Pan Diario de la Palabra Noviembre

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“PAN DIARIO DE LA PALABRA” Misal mensual - Para vivir la liturgia diaria - Año XIX - Nº 217 Noviembre 2011 - Ciclo “A” Bs.F. 13.00 El Misal mensual es editado por San Pablo Ediciones de Venezuela Director: Ángel Vagnoni, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Sub-Director: Martino Maccapani, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinación: July Zambrano Comentarios: Antonio Danoz, Redentorista Portada: Adrián Rodríguez Ilustraciones de los domingos: Hna. Teresa Castaño Corrección: July Zambrano Diagramación: Dora González Distribución: Telf: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 Fax: 963.68.52 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve familiacristiana@sanpablo.org.ve Administración: Apartado de Correos 14.034 de Candelaria Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax: 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Web site: http//www.sanpablo.org.ve Depósito Legal: pp 92-0517

CON LA APROBACIÓN ECLESIÁSTICA Nihil Obstat S.E. Manuel Felipe Díaz Sánchez, Arzobispo de Calabozo. Presidente de la Comisión de Liturgia de la C.E.V. Calabozo, 6 de Julio de 2011 Imprimatur S.E. Card. Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas Caracas, 15 de Julio de 2011

PUNTOS DE VENTA DEL “PAN DIARIO DE LA PALABRA” Pedidos al Mayor: San Pablo Distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: 963.68.52 E-mail: distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve

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Calendario Litúrgico - Noviembre 2011 - Ciclo “A” 1 Martes, Todos los Santos, S - Ap 7, 2-4.9-14; Sal 23; 1Jn 3,1-3; Mt 5,1-12. 2 Miércoles, Conm. de Todos los Fieles Difuntos - Sab 3,1-9; Sal 26; 1Jn 3,14-16; Mt 25,31-46. 3 Jueves, San Martín de Porres, Religioso, M - Rom 14,7-12; Sal 26; Lc 15,110. 4 Viernes, San Carlos Borromeo, Obispo, M - Rom 15,14-21; Sal 97; Lc 16,1-8. 5 Sábado, Feria o Memoria de Sta. Mª en sábado - Rom 16,3-9.16.22-27; Sal 144; Lc 16,9-15. 6 Domingo XXXII del Tiempo Ordinario /A - Sab 6,12-16; Sal 62; 1Tes 4,1318; Mt 25,1-13 - L.H.: 4ª Semana del Salterio. 7 Lunes, Feria, XXXII Sem. del Tpo. Ord. - Sab 1,1-7; Sal 138; Lc 17,1-6. 8 Martes, Feria, XXXII Sem. del Tpo. Ord. - Sab 2,23-3,9; Sal 33; Lc 17,7-10. 9 Miércoles, Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, F - Ez 47,1-2.89.12; Sal 45; Jn 2,13-22. 10 Jueves, San León Magno, Papa, M Sab 7,22–8,1; Sal 118; Lc 17,20-25. 11 Viernes, San Martín de Tours, Obispo, M - Sab 13,1-9; Sal 18; Lc 17,26-37. 12 Sábado, San Josafat, Obispo y Mártir, M - Sab 18,14-16;19,6-9; Sal 104; Lc 18,1-8. 13 Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario /A - Prov 31,10-13.19-20.30-31; Sal 127; 1Tes 5,1-6; Mt 25,14-30 - L.H.: 1ª Semana del Salterio. 14 Lunes, Feria, XXXIII Sem. del Tpo. Ord. - 1Mac 1,10-15.41-43.54-57.62-64; Sal 118; Lc 18,35-43. 15 Martes, Feria o Memoria de San Alberto Magno, Obispo y Doctor de la Igl. - 2Mac 6,18-31; Sal 3; Lc 19,1-10. 16 Miércoles, Feria o Memoria de Santa Gertrudis, Virgen - 2Mac 7,1.20-31; Sal 16; Lc 19,11-28.

17 Jueves, Santa Isabel de Hungría, Religiosa, M - 1Mac 2,15-29; Sal 49; Lc 19,41-44. 18 Viernes, Feria o Memoria de la Dedic. de las Basílicas de San Pedro y San Pablo - 1Mac 4,36-37.52-59; Sal (1Cró 29); Lc 19,45-48 - Hoy se celebra la fiesta de Ntra. Sra. de la Chiquinquirá. 19 Sábado, Feria o Memoria de Sta. María en sábado - 1Mac 6,1-13; Sal 9; Lc 20,27-40. 20 Domingo, Jesucristo, Rey del Universo, S - Ez 34,11-12.15-17; Sal 22; 1Cor 15,20-26.28; Mt 25,31-46 - L.H.: Propia - Apostolado Seglar. 21 Lunes, Presentación de la Stma. Virgen María, M - Dn 1,1-6.8-20; Sal (Dn 3); Lc 21,1-4. 22 Martes, Santa Cecilia, Virgen y Mártir, M - Dn 2,31-45; Sal (Dn 3); Lc 21,5-11. 23 Miércoles, Feria o Memoria de San Clemente I, Papa y Mártir - Dn 5,1-6. 13-14.16-17.23-38; Sal (Dn 3); Lc 21,1219. 24 Jueves, San Andrés Dung Lac y Compañeros Mártires, M - Dn 6,12-28; Sal (Dn 3); Lc 21,20-28. 25 Viernes, Feria o Memoria de Santa Catalina de Alejandría, Virgen y Mártir - Dn 7,2-14; Sal (Dn 3); Lc 21,29-33. 26 Sábado, Feria o Memoria del Beato Santiago Alberione - Dn 7,15-27; Sal (Dn 3); Lc 21,34-36. Inicio del Tiempo de Adviento - Ciclo “B” 27 Domingo I de Adviento /B - Is 63,1617.19;64,2-7; Sal 79; 1Co 1,3-9; Mc 13,33-37 - L.H.: 1ª Semana del Salterio. 28 Lunes, Feria, I Semana de Adviento - Is 2,1-5; Sal 121; Mt 8,5-11. 29 Martes, Feria, I Semana de Adviento - Is 11,1-10; Sal 71; Lc 10,21-24. 30 Miércoles, San Andrés, Apósto, F Rom 10,9-18; Sal 18; Mt 4,18-22.


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Abreviaturas Libros Bíblicos Abd(ías) Ag(eo) Am(os) Ap(ocalipsis) Ba(ruc) C a n t (a r d e l o s cants.) Col(osenses) 1ª Cor(intios) 2ª Cor(intios) 1Cró(nicas) 2Cró(nicas) Dn(Daniel) Deut(eronomio) Ecl(eciastés) Ef(esios) Esd(ras) Est(er) Éx(odo) Ez(equiel) Fil(ipenses) Filem(ón) Gál(atas) Gén(esis) Hab(acuq) He(chos) Heb(reos) Is(aías) Jb(ob) Jue(ces) Jds(Judas) Jdt(Judit) Jer(emías) Jl(Joel) Jn(Juan) 1Jn (1Juan) 2Jn (2 Juan)

3Jn (3 Juan) Jon(ás) Jos(ué) Lam(entaciones) Lu(Lucas) Lev(ítico) 1Mac(abeos) 2Mac(abeos) Mal(aquías) Mc(Marcos) Miq(ueas) Mt(Mateo) Nah(úm) Neh(emías) Núm(eros) Os(eas) 1Pe(dro) 2Pe(dro) Prov(erbios) Rom(anos) Rut (Rut) 1Re(yes) 2Re(yes) Sab(iduría) Sal(mos) Sir(ácides) Sof(onías) Stgo(Santiago) 1Sam(uel) 2Sam(uel) Ti(to) Tob(ías) 1Tes(alonicenses) 2Tes(alonicenses) 1Tim(oteo) 2Tim(oteo) Za(carías)

Indicaciones para el Año Litúrgico El año litúrgico 2011-2012, comenzó con las primeras vísperas del sábado 26 de noviembre de 2011; se sigue: - el Ciclo Dominical y festivo “B”, - el Ciclo Ferial, Año impar. Grado de la celebración Cada día es indicado el grado de la celebración con las siglas: S= Solemnidad F= Fiesta M = Memoria ML = Memoria Libre Liturgia de las horas La liturgia de las horas se indica: I Sem. (II, III, IV del Salterio) P = Liturgia de las horas es propia Colores litúrgicos En cuanto a los colores litúrgicos tener presente lo siguiente: - el Verde (expresa: esperanza y constancia) se utiliza durante el tiempo ordinario; - el Blanco (significa: resurrección, pureza y alegría) se utiliza en la fiestas del Señor, de la Virgen, de los santos con excepción de los mártires, durante la cincuentena pascual y el tiempo de Navidad. - el Rojo (indica: amor, sacrificio y martirio) se utiliza en el Domingo de Ramos, Viernes Santo, domingo de Pentecostés y las fiestas de los santos mártires. - el Morado (significa: penitencia y conversión) se utiliza en tiempo de Adviento y Cuaresma, y el día de los Fieles Difuntos.

Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Noviembre 2011 Generales: Por las Iglesias católicas orientales, para que su venerable tradición sea reconocida y estimada como riqueza espiritual por toda la Iglesia. Misionales: Para que el continente africano encuentre en Cristo la fuerza para realizar el camino de reconciliación y justicia señalado por el segundo Sínodo de los Obispos de África.


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ORDINARIO DE LA MISA I. Ritos Iniciales

1.1 SALUDO S. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. A. Amén. S. El Señor esté con ustedes. (Tiempo Ordinario) S. El Señor, que viene a salvarnos, esté con ustedes. (Tiempo de Adviento) El pueblo responde con una de las siguientes fórmulas

1. Y con tu espíritu. 2. Bendito seas por siempre Señor. 3. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. 1.2 ACTO PENITENCIAL S. Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. o bien

El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. Breve silencio

S. Yo confieso… A. …ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. S. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. A. Amén. Invocaciones (Tiempo Ordinario)

S. Tú que eres el camino que conduce al Padre: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. S. Tú que eres la verdad que ilumina los pueblos: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad. S. Tú que eres la vida que renueva el mundo: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.


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(Tiempo de Adviento)

S. Tú que viniste al mundo para salvarnos: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. S. Tú que que nos visitas continuamente con la gracia de tu Espíritu: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad. S. Tú que vendrás un día a juzgar nuestras obras: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. Luego, si la Liturgia del día lo prescribe, se canta o se dice el Gloria

1.3 HIMNO Durante el Adviento y Cuaresma no se dice el gloria S. Gloria a Dios en el cielo,… A. … y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. 1.4 ORACIÓN COLECTA Breve silencio, durante el cual cada uno ofrece sus intenciones personales al Señor. Después el celebrante ofrece la oración de la comunidad a Dios Padre, por la intercesión de Jesucristo y todos contestan.

A. Amén.

II. Liturgia de la Palabra 2.1 PRIMERA LECTURA Se toma de la Historia del Pueblo de Israel, Antiguo Testamento, o de los escritos de los apóstoles Al final de la lectura

L. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor. Se proclama el salmo y el pueblo intercala la respuesta. Si hay segunda lectura se lee como la primera. Sigue la aclamación antes del Evangelio o Aleluya.


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Ordinario de la Misa / Liturgia de la Palabra

2.2 EVANGELIO Evangelio quiere decir: “Buena noticia”. En efecto, narra algún aspecto de la vida o de las enseñanzas de Jesucristo

S. El Señor esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. Lectura del santo Evangelio según… A. Gloria a ti, Señor. Al final de la lectura

S. Palabra del Señor. A. Gloria a ti, Señor Jesús. 2.3 PROFESIÓN DE FE Es un resumen de la doctrina católica. Se canta o recita los domingos y solemnidades Credo de los Apóstoles

S. Creo en Dios,… A. … Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. Símbolo niceno-constantinopolitano

S. Creo en un solo Dios,… A. … Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo


Ordinario de la Misa / Liturgia Eucarística / Prefacios

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en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. 2.4 ORACIÓN DE LOS FIELES El sacerdote invita a los fieles a orar. Una persona lee las intenciones y el pueblo contesta

A. Te lo pedimos, Señor. El sacerdote culmina con una oración y los fieles contestan: Amén

III. Liturgia Eucarística 3.1. PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS Se llevan al altar el pan y el vino

S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. A. Bendito seas por siempre, Señor. S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. A. Bendito seas por siempre, Señor. 3.2. OREN HERMANOS S. Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. o bien

En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos a Dios, Padre todopoderoso. o bien

Oren, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso. A. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.


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Ordinario de la Misa / Prefacios

3.3. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS El celebrante dice la oración en nombre de la asamblea y el pueblo contesta: Amén

3.4. PREFACIOS Prefacio Dominical V S. El Señor esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. A. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A. Es justo y necesario. S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque creaste el universo con todo cuanto contiene; determinaste el ciclo de las estaciones; y formaste al hombre a tu imagen y semejanza: porque lo hiciste dueño de un mundo portentoso, para que en tu nombre dominara la creación entera y, al contemplar la grandeza de tus obras, en todo momento te alabara. Por Cristo nuestro Señor. A quien cantan los cielos y la tierra, los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Prefacio de la Santísima Virgen María IV S. En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Te alabamos y te bendecimos, por Jesucristo, tu Hijo, en esta fiesta (memoria) de la bienaventurada Virgen María. Ella, como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón; admirablemente unida al misterio de la redención, perseveró con los apóstoles en la plegaria, mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en nuestro camino como signo de consuelo y de firme esperanza. Por este don de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, te entonamos nuestro canto y proclamamos tu alabanza: A Santo, Santo, Santo… Prefacio de los Santos I S. En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona


Ordinario de la Misa / Prefacios / Plegaria Eucarística II

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inmortal de la gloria. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de los Santos Mártires S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre del glorioso mártir san N., derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de Santos Pastores S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san N., para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar: A Santo, Santo, Santo… Prefacio de Santas Vírgenes y Santos Religiosos S. En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de Difuntos V S. En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Pues, si morimos por haberlo merecido, es obra de tu misericordia y de tu gracia el que seamos llamados a la vida con Cristo. Por el pecado morimos, mas, por la victoria de tu Hijo, fuimos redimidos. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros te proclamamos en la tierra, diciendo sin cesar: A Santo, Santo, Santo…


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Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística II

3.5 PLEGARIA EUCARÍSTICA II S. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo: A. Santo, Santo, Santo… S. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo + y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS”. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: “TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”. Luego el celebrante dice una de las siguientes fórmulas

a. S. Éste es el sacramento de nuestra fe. o bien

S. Éste es el Misterio de la fe. Y el pueblo responde:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven, Señor Jesús! o bien

b. S. Aclamen el Misterio de la redención.


Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística II / Plegaria Eucarística III

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Y el pueblo responde:

Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas. o bien

c. S. Cristo se entregó por nosotros. Y el pueblo responde:

Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa Benedicto XVI, con nuestro Obispo N. y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

En la misa por los difuntos

Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia; concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.


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Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística III

Por Cristo, con él y en él, a ti. Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. A. Amén. Después sigue el rito de la comunión, pág. 14

3.6 PLEGARIA EUCARÍSTICA III S. Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que sean Cuerpo y + Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios. Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Luego el celebrante dice una de las siguientes fórmulas:

S. Éste es el Sacramento de nuestra fe. Y el pueblo responde:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! o bien

S. Aclamen el Misterio de la redención. Y el pueblo responde:

Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas. o bien


Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística III

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S. Cristo se entregó por nosotros. Y el pueblo responde:

Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. S. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo. Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu. Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires (san N.: Santo del día o patrono) y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda. Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa Benedicto XVI, a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia. En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el domingo, día en que Cristo, ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. + A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. Cuando esta Plegaria se utiliza en las misas de difuntos, puede decirse

+ Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia: concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección, cuando Cristo haga resurgir de la tierra a los muertos, y transforme nuestro cuer-


Ordinario de la Misa / Rito de Comunión

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po frágil en cuerpo glorioso como el suyo. Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque, al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas. Junta las manos

Por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. A. Amén. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. A. Amén. IV. Rito de la Comunión 4.1 ORACIÓN DEL SEÑOR S. Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. S. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. A. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. 4.2 RITO DE LA PAZ Después el sacerdote con las manos extendidas, dice:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. A. Amén. Si el sacerdote lo juzga oportuno, dice:

Dense fraternalmente la paz. Según la costumbre del lugar, se dan la paz


Ordinario de la Misa / Rito de Comunión / Rito de Despedida

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4.3 FRACCIÓN DEL PAN Mientras el sacerdote hace la fracción de la hostia, se canta o se dice

A. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti. 4.4 COMUNIÓN S. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. A. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. S. El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna. A. Amén. 4.5 ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN S. Oremos. El sacerdote dice la oración y al final el pueblo aclama: Amén

V. Rito de Despedida S. El Señor, esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. A. Amén. 5.1 DESPEDIDA S. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. A. Demos gracias a Dios.


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Liturgia del mes de Noviembre 2011

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de Noviembre - Martes,

Todos los Santos, S Color litúrgico: Blanco

EL CAMINO DE LA VERDADERA FELICIDAD Memoria de los fieles seguidores del Cordero El Apocalipsis ofrece una visión grandiosa de la asamblea de los elegidos, que han culminado su carrera terrena y participan de la gloria del Cordero, que ha sido inmolado. Después de la resurrección, Jesús se sienta al lado de Dios, revestido de “la gloria que recibe del Padre como Hijo único” (Jn 1,14). A los bienaventurados marcados con “el sello del Dios vivo” (Ap 7,2), procedentes de las doce tribus de Israel, se une la enorme multitud de los salvados, que nadie puede contar, procedentes de todo pueblo, “Esos son los que vienen de la gran perse- raza, lengua y nación. A la hora cución; han lavado y blanqueado sus vesti- de identificarlos, el autor escribe: dos con la sangre del Cordero” (Ap 7,14) “Éstos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero” (Ap 7,14). Esta gran muchedumbre son aquellos que “han sido rescatados de la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero. Son intachables, en su boca no hubo mentira” (Ap 14,4-5). No se han contaminado con la infidelidad y con la idolatría. A lo largo de todo ciclo litúrgico, “La Iglesia hace memoria de los mártires y de los demás santos, que llegados a la perfección por la multiforme gracia de Dios…, cantan la perfecta alabanza de Dios en el cielo e interceden por nosotros” (SC 104). Unos, dieron el máximo testimonio de Jesús y de la Buena Noticia, derramando su sangre. Otros, encarnaron el mensaje de Jesús en su propia vida de forma extraordinaria. Hacemos memoria hoy de todos ellos en una única solemnidad. La Buena Noticia de la felicidad que propone Jesús Mateo presenta a Jesús en lo alto de un monte, como un nuevo Moisés, que anuncia al mundo la Buena Noticia de la felicidad y las claves para conseguirla. Es el primer gran discurso de Jesús, que ofrece este evangelio. El discurso se abre con una gran propuesta, que revela el sentido profundo


1 de Noviembre - Martes, Todos los Santos, S

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de la Buena Noticia que Jesús ofrece a toda la humanidad. No amenaza, no condena, sino que propone. La gran propuesta es: sean felices. Hasta nueve veces pronuncia la palabra “Felices”. Quizá los discípulos de hoy, anunciadores de esta Buena Noticia, no hemos profundizado bastante en el contenido fundamental de la predicación de Jesús, que aparece ya en este primer discurso. Si no lo hemos asimilado, nos resulta muy difícil saber transmitir la gran novedad que aporta esta propuesta de Jesús a los hombres y mujeres de nuestro mundo. El terreno lo tenemos bien abonado. Los hombres y las mujeres de hoy, como los de todos los tiempos, tienen hambre de felicidad. La buscan con gran pasión en las ofertas de todo tipo que la sociedad les brinda. Con demasiada frecuencia nos encontramos con multitud de personas, que buscaron con ilusión, y fracasaron en el intento. Sobre los discípulos de Jesús pesa una gran responsabilidad: hacer llegar a todos la propuesta de felicidad de Jesús. Ocho propuestas que ofrece Jesús para ser felices Nos han llegado dos versiones de las “bienaventuranzas”. Una es la de Lucas, que es más breve, y su peculiar enfoque. La otra es la de Mateo, que hemos proclamado. En la versión de Mateo, Jesús hace ocho propuestas para alcanzar la felicidad. Estas propuestas las podemos agrupar en tres grupos. El primer grupo lo forman personas que son víctimas de una sociedad inhumana e injusta. Tienen rostro y nombre: los pobres, los que lloran, los sufridos, los hambrientos de justicia. A todos ellos la sociedad les vuelve la espalda. A muchos de ellos los cruzamos en las calles, en las aceras, tendiendo la mano al que pasa. En las barriadas de las grandes y pequeñas ciudades, donde carecen de los servicios más elementales. Por todas partes, encontramos personas que tienen más hambre de que se les haga justicia, que de pan. La mayor “malaventuranza” que los acompaña es la utilización grosera que se hace de estas personas, para crecer económicamente y para conquistar o mantenerse en el poder. A través de toda la Biblia, Dios aparece como su gran defensor. Apuesta por ellos para que sean felices. El segundo grupo lo forman personas, que construyen su felicidad desde un compromiso activo y generoso. Son los que practican la misericordia, los de manos y conciencia limpias, los constructores de paz. El tercer grupo, tiene que pagar un precio elevado para conquistar la felicidad: son los perseguidos, por defender causas justas, por proteger a las víctimas de las injusticias; por seguir a Jesús, y jugarse la vida en defensa de los más maltratados y olvidados por la sociedad. Testigos de la Buena Noticia de la felicidad Los discípulos de Jesús tenemos un doble compromiso con los hombres y mujeres de nuestro tiempo. El primero: Hacerles llegar la propuesta de felicidad que Jesús anuncia en el discurso sobre el monte. Esta Buena Noticia es para todos, buenos y malos, ricos y pobres, para justos e injustos. Es un llamado a una conversión profunda. No se trata de una felicidad egoísta. Pensar solamente en la propia felicidad. La conversión significa preocuparnos porque todos sean felices; especialmente los “malaventurados”, que no pueden disfrutar de los bienes a que tienen derecho.


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El segundo compromiso: Ser testigos vivientes de la felicidad evangélica que Jesús proclama. Tenemos que preguntarnos: ¿Los discípulos de Jesús transmitimos esta felicidad que Jesús anuncia? Recordemos la frase tantas veces citada de F. Nietzsche: “Para que yo creyese en su Redentor tendrán que cantar otras canciones, y sus discípulos tendrán que parecer más redimidos”. En este caso: más felices. La fiesta de hoy: Todos los Santos En el siglo VIII, tenemos testimonios de la celebración de esta fiesta el 1 de noviembre. Se habla de la “asamblea festiva de los santos”. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Alegrémonos en el Señor al celebrar la solemnidad de Todos los Santos, por la cual se alegran los ángeles y alaban al Hijo de Dios. 2. Oración colecta Dios omnipotente y eterno, que otorgas a tu Iglesia la alegría de celebrar, en esta solemnidad, los méritos y la gloria de todos los santos, concede a tu pueblo, por intercesión de todos estos hermanos nuestros, la abundancia de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Ap 7,2-4.9-14)

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan Yo, Juan, vi a un ángel que venía del oriente. Traía consigo el sello del Dios vivo y gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar. Les dijo: “¡No hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que terminemos de marcar con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios!” Y pude oír el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil, procedentes de todas las tribus de Israel.

Vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: “La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero”. Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, diciendo: “Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios”. Entonces uno de los ancianos me preguntó: “¿Quiénes son y de dónde han venido los que llevan la túnica blanca?” Yo le respondí: “Señor mío, tú eres quien lo sabe”. Entonces él me dijo: “Son los que han pasado por la gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


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4. Salmo responsorial R Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor. L Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos /R L ¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso /R L Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob /R (Sal 23). 5. 2ª Lectura (1Jn 3,1-3)

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él. Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tenga puesta en Dios esta esperanza, se purifica a sí mismo para ser tan puro como él. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Vengan a mí

todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré, dice el Señor. R Aleluya (Mt 11,28).

7. Evangelio (Mt 5,1-12)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Hacemos memoria de aquellos que tomaron en serio la palabra de Jesús: “Sean santos, como el Padre del cielo es santo. A Haznos santos, Señor, como tú eres santo.


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L Hoy celebramos la multitud de discípulos, que superando los obstáculos, se mantuvieron fieles a Dios. Para que sigamos con fidelidad a Jesús por el camino de la santidad: Oremos al Señor. A Haznos santos, Señor, como tú eres santo. L Por esta sociedad, que persigue a profetas y condena a inocentes. Para que emprenda el camino de la justicia, de la solidaridad y del respeto a la persona, que es imagen de Dios: Oremos al Señor. A Haznos santos, Señor, como tú eres santo. L Jesús fue proclamado: “El Santo de Dios”. Para que reproduzcamos en nosotros la imagen de su santidad, practicando el amor a los pobres y siendo misericordiosos: Oremos al Señor. A Haznos santos, Señor, como tú eres santo. (Intenciones libres) S Concédenos, Señor, ser testigos de tu santidad en medio de los hombres y mujeres del mundo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte al celebrar hoy la fiesta de todos aquellos que gozan ya de tu vida inmortal, y concédenos experimentar siempre su protección y su ayuda en nuestro camino hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Prefacio S El Señor esté con ustedes. A Y con tu espíritu. S Levantemos el corazón.

1 de Noviembre - Martes, Todos los Santos, S

A Lo tenemos levantado hacia el Señor. S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A Es justo y necesario. S En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque hoy nos concedes celebrar la gloria de Todos los Santos, asamblea de la Jerusalén celestial que eternamente te alaba. Hacia ella, peregrinos en la tierra, nos encaminamos alegres, guiados por la fe y animados por la gloria de nuestros hermanos; en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad. Por eso, unidos a los santos y a los coros de los ángeles, te glorificamos y cantamos, diciendo: Santo, Santo, Santo… 11. Antífona de la comunión Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos (Mt 5,8-10). 12. Oración después de la comunión Dios nuestro, fuente única de toda santidad y admirable en todos tus santos, haz que este sacramento nos encienda en el fuego de tu amor y nos prepare para la alegría de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


2 de Noviembre - Miércoles, Conmemoración de todos los Fieles Difuntos

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Vas por el camino de las bienaventuranzas?

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de Noviembre - Miércoles,

Conmemoración de todos los Fieles Difuntos Color litúrgico: Morado

Una conmemoración con sentido pascual En la conmemoración de los difuntos nos encontramos con dos sentimientos profundamente enraizados en la persona creyente. Por una parte, hay que contar con el contexto antropológico, social y cultural. La pérdida de un ser querido afecta profundamente a toda persona con un mínimo de sensibilidad y de Vegan, benditos de mi Padre, tomen posesión del humanidad. Por lo geneReino preparado para ustedes (Mt 22,40) ral, lloramos la pérdida de los seres que amamos. Las lágrimas son un signo expresivo del amor. Por otra parte, el discípulo de Jesús vive el hecho de la muerte desde la perspectiva de la fe en Jesús muerto y resucitado. El concilio Vaticano II nos invita a contemplar y vivir la muerte de los hermanos con un sentido pascual: “La liturgia de los difuntos debe expresar más claramente el carácter pascual de la muerte cristiana” (SC 81). Con esta orientación, el concilio ha cambiado casi radicalmente de perspectiva. Del lamento por el sentido trágico de la muerte, hemos pasado a contemplar la muerte de todo discípulo de Jesús con esperanza, como un paso a la vida compartida con Jesús resucitado. La vida de los justos está en manos de Dios El libro de la Sabiduría, considerado como el último escrito del antigua testamento, es el primero que habla con claridad de la esperanza bienaventurada que acompañará a los justos. El autor nos presenta dos visiones distintas ante la muerte. La primera está representada por aquellos que piensan que con la muerte todo se ha acabado. Consideran la muerte como una desgracia y el destino final de ser humano como una destrucción.


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2 de Noviembre - Miércoles, Conmemoración de todos los Fieles Difuntos

La visión del autor es muy distinta. Empieza con una confesión de fe de gran transcendencia: “La vida de los justos está en las manos de Dios” (Sab 2,1). Mientras peregrinan por la vida, y también cuando esta peregrinación ha terminado. El sufrimiento forma parte de la existencia del ser humano. Hay quien lo considera como un castigo. La visión del autor es muy distinta: se trata de un elemento purificador, de una oportunidad de expresar a Dios nuestra fidelidad inquebrantable. Dios recibió a los justos como una ofrenda, brillan como una antorcha, disfrutan de la paz de Dios. Quien cree en mí, aunque muera vivirá Los discípulos tenemos una palabra de Jesús, que elimina toda duda sobre la muerte: “Yo soy resurrección y vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá; y quien vive y cree en mí no morirá para siempre” (Jn 11,25). Estas palabras las pronuncia Jesús momentos antes de devolver a la vida a su amigo Lázaro. Este hecho es un signo maravilloso, que viene a confirmar sus palabras. Jesús, que vive resucitado, es la garantía de nuestra resurrección. Él resucitó el primero, abriendo el camino de la resurrección para sus discípulos. “Así como llevamos la imagen del ser humano terreno, llevaremos también la del celeste” (1Co 15,49), que es Jesús resucitado. No perdamos de vista el sentido pascual de la muerte de los discípulos, cuando hacemos memoria de los difuntos, como hoy; y cuando celebramos los funerales por la muerte de algún hermano o hermana de la comunidad. “No podemos dejarnos dominar por la tristeza, como los demás que no tienen esperanza” (1Tes 4,13). Es una bella oportunidad para revelar ante el mundo, que somos discípulos de Jesús resucitado. La muerte, para el discípulo, como para Jesús, es una “Pascua”: el “paso” del mundo al Padre. Vengan a poseer el reino que el Padre ha preparado Mateo remata la narración de la proclamación de la Buena Noticia del reino, que realizó por pueblos y ciudades, con una gran parábola. Nos invita a colocarnos en el final de la historia. Jesús resucitado se presenta para el cierre definitivo. En el gran escenario creado por Mateo, a un lado se colocan los “malditos” del Padre. Al otro, los que Jesús llama “benditos de mi Padre”. No presenta más que un único criterio para establecer la división y el destino: el amor. Jesús había dicho: “De él pende la ley entera y los profetas” (Mt 22,40). El amor ha de tener una opción fundamental: los hambrientos, los sedientos, los emigrantes, los desnudos, los enfermos, los encarcelados. Éstos eran los “pobres” de su tiempo. Todos ellos lo siguen siendo después de más de veinte siglos. A éstos les dice Jesús: “Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del reino preparado para ustedes” (Mt 25,34). Para ellos ya “no habrá muerte, ni pena, ni llanto, ni dolor. La creación con todos los invitados, celebrará la liturgia sin término del gran banquete de las bodas del Cordero (Ap 21,4; 19,7). La Conmemoración de los difuntos San Agustín alaba la costumbre de orar por los difuntos incluso fuera de sus aniversarios. A la muerte de su madre, se cantaron salmos y se celebró la


2 de Noviembre - Miércoles, Conmemoración de todos los Fieles Difuntos

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eucaristía. Cumplió con lo que su Madre le encomendó: “Solo les pido que dondequiera que estén se acuerden de mí ante el altar del Señor” (Confesiones, Lib. IX) En el siglo IX existía la costumbre monástica de consagrar un día de oración por los difuntos. Benedicto XV es quien extiende su celebración a la Iglesia universal. En 1969 se le da un sentido explícitamente pascual, reflejado en la elección de los textos litúrgicos. Desde muy antiguo, en cada celebración de la eucaristía, se incluye en la Plegaria eucarística la oración por los difuntos. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios llevará con él a los que mueren en Jesús. Y así como todos han muerto en Adán, así también todos revivirán en Cristo (1Tes 4,14; 1Co 15,22). 2. Oración colecta Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que, al proclamar nuestra fe en la resurrección de tu Hijo, se avive también nuestra esperanza en la resurrección de nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Sab 3,1-9)

Lectura del libro de la Sabiduría Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como

oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable. En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Espero ver la bondad del Señor. L El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? /R L Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia /R L Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión. El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No rechaces con cólera a tu siervo /R L La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor


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2 de Noviembre - Miércoles, Conmemoración de todos los Fieles Difuntos

y fortaleza y en el Señor confía /R (Sal 26).

5. 2ª Lectura (1Jn 3,14-16)

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan Hermanos: Nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna. Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. R Aleluya (Mt 25,34). 7. Evangelio (Mt 25,31-46)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y

pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá.: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’. Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’. Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.


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3 de Noviembre - Jueves, S. Martín de Porres

8. Oración de los fieles S Al conmemorar hoy a los hermanos que han pasado ya al encuentro con Dios, oramos, para que los acoja en su gloria y en su paz. A A los que amas, Señor, concédeles la resurrección y la vida. L Jesús dijo: “A los que creen en mí, yo los resucitaré en el último día”. Para que el Señor haga partícipes de su resurrección a nuestros hermanos difuntos: Oremos al Señor. A A los que amas, Señor, concédeles la resurrección y la vida. L Muchos siembran el dolor y la muerte en nuestra tierra. Para que el Dios de la vida triunfe sobre la muerte, concediendo vida eterna a los que salvó por la muerte y resurrección de Jesús: Oremos al Señor. A A los que amas, Señor, concédeles la resurrección y la vida. L Como signo de amor fraterno, oremos por los difuntos, especialmente por aquellos de los cuales nadie se acuerda, para que Dios los introduzca en la asamblea de los santos: Oremos al Señor. A A los que amas, Señor, concédeles la resurrección y la vida. (Intenciones libres) S Fortalece, oh Dios, nuestra fe y nuestra esperanza, para que po-

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damos participar de la gloria que tienes reservada a los que mueren en el Señor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te ofrecemos en este sacramento de amor que nos une a Cristo, tu Hijo, y recibe a nuestros hermanos difuntos en la gloria de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá y el que vive y cree en mí, no morirá para siempre (Jn 11,25-26).

11. Oración después de la comunión Por este memorial de la muerte y resurrección de Cristo que hemos celebrado, concede, Señor, a nuestros hermanos difuntos, gozar de la paz eterna de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Oras por todos tus familiares difuntos?

de Noviembre - Jueves,

San Martín de Porres, Religioso, M Color litúrgico: Blanco

Si vivimos, vivimos para el Señor Pablo revela a la comunidad de Roma, que lo verdaderamente importante para un discípulo es el Señor: sea que esté vivo, sea que muera, ha de considerarse


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siempre del Señor: “Para eso murió Cristo y resucitó: para ser Señor de vivos y de muertos” (Rom 14,9). La formulación de esta confesión de fe, la recoge el apóstol de un himno litúrgico que se utilizaba en la comunidad. Jesús ejerce su señorío siempre: en la vida y en la muerte. El discípulo, unido a Cristo por el bautismo, en todo vive para Cristo. La vida y la muerte han de ser asumidas con plena actitud servicial: somos los siervos de este gran Señor. Se sirve Pablo de un texto de Isaías, para hacer valer el señorío de Jesús: “Ante mí se doblará toda rodilla, toda boca confesará a Dios” (Is 45,23). Cada uno de nosotros tendremos que rendir cuentas ante Dios, de cómo hemos realizado el servicio a los hermanos. Dios no nos ha constituido señores para someterlos a juicio o para faltarles al respeto. A semejanza de Jesús, hemos de hacernos sus servidores. No podemos vivir para nosotros mismos de forma egoísta. Hagan fiesta conmigo En el viaje que está realizando hacia Jerusalén, Lucas presenta a Jesús como un maestro. Los fariseos y los maestros de la ley lo acusan de relacionarse con recaudadores de impuestos y con pecadores y de comer con ellos. Jesús responde con las llamadas “parábolas de la misericordia”. Hoy nos fijamos en las dos primeras. En las tres parábolas existen dos palabras que se repiten: “Alégrense” y “hacer fiesta”. En la primera, quien experimenta la alegría es el pastor, por haber encontrado sana y salva la oveja que se le había extraviado. En la segunda, es la mujer la que invita a sus vecinas a alegrarse con ella, por haber hallado la moneda valiosa que había perdido. En la última, es el padre de familia quien invita a la alegría, y organiza una fiesta y un espléndido banquete, por haber recobrado al hijo, que daba por perdido. En las dos parábolas de hoy existe, además, un elemento importante. La alegría es fruto de un esfuerzo personal. La oveja regresa al redil, porque el pastor se fue en su busca y se la trajo sobre los hombros. La mujer encuentra la moneda valiosa, porque revolvió toda la casa con su lámpara en la mano. De las realidades terrenas, Jesús nos invita a dar un salto cualitativo, y nos introduce en el cielo. Allí, en la casa del Padre de todos, también hay alegría y se organiza una fiesta, cuando un pecador que necesita conversión se arrepiente. Las dos parábolas nos invitan a convertirnos en pastores solícitos y en mujeres inquietas, para buscar a los hermanos y hermanas que andan extraviados. Démosle una alegría al Padre del cielo, reintegrándolos al redil. Y todos juntos hagamos una fiesta. El santo de hoy: San Martín de Porres (1579-1639) Nace en Lima (Perú). Su padre era español y su madre de origen africano, nacida en Panamá. Su condición de mulato le acarreó no pocas humillaciones. Su vida transcurrió bajo los cuidados de su madre. Al cumplir 15 años ingresó en la orden de los Dominicos, donde profesa como hermano laico. San Martín de Se dedicó con gran entrega a cuidar enfermos, sirviéndose Porres


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de los conocimientos médicos que había adquirido. Llevó una vida austera, dedicándose con asiduidad a la oración. Se distinguió por su humildad y sencillez. Fue canonizado el 6 de mayo de 1962 por Juan XXIII. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa (Sal 15,5-6). 2. Oración colecta Señor, Dios nuestro, que condujiste a san Martín de Porres a la gloria celestial por un camino de trabajos humildes e ignorados, concédenos imitar sus ejemplos para que gocemos de tu vida en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Rom 14,7-12)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos. Pero tú, ¿por qué juzgas mal a tu hermano? ¿Por qué lo desprecias? Todos vamos a comparecer ante el tribunal de Dios. Como dice la Escritura: Juro por mí mismo, dice el Señor, que todos doblarán la rodilla ante mí y todos reconocerán públicamente que yo soy Dios. En resumen: cada uno de nosotros

tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El Señor es mi luz y mi salvación. L El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? /R L Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia /R L La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía /R (Sal 26).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré, dice el Señor. R Aleluya (Mt 11,28).

6. Evangelio (Lc 15,1-10)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:


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“Éste recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse. ¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor.

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7. Oración sobre las ofrendas Dios misericordioso, que transformaste a san Martín de Porres, para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna (Mt 19,27-29). 9. Oración después de la comunión Dios omnipotente, que por medio de este sacramento nos comunicas la fuerza de tu Espíritu, haz que, a ejemplo de san Martín de Porres, te amemos sobre todas las cosas y vivamos siempre como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué hacemos, para recuperar a los hermanos que se han extraviado?

de Noviembre – Viernes,

San Carlos Borromeo, Obispo, M Color litúrgico: Blanco

He anunciado el Evangelio donde nadie lo había hecho Pablo se atreve a abrir el corazón a la comunidad de Roma en su carta, abusando un poco de que “están llenos de bondad”. Otro motivo es su conciencia de haber recibido de Dios “la gracia de ser ministro de Cristo Jesús para los paganos y sacerdote de la Buena Noticia de Dios” (Rom 15,15).


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Aunque lo confiese con mucha modestia, Pablo se siente orgulloso ante Dios, de que Cristo se haya servido de él para llevar, de palabra y de obra, la Buena Noticia a los paganos. Toda su obra apostólica y evangelizadora la ha podido realizar con la fuerza del Espíritu Santo, que se manifestó extraordinariamente generoso con él. A partir de su conversión, Pablo ha entregado la vida al anuncio de la Buena Noticia. Tiene como principio no construir sobre cimiento ajeno. En este sentido, hay algo que le honra: “Haber anunciado la Buena Noticia donde todavía no se había nombrado a Cristo” (Rom 15,20). Como quiere seguir su trayectoria de anunciar la Buena Noticia a los paganos, en tierras que no conocen a Jesús, revela a la comunidad de Roma su proyecto de visitarlos, cuando se dirija a predicar hasta en el último rincón de la tierra entonces conocida, que era España. Ojalá que nuestras comunidades mantengan vivo este espíritu apostólico de Pablo, para que nadie se vea privado de la Buena Noticia de la salvación. El administrador corrupto Seguramente nos extraña, que Jesús ponga a un administrador corrupto como modelo a sus discípulos, al final de la parábola. Evidentemente, Jesús no está aplaudiendo las técnicas de corrupción que utilizó. Tampoco los medios utilizados, para implicar a otros en su trama deshonesta e injusta. Dejando de lado las responsabilidades morales del administrador, Jesús nos invita a analizar el ingenio demostrado para conseguir sus fines. Esta forma de proceder nos cuestiona a nosotros sus discípulos, por lo torpes que somos, cuando se trata de un asunto de extraordinaria importancia, como es desarrollar nuestras dotes para que la justicia del reino de Dios se haga presente en el mundo. El final de la parábola encierra una denuncia dirigida a los que nos proclamamos discípulos de Jesús. Los que manejan los asuntos de este mundo, son más diligentes y más astutos en sus negocios, a veces inmorales, que los que nos proclamamos “hijos de la luz”. Para las cosas del reino de Dios, Jesús nos dice que tenemos que ser más astutos. El santo de hoy: San Carlos Borromeo (1538-1584) Nace en Arona (Italia) en el seno de una familia perteneciente a la nobleza. Era sobrino del papa Pío IV. En 1559 su tío lo hace cardenal. Fue ordenado sacerdote en 1563. Más tarde ocupó la sede episcopal de Milán. Colaboró con su tío en los trabajos del concilio de Trento. Terminado el concilio, realizó un gran esfuerzo para llevar a la práctica las decisiones conciliares. Fue un gran teólogo y un celoso pastor, entregado con gran celo al servicio de los fieles. San Carlos Prestó grandes servicios a la Iglesia. Borromeo P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios (Ez 34,11.23-24).


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2. Oración colecta Conserva, Señor, en tu pueblo el espíritu que animó a san Carlos Borromeo, a fin de que tu Iglesia, renovada sin cesar y cada vez más fiel al Evangelio, pueda mostrar al mundo el verdadero rostro de Cristo, que vive y reina contigo. 3. 1ª Lectura

(Rom 15,14-21)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: En lo personal estoy convencido de que ustedes están llenos de bondad y conocimientos para poder aconsejarse los unos a los otros. Sin embargo, les he escrito con cierto atrevimiento algunos pasajes para recordarles ciertas cosas que ya sabían. Lo he hecho autorizado por el don que he recibido de Dios de ser ministro sagrado de Cristo Jesús entre los paganos. Mi actividad sacerdotal consiste en predicar el Evangelio de Dios, a fin de que los paganos lleguen a ser una ofrenda agradable al Señor, santificada por el Espíritu Santo. Por lo tanto, en lo que se refiere al servicio de Dios, tengo de qué gloriarme en Cristo Jesús, pues no me atrevería a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por mi medio para la conversión de los paganos, valiéndose de mis palabras y acciones, con la fuerza de señales y prodigios y con el poder del Espíritu Santo. De esta manera he dado a conocer plenamente el Evangelio de Cristo por todas partes, desde Jerusalén hasta la región de Iliria. Pero he tenido mucho cuidado de no predicar en los lugares donde ya se conocía a Cristo, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros, de acuerdo con lo que dice la

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Escritura: Los que no habían tenido noticias de él, lo verán; y los que no habían oído de él, lo conocerán. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Que todos los pueblos aclamen al Señor. L Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria /R L El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel /R L La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor /R (Sal 97). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. En aquel que cumple la palabra de Cristo, el amor de Dios ha llegado a su plenitud. R Aleluya (1Jn 2,5). 6. Evangelio (Lc 16,1-8)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás admi-


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nistrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’. Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Éste respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’. El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira Señor, con bondad, los dones

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que te presentamos al conmemorar hoy a san Carlos Borromeo, pastor vigilante y modelo de santidad, y haz que este sacrificio produzca en nosotros frutos abundantes de vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure (Jn 15,16). 9. Oración después de la comunión Que esta sagrada Eucaristía nos comunique, Señor, la fuerza necesaria para ser, a ejemplo de san Carlos Borromeo, fieles servidores de la Iglesia y de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Empleas tu inteligencia, para trabajar en las cosas de Dios?

de Noviembre - Sábado,

Feria o Memoria de Sta. María en sábado Color litúrgico: Verde o blanco

Saludos a mis colaboradores en la obra de Cristo La lista de personas a las que Pablo dirige su saludo, nos revela una serie de datos importantes, para conocer mejor la personalidad de Pablo, y la riqueza y variedad de servidores y de servicios existentes en las primeras comunidades. Empecemos por Pablo. Se nos revela como una persona que mantenía lazos


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de amistad con aquellos que había conocido y con las cuales había trabajado. Es también una persona profundamente agradecida, especialmente hacia el matrimonio judío Prisca y Áquila, que se jugaron la vida por salvarlo (He19,23). Pablo es también un gran promotor de la incorporación de toda clase de personas a la obra de la evangelización. Estos colaboradores, amigos y líderes cristianos mantenían la vitalidad y el entusiasmo en las comunidades que creaba. Llama la atención el número de mujeres que Pablo enumera entre sus colaboradores. Algunas de ellas tenían cargos importantes en las comunidades. Menciona el servicio de “diaconisa”, el de responsable de la comunidad que se reúne en su casa, como era el caso de Prisca. A alguna de ellas la incluye entre los apóstoles, “que llegaron a Cristo antes que yo” (Rom 16,7). No se puede estar al servicio de Dios y del dinero La enseñanza de Jesús sobre el uso de los bienes terrenos viene a continuación de la parábola del administrador corrupto. La primera sentencia hay que interpretarla a la luz del final de la parábola: hay que tener la inteligencia del administrador corrupto, para saber utilizar los bienes materiales a favor de aquellos que “nos reciban en la morada eterna” (Lc 16,9), que no son otros que los amigos de Dios. No nos dejemos vencer en inteligencia por los administradores corruptos de este mundo. Jesús nos previene: existen personas deshonestas de las cuales no se puede uno fiar. No hace falta acudir a grandes negocios. En los asuntos más pequeños se manifiestan. En lo pequeño, se juega la cuestión de confianza o desconfianza en una persona. Siguiendo con la imagen del empleado de fondo, Jesús pronuncia una sentencia, que todo el mundo comprende: No se puede estar sirviendo a la vez a dos señores. De las estructuras sociales de este mundo, Jesús pasa a las relaciones con Dios. Su enseñanza es categórica: “No pueden estar al servicio de Dios y del dinero” (Lc 16,13). El dinero no es malo; los negocios no son malos, si se actúa siguiendo las reglas justas. Lo reprobable es dar primacía a los bienes terrenos sobre Dios y sobre la Buena Noticia que anunció Jesús. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos (Sedulio).

vida y concédenos disfrutar de las alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo.

2. Oración colecta Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Saluden a Prisca y a Aquila, colaboradores míos en el servicio de Cristo Jesús, que por salvar mi vida arriesgaron la suya.

3. 1ª Lectura

(Rom 16,3-9.16.22-27)


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A ellos no sólo yo, sino también todas las comunidades cristianas del mundo pagano, les debemos gratitud. Saluden también a la comunidad que se reúne en casa de ellos. Saluden a mi querido Epéneto, el primero que en la provincia de Asia se hizo cristiano. Saluden a María, que ha trabajado tanto por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junías, mis paisanos y compañeros de prisión, que se han distinguido en predicar el Evangelio y en el apostolado, y que se hicieron cristianos antes que yo. Saluden a Ampliato, a quien tanto quiero en el Señor. Saluden a Urbano, colaborador nuestro en el servicio de Cristo, y a mi querido Estaquio. Salúdense los unos a los otros con el saludo de paz. Todas las comunidades cristianas los saludan. Yo, Tercio, el escribano de esta carta, también les mando un saludo en el Señor. Los saluda Gayo, que me hospeda a mí y a esta comunidad. Los saludan Erasto, administrador de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes. Amén. A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

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4. Salmo responsorial R Dichosos los que aman al Señor. L Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable /R L Cada generación, a la que sigue anunciará tus obras y proezas. Se hablará de tus hechos portentosos, del glorioso esplendor de tu grandeza /R L Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas /R (Sal 144). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R Aleluya (2Co 8,9). 6. Evangelio (Lc 16,9-15)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes?


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No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”. Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaban de Jesús. Pero él les dijo: “Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres; pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres es detestable para Dios”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra

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oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre (Lc 11,27).

9. Oración después de la comunión Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿En caso de conflicto, ¿optas por Dios o por los bienes materiales?

de Noviembre - Domingo,

XXXII del Tiempo Ordinario /A -

L. H.: 4ª Sem. del Salterio - Color litúrgico: Verde

JESÚS MURIÓ Y RESUCITÓ Tiene sabiduría quien la ama, la encuentra quien la busca La Palabra de Dios de hoy nos sitúa ante el encuentro definitivo con el Señor resucitado al final de los tiempos. Pablo lo proclama en su carta primera a la comunidad de Tesalónica; Mateo presenta este encuentro bajo el signo de la boda. Para participar en el cortejo que acompañará a Jesús resucitado, hay que actuar con sabiduría, no como necios. El sabio presenta la verdadera sabiduría, que reina junto a Dios. “Es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad” (7,26) es “amiga de los hombres” (Sab 1,6).


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Esta sabiduría que tiene su origen en Dios, se revela a aquellos que la desean; se deja ver de aquellos que madrugan a buscarla; se entrega sin dificultad a aquellos que la aman. Entre los dones que el Espíritu derramó sobre el Mesías está el don de sabiduría (Is 11,2). Jesús se ha convertido para los discípulos en “sabiduría de Dios” (1Co 1, 30). Los verdaderos sabios cristianos son aquellos que poseen esta sabiduría “misteriosa y secreta”. Esta sabiduría procede del Espíritu, pues “nadie conoce lo que es propio de Dios si no es el Espíritu de Dios…, que nos hace comprender los dones de Dios (1Co 2,11-12). Seremos arrebatados al encuentro Mientras fueron a comprar el aceite llegó el del Señor novio; las que estaban listas entraron con él a la fiesta de las bodas, y se cerró la puerta Las primeras generaciones cristia(Mt 25,10) nas vivieron con gran expectación la última manifestación de Jesús resucitado y glorioso. Creían que sería inminente. La aguardaban con tensa esperanza. Al responder a esta ansiedad de la comunidad de Tesalónica, Pablo nos revela cosas importantes sobre el destino final de los que creemos y seguimos a Jesús. Pablo proclama sin titubear: “Jesús murió y resucitó” (1Tes 4,14). Esta proclamación forma parte de nuestra confesión de fe. Actualmente la expresamos así: “Padeció, fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras” (Credo). La seguridad de nuestra salvación y resurrección, está vinculada a la fe en la resurrección de Jesús. Segunda revelación importante de Pablo: Del mismo modo que Jesús resucitó, “Dios llevará con Jesús a los que han muerto” (1Tes 4,14). En su manifestación final, Jesús llevará a los discípulos a disfrutar del esplendor de su reino al lado de Dios. También viviremos una transformación semejante a la de Jesús resucitado. A diferencia “de los demás que no tienen esperanza”, los discípulos de Jesús, “estaremos para siempre con el Señor” resucitado (1Tes 4,17). Es el gran consuelo que tenemos los discípulos de Jesús, al enfrentarnos con la realidad de la muerte. Pablo lo presenta como una marcha gloriosa al encuentro del Rey soberano coronado de gloria. A la espera de que el Señor llegue En un escenario distinto y poniendo el acento en otros elementos, Mateo se refiere, como Pablo, a la última venida del Señor. Las jóvenes, que acaparan gran parte del relato, no pueden distraer la atención del personaje principal, que es el novio, que aparece solamente al final.


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Jesús ha utilizado la boda como símbolo, para revelar el significado de su presencia en el mundo. También la empleó para indicar que todos, ricos y pobres, sanos y lisiados, están convocados al banquete del reino de Dios. En la presente parábola, el signo de la boda se proyecta hacia otros horizontes. El novio es siempre el mismo: Jesús de Nazaret, que murió y resucitó. Ha de venir a coronar su obra. Así lo prometió en la cena de despedida: “Cuando les haya preparado un lugar, volveré para llevarlos conmigo” (Jn 14,3). Entonces aparecerá “con gloria y gran poder” (Mt 24,30). La parábola se fija de modo especial en los discípulos, que esperan esta venida gloriosa. Somos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Como discípulos llenos de la sabiduría que viene del Espíritu, estemos atentos al mensaje de la parábola. Vigilemos, para que Jesús no nos sorprenda en su venida En la parábola, Mateo consigna dos hechos. Primero: El novio llegó más tarde de lo que la gente esperaba. Segundo: Las componentes del cortejo que debían acompañarlo se durmieron. A este dato se añade, que la mitad de ellas eran “sabias y prudentes”; la otra mitad eran “necias”, y no llevaron provisiones para sus lámparas. Los que esperamos al esposo, que es Jesús, somos los discípulos. Sabemos que ha de venir. No sabemos cuándo. Entre los que estamos a la espera, hay discípulos sabios y prudentes, preparados para cualquier evento. Cuando llegue, estarán puntuales a la cita con todas las cosas en orden. Existe otro grupo de discípulos perezosos, que se dejan dominar por la somnolencia y la pereza. La venida de Jesús los sorprende con su lámpara apagada. El tiempo apremia. Es imposible reparar la negligencia. Mateo había consignado: la luz que ha de brillar son “las buenas obras” (Mt 5,16). El desenlace es fatal. El novio sentencia: “No las conozco” (Mt 25,12). Se cerró la puerta; quedaron fuera del banquete de bodas del reino de Dios. ¿En qué grupo estamos nosotros? P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias (Sal 87,3).

2. Oración colecta Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Sab 6,12-16)

Lectura del libro de la Sabiduría Radiante e incorruptible es la sabiduría; con facilidad la contemplan quienes la aman y ella se deja encontrar por quienes la buscan y se anticipa a darse a conocer a los que la desean.


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El que madruga por ella no se fatigará, porque la hallará sentada a su puerta. Darle la primacía en los pensamientos es prudencia consumada; quien por ella se desvela pronto se verá libre de preocupaciones. A los que son dignos de ella, ella misma sale a buscarlos por los caminos; se les aparece benévola y colabora con ellos en todos sus proyectos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, mi alma tiene sed de ti. L Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua /R L Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia: siempre, Señor, te alabarán mis labios /R L Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios /R (Sal 62). 5. 2ª Lectura (1Tes 4,13-18)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con él. Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros,

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los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que ya murieron. Cuando Dios mande que suenen las trompetas, se oirá la voz de un arcángel y el Señor mismo bajará del cielo. Entonces, los que murieron en Cristo resucitarán primero; después nosotros, los que quedemos vivos, seremos arrebatados, juntamente con ellos entre nubes por el aire, para ir al encuentro del Señor, y así estaremos siempre con él. Consuélense, pues, unos a otros con estas palabras. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre. R Aleluya (Mt 24,42.44).

7. Evangelio (Mt 25,1-13)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.


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A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’. Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, Señor, ábrenos’. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’. Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

interés por hacer el bien: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Vivamos preparados como discípulos prudentes, para no quedar fuera del festín de reino que Jesús nos ha preparado, como las jóvenes necias: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Concédenos, Señor, estar vigilantes trabajando con constancia y generosidad por tu reino, para tener parte en el banquete de los elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

8. Oración de los fieles S Jesús nos exhortó a permanecer vigilantes. Oremos, para que los negocios de este mundo no desvíen nuestra atención del encuentro definitivo con el Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Multitud de negocios de este mundo absorben nuestro interés. Para que el encuentro con Jesús glorioso al fin de los tiempos, oriente todos nuestros proyectos: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Muchos creen que con la muerte todo se termina. Para que la esperanza de la vida eterna ilumine nuestras mentes y estimule nuestro

10. Antífona de la comunión El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas

9. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

(Sal 22,1-2).

11. Oración despúes de la comunión Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.


7 de Noviembre - Lunes, Feria, XXXII Semana del Tiempo Ordinario

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Te preparas cada día para la muerte y la eternidad junto al Señor?

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de Noviembre - Lunes,

Feria, XXXII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

La sabiduría de Dios es amiga del ser humano El autor empieza estableciendo una clara distinción entre el sabio y el necio. Por lo que se refiere a los necios, sentencia: “La sabiduría no entra en un alma perversa ni vive en un cuerpo entregado al pecado” (Sab 1,4). Nadie que se comporte de forma incorrecta, que cierre los oídos a la Palabra y a los mandatos de Dios, puede ser contado entre los sabios. Para el autor, es sencillamente un necio. Por el contrario, el Espíritu del Señor, que llena la tierra, es amigo de los seres humanos, que lo buscan con sencillez de corazón. Dios es testigo de los sentimientos de las personas que se guían por la sabiduría que procede del Espíritu del Señor. El autor abre su obra con una recomendación: “Amen la justicia” (Sab 1,1). Ésta es la primera recomendación para ser sabio. La segunda recomendación consiste en tener un conocimiento claro de Dios, pues en él reside la suprema sabiduría. El sabio ha de tener como primera tarea, buscar a Dios con sencillez de corazón. Cuidado con escandalizar a los más pequeños Lucas reúne en una sola sección enseñanzas de Jesús sobre el escándalo, el perdón, la fe y el espíritu de servicio. Están dirigidas a los discípulos. La cuestión del escándalo preocupó a las primeras generaciones cristianas. Pablo escribe a la comunidad de Roma: “Es preciso no ser causa de caída o de escándalo para el hermano” (Rom 14,13). De la época post-apostólica, tenemos el testimonio de la primera carta de S. Clemente, uno de los llamados “Padres apostólicos”: ¡Ay de ese hombre! Más le valiera no haber nacido que escandalizar a uno solo de mis elegidos, más le valiera que le ataran una piedra de molino y lo precipitaran al fondo del mar” (1Clem 46,8). La enseñanza sobre el perdón fue otra preocupación de las primeras comunidades. La enseñanza trasmitida por Lucas está formulada de forma esquemática y directa: “Si peca tu hermano, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo” (Lc 17,3). Lo mismo es sobre el número de veces: “Si te ofende siete veces en el día y se arrepiente, perdónalo” (Lc 17,3). No olvidemos que el número siete indica perfección. La última enseñanza se centra en la calidad de la fe que ha de tener el discípulo. La expresa Jesús con una acción espectacular y radical. P. Antonio Danoz, redentorista


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7 de Noviembre - Lunes, Feria, XXXII Semana del Tiempo Ordinario

1. Antífona de entrada Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias (Sal 87,3). 2. Oración colecta Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Sab 1,1-7)

Lectura del libro de la Sabiduría Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen bien el Señor y con sencillez de corazón búsquenlo. Él se deja hallar por los que no dudan de él y se manifiesta a los que en él confían. Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner a prueba el poder divino, quedan en ridículo. La sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo espíritu, que nos educa, y huye de la hipocresía, se aleja de la insensatez y es rechazado por la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua. El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Condúceme, Señor, por tu camino.

L Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares /R L Apenas la palabra está en mi boca y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano. Esta es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo /R L ¿A dónde iré yo lejos de ti? ¿Dónde escaparé de tu mirada? Si subo hasta el cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentras /R L Si voy en alas de la aurora o me alejo hasta el extremo del mar, también allí tu mano me conduce y tu diestra me sostiene /R (Sal 138). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R Aleluya (Fil 2,15.16).

6. Evangelio (Lc 17,1-6)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdóna-


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lo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo”. Los apóstoles dijeron entonces al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Señor es mi pastor, nada me

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falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas (Sal 22,1-2).

9. Oración después de la comunión Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cuál de las tres enseñanzas te afecta más directamente?

de Noviembre - Martes,

Feria, XXXII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Dios creó al ser humano para la inmortalidad El sabio hace suya la confesión del génesis: “Dios creó el ser humano a imagen de su propio ser” (Sab 1,23). Lo hizo partícipe de su inmortalidad. Los justos disfrutan de la inmortalidad como un don de Dios, aunque el autor no mencione la resurrección del cuerpo. Dios es el destino de los justos, que se sienten seguros en sus manos, y a su lado disfrutan de la paz. Esperaban de lleno la inmortalidad. La gente insensata se equivoca al pensar, que la muerte del justo es una desgracia, y que su partida de este mundo termina en destrucción. Durante la vida, los justos tienen que pasar por multitud de pruebas. A través de ellas Dios los purifica como se purifica el oro, para que brillen en su presencia y ante el mundo con más fulgor. Brillarán de manera especial en el momento del juicio, donde Dios los reconocerá dignos de él.


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8 de Noviembre - Martes, Feria, XXXII Semana del Tiempo Ordinario

Al lado de Dios, los justos reinarán eternamente, porque han sido fieles a su amor. Dios mira por los que le son fieles y se apiada de sus elegidos. Solo hemos cumplido con el deber Para comprender la parábola tenemos que trasladarnos al contexto en el que ha sido pronunciada. Refleja la jornada de trabajo de un esclavo. En primer lugar tiene que realizar los trabajos del campo durante el día. Al llegar a casa, debe vestir la ropa de faena, para preparar y servir la cena a su amo. Terminada su labor, no existe razón alguna para expresarle la gratitud. Sencillamente, ha cumplido con su deber. Los discípulos de Jesús tenemos que aprender del siervo, la fidelidad en el servicio. En las comunidades existían diversos servicios: servicio de la Palabra, el servicio de las mesas a favor de los pobres, el servicio catequético, el servicio de sanación. Cada cual debe realizar estos servicios con dedicación y generosidad, sin estar esperando alguna recompensa. La mejor recompensa consiste en haber realizado con gozo el servicio que nos han encomendado. En otro lugar, Lucas nos ofrece otra escena distinta. Es el amo quien se recoge la túnica, sienta a los siervos a la mesa y se pone a servirles (Lc 12,37). Esto fue lo que hizo Jesús en la cena de despedida: “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lc 22,27). P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias (Sal 87,3). 2. Oración colecta Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Sab 2,23–3,9)

Lectura del libro de la Sabiduría Dios creó al hombre para que fuera inmortal, lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas, por envidia del diablo, entró la muerte en el mundo, y la experimentan quienes le pertenecen. En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no

los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable. En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que


8 de Noviembre - Martes, Feria, XXXII Semana del Tiempo Ordinario

son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendigamos al Señor a todas horas. L Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo /R L Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo /R L Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas /R (Sal 33).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R Aleluya (Jn 14,23).

6. Evangelio (Lc 17,7-10)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No

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le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas (Sal 22,1-2).

9. Oración después de la comunión Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cuántas veces has prestado un servicio, sin reclamar recompensa?


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de Noviembre - Miércoles,

Dedicación de la Basílica de Letrán, F Color litúrgico: Blanco

Del templo brota un río con el agua de vida Ezequiel nos presenta dos símbolos que encontramos frecuentes en la Biblia: el templo y el agua. El primero, está relacionado con la forma de presencia de Dios en medio del pueblo; el segundo, se presenta como un signo de vida. El símbolo de la presencia de Dios en medio del pueblo, tomó formas diversas. Mientras peregrinó por el desierto, el símbolo era una tienda. Lo propio de la itinerancia es la movilidad. También el signo de la presencia de Dios se hizo itinerante. Cuando el pueblo se asentó en la tierra prometida, el símbolo tomó la forma de templo. La nube que llenó el templo el día de su consagración, indicaba que Dios habitaría en él. En la Biblia, el agua es signo de vida. En el relato del Génesis, la vida empieza después que Dios creó el agua. El profeta nos indica, que del templo brota el torrente de agua, que atraviesa el desierto y llega hasta el mar. Nos informa: “Dondequiera que llegue la corriente habrá vida” (Ez 47,9). Jesús nos informa: Los que nazcan del agua y del Espíritu, tendrán vida en el reino de Dios (Jn 3,5). Jesús es el nuevo santuario de la presencia de Dios En el llamado “Libro de los signos”, el evangelio de Juan nos presenta el signo del templo, en su proceso de revelación progresiva de la persona de Jesús. El templo material, signo de la presencia de Dios, había sido profanado, haciendo de él un mercado. Jesús reivindica su condición de “casa de oración para todos los pueblos”. Pero Jesús da un paso más. Se sirve del templo material, para revelar otro signo mucho más real de la presencia de Dios en el mundo: su humanidad. Él es el nuevo templo en el que “habita la plenitud de la divinidad” (Col 1,19). En este templo reside de forma real “la gloria que recibe del Padre, como Hijo único” (Jn 1,14). Pablo, se sirve también del símbolo del templo, para revelarnos la multiplicidad de signos de la presencia de Dios en el mundo. Cada discípulo de Jesús, nacido del agua y del Espíritu Santo, se convierte en un templo. “¿No saben que son santuarios de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (1Co 3,16). En este templo Dios ha de ser glorificado. Los judíos habían profanado el templo de piedra. Con gran realismo Pablo nos previene: “¿Voy a tomar los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una prostituta? ¡De ninguna manera!” (1Co 6,15). En la Biblia, la prostitución se utiliza como signo de la idolatría. La fiesta de hoy: Dedicación de la Basílica de Letrán El título original es: Basílica del Salvador. Fue construida por Constantino hacia el año 324 en el antiguo palacio de Letrán. El papa san Silvestre la dedicó al Salvador. Es la catedral del papa, en su condición de obispo de Roma.


9 de Noviembre - Miércoles, Dedicación de la Basílica de Letrán

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Se la considera la “Madre de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe”. Desde el siglo XII se celebra en toda la Iglesia el aniversario de su dedicación. Cuenta con uno de los baptisterios más significativos de la cristiandad. P. Antonio Danoz, redentorista Dedicación de la Basílica de Letrán

1. Antífona de entrada Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de donde estaba al lado de Dios, engalanada como una novia que se adorna para su esposo (Ap 21,2). 2. Oración colecta Señor, tú que edificas con piedras vivas y escogidas el templo eterno de tu gloria, derrama sobre tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, para que tu pueblo fiel llegue un día a transformarse en la Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Ez 47,1-2.8-9.12)

Lectura del libro del profeta Ezequiel En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de

aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Un río alegra a la ciudad de Dios. L Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes /R L Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada al Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba /R L Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra /R (Sal 45).


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9 de Noviembre - Miércoles, Dedicación de la Basílica de Letrán

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. He elegido y santificado este lugar, dice el Señor, para que siempre habite ahí mi nombre. R Aleluya (2Cró 7,16). 6. Evangelio (Jn 2,13-22)

Lectura del santo Evangelio según san Juan A Gloria a ti, Señor Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”. En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora. Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?” Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

7. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, nuestras ofrendas y concede a tu pueblo, unido en la plegaria, ser fortalecido por tus sacramentos y obtener lo que pide en sus oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Prefacio S El Señor esté con ustedes. L Y con tu espíritu. S Levantemos el corazón. L Lo tenemos levantado hacia el Señor. S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. L Es justo y necesario. S En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en toda casa consagrada a la oración te has dignado quedarte con nosotros, para hacernos tú mismo templos del Espíritu Santo, que brillen, sostenidos por tu gracia, con el esplendor de una vida santa. Y, porque con tu acción constante, santificas a la Iglesia, esposa de Cristo, simbolizada por estos edificios materiales, a fin de que, llena de gozo por la multitud de sus hijos, sea presentada a ti en la gloria de tu Reino. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo… 9. Antífona de la comunión Nosotros somos piedras vivas, que sirven para construir el templo espiritual, el pueblo sacerdotal que pertenece a Dios (1Pe 2,5). 10. Oración después de la comunión Señor y Dios nuestro, que has que-


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10 de Noviembre - Jueves, San León Magno

rido darnos en tu Iglesia un signo temporal de la Jerusalén celeste, concédenos, por esta comunión, ser transformados aquí en templos de tu gracia y entrar un día en el Reino de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Das culto a Dios cada día en el templo de tu cuerpo?

de Noviembre - Jueves,

San León Magno, Papa, M Color litúrgico: Blanco

La sabiduría es expresión viva de la gloria de Dios El autor se propone presentarnos la sabiduría en todo su esplendor. En su intento se siente desbordado por su grandeza. Acumula una enumeración de hasta veintiuna características: es espíritu inteligente, santo, bondadoso, amigo del hombre… Terminada la enumeración está convencido de que no ha logrado su empeño. Es mucho más grandiosa de lo que ha dicho. En su intento de penetrar en lo más profundo de su ser, el autor se acerca hasta Dios para afirmar que es “una exhalación del poder divino y de la gloria del Omnipotente” (Sab 7,25); reflejo de su luz, imagen de su bondad, y manifestación de su actividad creadora. Fijándose en la actividad de la sabiduría en los seres humanos, nos revela que entra en el corazón de las personas buenas, las convierte en amigas de Dios. Ella está también presente en los profetas. No existe mal que la pueda vencer. Quien actúa guiado por la sabiduría, guarda los preceptos del Señor y lo busca de todo corazón. Jesús tiene que padecer, antes que el reino alcance su plenitud Los fariseos mantienen la expectativa de la llegada del reino mesiánico. Lo que ellos esperan es la realización terrestre del reino de Dios, semejante a los reinos de este mundo. Al oír hablar a Jesús del reino, se interesan por saber cuándo llegará, y cuándo se hará visible en este mundo. En su respuesta, Jesús trata de desenmascarar sus pretensiones. Andan muy equivocados: “El reino de Dios no está sometido a cálculos”(Lc 17,20). Tampoco es cuestión de andar indagando de un lado para otro, para ver si se descubre en alguna parte. Lo cierto es que el reino de Dios está presente, pero han equivocado el camino para descubrirlo. En la perspectiva de Jesús, la naturaleza del reino que él anuncia es muy distinta. Los discípulos tenemos que estar muy alerta. No fiarnos de los mensajes de los falsos profetas, que se dedican a localizar al Hijo del hombre. No hay que hacer caso; y menos aún seguirlos. Existe una diferencia entra la discreta presencia actual del reino de Dios, que apenas mete ruido, y su manifestación al final de los tiempos. Por el momento


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10 de Noviembre - Jueves, San León Magno

solo queda vivir en una esperanza activa. Antes de que esto acontezca, “el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser rechazado por la presente generación” (Lc 17,25). El santo de hoy: San León Magno (+ 461) Nace probablemente en Roma. El año 440 es elegido para ocupar la sede de san Pedro. Su pontificado duró hasta el año 461 en que murió. Fue un gran pastor y un eminente teólogo. Su brillante intervención en el concilio de Calcedonia fue acogida con este grito: “Pedro habló por boca de León”. También se distinguió por su valiente defensa de la ciudad de Roma ante el poderoso ejército de Atila y Alarico. Nos ha dejado excelentes escritos sobre los misterios de Cristo, en especial sobre el misterio de la Navidad. Es uno de los grandes doctores de la Iglesia. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones. 2. Oración colecta Señor, tú que nos has prometido que las fuerzas del mal nunca prevalecerán contra la Iglesia, cimentada sobre la roca de Pedro, haz que, por la intercesión del Papa san León Magno, tu pueblo permanezca siempre firme en la verdad y goce de una paz estable y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Sab 7,22—8,1)

Lectura del libro de la Sabiduría La sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único y múltiple, sutil, ágil y penetrante, inmaculado, lúcido e invulnerable, amante del bien, agudo y libre, bienhechor, amigo del hombre y amable, firme, seguro y sereno, que todo lo puede y todo lo ve, que penetra en todos los espíritus: los inteligentes, los puros y los más sutiles.

La sabiduría es más ágil que cualquier movimiento y, por ser inmaterial, lo atraviesa y lo penetra todo. La sabiduría es un resplandor del poder de Dios, una emanación purísima de la gloria del omnipotente, por eso nada sucio la puede contaminar. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo inmaculado de la actividad de Dios y una imagen de su bondad. Ella sola lo puede todo; sin cambiar en nada, todo lo renueva; entra en las almas de los buenos de cada generación, hace de ellos amigos de Dios y profetas, porque Dios ama sólo a quienes conviven con la sabiduría. La sabiduría es más brillante que el sol y que todas las constelaciones; si se la compara con la luz del día, la sabiduría sale ganando, porque al día lo vence la noche, pero contra la sabiduría, la maldad no puede nada. Ella se extiende poderosa de un extremo al otro del mundo y con suavidad gobierna todo el universo. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


10 de Noviembre - Jueves, San León Magno

4. Salmo responsorial R Enséñanos, Señor, tus leyes. L Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. Tu fidelidad permanece de generación en generación, como la tierra, que tú cimentaste /R L Todo subsiste hasta hoy por orden tuya y todo está a tu servicio. La explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los humildes /R L Mira benignamente a tu siervo y enséñame a cumplir tus mandamientos; que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude /R (Sal 118). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante. R Aleluya (Jn 15,5). 6. Evangelio (Lc 17,20-25)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?” Jesús les respondió: “El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes”. Les dijo entonces a sus discípulos: “Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del

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hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Por este sacrificio eucarístico que vamos a ofrecerte, ilumina, Señor, a tu Iglesia, para que nuestros pastores, guiados siempre por tu amor, puedan conducirnos por el camino del bien. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Buen Pastor da la vida por sus ovejas (Jn 10,11). 9. Oración después de la comunión Señor, tú que alimentas a tu Iglesia con el pan de la vida, guíala con la fuerza de tu amor, para que pueda vivir y crecer en libertad y mantenerse fiel a tu Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué atención prestas a los que perturban a la gente con falsas profecías?


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de Noviembre - Viernes,

San Martín de Tours, Obispo, M Color litúrgico: Blanco

Se fabricaron dioses con las obras creadas por Dios Contemplando el mundo que lo rodeaba, el autor realiza una crítica severa contra la idolatría. El idólatra se sitúa en el polo opuesto de las personas que se dejan guiar por la sabiduría. Empieza por hacer una afirmación categórica: “Los que ignoran a Dios, son seres faltos de inteligencia” (Sab 13,1). El autor recuerda un camino para descubrir a Dios: abrir los ojos y contemplar las maravillas del universo. Todo cuanto existe tiene un artífice. Reveló su poder creador y dejó huella de su grandeza y de su belleza en la innumerable variedad de seres que existen en el universo. “Partiendo de la belleza y grandeza de las creaturas se puede llegar a conocer al que les dio el ser” (Sab 13,5). En su ceguera, muchos de los humanos, han elegido algunos de los seres de la creación, para hacer de ellos su dios. Otros, se han servido de las cosas de la creación para fabricarse dioses a su antojo. Finalmente, existen personas que andan buscando a Dios y no logran encontrarlo. La realidad que describe el autor sigue viva en nuestra sociedad y nos afecta también a los discípulos de Jesús. Los ídolos se multiplican: dinero, placer, poder… Resultado: injusticia, opresión, explotación, discriminación. La persona se cree más importante, cuanto mayor es el poder de su ídolo. Quien pretenda conservar la vida la perderá En esta sección, Lucas aborda la cuestión de la manifestación final del Hijo del hombre, conocida por la palabra griega “parusía” (“presencia”, “estar presente” “manifestación”). Esta manifestación la presenta el evangelista, como un “relámpago que brilla de un extremo al otro del cielo” (Lc 17,24). A Jesús se lo identifica con el Hijo del hombre, cuyo “rostro resplandecía como el sol” en la transfiguración (Mt 17,2). Uno de los elementos que menciona Lucas es la sorpresa. Todo sucederá en un abrir y cerrar de ojos. Nos recuerda dos acontecimientos del antiguo testamento con un final brusco y catastrófico: el de Noé y el de Lot. El primero se relaciona con el diluvio. Cuando todos andaban metidos en sus negocios, de repente los sorprendió el diluvio. El segundo hace referencia a la destrucción de Sodoma. Nada más abandonar Lot la ciudad, los habitantes se vieron sorprendidos por una lluvia de azufre y fuego (Gén 7,7ss; 19,22ss). Lo mismo acontecerá en la noche de la elección. La forma de asegurar la salvación y conservar la vida, consiste en entregarla en acto de servicio. Aunque parezca una paradoja, la forma de asegurarse la vida que no perece, es entregando la vida que ahora disfrutamos en este mundo, con la generosidad con que lo hizo Jesús. El santo de hoy: San Martín de Tours (317-397) Nace en Panonia. Era hijo de un oficial del ejército romano. En los primeros


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11 de Noviembre - Viernes, San Martín de Tours

años se dedicó a la milicia. Conocida es la escena en la que siendo catecúmeno, compartió su capa con un pobre, cediéndole la mitad. Después de recibir el bautismo, abandonó la milicia y se dedicó a la vida monástica. Por elección popular es elegido el año 371 obispo de Tours. Se distinguió por su amor a los pobres. Su biógrafo escribe: “Sin verter su sangre mereció en plenitud el martirio”. Su lema era: “No rehúso el trabajo. Hágase tu voluntad”. Ha sido uno de los santos más populares de Europa. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Yo elegiré para mi pueblo un sacerdote fiel que obre según mi corazón y mis deseos, dice el Señor (1Sam

2,35).

2. Oración colecta Dios nuestro, que hiciste resplandecer tu gloria en la vida y en la muerte de san Martín, obispo de Tours, renueva en nuestros corazones la fuerza de tu amor, para que ni la muerte ni la vida puedan separarnos de ti. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Sab 13,1-9)

Lectura del libro de la Sabiduría Insensatos han sido todos los hombres que no han conocido a Dios y no han sido capaces de descubrir, a través de las cosas buenas que se ven a “Aquel-que-es” y que no han reconocido al artífice, fijándose en sus obras, sino que han considerado como dioses al fuego, al viento, al aire sutil, al cielo estrellado, al agua impetuosa o al sol y a la luna, que rigen el mundo. Si fascinados por la belleza de las cosas, pensaron que éstos eran dioses, sepan cuánto las aventaja el Señor de todas ellas,

San Martín de Tours, Obispo

pues fue el autor mismo de la belleza quien las creó. Y si fue su poder y actividad lo que los impresionó, deduzcan de ahí cuánto más poderoso es aquel que las hizo; pues reflexionando sobre la grandeza y hermosura de las creaturas se puede llegar a contemplar a su creador. Sin embargo, no son éstos tan dignos de reprensión, pues tal vez andan desorientados, buscando y queriendo encontrar a Dios. Como viven entre sus obras, se esfuerzan por conocerlas y se dejan fascinar por la belleza de las cosas que ven. Pero no por eso tienen excusa, pues si llegaron a ser tan sabios para investigar el universo, ¿cómo no llegaron a descubrir fácilmente a su creador? Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Los cielos proclaman la gloria de Dios. L Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo transmite a la otra noche /R L Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la


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tierra llega su sonido y su mensaje, hasta el fin del mundo /R (Sal 18). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R Aleluya (Lc 21,28). 6. Evangelio (Lc 17,26-37)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: “Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda la conservará. Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada”. Entonces, los discípulos le dijeron:

11 de Noviembre - Viernes, San Martín de Tours

“¿Dónde sucederá eso, Señor?” Y él les respondió: “Donde hay un cadáver, se juntan los buitres”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Santifica, Señor, los dones que te presentamos en esta festividad del obispo san Martín y concédenos que esta Eucaristía nos conduzca siempre hacia ti, a través de las alegrías y las penas de esta vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo les aseguro que todo lo que hagan a uno de estos hermanos míos insignificantes, a mí mismo me lo hacen, dice el Señor (Mt 25,40). 9. Oración después de la comunión Tú que nos has renovado con el sacramento de la unidad, ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad en todo lo que hacemos, para que, a ejemplo de san Martín, disfrutemos la alegría de ser verdaderamente tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué impacto te producen las falsas alarmas sobre el fin del mundo?


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de Noviembre - Sábado,

San Josafat, Obispo y Mártir, M Color litúrgico: Rojo

Dios actuó con su palabra poderosa En su reflexión sobre la historia, el autor se centra en la muerte de los primogénitos en Egipto. A la decisión de matar a los primogénitos de los israelitas, Dios responde con la décima plaga: “Morirán todos los primogénitos de Egipto, desde el primogénito del Faraón que se sienta en el trono hasta el primogénito de la sierva que atiende al molino” (Éx 11,4). El autor establece una relación entre estos dos hechos, celebrando la actuación de Dios a favor de su pueblo. Durante la noche, mientras el pueblo de Israel celebraba la primera Pascua, como signo de su liberación, la palabra poderosa de Dios actuaba como espada afilada, para dar muerte a los primogénitos de los egipcios. Los israelitas estaban de fiesta, mientras los egipcios lloraban a sus hijos primogénitos. A la décima plaga sigue el desastre del ejército de los egipcios. Decidieron neciamente perseguir a los israelitas, y su ejército pereció entre las aguas, en tanto Israel realizó un viaje portentoso camino de su liberación. Dios hará justicia a los humildes que se la piden Las viudas en Israel pertenecían a la masa de personas marginadas y empobrecidas. La de la parábola es todo un símbolo de las clases oprimidas, que son víctimas de una sociedad injusta. Hasta en el lugar donde se ejerce la justicia ciudadana, estas personas se ven marginadas y maltratadas. Para ellas no existe justicia. La parábola nos ofrece una doble lección. En primer lugar, Jesús presenta el caso de la viuda, para “inculcar que hace falta orar sin cesar” (Lc 18,1). La constancia de la viuda, que se dirige al juez reclamando justicia, un día y otro día, es un magnífico ejemplo de cómo tenemos que orar sin desfallecer. En segundo lugar, Jesús plantea otra cuestión de gran transcendencia: la justicia que se debe hacer a los pobres. Jesús les asegura: Aunque los responsables de hacer justicia en los tribunales no atiendan sus gritos, Dios sí los escucha y les hará justicia. La denuncia de las injusticias que se cometen con los pobres, que presenta el evangelio, es de una rabiosa actualidad. Los pobres que sufren toda clase de pobrezas, siguen clamando porque se les haga justicia. Se habla mucho de justicia social; y entre tanto los poderes públicos y las instituciones privadas siguen ignorando a los pobres. Se acallan sus gritos, se los reprime en muchos casos con violencia; pero la justicia a la que tienen derecho nunca les llega. Los discípulos de Jesús tenemos que preguntarnos: En una tierra donde no hay justicia, ¿existe la fe? El santo de hoy: San Josafat (1580-1623) Nace en Vladimir (Polonia). Sus padres eran ortodoxos. Él se convirtió a la


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12 de Noviembre - Sábado, San Josafat

religión católica y tomó el nombre de Josafat. Realizó una gran obra de evangelización entre los hermanos separados. Su celo le acarreó muchos enemigos. El 12 de noviembre de 1623 lo asesinaron. Su cuerpo fue arrojado al río Drina. A los 23 años de su muerte fue canonizado. Podemos considerarlo un verdadero “apóstol de la unidad”. Realizó un gran esfuerzo por conseguir la unidad entre todos los discípulos de Jesús. P. Antonio Danoz, redentorista San Josafat, Obispo y Mártir

1. Antífona de entrada Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se atemorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme. 2. Oración colecta Aviva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu de amor, que dio valor a san Josafat para morir por su pueblo a fin de que, fortalecidos por tu amor, no dudemos en sacrificar ninguno de nuestros intereses por el bien de nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Sab 18,14-16;19,6-9)

Lectura del libro de la Sabiduría Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu palabra todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio. Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera; tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra. La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera diversa

a su modo de proceder para librar a tus hijos de todo daño. Una nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes había agua, surgió la tierra firme; en el mar Rojo apareció un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura. Por ahí, protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus prodigios admirables. Corrían como potros y brincaban como corderos, dándote gracias, Señor, por haberlos liberado. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Recordemos los prodigios del Señor. L Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos /R L El Señor hirió de muerte a los primogénitos de los egipcios, primicias de su virilidad. Sacó a su pueblo, cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezó /R L Se acordó de la palabra sagrada que había dado a su siervo, Abraham, y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos, con gritos de triunfo /R (Sal 104).


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12 de Noviembre - Sábado, San Josafat

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R Aleluya (2Tes

ma fe que san Josafat atestiguó con su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

6. Evangelio

(Mt 16,24).

2,14).

(Lc 18,1-8)

8. Antífona de la comunión Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’. Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’”. Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?” Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

9. Oración después de la comunión Que este sacramento que hemos recibido nos comunique, Señor, tus dones de fortaleza y de paz, para que, a ejemplo de san Josafat, trabajemos sin descanso por la unidad y la santificación de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

7. Oración sobre las ofrendas Bendice y acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que esta Eucaristía, nos confirme en la mis-

Rosario de Bendiciones Gustavo Jamut

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué estás haciendo para que se haga justicia a los pobres?

Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.


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de Noviembre - Domingo,

XXXIII del Tiempo Ordinario /A -

L.H.: 1ª Sem. del Salterio - Color litúrgico: Verde

EL SERVIDOR BUENO DE DIOS ENTRA EN EL GOZO DEL SEÑOR Las obras bien hechas son la mejor alabanza La Palabra de Dios de hoy nos introduce de lleno en el mundo laboral, y en la complicada esfera de los negocios. En la primera lectura, el sabio traza el perfil de una mujer activa y trabajadora, teniendo en cuenta los cánones de la época. En el evangelio, Jesús nos introduce en el complicado espacio de los negocios. Cómo manejar con destreza el capital, para producir el máximo rendimiento. La imagen de mujer que ofrece el texto, responde a la concepción social y laboral de la época. Representa la típica “ama de casa” de hoy. En aquel tiempo, inconcebible pensar en un trabajo de la mujer fuera del hogar. A esta mujer se la valora por ser hacendosa, por merecer la confianza del marido, por ser exitosa en todo lo que emprende. La vida de la mujer en nuestra sociedad es más complicada: Es esposa, madre, ama Muy bien, servidor bueno y honrado; ya de casa, profesional. Por lo general, traque has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar más. Ven a compartir la alegría de baja fuera del hogar. No hemos acertado tu patrón (Mt 25,21) a coordinar sus labores, de suerte que se establezca el justo equilibrio entre hombre y mujer, en la vida familiar, social y laboral. Además de realizar sus tareas domésticas, esta mujer tiene una gran sensibilidad hacia las personas con problemas. No duda en tender la mano al necesitado. Por respetar al Señor, merece ser también alabada. Antes de ausentarse, el Señor repartió los dones En el planteamiento de la parábola que transmite Mateo, Jesús es el Señor que se va al extranjero y que después de un tiempo retorna. Los lectores de la parábola saben que se trata del retorno de Jesús, que ha venido, ha anunciado la Buena Noticia, y ha vuelto a su morada al lado del Padre. La comunidad cristiana es consciente que vive un tiempo de espera proyectada hacia el futuro. Al final Jesús regresará a pedir cuentas en un juicio universal.


13 de Noviembre - Domingo, XXXIII del Tiempo Ordinario /A

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Durante este tiempo, los discípulos no pueden permanecer cruzados de brazos. En el momento de su partida, Jesús nos ha señalado una tarea: hacer producir los dones de Dios, tanto en el plano humano como en el espiritual. Estos dones están significados por unas monedas, para aquel tiempo, de gran valor. Dios ha repartido con gran generosidad sus dones, “a cada uno según su capacidad” (Mt 25,15). Los dones recibidos por las personas, aunque sean de la misma calidad, difieren en cuanto a la cantidad. Pablo hace referencia a la diversidad de dones, que proceden del mismo Espíritu y se reparten según las tareas: evangelización, sanaciones, profecía… (1Co 12,28-31). La primera parte de la parábola la dedica Jesús al reparto de dones y a la asignación de tareas. A cada uno toca asumir su responsabilidad y ponerse a trabajar, para que los dones recibidos produzcan el fruto deseado. Los obreros diligentes y responsables en cumplir la tarea La segunda parte de la parábola ofrece un escenario distinto. El Señor ha vuelto después de mucho tiempo. Se pone a exigir cuentas, para recoger los beneficios. Este momento evoca el juicio final. El espacio entre la partida de Jesús y el regreso no es un “espacio vacío”. Es tiempo de iluminar el mundo con buenas obras. La obligación de los servidores que han recibido el dinero es ponerse inmediatamente a negociar, para recoger beneficios. Los dos primeros, suponemos que actuando con honestidad, fueron verdaderamente productivos. En el mundo de los negocios: recogida de beneficios. Al tratarse de discípulos de Jesús: recogida de frutos, que son las buenas obras, que mueven a la gente a alabar al Padre (Mt 5,14-16). Para tener éxito hay que arriesgar. Si nos fijamos en los resultados de los dos primeros servidores, hay que calificarlo de asombrosamente elevados. Ambos duplicaron el capital recibido. El señor no puede menos que felicitarlos: “Muy bien, servidor bueno y fiel” (Mt 25,21.23). La principal recompensa es concederles mayores responsabilidades. Y lo que es sumamente importante: “Entra en el gozo de tu Señor”. Se trata del gozo propio del banquete del reino de Dios. Los obreros holgazanes, tímidos o cobardes Los discípulos sabemos, que Dios reparte dones en espera de resultados. No concede dones para que queden estériles, como monedas oxidadas. La actitud de quien convierte en estériles los dones de Dios, la encarna en la parábola el tercer servidor. La primera impresión de que se trata de una persona sensata, prudente, sabia, se difumina al escuchar al señor que puso el dinero en su mano. No se lo entregó para que se lo guardara. Se lo entregó para que negociara con él y produjera resultados. Al momento de rendir cuentas de su gestión ineficaz, lo primero que hace es excusarse acusando. El culpable es el señor, por exigente e injusto: cosecha donde no ha sembrado. En segundo lugar, su insolencia se mueve entre la protesta y el miedo. Por miedo, ni siquiera intentó triunfar. El señor desaprueba la actitud del siervo, apoyándose con cierta ironía en sus propias palabras. La decisión fue inmediata: “Quítenle el dinero” (Mt 25,28). La enseñanza de Jesús es evidente: el Señor no quiere discípulos apocados, miedosos y cobardes.


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13 de Noviembre - Domingo, XXXIII del Tiempo Ordinario /A

En la parábola se enfrentan dos actitudes encontradas. Por una parte: la necesidad angustiosa de seguridad; por otra: la decisión emprendedora, y asumir riesgos. Jesús no invita a la imprudencia, pero recomienda a sus discípulos la decisión y la audacia, para trabajar por el reino de Dios. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor: Me invocarán y yo los escucharé y los libraré de su esclavitud donde quiera que se encuentren (Jer 29,11.12.14). 2. Oración colecta Concédenos, Señor, tu ayuda para entregarnos fielmente a tu servicio porque sólo en el cumplimiento de tu voluntad podremos encontrar la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Pro 31,10-13.19-20.30-31)

Lectura del libro de los Proverbios Dichoso el hombre que encuentra una mujer hacendosa: muy superior a las perlas es su valor. Su marido confía en ella y, con su ayuda, él se enriquecerá; todos los días de su vida le procurará bienes y no males. Adquiere lana y lino y los trabaja con sus hábiles manos. Sabe manejar la rueca y con sus dedos mueve el huso; abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido. Son engañosos los encantos y vana la hermosura; merece alabanza la mujer que teme al Señor. Es digna de gozar del fruto de sus trabajos y de ser alabada por todos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

4. Salmo responsorial R. Dichoso el que teme al Señor. L Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien /R L Su mujer como vid fecunda en medio de su casa; sus hijos como renuevos de olivo, alrededor de su mesa /R L ésta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los días de tu vida” /R (Sal 127). 5. 2ª Lectura (1Tes 5,1-6)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: “¡Qué paz y qué seguridad tenemos!”, de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar. Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de


13 de Noviembre - Domingo, XXXIII del Tiempo Ordinario /A

la luz y del día, no de la noche y las tinieblas. Por tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante. R Aleluya (Jn 15,4.5). 7. Evangelio (Mt 25,14-30)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas. Llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue. El que recibió cinco millones fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón, hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco,

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que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’. Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: ‘Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’. Finalmente, se acercó el que había recibido un millón y le dijo: ‘Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’. El Señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y désenlo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Dios ha sido generoso enriqueciéndonos con sus dones. Oremos, para que estos dones produzcan los frutos que él espera de nosotros.


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14 de Noviembre - Lunes, Feria, XXXIII Semana del Tiempo Ordinario

A Te lo pedimos, Señor. L El amo felicitó al servidor honrado y cumplidor. Para que trabajemos con honradez y coraje, para que la justicia y la solidaridad produzcan sus frutos: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Las personas y las instituciones corruptas explotan a los trabajadores y a la sociedad. Para que haya personas honestas y justas al frente de las instituciones, del estado y de los negocios: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L El Señor no quiere servidores perezosos y cobardes. Para que colaboremos al desarrollo justo y solidario de nuestro mundo: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Concede, Señor, sabiduría y audacia a los que gestionan los bienes de este mundo, para que favorezcan a los más necesitados de recursos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Que estos dones traídos a tu altar nos

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obtengan de ti, Señor y Dios nuestro, la gracia de servirte con amor y la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas (Sal 72,28). 11. Oración después de la comunión Señor, que nuestra participación en esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo, nos una siempre con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué clase de frutos estás dando?

de Noviembre - Lunes,

Feria, XXXIII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde

Muchos israelitas abrazaron las costumbres paganas El autor nos ubica en un contexto histórico para el pueblo de Israel, que se encuentra bajo dominación extranjera. Por un lado, presenta la autoridad máxima del país, el rey Antíoco Epífanes, el cual se dio a sí mismo el nombre de “dios Epífanes”. Por otra parte, están los judíos, divididos en dos grupos: los “israelitas renegados”, y los que se mantienen fieles a las tradiciones de sus antepasados. Éstos se agrupan en torno a los Macabeos.


14 de Noviembre - Lunes, Feria, XXXIII Semana del Tiempo Ordinario

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Los “israelitas renegados”, procediendo como activistas políticos, convencieron a muchos para que se adaptaran a las leyes del país y asumieran las costumbres paganas. Éstos, “disimularon la circuncisión, renegaron de la santa alianza, se emparentaron con los paganos y se entregaron a toda clase de maldades” (1Mac 1,15). Este grupo de “renegados”, siguiendo las normas oficiales, adoptaron la religión oficial. Ofrecieron sacrificios a los ídolos y abandonaron la observación del sábado. El rey prohibió ofrecer sacrificios y holocaustos en Jerusalén y demás ciudades judías y celebrar sus fiestas. Entre los israelitas, surgió un grupo que se negó a seguir las imposiciones reales. Prefirieron afrontar la muerte antes que profanar la alianza santa y contaminarse con alimentos impuros. Ante la claudicación de muchos, siempre ha habido un grupo de fieles al Señor, que no dudan en entregar su vida, antes que traicionarlo. Al recobrar la vista, el ciego siguió a Jesús En el camino que Jesús está haciendo hacia Jerusalén, se presenta un pobre, que además era ciego. La necesidad más urgente que tenía era la de recobrar la vista. Se le presentó la ocasión y no la desaprovechó. Al enterarse que era Jesús quien pasaba, inmediatamente pide remedio para su ceguera, a aquel que tenía poder para sanarlo. Su grito fue: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí” (Lc 18,38). Ante su grito de angustia, se produjeron dos reacciones distintas. La primera, la de la gente. En lugar de ayudarlo para que pudiera llegar a donde estaba Jesús, lo reprendían y querían callarlo. La actitud de insolidaridad con el ciego por parte de la gente fue evidente. La actitud de Jesús fue muy distinta. El ciego pedía misericordia; y Jesús le respondió con misericordia. Primer paso: Se hizo cargo de la situación, informándose de lo que el ciego pedía. Segundo paso: inmediatamente pasó a la acción, y el ciego recobró la vista. La curación fue más allá de lo que el ciego pedía. Jesús le abrió, además, los ojos del espíritu para que lo reconociera. El ciego siguió un verdadero proceso de conversión. Primero: se informó quién pasaba. Segundo: a pesar de la oposición de la gente, creyó en Jesús; su fe se vio confirmada por la sanación. Tercero: inmediatamente se puso a seguirlo. Toda conversión ha de terminar en seguimiento y en anuncio: “Lo seguía y glorificaba a Dios” (Lc 18,43). P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor: Me invocarán y yo los escucharé y los libraré de su esclavitud donde quiera que se encuentren (Jer 29,11.12.14). 2. Oración colecta Concédenos, Señor, tu ayuda para entregarnos fielmente a tu servicio porque sólo en el cumplimiento de tu voluntad podremos encontrar la fe-


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14 de Noviembre - Lunes, Feria, XXXIII Semana del Tiempo Ordinario

licidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(1Mac 1,10-15.41-43.54-57.62-64)

Lectura del primer libro de los Macabeos En aquellos días, surgió un hombre perverso, Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma. Subió al trono el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos. Hubo por entonces unos israelitas apóstatas, que convencieron a muchos diciéndoles: “Vamos a hacer un pacto con los pueblos vecinos, pues desde que hemos vivido aislados, nos han sobrevenido muchas desgracias”. Esta proposición fue bien recibida y algunos del pueblo decidieron acudir al rey y obtuvieron de él autorización para seguir las costumbres de los paganos. Entonces, conforme al uso de los paganos, construyeron en Jerusalén un gimnasio, simularon que no estaban circuncidados, renegaron de la alianza santa, se casaron con gente pagana y se vendieron para hacer el mal. Por su parte, el rey publicó un edicto en todo su reino y ordenó que todos sus súbditos formaran un solo pueblo y abandonaran su legislación particular. Todos los paganos acataron el edicto real y muchos israelitas aceptaron la religión oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. El día quince de diciembre del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de Dios un altar pagano, y se fueron

construyendo altares en todas las ciudades de Judá. Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; rompían y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; a quienes se les descubría en su casa un ejemplar de la alianza y a los que sorprendían observando los preceptos de la ley, los condenaban a muerte en virtud del decreto real. A pesar de todo esto, muchos israelitas permanecieron firmes y resueltos a no comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos que violaban la santa alianza. Muy grande fue la prueba que soportó Israel. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos. L Me indigno, Señor, porque los pecadores no cumplen tu ley. Las redes de los pecadores me aprisionan, pero yo no olvido tu voluntad /R L Líbrame de la opresión de los hombres y cumpliré tus mandamientos. Se acercan a mí los malvados que me persiguen y están lejos de tu ley /R L Los malvados están lejos de la salvación, porque no han cumplido tus mandamientos. Cuando veo a los pecadores, siento disgusto, porque no cumplen tus palabras /R (Sal 118).

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R Aleluya (Jn 8,12).


15 de Noviembre - Martes, Feria o Memoria de San Alberto Magno

6. Evangelio (Lc 18,35-43)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!” Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” Él le contestó: “Señor, que vea”. Jesús le dijo: “Recobra la vista; tu fe te ha curado”. Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

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7. Oración sobre las ofrendas Que estos dones traídos a tu altar nos obtengan de ti, Señor y Dios nuestro, la gracia de servirte con amor y la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas (Sal 72,28). 9. Oración después de la comunión Señor, que nuestra participación en esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo, nos una siempre con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Te acercas a Jesús, para que te cure de tus cegueras?

de Noviembre - Martes,

Feria o Memoria de San Alberto Magno Color litúrgico: Verde o Blanco

Prefirió una muerte honrosa a una vida de infamia El autor del libro empieza el relato de los israelitas, que padecieron el martirio por mantenerse fieles a la ley y a las tradiciones de su pueblo. El primero es Eleazar. Nos ofrece el perfil del auténtico israelita: hombre sensato, fiel a las tradiciones, de conducta intachable y estudioso de la ley. Eleazar se vio sometido a la prueba de comer alimentos prohibidos a los


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15 de Noviembre - Martes, Feria o Memoria de San Alberto Magno

israelitas. El que se negase se arriesgaba a perder la vida. Plenamente consciente de lo que hacía, Eleazar, se negó a comer la carne que le ofrecían, y avanzó hacia el suplicio. Hombre de principios sólidos, “prefirió una muerte honrosa a una vida de infamia” (2Mc 6,19). De este buen israelita, que es Eleazar, tenemos que aprender la fidelidad a los proyectos de Dios y a la Buena Noticia que nos anunció Jesús; la resistencia pasiva, pero firme, dispuestos a dar la vida por la libertad y dignidad de las personas; la rebeldía, ante aquellos que violan los derechos fundamentales de toda persona. Jesús vino a buscar y salvar a los que andaban perdidos En el final del viaje de Jesús de Galilea a Jerusalén, coloca Lucas la historia de Zaqueo. Una historia en la que se plasman muchas de las enseñanzas que ha propuesto por el camino: la misión de Jesús, la búsqueda, el encuentro, la inversión de valores, la salvación. En la historia de Zaqueo tenemos todos los elementos de un proceso de conversión. Partimos de un jefe de recaudadores de impuestos, mal visto por la sociedad por considerarlos corruptos y aprovechados. Este hombre se entera que Jesús está en su ciudad, y va a su encuentro. Primer paso para la conversión: la búsqueda. Segundo paso: el encuentro. Jesús que anda buscando “lo que estaba perdido”, y Zaqueo que andaba necesitado de salvación, se encuentran. El encuentro se realiza en dos escenarios. Empieza en la calle y culmina en torno a una mesa en casa de Zaqueo. Tercer paso: el cambio radical. Impactado por los gestos que ha realizado Jesús, Zaqueo realiza un cambio radical en su vida. Cuarto paso: los signos visibles de conversión: Zaqueo decide resarcir a los que ha explotado en su profesión de recaudador. Además, entrega la mitad de los bienes a los pobres. Jesús ratifica públicamente la autenticidad de la conversión de Zaqueo: “Ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9). Jesús queda satisfecho, porque ha cumplido su misión: “Salvar lo que estaba perdido” (Lc 19,10). El santo de hoy: San Alberto Magno (1206-1280) Nace en Lauingen (Baviera). En 1229 ingresa en la orden de los Dominicos. Durante sus estudios se distinguió por su prodigiosa inteligencia. Fue un maestro excepcional en ciencias religiosas y profanas. En su persona encontramos reunidas la dedicación a la ciencia y la vida mística, iluminando a la Iglesia por su ciencia y por su santidad. Fue profesor en varias universidades. En 1260 fue nombrado obispo de Ratisbona. En su condición de obispo asistió al II concilio de Lyón. Dejó numerosos escritos. Pío XI lo proclamó doctor de la Iglesia. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios (Ez 34,11.23-24).


15 de Noviembre - Martes, Feria o Memoria de San Alberto Magno

2. Oración colecta Dios nuestro, que otorgaste a san Alberto Magno el don de conciliar el saber humano con la verdad revelada, concédenos, por su intercesión que, a través del progreso científico, podamos profundizar en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(2Mac 6,18-31)

Lectura del segundo libro de los Macabeos Había un hombre llamado Eleazar, de edad avanzada y aspecto muy digno. Era uno de los principales maestros de la ley. Querían obligarlo a comer carne de puerco y para ello le abrían a la fuerza la boca. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente hacia el suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aún a costa de la vida. Los que presidían aquel sacrificio pagano, en atención a la antigua amistad que los unía con Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que mandara traer carne permitida y que la comiera, simulando que comía la carne del sacrificio ordenada por el rey. Así se podría librar de la muerte y encontrar benevolencia, por la antigua amistad que los unía. Pero Eleazar, adoptando una actitud cortés, digna de sus años y de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa, dada por Dios, respondió enseguida: “Envíenme al sepulcro, pues no es digno de mi edad ese engaño. Van

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a creer los jóvenes que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado al paganismo. Y si por miedo a perder el poco tiempo de vida que me queda, finjo apartarme de la ley, se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso sería manchar y deshonrar mi vejez. Y aunque por el momento me librara del castigo de los hombres, ni vivo ni muerto me libraría de la mano del Omnipotente. En cambio, si muero ahora como un valiente, me mostraré digno de mis años y dejaré a los jóvenes un gran ejemplo, para que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y venerable ley”. Dicho esto, se fue enseguida hacia el suplicio. Los que lo conducían, considerando arrogantes las palabras que acababa de pronunciar, cambiaron en dureza su actitud benévola. Cuando Eleazar estaba a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre suspiros: “Tú, Señor, que todo lo conoces, bien sabes que pude librarme de la muerte; pero, por respeto a ti, sufro con paciencia y con gusto, crueles dolores en mi cuerpo y en mi alma”. De esta manera, Eleazar terminó su vida y dejó no sólo a los jóvenes, sino a toda la nación, un ejemplo memorable de virtud y heroísmo. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El Señor es mi defensa. L Mira, Señor, cuántos contrarios tengo, y cuántos contra mí se han levantado; cuántos dicen de mí: “Ni Dios podría salvarlo” /R L Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi


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15 de Noviembre - Martes, Feria o Memoria de San Alberto Magno

gloria y mi victoria; desde tu monte santo me respondes cuando mi voz te invoca /R L En paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa. No temeré a la enorme muchedumbre que se acerca y me acecha /R (Sal 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. R Aleluya (1Jn 4,10). 6. Evangelio (Lc 19,1-10)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”. El bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”. Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo:

“Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, en la fiesta del obispo san Alberto Magno, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure (Jn 15,16). 9. Oración después de la comunión Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor que, a ejemplo de san Alberto Magno, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él tuvo y en llevar a la práctica sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene una pregunta para ti: ¿qué te falta, para que tu conversión sea como la de Zaqueo?


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de Noviembre - Miércoles,

Feria o Memoria de Santa Gertrudis, Virgen Color litúrgico: Verde o blanco

Dios dará aliento de vida a quien muere por serle fiel Al ejemplo de Eleazar ante el martirio, sigue el de una madre con sus siete hijos. El relato destaca por su dramatismo y por la firmeza de los protagonistas. El pueblo de Israel fiel al Señor, está encarnado en una familia de siete hijos, que representan al Israel pobre, frágil e indefenso frente a los poderosos. El relato nos ofrece varios de los elementos que irán configurando la visión real del martirio. Primer elemento: hay que estar dispuestos a morir, antes de actuar contra Dios y sus leyes. Recordemos las palabras de los apóstoles ante el tribunal que los juzgaba: “Hay que obedecer a Dios antes que los hombres” (He 5,29). Segundo elemento: la firme seguridad de que Dios no abandona a aquellos que arriesgan la vida por su causa. Esta seguridad se refleja en la exhortación que la madre inculca a cada uno de sus hijos, según les llega el turno del martirio. Los exhorta, acudiendo a los sentimientos más profundos de una madre: “Ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en el seno” (2Mac 7,27). A ellos une su fe inquebrantable en Dios: “Con su misericordia, les devolverá el aliento y la vida, si ahora se sacrifican por su ley” (2 Mac 7,23). Ésta es la primera vez que la Biblia habla claramente de la resurrección de los muertos. Hagamos producir los dones de Dios hasta que venga Nos encontramos al final del viaje que Jesús ha emprendido hacia Jerusalén. La parábola precede a su entrada triunfal en la ciudad, en la cual será aclamado como rey. En la parábola se trata precisamente de un hombre que va a ser proclamado rey. Durante el tiempo de la ausencia, confía parte de sus bienes a diez de sus servidores, para que los hagan producir. Al regreso les pide que rindan cuentas de su gestión. Dos de los servidores han realizado una buena gestión. Uno, multiplicó por diez el dinero recibido. Otro, lo multiplicó por cinco. Los dos recibieron la aprobación del rey juntamente con la recompensa. El tercero recibe una reprimenda, por no haber negociado con el capital recibido. Busca excusas en el rey, al que acusa de riguroso, declinando su responsabilidad. El rey lo condena sirviéndose de sus mismas palabras: “Por tu boca te condeno, servidor indigno” (Lc 19,22). Los dos primeros siguieron el ejemplo de Pablo: “No hago inútil la gracia de Dios” (Gál 2,21). Todos hemos recibido de la “plenitud de Cristo “gracia sobre gracia” (Jn 1,16). El Señor espera ahora que los frutos estén a la altura de su inmensa generosidad. La santa de hoy: Santa Gertrudis (1256-1302) Nació en Eisleben (Alemania). Entró a los cinco años en el monasterio de Helfta, donde fue educada. Se entregó con mucho fervor a la soledad y al es-


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16 de Noviembre - Miércoles, Feria o Memoria de Santa Gertrudis

tudio. A los 26 años entró en una etapa de vida contemplativa y mística, atraída por la espiritualidad litúrgica propia de la regla benedictina. Se distinguió por su amor a los misterios de la encarnación, del corazón de Jesús y de la eucaristía. Dejó algunos escritos espirituales. P. Antonio Danoz, redentorista Sta. Gertrudis, Virgen

1. Antífona de entrada Como las vírgenes prudentes, santa Gertrudis conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo. 2. Oración colecta Tú que colmaste el corazón de santa Gertrudis con la presencia de tu amor, purifica, Señor, nuestros corazones, para que también nosotros podamos experimentar la alegría de tu presencia y el poder de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(2Mac 7,1.20-31)

Lectura del segundo libro de los Macabeos En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epifanes los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. Muy digna de admiración y de glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en el espacio de un solo día, lo soportó con entereza, porque tenían puesta su esperanza en el Señor. Llena de generosos sentimientos y uniendo un temple viril a la ternura femenina, animaba a cada uno de ellos en su lengua materna, diciéndoles: “Yo no sé cómo han aparecido uste-

des en mi seno; no he sido yo quien les ha dado el aliento y la vida, ni he unido yo los miembros que componen su cuerpo. Ha sido Dios, creador del mundo, el mismo que formó el género humano y creó cuanto existe. Por su misericordia, él les dará de nuevo el aliento y la vida, ya que por obedecer sus santas leyes, ustedes la sacrifican ahora”. Antíoco, pensó que la mujer lo estaba despreciando e insultando. Aún quedaba con vida el más pequeño de los hermanos y Antíoco trataba de ganárselo, no sólo con palabras, sino hasta con juramentos le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que renegara de las tradiciones de sus padres; lo haría su amigo y le daría un cargo. Pero como el muchacho no le hacía el menor caso, el rey mandó llamar a la madre y le pidió que convenciera a su hijo de que aceptara, por su propio bien. El rey se lo pidió varias veces, y la madre aceptó. Se acercó entonces a su hijo, y burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua materna: “Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé en mi seno nueve meses, te amamanté tres años y te he criado y educado hasta la edad que tienes. Te ruego, hijo mío, que mires el cielo y la tierra, y te fijes en todo lo que hay en ellos; así sa-


16 de Noviembre - Miércoles, Feria o Memoria de Santa Gertrudis

brás que Dios lo ha hecho todo de la nada y que en la misma forma ha hecho a los hombres. Así, pues, no le tengas miedo al verdugo, sigue el buen ejemplo de tus hermanos y acepta la muerte, para que, por la misericordia de Dios, te vuelva yo a encontrar con ellos”. Cuando la madre terminó de hablar, el muchacho dijo a los verdugos: “¿qué esperan? No voy a obedecer la orden del rey; yo obedezco los mandamientos de la ley dada a nuestros padres por medio de Moisés. Y tú, rey, que eres el causante de tantas desgracias para los hebreos, no escaparás de las manos de Dios”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas. L Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten /R L Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras /R L Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista /R (Sal 16). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Yo les he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R Aleluya (Jn 15,16).

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6. Evangelio (Lc 19,11-28)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola: “Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’. Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: ’No queremos que éste sea nuestro rey’. Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas’. Él les contestó: ‘Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades’. Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú serás gobernador de cinco ciudades’. Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que


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17 de Noviembre - Jueves, Santa Isabel de Hungría

no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’ Después les dijo a los presentes. ‘Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez’. Le respondieron: ‘Señor, ya tiene diez monedas’. Él les dijo: ‘Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia’”. Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te

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presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Gertrudis, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor (Mt

25,6).

9. Oración después de la comunión Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Gertrudis, virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene una pregunta para ti: Los dones que Dios te ha dado, ¿producen los frutos que Él espera de ti?

de Noviembre - Jueves,

Santa Isabel de Hungría, Religiosa, M Color litúrgico: Blanco

Dios me libre de abandonar la ley del Señor Para liderar la resistencia ante el rey Antíoco, que se empeñaba en obligar a los judíos a obedecer los decretos reales, surgió un hombre, de nombre Matatías, de familia sacerdotal. Se hicieron cargo de lo que estaba sucediendo en Jerusalén, cómo habían profanado y saqueado el templo, decide pasar a la acción junto con sus hijos. Los funcionarios reales se dirigen a él, para que sea el primer en obedecer las órdenes del rey y ofrezcan los sacrificios prescritos. Intentan corromperlo ofreciéndole títulos y riquezas a él y a sus hijos. La reacción de Matatías


17 de Noviembre - Jueves, Santa Isabel de Hungría

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fue inmediata: “Yo, mis hijos y mis parientes viviremos según la alianza de nuestros padres” (1Mac 2,20). Dio un paso más. Lleno de celo y “arrebatado de ira santa”(1Mac 2,24), mató al funcionario que obligaba a los judíos a ofrecer sacrificios y derribó el altar. Se excedió en la violencia, pero no en la firmeza con que defendió su fidelidad a la ley de Señor. Desde este momento se puso al frente de los judíos, dispuestos a seguir la ley del Señor. Un gran número de ellos, amantes de la justicia y del derecho, se refugiaron en el desierto, para escapar de la persecución del rey. Ojalá reconozcas lo que conduce a la paz Jesús se acerca hacia el final de su destino. Divisa la ciudad que será testigo de su muerte y de su resurrección. Se llenó de tristeza al contemplar la suerte que le esperaba. Entró en ella como rey que le trae la paz, como profeta que reflexiona sobre su destino futuro. El interés de Lucas se centra más sobre la suerte que correrá Jerusalén que sobre el mismo destino de Jesús. Mientras la gente grita alborotada, Jesús reflexiona. Llora sobre la ciudad, que deja pasar la oportunidad que se le brinda para conseguir la paz. Jesús hace suyas las palabras del salmista: “Desead la paz para Jerusalén, vivan tranquilos los que la aman” (Sal 122,6). La propuesta de Jesús para la ciudad global y para las ciudades, pueblos, barrios y caseríos, es la paz. Por desgracia, hoy tenemos que llorar, como Jesús, sobre ellos, porque se busca la paz y no la hay. Lo que hay es violencia en las palabras y en los hechos. Hay demasiados metros cuadrados manchados de sangre de ciudadanos. Demasiadas madres llorando la muerte violenta de sus hijos. “Ojalá los hombres y mujeres reconozcamos hoy lo que conduce a la paz” (Lc 19,42), en nuestros hogares, en el país y en el mundo. La santa de hoy: Santa Isabel de Hungría (1207-12-31) Nace en Bratislava (Eslovaquia). Era hija del rey Andrés II. Se casó a los 14 años con Luís IV que contaba 20 años de edad. Del matrimonio nacieron tres hijos. A la muerte de su esposo (1227) se hizo terciaria franciscana, abrazando una vida de pobreza. Fundó un hospital en que servía personalmente a los pobres. Suya es la frase: “Siempre tenemos dos ojos para mirar a los pobres con compasión, oídos para escucharlos, una lengua para consolarlos, unas manos para ayudarlos y un corazón para amarlos”. Contaba 24 años cuando murió. Sta. Isabel de P. Antonio Danoz, redentorista Hungría, Religiosa

1. Antífona de entrada Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor, porque estuve enfermo y me visitaron. Yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo han hecho (Mt 25,34.36.40). 2. Oración colecta Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y


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17 de Noviembre - Jueves, Santa Isabel de Hungría

venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, servir siempre con amor incansable a los necesitados y afligidos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (1Mac 2,15-29)

Lectura del primer libro de los Macabeos En aquellos días, los enviados del rey Antíoco, encargados de hacer apostatar a los israelitas, llegaron a la ciudad de Modín para obligarlos a sacrificar a los ídolos. Muchos israelitas se les sometieron; en cambio, Matatías y sus hijos se les opusieron tenazmente. Los enviados del rey se dirigieron entonces a Matatías y le dijeron: “Tú eres un hombre ilustre y poderoso en esta ciudad y cuentas con el apoyo de tus hijos y de tus hermanos. Acércate, pues, tú primero y cumple la orden del rey, como la han cumplido todas las naciones, los hombres de Judea y los que han quedado en Jerusalén. Así, tú y tus hijos serán contados entre los amigos del rey y serán recompensados con oro, plata y muchos regalos”. Matatías les contestó con voz firme: “Aunque todas las naciones que forman los dominios del rey obedezcan sus órdenes y apostaten de la religión de sus padres, mis hijos, mis hermanos y yo nos mantendremos fieles a la alianza de nuestros padres. ¡Dios nos libre de abandonar nuestra ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey ni ofreceremos sacrificios a los ídolos, porque así quebrantaríamos los mandamientos de nuestra ley y

seguiríamos un camino equivocado”. Apenas había acabado de hablar Matatías, un judío se adelantó, a la vista de todos, para ofrecer sacrificios a los ídolos en el altar, conforme al decreto del rey. Al verlo, Matatías se indignó, tembló de cólera y en un arrebato de ira santa, corrió hasta el judío y lo degolló sobre el altar. Mató, además, al enviado del rey, que obligaba a hacer sacrificios, y destruyó el altar. En su celo por la ley, imitó lo que hizo Pinjás contra Zimrí, el hijo de Salú. Luego empezó a gritar por la ciudad: “Todo aquel que sienta celo por la ley y quiera mantener la alianza, que me siga”. Y, dejando en la ciudad cuanto poseían, huyeron él y sus hijos a las montañas. Por entonces, muchos judíos que buscaban la justicia y querían ser fieles a la ley, se fueron a vivir al desierto. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Dios salva al que cumple su voluntad. L Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado /R L Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara /R L Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria, agradecido /R (Sal 49).


18 de Noviembre - Viernes, Memoria de la Ded. de las Bas. de San Pedro y San Pablo

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, dice el Señor. R Aleluya (Sal 94,8). 6. Evangelio (Lc 19,41-44)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó: “¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te pre-

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sentamos y haz que el memorial del amor infinito de tu Hijo, que estamos celebrando, aumente en nosotros, a ejemplo de santa Isabel de Hungría, nuestra generosidad contigo y con el prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Nadie tiene mayor amor por sus amigos que el que da la vida por ellos (Jn 15,13). 9. Oración después de la comunión Señor, que este sacramento de tu amor que hemos recibido, nos dé fuerza para imitar el ejemplo de santa Isabel de Hungría, que se consagró a ti de todo corazón y se prodigó sin descanso por el bien de tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué hacemos nosotros, para fomentar la paz en el hogar y donde vivimos?

de Noviembre - Viernes,

Feria o Mem. de la Ded. de las Bas. de San Pedro y San Pablo Hoy se celebra la fiesta de Ntra. Sra. de la Chiquinquirá

La purificación y dedicación del Templo de Dios Con la confianza puesta en el Dios liberador, los Macabeos, al frente del pueblo que se mantuvo fiel a los ocupantes extranjeros. Centraron sus energías en la reconstrucción, dando prioridad a la purificación y dedicación del templo. Con una solemne fiesta que duró ocho días, celebraron el rito de la dedicación el 25 de diciembre del año 164 antes de Cristo. Esta fiesta


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18 de Noviembre - Viernes, Memoria de la Ded. de las Bas. de San Pedro y San Pablo

quedó institucionalizada. Jesús mismo participó en ella antes de su muerte (Jn 10,22). En la liturgia de la dedicación hay varios elementos a tener en cuenta. Primero: Se celebra para festejar un acontecimiento importante en la vida del pueblo. La liturgia no puede estar separada de la vida. Segundo: Una de las primeras cosas que hacen es dar gracias a Dios, ofreciendo sacrificios de comunión y de alabanza siguiendo lo establecido en la ley. Cantaron himnos acompañándolos con instrumentos. De esta forma dieron gracias a Dios por haber recuperado su plena libertad. Convirtieron la casa de oración en cueva de asaltantes Como buen israelita, Jesús ama y respeta el templo, como signo visible de la presencia de Dios en medio del pueblo, y como lugar reservado para el encuentro con él. Como manifiesta Isaías: “A mi casa la llamarán todos los pueblos casa de oración” (Is 56,7). Sus puertas estarán siempre abiertas a todos los pueblos. La actuación de Jesús representa una denuncia contra aquellos que se atrevieron a profanar el templo, convirtiéndolo en un mercado y en cueva de asaltantes. Jesús realiza un gesto profético. Por medio de él, le devuelve la dignidad al templo. Recuperó su destino de casa de oración y de encuentro con Dios. Una vez recuperada la dignidad del templo, Jesús se dedica a anunciar a diario la Buena Noticia del reino de Dios. Los sumos sacerdotes y los jefes del pueblo no pudieron con el gesto profético de Jesús. Tomaron una decisión: darle muerte. Buscaban el modo de llevar a cabo su propósito, pero no les resultaba fácil, pues todo el pueblo estaba pendiente de su palabra. Los escritos del nuevo testamento hablan también de otros templos. Pasemos del templo material a los templos de carne y hueso, que somos cada uno de los bautizados. También este templo ha de ser tratado con dignidad: “¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo?” (1Co 6,19). Glorifiquemos a Dios en ese templo. Hemos de dedicarlo a glorificar a Dios. La fiesta de hoy: Dedicación de la basílica de San Pedro y San Pablo Esta basílica se encuentra en Roma. Fue consagrada por el papa Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la antigua basílica. La construcción de este grandioso templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 sumos pontífices. Está construida sobre la colina llamada Vaticano, en el lugar donde se cree que está el sepulcro de san Pedro. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada (Ded. Bas. de S. Pedro y S. Pablo) Has constituido a tus Apóstoles, príncipes sobre toda la tierra; ellos darán a conocer tu nombre de generación en generación y todas las naciones te alabarán eternamente (Sal 44,17-18). 2. Oración colecta (Ded. Bas. de S. Pedro y S. Pablo) Guía y protege, Señor, a tu Iglesia, que recibió el primer anuncio del Evangelio por la predicación de los Apóstoles Pedro y Pablo y haz que, bajo


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su patrocinio, progrese en la fe y en el amor hasta el fin de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo. Antífona de entrada (Ntra. Sra. de la Chiquinquirá) María el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte (Jdt 13,23.25). Oración colecta (Ntra. Sra. de la Chiquinquirá) Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa advocación de Chiquinquirá estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(1Mac 4,36-37.52-59)

Lectura del primer libro de los Macabeos En aquellos días, Judas y sus hermanos se dijeron: “Nuestros enemigos están vencidos; vamos, pues, a purificar el templo para consagrarlo de nuevo”. Entonces se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión. El día veinticinco de diciembre del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al romper el día y ofrecieron sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido, un sacrificio conforme a la ley. El altar fue inaugurado con cánticos, cítaras, arpas y platillos, precisamente en el aniversario del día en que los paganos lo habían profanado. El pueblo entero se postró en tierra y adoró y bendijo al Señor, que los había conducido al triunfo.

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Durante ocho días celebraron la consagración del altar y ofrecieron con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Adornaron la fachada del templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron los pórticos y las salas, y les pusieron puertas. La alegría del pueblo fue grandísima y el ultraje inferido por los paganos quedó borrado. Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a partir del veinticinco de diciembre, se celebrara durante ocho días, con solemnes festejos, el aniversario de la consagración del altar. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas, Señor, Dios nuestro.

Nuestra Señora de la Chiquinquirá


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18 de Noviembre - Viernes, Memoria de la Ded. de las Bas. de San Pedro y San Pablo

L Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Jacob, desde siempre y para siempre /R L Tuya es la grandeza y el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra /R L Tuyo, Señor, es el reino, tú estás por encima de todos los reyes. De ti provienen las riquezas y la gloria /R L Tú lo gobiernas todo, en tu mano están la fuerza y el poder y de tu mano proceden la gloria y la fortaleza /R (1Cró 29). 5. Aclamación antes de Evangelio R Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R Aleluya (Jn 10,27). 6. Evangelio (Lc 19,45-48)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”. Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

7. Oración sobre las ofrendas (Ded. Bas. de S. Pedro y S. Pablo) Acepta, Señor, el sacrificio de la alabanza que vamos a ofrecerte, y concédenos que la verdad transmitida por san Pedro y san Pablo se mantenga viva en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración sobre las ofrendas (Ntra. Sra. de la Chiquinquirá) Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión (Ded. Bas. de S. Pedro y S. Pablo) Señor, tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios (Jn 6,69-70).

9. Oración después de la comunión (Ded. Bas. de S. Pedro y S. Pablo) Que la Eucaristía que hemos recibido en memoria de tus Apóstoles Pedro y Pablo, nos llene, Señor, de alegría y nos obtenga su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de la comunión (Ntra. Sra. de la Chiquinquirá) Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava (Lc 1,48).


19 de Noviembre - Sábado, Feria o Memoria de Santa María en sábado

Oración después de la comunión (Ntra. Sra. de la Chiquinquirá) Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo respetas tu cuerpo, que es templo de Dios?

de Noviembre - Sábado,

Feria o Memoria de Santa María en sábado Color litúrgico: Verde o blanco

La derrota del rey Antióco Epifanes El rey Antíoco Epífanes, después de haber ido él mismo, recibió la noticia de la derrota de sus tropas por parte de los judíos. Se le informó de la obra de reconstrucción de Jerusalén, de la purificación del templo y de la construcción de la muralla en torno a la ciudad. Estas noticias le impactaron de tal forma, que cayó en cama con una gran depresión. Algunos de sus súbditos le pusieron el apodo de “epimanes”, que significa “loco”. La depresión le afectó de tal forma, que creyó que se moría. La reflexión que hace ante los personajes importantes de su reino, refleja su estado de pena y de derrotismo. Al reconocer que los daños que ha causado, entre otros, el saqueo de los tesoros del templo de Jerusalén, no está expresando arrepentimiento y conversión. Está confesando el fracaso que ha cosechado en sus proyectos de grandeza, en su proyecto de someter a los pueblos que se encontraban en su entorno. En la resurrección, los muertos vivirán como hijos de Dios La controversia sobre la resurrección se la plantearon a Jesús los saduceos. Este sector del pueblo pertenecía al alto clero y a familias ricas. Solo creían en la vida presente. Su preocupación era el poder, la riqueza y el prestigio entre la gente. Negaban la existencia de la resurrección. La fe en la resurrección estaba ya consolidada en el pueblo judío en el siglo segundo antes de Cristo. Jesús no deja lugar a la duda. Su proclamación es rotunda: “Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos” (Lc 20,38). Como creador de la vida, tiene poder para que la vida perdure para siempre. La muerte no es un final para el ser humano. Es el paso obligado, para conseguir la vida definitiva que no conocerá fin. Jesús desbarata la falacia fabricada con gran astucia por los saduceos, con el caso de los siete maridos. La confesión de fe cristiana proclama: “Esperamos la resurrección de los


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muertos y la vida del mundo futuro”. A los discípulos nadie nos podrá separar del amor de Dios, que se ha manifestado en Jesús. No conoce límite y tampoco tiene fin. Creer en la resurrección significa vivir desde ahora, como resucitados con Cristo, liberados de toda esclavitud que conduce a la muerte. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte (Judit 13,23.25). 2. Oración colecta Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (1Mac 6,1-13)

Lectura del primer libro de los Macabeos Cuando recorría las regiones altas de Persia, el rey Antíoco se enteró de que había una ciudad llamada Elimaida, famosa por sus riquezas de oro y plata. En su riquísimo templo se guardaban los yelmos de oro, las corazas y las armas dejadas ahí por Alejandro, hijo de Filipo y rey de Macedonia, que fue el primero que reinó sobre los griegos. Antíoco se dirigió a Elimaida, con intención de apoderarse de la ciudad y de saquearla. Pero no lo consiguió, porque al conocer sus propósitos, los habitantes le opusieron resistencia y tuvo que salir huyendo y marcharse de ahí con gran tristeza,

para volverse a Babilonia. Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero que le anunció la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá. Lisias, que había ido al frente de un poderoso ejército, había sido derrotado por los judíos. Éstos se habían fortalecido con las armas, las tropas y el botín capturado al enemigo. Además, habían destruido el altar pagano levantado por él sobre el altar de Jerusalén. Habían vuelto a construir una muralla alta en torno al santuario y a la ciudad de Bet-Sur. Ante tales noticias, el rey se impresionó y se quedó consternado, a tal grado, que cayó en cama, enfermo de tristeza, por no haberle salido las cosas como el había querido. Permaneció ahí muchos días, cada vez más triste y pensando que se iba a morir. Entonces mandó llamar a todos sus amigos y les dijo: “El sueño ha huido de mis ojos y me siento abrumado de preocupación. Y me pregunto: ‘¿Por qué estoy tan afligido ahora y tan agobiado por la tristeza, si me sentía tan feliz y amado, cuando era poderoso? Pero ahora me doy cuenta del daño que hice en Jerusalén, cuando me llevé los objetos de oro y plata que en ella había, y mandé exterminar sin motivo a los habitantes de Judea. Reconozco que por esta causa me han sobrevenido estas desgracias y


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que muero en tierra extraña, lleno de tristeza’”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Cantemos al Señor, nuestro salvador. L Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas; me alegro y me regocijo contigo y toco en tu honor, Altísimo /R L Porque mis enemigos retrocedieron, cayeron y perecieron ante ti. Reprendiste a los pueblos, destruiste al malvado y borraste para siempre su recuerdo /R L Los pueblos se han hundido en la tumba que hicieron, su pie quedó atrapado en la red que escondieron. Tú, Señor, jamás olvidas al pobre y la esperanza del humilde jamás perecerá /R (Sal 9). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido a la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R Aleluya (2Tim 1,10). 6. Evangelio (Lc 20,27-40)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia

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a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?” Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. Entonces, unos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”. Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto


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Dios sus ojos en la humildad de su esclava (Lc 1,48). 9. Oración después de la comunión Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen

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María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo influye en tu vida la fe en la resurrección?

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Jesucristo Rey del Universo, S -

Liturgia de las Horas: Propias - Día del Apostolado Seglar

LO QUE HICIERON A SUS HERMANOS, LO HICIERON CONMIGO Celebramos a Jesús, Pastor, Rey y Juez universal En el evangelio de Mateo, ésta es la última enseñanza extensa que Jesús dirige a los discípulos. Jesús anuncia un juicio en el cual el Hijo del hombre se presenta como juez-pastor universal. Para la comunidad de los discípulos, Jesús es este Hijo de Hombre. Ella es la primera destinataria del discurso de Jesús sobre el juicio. El evangelista utiliza tres títulos, que la comunidad cristiana aplicó a Jesús desde el principio: Hijo de hombre, Pastor y Rey. Los dos últimos, reservados para Dios en el antiguo testamento, después de la resurrección se aplicaron también a Jesús. En el evangelio de Juan Jesús proclama: “Puesto que es el Hijo del hombre, el Padre ha confiado a su Hijo el poder de juzgar” (Jn 5,27). Ezequiel nos ofrece uno de los textos en los que Dios aparece como pastor de Israel. Con un amor entrañable, busca a las que se extravían, las libera de los lugares tenebrosos donde se perdieron, venda a las que están heridas, las apacienta como es debido, juzga entre oveja y oveja. Como juez universal, Jesús “se sentará en el trono de su gloria… Separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras” (Mt 25,31-32). En este ejercicio de pastor-juez, Jesús revela su señorío y su realeza. La realeza de Jesús se hizo patente ante el mundo en su resurrección de entre los muertos. Jesús que es el primero en resucitar de entre los muertos, tiene que reinar. “Luego vendrá el fin, cuando entregue el reino a Dios Padre… Y así Dios será todo para todos” (1Co 15,24.28). Toda acción, por pequeña que sea, cuenta ante Dios Más que una información sobre el futuro juicio, a Mateo le interesa su incidencia sobre la vida y sobre los comportamientos de la comunidad. En la propuesta que Jesús hace en el evangelio de Mateo, el compromiso ético se


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presenta en forma de alternativa: vida eterna, o muerte; reino de los cielos, o castigo eterno. En la lista de actuaciones que ofrece Mateo, tanto de los buenos como de los que carecen de amor, algunas están muy enraizadas en la tradición bíblica, como dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, hospedar al extranjero, cuidar a los enfermos. Pero también menciona acciones aparentemente irrelevantes, como dar un vaso de agua a un pequeño. “Les aseguro que no quedará sin recompensa” (Mt 10,42). Ante Dios los discípulos no pueden pensar en soluciones intermedias. Tampoco en neutralidad ética ante las situaciones que reclaman su intervención ante los necesitados. Los comportamientos éticos que nacen de la Buena Noticia que Jesús anuncia, no se reducen a palabras bonitas y a discursos impactantes. Exige Jesús dijo a sus discípulos: dirá el rey actuar ante las situaciones de injusticia, a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de hambre, de violación de derechos, de de mi Padre; tomen posesión del Reino marginación social. preparado para ustedes desde la creación del mundo…’ (Mt 25,34) En la escenificación del juicio que presenta Mateo, la fe es necesaria para todo discípulo, pero lo decisivo son las obras. “Les aseguro que lo que hayan hecho con uno solo de estos mis hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo” (Mt 25,40). El amor es el que establece la diferencia Pocos textos evangélicos suscitan una fascinación tan grande como éste de Mateo. El juicio se centra en las obras de amor y de misericordia con los marginados, con los pobres, con los que sufren, con los que carecen de significación social: “los pequeños”. Los hermanos del Hijo del hombre, aunque los mismos justos lo ignoren a veces, son todas las personas necesitadas, sin distinción de cultura, religión o estado social. El amor a Dios, el amor a Jesús, y el amor al prójimo, tienen aquí la expresión más bella. El prójimo necesitado se convierte en “sacramento” de la presencia de Jesús. Él se hace hombre de nuevo en los pobres. Su encarnación continúa. Los justos y los de duro corazón, se sentirán sorprendidos al oír de labios del Rey-Pastor-Juez: “Conmigo lo ha hecho” (Mt 25,40.45). Este texto de Mateo ha sido fundamental en todas las etapas de la Iglesia, para entender el servicio de amor y solidaridad con los necesitados. De él procede la lista clásica de las llamadas “Obras de misericordia”, que se ha mantenido desde la Edad Media.


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Nuevas formas de la revelación de Dios El camino del encuentro con Dios a través de los hermanos más pequeños, que representan a todos los necesitados, es de una importancia transcendental, para esta humanidad poscristiana, indiferente y atea. Los sentimientos más nobles y humanitarios y Dios, se encuentran en el ser humano que sufre. Jesús sufre de nuevo su “pasión” en el inocente condenado, en las personas humilladas, en los seres física y moralmente maltratados, en los asesinados por el hampa o por los poderes fácticos. Éste es un signo revelador del Dios de la vida. A los discípulos nos corresponde asumir la responsabilidad histórica, de abrir nuevos caminos profundamente humanos y cristianos, para el encuentro de los hombres y mujeres de esta generación con Dios. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos (Ap 5,12;1,6). 2. Oración colecta Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda creatura, liberada de la esclavitud, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Ez 34,11-12.15-17)

Lectura del libro del profeta Ezequiel Esto dice el Señor Dios: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y oscuridad. Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja per-

dida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia. En cuanto a ti, rebaño mío, he aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El Señor es mi pastor, nada me falta. L El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas /R L Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes /R L Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término /R (Sal 22).


20 de Noviembre - Domingo, Jesucristo Rey del Universo, S

5. 2ª Lectura

(1Co 15,20-26.28)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos. En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo. Enseguida será la consumación, cuando, después de haber aniquilado todos los poderes del mal, Cristo entregue el Reino a su Padre. Porque él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte. Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre y así Dios será todo en todas las cosas. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R Aleluya (Mc 11,9.10).

7. Evangelio (Mt 25,31-46)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo

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del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’. Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos, vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’. Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado, y no te asis-


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timos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Dios quiere reinar en el mundo por medio de su amor y su justicia. Oremos, para que sus discípulos colaboremos con nuestro esfuerzo y nuestra entrega. A Te lo pedimos, Señor. L El reino que Jesús anuncia no es de este mundo, pero sí es para este mundo. Para que los discípulos de Jesús pongamos manos a la obra para conseguirlo: Oremos Al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Existen instituciones y regímenes que oprimen y esclavizan. Para que todos los habitantes del mundo disfruten de la libertad y de los derechos más humanos y fundamentales: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Servir con humildad y generosidad es la forma de reinar que anunció Jesús. Para que sus discípulos seamos ante el mundo, testigos de esta nueva forma de reinar: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Señor, tu que reinaste desde la cruz, por tu amor y por tu entrega, enséñanos a ser en el mundo testigos de tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

9. Oración sobre las ofrendas Al ofrecerte el sacrificio de la reconciliación humana, te rogamos, Señor, que Jesucristo, tu Hijo, conceda a todos los pueblos los bienes de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Prefacio S El Señor esté con nosotros. R Y con tu espíritu. S Levantemos el corazón. R Lo tenemos levantado hacia el Señor. S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R Es justo y necesario. S En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a tu Hijo unigénito, nuestro Señor Jesucristo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: A Santo, Santo, Santo… 11. Antífona de la comunión En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz (Sal 28,10-11).


21 de Noviembre - Lunes, Presentación de la Santísima Virgen María

12. Oración después de la comunión Alimentados con el pan que da la vida eterna, te pedimos, Señor, que quienes nos gloriamos en obedecer aquí los mandatos de Cristo, Rey del universo, podamos vivir con él eternamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo tratas a Cristo que vive en tus hermanos?

de Noviembre - Lunes,

Presentación de la Santísima Virgen María, M Color litúrgico: Blanco

Dios concedió a Daniel capacidad para interpretar Después de una breve ambientación histórica poco precisa, el autor presenta a cuatro jóvenes judíos, nobles, sanos de buena presencia y sabios. El rey los mandó seleccionar entre los judíos que había llevado a Babilonia. Entre eso jóvenes se encontraba Daniel. Los planes del rey era hacerlos pasar por una etapa de aprendizaje que duraría tres años, para incorporarlos después a su servicio personal. Aquí surge ya el primer problema. Muchos judíos habían aceptado la cultura extranjera. Daniel estaba con el grupo que se mantenía fiel a las tradiciones religiosas judías. Rechazó desde el principio alimentos que les ofrecían, por considerarlos contrarios a la ley. Se negó a comerlos. Aquí consiguió el primer triunfo: que les cambiaron los alimentos. Los cuatro jóvenes se distinguían por su saber y por su profundo conocimiento de los libros. Además, Dios había concedido a Daniel el don extraordinario que lo capacitaba para conocer y para interpretar los sueños y visiones. Esta cualidad de Daniel aparecerá en un momento importante del relato. En las pruebas que les realizó el rey, Daniel y sus tres compañeros fueron seleccionados, pues superaron con creces a los demás, al responder a las cuestiones que les propuso. Daniel quedó incorporado al servicio de palacio. Dios aprecia más la calidad que la cantidad La importancia de las limosnas que depositaban en la alcancía los diversos grupos de personas, no está en la cantidad. Lo lógico es que aquel que tiene más, deposite más. Hay un detalle que nos pone en la perspectiva correcta para entender el mensaje de Jesús. El detalle es éste: “En su pobreza, la viuda ha puesto en la alcancía cuanto tenía para vivir” (Lc 21,4). Frente a la actitud de la viuda está la de los ricos. “Éstos depositaron donativos de lo que les sobraba” (Lc 21,4). Para Dios no es la cantidad lo que cuenta, sino la calidad espiritual del donante. La escala que utiliza Dios se diferencia


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21 de Noviembre - Lunes, Presentación de la Santísima Virgen María

de la que utilizamos los humanos. En un caso como éste, para nosotros lo que cuenta es la cantidad: cuanto más dinero mejor. En una ocasión determinada, entregar lo que tenemos para vivir es un acto de generosidad de suma calidad. El episodio del templo trasladémoslo al campo de la caridad. Para valorar lo que aportamos de forma solidaria a favor de los necesitados, Dios utiliza la escala propia del reino de Dios. Ésta es la caridad que valora Jesús, y la que verdaderamente vale ante Dios. La fiesta de hoy: Presentación de la Virgen María Esta fiesta no tiene ningún soporte bíblico. De la presentación de María en el templo solo se habla en los evangelios apócrifos. El 21 de noviembre del año 543 se realizó en Jerusalén la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, erigida frente al templo. Las Iglesias de Oriente relacionaron esta dedicación con la entrada de María en el templo. De aquí surgió la fiesta de la Presentación de María que hoy celebramos. La fiesta pasó al Calendario Romano en 1585. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos (Sedulio). 2. Oración colecta Al celebrar hoy la festividad de la Presentación de la santísima Virgen María, te suplicamos, Señor, que por intercesión suya, podamos participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dn 1,1-6.8-20)

Lectura del libro del profeta Daniel El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, vino a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la sitió. El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, así como parte de los objetos del templo, que él se llevó al país de Senaar y los guardó en el tesoro de sus dioses. El rey mandó a Aspenaz, jefe de

sus oficiales, que seleccionara de entre los israelitas de sangre real y de la nobleza, algunos jóvenes, sin defectos físicos, de buena apariencia, sobrios, cultos e inteligentes y aptos para servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles la lengua y la literatura de los caldeos. El rey les asignó una ración diaria de alimentos y de vino de su propia mesa. Deberían ser educados durante tres años y después entrarían al servicio del rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de la tribu de Judá. Daniel hizo el propósito de no contaminarse compartiendo los alimentos y el vino de la mesa del rey, y le suplicó al jefe de los oficiales que no lo obligara a contaminarse. Dios le concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales. Sin embargo, éste le dijo a Daniel: “Le tengo miedo al rey, mi señor,


21 de Noviembre - Lunes, Presentación de la Santísima Virgen María

porque él les ha asignado a ustedes su comida y su bebida, y si llega a verlos más delgados que a los demás, estará en peligro mi vida”. Daniel le dijo entonces a Malasar, a quien el jefe de los oficiales había confiado el cuidado de Daniel, Ananías, Misael y Azarías: “Por favor, haz la prueba con tus siervos durante diez días; que nos den de comer legumbres, y de beber, agua; entonces podrás comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa del rey y podrás tratarnos según el resultado”. Aceptó él la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al cabo de ellos, los jóvenes judíos tenían mejor aspecto y estaban más robustos que todos los que comían de la mesa del rey. Desde entonces Malasar les suprimió la ración de comida y de vino, y les dio sólo legumbres. A estos cuatro jóvenes les concedió Dios sabiduría e inteligencia en toda clase de ciencia. A Daniel, además, el don de interpretar visiones y sueños. Al cabo del tiempo establecido, el jefe de los oficiales llevó a todos los jóvenes ante Nabucodonosor y se los presentó. El rey conversó con ellos y entre todos no encontró a nadie como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Quedaron entonces al servicio del rey. Y en todas las cosas de sabiduría, inteligencia y experiencia que el rey les propuso, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su reino. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas, Señor, para siempre.

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L Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Que tu nombre santo y glorioso sea bendito /R L Bendito seas en el templo santo y glorioso. Que en el trono de tu reino seas bendito /R L Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo /R (Dn 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre. R Aleluya (Mt 24,42.44). 6. Evangelio (Lc 21,1-4)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras


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22 de Noviembre - Martes, Santa Cecilia

culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre (Lc 11, 27).

9. Oración después de la comunión Señor, al recibir el sacramento ce-

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lestial en esta festividad de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo mides tu solidaridad con los necesitados?

de Noviembre - Martes,

Santa Cecilia, Virgen y Mártir, M Color litúrgico: Rojo

Hay un Dios del cielo que revela los secretos Daniel se ha confrontado con una prueba sumamente difícil: interpretar un sueño del rey. El panorama no le era nada grato. Antes que a él, el rey había consultado a los magos, astrólogos y adivinos del reino y no habían sabido interpretar el sueño. Enfurecido, el rey mandó acabar con los sabios de Babilonia. El rey había visto una estatua grandiosa, con la cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre y muslos de bronce, las piernas de hierro, y los pies con una mezcla de hierro y barro. Una roca se desprendió, chocó con la estatua y la hizo pedazos. Daniel procedió a la interpretación. El rey, a quien Dios le concedió el reino y el poder, es la cabeza de oro. Le sucederá otro reino menos poderoso, representado por la plata. Después de un tercer reino que dominará el mundo, representado por el bronce, llegará un cuarto reino, fuerte como el hierro, que lo destrozará todo. Finalmente, llegará un reino dividido, que participará de la fortaleza del hierro y de la debilidad de la arcilla. Pero el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido, sino que durará por siempre. Está representado por la piedra que descendió del monte sin intervención humana. Éste se impondrá a todos los demás. El reino que procede de Dios, empieza de forma humilde y se impone sin utilizar la violencia. Muchos se presentarán en mi nombre: No les crean Al presente discurso de Jesús se lo califica de “escatológico”, porque se refiere a lo que sucederá al final. En lo que respecta al final de Jerusalén, y en lo que se refiere al final de los tiempos. El evangelista utiliza un género


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literario llamado “apocalíptico”. Aunque la palabra significa “manifestación”, llama la atención sobre todo por lo fantástico del lenguaje, por los signos que utiliza, por lo enigmático que resulta. En el texto que hemos leído, Jesús se refiere al final dramático de la ciudad de Jerusalén: “No quedará piedra sobre piedra” (Lc 21,6). El contraste es fuerte, entre lo que estaban contemplando Jesús y los discípulos, impresionados por su belleza, y lo que sucederá al final. En el texto no señala ni cómo ni el cuándo con precisión. Lo que ahora nos interesa es la enseñanza que Jesús quiere transmitir a los discípulos. Primera enseñanza: No demos crédito a charlatanes y a falsos mesías, que confunden y asustan a la gente con fantasías y anuncios, por lo general catastróficos, para meterles el miedo en el cuerpo. Segunda enseñanza: Avisa a los discípulos para que estemos preparados a enfrentar la persecución, por la causa de Jesús y de la Buena Noticia. Todos estos sucesos brindarán a los discípulos la hermosa oportunidad de dar testimonio de Jesús. También revelarán nuestra autenticidad de discípulos suyos. La santa de hoy: Santa Cecilia (+ 230?) Carecemos de testimonios históricos anteriores al siglo VI sobre esta santa. Se cree que vivió entre los años 210230. Su culto se difundió y fue muy popular a partir del relato de su martirio en el siglo VI. Perteneció a la noble familia romana de los Cecilios. Fue dada como esposa a Valeriano. En la noche de bodas, mientras sonaba un órgano, Cecilia cantaba en su corazón: “Solo para el Señor”. Este dato dio origen a que fuera proclamada patrona de los músicos. Por su influencia, el esposo se hizo cristiano y compartió con su esposa el ideal de castidad. Según el relato de su martirio, ambos esposos murieron decapitados. Cecilia fue exaltada como modelo de virginidad cristiana y como mártir. Existe en Roma una basílica a ella dedicada. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Esta mujer es una verdadera mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes la juzgaron y mereció así el Reino de los Cielos. 2. Oración colecta Que la intercesión de santa Cecilia, virgen y mártir, nos obtenga, Señor, de tu misericordia, la gracia de vivir con alegría nuestra fe para que merezcamos cantar tus alabanzas en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dn 2,31-45)

Lectura del libro del profeta Daniel En aquellos días, Daniel le dijo al rey Nabucodonosor: “Tú, rey, has tenido esta visión: viste delante de ti una estatua, una estatua gigantesca,


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de un brillo extraordinario y de aspecto imponente. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y los pies, de hierro mezclado con barro. Tú la estabas mirando, cuando de pronto una piedra que se desprendió del monte, sin intervención de mano alguna, vino a chocar con los pies de hierro y barro de la estatua y los hizo pedazos. Entonces todo se hizo añicos: el hierro, el barro, el bronce, la plata, y el oro; todo quedó como el polvo que se desprende cuando se trilla el grano en el verano y el viento se lo lleva sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó toda la tierra. Este fue tu sueño y ahora te lo voy a interpretar. Tú, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino y el poder, el dominio y la gloria, pues te ha dado poder sobre todos los hombres, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro. Después de ti surgirá un reino de plata, menos poderoso que el tuyo. Después vendrá un tercer reino, de bronce, que dominará toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro; así como el hierro destroza y machaca todo, así él destrozará y aplastará a todos. Los pies y los dedos de hierro mezclado con barro que viste, representan un reino dividido; tendrá algo de la solidez del hierro, porque viste el hierro mezclado con el barro. Los dedos de los pies, de hierro y de

22 de Noviembre - Martes, Santa Cecilia

barro, significan un reino al mismo tiempo poderoso y débil. Y el hierro mezclado con el barro quiere decir que los linajes se mezclarán, pero no llegarán a fundirse, de la misma manera que el hierro no se mezcla con el barro. En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, ni dominado por ninguna otra nación. Destruirá y aniquilará a todos estos reinos y él durará para siempre. Eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro. El Dios grande ha manifestado al rey lo que va a suceder. El sueño es verdadero, y su interpretación, digna de crédito”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas para siempre, Señor. L Todas sus obras, bendigan al Señor. Todos sus ángeles, bendigan al Señor /R L Cielos, bendigan al Señor. Todas las aguas del cielo, bendigan al Señor /R L Todos sus ejércitos, bendigan al Señor /R (Dn 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor. R Aleluya (Ap 2,10).


23 de Noviembre - Miércoles, Feria o Memoria de San Clemente I

6. Evangelio (Lc 21,5-11)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”. Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”. Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo

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señales prodigiosas y terribles”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Padre misericordioso, bendice nuestros dones y fortalécenos en la fe que tu santa mártir Cecilia atestiguó con su propia sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y en el cual yo permanezco, ése dará fruto abundante (Jn 15,5). 9. Oración después de la comunión Concédenos, Señor, imitar, confortados con este sacramento, la admirable entereza de santa Cecilia a fin de obtener así el premio eterno, prometido a los que sufren por causa de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿En qué conoce la gente que eres discípulo de Jesús?

de Noviembre - Miércoles,

Feria o Memoria de San Clemente I, Papa y Mártir Color litúrgico: Rojo

No has honrado al Dios que es dueño de tu vida Sin entrar en precisiones históricas sobre el hecho, entremos en la interpretación de las palabras misteriosas escritas sobre la pared. Es éste uno de los relatos destacados del libro. Ante la impotencia de los astrólogos, magos y adivinos, la reina presenta a Daniel, como “hombre a quien Dios ha concedido


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23 de Noviembre - Miércoles, Feria o Memoria de San Clemente I

espíritu de profecía” (Dn 5,11). Daniel se ve confrontado a un nuevo reto: Tiene que revelar el contenido del texto, que los magos, astrólogos, hechiceros y adivinos no pudieron desvelar. De entrada, Daniel rechazó todos los regalos que el rey le ofrece, para que le interprete el mensaje que contienen las letras que el dedo escribió sobre la pared. Las palabras escritas sobre la pared significan: “contado, pesado, dividido”. Daniel le hace saber al rey: “Contado”: significa que Dios tiene contados los días de tu vida, y les ha puesto un límite. “Pesado”: significa que Dios te ha puesto en su balanza, y estás falto de peso. “Dividido”: significa que tu reino será dividido y entregado a medos y persas. El rey hizo que se cumpliera su compromiso. Mandó colocarle el collar de oro y concederle el tercer puesto en el reino. De inmediato empezó a cumplirse el mensaje descifrado por Daniel. El rey tenía tan contados los días, que aquella misma noche fue asesinado. La persecución, una oportunidad para dar testimonio Jesús anuncia a los discípulos que se verán sometidos a persecución por parte de judíos y de paganos. También sufrirán por parte de sus familiares y amigos: los odiarán y los entregarán. Algunos de ellos serán ajusticiados. El motivo de la persecución: ser discípulos de Jesús. Lucas deja claro que las persecuciones precederán a la destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén. No quiere decir que no seguirán después. El mismo evangelista narra en los Hechos cómo los discípulos de Jesús sufrieron persecución por parte de los judíos, con la implicación de las autoridades paganas. Pablo ha dejado testimonio en varias de sus cartas de las persecuciones de que fue objeto. Él mismo fue un perseguidor (Gál 1,13). La persecución ofrece a los discípulos una oportunidad, para manifestar ante el mundo su fidelidad a Jesús, y para dar prueba de su autenticidad de discípulos suyos. Para cumplir la misión de testigos, los discípulos no estamos solos. Marcos dice que será el Espíritu quien pondrá las palabras oportunas en su boca para su defensa. Lucas atribuye esta misión al mismo Jesús: “Yo les daré una elocuencia y una prudencia que ningún adversario podrá resistir” (Lc 21,15). El santo de hoy: San Clemente Romano I (+ 97/101) Pertenece al siglo primero del cristianismo. Nació en Roma. Según testimonio de san Ireneo, fue el tercer sucesor de san Pedro entre los años 92 a 97/101. Desterrado por el emperador Trajano a la península de Crimea (Rusia), fue condenado a trabajos forzados y murió mártir. Es uno de los llamados “Padres apostólicos”. A él se le atribuye la llamada “Segunda carta de san Clemente”, que es uno de los documentos más antiguos de la era posapostólica. P. Antonio Danoz, redentorista


23 de Noviembre - Miércoles, Feria o Memoria de San Clemente I

1. Antífona de entrada El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones. 2. Oración colecta Dios eterno y todopoderoso, que otorgaste a san Clemente tu espíritu de fortaleza para predicar el misterio de nuestra redención y confirmarlo con su vida y su martirio, concédenos la fuerza de tu gracia para vivir, a ejemplo suyo, conformes en todo a tu Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Dn 5,1-6.13-14.16-17.23-28)

Lectura del libro del profeta Daniel En aquellos días, el rey Baltasar dio un gran banquete en honor de mil funcionarios suyos y se puso a beber con ellos. Animado por el vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y de plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus funcionarios, sus mujeres y sus concubinas. Trajeron, pues, los vasos de oro y de plata robados del templo de Jerusalén, y en ellos bebieron el rey y sus funcionarios, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron y comenzaron a alabar a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra. De repente aparecieron los dedos de una mano, que se pusieron a escribir en la pared del palacio, detrás del candelabro, y el rey veía cómo iban escribiendo los dedos. Entonces el rey se demudó, la mente se le turbó,

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le faltaron las fuerzas y las rodillas le empezaron a temblar. Trajeron a Daniel y el rey le dijo: “¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados, que mi padre Nabucodonosor trajo de Judea? Me han dicho que posees el espíritu de Dios, inteligencia, prudencia y sabiduría extraordinarias. Me han dicho que puedes interpretar los sueños y resolver los problemas. Si logras leer estas palabras y me las interpretas, te pondrán un vestido de púrpura y un collar de oro y serás el tercero en mi reino”. Daniel le respondió al rey: “Puedes quedarte con tus regalos y darle a otro tus obsequios. Yo te voy a leer esas palabras y te las voy a interpretar. Tú te has rebelado contra el Señor del cielo: has mandado traer los vasos de su casa, y tú y tus funcionarios, tus mujeres y tus concubinas han bebido en ellos; has alabado a dioses de plata y de oro, de bronce y de hierro, de madera y de piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu vida y tu actividad. Por eso Dios ha enviado esa mano para que escribiera. Las palabras escritas son: ‘Contado, Pesado, Dividido’ y ésta es su interpretación. ‘Contado’: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto límite. ‘Pesado’: Dios te ha pesado en la balanza y te falta peso. ‘Dividido’: Tu reino se ha dividido y se lo entregarán a los medos y a los persas”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


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23 de Noviembre - Miércoles, Feria o Memoria de San Clemente I

4. Salmo responsorial R Bendito seas para siempre, Señor. L Sol y luna, bendigan al Señor. Estrellas del cielo, bendigan al Señor /R L Lluvia y rocío, bendigan al Señor. Todos los vientos, bendigan al Señor /R L Fuego y calor, bendigan al Señor. Fríos y heladas, bendigan al Señor /R (Dn 3).

7. Oración sobre las ofrendas Te presentamos, Señor, estas ofrendas en honor de San Clemente I, seguros de que su protección nos librará de todos los males presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor. R Aleluya (Ap

9. Oración después de la comunión Señor y Dios nuestro, que la recepción de este sacramento avive en nosotros el mismo amor que impulsó a san Clemente I a entregarse por completo al servicio de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

2,10).

6. Evangelio (Lc 21,12-19)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí. Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.

8. Antífona de la comunión El Buen Pastor da la vida por sus ovejas (Jn 10,11).

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Has dado testimonio de Jesús, cuando se te presentó la ocasión?

Orar y meditar con el Beato Juan Pablo II P. Juan Huerta Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.


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de Noviembre - Jueves,

San Andrés Dung-Lac y Compañeros Mártires, M Color litúrgico: Rojo

Ordenó que todos respeten al Dios de Daniel La primera parte del libro de Daniel concluye con una nueva prueba de fidelidad, que el profeta tiene que superar. Se trata de un decreto real que prohíbe hacer oración a un dios que no sea el mismo emperador, bajo pena de muerte. Daniel es acusado de hacer oración tres veces al día a su Dios. Lo llevaron ante el rey, que se vio obligado a hacer cumplir el decreto. Pero en lugar de ejecutar la sentencia de muerte, lo envió a un foso con leones, pensando que lo devorarían. A la mañana siguiente el rey se encontró con la sorpresa de ver a Daniel vivo entre los leones. Daniel le explica: “Los leones no me han hecho nada, porque ante Dios soy inocente”. El escenario cambia de repente. Por orden del rey, sacaron del foso a Daniel sano y salvo. A los que lo habían calumniado, mandó el rey que los arrojara al foso con sus mujeres e hijos. En un abrir y cerrar de ojos, los leones se los devoraron. Entonces el rey Darío escribió un edicto en varias lenguas y lo envió a pueblos y naciones con esta orden: “En mi imperio todos respeten y teman al Dios de Daniel” (Dn 6,27). Se acerca el día de su liberación Se acerca el día de su liberación de describir la destrucción del templo, Lucas presenta lo que le espera a la ciudad de Jerusalén. Lo que ha dicho del templo se traslada a la ciudad, que será también destruida. Jerusalén será sitiada y pisoteada por los paganos; todos tendrán que abandonarla para huir a los campos. Para describir la futura devastación de Jerusalén que, cuando Lucas escribe ya había sido destruida por los ejércitos de Tito, el evangelista acude a diversos elementos de la apocalíptica del antiguo testamento, aportados sobre todo por los profetas. Existirán señales en la tierra y en el cielo: huida, el sufrimiento de las embarazadas, la violencia simbolizada en la espada, prisioneros y cautivos, gentes atenazadas por el miedo. Todos estos acontecimientos son presentados por Lucas como un correctivo: “Sobre el pueblo soplará la ira de Dios” (Lc 21,23). Les servirán de escarmiento. De lo que pasará a Jerusalén, Jesús se traslada a lo que le sucederá al mundo al final de los tiempos. En cierto sentido, lo que le sucederá a Jerusalén es como un adelanto y como un signo de lo que le viene encima. Como apoteosis final, aparece la figura del Hijo del hombre, que se manifestará con gran poder y gloria. Los santos de hoy: San Andrés Dung y compañeros mártires Estos mártires pertenecen a los siglos XVII y XIX. Fueron canonizados por Juan Pablo II en 1988. Se trata de un grupo de 117 personas. De ellas, ocho


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24 de Noviembre - Jueves, San Andrés Dung y Compañeros Mártires

eran obispos; cincuenta, sacerdotes; cincuenta y nueve eran laicos. Pertenecían a diversos países. Noventa y seis eran vietnamitas; once eran españoles; diez eran franceses. La forma de martirio no fue igual para todos. Unos murieron decapitados; otros estrangulados, otros quemados vivos; otros perecieron víctimas de la tortura. Andrés Dung-Lac que figura al frente de la lista, primero fue catequista y después presbítero. Murió mártir el año1839. P. Antonio Danoz, redentorista San Andrés Dung-Lac

1. Antífona de entrada No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, pues la cruz es fuerza de Dios para los que vamos por el camino de la salvación (Gál

6,14; 1Co 1,18).

2. Oración colecta Dios y Padre nuestro, fuente y origen de toda paternidad, que a los bienaventurados mártires Andrés y sus compañeros les concediste ser fieles a la cruz de tu Hijo, por su intercesión te pedimos que también nosotros propaguemos tu amor entre nuestros hermanos y seamos dignos de contarnos entre tus hijos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dn 6,12-28)

Lectura del libro del profeta Daniel En aquellos días, unos hombres fueron a espiar a Daniel y lo sorprendieron haciendo oración a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey Darío: “Señor, ¿no has firmado tú un decreto, que prohíbe, durante treinta días, hacer oración a cualquier dios u hombre que no seas tú,

bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?” El rey contestó: “El decreto está en vigor, como ley irrevocable para medos y persas”. Ellos le replicaron: “Pues Daniel, uno de los desterrados de Judea, no ha obedecido el decreto que firmaste, porque tres veces al día hace oración a su Dios”. Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho, se propuso salvar a Daniel y hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarlo. Pero aquellos hombres, comprendiendo que el rey quería salvar a Daniel, le urgían diciéndole: “Señor, tú sabes que, según la ley de medos y persas, un decreto real es irrevocable”. Entonces el rey ordenó que trajeran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. Pero le dijo a Daniel: “Tú Dios, a quien sirves con perseverancia, te va a librar”. Trajeron una piedra, taparon con ella la entrada del foso y el rey la selló con su sello y con el de sus funcionarios, para que nadie pudiera modificar la sentencia dada en contra de Daniel. Después el rey se volvió a su palacio y se pasó la noche sin probar bocado y sin poder dormir. Al amanecer, se levantó y se dirigió


24 de Noviembre - Jueves, San Andrés Dung y Compañeros Mártires

a toda prisa al foso de los leones. Ya cerca del foso le gritó angustiado a Daniel: “Daniel, siervo del Dios vivo, ¿ha podido salvarte de los leones tu Dios, a quien veneras fielmente?” Daniel le contestó: “Viva siempre el rey. Mi Dios envió a sus ángeles para cerrar las fauces de los leones y no me han hecho nada, porque ante él soy inocente, como lo soy también ante ti”. El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso; al sacarlo, vieron que no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. Luego ordenó que trajeran a los que habían acusado a Daniel y los arrojaran al foso de los leones con sus hijos y sus esposas. No habían llegado al suelo y ya los leones los habían atrapado y despedazado. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: “Paz y bienestar. Ordeno y mando que en mi imperio, todos respeten y teman al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo, que permanece para siempre. Su reino no será destruido, su imperio durará hasta el fin. Él salva y libra, obra prodigios y señales en el cielo y en la tierra. Él salvó a Daniel de los leones”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas para siempre, Señor. L Rocíos y nevadas, bendigan al Señor. Hielo y frío, bendigan al Señor. Heladas y nieves, bendigan al Señor /R L Noches y días, bendigan al Señor. Luz y tinieblas, bendigan al Señor /R

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L Rayos y nubes, bendigan al Señor. Tierra, bendice al Señor /R (Dn 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R Aleluya (Lc 21,28). 6. Evangelio (Lc 21,20-28)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado. Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir


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25 de Noviembre - Viernes, Feria o Memoria de Santa Catalina de Alenjandría

al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Recibe, Padre santo, los dones que te presentamos al venerar la pasión de los santos mártires vietnamitas y concédenos que, en medio de las adversidades de esta vida permanezcamos siempre fieles a ti y nos convirtamos en ofrendas agradables a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Dichosos los que padecen perse-

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cución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,10).

9. Oración después de la comunión Fortalecidos con esta Eucaristía, te suplicamos, Señor, al conmemorar a tus santos Andrés Dung y sus compañeros mártires, haz que permanezcamos unidos en tu amor y podamos conseguir el premio eterno de nuestros sufrimientos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cada cuánto tiempo te acercas al Sacramento de la reconciliación?

de Noviembre - Viernes,

Feria o Memoria de Sta. Catalina de Alenjandría, Virgen y Mártir Color litúrgico: Rojo

Vi sobre las nubes una figura humana El pueblo de Israel se encuentra en un momento difícil de su historia. Religiosamente existe un peligro real de apostasía, por la presión que sobre él ejerce el entorno en que vive sumergido. Necesita que se le haga la luz, para continuar su camino hacia el futuro, sin olvidar su pasado, y tomando conciencia del momento presente que está viviendo. Las visiones que presenta el libro tratan de desvelar el proyecto de Dios de cara al futuro, para generar esperanza en el pueblo que vive sometido a una gran crisis humana y religiosa. La primera visión es la de las fieras. Como las otras, se caracteriza por el poder creativo del autor. La atención se centra en la cuarta fiera con sus diez cuernos, de los cuales desaparecen tres, que son remplazados por uno más pequeño. Representan una sucesión de reyes. El último es Antíoco IV, que es el que ha ejercido una opresión más feroz. La primera escena se cierra con la aparición de un anciano sentado en su trono, en actitud de juez. La segunda escena presenta una figura humana, que aparece sobre las nubes


25 de Noviembre - Viernes, Feria o Memoria de Santa Catalina de Alenjandría

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del cielo. Se presenta ante el anciano. Se le conceden el poder real. “Su dominio será eterno y no pasa, su reino no tendrá fin” (Dn 7,14). En el nuevo testamento, este “Hijo de hombre” será identificado con Jesús. Se convirtió en uno de los títulos, que dieron a Jesús los discípulos. Está cerca el reino de Dios y la liberación Jesús ha hecho a los discípulos un anuncio un tanto misterioso: “Levanten la cabeza, porque ha llegado el día de la liberación” (Lc 21,28). Para ayudar a los discípulos a comprender el anuncio, Jesús recurre a la contemplación de los árboles, y en concreto a una higuera. Cuando empieza a echar brotes, ya se sabe que el verano se acerca, y con el verano los frutos. La capacidad que desplegamos para leer los signos de la naturaleza, debemos utilizarla para interpretar los signos de que se acerca la llegada del reino de Dios. Su llegada, implica la venida en gloria del Hijo del hombre. La advertencia se aplica a “esta generación” y a todas las que vendrán después. Jesús cierra su anuncio con una reflexión sobre la permanencia de sus palabras. Pasará el cielo, pasará la tierra, pero “sus palabras no pasarán” (Lc 21,33). Lo cual significa, que el anuncio que ha hecho sobre la destrucción del templo y de la ciudad, y sobre final de los tiempos y la venida del Hijo del hombre se cumplirá. La santa de hoy: Sta. Catalina de Alejandría (s. III-IV) Los datos que poseemos provienen de la narración de su martirio, y no son muy seguros. Parece que era de estirpe real. Catalina fue obligada a rendir culto a los dioses paganos, pero ella rindió culto a la cruz de Jesucristo. En Alejandría, el emperador Majencio convocó a un grupo de sabios para que la convencieran, y no lo lograron. Tampoco logró convencerla con promesas y amenazas. Ordenó que la introdujeran en un artefacto con cuatro ruedas con cuchillas afiladas. Pero salió ilesa. Finalmente, murió decapitada. Según una tradición, fue Santa Catalina llevada por los ángeles al monte Sinaí. de Alejandría P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Señor es el que salva a los justos; él es su fortaleza en la tribulación

gloria del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

(Sal 36,39).

3. 1ª Lectura

2. Oración colecta Señor y Dios nuestro, que has querido contar a santa Catalina de Alejandría en el número de los santos con la doble corona de la virginidad y el martirio, concédenos, te rogamos, vencer con fortaleza el espíritu del mal y conseguir de este modo la

Lectura del libro del profeta Daniel Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: los cuatro vientos del cielo agitaron el océano y de él salieron cuatro bestias enormes, todas diferentes entre sí. La primera bestia era como un león

(Dn 7,2-14)


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con alas de águila. Mientras yo lo miraba, le arrancaron las alas, lo levantaron del suelo, lo incorporaron sobre sus patas, como un hombre y le dieron inteligencia humana. La segunda bestia parecía un oso en actitud de incorporarse, con tres costillas entre los dientes de sus fauces. Y le decían: “Levántate; come carne en abundancia”. Seguí mirando y vi otra bestia semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y con cuatro cabezas. Y le dieron poder. Después volví a ver en mis visiones nocturnas una cuarta bestia, terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro; comía y trituraba, y pisoteaba lo sobrante con sus patas. Era diferente a las bestias anteriores y tenía diez cuernos. Mientras estaba observando los cuernos, despuntó de entre ellos otro cuerno pequeño, que arrancó tres de los primeros cuernos. Este cuerno tenía ojos humanos y una boca que profería blasfemias. Vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve y sus cabellos blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros. Admirado por las blasfemias que profería aquel cuerno, seguí mirando hasta que mataron a la bestia, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras bestias les quitaron el poder y las dejaron vivir durante un tiempo determinado.

Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas para siempre, Señor. L Montañas y colinas, bendigan al Señor. Todas las plantas de la tierra, bendigan al Señor /R L Fuentes, bendigan al Señor. Mares y ríos, bendigan al Señor /R L Ballenas y peces, bendigan al Señor. Aves del cielo, bendigan al Señor. Fieras y ganados, bendigan al Señor /R (Dn 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R Aleluya (Lc 21,28). 6. Evangelio (Lc 21,29-33)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: “Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca


26 de Noviembre - Sábado, Feria o Memoria del Beato Santiago Alberione

el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, la ofrenda de tu pueblo en honor de tu santa mártir Catalina de Alejandría y, ya que la Eucaristía le dio fortaleza en las persecuciones, a nosotros nos dé entereza en las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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8. Antífona de la comunión El que perdiere su vida por mí y por el Evangelio, la salvará, dice el Señor (Mc 8,35). 9. Oración después de la comunión Conserva en nosotros, Señor, el don que hemos recibido en la festividad de tu mártir Catalina de Alejandría y concédenos que sea para nosotros, fuente de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Hasta dónde llega nuestra fe en la Palabra de Jesús?

de Noviembre - Sábado,

Feria o Memoria del Beato Santiago Alberione Color litúrgico: Blanco

Vendrá un reino eterno, al que se someterán los pueblos El autor nos ofrece la interpretación de las visiones, para intentar responder a sus propias inquietudes a las de sus contemporáneos, sobre los acontecimientos futuros. Nos encontramos ante una serie de reyes poderosos, que se enfrentarán con el proyecto de Dios. Harán todo lo que está en su poder, para anularlo y aniquilarlo. Pero el poder del Altísimo es más fuerte y no podrán lograr sus objetivos. Los que son fieles a Dios recibirán el reino que instaurará en la tierra. Lo poseerán por los siglos de los siglos. Solo Dios, que es el Señor de la historia, puede garantizar a los seres humanos y a la creación entera un futuro esperanzador. No importa que los poderosos intenten enfrentarse con Dios y blasfemen contra él, y se empeñen en perseguir a los que se mantienen fieles al Altísimo. Serán sometidos a juicio, y el Señor aniquilará a los poderosos. Hará surgir un reino eterno, y lo entregará a los que se han resistido y se han mantenido fieles al Altísimo. No podemos estar mirando al cielo, a la espera de que un ser celestial nos venga a solucionar los problemas. Con la fe puesta en Dios, tenemos que


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26 de Noviembre - Sábado, Feria o Memoria del Beato Santiago Alberione

enfrentar la altanería de los poderosos y las estructuras de poder, para que la justicia, la solidaridad, la libertad y la fraternidad reinen en el mundo. Porque los tiempos cambien, Dios no se inmuta y Jesús sigue siendo el mismo “ayer, hoy y por los siglos” (Heb 13,8). Vigilen, para presentarse seguros ante el Hijo del hombre En el momento en que Lucas escribe, las comunidades de discípulos empezaban a preocuparse, porque la manifestación gloriosa de Jesús, que creían inminente, tardaba en llegar. La firmeza de los primeros años y el entusiasmo por anunciar la Buena Noticia se habían debilitado. Al terminar su discurso sobre el final de los tiempos, Lucas pone en labios de Jesús un llamado apremiante a la vigilancia y a la oración. Los seguidores de Jesús han de estar atentos, para no dejarse sorprender y caer en la trampa; porque los sucesos acaecerán de repente. Han de estar alerta, para no dejarse embotar por los vicios, las borracheras y la excesiva preocupación por las cosas de este mundo. El segundo llamado es a mantenerse en oración vigilante. Hay que orar intensamente y sin desfallecer. Ésta es la manera de poder presentarse seguros ante el Hijo del Hombre, en el momento que se manifieste en el esplendor de su gloria. El Beato Santiago Alberione (1884-1971) Fundador de la Familia Paulina, comúnmente conocido como el pionero de la evangelización instrumental, ha sido definido por sus biógrafos de diferentes maneras: desde el “místico en acción” al “gran manager”; “el cura que supo hablar a la masa”; al hombre de la “voluntad inquebrantable”. Otros lo han llamado el “San Pablo de nuestros días” y por su parte el papa Paulo VI lo calificó: «una de Beato las maravillas de nuestro siglo”. Fue beatificado por el Santiago Alberione papa Juan Pablo II el 27 de abril de 2003. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos (Lc

4,18).

2. Oración colecta Oh Dios, que has suscitado en tu Iglesia al Beato Santiago Alberione, presbítero, para que, con las diversas formas de comunicación, anunciara al mundo a tu Hijo, que es camino, verdad y vida; concédenos, te ro-

gamos que, siguiendo su ejemplo, contribuyamos asiduamente a la predicación del Evangelio a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 3. 1ª Lectura (Dn 7,15-27)

Lectura del libro del profeta Daniel Yo, Daniel, me sentía angustiado


26 de Noviembre - Sábado, Feria o Memoria del Beato Santiago Alberione

y perturbado por las visiones que había tenido. Me acerqué a uno de los presentes y le pedí que me explicara todo aquello, y él me explicó el sentido de las visiones: “Esas cuatro bestias gigantescas significan cuatro reyes que surgirán en el mundo. Pero los elegidos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos de los siglos”. Quise saber lo que significaba la cuarta bestia, diferente de las demás, la bestia terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba, y pisoteaba lo sobrante con las patas; lo que significaban los diez cuernos de su cabeza y el otro cuerno que, al salir, eliminaba a otros tres, que tenía ojos y una boca que profería blasfemias y era más grande que las otras. Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los elegidos y los derrotó, hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los elegidos del Altísimo, para que éstos poseyeran el reino. Después me dijo: “La cuarta bestia es un cuarto rey que habrá en la tierra, mayor que todos los reyes, que devorará, trillará y triturará toda la tierra. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino, y después vendrá otro, más poderoso que ellos, el cual destronará a tres reyes: blasfemará contra el Altísimo e intentará aniquilar a los elegidos y cambiar las fiestas y la ley. Los elegidos estarán bajo su poder durante tres años y medio. Pero al celebrarse el juicio, se le quitará el poder y será destruido y aniquilado totalmente. El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los elegidos

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del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas por siempre, Señor. L Hombres todos, bendigan al Señor. Pueblo de Israel, bendice al Señor /R L Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor. Siervos del Señor, bendigan al Señor /R L Almas y espíritus justos, bendigan al Señor. Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor /R (Dn 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el hijo del hombre. R Aleluya (Lc 21,36). 6. Evangelio (Lc 21,34-36)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.


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Tiempo de Adviento y Navidad

7. Oración sobre las ofrendas Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo estaré con ustedes todos los días

hasta el fin del mundo, dice el Señor (Mt 28,20).

9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener el Beato Santiago Alberione sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Reservas diariamente algún tiempo para orar?

Con las primeras Vísperas del Domingo I de Adviento, empieza un Nuevo Año Litúrgico Ciclo “B” TIEMPO DE ADVIENTO Y NAVIDAD I.- Inicio del Año Litúrgico Con el Adviento, nos ponemos en marcha para recorrer un año más los misterios fundamentales de la vida de Jesús. En este recorrido se insertan las celebraciones de María y de los santos. En la Constitución del Vaticano II sobre la Liturgia leemos: “La santa madre Iglesia considera deber suyo celebrar con sagrado recuerdo, en días determinados a través del año, la obra salvadora de su divino Esposo” (SC 102). El mismo documento especifica: “En el círculo del año, desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor (SC 102). De este modo, como establecen las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario, “durante todo el curso del año se despliega todo el misterio de Cristo” (NUALC n.1). II.- Identidad litúrgica del Adviento El primer tiempo litúrgico que señala el calendario es el Adviento. El término “Adviento” procede de la palabra latina “adventus”: significa “venida” o “advenimiento”. Dentro del Calendario litúrgico de la Iglesia, el Adviento tiene una doble misión. Como acabamos de ver en el documento del Vaticano II, la primera misión del Adviento consiste en preparar de forma inmediata el encuentro con Jesús en la celebración de su Nacimiento en Navidad. La segunda misión


Tiempo de Adviento y Navidad

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tiene una visión mucho más amplia: preparar la venida definitiva del Señor glorioso al final de los tiempos. III.- Duración del Adviento La duración del Adviento es de cuatro semanas. Comienza con la primeras Vísperas del domingo más próximo a la fiesta de san Andrés, el 30 de noviembre. Concluye con la Vísperas de la Natividad del Señor, el 24 de diciembre, en íntima conexión con el nacimiento del Señor que se celebra en la noche. Litúrgicamente se distinguen dos momentos distintos. El primero transcurre desde el principio del Adviento hasta el día 16 de diciembre. El segundo, se extiende desde el día 17 de diciembre hasta las Vísperas de Navidad. En nuestro país, esta última etapa del Adviento coincide prácticamente con la “Misas de Aguinaldos”. Estos últimos días son considerados como “Ferias privilegiadas”. La Liturgia intensifica la preparación al nacimiento de Jesús con esta consigna: “El Señor está cerca”. IV Guías espirituales del Adviento En la Liturgia del Adviento van desfilando diversos personajes que han estado relacionados con la concepción y nacimiento de Jesús. Entre ellos están: la Virgen María, san José, Zacarías, Isabel, Juan Bautista, Simeón y Ana. A ellos se une Isaías, como el profeta del “Emmanuel”, el “Dios-connosotros”. En diversos momentos han hecho su aparición. Entre todos ellos, la Liturgia del Adviento privilegia tres: María, Isaías y Juan Bautista. El primero es Isaías. Su anuncio profético del “Emmanuel”, resuena en la primera lectura de la mayor parte de las eucaristías del Adviento y en la Liturgia de las Horas. Es el profeta de la esperanza y del gozo mesiánico. El segundo es Juan Bautista. Varios de los textos evangélicos que leemos en las eucaristías de Adviento tienen a Juan Bautista como protagonista. Él es “el profeta del Altísimo que camina delante del Señor, preparándole el camino. Anuncia al pueblo la salvación y el perdón de los pecados” (Lc 1,7677). Juan Bautista es el pregonero de la salvación y de la conversión. Finalmente María, el más importante de los tres. Ella tuvo la dicha de escuchar estas palabras: “Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús. Será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo. Ella es la mujer feliz, que creyó y supo esperar el nacimiento de Jesús “con inefable amor de Madre” (II Pref. de Adv.). Ella dio a luz al Salvador del mundo. V.- Vivencia espiritual del Adviento Las Normas de Introducción al Calendario Romano, ofrecen los elementos básicos del espíritu con el que hay que vivir el Adviento, atendiendo a dos circunstancias: Comienzo del Año Litúrgico y preparación de las dos venidas del Señor. Al empezar el Año Litúrgico, tenemos que disponer el espíritu para revivir, día a día, todo el “misterio de Cristo”, del que vamos a hacer memoria a lo largo del año en las celebraciones litúrgicas. El objetivo lo señala Pablo en la segunda lectura del primer domingo de Adviento, ciclo A: “Revístanse del Señor Jesucristo” (Rom 13,14).


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Por lo que se refiere a la espiritualidad del Adviento, la carta a Tito nos señala el punto central en el que hemos de fijar nuestra atención: Prepararnos para “la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tit 2,13). Tanto la primera venida como la última son “gloriosas”, aunque la primera se realizara en un pesebre de animales. Cuatro notas esenciales de esta espiritualidad: esperanza activa y gozosa; alegría mesiánica, que nace de un amor expectante; conversión, como actitud urgente; contemplación del misterio del Verbo de Dios hecho hombre, desde el silencio interior. VI.- La celebración del Nacimiento del Salvador El primero de los grandes misterios de Cristo es su Nacimiento en Belén. Las celebraciones litúrgicas del día de Navidad nos introducen en lo profundo del misterio. En la eucaristía de la “Noche santa”, asistimos al hecho histórico de su nacimiento narrado por Lucas: “Les doy una Buena Noticia: Hoy en la ciudad de David les ha nacido el Salvador” (Lc 2,10-11). En la eucaristía de la Aurora, el evangelista Juan nos revela la verdadera identidad del recién nacido: es el Verbo de Dios, que “plantó su tienda entre nosotros”. Todos “hemos contemplado su gloria, que recibe del Padre como Hijo único” (Jn 1,14). Finalmente, en la eucaristía del Día, asistimos a la primera manifestación de Jesús. Los protagonistas son unos pastores: “Fueron rápidamente y encontraron a María, a José y al niño acostado en un pesebre” (Lc 2,16). El segundo misterio del tiempo de Navidad es la Circuncisión del niño a los ocho días. En la imposición del nombre se revela su misión. Jesús significa “Dios salva”. “Él salvará a su pueblo de todos sus pecados” (Mt 1,21). El tercer gran misterio de la Navidad es la Manifestación de Jesús a unos “magos de oriente”. Con esta “manifestación”, Mateo nos revela que Jesús es el Salvador de todos los pueblos. Queda otra “manifestación” de Jesús que se realiza en el templo el día de su presentación. Pertenece al misterio de la Navidad, pero no se celebra dentro del ciclo litúrgico navideño. En este tiempo de Navidad se celebran, además, otras dos fiestas: Santa María Madre de Dios y la Sagrada Familia. P. Antonio Danoz, redentorista

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de Noviembre - Domingo,

I de Adviento /B -

L.H.: 1ª Sem. del Salterio - Color litúrgico: Morado

DIOS LOS HA LLAMADO A LA UNIÓN CON SU HIJO JESUCRISTO Iniciamos el camino de la configuración con Jesús En este domingo primero de Adviento iniciamos, una vez más, el recorrido de los principales misterios de la salvación. En el documento del Vaticano


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II sobre la Liturgia leemos: “La Iglesia desarrolla, en el círculo del año, todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor” (SC 102). Durante el curso del año se desarrolla todo el misterio de Cristo y la obra admirable de salvación de la humanidad. Las celebraciones litúrgicas nos ofrecen una nueva oportunidad de profundizar en el conocimiento y en la vivencia de los misterios del nacimiento de Jesús, de su manifestación a los pueblos paganos, de su vida, muerte y resurrección. A ellos se une la manifestación extraordinaria del Espíritu Santo en Pentecostés. En la carta a la comunidad de Roma, Pablo presenta la tarea que la Liturgia propone para todo el año: “Revístanse del Señor Jesucristo” (Rom 13,14). Entre todos los itinerarios que tenemos para conseguir esta meta, las celebraciones litúrgicas ocupan el primer lugar por su Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y importancia y por su eficacia. estén preparados, porque no saben El que nace entre nosotros, se manifescuándo llegará el momento”. tará glorioso al final (Mc 13,33) La liturgia de este primer domingo de Adviento se mueve entre dos manifestaciones del Señor. La primera, tendrá lugar en Navidad. Aquel que anunciaron los profetas, plantará su tienda en medio de la humanidad. Nacerá de una mujer, cuyo nombre es María, y compartirá nuestra vida de gozo y de dolor, de angustia y esperanza. En Navidad asistiremos a la primera manifestación del Hijo de Dios. Será sencilla y humilde. Los evangelistas nos dicen que tuvo lugar en un pesebre de animales, porque no había lugar para él en ninguno de los hogares de Belén. Aconteció en la oscuridad de la noche. Pero la liturgia de este primer domingo de Adviento, nos habla también de otra manifestación de Jesús. Acontecerá al final de los tiempos. El evangelista Marcos nos invita a levantar la mirada, para fijarla en el final de la historia: “Entonces verán llegar al Hijo del hombre entre nubes, con gran poder y gloria” (Mc 13,26). El que apareció como un niño frágil y humilde en su primera manifestación, al final se presentará como Mesías glorioso, como Rey y Juez de la historia. La palabra “adviento” significa “advenimiento”, “venida”. Se trata de la doble venida de Jesús. La primera, más cercana. La celebramos en Navidad. De la segunda desconocemos el día y la hora. La liturgia del Adviento nos invita a prepararnos a vivir estas dos manifestaciones de Jesús durante el Adviento.


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La manifestación de Dios salvador En su tercera parte, el libro de Isaías trata de mantener las esperanzas del pueblo de Israel en medio del desencanto. Desde siempre, el pueblo de Israel ha reconocido a Dios como su Redentor. En nombre de este pueblo, el profeta le pide con urgencia a Dios que se manifieste: “¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!” (Is 63,19). Un grito parecido encontramos en la segunda sección del libro, conocido como “Libro de la consolación”: “Cielos, destilen el rocío; nubes, derramen la victoria; ábrase la tierra y brote el salvador y con él germine la justicia” (Is 45,8). Con estas palabras, se abre la eucaristía del cuarto domingo de Adviento. La liturgia aplica a Jesús los títulos de “justo” y de “salvador”, pocos días antes de celebrar su nacimiento en Navidad. Antes ya lo habían hecho los autores del nuevo testamento. Jesús es el Justo, que por su encarnación, muerte y resurrección ha salvado a la humanidad, y ha hecho que muchos sean justificados. Desde este primer día del Adviento, hagamos nuestra esta invocación del profeta. Que la celebración del nacimiento de Jesús nos libere de nuestro pecado y nos salve. Que haga “germinar la justicia” en nuestra tierra, donde muchos hombres y mujeres esperan todavía la liberación de sus esclavitudes. En el tiempo de espera hay que mantenernos firmes El apóstol Pablo sitúa a la comunidad de Corinto ante la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Más adelante, explicará con más detalle la grandeza de esta manifestación. Arranca con un hecho fundamental: La resurrección de Jesús. Culminará “cuando entregue el reino a Dios Padre” (1 Co 15,24), al final de la historia. Esta historia tuvo un principio: “Cuando se cumplió el plazo señalado por Dios, envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley…, para que recibiéramos la condición de hijos de Dios” (Gál 4,4). Sabemos de dónde partimos; y conocemos perfectamente hacia dónde caminamos. Para realizar el camino, Dios nos ha enriquecido con “todas las riquezas de la palabra y del conocimiento”, hasta el punto que “no nos falta ningún don espiritual” (1 Co 1,5.7), para ser ante el mundo testigos de Cristo. De Jesús, que ha venido y ha compartido su vida con nosotros; y del Jesús que esperamos en su retorno glorioso. En este tiempo de espera, tenemos que “mantenernos firmes hasta el final, para que el día de nuestro Señor Jesucristo seamos irreprochables” (1 Co 1,8). P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado. Que no se burlen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti, no quedan defraudados (Sal 24,1-3). 2. Oración colecta Señor, despierta en nosotros el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia para que, puestos a su derecha


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el día del juicio, podamos entrar al Reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura

(Is 63,16-17.19;64,2-7)

Le c t ur a del libr o de l profe ta Isaías Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor; ése es tu nombre desde siempre. ¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus mandamientos y dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte? Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus que son tu heredad. Ojalá rasgaras los cielos y bajaras, estremeciendo las montañas con tu presencia. Descendiste y los montes se estremecieron con tu presencia. Jamás se oyó decir, ni nadie vio jamás que otro Dios, fuera de ti, hiciera tales cosas en favor de los que esperan en él. Tú sales al encuentro del que practica alegremente la justicia y no pierde de vista tus mandamientos. Estabas airado porque nosotros pecábamos y te éramos siempre rebeldes. Todos éramos impuros y nuestra justicia era como trapo asqueroso; todos estábamos marchitos, como las hojas, y nuestras culpas nos arrebataban, como el viento. Nadie invocaba tu nombre nadie se levantaba para refugiarse en ti, porque nos ocultabas tu rostro y nos dejabas a merced de nuestras culpas. Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú el alfarero; todos somos hechura de tus manos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.

4. Salmo responsorial R Señor, muéstranos tu favor y sálvanos. L Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvarnos /R L Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste /R L Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder /R (Sal 79). 5. 2ª Lectura (1Cor 1,3-9)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios Hermanos: Les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor. Continuamente agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha concedido a ustedes por medio de Cristo Jesús, ya que por él los ha enriquecido con abundancia en todo lo que se refiere a la palabra y al conocimiento; porque el testimonio que damos de Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado, que no carecen de ningún don ustedes, los que esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él los hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento. Dios es quien los ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.


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6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R Aleluya (Sal 84,8). 7. Evangelio (Mc 13,33-37)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Se abre ante nosotros un tiempo de gozosa esperanza. Oremos, para que el nacimiento de Jesús sea una fiesta del amor, que nos prepare para el festín final en el reino de Dios. A Te lo pedimos, Señor. L Jesús nos convoca a un encuentro gozoso, en Navidad y al final de la historia. Para que avancemos sin desfallecer y compartamos con él su amor y su gloria: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor.

27 de Noviembre - Domingo I de Adviento /B

L El mundo que camina en tinieblas, está necesitado de que Jesús lo ilumine. Para que abra las puertas de las instituciones, servicios y negocios, al aire fresco de la justicia y la solidaridad: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Nuestra tarea para este año es configurarnos con Jesús, que nació, murió y resucitó por nosotros. Para que el Espíritu Santo nos ayude a reproducir la imagen de Jesús en nuestras vidas: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Concédenos, Señor, que en este Adviento tomemos como viático para el camino, tu Palabra de vida y el pan de la eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto (Sal 84,13). 11. Oración después de la comunión Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


28 de Noviembre - Lunes, Feria, I Semana de Adviento

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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Vives en unión de amor con tu Señor?

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de Noviembre - Lunes,

Feria, I Semana de Adviento Color litúrgico: Morado

Caminemos a la luz de la Palabra del Señor Isaías habla de algo nuevo que ha de surgir “al final de los tiempos”. Se trata de los tiempos mesiánicos, que supondrán una total novedad. Una de estas novedades es la universalidad. El pueblo de Israel vive replegado sobre sí mismo. El profeta ensancha los horizontes: pueblos numerosos afluirán hacia la casa del Señor. A la visión universalista se añade una transformación profunda en la sociedad. El maestro de esta transformación es el Señor. Instruirá en sus caminos a todos esos pueblos por medio de su Palabra. Desde el comienzo del Adviento, Dios nos invita a abrir el corazón a su Palabra, para realizar una renovación profunda en nuestra vida de discípulos. En la renovación social y personal, el profeta propone la construcción de la paz. La paz que propone empieza por la destrucción de todo material bélico: espadas y lanzas. Hoy tenemos que hablar de bombas atómicas, de misiles tierra aire, y de otras armas ocultas en los arsenales. Pero no basta. La paz que hay construirla utilizando todos los recursos disponibles, para el desarrollo de los pueblos. No basta con no matar, con eliminar la violencia. Hay que hacer camino a la luz del Señor. Este camino es el que lleva a la celebración gozosa del nacimiento del Salvador, Príncipe de paz. Muchos vendrán a sentarse en el reino de los cielos Mateo inicia esta nueva sección con una serie de sanaciones realizadas por Jesús. Estas sanaciones son signo de que el reino de Dios está actuando ya en este mundo. La liberación de la persona que Jesús quiere realizar ya ha empezado. La sanación del siervo del jefe de la centuria romana, presenta algunas novedades. En primer lugar, Jesús realiza la sanación a petición de un pagano, que además manda una sección del ejército de ocupación. Primera barrera que cae: la discriminación cultural y religiosa. En segundo lugar, un pagano realiza una confesión de fe que sorprende a Jesús: “No he encontrado fe semejante en ningún israelita” (Mt 8,10). Las cosas sucedieron conforme a su fe. Ante este hecho, Jesús hace un anuncio: Mientras los que se creían ciudadanos del reino de Dios son expulsados a las tinieblas, muchos extraños vendrán de oriente y occidente a ocupar el lugar reservado para ellos, al lado de los grandes patriarcas, Abrahán, Isaac y Jacob. La advertencia a los discípulos


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28 de Noviembre - Lunes, Feria, I Semana de Adviento

de ayer y de hoy es evidente. No basta con decir: “Yo estoy bautizado”. Hace falta una fe como la del centurión. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Oigan, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra: “He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo” (Jer 31,10; Is 35,4). 2. Oración colecta Concédenos, Señor Dios nuestro permanecer alerta a la venida de tu Hijo Jesucristo, para que cuando venga y llame, nos encuentre velando en oración y entonándole alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Is 2,1-5)

L e c t u ra del libr o de l profe ta Isaías Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén: En días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas, y hacia él confluirán todas las naciones. Acudirán pueblos numerosos, que dirán: “Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos instruya en sus caminos y podamos marchar por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor”. Él será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas; ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra.

¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Vayamos con alegría al encuentro del Señor. L ¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor” Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas /R L A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor /R L Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa” /R L Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz esté contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes /R (Sal 121). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Señor y Dios nuestro, ven a salvarnos; míranos con bondad y estaremos a salvo. R Aleluya (Sal 79,4).


29 de Noviembre - Martes, Feria, I Semana de Adviento

6. Evangelio (Mt 8,5-11)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico y sufre mucho”. Él le contestó: “Voy a curarlo”. Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”. Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: “Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán

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con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Ven Señor, a visitarnos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo corazón (Sal 105,4-5; Is 38,3).

9. Oración después de la comunión Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios te ha hablado. Espera tu respuesta: ¿Qué te propones hacer, para que Jesús te alabe por tu fe?

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de Noviembre - Martes,

Feria, I Semana de Adviento Color litúrgico: Morado

Sobre el Mesías reposará el Espíritu del Señor Este poema forma parte del llamado “Libro de Emmanuel”. En esta sección del libro de Isaías leemos: “Miren, la doncella está encinta a punto de dar a luz un hijo; le pondrán por nombre Emmanuel” (Is 7,14). Significa “Dioscon-nosotros”. Isaías perfila los rasgos fundamentales del Mesías que ha de venir. En su condición humana, estará emparentado con David: Jesé es el padre de David.


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29 de Noviembre - Martes, Feria, I Semana de Adviento

Sobre él reposará el Espíritu del Señor, como sobre los grandes profetas. Este Espíritu enriquecerá al Mesías con sus dones. El Espíritu (en hebreo “soplo”), ha estado actuando en el mundo desde el principio de la creación. Ha dado vida a todo cuanto existe: “Envías tu aliento y los creas y renuevas la faz de la tierra” (Sal 104,30). Ha sido derramado sobre reyes, sacerdotes y profetas. Este Espíritu habitará en el Mesías y lo llenará de todos sus dones. El profeta enumera seis: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, temor del Señor. A partir de este texto, la Iglesia ha establecido la lista de los “siete dones del Espíritu Santo”, añadiendo el don de piedad. Los discípulos de Jesús hemos recibido el Espíritu Santo en el bautismo. De manera especial lo recibimos en la confirmación. El Espíritu Santo desciende sobre los fieles como un nuevo Pentecostés. Movido por el Espíritu Santo, Jesús oró al Padre Lucas sitúa esta bella oración de Jesús a continuación del regreso de los discípulos. Éstos regresaron llenos de gozo. Le habían informado: “Hasta los demonios se nos sometían” (Lc 10,17). Ahora, transportado de gozo en el Espíritu Santo, prorrumpe en un canto de acción de gracias, que contiene, además una hermosa revelación. La revelación que Jesús hace en esta oración nos sitúa en el corazón de la Buena Noticia que anuncia. Primera revelación: Para Jesús, Dios es su Padre, y su relación con él es la de un hijo. Todo lo ha recibido de él. Nadie puede conocer quién es el Padre, si Jesús no se lo revela. Por otra parte, nadie puede conocer al Hijo, si el Padre no se lo da a conocer. Segunda revelación: Este maravilloso misterio, Dios se lo ha ocultado a los sabios y poderosos de este mundo. Y se lo ha dado a conocer a la gente sencilla: a “los pequeños”, que son los grandes en el reino de Dios. Transportados también por el Espíritu, oremos al Padre en este Adviento, para que nos revele quién es el Hijo cuyo nacimiento celebramos en Navidad. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada Vendrá el Señor, mi Dios, y con él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz (Za 14,5-7). 2. Oración colecta Señor, Dios nuestro acoge favorablemente nuestras súplicas y concédenos tu ayuda en las tribulaciones para que, reanimados con la venida de tu Hijo, ya cercana, no volvamos a mancharnos con el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Is 11,1-10)

Lectura del libro del profeta Isaías En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría


29 de Noviembre - Martes, Feria, I Semana de Adviento

e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios. No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey. El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor. Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Ven, Señor, rey de paz y de justicia. L Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente /R L Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra /R L Al débil librará del poderoso y

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ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado /R L Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones /R (Sal 71). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos. R Aleluya. 6. Evangelio (Lc 10,21-24)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.


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30 de Noviembre - Miércoles, San Andrés, Apóstol

7. Oración sobre las ofrendas Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Señor, justo juez, dará la corona merecida, a todos los que esperan con amor su venida gloriosa (2Tim

4,8).

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9. Oración después de la comunión Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado. Espera tu respuesta: ¿En qué se parece tu oración a la de Jesús?

de Noviembre - Miércoles,

San Andrés, Apóstol, F Color litúrgico: Rojo

Si crees que Dios resucitó a Jesús, te salvarás Pablo recuerda la gran confesión de fe que todo discípulo de Jesús ha de proclamar. Quien cree de corazón y confiesa con los labios, que Dios ha resucitado a Jesús de la muerte, tiene asegurada su salvación. El apóstol explica: “Con el corazón creemos para ser justos, con la boca confesamos para obtener la salvación” (Rom 10,10). El don de la salvación está abierto a todo el mundo sin distinción. Pablo habla de judíos y griegos, que era el mundo cultural en el que se movía. Hoy la enumeración es mucho más larga: todos los ciudadanos del mundo. A continuación, el apóstol describe el proceso para llegar a la confesión de fe y a la salvación. Para invocar al Dios de la salvación, hay que creer en él. Para creer, hace falta que alguien se lo dé a conocer mediante el anuncio. Para que el anuncio les llegue, hacen falta enviados. Sirviéndose de un texto de Isaías, Pablo exclama gozoso: “¡Qué hermosos son los pasos de los mensajeros de las buenas noticias!” (Rom 10,15). Aquí las buenas noticias se resumen en una: la Buena Noticia de Jesús. El apóstol concluye: “La fe nace de la predicación y lo que se proclama es el mensaje de Jesús” (Rom 10,17). ¿Son suyos los pies del mensajero de la Buena Noticia? Dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron Estamos en los comienzos del anuncio de la Buena Noticia, y Mateo, a semejanza de Marcos y de Lucas, narra el llamado de Jesús a los cuatro primeros discípulos. Entre ellos se encuentra Andrés, el hermano de Simón Pedro. Jesús los sorprende en plena faena: eran pescadores, y estaban echando las


30 de Noviembre - Miércoles, San Andrés, Apóstol

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redes en el lago. Jesús les dirige la invitación: “Vengan conmigo” (Mt 4,19). A continuación, les revela la nueva profesión. Seguirán siendo pescadores, pero de hombres. La reacción de los dos hermanos, Simón y Andrés, es inmediata. Dejaron las redes y lo siguieron. Los que leemos hoy este evangelio, en lugar del nombre de Andrés pongamos el nuestro. El Señor nos dice: “Ven conmigo: quiero que seas anunciador y testigo de la Buena Noticia. Simón y Andrés dejaron su antigua profesión. Tú puedes cambiarla, pero no es necesario. Como discípulo de Jesús estás llamado, cualquiera que sea tu profesión civil, a ser apóstol de Jesús y anunciador de la Buena Noticia, como Andrés, como Simón, y como multitud de discípulos, que respondieron al llamado de Jesús. El santo de Hoy: San Andrés Apóstol (s. I a.C.) Andrés aparece entre los cuatro primeros discípulos que entraron a formar parte del grupo de los doce. Por los evangelios sabemos que era natural de Betsaida. Perteneció al grupo de discípulos de Juan Bautista. Era hermano de Pedro. De profesión, pescador. Andrés es quien facilita a un grupo de griegos el encuentro con Jesús. Según varios San Andrés, Apóstol testimonios, predicó el Evangelio por la región del Mar Negro. Padeció el martirio en Patrás (Grecia). Se le suele representar con una cruz en forma de aspa, indicando la forma como fue martirizado. P. Antonio Danoz, redentorista

1. Antífona de entrada En la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos, Pedro y Andrés, y los llamó: Vengan conmigo y yo los haré pescadores de hombres (Mt 4,18-19).

2. Oración colecta Dios nuestro, tú que llamaste al Apóstol san Andrés para que fuera, aquí en la tierra, predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, haz que sea siempre ante ti nuestro poderoso intercesor en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Rom 10,9-18)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Basta que cada uno

declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse. En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él. Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que


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30 de Noviembre - Miércoles, San Andrés, Apóstol

se lo anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que trae buenas noticias! Sin embargo, no todos han creído en el Evangelio. Ya lo dijo Isaías: Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? Por tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo. Entonces yo pregunto: ¿Acaso no habrán oído la predicación? ¡Claro que la han oído!, pues la Escritura dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han llegado hasta el último rincón de la tierra. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El mensaje del Señor resuena en toda la tierra. L Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo transmite a la otra noche /R L Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo /R (Sal 18). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres. R Aleluya (Mt 4,19).

6. Evangelio (Mt 4,18-22)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, con bondad, los dones que te presentamos en la festividad de san Andrés, Apóstol, y haz que esta Eucaristía sea para nosotros fuente de vida y salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. 8. Prefacio S El Señor esté con ustedes. A Y con tu espíritu. S Levantemos el corazón. A Lo tenemos levantado hacia el Señor. S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A Es justo y necesario. S En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,


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30 de Noviembre - Miércoles, San Andrés, Apóstol

Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo… 9. Antífona de la comunión Andrés dijo a su hermano Simón: Hemos encontrado al Mesías, y lo llevó a donde estaba Jesús (Jn 1,

10. Oración después de la comunión Que esta sagrada Eucaristía nos fortalezca, Señor, para que a ejemplo de san Andrés, participemos con nuestros sufrimientos en la pasión de Cristo y podamos participar también en su gloriosa resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Dios te ha hablado. Espera tu respuesta: ¿Qué respuesta das al llamado de Jesús, para ser su apóstol?

41-42).

Al cumplirse los 100 años de la Venerable Sierva de Dios Isabel de Rosis Nació en Rossano Calabria el 9 de Junio de 1842. 24 de Agosto 1875 Fundó la Congregación de las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús 11 de Agosto 1911 después de tantos sufrimientos entregó su alma a Dios. Isabel de Rosis se fijó en el derecho que debe tener todo niño a la educación y la atención que cada uno merece, hoy día las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, seguimos impartiendo ésta misión en algunas partes del mundo, buscando siempre imitar a nuestra Madre Fundadora, quién siguió la huellas de Jesús, primer Reparador. Nuestra fundadora Madre Isabel de Rosis , cuyas virtudes fueron declaradas “heroico” por su Santidad. Como Hijas de Madre Isabel, con tantas vidas pisoteadas hoy día, nos preguntamos personalmente: ¿Qué deseamos reparar en nuestras vidas?, ¿Estamos dispuestas a amar con todo el corazón?, ¿Estamos dispuestas a sanar nuestros corazones para sanar el corazón de nuestro mundo?, hoy en día Madre Isabel, nos invita a contemplar el corazón traspasado de Jesús en la Cruz, para que reparemos tantos sufrimientos en el mundo, tantos hombres y mujeres, niños y niñas, sin vos para defender su derecho a la vida... ¿Cómo voy a Responder al Corazón de Jesús cada día…?


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Causa de Beatificación y Canonización Mons. Arturo Celestino Álvarez

La Autoridad Eclesiástica de la hoy Arqui-

diócesis, desde la muerte de Mons. Álvarez, oyendo el clamor de todos los que. Sacerdotes o Laicos, le conocieron en vida, creyó justo y conveniente promover su Beatificación y Canonización. Con el permiso de la Santa Sede, en Oficio de la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos Nº 24-94-1/02 de fecha 12/09/2002 (el nihil obstat: nada se opone), se autorizó al II Arzobispo de Calabozo Excmo. Mons. Antonio José López Castillo, como Actor de la Causa a iniciar el Proceso; el mismo Nombró Postulador General en Roma al R. P. Romualdo Rodrigo: Vice-Postulador a Mons. Helímenas Rojo Paredes. Hoy la preside el III Arzobispo, Mons. Manuel Felipe Díaz Sánchez, quien les confirmó en el cargo, así como al Tribunal: Juez Instructor: Pbro. Lic. Marcos Antonio Ruz Calatrava. La Causa se encuentra ahora en su fase arquidiocesana: se promociona el conocimiento de la vida y personalidad de Mons. Álvarez; se busca probar su fama de santidad a través de testimonios de personas que lo conocieron, de las que hay todavía muchas, se organiza campaña permanente de oración por el éxito de la Causa; se recogen informes sobre favores otorgados por intercesión del Siervo de Dios y se reciben colaboraciones para los gastos del Proceso. Oficina de la “Causa de Beatificación y Canonización Mons. Arturo C. Álvarez” Curia Metropolitana de Calabozo. Calle 4 entre carreras 11 y 12. Email: beatificacionmonsalvarez@gmail.com. Teléfonos: 0246-995.05.60. Mons. Rojo 0414-346.19.63. Prof. Ana López 0414-0399553. Banco Mercantil, Cuenta Corriente Nº 0105-0109-12-1 109096690 a nombre de “Fundación Beatificación y Canonización Mons. Álvarez”.

Cartas Pastorales de Monseñor Arturo Celestino Álvarez En el Centenario de la Consagración Episcopal (06-11-1910 / 06.11.2010) Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.


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