Claves cotidianas es una colección de libros preparados por el equipo Pastoral y Editorial de San Pablo de Venezuela, para ayudar a cada persona a vivir una vida plena de valores y feliz.
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Camino hacia la esperanza La pérdida de un ser amado es una de las más dolorosas experiencias que los seres humanos soportan.
muerte, son como la muerte en vida de un ser amado y, eso, es tan fuerte como la muerte física.
Nadie puede explicarnos el dolor, su ilimitado alcance y sus profundos enigmas. Nadie puede describir el vacío que se forma en lo más profundo de nuestro ser y esa sensación de que nada parece ser capaz de llenarlo.
La ausencia de un ser amado, en cualquier forma que suceda, nos sacude, nos llena de la sensación de que todo ha terminado, que nada vale la pena.
La muerte de un ser querido puede llegar de muchas maneras: el esposo, la madre, un hijo, un amigo. A veces, la separación definitiva de un ser querido puede ser tan dolorosa como la muerte. Un divorcio que suceda después de haber pasado juntos una vida entera, el abandono de una madre o la traición de un amigo muy querido, son tan fuertes como la 4
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Comprender el dolor No estamos preparados para la pérdida y no sabemos como superarla. No entendemos el miedo que se siente, la tensión en el estómago, el desasosiego, la ansiedad y la depresión en que tendemos a caer. El dolor no sucede en forma ordenada. Va y viene. Pasamos del sufrimiento total a momentos de resignación. Las reacciones físicas más comunes son: Agotamiento. Pérdida o aumento del apetito. Insomnio. Tensión en el pecho. Mareos y falta de la respiración Llanto incontrolable,
A nivel emocional: Podemos caer en estado de shock y no reaccionamos ante nada. Sentimos una ansiedad continua. Nos toma y no quiere alejarse de nosotros. A veces nos asalta el sentido de culpa. Pensamos que la culpa fue nuestra y que podríamos haberlo evitado. También se llega a sentir rabia. Nos deprimimos Nos irritamos No logramos concentrarnos en lo que hacemos y llegamos a tener miedo de volvernos locos. Estas y otras muchas reacciones, todas difíciles y dolorosas, son normales cuando se enfrenta la pérdida de un ser amado. Pero, si queremos resolver nuestra pena y sobrepasar el dolor, debemos enfrentarlo, atravesarlo, salirle al paso, alejarlo para siempre.
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“De tanto gemir estoy agotado, de noche en mi cama lloro y mis lĂĄgrimas corren por el suelo.â€? (Salmo 6,6) Este es el ruego de la persona agobiada por la tristeza que clama a Dios por consuelo.
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Rituales para el consuelo
1. Tómese el tiempo necesario para sentir tristeza y para recuperarse Para el dolor no hay horario. Mientras los síntomas más intensos se suelen aliviar entre los seis meses y el año, es común que lleva hasta más de dos años alcanzar un nuevo equilibrio. La idea no es olvidar sino recordar serenamente. Piense en su “ángel interior”, un ayudante que todos llevamos dentro y que nos inspira en los momentos de tristeza. Con su ayuda, tenga fe en que un día la alegría o, al menos la serenidad, volverán a su vida.
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2. Permita que las personas que lo aman sepan como se siente Los amigos y su familia quieren ayudarle a olvidar, Muchas veces no saben como. Es por eso que sus expresiones de simpatĂa o de ayuda pueden resultar inapropiadas o hasta insensibles. Su torpeza no deja de ser un gesto de amor.
3. Hable con alguien que haya pasado por una experiencia semejante Las personas aprenden a ser mĂĄs generosas y comprensivas cuando han sufrido. Aprenda de la experiencia de los otros. Es verdad que no todos somos iguales, pero ante el dolor y la muerte nos igualamos os ayudarnos unos a otros.
Lo ideal, sin embargo, es que usted le diga como se siente y lo que espera de ellos.
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4. No descarte la posibilidad de buscar ayuda profesional o a un grupo de apoyo Los profesionales fueron preparados para ayudar a las personas a superar traumas. Es verdad que Dios es el mejor psiquiatra, pero a veces Dios se vale de otras personas para poder ayudarnos.
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5. Escriba notas en donde manifieste todo lo que siente Escribir puede ser una buena vรกlvula de escape. El papel aguanta todo y no le reclama nada.