«OREMOS CON LA IGLESIA» Laudes y Vísperas
Año V - Nro. 66 - Mayo 2011 Director: P. Martino Maccapani, ssp. publicaciones@sanpablo.org.ve Subdirector: P. V. Amadío, ssp. publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinadora: July Zambrano Comentarios: P. Antonio Danoz, redentorista, Telf.: 481.35.40 Portada: Adrián Rodríguez Equipo de Revisión, Correcciones y Diagramación: J. Zambrano, D. González, y Clemencia de Crény
Pedidos por suscripción: Telfs.: (0212) 963.68.81 / 963.65.19 Fax 963.68.52 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Precio unitario Bs.F. 22.00 Administración: Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax 576.93.34 cobranza@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Depósito legal: pp200502CS1934
Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Mayo 2011 Generales: Para que los que trabajan en los medios de comunicación respeten siempre la verdad, la solidaridad y la dignidad de cada persona. Misionales: Para que la Iglesia en China reciba el don de perseverar en la fidelidad al Evangelio y de crecer en la unidad. Puntos de ventas de “Oremos con la Iglesia” Librerías San Pablo SAN PABLO DISTRIBUCIÓN Pedidos al mayor: El Hatillo, Edo. Miranda Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 Fax: 963.68.52 E-mail: distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve CARACAS: Telfs.: (0212) 572.36.97 - 572.27.36 572.08.91- Fax : 573.75.42 E-mail: caracas@sanpablo.org.ve EL HATILLO: Telfs.: (0212) 963.23.42 - Fax : 963.68.52 - E-mail: hatillo@sanpablo.org.ve MARACAIBO: Telf.: (0261) 791.65.83 Fax: 791.68.06 E-mail: maracaibo@sanpablo.org.ve MARACAY: Telfs.: (0243) 247.04.21 - 247.33.25 Fax: 247.16.21 E-mail: maracay@sanpablo.org.ve MATURÍN: Telf. : (0291) 641.18.49 - 641.01.72 Telefax: 642.17.67 E-mail: maturin@sanpablo.org.ve MÉRIDA: Telf.: (0274) 252.92.18 Fax: 252.86.86 E-mail: merida@sanpablo.org.ve
PORLAMAR: Telf.: (0295) 267.45.73 Fax: 267.46.63 E-mail: margarita@sanpablo.org.ve PUERTO LA CRUZ: Telf.: (0281) 265.78.07 - Fax: 265.67.06 - E-mail: puertolacruz@sanpablo.org.ve SAN CRISTÓBAL: Telf. : (0276) 344.29.67 Telefax: 343.30.08 E-mail: sancristobal@sanpablo.org.ve
Librerías Paulinas CARACAS: Telf.: (0212) 862.33.40 - 864.23.10 Fax 861.07.60 E-mail: caracascentro@paulinas.org.ve CARACAS: Telf.: (0212) 283.50.46 - 286.35.15 Fax 285.71.17 E-mail: paulinasdistve@cantv.net BARQUISIMETO: Telf.: (0251) 531.97.23 Fax 533.00.25 E-mail: paulinasbarqto@hotmail.com PTO. ORDAZ: Telf. : (0286) 923.06.32 E-mail: paulinasptordaz@cantv.net VALENCIA: Telf.: (0241) 857.00.09 Fax 858.98.87 E-mail: valencia@paulinas.org.ve
Calendario Litúrgico - Mayo 2011, Ciclo “A” 1 Domingo II de Pascua de la Divina Misericordia /A - He 2,42-47; Sal 117; 1Pe 1,3-9; Secuencia; Jn 20, 19-31 - L.H.: 2ª Sem. del Salterio - Día del Trabajador. 2 Lunes - San Atanasio, Obispo y Doctor de la Ig., M - He 4,23-31; Sal 2; Jn 3,1-8. 3 Martes - La Exaltación de la Santa Cruz, F - Núm 21,4-9; Fil 2,6-11; Sal 77; Jn 3,13-17; 4 Miércoles - Santos Felipe y Santiago, Apóstoles, F - 1Co 15,1-8; Sal 18; Jn 14,6-14. 5 Jueves, Feria, II Semana de Pascua - He 5,27-33; Sal 33; Jn 3,31-36. 6 Viernes - Feria, II Semana de Pascua - He 5,34-42; Sal 26; Jn 6,1-15. 7 Sábado - Beata María de San José, Religiosa, M - 1Jn 4,7-16; Sal 130; Jn 15,9-17. 8 Domingo III de Pascua /A - He 2,14.2233; Sal15; 1Pe 1,17-21; Lc 24,13-35 L.H.: 3ª Semana del Salterio - Día de la Madre. 9 Lunes - Feria, III Semana de Pascua - He 6,8-15; Sal 118; Jn 6;22-29. 10 Martes - San Juan de Ávila, Presbítero, M - He 7,51—8,1; Sal 30; Jn 6,3035. 11 Miércoles - Feria, III Semana de Pascua - He 8,1-8; Sal 65; Jn 6,35-40. 12 Jueves - Feria o Memoria de los Santos Nereo y Aquileo, Mártires - He 8,26-40; Sal 65; Jn 6,44-51. 13 Viernes - Nuestra Señora de Fátima, F - He 9,1-20; Sal116; Jn 6,52-59. 14 Sábado - San Matías Apóstol, F - He 1,15-17.20-26; Sal 112; Jn15, 9-17. 15 Domingo IV de Pascua /A - He 2, 14. 36-41; Sal 22; 1Pe 2,20-25 ; Jn 10,110 - L.H.: 4ª Sem. del Salterio - Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas. 16 Lunes -Feria, IV Semana de Pascua - He 11,1-18; Sal 41 y 42; Jn 10,11-18.
17 Martes - Feria o Memoria de San Pascual Bailón, Religioso - He 11,1926; Sal 86; Jn 10,22-30. 18 Miércoles - Feria o Memoria de San Juan I, Papa y Mártir - He 12,24—13, 5; Sal 66; Jn 12,44-50. 19 Jueves - Feria, IV Semana de Pascua - He 13,13-25; Sal 88; Jn 13,16-20. 20 Viernes - Feria o Memoria de San Bernardino de Siena, Presbítero - He 13,26-33; Sal 2; Jn14,1-6. 21 Sábado - Feria o Memoria de San Cristóbal Magallanes y Compañeros Mártires - H 13, 44-52; Sal 97; Jn 14,714. 22 Domingo V de Pascua /A - He 6,1-7; Sal 32; 1Pe 2,4-9; Jn 14,1-12 - L.H.: 1ª Sem. del Salterio. 23 Lunes - Feria, V Semana de Pascua - He 14,5-18; Sal113b; Jn 14,21-26. 24 Martes - María Auxiliadora, M - He 14,19-28; Sal 144; Jn 14,27-31. 25 Miércoles - Feria o Memoria de San Beda, el Venerable, Presbítero y Doctor de la Ig. - He 15,1-6; Sal 121; Jn 15,1-8. 26 Jueves - Santa Mariana de Jesús Paredes, Virgen - He 15,7-21; Sal 95; Jn 15,9-11. 27 Viernes - Feria o Memoria de San Agustín de Canterbury, Obispo - He 15,22-31; Sal 56; Jn 15,12-17. 28 Sábado - Feria o Memoria de Sta. Mª en sábado - He 16,1-10; Sal 99; Jn 15,18-21. 29 Domingo VI de Pascua /A - He 8,58.14-17; Sal 65; 1Pe 4,13-16; Jn 14,1521 - L.H.: 2ª Sem. del Salterio. 30 Lunes - Feria VI Semana de Pascua - He 16,11-15; Sal 149; Jn 15,26—16,4. 31 Martes - La Visitación de la Santísima Virgen María, F - Sof 3,14-18; Sal (Is 12); Lc 1,39-56 - Coronación de la Virgen María.
Textos comunes para la Pascua
Oración de la Mañana - Laudes Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. (En forma opcional se dice luego el salmo 94 (o bien el salmo 23, 99, o el 66)
Salmo 94 Venid, aclamemos al Señor,/ demos vítores a la Roca que nos salva;/ entremos a su presencia dándole gracias,/ aclamándolo con cantos. Se repite la antífona
Porque el Señor es un Dios grande,/ soberano de todos los dioses:/ tiene en su mano las simas de la tierra,/ son suyas las cumbres de los montes./ Suyo es el mar, porque él lo hizo,/ la tierra firme que modelaron sus manos. Se repite la antífona
Venid, postrémonos por tierra,/ bendiciendo al Señor, creador nuestro./ Porque él es nuestro Dios,/ y nosotros su pueblo,/ el rebaño que él guía.
Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre, /por los siglos de los siglos. Amén. Se repite la antífona
o bien el Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes: /él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. Se repite la antífona
¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro? Se repite la antífona
El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso./ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación. Se repite la antífona
Éste es el grupo que busca al Señor,/ que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Se repite la antífona
Se repite la antífona
Ojalá escuchéis hoy su voz:/ «No endurezcáis el corazón como en Meribá,/ como el día de Masá en el desierto:/ cuando vuestros padres me pusieron a prueba,/ y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona
Durante cuarenta años/ aquella generación me repugnó, y dije: “Es un pueblo de corazón extraviado,/ que no reconoce mi camino;/ por eso he jurado en mi cólera/ que no entrarán en mi descanso”». Se repite la antífona
Gloria al Padre, y al Hijo,/ y al Espíritu
Se repite la antífona
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra. Se repite la antífona
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Se repite la antífona
Textos comunes
o bien el Salmo 66
El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. Se repite la antífona
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona
Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. Se repite la antífona
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona
La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe.
o bien el Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Se repite la antífona
Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Se repite la antífona
Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos, /dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Cántico de Zacarías (Lc 1,68-79) (cántico de la mañana) Bendito sea el Señor, Dios de Israel, /porque ha visitado y redimido a su pueblo,/ suscitándonos una fuerza de salvación/ en la casa de David, su siervo,/ según lo había predicho desde antiguo/ por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos/ y de la mano de todos los que nos odian;/ ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,/ recordando su santa alianza/ y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor,/ arrancados de la mano de los enemigos,/ le sirvamos con santidad y justicia,/ en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,/ porque irás delante del Señor /a preparar sus caminos,/ anunciando a su pueblo la salvación,/ el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,/ nos visitará el sol que nace de lo alto,/ para iluminar a los que viven en tinieblas/ y en sombras de muerte,/ para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Oración de la Tarde - Vísperas Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Cántico de la Sma. Virgen María (Lc 1,46-55) (cántico de la tarde) Proclama mi alma la grandeza del Señor,/ se alegra mi espíritu en Dios
Textos comunes
mi salvador;/ porque ha mirado la humillación de su esclava.
y siempre,/ por los siglos de los siglos. Amén.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,/ porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:/ su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles/ de generación en generación.
Conclusión - Laudes y Vísperas
Él hace proezas con su brazo:/ dispersa a los soberbios de corazón, /derriba del trono a los poderosos/ y enaltece a los humildes,/ a los hambrientos los colma de bienes/ y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo,/ acordándose de su misericordia/ —como lo había prometido a nuestros padres—/ en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora
Si el que preside es un presbítero o un diácono, bendice con la fórmula siguiente:
El Señor esté con ustedes./ Y con tu espíritu./ La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros./ Amén. Si se despide a la asamblea, se añade:
Pueden ir en paz./ Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye:
V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal / y nos lleve a la vida eterna./ R Amén. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himnos - Domingos - Tiempo de Pascua I Vísperas Revestidos de blancas vestiduras,/ vayamos al banquete del Cordero/ y, terminado el cruce del mar Rojo,/ alcemos nuestro canto al Rey eterno. La caridad de Dios es quien nos brinda/ y quien nos da a beber su sangre propia,/ y el Amor sacerdote es quien se ofrece/ y quien los miembros de su cuerpo inmola. Las puertas salpicadas con tal sangre/ hacen temblar al ángel vengativo,/ y el mar deja pasar a los hebreos/ y sumerge después a los egipcios. Ya el Señor Jesucristo es nuestra pascua,/ ya el Señor Jesucristo es nuestra víctima:/ el ázimo purísimo y sincero/ destinado a las almas sin mancilla. Oh verdadera víctima del cielo,/ que tiene a los infiernos sometidos,/ ya rotas las cadenas de la muerte,/ y el premio de la vida recibido. Vencedor del averno subyugado,/ el Redentor despliega sus trofeos/ y, sujetando al rey de las tinieblas,/ abre de par en par al alto cielo. Para que seas, oh Jesús, la eterna/ dicha pascual de nuestras almas limpias,/ líbranos de la muerte del pecado/ a los que renacimos a la vida. Gloria sea a Dios Padre y a su Hijo,/ que de los muertos ha resucitado,/ así como también al sacratísimo/ Paracleto, por tiempo ilimitado. Amén.
Textos comunes
Laudes Estaba al alba María,/ llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre/ y amaneció el primer día./ Envuelto en la blanca túnica/ de su propia luz divina/ —la sábana de la muerte/ dejada en tumba vacía—, Jesús, alzado, reinaba;/ pero ella no lo veía. Estaba al alba María,/ la fiel esposa que aguarda. Mueve el Espíritu al aura/ en el jardín de la vida./ Las flores huelan la Pascua/ de la carne sin mancilla,/ y quede quieta la esposa/ sin preguntas ni fatiga./ ¡Ya está delante el esposo,/ venido de la colina! Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. Amén. II Vísperas Al fin será la paz y la corona,/ los vítores, las palmas sacudidas,/ y un
aleluya inmenso como el cielo/ para cantar la gloria del Mesías. Será el estrecho abrazo de los hombres,/ sin muerte, sin pecado, sin envidia;/ será el amor perfecto del encuentro,/ será como quien llora de alegría. Porque hoy remonta el vuelo el sepultado/ y va por el sendero de la vida/ a saciarse de gozo junto al Padre/ y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba,/ lo abrazaban, hablaba, compartía;/ y escondido la Iglesia lo contempla,/ lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada,/ y ya es nuestra la historia que principia,/ nuestros son los laureles de su frente,/ aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio limitados/ sumisos al Espíritu se rindan,/ y dejen paso a Cristo omnipotente,/ a quien gozoso el mundo glorifica. Amén
Himnos - Días de Ferias de Pascua Laudes La bella flor que en el suelo/ plantada se vio marchita/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. De tierra estuvo cubierta,/ pero no fructificó/ del todo, hasta que quedó /en un árbol seco injerta./ Y, aunque a los ojos del suelo/ se puso después marchita,/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Toda es de flores la fiesta,/ flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/ porque flor de fruto es ésta./ Y, mientras su Iglesia grita/ mendigando algún consuelo, ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Que nadie se sienta muerto/ cuando resucita Dios,/ que, si el barco llega al puerto,/ llegamos junto con vos./ Hoy la Cristiandad se quita/ sus vestiduras de duelo./ Ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Amén.
Vísperas Cantarán, llorarán razas y hombres,/ buscarán la esperanza en el dolor,/ el secreto de vida es ya presente:/ resucitó el Señor.
Textos comunes
Dejarán de llorar los que lloraban,/ brillará en su mirar la luz del sol,/ ya la causa del hombre está ganada:/ resucitó el Señor. Volverán entre cánticos alegres/ los que fueron llorando a su labor,/ traerán en sus brazos la cosecha:/ resucitó el Señor. Cantarán a Dios Padre eternamente/ la alabanza de gracias por su don,/ en Jesús ha brillado su Amor santo:/ resucitó el Señor. Amén.
Himnos - Común de Apóstoles Laudes Con el gozo pascual,/ el sol de nuevo brilla/ cuando ven los apóstoles /que Jesús resucita. En la carne de Cristo/ ven claras las heridas/ y paladinamente/ que está vivo predican. Cristo, rey clementísimo,/ nuestras almas habita/ para que te celebremos/ por siempre en nuestra vida. Sé, Jesús, de las almas/ la pascual alegría,/ que, en gracia renacidos,/ tu triunfo nos anima. A ti, Jesús, la gloria,/ que, la muerte vencida,/ abres por los apóstoles/ nuevas sendas de vida. Amén.
Vísperas Tristes
estaban
los
apóstoles/
tras sepultar a Cristo/ que, a muerte despiadada,/ lo sentenciaron los impíos. Con dulces palabras, un ángel/ a las mujeres dijo/ que en Galilea el Señor/ habría muy pronto de ser visto. Mientras corrían presurosas/ a hablar a los discípulos,/ lo ven, besan sus pies,/ pues se les aparece vivo. Cuando lo saben los apóstoles/ acuden velocísimos/ a ver en Galilea/ el rostro adorable de Cristo. Sé, Jesús, de las almas júbilo/ y pascual regocijo,/ a tus triunfos asócianos,/ que en la gracia hemos renacido. Tribútese, oh Jesús, la gloria/ a ti, que, ya vencido/ el reino de la muerte,/ nos abres lúcido el camino. Amén.
Himnos - Común de Pastores Laudes Cristo, Cabeza, Rey de los pastores,/ el pueblo entero, madrugando a fiesta,/ canta a la gloria de tu sacerdote/ himnos sagrados. Con abundancia de sagrado cris-ma,/ la unción profunda de tu Santo Espíritu/ lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia/ jefe del pueblo. Él fue pastor y forma del rebaño,/ luz para el ciego, báculo del pobre,/ padre común, presencia providente,/ todo de todos. Tú que coronas sus merecimientos,/ danos la gracia de imitar su vida/ y al fin, sumisos a su magisterio,/ danos su gloria. Amén.
Textos comunes
Vísperas
Conociendo en la fe su fiel presencia,/ hambrientos de verdad y luz divina,/ sigamos al pastor que es providencia/ de pastos abundantes que son vida.
Es su voz y su amor el que nos llama/ en la voz del pastor que él ha elegido,/ es su amor infinito el que nos ama/ en la entrega y amor de este otro cristo.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,/ manda siempre a tu mies trabajadores;/ cada aurora, a la puerta del aprisco,/ nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
Cantemos al Señor con alegría,/ unidos a la voz del Pastor santo;/ demos gracias a Dios, que es luz y guía,/ solícito pastor de su rebaño.
Himnos - Común de Vírgenes Laudes Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las alma/ que hicieron de su amor amar divino. Esperasteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza/ vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha celebrado/ no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pareza y el sueño del pecado.
Demos gracias a Dios y, humildemente/ pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia permanente,/ despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.
Vísperas Dichosa tú, que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas. Con el brazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/ vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente. Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/ danos en la tentación/ la gracia de resistir. Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén.
ORACIÓN DE LA NOCHE - Completas
En el espíritu de la reforma del Concilio, la oración de completas es presentada como la oración conclusiva de la jornada del cristiano. Es una oración de recogimiento antes del reposo de la noche (aunque sea después de medianoche). Está impregnada de intimidad y de silencio, propio de la noche. Más que una oración de alabanza, se puede decir que las completas son una súplica de protección y una petición de defensa espiritual contra los peligros de la noche.
INVOCACIÓN INICIAL
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos Amén. (Aleluya).
EXAMEN DE CONCIENCIA
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial, de la siguiente forma:
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Todos examinan en silencio su conciencia. Terminado el examen se añade una de las siguientes fórmulas penitenciales:
I Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. V R V R
II Señor, ten misericordia de nosotros, Porque hemos pecado contra ti. Muéstranos, Señor, tu misericordia. Y danos tu salvación.
III V Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros). V Tú que has venido a llamar a los pecadores, Cristo, ten piedad (de nosotros). R Cristo, ten piedad (de nosotros). V Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros, Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros). Pueden usarse otras invocaciones penitenciales.
10
Oración de la Noche - Completas
Si preside la celebración un ministro, él solo dice la absolución siguiente; en caso contrario, la dicen todos:
V El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
HIMNOS A continuación se dice uno de los himnos siguientes:
Tiempo Pascual: El corazón se dilata sin noche en tu santo cuerpo, oh morada iluminada, mansión de todo consuelo.
o bien: En ti, Señor, reposan nuestras vidas en el descanso santo de la noche; tú nos preparas para la alborada y en el Espíritu Santo nos acoges.
Por tu muerte sin pecado, por su descanso y tu premio, en ti, Jesús, confiamos, y te miramos sin miedo.
En apartadas y lejanas tierras el sol ha despertado las ciudades; amigo de los hombres, ve sus penas y ensancha de tu amor los manantiales.
Como vigila de amor te ofrecemos nuestro sueño; tú que eres el paraíso, danos un puesto en tu reino. Amén.
Vencedor de la muerte y de las sombras, Hijo eterno de Dios, resucitado, líbranos del peligro de la noche al dormirnos confiados en tus brazos. Amen.
Pueden usarse también, sobre todo en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
SALMODIA La salmodia para Completas se encuentra en la página 16, después del Salterio en cuatro semanas. Los domingos y solemnidades, después de las I Vísperas, se dice el salmo 4 y el 133; después de las II Vísperas, se dice el salmo 90. En los días dentro de la octava de Navidad se dicen las Completas del domingo, escogiendo las de después de las I Vísperas o las de después de las II Vísperas, según se prefiera. Los demás días, se dicen los salmos y antífonas señalados para cada día de la semana en el Salterio de Completas. Pueden, sin embargo, sustituirse las Completas de cualquier día por las del domingo, para comodidad, sobre todo, de los que quisieren recitarlas de memoria. En este caso, puede tomarse cualquiera de las dos Completas del domingo, tanto las que se dicen después de las I Vísperas, como las que se dicen después de las II Vísperas.
LECTURA BREVE
Se hace luego la lectura breve, que se toma del Salterio de Completas y del mismo día del cual se tomaron los salmos; después se recita el responsorio breve.
11
Oración de la Noche - Completas
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu (T.P. Aleluya, aleluya) R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu (T.P. Aleluya, aleluya). V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu (T.P. Aleluya, aleluya). V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu (T.P. Aleluya, aleluya).
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).
Oración
La oración conclusiva se toma del Salterio de Completas. Antes de ella se dice Oremos y al final de ella se responde Amén.
CONCLUSIÓN Bendición
Después de la oración conclusiva se dice la siguiente bendición, incluso cuando el Oficio lo reza una sola persona:
V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. Antífona final de la Santísima Virgen Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.
Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar.
I
12
Oración de la Noche - Completas
Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen. Recibe el saludo del ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores. II Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros. III Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
IV Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
Completas ORACIÓN PARA ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO Para el rezo de Completas pueden usarse los formularios asignados a cada día de la semana en este Salterio de Completas. Si se prefiere, también pueden usarse, en cualquier día, los formularios señalados para después de las I o II Vísperas del domingo, en cuyo caso debe decirse como oración conclusiva la segunda de las dos oraciones que figuran en dichos formularios de domingo.
DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS I VÍSPERAS
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 10
SALMODIA
Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya.
Oración de la Noche - Completas
13
Salmo 4
Escúchame cuando te invoco. Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque. Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho; ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» Pero tú. Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración. Antífona 2 - Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo 133
Y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor: Levantad las manos hacia el santuario, y bendecid al Señor. El Señor te bendiga desde Sión: el que hizo cielo y tierra. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE
Dt 6, 4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos. Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
14
Oración de la Noche - Completas
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. (T.P. Aleluya).
Oración Después de las I Vísperas del domingo: Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Después de las I Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
CONCLUSIÓN
Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en las págs. 11-12
DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS II VÍSPERAS
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 10
SALMODIA
Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya.
15
Oración de la Noche - Completas
Salmo 90 Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados,
LECTURA BREVE
porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación». Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Ap 22, 4-5
Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará a ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CANTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. (T.P. Aleluya).
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos:
16
Oración de la Noche - Completas
luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Oración Después de las II Vísperas del domingo: Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Después de las II Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en las págs. 11-12
LUNES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en el Ordinario, pág. 10
SALMODIA
Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 85 Inclina tu oído. Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti.
17
Oración de la Noche - Completas
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
LECTURA BREVE
Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste, del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
1Tes 5, 9-10
Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos. Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
18
Oración de la Noche - Completas
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Oración
Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en las págs. 11-12
MARTES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 10
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.
En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti.
Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.
Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad,
19
Oración de la Noche - Completas
ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
LECTURA BREVE
por tu clemencia, sácame de la angustia.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
1Pe 5, 8-9
Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. Aleluya.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Oración
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
CONCLUSIÓN
Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en el Ordinario, en las págs. 11-12
MIÉRCOLES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya.
20
Oración de la Noche - Completas
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 10
SALMODIA
Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 30, 2-6
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 129
Desde lo hondo a ti grito, Señor; + Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
21
Oración de la Noche - Completas
LECTURA BREVE
Ef 4, 26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Oración
Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en las págs. 11-12
JUEVES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa.
22
Oración de la Noche - Completas
El himno se halla indicado en pág. 8
SALMODIA
Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano:
LECTURA BREVE
me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
1Tes 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos. Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
23
Oración de la Noche - Completas
Oración
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
CONCLUSIÓN
Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en las págs. 11-12
VIERNES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Aleluya. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 10
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 87 Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; + llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de
tu mano.
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas.
Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar. Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido?
24
Oración de la Noche - Completas
Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro? Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores, pasó sobre mí tu incendio,
LECTURA BREVE
tus espantos me han consumido:
me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una; alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Jer 14,9
Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro. Aleluya.
RESPONSORIO BREVE
V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en Paz. Aleluya.
Cántico de Simeón
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
Oración
Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en las págs. 11-12
1 de Mayo - II Domingo de Pascua de la
25
Divina Misericordia /A
Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: “¿No tenía que padecer el Mesías para entrar en su gloria?” (Lc 24,26). Éste es el contenido central de la primera predicación de los discípulos. Para convertirse en discípulo de Jesús, hay que creer que Jesús murió y resucitó para ser Salvador de la humanidad. Oremos, para que los discípulos de hoy nos consolidemos en la fe pascual, para poder anunciarla a los demás.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (Aleluya).
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno /según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya).
26
1 de Mayo - II Domingo de Pascua de la Divina Misericordia /A
Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /(R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ocho días después, estando cerradas las puertas, se presentó Jesús y, en presencia de todos, exclamó: «La paz sea con vosotros». Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y nos dio nueva vida, y digámosle: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. Tú que eres la piedra rechazada
por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo. Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia. Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro padre: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
1 de Mayo - II Domingo de Pascua de la ´Divina Misericordia /A
27
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Cualquier momento del día es bueno para el encuentro con Jesús resucitado. Varias de sus manifestaciones a los discípulos tienen lugar al anochecer. Dispongamos el espíritu para el encuentro con Jesús en este tiempo consagrado a la oración, cuando las tinieblas nos rodean. Su presencia será una luz en medio de la noche. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Domingo I Vísperas, ver pág. 12).
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena va al sepulcro” (Jn 20,1). Madruga como la esposa del Cantar de los cantares en busca de su amado: “Me levantaré y rondaré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscaré al amor de mi alma” (Cant 3,2). María buscó y, fue la primera en encontrarse con Jesús resucitado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 6 Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.
Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
28
1 de Mayo - II Domingo de Pascua de la Divina Misericordia /A
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino fiel. Aleluya.
1 de Mayo - II Domingo de Pascua de la Divina Misericordia /A
Preces
29
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo.
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable.
Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Tú que nos has salvado por la fe, *haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva.
Oración
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: “Se llevaron del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto” (Jn 20,2). El “sepulcro vacío”, que mencionan los evangelios, es uno de los signos pascuales de que Jesús ha resucitado. Jesús no se encuentra en el sepulcro. María Magdalena es el primer testigo y la primera en anunciarlo a los discípulos, ocultos y asustados.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies».
30
1 de Mayo - II Domingo de Pascua de la Divina Misericordia /A
Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno /según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos.
Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /(R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos?
En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo.
Gloria y antífona 2
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya).
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya. Antífona: ¿No has creído, Tomás, sino después de haberme visto? Dichosos los que sin ver han creído. Aleluya.
Preces
Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres.
31
2 de Mayo - Lunes, San Atanasio
Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día.
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En medio de las tinieblas de la duda, la mujer que se decide a buscar, es la que encuentra; el discípulo que más corre llega el primero: “Vio y creyó”. En el evangelio de Juan, la mujer que busca y el discípulo que corre más veloz, pertenecen al grupo de seguidores que se distinguían por el amor. Eran “muy amigos de Jesús”. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Domingo II Vísperas, ver pág. 14).
2 de Mayo - Lunes, San Atanasio Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Los jefes del pueblo, al ver la seguridad de Pedro y Juan, y al hombre que había sido sanado junto a ellos, se quedaron sin argumentos. Para ser testigos de Jesús resucitado, hay que estar firmes en la fe, sin ceder ante la persecución y ante las pruebas. Oremos, para que la fe de los discípulos de hoy, se vea confirmada por el testimonio de las obras.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
32 En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo. Aleluya.
Himno, Común de Pastores, pág. 7 Antífona 1 - Como busca la cierva corrientes de auga, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Aleluya.
2 de Mayo - Lunes, San Atanasio
por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Llena, Señor, a Sión de tu majestad y al templo de tu gloria. Aleluya.
Cántico
Sir 36, 1-7. 13-16
Salmo 41
Sálvanos, Dios del universo,/ infunde tu terror a todas las naciones;/ amenaza con tu mano al pueblo extranjero,/ para que sienta tu poder.
tiene sed de Dios,/ del Dios vivo:/ ¿cuándo entraré a ver/ el rostro de Dios?
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,/ muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:/ para que sepan, como nosotros lo sabemos,/ que no hay Dios fuera de ti.
Como busca la cierva/ corrientes de agua,/ así mi alma te busca/ a ti, Dios mío;
Las lágrimas son mi pan/ noche y día,/ mientras todo el día me repiten:/ «¿Dónde está tu Dios?». Recuerdo otros tiempos,/ y mi alma desfallece de tristeza:/ cómo marchaba a la cabeza del grupo,/ hacia la casa de Dios,/ entre cantos de júbilo y alabanza,/ en el bullicio de la fiesta. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Cuando mi alma se acongoja,/ te recuerdo,/ desde el Jordán y Hermón/ y el Monte Menor. Una sima grita a otra sima/ con voz de cascadas:/ tus torrentes y tus olas/ me han arrollado. De día el Señor/ me hará misericordia,/ de noche cantaré la alabanza/ del Dios de mi vida. Diré a Dios: Roca mía,/ ¿por qué me olvidas?/ ¿Por qué voy andando, sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Se me rompen los huesos/ por las burlas del adversario;/ todo el día me preguntan:/ «¿Dónde está tu Dios?» ¿Por qué te acongojas, alma mía,/
Renueva los prodigios, repite los portentos,/ exalta tu mano, robustece tu brazo. Reúne a todas las tribus de Jacob/ y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,/ de Israel, a quien nombraste tu primogénito./ Ten compasión de tu ciudad santa,/ de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad,/ y al templo de tu gloria. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - La gloria de Dios ilumina la ciudad santa y el Cordero es su sol. Aleluya.
Salmo 18 A El cielo proclama la gloria de Dios,/ el firmamento pregona la obra de sus manos:/ el día al día le pasa el mensaje,/ la noche a la noche se lo murmura. Sin que hablen, sin que pronuncien,/ sin que resuene su voz,/ a toda la tierra alcanza su pregón/ y hasta los
33
2 de Mayo - Lunes, San Atanasio
límites del orbe su lenguaje.
acción misericordiosa.
Allí le ha puesto su tienda al sol:/ él sale como el esposo de su alcoba,/ contento como un héroe, a recorrer su camino.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, * no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Asoma por un extremo del cielo,/ y su órbita llega al otro extremo:/ nada se libra de su calor. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Sab 7, 13-14
Aprendí la sabiduría sin malicia, la reparto sin envidia y no me guardo sus riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que la adquieren se atraen la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
Responsorio breve
V El pueblo cuenta su sabiduría. Aleluya, aleluya. R El pueblo cuenta su sabiduría. Aleluya, aleluya. V La asamblea pregona su alabanza. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El pueblo cuenta su sabiduría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Los sabios brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes serán como estrellas por toda la eternidad. Aleluya.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, * haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa. Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, * haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que suscitaste a san Atanasio como preclaro defensor de la divinidad de tu Hijo, haz que nosotros, iluminados por sus enseñanzas y ayudados por sus ejemplos, crezcamos en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Preces Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor. Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor, * haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu
San Atanasio
34
2 de Mayo - Lunes, San Atanasio
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: El verdadero testigo de Jesús es el que “ha visto y oído”. Quien ha tenido esta experiencia profunda, no se puede callar. “Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído” (He 4,20). Con esta seguridad hablan Pedro y Juan ante el tribunal que los juzgaba. Contemplemos y escuchemos a Jesús resucitado en este tiempo de oración, para ser buenos testigos de su resurrección.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Común de Pastores, pág. 7 Antífona 1 - Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.
Salmo 44
I Me brota del corazón un poema bello,/ recito mis versos a un rey;/ mi lengua es ágil pluma de escribano. Eres el más bello de los hombres,/ en tus labios se derrama la gracia,/ el Señor te bendice eternamente. Cíñete al flanco la espada, valiente:/ es tu gala y tu orgullo;/ cabalga victorioso por la verdad y la justicia, /tu diestra te enseñe a realizar proezas./ Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,/ se acobardan los enemigos del rey. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;/ cetro de rectitud es tu cetro real;/ has amado la justicia y odiado la impiedad:/ por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido/ con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,/ desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas./ Hijas de reyes salen a tu encuentro,/ de pie a
tu derecha está la reina/ enjoyada con oro de Ofir. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Dichosos los invitados a la cena del Señor. Aleluya. II Escucha, hija, mira: inclina el oído,/ olvida tu pueblo y la casa paterna:/ prendado está el rey de tu belleza, / póstrate ante él, que él es tu señor./ La ciudad de Tiro viene con regalos,/ los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima,/ vestida de perlas y brocado;/ la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,/ la siguen sus compañeras:/ las traen entre alegría y algazara,/ van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres tendrás hijos,/ que nombrarás príncipes por toda la tierra». Quiero hacer memorable tu nombre/ por generaciones y generaciones,/ y los pueblos te alabarán/ por los siglos de los siglos. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
35
2 de Mayo - Lunes, San Atanasio
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor.
Antífona: Oh Doctor admirable, luz de la Iglesia santa, san Atanasio, fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios. Aleluya.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya.
Preces
Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Stgo 3, 17-18
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia.
Responsorio breve
V En la asamblea le da la palabra. Aleluya, aleluya. R En la asamblea le da la palabra. Aleluya, aleluya. V Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En la asamblea le da la palabra. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo: Salva a tu pueblo, Señor. Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia, * haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud. Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles, * purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos. Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos, * llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios. Tú que fuiste la heredad de los santos pastores, * no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, * salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida. Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración. Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que suscitaste a san Atanasio como preclaro defensor de la divinidad de
36
3 de Mayo - Martes, La Exaltación de la Cruz
tu Hijo, haz que nosotros, iluminados por sus enseñanzas y ayudados por sus ejemplos, crezcamos en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Pedro y Juan, al verse libres se reunieron con la comunidad. Compartieron con ella la experiencia vivida. “Íntimamente unidos a una voz oraron a Dios” (He 4,23-24). La comunidad se enriquece con el testimonio compartido de los hermanos, y con la oración realizada en común. Unámonos a todos los discípulos, que a esta hora celebran la resurrección de Jesús orando al Padre. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Lunes, ver pág. 16).
3 de Mayo - Martes, La Exaltación de la Cruz En otros países se celebra el 14 de septiembre
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En esta mañana pascual miramos a la cruz, no como instrumento de humillación y de muerte, sino como el camino seguido por Jesús para su exaltación a la gloria. A Jesús, que se abajó hasta la humillación de la cruz, en este tiempo de Pascua lo contemplamos resucitado, sentado al lado del Padre.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, elevado en la Cruz. Aleluya.
Himno Brille la cruz del Verbo, luminosa,/ brille como la carne sacratísima/ de aquel Jesús nacido de la Virgen/ que en la gloria del Padre vive y brilla. Gemía Adán, doliente y conturbado,/ lágrimas Eva junto a Adán vertía;/ brillen sus rostros por la cruz gloriosa,/ cruz que se enciende cuando el Verbo expira.
¡Salve, cruz de los montes y caminos,/ junto al enfermo suave medicina,/ regio trono de Cristo en las familias,/ cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita! Reine el Señor crucificado,/ levantando la cruz donde moría;/ nuestros enfermos ojos buscan luz,/ nuestros labios, el río de la vida. Te adoramos, oh cruz que fabricamos,/ pecadores, con manos deicidas;/ te adoramos, ornato del Señor,/ sacramento de nuestra eterna dicha. Amén. Antífona 1 - Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día. Aleluya.
37
3 de Mayo - Martes, La Exaltación de la Cruz
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - ¡Cómo brilla la cruz santa! De ella colgó el cuerpo del Señor y desde ella derramó Cristo aquella sangre que ha sanado nuestras heridas. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
Antífona 3 - Resplandece la cruz santa: por ella el mundo ha obtenido la salvación; la cruz vence, la cruz reina, la cruz aleja todo pecado. Aleluya.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea
Salmo 149
38
3 de Mayo - Martes, La Exaltación de la Cruz
de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 2, 9-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
Responsorio breve
V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Aleluya, aleluya. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Aleluya, aleluya V Porque por tu cruz has redimido al mundo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Tu cruz adoramos. Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero. Aleluya.
Preces Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y digámosle confiados: Por tu cruz, sálvanos, Señor. Hijo de Dios, que por el símbolo de la serpiente de bronce sanaste al pueblo de Israel, * protégenos hoy de las heridas del pecado. Hijo del hombre, que fuiste elevado en la cruz, como la serpiente fue elevada por Moisés en el desierto, *elévanos hasta la gloria de tu reino. Hijo unigénito del Padre, que has sido enviado al mundo para que todo el que crea en ti no perezca, * concede la vida eterna a los que buscan tu rostro. Hijo amado del Padre, que has sido enviado al mundo no para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvado por ti, * concede el don de la fe a todos nuestros familiares y amigos, para que obtengan la salvación. Hijo eterno del Padre, que viniste a prender fuego a la tierra para que el mundo entero ardiera, * haz que vivamos de acuerdo con la verdad y lleguemos a la luz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Pidamos ahora al Padre que venga al mundo su reino. Padre nuestro.
Oración Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
39
3 de Mayo - Martes, La Exaltación de la Cruz
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Las fiestas pascuales nos revelan que la cruz es un camino de gloria. Jesús nos repite la invitación a seguirlo: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y que me siga… Quien pierda la vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará” (Mc 8,34-35). Éste es el camino pascual que siguió Jesús, y no hay otro.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Las banderas reales se adelantan/ y la cruz misteriosa en ellas brilla:/ la cruz en que la vida sufrió muerte/ y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.
que acrecientes la gracia de los justos/ y borres los delitos de los malos. Recibe, oh Trinidad, fuente salubre,/ la alabanza de todos los espíritus,/ y tú que con tu cruz nos das el triunfo,/ añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén. Antífona 1 - ¡Oh gran obra del amor! Cuando en el árbol murió la Vida, con su muerte destruyó la misma muerte. Aleluya.
Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo/ que, al ser herido por la lanza dura,/ derramó sangre y agua en abundancia/ para lavar con ellas nuestras culpas.
Salmo 109, 1-5. 7
En ella se cumplió perfectamente/ lo que David profetizó en su verso,/ cuando dijo a los pueblos de la tierra:/ «Nuestro Dios reinará desde un madero»./ ¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,/ árbol ornado con la regia púrpura/ y destinado a que su tronco digno/ sintiera el roce de la carne pura!
Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos.
¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,/ en que estuvo colgado nuestro precio,/ fuiste balanza para el cuerpo santo/ que arrebató su presa a los infiernos! A ti, que eres la única esperanza,/ te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos/
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies».
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno /según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
40
3 de Mayo - Martes, La Exaltación de la Cruz
Antífona 2 - Adoramos tu cruz, Señor, recordamos tu gloriosa muerte; compadécete de nosotros, tú que por nosotros padeciste. Aleluya.
Salmo 115
Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos /en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava:/ rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5,9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Cor 1, 23-24
Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los no judíos; pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o griegos, es un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Responsorio breve
V Oh cruz gloriosa, en ti ha triunfado el Rey de los ángeles. Aleluya, aleluya. R Oh cruz gloriosa, en ti ha triunfado el Rey de los ángeles. Aleluya, aleluya. V Y con su sangre ha lavado nuestras heridas. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oh cruz gloriosa, en ti ha triunfado el Rey de los ángeles. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: ¡Oh victoria de la cruz y admirable signo! Haz que alcancemos el triunfo en el cielo. Aleluya.
Preces Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y digámosle confiados: Por tu cruz, Señor, llévanos a tu reino. Oh Cristo, que te anonadaste a ti mismo, tomando la condición de esclavo y pasando por uno de tantos, * haz que la Iglesia imite siempre tu humildad. Cristo Señor, que te rebajaste hasta someterte incluso a la muerte y una muerte de cruz, * haz que te sigamos por el camino de la obediencia y de la paciencia. Cristo Señor, que fuiste levantado por Dios y recibiste el «Nombre-sobretodo-nombre», * concede a todos tus fieles perseverar hasta el fin.
4 de Mayo - Miércoles, Santos Santiago y Felipe, Apóstoles
Cristo Jesús, ante cuyo nombre se dobla toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo, * haz que todos los hombres te adoren y vivan en tu paz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
41
Oración Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Cristo Jesús, a quien toda lengua proclamará: Señor, para gloria de Dios Padre, * recibe a nuestros hermanos difuntos en el reino de la eterna felicidad.
Conclusión
Terminemos nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Las Cruces de mayo se revisten de flores, como signo de la victoria de Jesús sobre la muerte. Celebremos esta victoria de Jesús, que es también nuestra victoria. “En la cruz está el Señor/ de cielo y tierra/ y el gozar de mucha paz/… Hermano, toma la cruz/ con gran consuelo,/ que ella sola es el camino/ para el cielo” (Sta. Teresa). (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Martes, ver pág. 18).
4 de Mayo - Miércoles, Santos Santiago y Felipe, Apóstoles Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Hacemos hoy memoria de dos de los discípulos, que formaron parte de los amigos más cercanos de Jesús: Felipe y Santiago, el pariente del Señor. Ellos vivieron la experiencia de encontrarse con Jesús resucitado, y compartir la mesa con él. En nuestra oración de esta mañana, disfrutemos la alegría de celebrar con gozo este encuentro matinal con Jesús resucitado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aleluya. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles. Aleluya
Himno, Común de Apóstoles, pág. 7
42
4 de Mayo - Miércoles, Santos Santiago y Felipe, Apóstoles
Antífona 1 - Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Aleluya.
Salmo 62,2-9
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria, antífona 2
Antífona 3 - Que no tiemble su corazón ni se acobarde; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias. Aleluya.
4 de Mayo - Miércoles, Santos Santiago y Felipe, Apóstoles
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 2, 19-22
Ya no son ustedes extranjeros ni adversarios; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular. Sobre Cristo todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.
Responsorio breve
43
R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret». Aleluya.
Preces Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémoslo diciendo: El coro de los apóstoles te alaba, Señor. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre: * en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa de tu palabra: * por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia: * por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo y la penitencia: * por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
V Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
V Harán memorable tu nombre, Señor. R Aleluya, aleluya.
Oración
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro. Señor, tú que nos alegras todos los años con esta fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, que, vi-
44
4 de Mayo - Miércoles, Santos Santiago y Felipe, Apóstoles
viendo ahora íntimamente unidos a la muerte y resurrección de tu Hijo, podamos, en la eternidad, contemplar la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Felipe pertenece al grupo de los primeros discípulos en abandonar Jerusalén, para anunciar la Buena Noticia de Jesús resucitado, a las gentes de Samaria. Con su palabra y los signos milagrosos que realizaba, llevó el gozo de la salvación a la ciudad. Oremos, para que los discípulos de hoy, dejemos nuestros miedos, y anunciemos con valentía la Buena Noticia de Jesús.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (Aleluya).
Himno, Común de Apóstoles, pág. 7 Antífona 1 - Felipe, el que me ve, ve también a mi Padre. Aleluya.
Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: /rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el
atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Aleluya.
Salmo 125 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos»./ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando,/ llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando, /trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Si me amáis, guardaréis mis mandatos. Aleluya.
Cántico
Bendito
sea
Dios,/
Ef 1, 3-10
Padre
de
4 de Mayo - Miércoles, Santos Santiago y Felipe, Apóstoles
nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 4, 11-13
Cristo fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.
Responsorio breve V Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya. R Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.
45
V Sus maravillas a todas las naciones. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. Aleluya.
Preces Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia. Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se manifestara en primer lugar a los apóstoles, * haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo. Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres, * haz que el Evangelio sea proclamado a todas las creaturas. Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra, * haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría. Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara al mundo contigo, * haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos, * concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida. Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
46
5 de Mayo - Jueves, Feria, II Semana de Pascua
Oración Señor, tú que nos alegras todos los años con esta fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, que, viviendo ahora íntimamente unidos a la muerte y resurrección de tu Hijo,
podamos, en la eternidad, contemplar la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El gozo que experimentaron Felipe y Santiago al ver al Señor, también lo experimentamos nosotros al encontrarnos en este momento con él en nuestra oración. Lo hemos encontrado durante el día en los hermanos tristes, a quienes devolvimos la alegría, en los marginados a quienes llevamos el consuelo de la cercanía. Demos gracias a Dios, por haber puesto en sus vidas estos signos del gozo pascual. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Miércoles, ver pág. 19).
5 de Mayo - Jueves, Feria, II Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Vemos a Jesús, que por la pasión y muerte fue coronado de gloria y honor” (Heb 2,9). Del ser humano canta el salmista: “Lo hiciste poco menos que los ángeles, lo coronaste de gloria y honor” (Sal 8,6). Por su pasión y su muerte, Dios colocó a Jesús por encima de los ángeles. En su resurrección lo coronó de gloria y honor.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Yo soy la vid, vosotros sois los sarmientos. Aleluya.
Salmo 79
Pastor de Israel, escucha,/ tú que guías a José como a un rebaño; /tú que te sientas sobre querubines, resplandece/ ante Efraím, Benjamín y Manasés;/ despierta tu poder y ven a salvarnos. ¡Oh Dios!, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve.
5 de Mayo - Jueves, Feria, II Semana de Pascua
Señor Dios de los ejércitos,/ ¿hasta cuándo estarás airado/ mientras tu pueblo te suplica? Le diste a comer llanto,/ a beber lágrimas a tragos;/ nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,/ nuestros enemigos se burlan de nosotros. Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Sacaste una vid de Egipto,/ expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;/ le preparaste el terreno y echó raíces,/ hasta llenar el país; su sombra cubría las montañas/ y sus pámpanos, los cedros altísimos;/ extendió sus sarmientos hasta el mar,/ y sus brotes hasta el Gran Río. ¿Por qué has derribado su cerca/ para que la saqueen los viandantes,/ la pisoteen los jabalíes/ y se la coman las alimañas? Dios de los ejércitos, vuélvete:/ mira desde el cielo, fíjate,/ ven a visitar tu viña,/ la cepa que tu diestra plantó,/ y que tú hiciste vigorosa. La han talado y le han prendido fuego:/ con un bramido hazlos perecer./ Que tu mano proteja a tu escogido,/ al hombre que tú fortaleciste./ No nos alejaremos de ti;/ danos vida, para que invoquemos tu nombre.
47
Él es mi Dios y salvador:/ confiaré y no temeré,/ porque mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación./ Y sacaréis aguas con gozo/ de las fuentes de la salvación. Aquel día, diréis:/ Dad gracias al Señor,/ invocad su nombre,/ contad a los pueblos sus hazañas,/ proclamad que su nombre es excelso. Tañed para el Señor, que hizo proezas;/ anunciadlas a toda la tierra; /gritad jubilosos, habitantes de Sión:/ «¡Qué grande es en medio de ti/ el Santo de Israel!» Gloria y antífona 2
Antífona 3 - El Señor nos alimentó con flor de harina. Aleluya.
Salmo 80 Aclamad a Dios, nuestra fuerza;/ + dad vítores al Dios de Jacob: acompañad, tocad los panderos,/ las cítaras templadas y las arpas;/ tocad la trompeta por la luna nueva,/ por la luna llena, que es nuestra fiesta; porque es una ley de Israel,/ un precepto del Dios de Jacob,/ una norma establecida para José/ al salir de Egipto. Oigo un lenguaje desconocido:/ «Retiré sus hombros de la carga,/ y sus manos dejaron la espuerta.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve.
Clamaste en la aflicción, y te libré,/ te respondí oculto entre los truenos,/ te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Antífona 2 - Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. Aleluya.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;/ ¡ojalá me escuchases, Israel!
Gloria y antífona 1
Cántico
Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,/ porque estabas airado contra mí,/ pero ha cesado tu ira/ y me has consolado.
No tendrás un dios extraño,/ no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor Dios tuyo,/ que te saqué del país de Egipto;/ abre tu boca y yo la saciaré.
48
5 de Mayo - Jueves, Feria, II Semana de Pascua
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,/ Israel no quiso obedecer:/ los entregué a su corazón obstinado,/ para que anduviesen según sus antojos. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo/ y caminase Israel por mi camino!:/ en un momento humillaría a sus enemigos/ y volvería mi mano contra sus adversarios; los que aborrecen al Señor te adularían,/ y su suerte quedaría fijada; /te alimentaría con flor de harina,/ te saciaría con miel silvestre». Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, ver pág. 4 Antífona: El Padre ama al Hijo y ha puesto en sus manos todas las cosas. Aleluya.
Preces Oremos confiados a Dios Padre, que quiso que Cristo fuera la primicia
de la resurrección de los hombres, y aclamémoslo, diciendo: Que el Señor Jesús sea nuestra vida. Tú que por la columna de fuego iluminaste a tu pueblo en el desierto, * ilumina hoy con la resurrección de Cristo el día que empezamos. Tú que por la voz de Moisés adoctrinaste a tu pueblo en el Sinaí, * haz que Cristo, por su resurrección, sea hoy palabra de vida para nosotros. Tú que con el maná alimentaste a tu pueblo peregrino en el desierto, *haz que Cristo, por su resurrección, sea durante este día nuestro pan de vida. Tú que por el agua de la roca diste de beber a tu pueblo en el desierto, *por la resurrección de tu Hijo danos hoy parte en tu Espíritu de vida. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
5 de Mayo - Jueves, Feria, II Semana de Pascua
49
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Convenía que Dios, “queriendo conducir a la gloria a muchos hijos, llevara a la perfección por el sufrimiento al jefe y salvador de todos ellos” (Heb 2,10). Dios, en su inmenso amor a la humanidad, quiere que todos participemos de su gloria. En la persona de Jesús, “jefe y Salvador de todos”, nos mostró el camino, que pasa por la cruz.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cristo está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Aleluya.
Salmo 71
I Dios mío, confía tu juicio al rey,/ tu justicia al hijo de reyes,/ para que rija a tu pueblo con justicia,/ a tus humildes con rectitud. Que los montes traigan paz,/ y los collados justicia;/ que él defienda a los humildes del pueblo,/ socorra a los hijos del pobre/ y quebrante al explotador. Que dure tanto como el sol,/ como la luna, de edad en edad;/ que baje como lluvia sobre el césped,/ como llovizna que empapa la tierra. Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna. Que domine de mar a mar,/ del Gran Río al confín de la tierra. Que en su presencia se inclinen sus rivales;/ que sus enemigos muerdan el polvo;/ que los reyes de Tarsis y de las islas/ le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia/ le ofrezcan sus dones;/ que se postren
ante él todos los reyes,/ y que todos los pueblos le sirvan. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya. II Él librará al pobre que clamaba,/ al afligido que no tenía protector;/ él se apiadará del pobre y del indigente,/ y salvará la vida de los pobres; él rescatará sus vidas de la violencia,/ su sangre será preciosa a sus ojos. Que viva y que le traigan el oro de Saba;/ él intercederá por el pobre/ y lo bendecirá. Que haya trigo abundante en los campos,/ y ondee en lo alto de los montes,/ den fruto como el Líbano,/ y broten las espigas como hierba del campo. Que su nombre sea eterno,/ y su fama dure como el sol;/ que él sea la bendición de todos los pueblos,/ y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,/ el único que hace maravillas; /bendito por siempre su nombre glorioso,/ que su gloria llene la tierra./ ¡Amén, amén! Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. Aleluya.
50
5 de Mayo - Jueves, Feria, II Semana de Pascua
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 3, 18. 21b-22
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu fue devuelto a la vida. Lo que actualmente nos salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El que tiene fe en el Hijo tiene la vida eterna. Aleluya.
Preces Alabemos y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza y primicia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo suplicantes: Rey de la gloria, escúchanos. Señor Jesús, tú que, por tu propia sangre y por tu resurrección, penetraste en el santuario de Dios, * llévanos contigo al reino del Padre. Tú que, por tu resurrección, robusteciste la fe de tus discípulos y los enviaste a anunciar el Evangelio al mundo, * haz que los obispos y presbíteros sean fieles heraldos de tu Evangelio. Tú que, por tu resurrección, eres nuestra reconciliación y nuestra paz, * haz que todos los bautizados vivan en la unidad de una sola fe y de un solo amor. Tú que, por tu resurrección, diste la salud al tullido del templo, * mira con bondad a los enfermos y manifiesta en ellos tu gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que, por tu resurrección fuiste constituido primogénito de los muertos que resucitan, * haz que los difuntos que en ti creyeron y esperaron participen de tu gloria. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
6 de Mayo - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
51
Oración
Conclusión
Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Dios, “ha sentado a Jesús a su derecha, nombrándolo jefe y salvador, para ofrecer a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados” (He 5,31). La resurrección de Jesús es un misterio de salvación que hay que anunciar a todos los pueblos. Desde su gloria al lado del Padre, Jesús sigue ofreciendo a todos los que creen el don del arrepentimiento y el perdón de los pecados. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Jueves, ver pág. 21).
6 de Mayo - Viernes, Feria, II Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Los que aceptaron sus palabras se bautizaron y se incorporaron a la comunidad” (He 2,41). El anuncio gozoso de la resurrección de Jesús, hizo nacer “un nuevo Israel”, con las personas que se convertían haciéndose discípulos de Jesús. El bautismo era el signo por el que eran incorporadas a la nueva comunidad. Nosotros pertenecemos también a esta gran comunidad de bautizados.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Confía, hijo, tus pecados son perdonados. Aleluya.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud. /Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa.
52
6 de Mayo - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu.
labios;/ me entró un escalofrío por los huesos,/ vacilaban mis piernas al andar./ Tranquilo espero el día de la angustia/ que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti.
Aunque la higuera no echa yemas/ y las viñas no tienen fruto,/ aunque el olivo olvida su aceituna/ y los campos no dan cosechas,/ aunque se acaban las ovejas del redil/ y no quedan vacas en el establo,/ yo exultaré con el Señor,/ me gloriaré en Dios mi salvador.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Tú, Señor, has salido con Cristo a salvar a tu pueblo. Aleluya.
Cántico
Hab 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,/ me ha impresionado tu obra!/ En medio de los años, realízala;/ en medio de los años, manifiéstala;/ en el terremoto acuérdate de la misericordia. El Señor viene de Temán;/ el Santo, del monte Farán:/ su resplandor eclipsa el cielo,/ la tierra se llena de su alabanza,/ su brillo es como el día/ su mano destella velando su poder. Sales a salvar a tu pueblo,/ a salvar a tu ungido;/ pisas el mar con tus caballos,/ revolviendo las aguas del océano. Lo escuché y temblaron mis entrañas,/ al oírlo se estremecieron mis
El Señor soberano es mi fuerza,/ él me da piernas de gacela/ y me hace caminar por las alturas. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Alaba a tu Dios, Sión, que ha puesto paz en tus fronteras. Aleluya.
Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ + alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra
6 de Mayo - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Tomó Jesús los panes, y, después de haber dado gracias, los repartió entre los que estaban recostados en el suelo. Aleluya.
Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales; digámosle: Vivifícanos, Señor, con tu Espíritu Santo. Padre santo, tú que al resucitar a tu
53
Hijo de entre los muertos manifestaste que habías aceptado su sacrificio, * acepta también la ofrenda de nuestro día y condúcenos a la plenitud de la vida. Bendice, Señor, las acciones de nuestro día * y ayúdanos a buscar en ellas tu gloria y el bien de nuestros hermanos. Que el trabajo de hoy sirva para la edificación de un mundo nuevo * y nos conduzca también a tu reino eterno. Te pedimos, Señor, que nos hagas ser siempre solícitos del bien de los hombres * y que nos ayudes a amarnos mutuamente. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en el patíbulo de la cruz para librarnos del poder del enemigo, te pedimos nos concedas alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “Se reunían con frecuencia…, y participaban en la vida común” (He 2,42). Ciertamente, el entusiasmo de los primeros momentos hacía que los discípulos vivieran con gran intensidad su fe en Jesús resucitado. Sería un error pensar, que la utopía que describe Lucas era una realidad. Pero también nos equivocaríamos, si no tomáramos en serio su testimonio de unidad y solidaridad.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
54
6 de Mayo - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - El Señor ha salvado mi vida de los lazos del abismo. Aleluya.
Salmo 114 Amo al Señor, porque escucha/ mi voz suplicante,/ porque inclina su oído hacia mí/ el día que lo invoco. Me envolvían redes de muerte,/ me alcanzaron los lazos del abismo,/ caí en tristeza y angustia./ Invoqué el nombre del Señor:/ «Señor, salva mi vida». El Señor es benigno y justo,/ nuestro Dios es compasivo;/ el Señor guarda a los sencillos:/ estando yo sin fuerzas me salvó. Alma mía, recobra tu calma,/ que el Señor fue bueno contigo:/ arrancó mi vida de la muerte,/ mis ojos de las lágrimas,/ mis pies de la caída. Caminaré en presencia del Señor/ en el país de la vida. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - El Señor guarda a su pueblo como a las niñas de sus ojos Aleluya.
Salmo 120
Levanto mis ojos a los montes:/ ¿de dónde me vendrá el auxilio?/ El auxilio me viene del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie,/ tu guardián no duerme;/ no duerme ni reposa/ el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra,/ está a tu derecha;/ de día el sol no te hará daño,/ ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal,/ él guarda tu alma;/ el Señor guarda tus entradas y salidas,/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre?/ Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamando por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Responsorio breve V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle
7 de Mayo - Sábado, Beata María de San José
55
confiadamente: Instaura, Señor, tu reino en el mundo.
mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente.
Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu, * haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu Espíritu.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamaran tu Evangelio a todos los pueblos, * haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu. Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad, * guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan. Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino, * haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto
Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos, * sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en el patíbulo de la cruz para librarnos del poder del enemigo, te pedimos nos concedas alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: “Se reunían con frecuencia para escuchar la enseñanza de los apóstoles” (He 2,42). Al primer anuncio de Jesús muerto y resucitado, seguían las catequesis dedicadas a proclamar de forma permanente la Palabra de Dios. La proclamación permanente y organizada, no puede faltar en ninguna comunidad. Oremos, para que el alimento de la Palabra de Dios no falte en nuestras comunidades. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Viernes, ver pág. 23).
7 de Mayo - Sábado, Beata María de San José Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En la mañana de pascua, “rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo”. Jesús resucitado ha irrumpido con fuerza sobre los que caminábamos por sombras de pecado y de muerte. Con su resurrección ha iluminado nuestra vida. Ya no somos sombra, sino luz en el Señor ¡Aleluya!
56
7 de Mayo - Sábado, Beata María de San José
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las Vírgenes. Aleluya.
Himno de Santas Vírgenes, pág. 8 Antífona 1 - Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. Aleluya.
Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados/ y florezcan los malhechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera / y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Él nos hace morir y él nos da la vida; él nos hirió y él nos vendará. Aleluya.
Cántico
Dt 32, 1-12
Escuchad, cielos, y hablaré; oye, tierra, los dichos de mi boca;/ descienda como lluvia mi doctrina/ destile como rocío mi palabra; /como llovizna sobre la hierba,/ como sereno sobre el césped;/ voy a proclamar el nombre del Señor:/ dad gloria a nuestro Dios. Él es la Roca, sus obras son perfectas,/ sus caminos son justos,/ es un Dios fiel, sin maldad;/ es justo y recto. Hijos degenerados, se portaron mal con él,/ generación malvada y pervertida./ ¿Así le pagas al Señor,/ pueblo necio e insensato?/ ¿No es él tu padre y tu creador,/ el que te hizo y te constituyó? Acuérdate de los días remotos,/ considera las edades pretéritas,/ pregunta a tu padre y te lo contará,/ a tus ancianos y te lo dirán: Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,/ y distribuía a los hijos de Adán,/ trazando las fronteras de las naciones,/ según el número de los hijos de Dios,/ la porción del Señor fue su pueblo,/ Jacob fue la parte de su heredad. Lo encontró en una tierra desierta,/ en una soledad poblada de aullidos:/ lo rodeó cuidando de él,/ lo guardó como a las niñas de sus ojos. Como el águila incita a su nidada,/ revolando sobre los polluelos,/ así extendió sus alas, los tomó/ y los llevó sobre sus plumas. El Señor solo los condujo, /no hubo dioses extraños con él. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Coronaste de gloria y dignidad a tu Cristo. Aleluya.
Salmo 8
Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre / en toda la tierra!
7 de Mayo - Sábado, Beata María de San José
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, /lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros,/ y hasta las bestias del campo,/ las aves del cielo, los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas. Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra! Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ct 8, 7
Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.
Responsorio breve
V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. V Tu rostro buscaré, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.
57
Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquemos diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, * concédenos que nada nos aparte de tu amor. Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, * por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón. Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, * ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa. Por intercesión de la Beata María de San José, que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.
Oración
Dios de poder y misericordia, que hiciste que la Beata María de San José, virgen, te sirviera humildemente en los huérfanos y en los ancianos pobres, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, reconociendo a Cristo en nuestros hermanos abandonados, podamos servirles con amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
58
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: La resurrección de Jesús es un misterio de vida, gloria y salvación. Vivámoslo con gozo y valentía. Al celebrar nuestro encuentro con el Resucitado en la oración, disfrutamos con toda la familia humana de sabernos salvados. Con la misma fuerza con que Dios hace salir a Jesús del sepulcro, levanta de la humillación al pobre, para sentarlo con Cristo resucitado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - El Señor elevado sobre todos los cielos levanta del polvo al desvalido. Aleluya.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Rompiste mis cadenas; te ofreceré un sacrificio de alabanza. Aleluya.
Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: /rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer; y se ha convertido para los que lo obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
59
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Preces Oremos a Cristo, vida y resurrección de todos los hombres, y digámosle con fe: Hijo de Dios vivo, protege a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por tu Iglesia extendida por todo el mundo: * santifícala y haz que cumpla su misión de llevar tu reino a todos los hombres. Te pedimos por los que sufren hambre y por los que están tristes, por los enfermos, los oprimidos y los desterrados: * dales, Señor, ayuda y consuelo. Te pedimos por los que se han apartado de ti por el error o por el pecado: * que obtengan la gracia de tu perdón y el don de una vida nueva. Salvador del mundo, tú que fuiste crucificado, resucitaste y has de venir a juzgar al mundo,* ten piedad de nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Te rogamos, Señor, por los que viven en el mundo * y por los que han salido ya de él, con la esperanza de la resurrección. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Conclusión
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Antífona: Quédate con nosotros, Señor, porque ya es tarde y el día se va. Aleluya.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
60
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En varios lugares, el evangelio de Juan habla de “ser elevado en alto”, para referirse a su muerte en cruz y a su glorificación. Su elevación es un signo del amor del Padre, que no puede permitir que los enemigos triunfen sobre la generosidad de Jesús, entregando la vida por la salvación del mundo. Celebramos en nuestra oración, el gozo de sabernos salvados por Jesús. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Domingo I Vísperas, ver pág. 12).
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Se reunían frecuentemente…, para la “fracción del pan” (He 2,42). Al alimento de la Palabra de Dios, se unía la celebración de la “fracción del pan” (eucaristía). Se celebraba “el primer día de la semana”, en que se hacía memoria de la resurrección de Jesús, que se convirtió en el “Día del Señor” o domingo. No es posible que una comunidad o un discípulo sin eucaristía, pueda vivir la Buena Noticia de Jesús.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 6 Antífona 1 - El Señor reina vestido de majestad. Aleluya. +
Salmo 92
El Señor reina vestido de majestad,/ + el Señor, vestido y ceñido de poder:/ así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre,/ y tú eres eterno. Levantan los ríos, Señor,/ levantan los ríos su voz,/ levantan los ríos su fragor; pero más que la voz de aguas caudalosas,/ más potente que el oleaje del mar,/ más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;/ la santidad es el adorno de tu casa,/ Señor, por días sin término. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - La creación será liberada para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al
61
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.
Salmo 148 Alabad al Señor en el cielo,/ alabad al Señor en lo alto. Alabadlo todos sus ángeles,/ alabadlo todos sus ejércitos.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.
Alabadlo, sol y luna;/ alabadlo, estrellas lucientes.
Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos.
Alabadlo, espacios celestes,/ aguas que cuelgan en el cielo.
Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Alaben el nombre del Señor,/ porque él lo mandó, y existieron.
Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
y
Les dio consistencia perpetua/ y una ley que no pasará. Alabad al Señor en la tierra,/ cetáceos y abismos del mar. Rayos, granizo, nieve y bruma,/ viento huracanado que cumple sus órdenes. Montes y todas las sierras,/ árboles frutales y cedros.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.
Fieras y animales domésticos,/ reptiles y pájaros que vuelan.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor.
Reyes y pueblos del orbe,/ príncipes y jefes del mundo.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Antífona 3 - El nombre del Señor es sublime sobre el cielo y la tierra. Aleluya.
Los jóvenes y también las doncellas,/ los viejos junto con los niños. Alaben el nombre del Señor,/ el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra;/ él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles,/ de Israel, su pueblo escogido. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó
62
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve
V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: El Mesías tenía que morir, y resucitar de entre los muertos al tercer día. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, quien por su poder nos resucitará también a nosotros, y digámosle: Cristo, vida nuestra, sálvanos. Cristo, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto, * concédenos vivir hoy en tu alabanza.
Señor Jesús, que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz, * concédenos que, unidos a ti en el dolor y en la muerte, resucitemos también contigo. Hijo del Padre, maestro y hermano nuestro, tú que has hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, * enséñanos a ofrecer con alegría nuestro sacrificio de alabanza. Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de la manifestación gloriosa, * para poder contemplar tu rostro y ser semejantes a ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: “Se reunían frecuentemente…, para las oraciones” (He 42). Lucas nos presenta a los discípulos participando al principio en las oraciones del templo a las horas señaladas. También los discípulos tenían sus momentos para la oración (He 3,1; 4,23). Hoy tenemos diversos tiempos y formas de orar. Sobre todos, tiene la primacía la “Liturgia de las horas”, por ser “la voz de la Iglesia”, que unida a su Señor, “alaba públicamente a Dios” (SC).
63
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Aleluya.
Salmo 109, 1-5.7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.
Salmo 110 Doy gracias al Señor de todo corazón,/ en compañía de los rectos, en la asamblea./ Grandes son las obras del Señor,/ dignas de estudio para los que las aman. Esplendor y belleza son su obra,/ su generosidad dura por siempre;/
ha hecho maravillas memorables,/ el Señor es piadoso y clemente. Él da alimento a sus fieles,/ recordando siempre su alianza;/ mostró a su pueblo la fuerza de su poder,/ dándoles la heredad de los gentiles. Justicia y verdad son las obras de sus manos,/ todos sus preceptos merecen confianza:/ son estables para siempre jamás,/ se han de cumplir con verdad y rectitud. Envió la redención a su pueblo,/ ratificó para siempre su alianza,/ su nombre es sagrado y temible. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,/ tienen buen juicio los que lo practican;/ la alabanza del Señor dura por siempre.
Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Aleluya. Reina el Señor, nuestro Dios: alegrémonos y démosle gracias. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos./ (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
64 Lectura breve
8 de Mayo - III Domingo de Pascua /A
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Jesús explicó a los discípulos el misterio de la Pascua en todos los pasajes de la Escritura, desde Moisés hasta los profetas. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los hombres, y ahora intercede por nosotros, y digámosle: Cristo, Rey victorioso, escucha nuestra oración. Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, * derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo. Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza * y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria. Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia * y haz que
juntamente con todos nuestros hermanos obtengamos el premio y el descanso de nuestros trabajos. Tú que has vencido a la muerte, nuestro enemigo destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo, * para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la muerte y has sido elevado a la derecha del Padre * recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos. Unamos nuestra oración a la que Jesús, nuestro abogado ante el Padre, y digamos como él nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
9 de Mayo - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
65
Oración de la Noche - Completas
Invitación: “Los creyentes estaban todos unidos y poseían todo en común” (He 2,44). Un signo visible del amor fraterno y de la comunión de corazones que existía en la comunidad era el gesto de compartir los bienes. Este tiempo dedicado a la oración al finalizar el día, nos invita a examinarnos sobre el ejercicio del amor fraterno, especialmente en lo referente al compartir. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Domingo II Vísperas, ver pág. 14).
9 de Mayo - Lunes, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Escribe Pablo a la comunidad de Corinto: “Nosotros anunciamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los paganos; pero para los llamados, un Cristo que es sabiduría de Dios” (1Co 1,23-24). Delante de nosotros tenemos el camino de la necedad y el camino de la sabiduría. Oremos, para que seamos sabios, y elijamos el camino de Jesús resucitado, que es de la cruz.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.
Salmo 83
¡Qué deseables son tus moradas,/ Señor de los ejércitos!/ Mi alma se consume y anhela/ los atrios del Señor,/ mi corazón y mi carne/ se alegran por el Dios vivo. Hasta el gorrión ha encontrado una casa;/ la golondrina, un nido/ donde colocar sus polluelos:/ tus altares, Señor de los ejércitos,/ Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa/ alabándote siempre./ Dichosos los que encuentran en ti su fuerza/ al preparar su peregrinación: cuando atraviesan áridos valles,/ los convierten en oasis,/ como si la lluvia temprana/ los cubriera de bendiciones;/ caminan de altura en altura /hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica:/ atiéndeme, Dios de Jacob./ Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,/ mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa/ vale más que otros mil,/ y prefiero el umbral de la casa de Dios/ a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo,/ él da la gracia y la gloria,/ el Señor no niega sus bienes/ a los de conducta intachable.
66
9 de Mayo - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre/ que confía en ti!
preceden,/ fuerza y esplendor están en su templo.
Antífona 2 - Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Gloria y antífona 1
Cántico
Is 2, 2-5
Al final de los días estará firme/ el monte de la casa del Señor,/ en la cima de los montes,/ encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles,/ caminarán pueblos numerosos./ Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor,/ a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos,/ y marcharemos por sus sendas;/ porque de Sión saldrá la ley,/ de Jerusalén la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones,/ el juez de pueblos numerosos.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,/ tiemble en su presencia la tierra toda;/ decid a los pueblos: «El Señor es rey,/ él afianzó el orbe, y no se moverá;/ él gobierna a los pueblos rectamente». Alégrese el cielo, goce la tierra,/ retumbe el mar y cuanto lo llena;/ vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,/ aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega,/ ya llega a regir la tierra:/ regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con fidelidad. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
Antífona 3 - Decid a los pueblos: el Señor es rey. Aleluya.
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Salmo 95
Responsorio breve
De las espadas forjarán arados,/ de las lanzas, podaderas./ No alzará la espada pueblo contra pueblo,/ no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven;/ caminemos a la luz del Señor. Gloria y antífona 2
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ cantad al Señor, toda la tierra;/ cantad al Señor, bendecid su nombre,/ proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, / sus maravillas a todas las naciones;/ porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,/ más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia,/ mientras que el Señor ha hecho el cielo;/ honor y majestad lo
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
9 de Mayo - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Trabajad por conseguir no el alimento perecedero, sino el alimento que permanece y da vida eterna. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo la muerte y el pecado, * haz que también nosotros venzamos hoy el pecado. Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida, * concédenos andar hoy por la senda de esta vida nueva. Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de la muerte a la vida, * concede el don de la vida eterna a cuantos se relacionarán hoy con nosotros.
67
Tú que llenaste de confusión a los que hacían guardia ante tu sepulcro y alegraste a los discípulos con tus apariciones, * llena de gozo a cuantos te sirven. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan, y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Como un ejemplo de la solidaridad que existía en la primera comunidad de discípulos, Lucas cita el caso de Bernabé, un hombre que procede del paganismo. En un gesto de gran generosidad, vende un campo que poseía, y puso el dinero a disposición de los apóstoles, para atender a los necesitados de la comunidad. La generosidad en compartir, manifiesta la calidad de la conversión.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - El Señor será tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor. Aleluya.
68
9 de Mayo - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
Salmo 122 A ti levanto mis ojos,/ a ti que habitas en el cielo./ Como están los ojos de los esclavos/ fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava/ fijos en las manos de su señora,/ así están nuestros ojos/ en el Señor, Dios nuestro,/ esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia,/ que estamos saciados de desprecios;/ nuestra alma está saciada/ del sarcasmo de los satisfechos,/ del desprecio de los orgullosos. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - La trampa se rompió y escapamos. Aleluya.
Salmo 123
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte/ –que lo diga Israel–,/ si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,/ cuando nos asaltaban los hombres,/ nos habrían tragado vivos:/ tanto ardía su ira contra nosotros. Nos habrían arrollado las aguas,/ llegándonos el torrente hasta el cuello;/ nos habrían llegado hasta el cuello/ las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó/ como presa a sus dientes;/ hemos salvado la vida como un pájaro/ de la trampa del cazador:/ la trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/
con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3a
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
69
9 de Mayo - Lunes, Oración de la Noche - Completas
R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
resurrección conforte.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Antífona: Ésta es la obra de Dios: que creáis plenamente en aquel que él ha enviado. Aleluya.
Preces Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle: Renueva y da vida a todas las cosas, Señor. Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora, con el espíritu vivamos en tu reino, * donde estás sentado a la derecha del Padre. Señor, tú que vives en tu Iglesia hacia el fin de los tiempos,* condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad. Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria, * y que tu gloriosa
Oración de la Noche Completas Invitación: En esta hora de la noche sube hasta el Padre nuestro cántico de alabanza. Por la fuerza de su Espíritu, Jesús triunfa sobre la muerte. “La corrupción de la muerte no tiene ya poder alguno sobre los hombres, gracias al Verbo, que habita entre nosotros por su encarnación” (S. Atanasio”). Ya desde ahora, tenemos que actuar como adversarios de toda forma de corrupción. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Lunes, ver pág. 16).
los
consuele
y
los
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera, * y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos difuntos. Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan, y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
70
10 de Mayo - Martes, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Centramos nuestra oración de esta mañana en el hecho pascual fundamental: la resurrección de Jesús, celebrada con gran gozo en la Vigilia pascual. A partir de ese momento iniciamos una “gran fiesta”, que dura cincuenta días: La cincuentena pascual. Culmina con la donación del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Penetrados de este espíritu iniciamos hoy nuestra oración.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
se encuentran,/ la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra,/ y la justicia mira desde el cielo;/ el Señor dará la lluvia,/ y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él,/ la salvación seguirá sus pasos.
Himno, Días de Feria, pág. 6
Gloria y antífona 1
Antífona 1 - Tú nos devuelves la vida, y tu pueblo, Señor, se alegra contigo. Aleluya.
Cántico
Salmo 84
Señor, has sido bueno con tu tierra,/ has restaurado la suerte de Jacob, / has perdonado la culpa de tu pueblo,/ has sepultado todos sus pecados,/ has reprimido tu cólera,/ has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios salvador nuestro;/ cesa en tu rencor contra nosotros./ ¿Vas a estar siempre enojado,/ o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida,/ para que tu pueblo se alegre contigo?/ Muéstranos, Señor, tu misericordia/ y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor:/ «Dios anuncia la paz/ a su pueblo y a sus amigos/ y a los que se convierten de corazón». La salvación está ya cerca de sus fieles,/ y la gloria habitará en nuestra tierra;/ la misericordia y la fidelidad
Antífona 2 - Confiamos en el Señor; él nos dará la luz y la paz. Aleluya.
Is 26, 1-4. 7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte,/ ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,/ que observa la lealtad;/ su ánimo está firme y mantiene la paz,/ porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor,/ porque el Señor es la Roca perpetua: La senda del justo es recta./ Tú allanas el sendero del justo;/ en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,/ ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche,/ mi espíritu en mi interior madruga por ti,/ porque tus juicios son luz de la tierra,/ y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz,/ porque
10 de Mayo - Martes, Feria, III Semana de Pascua
todas nuestras empresas/ nos las realizas tú. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - La tierra ha dado su fruto: que canten de alegría las naciones. Aleluya.
Salmo 66
El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy».
Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero.
71
R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Os lo digo con toda verdad: Moisés no os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Aleluya.
Preces Alabemos a Cristo, que con su poder reconstruyó el templo destruido de su cuerpo, y supliquémosle: Concédenos, Señor, los frutos de tu resurrección. Cristo Salvador, que en tu resurrección anunciaste la alegría a las mujeres y a los apóstoles y salvaste al universo entero, * conviértenos en testigos de tu resurrección. Tú que has prometido la resurrección universal y has anunciado una vida nueva, * haz de nosotros mensajeros del Evangelio de la vida. Tú que te apareciste repetidas veces a los apóstoles y les comunicaste el Espíritu Santo, * renuévanos por el Espíritu consolador. Tú que prometiste estar con tus discípulos hasta el fin del mundo, * quédate hoy con nosotros y sé siempre nuestro compañero. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Señor, tú que abres las puertas del reino celestial a los que han renacido por el agua y por el Espíritu Santo, acrecienta en tus hijos la gracia que les has dado, para que no se vean
72
10 de Mayo - Martes, Feria, III Semana de Pascua
privados de tus promesas los que han sido ya purificados de sus culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La resurrección de Jesús la proclamamos y la celebramos para vivirla. Si no la vivimos resulta “vacía nuestra predicación, vacía también nuestra fe” (1Co 15,14). Este tiempo de oración invita a echar una mirada sobre nuestra jornada: sobre nuestra vida personal, sobre nuestro trabajo profesional, sobre el trato dado a los hermanos. ¿En que hemos manifestado que creemos en la resurrección y hemos resucitado con Cristo?
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - La paz sea con vosotros; soy yo, no tengáis miedo. Aleluya.
Salmo 124
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:/ no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas,/ y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados/ sobre el lote de los justos,/ no sea que los justos extiendan /su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos,/ a los sinceros de corazón;/ y a los que se desvían por sendas tortuosas,/ que los rechace el Señor con los malhechores./ ¡Paz a Israel! Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Espere Israel en el Señor. Aleluya.
Salmo 130
Señor, mi corazón no es ambicioso,/ ni mis ojos altaneros;/ no pretendo grandezas/ que superan mi capacidad;/ sino que acallo y modero mis deseos,/ como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Tema al Señor la tierra entera, porque él lo dijo y existió. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes /y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
10 de Mayo - Martes, Oración de la Noche - Completas
Lectura breve
1Pe 2, 4-5
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El pan de Dios es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo. Aleluya.
Preces Aclamemos alegres a Cristo, que después de ser sepultado en el seno de la tierra resucitó gloriosamente a vida nueva, y digámosle confiados: Rey de la gloria, escúchanos. Te rogamos, Señor por los obispos, los presbíteros y los diáconos: que sirvan con celo a tu pueblo * y lo
73
conduzcan por los caminos del bien. Te rogamos, Señor, por los que sirven a tu Iglesia con el estudio de tu palabra: * que escudriñen tu doctrina con pureza de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por todos los fieles de la Iglesia: que combatan bien el combate de la fe * y, habiendo corrido hasta la meta, alcancen la corona merecida. Tú que en la cruz cancelaste la nota de cargo de nuestra deuda, * destruye también en nosotros toda clase de esclavitud y líbranos de toda tiniebla. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que al bajar al lugar de los muertos abriste las puertas del abismo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Señor, tú que abres las puertas del reino celestial a los que han renacido por el agua y por el Espíritu Santo, acrecienta en tus hijos la gracia que les has dado, para que no se vean privados de tus promesas los que han sido ya purificados de sus culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El final del día invita a mirar hacia el final del camino. Caminamos animados por una “esperanza viva”: “Si hemos resucitado con Cristo, creemos que también viviremos con él”…; la muerte ya no tiene señorío sobre él” (Rom 6,8ss). Tampoco lo tendrá sobre los que hemos participado en su resurrección. Los discípulos de Jesús, estamos llamados a ser “testigos de esperanza”. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Martes, ver pág. 18).
74
11 de Mayo - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Los que hemos sido bautizados en Cristo, hemos pasado de la muerte a la vida. La vida de Jesús resucitado tiene que actuar en nosotros. En la vida real, “sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos” (1Jn 3,14). La práctica del amor a los hermanos es el signo que no falla. Si amamos, entonces estamos resucitados y somos discípulos del Resucitado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Todos los pueblos vendrán a adorar al Señor. Aleluya.
Salmo 85 Inclina tu oído, Señor; escúchame,/ que soy un pobre desamparado;/ protege mi vida, que soy un fiel tuyo;/ salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,/ que a ti te estoy llamando todo el día;/ alegra el alma de tu siervo,/ pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente,/ rico en misericordia con los que te invocan./ Señor, escucha mi oración,/ atiende a la voz de mi súplica.
tú, y haces maravillas;/ tú eres el único Dios». Enséñame, Señor, tu camino,/ para que siga tu verdad;/ mantén mi corazón entero /en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío;/ daré gloria a tu nombre por siempre,/ por tu grande piedad para conmigo,/ porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,/ una banda de insolentes atenta contra mi vida,/ sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,/ lento a la cólera, rico en piedad y leal,/ mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo,/ salva al hijo de tu esclava;/ dame una señal propicia,/ que la vean mis adversarios y se avergüencen,/ porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Nuestros ojos contemplarán al Rey en su gloria. Aleluya.
En el día del peligro te llamo,/ y tú me escuchas./ No tienes igual entre los dioses, Señor,/ ni hay obras como las tuyas.
Cántico
Is 33, 13-16
Todos los pueblos vendrán/ a postrarse en tu presencia, Señor;/ bendecirán tu nombre:/ «Grande eres
Temen en Sión los pecadores,/ y un temblor se apodera de los perversos:/ «¿Quién de nosotros habitará un
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;/ los cercanos, reconoced mi fuerza.
11 de Mayo - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
fuego devorador,/ quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?» El que procede con justicia y habla con rectitud/ y rehúsa el lucro de la opresión;/ el que sacude la mano rechazando el soborno/ y tapa su oído a propuestas sanguinarias,/ el que cierra los ojos para no ver la maldad: /ése habitará en lo alto,/ tendrá su alcázar en un picacho rocoso,/ con abasto de pan y provisión de agua. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Toda carne contemplará la salvación de Dios. Aleluya.
Salmo 97
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ porque ha hecho maravillas:/ su diestra le ha dado la victoria,/ su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria,/ revela a las naciones su justicia:/ se acordó de su misericordia y su fidelidad/ en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado/ la victoria de nuestro Dios./ Aclama al Señor, tierra entera;/ gritad, vitoread, tocad: tocad la cítara para el Señor,/ suenen los instrumentos:/ con clarines y al son de trompetas/ aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene,/ la tierra y cuantos la habitan;/ aplaudan los ríos, aclamen los montes/ al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con rectitud. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
75
los muertos, ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Todo el que ve al Hijo y cree en él tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémoslo, diciendo: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido, * ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo. Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres, * recibe la adoración que en espíritu y verdad te tributamos en estas fiestas de tu resurrección.
76
11 de Mayo - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección * y, compadecido de nosotros, defiéndenos hoy de todo mal. Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando te manifiestes al mundo, * podamos aparecer también nosotros juntamente contigo en la gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Protege, Señor, a tu pueblo y, ya que le has dado la gracia de la fe, concédele la participación eterna en la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Arraigados en la resurrección de Jesús, su espíritu ha de penetrar toda la realidad humana en la que nos movemos. Tiene que oler a resurrección, respirar resurrección, transmitir resurrección. Este espíritu ha de transcender a la realidad cósmica en la que nos movemos y existimos. Ella “experimenta dolores como de parto”, hasta que todo el dinamismo de la resurrección la invada y la penetre (Rom 8,22-24).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Vuestra tristeza se convertirá en gozo. Aleluya.
Salmo 125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares.
Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, /llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Ya vivamos, ya muramos, del Señor somos. Aleluya.
Salmo 126 Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas.
Hasta los gentiles decían:/ “El Señor ha estado grande con ellos”/ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres.
Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen!
Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./
La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de
11 de Mayo - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - De él todo procede, por él existe todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque
77
vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya, V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Todos los que el Padre me ha dado vendrán a mí, y a los que vengan a mí yo no los echaré fuera. Aleluya.
Preces
Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle: Cristo, que vives por siempre para interceder por los hombres, escucha nuestra oración. Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado a tu servicio, * que sean para tu pueblo ejemplo de santidad. Concede, Señor, el espíritu de justicia a los que gobiernan las naciones * y haz que trabajen en bien de la paz, para que todos podamos vivir según tu ley. Concede la paz a nuestros días * y multiplica los bienes de la tierra, para
78
12 de Mayo - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo salvador, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y con tu resurrección has dado a los hombres una prenda de su inmortalidad, * concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración
Protege, Señor, a tu pueblo y, ya que le has dado la gracia de la fe, concédele la participación eterna en la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Jesús, al resucitar ha derribado todas las barreras de separación, incluida la barrera de la muerte. El espíritu de gozo nacido de la resurrección, ha de derribar las barreras de la pobreza, de la violencia, de la exclusión, del racismo, porque el gozo y la liberación que nos mereció Jesús no conoce de exclusión ni de fronteras. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Miércoles, ver pág. 19).
12 de Mayo - Jueves, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Gracias al dinamismo que les transmite Jesús resucitado, los discípulos pueden atestiguar las maravillas obradas por Jesús en su vida terrena: sanación de enfermos, liberación de oprimidos por malos espíritus, inclusión de marginados, acercamiento a los pecadores. La experiencia de resucitar con Jesús, nos remite permanentemente a su vida terrena, para revivir las obras maravillosas que él hacía.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona 1 - Cantaremos danzando: Jerusalén, ciudad de Dios, todas mis fuentes están en ti. Aleluya.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Salmo 86
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6
Él la ha cimentado sobre el monte santo;/ y el Señor prefiere las puertas de Sión/ a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti,/
12 de Mayo - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
79
ciudad de Dios!/ «Contaré a Egipto y a Babilonia/ entre mis fieles;/ filisteos, tirios y etíopes/ han nacido allí».
Antífona 3 - El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Aleluya.
Se dirá de Sión: «Uno por uno / todos han nacido en ella; /el Altísimo en persona la ha fundado».
Salmo 98
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:/ «Éste ha nacido allí»./ Y cantarán mientras danzan:/ «Todas mis fuentes están en ti». Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Como un pastor, el Señor ha reunido su rebaño. Aleluya.
Cántico
Is 40, 10-17
Mirad, el Señor Dios llega con poder,/ y su brazo manda./ Mirad, viene con él su salario/ y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño,/ su brazo lo reúne,/ toma en brazos los corderos/ y hace recostar a las madres. ¿Quién ha medido a puñados el mar/ o mensurado a palmos el cielo,/ o a cuartillas el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes/ y en la báscula las colinas?/ ¿Quién ha medido el aliento del Señor?/ ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo,/ para que le enseñara el camino exacto, /para que le enseñara el saber/ y le sugiriese el método inteligente? Mirad, las naciones son gotas de un cubo/ y valen lo que el polvillo de balanza./ Mirad, las islas pesan lo que un grano,/ el Líbano no basta para leña,/ sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas,/ como si no existieran,/ son ante él como nada y vacío. Gloria y antífona 2
El Señor reina, tiemblen las naciones;/ sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sión,/ encumbrado sobre todos los pueblos. /Reconozcan tu nombre, grande y terrible:/ Él es santo. Reinas con poder y amas la justicia,/ tú has establecido la rectitud;/ tú administras la justicia y el derecho,/ tú actúas en Jacob. Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante el estrado de sus pies:/ Él es santo. Moisés y Aarón con sus sacerdotes,/ Samuel con los que invocan su nombre,/ invocaban al Señor, y él respondía./ Dios les hablaba desde la columna de nube;/ oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías,/ tú eras para ellos un Dios de perdón/ y un Dios vengador de sus maldades. Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante su monte santo:/ Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
80
12 de Mayo - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Os lo aseguro con toda verdad: el que cree en mí tiene vida eterna. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo resucitado y siempre presente en su Iglesia, y supliquémosle, diciendo: Quédate con nosotros, Señor. Señor Jesús, vencedor del pecado y de la muerte, * permanece en medio de nosotros, tú que vives por los siglos de los siglos.
Señor, ven a nosotros con tu poder invencible * y muéstranos la bondad de Dios Padre. Señor, ayuda al mundo abrumado por las discordias, * ya que tú solo tienes el poder de salvar y reconciliar. Confírmanos en la fe de la victoria final * y arraiga en nosotros la esperanza de tu manifestación gloriosa. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios, y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que en estos días de Pascua nos has revelado con más plenitud la grandeza de tu amor, concédenos, ya que nos has librado de las tinieblas del error, que nos adhiramos más firmemente a tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La carta a la comunidad de Colosas llama a Jesús resucitado: “Imagen de Dios invisible”, “primogénito de la creación”, “primogénito de los muertos”, para ser en todo “el primero” (Col 1,15-18). A esta “primogenitura” hemos sido incorporados los discípulos por el bautismo. Nosotros somos quienes tenemos que hacerla valer ahora en el mundo con el testimonio de nuestra vida.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6
81
12 de Mayo - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
Antífona 1 - El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre. Aleluya.
Salmo 131 I Señor, tenle en cuenta a David/ todos sus afanes:/ como juró al Señor/ e hizo voto al Fuerte de Jacob: «No entraré bajo el techo de mi casa,/ no subiré al lecho de mi descanso,/ no daré sueño a mis ojos,/ ni reposo a mis párpados,/ hasta que encuentre un lugar para el Señor,/ una morada para el Fuerte de Jacob». Oímos que estaba en Efrata,/ la encontramos en el Soto de Jaar:/ entremos en su morada,/ postrémonos ante el estrado de sus pies. Levántate, Señor ven a tu mansión,/ ven con el arca de tu poder:/ que tus sacerdotes se vistan de gala,/ que tus fieles te aclamen./ Por amor a tu siervo David, /no niegues audiencia a tu Ungido. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Jesucristo es el único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores. Aleluya. II El Señor ha jurado a David/ una promesa que no retractará:/ «A uno de tu linaje/ pondré sobre tu trono. Si tus hijos guardan mi alianza/ y los mandatos que les enseño,/ también sus hijos, por siempre,/ se sentarán sobre tu trono». Porque el Señor ha elegido a Sión,/ ha deseado vivir en ella:/ «Ésta es mi mansión por siempre,/ aquí viviré, porque la deseo. Bendeciré sus provisiones,/ a sus pobres los saciaré de pan;/ vestiré a sus sacerdotes de gala,/ y sus fieles aclamarán con vítores.
Haré germinar el vigor de David,/ enciendo una lámpara para mi Ungido./ A sus enemigos los vestiré de ignominia,/ sobre él brillará mi diadema». Gloria y antífona 2
Antífona 3 - ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.
Cántico
Ap 11, 17‑18; 12, 10b‑12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 3,18. 21b-22
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección
82
12 de Mayo - Jueves, Oración de la Noche - Completas
de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Tú, Señor, que eres el médico de nuestros cuerpos y de nuestras almas, * visítanos con tu amor y sálvanos.
Responsorio breve
Tú que experimentaste los dolores de la cruz y ahora estás lleno de gloria, * levanta y consuela a los enfermos y líbralos de sus sufrimientos.
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo, resucitado de entre los muertos como primicia de los que se han dormido, y supliquémosle, diciendo: Tú que has resucitado de entre los muertos, escucha, Señor, nuestra oración. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y extendida hasta los confines del mundo: * que tus bendiciones abundantes se derramen sobre cuantos creen en ti.
Tú que anunciaste la resurrección a los que yacían en las tinieblas del abismo, * libra a los prisioneros y oprimidos y da pan a los hambrientos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú, Señor, que en la cruz destruiste nuestra muerte y mereciste para todos el don de la inmortalidad, * concede a nuestros hermanos difuntos la vida nueva de tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que en estos días de Pascua nos has revelado con más plenitud la grandeza de tu amor, concédenos, ya que nos has librado de las tinieblas del error, que nos adhiramos más firmemente a tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Toda la jornada hemos estado metidos de lleno en los asuntos de este mundo. Ahora nos damos un tiempo para fijar nuestra atención en Dios, en Jesús resucitado, en el estilo de vida que hemos de adoptar como discípulos del Resucitado. Hemos muerto al pecado, a la injusticia, al odio, a la discriminación, a la violencia. Nuestra tarea, como resucitados, es amar, servir, reconciliar, ser creadores de paz. ¿Ha sido éste nuestro trabajo en el día de hoy? (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Jueves, ver pág. 21).
83
13 de Mayo - Viernes, Nuestra Señora de Fátima Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Lucas informa: Después de que Jesús fue elevado al cielo, los discípulos regresaron a Jerusalén. “Todos ellos, con algunas mujeres, la madre de Jesús y sus parientes, permanecían íntimamente unidos en la oración” (He 1,12-14). María vivió y disfrutó la Buena Noticia de que su hijo había resucitado. Saboreemos esta noticia en oración, como María.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aclamemos al Señor en esta fiesta de María Virgen. Aleluya.
Himno
La luz del Hijo la rodea,/por él es bella sin medida,/ y no hay bondad entre los hombres/ que pueda serle parecida. El Hijo santo que sostiene/ es quien la tiene protegida;/ para que el Santo descendiera,/ fue sin pecado concebida. Desde el albor de nuestra historia,/ suave, discreta y escondida,/ llega María en la Escritura,/ Virgen y Madre prometida. Es ella Esposa del Espíritu,/ su vientre es cauce de la vida;/ es flor temprana de la Pascua,/ dando a Gabriel la fe rendida. Suba al Señor cual blanca nube/ esta alabanza proferida:/ a Dios bendito bendecimos/ por la que fue la Bendecida. Amén. Antífona 1 - Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Aleluya.
Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra
mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu
84
13 de Mayo - Viernes, Nuestra Señora de Fátima
quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Cristo, cargado con nuestros pecados, subió al leño. Aleluya.
Cántico
Jer 14, 17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,/ día y noche no cesan:/ por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,/ una herida de fuertes dolores. Salgo al campo: muertos a espada;/ entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;/ tanto el profeta como el sacerdote/ vagan sin sentido por el país. ¿Por qué has rechazado del todo a Judá?/ ¿Tiene asco tú garganta de Sión?/ ¿Por qué nos has herido sin remedio?/ Se espera la paz, y no hay bienestar,/ al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad,/ la culpa de nuestros padres,/ porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre,/ no desprestigies tu trono glorioso;/ recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Entren en la presencia del Señor con aclamaciones. Aleluya.
Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ sirvan al Señor con alegría,/ entren en su presencia con aclamaciones.
Sepan que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Entren por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3
Lectura breve
Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como una novia que se adorna con sus joyas.
Responsorio breve
V El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya. V La hizo morar en su santo templo santo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen han sido abiertas de nuevo. Aleluya.
Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros. Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente, * haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
13 de Mayo - Viernes, Nuestra Señora de Fátima
Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada, * líbranos de toda ocasión de pecado. Salvador del mundo que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz, * por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos. Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre, * haz que nosotros vivamos también como hijos suyos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
85
Oración Señor, Jesús que elegiste el seno virginal de María como digna morada, concédenos que, defendidos con su protección, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima celebremos con júbilo su gloriosa festividad. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Sobre la comunidad de Jerusalén, Lucas informa, que perseveraban todos unidos en la escucha de la palabra, en la oración, en la “fracción del pan” (eucaristía), en el compartir fraterno. Como miembro activo de esta comunidad, María participaba activamente en toda la vida de la comunidad y en las diversas actividades: Escucha de la Palabra, oración y celebración, compartir fraterno.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
¿A quién encontramos/ cuando a ti acudimos?/ ¿Quién en tu regazo/ se mece divino?/ Por ti caminamos,/ Señora, al camino,/ la verdad, la vida:/ ¡por ti a Jesucristo! Mediadora y madre/ de todos tus hijos,/ que a ti acuden prestos/ a llorar contritos/ sus negros pecados,/ sus rojos delirios,/ para convertirse/ en cristianos limpios,/ en cristianos nuevos,/ en cristianos ínclitos. Bendito es el fruto/ de tu vientre, Cristo;/ bendita la sombra,/ sagrado
cobijo,/ que por ti nos cubre/ desde aquel martirio/ cuando madre nuestra/ te proclama Cristo. Que nunca de tu Hijo/ escuchemos, Madre:/ «Apartaos, malditos;/ id al fuego eterno»./ Mas: «Venid, benditos/ de mi Padre; entrad/ en el goce henchido/ de mi reino, yo,/ el premio infinito». Amén. Siembra en nuestros pechos/ la esperanza, el brío,/ el arrojo, el hambre,/ la sed de ser cristo./ Amarte y servirte/ como heraldos límpidos,/ nuestro único lema,/ nuestro único grito. Ruega por nosotros/ ahora y al filo/ de la hermana muerte. Antífona 1 - Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.
86
13 de Mayo - Viernes, Nuestra Señora de Fátima
Salmo 134
I Alabad el nombre del Señor,/ alabadlo, siervos del Señor,/ que estáis en la casa del Señor,/ en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno,/ tañed para su nombre, que es amable./ Porque él se escogió a Jacob,/ a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande,/ nuestro dueño más que todos los dioses./ El Señor todo lo que quiere lo hace:/ en el cielo y en la tierra,/ en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte,/ con los relámpagos desata la lluvia,/ suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto,/ desde los hombres hasta los animales./ Envió signos y prodigios/ —en medio de ti, Egipto—/ contra el Faraón y sus ministros.
los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Casa de Israel, bendice al Señor;/ casa de Aarón, bendice al Señor;/ casa de Leví, bendice al Señor;/ fieles del Señor, bendecid al Señor. Bendito en Sión el Señor,/ que habita en Jerusalén. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.
Cántico
¿Quién no temerá, Señor, /y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo, /porque vendrán todas las naciones /y se postrarán en tu acatamiento, /porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Hirió de muerte a pueblos numerosos,/ mató a reyes poderosos:/ a Sijón, rey de los amorreos;/ a Hog, rey de Basán,/ y a todos los reyes de Canaán./ Y dio su tierra en heredad, /en heredad a Israel, su pueblo.
Lectura breve
Antífona 2 - Bendito el reino que viene de nuestro Padre David. Aleluya.
Responsorio breve
Gloria y antífona 1
II Señor, tu nombre es eterno;/ Señor, tu recuerdo de edad en edad./ Porque el Señor gobierna a su pueblo/ y se compadece de sus siervos. Los ídolos de los gentiles son oro y plata,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca y no hablan,/ tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen,/ no hay aliento en sus bocas./ Sean lo mismo
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras, /Señor, Dios omnipotente, / justos y verdaderos tus caminos, /¡oh Rey de los siglos!
Gál 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. V Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
87
13 de Mayo - Viernes, Oración de la Noche - Completas
Antífona: Dichosa tú, María, que has creído; porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Preces Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María, participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, * haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria. Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz. Tú que hiciste de María la llena de gracia, * concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un
solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
Oración Señor, Jesús que elegiste el seno virginal de María como digna morada, concédenos que, defendidos con su protección, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima celebremos con júbilo su gloriosa festividad. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche Completas
Invitación: De María, Lucas escribe: “María conservaba y meditaba todo esto en su corazón” (Lc 2,19). Ajena al bullicio del mundo que la rodeaba, María se centra en la contemplación del gran misterio que tiene ante los ojos. Aquel niño había sido por el mensajero: “Hijo del Altísimo”, heredero mesiánico del trono de David. En verdad, “Dios había hecho cosas grandes” contando con ella. No puede menos que cantar: “Mi espíritu festeja a Dios mi salvador”. (Completas: Textos comunes, ver pág. 9 y propios del Viernes, ver pág. 23).
Nuestra Señora de Fátima
88
14 de Mayo - Sábado, San Matías, Apóstol Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Uno de los elegidos por Jesús había fallado: Judas. Era necesario elegir a otro en su lugar. Las condiciones eran exigentes: que hubiera acompañado a Jesús desde que fue bautizado por Juan, que haya sido testigo de la resurrección. En la elección, Matías fue el designado por la comunidad, después de invocar al Señor. Hermosa lección para nuestras comunidades: oración, designación de candidato, elección.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona 2 - Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Aleluya.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Cántico
Antífona (para el salmo invitatorio): Aleluya. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles. Aleluya.
Himno, Común de Apóstoles, pág. 7 Antífona 1 - Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
14 de Mayo - Sábado, San Matías, Apóstol
89
Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor.
para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Antífona 3 - Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos:
Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 2, 19-22
«Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu.
Responsorio breve V Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. V Harán memorable tu nombre, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Hay aquí entre nosotros hombres que han andado en nuestra compañía todo el tiempo del ministerio público de Jesús, el Señor; es, pues, preciso que elijamos a uno de ellos para que, junto con nosotros, dé testimonio de la verdad de la resurrección. Aleluya.
Preces Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por
90
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A
medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémosle diciendo: El coro de los apóstoles te alaba, Señor.
el bautismo y la penitencia: * por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre: * en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu palabra; * por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia: * por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oración Señor Dios, tú que, para completar el número de los doce apóstoles, elegiste a san Matías, concédenos, por la intercesión de este apóstol, a nosotros, que hemos recibido el don de tu amistad, poder ser contados un día entre tus elegidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Yahvé es proclamado en las escrituras Pastor del pueblo de Israel (Ez 34,11ss). Jesús se proclama el verdadero pastor del nuevo pueblo de los salvados por su muerte y resurrección, a diferencia de los “ladrones y salteadores”. Jesús se erige en el único guía del redil. Las ovejas reconocen su voz y los signos de su autenticidad. Reconozcamos al Pastor y sigámoslo hasta el final.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - La paz de Cristo reine en vuestros corazones. Aleluya.
Salmo 121 ¡Qué alegría cuando me dijeron:/«Vamos a la casa del Señor»!/ Ya están pisando nuestros pies/ tus umbrales, Jerusalén.
91
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A
Jerusalén está fundada/ como ciudad bien compacta./ Allá suben las tribus,/ las tribus del Señor, según la costumbre de Israel,/ a celebrar el nombre del Señor;/ en ella están los tribunales de justicia/ en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén:/ «Vivan seguros los que te aman,/ haya paz dentro de tus muros,/ seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros,/ voy a decir: «La paz contigo»./ Por la casa del Señor, nuestro Dios,/ te deseo todo bien. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Por tu sangre nos compraste para Dios. Aleluya.
Salmo 129 Desde lo hondo a ti grito, Señor,/ Señor, escucha mi voz;/ estén tus oídos atentos /a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,/ ¿quién podrá resistir?/ Pero de ti procede el perdón,/ y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor,/ espera en su palabra;/ mi alma aguarda al Señor,/ más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor,/ como el centinela la aurora;/ porque del Señor viene la misericordia,/ la redención copiosa;/ y él redimirá a Israel /de todos sus delitos. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria. Aleluya.
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó
a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: «Yo soy la puerta —dice el Señor—; el que entre por mí se salvará y encontrará pastos abundantes». Aleluya.
Preces
Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y
92
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A
nos dio nueva vida, y digámosles: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. Tú que eres la piedra rechazada por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo. Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia. Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El evangelio de Juan, además de proclamar a Jesús resucitado Pastor del nuevo pueblo de Dios, lo llama también “puerta”. Jesús es la puerta que nos da tenemos acceso al Padre: “Nadie va al Padre si no es por mí” (Jn 14,6). Jesús se constituye en puerta y camino para todo aquel que quiera acercarse a Dios. Nuestra oración se eleva esta noche hasta el Padre, por nuestro Señor Jesucristo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Domingo I Vísperas, ver pág. 12).
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10,11). Subido al árbol de la cruz, Jesús dejó patente ante toda la humanidad, que él era el pastor bueno, entregando la vida. Resucitándolo de entre los muertos en la mañana de Pascua, el Padre lo confirmó ante los discípulos. Oramos esta mañana: “El Señor resucitado es mi pastor, nada me puede faltar” (Sal 23,1).
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
93
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 6
Antífona 1 - No he de morir, viviré para cantar las hazañas del Señor. Aleluya.
Salmo 117
Dad gracias al Señor porque es bueno,/ porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:/ eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón:/ eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor:/ eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor,/ y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo;/ ¿qué podrá hacerme el hombre? El Señor está conmigo y me auxilia,/ veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor/ que fiarse de los hombres,/ mejor es refugiarse en el Señor/ que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban,/ en el nombre del Señor los rechacé; /me rodeaban cerrando el cerco,/ en el nombre del Señor los rechacé;/ me rodeaban como avispas,/ ardiendo como fuego en las zarzas,/ en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme,/ pero el Señor me ayudó;/ el Señor es mi fuerza y mi energía,/ él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria/ en las tiendas de los justos:/ «La diestra del Señor es poderosa,/ la diestra del
Señor es excelsa,/ la diestra del Señor es poderosa». No he de morir, viviré/ para contar las hazañas del Señor./ Me castigó, me castigó el Señor,/ pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo,/ y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor:/ los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste/ y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular./ Es el Señor quien lo ha hecho,/ ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor:/ sea nuestra alegría y nuestro gozo./ Señor, danos la salvación;/ Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor,/ os bendecimos desde la casa del Señor;/ el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos/ hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias;/ Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Bendito tu nombre, santo y glorioso. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, santo y glorioso:/ a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu
94
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A
santa gloria:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines/ sondeas los abismos:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo:/ a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Dad gloria a nuestro Dios, él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos. Aleluya.
Salmo 150 Alabad al Señor en su templo,/ alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/ alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,/ alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,/ alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan
todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve
V Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Yo soy el Pastor de las ovejas; yo soy el camino, la verdad y la vida; yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
Preces Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable. Tú que nos has salvado por la fe, *haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva.
95
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Que vive y reina contigo.
Oración
Conclusión
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te
V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal /y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: Jesús hoy proclama: “Tengo otras ovejas que aún no han entrado en el redil; tengo que guiarlas para que escuchen mi voz” (Jn 10,16). A cada uno de nosotros, Jesús le confía la tarea de buscar esas ovejas y conducirlas a su Pastor. A sus discípulos nos urge a unirnos en un solo rebaño, pues tenemos el mismo Pastor. Con Jesús oramos: “Padre, que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn 17,21).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se
arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - En las tinieblas brilla una luz para el justo. Aleluya.
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor/ y ama de corazón sus mandatos./ Su linaje será poderoso en la tierra,/ la descendencia del justo será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia,/ su caridad es constante, sin falta./ En las tinieblas brilla como una luz/ el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta,/ y administra rectamente sus asuntos./ El justo jamás vacilará,/ su recuerdo será perpetuo.
96
15 de Mayo - IV Domingo de Pascua /A
No temerá las malas noticias,/ su corazón está firme en el Señor./ Su corazón está seguro, sin temor,/ hasta que vea derrotados a sus enemigos.
siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
Reparte limosna a los pobres;/ su caridad es constante, sin falta,/ y alzará la frente con dignidad.
V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
El malvado, al verlo, se irritará,/ rechinará los dientes hasta consumirse./ La ambición del malvado fracasará.
V Y se ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya.
Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /(R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Mis ovejas atienden a mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya.
Preces Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo. Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este
16 de Mayo - Lunes, Feria IV Semana de Pascua
mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te
97
pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Oramos a Jesús, el Pastor modelo, que nos hace sentir su voz todos los días, que nos envuelve con su presencia, aun en medio de la noche oscura y profunda. Guiados por él, seremos conducidos a lugares de pastos abundantes y de manantiales de agua fresca. El que beba de su agua “no tendrá ya más sed”; el que coma este pan vivirá para siempre” (Jn 4,13; 6,51). (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Domingo II Vísperas, ver pág. 14).
16 de Mayo - Lunes, Feria IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Varios de los relatos de la resurrección se inician con una referencia cronológica: “El primer día de la semana, muy temprano, cuando todavía estaba oscuro”. El día inicial se convertirá en el más importante de la semana: “Día del Señor” resucitado. “Muy temprano”: Jesús sorprende a todos, en primer lugar a sus discípulos sumidos en la incredulidad. “Cuando estaba todavía oscuro”: La oscuridad espiritual de los discípulos, superaba a la natural.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya.
98
16 de Mayo - Lunes, Feria IV Semana de Pascua
Salmo 89 Señor, tú has sido nuestro refugio /de generación en generación. Antes que naciesen los montes /o fuera engendrado el orbe de la tierra, /desde siempre y por siempre tú eres Dios. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: /“Retornad, hijos de Adán”. /Mil años en tu presencia /son un ayer, que pasó; /una vigilia nocturna. Los siembras año por año, /como hierba que se renueva: /que florece y se renueva por la mañana, /y por la tarde la siegan y se seca. ¡Cómo nos ha consumido tu cólera /y nos ha trastornado tu indignación! /Pusiste nuestras culpas ante ti, / nuestros secretos ante la luz de tu mirada: /y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera, /y nuestros años se acabaron como un suspiro. Aunque uno viva setenta años, /y el más robusto hasta ochenta, /la mayor parte son fatiga inútil, /porque pasan aprisa y vuelan. ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, /quién ha sentido el peso de tu cólera? /Enséñanos a calcular nuestros años, /para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? /Ten compasión de tus siervos; /por la mañana sácianos de tu misericordia, /y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, /por los años en que sufrimos desdichas. /Que tus siervos vean tu acción, /y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor /y haga prósperas las obras de nuestras manos. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya.
Cántico
Is 42, 10‑16
Cantad al Señor un cántico nuevo, /llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; /muja el mar y lo que contiene, /las islas y sus habitantes; alégrese el desierto con sus tiendas, /los cercados que habita Cadar; /exulten los habitantes de Petra, /clamen desde la cumbre de las montañas; /den gloria al Señor, / anuncien su alabanza en las islas. El Señor sale como un héroe, /excita su ardor como un guerrero, /lanza el alarido, /mostrándose valiente frente al enemigo. “Desde antiguo guardé silencio, /me callaba y aguantaba; /mas ahora grito como la mujer cuando da a luz, /jadeo y resuello. Agostaré montes y collados, /secaré toda su hierba, /convertiré los ríos en yermo, /desecaré los estanques; /conduciré a los ciegos /por el camino que no conocen, /los guiaré por senderos que ignoran. /Ante ellos convertiré la tiniebla en luz, /lo escabroso en llano”. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya.
Salmo 134, 1-12 Alabad el nombre del Señor, / alabadlo, siervos del Señor, /que estáis en la casa del Señor, /en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno, / tañed para su nombre, que es amable. /Porque él se escogió a Jacob, /a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande, /nuestro dueño más que todos los dioses. /El Señor todo lo que quiere lo
16 de Mayo - Lunes, Feria IV Semana de Pascua
99
hace: /en el cielo y en la tierra, /en los mares y en los océanos.
apaciento a mis ovejas y doy mi vida por ellas. Aleluya.
Hace subir las nubes desde el horizonte, /con los relámpagos desata la lluvia, /suelta a los vientos de sus silos.
Preces
Él hirió a los primogénitos de Egipto, /desde los hombres hasta los animales. /Envió signos y prodigios /—en medio de ti, Egipto— /contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos, /mató a reyes poderosos: /a Sijón, rey de los amorreos; /a Hog, rey de Basán, /y a todos los reyes de Canaán. /Y dio su tierra en heredad, /en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Yo soy el buen Pastor, que
Oremos a Dios Padre todopoderoso, glorificado por la muerte y resurrección de Cristo, y digámosle confiados: Ilumina, Señor, nuestras mentes. Padre, fuente de toda luz, que has querido iluminar el mundo con la gloria de Cristo resucitado, * ilumina, desde el principio de este día, nuestras almas con la luz de la fe. Tú que por medio de tu Hijo, resucitado de entre los muertos, has abierto a los hombres las puertas de la salvación, * haz que, a través de los trabajos de este día se acreciente nuestra esperanza. Tú que por medio de tu Hijo resucitado has derramado sobre el mundo tu Espíritu Santo, * enciende nuestros corazones con el fuego de este mismo Espíritu. Tú que para librarnos entregaste a tu Hijo a la muerte * haz que él sea hoy para nosotros salvación y redención. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
100
16 de Mayo - Lunes, Feria IV Semana de Pascua
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Algunos relatos presentan a Jesús como un personaje disfrazado. Unas veces, como hortelano; así lo sorprendió María de Magdala. Otras, como caminante; así lo sorprendieron los dos discípulos de Emaús. Finalmente, como un hombre cualquiera que pasea en la playa. Hoy se presenta como mendigo, enfermo, peregrino, como persona sin nombre y sin figura. Necesitamos la fe pascual para reconocerlo.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.
Salmo 135 I Dad gracias al Señor porque es bueno: /porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses: /porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Señor de los señores: /porque es eterna su misericordia. Sólo él hizo grandes maravillas: / porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos: / porque es eterna su misericordia. Él afianzó sobre las aguas la tierra: /porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes: /porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día: /porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche: / porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya. II Él hirió a Egipto en sus primogénitos: /porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país: / porque es eterna su misericordia. Con mano poderosa, con brazo extendido: /porque es eterna su misericordia. Él dividió en dos partes el mar Rojo: /porque es eterna su misericordia. Y condujo por en medio a Israel: / porque es eterna su misericordia. Arrojó en el mar Rojo al Faraón: / porque es eterna su misericordia. Guió por el desierto a su pueblo: / porque es eterna su misericordia. Él hirió a reyes famosos: /porque es eterna su misericordia. Dio muerte a reyes poderosos: / porque es eterna su misericordia. A Sijón, rey de los amorreos: /porque es eterna su misericordia. Y a Hog, rey de Basán: /porque es eterna su misericordia. Les dio su tierra en heredad: /porque es eterna su misericordia. En heredad a Israel su siervo: / porque es eterna su misericordia. En nuestra humillación se acordó
16 de Mayo - Lunes, Feria IV Semana de Pascua
de nosotros: /porque es eterna su misericordia. Y nos libró de nuestros opresores: /porque es eterna su misericordia. Él da alimento a todo viviente: / porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios del cielo: /porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios, /Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo /con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, /antes de crear el mundo, / para que fuésemos consagrados /e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, /por pura iniciativa suya, / a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia, /que tan generosamente nos ha concedido /en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, / hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. /El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un derroche para con nosotros, /dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan /que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante: /hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza, /las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3ª
Tenemos un sumo sacerdote que está
101
sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor. Aleluya.
Preces Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle: Cristo, vida nuestra, escúchanos. Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti, * acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de esta vida. No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer, * y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte. Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino, * y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo.
102
17 de Mayo - Martes, Feria, IV Semana de Pascua
Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, uniéndolos en tu cuerpo, * concede la paz y la unidad a las naciones. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres el juez de vivos y muertos, * otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La noche ha llegado. Las tinieblas nos envuelven. También las de la increencia. Si Jesús no hubiera resucitado, el puente más hermoso entre el ser humano y Dios, se hubiera hundido para siempre. Andaríamos perdidos en la noche. Pero no es así: Jesús ha resucitado. ¡Aleluya! La noche se nos ha vuelto más luminosa que el día. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Lunes, ver pág. 16).
17 de Mayo - Martes, Feria, IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Vayan corriendo a decir a los discípulos que ha resucitado y que irá por delante de ellos a Galilea” (Mt 28,7). Jesús resucitado no se manifiesta a los flojos, a los comodones. Se manifiesta a los que buscan como María Magdalena, como la mujeres que corren al sepulcro, como los discípulos que se encaminan a Galilea. El tiempo pascual urge ponerse en camino. Seguro que el Resucitado vendrá a nuestro encuentro.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6
7 de Mayo - Martes, Feria, IV Semana de Pascua
Antífona 1 - El que hace la voluntad de mi Padre entrará en el reino de los cielos. Aleluya.
Salmo 100 Voy a cantar la bondad y la justicia,/ para ti es mi música, Señor;/ voy a explicar el camino perfecto:/ ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré con rectitud de corazón/ dentro de mi casa;/ no pondré mis ojos /en intenciones viles. Aborrezco al que obra mal,/ no se juntará conmigo;/ lejos de mí el corazón torcido,/ no aprobaré al malvado. Al que en secreto difama a su prójimo/ lo haré callar;/ ojos engreídos, corazones arrogantes/ no los soportaré. Pongo mis ojos en los que son leales,/ ellos vivirán conmigo;/ el que sigue un camino perfecto,/ ése me servirá. No habitará en mi casa/ quien comete fraudes;/ el que dice mentiras/ no durará en mi presencia. Cada mañana haré callar/ a los hombres malvados,/ para excluir de la ciudad del Señor/ a todos los malhechores. Gloria y antífona 1
103
delinquido./ Por el honor de tu nombre,/ no nos desampares para siempre,/no rompas tu alianza,/ no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abraham, tu amigo,/ por Isaac, tu siervo,/ por Israel, tu consagrado,/ a quienes prometiste/ multiplicar su descendencia/ como las estrellas del cielo,/ como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño/ de todos los pueblos;/ hoy estamos humillados por toda la tierra/ a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes,/ ni profetas, ni jefes;/ ni holocausto, ni sacrificios,/ ni ofrendas, ni incienso;/ ni un sitio donde ofrecerte primicias,/ para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito,/ y nuestro espíritu humilde,/ como un holocausto de carneros y toros/ o una multitud de corderos cebados; que éste sea hoy nuestro sacrificio,/ y que sea agradable en tu presencia:/ porque los que en ti confían/ no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón,/ te respetamos y buscamos tu rostro. Gloria y antífona 2
Antífona 2 - Conozcan los pueblos, Señor, tu misericordia con nosotros. Aleluya.
Antífona 3 - El Señor es mi escudo y mi refugio. Aleluya.
Cántico
Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea;
Dan 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,/ digno de alabanza y glorioso es tu nombre. Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros/ y todas tus obras son verdad,/ y rectos tus caminos,/ y justos todos tus juicios. Hemos pecado y cometido iniquidad/ apartándonos de ti, y en todo hemos
Salmo 143, 1-10
mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre
104
7 de Mayo - Martes, Feria, IV Semana de Pascua
es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa.
hago, testifican que el Padre me ha enviado. Aleluya.
Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos.
Preces
Extiende la mano desde arriba: / defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice false-dades,/ cuya diestra jura en falso. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David tu siervo. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy».
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Las obras que el Padre me concede realizar, las mismas que
Oremos agradecidos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Cordero inmaculado que quitó el pecado del mundo y nos comunica su vida nueva, y digámosle: Autor de la vida, vivifícanos. Dios, autor de la vida, acuérdate de la muerte y resurrección del Cordero inmolado en la cruz * y atiende su continua intercesión por nosotros. Haz, Señor, que, tirada fuera la vieja levadura de la malicia y de la perversidad, * vivamos la Pascua de Cristo con panes ázimos de pureza y de verdad. Que sepamos rechazar hoy el pecado de discordia y de envidia, * y seamos más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos. Concédenos vivir auténticamente el espíritu evangélico, * para que hoy y siempre sigamos el camino de tus mandatos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso, concédenos que la celebración de las fiestas de Cristo resucitado aumente en nosotros la alegría de saber que estamos salvados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, /nos guarde de todo mal /y nos lleve a la vida eterna. /R Amén.
105
7 de Mayo - Martes, Feria, IV Semana de Pascua
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Los discípulos cobardes, de repente se llenaron de valentía al encontrarse con Jesús resucitado. Salieron al templo, a las calles y a las plazas de Jerusalén y de las principales ciudades del imperio de Roma. Pregonaron: “Ustedes lo mataron, pero Dios lo ha resucitado”. Es difícil encontrar en nuestros días con esta valentía. ¿No será que no nos hemos encontrado aún con el Resucitado?
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cántennos un cantar de Sión. Aleluya.
Salmo 136, 1-6 Junto a los canales de Babilonia/ nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;/ en los sauces de sus orillas/ colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos deportaron/ nos invitaban a cantar;/ nuestros opresores, a divertirlos:/ «Cántennos un cantar de Sión».
tañeré para ti,/ me postraré hacia tu santuario,/ daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad,/ porque tu promesa supera a tu fama;/ cuando te invoqué, me escuchaste,/ acreciste el valor en mi alma. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra/ al escuchar el oráculo de tu boca;/ canten los caminos del Señor,/ porque la gloria del Señor es grande. El Señor es sublime, se fija en el humilde,/ y de lejos conoce al soberbio. Cuando camino entre peligros,/ me conservas la vida;/ extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo, / y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo:/ Señor, tu misericordia es eterna,/ no abandones la obra de tus manos.
¡Cómo cantar un cántico del Señor/ en tierra extranjera!/ Si me olvido de ti, Jerusalén,/ que se me paralice la mano derecha;
Gloria y antífona 2
que se me pegue la lengua al paladar/ si no me acuerdo de ti,/ si no pongo a Jerusalén/ en la cumbre de mis alegrías.
Cántico
Gloria y antífona 1
Antífona 2 - En medio de los peligros me conservaste la vida. Aleluya.
Salmo 137
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;/ delante de los ángeles
Antífona 3 - Tuyos son, Señor, el poder y la riqueza, la fuerza y la gloria. Aleluya.
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para
106
7 de Mayo - Martes, Feria, IV Semana de Pascua
nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 4-5
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo conozco a mis ovejas y ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Aleluya.
Preces
Invoquemos a Cristo, que con su resurrección ha reanimado la esperanza de su pueblo, y digámosle: Señor Jesús, tú que siempre vives para interceder por nosotros, escúchanos. Señor Jesús, de cuyo costado abierto salió sangre y agua, * haz de la Iglesia tu esposa inmaculada. Pastor supremo de la Iglesia, que después de tu resurrección encomendaste a Pedro, al confesarte
su amor, el cuidado de tus ovejas, * concede al Papa Benedicto XVI un amor ardiente y un celo apostólico. Tú que concediste una pesca abundante a los discípulos que pescaban en el mar, * envía operarios que continúen su trabajo apostólico. Tú que preparaste a la orilla del mar el pan y los peces para los discípulos, * no permitas que nuestros hermanos mueran de hambre por culpa nuestra. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Señor Jesús, nuevo Adán, que nos das la vida, transforma a nuestros difuntos a imagen tuya, * para que compartan contigo la alegría de tu reino. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso, concédenos que la celebración de las fiestas de Cristo resucitado aumente en nosotros la alegría de saber que estamos salvados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
18 de Mayo - Miércoles, Feria, IV Semana de Pascua
107
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En el silencio de la noche profundizamos en el mensaje de la Pascua. La resurrección de Jesús nos revela que Dios no es indiferente al amor generoso, hasta entregar la vida, al sufrimiento del inocente, a la soberbia de los poderosos, que se imponen por la fuerza. En la Pascua, Dios elevó a lo más alto al que habían humillado hasta en la forma de darle muerte. ¡Resucítanos, Señor, que somos débiles! (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Martes, ver pág. 18).
18 de Mayo - Miércoles, Feria, IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: A los primeros testigos de la resurrección los quisieron callar; los encerraron tras las rejas de una cárcel; los encadenaron, flanqueados por cuatro guardias. Pero los muros de la prisión no pudieron resistir a la fuerza de Dios que estaba de su parte. Dios hará los milagros que haga falta en el cielo y en la tierra, a favor de los testigos del Resucitado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya.
Salmo 107
Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria;/ para que se salven tus predilectos,/ que tu mano salvadora nos responda. Dios habló en su santuario:/ «Triunfante ocuparé Siquén, / parcelaré el valle de Sucot; mío es Galaad, mío Manasés,/ Efraím es yelmo de mi cabeza,/ Judá es mi cetro; Moab, una jofaina para lavarme,/ sobre Edom echo mi sandalia,/ sobre Filistea canto victoria».
Dios mío, mi corazón está firme,/ para ti cantaré y tocaré, gloria mía./ Despierten, cítara y arpa,/ despertaré a la aurora.
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,/ quien me conducirá a Edom,/ si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado/ y no sales ya con nuestras tropas?
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,/ tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Auxílianos contra el enemigo,/ que la ayuda del hombre es inútil;/ con Dios haremos proezas,/ Él pisoteará a nuestros enemigos. Gloria y antífona 1
108
18 de Mayo - Miércoles, Feria, IV Semana de Pascua
Antífona 2 - El Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos. Aleluya.
Cántico
Is 61, 10–62, 5
Desbordo de gozo en el Señor,/ y me alegro con mi Dios:/ porque me ha vestido un traje de gala/ y me ha envuelto en un manto de triunfo,/ como a un novio que se pone la corona,/ o a una novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes,/ como un jardín hace brotar sus semillas,/ así el Señor hará brotar la justicia/ y los himnos, ante todos los pueblos.
No confíen en los príncipes,/ seres de polvo que no pueden salvar;/ exhalan el espíritu y vuelven al polvo,/ ese día perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,/ el que espera en el Señor, su Dios,/ que hizo el cielo y la tierra,/ el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente,/ que hace justicia a los oprimidos,/ que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,/ el Señor abre los ojos al ciego,/ el Señor endereza a los que ya se doblan,/ el Señor ama a los justos,
Por amor de Sión no callaré,/ por amor de Jerusalén no descansaré,/ hasta que despunte la aurora de su justicia/ y su salvación llamee como antorcha.
el Señor guarda a los peregrinos;/ sustenta al huérfano y a la viuda/ y trastorna el camino de los malvados.
Los pueblos verán tu justicia,/ y los reyes, tu gloria;/ te pondrán un nombre nuevo/ pronunciado por la boca del Señor.
Gloria y antífona 3
Serás corona fúlgida en la mano del Señor/ y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán “Abandonada”;/ ni a tu tierra, «Devastada»; / a ti te llamarán «mi favorita»,/ y a tu tierra, «Desposada»,/ porque el Señor te prefiere a ti,/ y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia,/ así te desposa el que te construyó;/ la alegría que encuentra el marido con su esposa,/ la encontrará tu Dios contigo. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - El Señor reina eternamente. Aleluya.
Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor:/ alabaré al Señor mientras viva,/ tañeré para mi Dios mientras exista.
El Señor reina eternamente,/ tu Dios, Sión, de edad en edad.
Lectura breve
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no tienen ya poder sobre él. Si muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
18 de Mayo - Miércoles, Feria, IV Semana de Pascua
R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
109
manos, * que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos.
Antífona: «Yo he venido al mundo como luz, para que nadie que crea en mí quede en tinieblas», dice el Señor. Aleluya.
Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia, * para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza.
Preces
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: padre nuestro.
Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los apóstoles, y digámosle suplicante: Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo. Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana, porque nos has llamado a participar de tu luz admirable * y nos has querido dar la salvación. Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos petrifique y nos fortalezca, * para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres. Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros her-
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oración Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes, felicidad de los justos, atiende benignamente a nuestras súplicas y haz que quienes deseamos ardientemente el cumplimiento de tus promesas seamos siempre colmados por la abundancia de tus beneficios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Primero aparecieron los signos visibles de la ausencia. El más significativo “la tumba vacía”. Éste no era el más decisivo e importante. Constituía sólo el primer estadio de la fe pascual. Lo que importa no es una tumba abierta. Lo que realmente decisivo es que aquel que mataron, se manifestó vivo a unos discípulos cobardes y defraudados. Confesamos nuestra fe pascual: ¡Creo que resucitó al tercer día!
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - La noche será clara como el día. Aleluya.
110
18 de Mayo - Miércoles, Feria, IV Semana de Pascua
Salmo 138, 1-18. 23-24
I Señor, tú me sondeas y me conoces;/ me conoces cuando me siento o me levanto,/ de lejos penetras mis pensamientos;/ distingues mi camino y mi descanso,/ todas mis sendas te son familiares. No ha llegado la palabra a mi lengua,/ Me envuelves por doquier,/ me cubres con tu mano./ Tanto saber me sobrepasa/ es sublime, y no lo abarco. ¿Adónde iré lejos de tu aliento,/ adónde escaparé de tu mirada/ Si escalo el cielo, allí estás tú;/ si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora,/ si emigro hasta el confín del mar, / allí me alcanzará tu izquierda,/ tu diestra llegará hasta mí. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,/ que la luz se haga noche en torno a mí»,/ ni la tiniebla es oscura para ti,/ la noche es clara como el día. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya. II Tú has creado mis entrañas,/ me has tejido en el seno materno./ Te doy gracias,/ porque me has formado portentosamente,/ porque son admirables tus obras;/ conocías hasta el fondo de mi alma,/ no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando,/ y entretejiendo en lo profundo de la tierra,/ tus ojos veían mis acciones,/ se escribían todas en tu libro,/ calculados estaban mis días/ antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,/ Dios mío, qué inmenso es su conjunto!/ Si me pongo a contarlos, son más que arena;/ si los doy por terminados, aún me quedas tú. Señor, sondéame y conoce mi corazón/ ponme a prueba y conoce mis sentimientos,/ mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De
18 de Mayo - Miércoles, Feria, IV Semana de Pascua
aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria la Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría, Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Aleluya.
Preces
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle: Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos. Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de entre los muertos, * convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo resucitado. y
Tú que nos has devuelto al Pastor guardián de nuestras vidas,
111
cuando éramos ovejas descarriadas, * consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu Iglesia. Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel, * revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres. Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados, * y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha, * recibe a nuestros hermanos difuntos que enseñaron tu venida en la fe y en el amor. Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes, felicidad de los justos, atiende benignamente a nuestras súplicas y haz que quienes deseamos ardientemente el cumplimiento de tus promesas seamos siempre colmados por la abundancia de tus beneficios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
112
19 de Mayo - Jueves, Feria, IV Semana de Pascua
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Los testigos pregonaron la gran Buena Noticia. Lucas habla de una conversión masiva, casi milagrosa: “Las palabras les llegaron al profundo del corazón”. Pero el protagonista del suceso es el Espíritu Santo que descendió sobre los discípulos. Él fue quien tocó el corazón de los que escuchaban. El protagonista de la evangelización es el Espíritu, que impulsa al anunciador, mueve el corazón del que escucha. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Miércoles, ver pág. 19).
19 de Mayo - Jueves, Feria, IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La experiencia pascual es un camino de ida y de retorno. Lucas lo ha plasmado en el relato de los discípulos de Emaús. El camino de ida fue difícil: duda, decepción, tristeza, incredulidad respecto a los testigos. El retorno a Jerusalén cambió radicalmente. Sentían la urgencia incontenible de comunicar lo vivido. En el encuentro con Jesús resucitado está la clave. Los signos: La Palabra y el “pan partido”.
Invocación inicial
a las tinieblas/ como a los muertos ya olvidados./ Mi aliento desfallece,/ mi corazón dentro de mí está yerto.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Recuerdo los tiempos antiguos,/ medito todas tus acciones,/ considero las obras de tus manos /y extiendo mis brazos hacia ti:/ tengo sed de ti como tierra reseca.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Por tu nombre, Señor, consérvame vivo. Aleluya.
Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración;/ tú que eres fiel, atiende a mi súplica;/ tú que eres justo, escúchame./ No llames a juicio a tu siervo,/ pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte,/ empuja mi vida al sepulcro,/ me confina
Escúchame en seguida, Señor,/ que me falta el aliento./ No me escondas tu rostro,/ igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia,/ ya que confío en ti;/ indícame el camino que he de seguir,/ pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor,/ que me refugio en ti./ Enséñame a cumplir tu voluntad,/ ya que tú eres mi Dios./ Tu espíritu, que es bueno,/ me guíe por tierra llana.
113
19 de Mayo - Jueves, Feria, IV Semana de Pascua
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;/ por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Pronto volveré a verlos a ustedes y se alegrará su corazón. Aleluya.
Cántico
Is 66, 10-14a
Festejad a Jerusalén, gozad con ella,/ todos los que la amáis,/ alegraos de su alegría,/ los que por ella llevasteis luto;/ a su pecho seréis alimentados/ y os saciaréis de sus consuelos/ y apuraréis las delicias/ de sus pechos abundantes. Porque así dice el Señor:/ «Yo haré derivar hacia ella/ como un río la paz,/ como un torrente en crecida,/ las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas/ y sobre las rodillas las acariciarán;/ como a un niño a quien su madre consuela,/ así os consolaré yo/ y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo se alegrará vuestro corazón/ y vuestros huesos florecerán como un prado». Gloria y antífona 2
Antífona 3 - El Señor reconstruye Jerusalén y sana los corazones destrozados. Aleluya.
Salmo 146 Alabad al Señor, que la música es buena;/ nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén,/ reúne a los deportados de Israel;/ él sana los corazones destrozados,/ venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas,/ a cada una la llama por su nombre./ Nuestro Señor es grande y poderoso,/ su sabiduría no tiene medida./ El Señor
sostiene a los humildes,/ humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción de gracias al Señor,/ tocad la cítara para nuestro Dios,/ que cubre el cielo de nubes,/ preparando la lluvia para la tierra; que hace brotar hierba en los montes,/ para los que sirven al hombre;/ que da su alimento al ganado,/ y a las crías de cuervo que graznan. No aprecia el vigor de los caballos,/ no estima los músculos del hombre:/ el Señor aprecia a sus fieles,/ que confían en su misericordia. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: No es el discípulo más que el maestro; le basta al discípulo estar al mismo nivel de su maestro. Aleluya.
114
19 de Mayo - Jueves, Feria, IV Semana de Pascua
Preces
hoy parte en tu Espíritu de vida.
Oremos confiados a Dios Padre, que quiso que Cristo fuera la primicia de la resurrección de los hombres, y aclamémoslo, diciendo: Que el Señor Jesús sea nuestra vida.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que por la columna de fuego iluminaste a tu pueblo en el desierto, * ilumina hoy con la resurrección de Cristo el día que empezamos. Tú que por la voz de Moisés adoctrinaste a tu pueblo en el Sinaí, * haz que Cristo, por su resurrección, sea hoy palabra de vida para nosotros. Tú que con el maná alimentaste a tu pueblo peregrino en el desierto, * haz que Cristo, por su resurrección, sea durante este día nuestro pan de vida. Tú que por el agua de la roca diste de beber a tu pueblo en el desierto, * por la resurrección de tu Hijo danos
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que al restaurar la naturaleza humana le otorgaste una dignidad mayor que la que tuvo en sus orígenes, mantén siempre tus inefables designios de amor hacia nosotros, y conserva en quienes hemos renacido por el bautismo los dones que de tu bondad hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: El caso de Jesús no se cerró con la crucifixión y muerte en la cruz. Unos testigos que pregonan que vive, han tomado el relevo. Anuncian sin complejos: “Dios lo ha resucitado”. En aquel tiempo había quien no creía en la resurrección, como los saduceos. Pero ellos no callaron. Hoy existe gente que tampoco cree en la resurrección de Jesús ni cualquier otra. Tenemos que obedecer a Dios, y seguir pregonando la misma noticia con palabras y con hechos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - El Señor es mi refugio y mi libertador. Aleluya.
Salmo 143
I Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea;
115
19 de Mayo - Jueves, Feria, IV Semana de Pascua
mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos.
Antífona 3 - Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. Aleluya.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa.
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar.
Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos. Extiende la mano desde arriba:/ defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo. Aleluya. II Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David, tu siervo. Defiéndeme de la espada cruel,/ sálvame de las manos de extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Sean nuestros hijos un plantío,/ crecido desde su adolescencia;/ nuestras hijas sean columnas talladas,/ estructura de un templo. Que nuestros silos estén repletos/ de frutos de toda especie;/ que nuestros rebaños a millares/ se multipliquen en las praderas,/ y nuestros bueyes vengan cargados;/ que no haya brechas ni aberturas,/ ni alarma en nuestras plazas. Dichoso el pueblo que esto tiene,/ dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. Gloria y antífona 2
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 3, 18. 21b-22
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
116
19 de Mayo - Jueves, Oración de la Noche - Completas
R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo soy el Pastor de las ovejas; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Aleluya.
Preces Alabemos y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza y primicia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo suplicantes: Rey de la gloria, escúchanos. Señor Jesús, tú que, por tu propia sangre y por tu resurrección, penetraste en el santuario de Dios, * llévanos contigo al reino del Padre. Tú que, por tu resurrección, robusteciste la fe de tus discípulos y los enviaste a anunciar el Evangelio al mundo, * haz que los obispos y presbísteros sean fieles heraldos de tu Evangelio.
Tú que, por tu resurrección, eres nuestra reconciliación y nuestra paz, * haz que todos los bautizados vivan en la unidad de una sola fe y de un solo amor. Tú que, por tu resurrección, diste la salud al tullido del templo, * mira con bondad a los enfermos y manifiesta en ellos tu gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que, por tu resurrección, fuiste constituido primogénito de los muertos que resucitan, * haz que los difuntos que en ti creyeron y esperaron participen de tu gloria. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que al restaurar la naturaleza humana le otorgaste una dignidad mayor que la que tuvo en sus orígenes, mantén siempre tus inefables designios de amor hacia nosotros, y conserva en quienes hemos renacido por el bautismo los dones que de tu bondad hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Después de la muerte de Jesús, los discípulos vuelven a su faena de siempre: pescar. Pasaron la noche faenando y no pescaron nada. Jesús ya no andaba con ellos. De incógnito se presenta en la playa y ordena: “Echen las redes”. Y la pesca fue impresionante. El que era “más amigo de Jesús”, leyó el signo de inmediato: “Es el Señor”. Para que nuestro trabajo sea exitoso, necesitamos la presencia de Jesús resucitado. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Jueves, ver pág. 21).
117
20 de Mayo - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En este tiempo tenemos que aferrarnos con firmeza a la fe pascual. La confesión de fe en Jesús resucitado ha de confirmarnos la certeza de que “ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna, podrán separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rom 8, 38-39).
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cristo se ha entregado como oblación y víctima por nosotros. Aleluya.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./
Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Jerusalén, ciudad de Dios, brillarás con zafiros y esmeraldas. Aleluya.
Cántico
Tob 13, 10-15. 17-19
Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos
118
20 de Mayo - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
en Jerusalén,/ la ciudad del Santo;/ por las obras de tus hijos te azotará,/ pero de nuevo se compadecerá/ de los hijos de los justos. Confiesa dignamente al Señor/ y bendice al rey de los siglos/ para que de nuevo sea en ti/ edificado su templo con alegría,/ para que alegre en ti a los cautivos/ y muestre en ti su amor hacia los desdichados/ por todas las generaciones y generaciones. Brillarás cual luz de lámpara/ y todos los confines de la tierra vendrán a ti./ Pueblos numerosos vendrán de lejos/ al nombre del Señor, nuestro Dios,/ trayendo ofrendas en sus manos,/ ofrendas para el rey del cielo. Las generaciones de las generaciones /exultarán en ti./ Y benditos para siempre todos los que te aman. Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,/ que serán congregados,/ y al Señor de los justos bendecirán. Dichosos los que te aman;/ en tu paz se alegrarán./ Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,/ pues en ti se alegrarán/ contemplando toda tu gloria,/ y se regocijarán para siempre. Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,/ porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas/ será reedificada,/ con piedras preciosas sus muros/ y con oro puro sus torres y sus almenas. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Vi la nueva Jerusalén que descendía del cielo. Aleluya.
Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su
palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Voy a prepararos un lugar, pero volveré otra vez, para tomaros y llevaros conmigo, para que donde yo esté estéis también vosotros. Aleluya.
Preces
Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales;
20 de Mayo - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
119
digámosle: Vivifícanos, Señor, con tu Espíritu Santo.
los hombres * y que nos ayudes a amarnos mutuamente.
Padre santo, tú que al resucitar a tu Hijo de entre los muertos manifestaste que habías aceptado su sacrificio, * acepta también la ofrenda de nuestro día y condúcenos a la plenitud de la vida.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Bendice, Señor, las acciones de nuestro día * y ayúdanos a buscar en ellas tu gloria y el bien de nuestros hermanos. Que el trabajo de hoy sirva para la edificación de un mundo nuevo * y nos conduzca también a tu reino eterno. Te pedimos, Señor, que nos hagas ser siempre solícitos del bien de
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “No salían del asombro, al ver la valentía con que se expresaban Pedro y Juan” (He 4,13). La valentía de los dos apóstoles contrasta con nuestras cobardías, para anunciar la resurrección de Jesús y la Buena Noticia que proclamó. Explicación no hay más que una: Ellos vivieron la experiencia pascual del encuentro con Jesús en profundidad. Nosotros aún seguimos refugiados en nuestros miedos, sin atrevernos a dar el paso.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único. Aleluya.
Salmo 144
I Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;/ bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día te bendeciré/ y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,/ es incalculable su grandeza;/ una generación pondera tus obras a la otra,/ y le cuenta tus hazañas. Alaban ellos la gloria de tu majestad,/ y yo repito tus maravillas;/ encarecen
120
20 de Mayo - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
ellos tus temibles proezas/ y yo narro tus grandes acciones;/ difunden la memoria de tu inmensa bondad,/ y aclaman tus victorias. El Señor es clemente y misericordioso,/ lento a la cólera y rico en piedad;/ el Señor es bueno con todos,/ es cariñoso con todas sus creaturas. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,/ que te bendigan tus fieles;/ que proclamen la gloria de tu reinado,/ que hablen de tus hazañas; explicando tus proezas a los hombres,/ la gloria y majestad de tu reinado./ Tu reinado es un reinado perpetuo,/ tu gobierno va de edad en edad. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Al Rey de los siglos, inmortal e invisible, todo honor y toda gloria. Aleluya. II El Señor es fiel a sus palabras,/ bondadoso en todas sus acciones./ El Señor sostiene a los que van a caer,/ endereza a los que ya se doblan. Los ojos de todos te están aguardando,/ tú les das la comida a su tiempo;/ abres tú la mano,/ y sacias de favores a todo viviente. El Señor es justo en todos sus caminos,/ es bondadoso en todas sus acciones;/ cerca está el Señor de los que lo invocan,/ de los que lo invocan sinceramente.
Antífona 3 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Satisface los deseos de sus fieles/ escucha sus gritos, y los salva./ El Señor guarda a los que lo aman,/ pero destruye a los malvados.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,/ todo viviente bendiga su santo nombre/ por siempre jamás.
Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle confiadamente: Instaura, Señor, tu reino en el mundo.
Gloria y antífona 2
Antífona: El buen Pastor dio la vida por sus ovejas. Aleluya.
Preces
21 de Mayo - Sábado, Feria, IV Semana de Pascua
Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu, * haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu espíritu. Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamen tu Evangelio a todos los pueblos, * haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu. Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad, * guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan. Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino, * haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente.
121
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos, * sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren. Terminemos nuestra oración con la palabra del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Un regalo de Jesús resucitado es la paz. En sus manifestaciones a los discípulos, éste era su saludo: “La paz esté con ustedes” (Lc 24,36). Era más que el tradicional saludo judío. Se trataba de una paz que venía a disipar muchas dudas. El “esté” con ustedes, se convirtió en “está” con ustedes, llenándolos del gozo pascual. Seamos mensajeros de la paz pascual. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Viernes, ver pág. 23).
21 de Mayo - Sábado, Feria, IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Siempre buscamos excusas para el silencio y para huir el compromiso de ser testigos audaces de Jesús. La supersensibilidad por el respeto a los demás, es más fuerte que la palabra de Jesús resucitado que nos urge: “Sean mis testigos”; “salgan por el mundo a anunciar la Buena Noticia”.
122
21 de Mayo - Sábado, Feria, IV Semana de Pascua
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - ¡Qué magníficas son tus obras, Señor! Aleluya.
Salmo 91
Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados/ y florezcan los malhechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera / y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Derramaré sobre ustedes un agua pura. Aleluya.
Cántico
Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,/ os reuniré de todos los países,/ y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura/ que os purificará:/ de todas vuestras inmundicias e idolatrías/ os he de purificar;/ y os daré un corazón nuevo,/ y os infundiré un espíritu nuevo;/ arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,/ y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,/ y haré que caminéis según mis preceptos,/ y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres./ Vosotros seréis mi pueblo/ y yo seré vuestro Dios. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Todo es de ustedes, y ustedes de Cristo, y Cristo de Dios. Aleluya.
Salmo 8
Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre / en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, /lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros,/ y hasta las bestias del campo,/ las aves del
21 de Mayo - Sábado, Feria, IV Semana de Pascua
123
cielo, los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas.
huye, * sino haz que escuchemos siempre tu voz de buen pastor.
Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra!
Tú que actúas siempre juntamente con los ministros de tu Evangelio y confirmas su palabra con tu gracia, * haz que durante este día proclamemos tu resurrección con nuestras palabras y con nuestra vida.
Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita. Aleluya.
Sé, Señor, tú mismo nuestro gozo, el gozo que nadie puede arrebatarnos, * y haz que, alejados de toda tristeza, fruto del pecado, tengamos hambre de poseer tu vida eterna. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, asístenos con tu gracia para que llevemos a su más plena realidad, en nosotros mismos, el misterio pascual que estamos celebrando, y para que así los que hemos renacido en el bautismo demos frutos abundantes de vida cristiana y alcancemos finalmente los goces de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Preces Oremos a Cristo, que nos ha manifestado la vida eterna, y digámosle confiados: Que tu resurrección, Señor, nos haga crecer en gracia. Pastor eterno, contempla con amor a tu pueblo, que se levanta ahora del descanso, * y aliméntalo durante este día con tu palabra y tu eucaristía. No permitas que seamos arrebatados por el lobo que devora o entregados por el mercenario que
Cincuentena Pascual
En camino con Jesús resucitado Antonio Danoz Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
124
22 de Mayo - V Domingo de Pascua /A Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: “Los creyentes de origen helenista se quejaban de que sus viudas no eran atendidas” (He 6,1). Esta queja y el caso de Ananías y Safira (He 5,1-11), revelan que no todo era tan idílico, como reflejan los resúmenes de los Hechos. Lo importante es que la comunidad puso remedio de inmediato, designando unas personas para este servicio. ¿Qué hacemos para mejorar el servicio de caridad en nuestra comunidad?
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - El alzar de mis manos suba a ti, Señor, como ofrenda de la tarde. Aleluya.
Salmo 140, 1-9 Señor, te estoy llamando, ven de prisa,/ escucha mi voz cuando te llamo./ Suba mi oración como incienso en tu presencia,/ el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Coloca, Señor, un guardia en mi boca,/ un centinela a la puerta de mis labios;/ no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,/ a cometer crímenes y delitos;/ ni que con los hombres malvados/ participe en banquetes. Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,/ pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;/ yo opondré mi oración a su malicia. Sus jefes cayeron despeñados,/ aunque escucharon mis palabras amables;/ como una piedra de molino, rota por tierra,/ están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,/ en ti me refugio, no me dejes indefenso;/ guárdame del lazo que me han tendido,/ de la trampa de los malhechores. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Me sacaste de la prisión: por eso doy gracias a tu nombre. Aleluya.
Salmo 141 A voz en grito clamo al Señor,/ a voz en grito suplico al Señor;/ desahogo ante él mis afanes,/ expongo ante él mi angustia,/ mientras me va faltando el aliento. Pero tú conoces mis senderos,/ y que en el camino por donde avanzo/ me han escondido una trampa. Me vuelvo a la derecha y miro:/ nadie me hace caso;/ no tengo adónde huir,/ nadie mira por mi vida. A ti grito, Señor;/ te digo: «Tú eres mi refugio/ y mi heredad en el país de la vida». Atiende a mis clamores,/ que estoy agotado;/ líbrame de mis perseguidores,/ que son más fuertes que yo. Sácame de la prisión,/ y daré gracias a tu nombre:/ me rodearán los justos/ cuando me devuelvas tu favor. Gloria y antífona 2
125
22 de Mayo - V Domingo de Pascua /A
Antífona 3 - El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer; y se ha convertido para los que lo obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Antífona: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Aleluya.
Cántico
Oremos a Cristo, vida y resurrección de todos los hombres, y digámosle con fe: Hijo de Dios vivo, protege a tu pueblo.
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Preces
Te rogamos, Señor, por tu Iglesia extendida por todo el mundo: * santifícala y haz que cumpla su misión de llevar tu reino a todos los hombres. Te pedimos por los que sufren hambre y por los que están tristes, por los enfermos, los oprimidos y los desterrados: * dales, Señor, ayuda y consuelo. Te pedimos por los que se han apartado de ti por el error o por el pecado: * que obtengan la gracia de tu perdón y el don de una vida nueva. Salvador del mundo, tú que fuiste crucificado, resucitaste y has de venir a juzgar al mundo, * ten piedad de nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Te rogamos, Señor, por los que viven en el mundo * y por los que han salido ya de él, con la esperanza de la resurrección. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
126
22 de Mayo - V Domingo de Pascua /A
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Para el servicio de caridad, eligieron personas “de buena reputación, llenas del Espíritu Santo y sabiduría”. Todo discípulo ha de estar revestido de estos dones, para poder prestar éste u otros servicios. En este tiempo de oración, examinemos cuál es nuestra actitud, cuando se trata de colaborar en algún servicio, especialmente el de caridad. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Domingo I Vísperas, ver pág. 12).
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Lucas menciona otro servicio de la máxima importancia: “Anunciar la Palabra de Dios”. Si se eligen unas personas para el servicio de caridad, hay que elegir también otras para el servicio del anuncio de la Palabra de Dios, en la propia comunidad y hacia fuera de ella. En este último caso, se trata del anuncio misionero, que no puede faltar en ninguna comunidad.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 6 Antífona 1 - El que tenga sed que venga a beber de balde el agua de la vida. Aleluya.
Salmo 62, 2-9
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Adorad al Señor que ha creado el cielo y la tierra, el mar y las fuentes del agua. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
127
22 de Mayo - V Domingo de Pascua /A
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Antífona 3 - Los fieles festejan la gloria del Señor. Aleluya.
V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya.
No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
128
22 de Mayo - V Domingo de Pascua /A
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
nuestro, tú que has hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, * enséñanos a ofrecer con alegría nuestro sacrificio de alabanza.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de la manifestación gloriosa, * para poder contemplar tu rostro y ser semejante a ti.
Antífona: Jesús dijo: «El que me ve ve también al Padre». Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, quien por su poder nos resucitará también a nosotros, y digámosle: Cristo, vida nuestra, sálvanos. Cristo, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto, * concédenos vivir hoy en tu alabanza. Señor Jesús, que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz, * concédenos que, unidos a ti en el dolor y en la muerte, resucitemos también contigo. Hijo del Padre, maestro y hermano
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: La primera carta de Pedro de marcado acento bautismal, elige el salmo 118,22 para considerar a Jesús resucitado como la piedra angular, para la construcción del nuevo pueblo, con piedras vivas que son los bautizados. Se presenta como comunidad sacerdotal, llamada a ofrecer a Dios sacrificios espirituales. En esta tarde ofrecemos a Dios el sacrificio de nuestra alabanza.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6
Antífona 1 - Resucitó el Señor y está sentado a la derecha del Padre. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el
129
22 de Mayo - V Domingo de Pascua /A
poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos.
Porque sus juicios son verdaderos y justos. /R (Aleluya, aleluya).
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora».
Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /R (Aleluya). /Los que le teméis, pequeños y grandes. /R (Aleluya, aleluya).
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno /según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. Aleluya.
Salmo 113 A
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Aleluya. Reina el Señor, nuestro Dios: alegrémonos y démosle gracias. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. /R (Aleluya). /
Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. /R (Aleluya). /Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero. /R (Aleluya). /Su esposa se ha embellecido. /R (Aleluya, aleluya).
Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10,12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se le ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Voy a prepararos un lugar; y os llevaré conmigo, para que donde yo esté estéis también vosotros. Aleluya.
130
23 de Mayo - Lunes, Feria, V Semana de Pascua
Preces Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los hombres, y ahora intercede por nosotros, y digámosle: Cristo, Rey victorioso, escucha nuestra oración. Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, * derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo. Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza * y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria. Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia * y haz que juntamente con todos nuestros hermanos obtengamos el premio y el descanso de nuestros trabajos. Tú que has vencido a la muerte, nuestro enemigo, destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo,
* para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la muerte y has sido elevado a la derecha del Padre * recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos. Unamos nuestra oración a la que Jesús, nuestro abogado ante el Padre, y digamos como él nos enseñó: Padre nuestro.
Oración
Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En la oración de esta noche, como pueblo de Dios, celebramos la liturgia de alabanza al Padre, por medio de Jesús resucitado, constituido sacerdote de una alianza. Como el coro del Apocalipsis, cantamos el cántico nuevo: “Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, el honor, la gloria y la alabanza” (Ap 5,12). (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Domingo II Vísperas, ver pág. 14).
23 de Mayo - Lunes, Feria, V Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Tomás, que se resistía a creer que Jesús había resucitado, es testigo del proceso seguido por sus compañeros. Ellos creyeron cuando Jesús se les manifestó. Tomás creyó, cuando introdujo sus manos en las llagas de pies, manos y costado. Jesús les enseñó, que hay que creer a los anunciadores de la Buena Noticia y a los testigos. “La fe nace de la predicación, y lo que se proclama es el mensaje de Cristo” (Rom 10,17), en cuyo centro está su muerte y resurrección.
23 de Mayo - Lunes, Feria, V Semana de Pascua
131
Invocación inicial
Antífona 2 - Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, tú eres rey y soberano de todo. Aleluya.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Cántico
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Se alegrarán los que se acogen a ti. Aleluya.
1Cró 29, 10-13
Bendito eres, Señor, /Dios de nuestro padre Israel,/ por los siglos de los siglos. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,/ la gloria, el esplendor, la majestad,/ porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,/ tú eres rey y soberano de todo.
Salmo 5, 2-10. 12-13
¡Señor, escucha mis palabras,/ atiende a mis gemidos,/ haz caso de mis gritos de auxilio,/ Rey mío y Dios mío.
De ti viene la riqueza y la gloria,/ tú eres señor del universo, /en tu mano está el poder y la fuerza,/ tú engrandeces y confortas a todos.
A ti te suplico, Señor;/ por la mañana escucharás mi voz,/ por la mañana te expongo mi causa,/ y me quedo aguardando.
Por eso, Dios nuestro,/ nosotros te damos gracias,/ alabando tu nombre glorioso.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,/ ni el malvado es tu huésped,/ ni el arrogante se mantiene en tu presencia.
Antífona 3 - El Señor se sienta como rey eterno. Aleluya.
Detestas a los malhechores,/ destruyes a los mentirosos;/ al hombre sanguinario y traicionero/ lo aborrece el Señor. Pero yo, por tu gran bondad,/ entraré en tu casa,/ me postraré ante tu templo santo/ con toda reverencia. Señor, guíame con tu justicia, /porque tengo enemigos;/ alláname tu camino. En su boca no hay sinceridad,/ su corazón es perverso;/ su garganta es un sepulcro abierto,/ mientras halagan con la lengua. Que se alegren los que se acogen a ti,/ con júbilo eterno;/ protégelos, para que se llenen de gozo/ los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices al justo/ y como un escudo lo rodea tu favor. Gloria y antífona 1
Gloria y antífona 2
Salmo 28 Hijos de Dios, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ postraos ante el Señor en el atrio sagrado. La voz del Señor sobre las aguas,/ el Dios de la gloria hace oír su trueno,/ el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente,/ la voz del Señor es magnífica,/ la voz del Señor descuaja los cedros,/ el Señor descuaja los cedros del Líbano. Hace brincar al Líbano como a un novillo,/ al Sarión como a una cría de búfalo. La voz del Señor lanza llamas de fuego,/ la voz del Señor sacude el desierto/ el Señor sacude el desierto de Cadés.
132
23 de Mayo - Lunes, Feria, V Semana de Pascua
La voz del Señor retuerce los robles,/ el Señor descorteza las selvas./ En su templo un grito unánime: ¡Gloria! El trono del Señor está encima de la tempestad,/ el Señor se sienta como rey eterno./ El Señor da fuerza a su pueblo,/ el Señor bendice a su pueblo con la paz. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Aquel que me ama será amado por mi Padre; yo también lo amaré, y a él me daré a conocer. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes: Por tu victoria, sálvanos, Señor.
Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo la muerte y el pecado, * haz que también nosotros venzamos hoy el pecado. Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida, * concédenos andar hoy por la senda de esta vida nueva. Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de la muerte a la vida, * concede el don de la vida eterna a cuantos se relacionarán hoy con nosotros. Tú que llenaste de confusión a los que hacían guardia ante tu sepulcro y alegraste a los discípulos con tus apariciones, * llena de gozo a cuantos te sirven. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de los que te aman, impulsa a tu pueblo a amar lo que pides y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad de las cosas humanas, estén firmemente anclados nuestros corazones en el deseo de la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
133
23 de Mayo - Lunes, Feria, V Semana de Pascua
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “No creeré sino cuando vea la marca de los clavos en sus manos, meta mis dedos en el lugar de los clavos y palpe la herida del costado” (Jn 20,25). Las palabras de Tomás se han convertido en un dicho popular: “Si no veo no creo”. El mensaje de Jesús resucitado es muy distinto: “¡Dichosos los que creen sin haber visto” (Jn 20,29). Nosotros pertenecemos a los miles de millones de discípulos que hemos creído sin haber visto ni tocado. “Señor, confirma nuestra fe”.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - No teman, yo he vencido al mundo. Aleluya.
Salmo 10
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:/ «Escapa como un pájaro al monte,/ porque los malvados tensan el arco,/ ajustan las saetas a la cuerda, /para disparar en la sombra contra los buenos?/ Cuando fallan los cimientos, /¿qué podrá hacer el justo?»
Salmo 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda/ y habitar en tu monte santo? El que procede honradamente/ y practica la justicia,/ el que tiene intenciones leales/ y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo/ ni difama al vecino,/ el que considera despreciable al impío/ y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró/ aun en daño propio,/ el que no presta dinero a usura/ ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará.
Gloria y antífona 2
Pero el Señor está en su templo santo,/ el Señor tiene su trono en el cielo;/ sus ojos están observando,/ sus pupilas examinan a los hombres.
Antífona 3 - Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
El Señor examina a inocentes y culpables,/ y al que ama la violencia, él lo detesta./ Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,/ les tocará en suerte un viento huracanado.
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:/ los buenos verán su rostro. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Se hospedará en tu tienda, habitará en tu monte santo. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su
134
23 de Mayo - Lunes, Feria, V Semana de Pascua
gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3a
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El Abogado, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que os he dicho. Aleluya.
Preces
Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle: Renueva y da vida a todas las cosas, Señor. Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora, con el espíritu vivamos en tu reino, * donde está sentado a la derecha del Padre. Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos, * condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad. Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria, * y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera, * y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos difuntos. Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de los que te aman, impulsa a tu pueblo a amar lo que pides y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad de las cosas humanas, estén firmemente anclados nuestros corazones en el deseo de la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
135
24 de Mayo - Martes, María Auxiliadora
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La primera visita de Jesús resucitado a los discípulos, que narra el evangelio de Juan, acontece al entrar la noche. En este tiempo de oración nosotros también recibimos la visita de Jesús resucitado. También sopla sobre nosotros y nos dice: “Reciban el Espíritu Santo”. Éste es el gran don de la Pascua, que Jesús concede a quien le abre el corazón y escucha su Palabra. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Lunes, ver pág. 16).
24 de Mayo - Martes, María Auxiliadora Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: María recibió el don del Espíritu Santo que descendió sobre ella, y el Verbo de Dios se hizo carne en su seno. Al comenzar el día, saludamos con un saludo pascual: “Alégrate, Virgen María, porque tu Hijo ha resucitado, ¡aleluya!”. El Espíritu Santo que colmó de alegría a María, nos llena esta mañana de gozo pascual.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Himno Eres tú la mujer llena de gloria,/ alzada por encima de los astros;/ con tu sagrado pecho das la leche/ al que en su providencia te ha creado. Lo que Eva nos perdió tan tristemente,/ tú lo devuelves por tu fruto santo;/ para que al cielo ingresen los que lloran,/ eres tú la ventana del costado. Tú eres la puerta altísima del Rey/ y la entrada fulgente de la luz;/ la vida que esta Virgen nos devuelve/ aplauda el pueblo que alcanzó salud.
Sea la gloria a ti, Señor Jesús,/ que de María Virgen has nacido,/ gloria contigo al Padre y al Paráclito,/ por sempiternos y gozosos siglos. Amén. Antífona 1 - El que bajó es el mismo que ha subido también a lo más alto de los cielos. Aleluya.
Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes:/ él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso/ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Se-
136
24 de Mayo - Martes, María Auxiliadora
ñor,/ que viene a tu presencia, Dios de Jacob. ¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra. ¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Ensalzad al rey del cielo y alegraos de su grandeza. Aleluya.
Cántico
Tob 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,/ y cuyo reino dura por los siglos:/ él azota y se compadece,/ hunde hasta el abismo y saca de él,/ y no hay quien escape de su mano. Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,/ porque él nos dispersó entre ellos./ Proclamad allí su grandeza,/ ensalzadlo ante todos los vivientes:/ que él es nuestro Dios y Señor,/ nuestro padre por todos los siglos. Él nos azota por nuestros delitos,/ pero se compadecerá de nuevo,/ y os congregará de entre todas las naciones/ por donde estáis dispersos. Si volvéis a él de todo corazón /y con toda el alma,/ siendo sinceros con él,/ él volverá a vosotros/ y no os ocultará su rostro. Veréis lo que hará con vosotros,/ le daréis gracias a boca llena,/ bendeciréis al Señor de la justicia/ y ensalzaréis al rey de los siglos. Yo le doy gracias en mi cautiverio,/ anuncio su grandeza y su poder/ a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,/ obrad rectamente en su presencia:/ quizá os mostrará benevolencia/ y tendrá compasión. Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,/ y me alegraré de su grandeza./ Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos en Jerusalén. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - La tierra está llena de la bondad del Señor. Aleluya.
Salmo 32 Aclamad, justos, al Señor,/ que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, /tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;/ cantadle un cántico nuevo, /acompañando vuestra música con aclamaciones: que la palabra del Señor es sincera,/ y todas sus acciones son leales,/ él ama la justicia y el derecho,/ y su misericordia llena la tierra. La palabra del Señor hizo el cielo;/ el aliento de su boca, sus ejércitos;/ encierra en un odre aguas marinas, /mete en un depósito el océano. Tema al Señor la tierra entera,/ tiemblen ante él los habitantes del orbe:/ porque él lo dijo, y existió;/ él lo mandó, y surgió. El Señor deshace los planes de las naciones,/ frustra los proyectos de los pueblos;/ pero el plan del Señor subsiste por siempre; los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,/ el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo,/ se fija en todos los hombres;/ desde su morada observa/ a todos los habitantes
137
24 de Mayo - Martes, María Auxiliadora
de la tierra:/ él modeló cada corazón,/ y comprende todas sus acciones.
Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
No vence el rey por su gran ejército,/ no escapa el soldado por su mucha fuerza,/ nada valen sus caballos para la victoria,/ ni por su gran ejército se salva.
Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado, * líbranos también a nosotros de toda culpa.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,/ en los que esperan en su misericordia,/ para librar sus vidas de la muerte/ y reanimarlos en tiempo de hambre.
Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del * haz también de nosotros templos de tu Espíritu.
Nosotros esperamos en el Señor:/ él es nuestro auxilio y escudo,/ con él se alegra nuestro corazón,/ en su santo nombre confiamos.
Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor, * ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,/ como lo esperamos de ti.
Rey de reyes, que elevaste contigo a tu Madre en cuerpo y alma al cielo, * haz que aspiremos siempre a los bienes celestiales.
Lectura breve
Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina, * danos el gozo de tener parte en su gloria.
Gloria y antífona 3
Is 61, 10
Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas.
Responsorio breve
V El Señor la eligió y la predestinó. R El Señor la eligió y la predestinó. V La hizo morar en su templo santo. R Y la predestinó V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor la eligió y la predestinó.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen se han vuelto a abrir a todos. Aleluya.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que has constituido a la madre de tu Hijo amado, madre y auxilio del pueblo cristiano; concede te rogamos, que vivamos bajo su protección y que tu Iglesia goce de paz perpetua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María
María Auxiliadora
138
24 de Mayo - Martes, María Auxiliadora
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Como hizo fecundo el seno de María, “el Espíritu Santo rejuvenece a la Iglesia por la fuerza del Evangelio, la renueva constantemente y la conduce a la unión consumada con el Esposo. Pues, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: “Ven”. Así se manifiesta como una muchedumbre reunida por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (LG).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
Salve, del mar Estrella,/ salve, Madre sagrada/ de Dios y siempre virgen,/ puerta del cielo santa. Tomando de Gabriel/ el «Ave», Virgen alma,/ mudando el nombre de Eva,/ paces divinas trata. La vista restituye,/ las cadenas desata,/ todos los males quita,/ todos los bienes causa. Muéstrate madre, y llegue/ por ti nuestra esperanza/ a quien, por darnos vida,/ nació de tus entrañas.
desde el santuario,/ que te apoye desde el monte Sión; que se acuerde de todas tus ofrendas,/ que le agraden tus sacrificios;/ que cumpla el deseo de tu corazón,/ que dé éxito a todos tus planes. Que podamos celebrar tu victoria/ y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;/ que el Señor te conceda todo lo que pides. Ahora reconozco que el Señor/ da la victoria a su Ungido,/ que lo ha escuchado desde su santo cielo,/ con los prodigios de su mano victoriosa. Unos confían en sus carros,/ otros en su caballería;/ nosotros invocamos el nombre/ del Señor, Dios nuestro. Ellos cayeron derribados,/ nosotros nos mantenemos en pie.
Entre todas piadosa,/ Virgen, en nuestras almas,/ libres de culpa, infunde/ virtud humilde y casta.
Señor, da la victoria al rey/ y escúchanos cuando te invocamos.
Vida nos presta pura, camino firme allana,/ que quien a Jesús llega/ eterno gozo alcanza.
Antífona 2 - Has asumido, Señor, el poder y has empezado a reinar. Aleluya.
Al Padre, al Hijo, al Santo/ Espíritu alabanzas;/ una a los tres le demos, /y siempre eternas gracias. Amén.
Gloria y antífona 1
Salmo 20, 2-8. 14
Salmo 19
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,/ ¡y cuánto goza con tu victoria!/ Le has concedido el deseo de su corazón,/ no le has negado lo que pedían sus labios.
Que te escuche el Señor el día del peligro,/ que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;/ que te envíe auxilio
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,/ y has puesto en su cabeza una corona de oro fino./ Te pidió vida,
Antífona 1 - Ha llegado el reino de Dios y el poder de su Cristo. Aleluya.
139
24 de Mayo - Martes, María Auxiliadora
y se la has concedido,/ años que se prolongan sin término.
R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Tu victoria ha engrandecido su fama,/ lo has vestido de honor y majetad,/ le concedes bendiciones incesantes,/ lo colmas de gozo en tu presencia:/ porque el rey confía en el Señor/ y con la gracia del Altísimo no fracasará.
V Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. R Aleluya, aleluya.
Levántate, Señor, con tu fuerza/ y al son de instrumentos cantaremos tu poder. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Tema al Señor la tierra entera, porque él lo dijo y existió. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Gál 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Responsorio breve
V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Dichosa tú, María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Aleluya
Preces Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Mira a la llena de gracia y escúchanos. Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, * haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria. Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz. Tú que hiciste de María la llena de gracia * concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos
140
25 de Mayo - Miércoles, Feria, V Semana de Pascua
puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que has constituido a la madre
de tu Hijo amado, madre y auxilio del pueblo cristiano; concede te rogamos, que vivamos bajo su protección y que tu Iglesia goce de paz perpetua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios” (Is 61,10). En el silencio del corazón María disfruta del gozo de saber lo que el mensajero le comunica: “El Señor está contigo”. La presencia de Jesús resucitado en nuestra vida es la mejor fuente de gozo que podemos tener. En este tiempo de oración, el Señor resucitado está con nosotros. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Martes, ver pág. 18).
25 de Mayo - Miércoles, Feria, V Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: hoy empezamos el día haciendo nuestra la confesión de “Tomás el incrédulo”: ¡Señor mío y Dios mío”. Tomás llegó a esta confesión de fe, después de “introducir el dedo en el lugar de los clavos, y la mano en el costado” de Jesús. Nuestra confesión nace de haber creído a los anunciadores y a los testigos de la resurrección. Dios nos conceda ser anunciadores y testigos, para que otros crean.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - En ti, Señor, está la fuente viva. Aleluya.
Salmo 35
¡El malvado escucha en su interior/ un oráculo del pecado/ «No tengo miedo a Dios./ Ni en su presencia»./ Porque se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida. Las palabras de su boca son maldad y traición,/ renuncia a ser sensato y a obrar bien;/ acostado medita el crimen,/ se obstina en el mal camino, /no rechaza la maldad.
25 de Mayo - Miércoles, Feria, V Semana de Pascua
Señor, tu misericordia llega al cielo,/ tu fidelidad hasta las nubes,/ tu justicia hasta las altas cordilleras;/ tus sentencias son como el océano inmenso. Tú socorres a hombres y animales;/ ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;/ los humanos se acogen a la sombra de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa,/ les das a beber del torrente de tus delicias,/ porque en ti está la fuente viva/ y tu luz nos hace ver la luz. Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,/ tu justicia con los rectos de corazón;/ que no me pisotee el pie del soberbio,/ que no me eche fuera la mano del malvado. Han fracasado los malhechores;/ derribados no se pueden levantar. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Envías tu Espíritu, Señor, y renuevas la faz de la tierra. Aleluya.
Cántico
Jdt 16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,/ elevad cantos al Señor con cítaras, /ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,/ ensalzad e invocad su nombre!/ Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,/ su nombre es el Señor. Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:/ Señor, tú eres grande y glorioso,/ admirable en tu fuerza, invencible. Que te sirva toda la creación,/ porque tú lo mandaste y existió;/ enviaste tu aliento y la construiste,/ nada puede resistir a tu voz.
141
Aleluya.
Salmo 46 Pueblos todos, batid palmas,/ aclamad a Dios con gritos de júbilo;/ porque el Señor es sublime y terrible,/ emperador de toda la tierra. Él nos somete los pueblos/ y nos sojuzga las naciones;/ él nos escogió por heredad suya:/ gloria de Jacob, su amado. Dios asciende entre aclamaciones;/ el Señor, al son de trompetas:/ tocad para Dios, tocad,/ tocad para nuestro Rey, tocad. Porque Dios es el rey del mundo:/ tocad con maestría./ Dios reina sobre las naciones,/ Dios se sienta en su trono sagrado. Los príncipes de los gentiles se reúnen/ con el pueblo del Dios de Abraham;/ porque de Dios son los grandes de la tierra,/ y él es excelso.
Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 6,8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
Responsorio breve
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,/ las peñas en tu presencia se derretirán como cera,/ pero tú serás propicio a tus fieles.
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Antífona 3 - Dios reina sobre las naciones, toquen con maestría.
V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
Gloria y antífona 2
142
25 de Mayo - Miércoles, Feria, V Semana de Pascua
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Yo soy la vid verdadera, aleluya, y vosotros sois mis sarmientos. Aleluya.
Preces
Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémoslo, diciendo: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido, * ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo. Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres, * recibe la adoración que en espíritu y verdad
te tributamos en estas fiestas de tu resurrección. Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección, * y compadecido de nosotros, defiéndenos hoy de todo mal. Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando te manifiestes al mundo, * podamos aparecer también nosotros juntamente contigo en la gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración
Dios nuestro, que amas la inocencia y la restituyes a quien la ha perdido, dirige hacia ti los corazones de tus hijos, para que vivan siempre a la luz de la verdad los que han sido librados por ti de las tinieblas del error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Al anochecer del día de la resurrección, cuando llegó a la puerta donde estaban los discípulos la halló bien cerrada con cerrojos. Los mismos que nosotros los humanos le ponemos muchas veces. Pero para Jesús resucitado de nada valen los cerrojos. Cuando se empeña en entrar entra, a pesar de nuestras resistencias. Desde ese momento, sabe que puede contar con nosotros con más seguridad que con otros.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - La diestra del Señor lo
exaltó haciéndolo jefe y salvador. Aleluya.
Salmo 26 I El Señor es mi luz y mi salvación,/ ¿a quién temeré?/ El Señor es la defensa de mi vida,/ ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan los malvados/
25 de Mayo - Miércoles, Feria, V Semana de Pascua
143
para devorar mi carne,/ ellos, enemigos y adversarios,/ tropiezan y caen.
Antífona 3 - De él todo procede, por él existe todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
Si un ejército acampa contra mí,/ mi corazón no tiembla;/ si me declaran la guerra,/ me siento tranquilo.
Cántico
Una cosa pido al Señor,/ eso buscaré:/ habitar en la casa del Señor/ por los días de mi vida;/ gozar de la dulzura del Señor/ contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda/ el día del peligro;/ me esconderá en lo escondido de su morada,/ me alzará sobre la roca; y así levantaré la cabeza/ sobre el enemigo que me cerca;/ en su tienda sacrificaré/ sacrificios de aclamación:/ cantaré y tocaré para el Señor. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Aleluya. II Escúchame, Señor, que te llamo;/ ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro»./ Tu rostro buscaré, Señor,/ no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, /que tú eres mi auxilio;/ no me deseches, no me abandones,/ Dios de mi salvación. Si mi padre y mi madre me abandonan,/ el Señor me recogerá. Señor, enséñame tu camino,/ guíame por la senda llana,/ porque tengo enemigos. No me entregues a la saña de mi adversario,/ porque se levantan contra mí testigos falsos,/ que respiran violencia. Espero gozar de la dicha del Señor/ en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente,/ ten ánimo, espera en el Señor. Gloria y antífona 2
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura;/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
144
25 de Mayo - Miércoles, Oración de la Noche - Completas
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Si permanecéis en mí y si mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y se os dará. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle: Cristo, que vives por siempre para interceder por los hombres, escucha nuestra oración. Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado a tu servicio, * que sean para tu pueblo ejemplo de santidad. Concede, Señor, el espíritu de justicia a los que gobiernan las naciones
* y haz que trabajen en bien de la paz, para que todos podamos vivir según tu ley. Concede la paz a nuestros días * y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo salvador, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y con tu resurrección has dado a los hombres una prenda de su inmortalidad, * concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que amas la inocencia y la restituyes a quien la ha perdido, dirige hacia ti los corazones de tus hijos, para que vivan siempre a la luz de la verdad los que han sido librados por ti de las tinieblas del error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Los tipos como Tomás se resisten, pero cuando “se arrodillan, lo hacen de verdad, cuando aman, aman de verdad” (P. Mazzolari). En nuestra oración nos Arrodillamos” ante el Señor resucitado. Hagámoslo de verdad. Cuando salgamos de la oración, seamos testigos de su amor ante aquellos que no creen: “hagámoslo de verdad”. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Miércoles, ver pág. 19).
145
26 de Mayo - Jueves, Sta. Mariana de Jesús de Paredes Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En la comunidad que nace de la fe en Jesús resucitado, “los creyentes pensaban y sentían lo mismo”. Formaban un grupo compacto en torno a una misión: el testimonio de la resurrección de Jesús. Unos salen al templo, a la calle, a pregonar la gran noticia de la resurrección de Jesús. Otros, permanecen unidos orando por los que dan testimonio con valentía. Hagámoslo al empezar el día.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
Himno, Común de Vírgenes, pág. 8 Antífona 1 - Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya.
Salmo 56 Misericordia, Dios mío, misericordia,/ que mi alma se refugia en ti;/ me refugio a la sombra de tus alas/ mientras pasa la calamidad. Invoco al Dios Altísimo,/ al Dios que hace tanto por mí:/ desde el cielo me enviará la salvación,/ confundirá a los que ansían matarme,/ enviará su gracia y su lealtad. Estoy echado entre leones/ devoradores de hombres:/ sus dientes son lanzas y flechas,/ su lengua es una espada afilada. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Han tendido una red a mis pasos/ para que sucumbiera;/ me han cavado delante una fosa,/ pero han caído en ella. Mi corazón está firme, Dios mío,/
mi corazón está firme./ Voy a cantar y a tocar:/ despierta, gloria mía;/ despertad, cítara y arpa;/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos,/ Señor; tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - El Señor redimió a su pueblo. Aleluya.
Cántico
Jer 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,/ anunciadla en las islas remotas:/ «El que dispersó a Israel lo reunirá,/ lo guardará como un pastor a su rebaño;/ porque el Señor redimió a Jacob,/ lo rescató de una mano más fuerte». Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,/ afluirán hacia los bienes del Señor:/ hacia el trigo y el vino y el aceite,/ y los rebaños de ovejas y de vacas;/ su alma será como un huerto regado,/ y no volverán a desfallecer. Entonces se alegrará la doncella en la danza,/ gozarán los jóvenes y los viejos;/ convertiré su tristeza en gozo,/ los alegraré y aliviaré sus penas;/ alimentaré a los sacerdotes con
146
26 de Mayo - Jueves, Sta. Mariana de Jesús de Paredes
manjares/ sustanciosos,/ y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.
Antífona 3 - Éste es nuestro Dios por siempre jamás. Aleluya.
Responsorio breve
Gloria y antífona 2
Salmo 47 Grande es el Señor y muy digno de alabanza/ en la ciudad de nuestro Dios,/ su monte santo, altura hermosa,/ alegría de toda la tierra: el monte Sión, vértice del cielo,/ ciudad del gran rey;/ entre sus palacios,/ Dios descuella como un alcázar. Mirad: los reyes se aliaron/ para atacarla juntos;/ pero, al verla, quedaron aterrados/ y huyeron despavoridos; allí los agarró un temblor/ y dolores como de parto;/ como un viento del desierto,/ que destroza las naves de Tarsis. Lo que habíamos oído lo hemos visto/ en la ciudad del Señor de los ejércitos,/ en la ciudad de nuestro Dios:/ que Dios la ha fundado para siempre. ¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia/ en medio de tu templo:/ como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza/ llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia,/ el monte Sión se alegra,/ las ciudades de Judá se gozan/ con tus sentencias. Dad la vuelta en torno a Sión,/ contando sus torreones;/ fijaos en sus baluartes,/ observad sus palacios, para poder decirle a la próxima generación:/ «Éste es el Señor, nuestro Dios»./ Él nos guiará por siempre jamás. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Cant 8, 7
Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos.
V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. V Tu rostro buscaré, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.
Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos. Señor, Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como su único esposo, * concédenos que nada nos aparte de tu amor. Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes * por su intercesión concédenos, recibirte siempre con pureza de corazón. Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, * ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa.
26 de Mayo - Jueves, Sta. Mariana de Jesús de Paredes
Por intercesión de santa Mariana de Jesús Paredes, que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que entre los halagos del mundo hiciste florecer a santa Mariana
147
de Jesús como lirio entre espinas, por su virginal pureza y continua penitencia, concédenos te rogamos, que por sus méritos e intercesión, merezcamos tenerte siempre con nosotros, creciendo continuamente en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Jesús abrió la inteligencia de los discípulos para que entendieran la Escrituras. La ley del Señor proclama: “No habrá ningún necesitado entre ustedes” (Dt 15,4). La primera comunidad se esforzó por cumplir esta palabra del Señor. Lucas escribe: “No había entre ellos necesitados, porque los que tenían casa y haciendas las vendían… Se repartía a cada uno según su necesidad” (He 4,34-35).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Común de Vírgenes, pág. 8 Antífona 1 - Cambiaste mi luto en gozo. Aleluya.
Salmo 29
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado/ y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti grité,/ y tú me sanaste./ Señor, sacaste mi vida del abismo,/ me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos,/ dad gracias a su nombre santo;/ su cólera dura un instante;/ su bondad,
de por vida;/ al atardecer nos visita el llanto,/ por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro:/ «No vacilaré jamás»./ Tu bondad, Señor, me aseguraba/ el honor y la fuerza;/ pero escondiste tu rostro,/ y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé,/ supliqué a mi Dios:/ «¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo,/ o va a proclamar tu lealtad?/ Escucha, Señor, y ten piedad de mí;/ Señor, socórreme». Cambiaste mi luto en danzas,/ me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;/ te cantará mi alma sin callarse./ Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Gloria y antífona 1
148
26 de Mayo - Jueves, Sta. Mariana de Jesús de Paredes
Antífona 2 - Hemos sido reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Aleluya.
Salmo 31
Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado;/ dichoso el hombre a quien el Señor/ no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos,/ rugiendo todo el día,/ porque día y noche tu mano/ pesaba sobre mí;/ mi savia se me había vuelto /un fruto seco. Había pecado, lo reconocí,/ no te encubrí mi delito;/ propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,/ y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique/ en el momento de la desgracia:/ la crecida de las aguas caudalosas/ no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro,/ me rodeas de cantos de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,/ fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos,/ cuyo brío hay que domar con freno y brida;/ si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas;/ al que confía en el Señor,/ la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor,/ aclamadlo los de corazón sincero. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/
porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Co 7, 32. 34
El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma
Responsorio breve V Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. V Van entrando en el palacio real. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.
26 de Mayo - Jueves, Oración de la Noche - Completas
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te trae preparada. Aleluya.
Preces Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes, a causa del reino de Dios, y supliquémosle diciendo: Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga, * haz que sea siempre santa e inmaculada. Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas, * no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti. Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta, * concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe. Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa
149
Mariana de Jesús Paredes, virgen, * concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,* admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino. Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que entre los halagos del mundo hiciste florecer a santa Mariana de Jesús como lirio entre espinas, por su virginal pureza y continua penitencia, concédenos te rogamos, que por sus méritos e intercesión, merezcamos tenerte siempre con nosotros, creciendo continuamente en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El que cree que Jesús es el Mesías y ha resucitado, ha nacido de Dios. El que nace de Dios ama lo que Dios ama. Fe y amor se dan la mano en los discípulos de Jesús. Donde falla el amor, es signo de que la fe se tambalea, es inconsistente. Y el amor vivido y practicado, es el mejor signo de la solidez y consistencia de la fe. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Jueves, ver pág. 21).
Oración y Autoconocimiento Anselm Grün Remedios prácticos para combatir la depresión Dale Carnegie Se consiguen en la red de Librerías San Pablo del país
150
27 de Mayo - Viernes, Feria, V Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La comunidad de los primeros discípulos privilegió sobre todo dos signos de la resurrección de Jesús: el bautismo y la eucaristía. El tiempo pascual nos remite constantemente a la fuente bautismal en la que nacimos, configurados con Jesús resucitado. Nos convoca a la mesa del Señor, donde Jesús renueva con nosotros su entrega generosa hasta la muerte y su resurrección gloriosa, para la salvación de todos. Unamos nuestra voz a su cántico de alabanza.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Acuérdate de mí Señor Jesús, cuando llegues a tu reino. Aleluya.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./
Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Es verdad: tú eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador. Aleluya.+
Cántico
Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,/ el Dios de Israel, el Salvador./
151
27 de Mayo - Viernes, Feria, V Semana de Pascua
+ Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,/ se van avergonzados los fabricantes de ídolos;/ mientras el Señor salva a Israel/ con una salvación perpetua, /para que no se avergüencen ni se sonrojen/ nunca jamás. Así dice el Señor, creador del cielo/ —él es Dios—,/ él modeló la tierra,/ la fabricó y la afianzó;/ no la creó vacía,/ sino que la formó habitable:/ «Yo soy el Señor y no hay otro». No te hablé a escondidas,/ en un país tenebroso,/ no dije a la estirpe de Jacob:/ «Buscadme en el vacío». Yo soy el Señor que pronuncia sentencia/ y declara lo que es justo./ Reuníos, venid, acercaos juntos,/ supervivientes de las naciones./ No discurren los que llevan su ídolo de madera,/ y rezan a un dios que no puede salvar. Declarad, aducid pruebas,/ que deliberen juntos:/ ¿Quién anunció esto desde antiguo,/ quién lo predijo desde entonces?/ ¿No fui yo, el Señor?/ — No hay otro Dios fuera de mí—. Yo soy un Dios justo y salvador,/ y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros,/ confines de la tierra,/ pues yo soy Dios y no hay otro. Yo juro por mi nombre,/ de mi boca sale una sentencia,/ una palabra irrevocable:/ «Ante mí se doblará toda rodilla,/ por mí jurará toda lengua»,/ dirán: «Sólo el Señor/ tiene la justicia y el poder».
Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro.
A él vendrán avergonzados/ los que se enardecían contra él,/ con el Señor triunfará y se gloriará/ la estirpe de Israel.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Gloria y antífona 2
Antífona: Éste es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado. Aleluya.
Antífona 3 - Servid al Señor con alegría. Aleluya.
Preces Dirijamos nuestra oración a Dios
152
27 de Mayo - Viernes, Feria, V Semana de Pascua
Padre, que por la resurrección de Jesucristo nos ha dado vida nueva, y digámosle: Ilumínanos, Señor, con la claridad de Jesucristo. Señor, Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación, proyectado desde antes de la creación del mundo, y eres fiel en todas tus promesas, * escucha con amor nuestras plegarias. Purifícanos con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la santidad, * para que hagamos siempre el bien según tu agrado. Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, * para que, libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa. Tú que por Cristo nos reconciliaste
contigo, * danos la paz a nosotros y a todos los hombres del mundo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros. Padre nuestro.
Oración Señor, concédenos realizar plenamente en nosotros mismos el misterio pascual, para que la alegría que experimentamos en estas fiestas nos dé una fuerza constante que nos lleve a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “Los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo” (He 5,12). Donde olfateamos un milagro, todos nos movilizamos atraídos por el impacto. Hay muchos encantadores de serpientes que lo que buscan es conquistar adeptos. Los discípulos de Jesús no se dedicaron a hacer magia. Ellos sanaban enfermos, liberaban oprimidos, compartían los alimentos con los necesitados. Éstos son los “milagros” que Jesús resucitado quiere que realicemos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cristo por nosotros se hizo pobre a fin de que nosotros nos enriqueciéramos. Aleluya.
Salmo 40
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;/ en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. El Señor lo guarda y lo conserva en vida,/ para que sea dichoso en la tierra,/ y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
27 de Mayo - Viernes, Feria, V Semana de Pascua
153
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,/ calmará los dolores de su enfermedad.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,/ sáname, porque he pecado contra ti».
El correr de las acequias alegra a la ciudad de Dios,/ el Altísimo consagra su morada.
Mis enemigos me desean lo peor:/ «A ver si se muere y se acaba su apellido». El que viene a verme habla con fingimiento,/ disimula su mala intención,/ y cuando sale afuera, la dice. Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,/ hacen cálculos siniestros:/ «Padece un mal sin remedio,/ se acostó para no levantarse». Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,/ que compartía mi pan,/ es el primero en traicionarme. Pero tú, Señor, apiádate de mí,/ haz que pueda levantarme,/ para que yo les dé su merecido. En esto conozco que me amas:/ en que mi enemigo no triunfa de mí. A mí, en cambio, me conservas la salud,/ me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel,/ ahora y por siempre. Amén, amén. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios. Aleluya.
Salmo 45 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,/ poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra/ y los montes se desplomen en el mar. Que hiervan y bramen las olas,/ que sacudan a los montes con su furia:
Teniendo a Dios en medio, no vacila;/ Dios la socorre al despuntar la aurora. Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;/ pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor,/ las maravillas que hace en la tierra: Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,/ rompe los arcos, quiebra las lanzas,/ prende fuego a los escudos. «Rendíos, reconoced que yo soy Dios:/ más alto que los pueblos, más alto que la tierra». El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo de Dios,
154
27 de Mayo - Viernes, Oración de la Noche - Completas
apreció por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Nadie tiene más amor que le que de la vida por sus amigos. Aleluya.
Preces Invoquemos a Cristo, camino verdad y vida, y digámosle: Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al distribuir entre sus hermanos el plan de vida, * encuentren
también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza. Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación a que ha sido convocado * y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor, * para que haya paz y concordia entre los pueblos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos * y que nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Señor, concédenos realizar plenamente en nosotros mismos el misterio pascual, para que la alegría que experimentamos en estas fiestas nos dé una fuerza constante que nos lleve a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En medio del trajín de la vida, del trabajo y de las preocupaciones por el alimento de cada día, por ansiedad y las dudas, abramos un espacio a Jesús resucitado que venga a imponer calma: “La paz esté con ustedes”. Esta palabra de Jesús resucitado cambió el rostro de aquellos discípulos miedosos, asustados. Hagámosle un espacio esta noche en nuestra oración. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Viernes, ver pág. 23).
155
28 de Mayo - Sábado, Feria, V Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: No todos los discípulos que componían las primeras comunidades vivieron el encuentro directo y personal con Jesús. “Han seguido a Cristo sin haberlo visto, lo han deseado, han creído en él. Lo han reconocido con los ojos de la fe, no con los del cuerpo… Se han unido a él por la gracia” (Basilio de Seleucia). Ésta es la fe pascual que revivimos cada día en nuestros momentos de oración.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Por tu misericordia dame vida. Aleluya.
Salmo 118, 145-152 Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras. Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa; /escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida;/ ya se acercan mis inicuos perseguidores, /están lejos de tu voluntad. Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre.
Moisés, el siervo de Dios, y el canto del Cordero. Aleluya.
Cántico
Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,/ caballos y carros ha arrojado en el mar./ Mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré;/ el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré./ El Señor es un guerrero,/ su nombre es «Yahvé». Los carros del Faraón los lanzó al mar,/ ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,/ las corrientes se alzaron como un dique,/ las olas se cuajaron en el mar. Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,/ repartiré el botín, se saciará mi codicia,/ empuñaré la espada, los agarrará mi mano». Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,/ se hundieron como plomo en las aguas formidables.
Gloria y antífona 1
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?/ ¿Quién como tú, terrible entre los santos,/ temible por tus proezas, autor de maravillas?
Antífona 2 - Los que habían vencido a la bestia cantaban el cántico de
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;/ guiaste con misericordia a tu
156
28 de Mayo - Sábado, Feria, V Semana de Pascua
pueblo rescatado,/ los llevaste con tu poder hasta tu santa morada. Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,/ lugar del que hiciste tu trono, Señor;/ santuario, Señor, que fundaron tus manos./ El Señor reina por siempre jamás. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Su misericordia con nosotros dura por siempre. Aleluya.
Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones,/ aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, pan de vida, que en el último día resucitará a los que se alimentan con su palabra y con su cuerpo, y digámosle: Señor, danos paz y alegría. Hijo de Dios, que resucitado de entre los muertos eres el Príncipe de la vida, * bendice y santifica a tus fieles y a todos los hombres. Tú que concedes paz y alegría a todos los que creen en ti, * danos vivir como hijos de la luz y alegrarnos de tu victoria. Aumenta la fe de tu Iglesia, peregrina en la tierra, * para que dé al mundo testimonio de tu resurrección. Tú que, habiendo padecido mucho, has entrado ya en la gloria del Padre, * convierte en gozo la tristeza de los afligidos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que por el nuevo nacimiento del bautismo has infundido en nosotros la vida eterna, concédenos alcanzar la plenitud de la gloria a los que, por la justificación, has hecho capaces de llegar a la inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
157
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Jesús aseguraba a los discípulos antes de la Ascensión al cielo: “Serán mis testigos en Jerusalén, Judea y Samaria” (He 1,8). Fue la persecución que se desató contra los discípulos después de la muerte de Esteban, la que llevó a Felipe a Samaria. La persecución, junto con el Espíritu Santo, fueron los impulsores del anuncio de la Buena Noticia de Jesús. Oramos por los misioneros perseguidos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - El que realiza la verdad se acerca a la luz. Aleluya.
Salmo 118, 105-112
Lámpara es tu palabra para mis pasos,/ luz en mi sendero;/ + lo juro y lo cumpliré:/ guardaré tus justos mandamientos;/ ¡estoy tan afligido!/ Señor, dame vida según tu promesa. Acepta, Señor, los votos que pronuncio,/ enséñame tus mandatos;/ mi vida está siempre en peligro,/ pero no olvido tu voluntad;/ los malvados me tendieron un lazo,/ pero no me desvié de tus decretos. Tus preceptos son mi herencia perpetua,/ la alegría de mi corazón;/ inclino mi corazón a cumplir tus leyes,/ siempre y cabalmente. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - El Señor, libre de las ataduras de la muerte, ha resucitado. Aleluya.
Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;/ yo digo al Señor: «Tú eres
mi bien»/ Los dioses y señores de la tierra/ no me satisfacen. Multiplican las estatuas/ de dio-ses extraños;/ no derramaré sus libaciones con mis manos,/ ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa;/ mi suerte está en tu mano:/ me ha tocado un lote hermoso,/ me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja,/ hasta de noche me instruye internamente./ Tengo siempre presente al Señor,/ con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón,/ se gozan mis entrañas,/ y mi carne descansa serena./ Porque no me entregarás a la muerte,/ ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida,/ me saciarás de gozo en tu presencia,/ de alegría perpetua a tu derecha. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria. Aleluya.
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos.
158
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A
Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo rogaré al Padre y él os dará otro Abogado que esté con vosotros para siempre. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y nos dio nueva vida, y digámosle: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor.
Tú que eres la piedra rechazada por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo. Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia. Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor ferviente estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
159
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: “Den gloria a Cristo, el Señor, y estén siempre dispuestos a dar explicaciones de su esperanza” (1Pe 3,15). Aquí tenemos una lección práctica de anuncio misionero de la Buena Noticia, entre “gentes sin Dios y sin esperanza”. Hay que hacerlo siempre, con “modestia, con respeto, con buena conciencia”. Así se avergonzarán quienes critiquen el comportamiento cristiano. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Domingo I Vísperas, ver pág. 12).
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Era un “día del Señor”, cuando el vidente de Patmos escuchó la voz que le decía: “Yo soy el alfa y la omega”: el principio y el fin. Se trata de la primera y la última letra del alfabeto griego. El “testigo fidedigno, el primogénito de los muertos, el Señor de los reyes del mundo” (Ap 1,5.8). Jesús, glorioso triunfador de la muerte, asegura a sus discípulos la victoria final.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Digan los fieles del Señor:/ eterna es su misericordia.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
En el peligro grité al Señor,/ y me escuchó, poniéndome a salvo.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
El Señor está conmigo: no temo;/ ¿qué podrá hacerme el hombre? El Señor está conmigo y me auxilia,/ veré la derrota de mis adversarios.
Himno, Laudes, pág. 6 Antífona 1 - Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
Salmo 117
Mejor es refugiarse en el Señor/ que fiarse de los hombres,/ mejor es refugiarse en el Señor/ que confiar en los magnates.
Diga la casa de Israel:/ eterna es su misericordia.
Todos los pueblos me rodeaban,/ en el nombre del Señor los rechacé; /me rodeaban cerrando el cerco,/ en el nombre del Señor los rechacé;/ me rodeaban como avispas,/ ardiendo como fuego en las zarzas,/ en el nombre del Señor los rechacé.
Diga la casa de Aarón:/ eterna es su misericordia.
Empujaban y empujaban para derribarme,/ pero el Señor me ayudó;/ el
Dad gracias al Señor porque es bueno,/ porque es eterna su misericordia.
160
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A
Señor es mi fuerza y mi energía,/ él es mi salvación.
Bendito tu nombre, santo y glorioso:/ a él gloria y alabanza por los siglos.
Escuchad: hay cantos de victoria/ en las tiendas de los justos:/ «La diestra del Señor es poderosa,/ la diestra del Señor es excelsa,/ la diestra del Señor es poderosa».
Bendito eres en el templo de tu santa gloria:/ a ti gloria y alabanza por los siglos.
No he de morir, viviré/ para contar las hazañas del Señor./ Me castigó, me castigó el Señor,/ pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo,/ y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor:/ los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste/ y fuiste mi salvación.
Bendito eres sobre el trono de tu reino:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines/ sondeas los abismos:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo:/ a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria y antífona 2
La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular./ Es el Señor quien lo ha hecho,/ ha sido un milagro patente.
Antífona 3 - Adorad al Señor que está sentado en el trono y decid: ¡Amén, aleluya!
Éste es el día en que actuó el Señor:/ sea nuestra alegría y nuestro gozo./ Señor, danos la salvación;/ Señor, danos prosperidad.
Alabad al Señor en su templo,/ alabadlo en su augusto firmamento.
Bendito el que viene en nombre del Señor,/ os bendecimos desde la casa del Señor;/ el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos/ hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias;/ Dios mío, yo te ensalzo.
Salmo 150
Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/ alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,/ alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,/ alabadlo con platillos vibrantes.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Antífona 2 - Bendito eres, Señor, sobre el trono de tu reino. Aleluya.
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos
Gloria y antífona 1
Cántico
Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:/ a ti gloria y alabanza por los siglos.
Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
161
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A
mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve
V Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Vosotros conocéis al Espíritu Santo, porque permanece con vosotros y está con vosotros. Aleluya.
Preces Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que
podamos llegar también nosotros a tu luz admirable. Tú que nos has salvado por la fe, * haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor ferviente estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: Jesús, “en cuanto hombre sufrió la muerte, pero fue devuelto a la vida por el Espíritu” (1Pe 3,18). El amor que impulsó a entregar la vida por la salvación de todos, fue más fuerte que el odio, la humillación y la injusticia. El Espíritu fue quien dio a Jesús la fortaleza para superar la prueba. Nuestra fortaleza está también en el Espíritu que nos comunica Jesús resucitado. Pidámoslo al Señor.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
162 Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar en su gloria. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos /estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno /según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Habéis renunciado a los ídolos para consagraros al Dios vivo. Aleluya.
Salmo 113 B No a nosotros, Señor, no a nosotros,/ sino a tu nombre da la gloria;/ por tu bondad, por tu lealtad./ ¿Por qué han de decir las naciones:/ «Dónde está su Dios»? Nuestro Dios está en el cielo,/ lo que quiere lo hace./ Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca, y no hablan;/ tienen ojos, y no ven;/ tienen orejas, y no oyen;/ tienen nariz, y no huelen;
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A
tienen manos, y no tocan;/ tienen pies, y no andan;/ no tiene voz su garganta:/ que sean igual los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Israel confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ La casa de Aarón confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ Los fieles del Señor confían en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,/ bendiga a la casa de Israel,/ bendiga a la casa de Aarón;/ bendiga a los fieles del Señor,/ pequeños y grandes. Que el Señor les acreciente,/ a ustedes y a sus hijos;/ benditos sean del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra./ El cielo pertenece al Señor,/ la tierra se la ha dado a los hombres. Los muertos ya no alaban al Señor,/ ni los que bajan al silencio./ Nosotros, sí, bendeciremos al Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. /R (Aleluya). / Porque sus juicios son verdaderos y justos. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /R (Aleluya). /Los que le teméis, pequeños y grandes. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. /R (Aleluya). /Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. /R (Aleluya, aleluya).
163
29 de Mayo - VI Domingo de Pascua /A
Aleluya. Llegó la boda del Cordero. /R (Aleluya). /Su esposa se ha embellecido. /R (Aleluya, aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El que me ama guardará mi palabra; mi Padre lo amará y vendremos a fijar en él nuestra morada. Aleluya.
Preces Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo. Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio
del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor ferviente estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
164
30 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Durante la cena pascual, Jesús anunció a los discípulos: “No los dejaré huérfanos, volveré a estar con ustedes” (Jn 14,18). Jesús volvió a encontrarse con los discípulos durante algún tiempo después de resucitar. Pero nos aseguró su presencia permanente entre nosotros, por medio del Espíritu que prometió enviar. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Domingo II Vísperas, ver pág. 14).
30 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Creo ciertamente que Jesús resucitó al tercer día de entre los muertos, como lo leemos en los evangelios. Pero no entro verdaderamente en lo profundo del misterio de la resurrección de Jesús, si yo no he resucitado con él. Esto significa, en primer lugar, que todo signo de muerte ha desaparecido de mi vida. En segundo lugar, que la vida de Jesús resucitado ha penetrado toda mi existencia.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Aleluya.
Salmo 41
Como busca la cierva/ corrientes de agua,/ así mi alma te busca/ a ti, Dios mío; tiene sed de Dios,/ del Dios vivo:/ ¿cuándo entraré a ver/ el rostro de Dios? Las lágrimas son mi pan/ noche y día,/ mientras todo el día me repiten:/ «¿Dónde está tu Dios?». Recuerdo otros tiempos,/ y mi alma desfallece de tristeza:/ cómo marchaba a la cabeza del grupo,/ hacia la casa de Dios,/ entre cantos de júbilo y alabanza,/ en el bullicio de la fiesta. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío».
30 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
165
Cuando mi alma se acongoja,/ te recuerdo,/ desde el Jordán y Hermón/ y el Monte Menor.
Llena a Sión de tu majestad,/ y al templo de tu gloria.
Una sima grita a otra sima/ con voz de cascadas:/ tus torrentes y tus olas/ me han arrollado.
Antífona 3 - La gloria de Dios ilumina la ciudad santa y el Cordero es su sol. Aleluya.
De día el Señor/ me hará misericordia,/ de noche cantaré la alabanza/ del Dios de mi vida.
Salmo 18 A
Diré a Dios: Roca mía,/ ¿por qué me olvidas?/ ¿Por qué voy andando, sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Se me rompen los huesos/ por las burlas del adversario;/ todo el día me preguntan:/ «¿Dónde está tu Dios?» ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío».
Gloria y antífona 2
El cielo proclama la gloria de Dios,/ el firmamento pregona la obra de sus manos:/ el día al día le pasa el mensaje,/ la noche a la noche se lo murmura. Sin que hablen, sin que pronuncien,/ sin que resuene su voz,/ a toda la tierra alcanza su pregón/ y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Gloria y antífona 1
Allí le ha puesto su tienda al sol:/ él sale como el esposo de su alcoba,/ contento como un héroe, a recorrer su camino.
Antífona 2 - Llena, Señor, a Sión de tu majestad y al templo de tu gloria. Aleluya.
Asoma por un extremo del cielo,/ y su órbita llega al otro extremo:/ nada se libra de su calor.
Cántico
Sir 36, 1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,/ infunde tu terror a todas las naciones;/ amenaza con tu mano al pueblo extranjero,/ para que sienta tu poder. Como les mostraste tu santidad al castigarnos,/ muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:/ para que sepan, como nosotros lo sabemos,/ que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos,/ exalta tu mano, robustece tu brazo. Reúne a todas las tribus de Jacob/ y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,/ de Israel, a quien nombraste tu primogénito./ Ten compasión de tu ciudad santa,/ de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
166
30 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, Dios nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible. Aleluya.
Preces
los trabajos de este día se acreciente nuestra esperanza. Tú que por medio de tu Hijo resucitado has derramado sobre el mundo tu Espíritu Santo, * enciende nuestros corazones con el fuego de este mismo Espíritu. Tú que para librarnos entregaste a tu Hijo a la muerte * haz que él sea hoy para nosotros salvación y redención. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oremos a Dios Padre todopoderoso, glorificado por la muerte y resurrección de Cristo, y digámosle confiados: Ilumina, Señor, nuestras mentes.
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Padre, fuente de toda luz, que has querido iluminar el mundo con la gloria de Cristo resucitado, * ilumina, desde el principio de este día, nuestras almas con la luz de la fe.
Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Tú que por medio de tu Hijo, resucitado de entre los muertos, has abierto a los hombres las puertas de la salvación, * haz que, a través de
Oración
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “Manifiesta tu poder para que se realicen curaciones, señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo Jesús” (He 4,30). Así oraba la primera comunidad, al recibir a Pedro y a Juan una vez liberados. Una oración eminentemente misionera. Los signos que piden son los mismos que realizaba Jesús, cuando anunciaba la Buena Noticia a las gentes. Oremos por todos los evangelizadores.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.
30 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
Salmo 44
I Me brota del corazón un poema bello,/ recito mis versos a un rey;/ mi lengua es ágil pluma de escribano.
167
Quiero hacer memorable tu nombre/ por generaciones y generaciones,/ y los pueblos te alabarán/ por los siglos de los siglos. Gloria y antífona 2
Eres el más bello de los hombres,/ en tus labios se derrama la gracia,/ el Señor te bendice eternamente.
Antífona 3 - De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.
Cíñete al flanco la espada, valiente:/ es tu gala y tu orgullo;/ cabalga victorioso por la verdad y la justicia, /tu diestra te enseñe a realizar proezas./ Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,/ se acobardan los enemigos del rey.
Cántico
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;/ cetro de rectitud es tu cetro real;/ has amado la justicia y odiado la impiedad:/ por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido/ con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,/ desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas./ Hijas de reyes salen a tu encuentro,/ de pie a tu derecha está la reina/ enjoyada con oro de Ofir. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Dichosos los invitados a la cena del Señor. Aleluya. II Escucha, hija, mira: inclina el oído,/ olvida tu pueblo y la casa paterna:/ prendado está el rey de tu belleza, / póstrate ante él, que él es tu señor./ La ciudad de Tiro viene con regalos,/ los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima,/ vestida de perlas y brocado;/ la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,/ la siguen sus compañeras:/ las traen entre alegría y algazara,/ van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres tendrás hijos,/ que nombrarás príncipes por toda la tierra».
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3ª
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo
168
30 de Mayo - Lunes, Feria, Oración de la Noche - Completas
sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
dificultades e incertidumbres de esta vida.
Responsorio breve
No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer, * y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte.
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino, * y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, uniéndolos en tu cuerpo, * concede la paz y la unidad a las naciones.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Antífona: El Espíritu de verdad, que procede del Padre, él mismo declarará en mi favor; y también vosotros seréis testigos. Aleluya.
Preces Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle: Cristo, vida nuestra, escúchanos. Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti, * acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las
Tú que eres el juez de vivos y muertos, * otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Al terminar la oración de la comunidad, “tembló el lugar donde estaban; “todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar la Palabra de Dios con valentía” (He 4,31). La oración agradó a Dios. Como signo visible, les envió el Espíritu Santo, que era lo que necesitaban para anunciar la Buena Noticia con valentía. Pidamos el Espíritu Santo que nos conceda esa valentía. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Lunes, ver pág. 16).
169
31 de Mayo - Martes, Visitación de la Vg. María Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: El amor es el que impulsa a María a dirigirse presurosa a casa de Zacarías. No va sola. Está habitada por el Verbo de Dios que se hizo hombre en su seno, por el poder del Espíritu Santo. La presencia de Jesús se hizo sentir en aquella casa: el niño salta de gozo; Isabel se llena del Espíritu Santo. María nos visita en este día. Viene con Jesús a nuestro encuentro.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aclamemos al Señor en esta fiesta de la Visitación de María Virgen. Aleluya.
Himno La Virgen santa, grávida del Verbo,/ en alas del Espíritu camina;/ la Madre que llevaba la Palabra,/ de amor movida, sale de visita.
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Y sienten las montañas silenciosas,/ y el mundo entero en sus entrañas vivas,/ que al paso de la Virgen ha llegado/ el anunciado gozo del Mesías.
Antífona 2 - Así que Isabel oyó el saludo de María, su criatura saltó de gozo en su seno y ella quedó llena del Espíritu Santo. Aleluya.
Alborozado Juan por su Señor,/ en el seno, feliz se regocija,/ y por nosotros rinde el homenaje/ y al Hijo santo da la bienvenida.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendito en la morada sempiterna/ aquel que tú llevaste, Peregrina,/ aquel que, con el Padre y el Espíritu,/ al bendecirte a ti nos bendecía. Amén. Antífona 1 - Se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá. Aleluya.
Salmo 62, 2-9
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;/ cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
170
31 de Mayo - Martes, Visitación de la Virgen María
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Antífona 3 - Dichosa tú, María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Jl 2, 27-28a
Sabréis que estoy en medio de Israel, yo, el Señor los vuestro, el Único. ¡Mi pueblo no será confundido jamás! Después de eso, derramaré mi Espíritu sobre toda carne: profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas.
Responsorio breve V El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya. R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya. V La hizo morar en su templo santo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Así que Isabel oyó el saludo de María, en alta voz exclamó: «¿Cómo he merecido yo que la madre de mi Señor venga a mi casa?» Aleluya.
31 de Mayo - Martes, Visitación de la Virgen María
Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros. Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente, * haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia. Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor, * ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna. Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado, * líbranos también a nosotros de toda culpa. Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo
171
purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo, * haz también de nosotros templos de tu Espíritu. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, tú que, cuando María llevaba en su seno a tu Hijo, le inspiraste que visitara a su prima santa Isabel, haz que nosotros seamos siempre dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que, con María, podamos proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Esta tarde saludamos a María con las palabras de Isabel: “Dichosa tú porque has creído”. Porque creyó, Dios realizó la más grande de las maravillas: su Hijo habitó entre nosotros. Para el que cree todo es posible. Oremos, para que nuestro corazón se abra a la Palabra de Dios, y produzca en nosotros las maravillas que obró en María.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (Aleluya).
Himno Una mujer creyente de Israel/ es para siempre madre de la vida;/ bendita por su fe la nueva Eva,/ morada santa donde Dios habita. Lo mismo que Isabel, la santa Iglesia/ hoy a su madre alaba y felicita:/ «¡Bendita seas, Dios está contigo,/ llena de gracia al par, Virgen María! Y bendito en la morada sempiterna/ aquel que tú llevaste, Peregrina,/ aquel que, con el Padre y el Espíritu,/ al bendecirte a ti nos bendecía.» Amén.
172
31 de Mayo - Martes, Visitación de la Virgen María
Antífona 1 - Entró María en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aleluya.
Salmo 121
cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2
¡Qué alegría cuando me dijeron:/ «Vamos a la casa del Señor»!/ Ya están pisando nuestros pies/ tus umbrales, Jerusalén.
Antífona 3 - Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Aleluya.
Jerusalén está fundada/ como ciudad bien compacta./ Allá suben las tribus,/ las tribus del Señor,
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
según la costumbre de Israel,/ a celebrar el nombre del Señor;/ en ella están los tribunales de justicia/ en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén:/ «Vivan seguros los que te aman,/ haya paz dentro de tus muros,/ seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros,/ voy a decir: «La paz contigo»./ Por la casa del Señor, nuestro Dios,/ te deseo todo bien. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Tan pronto como llegaron a mis oídos las palabras de tu saludo, dio luego el niño en mi seno saltos de alegría. Aleluya.
Salmo 126 Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas. Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado
Cántico
Ef 1,3-10
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 5, 5-7
Sed humildes unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos bajo la poderosa mano de Dios, para que a su tiempo os eleve. Descargad en él todas vuestras preocupaciones, porque él se interesa por vosotros.
31 de Mayo - Martes, Oración de la Noche - Completas
Responsorio breve V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. V Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su esclava. Aleluya.
Preces Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.
173
Tú que hiciste de María la madre de misericordia, * haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal. Tú que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y de José, * haz que por su intercesión todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad. (Se pueden añadir algunas’ intenciones libres)
Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, tú que, cuando María llevaba en su seno a tu Hijo, le inspiraste que visitara a su prima santa Isabel, haz que nosotros seamos siempre dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que, con María, podamos proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Lucas cierra la visita de María a Isabel, poniendo en sus labios un cántico de alabanza. Con María proclamamos la grandeza del Señor, saltamos de gozo por las obras maravillosas que ha realizado a favor de la humanidad. En primer lugar, la encarnación de su Hijo en el vientre de María. En segundo lugar, su muerte redentora en la cruz y su resurrección gloriosa, que nos llena de alegría. (Completas: Textos comunes, ver pág. 10 y propios del Martes, ver pág. 18).
174
Conferencia Episcopal Venezolana
Conferencia Episcopal Venezolana IV Congreso Eucarístico Nacional A efectuarse en Caracas del 23 al 26 de Junio de 2011
Explicación del Logo del Congreso La composición del logo resalta la Eucaristía como centro y culmen de la vida cristiana. Los elementos representados son: el Cuerpo de Cristo en la especie del pan, la Sangre de Cristo contenida en el Cáliz de Salvación, la Cruz. Se usaron los colores patrios y las doce estrellas que representan a María en el apocalipsis y al Colegio Apostólico.
ORACIÓN DEL CONGRESO EUCARÍSTICO Señor Jesucristo, tú que eres Pan de Vida para Venezuela bendice la preparación y la realización del IV Congreso Eucarístico Nacional, con el cual queremos confirmar nuestra fe. Danos tu gracia para conocerte, celebrarte y adorarte en el misterio eucarístico. Que tu presencia, por la fuerza del Espíritu Santo, nos haga ser discípulos misioneros unidos a Ti, Palabra hecha carne. Que Nuestra Señora de Coromoto, nos acompañe para que se haga realidad la celebración de nuestro Congreso. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. AMEN.
HIMNO DEL CONGRESO EUCARÍSTICO MISTERIO DE AMOR FRATERNAL Coro Que misterio tan grande tan grande Que misterio de amor fraternal Prisionero de amor en un pedazo de pan Dios nos llama a vivir la caridad. I Estrofa - Quién pudiera entender oh mi dulce Jesús, éste inmenso misterio de paz, de servicio, de entrega y perdón; quién pudiera amarte Señor. Tú nos das con amor, en el vino y el pan, Memorial de tu entrega pascual, Cuerpo y Sangre ofrecidos en don Sacramento de vida inmortal.
175 II Estrofa - Venezuela gozosa te adora, Señor, con sus llanos, nevadas y sol Tierra fértil, belleza sin par, con sus ríos, sus bosques y el mar. Por los dones inmensos de tu caridad, fervoroso las gracias te doy.
Congregados en torno a María, renovamos la fe ante tu altar.
Música: Prof. Luis Eduardo Galián
Algunas preguntas sobre los Congresos Eucarísticos (Del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales) 1. ¿Qué es un Congreso Eucarístico? Un Congreso Eucarístico debe considerarse según el Ritual Romano “de la comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa” (1973) n. 109, “como una estación a la cual una Iglesia local invita a las otras de la misma región o de la misma nación o del mundo entero”. 2. ¿Quién puede convocar un Congreso Eucarístico? El Santo Padre convoca un Congreso Eucarístico Internacional en la sede propuesta por un Obispo o por una Conferencia Episcopal. Los Obispos también pueden convocar los Congresos Eucarísticos diocesanos o nacionales en sus diócesis o en las naciones respectivas. El Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales alienta, entre otros objetivos, la celebración de Congresos Eucarísticos nacionales, diocesanos, interdiocesanos y parroquiales, que posiblemente incluyan una dimensión ecuménica e interreligiosa. 3. ¿Cuáles son los fines del Congreso Eucarístico? Los Delegados nacionales y diocesanos – y donde existen los Comités nacionales – se comprometen, con el apoyo de las Conferencias Episcopales y de los Obispos Ordinarios, a promover o tomar las iniciativas que, de acuerdo con las disposiciones vigentes en la Iglesia, tienen el fin de aumentar la comprensión y la participación en el Misterio Eucarístico en todos sus aspectos: desde la celebración al culto fuera de la Misa hasta la irradiación en la vida personal y social. 4. ¿Qué se debe estudiar para preparar un Congreso Eucarístico? Los documentos que se deben estudiar para la preparación de un Congreso Eucarístico son, ante todo, los documentos del Magisterio: la Instrucción De cultu mysterii eucaristici (1961), el Ritual Romano De comunione et de cultu eucaristico extra missam (1973) los números 110 – 111, la Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II Ecclesia de Eucharistia (2003),y los documentos más recientes que vayan apareciendo en relación con el Misterio de la Eucaristía. Para la fisonomía propia de cada Congreso es indispensable la reflexión sobre las aplicaciones pastorales del texto base redactado por el Comité local. 5. ¿Qué elementos esenciales constituyen la celebración de un Congreso Eucarístico? El Ritual Romano indica en el número 112 como centro de todo Congreso Eucarístico la celebración eucarística, fuente y vértice de toda vida cristiana. La celebración de la Palabra de Dios y las conferencias pueden contribuir a analizar los diversos aspectos del Misterio Eucarístico sugeridos por el tema del
176 Congreso. La posibilidad de orar en común y de adorar al Santísimo Sacramento en algunas iglesias especialmente dedicadas a esta adoración contribuye a interiorizar estos temas. Por fin, las procesiones eucarísticas pueden ayudar a dar una dimensión pública y ritual a la fe eucarística celebrada, estudiada y reafirmada durante el Congreso. 6. ¿Cuánto dura un Congreso Eucarístico? Según las necesidades, recursos y circunstancias, un Congreso Eucarístico puede celebrarse en un día o puede durar más días. Cuando se dispone de recursos limitados, varias diócesis pueden unirse en una celebración común para utilizarlos mejor. 7. ¿Y después del Congreso? Para que un Congreso Eucarístico dé muchos y buenos frutos es indispensable que luego de realizado tenga un seguimiento en las diócesis y en las parroquias por medio del compromiso de los Delegados permanentes en colaboración con los centros pastorales.
Un poco de historia de los Congresos Eucarísticos Un Congreso Eucarístico es la reunión de fieles Católicos, dirigidos por las Autoridades Eclesiásticas, que se celebran cada cierto tiempo para exaltar y fomentar el culto, la devoción y la profundización en el conocimiento del misterio de la Eucaristía, que da como fruto una vida verdaderamente religiosa y que tiene como objetivo principal la propia santidad y el empeño porque el Reinado Espiritual de Cristo impere en la sociedad. Se desarrolla a través de la organización y de la celebración de misas solemnes, oración y meditación particulares, exposiciones y adoraciones del Santísimo Sacramento, procesiones, exposiciones magistrales, estudios y debates en grupos a cerca de los mejores medios para poder lograr mejor estos fines. Los Congresos Eucarísticos pueden ser locales, regionales, nacionales o internacionales. Tuvieron sus comienzos los Congresos Eucarísticos, con las inquietudes y deseos de María Tamisier, nacida en Tours (Francia). Empezaron sus inquietudes a finales de 1800, hace poco más de ciento veinte años, y en una Europa impregnada por el ateísmo y la secularización, que fueron introducidos, en parte, por los efectos de la Revolución Francesa. Ella comenzó organizando peregrinaciones a los más históricos santuarios de Francia, para dar culto de adoración al Santísimo Sacramento. Al peregrinar por estos lugares, en los que habían sucedido milagros Eucarísticos, llegó a la conclusión de que la Eucaristía ocupa el lugar central en la vida del cristiano y de la Iglesia, adelantándose así al Vat. II. María Tamisier, tuvo en sus principios el apoyo alentador del Padre Chévrier, Monseñor Segur y muchos otros. Comenzaron con una pequeña peregrinación de no más de 500 fieles a la Capilla de Los Penitentes Grises en Avignon (Francia) en el año 1874. El año siguiente se peregrinó a la localidad francesa de Douay, el número de fieles asistentes se multiplicó con relación al año anterior pues se contaban sobre 10.000 peregrinos. (Tomado del Calendario Litúrgico de la Conferencia Episcopal Venezolana 20102011)