenos seguir el Evangelio de Cristo para compartir con él la herencia de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

3. 1ª Lectura

(Dn 7,9-10.13-14)

Lectura del libro del profeta Daniel Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve y sus cabellos, blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros. Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a


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un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Reina el Señor, alégrese la tierra. L Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor que se asienta en la justicia y el derecho /R L Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos /R L Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses /R (Sal 96). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Éste es mi Hijo muy amado, dice el Señor, en quien tengo puestas todas mis complacencias; escúchenlo. R Aleluya (Mt 17,5).

6. Evangelio (Mt 17,1-9)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el

hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Santifica, Señor, los dones que te presentamos y, por la Transfiguración de tu Hijo, haz que esta Eucaristía nos purifique de todos nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Prefacio S El Señor esté con vosotros. R Y con tu espíritu. S Levantemos el corazón. R Lo tenemos levantado hacia el Señor.


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S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R Es justo y necesario. S En verdad es justo y necesario es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Cristo nuestro Señor reveló su gloria ante los testigos que él escogió; y revistió con máximo esplendor su cuerpo, en todo semejante al nuestro, para quitar del corazón de sus discípulos el escándalo de la cruz y anunciar que toda la Iglesia —su cuerpo—, habría de participar de la gloria, que tan admirablemente resplandecía en Cristo, su cabeza. Por eso, con los ángeles que te cantan en el cielo, nosotros te alabamos en la tierra diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…

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9. Antífona de la comunión Cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es (1Jn 3,2). 10. Oración después de la comunión Que la comunión que hemos recibido nos asemeje, Señor, cada día más a tu Hijo, cuya gloria quisiste manifestarnos en su Transfiguración. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene una pregunta para ti: ¿Qué significa para ti contemplar a Jesús en su Transfiguración?

de Agosto - Domingo

XIX del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 3ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde

JESÚS ALIMENTA NUESTRA FE En la brisa se manifestó a Elías el Señor Elías se encuentra en un momento capital de su vida. Él es un buscador de Dios. Se alejó de la ciudad, peregrinó por el desierto, se adentró en la soledad de la montaña. Llegó el momento de encontrarse con Dios. Pero este encuentro no se realiza donde él pensaba ni de la forma que suponía. En las teofanías de Dios aparecen los elementos naturales: Huracán, fuego y terremotos. Leemos en el libro de los Salmos: “Viene nuestro Dios y no callará. Lo precede un fuego voraz, lo rodea una tempestad violenta. Sus relámpagos iluminan el mundo” (Sal 50,3; 97,4). En la manifestación de Dios a Elías también aparece el “huracán violento”, el “terremoto”, el “fuego”. El viento y el fuego están particularmente pre-


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sentes en la vida del profeta. Pero Dios no estaba en ninguno de estos fenómenos violentos. A Dios lo descubre Elías en una brisa tenue, en un susurro que apenas se puede oír. Se ha hecho casi proverbial: A Dios se lo encuentra en la soledad y en el silencio. Aunque Dios está en todas partes, y en cualquier lugar podemos encontrarlo, no es el tumulto, el bullicio de los mercados, las aglomeraciones multitudinarias, el lugar más propicio para encontrarse con Dios. Al ver la multitud se conmovió A cada paso Jesús no deja de sorprendernos. A veces con sus enseñanzas; otras, con sus gestos y actitudes nos da lecciones de amor del bueno, de estrategias pastorales. En el relato de Mateo, Jesús nos ha dado varias enseñanzas. Algunas de palabra; las otras con sus gestos y actitudes. Mateo ha consignado que al desembarEntonces le dijo Pedro: “Señor, car, Jesús se encontró con una gran si eres tú, mándame ir a ti multitud que lo buscaba. Al verla sintió caminando sobre el agua”. Jesús le lástima. Primero los alimentó con el pan contestó: “Ven” (Mt 14,28-29) de la Buena Noticia; a continuación sació su hambre con el pan terreno. Después se queda despidiendo a la multitud, de camino para otro lugar. Sentir lástima de la multitud que busca con generosidad, es un sentimiento fundamental para todo discípulo de Jesús. Sobre todo para los que se dedican a anunciar la Buena Noticia, que hemos de ser todos. Sólo a quien se le conmueven las entrañas de compasión ante la gente, está en condiciones óptimas para anunciar la Buena Noticia de Jesús. Hay que meterse en medio de la gente. Sentir el latido de su corazón, percibir sus necesidades, sus angustias, sus búsquedas. Ésta ha sido una lección permanente de pastoral práctica, que Jesús no ha cesado de darnos en todo su ministerio público. Subió él solo a la montaña a orar Necesitamos orar. Es otra lección práctica que tenemos que aprender hoy de Jesús. Necesitamos tiempos de silencio, de reflexión, de encuentro con Dios en la soledad más íntima del corazón. Como Elías y como otros grandes orantes, Jesús buscaba el silencio de la noche, la paz y la soledad de la madrugada, para hablar a solas con el Padre. Mateo nos informa: “Después de despedir la gente, subió él solo a la montaña a orar. Al anochecer, todavía estaba allí solo (Mt 14,23) Contamos también con el informe de Marcos: “Muy de


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madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando” (Mc 1,35). La oración forma parte de la jornada de Jesús. La alterna con su recorrido por pueblos y ciudades anunciando la Buena Noticia. Frecuentaba la oración de la comunidad en la sinagoga, como buen israelita. Pero tenía también su tiempo reservado a la oración personal. Jesús lo dice: “Entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre en lo escondido” (Mt 6,6). La oración personal es una necesidad para el discípulo de Jesús. El trabajo, aunque sea pastoral, no puede servir de excusa. Calmada la tempestad, descubrieron a Jesús Mientras Jesús se despedía de la gente, los discípulos se embarcaron para la otra orilla. La tormenta que los sorprendió en el camino, sirvió para dar un paso más en el descubrimiento de la persona de Jesús. En otras ocasiones descubrieron quién era Jesús, porque después de una noche de faena sin pescar nada, con sólo obedecer sus órdenes las redes se llenaron de peces a reventar. En esta ocasión, fue su poderío sobre el viento y sobre las olas embravecidas el que les abrió los ojos. El descubrimiento se produce de forma progresiva. Primero, creyeron ver fantasmas. A continuación se llenaron de miedo. Sólo cuando oyeron su voz se calmaron los ánimos. Pedro se decidió a tirarse al agua, pero su fe era todavía muy débil y no había superado del todo sus miedos. Cuando intentó andar sobre el agua movediza de la duda, empezó a hundirse. Pero el Señor acude siempre en socorro de los náufragos. En la persona de Pedro, Jesús les reprocha su falta de fe: “¡Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (Mt 14,31). Finalmente, se les abrieron los ojos. Se postraron ante Jesús, y a coro confiesan: “Ciertamente eres el Hijo de Dios” (14,33). P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los que te buscan (Sal 73,20.19.22.23).

2. Oración colecta Dios eterno y todopoderoso, a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia

que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(1Re 19, 9.11-13)

Lectura del primer libro de los Reyes Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”. Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento hu-


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racanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Muéstranos, Señor, tu misericordia. L Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra /R L La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo /R L Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas /R (Sal 84). 5. 2ª Lectura (Rom 9, 1-5)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi corazón. Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de

mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas, a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y de su raza, según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es Dios bendito por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra. R Aleluya (Sal 129,5). 7. Evangelio (Mt 14,22-33)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti Señor En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entretanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: “¡Es un fantasma!” Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: “Tranquilícense y no teman. Soy yo”. Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó:


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“Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!” Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Oremos a Dios Padre, para que nos ayude a conocer a Jesús, en la oración y en los diversos acontecimientos de la vida. A Confesamos, Señor, que eres el Hijo de Dios. L El Padre es quien puede revelarnos quién es Jesús. Para que perseveremos en la oración personal y participemos con asiduidad en la oración de la comunidad: Oremos al Señor. A Confesamos, Señor, que eres el Hijo de Dios. L Son muchos los que desconocen a Jesús, porque nadie les ayudó a encontrarlo. Para que los discípulos de Jesús seamos reveladores de su presencia con nuestra vida: Oremos al Señor. A Confesamos, Señor, que eres el Hijo de Dios. L Jesús reprochaba a los discípulos su falta de fe. Para que la escucha de la Palabra de Dios y la participación en la eucaristía nos ayuden a conocerlo mejor: Oremos al Señor.

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A Confesamos, Señor, que eres el Hijo de Dios. S Concédenos, Señor, ser testigos ante el mundo de Jesús, para que los que creen se fortalezcan en la fe; y los que no creen conozcan a tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina por los siglos. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, con bondad, estos dones que has puesto en manos de tu Iglesia, y con tu poder conviértelos en el sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión El pan que yo les daré, es mi carne para vida del mundo, dice el Señor (Jn 6,51).

11. Oración después de la comunión Que la recepción de esta Eucaristía nos confirme, Señor, en tu amor y nos ayude a conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Pides a Jesús que calme tus tormentas?


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de Agosto - Lunes,

Santo Domingo de Guzmán, Presbítero, M Color litúrgico: Blanco

Dios es imparcial, hace justicia al huérfano y a la viuda La renovación de la alianza significa también la renovación de los compromisos que el pueblo tenía adquiridos con Dios. En el resumen que nos ofrece el Deuteronomio, aparece la norma primera: amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma. El signo de la autenticidad de este amor es la observancia de todos sus preceptos y mandatos. Otro signo de un amor fiel es seguir al Señor por el camino que él ha trazado, porque Dios se enamoró de Israel y lo escogió como pueblo predilecto entre los demás pueblos. Esta convicción ha acompañado a Israel a través de toda su historia. Dios se ha revelado, como “Dios de dioses y Señor de señores, Dios fuerte, grande y terrible” (Dt 10,17). Dios manifiesta su justicia en su forma de actuar con tres grupos de personas especialmente débiles en Israel: los huérfanos, las viudas y lo emigrantes. Sobre estos últimos, que aún hoy sufren discriminación, el Señor da al pueblo un precepto: “Amarán al emigrante, porque ustedes fueron emigrantes en Egipto” (Dt 10,19). Paga por ti y por mí los impuestos Jesús no deja de recordar a los discípulos la etapa final del camino que está haciendo con ellos: su pasión, muerte y resurrección. Los evangelios sinópticos han dejado constancia de que por tres veces Jesús volvió sobre el anuncio de lo que acontecería en Jerusalén. Ésta es la segunda vez. Signo de que todavía no han comprendido todo el contenido del mensaje, es que “se entristecieron profundamente” (Mt 10, 23). Una nueva cuestión se le plantea a Jesús y al grupo de discípulos: el pago de impuestos. Existía entre los judíos la norma de pagar un impuesto anual para el templo, aunque no estaba expresamente señalado por la ley. Muchos ciudadanos judíos dispersos por el imperio romano cumplían con esta norma. Aunque parece que no tenía obligación, Jesús se muestra respetuoso con esa norma, y paga el impuesto, por no entrar en conflicto con las autoridades y para evitar el escándalo. Respecto al pago de impuestos, Pablo escribe a la comunidad de Roma: “Paguen los impuestos: las autoridades son funcionarios al servicio de Dios, encargados de cumplir este oficio. Den a cada uno lo debido: al que debe impuestos, impuestos” (Rom 13,6-7). Pablo está indicando a los discípulos, que como ciudadanos han de cumplir con los deberes ciudadanos, como pagar los impuestos.


8 de Agosto - Lunes, Sto. Domingo de Guzmán

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El santo de hoy: Sto. Domingo de Guzmán (1170-1221) Nace en Caleruela (España). Procede de una familia de la nobleza. Siendo canónigo de Osma, Inocencio III lo envió a la región de Toulouse (Francia) para oponerse a la herejía de los Albigenses. Allí funda la Orden de Predicadores (Dominicos). La práctica de la pobreza y la predicación serán el alma de su apostolado. Recorrió Francia, España e Italia predicando el Evangelio. Funda también las religiosas Dominicas dedicadas a la contemplación. En la Orden dominica han existido grandes teólogos, como Sto. Tomás de Aquino. Del mismo tronco han surgido más tarde diversas congregaciones religiosas. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos (Lc 4,18).

2. Oración colecta Dios nuestro, que en santo Domingo de Guzmán otorgaste a tu Iglesia un predicador insigne de tu Evangelio y del amor a la Virgen María, concédenos una inquebrantable fidelidad a tu Hijo y una sólida devoción a su santísima Madre. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dt 10,12-22)

Lectura del libro del Deuteronomio En aquellos días, Moisés le dijo al pueblo estas palabras: “Ahora, Israel, advierte bien lo que el Señor te pide: Que temas al Señor, tu Dios; que cumplas su voluntad y lo ames; que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y toda el alma; que cumplas los preceptos del Señor, y los mandamientos que hoy te impongo para tu bien.

Es cierto que el cielo y toda su inmensidad, la tierra y cuanto hay en ella son del Señor, tu Dios; sin embargo, sólo con tus padres se unió el Señor con alianza de amor, y sólo a ustedes, sus descendientes, los eligió de entre todos los pueblos, como pueden comprobarlo todavía. No cierren, pues, su corazón ni endurezcan su cabeza, porque el Señor, su Dios, es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, Dios grande, fuerte y terrible; no es parcial ni acepta sobornos, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero y le da pan y vestido. Amen, pues, al forastero, porque también ustedes lo fueron en Egipto. Teme al Señor, tu Dios; sírvelo; vive unido a él y jura en su nombre. Él será tu gloria, él será tu Dios, pues él hizo por ti las terribles hazañas que tus ojos han visto. Setenta eran tus padres cuando fueron a Egipto, y ahora, Israel, el Señor, tu Dios, te ha hecho un pueblo numeroso como las estrellas del cielo”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


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8 de Agosto - Lunes, Sto. Domingo de Guzmán

4. Sal responsorial R Glorifica al Señor, Jerusalén. L Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa /R L Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente /R L Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos /R (Sal 147). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R Aleluya (2Tes 2,14).

6. Evangelio (Mt 17, 22-27)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti Señor En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar”. Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza. Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: “¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?” Él les respondió: “Sí lo paga”. Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: “¿Qué

te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?” Pedro le respondió: “A los extraños”. Entonces Jesús le dijo: “Por tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y, por intercesión de santo Domingo, concédenos dar a conocer nuestra fe con nuestra conducta diaria. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor (Mt 28,20).

9. Oración después de la comunión Que el sacramento que hemos recibido en esta festividad aumente, Señor, en nosotros el amor por tu Iglesia, a cuyo servicio consagró su vida y su predicación santo Domingo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo cumples tus deberes ciudadanos?


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de Agosto - Martes, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Virgen y Mártir, M Color litúrgico: Rojo

No temas ni te acobardes Los autores del Deuteronomio nos presentan el momento del relevo. Moisés ha comunicado a Moisés: “No pasarás el Jordán” (Dt 31,2). En adelante, será Josué que marchará al frente del pueblo. Será él quien los conducirá para pasar el Jordán. En el momento del relevo, Moisés presenta a Josué al pueblo. En su presencia, le hace saber cuál es su misión: introducir al pueblo en la tierra que Dios ha prometido a sus padres. Para cumplir la misión ha de revestirse de fortaleza y de valentía. Dios acompañó a Moisés desde el momento que lo eligió para liberar al pueblo de la esclavitud hasta este momento. Ahora promete a Josué que Dios estará también con él y no le fallará. La tarea es difícil, pero no ha de temer ni acobardarse. En la vida de las personas, de las familias y de los pueblos, se produce el momento del relevo. Es muy frecuente encontrarnos con personas que no saben estar a la altura del momento. En lugar de facilitar el camino al que toma en sus manos la responsabilidad de la familia, del negocio, de cualquier institución social o política, se dedica a poner trancas en el camino. No es así como ha de actuar un cristiano y un discípulo de Jesús. Quien se hace pequeño, será el más grande en el reino de Dios Nos encontramos ante uno de los grandes discursos del evangelio de Mateo, dedicado a la vida en comunidad. En varios momentos aparece una especie de lucha por el poder y por ocupar los puestos más importantes. En esta dirección apunta la pregunta que hacen a Jesús los discípulos. En la respuesta Jesús utiliza un doble lenguaje: el lenguaje plástico acudiendo a la figura de un niño. En la sociedad de entonces el niño no tenía el código de derechos de que disfruta hoy. Lo que se le otorgaba era puro regalo. El discípulo de Jesús ha de tomar la actitud del niño. No tiene pretensiones de dominio y de poder. Valora sus derechos, pero concede prioridad a la generosidad y a la sencillez. Hay que asumir la inocencia, la simplicidad, la alegría, la generosidad del niño, para formar parte del reino de Dios. En el evangelio de Mateo, la palabra “pequeño” no se refiere sólo al mundo infantil. Se trata también de los pequeños en el reino de Dios, que son las personas que carecen de significación social en el mundo y que no son tenidas en cuenta. El discípulo no puede desentenderse de los demás. En especial de aquellos


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9 de Agosto - Martes, Santa Teresa Benedicta de la Cruz

que han extraviado el camino y se encuentran en la comunidad como ovejas sin pastor. Cada cual es pastor de sus hermanos. Como buen pastor, el discípulo ha de estar dispuesto a cualquier sacrificio por ellos, hasta entregar incluso la propia vida. La santa de hoy: Santa Teresa Benedicta de la Cruz (18911942) Nace en Breslaw (hoy Polonia) en el seno de una familia judía numerosa, el día de la gran fiesta del “Yon Kippur” (Reconciliación). Su nombre es Edith Stein. Desde pequeña se destacó por su privilegiada inteligencia. Amiga y alumna de grandes filósofos, como E. Husserl y María Scheler, se doctoró en filosofía. Vivió una etapa envuelta en el halo del ateísmo. La lectura de la Vida de santa Teresa de Jesús, escrita por ella misma, la llevó a exclamar: “Aquí está la Sta. Teresa verdad”. A los 30 años se bautiza con el nombre de TereBenedicta de la Cruz sa. En 1939 empieza el noviciado como carmelita. El 2 de agosto de 1942 se presenta la Gestapo en el monasterio y la arrestó. El día 9 era consumada en el holocausto en la cámara de gas en Auschwitz. Juan Pablo II dijo de ella: “Es una personalidad que reúne en su vida una síntesis dramática de nuestro siglo”. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Como las vírgenes prudentes, santa Benedicta de la Cruz conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo. 2. Oración colecta Concédenos, Dios, salvador nuestro, que al conmemorar hoy a santa Benedicta de la Cruz, virgen, aprendamos, a ejemplo suyo, a servirte con amor y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dt 31,1-8)

Lectura del libro del Deuteronomio En aquellos días, Moisés dirigió estas palabras a todo el pueblo de Israel: “He cumplido ya ciento

veinte años y me encuentro achacoso. Además, el Señor me ha dicho que no cruzaré el Jordán. El Señor nuestro Dios, lo cruzará delante de ustedes; él destruirá a todos esos pueblos ante sus ojos para que ustedes se apoderen de ellos, y Josué pasará al frente de ustedes. Como lo ha dicho el Señor. El Señor tratará a los enemigos de ustedes como a los reyes amorreos Sijón y Og y los arrasará como a sus tierras. Cuando el Señor se los entregue, harán con ellos lo que yo les he ordenado. Sean fuertes y valientes, no teman, no se acobarden ante ellos, porque el Señor, su Dios, avanza con ustedes. Él no los dejará ni abandonará”. Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo el pueblo


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de Israel: “Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a nuestros padres; y tú les repartirás esas tierras. El Señor, que te conduce, estará contigo: él no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes”. Palabra del Señor. A Te lo pedimos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendice, Señor, a tu pueblo. L Voy a proclamar el nombre del Señor; den gloria a nuestro Dios, porque sus obras son perfectas /R L Acuérdate de los días remotos, considera las edades pasadas, pregúntale a tu padre y te lo contará, a los ancianos, y te lo dirán /R L Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad y la distribuía a los hijos de Adán, trazó las fronteras de las naciones según el número de los hijos de Israel /R L La porción del Señor fue su pueblo. Jacob fue su heredad. Sólo el Señor los condujo, no hubo dioses extraños con él /R (Dt 32). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. R Aleluya (Mt 11,29). 6. Evangelio

(Mt 18,1-5.10.12-14)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:

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“¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?” Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Teresa Benedicta de la Cruz, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor (Mt 25,6).


10 de Agosto - Miércoles, San Lorenzo

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9. Oración después de la comunión Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti,

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a ejemplo de santa Teresa Benedicta de la Cruz, virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué haces por la gente más humilde de tu comunidad?

de Agosto - Miércoles,

San Lorenzo, Diácono y Mártir, F Color litúrgico: Rojo

Dios ama al que da con alegría y generosidad En esta sección de la carta, que posiblemente existió como carta independiente, Pablo se preocupa de la situación de penuria que están padeciendo los discípulos de la comunidad de Jerusalén. Con el fin de ayudarles, Pablo organizó una gran colecta en todas sus comunidades, con el propósito de desplazarse él mismo hasta la ciudad para entregar lo recogido (Rom 15,25-28). Sirviéndose del Antiguo Testamento, unas veces citado, y otras veces aludido, Pablo hace un minitratado de la generosidad, dirigido a todo discípulo de Jesús y a las comunidades. Encontramos frases lapidarias, que todo discípulo ha de tener presentes: “A siembra generosa, cosecha generosa”; “Dios ama al que da con alegría”; “teniendo lo necesario, les sobra para hacer toda clase de obras buenas” (2Co 9,6-8). Pablo acude a la fuente de toda generosidad, que es Dios. Él es quien provee la semilla generosamente y la multiplica, para que a nadie falte el alimento. “Todos esperan de ti que les des comida a su tiempo. Se lo das y lo recogen, abres las mano y se sacian de bienes” (Sal 104,27-28). El justo aprende de Dios a ser generoso: “En su casa habrá riqueza y abundancia… Da con largueza a los pobres, su generosidad dura por siempre” (Sal 112,3.9). El servicio de caridad, no sólo remedia a los hermanos necesitados, “sino que moverá a muchos a dar gracias a Dios”, por la solidaridad generosa con ellos (2Co 9,12-13). Si el grano de trigo muere, da mucho fruto Jesús proclama solemnemente ante una gran multitud: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado” (Jn 12,23). Para que todo el mundo lo entienda, Jesús acude al símil de la semilla del grano de trigo. Mucha de la gente que procedía del mundo agrícola, entendió bien lo que Jesús quería transmitir. Sabían que el grano de trigo ha de ser sembrado en tierra y pudrirse (morir), para que pueda producir fruto. Si no muere, no


10 de Agosto - Miércoles, San Lorenzo

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puede dar fruto. Todo estaba claro: el grano es el mismo Jesús; la tierra en que ha de ser enterrado es el sepulcro. Dios, que es “el dador de la vida”, es quien se encargó de que al día tercero resucitara, y se presentara ante los discípulos como un fruto nuevo. Era tal la novedad, que los discípulos no lo reconocían. En vísperas de su muerte y resurrección, Jesús hace otro anuncio provocador: “El que se aferra a la vida la pierde” (Jn 12, 25). La asegura para siempre quien la entrega por los demás en un acto de servicio”. Eso es lo que hizo Jesús. Ésta es la propuesta que hace al que se decida a seguirlo en actitud de servicio: “donde yo estoy estará mi servidor” (Jn 12,26). Los mártires, como san Lorenzo, son los que mejor han entendido y vivido esta Buena Noticia. El santo de hoy: San Lorenzo (s. III) El 6 de agosto moría mártir el papa Sixto II, acompañado de todos los componentes del colegio de los diáconos. El día 10 era martirizado su diácono Lorenzo. Es considerado como uno de los más célebres diáconos de la Iglesia de Roma. El prefecto de la ciudad lo detuvo, exigiéndole que entregase los tesoros de la Iglesia. A los tres días, Lorenzo se presenta acompañado de los cojos, los ciegos, los lisiados, enfermos, pobres y ancianos y dijo: “Éstos son los tesoros de la Iglesia”. El emperador indignado lo condenó a morir. Según las actas de su martirio, murió asado en una parrilla. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Alegrémonos hoy con la festividad de san Lorenzo, quien se entregó al servicio de los pobres de la Iglesia, mereció sufrir el martirio y reina gloriosamente con Cristo. 2. Oración colecta Dios nuestro que hiciste resplandecer al diácono san Lorenzo por su fidelidad al servicio de los demás y su glorioso martirio, concédenos, por su intercesión, amar a Cristo como él lo amó y servirlo en los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.

3. 1ª Lectura (2Co 9,6-10)

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios Hermanos: Recuerden que el que poco siembra, cosecha poco, y el que mucho siembra, cosecha mucho. Cada cual dé lo que su corazón le diga y no de mala gana ni por compromiso, pues ‘Dios ama al que da con alegría’. Y poderoso es Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que, teniendo siempre todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena. Como dice la Escritura: Repartió a manos llenas a los pobres; su justicia permanece eternamente. Dios, que proporciona la semilla al sembrador y le da pan para comer,


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les proporcionará a ustedes una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su justicia. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta. L Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos /R L Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre /R L No temerán malas noticias, puesto que en el Señor viven confiados. Firme está y sin temor su corazón, pues vencidos verán a sus contrarios /R L Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria /R (Sal 111).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. El que me sigue no caminará en la oscuridad, y tendrá la luz de la vida, dice el Señor. R Aleluya (Jn 8,12). 6. Evangelio (Jn 12,24-26)

Lectura del santo Evangelio según san Juan A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El

10 de Agosto - Miércoles, San Lorenzo

que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos al celebrar al diácono san Lorenzo y haz que este sacrifico eucarístico ayude a nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión El que quiera servirme, que me siga, dice el Señor, y donde yo estoy, ahí estará mi servidor (Jn 12,26). 9. Oración después de la comunión Que esta Eucaristía, que hemos celebrado al conmemorar la fiesta de san Lorenzo, nos haga participar, Señor, más profundamente de los frutos de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Consideras tu vida, como un servicio generoso a Dios y a los demás?


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11 de Agosto - Jueves,

Santa Clara de Asís, Virgen y Fundadora, M Color litúrgico: Blanco

Estoy contigo como estuve con Moisés El pueblo de Israel sigue su marcha por el desierto camino de la tierra que Dios le ha prometido. Primero, surgió el gran obstáculo del Mar Rojo. Allí estaba Moisés, para guiar al pueblo en los dos muros de agua camino de la libertad, superando la presión del enemigo. Ahora se presenta un nuevo obstáculo: el río Jordán. El paso de la esclavitud estuvo marcado por un suceso de gran magnitud: el paso del Mar Rojo. Ahora, el paso del desierto a una tierra fértil ha de ser enmarcado en otro acontecimiento grandioso: el paso del Jordán. Es el primer reto que tiene que enfrentar Josué al frente del pueblo de Israel. Dios, que mantuvo su fidelidad a Moisés su servidor, le hace saber a Josué: “Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés” (Jos 3,7). En el paso del Mar Rojo, la fuerza liberadora de Dios se manifestó a través de un signo: el bastón de Moisés. En el paso del río Jordán, será otro el signo de su poder: el arca de la alianza. Los sacerdotes caminaron con el arca delante de la gente, y el agua que venía de arriba se detuvo. En el perdón no existen límites En el discurso sobre la vida en comunidad, Mateo plantea la cuestión del perdón. Jesús parte de que en la comunidad ha de existir la paz. Si esta paz se rompe por cualquier causa, hay que buscar la reconciliación. La ofensa es uno de los elementos que rompe la paz o la pone en peligro. Ante las formas de abordar esta situación, surge la pregunta de Pedro: “¿Cuántas veces tengo que perdonar?” (Mt 18,21). El planteamiento de Pedro para abordar la cuestión del perdón, se basa en las matemáticas. Siete, que en la Biblia aparece como número perfecto, le parece a Pedro el número correcto. Pero Jesús deshace sus cálculos. Hay que multiplicar el número perfecto por setenta. Resultado: hay que perdonar siempre. La parábola viene a clarificar la propuesta de Jesús. Refleja cómo actuamos los seres humanos, y cómo actúa Dios. El sirviente sin corazón, representa la forma que frecuentemente utilizamos nosotros los humanos: No sales de la cárcel hasta que pagues el último centavo. Dios actúa de manera muy distinta. Al que debía mil monedas de oro, una deuda impagable, el señor se compadece y le perdona toda la deuda. El Señor no utiliza las matemáticas, sino el corazón, la misericordia, para perdonar toda la deuda.


11 de Agosto - Jueves, Santa Clara de Asís

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Sta. Clara de Asís

La santa de hoy: Santa Clara de Asís (1193-1253) Nace en Asís (Italia) Pertenecía a una familia de clase social elevada. La espiritualidad de san Francisco la impresionó. A los 18 años deja su familia y emprende una vida de humildad y de pobreza. La noche del Domingo de Ramos de 1212 se consagró a Cristo en Santa María de los Ángeles. Fundó junto con san Francisco la Orden de las Clarisas, rama femenina de la familia franciscana. Su espiritualidad está impregnada de amor a la pobreza evangélica, que defendió con gran tenacidad. Sobresalió también por su espíritu de oración, siendo una gran contemplativa. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Como las vírgenes prudentes, santa Clara de Asís conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo. 2. Oración colecta Dios misericordioso, que inspiraste a santa Clara un ardiente amor por la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, seguir a Cristo pobre y humilde, para que podamos contemplarte después en el Reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Jos 3,7-10.11.13-17)

Lectura del libro de Josué En aquellos días, el Señor le dijo a Josué: “Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos de todo Israel, para que sepan que estoy contigo, lo mismo que estuve con Moisés. Ordena a los sacerdotes que llevan el arca de la alianza que se detengan en cuanto lleguen a la orilla del agua del Jordán”. Josué les dijo a los israelitas: “Acérquense a escuchar las palabras del Señor, su Dios”. Y prosiguió: “En

esto conocerán que el Dios vivo está en medio de ustedes y que destruirá ante sus ojos a los cananeos: El arca de la alianza del Señor de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de ustedes y, en cuanto los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del Señor de toda la tierra toquen el Jordán, las aguas que van hacia abajo seguirán corriendo y las que vienen de arriba se detendrán, formando un muro”. Así pues, el pueblo salió de su campamento para cruzar el Jordán, encabezado por los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza. En cuanto éstos tocaron con sus pies las aguas del Jordán (que baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque en una gran extensión desde el pueblo de Adam, hasta la fortaleza de Sartán; entre tanto, las aguas que bajaban hacia el mar muerto, desaparecieron por completo y el pueblo cruzó el Jordán, frente a Jericó. Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor se detuvieron en medio del Jordán, que había quedado seco, mientras todo el


11 de Agosto - Jueves, Santa Clara de Asís

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pueblo de Israel cruzaba por el cauce vacío. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda. Pero apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contarle al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía. Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano”. Cuando Jesús terminó de hablar, salió de Galilea y fue a la región de Judea que queda al otro lado del Jordán. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

4. Salmo responsorial R Bendigamos al Señor. L Al salir Israel de Egipto, al salir Jacob de un pueblo bárbaro, Judá fue santuario de Dios, Israel, su dominio /R L Al verlos, el mar huyó, el Jordán se echó para atrás; los montes saltaron como carneros y las colinas como corderos /R L ¿Qué te pasa, mar, que huyes? ¿Y a ti, Jordán, que te echas para atrás? ¿Y a ustedes, montes, que saltan como carneros? ¿Y a ustedes, colinas, que saltan como corderos? /R (Sal 113). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir tus mandamientos. R Aleluya (Sal 118,135). 6. Evangelio

(Mt 18,21—19,1)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”. Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no

7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te


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12 de Agosto - Viernes, Memoria de Santa Juana Francisca de Chantal

presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Clara de Asís, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor (Mt 25,6).

9. Oración después de la comunión Señor, que este sacramento for-

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talezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Clara de Asís, virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Usas con los demás la misericordia que Dios usa contigo al perdonar?

de Agosto - Viernes,

Feria o Memoria de Santa Juana Francisca de Chantal Color litúrgico: Verde o rojo

Les di una tierra por la que no habían sudado La reunión del pueblo de Israel en Siquén constituye un acontecimiento importante para todo el pueblo. Aquí sellarán con el Señor un nuevo pacto las tribus de Israel con el Señor. Tendrá como base los pactos que se realizaban en el Medio Oriente. Estos pactos eran de dos clases. Existían los pactos bilaterales. Tenían lugar entre soberanos. Existía otra clase llamada “pactos de vasallaje”. Tenía lugar entre el soberano y los pequeños jefes, que se convertían en sus vasallos. La alianza realizada por Dios con el pueblo de Israel pertenece a este último tipo de pactos. El pacto realizado en Siquén está precedido de una larga introducción histórica. Arranca de Abrahán, pasa por Isaac, Jacob y Esaú, hasta llegar a Moisés. Aquí se inicia una nueva etapa, que parte de la liberación de la esclavitud de Egipto. Se prolonga durante los años de peregrinación por el desierto, hasta el momento presente. A partir de aquí se inicia una nueva etapa. Esta etapa se abre con una nueva alianza de Dios con su pueblo. Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre La cuestión del divorcio que tantas discusiones suscita actualmente, no es un problema nuevo. Existía ya antes de que Jesús iniciara su predicación. Varios


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siglos antes del nacimiento de Jesús, el Deuteronomio establece las normas que han de seguirse para el divorcio legal (Dt 24,1-4). En tiempos de Jesús existían dos corrientes. Una más exigente, que reducía la posibilidad de divorcio al caso de adulterio. La otra corriente era más permisiva. Se podía dar el acta de repudio a la mujer por causas de poca monta, como que se le hubiera quemado la comida. El evangelio de Mateo aborda la cuestión del divorcio sirviéndose de una intervención de los fariseos, que pretenden poner a Jesús en dificultad. Jesús rechaza de plano lo establecido por el Deuteronomio. Fue una concesión a la dureza de corazón. Se retoma el texto del Génesis, considerado como la norma establecida por Dios: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre” (Mt 19,6). El divorcio no se menciona. El evangelio de Mateo, añade una excepción, que ha suscitado interminables discusiones e interpretaciones, dando pie a prácticas diferentes entre las diversas confesiones cristianas. Ulrich Luz, exegeta protestante confiesa: “La praxis católica de negación del divorcio, aun otorgando la separación de lecho, mesa y hogar, es más afín a lo dicho por Mateo” (Evang. según S. Mateo, III, 140). Jesús añade la opción del celibato. Presenta como motivo de esta opción “el reino de los cielos”. A lo largo de la historia de la Iglesia han sido muchos los discípulos de Jesús que la han seguido. La santa de hoy: Santa Juana Francisca de Chantal. CoFundadora de la Orden de la Visitación de Santa María Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, nació en Dijon, Francia el 23 de Enero de 1572, fue religiosa, que siendo primero madre de familia, tuvo como fruto de su cristiano matrimonio seis hijos, a los que educó piadosamente, y muerto su esposo, bajo la dirección de san Francisco de Sales abrazó con decisión el camino de la perfección y realizó obras de caridad, en especial para con los pobres y enfermos. Dio comienzo a la Orden de la Visitación de santa María, Sta. Juana Fca. de que dirigió también prudentemente, y su muerte tuvo lugar Chantal en Moulins, junto al Aller, cerca de Nevers, en Francia, el día trece de diciembre (1641). P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Que todas tus creaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus santos, que proclamen la gloria de tu Reino y den testimonio de tu poder (Sal 144,10-11).

2. Oración colecta Dios todopoderoso y eterno, que nos has dado una prueba de tu amor al glorificar a santa Juana F. de Chantal, haz que su intercesión y ejemplo nos impulsen a seguir con fidelidad a tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.


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3. 1ª Lectura (Jos 24,1-13)

Lectura del libro de Josué En aquellos días, Josué convocó en Siquem a todas las tribus de Israel y reunió a los ancianos, a los jueces, a los jefes y a los escribas. Cuando todos estuvieron en presencia del Señor, Josué le dijo al pueblo: “Esto dice el Señor, Dios de Israel: ‘Al otro lado del río Éufrates vivieron hace tiempo sus antepasados, hasta la época de Téraj, padre de Abraham y Najor, y adoraban otros dioses. Yo saqué a su padre Abraham del país de Mesopotamia y lo conduje a la tierra de Canaán; le di por hijo a Isaac y multipliqué su descendencia. A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú; a Esaú le di en propiedad la montaña de Seír; Jacob y sus hijos se fueron a Egipto. Envié después a Moisés y a Aarón y castigué a Egipto con señales prodigiosas. Luego los saqué de allí a ustedes y a sus padres, y llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a los padres de ustedes con carros y guerreros hasta el mar Rojo. Ustedes clamaron entonces al Señor, el cual tendió una densa niebla entre ustedes y los egipcios e hizo caer sobre ellos el mar, que los cubrió. Con sus propios ojos vieron ustedes lo que hice con Egipto. Luego vivieron largo tiempo en el desierto. Los introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán; ellos les declararon la guerra y yo los entregué en las manos de ustedes; los destruyeron y ocuparon su tierra. Después se levantó Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, para pelear contra Israel

y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que los maldijera. Pero yo no quise escuchar a Balaam, que no tuvo más remedio que bendecirlos, y así los libré de las manos de Balac. Pasaron ustedes el Jordán y llegaron a la región de Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, igual que los amorreos, los perezeos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los jiveos y los yebuseos, pero yo los entregué en las manos de ustedes. Mandé delante de ustedes avispas que expulsaron, antes de que ustedes llegaran, a los dos reyes de los amorreos; eso no se realizó ni con las espadas ni con los arcos de ustedes. Finalmente les he dado una tierra que no han cultivado; unas ciudades que no han construido y en las que, sin embargo, habitan; les he dado viñedos y olivares que no habían plantado y de los que ahora se alimentan’”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Demos gracias al Señor. L Demos gracias al Señor, porque él es bueno. Al Dios de los dioses demos gracias; demos gracias al Señor de los señores /R L Él guió a su pueblo por el desierto, hirió a grandes reyes y dio muerte a reyes poderosos /R L Él le dio sus tierras en herencia a Israel, su siervo, y nos libró de nuestros enemigos /R (Sal 135). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Reciban la palabra de Dios, no como palabra


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humana, sino como palabra divina, tal como es en realidad. R Aleluya (1Tes 2,13).

6. Evangelio (Mt 19,3-12)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerle una trampa, le preguntaron: “¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?” Jesús les respondió: “¿No han leído que el Creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo: ‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola cosa?’ De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Pero ellos replicaron: “Entonces ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella?” Jesús les contestó: “Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la divorciada, también comete adulterio”. Entonces le dijeron sus discípulos: “Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”. Pero Jesús les dijo: “No todos comprenden esta enseñanza,

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sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, con bondad, nuestras ofrendas y, por intercesión de la santa Juana F. de Chantal que hoy conmemoramos, consérvanos unidos en tu amor para que podamos ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Los justos se alegran y gozan en la presencia de Dios, llenos de júbilo (Sal 67,4).

9. Oración después de la comunión Dios nuestro, fuente de consolación y de paz, que nos has concedido celebrar la Eucaristía en la fiesta de tu santa Juana F. de Chantal, haz que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento, sean prendas de nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: Como discípulo de Jesús, ¿ cuál es tu actitud ante el divorcio?


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13 de Agosto - Sábado,

Feria o Memoria de los Santos Ponciano, Papa e Hipólito, Mártir Color litúrgico: Verde o rojo

Nosotros serviremos al Señor nuestro Dios En el momento de establecer la nueva alianza, al pueblo se le plantea una alternativa. Tiene que elegir entre servir al Señor o a los dioses de países extraños. El pueblo manifestó claramente su voluntad: “¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses!” (Jos 24,16). A continuación el pueblo ratificó su fe en el Dios que los liberó de la esclavitud de Egipto y que realizó grandes prodigios durante su peregrinación por el desierto. Después de esta confesión de fe, Josué hace ver al pueblo quién es el Señor con el que van a establecer la alianza: “Es un Dios santo y un Dios celoso” (Jos 24,19). Al establecer el pacto, Josué utiliza varias veces la palabra “servir”. El servicio fiel y generoso al Dios de Israel, es lo que está en juego en el momento de sellar la alianza. Josué interpela al pueblo, pidiendo que se pongan de parte del Señor, Dios de Israel. La respuesta del pueblo no dejaba lugar a duda: “Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios, y le obedeceremos” (Jos 24,24). Aquel día quedó sellada la alianza de Dios con el pueblo de Israel en Siquén. El reino de Dios es para los que son como niños Mateo presenta una escena en la que los niños tienen el protagonismo. A Jesús le presentan unos niños. El evangelista consigna la reacción de los discípulos, que difiere completamente de la de Jesús. Los discípulos no estaban de acuerdo y “los reprendían”. Sin embargo, Jesús les había dicho que tenían que hacerse como niños, si querían ser importantes en el reino de Dios (Mt 18,2-3). La actitud de Jesús con los niños es totalmente distinta de la mostrada por los discípulos. Expresamente manifiesta que no impidan que los niños se acerquen a él. Por éste y por otros relatos evangélicos, vemos que Jesús manifiesta simpatía hacia los niños. La atención a los niños fue presumiblemente algo característico del comportamiento habitual de Jesús. Los que presentan a los niños a Jesús buscan un objetivo concreto: quieren que “ponga las manos sobre ellos y pronunciara una oración” (Mt 19,13). El gesto de imponer las manos existe en la Biblia. De Josué se dice que poseía grandes dotes, “porque Moisés le había impuesto las manos” (Dt 34,9). Este gesto ha sido asumido por la liturgia de la Iglesia en algunos sacramentos y ritos de bendición. Los santos de hoy: Santos Ponciano e Hipólito (s. III) Ponciano desciende de una familia noble de Roma. Fue elegido para ocupar


13 de Agosto - Sábado, Memoria de los Santos Ponciano e Hipólito

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la Cátedra de san Pedro el año 230. Lo acusaron de pertenecer a una religión distinta a la del imperio, y fue exilado a Cerdeña donde murió mártir. Las noticias que poseemos sobre Hipólito son confusas. Fue un maestro que descolló por sus conocimientos de las Escrituras y por la profundidad de su pensamiento. Estuvo al frente de una comunidad disidente. Su fidelidad a Cristo lo llevó hasta sufrir el martirio. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Muchas tribulaciones le sobrevienen al justo, pero de todas lo librará el Señor. Él es el que cuida de todos los huesos del justo y no dejará que ninguno se le quiebre (Sal 33,20-21). 2. Oración colecta Que la sincera y abnegada lealtad de tus santos mártires Ponciano e Hipólito, nos obtenga, Señor, el don de tu amor y la inquebrantable firmeza de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Jo 24,14-29)

Lectura del libro de Josué En aquellos días, habló Josué al pueblo y le dijo: “Teman al Señor y sírvanlo con toda la sinceridad de su corazón. Apártense de los dioses a los que sirvieron sus padres al otro lado del río Eufrates y en Egipto, y sirvan al Señor. Pero si no les agrada servir al Señor, digan aquí y ahora a quien quieren servir: ¿a los dioses a los que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Eufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitan? En cuanto a mí toca, mi familia y yo serviremos al Señor”.

El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses, porque el Señor es nuestro Dios; él fue quien nos sacó de la esclavitud de Egipto, el que hizo ante nosotros grandes prodigios, nos protegió por todo el camino que recorrimos, y en los pueblos por donde pasamos expulsó a todos los que habitaban el país al que llegamos. Así pues, también nosotros serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios”. Entonces Josué le dijo al pueblo: “No creo que ustedes puedan servir al Señor, porque es un Dios santo y celoso, que no perdonará sus rebeldías y pecados. Si después de todo el bien que el Señor les ha hecho, lo abandonan para servir a dioses extranjeros, él los castigará y acabará con ustedes”. El pueblo le respondió a Josué: “No nos sucederá lo que tú dices, porque ciertamente serviremos al Señor”. Josué le dijo al pueblo: “Ustedes son testigos de que han elegido servir al Señor”. Respondieron ellos: “Somos testigos”. Josué les dijo entonces: “Apártense, pues, de los dioses extranjeros que tienen y vuelvan su


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13 de Agosto - Sábado, Memoria de los Santos Ponciano e Hipólito

corazón al Señor, Dios de Israel”. El pueblo respondió a Josué: “Serviremos al Señor, nuestro Dios, y obedeceremos sus mandamientos”. Aquel día Josué renovó la alianza del Señor con el pueblo y le impuso a éste mandamientos y normas en Siquem. Josué escribió estas cláusulas en el libro de la ley de Dios. Tomó luego una gran piedra y la colocó al pie de la encina que había en el santuario del Señor. Josué le dijo a todo el pueblo: “Esta piedra será testigo, pues ha oído todo lo que el Señor les ha dicho; ella será testigo contra ustedes, cuando quieran renegar del Señor, su Dios”. Por fin, Josué despidió al pueblo y cada uno se volvió a su casa. Algún tiempo después, murió Josué, hijo de Nun y siervo del Señor, a la edad de ciento diez años. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R Aleluya (Mt 11,25).

4. Salmo responsorial R El Señor es nuestro Dios. L Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos /R L Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré /R L Enséñame el camino de la vida, sacíame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti /R

7. Oración sobre las ofrendas Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte, para celebrar el glorioso martirio de tus santos Ponciano e Hipólito, sea agradable a tus ojos para que nos purifiques de nuestros pecados y escuches nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

(Sal 15).

6. Evangelio (Mt 19, 13-15)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo: “Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos”. Después les impuso las manos y continuó su camino. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

8. Antífona de la comunión Nadie ama más a sus amigos que el que da la vida por ellos (Jn 15,13). 9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que nada pueda separar del amor de Cristo a quienes hemos sido alimentados con su Cuerpo y hechos miembros suyos y


14 de Agosto - Domingo XX del Tiempo Ordinario /A

que, a ejemplo de tus mártires Ponciano e Hipólito, suframos valerosamente todas las adversidades por tu Hijo que nos ama y que vive y reina por los siglos de los siglos.

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Adoptas habitualmente con los niños la actitud de Jesús?

14 de Agosto - Domingo

XX del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 4ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde

SEÑOR, HIJO DE DAVID, TEN COMPASIÓN DE MÍ Mi casa es casa de oración para todos los pueblos La tercera parte del libro de Isaías, presenta una apertura a los extranjeros. En este mundo globalizado, los extranjeros se ven sometidos a continuos vaivenes, según los intereses del momento y de cada país. En un momento se les abren los brazos, como al mesías salvador; en otros, se les cierran las puertas y aun se los expulsa como parásitos peligrosos. Ante este panorama, es gratificante escuchar las palabras del profeta, escritas unos cinco siglos antes de Jesucristo. Los extranjeros son llamados a incorporarse al proyecto de liberación que Dios ofrece a toda la humanidad. Son agregados al pueblo de Israel, considerándolos como servidores del Señor. Como cualquier israelita, guardarán el sábado, mantendrán la alianza, presentarán sus ofrendas. Como un signo de integración, la casa de Dios “será para todos los pueblos casa de oración” (Is 56,7). Es decir, los introducirán en el templo, reservado únicamente a los ciudadanos de Israel. Una pagana gritaba: “Hijo de David, ten compasión de mí” El autor del evangelio, perfecto conocedor de la ley y de la sociedad judía, construye una narración en la que refleja lo que sucedía en las comunidades. En más de un caso, los cristianos procedentes del judaísmo, quisieron imponer las tradiciones judías en las comunidades cristianas. En la primera parte del relato, Mateo presenta al mismo Jesús como defensor acérrimo de las viejas tradiciones. Los discípulos aparecen imbuidos de la mentalidad judía. Pretenden que Jesús despida a la mujer pagana, que quiere meterse como una intrusa, para beneficiarse de algo que creen reservado únicamente a los ciudadanos de Israel. En las primeras comunidades, pesaba mucho en los discípulos provenientes del judaísmo su mentalidad judía. Las objeciones que aparecen en el animado diálogo dialéctico de Jesús con la mujer, son las mismas que ellos aducían, para admitir a los convertidos del paganismo en sus comunidades. Ellos se


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14 de Agosto - Domingo XX del Tiempo Ordinario /A

asemejaban a los “perros”, a quienes estaba negado el pan, que pertenecía en exclusiva a los hijos de Israel, si no aceptaban las viejas tradiciones. ¡Déjanos al menos las migajas que caen de la mesa La frase de la mujer cananea, que era pagana y extranjera, contiene un tremendo realismo. Refleja la situación de millones de extranjeros emigrantes en todos los continentes. Esta tierra que debiera ser la patria de todos, nos hemos empeñado en parcelarla de forma egoísta, poniendo barreras infranqueables por todas partes. De tal modo, que los ciudadanos del mundo, en muchos lugares son considerados apátridas, sin derecho a vivir, a disponer de un trozo de tierra donde plantar su tienda. Se habla de los “Derechos humanos”, que deberían regir en todas partes y para todas las personas por igual. Pero no es así. No todas las personas tienen los Ella se acercó entonces a Jesús, y mismos derechos en todas partes. Se impostrada ante él, le dijo: “¡Señor, ayúpone la discriminación, la exclusión, la dame!” Él le respondió: “No está bien parcelación de la sociedad, por razones quitarles el pan a los hijos para echárétnicas, lingüísticas, sociales, religiosas, selo a los perritos” (Mt 15,25-26) políticas, etc. En medio de esta situación inhumana e injusta, son muchos los millones de personas, que gritan con la mujer cananea, pagana y extranjera: “Déjennos al menos, las migajas que caen de la mesa de los amos”. Mujer, tu fe es grande: que se cumplan tus deseos La frase de Jesús: “Mujer, ¡qué grande es tu fe!” (Mt 15,28), contiene un mensaje de humanidad, que transciende las fronteras de la comunidad de los discípulos. Primero Jesús, y después las comunidades de discípulos, no sin dificultad, lograron superar las barreras de la discriminación y de la exclusión. Jesús, ciudadano de Israel, seguidor de la ley y los profetas, cerró los oídos a las voces que pedían exclusión. Los abrió a la mujer cananea, pagana y extranjera, que gritaba: “¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí!” (Mt 15,22). Jesús empieza por reconocer la fe de la mujer. Como premio, su hija quedó sanada. Por un lado, tenemos la actitud de Jesús, que escucha, que no cede a las presiones, y soluciona el problema a la mujer. Por otra parte, hay que celebrar la constancia de la mujer. No se dio por vencida. Le costó, pero lo consiguió. No podemos cruzarnos de brazos. Sólo


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la constancia llevará a la victoria final. Los discípulos de Jesús tenemos que mantener viva la llama de la fe y trabajar sin descanso, para que la fraternidad universal se traduzca en ciudadanía universal para todos. Haré honor al ministerio de apóstol de los paganos Pablo vivió intensamente el conflicto intercultural y el interreligioso En sus orígenes es un hombre bicultural. Porque de padres judíos; al nacer en Tarso, es educado en la cultura griega. Pablo vivirá, además, otra bipolaridad en el campo religioso. En la primera etapa de su vida estará fuertemente ligado a la religión de sus padres. El celo lo llevará a perseguir a los discípulos de Jesús. Más tarde se convierte, y considerará su mayor gloria ser “apóstol de los paganos”. Él mismo se verá perseguido por sus hermanos de sangre. Se enfrentará a los discípulos procedentes del judaísmo, por querer imponer las tradiciones judías a los discípulos provenientes del paganismo. En un arranque de coraje, llega a decir a los que quieren imponer la circuncisión: “Deberían castrarse ellos” (Gál 5,12). En la carta a la comunidad de Roma, previene a los discípulos provenientes del paganismo, para que no cometan el error de creerse superiores, rechazando a los judíos. Su conversión será una especie de resurrección para el mundo. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte (Sal 83,10-11). 2. Oración colecta Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Is 56, 1.6-7)

Lectura del libro del profeta Isaías Esto dice el Señor: “Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse. A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi casa será casa de oración para todos los pueblos”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


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4. Salmo responsorial R Que te alaben, Señor, todos los pueblos. L Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora /R L Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones /R L Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero /R (Sal 66). 5. 2ª Lectura

(Rom 11, 13-15.29-32)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Tengo algo que decirles a ustedes, los que no son judíos, y trato de desempeñar lo mejor posible este ministerio. Pero esto lo hago también para ver si provoco los celos de los de mi raza y logro salvar a algunos de ellos. Pues, si su rechazo ha sido reconciliación para el mundo, ¿qué no será su reintegración, sino resurrección de entre los muertos? Porque Dios no se arrepiente de sus dones ni de su elección. Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la

rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo. R Aleluya (Mt 4,23). 7. Evangelio (Mt 15,21-28)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: “Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: “Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros”. Él les contestó: “Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel”. Ella se acercó entonces a Jesús, y postrada ante él, le dijo: “¡Señor, ayúdame!” Él le respondió: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”. Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.


14 de Agosto - Domingo XX del Tiempo Ordinario /A

8. Oración de los fieles S Oremos, para que desaparezcan todas las barreras de exclusión y discriminación, y consigamos un mundo más solidario y fraternal. A Haznos, Señor, constructores de fraternidad. L Tú, Señor, has creado a todos con iguales en derechos. Para que nuestra tierra sea una patria para todos, donde nadie se considere extraño o excluido: Oremos al Señor. A Haznos, Señor, constructores de fraternidad. L Son muchos los que tienen que emigrar de su tierra a otros países. Para que las estructuras sociales, políticas y económicas, les ayuden a integrarse sin sufrir discriminación: Oremos al Señor. A Haznos, Señor, constructores de fraternidad. L Jesús quiere que formemos una gran familia, en la que todos vivamos como hermanos. Para que Dios, como Padre de todos, nos ayude a eliminar todo signo de discriminación: Oremos al Señor. A Haznos, Señor, constructores de fraternidad. S Acrecienta en el mundo, Señor, el amor y el respeto hacia toda persona,

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para conseguir una sociedad más feliz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan, vivirá eternamente (Jn 6,51).

11. Oración después de la comunión Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿A quién rechazas en tu corazón?

Santa Mónica Mujer, esposa y madre ejemplar P. Albino Buitrago Meditando y orando con San Agustín Andrés Zaca N. Se consiguen en la red de Librerías San Pablo del país.


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de Agosto - Lunes,

Asunción de la Virgen María, S Color litúrgico: Blanco

La Madre de Jesús ha sido asunta al cielo Desde antiguo existen testimonios de la existencia de una celebración de una fiesta mariana el 15 de Agosto en Jerusalén. Tenía lugar en una iglesia mandada a construir por la emperatriz Eudoxia en Getsemaní, porque se creía que la Virgen María estaba enterrada en este lugar. En el sacramentario papal del siglo VIII encontramos esta oración, que une la Asunción de María a su maternidad: “Porque te has complacido, Señor, en la humildad de tu sierva la virgen María, has querido elevarla a la dignidad de madre de tu Hijo y la has coronado en este día de gloria y esplendor”. A lo largo de los siglos, esta fiesta ha recibido nombres diversos. Uno de los más antiguos es el de “Tránsito de la Virgen María”. Otro de los títulos fue el de “Dormición”, aludiendo a la muerte de María. En el siglo VIII recibe el título de “Asunción de la Bienaventurada Virgen María”, en el sacramentario gregoriano. En él se dice: “Sufrió la muerte, pero no estuvo sujeta a sus lazos”. María participa de la Pascua gloriosa de su Hijo El problema de la resurrección se planteó ya en las primeras comunidades. El testimonio más antiguo lo tenemos en la primera carta de Pablo a la comunidad de Corinto. El apóstol recuerda a la comunidad, que la resurrección de Jesús es el tema central de la primera predicación de los apóstoles. “Ante todo les transmití lo que yo mismo había recibido: Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, fue sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras” (1Co 15,3-4). Pablo escribe esto unos veinticinco años después de la muerte de Jesús. Después de esta confesión de fe solemne, Pablo prosigue: Jesús resucitó como “el primogénito de los que han muerto” (1Co 15,20). Para el apóstol, la resurrección es una novedad de tal magnitud, que es como un “nacimiento”. Jesús es el primero del turno, le seguirán los discípulos, “cada uno en su turno”. María estará en la cabecera de esa multitud de bienaventurados (Ap 7,9ss). María no estuvo asociada a la maldición del Génesis (Gén 3,19). Más bien, fue asociada a la bendición de su hijo Jesús. Así lo proclamaba Isabel: “Bendita porque has creído”


15 de Agosto - Lunes, Asunción de la Virgen María

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(Lc 1,45). La que fue pionera de los creyentes es también la pionera en participar de la gloria de Jesús resucitado. En su Asunción, María es icono para los discípulos de Jesús En la carta a la comunidad de Roma, Pablo presenta a Jesús como el primer icono para todo discípulo. “Dios nos ha destinado a reproducir la imagen de su Hijo, de modo que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Rom 8,29). Después de Jesús, tenemos otro icono en el cual podemos mirarnos los discípulos de Jesús. Este icono es el de María, a cuyo cuidado maternal nos confió desde la cruz a la hora de morir. El prefacio de la fiesta de hoy presenta a María asunta al cielo, como “figura de la Iglesia que un día será glorificada” (MR 528) . María es el icono más perfecto de Jesús. En nuestro peregrinar por este mundo, ella nos acerca a través de su Asunción a Jesús resucitado. Tengamos los ojos fijos en ella, que en medio de la comunidad de los discípulos, como “Estrella de nuestra esperanza”, que nos alumbra el camino. Hoy es el “dies natalis” (“día del nacimiento”) de María para la gloria. Que todavía peregrina en la tierra. Ella es la primicia de la Iglesia, consuelo y esperanza del pueblo de Dios que todavía peregrina en la tierra al encuentro con Jesús resucitado. La Asunción de María es la coronación de un camino El día que el mensajero de Dios se acercó a Nazaret y pronunció este saludo: “Alégrate, llena de gracia” (Lc 1,28), empezó para María un largo camino, que culmina en la fiesta que hoy celebramos: su Asunción a los cielos. El primer paso fueron unas palabras comprometedoras: “Yo soy la sierva del Señor: que se cumpla en mí tu palabra” (Lc 1,38). Después vendrán las dificultades para explicar a José lo sucedido; el nacimiento de Jesús en un pesebre, porque en todo Israel no había un lugar digno para que naciera, la incomprensión de sus vecinos que querían despeñarlo por el barranco en Nazaret. Sobre todo, la “espada que traspasó tu corazón”, cuando estabas con Juan y el grupito de mujeres y amigos junto a la cruz. Allí contemplaste cómo lo clavaron en la cruz, cómo abrieron su costado con una lanza. Pero también llevaste la gran alegría de saber, que “Dios no lo había abandonado al poder de la muerte”. Estaba vivo. Había resucitado. Eran muchos los amigos que pregonaban por todas partes la noticia. Hoy nosotros nos unimos para celebrar la culminación de su camino que culmina con su Asunción a los cielos. Alegrémonos todos en el Señor en este día La antífona que abre la celebración eucarística de hoy es el pregón pascual de María: “Alégrense todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de la Virgen María: de su Asunción se alegran los ángeles y alaban al Hijo de Dios” (MR 527). La liturgia aplica a María el texto del Apocalipsis, que celebra la portentosa figura aparecida en el cielo: “Una mujer vestida de sol, con la luna por pedestal, coronada con doce estrellas” (Ap 12,2). Lo más probable es que se trate de la Iglesia. Pero la imagen puede reflejar muy bien la apoteosis de María en su gloriosa Asunción. Celebramos la “pascua” de María. Su “paso” de la ciudad terrena a la Jerusalén celestial. Lo celebramos con su mismo canto: “Mi alma canta la gloria del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su sierva” (Lc 1,48). Nosotros pertenecemos a las generaciones, que llenos de gozo la felicitamos en este día. P. Antonio Danoz, redentorista


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15 de Agosto - Lunes, Asunción de la Virgen María

1. Antífona de entrada Alegrémonos todos en el Señor y alabemos al Hijo de Dios, junto con los ángeles, al celebrar hoy la Asunción al cielo de nuestra Madre, la Virgen María. 2. Oración colecta Dios todopoderoso y eterno, que hiciste subir al cielo en cuerpo y alma a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos vivir en este mundo sin perder de vista los bienes del cielo y con la esperanza de disfrutar eternamente de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Ap 11,19;12,1-6.10)

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan Se abrió el templo de Dios en el cielo y dentro de él se vio el arca de la alianza. Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y a punto de dar a luz y gemía con los dolores del parto. Pero apareció también en el cielo otra figura: un enorme dragón, color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y una corona en cada una de sus siete cabezas. Con su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Después se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo, en cuanto éste naciera. La mujer dio a luz un hijo varón, destinado a gobernar todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue llevado hasta Dios y hasta su

trono. Y la mujer huyó al desierto, a un lugar preparado por Dios. Entonces oí en el cielo una voz poderosa que decía: “Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R De pie, a tu derecha, está la reina. L Hijas de reyes salen a tu encuentro. De pie, a tu derecha, está la reina, enjoyada con oro de Ofir /R L Escucha, hija, mira y pon atención: olvida a tu pueblo y la casa paterna; el rey está prendado de tu belleza; ríndele homenaje, porque él es tu señor /R L Entre alegría y regocijo van entrando en el palacio real. A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra /R (Sal 44). 5. 2ª Lectura (1Co 15,20-27)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios Hermanos: Cristo, resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos. En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo. Enseguida será la consumación,


15 de Agosto - Lunes, Asunción de la Virgen María

cuando después de haber aniquilado todos los poderes del mal. Cristo entregue el Reino a su Padre, porque él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte, porque todo lo ha sometido Dios bajo los pies de Cristo. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. María fue llevada al cielo y todos los ángeles se alegran. R Aleluya. 7. Evangelio (Lc 1,39-56)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

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Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Jesús fue a prepararnos un lugar. María ya ocupa el suyo. Oremos, para que Dios nos conceda avanzar con fe y esperanza al encuentro de Jesús resucitado. A La Asunción de María avive, Señor, nuestra esperanza. L Para que seamos creadores de esperanza en este mundo donde muchos no encuentran razones para vivir y ser felices: Oremos al Señor. A La Asunción de María avive, Señor, nuestra esperanza. L Vivimos en una sociedad que discrimina a los pobres, a los hambrientos, a los más débiles. Para que el Señor “derribe del trono a los soberbios”, que los oprimen: Oremos al Señor. A La Asunción de María avive, Señor, nuestra esperanza.


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16 de Agosto - Martes, Memoria de San Esteban de Hungría

L Jesús en su resurrección, María en su Asunción, son signos de vida y de hombres y mujeres nuevos. Para que toda persona sea rehabilitada en su dignidad: Oremos al Señor. A La Asunción de María, avive, Señor, nuestra esperanza. S Concédenos, Señor, emprender el camino del servicio humilde a los necesitados, para participar con María de la gloria de Jesús resucitado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte para celebrar la Asunción de la Virgen María y ayúdanos, por su intercesión, a buscarte y a vivir siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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10. Antífona de la comunión Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre (Lc 1,48-49).

11. Oración después de la comunión Tú que nos has hecho partícipes de este sacramento de vida eterna, concédenos, Señor, por intercesión de la Virgen María en este día de su Asunción al cielo, alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Cómo sirves a Dios en los que te necesitan?

de Agosto - Martes,

Feria o Memoria de S. Esteban de Hungría Color litúrgico: Verde o blanco

Con tus fuerzas salvarás a Israel La historia de Israel se repite. El pueblo hizo lo que Dios reprueba y el Señor lo entregó a sus enemigos. La situación se ha vuelto extremadamente difícil. No pueden siquiera beneficiarse de los frutos de la siembra. Tienen que trabajar a escondidas, para no ser sorprendidos por los enemigos. Una vez más, el Señor decide liberar a los hijos de Israel de la opresión que padecen. Elige a uno de sus hijos de Israel de nombre Gedeón, para liberarlo. El Señor le hace saber la misión que le quiere confiar: “Vete, y con tu propias fuerzas salva a Israel de los madianitas. Yo te envío” (Jue 6,14). A partir de este momento, el relato sigue el modelo de otras vocaciones bíblicas. Gedeón se considera incapaz de realizar esta misión tan difícil. Es de familia humilde y él es el más pequeño de los hermanos. Dios se compromete con él: “Yo estaré contigo y derrotarás a los madianitas como un solo hombre” (Jue 6, 16). Gedeón quiere un signo, para asegurarse de que es Dios quien le está comprometiendo para una empresa tan difícil. Por fin, se convenció que era Dios quien lo llamaba a


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realizar este servicio a favor de su pueblo. Levantó un altar al Señor, y le puso por nombre “Señor de la Paz”. Lo que es imposible a los hombres, es posible para Dios El joven que se había presentado a Jesús buscando el camino para conseguir la vida eterna, acaba de abandonar. Era muy rico, y no aceptó la propuesta de Jesús: “Vende lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme” (Mt 19,21). Ante los discípulos Jesús hace esta reflexión: “Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos”. Jesús insiste: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja” (Mt 19,23-24). Se trata de un dicho proverbial, comparar el animal más grande con el orificio más chico. Jesús pone las cosas difíciles a los ricos para poder entrar en el reino de los cielos. Es difícil, pero no imposible. La experiencia revela que quien posee una gran fortuna fácilmente la convierte en un dios, y la coloca por encima de los valores del reino de Dios. Jesús nos advierte que, lo que parece imposible a los hombres, no lo es para Dios. Ante la alarma que suscitó entre los discípulos el anuncio que ha hecho, Jesús se reafirma en lo dicho al joven rico. Dios no se dejará vencer en generosidad por aquellos que lo dejen todo por su causa, incluidos valores tan importantes como padres, mujer e hijos. “Recibirán el ciento por uno, y heredarán la vida eterna” (Mt 19,29). El santo de hoy: San Esteban de Hungría (960-1038) Nace en Esztergom (Hungría). Recibió el bautismo siendo adolescente. El año 1000 subió al trono como rey de su país. Lo coronó el papa san Silvestre II en Roma. Recibió el título de “Rey apostólico”, por haber contribuido a la evangelización de su pueblo, y a la organización de la Iglesia en su país. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Que todas las creaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus santos, que proclamen la gloria de tu Reino y den testimonio de tu poder (Sal 144,10-11).

2. Oración colecta Por intercesión de san Esteban de Hungría, concédenos, Señor, ser fieles a la fe y a la Iglesia que él se preocupó por consolidar y extender en todo su reino. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Jue 6,11-24)

Lectura del libro de los Jueces En aquellos días, vino el ángel del Señor y se sentó bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás, de la familia de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba


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16 de Agosto - Martes, Memoria de San Esteban de Hungría

limpiando trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas, cuando el ángel del Señor se le apareció y le dijo: “El Señor está contigo, valiente guerrero”. Le contestó Gedeón: “Perdón, señor mío. Si el Señor está con nosotros, ¿por qué han caído sobre nosotros tantas desgracias? ¿Dónde están todos aquellos prodigios de los que nos hablaban nuestros padres cuando nos decían: ‘El Señor nos sacó de Egipto’? Ahora, en cambio, el Señor nos ha abandonado y nos ha entregado a los madianitas”. Entonces el Señor se volvió hacia Gedeón y le dijo: “Usa la fuerza que tienes, para ir a salvar a Israel del poder de los madianitas. Yo soy el que te envía”. Le respondió Gedeón: “Perdón, Señor mío; pero ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mi familia es la más pobre de la tribu de Manasés y yo, el más pequeño de la casa de mi padre”. El Señor le respondió: “Yo estaré contigo y tú derrotarás a todos los madianitas como si fueran un solo hombre”. Gedeón le dijo: “Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú el que me habla. No te vayas de aquí, por favor, hasta que vuelva con una ofrenda y te la presente”. Él respondió: “Aquí me quedaré hasta que vuelvas”. Gedeón entró en su casa, preparó un cabrito, y con una medida de harina, hizo unos panes sin levadura; puso la carne en una canastilla y el caldo en una olla, lo llevó bajo la encina y se lo ofreció al ángel. Pero éste le dijo: “Toma la carne y los panes sin levadura, ponlos sobre esa roca y derrama encima el caldo”. Gedeón lo hizo así.

Luego el ángel del Señor acercó la punta del bastón que tenía en la mano y tocó la carne y los panes sin levadura. Salió fuego de la roca, consumió la carne y los panes, y el ángel del Señor desapareció. Entonces se dio cuenta Gedeón de que era el ángel del Señor y exclamó: “¡Ay, Dios mío, he visto al ángel del Señor cara a cara!” Pero el Señor le dijo: “Que la paz sea contigo. No temas; no morirás”. Gedeón levantó un altar al Señor en aquel lugar y lo llamó “La paz del Señor”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Escucharé las palabras del Señor. L Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo y para los que se convierten de corazón. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra /R L La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo /R L Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas /R (Sal 84). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Jesucristo, siendo rico se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R Aleluya (2Co 8,9).


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6. Evangelio (Mt 19,23-30)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos”. Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: “Entonces ¿quién podrá salvarse?” Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: “Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible”. Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: “Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?” Jesús les dijo: “Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que por mí haya dejado casa o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, con bondad, nuestras ofrendas y, por intercesión del santo que hoy conmemoramos, consérvanos unidos en tu amor para que

podamos ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión Los justos se alegran y gozan en la presencia de Dios, llenos de júbilo (Sal 67,4).

9. Oración después de la comunión Dios nuestro, fuente de consolación y de paz, que nos has concedido celebrar la Eucaristía de tu santo, haz que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento, sean prendas de nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Los bienes materiales ocupan el lugar más importante que Dios en tu corazón?

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de Agosto - Miércoles,

Feria, XX Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Los pueblos también se dejan embaucar La historia que narra el libro de los Jueces se ha repetido desgraciadamente muchas veces. Los habitantes de Siquén y Bet-Miló se dejaron embaucar por un corrupto y un asesino. Eligieron por rey a Abimelec, que asesinó a sus siete hermanos y reclutó a unos aventureros con dinero tomado del templo. Yotán, el único sobreviviente de la matanza de Abimelec, denuncia la ceguera política de Israel. Se sirve de una fábula tomada del mundo agrícola. Presenta una concentración de árboles que se proponen elegir a uno por rey. Los árboles más valorados en Israel: el olivo, la higuera, la vid, no aceptan renunciar a producir honradamente sus frutos, para convertirse en controladores y manipuladores de los demás. Hay uno que sí acepta: la zarza. Su propuesta es clara: Si quieren que sea su rey, han de venir a cobijarse bajo su sombra de afilados espinos. El que se niegue será devorado por el fuego que saldrá de la zarza. La suerte no ha favorecido a Abimelec. Dios no puede favorecer el crimen y la corrupción. Un espíritu de discordia surgió entre él y los suyos, que lo traicionaron y le dieron muerte. Esta historia nos invita a hacernos una pregunta: ¿Qué sucede cuando somos cómplices de que asuman puestos de gobierno personas sedientas de poder, corruptas, ineptas, violentas? El amor y la misericordia transcienden la justicia Con esta parábola, Jesús responde al espíritu legalista que reinaba en su tiempo en la sociedad judía. Aplicaban a las relaciones con Dios el mismo criterio de los negocios terrenales. Se paga en razón de los méritos. No queda lugar para el amor y para la misericordia. La parábola refleja un tipo de situación social que todavía existe en no pocos países. Miles de personas están a merced de lo que les depare la suerte, en el día a día. No disponen de un trabajo fijo y justamente remunerado. Lo que sorprende en la parábola es el desenlace. Según lo cánones corrientes de las leyes laborales, el salario que cobra el obrero se corresponde corrientemente a las horas trabajadas. Quien paga las horas trabajadas consignadas en el contrato laboral, ha cumplido con la justicia. Eso fue lo que hizo el dueño de la viña con sus trabajadores. Por tanto, nadie tiene derecho a reclamar. Pero hace algo más: Por su cuenta y con sus propios bienes, paga por igual a los que han trabajado menos. Más allá de la justicia, practica la generosidad


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y la misericordia. Esto no suele estar consignado en los códigos. Dios invita a practicar el amor y la misericordia además de la justicia. Fijarse más en la necesidad que en los méritos. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte (Sal 83,10-11). 2. Oración colecta Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Jue 9,6-15)

Lectura del libro de los Jueces En aquellos días, se reunieron todos los hombres de Siquem y todas las familias de Bet-Mil-Lo y proclamaron rey a Abimélek, junto a la encina de la piedra memorial que hay en Siquem. Se lo anunciaron a su hermano Jotam, quien subió a la cumbre del monte Garizim, y desde ahí levantó la voz y clamó: “Escúchenme hombres de Siquem, y que Dios los escuche a ustedes. Una vez los árboles fueron a buscarse un rey. Le dijeron al olivo: ‘Sé nuestro rey’. Pero el olivo les respondió: ‘¿Voy a renunciar al aceite que utilizan los dioses y los hombres, para ir a presumir por encima de los árboles?’

Entonces, los árboles le dijeron a la higuera: ‘Ven a ser nuestro rey’. La higuera les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mis dulces y sabrosos frutos, para ir a presumir por encima de los árboles?’ Le dijeron luego los árboles a la vid: ‘Ven a ser nuestro rey’. La vid les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mi vino, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a presumir por encima de los árboles?’ Finalmente, todos los árboles le dijeron a la zarza: ‘Ven a ser nuestro rey’. La zarza les respondió: ‘Si de veras quieren hacerme su rey, vengan a descansar bajo mi sombra. Pero si no es así, que brote fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano’”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R De tu poder, Señor, se alegra el rey. L De tu poder, Señor, se alegra el rey, se alegra con el triunfo que le has dado. Le otorgaste lo que él tanto anhelaba, no rechazaste el ruego de sus labios /R L Lo colmaste, Señor, de bendiciones, con oro has coronado su cabeza. La vida te pidió, tú se la diste, una vida por siglos duradera /R L Tu victoria, Señor, le ha dado fama, lo has cubierto de gloria y de grandeza. Sin cesar le concedes tus favores y lo colmas de gozo en tu presencia /R (Sal 20).


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17 de Agosto - Miércoles, Feria, XX Semana del Tiempo Ordinario

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R Aleluya (Heb 4,12). 6. Evangelio (Mt 20,1-16)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo. Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?’ Ellos le respondieron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Él les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’. Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros’. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno. Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían

más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: ‘Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor’. Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?’ De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia (Sal 129,7). 9. Oración después de la comunión Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


18 de Agosto - Jueves, Feria, XX Semana del Tiempo Ordinario

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Mides las consecuencias de tu voto, cuando te llaman a una elección?

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de Agosto - Jueves,

Feria, XX Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Promesas que no hay que hacer, y menos cumplir A la propuesta del pueblo, Jefté aceptó ser su jefe. El Espíritu del Señor vino sobre él. La del Espíritu de Dios no impidió que tomara una decisión desafortunada. Siguiendo las tradiciones paganas de otros pueblos, promete ofrecer al Dios de Israel un sacrificio humano. La víctima sería la primera persona que saliera a felicitarlo a la puerta de su casa por la victoria. El azar hizo que esta persona fuera su propia hija. Si equivocada fue la promesa que había hecho, más desafortunada fue la decisión de ejecutarla. El Dios de Israel rechaza los sacrificios que hacen los paganos a sus dioses, que llegan a quemar a sus hijos e hijas para honrarlos. “Tú no harás lo mismo con el Señor, tu Dios, porque él considera abominable y detesta todo lo que ellos hacen” (Dt 12,31). Dios no puede aprobar semejante voto, ni se puede sentir honrado con el sacrificio de una persona. Él ama la vida. Este episodio bíblico nos alerta para actuar con sabiduría cuando hacemos algún voto o alguna promesa. No son precisamente los votos que hacemos muchas veces lo que agrada al Señor. Lo que le agrada es que no hagamos el mal, sino el bien; y que cumplamos en todo momento su voluntad. Tengo el banquete preparado, vengan a la boda Mateo ofrece tres parábolas de Jesús seguidas. La del banquete es la última. En ella se revelan varios detalles importantes. Por una parte, está el rey que invita a la boda del hijo. No es difícil comprender que quien invita es Dios. Se trata de la boda de su Hijo con la humanidad. El mismo Mateo considera la presencia de Jesús en el mundo, como un tiempo de boda. Jesús es el novio, que un día será arrebatado (Mt 9,15). En segundo lugar, encontramos el comportamiento de los invitados. Hay un primer grupo de invitados, a los que Dios envía sus mensajeros para darles a conocer la invitación y los manjares del banquete. Por diversos motivos, la respuesta fue negativa. Algunos tomaron la vía de la violencia. Los maltrataron y los mataron. En este apartado de la parábola se está haciendo un ajuste de cuentas al pueblo de Israel. Los primeros invitados fueron “las ovejas descarriadas de la casa de Israel” (Mt 10,6). Los mensajeros fueron los profetas, que fueron


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18 de Agosto - Jueves, Feria, XX Semana del Tiempo Ordinario

maltratados, y en su inmensa mayoría murieron de muerte violenta. A continuación, las puertas del banquete se abrieron para todos, “buenos y malos”, judíos y paganos. La parte final de la parábola tiene una proyección post-pascual hasta el juicio final. La presencia del invitado sin traje de fiesta y la posterior expulsión, es un aviso para la comunidad de los discípulos. No basta con responder a la invitación. No es un pasaporte de garantía. Hay que asumir todas las exigencias del reino de Dios. Éste es el traje que hay que conservar, para cuando el Señor de la boda venga al final. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte (Sal 83,10-11). 2. Oración colecta Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Jue 11,29-39)

Lectura del libro de los Jueces En aquellos días, el espíritu del Señor vino sobre Jefté, que recorrió la región de Galaad y de Manasés, pasó por Mispá de Galaad y de allí marchó contra los amonitas. Jefté le hizo una promesa al Señor, diciendo: “Si me entregas a los amonitas, al primero que salga a la puerta de mi casa para recibirme, cuando vuelva victorioso de la guerra contra los amonitas, te lo ofreceré en holocausto”. Jefté marchó contra los amonitas y el Señor se los entregó. Los derrotó desde Aroer hasta la entrada de Mi-

nit, donde hay veinte ciudades, hasta Abel-Keramín, y les tomó sus veinte ciudades. La derrota de los amonitas fue grandísima y fueron humillados por los israelitas. Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, lo salió a recibir su hija, bailando al son de las panderetas. Jefté no tenía más hijos que ella. Al verla, Jefté se rasgó las vestiduras y gritó: “¡Ay, hija mía! ¡Qué desdichado soy! ¿Por qué tenías que ser tú la causa de mi desgracia? Le hice una promesa al Señor y no puedo retractarme”. Ella le dijo: “Padre mío, si le has hecho una promesa al Señor, haz conmigo lo que le prometiste, ya que el Señor te ha concedido la victoria sobre tus enemigos”. Después le dijo a su padre: “Concédeme tan sólo este favor: Déjame andar por los montes durante dos meses para llorar con mis amigas la desgracia de morir sin tener hijos”. Él le respondió: “¡Vete!” Y le concedió lo que le había pedido. Ella se fue con sus amigas y estuvo llorando su desgracia por los montes. Al cabo de los dos meses, volvió a la casa de su padre y él cumplió con ella la promesa que había hecho. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


18 de Agosto - Jueves, Feria, XX Semana del Tiempo Ordinario

4. Salmo responsorial R Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. L Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños /R L Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy” /R L En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón /R L He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor /R (Sal 39). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R Aleluya (Sal 94,8).

6. Evangelio (Mt 22,1-14)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras

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y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego les dijo a sus criados: ‘La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados. Cuando el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?’ Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ‘Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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8. Antífona de comunión Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia (Sal 129,7). 9. Oración después de la comunión Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramen-

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to, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: Si el Señor te visita hoy, ¿tendrías el traje que exige a todo discípulo?

de Agosto - Viernes,

San Juan Eudes, Presbítero, M Color litúrgico: Blanco

A donde tu vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré El libro empieza presentando a los personajes que protagonizarán esta historia, que se mueve entre la angustia y la esperanza, la alegría y la tristeza, de dos viudas, animadas de una gran fortaleza y una amistad a toda prueba, que les ayudará a superar todas las situaciones. La narración arranca con una situación de hambre, que obliga a un matrimonio y a sus dos hijos a emigrar de Belén a una tierra extraña. La suerte no los acompañó. Murió el marido, murieron los dos hijos, y quedó Noemí con sus dos nueras. Una de ellas se llama Rut. En un momento dado, Noemí dijo a las dos nueras que regresaran a la casa de su madre. Una de ellas, por fin regresó a su casa, pero Rut se negó a abandonar a su suegra. Aunque ésta le insistió, Rut mantuvo su amor y su fidelidad a Noemí. Se comprometió a no abandonarla. Las palabras que el autor pone en labios de Rut son todo un poema de fidelidad: “A donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo será mi pueblo; tu Dios será mi Dios; donde tú mueras, allí moriré” (Rut 1,16-17). Los más grandes preceptos de la ley Los tres evangelistas sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, mencionan el episodio en que Jesús proclama el mandamiento del amor, como el mandamiento primero y más importante. Se trata del amor a Dios y del amor al prójimo como unidad inseparable. Jesús combina el texto del Deuteronomio y el del Levítico para juntar los dos en un solo mandamiento. Quien ama a Dios ha de amar al prójimo y viceversa. Los 613 preceptos que contaban los fariseos, que había que saberse de memoria, quedan reducidos en la práctica a uno: amar. La ley y los profetas representan toda la Escritura.


19 de Agosto - Viernes, San Juan Eudes

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Sobre este aspecto insiste el evangelio de Juan y las cartas, que pertenecen a su escuela. Pablo afirma en la carta a la comunidad de Roma: “El amor es el cumplimiento pleno de la ley” (Rom 13,10). La formulación del Deuteronomio, que Jesús asume y después los discípulos, implica a la totalidad de la persona. Atendiendo a la concepción antropológica judía, hay que amar con el corazón, con la mente, con el alma. Es decir, con toda la persona. El santo de hoy: San Juan Eudes (1601-1680) Nace en Roven (Francia). Era el primogénito de siete hermanos. Fue educado con los Jesuitas. El año 1623 ingresa en la Orden de san Felipe Neri donde fue ordenado presbítero en 1625. Ahí permanece 20 años. Durante los primeros años se dedicó a predicar el evangelio a las gentes del campo y a asistir a los enfermos de peste. En 1643 funda la Congregación de Jesús y María (Eudistas), cuyos miembros se dedican a la predicación del San Juan Eudes Evangelio. Realizó una gran labor en la dirección de los seminarios. El año 1644 funda el Instituto de Ntra. Sra. de la Caridad, dedicado a la liberación de la mujer prostituida. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Espíritu está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos (Lc 4,18). 2. Oración colecta Dios nuestro, que elegiste a san Juan Eudes para dar a conocer la infinita grandeza del amor a Cristo, concédenos, por su intercesión, conocer y amar cada día más a tu Hijo y ajustar nuestra vida a su Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Rt 1,1.3-8.14-16.22)

Lectura del libro de Rut En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país de Judá y un hombre de Belén, llamado Elimélek, se fue a residir con Noemí, su esposa, y sus dos hijos a la región de Moab.

Murió Elimélek, y Noemí se quedó sola con sus dos hijos. Estos se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orpá y la otra, Rut. Vivieron ahí unos diez años y murieron también los hijos de Noemí, Malón y Kilión, y ella se quedó sin hijos y sin esposo. Entonces decidió abandonar los campos de Moab y regresar al país de Judá con sus dos nueras, porque oyó decir que el Señor había favorecido al pueblo y le daba buenas cosechas. Se pusieron, pues, en camino, para volver a la tierra de Judá. Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: “Vuélvase cada una a casa de su madre. Que el Señor tenga piedad de ustedes, como ustedes la han tenido con mis hijos y conmigo”. Ellas rompieron a llorar y Orpá besó a su suegra, Noemí, y se volvió a su pueblo; pero Rut se quedó con su suegra. Entonces Noemí le dijo a


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Rut: “Tu concuña se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú también con ella”. Pero Rut respondió: “No insistas en que te abandone y me vaya, porque a donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”. Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, regresó de los campos de Moab y llegó con ella a Belén, al comienzo de la cosecha de la cebada. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Alabaré al señor toda mi vida L Dichoso aquel que es auxiliado por el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto el mar encierra /R L El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo /R L Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado /R L A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos /R (Sal 145). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con la verdad de tu doctrina. R Aleluya (Sal 24,4.5).

6. Evangelio (Mt 22,34-40)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?” Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor (Mt 28,20).

9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener san Juan Eudes sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


20 de Agosto - Sábado, S. Bernardo, Abad

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Es el amor a Dios y al prójimo, la preocupación principal de tu vida?

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de Agosto - Sábado, S. Bernardo, Abad y Doctor de la Iglesia, M -

Color litúrgico Blanco

El Dios de Israel te recompense en abundancia Rut, que es una extranjera, es una mujer que sabe ganarse la vida. No se queda con los brazos cruzados. Pide a Noemí que la deje ir a recoger espigas a un campo donde se lo permitan, para asegurarse el alimento para las dos. Se dirigió al campo de Booz, personaje rico perteneciente a la familia de Elimélec, el marido de Noemí. Informado del comportamiento de Rut con su suegra, Booz dio órdenes a sus trabajadores, para que no la molesten recogiendo las espigas y para que calmen su sed con el agua de sus cántaros. Extrañada de la actitud de Booz para con ella, Rut le pregunta por qué se portaba de esta manera con ella, siendo una extranjera. Booz responde: “El Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te recompense abundantemente” (Rut 2,12). El autor cierra esta bella historia en la que el amor ha sido el verdadero protagonista. Primero, el amor de Rut a su suegra Noemí. Después, el amor de Booz hacia Rut que concluye felizmente con la celebración de su matrimonio, del cual nacerá más tarde David. En Noemí y Rut tenemos que aprender la fidelidad a toda prueba y a luchar por la vida. Como otras muchas, traen a primer plano el valor y la significación de la mujer en la sociedad. Tienen un jefe y un maestro: el Mesías Con este relato se pone fin en el evangelio de Mateo a la controversia que Jesús ha mantenido con los maestros de la ley, con los fariseos y demás instituciones judías. Refleja, sin duda, a la polémica suscitada entre los cristianos y las autoridades judías después de producirse la ruptura. El género literario utilizado, la “polémica”, se presta a exagerar un tanto las cosas. Desde el principio queda claro con quién se entabla la polémica: los maestros de la ley y los fariseos, que se han apoderado de la cátedra de Moisés. La denuncia es dura y directa: Echan fardos pesados sobre las espaldas de la gente, y ellos ni mueven un dedo para ayudar a llevarlos. Bajando a la vida social, la denuncia se dirige a su forma de comportarse en los acontecimientos sociales y religiosos. En cuanto a los primeros, buscan


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ocupar los primeros puestos en los banquetes y ser saludados por la calle. En cuanto a lo segundo, se apresuran a ocupar los puestos de honor en la sinagoga. Jesús establece las normas prácticas que han de seguir sus discípulos. Como norma general: Cumplan lo que dicen, no imiten lo que hacen. En segundo lugar han de saber, que el discípulo tiene un solo padre, que es el Padre del cielo; y un solo jefe y maestro, que es el Mesías: el mismo Jesús. El santo de hoy: San Bernardo (1090-1153) Nace en el castillo de Fontaines-les-Dijon (Francia), en el seno de una familia noble. A los 23 años entró en la Orden del Císter, convirtiéndose en su segundo fundador. Se dice que se preguntaba a menudo: “Bernardo, ¿a qué has venido?” En 1115 fue nombrado abad de Claraval. Bajo su dirección se convirtió en un importante centro de espiritualidad. Fue un amante apasionado de Cristo, cuyos misterios contempló en la oración y comentó en sus escritos. Fue también un gran devoto de María. Su influencia se hizo sentir en la sociedad de su tiempo colaborando a la paz, tanto fuera como dentro de la Iglesia, en la que brilló como “lámpara luminosa”. El papa Eugenio III le encargó predicar la segunda Cruzada. Es doctor, y se le considera el último Padre de la Iglesia. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada La boca del justo dice palabras sensatas y su lengua expresa lo recto, porque lleva grabada en el corazón la ley de Dios (Sal 36,30-31). 2. Oración colecta Dios nuestro, que hiciste que san Bernardo se desviviera por la unidad y la paz de tu Iglesia y la iluminara con sus enseñanzas llenas de amor, haznos partícipes del fervor de su espíritu para poder vivir como verdaderos hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Rt 2,1-3.8-11; 4,13-17)

Lectura del libro de Rut Tenía Noemí, por parte de su marido, Elimélek, un pariente de muy buena posición, llamado Booz. Rut, la moabita, le dijo a Noemí:

“Déjame ir a un campo en donde el dueño me permita recoger las espigas que se les caigan a los segadores”. Ella le respondió: “Ve, hija mía”. Fue Rut y se puso a recoger espigas detrás de los segadores en un campo, que para suerte de ella, pertenecía a Booz, el de la familia de Elimélek. Booz le dijo a Rut: “Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas en otros campos ni te alejes de aquí; quédate junto a mis espigadoras y síguelas por donde ellas vayan recolectando. Ya les dije a mis segadores que no te molesten. Si tienes sed, ve a donde están las vasijas y bebe del agua dispuesta para los trabajadores”. Ella se postró ante él y le dijo: “¿Por qué me tratas con tanta benevolencia y te fijas en mí, que no soy más que una extranjera?”. Booz le respon-


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dió: “Me han contado todo lo que, después de la muerte de tu marido, has hecho por tu suegra: cómo has renunciado a tu padre y a tu madre y a la tierra en que naciste, y has venido a vivir entre gente que no conocías”. Después de algún tiempo Booz se casó con Rut, se unió a ella y el Señor hizo que Rut concibiera y diera a luz un niño. Las mujeres le dijeron a Noemí: “Bendito sea el Señor, que no ha permitido que le faltara a tu difunto esposo un heredero para perpetuar su nombre en Israel. Este niño será tu consuelo y el apoyo en tu vejez, porque te lo ha dado a luz tu nuera, que tanto te quiere y que es para ti mejor que siete hijos”. Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las vecinas felicitaban a Noemí, diciendo: “Le ha nacido un hijo a Noemí”, y le pusieron por nombre Obed. Éste es el padre de Jesé, padre de David. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R Aleluya (Mt 23,9.10).

4. Salmo responsorial R Dichoso el hombre que teme al Señor. L Dichoso el hombre que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien /R L Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa /R L Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida” /R (Sal 127).

6. Evangelio (Mt 23,1-12)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’. Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.


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7. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de san Bernardo sea, Señor, para tu Iglesia una fuente de unidad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

bido nos renueve, Señor, en el cuerpo y en el espíritu y, por intercesión de san Bernardo, nos encienda en el amor a Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

8. Antífona de la comunión Éste es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo (Lc 12,42). 9. Oración después de la comunión Que esta comunión que hemos reci-

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿En verdad Dios es tu Padre, y Jesús tu jefe y tu maestro en la vida?

21 de Agosto - Domingo

XXI del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 1ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde

CRISTO: ROCA SOBRE LA QUE SE FUNDAMENTA LA IGLESIA La visión de la gente sobre el Hijo del hombre Desde que Jesús empieza a proclamar la Buena Noticia del reino de Dios en Galilea, ha transcurrido un espacio de tiempo en el cual no ha cesado de darse a conocer, por el mensaje que anuncia y por las obras que realiza. Al cerrar el gran discurso de Jesús sobre el monte, Mateo informa del impacto que produjo en la gente: “La multitud estaba asombrada de su enseñanza” (Mt 7,28). También “la gente quedaba admirada al ver que los mudos hablaban, los cojos caminaban, los lisiados quedaban sanados y los ciegos recobraban la vista” (Mt 15,31). Mateo realiza una especie de test, para verificar hasta dónde había progresado la gente en el conocimiento de Jesús. La pregunta la formula con una especie de juego de palabras: ¿Qué conocen los hombres del Hijo del hombre? De la información que ofrece el evangelista, podemos sacar algunas conclusiones. Primera: la enseñanza de Jesús y las obras que realiza han hecho que la gente lo perciba como un gran profeta, comparable a Juan Bautista, a Elías o Jeremías. Segundo: Todavía queda mucho para que lo reconozcan como Hijo de Dios.


21 de Agosto - Domingo XXI del Tiempo Ordinario /A

Jesús le dijo a Pedro: “Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mt 16,20)

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Confesión de fe de los discípulos: “Eres el Hijo de Dios” Jesús prosigue su investigación. La pregunta la dirige al grupo de discípulos que lo acompaña de forma permanente desde el principio. Mateo ya había consignado una confesión de los discípulos, después de haberlo visto caminar sobre el agua. Se postraron ante él y a coro proclaman: Ciertamente eres el Hijo de Dios” (Mt 14,33). En esta ocasión, la confesión de fe la pone el evangelista en boca de Pedro. La confesión: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios” (Mt 16,16), aparece en el nuevo testamento como fórmula breve de fe en Jesús que existía en las comunidades. Esta confesión desempeña una función importante en el evangelio de Mateo. Representa una revelación fundamental respecto a la persona de Jesús. Mateo hace saber a sus lectores, que la confesión de fe en Jesús, tal como aparece en labios de Pedro, que son los labios de la comunidad, no proviene de saber humano. El Padre del cielo es quien lo ha revelado a los discípulos, y quien lo seguirá revelando a la humanidad. Él y quien tiene el poder de revelarlo (Mt

es quien conoce de verdad al Hijo 11,27). “¡Dichoso tú, hijo de Jonás!” Pedro recibe una bienaventuranza particular de parte de Jesús, por lo acertado de su confesión. Las cosas son como él ha proclamado. La felicitación que Jesús dirige a Pedro, hay que extenderla, en primer lugar a los otros discípulos que están allí presentes. A ellos iba dirigida la pregunta, y ellos se hacen solidarios de la respuesta. La pregunta de Jesús sigue viva. Nos la dirige ahora a nosotros, que somos los discípulos que tenemos que dar el testimonio de fe ante el mundo en que nos movemos y existimos. Hacer una confesión correcta de fe en Jesucristo, no resulta más fácil que en tiempos de Jesús. La cultura irreligiosa, atea o de indiferencia, presenta múltiples dificultades. Sería curioso hacer hoy la misma pregunta a muchos hombres y mujeres, que han sido bautizados en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y ver cuál sería la respuesta. Algunos quizá sepan responder materialmente con las mismas palabras. Pocos comprenderían el compromiso serio que supone para su vida, confesar que Jesús es el “Mesías, Hijo de Dios”. Al menos, esto


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es lo que revela el escaso significado cristiano que tienen sus actuaciones en la vida social, económica y política del mundo y del país. Sobre esta roca edificaré mi Iglesia El juego de palabras con el nombre de Pedro tanto en griego como en arameo, tiene mucho que ver con la concepción de la Iglesia como edificio o templo, que aparece en otros textos del nuevo testamento (Ef 2,20; Ap 21,15-17). Mateo se sirve de una imagen tomada de la arquitectura, para indicar una misión especial que Jesús confía a Pedro. En el Apocalipsis la imagen se amplía. El edificio “tiene doce piedras de cimiento, que llevan los nombres de los doce apóstoles del Cordero” (Ap 21,14). Lo verdaderamente fundamental es que Jesús es “el Mesías, el Hijo de Dios” es la roca que da firmeza al edificio. Como dirá Pablo: La roca es Cristo” (1 Co 10,4). Orígenes, refiriéndose al texto de Pablo, comenta: “Roca es todo discípulo que bebió de la roca espiritual, Cristo”. Juntamente con Cristo, con los apóstoles, todos formamos la roca que sostiene el edificio de la Iglesia de Dios. Éste es el verdadero fundamento y no hay otro. A cada uno le corresponde cumplir con su misión. La potestad de “atar y desatar” la extiende Jesús a los demás discípulos: “Les aseguro que lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mt 18,18). La corresponsabilidad en la comunidad de los discípulos de Jesús alcanza a todos. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Escucha, Señor, y respóndeme; salva a tu siervo que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco (Sal 85,1-3). 2. Oración colecta Dios nuestro, tú que puedes darnos un mismo querer y un mismo sentir, concédenos a todos amar lo que nos mandas y anhelar lo que nos prometes, para que, en medio de las preocupaciones de esta vida, pueda encontrar nuestro corazón la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.

3. 1ª Lectura (Is 22, 19-23)

Lectura del libro del profeta Isaías Esto dice el Señor a Sebná, mayordomo de palacio: “Te echaré de tu puesto y te destituiré de tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo de Elcías; le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda y le traspasaré tus poderes. Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa de su padre”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


21 de Agosto - Domingo XXI del Tiempo Ordinario /A

4. Salmo responsorial R Señor, tu amor perdura eternamente. L De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo /R L Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos, nos oíste y nos llenaste de valor /R L Se complace el Señor en los humildes y rechaza al engreído. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones /R (Sal 137).

5. 2ª Lectura

(Rom 11, 33-36)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos ¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿ Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero?¿ Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R Aleluya (Mt 16,18).

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7. Evangelio (Mt 16, 13-20)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”. Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S La confesión de fe en Jesús lleva unido el compromiso de hacerlo presente en el mundo. Oremos, para que nuestra fe se haga operativa por las obras. A Haznos, Señor, fundamento sólido de tu Iglesia.


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22 de Agosto - Lunes, Santa María Reina

L Jesús nos dirige hoy la misma pregunta que a Pedro: “Para ti ¿quién soy yo?” Para que sepamos responder con la palabra y con las obras de forma acertada: Oremos al Señor. A Haznos, Señor, fundamento sólido de tu Iglesia. L Nuestro mundo sumido en gran parte en la indiferencia, en el ateísmo o en laicismo, desconoce a Jesús. Para que sus discípulos sepamos presentarlo como Buena Noticia: Roguemos al Señor. A Haznos, Señor, fundamento sólido de tu Iglesia. L Pedro confesó, negó, y declaró después su amor a Jesús. Para que en medio de nuestros fracasos y dudas, renovemos hoy nuestro compromiso de fe y de amor con Jesús: Oremos al Señor. A Haznos, Señor, fundamento sólido de tu Iglesia. S Concédenos, Señor, que la confesión de fe que hacemos hoy, se vea reflejada en nuestra vida y en nuestras obras. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

9. Oración sobre las ofrendas Dios nuestro, que por medio de un sacrificio único, el de Cristo en la Cruz, nos has adoptado como hijos tuyos, concede siempre a tu Iglesia el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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10. Antífona de la comunión El que come mi carne y bebe mi sangre, dice el Señor, tiene ya vida eterna y yo lo resucitaré en el último día (Jn 6,54). 11. Oración después de la comunión Completa, Señor, en nosotros la obra redentora de tu amor y danos la fortaleza y generosidad necesarias, para que podamos cumplir en todo tu santa voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿En qué roca estás parado(a)?

de Agosto - Lunes,

Santa María Reina, M Color litúrgico: Blanco

Recuerdo su fe activa, su amor entrañable, su esperanza Estamos ante el primer escrito cristiano conocido, y primera de las cartas de Pablo. Sigue normalmente el esquema tradicional de la carta, pero por todas partes aparece el contenido del mensaje cristiano, comenzando por el saludo. Los remitentes, Pablo, Silvano y Timoteo, desean a la comunidad de Tesalónica gracia y paz, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. Pablo mantiene una relación estrecha con sus comunidades, especialmen-


22 de Agosto - Lunes, Santa María Reina

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te comunicativa y cercana. La oración por la comunidad forma parte de esta cercanía. Recuerda con cariño el tiempo vivido entre ellos cuando les anunció la Buena Noticia, “con la eficacia del Espíritu Santo” y con frutos abundantes. Pablo recuerda con gozo algunas de las cosas buenas existentes en la comunidad. En primer lugar, la fe activa, el amor entrañable, la esperanza perseverante. Éstas son las bases que sostienen a la comunidad. Otra cosa, que para Pablo es de suma importancia: Tesalónica se convirtió en un centro de evangelización. Desde allí se difundió la Palabra del Señor a otras partes, y también la fama de su fe. La comunidad de Tesalónica ofrece a nuestras comunidades dos elementos importantes. El primero: la vivencia del mensaje en la propia comunidad, mediante el ejercicio de la fe, el amor y la esperanza. En segundo lugar, el empeño evangelizador, para hacer llegar la Buena Noticia a otras gentes. ¡Ay de los que cierran la entrada al reino de Dios! Jesús sigue con la denuncia a los maestros de la ley y a los fariseos. Ellos se han constituido en un grave obstáculo para ºque la gente pueda entrar en el reino de Dios. Por su actitud se han quedado fuera. Pero hay algo más grave: cierran la puerta a quienes intentan entrar. A los que intentan conquistar para que formen parte de su grupo, los hacen peores que ellos. La denuncia de Jesús llega también a sus comportamientos sociales. Están causando grave daño a la autenticidad de las prácticas religiosas, como la oración. Oran, para darse en espectáculo, y para que los tengan por justos y por buena gente. Y entretanto, explotan a uno de los grupos más pobres de la sociedad, que eran las viudas. Jesús también denuncia algunas prácticas propuestas por la ley. Jesús menciona tres: el juramento, la ofrenda que se lleva al altar y el santuario. Lo verdaderamente importante son los compromisos que se adquieren ante Dios. Que se trate del santuario, del tesoro del templo o de las ofrendas, tiene importancia secundaria. Con frecuencia, los juramentos que se hacen invocando a Dios o a objetos sagrados, carecen de una responsabilidad seria. La fiesta de hoy: Santa María Reina Esta fiesta es de origen reciente. Está relacionada con la fiesta de la Asunción de María a los cielos. María está al lado de su Hijo, Señor y Rey del universo. Se considera que, como madre de Jesús participa de su realeza. Con el título de Reina es invocada en las Letanías. La fiesta fue instituida por Pío XII el año 1950. El mismo año en que se proclamó el dogma de la Asunción de María. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Adoremos a Cristo, nuestro rey, que ha coronado como reina a María, su Madre.


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22 de Agosto - Lunes, Santa María Reina

2. Oración colecta Dios todopoderoso, que has querido darnos como madre y reina a la Madre de tu Hijo, concédenos amarla y venerarla como verdaderos hijos suyos y obtener, por su intercesión, el Reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.

ble nos acogieron ustedes y cómo, abandonando los ídolos, se convirtieron al Dios vivo y verdadero para servirlo, esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús, a quien él resucitó de entre los muertos, y es quien nos libra del castigo venidero. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

3. 1ª Lectura

(1Tes 1,1-5.8-19)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los tesalonicenses, congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor. En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él es quien los ha elegido. En efecto, nuestra predicación del Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino también con la fuerza del Espíritu Santo, que produjo en ustedes abundantes frutos. Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes para su propio bien. Su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no teníamos que decir nada. Porque ellos mismos cuentan de qué manera tan favora-

4. Salmo responsorial R El Señor es amigo de su pueblo. L Entonen al Señor un canto nuevo, en la asamblea litúrgica alábenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo /R L En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes /R L Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace /R (Sal 149). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen (Jn 10,27).

6. Evangelio (Mt 23,13-22)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque


23 de Agosto - Martes, Feria, XXI Semana del Tiempo Ordinario

les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto, y cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

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7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos para celebrar esta fiesta de la Virgen María y concédenos que tu Hijo Jesucristo, que quiso ofrecerse por nosotros en la cruz, nos obtenga tu perdón y tu paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. 8. Antífona de la oración Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá (Lc 1,45).

9. Oración después de la comunión Te suplicamos, Señor, que quienes hemos participado de este sacramento, al celebrar hoy a la Virgen María, podamos, por su intercesión, llegar a participar también del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: Antes de prometer o jurar, ¿piensas en el compromiso que contraes?

de Agosto - Martes,

Feria, XXI Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Queríamos entregarles, no sólo el Evangelio, sino la vida El anuncio de la Buena Noticia no fue tarea fácil. Echando mano de la valentía, que le venía de Dios, Pablo se la anunció en medio de muchas dificultades. En toda su labor evangelizadora, Pablo no busca agradar a los humanos. Lo único que le interesa es agradar a Dios.


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23 de Agosto - Martes, Feria, XXI Semana del Tiempo Ordinario

Pablo acude a la imagen de la madre, para revelar el sentido profundo de la evangelización. No sólo los engendró por el Evangelio, como una madre, sino que cuidó de la comunidad como una madre que se interesa de aquellos que engendró. A ejemplo de cualquier madre que está siempre dispuesta a dar la vida por su hijo, Pablo afirma: “Sentíamos tal cariño por ustedes que deseábamos compartirles no sólo la Buena Noticia de Dios, sino incluso nuestras propias vidas” (1Tes 2,8). Desde este primer documento, Pablo quiere alejar del anuncio de la Buena Noticia cualquier interés de orden personal o mercantil. Nunca pretendió halagar con palabras bonitas. Tampoco buscó pretexto alguno para ganar dinero o granjearse honores humanos. Descuidan lo más importante: la justicia y la misericordia La denuncia que hace Jesús al espíritu y a la práctica legalista de maestros de la ley y fariseos no es contra la ley. Trata de restituirle el lugar que le corresponde en la sociedad judía. Él vino a darle todo su sentido y plenitud: “No piensen que vine a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir” (Mt 5,17). Jesús se enfrenta con aquellos que recurren a la ley para actuar contra la ley. Un ejemplo es lo que hacen con un impuesto de tan poca transcendencia como el comino, que es una hierbecilla del jardín, y lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la lealtad. La reacción de Jesús es enérgica: “¡Guías de ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!” (Mt 23,24). Jesús no duda de calificar a los maestros de la ley y a los fariseos de hipócritas. En efecto, se preocupan por lo externo. Lo que les interesa es dar buena imagen. Pero por dentro están llenos de inmoralidad y de robos. Hay que empezar la labor de limpiarse por dentro: la conciencia, el corazón, los sentimientos. Realizada la limpieza interior, recobrará su autenticidad la imagen exterior. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Escucha, Señor, y respóndeme; salva a tu siervo que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco (Sal 85,1-3).

encontrar nuestro corazón la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.

2. Oración colecta Dios nuestro, tú que puedes darnos un mismo querer y un mismo sentir, concédenos a todos amar lo que nos mandas y anhelar lo que nos prometes, para que, en medio de las preocupaciones de esta vida, pueda

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Hermanos: Bien saben que nuestra estancia entre ustedes no fue inútil, pues a pesar de los sufrimientos e injurias que padecimos en Filipos

3. 1ª Lectura (1Tes 2,1-8)


23 de Agosto - Martes, Feria, XXI Semana del Tiempo Ordinario

y que ya conocen, tuvimos el valor, apoyados en nuestro Dios, de predicarles su Evangelio en medio de una fuerte oposición. Es que nuestra predicación no nace del error ni de intereses mezquinos ni del deseo de engañarlos, sino que predicamos el Evangelio de acuerdo con el encargo que Dios, considerándonos aptos, nos ha hecho, y no para agradar a los hombres, sino a Dios, que es el que conoce nuestros corazones. Nunca nos hemos presentado, bien lo saben ustedes y Dios es testigo de ello, con palabras aduladoras ni con disimulada codicia, ni hemos buscado las alabanzas de ustedes ni las de nadie. Aunque hubiéramos podido imponerles nuestra autoridad, como apóstoles de Cristo, sin embargo los tratamos con la misma ternura con la que una madre estrecha en su regazo a sus pequeños. Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles no solamente el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida, porque han llegado ustedes a sernos sumamente queridos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Condúceme, Señor, por tu camino. L Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares /R L Apenas la palabra está en mi boca, y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y

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tienes puesta sobre mí tu mano. Esta es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo /R (Sal 138).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R Aleluya (Heb 4,12). 6. Evangelio (Mt 23,23-26)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 9. Oración sobre las ofrendas Dios nuestro, que por medio de un sacrificio único, el de Cristo en la Cruz, nos has adoptado como hijos tuyos, concede siempre a tu Iglesia el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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24 de Agosto - Miércoles, San Bartolomé, Apóstol

10. Antífona de la comunión El que come mi carne y bebe mi sangre, dice el Señor, tiene ya vida eterna y yo lo resucitaré en el último día (Jn 6,54).

fortaleza y generosidad necesarias, para que podamos cumplir en todo tu santa voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

11. Oración después de la comunión Completa, Señor, en nosotros la obra redentora de tu amor y danos la

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: La imagen que transmites, ¿refleja lo que en verdad eres?

24 de Agosto - Miércoles, San Bartolomé, Apóstol, F -

Color litúrgico: Rojo

Los cimientos llevan los nombres de los doce apóstoles El final del Apocalipsis se presenta como una apoteosis, en que brilla la tierra nueva y el cielo nuevo, como una nueva creación. También aparece la nueva Jerusalén resplandeciente con la gloria de Dios, símbolo de la nueva comunidad de los salvados. En el diseño de la nueva ciudad aparece el número doce, con su rica simbología bíblica: doce puertas, doce tribus, doce apóstoles del Cordero. Así como la base sobre la que se sostiene el pueblo de Israel son las doce tribus, el nuevo pueblo de Dios se sustenta sobre la base de los doce apóstoles. Los doce apóstoles constituyen el grupo reducido de discípulos que después de la resurrección han sido los testigos de Jesús ante el pueblo y ante el mundo. Ellos fueron los “testigos acreditados” de que Jesús había resucitado. Gracias a su testimonio hemos conocido la Buena Noticia y hemos creído en Jesús. Éste ha sido el motivo por el cual la Iglesia los ha considerado desde el principio, como piedras fundamentales sobre las que descansa nuestra fe. Desde luego, la piedra fundamental, que nadie podrá suplantar, será siempre Jesús muerto y resucitado. Natanael es un israelita auténtico y sin falsedad En los evangelios encontramos dos relatos de la vocación de los primeros discípulos. Uno es el que nos ofrecen Marcos, Mateo y Lucas. El otro nos lo ofrece el evangelio de Juan. En el primer caso, Jesús se encuentra con unos pescadores a la orilla del mar de Galilea y los invita a seguirlo. Ellos lo dejan todo y se van con Jesús. En el evangelio de Juan el proceso es distinto. En primer lugar, algunos de los primeros discípulos eran discípulos de Juan Bautista. De él parte la primera iniciativa, al decir a sus discípulos: “Ahí está el Cordero de Dios”


24 de Agosto - Miércoles, San Bartolomé, Apóstol

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(Jn 1,35). Ante este testimonio, dos de sus discípulos siguen a Jesús. Uno de ellos era Andrés. En una serie de vocaciones en cadena, aparece Natanael. Con este nombre no aparece en ninguna lista de los doce apóstoles. Más tarde se lo identificó con Bartolomé. Algunos piensan que no se trata de ninguno de los doce apóstoles que aparecen en las listas. Natanael llega hasta Jesús por medio de Felipe: “Ven y verás” (Jn 1,46). El diálogo de Jesús con Natanael concluye con una confesión de fe: “Tú eres el Hijo de Dios, el rey de Israel”. Natanael queda incorporado al grupo de seguidores de Jesús. Estamos ante una vocación de un discípulo, que no llega directamente al conocimiento de Jesús, sino por medio de otra persona. El santo de hoy: San Bartolomé (s .I) Era natural de Betsaida. Probablemente pescador, como los primeros discípulos de Jesús. Con este nombre no aparece en la lista de los apóstoles. A partir del siglo IX, se lo identifica con el discípulo que aparece en el evangelio de Juan con el nombre de Natanael. No tenemos noticias seguras de su labor evangelizadora. Según algunas tradiciones, predicó en Asia Menor. Algunos, suponen que llegó hasta la India. P. Antonio Danoz, redentorista S. Bartolomé

1. Antífona de entrada Anuncien día tras día, que la salvación viene de Dios y proclamen sus maravillas a todas las naciones (Sal 95,2.3).

2. Oración colecta Fortalece, Señor, nuestra fe para que sigamos a Cristo con la misma sinceridad de san Bartolomé, apóstol, y concédenos, por su intercesión, que la Iglesia sea un instrumento eficaz de salvación para todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Ap 21,9-14)

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan Uno de los ángeles me habló y me dijo: “Ven, que te voy a enseñar a la novia, a la esposa del Cordero”. Entonces me transportó en espíritu

a una montaña elevada y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino. Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, que todos tus fieles te bendigan. L Que te alaben, Señor, todas tus


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24 de Agosto - Miércoles, San Bartolomé, Apóstol

obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas /R L Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones /R L Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca /R (Sal 144).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel. R Aleluya (Jn 1,49). 6. Evangelio (Jn 1,45-51)

Lectura del santo Evangelio según san Juan A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”. Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro,

tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Señor, que el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en la fiesta del apóstol san Bartolomé, nos obtenga, por su intercesión, la gracia de servirte con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo les daré a ustedes el Reino que mi Padre me tiene preparado y en él comerán y beberán conmigo (Lc 22,29-30).

9. Oración después de la comunión Que la comunión que hemos recibido, al celebrar la fiesta de san Bartolomé, nos dé fuerza, Señor, para imitar a Cristo aquí en la tierra y alcanzar la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Puede decir de ti Jesús, que eres una persona recta y sin falsedad?


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de Agosto - Jueves,

Feria o Memoria de S. José de Calasanz, Presbítero Color litúrgico: Verde o blanco

Dios les acreciente el amor mutuo y universal Las noticias que le trae Timoteo al regreso de su visita a la comunidad de Tesalónica, llenan de gozo a Pablo: “En medio de necesidades y tribulaciones nos consuela la fe de ustedes” (1Tes 3,7). Ante la forma como se conducen no pude menos que dar gracias a Dios. Aunque todavía quedan cosas para completar la madurez de su fe, ante la forma como se están conduciendo, no puede menos que dar gracias a Dios. En forma de oración, Pablo urge a la comunidad en progresar en dos cosas. En primer lugar, han de progresar en el amor mutuo y universal. El mismo apóstol ha ido por delante en el amor a aquella comunidad. En segundo lugar, pide a la comunidad fortaleza de corazón. El camino que hay que recorrer es largo y no se puede desfallecer. Como final de este apartado de la carta, Pablo invita a los tesalonicenses a abrirse a la venida final del Señor. Han de vivir de tal manera que, cuando el Señor venga, puedan presentarse “santos e inmaculados ante Dios” (1Tes 3,13). Dichoso el siervo al que el amo encuentre trabajando Jesús ha hecho un anuncio relacionado con la venida del Hijo del hombre al final de los tiempos. Esta venida se afirma con seguridad, pero se presenta envuelta en el misterio. En lo que se refiere al momento en que acontecerá, y respecto a la suerte de las personas. En varios escritos del nuevo testamento, se recurre al símil del ladrón. Su llegada es imprevisible. Solamente podemos hacer una cosa: estar preparados para que no nos sorprenda. Jesús nos advierte: “Estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará cuando menos lo esperen” (Mt 24,44). En la parábola que propone, Jesús nos indica la forma de vivir este tiempo de espera y de preparación. Hay que entregarse al servicio generoso a los demás. Hay quien se toma en serio la palabra de Jesús, y pone manos a la obra. Sirve con generosidad a los que están a su cargo. Quienes actúan así, tienen asegurada, cuando venga el Señor, una bienaventuranza: Dichoso el siervo que realice un buen servicio. Hay también quienes se preocupan poco de prestar un buen servicio, y se dedican a comer y a beber con los borrachos. Su destino es el llanto y el crujir de dientes. El santo de hoy: San José de Calasanz (1556-1648) Nace en Peralta de la Sal (España). Procede de una familia noble. A los 28 años es ordenado presbítero, siendo ya doctor en derecho civil y canónico. Ocupó varios cargos eclesiásticos. En 1542 parte para Roma invitado por


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25 de Agosto - Jueves, Memoria de S. José de Calasanz

el cardenal Colonna. Impresionado por el abandono de los muchachos del Trastévere, funda la primera escuela gratuita. En unión de otros compañeros funda la Congregación de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías (Escolapios). Tuvo que superar múltiples dificultades, incluida la supresión de las Escuelas Pías en 1646. Murió en Roma a los 92 años. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Dejen que los niños se acerquen a mí, dice el Señor y no se lo impidan, porque de ellos es el Reino de Dios (Mc 10,14).

2. Oración colecta Dios nuestro, que otorgaste a san José de Calasanz, dones especiales de caridad y comprensión, para dedicar su vida a la educación cristiana de la juventud, concédenos, por su intercesión, colaborar a la formación de los jóvenes con una vida familiar y social, auténticamente cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (1Tes 3,7-13)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Hermanos: En medio de todas nuestras dificultades y tribulaciones, la fe de ustedes nos ha dado un gran consuelo. El saber que permanecen fieles al Señor, nos llena ahora de vida. ¿Cómo podremos agradecerle debidamente a Dios el gozo tan grande con que, a causa de ustedes, nos alegramos en el Señor, a quien noche y día le rogamos con toda el alma que

nos conceda verlos personalmente para completar lo que todavía falta a su fe? Que el mismo Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, nuestro Señor, nos conduzcan hacia ustedes. Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, llénanos de tu amor. L Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche /R L Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? /R L Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras /R (Sal 89).


25 de Agosto - Jueves, Memoria de S. José de Calasanz

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre. R Aleluya (Mt 24,42.44).

6. Evangelio (Mt 24,42-51)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre. Fíjense en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes. Pero si el servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus compañeros, a comer y emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

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7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que la Iglesia te ofrece en memoria de san José de Calasanz y haz que este sacrificio impregne de tu amor todas nuestras actividades. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión A menos que cambien y se hagan tan sencillos como niños, no entrarán al Reino de los cielos, dice el Señor (Mt 18,3).

9. Oración después de la comunión Que el cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido en este sacramento, nos den fuerza, Señor, para que, a ejemplo de san José de Calasanz, podamos comunicar a los demás la luz de la verdad y el fuego de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué tiempo dedicas a servir a los necesitados?


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de Agosto - Viernes,

Feria o Memoria de Santa Teresa de Jesús Jornet, Virgen Color litúrgico: Blanco

La voluntad de Dios es que seamos santos En nombre de Jesús, Pablo propone algunas normas de comportamiento que todo discípulo de Jesús ha de seguir. En el libro Levítico prescribe para todo ciudadano de Israel: “Sean santos, porque el Señor, su Dios, es santo” (Lv 19,2). Aquí Pablo recuerda a la comunidad de Tesalónica, que esta norma es también válida para todo discípulo de Jesús. La obligación de trabajar por conseguir la santidad, ha de traducirse en comportamientos concretos. El apóstol señala algunos: abstenerse de todo tipo de inmoralidad sexual, no prostituyéndose como hacen los paganos. En el terreno sexual hay que evitar ofender al hermano o perjudicarle. Pablo insiste: “Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a la santidad” (1Tes 4,7). Quien desprecia esta forma de actuar, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que nos ha enriquecido con los dones de su Espíritu. Con la lámpara encendida preparar el encuentro con Cristo Esta parábola, exclusiva de Mateo, nos sitúa ante la venida de Jesús al final de los tiempos. La celebración de una boda es lo que se convierte en parábola del reino de Dios. Dentro del ceremonial de la boda hay que contar con el banquete. Aquí es donde hay que fijar la atención. Durante la espera para el banquete, suceden varios episodios que nos ponen en alerta. En primer lugar, tenemos dos grupos de doncellas. A una se las cataloga de “necias”, por no haber sido previsoras. Al otro lado se sitúa el grupo reconocido por “sensatas”. El grupo de las “necias” se vio sorprendido, quedando sin aceite por haberse retrasado el banquete. No así las prudentes, que tomaron provisiones para sus lámparas. Éstas entraron al banquete con los invitados. Cada uno de nosotros estamos invitados a “las Bodas del Cordero. Se nos pide tener todo preparado, para no vernos sorprendidos y quedar excluidos. La luz es un símbolo utilizado con frecuencia en la Biblia. La luz que hay que tener encendida es la del amor, la de la esperanza activa, la solidaridad con los demás. La santa de hoy: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars (1843-1897) Nace en Aytona (España). En 1868 entra en el monasterio de las Clarisas. Debido a su falta de salud, se vio obligada a abandonarlo. Más tarde, entra en las Terciarias Carmelitas. Finalmente, colabora en una obra dedicada a atender a los


26 de Agosto - Viernes, Memoria de Santa Teresa de Jesús Jornet

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ancianos pobres y desamparados. Con este fin funda la Congregación de las Hermanitas de los Pobres Desamparados, que está presente en varios países. Muere en Liria (España) en 1897. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Celebremos con alegría la fiesta de santa Teresa de Jesús, virgen, porque el Señor del universo la ha colmado de su amor. 2. Oración colecta Oh Dios, que has guiado a la virgen Santa Teresa a la perfecta caridad en el cuidado de los ancianos, concédenos, a ejemplo suyo, servir a Cristo en el prójimo, para ser testimonios de su amor. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (1Tes 4,1-8)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Hermanos: Les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús. Lo que Dios quiere de ustedes es que se santifiquen; que se abstengan de todo acto impuro; que cada uno de ustedes sepa tratar a su esposa con santidad y respeto y no dominado por la pasión, como los paganos, que no conocen a Dios. Que en esta materia, nadie ofenda a su hermano ni abuse de él, porque el Señor castigará todo esto, como se lo dijimos

y aseguramos a ustedes, pues no nos ha llamado Dios a la impureza, sino a la santidad. Así pues, el que desprecia estas instrucciones no desprecia a un hombre, sino al mismo Dios, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Alegrémonos con el Señor. L Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho /R L Los montes se derriten como cera ante el Señor, ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos /R L El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados /R L Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre /R (Sal 96).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R Aleluya (Lc 21,36).


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26 de Agosto - Viernes, Memoria de Santa Teresa de Jesús Jornet

6. Evangelio (Mt 25,1-13)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’. Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’. Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

7. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, los dones de tu pueblo y concédenos que, al recordar las maravillas que el amor de tu Hijo realizó entre nosotros, nos reafirmemos, a ejemplo de santa Teresa de Jesús Jornet, en el amor a ti y al prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Las cinco vírgenes prudentes llevaron frascos de aceite con las lámparas. A media noche se oyó una voz: ya viene el esposo; salgan al encuentro de Cristo, el Señor (Mt 25,4.6).

9. Oración después de la comunión Alimentados con el sacramento de salvación te rogamos, Dios de misericordia, que, imitando la caridad de santa Teresa, seamos un día partícipes de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Te sorprendería, si hoy llegara el Señor a tu casa?


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27 de Agosto - Sábado, Santa Mónica, M -

Color litúrgico: Blanco

Han aprendido de Dios a amarse mutuamente Poco antes, Pablo pedía para la comunidad “crecer en el amor mutuo y universal” (1Tes 3,12). Ahora vuelve de nuevo sobre el amor. Considera que no necesita insistir más sobre el amor, porque es demasiado evidente la necesidad de amarse mutuamente. La gran lección que hemos aprendido de Dios es la del amor. En la primera carta de Juan leemos: “El amor viene de Dios… Él nos amó primero” (1Jn 7.10). En cuestión de amor, él es el primer amante, y nuestro maestro a la hora de amar. Pablo alaba a la comunidad de Tesalónica y a las comunidades de Macedonia por haber aprendido a amar en la mejor escuela y con el mejor maestro, que es Dios. Aquí apunta ya Pablo una situación, que tratará con más detenimiento y vigor en su segunda carta a esta comunidad. La expectativa de una “próxima venida del Señor”, que había surgido en la comunidad, inducía a muchos a despreocuparse de los asuntos terrenos, entre otros, del trabajo. En este primer aviso, Pablo los exhorta a mantener la calma y a trabajar con sus propias manos para ganarse la vida. Jesús devolvió al hijo vivo a su madre El relato de la viuda a quien Jesús devolvió vivo a su hijo es exclusivo de Lucas. El hecho más fuerte y más revelador de la persona de Jesús, se produce ante el féretro del muchacho, cuando Jesús se dirige a él y le grita: “Muchacho, yo te lo ordeno, levántate” (Lc 7,14). Las palabras de Jesús se asemejan a las pronunciadas ante la tumba de Lázaro. Antes de llegar a este momento, suceden otros hechos reveladores de la persona de Jesús, muy propios de Lucas. El primero y más importante: al ver a aquella madre desolada por la muerte de su hijo, Jesús sintió compasión. Lucas gusta de señalar la sensibilidad de Jesús ante las situaciones difíciles y su lado humano. En el evangelio de Lucas tienen una notable presencia las mujeres. En este caso concurren varias circunstancias que hacen más sensible su presencia. Se trata de una madre, que pierde a su único hijo y, además es viuda. Aquí concurren varios de los símbolos, que revelaban una situación de pobreza en la sociedad judía. Todos estos elementos “tocaron” el corazón a Jesús, haciendo aflorar la compasión. La santa de hoy: Santa Mónica (332-387) Nace en la ciudad africana de Tagaste (hoy Argelia). Estuvo casada con un pagano al que guardó fidelidad toda su vida. Del matrimonio nacieron tres hijos: Agustín, Navigio y Perpetua. Su primera preocupación fue la con-


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versión de su esposo. Más tarde la de su hijo Agustín. Por fin vio cumplidas las palabras que le dijo san Ambrosio: “Mujer, no se puede perder un hijo de tantas lágrimas”. Un año antes de morir tuvo la alegría de ver bautizar a su esposo. Y el 25 de abril del año 387, su hijo Agustín era bautizado en Milán por san Ambrosio en la noche de Pascua. Agustín hizo este hermoso elogio de su madre en las Confesiones: “Aquella alma religiosa y pía”. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada La mujer que teme al Señor es digna de alabanzas. Sus hijos la llenarán de bendiciones y su marido de elogios (Pro 31,30.28).

2. Oración colecta Dios de misericordia y de consuelo, que escuchaste la insistente oración de santa Mónica por la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por su intercesión, una viva contrición de nuestro pecados y la seguridad infinita de tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (1Tes 4, 9-11)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Hermanos: En cuanto al amor fraterno, no necesitan que les escribamos, puesto que ustedes mismos han sido instruidos por Dios para amarse los unos a los otros. Y ya lo practican bien con los hermanos de toda Macedonia. Pero los exhortamos a que lo practiquen cada día más y a que procuren vivir en paz unos con otros, ocupándose cada cual de sus asuntos y trabajando cada quien con sus

propias manos, como se lo hemos ordenado a ustedes. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Cantemos al Señor con alegría. L Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria /R L Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría /R L Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R (Sal 97). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R Aleluya (Jn 13,34).


27 de Agosto - Sábado, Santa Mónica

6. Evangelio (Mt 25, 14-30)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue. El que recibió cinco millones fue enseguida a negociar con .ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’. Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: ‘Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.

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Finalmente, se acercó el que había recibido un millón y le dijo: ‘Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’. El señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de santa Mónica, nos sirva, Señor, para obtener el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Reino de los cielos se puede comparar a un comerciante que busca piedras preciosas y, habiendo encontrado una perla de gran valor, vende todos sus haberes y la compra (Mt 13,45-46).

9. Oración después de la comunión Por medio de este sacramento que


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hemos recibido en la festividad de santa Mónica, danos, Señor, tu luz y tu amor, para que seamos mejores cada día y podamos ayudar a los demás. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Se te conmueve el corazón ante el dolor ajeno?

de Agosto - Domingo

XXII del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 2ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde

SACRIFICIO AGRADABLE A DIOS Un hijo de hombre expuesto a la humillación y al escarnio Uno de los signos del verdadero profeta es que su mensaje no suele aparecer simpático, que sus palabras resultan incómodas. Esto le aconteció a Jeremías. Sus palabras no habían sido bien recibidas por el pueblo, por los vecinos ni por su propia familia. Se vio ante el riesgo de perder la vida. Nos encontramos con el último fragmento de las “confesiones de Jeremías”. Es la respuesta a la última de sus crisis. Se enfrenta con el Señor a quien sirve como profeta. Dios lo había seducido cuando lo llamó a ser su profeta, y se dejó seducir. Lo envió a “arrancar, arrasar, a edificar y plantar” (Jer 1,10). Todo lo que le había ordenado lo había hecho. Ahora se siente engañado. La crisis que padece se le hace extremadamente dura. La misma Palabra de Dios se le vuelve un insulto y una burla. El profeta reacciona movido por un instinto humano de autodefensa: “No me acordaré más de él, no hablaré más en su nombre” (Jer 20,9). A pesar de sus rebeldías, sigue siendo profeta del Señor. Nadie puede apagar el fuego devorador de la vocación profética. Le ha penetrado hasta los huesos. Pocos profetas como Jeremías han sentido la fuerza arrolladora de la inspiración profética. La Palabra de Dios se hizo “fuego en su boca” (Jer 5,14). El Hijo del hombre tiene que morir y resucitar al tercer día Lucas presenta a Jesús como “un profeta poderoso en obras y en palabras” (Lc 24,19). Uno de los profetas que mejor reproduce en su vida la imagen de Jesús sufriente es Jeremías. En las horas de Getsemaní, Jesús también se vio enfrentado a la dura lucha de la fidelidad a la voluntad de Dios, aunque la “copa” que tenía que beber era amarga. Después de la solemne confesión de fe de Pedro, Mateo coloca el primer anuncio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Llegó el momento de revelar a los discípulos y a la gente que le seguía el verdadero rostro del Mesías, Hijo de hombre, el Hijo de Dios.


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Este anuncio que presenta Mateo disipa toda duda sobre el perfil del verdadero Mesías. Tendrá que sufrir, lo someterán a un juicio injusto, enfrentará la muerte ignominiosa de la cruz. Esta es la cara dolorosa de su misión profética. Pero el Padre que lo envió con la misión de salvar al mundo, no lo abandonó al poder de la muerte, sino que lo resucitó al tercer día, proclamándolo Señor y Mesías (He 2,36). Pedro, que acababa de proclamar solemnemente su fe en Jesús, Mesías e Hijo de Dios, ahora se convierte en el gran tentador. En el “satanás” de las tentaciones, que Mateo coloca al comienzo del evangelio (Mt 4,1-11). En la confesión de fe, se dejó guiar por Dios; ahora son los impulsos de hombre los que se imponen. El quiera ser mi discípulo cargue con su cruz Retírate y ponte detrás de mí, Satanás. ¡Quieres hacerme tropezar! En el anuncio de la pasión, muerte y resurrección, Jesús está proponiendo (Mt 16,23) un camino. Solamente aquellos que se propongan seguirlo podrán ser sus discípulos. Este camino empieza por la cruz: “El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga” (Mt 16,24). En el discurso de la cena, Jesús oraba al Padre: “Padre, quiero que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy” (Jn 17,24). Para disfrutar con Jesús de la gloria de resucitado junto al Padre, hay que hacer su camino, que es un “Vía-Crucis”. En la Pascua se convierte en “Vía-Lucis”. La propuesta de Jesús es un camino de vida. Quien lo siga “salvará su vida”. Quien no esté dispuesto a jugarse la vida como hizo Jesús, no la podrá conservar. Este es el precio que hay que pagar. La pregunta que propone Jesús invita a los discípulos a pensar: “¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?” (Mt 16,26). Jesús nos propone la forma de salvar la vida, como personas y como discípulos: entregarla con generosidad y sin egoísmos por su causa. La causa de Jesús es la gloria del Padre y el servicio generoso a los hermanos hasta exponer la propia vida. Quien actúe así, estará en el cortejo del Hijo del hombre cuando venga con la gloria de su Padre. Les invito a ofrecerse como sacrificio vivo y santo Pablo propone a la comunidad de Roma el código de vida que conviene a un discípulo de Jesús. Empieza por una propuesta fundamental que abarca toda la persona: “Ofrecer el propio cuerpo como sacrificio vivo, santo, agradable


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a Dios” (Rom 12,1). Ofrecer el “propio cuerpo” como sacrificio, significa ofrecer a Dios la propia existencia personal. Esta entrega total y generosa es el verdadero culto que el discípulo de Jesús ha de ofrecer a Dios. Hemos pasado del culto de los sacrificios en el templo, a convertir la propia humanidad en templo y en ofrenda. El cuerpo de Jesús, crucificado y glorificado, se ha hecho lugar de una presencia nueva de Dios y centro del verdadero culto espiritual. Esto mismo sucede en el bautizado. Se convierte en templo de la presencia de Dios en el mundo, y su existencia en ofrenda de suave olor. Cuando Pablo exhorta, al mismo tiempo ruega, insta, ordena, uniendo la autoridad paterna con la dulzura maternal. La conversión, expresada en el signo bautismal, produce en el discípulo la transformación total de su persona, capacitándolo para discernir en cada momento cuál es la voluntad de Dios, “lo que es bueno, agradable y perfecto” (Rom 12,2). P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca (Sal 85,3.5). 2. Oración colecta Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Jer 20, 7-9)

Lectura del libro del profeta Jeremías Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; fuiste más fuerte que yo y me venciste. He sido el hazmerreír de todos; día tras día se burlan de mí. Desde que comencé a hablar, he tenido que anunciar a gritos violencia y destrucción. Por anunciar la palabra del Señor, me he convertido en objeto de oprobio y de burla todo el día. He llegado a decirme: “Ya no me

acordaré del Señor ni hablaré más en su nombre”. Pero había en mí como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; yo me esforzaba por contenerlo y no podía. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, mi alma tiene sed de ti. L Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua /R L Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios /R L Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios /R L Porque fuiste mi auxilio y a tu sombra, Señor, canto con gozo. A ti


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se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo /R (Sal 62). 5. 2ª Lectura (Rom 12, 1-2)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado, los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios, porque en esto consiste el verdadero culto. No se dejen transformar por los criterios de este mundo, sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente, para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R Aleluya (Ef 1,17-18).

7. Evangelio (Mt 16, 21-27)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

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Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!” Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Oramos a Dios, para que ilumine ante nosotros el camino de Jesús, y nos conceda fortaleza y constancia en seguirlo. A Haznos solidarios, Señor, con quien carga su cruz. L Como a los discípulos nos cuesta comprender tu camino. Para que nos decidamos a seguirte sin quejarnos, hasta alcanzar la meta final, que es la resurrección: Oremos al Señor. A Haznos solidarios, Señor, con quien carga su cruz. L El mundo echa la cruz de la injusticia, de la violencia, de la exclusión sobre los hombros de los


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29 de Agosto - Lunes, Martirio de San Juan Bautista

más débiles. Para que acabemos con sus cruces antes que desfallezcan: Oremos al Señor. A Haznos solidarios, Señor, con quien carga su cruz. L Ante los crucificados de hoy quedamos de brazos cruzados. Para que pasemos del lamento inútil a colaborar en la solución de sus males: oremos al Señor. A Haznos solidarios, Señor, con quien carga su cruz. S Tú sigues, Señor, crucificado en las personas que ven atropellados sus derechos. Concédenos coraje para ayudarles a recuperar su dignidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros, con el poder de tu Espíritu, la obra

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redentora que se actualiza en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservada, Señor, para tus hijos (Sal 30,20). 11. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Eres sacrificio vivo y santo para Dios?

de Agosto - Lunes,

Martirio de San Juan Bautista, M Color litúrgico: Rojo

Te convierto en ciudad fortificada En el comienzo del libro, Jeremías narra su vocación profética. A semejanza de otros relatos de vocación que encontramos en la Biblia, Dios irrumpe en la vida del profeta y le comunica la misión. Jeremías replica que es muy joven y que no sabe hablar. Pero Dios, con gesto simbólico le tocó la boca y lo consagró profeta. La labor profética no le será fácil. Tendrá que armarse de valor, para anunciar lo que Dios le ordena. Por su parte, Dios no lo abandonará. Lo hará fuerte, como una ciudad amurallada, frente a los reyes y príncipes, sacerdotes y terratenientes. Se enfrentarán con el profeta, pero no lo vencerán. Juan Bautista corrió la suerte de muchos profetas. Su denuncia de Herodes y Herodías le costó la vida. Algo parecido sucederá a los discípulos de Jesús.


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“Los entregarán a los tribunales, los apalearán en las sinagogas, comparecerán ante magistrados y reyes para dar testimonio” (Mc 13,9). Pero no han de temer, pues el Espíritu de Dios será quien les inspire lo que han de decir. La muchacha entregó a su madre la cabeza de Juan Bautista Refiriéndose a Juan Bautista, Jesús había proclamado: “Les digo que entre los nacidos de mujer ninguno es mayor que Juan” (Lc 7,28). Juan era el mayor de los profetas. Como tal, denunció la situación irregular en que vivían Herodes y Herodías. Lo pagó con su muerte. La narración que hacen los evangelistas de la muerte de Juan Bautista, refleja la crueldad con que tratan los poderosos a quienes denuncian las injusticias y los atropellos que cometen contra los derechos de las personas. Las formas de eliminar a los profetas de ayer y de hoy son muy variadas. Algunas de ellas son tan viles, como la forma de eliminar a Juan Bautista, presentando su cabeza como una presa en medio de un solemne banquete. La muerte violenta de Juan Bautista es como un signo monitorio de lo que le sucederá a Jesús, el gran profeta de Nazaret, que pasó por la vida haciendo el bien: curando enfermos, liberando oprimidos, denunciando a los que ostentaban el poder religioso y político de su tiempo. Fiesta de hoy: Martirio de San Juan Bautista Lo que sabemos del martirio de san Juan Bautista lo conocemos por los evangelios. Su muerte es una consecuencia casi necesaria de su fidelidad a su misión profética. Denunció con valentía la situación matrimonial irregular de Herodes y Herodías. Se atrevió a enfrentarse con los poderosos, y éstos no perdonan. La denuncia le costó la vida. Herodes ordenó decapitarlo. Su cabeza fue presentada ante los comensales que celebraban el cumpleaños de Herodes en una bandeja, y por medio de su hija, entregada a Herodías. La Iglesia celebra la muerte de Juan Bautista, como celebra la de Jesús. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Sin temor alguno he expuesto tu ley ante los reyes y he repetido tus preceptos porque en verdad los amo (Sal 118,46-47).

2. Oración colecta Dios nuestro, que elegiste a san Juan Bautista para preparar, con su predicación y ejemplo, la venida de Cristo y dar con su muerte testimonio de la verdad y la justicia, concédenos, por su intercesión, anunciar y atestiguar con nuestra vida toda la verdad del

Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Jer 1,17-19)

Lectura del libro de Jeremías En aquellos días, el Señor me dirigió estas palabras: “Cíñete y prepárate; ponte en pie y diles lo que yo te mando. No temas, no titubees delante de ellos, para que yo no te quebrante. Mira: hoy te hago ciudad fortificada, columna de hierro y. muralla de bronce, frente a toda esta tierra, así


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se trate de los reyes de Judá, como de sus jefes, de sus sacerdotes o de la gente del campo. Te harán la guerra, pero no podrán contigo, porque yo estoy a tu lado para salvarte”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Proclamaré, Señor, tu misericordia. L A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado; tú que eres justo, ayúdame y defiéndeme, escucha mi oración y ponme a salvo /R L Sé para mí, refugio y salvación, pues eres tú mi roca y mi baluarte; del poder del inicuo y del violento, ven, Dios mío, a librarme /R L Desde mi juventud, Señor, mi esperanza tú fuiste; desde antes de nacer me apoyé en ti y tú me protegiste /R L Yo proclamaré siempre tu justicia, y tu gran compasión, a todas horas. Me enseñaste a alabarte desde joven y no he dejado de anunciar tus obras /R (Sal 70). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R Aleluya (Mt 5,10).

6. Evangelio (Mc 6,17-29)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en

la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: “No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano”. Por eso Herodes lo mandó encarcelar. Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo. La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: “Pídeme lo que quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias veces: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?” Su madre le contestó: “La cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre. Al enterarse de esto, los discípulos


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30 de Agosto - Martes, Santa Rosa de Lima

de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos dé fuerzas, Señor, para mantenernos fieles a la justicia y a la verdad que san Juan Bautista anunció con su palabra y defendió con su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Refiriéndose a Jesús, Juan Bautista decía a sus discípulos: Es preciso que él crezca y que yo disminuya

9. Oración después de la comunión Concédenos, Señor, comprender y venerar profundamente la Eucaristía que hemos celebrado en la conmemoración del martirio de san Juan Bautista y experimentar en nuestra vida sus frutos redentores. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Te atreves a asumir riesgos, por dar testimonio de Jesús?

(Jn 3,27.30).

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de Agosto - Martes,

Santa Rosa de Lima, Virgen, M Color litúrgico: Blanco

Los he desposado con un solo esposo: Cristo Pablo, escribió a la comunidad de Corinto: “Aunque como cristianos tengan diez mil instructores no tienen muchos padres. Yo los engendré para Cristo cuando les prediqué la Buena Noticia” (1Co 4,15). Ahora reacciona enérgicamente ante el grupo que cuestionaba su labor. Se trataba de unos misioneros itinerantes que llegaron a Corinto, que llama irónicamente “superapóstoles”. La actuación de este grupo despierta en Pablo celos. Esos celos son celos de Dios y de Cristo a quien ha consagrado la comunidad. Está dispuesto a defender la gloria que le corresponde de haber sido el primero en anunciarles la Buena Noticia. Él no reclama una gloria personal. Sólo quiere “gloriarse en el Señor”. Pablo compara la labor apostólica con el desposorio. Al anunciar la Buena Noticia a la comunidad de Corinto, “los ha prometido a un solo marido, que es Cristo, para presentarlos como una virgen intacta” (2Co 11,2). En este desposorio resalta ante todo la fidelidad.


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30 de Agosto - Martes, Santa Rosa de Lima

Lo vendió todo para comprar el campo Las dos parábolas que presenta Mateo tienen un objetivo: revelar la grandeza del reino de Dios. No existe tesoro humano ni perla de inapreciable valor que se le pueda comparar. No todo el mundo está en capacidad de descubrir este valor que encierra el reino de Dios. La capacidad para descubrirlo es ya un don que concede el Señor. El segundo paso exige una decisión. Por un egoísmo mal entendido, podemos apegarnos a cosas terrenas que sobrevaloramos, y perder la oportunidad que nos ofrece el Señor. Esto fue lo que le sucedió al joven, que se acercó a Jesús lleno de entusiasmo. Cuando Jesús le manifestó el precio que había que pagar, prefirió el valor de una riqueza caduca al don del reino que Jesús le ofrecía (Mt 19,16-22). Dios nos ofrece generosamente el tesoro de su reino. Pero la generosidad de Dios exige también un gesto decidido de generosidad de nuestra parte. Sólo quien tiene el valor de hacer este gesto, podrá disfrutar del goce de poseer los tesoros del reino de Dios. La santa de hoy: Santa Rosa de Lima (1586-1617) Hija de una familia numerosa de 13 hermanos, fue bautizada con el nombre de Isabel. La muchacha que la cuidaba, impresionada por su belleza, empezó a llamarla Rosa, y con ese nombre ha quedado. En 1606 entró en la Tercera Orden Dominica. Contaba 20 años de edad. De sólo once años de vida consagrada, se distinguió por su espíritu de contemplación y por sus notables experiencias místicas. En 1681 fue inscrita en el catálogo de los santos. Fue la primera santa reconocida oficialmente en América Latina. Se la considera Patrona de América Latina. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Alegrémonos todos en el Señor, en la fiesta de santa Rosa de Lima, nuestra patrona y protectora que, en premio de su fidelidad a Dios, mereció hoy entrar al cielo para reinar con Cristo eternamente. 2. Oración colecta Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima a renunciar al mundo para consagrarse a una vida de austeridad por amor tuyo, enciéndenos con ese mismo amor para que, viviendo auténticamente nuestro cristianismo en el mundo, nos esforcemos en ganarlo para ti. Por nuestro Señor Jesucristo.

3. 1ª Lectura

(2Co 10,17–11,2)

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios Hermanos: Si alguno quiere enorgullecerse, que se enorgullezca en el Señor, porque el hombre digno de aprobación no es aquel que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba. Ojalá soportaran ustedes que les dijera unas cuantas cosas sin sentido. Sopórtenmelas, pues estoy celoso de ustedes con celos de Dios, ya que los he desposado con un solo marido y los he entregado a Cristo como si fueran ustedes una virgen pura. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


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30 de Agosto - Martes, Santa Rosa de Lima

4. Salmo responsorial R Que alaben al Señor todos sus fieles. L Alaben al Señor en las alturas, alábenlo en el cielo; que alaben al Señor todos sus ángeles, celestiales ejércitos /R L Reyes y pueblos todos de la tierra, gobernantes y jueces de este mundo; jóvenes y doncellas, niños y ancianos juntos, el nombre del Señor alaben todos, pues su nombre es excelso /R L Su gloria sobrepasa cielo y tierra y ha hecho fuerte a su pueblo. Que lo alaben los fieles de Israel, a quien él eligió como su pueblo /R (Sal 148). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Permanezcan en mi amor, dice el Señor. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante R Aleluya (Jn 15,9.5). 6. Evangelio (Mt 13,44-46)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vence cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vence cuanto tiene y la compra”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos al recordar hoy en la fiesta de santa Rosa de Lima, y haz que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos ayude a encontrar en nuestros sufrimientos, aceptados por amor a Cristo y al prójimo, el camino del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Por amor a Cristo, acepté perderlo todo; y todo lo considero como basura con tal de ganar a Cristo (Fil 3,8).

9. Oración después de la comunión Tú, que nos has hecho partícipes del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, enciéndenos, Señor, en su amor para que, a ejemplo de santa Rosa de Lima, seamos capaces de renunciar a cuanto pueda apartarnos de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cuántas veces has dejado de disfrutar de los dones de Dios, por falta de generosidad?

Sta. Rosa de Lima, Virgen


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31 de Agosto - Miércoles,

Feria, XXII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Damos gracias a Dios, por la fe, el amor y la esperanza Aunque no es seguro que la carta pertenezca al apóstol, el comienzo reafirma algo que Pablo siempre reivindica en sus cartas: su condición de apóstol de Jesucristo. Su vocación de apóstol la atribuye a Dios. Esta convicción la ha dejado clara en la carta a las Iglesias de Galacia, de cuya autenticidad paulina no se duda. “Dios es quien me apartó desde el vientre materno y me llamó por su mucho amor, quiso revelarme a su hijo para que lo anunciara a los paganos” (Gál 1,15-16). Después, nos encontramos con una oración de acción de gracias. Los dones con que la comunidad de Colosas está enriquecida, son obra de Dios Padre, y del Señor Jesucristo. Entre todos estos dones destacan tres, fundamentales a toda comunidad cristiana. La fe, el amor y la esperanza. La esperanza, nacida del mensaje de la Buena Noticia, está produciendo muchos frutos en la comunidad de Colosas y en todo el mundo. El autor de la carta no ha sido el evangelizador de Colosas, sino Epafras, a quien da el título de “fiel ministro de Cristo”, de querido compañero y de servidor de la comunidad. Tengo que llevar la Buena Noticia a otras ciudades Después de su presentación solemne en la sinagoga de Nazaret, Lucas presenta a Jesús completamente dedicado a su misión. Siguiendo el relato del evangelista, Jesús llena toda una jornada entregado a pregonar la Buena Noticia del reino de Dios, empezando por su actividad sanadora. La primera en beneficiarse del poder sanador de Jesús es la suegra de Simón. Inmediatamente después de curarla, la mujer se entregó generosamente a la faena de servirles. Los dones de Dios son para ponerlos en activo al servicio de los demás. Terminado el descanso sabático con la caída del sol, Jesús se pone a disposición de la gente. Sanaba a los enfermos imponiéndoles las manos; liberaba oprimidos, ordenando a los malos espíritus, que salían gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” (Lc 4,41). Después de dedicar un tiempo al encuentro con el Padre durante el espacio reservado a la oración, Jesús emprende de nuevo la tarea. Ahora dedica su tiempo a proclamar la Buena Noticia del reino por pueblos y ciudades. Jesús nos ha señalado las tres actividades básicas de un discípulo: ejercicio práctico de amor a los hermanos necesitados; encuentro con el Padre, eligiendo espacios para orar; reservar un tiempo para el anuncio explícito de la Buena Noticia. P. Antonio Danoz, redentorista


31 de Agosto - Miércoles, Feria, XXII Semana del Tiempo Ordinario

1. Antífona de entrada Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca (Sal 85,3.5). 2. Oración colecta Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Col 1,1-8)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los colosenses Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, nuestro hermano, les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, a ustedes, los hermanos santos y fieles en Cristo, que viven en Colosas. En todo momento damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y oramos por ustedes, pues hemos tenido noticia de su fe en Jesucristo y del amor que tienen a todos los hermanos. A esto los anima la esperanza de lo que Dios les tiene reservado en el cielo. De esta esperanza oyeron hablar cuando se les predicó el Evangelio de la verdad, que está dando fruto creciente en todo el mundo, igual que entre ustedes, desde el día en que lo escucharon y tuvieron conocimiento verdadero del don gratuito de Dios. Así lo aprendieron de Epafras, que ha trabajado con ustedes y que es un fiel servidor de Jesucristo; él fue quien nos informó acerca del amor

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que el Espíritu Santo ha encendido en ustedes. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Confío para siempre en el amor de Dios. L Como verde olivo en la casa del Señor, confío para siempre en el amor de Dios /R L Siempre te daré gracias, Señor, por lo que has hecho conmigo. Delante de tus fieles proclamaré todo lo bueno que eres /R (Sal 51). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. R Aleluya (Lc 4,18).

6. Evangelio (Lc 4, 38-44)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles. Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”


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31 de Agosto - Miércoles, Feria, XXII Semana del Tiempo Ordinario

Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías. Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: “También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado”. Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros, con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

8. Antífona de la comunión Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservada, Señor, para tus hijos (Sal 30,20). 9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué tiempo dedicas a la caridad, a la oración y al anuncio del Evangelio?

Sesenta años sembrando valores en Venezuela En este año 2011 los Paulinos de Venezuela cumplimos 60 años de presencia en esta “tierra de gracia”. En efecto los primeros Paulinos llegaron a Venezuela el 11 de diciembre del l951 y fueron recibidos amablemente por el entonces arzobispo de Caracas Mons. Lucas Guillermo Castillo. A los 60 años de edad los Paulinos aún nos sentimos jóvenes Hoy, aunque los Paulinos de Venezuela tengamos 60 años nos sentimos jóvenes, porque 60 años para una institución, aún es una edad muy propicia para seguir esperando y soñando. Porque después de 60 años, seguimos anunciando el mismo mensaje de Cristo siempre joven. Porque también hoy con 60 años de edad vivimos con la misma ilusión de aquellos tres primeros Paulinos que llegaron a Caracas en diciembre de 1951. Porque también hoy vivimos con la misma fe y esperanza que tenía aquel joven cura, Santiago Alberione, cuando inició su obra en 1914.


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Porque fue precisamente el mismo Padre Fundador que Los primeros quiso que nos quedáramos siempre jóvenes en fuerza Paulinos que del mismo carisma que nos obliga a asumir los nuevos llegaron a adelantes tecnológicos de la comunicación para ponerlos Venezuela al servicio del evangelio. La 1ª. Cumbre Paulina Venezolana: Una imaginaria fiesta de cumpleaños con millones de invitados Al arribar a la edad de 60 años también nos preguntan acerca de los frutos de nuestra fecundidad. Respondemos con una imaginaria convocatoria de cumpleaños que se ha realizado en el transcurso del año 2011 con la participación de todas aquellas personas que han sido o son P. Francisco Sirito actualmente beneficiarias de alguna u otra manera de los “Productos” San Pablo de Venezuela. “El Domingo” y “Mi hojita de El Domingo” Los primeros en llegar al singular encuentro de cumpleaños fueron los usuarios de la hoja “El Domingo” que este año cumple 45 años de su publicación ininterrumpida. Podremos calcular, que la popular hojita, desde su inicio en 1966 hasta la fecha, se ha repartido Hno. José Scarnato en iglesias y capillas del país más de 600 millones ejemplares, y aunque consideramos que muchos lectores leen la hojita por varios años o incluso durante toda su vida, pero también hay algunas hojita que las leen más que una persona, así que el número de sus lectores de El Domingo que participaron a la fiesta de cumpleaños fue astronómico! Hay que enfatizar que con los lectores de El Domingo vinieron también muchos, muchísimos niños casi todos P. José Crisini con sus franelas puestas de los 60 aniversarios de los Paulinos y en las manos mostrando con orgullo “Mi hojita de El Domingo” y sin más los chiquillos se dirigen directamente hacia el sector que más les interesaban: el de las piñatas. “Protesta” y “Familia Cristiana” De repente se presentó un grupo muy alborotado, en su mayoría personas de aspecto inconformista y jovial, eran ellos los lectores de “Protesta”, la revista de los jóvenes comprometida con la verdad. Su identificación la anunciaban con orgullos en sus franelas con el título de su revista. Habían entre ellos también muchos adultos incluso clero: Párrocos y hasta localizamos unos obispos los cuales en la década de los 70 leían a veces a hurtadillas “Protesta” en los seminarios. Algunos de ellos con sus glereyman impecable y otros en guayabera todos se saludaban con gran camaradería y en fraternales abrazos cantado aquel significativo retornelo de una canción de los años setenta: “… de esto conocerán que


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somos cristianos si nos amamos como hermanos”. Muy cerca del sector de los lectores de Protesta había un nutrido grupo de parejas, y en su mayoría cargaban niños, frutos de sus mutuos amores. Ellos eran aquellos lectores de la revista juvenil que con el pasar de los años se graduaron y formaron sus hogares volviéndose lectores de la “Familia Cristiana” que nació a cerrar Protesta en el año 1980. Y aquel grupo de Padres, Madres e Hijos, presentaban un espectáculo muy hermoso, incluso algunos tenían escrito en su Beato Santiago Alberione franela. “Sí a la vida”. Ediciones San Pablo Siguen los lectores de los millones de libros y folletos publicados por la Editorial San Pablo a lo largo de estos sesenta años y elaborados específicamente para cubrir todas y cada una de las etapas de la vida del hombre. Comenzando con los millones de catecismos repartidos en todo el país para enseñar a los niños el correcto camino de la vida y así mismo la conocida Biblia para niños. Y para los adultos, ¿Quién no recuerda los populares libritos de bolsillos de la colección “Vitaminas por el corazón”, con su best-seller “Minutos de sabiduría”? También algunos de este grupo cargaban las franelas con logotipo de San Pablo Ediciones. “Pan diario de la Palabra” Otro grupo que en llegar a la fiesta cumpleañera, fueron los usuarios del “Pan diario de la Palabra”, los cuales, después de aquellos de “El Domingo” son los usuarios más numerosos de nuestras publicaciones periódicas, pues en sus 19 años de vida se han publicado unos 40 millones de ejemplares. Ellos fueron los que se nutrieron diariamente en la mesa del Pan diario de la Palabra para recibir la fuerza de ser testigos del amor de Dios entre tantos egoísmos en el mundo. Esa grande muchedumbre mostrando en las manos sus “Panes” y manifestaba sus rechazo a aquellos países donde persiguen a la minoría cristiana, cargaban un vistoso letrero con la foto del Papa que decía: “Benedicto XVI, estamos contigo, denuncia sin miedo los atropellos… Non praevalebunt!” (Cf Mt 16,18). “Sobicain” Luego llegó el turno de los usuarios de la asociación paulina de “Sobicain” (Sociedad Bíblica Católica Internacional) casi todos ellos llegaron cargando su respectiva Biblia. En su mayoría, ellos eran los lectores de las 2 millones de ejemplares de Biblias que los Paulinos por medios de la Sobicaín han repartido en Venezuela a lo largo de estos 60 años. Precisamente en la “Escuela de Biblia” se respira un ambiente ecuménico con amplia visión para los que quieren conocer el mensaje de Dios en su carta a la humanidad. Estos entusiastas lectores de la Biblia parecen


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invitar a los “magnates del mundo” que manejan los destinos de los pueblos que en la Sagradas Escrituras está el secreto para conseguir la tanta anhelada paz entre los hombres, búsquenlo. Red de librerías San Pablo También se dio cabida para la fiesta a la inmensa clientela de la red de librerías San Pablo esparcidas en lo largo del territorio nacional de todas las ideologías y tendencias políticas. Realmente el conglomerado de gente era inmensa, incluso algunos cargaban sus instrumentos musicales, lo que motivó a los organizadores de la fiesta a escoger entre ellos un equipo para amenizar a la gran asamblea. Sus actuaciones fueron muy exitosas y recibieron muchos aplausos de la inmensa muchedumbre. Transmisiones radiofónicas y audiovisuales Luego a esa inmensa muchedumbre se unieron todos cantando los radioescuchas, y los que utilizan los audiovisuales producidos por San Pablo. Entre ellos habían muchas personas humildes, amas de casa, madres de barrios de poca cultura pero con mucha sabiduría en saber escoger entre muchos programas de Radio y TV los que más les ayudan a recorrer el justo camino de la vida junto a sus hijos. “Oremos con la Iglesia” Después tuvimos una emergencia: por el gran flujo de gente fue necesario procurar ensanchar la mesa de los comensales y buscar más sillas para dar cabida a los hermanos/as, usuarios de “Oremos con la Iglesia”. Ellos son los más fieles entre los fieles, pues están muy comprometidos con su fe cristiana y se glorían, algunos de ellos, de rezar con los salmos tal como lo hacía el mismo Cristo, su bendita Madre y San José. Página Web Después de haber subsanado la emergencia, y haber hecho la acogida a los usuarios de Oremos con la Iglesia, llegaron a la cita los usuarios virtuales, los visitantes de nuestra página Web, en su mayoría niños y jóvenes. Había también algunos adultos incondicionales lectores que añoran la revista “Familia Cristiana” y se conforman con verla en Web. Por estar integrado por niños en su mayoría este último grupo, en su debido tiempo, se les repartió una doble porción de torta y todos se quedaron muy contentos del obsequio. La Familia Paulina y todos sus colaboradores Por último llegaron los amigos, colaboradores, anunciantes, periodistas, dibujantes, escritores, administradores, libreros y todas los que de alguna u otra manera trabajan para la elaboración y entrega de los “productos” a los usuarios. Participaron masivamente todos los miembros de la Región Paulina y los miembros de la Familia Paulina Venezolana. Una vez más nos llamó la atención un llamativo letrero que exibía una joven “Anunciatina” con la siguiente leyenda: “Gracias Alberione por haber incorporado también a los laicos a la Familia Paulina”.


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La celebración En realidad el anfitrión ha debido ser nuestro Padre Fundador el Beato Alberione, pero por un contratiempo de última hora, delegó su representación al recién nombrado Superior Regional, el P. Gustavo Nova Nova. Después de haber cantado el vibrante himno Paulino, compuesto “ad hoc” por la ocasión, se realizó un intercambios de ideas con mucha participación y con interesantes propuestas y también algunas que otras críticas sobre el contenido y algunas fallas de servicio de entrega de nuestros “productos”. A las quejas se les prometió soluciones a la mayor brevedad. Entre las muchas propuestas mencionamos una de un periodista sobre la posibilidad de realizar la 2ª Cumbre Paulina en 2014 en ocasión del primer centenario del nacimiento de los Paulinos. Propuesta que muy probablemente se realizaría, Dios mediante. El momento culminante de la imaginaria fiesta Después que los organizadores del magno acontecimiento leyeran algunos de los más significativos mensajes de felicitaciones, el P. Gustavo, a nombre de todos los Paulinos venezolanos, tomó la palabra y se dirigió a la inmensa muchedumbre, y pronunció un muy emocionante y vibrante discurso de clausura con optimismo hacia el futuro. También nuestro Superior Regional, como buen comunicador, no quiso perder la oportunidad de la inmensa audiencia para anunciar una primicia: el inicio de la publicación de la revista “Vida Pastoral”. Obviamente el momento culminante de esa emocionante y fantástica fiesta de cumpleaños, fue cuando cantamos el cumpleaños feliz alrededor de una gigantesca torta de varios pisos! El espectacular acto se cerró con un solemne “Te Deum”. De pronto se escuchó una melodiosa musiquita y a la vez apareció un gran letrero al horizonte enmarcado con los tres colores de la bandera venezolana que decía: “Hasta el 2014”. Sin triunfalismo sino con humildad y verdad Por supuesto que no se quiso celebrar el LX aniversario de nuestra presencia en Venezuela con triunfalismo, sino con humildad y verdad; convencidos que cada uno de nosotros, los consagrados Paulinos, sin méritos algunos, hemos sido escogidos por Dios para cumplir una especifica misión, llevar nuestro granito de arena a la obra de evangelizar el pueblo de Dios de Venezuela con los medios técnicos de la comunicación y de acuerdo con las orientaciones pastorales de la CEV. En fin, concluimos con una frase de Pablo de Tarso que nuestro Padre Fundador asumió como lema de su vida y nos la dejó como herencia a nosotros sus seguidores: “Olvidando lo que dejé atrás me lanzo hacia adelante” (Fil 3,13). P. Ángel Vagnoni Amadío, ssp.


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