Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO P. JAIME KELLY, M.S.C. José Ramón Ruíz Discípulos del P. Emiliano Tardif
Jesús, TÚ ME HAS
LIBERADO para tener vida y vida en abundancia
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Contenido 1. - Cristo libera, da vida y aliento ............................ 5 2. - Llamados a vivir en la libertad de los hijos de Dios ........................................ 9 3. - La Sanación y Liberación integral ..................... 11 4. - La Evangelizada Liberadora Integral ................. 16 5. - Jesús no vino al mundo a salvar sólo almas, sino a las personas completas .......... 31 6. - La Sanación y Liberación la obtenemos por la fe en Cristo Jesús ........ 36 7. - Cristo quiere para nosotros la salvación integral completa...................... 43 8. - El nombre de Jesús es Poderoso, nos trae salvación, nos da salud y liberación...... 47 9. - ¿De dónde viene la idea de orar o decir “en el nombre de Jesús”? ................ 49 10. - La Salvación Integral ......................................... 54 11. - El exorcismo y el Ministerio general de la Liberación ............................... 56 12. - Ac!tudes que se requieren en el Ministerio de Sanación y Liberación ............ 60 13. - Ministerio de Sanación y Liberación Integral..................................... 63 3
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO 14. - ¿Quiénes pueden ejercer el Ministerio de Sanación y Liberación? ...... 65 15. - Liberación del pecado personal y social ......................................................... 69 16. - La Sanación a través de los Sacramentos ............................................76 17. - La ayuda de los médicos y el aporte de los remedios ..........................82 18. - ¿Cómo hacer la Oración de Liberación?....................................................89 19. - Ministerio Católico de Liberación ......................92 20. - Ves!rse de la armadura de Dios ........................93 ANEXOS ......................................................................98 • Con Cristo no tenemos nada que temer: P. R. Cantalamessa • Oración de Sanación • Debemos tomar al demonio muy en serio: Card. M. Co"er • Oración por la curación interior • Satanás no !ene la úl!ma palabra: P. J. Fortea • Plegarias de Liberación • Oración por Liberación
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1.- Cristo libera, da vida y aliento La vida es el don primero que hemos recibido de Dios, don por el cual nos ha llamado de la no existencia a la existencia humana en este mundo. ¡Don maravilloso y extraordinario, realidad “sagrada” que ha sido confiada a nuestra responsabilidad y, por tanto, a nuestra custodia amorosa, a nuestra “veneración”. La vida es un regalo de Dios que debemos valorar y cuidar; por ningún mo!vo debemos despreciarla, ya que al despreciar nuestra vida o la de los demás despreciamos al mismo Dios. No es extraño que ocurra alguna situación di$cil que nos lleve a perder el sen!do y hasta el deseo de vivir o preguntarnos ¿para qué nacimos? El menospreciar la vida que nos ha dado Dios nos acarrea graves problemas, como la angus!a, desencanto, desilusión, nos trae cansancio, has%o, aburrimiento, depresión, enfermedades malignas y extrañas. Es muy común escuchar expresiones nega!vas de la vida como la siguiente frase: ¡qué vida de perros! su vida ha sido reducida como la de los animales sin esperanza alguna. De esta manera podemos caer en la tentación de la superficialidad y la desesperación. 5
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO El valor enorme que esta vida posee a los ojos del Creador queda de manifiesto en el hecho de que, luego del rechazo del hombre, Él no ha querido nuestra muerte sino nuestra conversión y vida en su dimensión completa. ¡Y a tal extremo ha morir ario ser valiosa para Él la vida del hombre que Él mismo, haciéndose hombre, pagó por nuestro rescate un precio de Sangre en la Cruz! ¡Su vida por la nuestra! En su Hijo amado Dios nos ha regalado nuevamente la vida perdida por nuestro pecado, y su anhelo es que esta vida en nosotros llegue a su plenitud. Dios no solo nos ha dado la vida natural y terrena sino que, por su infinito amor, ha enviado a su único Hijo Jesucristo para comunicarnos también la vida sobrenatural y eterna: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16). La vida natural como la sobrenatural viene de Dios. El apóstol San Pablo en su discurso en el Areópago a los filósofos paganos de Atenas así lo afirma: “Es el Dios que hizo el cielo y la "erra y todo lo que hay en él. Él es Señor de cielo y "erra. Porque Él da vida y aliento y todo a todos... no está lejos de ninguno de nosotros, ya que en Él vivimos, y nos movemos y exis"mos...” (Hch 17, 24-27).
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Juan Pablo II con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud de 1993 nos enseñó el aprecio y el respeto a la vida, ya que como hijos de Dios, Él a todos ha comunicado en el sacramento del Bau"smo su misma vida. “Jesús ha venido para dar la respuesta defini"va al deseo de vida y de infinito que el Padre celeste, creándonos, ha inscrito en nuestro ser. En la culminación de la revelación, el Verbo encarnado proclama: “Yo soy la vida” (Jn 14, 6), y también: “Yo he venido para que tengan vida” (Jn 10, 10). ¿Pero qué vida? La intención de Jesús es clara: la misma vida de Dios, que está por encima de todas las aspiraciones que pueden nacer en el corazón humano (cf. 1Co 2, 9). Efec"vamente, por la gracia del bau"smo, nosotros ya somos hijos de Dios” (cf. 1 Jn 3, 1-2). Jesús ha salido al encuentro de los hombres, ha curado a enfermos y a los que sufren, ha liberado a endemoniados y resucitado a muertos. Se ha entregado a sí mismo en la cruz y ha resucitado, manifestándose de esta forma como el Señor de la vida: autor y fuente de la vida inmortal. Nosotros solos no sabremos realizar aquello para lo que hemos sido creados. En nosotros hay una promesa, pero nos descubrimos impotentes para realizarla. Sin embargo el Hijo de Dios, que vino entre los hom7
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO bres, dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6). Según una suges!va expresión de san Agus"n, Cristo “ha querido crear un lugar donde cada hombre pueda encontrar la vida verdadera”. Este “lugar” es su Cuerpo y su Espíritu, en el que toda la realidad humana, redimida y perdonada, se renueva y diviniza. Efec!vamente, la vida de cada uno de nosotros ha sido pensada antes de la creación del mundo, y con razón podemos repe!r con el salmista: “Señor, tú me sondeas y me conoces... tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno” (Sal 139). Esta vida, que estaba en Dios desde el principio (cf. Jn 1, 4), es vida que se dona, que nada re!ene para sí y que, sin cansarse, libremente se comunica. Es luz, “la luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1, 9). Es Dios, que vino a poner su !enda entre nosotros (cf. Jn 1, 14) para indicarnos el camino de la inmortalidad propia de los hijos de Dios y para hacerlo accesible.
bau!smo, sacramento que hace de la existencia recibida de los padres, frágil y des!nada a la muerte, un camino hacia la eternidad; en el sacramento de la penitencia que renueva con!nuamente la vida divina gracias al perdón de los pecados; en la Eucaris"a “pan de vida” (cf. Jn 6, 35), que aumenta a ¡os “vivos” y hace firmes sus pasos en la peregrinación terrena, hasta poder llegar a decir con el apóstol San Pablo: “Yo vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mi” (Gal 2, 20).
2.- Llamados a vivir en la libertad de los hijos de Dios Dios que creó al hombre a su imagen y semejanza, por su gran amor lo creó dis!nto a las demás criaturas. “Y vio Dios que lo que había creado era muy bueno’” (Gen 1,26).
En el misterio de su Cruz y de su Resurrección, Cristo ha destruido la muerte y el pecado, ha abolido la distancia infinita que exis"a entre cada hombre y la vida nueva en él. “Yo soy la resurrección y la vida -proclama-; quien cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Jn 11, 25).
Lo creó libre: sin ataduras de ninguna naturaleza, capaz de dominar toda la naturaleza, pero el mismo hombre se esclaviza buscando la felicidad por caminos equivocados, hipoteca su felicidad a la presencia de alguien u obtención de algo, que considera muy importante. Hoy necesitamos ser nuevamente libres. Necesitamos vivir en la libertad de los hijos de Dios.
Cristo realiza todo esto donando su Espíritu, dador de vida, en los sacramentos; par!cularmente en el
- Con voluntad propia, es decir con capacidad de tomar sus propias decisiones, con capacidad de procurar
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Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO siempre hacer el bien. Pero muchas decisiones las tomamos según nuestras debilidades, apegos, por miedo, por inseguridad. .Hoy necesitamos que nuestra voluntad sea libre para decidir siempre hacer el bien (cf. Rom 7,15-19). - Con capacidad de amar y de recibir amor, de aceptar o rechazar, incluso al mismo creador a quien debe amar con todo el corazón (Mc 12,30). - Con inteligencia creadora, es decir con capacidad de transformar todo lo creado para mayor provecho nuestro. CIC 357. “Apenas inferior a un dios lo hiciste, coronándolo de gloria y dignidad, le diste autoridad sobre todas tus obras” (Sal 8,5-6) - El Señor nos ha llenado del gran Don de la Vida y debemos rechazar de nuestros pensamientos y de nuestro corazón deseos de fallecer, debemos renunciar a cualquier momento del pasado en el que deseamos no haber nacido o en el que deseamos estar muertos y de haber deseado la muerte de otros. Un texto conservado en un an!guo papiro del siglo IV nos confirma en la verdad y la vocación a vivir en la libertad de los hijos de Dios. «Te invocamos, Señor Dios. Tú lo sabes todo, nada se te escapa, Maestro de verdad. Has creado el universo y velas por todos los seres. Tú guías por el camino de la verdad a los que caminaban en !nieblas y sombras de muerte. Tú quieres salvar a todos los hom10
bres y hacerles conocer la verdad. Todos juntos te ofrecemos alabanzas e himnos de acción de gracias». La oración sigue diciendo: «Nos ha redimido con la sangre preciosa e inmaculada de tu único Hijo, de toda desviación y de la esclavitud. Nos has liberado del demonio y nos has concedido gloria y libertad. Estábamos muertos y nos has hecho renacer, alma y cuerpo, en el Espíritu. Estábamos sucios y nos has purificado. Te pedimos, por tanto, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo que nos confirmes en nuestra vocación, en la adoración y en la fidelidad». La oración concluye con esta invocación: «Fortalécenos, Señor benigno, con tu fuerza. Ilumina nuestra alma con tu consuelo... Concédenos la gracia de ver, buscar y contemplar los bienes del cielo y no los de la !erra. De este modo, con la fuerza de tu gracia, será glorificada la potestad omnipotente, san#sima y digna de toda alabanza, en Cristo Jesús, Hijo predilecto, con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén» (A. Hamman, «Oraciones de los primeros cris!anos» (“Preghiere deiprimi cris!ani”, Milán ¡955, pp. 92-94).
3.- La Sanación y Liberación Integral El propósito de Jesús es que “todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”, quiere 11
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO liberarnos del dominio del enemigo, de la esclavitud, de las !nieblas, del engaño. Él es el Buen Pastor que cuida y da su vida por las ovejas. Cuando el hombre se aleja de Dios, de la casa del Padre, va perdiendo, como el hijo pródigo, su iden!dad y hasta el sen!do de su vida; no sabe de dónde viene ni a dónde ir, siente un profundo vacío, se llena de amargura, frustración... sufre la pérdida de valores y experimenta la enfermedad más grave: el pecado. El maligno que busca destruirlo, sujeta al hombre al acoso y esclavitud emocional, "sica, mental y espiritual. Descarriado como oveja, cae en el campo del ladrón, el diablo, que desde siempre busca robar, matar, destruir... (Jn 1,1-3), afectando generalmente la salud, las emociones, relaciones familiares, sociales, de trabajo etc. Conduciéndole al estrés, la depresión, la violencia, a conductas dañinas y peligrosas, de consumo de alcohol, drogas, lujuria, rencor, odio, orgullo... y hasta atentar contra su propia vida o la de quienes le rodean “Yo soy la puerta del rebaño... quien entra por mí se salvará... El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10, 16-10). Es hora de cambiar, de renovarnos internamente, de creer y confiar en la amor misericordioso del Señor, de arrepen!mos, conver!rnos, de comenzar una VIDA NUEVA EN CRISTO. 12
Todos deseamos experimentar esa vida nueva o vida abundante que vino a traemos Cristo Jesús, la manera de obtenerla es recibiendo el Espíritu Nuevo y el Corazón Nuevo que habían profe!zado Ezequiel y Jeremías: “Yo les daré un corazón integro e infundiré en ellos un espíritu nuevo, les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis leyes y pongan por obra mis mandatos; serán mi pueblo y yo seré su Dios” (Ez 11,19-20). “Así será la alianza que haré con Israel en aquel !empo futuro -oráculo del Señor- ; meteré mi ley en su pecho, la escribiré en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo; ya no tendrán que enseñarse unos a otros, mutuamente, diciendo: Tienes que conocer al Señor, porque todos, grandes y pequeños, me conocerán -oráculo del Señorporque yo perdono sus culpas y olvido sus pecados” (Jer 31, 33-34). El corazón del hombre sólo puede ser cambiado por Dios. Se necesita, pues, la renovación interior del hombre por el Espíritu de Dios que lo transforme. La novedad del Evangelio no es sólo que Jesús nos ha dado el mandamiento del amor, sino que por su gran amor, nos fue dado su Espíritu para vivir -morar- Él en nosotros: “Si alguno me ama guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él (Jn 14,23); San Pablo desde su propia experiencia de encuentro con Cristo Resucitado nos confirma esta profunda verdad: 13
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO “Y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20); “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rom 5,5). Ver también: Rom 8,9-11. Jesús glorificado nos envía su Espíritu (Pentecostés) para tener la vida nueva y para poder vivir verdaderamente como hijos de Dios. La vida nueva no se reduce sólo a un cambio moral, es mucho más, Él quiere que vivamos en la libertad de los hijos de Dios, sin ningún "po de ataduras o esclavitudes, no como seres entristecidos, sino como criaturas llenas de su Espíritu; no como enemigos los unos de los otros, sino como hermanos de todos los hombres.
“El don del Espíritu Santo, merecido por la Pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo, eleva el trasfondo y lo hace apto para entrar con Él en relación de amor; lo hace “spiritus” (empleamos el término la"no para evitar toda confusión con lo anímico o psíquico). Jesús se hizo hombre en todo como nosotros menos en el pecado para sanar a todo el hombre en su totalidad (salvación integral); en su espíritu inmortal, en su corazón, su mente, memoria y afec"vidad, en su cuerpo, en sus relaciones con Dios, consigo mismo y con los demás; y a todos los hombres (dimensión comunitaria, histórica, social de la salvación).
La acción del Espíritu Santo en nosotros transforma nuestra relación con Dios, con los hombres, con el mundo y con nosotros mismos, nos capacita para vivir la vida de fe, amor, esperanza, de servicio generoso, de acuerdo a la voluntad divina. La acción del Espíritu Santo hace cambiar en nosotros, criterios, ape"tos ac"tudes y valores. El que actúa animado por el Espíritu lo hace en virtud de la propia exigencia del amor que habita en él y no por la fuerza de una imposición exterior, desea, quiere y hace las obras del Espíritu, es decir la voluntad de Dios.
La gracia no suple la naturaleza humana, pero si la restaura, la sana. Dios comunica el Don de su Espíritu, el don de su gracia a todos los hombres a través de los sacramentos en especial el Sacramento del Bau"smo, que borra el pecado original y nos hace Hijos de Dios, herederos de su reino de amor, ahora descubrimos que en medio de todo esto una realidad, nuestra naturaleza humana ha sido redimida por Cristo en la Cruz y en la Resurrección, pero el pecado que es una realidad habita en nosotros, porque nuestra naturaleza humana recordemos que también fue herida, no destruida, ya que tenemos libertad”.
El Padre Juan Ernesto Iriarte Blas de Lima (Perú) haciendo referencia a la salvación integral, nos enseña que:
La acción de la gracia está precisamente en hacernos más Hijos de Dios, más imagen del Dios vivo, por lo tanto la gracia de Dios que se nos comunica por
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Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO los Sacramentos, la oración, su Palabra en la Iglesia, no suple nuestra naturaleza, pero sí la restaura, sí la va sanando, la va purificando en la medida en que vamos creciendo en la gracia y en el conocimiento de Cristo, hasta irnos transformando en él por la acción de su Espíritu, a través del ejercicio de la virtudes teologales, la fe, la esperanza y el amor sobre todo, en un proceso de constante conversión, crecimiento, transformación en Cristo en camino a la san"dad. Al respecto dice el catecismo de la Iglesia Católica: “La Gracia de Cristo es el don gratuito que Dios nos hace de su vida infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma para sanarla del pecado y san"ficarla: es la gracia san"ficante o divinizadora. Recibida en el Bau"smo. Es en nosotros la fuente de la obra de san"ficación (Cf. Jn 4, 14 7; 38-39): Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo” (2Co 5,17-18)
4.- La Evangelización Liberadora Integral La labor misionera-evangelizadora de la Iglesia hoy es una extensión de la misión del Señor Resucitado. Debe estar acompañada por los carismas divinos del Espíritu Santo; tal como nos señala el relato que leemos al final del evangelio de San Marcos: 16
“Por úl"mo se apareció a los Once cuando estaban a la mesa. Les reprendió su incredulidad y obs"nación por no haber creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: -Vayan por todo el mundo proclamando la Buena No"cia a toda la humanidad. Quien crea y se bau"ce se salvará; quien no crea se condenará. A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán (Mc 16, 15-18). Y como luego se nos describe en los Hechos de los Apóstoles: “Los apóstoles realizaban muchas señales y milagros entre el pueblo...hasta el punto que incluso sacaban a los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos. También acudía la mul"tud de las ciudades vecinas a Jerusalén trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos; y todos eran curados” (He 5,12-16) Vemos pues, que el mandato de Jesús a los apóstoles es que predicaran, sanaran y expulsaran demonios (ver Mt 10, 7-8), pero si la Iglesia Católica sólo predicara sin sanar ni expulsar demonios, ¡no sería la voluntad de Jesús! Si la Iglesia Católica predicara el mensaje de la salvación sin con"nuar las mismas obras que Jesús comenzó, sería como traicionar el mandato que Dios dio a su Iglesia. 17
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO Uno de los méritos de la Renovación Carismá!ca Católica es el de haber vuelto a descubrir uno de los rasgos de la Iglesia primi!va, el an!guo carisma de sanación y liberación, en la Iglesia moderna. Incluso hoy, el Espíritu Santo quiere hacer las mismas cosas sobre las que leemos en las páginas de la Escritura. No ha perdido nada de Su poder y ninguno de Sus dones. La misión de Jesús y de la Iglesia todavía no ha terminado y debe con!nuar por medio de apóstoles modernos que predican y realizan los mismos actos de poder realizados por Jesús y los Apóstoles, más aún para realizar “obras mayores que las que Él mismo realizó”, de manera que, al irse al Padre, confió a la Iglesia la tarea de seguir su ministerio (Jn 14,12). A través de las enseñanzas de la Iglesia primi!va y de la doctrina de la Iglesia Católica, la Renovación Carismá!ca Católica ha aprendido a apreciar el ministerio de sanación para la evangelización. Juan Pablo II nos enseñó que Cristo es el Redentor del hombre completo (Redemptor Hominis) espíritu, alma y cuerpo. El ministerio de sanación da tes!monio de la preocupación y compasión que Jesús y Su Iglesia !enen por los enfermos no sólo de espíritu sino también de cuerpo. Proclamar una doctrina de salvación divina que es abstracta, teórica, intelectual o moralista, sin ser una de salvación de hecho o hablar de un concepto de salvación que no se demuestra efec!vo, sería retórica vacía. 18
La Renovación Carismá!ca Católica conoce la importancia de seguir las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia y de escuchar “cum Ecclesia” (“con la Iglesia”), y por este mo!vo ha asumido la tarea de con!nuar su misión evangélica en la Iglesia, ejercitando con valen#a el ministerio de sanación en la proclamación de la Palabra de Dios. El ministerio de sanación es también, según una de nuestras expresiones, una oración de liberación y a veces se ve acompañado de beneficios espirituales así como de $sicos (cf. Mc 16, 18; 1 Co 12, 9; St 5, 14), y pide a aquellos que han sido liberados y sanados a que den tes!monio de modo que los cris!anos puedan ver un signo de que el Reino de Dios está cerca del hombre: “Sanen a los enfermos que haya y digan a la gente: El reino de Dios ha llegado a ustedes” (Lc 10, 9; Jesús les respondió: - Vayan a contar a Juan lo que ustedes ven y oyen: los ciegos recobran la vista, los cojos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres reciben la Buena No!cia” (Mt 11,4). He aquí algunos de los numerosos tes!monios de sanación que nos llegan de dis!ntas regiones: Antes que todo le doy gracias a Dios por haberme permi!do ir al Re!ro del Encuentro Nacional Carismá!co donde encontré mi sanación.
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Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO Yo soy una hermana de la Congregación del Buen Samaritano de Molina y fui invitada por mi sobrina a este encuentro. Tenía una enfermedad llamada Parkinson que es progresiva y no !ene remedio cien"ficamente hablando, una se va poniendo rígida y le !embla el lado afectado que después puede terminar en todo el cuerpo, poniéndose incluso lento al hablar y esto es desesperante, la mente es rápida pero el hablar no.
través de la Santa Misa celebrada por el Padre Jaime Kelly en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes. El Señor también atendió las muchas oraciones de mi mamá Lucy de Valencia, servidora del ministerio de sanación. Muy agradecida al Padre Jaime Kelly, en espera de que todo salga bien para poder llevar a mi hijo Jesús Ernesto a presentarlo a nuestro Buen Dios. Chao, Besos (Elianys Chiquinquirá Valencia de Chong).
En este encuentro el Señor me sanó y doy gracias y Gloria a Dios por ello, a través del Padre Kelly que al darme un abrazo, sen" a Jesús, no al sacerdote que me abrazaba y desde ese momento se soltaron mis músculos y la rigidez desapareció. Hoy, después de dos días de mi sanación, ya escribo de corrido y camino en forma rápida y segura. Gracias Señor por tu Amor.
Sanción de “!nitus”. Durante el re!ro de Soñación en el Domo de Curundu en Panamá. El Padre Kelly oró por los enfermos. Dayra Rosales Hermana Religiosa de la Orden de la Comunicación, quien dirige el Hogar de la Divina Gracia, estaba sufriendo de “!nitus” un ruido terrible en uno de sus oídos. Ya ella había visitado al Otorrinolaringólogo y el resultado fue que para este mal no hay cura. Que más adelante lo que le esperaba como resultado de esto era una sordera permanente. Para la gloria de Dios el sábado 21 de marzo allí en el re!ro el Señor la sanó. Gracias Padre Kelly por ser un instrumento de las maravillas del Señor (Mari José Cantos, 25 enero- 2010).
(Hna. del Buen Samaritano de Molina. Re!ro días 09 al 11 de octubre 2009 - Punta de Tralca - Chile). El 2 de diciembre de 1994, mi hijo tuvo un accidente de tránsito. Lo llevamos a la clínica y fue ingresado en cuidados intensivos con trauma cráneo encefálico severo. Los médicos no le aseguraban vida. Desesperada busqué la ayuda de Dios a través de la oración. Gracias a Dios mi hijo hoy goza de una perfecta salud. Para Gloria de Dios (María Valbuena). Le doy gracias a Dios por haberme concedido el milagro de salir embarazada después de 10 años, a 20
Querido Padre Jaime: Una joven agnós!ca a quien le era imposible tener hijos por problemas de salud (tenía 3.000 triglicéridos) y unos problemas de útero, habían pensado incluso en la inseminación ar!ficial... en el ECCLA en Viña del Mar usted anunció que “hay una mu21
Jesús, TÚ ME HAS LIBERADO jer que a los nueve meses será madre...”, ella cayó inmediatamente en descanso y ayer pude conocer a Pía, el milagro que Dios le hizo al darle, efec!vamente, una hija y lo más maravilloso es que se convir!eron ella y su marido. ¡Alabado sea el Señor! Un abrazo, ya sabe como se le quiere en Chile (María). Sanación de la drogadicción. El Padre Kelly en palabra de ciencia durante un re!ro de soñación el 21 de marzo en Panamá, dijo que había alguien orando por un sobrino drogadicto y que el mismo no se encontraba en Panamá. Mi señora Jazmine Furcias es la #a del joven en mención. Ella en el momento que el padre Kelly dijo esto sin!ó un dolor como un punzón en su corazón y empezó a llorar. Ella llamó a su hermana en Honduras y ésta le contó que su hijo de 18 años le había pedido perdón y le manifestó que jamás consumirá más drogas. Gracias Señor por tu soñación y liberación. A Ti todo el poder y la honra (Jhon Millar, 07 de Julio -2009). Estaba enferma de cáncer, se había extendido a todo mi cuerpo, según los médicos, ya no tenía salvación, pero alababa a Dios y pasaba mucho !empo en oración delante del San#simo, muchas personas oraron por mí... Para la Gloria de Dios hoy estoy completamente sana (Carmen Nievesw). De Ciudad Guayaría la abuela del niño Wilmer Alexander nos narra, que “...desde muy pequeño Wil22
mer comenzó a presentar cosas muy feas y peligrosas, incluso con amenazas a todos de muerte, al punto que cuando llegó a los 11 años (2008) me amenazó a mí. Hacía y decía cosas horribles, con una fuerza que ya no lo podíamos detener. Pedimos por él en una Santa Misa celebrada por los enfermos, luego se lo llevamos al Padre Gerardo Moreno, quien oró por él imponiéndole las manos. Gracias al Señor, el niño sanó y fue liberado de esa agresividad (Abuela de Wilmer). Las sanaciones y liberaciones hechas por Jesús son signo de la presencia del Reino de Dios entre los hombres, y nos muestra el gran amor misericordioso de Dios Padre y la salvación integral del hombre. Es el desarrollo y cumplimiento de un llamado que hace el Señor a las personas que poseen el carisma de sanación y liberación para servir a unos des!natarios concretos: los enfermos, haciendo así realidad la salvación integral ofrecida por Jesús. Es el plan de Dios que todo el cuerpo mís!co de Cristo (la Iglesia) sea sano, para que pueda ser signo e instrumento de redención en el mundo, lo cual se realiza mediante el ejercicio de este ministerio. En el ministerio de sanación está la expresión de fe de que la salvación y la sanación son para la persona en su totalidad. La imposición de manos y la unción con óleo son maneras en que la Iglesia expresa esta fe. Jesús vino como el gran Médico que cura las almas enfermas del pecado y también las enfermedades $sicas. Él es el Redentor del hombre. 23