«OREMOS CON LA IGLESIA»
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Contiene: Laudes, Vísperas, Completas y Comentario a la Palabra de Dios
Año VIII - Nro. 89 - Abril 2013 Director: P. Martino Maccapani, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Subdirector: P. V. Amadío Ángel, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinadora: July Zambrano Comentarios: P. Antonio Danoz, Redentorista, Telf.: 481.35.40 Comentario a la Palabra de Dios: P. Antonio Danoz, Redentorista Portada: Adrián Rodríguez
Equipo de Revisión, Correcciones: J. Zambrano Diagramación: Dora González Pedidos por suscripción: Telfs.: (0212) 963.68.81 / 963.65.19 Fax 963.68.52 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Precio unitario Bs.F. 28,00 Administración: Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Depósito legal: pp200502CS1934
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Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Abril 2013 Generales: La liturgia, fuente de vida. Que la celebración pública y orante de la fe sea fuente de vida para los creyentes. Misionales: La Iglesia en misión. Que las Iglesias locales de los territorios de misión sean signos e instrumentos de esperanza y de resurrección.
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Calendario Litúrgico - Abril 2013, Ciclo “C” 1 de Abril - Lunes, Octava de Pascua - He 2,14. 22-33; Sal 15; Mt 28,8-15. 2 de Abril - Martes, Octava de Pascua - He 2,36-41; Sal 32; Jn 20,11-18. 3 de Abril - Miércoles, Octava de Pascua - He 3,1-10; Sal 104; Lc 24,13-35. 4 de Abril - Jueves, Octava de Pascua - He 3,11-26; Sal 8; Lc 24,35-48. 5 de Abril - Viernes, Octava de Pascua - He 4,1-12; Sal 117; Jn 21,1-14. 6 de Abril - Sábado, Octava de Pascua - He 4,13-21; Sal 117; Mc 16,9-15. 7 de Abril - II Domingo de Pascua /C - He 5,12-16; Sal 117; Ap 1,9-11.1213.17-19; Jn 20,19-31. 8 de Abril - Lunes, Anunciación del Señor, S - Is 7,10-14; Sal 39; Hb 10,4-10; Lc 1,26-38. 9 de Abril - Martes, Feria, II Semana de Pascua - He 4,32-37; Sal 92; Jn 3,7-15. 10 de Abril - Miércoles, Feria, II Semana de Pascua - He 5,17-26; Sal 33; Jn 3,16-21. 11 de Abril - Jueves, S. Estanislao, Obispo y Mártir - He 5,27-33; Sal 33; Jn 3,3136. 12 de Abril - Viernes, Feria, II Semana de Pascua - He 5,34-42; Sal 26; Jn 6,1-15. 13 de Abril - Sábado, Feria o Memoria de San Martín I, Papa y Mártir - He 6,1-7; Sal 32; Jn 6,16-21. 14 de Abril - III Domingo de Pascua /C - He 5,27-32.40-41; Sal 29; Ap 5,1114; Jn 21,1-19. 15 de Abril - Lunes, Feria, III Semana de Pascua - He 6,8-15; Sal 118; Jn 6,22-29. 16 de Abril - Martes, Feria,III Semana de Pascua - He 7,51-8,1; Sal 30; Jn 6,30-35.
17 de Abril - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua - He 8,1-8; Sal 65; Jn 6,35-40. 18 de Abril - Jueves, Feria, III Semana de Pascua - He 8,26-40; Sal 65; Jn 6,44-51. 19 de Abril - Viernes, Feria, III Semana de Pascua - He 9,1-20; Sal 116; Jn 6,52-59. 20 de Abril - Sábado, Feria o Memoria de Madre del Divino Pastor - He 9,31-42; Sal 115; Jn 6,60-69. 21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C - He 13,14.43-52; Sal 99; Ap 7,9.1417; Jn 10,27-30. 22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua - He 11,1-18; Sal 41 y 42; Jn 10,1-10. 23 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Jorge, Mártir - He 11,19-26; Sal 86; Jn 10,22-30. 24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringa, Presbítero y Mártir - He 12,24-13,5; Sal 66; Jn 12,44-50. 25 de Abril - Jueves, S. Marcos, Evangelista, F - 1Pe 5,5-14; Sal 88; Mc 16,15-20. 26 de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua - He 13,26-33; Sal 2; Jn 14,1-6. 27 de Abril - Sábado, Sto. Toribio de Mogrovejo, Obispo, M - He 13,44-52; Sal 97; Jn 14,7-14. 28 de Abril - V Domingo de Pascua/ C - He 14,21-27; Sal 144; Ap 21,1-5; Jn 13,31-33.34-35. 29 de Abril - Lunes , Sta. Catalina de Siena, Virgen y Doctora de la Iglesia - He 14,5-18; Sal 113; Jn 14,21-26. 30 de Abril - Martes, Feria o Memoria de S. Pío V, Papa - He 14,19-28; Sal 144; Jn 14,27-31.
Textos comunes
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Oración de la Mañana - Laudes Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. (En forma opcional se dice luego el salmo 94 (o bien el salmo 23, 99, o el 66)
Salmo 94 Venid, aclamemos al Señor,/ demos vítores a la Roca que nos salva;/ entremos a su presencia dándole gracias,/ aclamándolo con cantos. Se repite la antífona
Porque el Señor es un Dios grande,/ soberano de todos los dioses:/ tiene en su mano las simas de la tierra,/ son suyas las cumbres de los montes./ Suyo es el mar, porque él lo hizo,/ la tierra firme que modelaron sus manos. Se repite la antífona
Venid, postrémonos por tierra,/ bendiciendo al Señor, creador nuestro./ Porque él es nuestro Dios,/ y nosotros su pueblo,/ el rebaño que él guía. Se repite la antífona
Ojalá escuchéis hoy su voz:/ «No endurezcáis el corazón como en Meribá,/ como el día de Masá en el desierto:/ cuando vuestros padres me pusieron a prueba,/ y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Se repite la antífona
Durante cuarenta años/ aquella generación me repugnó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado,/ que no reconoce mi camino;/ por eso he jurado en mi cólera/ que no entrarán en mi descanso». Se repite la antífona
o bien el Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes: /él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. Se repite la antífona
¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro? Se repite la antífona
El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso./ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación. Se repite la antífona
Éste es el grupo que busca al Señor,/ que viene a tu presencia, Dios de Jacob. Se repite la antífona
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra. Se repite la antífona
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Se repite la antífona
o bien el Salmo 66
Gloria al Padre, y al Hijo,/ y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre, /por los siglos de los siglos. Amén.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.
Se repite la antífona
Se repite la antífona
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Textos comunes
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona
Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. Se repite la antífona
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona
La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe.
o bien el Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Se repite la antífona
Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Se repite la antífona
Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos, /dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades».
Cántico de Zacarías (Lc 1,68-79) (cántico de la mañana) Bendito sea el Señor, Dios de Israel, /porque ha visitado y redimido a su pueblo,/ suscitándonos una fuerza de salvación/ en la casa de David, su siervo,/ según lo había predicho desde antiguo/ por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos/ y de la mano de todos los que nos odian;/ ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,/ recordando su santa alianza/ y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor,/ arrancados de la mano de los enemigos,/ le sirvamos con santidad y justicia,/ en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,/ porque irás delante del Señor /a preparar sus caminos,/ anunciando a su pueblo la salvación,/ el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,/ nos visitará el sol que nace de lo alto,/ para iluminar a los que viven en tinieblas/ y en sombras de muerte,/ para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Oración de la Tarde - Vísperas Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Cántico de la Sma. Virgen María (Lc 1,46-55) (cántico de la tarde) Proclama mi alma la grandeza del Señor,/ se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;/ porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,/ porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:/ su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles/ de generación en generación. Él hace proezas con su brazo:/ dispersa a los soberbios de corazón, /derriba del
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Textos comunes
trono a los poderosos/ y enaltece a los humildes,/ a los hambrientos los colma de bienes/ y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo,/ acordándose de su misericordia/ —como lo había prometido a nuestros padres—/ en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre,/ por los siglos de los siglos. Amén.
Conclusión - Laudes y Vísperas Si el que preside es un presbítero o un diácono, bendice con la fórmula siguiente:
El Señor esté con ustedes./ Y con tu espíritu./ La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros./ Amén. Si se despide a la asamblea, se añade:
Pueden ir en paz./ Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye:
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Himnos - Domingos - Tiempo de Pascua I Vísperas Revestidos de blancas vestiduras,/ vayamos al banquete del Cordero/ y, terminado el cruce del mar Rojo,/ alcemos nuestro canto al Rey eterno. La caridad de Dios es quien nos brinda/ y quien nos da a beber su sangre propia,/ y el Amor sacerdote es quien se ofrece/ y quien los miembros de su cuerpo inmola. Las puertas salpicadas con tal sangre/ hacen temblar al ángel vengativo,/ y el mar deja pasar a los hebreos/ y sumerge después a los egipcios. Ya el Señor Jesucristo es nuestra pascua,/ ya el Señor Jesucristo es nuestra víctima:/ el ázimo purísimo y sincero/ destinado a las almas sin mancilla. Oh verdadera víctima del cielo,/ que tiene a los infiernos sometidos,/ ya rotas las cadenas de la muerte,/ y el premio de la vida recibido. Vencedor del averno subyugado,/ el Redentor despliega sus trofeos/ y,
sujetando al rey de las tinieblas,/ abre de par en par al alto cielo. Para que seas, oh Jesús, la eterna/ dicha pascual de nuestras almas limpias,/ líbranos de la muerte del pecado/ a los que renacimos a la vida. Gloria sea a Dios Padre y a su Hijo,/ que de los muertos ha resucitado,/ así como también al sacratísimo/ Paracleto, por tiempo ilimitado. Amén.
Laudes Estaba al alba María,/ llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre/ y amaneció el primer día./ Envuelto en la blanca túnica/ de su propia luz divina/ —la sábana de la muerte/ dejada en tumba vacía—, Jesús, alzado, reinaba;/ pero ella no lo veía. Estaba al alba María,/ la fiel esposa que aguarda. Mueve el Espíritu al aura/ en el jardín de la vida./ Las flores huelan la Pascua/ de la carne sin mancilla,/ y quede quieta la esposa/ sin preguntas ni fatiga./ ¡Ya
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Textos comunes
está delante el esposo,/ venido de la colina! Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. Amén.
II Vísperas Al fin será la paz y la corona,/ los vítores, las palmas sacudidas,/ y un aleluya inmenso como el cielo/ para cantar la gloria del Mesías. Será el estrecho abrazo de hombres,/ sin muerte, sin pecado, envidia;/ será el amor perfecto encuentro,/ será como quien llora alegría.
los sin del de
Porque hoy remonta el vuelo el
sepultado/ y va por el sendero de la vida/ a saciarse de gozo junto al Padre/ y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba,/ lo abrazaban, hablaba, compartía;/ y escondido la Iglesia lo contempla,/ lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada,/ y ya es nuestra la historia que principia,/ nuestros son los laureles de su frente,/ aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio limitados/ sumisos al Espíritu se rindan,/ y dejen paso a Cristo omnipotente,/ a quien gozoso el mundo glorifica. Amén
Himnos - Días de Ferias de Pascua Laudes La bella flor que en el suelo/ plantada se vio marchita/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. De tierra estuvo cubierta,/ pero no fructificó/ del todo, hasta que quedó / en un árbol seco injerta./ Y, aunque a los ojos del suelo/ se puso después marchita,/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Toda es de flores la fiesta,/ flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/ porque flor de fruto es ésta./ Y, mientras su Iglesia grita/ mendigando algún consuelo, ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Que nadie se sienta muerto/ cuando resucita Dios,/ que, si el barco llega al puerto,/ llegamos junto con vos./ Hoy la Cristiandad se quita/ sus vestiduras de duelo./ Ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Amén.
Vísperas Cantarán, llorarán razas y hombres,/ buscarán la esperanza en el dolor,/ el secreto de vida es ya presente:/ resucitó el Señor.
Dejarán de llorar los que lloraban,/ brillará en su mirar la luz del sol,/ ya la causa del hombre está ganada:/ resucitó el Señor. Volverán entre cánticos alegres/ los que fueron llorando a su labor,/ traerán en sus brazos la cosecha:/ resucitó el Señor. Cantarán a Dios Padre eternamente/ la alabanza de gracias por su don,/ en Jesús ha brillado su Amor santo:/ resucitó el Señor. Amén. Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,/ pero estamos, al fin, arrepentidos,/ y te pedimos, por tu excelso nombre,/ que nos cures los males que sufrimos. Haz que, contigo ya reconciliados,/ podamos dominar a nuestros cuerpos,/ y, llenos de tu amor y de tu gracia,/ no pequen más los corazones nuestros. Oh Trinidad Santísima, concédenos,/ oh simplicísima Unidad, otórganos/ que los efectos de la penitencia/ de estos días nos sean provechosos. Amén.
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Textos comunes
Himnos - Común de Apóstoles Laudes Con el gozo pascual,/ el sol de nuevo brilla/ cuando ven los apóstoles /que Jesús resucita. En la carne de Cristo/ ven claras las heridas/ y paladinamente/ que está vivo predican. Cristo, rey clementísimo,/ nuestras almas habita/ para que te celebremos/ por siempre en nuestra vida. Sé, Jesús, de las almas/ la pascual alegría,/ que, en gracia renacidos,/ tu triunfo nos anima. A ti, Jesús, la gloria,/ que, la muerte vencida,/ abres por los apóstoles/ nuevas sendas de vida. Amén.
Vísperas Tristes
estaban
los
apóstoles/
tras sepultar a Cristo/ que, a muerte despiadada,/ lo sentenciaron los impíos. Con dulces palabras, un ángel/ a las mujeres dijo/ que en Galilea el Señor/ habría muy pronto de ser visto. Mientras corrían presurosas/ a hablar a los discípulos,/ lo ven, besan sus pies,/ pues se les aparece vivo. Cuando lo saben los apóstoles/ acuden velocísimos/ a ver en Galilea/ el rostro adorable de Cristo. Sé, Jesús, de las almas júbilo/ y pascual regocijo,/ a tus triunfos asócianos,/ que en la gracia hemos renacido. Tribútese, oh Jesús, la gloria/ a ti, que, ya vencido/ el reino de la muerte,/ nos abres lúcido el camino. Amén.
Himnos - Común de Pastores Laudes Cristo, Cabeza, Rey de los pastores,/ el pueblo entero, madrugando a fiesta,/ canta a la gloria de tu sacerdote/ himnos sagrados. Con abundancia de sagrado crisma,/ la unción profunda de tu Santo Espíritu/ lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia/ jefe del pueblo. Él fue pastor y forma del rebaño,/ luz para el ciego, báculo del pobre,/ padre común, presencia providente,/ todo de todos. Tú que coronas sus merecimientos,/ danos la gracia de imitar su vida/ y al fin, sumisos a su magisterio,/ danos su gloria. Amén.
Vísperas Cantemos al Señor con alegría,/
unidos a la voz del Pastor santo;/ demos gracias a Dios, que es luz y guía,/ solícito pastor de su rebaño. Es su voz y su amor el que nos llama/ en la voz del pastor que él ha elegido,/ es su amor infinito el que nos ama/ en la entrega y amor de este otro cristo. Conociendo en la fe su fiel presencia,/ hambrientos de verdad y luz divina,/ sigamos al pastor que es providencia/ de pastos abundantes que son vida. Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,/ manda siempre a tu mies trabajadores;/ cada aurora, a la puerta del aprisco,/ nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
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Textos comunes / Oración de la Noche - Completas
Himnos - Común de Vírgenes Laudes
Demos gracias a Dios y, humildemente/ pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia permanente,/ despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.
Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las alma/ que hicieron de su amor amar divino.
Vísperas
Esperasteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida.
Dichosa tú, que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas. Con el brazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/ vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente.
Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza/ vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza.
Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/ danos en la tentación/ la gracia de resistir.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha celebrado/ no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pareza y el sueño del pecado.
Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén.
ORACIÓN DE LA NOCHE - Completas En el espíritu de la reforma del Concilio, la oración de completas es presentada como la oración conclusiva de la jornada del cristiano. Es una oración de recogimiento antes del reposo de la noche (aunque sea después de medianoche). Está impregnada de intimidad y de silencio, propio de la noche. Más que una oración de alabanza, se puede decir que las completas son una súplica de protección y una petición de defensa espiritual contra los peligros de la noche.
INVOCACIÓN INICIAL V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Aleluya. Amén. EXAMEN DE CONCIENCIA
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial, de la siguiente forma:
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Todos examinan en silencio su conciencia. Terminado el examen se añade una de las siguientes fórmulas penitenciales:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
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Oración de la Noche - Completas
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
III V Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros).
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V Tú que has venido a llamar a los pecadores, Cristo, ten piedad (de nosotros). R Cristo, ten piedad (de nosotros).
II V Señor, ten misericordia de nosotros, R Porque hemos pecado contra ti. V Muéstranos, Señor, tu misericordia. R Y danos tu salvación.
V Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros, Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros).
Pueden usarse otras invocaciones penitenciales. Si preside la celebración un ministro, él solo dice la absolución siguiente; en caso contrario, la dicen todos:
V El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R Amén. HIMNOS A continuación se dice uno de los himnos siguientes:
Tiempo Pascual: El corazón se dilata sin noche en tu santo cuerpo, oh morada iluminada, mansión de todo consuelo. Por tu muerte sin pecado, por tu descanso y tu premio, en ti, Jesús, confiamos, y te miramos sin miedo. Como vigilia de amor te ofrecemos nuestro sueñor; tú que eres el paraíso, danos un puesto en tu reino. Amén. o bien: En ti, Señor, reposan nuestras vidas en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada y en el Espíritu Santo nos acoges. En apartadas y lejanas tierras el sol ha despertado las ciudades; amigo de los hombres, ve sus penas y ensancha de tu amor los manantiales. Vencedor de la muerte y de las sombras, Hijo eterno de Dios, resucitado, líbranos del peligro de la noche al dormirnos confiados en tus brazos. Amen. Pueden usarse también, sobre todo en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Oración de la Noche - Completas
SALMODIA
La salmodia para Completas se encuentra en la página 8, después del Salterio en cuatro semanas. Los domingos y solemnidades, después de las I Vísperas, se dice el salmo 4 y el 133; después de las II Vísperas, se dice el salmo 90. En los días dentro de la octava de Navidad se dicen las Completas del domingo, escogiendo las de después de las I Vísperas o las de después de las II Vísperas, según se prefiera. Los demás días, se dicen los salmos y antífonas señalados para cada día de la semana en el Salterio de Completas. Pueden, sin embargo, sustituirse las Completas de cualquier día por las del domingo, para comodidad, sobre todo, de los que quisieren recitarlas de memoria. En este caso, puede tomarse cualquiera de las dos Completas del domingo, tanto las que se dicen después de las I Vísperas, como las que se dicen después de las II Vísperas.
LECTURA BREVE
Se hace luego la lectura breve, que se toma del Salterio de Completas y del mismo día del cual se tomaron los salmos; después se recita el responsorio breve.
RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración La oración conclusiva se toma del Salterio de Completas. Antes de ella se dice Oremos y al final de ella se responde Amén. CONCLUSIÓN Bendición Después de la oración conclusiva se dice la siguiente bendición, incluso cuando el Oficio lo reza una sola persona:
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Oración de la Noche - Completas
V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. Antífona final de la Santísima Virgen Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.
I Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar. Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen. Recibe el saludo del ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores. II Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros . III Dios te salve, Reina y Madre de
misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! IV Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
Completas ORACIÓN PARA ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO Para el rezo de Completas pueden usarse los formularios asignados a cada día de la semana en este Salterio de Completas. Si se prefiere, también pueden usarse, en cualquier día, los formularios señalados para después de las I o II Vísperas del domingo, en cuyo caso debe decirse como oración conclusiva la segunda de las dos oraciones que figuran en dichos formularios de domingo.
DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS I VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa.
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El himno se halla indicado en pág. 7
SALMODIA Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 4 Escúchame cuando te invoco. Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque. Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho; ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» Pero tú. Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración. Salmo 133 Y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor: Levantad las manos hacia el santuario, y bendecid al Señor. El Señor te bendiga desde Sión: el que hizo cielo y tierra. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Dt 6, 4-7 Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. RESPONSORIO BREVE V En tus manos. Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
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V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración Después de las I Vísperas del domingo: Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Después de las I Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, pág. 11
DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS II VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era.
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Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 90 Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación». Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará a ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CANTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
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Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Oración Después de las II Vísperas del domingo: Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Después de las II Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
LUNES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en el Ordinario, en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 85 Inclina tu oído. Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado;
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protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste, del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE 1Tes 5, 9-10 Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos. Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos:
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luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Oración Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
MARTES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.
18 Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir,
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pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 8-9 Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Oración Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
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CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
MIÉRCOLES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 30, 2-6 A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve. Salmo 129 Desde lo hondo a ti grito, Señor;
+ Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Ef 4, 26-27 No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
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R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Oración Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
JUEVES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio
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en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen.
Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE 1Tes 5, 23 Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo. RESPONSORIO BREVE V En tus manos. Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Oración Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda,
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Oración de la Noche - Completas
te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
VIERNES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 87 Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; + llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar.
Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido? Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro? Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores, pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido:
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me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una; alejaste de mí amigos y
compañeros: mi compañía son las tinieblas.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Jer 14,9 Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en Paz. Aleluya. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. Oración Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
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de Abril - Lunes, Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Lo que le ocurrió a Jesús puede ocurrirle a cualquier ser humano: que lo condenen injustamente sin tener culpa. Pero no a nadie ha sucedido que Dios los resucitara al “tercer día”. Esto le aconteció solo a Jesús. Ésta es la prueba de fuego de la fe de los discípulos: creer que quien resucitó a Jesús también puede resucitar a los que creen en él y lo siguen.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio):
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno La bella flor que en el suelo/ plantada se vio marchita/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. De tierra estuvo cubierta,/ pero no fructificó /del todo, hasta que quedó/ en un árbol seco injerta./ Y, aunque a los ojos del suelo/ se puso después marchita, /ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Toda es de flores la fiesta,/ flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/ porque flor de fruto es ésta. Y, mientras su Iglesia grita/ mendigando algún consuelo,/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Que nadie se sienta muerto/ cuando resucita Dios,/ que, si el barco llega al puerto,/ llegando junto con vos./ Hoy la Cristiandad se quita/ sus vestiduras de duelo./ Ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Salmo 62, 2-9
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
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1 de Abril - Lunes, Octava de Pascua
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/
cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Id en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado el Señor de entre los muertos». Aleluya.
Preces
Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo la muerte y el pecado, * haz que también nosotros venzamos hoy el pecado. Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida, *
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1 de Abril - Lunes, Octava de Pascua
concédenos andar hoy por la senda de esta vida nueva. Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de la muerte a la vida, * concede el don de la vida eterna a cuantos se relacionarán hoy con nosotros. Tú que llenaste de confusión a los que hacían guardia ante tu sepulcro y alegraste a los discípulos con tus apariciones, * llena de gozo a cuantos te sirven. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo
alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que haces crecer a tu Iglesia dándole continuamente nuevos hijos por el bautismo, concédenos ser siempre fieles en nuestra vida a la fe que en ese sacramento hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Yo soy tu Dios; y “ahora te digo que tengo el poder de anunciar a los encadenados: “salgan”; a los que se encuentran en tinieblas: “ilumínense”; a los que duermen: “levántense”. A ti te mando: “Levántate de ente los muertos, pues yo soy la vida de los muertos” (Homilía antigua).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
Cantarán, llorarán razas y hombres,/ buscarán la esperanza en el dolor,/ el secreto de vida es ya presente:/ resucitó el Señor. Dejarán de llorar los que lloraban,/ brillarán en su mirar la luz del sol,/ ya la causa del hombre está ganada: / resucitó el Señor. Volverán entre cánticos alegres/ los que fueron llorando a su labor,/ traerán en sus brazos la cosecha:/ resucitó el Señor. Cantarán a Dios Padre eternamente/ la alabanza de gracias por su don,/ en Jesús ha brillado su Amor santo:/ resucitó el Señor. Amén.
Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
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1 de Abril - Lunes, Octava de Pascua
Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo: «Buenos días». Ellas se acercaron y se abrazaron a sus pies. Aleluya. Preces Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle: Renueva y da vida a todas las cosas, Señor. Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora, con el espíritu vivamos en tu reino, * donde estás sentado a la derecha del Padre. Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos, * condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad. Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria, * y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera, * y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos difuntos. Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos
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1 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
de Dios y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
que en ese sacramento hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo..
Oración
Conclusión
Dios nuestro, que haces crecer a tu Iglesia dándole continuamente nuevos hijos por el bautismo, concédenos ser siempre fieles en nuestra vida a la fe
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Pablo considera la muerte de los discípulos como un “dormirse en el Señor”. Así como Jesús “se durmió” sobre el madero, fue sepultado, y “despertó” al tercer día por el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos, los bautizados también tenemos que considerarnos resucitados y “despiertos”. Nuestra vida no puede desarrollarse bajo el signo de la muerte, sino de la nueva vida de resucitados. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 15)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 15,1-8 Para nosotros es interesante conocer el núcleo central del mensaje de los primeros anunciadores de la Buena Noticia. El primer testimonio nos lo ofrece Pablo. A la comunidad de Corinto escribe: “Hermanos, quiero recordarles la Buena Noticia que les anuncié… Ante todo, les transmití lo que yo mismo había recibido: Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras (1Cor 15,3-4). En su carta Pablo desvela varias cosas importantes para todo discípulo de Jesús. Hay un hecho que trasciende todo otro acontecimiento: La muerte y resurrección de Jesús. No podemos decir que cambió radicalmente la historia, porque la historia se sigue haciendo, con Jesús y sin él. Pero sí imprimió un cambio sustancial en su sentido. Creer en Jesús que murió y resucitó, nos implica a fondo en esta historia nuestra de cada día. Una historia llamada a convertirse en reflejo viviente del modo como Dios quiere que el mundo crezca y se desarrolle. El amor, la justicia, la primacía de la persona con sus derechos, la paz y la concordia, el trato cariñoso a todo lo creado, son pilares de lo que se conoce como “reino de Dios” en la Biblia. Pablo no tiene reparo que él se encontró con el resucitado, aunque sucediera de forma un tanto extraña. De una forma más normal, sin signos deslumbrantes, todos tenemos que encontrarnos con Jesús resucitado. No podemos ocultarlo. Nuestra propia existencia tiene que ser un “evangelio vivo”, una Buena Noticia de Jesús. Además, tenemos que salir a decirlo, a anunciarlo; a convocar a todos a que vengan a experimentarlo. Jesús resucitado sale al encuentro de cada persona por todos los caminos. P. Antonio Danoz, Redentorista
2 de Abril - Martes, Octava de Pascua
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Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Celebramos a aquel que tiene el poder de romper las cadenas de la muerte, porque él tiene las llaves de la vida. En Jesús esta cadena se rompió y goza ahora resucitado de la vida junto al Padre. También romperá las cadenas que nos sujetan a la muerte y viviremos, con la vida de Jesús resucitado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. «¡María!», la voz amada./ «¡Rabbuní!», dice María. El amor se hizo un abrazo/ junto a las plantas benditas; las llagas glorificadas/ ríos de fuego y delicia;/ Jesús, esposo divino,/ María, esposa cautiva. Estaba al alba María,/ para una unción preparada. Jesús en las azucenas/ al claro del bello día./ En los brazos del Esposo/ la Iglesia se regocija./ ¡Gloria al Señor encontrado /gloria al Dios de la alegría,/ gloria al Amor más amado,/ gloria y paz, y Pascua y dicha! ¡Aleluya! Estaba al alba María,/ es Pascua en la Iglesia santa. ¡Aleluya! Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
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2 de Abril - Martes, Octava de Pascua
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.
el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.
Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos:
Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque
para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
«Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy». En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Jesús dijo: «¡María!» Ella, volviéndose, exclamó: «¡Maestro!» Jesús le dijo: «No me detengas, que aún no he subido al Padre». Aleluya.
Preces Alabemos a Cristo, que con su poder reconstruyó el templo destruido de su cuerpo, y supliquémosle: Concédenos, Señor, los frutos de tu resurrección. Cristo Salvador, que en tu resurrección anunciaste la alegría a las mujeres y a los apóstoles y salvaste al universo entero, * conviértenos en testigos de tu resurrección.
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2 de Abril - Martes, Octava de Pascua
Tú que has prometido la resurrección universal y has anunciado una vida nueva, * haz de nosotros mensajeros del Evangelio de la vida. Tú que te apareciste repetidas veces a los apóstoles y les comunicaste el Espíritu Santo, * renuévanos por el Espíritu consolador. Tú que prometiste estar con tus discípulos hasta el fin del mundo, * quédate hoy con nosotros y sé siempre nuestro compañero. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, que nos has proporcionado el remedio de nuestros males por el misterio pascual, colma a tu pueblo de tus dones celestiales, para que alcance la perfecta libertad y llegue a gozar plenamente en el cielo de la alegría que ya ha comenzado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Jesús asumió nuestra condición humana con todas las consecuencias, incluida la muerte. Como Hijo de Dios, ha vencido todos los enemigos; como último venció también a la muerte. Su victoria es nuestra victoria. Por la fuerza creadora de su Espíritu, también nosotros venceremos al último enemigo.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Nos reúne de nuevo el misterio/ del Señor que resurge a la vida,/ con su luz ilumina a la Iglesia,/ como el sol al nacer cada día. Resucita también nuestras almas,/ que tu muerte libró del castigo/ y vencieron contigo al pecado/ en las aguas del santo bautismo. Transfigura los cuerpos mortales/ que contemplan tu rostro glorioso,/ bella imagen del Dios invisible/ que ha querido habitar con nosotros. Cuando vengas, Señor, en tu gloria,/ que podamos salir a tu encuentro,/ y
a tu lado vivamos por siempre/ dando gracias al Padre en el reino. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes.
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2 de Abril - Martes, Octava de Pascua
En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Lectura breve
Salmo 113 A
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya).
1Pe 2, 4 -5
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Mientras estaba llorando junto al sepulcro, vi a mi Señor. Aleluya. Preces Aclamemos alegres a Cristo, que después de ser sepultado en el seno de la tierra resucitó gloriosamente a vida nueva, y digámosle confiados: Rey de la gloria, escúchanos. Te rogamos, Señor, por los obispos, los presbíteros y los diáconos: * que sirvan con celo a tu pueblo y lo conduzcan por los caminos del bien. Te rogamos, Señor, por los que sirven a tu Iglesia con el estudio de tu palabra: * que escudriñen tu doctrina con pureza de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por todos los fieles de tu Iglesia que combatan bien el combate de la fe * y, habiendo corrido hasta la meta, alcancen la corona merecida. Tú que en la cruz cancelaste la nota del cargo de nuestra deuda, * destruye también en nosotros toda clase de esclavitud y líbranos de toda tiniebla. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
2 de Abril - Martes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Tú que al bajar al lugar de los muertos abriste las puertas del abismo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor. Padre nuestro.
Oración Señor Dios, que nos has proporcionado el remedio de nuestros males por el misterio pascual, colma a tu pueblo de
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tus dones celestiales, para que alcance la perfecta libertad y llegue a gozar plenamente en el cielo de la alegría que ya ha comenzado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Como hijos de la Pascua hemos disfrutado de la presencia de Jesús resucitado durante la jornada. Él hizo camino con nosotros mientras realizamos las faenas del hogar, cumplimos con nuestras tareas profesionales, en el campo, en los centros de negocios, en las fábricas. Ha llegado la hora de agradecer el derroche de gracia, de sabiduría y felicidad con que el Señor nos ha bendecido. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes pág. 17)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 1Co 15,8-11 Pablo centra la atención sobre el último de los testigos de la resurrección que es él mismo: “Por último se me apareció a mí, que soy como un aborto” (1Cor 15,8). Pablo se introduce en el grupo de los apóstoles, a pesar de no acompañar a Jesús por los caminos de Galilea como los demás. Su condición de apóstol la relaciona con el hecho de haber visto al Señor resucitado. La expresión de Pablo: “Se me apareció a mí”, hace referencia a su encuentro con Jesús en el camino hacia Damasco (Hch 9,1ss; 22,6ss; 26,4ss). Aunque la coloca la última, esta aparición Pablo la sitúa en la misma línea de las demás. Al reivindicar en esta misma carta su condición de apóstol ante los corintios, escribe: “¿No soy yo apóstol?, ¿No he visto a Jesús Señor nuestro?” (1Cor 9,1). Pablo confiesa: “La gracia de Dios en mí no ha sido estéril”. Nosotros no hemos tenido la dicha que tuvo el apóstol, de disfrutar de un encuentro excepcional con Jesús resucitado. Pero nosotros formamos parte de esa inmensa multitud de personas, que como los corintios, hemos recibido la Buena Noticia que Pablo y los demás discípulos nos anunciaron. Esta Buena Noticia consistió en darnos a conocer que Jesús, que murió, fue sepultado y “resucitó según las Escrituras”. Sobre esta fe se construyó la vida de las primeras comunidades. Esta misma fe en Jesús muerto y resucitado, ha de ser el fundamento sólido sobre el cual tenemos que construir nuestra vida personal y la vida y actuación de nuestras comunidades. Al incorporarnos a la comunidad de los apóstoles, nos hemos comprometido a ser como ellos los testigos de este Jesús resucitado, que no hemos visto, pero en el cual creemos. P. Antonio Danoz, Redentorista
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3 de Abril - Miércoles, Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: El “hoy” pascual que resonaba en el domingo de Pascua, se extiende a toda la semana, considerada “como un gran domingo”. Cada mañana de esta semana amanecemos escuchando la gran noticia: “No está aquí, ha resucitado”. Que nuestra oración sea el eco gozoso de estas palabras.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 4 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno
Gloriosa aurora de este nuevo día,/ despierta en nuestras almas la alegría/ de ver nuestro Señor glorificado,/ vencidos ya la muerte y el pecado. Jesús llena de luz el mundo entero;/ de cuantos vivirán, él el primero/ entró en la luz de eternas claridades,/ glorioso ya sin fin de eternidades. Torrente de alegría, salte y fluya/ el grito jubiloso de aleluya,/ los hombres y los pueblos lo repitan,/ sus vidas en el Cristo resucitan. Jesús presente y vivo en tus hermanos,/ acoge nuestras manos en tus manos,/ conduce el caminar de nuestras vidas/ por sendas de vivir ya redimidas. Recibe, Padre santo, la alabanza /del pueblo que te aclama en la esperanza de ser junto a tu Hijo eternamente/ reunido por tu Espíritu clemente. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/
mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
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3 de Abril - Miércoles, Octava de Pascua
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas, su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, Jesús les fue explicando todos los pasajes de la Escritura que a él se referían. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémoslo, diciendo: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has
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alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido, * ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo. Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres, * recibe la adoración que en espíritu y verdad te tributamos en estas fiestas de tu resurrección. Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección * y, compadecido de nosotros, defiéndenos hoy de todo mal. Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando te manifiestes al mundo,
* podamos aparecer también nosotros juntamente contigo en la gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos que la celebración de estas fiestas aquí en la tierra nos lleve a gozar de la eterna alegría en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Cuando la tarde decrece y se alargan las tinieblas, elevamos las manos y el corazón para celebrar la gloria del Señor resucitado. Llenos de júbilo, el cielo, la tierra, los justos, los humildes, a una sola voz bendicen al Señor, que nos ha proporcionado tanta alegría.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Hoy rompe la clausura/ del surco empedernido/ el grano en él hundido/ por nuestra mano dura;/ y hoy da su flor primera/ la rama sin pecado/ del árbol mutilado/ por nuestra mano fiera. Hoy triunfa el buen Cordero/ que, en esta tierra impía,/ se dio con alegría/ por el rebaño entero;/ y hoy junta su extraviada/ majada y la conduce/ al sitio en que reluce/ la luz resucitada. Hoy surge, viva y fuerte,/ segura y
vencedora,/ la Vida que hasta ahora / yacía en honda muerte;/ y hoy alza del olvido/ sin fondo y de la nada/ al alma rescatada/ y al mundo redimido. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se
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arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec».
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya).
El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes.
Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya).
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Entró Jesús y se quedó con ellos; y, estando juntos a la mesa, tomó el pan y, rezada la bendición, lo partió y se lo dio. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle: Cristo, que vives por siempre para interceder por los hombres, escucha nuestra oración. Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado a tu servicio, * que sean para tu pueblo ejemplo de santidad. Concede, Señor, el espíritu de justicia a los que gobiernan las naciones * y haz que trabajen en bien de la paz, para que todos podamos vivir según tu ley.
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3 de Abril - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Concede la paz a nuestros días * y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo salvador, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y con tu resurrección has dado a los hombres una prenda de su inmortalidad, * concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos que la celebración de estas fiestas aquí en la tierra nos lleve a gozar de la eterna alegría en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El Apocalipsis nos ofrece un bello canto a las bodas del Cordero: “Alegrémonos, exultemos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero y la esposa ha vestido sus mejores galas” (Ap. 19,7-8). Dichosos nosotros que hemos sido invitados al banquete pascual con Jesús resucitado, que es el anticipo del banquete de bodas del Cordero en la asamblea de los salvados. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 19)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Co 15, 12-19 Pablo manifiesta su maestría dialéctica al plantear la cuestión de la resurrección de Jesús, su relación con la fe y con la esperanza cristiana, y la relación inseparable entre la resurrección de Jesús y la resurrección de los muertos. El apóstol tiene que enfrentarse con una corriente de cristianos de la comunidad de Corinto, que afirma que no hay resurrección de muertos. Esta negación tiene consecuencias muy serias para el mensaje cristiano que Pablo anuncia. Toca las raíces mismas de la fe. La insistencia del apóstol nos revela la importancia que concede a la resurrección de Jesús dentro de la Buena Noticia que anuncia, y la propuesta cristiana para toda la humanidad. La resurrección de Jesús es un pilar fundamental en la predicación de Pablo, hasta el punto de que si Jesús no ha resucitado, la fe de los discípulos se asienta sobre una pura ilusión. Esta forma de actuar tiene unas consecuencias serias. Si Jesús no ha resucitado, la predicación de Pablo carece de sentido, y la fe queda sin fundamento. Pablo y los demás apóstoles aparecen ante el mundo como “falsos testigos”, por testimoniar contra Dios afirmando que resucitó a Jesús, si es que los muertos no resucitan. Si es así, está claro que Jesús no ha resucitado (v.16). No se trata de una cuestión teórica, que tiene poco que ver con la vida. En la existencia de la resurrección de Jesús está en juego la vida misma de los discípulos de Jesús, en el presente y en el futuro. P. Antonio Danoz, Redentorista
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Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En esta mañana en el templo de la creación resuena un cántico nuevo. Es el canto de los justos que celebran la victoria del Cordero. Ha sido inmolado; y ahora reina por los siglos. Éste es nuestro canto: “Es digno el Cordero degollado de recibir el poder, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza” (Ap 5,12). Unamos nuestras voces al canto de los justos, para celebrar la victoria de Jesús sobre la muerte.
Invocación inicial
Salmo 62, 2-9
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.
El agua pura, don de la mañana,/ da a los ojos el brillo de la vida,/ y el alma se despierta cuando escucha/ que el ángel dice: «¡Cristo resucita!»
Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo/ ser música, ser cuerdas de la lira,/ y cantar, salmodiar como los pájaros,/ en esta Pascua santa la alegría!
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Mirad cuál surge Cristo transparente:/ en medio de los hombres se perfila/ su cuerpo humano, cuerpo del amigo/ deseado, serena compañía. El que quiera palparlo, aquí se acerque,/ entre con su fe en el Hombre que humaniza,/ derrame su dolor y su quebranto,/ dé riendas al amor, su gozo diga. A ti, Jesús ungido, te ensalzamos, /a ti, nuestro Señor, que depositas /tu santo y bello cuerpo en este mundo, /como en el campo se echa la semilla. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
40 Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
4 de Abril - Jueves, Octava de Pascua
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo: «La paz sea con vosotros». Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo resucitado y siempre presente en su Iglesia, y supliquémosle, diciendo: Quédate con nosotros, Señor.
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4 de Abril - Jueves, Octava de Pascua
Señor Jesús, vencedor del pecado y de la muerte, * permanece en medio de nosotros, tú que vives por los siglos de los siglos. Señor, ven a nosotros con tu poder invencible * y muéstranos la bondad de Dios Padre. Señor, ayuda al mundo abrumado por las discordias, * ya que tú solo tienes el poder de salvar y reconciliar. Confírmanos en la fe de la victoria final * y arraiga en nosotros la esperanza de tu manifestación gloriosa. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque Jesucristo nos ha hecho
participar de su propia vida, somos hijos de Dios, y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que has reunido a pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y una misma caridad en sus vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Oramos esta tarde con el salmo que canta la Pascua de liberación del pueblo de Dios. “Los montes saltaron como carneros, las colinas como corderos”. Con el pueblo de Dios que celebra su liberación, alabamos a Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos. Ésta es para nosotros la verdadera Pascua de liberación.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Es la Pascua real, no ya la sombra,/ la verdadera Pascua del Señor;/ la sangre del pasado es sólo un signo,/ la mera imagen de la gran unción. En verdad, tú, Jesús, nos protegiste/ con tus sangrientas manos paternales/ envolviendo en tus alas nuestras almas,/ la verdadera alianza tú sellaste. Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne/ reconciliada con tu Padre eterno;/ y, desde arriba, vienes a llevarnos/ a la danza festiva de tu cielo.
Oh gozo universal, Dios se hizo hombre/ para unir a los hombres con su Dios; se rompen las cadenas del infierno,/ y en los labios renace la canción. Cristo, Rey eterno, te pedimos/ que guardes con tus manos a tu Iglesia,/ que protejas y ayudes a tu pueblo/ y que venzas con él a las tinieblas. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de
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tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya).
Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 3, 18. 21b-22
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino un impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Mirad mis manos y mis pies: soy yo. Aleluya. Preces Glorifiquemos a Cristo, resucitado de entre los muertos como primicia de los que se han dormido, y supliquémosle, diciendo: Tú que has resucitado de entre los muertos, escucha, Señor, nuestra oración. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y extendida hasta los confines del mundo: * que tus bendiciones abundantes se derramen sobre cuantos creen en ti.
4 de Abril - Jueves - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Tú, Señor, que eres el médico de nuestros cuerpos y de nuestras almas, * visítanos con tu amor y sálvanos. Tú que experimentaste los dolores de la cruz y ahora estás lleno de gloria, * levanta y consuela a los enfermos y líbralos de sus sufrimientos. Tú que anunciaste la resurrección a los que yacían en las tinieblas del abismo, * libra a los prisioneros y oprimidos y da pan a los hambrientos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú, Señor, que en la cruz destruiste nuestra muerte y mereciste para todos el don de la inmortalidad, * concede a nuestros hermanos difuntos la vida nueva de tu reino.
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Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que has reunido a pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y una misma caridad en sus vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Disfrutamos de los frutos abundantes de la redención llevada a cabo por Jesús por medio de su muerte y resurrección. Estos frutos se hacen especialmente presentes durante este tiempo de Pascua. Hoy mismo hemos podido disfrutar de estos frutos espirituales. Nos han llenado de alegría. Nos han fortalecido para realizar nuestras labores con la alegría propia de estos días. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 20)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 1Co 15,20-24 Frente a todas las negaciones, y ante todas las dudas que algunos habían suscitado en la comunidad de Corinto, Pablo les vuelve a repetir la Buena Noticia que les había anunciado, al predicarles el Evangelio por la primera vez. La proclamación es clara y categórica: “Cristo ha resucitado de entre los muertos” (1Cor 15,20). Pablo ensancha el horizonte, y contempla a la humanidad a la que él y los primeros evangelizadores anuncia la Buena Noticia. Lo que ha acontecido en la resurrección de Jesús tienen resonancias y repercusiones universales. No afecta solamente a un grupo de personas, que son los discípulos de Jesús; alcanza también a aquellos que todavía no se han incorporado a la comunidad de los creyentes cristianos. La afirmación de Pablo: “Cristo ha resucitado de entre los muertos” (1Cor 15,20), es una Buena Noticia para la esperanza. La resurrección de Jesús es “la primicia”, el primer fruto de la acción poderosa de Dios. A la primicia, que es la resurrección de Jesús, seguirán los demás frutos: la resurrección universal. Pablo presenta una situación de la humanidad que es muy real. Aunque se presente bajo formas y escenarios distintos no varía mucho de la descripción que hace Pablo. Tenemos una parte de la humanidad, que es la gran mayoría,
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que son víctimas de lo que llama Pablo el reino del pecado y de la muerte. El pecado de la injusticia, de la discriminación, de la exclusión; de la muerte, de la enfermedad, de la desnutrición, de la miseria en todas sus versiones, de la violencia más extrema. Ser hoy testigos de la resurrección de Jesús, significa llevar el reino de la libertad y de la dignidad, de los derechos más humanos y elementales a las personas que no los disfrutan. Eliminar territorios de muerte, en todas sus formas, para que las personas disfruten del hermoso don de una vida feliz. P. Antonio Danoz, Redentorista
5 de Abril - Viernes, Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: El Jesús glorioso que celebramos en la Pascua es “el mismo que fue empujado a la muerte, inmolado al atardecer y sepultado en la noche…; el mismo que resucitó de entre los muertos e hizo que el hombre surgiera desde lo más hondo del sepulcro y subió al cielo” (Melitón de Sardes). Y es el mismo que recorre con nosotros estos días la ruta pascual de todos los que hemos sido salvados por su amor generoso.
Invocación inicial
Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Salmo 62, 2-9
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno Tu cuerpo es lazo de amores,/ de Dios y el hombre atadura;/ amor que a tu cuerpo acude/ como tu cuerpo perdura. Tu cuerpo, surco de penas,/ hoy es de luz y rocío;/ que lo vean los que lloran/ con ojos enrojecidos. Tu cuerpo espiritual/ es la Iglesia congregada;/ tan fuerte como tu cruz,/ tan bella como tu Pascua. Tu cuerpo sacramental/ es de tu carne y tu sangre,/ y la Iglesia, que es tu Esposa,/ se acerca para abrazarte. Amén.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
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Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Cántico
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó heciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigo de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor; sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
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5 de Abril - Viernes, Octava de Pascua
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Ésta fue la tercera vez que se apareció Jesús a los discípulos después de su resurrección de entre los muertos. Aleluya. Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por la resurrección de Jesucristo nos ha dado vida nueva, y digámosle: Ilumínanos, Señor, con la claridad de Jesucristo. Señor, Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación, proyectado desde antes de la creación del mundo, y eres fiel en todas tus promesas, * escucha con amor nuestras plegarias. Purifícanos con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la santidad, * para que hagamos siempre el bien según tu agrado.
Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, * para que, libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa. Tú que por Cristo nos reconciliaste contigo, * danos la paz a nosotros y a todos los hombres del mundo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La naturaleza que participa de la suerte de la humanidad, y que aguarde con dolores de parto la manifestación de los hijos de Dios, canta, alaba y bendice a Jesús, que goza de la gloria que le corresponde como Hijo del Padre. Al canto de la creación nos unimos todos nosotros que gozamos de los dones que nacen de la Pascua de Jesús, que es también nuestra.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Tu cuerpo es preciosa lámpara,/ llagado y resucitado,/ tu rostro es la luz del mundo,/ nuestra casa, tu costado. Tu cuerpo es ramo de abril/ y blanca flor del espino,/ y el fruto que nadie sabe/ tras la flor eres tú mismo. Tu cuerpo es salud sin fin,/ joven, sin daño de días;/ para el que busca vivir/ es la raíz de la vida. Amén.
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5 de Abril - Viernes, Octava de Pascua
Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec». En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor; sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El discípulo predilecto de Jesús dijo: «¡Es el Señor!» Aleluya.
Preces Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle: Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia que, al distribuir entre sus hermanos el pan de vida, * encuentren
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5 de Abril - Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza.
difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino.
Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación a que ha sido convocado * y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor, * para que haya paz y concordia entre los pueblos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos, * y que nuestros hermanos
Oración Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Hubo personas que vivieron la noche que precedió a la resurrección entre la duda y la esperanza. Por fin, al amanecer, cuando se dirigían al sepulcro para honrar a un muerto, Jesús les dio la sorpresa. El muerto que iban a honrar estaba resucitado. Muchos discípulos vivimos la misma experiencia. Nos movemos entre la duda y la esperanza. No nos dejemos vencer por la noche de la duda. Confesemos nuestra fe en Jesús resucitado. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 22)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 1Co 15,25-28 Después de proclamar la primacía de Jesús, por ser el primero en resucitar de entre los muertos, Pablo desarrolla su señorío. Él pondrá fin a todo principado terreno; a las autoridades que se habían apoderado de este mundo; a los poderes terrenos que habían sometido a los débiles, a los indefensos, que tuvieron que soportar el peso de toda clase de dictaduras, desde la bota militar hasta la represión. Pablo menciona tres elementos considerados hostiles a Dios y a su reinado: principado, dominación, potestades. Estos poderes terrenales se manifiestan en múltiples ocasiones hostiles a Dios, expulsándolo de las instituciones, de la vida política y social. Unas veces negando públicamente su existencia; otras, eliminando todo signo perceptible de su presencia. Al mismo tiempo, se manifiestan también hostiles a los intereses de las personas y de la humanidad en su conjunto. Un momento determinante de este final será el despliegue del reinado de Jesús, que incluirá el sometimiento de todos los enemigos. El último de estos enemigos será la muerte, que se verá aniquilada por la fuerza creadora de Dios, manifestada en la resurrección de Jesús. Según atestigua la Escritura: Dios, “todo lo ha sometido bajo sus pies (Sal 110,1).
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6 de Abril - Sábado, Octava de Pascua
Pablo establece una especie de secuencia: aniquilación de todo poder terrenal; establecimiento del señorío de Jesús resucitado sobre todo poder creado, incluida la muerte; el Hijo expresará su sumisión al Padre. De este modo, “Dios será todo para todos” (1Cor 15,28). P. Antonio Danoz, Redentorista
6 de Abril - Sábado, Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Los bautizados, hemos vivido una semana de gozo recordando nuestro bautismo, que en realidad fue nuestra primera Pascua. Damos gracias al Padre, que por medio del bautismo nos ha hecho participar de la vida y de la gloria de Jesús resucitado. Nos ha hecho nacer también a una nueva esperanza de participar en la herencia incorruptible reservada a sus hijos.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Recibe, Padre santo, los cánticos y amores /de cuantos en tu Hijo hallaron salvación,/ tu Espíritu divino nos llene de sus dones,/ los hombres y los pueblos se abran a tu Amor. Amén.
Antífona (para el salmo invitatorio):
Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Himno
Salmo 62, 2-9
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. Velaron las estrellas el sueño de su muerte,/ sus luces de esperanzas las recogió ya el sol,/ en haces luminosos la aurora resplandece,/ es hoy el nuevo día en que el Señor actuó. Los pobres de sí mismos creyeron su palabra,/ la noche de los hombres fue grávida de Dios,/ él dijo volvería colmando su esperanza,/ más fuerte que la muerte fue su infinito amor. De angustia estremecida lloró y gimió la tierra,/ en las lágrimas y sangre su humanidad vivió,/ pecado, mal y muerte perdieron ya su fuerza,/ el Cristo siempre vivo es hoy nuestro blasón. De gozo reverdecen los valles y praderas,/ los pájaros y flores, su canto y su color,/ celebran con los hombres la eterna primavera/ del día y la victoria en que el Señor actuó.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
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6 de Abril - Sábado, Octava de Pascua
Antífona 2 - Ha resucitado del se-pulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Cántico
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
6 de Abril - Sábado - Palabra de Dios para cada día
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Después de su resurrección, que tuvo lugar a la mañana del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, pan de vida, que en el último día resucitará a los que se alimentan con su palabra y con su cuerpo, y digámosle: Señor, danos paz y alegría. Hijo de Dios, que resucitado de entre los muertos eres el Príncipe de la vida, * bendice y santifica a tus fieles y a todos los hombres. Tú que concedes paz y alegría a todos los que creen en ti, * danos vivir como hijos de la luz y alegrarnos de tu victoria. Aumenta la fe de tu Iglesia, peregrina en la tierra, * para que dé al mundo testimonio de tu resurrección.
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Tú que, habiendo padecido mucho, has entrado ya en la gloria del Padre, * convierte en gozo la tristeza de los afligidos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que con la abundancia de tu gracia no cesas de aumentar en todos los pueblos el número de tus hijos, mira con amor a tus elegidos que han nacido a una nueva vida por el sacramento del bautismo y concédeles alcanzar una dichosa inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 1Co 15,29-34 Después de su larga exposición sobre la resurrección, Pablo se dirige de nuevo a aquellos que niegan que exista. Menciona una práctica, que al parecer algunos realizaban en la comunidad de Corinto: “Bautizarse por los difuntos”. Es difícil determinar en qué consistía dicha práctica. La relaciona con la resurrección. Más interesante resulta la experiencia personal de Pablo. La vida del apóstol ha estado sometida a un riesgo continuo en su misión de anunciar la Buena Noticia. Aquí resume todos estos trabajos en una frase preñada de sentido: “Cada día estoy en peligro de muerte” (1Cor 15,31). A primera vista su confesión parece un tanto exagerada. Pero tenemos otras informaciones del mismo Pablo en sus cartas y de Lucas en los Hechos, que nos revelan los riesgos de perder la vida a los que se vio confrontado. Especialmente impresionante es la enumeración que hace de estos riesgos en la segunda carta a la comunidad de Corinto. Allí informa: “frecuentemente estuvo en peligro de muerte” (11,23-29). Jamás se le hubiera ocurrido someterse a tales riesgos por motivos humanos. Lo que lo sostenía era su fe en la resurrección, convencido de que “los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros” (Rm 8,18). Una vida sin fe en la resurrección haría válido el principio materialista recogido en el refrán: “Comamos y bebamos que mañana moriremos”. La fe en la resurrección no conduce a la alienación, al desarraigo de este mundo. Más bien exige un estilo
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7 de Abril - II Domingo de Pascua /C
de vida semejante a la de Jesús, que murió y resucitó. No se puede proyectar la resurrección hacia el futuro, sin conexión con la vida real de todos los días. P. Antonio Danoz, Redentorista
7 de Abril - II Domingo de Pascua /C Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Con la resurrección, Jesús se ha sentado al lado del Padre, ocupando el lugar más importante en la asamblea de los redimidos. Él que es el “primogénito de entre los muertos”, es también quien recibe los mayores honores como salvador de la humanidad. La fiesta no ha terminado. Nos quedan aún muchos días para celebrar el triunfo de Jesús sobre la muerte y sobre nuestro pecado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
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7 de Abril - II Domingo de Pascua /C
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Ocho días después, estando cerradas las puertas, se presentó Jesús y, en presencia de todos, exclamó: «La paz sea con vosotros». Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y
nos dio nueva vida, y digámosle: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. Tú que eres la piedra rechazada por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo. Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia. Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro padre: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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Oración de la Noche - Completas
Invitación: Jesús resucitado es la cepa en la que hemos sido injertados por el bautismo. Por todo nuestro ser corre el torrente de vida pascual que proviene de Jesús. A lo largo del día esta vida ha producido sus frutos de amor, de gozo, de esperanza, de servicio generoso. Al cerrar nuestra jornada en presencia del Señor, entonamos gozosos nuestro himno de acción de gracias. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 11)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Durante toda la semana los nuevos bautizados lucían túnicas blancas. “Fueron conducidos a la santa piscina del divino bautismo, como Cristo desde la cruz al sepulcro…Después de confesar la fe salvadora, fueron sumergidos por tres veces en el agua y sacados de la misma…En el mismo momento se encontraron muertos y nacidos, y aquella agua salvadora les sirvió a la vez de sepulcro y de madre” (Cat. de Jerusalén).
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio):
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 5
Cántico
Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Salmo 62, 2-9
Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
Dn 3, 57-88. 56
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.
Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
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7 de Abril - II Domingo de Pascua /C
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.
el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.
Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos:
Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Antífona: Trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino fiel. Aleluya.
Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque
Cántico de Zacarías, pág. 4
Preces Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable.
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7 de Abril - II Domingo de Pascua /C
Tú que nos has salvado por la fe, *haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: Con el gozo de la Pascua que inunda nuestros corazones, celebramos con gran alegría el poder del Señor, que corona con la victoria a los humildes. Dios desplegó sobre todo su poder, coronando a Jesús con el triunfo sobre la muerte.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes.
Himno, II Vísperas, pág. 6
En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Salmo 113 A
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora».
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como
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7 de Abril - II Domingo de Pascua /C
carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya).
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: ¿No has creído, Tomás, sino después de haberme visto? Dichosos los que sin ver han creído. Aleluya. Preces
Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo. Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna.
Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya).
Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres.
Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
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7 de Abril - Domingo - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Lleno de gozo, Isaías nos invita a gozar de las maravillas que ha hecho el Señor: “Canten al Señor que hizo proezas; anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos habitantes de Sión: “¡Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel” (Is 12,5-6). Esta presencia se ha hecho más gozosa y más cercana en la persona de Jesús después de su resurrección. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo, II Vísperas pág. 13)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 15,35-44 Pablo considera las dudas sobre la resurrección de los muertos, y por lo mismo sobre la resurrección de Jesús, han quedado aclaradas. Ahora, surge otra cuestión, que el apóstol imagina que un interlocutor anónimo le está planteando. La cuestión es la siguiente: Pero, ¿con qué cuerpo se presentarán? Aunque Pablo empieza llamando “necios” a los que hacen semejante pregunta, la cuestión no es fácil de explicar. El apóstol acude a comparaciones tomadas de la naturaleza para intentar dar una explicación, especialmente a aquellos que cuestionan la resurrección. En la naturaleza encontrará respuestas a sus preguntas. Naturalmente, que ni Pablo ni el interlocutor tenían los conocimientos que tenemos hoy sobre los códigos genéticos de las plantas y otros seres. Cualquiera puede ver cómo la semilla pasa por una transformación. El grano es sembrado en tierra, tiene que morir para revivir en la nueva espiga. La asimilación con la resurrección es inmediata, aplicando al ser humano el proceso que sigue la semilla. La antítesis semilla-resurrección se repite por tres veces: corruptible-incorruptible; miserableresucitado; débil-poderoso. El proceso culmina con la contraposición: cuerpo natural-cuerpo espiritual. Aunque hayamos perdido la capacidad de asombro ante los procesos de la naturaleza, el principio de Pablo no ha perdido su validez. Aquel que ha creado la semilla con su asombrosa capacidad de transformación, también posee el poder para llenar de vitalidad al ser humano en su totalidad, después de haber pasado por la muerte. Lo hizo con Jesús, y lo hará con aquellos que viven y mueren con la misma fe y con la misma esperanza. P. Antonio Danoz, Redentorista
8 de Abril - Lunes, Anunciación del Señor, S
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La fiesta de hoy: Anunciación del Señor El origen de esta fiesta lo encontramos en el relato que nos ofrece Lucas en su evangelio (Lc 1,26-38). Originariamente estuvo ligada al ciclo litúrgico de Navidad. Más tarde se la designó con el título de “Anunciación de María”. Actualmente recobró su carácter cristológico. Al fijar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, la fiesta se colocó nueve meses antes, el 25 de Marzo. S. Juan de la Cruz resume así el misterio: “Y quedó el Verbo encarnado/ en el vientre de María./ Y el que tenía solo Padre,/ ya también Madre tenía”.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En la presentación que hace Lucas del misterio de la encarnación, se fija en los grandes títulos que las primeras comunidades daban a Jesús: “Hijo de David”, “Hijo del Altísimo”. Al anunciar su nacimiento, añade los títulos de “Salvador”, “Mesías” y “Señor”.Tanto su concepción como su nacimiento ha sido motivo de gozo para todo el pueblo de los salvados y para toda la humanidad. Esta mañana cantamos: “Bendito el Señor, Dios de Israel, que nos ha dado un poderoso Salvador” (Lc 1,68-69).
Invocación inicial
Antífona 1 - Fue enviado el ángel Gabriel a una virgen desposada con un hombre llamado José. Aleluya.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Salmo 62, 2-9
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Adoremos al que es la Palabra y se ha hecho carne por nosotros. Aleluya.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
Himno
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.
Conveniencia fue de todos/ este divino misterio,/ pues el hombre, de fortuna,/ y Dios mejoró de asiento.
Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
Que hoy bajó Dios a la tierra/ es cierto; pero más cierto/ es que, bajando a María,/ bajo Dios a mejor cielo.
Su sangre le dio María/ a logro, porque a su tiempo/ la que reciben encarnando/ restituya redimiendo. Un arcángel a pedir/ bajó su consentimiento,/ guardándole, en ser rogada,/ de reina sus privilegios. ¡Oh grandeza de María,/ que cuando usa el Padre eterno,/ de dominio con su Hijo,/ use con ella de ruego! A estrecha cárcel reduce/ De su grandeza lo inmenso/ y en breve morada cabe/ quien sólo cabe en sí mismo. Amén.
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
60 Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
8 de Abril - Lunes, Anunciación del Señor, S
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Con su consentimiento la Virgen concibió y, permaneciendo virgen, dio a luz al Salvador. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Fil 2, 6-7
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se anonadó a sí mismo, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Responsorio breve V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. V Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
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8 de Abril - Lunes, Anunciación del Señor, S
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Por el gran amor con que Dios nos amó nos envió a su Hijo en semejanza de carne de pecado. Aleluya.
Preces Al celebrar en este día de la Anunciación los comienzos de la salvación de los hombres, llenos de alegría, oremos, diciendo: Que la santa Madre de Dios interceda por nosotros. Señor, haz que recibamos a nuestro Salvador * con la misma alegría con que María recibió alegre el anuncio del ángel. Tú que miraste la humillación de tu esclava, * acuérdate también de nosotros y socórrenos. Que sepamos conformarnos siempre a tu voluntad, * como María, la nueva Eva, se sometió siempre a tu palabra.
Que santa María socorra a los pobres, levante a los decaídos, consuela a los tristes, * interceda por las vírgenes, por las madres y esposas, y por todas las jóvenes y niñas. (Se pueden añadir algunas intenciones) libres.
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que quisiste que tu Verbo se hiciera hombre en el seno de la Virgen María, concede a quienes proclamamos que nuestro Redentor es realmente Dios y hombre que lleguemos a ser partícipes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: A su proyecto de salvación, Dios ha querido incorporar a una mujer. Su nombre es María. En la presentación que Lucas hace de ella, brilla por su sencillez, por su humildad y por su generosidad. “Dios se ha fijado en la humildad de su sierva”. Sabe que lo verdaderamente digno de ser bendecido es el fruto que lleva en su vientre. Celebremos con María la misericordia del Señor, “que se extiende a sus fieles de generación en generación”.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
se repara,/ para que Dios encarnara/ bastaba sólo María. Aunque de ser encarnado/ pudo ser doble el motivo:/ de todos por compasivo,/ de ella por enamorado.
Himno
Y así, al bajar este día/ al suelo por varios modos,/ fue por la culpa de todos/ y la gracia de María. Amén.
Hoy es el divino amor/ la encarnación amorosa,/ fineza que es tan costosa/ que a las demás da valor.
Antífona 1 - El ángel del Señor anunció a María, y concibió por obra del Espíritu Santo. Aleluya.
¿Qué bien al mundo no ha dado/ la encarnación amorosa,/ si aun la culpa fue dichosa/ por haberla ocasionado?
Salmo 109, 1-5. 7
Ni ella sola ser podía/ causa, que, si
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos /estrado de tus pies».
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8 de Abril - Lunes, Anunciación del Señor, S
Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura;/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los/muertos, y así es el primero en todo.
Antífona 2 - No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo. Aleluya.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Salmo 129
Lectura breve
Desde lo hondo a ti grito, Señor,/ Señor, escucha mi voz;/ estén tus oídos atentos /a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,/ ¿quién podrá resistir?/ Pero de ti procede el perdón,/ y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor,/ espera en su palabra;/ mi alma aguarda al Señor,/ más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor,/ como el centinela la aurora;/ porque del Señor viene la misericordia,/ la redención copiosa;/ y él redimirá a Israel /de todos sus delitos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre
1Jn 1, 1-3a
Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida (porque la vida se ha manifestado, y nosotros hemos visto y testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado): lo que hemos visto y oído os lo anunciamos, a fin de que viváis en comunión con nosotros.
Responsorio breve
V La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros. Aleluya, aleluya. R La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros. Aleluya, aleluya. V Ya al principio estaba con Dios. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de
8 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres». Aleluya.
Preces
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conforta a los que se sienten abatidos, socorre a los necesitados y ayuda a los moribundos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Acudamos a Dios Padre, que por medio del ángel anunció hoy a María su designio de salvarnos, y digámosle confiados: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros.
Tú que eres el único que realizas maravillas y el Dios para quien nada hay imposible. * resucita a los muertos en el último día.
Tú que elegiste a la Virgen María para madre de tu Hijo, * ten piedad de todos los que esperamos la redención de Jesucristo.
Ya que Cristo al hacerse hombre nos ha hermanado a todos, digamos a nuestro Padre común: Padre nuestro.
Oración
Tú que por boca de Gabriel anunciaste a María el gozo y la paz, * concede a todo el mundo la alegría de la salvación y el don de una paz verdadera.
Señor Dios nuestro, que quisiste que tu Verbo se hiciera hombre en el seno de la Virgen María, concede a quienes proclamamos que nuestro Redentor es realmente Dios y hombre que lleguemos a ser partícipes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Tú que por la aceptación de María y por obra del Espíritu Santo hiciste que tu Verbo habitara entre nosotros, * haz que nosotros recibamos siempre a Cristo como lo recibió María. Tú que enalteces a los humildes y a los pobres los colmas de bienes, *
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: No sabemos la hora en que María recibió el mensaje. Todos los tiempos son buenos para recibir la Buena Noticia. La soledad de la noche es propicia para escucharla y meditarla. La respuesta de María fue excelente: “Aquí está la sierva del Señor”, dispuesta a responder positivamente al mensaje. Nuestro “sí” ha de ser la conversión a aquel, que nos amó tanto que nos dio a su Hijo como Salvador. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios de la Solemnidad, pág. 11)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Lc 1,26-38 Lucas nos acerca al misterio admirable de la encarnación por medio de un relato lleno de transparencia, de sencillez y de gracia. La gracia que Dios derramó en abundancia sobre María; y la gracia más hermosa todavía, la encarnación de su Hijo en nuestra humanidad. Sirviéndose de los relatos de vocación que existen en las Escrituras, presenta la elección de María para madre del Salvador. Describe la forma maravillosa cómo Dios hizo posible que la Palabra se manifestara a la humanidad, a través de la maternidad de una mujer, que se declara “la servidora del Señor”. La iniciativa de la encarnación es obra de Dios. Nace de su amor hacia su pueblo
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9 de Abril - Martes, Feria, II Semana de Pascua
y hacia toda la humanidad. El evangelista Juan lo ha resumido en una frase: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo” (Jn 3,16). Dios no se impone. Sencillamente, da a conocer a María su proyecto por medio de su mensajero. Y María respondió con presteza y generosidad a la llamada que Dios le hacía. Se reconoce y se confiesa ser “la humilde sierva de su Señor”. Está segura de que se pone en buenas manos. Las manos del que es “Todopoderoso, cuyo nombre es santo”, que se fija en los humildes para hacer grandes cosas. Su “Sí” aún sigue resonando en nuestros oídos cada vez que leemos este relato. Lo primero que nos ofrece María es una lección de fe. Ella cree al mensajero de Dios. La fe supone compromiso. Cuando se le pide su colaboración, María no duda en dar su asentimiento. El Señor llama a nuestra puerta por medio de muchos mensajeros. No tienen por nombre Gabriel; pero esperan de nosotros un “sí”, tan generoso como el de María. P. Antonio Danoz, Redentorista
9 de Abril - Martes, Feria, II Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: El mensaje de Jesús resucitado a las mujeres fue: “No tengan miedo…Vayan a comunicar a los discípulos y a Pedro que vayan a Galilea, que allí me verán” (Mc 16,6-7). Jesús resucitado nos invita a alejar de nosotros todo temor. Al mismo tiempo, nos confía un mensaje para la humanidad: anunciar a todos la Buena Noticia de la Pascua.
Invocación inicial
Tú eres mi Dios y protector,/ ¿por qué me rechazas?/ ¿Por qué voy andando sombrío,/ hostigado por mi enemigo?
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio):
Envía tu luz y tu verdad:/ que ellas me guíen/ y me conduzcan hasta tu monte santo,/ hasta tu morada.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6
Que yo me acerque al altar de Dios,/ al Dios de mi alegría;/ que te dé gracias al son de la cítara,/ Señor, Dios mío.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Antífona 1 - Os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo. Aleluya.
Salmo 42 Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa/ contra gente sin piedad,/ sálvame del hombre traidor y malvado.
¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú, Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía. Aleluya.
9 de Abril - Martes, Feria, II Semana de Pascua
Cántico
Is 38, 10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días/ tengo que marchar hacia las puertas del abismo;/ me privan del resto de mis años». Yo pensé: «Ya no veré más al Señor/ en la tierra de los vivos,/ ya no miraré a los hombres/ entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida/ como una tienda de pastores./ Como un tejedor devanaba yo mi vida/ y me cortan la trama». Día y noche me estás acabando,/ sollozo hasta el amanecer./ Me quiebras los huesos como un león,/ día y noche me estás acabando. Estoy piando como una golondrina,/ gimo como una paloma./ Mis ojos mirando al cielo se consumen:/ ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí! Me has curado, me has hecho revivir,/ la amargura se me volvió paz/ cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía/ y volviste la espalda a todos mis pecados. El abismo no te da gracias,/ ni la muerte te alaba,/ ni esperan en tu fidelidad/ los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban:/ como yo ahora./ El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas /todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tú has cuidado de nuestra tierra y la has enriquecido sin medida. Aleluya.
Salmo 64 ¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,/ + y a ti se te cumplen los votos,/ porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal/ a causa de sus culpas;/ nuestros delitos nos abruman,/ pero tú los perdonas.
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Dichoso el que tú eliges y acercas/ para que viva en tus atrios:/ que nos saciemos de los bienes de tu casa,/ de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes,/ Dios, Salvador nuestro;/ tú, esperanza del confín de la tierra/ y del océano remoto; tú que afianzas los montes de tu fuerza,/ ceñido de poder;/ tú que reprimes el estruendo del mar,/ el estruendo de las olas/ y el tumulto de los pueblos. Los habitantes del extremo del orbe/ se sobrecogen ante tus signos,/ y a las puertas de la aurora y del ocaso/ las llenas de júbilo. Tú cuidas de la tierra, la riegas/ y la enriqueces sin medida;/ la acequia de Dios va llena de agua,/ preparas los trigales; riegas los surcos, igualas los terrones,/ tu llovizna los deja mullidos,/ bendices sus brotes;/ coronas el año con tus bienes,/ las rodadas de tu carro rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo,/ y las colinas se orlan de alegría;/ las praderas se cubren de rebaños, /y los valles se visten de mieses,/ que aclaman y cantan. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy».
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9 de Abril - Martes, Feria, II Semana de Pascua
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico Zacarías, ver pág. 4
Antífona: Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último; yo soy el vástago y la descendencia de David, el lucero radiante de la mañana. Aleluya.
Preces Oremos agradecidos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Cordero inmaculado que quitó el pecado del mundo y nos comunica su vida nueva, y digámosle: Autor de la vida, vivifícanos. Dios, autor de la vida, acuérdate de la muerte y resurrección del Cordero inmolado en la cruz * y atiende su continua intercesión por nosotros. Haz, Señor, que, tirada fuera la vieja levadura de la malicia y de la
perversidad, * vivamos la Pascua de Cristo con panes ázimos de pureza y de verdad. Que sepamos rechazar hoy el pecado de discordia y de envidia, * y seamos más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos. Concédenos vivir auténticamente el espíritu evangélico, * para que hoy y siempre sigamos el camino de tus mandatos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso, haz que sepamos anunciar al mundo la victoria de Cristo resucitado y, ya que nos has dado la prenda de su obra redentora, concédenos llegar a poseer plenamente los dones prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: El salmista ora: “Mi alma tiene sed de Dios” (Sal 41). En la Biblia el agua aparece como signo de dolor y de muerte, pero también como signo de vida. En nuestro bautismo, agua ha sido signo de muerte, pues en ella ha quedado sepultado nuestro pecado. Y ha sido signo de vida, pues en ella resucitamos con Cristo a la vida nueva.
Invocación inicial V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, etc.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Aleluya.
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9 de Abril - Martes, Feria, II Semana de Pascua
Salmo 48 I Oíd esto, todas las naciones,/ escuchadlo, habitantes del orbe:/ plebeyos y nobles, ricos y pobres; mi boca hablará sabiamente,/ y serán muy sensatas mis reflexiones;/ prestaré oído al proverbio/ y propondré mi problema al son de la cítara. ¿Por qué habré de temer los días aciagos,/ cuando me cerquen y me acechen los malvados,/ que confían en su opulencia/ y se jactan de sus inmensas riquezas,/ si nadie puede salvarse/ ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida,/ que nunca les bastará/ para vivir perpetuamente/ sin bajar a la fosa. Mira: los sabios mueren,/ lo mismo que perecen los ignorantes y necios,/ y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua/ y su casa de edad en edad,/ aunque hayan dado nombre a países. El hombre no perdura en la opulencia,/ sino que perece como los animales. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me salva de las garras del abismo. Aleluya. II Éste es el camino de los confiados,/ el destino de los hombres satisfechos: son un rebaño para el abismo,/ la muerte es su pastor,/ y bajan derechos a la tumba;/ se desvanece su figura/ y el abismo es su casa. Pero a mí, Dios me salva,/ me saca de las garras del abismo/ y me lleva consigo. No te preocupes si se enriquece un hombre/ y aumenta el fasto de su casa:/ cuando muera, no se llevará nada,/ su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:/ «Ponderan lo bien que lo pasas»,/ irá a reunirse con sus antepasados,/ que no verán nunca la luz. El hombre rico e inconsciente/ es como un animal que perece. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tuyos son, Señor, el poder y la riqueza, la fuerza y la gloria. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 4-5
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
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9 de Abril - Martes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
caban en el mar, * envía operarios que continúen su trabajo apostólico.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: ¿Verdad que nuestros corazones ardían dentro de nosotros, mientras nos hablaba Jesús en el camino? Aleluya.
Tú que preparaste a la orilla del mar el pan y los peces para los discípulos, * no permitas que nuestros hermanos mueran de hambre por culpa nuestra.
Preces Invoquemos a Cristo, que con su resurrección ha reanimado la esperanza de su pueblo, y digámosle: Señor Jesús, tú que siempre vives para interceder por nosotros, escúchanos. Señor Jesús, de cuyo costado abierto salió sangre y agua, * haz de la Iglesia tu esposa inmaculada. Pastor supremo de la Iglesia, que después de tu resurrección encomendaste a Pedro, al confesarte su amor, el cuidado de tus ovejas, * concede al papa Benedicto XVI un amor ardiente y un celo apostólico. Tú que concediste una pesca abundante a los discípulos que pes-
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Señor Jesús, nuevo Adán, que nos das la vida, transforma a nuestros difuntos a imagen tuya, * para que compartan contigo la alegría de tu reino. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso, haz que sepamos anunciar al mundo la victoria de Cristo resucitado y, ya que nos has dado la prenda de su obra redentora, concédenos llegar a poseer plenamente los dones prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Por la acción del Espíritu, Jesús resucitó de entre los muertos y se presentó lleno de vida ante los discípulos. Los discípulos de Jesús, nacidos del Espíritu en el bautismo, actuamos en nuestra existencia terrena movidos por el Espíritu. Al concluir el día recordemos los momentos del día en los que hemos sentido más cercano al Espíritu de Jesús. Démosle gracias por su compañía. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del martes, pág. 17)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 15,44-49 La paradoja que se produce en la naturaleza, Pablo la traslada al cuerpo humano, también en forma de antítesis: existe un cuerpo natural, y existe un cuerpo espiritual; “se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual” (1Cor 15,44). De nuevo vuelve a aparecer Adán, como representando a la humanidad nacida de la primera creación; y Cristo resucitado, considerado el último Adán, se convirtió
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en un espíritu vivificador. En ambos casos se trata de la vida. En el primero, es la vida humana y natural. En el segundo, se refiere a la vida del espíritu. Por la acción de Dios, el primer Adán se convirtió en un ser viviente. Al segundo Adán, que es Cristo, le concedió el poder de llevar la vida a plenitud: “En Cristo todos serán vivificados” (1 Cor 15,22). Cristo adquirió una nueva condición por la resurrección, sin perder su condición humana. La muerte ya no tendrá dominio sobre él. Además, ha recibido del Padre el poder de comunicar a otras personas la nueva vida que nació en la Pascua. Pablo pone frente por frente la imagen del hombre terreno, que es la que actualmente llevamos, con la imagen del hombre celestial, que es la que llevaremos. Los identificados con la imagen del hombre terreno, siguen el camino de la desobediencia y de la ruptura con Dios. Los identificados con la imagen de Jesús resucitado, que se hizo obediente hasta la muerte de cruz, siguen sus pasos en el amor y en la fidelidad al Padre. Como personas humanas, llevamos lo que Pablo llama “imagen del hombre terrestre”; lo que significa participar en su destino de muerte. Pero llevamos también la imagen del “hombre celeste” a partir del bautismo, que nos configuró con Jesús resucitado. Ésta ha de ser la que tenga la primacía P. Antonio Danoz, Redentorista
10 de Abril - Miércoles, Feria, II Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Empezamos la oración en este nuevo día con las palabras de san Agustín a los recién bautizados en la Vigilia Pascual: “Me dirijo a ustedes, niños recién nacidos, párvulos en Cristo, nueva prole de la Iglesia, gracia del Padre, fecundidad de la Madre, retoño santo…, todos los que perseveran firmes en el Señor: Vístanse del Señor Jesucristo”
Invocación inicial
Salmo 76
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Alzo mi voz a Dios gritando,/ alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
En mi angustia te busco, Señor mío:/ de noche extiendo las manos sin descanso,/ y mi alma rehúsa el consuelo./ Cuando me acuerdo de Dios, gimo,/ y meditando me siento desfallecer.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Te vio el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya.
Sujetas los párpados de mis ojos,/ y la agitación no me deja hablar./ Repaso los días antiguos, /recuerdo los años remotos;/ de noche lo pienso en mis adentros,/ y meditándolo me pregunto:
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¿Es que el Señor nos rechaza para siempre/ y ya no volverá a favorecernos? /¿Se ha agotado ya su misericordia,/ se ha terminado para siempre su promesa?/ ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,/ o la cólera cierra sus entrañas? Y me digo: ¡Qué pena la mía!/ ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!/ Recuerdo las proezas del Señor; / sí, recuerdo tus antiguos portentos,/ medito todas tus obras/ y considero tus hazañas. Dios mío, tus caminos son santos:/ ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,/ mostraste tu poder a los pueblos;/ con tu brazo rescataste a tu pueblo,/ a los hijos de Jacob y de José. Te vio el mar, ¡oh Dios!,/ te vio el mar y tembló,/ las olas se estremecieron. Las nubes descargaban sus aguas,/ retumbaban los nubarrones,/ tus saetas zigzagueaban. Rodaba el fragor de tu trueno,/ los relámpagos deslumbraban el orbe,/ la tierra retembló estremecida. Tú te abriste camino por las aguas,/ un vado por las aguas caudalosas,/ y no quedaba rastro de tus huellas: mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,/ por la mano de Moisés y de Aarón. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor da la muerte y la vida. Aleluya.
Cántico
1Sam 2, 1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,/ mi poder se exalta por Dios;/ mi boca se ríe de mis enemigos,/ porque gozo con tu salvación./ No hay santo como el Señor,/ no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis discursos altivos,/ no echéis por la boca arrogancias,/ porque
el Señor es un Dios que sabe;/ él es quien pesa las acciones. Se rompen los arcos de los valientes,/ mientras los cobardes se ciñen de valor;/ los hartos se contratan por el pan,/ mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;/ la mujer estéril da a luz siete hijos,/ mientras la madre de muchos se marchita. El Señor da la muerte y la vida,/ hunde en el abismo y levanta;/ da la pobreza y la riqueza, /humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para hacer que se siente entre príncipes/ y que herede un trono de gloria; /pues del Señor son los pilares de la tierra,/ y sobre ellos afianzó el orbe. Él guarda los pasos de sus amigos,/ mientras los malvados perecen en las tinieblas,/ porque el hombre no triunfa por su fuerza. El Señor desbarata a sus contrarios,/ el Altísimo truena desde el cielo,/ el Señor juzga hasta el confín de la tierra./ Él da fuerza a su Rey,/ exalta el poder de su Ungido. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Aleluya.
Salmo 96 El Señor reina, la tierra goza,/ + se alegran las islas innumerables./ Tiniebla y nube lo rodean,/ justicia y derecho sostienen su trono. Delante de él avanza fuego/ abrasando en torno a los enemigos;/ sus relámpagos deslumbran el orbe,/ y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra;/ los cielos pregonan su justicia,/ y todos los pueblos contemplan su gloria. Los que adoran estatuas se sonrojan,/ los que ponen su orgullo en los
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ídolos;/ ante él se postran todos los dioses.
el que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna. Aleluya.
Lo oye Sión, y se alegra,/ se regocijan las ciudades de Judá/ por tus sentencias, Señor;
Preces
porque tú eres Señor, /altísimo sobre toda la tierra,/ encumbrado sobre todos los dioses. El Señor ama al que aborrece el mal,/ protege la vida de sus fieles/ y los libra de los malvados. Amanece la luz para el justo,/ y la alegría para los rectos de corazón./ Alegraos, justos, con el Señor,/ celebrad su santo nombre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas, su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo
Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los apóstoles, y digámosle suplicantes: Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo. Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana, porque nos has llamado a participar de tu luz admirable * y nos has querido dar la salvación. Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos purifique y nos fortalezca, * para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres. Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros hermanos, * que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos. Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia, * para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Señor, al renovar en este año el recuerdo del misterio pascual, que restituyó a la naturaleza humana en su primitiva dignidad y le trajo la esperanza de la resurrección, te pedimos que nos enseñes a recibir con un amor constante y fiel este misterio que con fe celebramos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En el Nuevo Testamento, se ha identificado a Jesús resucitado con el Esposo; “el más bello de los hijos de los hombres”, como dice el salmista. A la Iglesia se la identifica con la esposa, en la gran boda del Cordero. Jesús es “bello entregando la vida, bello recuperándola en la resurrección” (S. Agustín). No dejemos de contemplar su belleza, como crucificado y como resucitado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - No se turbe vuestro corazón; tan sólo creed en mí. Aleluya.
Salmo 61 Sólo en Dios descansa mi alma,/ porque de él viene mi salvación;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré. ¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre/ todos juntos, para derribarlo/ como a una pared que cede/ o a una tapia ruinosa? Sólo piensan en derribarme de mi altura,/ y se complacen en la mentira:/ con la boca bendicen,/ con el corazón maldicen. Descansa sólo en Dios, alma mía,/ porque él es mi esperanza;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré. De Dios viene mi salvación y mi gloria/ él es mi roca firme,/ Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él,/ desahogad ante él vuestro corazón,/ que Dios es nuestro refugio. Los hombres no son más que un soplo,/ los nobles son apariencia:/ todos juntos en la balanza subirán/ más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,/ no pongáis ilusiones en el robo;/ y aunque crezcan vuestras riquezas/ no les deis el corazón. Dios ha dicho una cosa,/ y dos cosas que he escuchado: «Que Dios tiene el poder/ y el Señor tiene la gracia;/ que tú pagas a cada uno/ según sus obras». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu salvación. Aleluya.
Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia, / riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Su resplandor eclipsa el Cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que
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nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz.
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El que obra la verdad viene a la luz y manifiesta que sus obras han sido hechas según Dios. Aleluya. Preces
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle: Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos. Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de entre los muertos, * convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo resucitado. Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas, cuando éramos ovejas descarriadas, * consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu Iglesia. Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel, * revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres. Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados, * y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha, * recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el amor. Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús: Padre nuestro.
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10 de Abril - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Oración Señor, al renovar en este año el recuerdo del misterio pascual, que restituyó a la naturaleza humana en su primitiva dignidad y le trajo la esperanza de la resurrección, te pedimos que nos enseñes a recibir con un amor
constante y fiel este misterio que con fe celebramos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Al entrar en la noche tenemos que enfrentarnos con las tinieblas. Necesitamos una luz que nos guíe a través de las sombras. Esta luz es Jesús resucitado. Él es la luz en nuestro sendero para transitar por la noche sin perdernos y desviarnos del camino perfecto. Jesús fue quien lo recorrió el primero, y lo dejó ahí ante nuestros ojos, para que lo hagamos con el espíritu como él lo hizo. (Completas. Textos comunes, pág.8 y propios del Miércoles, pág. 19)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 15,50-58 De la confrontación del “hombre terreno” con el “hombre celeste”, Pablo nos deja una conclusión: “La carne y la sangre no puede heredar el reino de Dios” (1Cor 15,50). La carne y la sangre es la forma que utiliza la Biblia para identificar al ser humano terrenal. Para poder entrar en el “reino de gloria”, en el cual ha entrado ya Jesús por la resurrección, el “hombre terreno” tiene que realizar una transformación, pues “la corrupción no heredará lo incorruptible” (1Cor 15,50). Ante esta realidad que viven los corintios, Pablo introduce de forma solemne la proyección hacia el futuro que se abre ante los ojos de los que creen en la resurrección. Se trata de un secreto, que a su vez es un misterio: “No todos moriremos, pero todos seremos transformados” (1Cor 15,51) Con este anuncio solemne, Pablo nos sitúa ante la última venida de Jesús. Con él llegará lo definitivo: “Los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados” (1Cor 15,52). Con este final, Pablo nos sitúa ante la victoria definitiva de Dios sobre la muerte y el pecado, compartida con Jesús resucitado. Esta victoria que ha tenido su pleno cumplimiento en Jesús, en nosotros aún no se ha realizado por completo. Nos falta el triunfo sobre la muerte en el momento de nuestra resurrección. La etapa presente es un tiempo de espera. No se trata de una espera de brazos cruzados, como quien espera a que llegue el autobús. La consigna de Pablo es clara: “Permanezcan firmes e inconmovibles; progresando en la obra del Señor” (1Cor 15,58). Los trabajos por realizar la obra de Dios y el servicio fiel al Evangelio no serán inútiles. Dios los hará fecundos y formarán parte de la gloria que Dios tiene reservada a los que han creído y seguido a Jesús hasta el final. P. Antonio Danoz, Redentorista
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11 de Abril - Jueves, San Estanislao, Obispo y Mártir, M
El santo de hoy: San Estanislao (1030-1079) Fue nombrado obispo de Craciva hacia 1071. Se vio envuelto en graves conflictos con el rey Boleslao, que intentaba reorganizar la Iglesia polaca. Fue condenado y ejecutado, cortándole los miembros de su cuerpo. Su culto se desarrolló en Croacia a partir del siglo XII.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Nuestro canto al comenzar el día es el de los hijos de la luz, que han resucitado con Cristo como personas nuevas. En la asamblea de los discípulos de Jesús resuene nuestra voz; festejemos jubilosos al que estuvo muerto, y ahora vive por los siglos de los siglos.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid adoremos al Señor, rey de los mártires. Aleluya.
Himno Palabra del Señor ya rubricada/ es la vida del mártir, ofrecida/ como prueba fiel de que la espada/ no puede ya truncar la fe vivida. Fuente de fe y de luz es su memoria, / coraje para el justo en la batalla/ del bien, de la verdad, siempre victoria/ que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla. Martirio es el dolor de cada día,/ si en Cristo y con amor es aceptado,( fuego lento de amor que en la alegría/ de servir al Señor es consumado. Concédenos, oh Padre, sin medida,/ y tú. Señor Jesús crucificado,/ el fuego del Espíritu de vida/ para vivir el don que nos has dado. Amén. Antífona 1 - Yo soy la vid, vosotros sois los sarmientos. Aleluya.
Salmo 79 Pastor de Israel, escucha,/ tú que guías a José como a un rebaño;/
tú que te sientas sobre querubines, resplandece/ ante Efraím, Benjamín y Manasés;/ despierta tu poder y ven a salvarnos. ¡Oh Dios!, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Señor Dios de los ejércitos,/ ¿hasta cuándo estarás airado/ mientras tu pueblo te suplica? Le diste a comer llanto,/ a beber lágrimas a tragos;/ nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,/ nuestros enemigos se burlan de nosotros. Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Sacaste una vid de Egipto,/ expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;/ le preparaste el terreno y echó raíces,/ hasta llenar el país; su sombra cubría las montañas/ y sus pámpanos, los cedros altísimos;/ extendió sus sarmientos hasta el mar,/ y sus brotes hasta el Gran Río. ¿Por qué has derribado su cerca/ para que la saqueen los viandantes,/ la pisoteen los jabalíes/ y se la coman las alimañas? Dios de los ejércitos, vuélvete:/ mira desde el cielo, fíjate,/ ven a visitar tu viña,/ la cepa que tu diestra plantó,/ y que tú hiciste vigorosa.
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11 de Abril - Jueves, San Estanislao, Obispo y Mártir
La han talado y le han prendido fuego:/ con un bramido hazlos perecer./ Que tu mano proteja a tu escogido,/ al hombre que tú fortaleciste./ No nos alejaremos de ti;/ danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. Aleluya.
Cántico
Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,/ porque estabas airado contra mí,/ pero ha cesado tu ira/ y me has consolado. Él es mi Dios y salvador:/ confiaré y no temeré,/ porque mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación./ Y sacaréis aguas con gozo/ de las fuentes de la salvación. Aquel día, diréis:/ Dad gracias al Señor,/ invocad su nombre,/ contad a los pueblos sus hazañas,/ proclamad que su nombre es excelso. Tañed para el Señor, que hizo proezas;/ anunciadlas a toda la tierra; /gritad jubilosos, habitantes de Sión:/ «¡Qué grande es en medio de ti/ el Santo de Israel!» Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor nos alimentó con flor de harina. Aleluya.
Salmo 80 Aclamad a Dios, nuestra fuerza;/ + dad vítores al Dios de Jacob: acompañad, tocad los panderos,/ las cítaras templadas y las arpas;/ tocad la trompeta por la luna nueva,/ por la luna llena, que es nuestra fiesta; porque es una ley de Israel,/ un precepto del Dios de Jacob,/ una norma establecida para José/ al salir de Egipto. Oigo un lenguaje desconocido:/ «Retiré sus hombros de la carga,/ y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,/ te respondí oculto entre los truenos,/ te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;/ ¡ojalá me escuchases, Israel! No tendrás un dios extraño,/ no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor Dios tuyo,/ que te saqué del país de Egipto;/ abre tu boca y yo la saciaré. Pero mi pueblo no escuchó mi voz,/ Israel no quiso obedecer:/ los entregué a su corazón obstinado,/ para que anduviesen según sus antojos. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo/ y caminase Israel por mi camino!:/ en un momento humillaría a sus enemigos/ y volvería mi mano contra sus adversarios; los que aborrecen al Señor te adularían,/ y su suerte quedaría fijada; /te alimentaría con flor de harina,/ te saciaría con miel silvestre». Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Jn 5,3-5
En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe; porque, ¿quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Responsorio breve
V La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya. R La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya. V Vivirán en el gozo y la exultación. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Estad alegres y contentos,
11 de Abril - Jueves, San Estanislao, Obispo y Mártir
santos de Dios, pues vuestra recompensa es grande en el cielo. Aleluya.
Preces Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios, aclamémosle diciendo: Nos has comprado, Señor, con tu sangre. Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, * concédenos. Señor, la verdadera libertad de espíritu. Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, * concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus pasos, * concédenos,
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Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida. Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero, * concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.
Oración Te pedimos, Señor, que, de la misma manera que concediste a san Estanislao imitar con su muerte la pasión de Cristo, nos concedas también a nosotros seguir sus huellas y alcanzar así los premios eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: A los que hemos resucitado con Cristo se nos exige una vida nueva. El autor de la carta a la comunidad de Colosas escribe: “Si han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra” (3,1-2). En la vida cotidiana es donde ha de manifestarse nuestra condición de resucitados.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Oh Dios, que eres el premio, la corona/ y la suerte de todos tus soldados,/ líbranos de los lazos de las culpas/ por este mártir a quien hoy cantamos. Él conoció la hiel que está escondida/
en la miel de los goces de este suelo,/ y, por no haber cedido a sus encantos,/ está gozando los del cielo eterno. Él afrontó con ánimo seguro/ lo que sufrió con varonil coraje,/ y consiguió los celestiales dones/ al derramar por ti su noble sangre. Oh piadosísimo Señor de todo,/ te suplicamos con humilde ruego/ que, en el día del triunfo de este mártir,/ perdones los pecados de tus siervos. Gloria eterna al divino Jesucristo,/ que nació de una Virgen impecable,/ y
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11 de Abril - Jueves, San Estanislao, Obispo y Mártir
gloria eterna al Santo Paracleto,/ y gloria eterna al sempiterno. Padre. Amén. Antífona 1 - Cristo está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Aleluya.
Salmo 71
I Dios mío, confía tu juicio al rey,/ tu justicia al hijo de reyes,/ para que rija a tu pueblo con justicia,/ a tus humildes con rectitud. Que los montes traigan paz,/ y los collados justicia;/ que él defienda a los humildes del pueblo,/ socorra a los hijos del pobre/ y quebrante al explotador. Que dure tanto como el sol,/ como la luna, de edad en edad;/ que baje como lluvia sobre el césped,/ como llovizna que empapa la tierra. Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna. Que domine de mar a mar,/ del Gran Río al confín de la tierra. Que en su presencia se inclinen sus rivales;/ que sus enemigos muerdan el polvo;/ que los reyes de Tarsis y de las islas/ le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia/ le ofrezcan sus dones;/ que se postren ante él todos los reyes,/ y que todos los pueblos le sirvan. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.
II Él librará al pobre que clamaba,/ al afligido que no tenía protector;/ él se apiadará del pobre y del indigente,/ y salvará la vida de los pobres; él rescatará sus vidas de la violencia,/ su sangre será preciosa a sus ojos. Que viva y que le traigan el oro de Saba;/ él intercederá por el pobre/ y lo bendecirá. Que haya trigo abundante en los
campos,/ y ondee en lo alto de los montes,/ den fruto como el Líbano,/ y broten las espigas como hierba del campo. Que su nombre sea eterno,/ y su fama dure como el sol;/ que él sea la bendición de todos los pueblos,/ y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,/ el único que hace maravillas; /bendito por siempre su nombre glorioso,/ que su gloria llene la tierra./ ¡Amén, amén! Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. Aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ap 7,14-17
Ésos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono
11 de Abril - Jueves - Oración de la Noche - Completas
de Dios, dándole culto día y noche en su santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya no los molestará el sol ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Responsorio breve
V Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya. R Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya. V Y se alegrarán los rectos de corazón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. Aleluya. Preces En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos, presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz, aclamemos al Rey de los mártires, diciendo: Te glorificamos, Señor. Te damos gracias, Señor, principio,
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ejemplo y rey de los mártires, porque nos amaste hasta el extremo. Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar a los pecadores arrependidos y les das parte en los premios de tu reino. Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la alianza nueva y eterna. Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte. Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.
Oración Te pedimos, Señor, que, de la misma manera que concediste a san Estanislao imitar con su muerte la pasión de Cristo, nos concedas también a nosotros seguir sus huellas y alcanzar así los premios eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La oración de la noche la iniciamos bajo la claridad de la luz de Cristo, que se enfrenta con la tiniebla. Cristo es la luz que ilumina nuestro sendero. Lo iluminó durante la jornada. Ahora se hace presente para iluminar nuestra noche y nuestro descanso. Elevemos nuestras voces fatigadas por el trabajo, para ofrecer a Dios nuestro canto de acción de gracias. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves pág. 20)
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12 de Abril - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Cor 12, 1-3 Otro asunto de gran interés en la primera carta a la comunidad de Corinto son los dones o “carismas”. También en este campo existían actitudes divergentes que tienen que ver con las reuniones de la comunidad. En ellas se daban ciertas “manifestaciones del Espíritu” que reclamaban poner un poco de orden. La proliferación de carismas representa una riqueza de gran valor para toda comunidad. La carta de Pablo revela que los fenómenos espirituales abundaban en la comunidad. Estos dones creaban un clima de entusiasmo, de pluralidad de servicios, de vitalidad, realmente positivo. Pablo actúa con sabiduría y con prudencia, para poner remedio a las manifestaciones espectaculares, sin apagar la llama del Espíritu. La enseñanza de Pablo se dirige a la confesión de fe fundamental. Esta confesión la resume en tres palabras: “Jesús es Señor”. Después de la resurrección, la comunidad reservó el título de Señor a Jesús resucitado. Nadie puede hacer esta confesión de fe sino “en el Espíritu Santo”. Paralelamente, hace otra afirmación: “Nadie que hable en Espíritu de Dios dice: ¡Anatema sea Jesús!”. Con lo cual, Pablo vincula a la acción del Espíritu Santo. En las primeras comunidades, esta confesión de fe la hacía el candidato al bautismo delante de toda la comunidad. A continuación era bautizado. La inmensa mayoría de nuestros cristianos no han tenido la oportunidad de hacerlo, por haber sido bautizados de muy pequeños. Hoy necesitamos de la acción del Espíritu, para mantener viva nuestra confesión de fe en el Señor resucitado, en este mundo sumido, en una gran mayoría, en el agnosticismo y en la increencia. P. Antonio Danoz, Redentorista
12 de Abril - Viernes, Feria, II Semana de Pascua La santa de hoy: Sta. Teresa de Jesús de los Andes (1900-1920) Nace en Santiago de Chile. Su nombre era Juana Enriqueta Josefina. En 1919 ingresó en el monasterio de Carmelitas Descalzas del Espíritu Santo en los Andes. Después de grandes sufrimientos debidos a un ataque de tifus, sin llegar a cumplir los 20 años, falleció el 12 de abril de 1919. Hizo su profesión religiosa poco antes de morir.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En la oración de la cena, Jesús oraba al Padre: “Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo como él te ha glorificado” (Jn 17,1). El día de Pascua el Padre hizo realidad la petición de Jesús. El mismo evangelista da testimonio de una voz que viene del cielo: “Lo he glorificado y de nuevo lo glorificaré” (12,28).
12 de Abril - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 23, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Confía, hijo, tus pecados son perdonados. Aleluya.
Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud. /Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu.
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Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú, Señor, has salido con Cristo a salvar a tu pueblo. Aleluya.
Cántico
Hab 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,/ me ha impresionado tu obra!/ En medio de los años, realízala;/ en medio de los años, manifiéstala;/ en el terremoto acuérdate de la misericordia. El Señor viene de Temán;/ el Santo, del monte Farán:/ su resplandor eclipsa el cielo,/ la tierra se llena de su alabanza,/ su brillo es como el día/ su mano destella velando su poder. Sales a salvar a tu pueblo,/ a salvar a tu ungido;/ pisas el mar con tus caballos,/ revolviendo las aguas del océano. Lo escuché y temblaron mis entrañas,/ al oírlo se estremecieron mis labios;/ me entró un escalofrío por los huesos,/ vacilaban mis piernas al andar./ Tranquilo espero el día de la angustia/ que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti.
Aunque la higuera no echa yemas/ y las viñas no tienen fruto,/ aunque el olivo olvida su aceituna/ y los campos no dan cosechas,/ aunque se acaban las ovejas del redil/ y no quedan vacas en el establo,/ yo exultaré con el Señor,/ me gloriaré en Dios mi salvador.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza.
El Señor soberano es mi fuerza,/ él me da piernas de gacela/ y me hace caminar por las alturas. Gloria y antífona 2
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12 de Abril - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
Antífona 3 - Alaba a tu Dios, Sión, que ha puesto paz en tus fronteras. Aleluya.
Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ + alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
Antífona: Tomó Jesús los panes, y, después de haber dado gracias, los repartió entre los que estaban recostados en el suelo. Aleluya.
Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales; digámosle: Vivifícanos, Señor, con tu Espíritu Santo. Padre santo, tú que al resucitar a tu Hijo de entre los muertos manifestaste que habías aceptado su sacrificio, * acepta también la ofrenda de nuestro día y condúcenos a la plenitud de la vida. Bendice, Señor, las acciones de nuestro día * y ayúdanos a buscar en ellas tu gloria y el bien de nuestros hermanos. Que el trabajo de hoy sirva para la edificación de un mundo nuevo * y nos conduzca también a tu reino eterno. Te pedimos, Señor, que nos hagas ser siempre solícitos del bien de los hombres * y que nos ayudes a amarnos mutuamente.
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Responsorio breve
Oración
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en el patíbulo de la cruz para librarnos del poder del enemigo, te pedimos nos concedas alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
12 de Abril - Viernes, Feria, II Semana de Pascua
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Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Dios nos eligió en la persona de Jesús resucitado para ser sus hijos por pura iniciativa suya. Ahora quiere que este don admirable de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido por su Hijo, redunde en su alabanza y en su gloria. Hagamos resonar esta alabanza en honor del Padre en nuestra oración en esta tarde.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - El Señor ha salvado mi vida de los lazos del abismo. Aleluya.
Salmo 114 Amo al Señor, porque escucha/ mi voz suplicante,/ porque inclina su oído hacia mí/ el día que lo invoco. Me envolvían redes de muerte,/ me alcanzaron los lazos del abismo,/ caí en tristeza y angustia./ Invoqué el nombre del Señor:/ «Señor, salva mi vida». El Señor es benigno y justo,/ nuestro Dios es compasivo;/ el Señor guarda a los sencillos:/ estando yo sin fuerzas me salvó. Alma mía, recobra tu calma,/ que el Señor fue bueno contigo:/ arrancó mi vida de la muerte,/ mis ojos de las lágrimas,/ mis pies de la caída.
No permitirá que resbale tu pie,/ tu guardián no duerme;/ no duerme ni reposa/ el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra,/ está a tu derecha;/ de día el sol no te hará daño,/ ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal,/ él guarda tu alma;/ el Señor guarda tus entradas y salidas,/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre?/ Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 8-10
Antífona 2 - El Señor guarda a su pueblo como a las niñas de sus ojos Aleluya.
Cristo, aunque era Hijo, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamando por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Salmo 120
Responsorio breve
Caminaré en presencia del Señor/ en el país de la vida. Gloria y antífona 1
Levanto mis ojos a los montes:/ ¿de dónde me vendrá el auxilio?/ El auxilio me viene del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra.
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
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12 de Abril - Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada días
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
verdad, * guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino, * haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle confiadamente: Instaura, Señor, tu reino en el mundo. Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu, * haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu Espíritu. Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamaran tu Evangelio a todos los pueblos, * haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu. Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos, * sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en el patíbulo de la cruz para librarnos del poder del enemigo, te pedimos nos concedas alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Esta noche hacemos nuestra la oración del salmista: “Confía, oh Dios, tu juicio al rey…Para que gobierne tu pueblo con justicia, a los humildes con rectitud. Que los montes traigan la paz” (Sal 721-3). Invoquemos a Jesús, el Mesías glorioso, para que proteja a los humildes, y nos abra los oídos para escuchar el grito de los pobres y defendamos a los humildes. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 22)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 12,4-11 Después de establecer el marco adecuado de toda actuación carismática, Pablo entra en la descripción de la diversidad de carismas o dones espirituales existentes en la comunidad de Corinto. Enumera algunos de ellos. Para designarlos, Pablo emplea diversos términos: carismas, ministerios, funciones. La palabra “carisma” indica que se trata de dones gratuitos.
13 de Abril - Sábado, Feria o Memoria de San Martín I
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La enumeración que hace el apóstol nos revela que nos encontramos ante una comunidad verdaderamente rica en dones del Espíritu. La abundancia de carismas se traduce en multitud de servicios, que benefician a la comunidad. Desde el principio, Pablo afirma que todos los dones están al servicio de la unidad. La diversidad indica la riqueza; la unidad significa el dinamismo y la eficacia. Al recurrir a la fuente de los dones y carismas espirituales, Pablo hace una distribución: La diversidad de carismas tiene su origen en “un mismo Espíritu”; la diversidad de ministerios procede de “un mismo Señor”; la diversidad de funciones proviene de “un mismo Dios”. Todos los dones tienen el mismo origen. No se puede buscar su origen en puras fantasías personales; en pretendidas revelaciones individuales. Hay un adjetivo que se repite tres veces: “mismo Espíritu”; “mismo Señor”; “mismo Dios “. Pablo quiere que la comunidad lo tenga bien claro. La diversidad de dones del Espíritu aporta una gran riqueza a la comunidad. La Iglesia hoy se enfrenta a una proliferación variopinta de grupos que se consideran carismáticos y no son pocos los problemas que le originan. Por otra parte, se muestra temerosa ante la incorporación de nuevos servicios y servidores necesarios en las comunidades. P. Antonio Danoz, Redentorista
13 de Abril - Sábado, Feria o Memoria de San Martín I, Papa y Mártir Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En este tiempo de Pascua, el poder de Jesús resucitado, que tomó la defensa de los que fueron sus testigos. Ellos mantuvieron viva su palabra y su testimonio, y no dudaron en exponer la vida para hacer patente ante el mundo su fe en Jesús resucitado. Damos gracias a Dios omnipotente, que por medio de Jesús resucitado ha comenzado a reinar.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. Aleluya.
Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras.
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13 de Abril - Sábado, Feria o Memoria de San Martín I
Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados/ y florezcan los malhechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera /y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1
Acuérdate de los días remotos,/ considera las edades pretéritas,/ pregunta a tu padre y te lo contará,/ a tus ancianos y te lo dirán: Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,/ y distribuía a los hijos de Adán,/ trazando las fronteras de las naciones,/ según el número de los hijos de Dios,/ la porción del Señor fue su pueblo,/ Jacob fue la parte de su heredad. Lo encontró en una tierra desierta,/ en una soledad poblada de aullidos:/ lo rodeó cuidando de él,/ lo guardó como a las niñas de sus ojos. Como el águila incita a su nidada,/ revolando sobre los polluelos,/ así extendió sus alas, los tomó/ y los llevó sobre sus plumas. El Señor solo los condujo, /no hubo dioses extraños con él. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Coronaste de gloria y dignidad a tu Cristo. Aleluya.
Salmo 8
Antífona 2 - Él nos hace morir y él nos da la vida; él nos hirió y él nos vendará. Aleluya.
Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre / en toda la tierra!
Cántico
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde.
Dt 32, 1-12
Escuchad, cielos, y hablaré; oye, tierra, los dichos de mi boca;/ descienda como lluvia mi doctrina/ destile como rocío mi palabra; /como llovizna sobre la hierba,/ como sereno sobre el césped;/ voy a proclamar el nombre del Señor:/ dad gloria a nuestro Dios. Él es la Roca, sus obras son perfectas,/ sus caminos son justos,/ es un Dios fiel, sin maldad;/ es justo y recto. Hijos degenerados, se portaron mal con él,/ generación malvada y pervertida./ ¿Así le pagas al Señor,/ pueblo necio e insensato?/ ¿No es él tu padre y tu creador,/ el que te hizo y te constituyó?
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, /lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros,/ y hasta las bestias del campo,/ las aves del cielo,
13 de Abril - Sábado, Feria o Memoria de San Martín I
los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas. Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra! Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rm 14,7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: La paz sea con vosotros, soy yo; aleluya; no tengáis miedo. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que nos ha manifestado la vida eterna, y digámosle confiados: Que tu resurrección. Señor, nos haga crecer en gracia. Pastor eterno, contempla con amor
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a tu pueblo, que se levanta ahora del descanso, * y aliméntalo durante este día con tu palabra y tu eucaristía. No permitas que seamos arrebatados por el lobo que devora o entregados por el mercenario que huye, * sino haz que escuchemos siempre tu voz de buen pastor. Tú que actúas siempre juntamente con los ministros de tu Evangelio y confirmas su palabra con tu gracia, * haz que durante este día proclamemos tu resurrección con nuestras palabras y con nuestra vida. Sé, Señor, tú mismo nuestro gozo, el gozo que nadie puede arrebatarnos, y haz que, * alejados de toda tristeza, fruto del pecado, tengamos hambre de poseer tu vida eterna. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Señor Dios todopoderoso, tú que otorgaste a san Martín, papa y mártir, la gracia de no sucumbir ante las amenazas y torturas, concédenos a nosotros la fortaleza que nos es necesaria para afrontar las luchas y adversidades de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 12,12-19 Para explicar la misión de la rica variedad de dones y servicios en la comunidad, Pablo acude a la metáfora del cuerpo humano. Centra la atención en dos aspectos fundamentales: la unidad y la pluralidad. Juega constantemente con los términos “uno y muchos”. Después de recorrer todo el cuerpo y enumerar varios de los miembros más destacados que lo componen, concluye: “Así también es Cristo”. Pablo, aun antes de referir la expresión “cuerpo de Cristo” a la eucaristía, la empleó para referirse a la comunidad de los discípulos. Así, el cuerpo de Cristo,
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que es la comunidad, se alimenta con el cuerpo de Cristo que es la eucaristía o “cena del Señor”. Pablo había afirmado antes: “Uno es el pan, uno es el cuerpo que todos formamos, porque todos compartimos el único pan” (1Cor 10,17). La unidad hunde sus raíces profundas en el pan único y compartido. Un solo pan, una sola comunidad: la de los bautizados en Cristo. El planteamiento de Pablo tiene una gran trascendencia étnica, social y de género. La sociedad estaba compuesta por griegos, que era la mayoría; judíos, que estaban en minoría; Los esclavos, que eran muy numerosos; y los ciudadanos del imperio. Esta realidad social multiforme se revelaba también en la comunidad cristiana. Se imponía la convivencia multicultural. La base: “Todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu” (1Cor 12,13). Ya no cuenta la nacionalidad, la cultura distinta; el estamento social, libre o esclavo, mujer o varón. Ahora lo que cuenta es ser discípulo perfectamente integrado en el mismo cuerpo, que es el cuerpo de Cristo. Esta unidad antropológica y social es tan variada como los miembros del cuerpo. P. Antonio Danoz, Redentorista
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de Abril - III Domingo de Pascua /C Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: En la oración de esta tarde entramos en el clima pascual de la celebración de la resurrección de Jesús. “Éste es el don de la Pascua. Ante nuestros ojos tenemos los que acaban de nacer del agua de la vida de la madre Iglesia: regenerados en la sencillez de los niños, nos recrean con los balbuceos de su inocencia” (Hom. antigua).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - El Señor elevado sobre todos los cielos levanta del polvo al desvalido. Aleluya.
Salmo 112 Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los
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14 de Abril - III Domingo de Pascua /C
príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1
proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Antífona 2 - Rompiste mis cadenas; te ofreceré un sacrificio de alabanza. Aleluya.
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer; y se ha convertido para los que lo obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El discípulo predilecto de Jesús dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Aleluya. Preces Oremos a Cristo, vida y resurrección de todos los hombres, y digámosle con fe: Hijo de Dios vivo, protege a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por tu Iglesia extendida por todo el mundo: * santifícala y haz que cumpla su misión de llevar tu reino a todos los hombres. Te pedimos por los que sufren hambre y por los que están tristes, por los enfermos, los oprimidos y los desterrados: * dales, Señor, ayuda y consuelo. Te pedimos por los que se han apartado de ti por el error o por el
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14 de Abril - III Domingo de Pascua /C
pecado: * que obtengan la gracia de tu perdón y el don de una vida nueva. Salvador del mundo, tú que fuiste crucificado, resucitaste y has de venir a juzgar al mundo,* ten piedad de nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Te rogamos, Señor, por los que viven en el mundo * y por los que han salido ya de él, con la esperanza de la resurrección. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La muerte de Jesús en la cruz y su resurrección gloriosa están en el centro de las celebraciones de Pascua. La humanidad de Jesús que sufrió la cruz es la misma que ha sido glorificada por Dios en la resurrección. Ahora está glorificada al lado de Dios. Oramos a este Jesús glorioso, para que nos configure con su humanidad gloriosa, para participar un día de su gloria. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 11)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Jesús madruga a resucitar. Según los relatos evangélicos, los primeros testigos de la resurrección se acercan al sepulcro muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro. Nosotros, animados por su Espíritu, también madrugamos en esta mañana, para contemplar a Jesús resucitado y celebrar con gozo el día consagrado a su resurrección.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor.
Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 5 Antífona 1 - El Señor reina vestido de majestad. Aleluya. +
Salmo 92 El Señor reina vestido de majestad,/ + el Señor, vestido y ceñido de poder:/ así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre,/ y tú eres eterno.
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14 de Abril - III Domingo de Pascua /C
Levantan los ríos, Señor,/ levantan los ríos su voz,/ levantan los ríos su fragor;
Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
pero más que la voz de aguas caudalosas,/ más potente que el oleaje del mar,/ más potente en el cielo es el Señor.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;/ la santidad es el adorno de tu casa,/ Señor, por días sin término. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - La creación será liberada para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - El nombre del Señor es sublime sobre el cielo y la tierra. Aleluya.
Salmo 148
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Alabad al Señor en el cielo,/ alabad al Señor en lo alto.
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
Alabadlo todos sus ángeles,/ alabadlo todos sus ejércitos.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Alabadlo, sol y estrellas lucientes.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.
Alabadlo, espacios celestes,/ y aguas que cuelgan en el cielo.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.
Alaben el nombre del Señor,/ porque él lo mandó, y existieron.
Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos.
Les dio consistencia perpetua/ y una ley que no pasará.
Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Alabad al Señor en la tierra,/ cetáceos y abismos del mar.
Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor.
luna;/
alabadlo,
Rayos, granizo, nieve y bruma,/ viento huracanado que cumple sus órdenes. Montes y todas las sierras,/ árboles frutales y cedros.
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Fieras y animales domésticos,/ reptiles y pájaros que vuelan. Reyes y pueblos del orbe,/ príncipes y jefes del mundo. Los jóvenes y también las doncellas,/ los viejos junto con los niños. Alaben el nombre del Señor,/ el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra;/ él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles,/ de Israel, su pueblo escogido. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve
V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntar a Jesús quién era, sabiendo que era el Señor. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, quien por su poder nos resucitará también a nosotros, y digámosle: Cristo, vida nuestra, sálvanos. Cristo, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto, * concédenos vivir hoy en tu alabanza. Señor Jesús, que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz, * concédenos que, unidos a ti en el dolor y en la muerte, resucitemos también contigo. Hijo del Padre, maestro y hermano nuestro, tú que has hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, * enséñanos a ofrecer con alegría nuestro sacrificio de alabanza. Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de la manifestación gloriosa, * para poder contemplar tu rostro y ser semejantes a ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Somos criaturas nuevas, nacidas de las aguas pascuales del bautismo. Hemos sido iluminados por la luz de Jesús resucitado, y no podemos caminar como en los tiempos de nuestra ignorancia. “Por Cristo creen en Dios, que lo resucitó de ente los muertos y le dio la gloria; así han puesto en Dios su fe y su esperanza (1 Pe 1,21). Ahora que lo conocemos vivo y resucitado, llevemos una vida semejante a la suya.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
corazón,/ en compañía de los rectos, en la asamblea./ Grandes son las obras del Señor,/ dignas de estudio para los que las aman.
Himno, II Vísperas, pág. 6
Esplendor y belleza son su obra,/ su generosidad dura por siempre;/ ha hecho maravillas memorables,/ el Señor es piadoso y clemente.
Antífona 1 - Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Aleluya.
Él da alimento a sus fieles,/ recordando siempre su alianza;/ mostró a su pueblo la fuerza de su poder,/ dándoles la heredad de los gentiles.
Salmo 109, 1-5.7
Justicia y verdad son las obras de sus manos,/ todos sus preceptos merecen confianza:/ son estables para siempre jamás,/ se han de cumplir con verdad y rectitud.
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.
Salmo 110 Doy
gracias
al
Señor
de
todo
Envió la redención a su pueblo,/ ratificó para siempre su alianza,/ su nombre es sagrado y temible. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,/ tienen buen juicio los que lo practican;/ la alabanza del Señor dura por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Reina el Señor, nuestro Dios: alegrémonos y démosle gracias. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos./ (R Aleluya).
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14 de Abril - III Domingo de Pascua /C
Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Confiado en la palabra de Cristo, Pedro arrastró la red llena de peces. ¡Gloria a Dios! Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los hombres, y ahora intercede por nosotros, y digámosle: Cristo, Rey victorioso, escucha nuestra oración.
Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, * derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo. Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza * y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria. Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia * y haz que juntamente con todos nuestros hermanos obtengamos el premio y el descanso de nuestros trabajos. Tú que has vencido a la muerte, nuestro enemigo destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo, * para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la muerte y has sido elevado a la derecha del Padre * recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos. Unamos nuestra oración a la que Jesús, nuestro abogado ante el Padre, y digamos como él nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Señor, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido por la resurrección de Jesucristo, y que la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial le dé la firme esperanza de resucitar gloriosamente como Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
14 de Abril - Domingo - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
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Oración de la Noche - Completas
Invitación: Dios ha llenado el cosmos de sus maravillas por medio de su poder creador. Pero su mayor obra de amor la realizó al resucitar a Jesús de entre los muertos. Al iniciar nuestra oración en esta noche, nos unimos a toda la creación para saludar a Jesús, Luz de toda luz, y cantar el poder y la gloria del Creador, que no lo abandonó al poder de la muerte. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 13)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Jn 21,1-19 El evangelio de Juan, elige el lago de Tiberiades como último lugar de encuentro de Jesús con los discípulos. Aquí encontramos varios de los elementos en manifestaciones de Jesús resucitado. Hay un signo conocido de los discípulos ya durante la vida terrena: la pesca milagrosa. Existe una comida, que es otra de las formas de encuentro de Jesús resucitado con los discípulos después de resucitar. En la persona de Pedro, Jesús resucitado confía el pastoreo de su grey a la comunidad de los discípulos. Durante la pasión y la muerte de Jesús en la cruz, estaban desaparecidos. Sólo el discípulo que Jesús amaba le permaneció fiel. Ahora les exige algo que no puede fallar nunca: el amor de verdad hasta entregar la vida. Por tres veces, Jesús dirige la pregunta a Pedro: “¿Me amas?”. En la persona de Pedro la dirige también a los demás discípulos. A los que estaban presentes junto a Pedro, y a todos los que hemos venido después: “¿Me amas de verdad?” Sólo cuando escucha: “Señor, tú sabes que te quiero” (Jn 21,15), Jesús confía la misión de cuidar de su rebaño a Pedro y a los demás de la comunidad. El discípulo “que amaba Jesús” por su fidelidad a toda prueba, es el pionero de la fe pascual. El que mejor sabe leer los signos de su presencia. Él es también el que cumple la misión de decir a sus compañeros en medio de las faenas cotidianas: “Es el Señor”. Necesitamos la sensibilidad espiritual del “discípulo amado de Jesús”, para que cada celebración de la comunidad, especialmente la eucaristía, sea un encuentro en profundidad con Jesús resucitado. Nadie se puede desentender de la salvación del hermano. Jesús nos dice a todos: “Apacienta mis ovejas” (Jn 21,17). P. Antonio Danoz, Redentorista
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15 de Abril - Lunes, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En esta mañana, con el corazón rebosante del gozo de la Pascua, unimos nuestra voz a la de toda la familia humana. Oramos con el salmista: ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben” (Sal 66). Esta alabanza matinal nace del gozo que experimentamos al contemplar a Jesús triunfante de los poderes de este mundo, que le dieron muerte.
Invocación inicial
Un solo día en tu casa/ vale más que otros mil,/ y prefiero el umbral de la casa de Dios/ a vivir con los malvados.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Porque el Señor es sol y escudo,/ él da la gracia y la gloria,/ el Señor no niega sus bienes/ a los de conducta intachable.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.
Salmo 83
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre/ que confía en ti! Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.
Cántico
Is 2, 2-5
¡Qué deseables son tus moradas,/ Señor de los ejércitos!/ Mi alma se consume y anhela/ los atrios del Señor,/ mi corazón y mi carne/ se alegran por el Dios vivo.
Al final de los días estará firme/ el monte de la casa del Señor,/ en la cima de los montes,/ encumbrado sobre las montañas.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;/ la golondrina, un nido/ donde colocar sus polluelos:/ tus altares, Señor de los ejércitos,/ Rey mío y Dios mío.
Hacia él confluirán los gentiles,/ caminarán pueblos numerosos./ Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor,/ a la casa del Dios de Jacob:
Dichosos los que viven en tu casa/ alabándote siempre./ Dichosos los que encuentran en ti su fuerza/ al preparar su peregrinación:
Él nos instruirá en sus caminos,/ y marcharemos por sus sendas;/ porque de Sión saldrá la ley,/ de Jerusalén la palabra del Señor».
cuando atraviesan áridos valles,/ los convierten en oasis,/ como si la lluvia temprana/ los cubriera de bendiciones;/ caminan de altura en altura /hasta ver a Dios en Sión.
Será el árbitro de las naciones,/ el juez de pueblos numerosos.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica:/ atiéndeme, Dios de Jacob./ Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,/ mira el rostro de tu Ungido.
De las espadas forjarán arados,/ de las lanzas, podaderas./ No alzará la espada pueblo contra pueblo,/ no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven;/ caminemos a la luz del Señor. Gloria y antífona 2
15 de Abril - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
Antífona 3 - Decid a los pueblos: el Señor es rey. Aleluya.
Salmo 95
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ cantad al Señor, toda la tierra;/ cantad al Señor, bendecid su nombre,/ proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, /sus maravillas a todas las naciones;/ porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,/ más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia,/ mientras que el Señor ha hecho el cielo;/ honor y majestad lo preceden,/ fuerza y esplendor están en su templo. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,/ tiemble en su presencia la tierra toda;/ decid a los pueblos: «El Señor es rey,/ él afianzó el orbe, y no se moverá;/ él gobierna a los pueblos rectamente». Alégrese el cielo, goce la tierra,/ retumbe el mar y cuanto lo llena;/ vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,/ aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega,/ ya llega a regir la tierra:/ regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con fidelidad. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
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Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Trabajad por conseguir no el alimento perecedero, sino el alimento que permanece y da vida eterna. Aleluya.
Preces
Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo la muerte y el pecado, * haz que también nosotros venzamos hoy el pecado. Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida, * concédenos andar hoy por la senda de esta vida nueva. Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de la muerte a la vida, * concede el don de la vida eterna a cuantos se relacionarán hoy con nosotros. Tú que llenaste de confusión a los que hacían guardia ante tu sepulcro y alegraste a los discípulos con tus apariciones, * llena de gozo a cuantos te sirven. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
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15 de Abril - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
Oración Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan, y que cumplan
lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En su resurrección Jesús se proclama Rey de la vida, que triunfó sobre la muerte. Dios le confió a la humanidad, para que gobierne a su pueblo con justicia. “Que los montes traigan la paz, los collados la justicia; que defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre, y quebrante al explotador” (Sal 72,3-4).
Invocación inicial
Salmo 123
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte/ –que lo diga Israel–,/ si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,/ cuando nos asaltaban los hombres,/ nos habrían tragado vivos:/ tanto ardía su ira contra nosotros.
Himno, Días de Feria, pág. 6
Nos habrían arrollado las aguas,/ llegándonos el torrente hasta el cuello;/ nos habrían llegado hasta el cuello/ las aguas espumantes.
Antífona 1 - El Señor será tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor. Aleluya.
Salmo 122 A ti levanto mis ojos,/ a ti que habitas en el cielo./ Como están los ojos de los esclavos/ fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava/ fijos en las manos de su señora,/ así están nuestros ojos/ en el Señor, Dios nuestro,/ esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia,/ que estamos saciados de desprecios;/ nuestra alma está saciada/ del sarcasmo de los satisfechos,/ del desprecio de los orgullosos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - La trampa se rompió y escapamos. Aleluya.
Bendito el Señor, que no nos entregó/ como presa a sus dientes;/ hemos salvado la vida como un pájaro/ de la trampa del cazador:/ la trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/
15 de Abril - Lunes, Feria, III Semana de Pascua
antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3a
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
Responsorio breve V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ésta es la obra de Dios: que creáis plenamente en aquel que él ha enviado. Aleluya.
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Preces Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle: Renueva y da vida a todas las cosas, Señor. Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora, con el espíritu vivamos en tu reino, * donde estás sentado a la derecha del Padre. Señor, tú que vives en tu Iglesia hacia el fin de los tiempos,* condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad. Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria, * y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera, * y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos difuntos. Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan, y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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16 de Abril - Martes, Feria, III Semana de Pascua
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Con corazón humilde y sincero nos acercamos esta noche al Señor. Reconocemos nuestra debilidad en su servicio y también nuestra condición de pecadores. Le pedimos, que mediante su perdón, nos devuelva la alegría de la salvación que nace de la Pascua. Purificados nuestros labios y el corazón, nos disponemos a proclamar su alabanza. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 15)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 12,20-27 De los principios generales, Pablo baja a las aplicaciones prácticas. Se acuerda de los miembros más débiles. Este tipo de personas abundan en nuestras comunidades, especialmente en los medios rurales, en los suburbios y en los sectores de riesgo o marginales. Hay que cuidar de no marginar a los débiles privándolos de todo protagonismo; reduciéndolos a “oír y callar”. La solidaridad, es la palabra clave que explica lo que sucede en el cuerpo. En la armonía entre los miembros reside la buena salud de una comunidad. Jesús lo recuerda en los evangelios: “una casa dividida va a la ruina” (Mc 3,25). Una comunidad dividida está condenada a la esterilidad en todos los campos de su vida diaria y de su actividad humana, social, caritativa y pastoral. Entre los que requieren cuidados especiales están los miembros enfermos. Pablo sienta un principio: “Si un miembro sufre, con él sufren todos los miembros”. Lo contrario es igualmente válido: “Si uno es honrado, se alegran con él todos los miembros” (1Cor 12,26) ¿En qué comunidad no existen personas que necesitan de los cuidados de los demás? En la lista de los “enfermos” están los que padecen alguna dolencia corporal o síquica; los que sufren anemia por falta de alimentación adecuada; los que no tienen recursos para procurarse medicinas; los niños, ancianos y grupos de riesgo. Pablo nos dice: “Ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembro de este cuerpo” (v. 27). Es éste un título que nos llena de orgullo. Pero no olvidemos, que un discípulo de Jesús tiene que actuar siempre como miembro de Cristo. P. Antonio Danoz, Redentorista
16 de Abril - Martes, Feria, III Semana de Pascua La santa de hoy: Sta. María Bernardette Suobirous (1844-1879) Esta santa es conocida por las apariciones de la Virgen María en Lourdes. Su padre era molinero. La primera de las apariciones tuvo lugar el 11 de febrero de 1858. En 1864 entró en el convento de Nuestra Señora de Nevers. Sobresalió por su sencillez y modestia. Murió en dicho convento a los treinta años de edad.
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16 de Abril - Martes, Feria, III Semana de Pascua
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Son muchos los signos pascuales de Jesús resucitado que aparecen en la liturgia en estos días: luz, vid, pastor. La imagen de Jesús “Buen Pastor”, es la primera imagen que los cristianos crearon de Jesús resucitado. La encontramos en las pinturas de las catacumbas. Renovemos nuestro compromiso de seguir a Jesús resucitado, que es nuestro Pastor.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatotio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Tú nos devuelves la vida, y tu pueblo, Señor, se alegra contigo. Aleluya.
Salmo 84 Señor, has sido bueno con tu tierra,/ has restaurado la suerte de Jacob, / has perdonado la culpa de tu pueblo,/ has sepultado todos sus pecados,/ has reprimido tu cólera,/ has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios salvador nuestro;/ cesa en tu rencor contra nosotros./ ¿Vas a estar siempre enojado,/ o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida,/ para que tu pueblo se alegre contigo?/ Muéstranos, Señor, tu misericordia/ y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor:/ «Dios anuncia la paz/ a su pueblo y a sus amigos/ y a los que se convierten de corazón». La salvación está ya cerca de sus fieles,/ y la gloria habitará en nuestra tierra;/ la misericordia y la fidelidad se encuentran,/ la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra,/ y la justicia mira desde el cielo;/ el Señor
dará la lluvia,/ y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él,/ la salvación seguirá sus pasos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Confiamos en el Señor; él nos dará la luz y la paz. Aleluya.
Cántico
Is 26, 1-4. 7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte,/ ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,/ que observa la lealtad;/ su ánimo está firme y mantiene la paz,/ porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor,/ porque el Señor es la Roca perpetua: La senda del justo es recta./ Tú allanas el sendero del justo;/ en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,/ ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche,/ mi espíritu en mi interior madruga por ti,/ porque tus juicios son luz de la tierra,/ y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz,/ porque todas nuestras empresas/ nos las realizas tú. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - La tierra ha dado su fruto: que canten de alegría las naciones. Aleluya.
Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.
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16 de Abril - Martes, Feria, III Semana de Pascua
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy».
Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Os lo digo con toda verdad: Moisés no os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Aleluya.
Preces Alabemos a Cristo, que con su poder reconstruyó el templo destruido de su cuerpo, y supliquémosle: Concédenos, Señor, los frutos de tu resurrección. Cristo Salvador, que en tu resurrección anunciaste la alegría a las mujeres y a los apóstoles y salvaste al universo entero, * conviértenos en testigos de tu resurrección. Tú que has prometido la resurrección universal y has anunciado una vida nueva, * haz de nosotros mensajeros del Evangelio de la vida. Tú que te apareciste repetidas veces a los apóstoles y les comunicaste el Espíritu Santo, * renuévanos por el Espíritu consolador. Tú que prometiste estar con tus discípulos hasta el fin del mundo, * quédate hoy con nosotros y sé siempre nuestro compañero. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Señor, tú que abres las puertas del reino celestial a los que han renacido por el agua y por el Espíritu Santo, acrecienta en tus hijos la gracia que les has dado, para que no se vean privados de tus promesas los que han sido ya purificados de sus culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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16 de Abril - Martes, Feria, III Semana de Pascua
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En el evangelio de san Juan, Jesús se proclama manantial de agua viva que salta hasta la vida eterna. Nos dirige esta invitación: “Quien tenga sed venga a mí y beba”. Recuerda un texto de Isaías: “De sus entrañas brotarán ríos de agua viva”. Jesús se refería al Espíritu que recibirían sus discípulos (7,37-39). Acerquémonos a beber de esta fuente de agua viva, que es la humanidad de Jesús resucitado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - La paz sea con vosotros; soy yo, no tengáis miedo. Aleluya.
Salmo 124 Los que confían en el Señor son como el monte Sión:/ no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas,/ y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados/ sobre el lote de los justos,/ no sea que los justos extiendan /su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos,/ a los sinceros de corazón;/ y a los que se desvían por sendas tortuosas,/ que los rechace el Señor con los malhechores./ ¡Paz a Israel! Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Espere Israel en el Señor. Aleluya.
Salmo 130 Señor, mi corazón no es ambicioso,/ ni mis ojos altaneros;/ no pretendo grandezas/ que superan mi capacidad;/ sino que acallo y modero mis deseos,/ como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tema al Señor la tierra entera, porque él lo dijo y existió. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes /y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 4-5
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
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16 de Abril - Martes - Oración de la Noche - Completas
R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Te rogamos, Señor, por todos los fieles de la Iglesia: que combatan bien el combate de la fe * y, habiendo corrido hasta la meta, alcancen la corona merecida.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Tú que en la cruz cancelaste la nota de cargo de nuestra deuda, * destruye también en nosotros toda clase de esclavitud y líbranos de toda tiniebla.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Antífona: El pan de Dios es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo. Aleluya.
Tú que al bajar al lugar de los muertos abriste las puertas del abismo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino.
Preces
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Aclamemos alegres a Cristo, que después de ser sepultado en el seno de la tierra resucitó gloriosamente a vida nueva, y digámosle confiados: Rey de la gloria, escúchanos. Te rogamos, Señor por los obispos, los presbíteros y los diáconos: que sirvan con celo a tu pueblo * y lo conduzcan por los caminos del bien. Te rogamos, Señor, por los que sirven a tu Iglesia con el estudio de tu palabra: * que escudriñen tu doctrina con pureza de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo.
Oración de la Noche Completas
Invitación: También durante la noche Dios hace llegar el mensaje gozoso de la resurrección de Jesús a toda la creación. Su Palabra corre veloz a pregonar la gran noticia que nos trajo tanta alegría y felicidad. Ningún pueblo ha disfrutado como los discípulos de la noticia de la resurrección de Jesús. Pueblo de Dios, alégrate y glorifica a tu Señor. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 17)
Oración Señor, tú que abres las puertas del reino celestial a los que han renacido por el agua y por el Espíritu Santo, acrecienta en tus hijos la gracia que les has dado, para que no se vean privados de tus promesas los que han sido ya purificados de sus culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
17 de Abril - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
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PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 12,28-31 Los dones y carismas han de convertirse en servicios dentro de la comunidad. El apóstol lo había dicho: “A cada uno se le da una manifestación del Espíritu para el bien común” (1Cor 12,7). La “Iglesia” de que habla Pablo, es la Iglesia universal, las “iglesias locales”, las asambleas domésticas. Pablo nos ofrece una lista de ocho ministerios o servicios. En primer lugar nombra a los apóstoles. Sobre todo, se refería a los doce, a los que se ha sumado él como un advenedizo. En tiempo de Pablo, el nombre de apóstol se extendía también a los evangelizadores. En segundo lugar vienen los profetas. El apóstol los relaciona con la “profecía” y con el don de lenguas. En tercer lugar aparecen los maestros, dedicados a la formación permanente en la comunidad. Lucas escribe: “En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores”, entre los cuales menciona a Pablo y a Bernabé (Hch 13,1) Siguen los servicios de carácter asistencial. En esta categoría, Pablo enumera tres tipos de servicios: los que tienen el don de hacer milagros, los que practican las sanaciones, y los dedicados a socorrer a los necesitados. Pablo sueña en unas comunidades, todas carismáticas y ministeriales, en las que nadie quede por fuera del servicio y del compromiso. Resulta absurda la postura de quienes pretenden reservar los dones y carismas a una determinada élite, sea clerical o de otro género. Existen cuatro servicios básicos que no pueden faltar en ninguna comunidad. Los anunciadores de la Buena Noticia a la comunidad; el grupo responsable de la oración y de las celebraciones; los que atienden de forma organizada a los necesitados; y los que anuncian la Buena Noticia como equipo misionero. P. Antonio Danoz, Redentorista
17 de Abril - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En comunión con Jesús resucitado, iniciamos nuestra oración de esta mañana. Invocamos al Señor, seguros de que inclina su oído para escuchar nuestra súplica. Recobremos el gozo y la calma, que el Señor es bueno con nosotros. Él libra nuestros pies de la caída, arranca nuestro espíritu de la muerte, como liberó a Jesús en la resurrección.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
106
17 de Abril - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Todos los pueblos vendrán a adorar al Señor. Aleluya.
Salmo 85
Inclina tu oído, Señor; escúchame,/ que soy un pobre desamparado;/ protege mi vida, que soy un fiel tuyo;/ salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,/ que a ti te estoy llamando todo el día;/ alegra el alma de tu siervo,/ pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente,/ rico en misericordia con los que te invocan./ Señor, escucha mi oración,/ atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo,/ y tú me escuchas./ No tienes igual entre los dioses, Señor,/ ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán/ a postrarse en tu presencia, Señor;/ bendecirán tu nombre:/ «Grande eres tú, y haces maravillas;/ tú eres el único Dios». Enséñame, Señor, tu camino,/ para que siga tu verdad;/ mantén mi corazón entero /en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío;/ daré gloria a tu nombre por siempre,/ por tu grande piedad para conmigo,/ porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,/ una banda de insolentes atenta contra mi vida,/ sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,/ lento a la cólera, rico en piedad y leal,/ mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo,/ salva al hijo de tu esclava;/ dame una señal propicia,/ que la vean mis adversarios y se avergüencen,/ porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Nuestros ojos contemplarán al Rey en su gloria. Aleluya.
Cántico
Is 33, 13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;/ los cercanos, reconoced mi fuerza. Temen en Sión los pecadores,/ y un temblor se apodera de los perversos:/ «¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,/ quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?» El que procede con justicia y habla con rectitud/ y rehúsa el lucro de la opresión;/ el que sacude la mano rechazando el soborno/ y tapa su oído a propuestas sanguinarias,/ el que cierra los ojos para no ver la maldad: /ése habitará en lo alto,/ tendrá su alcázar en un picacho rocoso,/ con abasto de pan y provisión de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Toda carne contemplará la salvación de Dios. Aleluya.
Salmo 97
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ porque ha hecho maravillas:/ su diestra le ha dado la victoria,/ su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria,/ revela a las naciones su justicia:/ se acordó de su misericordia y su fidelidad/ en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado/ la victoria de nuestro Dios./ Aclama al Señor, tierra entera;/ gritad, vitoread, tocad: tocad la cítara para el Señor,/ suenen los instrumentos:/ con clarines y al son de trompetas/ aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene,/ la tierra y cuantos la habitan;/ aplaudan los ríos, aclamen los montes/ al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con rectitud. Gloria y antífona 3
17 de Abril - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
Lectura breve
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
Responsorio breve V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
107
Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido, * ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo. Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres, * recibe la adoración que en espíritu y verdad te tributamos en estas fiestas de tu resurrección. Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección * y, compadecido de nosotros, defiéndenos hoy de todo mal. Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando te manifiestes al mundo, * podamos aparecer también nosotros juntamente contigo en la gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Oración
Antífona: Todo el que ve al Hijo y cree en él tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémoslo, diciendo: Por tu victoria, sálvanos, Señor.
Protege, Señor, a tu pueblo y, ya que le has dado la gracia de la fe, concédele la participación eterna en la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Con el declinar del día ponemos fin a nuestras labores. Es el momento de entonar nuestro canto de acción de gracias al Padre que ha hecho que nuestro trabajo fuera fecundo. Es la hora de confesar nuestra fe en Jesús resucitado, que ha hecho brillar su luz sobre nosotros, y su Palabra ha hecho nuestra jornada fecunda en obras de amor y de servicio. Celebremos con gozo nuestro canto de alabanza.
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17 de Abril - Miércoles, Feria, III Semana de Pascua
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Vuestra tristeza convertirá en gozo. Aleluya.
se
Salmo 125 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ “El Señor ha estado grande con ellos”/ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, /llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ya vivamos, ya muramos, del Señor somos. Aleluya.
Salmo 126
Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas. Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2
Antífona 3 - De él todo procede, por él existe todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
17 de Abril - Miércoles - Oración de la Noche - Completras / Palabra de Dios para cada día
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya, V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Todos los que el Padre me ha dado vendrán a mí, y a los que vengan a mí yo no los echaré fuera. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle: Cristo, que vives por siempre para interceder por los hombres, escucha nuestra oración. Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado a tu servicio, * que sean para tu pueblo ejemplo de santidad.
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Concede, Señor, el espíritu de justicia a los que gobiernan las naciones * y haz que trabajen en bien de la paz, para que todos podamos vivir según tu ley. Concede la paz a nuestros días * y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo salvador, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y con tu resurrección has dado a los hombres una prenda de su inmortalidad, * concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Protege, Señor, a tu pueblo y, ya que le has dado la gracia de la fe, concédele la participación eterna en la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Señor, celebrando su gran poder y su generosidad con el pueblo de Israel. La salvación de la humanidad es la obra de liberación más maravillosa que ha realizado. En esta noche penetrada del espíritu pascual, celebramos con gozo nuestra liberación, que se revive en cada Pascua. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 19)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 13,1-3 El Espíritu ha derramado sus dones en la comunidad de Corinto generosamente y en abundancia. Como sucede con frecuencia, los más espectaculares son los que atraen la atención de la gente. Pablo hace una recomendación: “Aspiren a los dones más valiosos” (1Cor 12,31). Entre todos los carismas, Pablo señala uno, que habría que denominar supercarisma. Éste es el amor. En la lengua griega existen dos palabras para designar corrientemente al amor: “eros” y “philía”. “Eros” se relaciona con el amor humano y sensual.”Philía” representa el amor en su vertiente humanitaria y de amistad.
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18 de Abril - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
Existe otra palabra “agapé”, que Pablo utiliza para hablar del amor de Dios, del amor de Jesús y del amor cristiano a Dios y al prójimo. De aquí se deriva el término latino “caritas”, traducido en nuestra lengua por “caridad”. Este “amorcaridad” es el que Pablo considera como super-carisma. Pablo nos sorprende con un bello himno al amor. Aunque tenga un tono un tanto lírico, no es nada romántico. Se trata, como indica Pablo, de “un camino de excelencia” (1 Cor 12,31). El apóstol se refiere a tres de los carismas que ha enumerado antes: hablar en lenguas, la profecía, reparto de bienes a los necesitados. A continuación enumera otros tres: el don de profecía, el de ciencia, y una fe capaz de mover montañas “si no tengo amor, nada soy”. Finalmente, aborda el tercer carisma: la entrega de la propia persona, con un gesto audaz: “entregar el cuerpo a las llamas” (1Cor 13,3). A pesar de todo, “si no tengo amor, nada soy”. El amor-caridad al que se refiere Pablo es mucho más que “dar limosna” de forma esporádica a cualquiera que se nos acerca en la calle. Al decir que es más que “entregar el cuerpo a las llamas de nada me sirve”, ha dicho todo sobre la calidad de este amor. P. Antonio Danoz, Redentorista
18 de Abril - Jueves, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La resurrección de Jesús iluminó de forma definitiva el camino que el mismo Jesús nos propone. Ahora, sabemos cual es el final. Conocemos también las etapas que hemos de recorrer. Aunque nos amenacen a veces las incertidumbres, los peligros y los enemigos que persiguieron a Jesús, al final del camino nos espera el Señor resucitado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cantaremos danzando: Jerusalén, ciudad de Dios, todas mis fuentes están en ti. Aleluya.
Salmo 86 Él la ha cimentado sobre el monte santo;/ y el Señor prefiere las puertas de Sión/ a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti,/ ciudad de Dios!/ «Contaré a Egipto y a Babilonia/
18 de Abril - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
entre mis fieles;/ filisteos, tirios y etíopes/ han nacido allí». Se dirá de Sión: «Uno por uno / todos han nacido en ella; /el Altísimo en persona la ha fundado». El Señor escribirá en el registro de los pueblos:/ «Éste ha nacido allí»./ Y cantarán mientras danzan:/ «Todas mis fuentes están en ti». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Como un pastor, el Señor ha reunido su rebaño. Aleluya.
Cántico
Is 40, 10-17
Mirad, el Señor Dios llega con poder,/ y su brazo manda./ Mirad, viene con él su salario/ y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño,/ su brazo lo reúne,/ toma en brazos los corderos/ y hace recostar a las madres. ¿Quién ha medido a puñados el mar/ o mensurado a palmos el cielo,/ o a cuartillas el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes/ y en la báscula las colinas?/ ¿Quién ha medido el aliento del Señor?/ ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo,/ para que le enseñara el camino exacto, /para que le enseñara el saber/ y le sugiriese el método inteligente? Mirad, las naciones son gotas de un cubo/ y valen lo que el polvillo de balanza./ Mirad, las islas pesan lo que un grano,/ el Líbano no basta para leña,/ sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas,/ como si no existieran,/ son ante él como nada y vacío. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Aleluya.
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Salmo 98 El Señor reina, tiemblen las naciones;/ sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sión,/ encumbrado sobre todos los pueblos. /Reconozcan tu nombre, grande y terrible:/ Él es santo. Reinas con poder y amas la justicia,/ tú has establecido la rectitud;/ tú administras la justicia y el derecho,/ tú actúas en Jacob. Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante el estrado de sus pies:/Él es santo. Moisés y Aarón con sus sacerdotes,/ Samuel con los que invocan su nombre,/ invocaban al Señor, y él respondía./ Dios les hablaba desde la columna de nube;/ oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías,/ tú eras para ellos un Dios de perdón/ y un Dios vengador de sus maldades. Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante su monte santo:/ Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
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18 de Abril - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Os lo aseguro con toda verdad: el que cree en mí tiene vida eterna. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo resucitado y siempre presente en su Iglesia, y supliquémosle, diciendo: Quédate con nosotros, Señor. Señor Jesús, vencedor del pecado y de la muerte, * permanece en medio de nosotros, tú que vives por los siglos de los siglos. Señor, ven a nosotros con tu poder invencible * y muéstranos la bondad de Dios Padre.
Señor, ayuda al mundo abrumado por las discordias, * ya que tú solo tienes el poder de salvar y reconciliar. Confírmanos en la fe de la victoria final * y arraiga en nosotros la esperanza de tu manifestación gloriosa. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios, y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que en estos días de Pascua nos has revelado con más plenitud la grandeza de tu amor, concédenos, ya que nos has librado de las tinieblas del error, que nos adhiramos más firmemente a tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Las celebraciones pascuales nos invitan a la acción de gracias. Dios nos ha liberado de las tinieblas por la muerte y resurrección de Jesús. Nos ha trasladado al reino de su Hijo, para que “seamos presentados ante él: santos, intachables e irreprochables”. Por todo ello damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos alegra en cada Pascua con la resurrección de su Hijo.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre. Aleluya.
Salmo 131 I Señor, tenle en cuenta a David/ todos sus afanes:/ como juró al Señor/ e hizo voto al Fuerte de Jacob:
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18 de Abril - Jueves, Feria, III Semana de Pascua
«No entraré bajo el techo de mi casa,/ no subiré al lecho de mi descanso,/ no daré sueño a mis ojos,/ ni reposo a mis párpados,/ hasta que encuentre un lugar para el Señor,/ una morada para el Fuerte de Jacob». Oímos que estaba en Efrata,/ la encontramos en el Soto de Jaar:/ entremos en su morada,/ postrémonos ante el estrado de sus pies. Levántate, Señor ven a tu mansión,/ ven con el arca de tu poder:/ que tus sacerdotes se vistan de gala,/ que tus fieles te aclamen./ Por amor a tu siervo David, /no niegues audiencia a tu Ungido. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Jesucristo es el único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores. Aleluya. II El Señor ha jurado a David/ una promesa que no retractará:/ «A uno de tu linaje/ pondré sobre tu trono. Si tus hijos guardan mi alianza/ y los mandatos que les enseño,/ también sus hijos, por siempre,/ se sentarán sobre tu trono». Porque el Señor ha elegido a Sión,/ ha deseado vivir en ella:/ «Ésta es mi mansión por siempre,/ aquí viviré, porque la deseo. Bendeciré sus provisiones,/ a sus pobres los saciaré de pan;/ vestiré a sus sacerdotes de gala,/ y sus fieles aclamarán con vítores. Haré germinar el vigor de David,/ enciendo una lámpara para mi Ungido./ A sus enemigos los vestiré de ignominia,/ sobre él brillará mi diadema». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.
Cántico
Ap 11, 17‑18; 12, 10b‑12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 3,18. 21b-22
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
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18 de Abril - Jueves - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo voy a dar es mi carne ofrecida por la vida del mundo. Aleluya. Preces Glorifiquemos a Cristo, resucitado de entre los muertos como primicia de los que se han dormido, y supliquémosle, diciendo: Tú que has resucitado de entre los muertos, escucha, Señor, nuestra oración. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y extendida hasta los confines del mundo: * que tus bendiciones abundantes se derramen sobre cuantos creen en ti. Tú, Señor, que eres el médico de nuestros cuerpos y de nuestras almas, * visítanos con tu amor y sálvanos. Tú que experimentaste los dolores de la cruz y ahora estás lleno de gloria, *
levanta y consuela a los enfermos y líbralos de sus sufrimientos. Tú que anunciaste la resurrección a los que yacían en las tinieblas del abismo, * libra a los prisioneros y oprimidos y da pan a los hambrientos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú, Señor, que en la cruz destruiste nuestra muerte y mereciste para todos el don de la inmortalidad, * concede a nuestros hermanos difuntos la vida nueva de tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que en estos días de Pascua nos has revelado con más plenitud la grandeza de tu amor, concédenos, ya que nos has librado de las tinieblas del error, que nos adhiramos más firmemente a tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La vida de Jesús fue un ejercicio permanente de obediencia a la voluntad del Padre. Esta obediencia llegó hasta entregar la vida en la cruz. La exhortación a los Hebreos proclama que Jesús al entrar en el mundo dijo: “Aquí estoy, he venido, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Heb 10,5-7). Esta obediencia hizo que Dios lo elevara a lo más alto de su gloria en la resurrección. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 20)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 13,4-8 Después de dejar clara la primacía del amor y su condición de camino perfecto, Pablo nos conduce a conocernos por dentro. Empieza por dos afirmaciones positivas, le siguen ocho negativas; para concluir con otras cinco positivas. Las dos afirmativas son: “el amor es paciente, es servicial”. Amor y servicio van siempre unidos en el nuevo testamento. Un texto revelador a este propósito es
19 de Abril Viernes, Feria, III Semana de Pascua
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el de san Juan en la cena con los discípulos (Jn 13,1-17). “Sirvan como les he servido; amen como los he amado” (Jn 13,1-17). Entre las notas contrarias al amor, Pablo señala la envidia, el orgullo, la bajeza, el propio interés. Las divisiones que existían en la comunidad, que seguramente no estaban exentas de orgullo y de intereses personales. Existen otras características que son inseparables del amor: el perdón, la justicia y la verdad. El perdón que nace del amor, exige no volver la vista atrás y perdonar de verdad. Esto indica que “no lleva cuenta del mal” que le han hecho, como un experto contable. Pablo termina con cuatro verbos, en forma de batería de culminación: El amor aguanta, cree, espera, soporta. A cada verbos añade: “todo”, con lo cual da una cierta solemnidad a lo que escribe. Dos veces hace referencia Pablo a la constancia: el amor “aguanta, soporta”. Aguante y soportar, se hacen necesarios en la monotonía diaria; cuando el sufrimiento arrecia y las situaciones personales, familiares o sociales, se vuelven duras e insoportables. Todo lo que no esté inspirado y alimentado por el amor-caridad carece de consistencia. Éste es el motivo principal de los derrumbes de muchos matrimonios, de las comunidades cristianas, de los servicios sociales privados y públicos. P. Antonio Danoz, Redentorista
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de Abril Viernes, Feria, III Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Celebramos con el salmista la grandeza del ser humano, “poco inferior a los ángeles”: “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él , el ser humano para que te ocupes de él? Lo hiciste apenas inferior a los ángeles” (Sal 8,5-6). La exhortación a los Hebreos, aplica este salmo a Jesús. “Vemos a Jesús, que por la pasión y muerte fue algo inferior a los ángeles, coronado de gloria y honor” por la resurrección (Heb 2,8-9).
Invocación inicial
Salmo 50
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Aleluya.
Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre.
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19 de Abril Viernes, Feria, III Semana de Pascua
Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Cristo, cargado con nuestros pecados, subió al leño. Aleluya.
Cántico
Jer 14, 17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,/ día y noche no cesan:/ por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,/ una herida de fuertes dolores.
remedio?/ Se espera la paz, y no hay bienestar,/ al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad,/ la culpa de nuestros padres,/ porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre,/ no desprestigies tu trono glorioso;/ recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Entren en la presencia del Señor con aclamaciones. Aleluya.
Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ sirvan al Señor con alegría,/ entren en su presencia con aclamaciones. Sepan que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Entren por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3
Lectura breve
Hch 5,30-32
Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien nosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
Salgo al campo: muertos a espada;/ entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;/ tanto el profeta como el sacerdote/ vagan sin sentido por el país.
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?/ ¿Tiene asco tú garganta de Sión?/ ¿Por qué nos has herido sin
V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
19 de Abril Viernes, Feria, III Semana de Pascua
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. Aleluya.
Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por la resurrección de Jesucristo nos ha dado vida nueva, y digámosle: Ilumínanos, Señor, con la claridad de Jesucristo. Señor, Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación, proyectado desde antes de la creación del mundo, y eres fiel en todas tus promesas,n * escucha con amor nuestras plegarias. Purifícanos con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la santidad, * para que hagamos siempre el bien según tu agrado.
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Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, * para que, libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa. Tú que por Cristo nos reconciliaste contigo, * danos la paz a nosotros y a todos los hombres del mundo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
Oración Señor, ya que nos has dado a conocer los dones que nos trae la resurrección de tu Hijo, concédenos también que el Espíritu Santo, el Amor increado, nos haga resucitar a una nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “Desde la salida del sol hasta el ocaso, alabado sea el nombre del Señor” (Sal 113,3). Todo el día se nos ha ofrecido para mantener viva la alabanza al Señor, por medio de la oración, y de modo especial, por las obras de nuestras manos. Ellas son una forma maravillosa de alabar a Dios, y celebrar la grandeza que significan las obras grandiosas que realiza el ser humano.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.
Salmo 134
I Alabad el nombre del Señor,/ alabadlo, siervos del Señor,/ que estáis en la casa del Señor,/ en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno,/ tañed para su nombre, que es amable./
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19 de Abril Viernes, Feria, III Semana de Pascua
Porque él se escogió a Jacob,/ a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande,/ nuestro dueño más que todos los dioses./ El Señor todo lo que quiere lo hace:/ en el cielo y en la tierra,/ en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte,/ con los relámpagos desata la lluvia,/ suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto,/ desde los hombres hasta los animales./ Envió signos y prodigios/ —en medio de ti, Egipto—/ contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos,/ mató a reyes poderosos:/ a Sijón, rey de los amorreos;/ a Hog, rey de Basán,/ y a todos los reyes de Canaán./ Y dio su tierra en heredad, /en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Bendito el reino que viene de nuestro Padre David. Aleluya. II Señor, tu nombre es eterno;/ Señor, tu recuerdo de edad en edad./ Porque el Señor gobierna a su pueblo/ y se compadece de sus siervos. Los ídolos de los gentiles son oro y plata,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca y no hablan,/ tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen,/ no hay aliento en sus bocas./ Sean lo mismo los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Casa de Israel, bendice al Señor;/ casa de Aarón, bendice al Señor;/ casa de Leví, bendice al Señor;/ fieles del Señor, bendecid al Señor. Bendito en Sión el Señor,/ que habita en Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras, /Señor, Dios omnipotente, /justos y verdaderos tus caminos, /¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, /y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo, / porque vendrán todas las naciones /y se postrarán en tu acatamiento, /porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Hb 5,8-10
Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El que fue crucificado resucitó de entre los muertos y nos redimió. Aleluya. Preces Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle: Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al distribuir entre sus hermanos el pan de vida, * encuentren también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza. Te pedimos por todo el pueblo
19 de Abril Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación a que ha sido convocado * y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
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Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración
Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor, * para que haya paz y concordia entre los pueblos.
Señor, ya que nos has dado a conocer los dones que nos trae la resurrección de tu Hijo, concédenos también que el Espíritu Santo, el Amor increado nos haga resucitar a una nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Conclusión
Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos, * y que nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La comunidad de discípulos que todavía peregrinamos por la tierra, y los bienaventurados que gozan de la gloria de Jesús resucitado, nos unimos en un solo coro, para celebrar la gloria del Cordero que ha sido inmolado por los poderosos de este mundo, y glorificado por Dios, que no abandonó a su siervo al poder de la muerte. Este canto no cesa en el cielo y en la tierra. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes pág. 22)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 13,9-13 Aunque la riqueza de dones es abundante en la comunidad de Corinto, Pablo recuerda que esta riqueza tiene sus límites mientras peregrinamos por el mundo. Concretamente se fija en dos de los dones: el conocimiento y la profecía. “Nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas” (1Cor 13,9). Actualmente nos movemos en el mundo de lo limitado. Pero vivimos en la esperanza de alcanzar la plenitud. Para mostrar lo transitorio de la etapa terrena, Pablo acude a dos realidades tomadas de la experiencia humana. La primera la vivió él mismo en su persona. Mientras fue niño, su lenguaje era el de un niño; pensaba y razonaba como un niño. En este tiempo no se le podían exigir responsabilidades de adulto. La comunidad de Corinto se ha hecho ya adulta. Pablo le exige que se comporte como adulta. La segunda experiencia la toma de la vida cotidiana. Se trata de la imagen del espejo. En los espejos de la época la imagen era borrosa. Esta visión confusa se corresponde con el mundo presente. Este mundo pasa. Y los discípulos alcanzarán la visión más perfecta: “verán cara a cara”. La vida espiritual sigue un camino paralelo al de la vida y desarrollo humano. Con el bautismo, empezamos nuestro caminar. Algunos son aún niños en la fe; otros,
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20 de Abril - Sábado, Feria, III Semana de Pascua
han superado la adolescencia y la juventud y son personas maduras en la fe, comprometidas en la construcción del reino de Dios. La meta que señala Pablo es muy alta. Nada menos que conocer a Dios como él nos conoce. A niños, adolescentes, jóvenes y adultos, ésta es la tarea que tenemos para cada día. ¿Quién pude afirmar, que conoce a Dios como Dios lo conoce? P. Antonio Danoz, Redentorista
20 de Abril - Sábado, Feria, III Semana de Pascua Madre del Divino Pastor, ML
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Inauguramos nuestro día con las palabras de S. Atanasio: “Jesús entregó su cuerpo a la muerte por todos, ofreciéndose al Padre con un amor sin límites…Así, el Hijo de Dios, inmune a la corrupción, por la promesa de su resurrección, hizo partícipes de esta misma inmunidad a todos los hombres”. ¡Gloria al Señor, vencedor de la muerte!
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salino 94, ver pág. 3 con su antífona del ínvitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Mis palabras son espíritu y vida. Aleluya.
Salmo 118, 145-152 Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras. Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa;/ escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida;/ ya se acercan mis inicuos perseguidores, / están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Edificaste, Señor, un templo y un altar en tu monte santo. Aleluya.
Cántico
Sab 9, 1 6. 9-11
Dios de los padres y Señor de la misericordia,/ que con tu palabra hiciste todas las cosas,/ y en tu sabiduría formaste al hombre,/ para que dominase sobre tus creaturas,/ y para que rigiese el mundo con santidad/ y justicia y lo gobernase con rectitud de corazón. Dame la sabiduría asistente de tu trono/ y no me excluyas del número de tus siervos,/ porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,/ hombre débil y de pocos años,/ demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes. Pues aunque uno sea perfecto/ entre los hijos de los hombres,/ sin la sabiduría, que procede de ti,/ será estimado en nada.
20 de Abril - Sábado, Feria, III Semana de Pascua
Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,/ que te asistió cuando hacías el mundo,/ y que sabe lo que es grato a tus ojos/ y lo que es recto según tus preceptos. Mándala de tus santos cielos/ y de tu trono de gloria envíala/ para que me asista en mis trabajos/ y venga yo a saber lo que te es grato. Porque ella conoce y entiende todas las cosas,/ y me guiará prudentemente en mis obras,/ y me guardará en su esplendor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Yo soy el camino y la verdad y la vida. Aleluya.
Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones,/ aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Dijo Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de
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vida eterna. Y nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Santo de Dios». Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, pan de vida, que en el último día resucitará a los que se alimentan con su palabra y con su cuerpo, y digámosle: Señor, danos paz y alegría. Hijo de Dios, que resucitado de entre los muertos eres el Príncipe de la vida, * bendice y santifica a tus fieles y a todos los hombres. Tú que concedes paz y alegría a todos los que creen en ti, * danos vivir como hijos de la luz y alegrarnos de tu victoria. Aumenta la fe de tu Iglesia, peregrina en la tierra, * para que dé al mundo testimonio de tu resurrección. Tú que, habiendo padecido mucho, has entrado ya en la gloria del Padre, * convierte en gozo la tristeza de los afligidos.
Oración Dios nuestro, que en la fuente bautismal has infundido una vida nueva a los que creen en ti, defiende con tu protección a los que han renacido en Cristo, para que venzan la insidias del mal y conserven los dones que de ti han recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Cor 16,1-4 Según la cronología del epistolario paulino, en la primera carta a los Corintios tenemos probablemente la primera noticia de la colecta “a favor de los santos”. Pablo se refiere a los discípulos de la Iglesia de Jerusalén. En la carta a los Gálatas, considera a los discípulos de esta comunidad como “pobres” (Gál 2,10). La colecta que Pablo ordena en los territorios del imperio, no sólo obedecen a la urgencia de atender las necesidades materiales de la comunidad de Jerusalén. Se trata de un signo de solidaridad y de comunión de los discípulos procedentes del paganismo con los judeo-cristianos de Palestina. El domingo era el día indicado para la entrega de las aportaciones personales. La aportación era el fruto de lo que cada uno había ido ahorrado durante toda la semana, para ayudar a los pobres. Aunque las directrices de Pablo mandan entregar la colecta el domingo, no hace referencia a que la entrega se realizara durante la celebración de la eucaristía. El apóstol manifestó gran interés en que sus comunidades fueran generosas en el ejercicio de la caridad dentro de la propia comunidad. Como vemos en el caso de Corinto, también manifestó interés porque reinara la solidaridad entre las diversas comunidades. El apóstol propone la iniciativa, y deja a las comunidades que sean quienes la organicen. En esto, Pablo mostró un gran respeto por las comunidades. La intención del apóstol es enviar a los representantes de las comunidades, para que sean ellos mismos quienes entreguen los recursos recaudados. “Enviaré a quienes ustedes hayan elegido para que lleven el donativo”. P. Antonio Danoz, Redentorista
21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Jesús resucitado es el modelo de pastor. Nos convoca para formar parte de su redil. Él ha ido delante, en el amor, en la entrega, en el servicio. El amor lo llevó hasta el límite de entregar la vida por los suyos. Sirvió hasta dar la vida en la cruz. Éste es ahora el cayado glorioso con el que guía al rebaño después de resucitado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - La paz de Cristo reine en vuestros corazones. Aleluya.
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21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C
Salmo 121 ¡Qué alegría cuando me dijeron:/«Vamos a la casa del Señor»!/ Ya están pisando nuestros pies/ tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada/ como ciudad bien compacta./ Allá suben las tribus,/ las tribus del Señor, según la costumbre de Israel,/ a celebrar el nombre del Señor;/ en ella están los tribunales de justicia/ en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén:/ «Vivan seguros los que te aman,/ haya paz dentro de tus muros,/ seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros,/ voy a decir: «La paz contigo»./ Por la casa del Señor, nuestro Dios,/ te deseo todo bien. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Por tu sangre nos compraste para Dios. Aleluya.
Salmo 129 Desde lo hondo a ti grito, Señor,/ Señor, escucha mi voz;/ estén tus oídos atentos /a la voz de mi súplica.
vina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Responsorio breve
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,/ ¿quién podrá resistir?/ Pero de ti procede el perdón,/ y así infundes respeto.
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Mi alma espera en el Señor,/ espera en su palabra;/ mi alma aguarda al Señor,/ más que el centinela la aurora.
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Aguarde Israel al Señor,/ como el centinela la aurora;/ porque del Señor viene la misericordia,/ la redención copiosa;/ y él redimirá a Israel /de todos sus delitos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria. Aleluya.
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición di-
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: «Yo soy la puerta —dice el Señor—; el que entre por mí se salvará y encontrará pastos abundantes». Aleluya. Preces Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y
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21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C
nos dio nueva vida, y digámosles: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. Tú que eres la piedra rechazada por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo. Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia. Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El Señor es mi pastor, nada me falta” (Sal 23). El salmista considera al Señor como el gran Pastor de Israel. Sobre todo fue el pastor-guía, de la primera Pascua. Él se puso al frente de Israel durante todo el proceso de liberación de la esclavitud. En el nuevo testamento se atribuye este título a Jesús. Él se ha puesto al frente del nuevo pueblo de Dios, siendo protagonista de su liberación. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 11)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Jesús se sirve de la parábola-símbolo del pastor, para revelar la íntima relación que establece con los discípulos. Jesús va abriendo camino: los discípulos lo siguen; Jesús les anuncia la palabra de vida: los discípulos escuchan su voz. Con Jesús-pastor por guía iniciamos este día.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
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21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C
Himno, Laudes, pág. 5 Antífona 1 - No he de morir, viviré para cantar las hazañas del Señor. Aleluya.
Salmo 117
Dad gracias al Señor porque es bueno,/ porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:/ eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón:/ eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor:/ eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor,/ y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo;/ ¿qué podrá hacerme el hombre? El Señor está conmigo y me auxilia,/ veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor/ que fiarse de los hombres,/ mejor es refugiarse en el Señor/ que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban,/ en el nombre del Señor los rechacé; / me rodeaban cerrando el cerco,/ en el nombre del Señor los rechacé;/ me rodeaban como avispas,/ ardiendo como fuego en las zarzas,/ en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme,/ pero el Señor me ayudó;/ el Señor es mi fuerza y mi energía,/ él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria/ en las tiendas de los justos:/ «La diestra del Señor es poderosa,/ la diestra del Señor es excelsa,/ la diestra del Señor es poderosa». No he de morir, viviré/ para contar las hazañas del Señor./ Me castigó, me castigó el Señor,/ pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo,/ y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:/ los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste/ y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular./ Es el Señor quien lo ha hecho,/ ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor:/ sea nuestra alegría y nuestro gozo./ Señor, danos la salvación;/ Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor,/ os bendecimos desde la casa del Señor;/ el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos/ hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias;/ Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Bendito tu nombre, santo y glorioso. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, santo y glorioso:/ a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines/ sondeas los abismos:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo:/ a ti honor y alabanza por los siglos.
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21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria y antífona 2
R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona 3 - Dad gloria a nuestro Dios, él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos. Aleluya.
Antífona: Yo soy el Pastor de las ovejas; yo soy el camino, la verdad y la vida; yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
Salmo 150
Preces
Alabad al Señor en su templo,/ alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/ alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,/ alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,/ alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve V Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable. Tú que nos has salvado por la fe, *haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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21 de Abril - IV Domingo de Pascua /C
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: La contemplación de Jesús-pastor nos plantea a los discípulos la fidelidad del seguimiento. Y la preocupación por aquellos que no escuchan su voz, por los que no pertenecen al redil, por los que se han descarriado. Es el momento de orar compartir el gozo con los que están, orar por los que faltan, emprender la búsqueda de los extraviados.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - En las tinieblas brilla una luz para el justo. Aleluya.
Salmo 111 Dichoso quien teme al Señor/ y ama de corazón sus mandatos./ Su linaje será poderoso en la tierra,/ la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,/ su caridad es constante, sin falta./ En las tinieblas brilla como una luz/ el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta,/ y administra rectamente sus asuntos./ El justo jamás vacilará,/ su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias,/ su corazón está firme en el Señor./ Su corazón está seguro, sin temor,/ hasta que vea derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres;/ su caridad es constante, sin falta,/ y alzará la frente con dignidad. El malvado, al verlo, se irritará,/ rechinará los dientes hasta consumirse./ La ambición del malvado fracasará. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya).
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21 de Abril - Domingo - Oración de la Noche - Completas
Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Mis ovejas atienden a mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya. Preces Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo.
Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Al concluir este día, seguimos mirando a Jesús, como Pastor del pueblo de Dios. “Antes andábamos como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus almas” (1Pe 2,25). Oramos con el poeta: “Espera, pues, y escucha mis cuidados./ Pero ¿cómo te digo que me esperes,/ si estás, para esperar, los pies clavados?” (López de Vega). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 13).
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22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: Jn 10,27-30 Juan nos sitúa en la fiesta de la dedicación del templo. Recuerda la purificación del templo realizada por los Macabeos después de derrotar a los enemigos de Israel. El texto evangélico se centra en Jesús como pastor. En este contexto, Jesús plantea el tema del seguimiento. En la vida pastoril, las ovejas siguen al pastor que va al frente del rebaño. Jesús ha sido constituido por el Padre pastor de la comunidad de los creyentes. Cuando ha sacado a las suyas a pastar, él va delante y las ovejas lo siguen. Jesús hace primero la invitación a que lo sigan. A continuación revela cuál es su actitud en relación con aquellos que deciden seguirlo: “Nadie me las arrebatará de las manos” (Jn 10,28). Antes había anunciado: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas” (Jn 10,11). Jesús conoce a los que de corazón se han incorporado al redil. A los que quieran incorporarse les exige unas condiciones: que lo conozcan, que escuchen su voz, y que lo sigan. Los que se van detrás de los mercenarios, no pueden formar parte del grupo de sus seguidores. Ante la propuesta de Jesús, el buen pastor, las reacciones fueron muy diversas. Unos lo trataron de endemoniado; otros, lo acusan de blasfemo. Las autoridades judías tomaron piedras para apedrearlo por haber dicho: El Padre y yo somos unos” (Jn 10,30). Se declara Dios, no siendo más que un hombre Para reivindicar su identidad, Jesús acude a las obras que realiza. Las obras serán las que en definitiva revelarán también que clase de discípulos somos. Si somos de las ovejas que siguen fielmente a Jesús, el buen Pastor, o por el contrario, nos situamos entre los mercenarios. P. Antonio Danoz, Redentorista
22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Hijos de los hombres, bendigan al Señor; canten al Señor eternamente” (Dan 3,82). Nos unimos a toda la humanidad y a toda la creación, para celebrar la gloria de Jesús resucitado. A partir de su resurrección, se ha inaugurado el mundo nuevo y el cielo nuevo. Todos nosotros formamos parte de él y tenemos que celebrarlo.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6
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22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua
Antífona 1 - Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya.
Antífona 2 - Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya.
Salmo 89
Cántico
Señor, tú has sido nuestro refugio /de generación en generación. Antes que naciesen los montes /o fuera engendrado el orbe de la tierra, / desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Is 42, 10‑16
Cantad al Señor un cántico nuevo, / llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; /muja el mar y lo que contiene, / las islas y sus habitantes;
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: /“Retornad, hijos de Adán”. / Mil años en tu presencia /son un ayer, que pasó; /una vigilia nocturna.
alégrese el desierto con sus tiendas, / los cercados que habita Cadar; /exulten los habitantes de Petra, /clamen desde la cumbre de las montañas; /den gloria al Señor, /anuncien su alabanza en las islas.
Los siembras año por año, /como hierba que se renueva: /que florece y se renueva por la mañana, /y por la tarde la siegan y se seca.
El Señor sale como un héroe, /excita su ardor como un guerrero, /lanza el alarido, /mostrándose valiente frente al enemigo.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera /y nos ha trastornado tu indignación! / Pusiste nuestras culpas ante ti, /nuestros secretos ante la luz de tu mirada: /y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera, /y nuestros años se acabaron como un suspiro.
“Desde antiguo guardé silencio, /me callaba y aguantaba; /mas ahora grito como la mujer cuando da a luz, /jadeo y resuello.
Aunque uno viva setenta años, /y el más robusto hasta ochenta, /la mayor parte son fatiga inútil, /porque pasan aprisa y vuelan. ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, /quién ha sentido el peso de tu cólera? /Enséñanos a calcular nuestros años, /para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? / Ten compasión de tus siervos; /por la mañana sácianos de tu misericordia, /y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, /por los años en que sufrimos desdichas. /Que tus siervos vean tu acción, /y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor /y haga prósperas las obras de nuestras manos. Gloria y antífona 1
Agostaré montes y collados, /secaré toda su hierba, /convertiré los ríos en yermo, /desecaré los estanques; / conduciré a los ciegos /por el camino que no conocen, /los guiaré por senderos que ignoran. /Ante ellos convertiré la tiniebla en luz, /lo escabroso en llano”. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya.
Salmo 134, 1-12 Alabad el nombre del Señor, /alabadlo, siervos del Señor, /que estáis en la casa del Señor, /en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno, / tañed para su nombre, que es amable. /Porque él se escogió a Jacob, /a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande, /nuestro dueño más que todos los dioses. /El Señor todo lo que quiere lo hace: /en el cielo y en la tierra, /en los mares y en los océanos.
22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua
Hace subir las nubes desde el horizonte, /con los relámpagos desata la lluvia, /suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto, / desde los hombres hasta los animales. /Envió signos y prodigios /—en medio de ti, Egipto— /contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos, /mató a reyes poderosos: /a Sijón, rey de los amorreos; /a Hog, rey de Basán, /y a todos los reyes de Canaán. /Y dio su tierra en heredad, /en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Yo soy el buen Pastor, que apaciento a mis ovejas y doy mi vida por ellas. Aleluya.
Preces Oremos a Dios Padre todopoderoso, glorificado por la muerte y resurrección
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de Cristo, y digámosle confiados: Ilumina, Señor, nuestras mentes. Padre, fuente de toda luz, que has querido iluminar el mundo con la gloria de Cristo resucitado, * ilumina, desde el principio de este día, nuestras almas con la luz de la fe. Tú que por medio de tu Hijo, resucitado de entre los muertos, has abierto a los hombres las puertas de la salvación, * haz que, a través de los trabajos de este día se acreciente nuestra esperanza. Tú que por medio de tu Hijo resucitado has derramado sobre el mundo tu Espíritu Santo, * enciende nuestros corazones con el fuego de este mismo Espíritu. Tú que para librarnos entregaste a tu Hijo a la muerte * haz que él sea hoy para nosotros salvación y redención. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En la oración de esta tarde, cantemos al Señor un cántico nuevo. El cántico de los redimidos por la muerte y resurrección de Jesús. Hagamos llegar al Señor la alabanza de toda la asamblea de sus fieles. En el misterio de la nueva Pascua, Dios ha manifestado su amor a toda la humanidad, y en la persona de Jesús ha coronado con la victoria a los humildes.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
II Él hirió a Egipto en sus primogénitos: / porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país: /porque es eterna su misericordia.
Himno, Días de Feria, pág. 6
Con mano poderosa, con brazo extendido: /porque es eterna su misericordia.
Antífona 1 - El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.
Él dividió en dos partes el mar Rojo: / porque es eterna su misericordia.
Salmo 135
Y condujo por en medio a Israel: / porque es eterna su misericordia.
I Dad gracias al Señor porque es bueno: /porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses: / porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Señor de los señores: / porque es eterna su misericordia. Sólo él hizo grandes maravillas: / porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos: /porque es eterna su misericordia. Él afianzó sobre las aguas la tierra: / porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes: /porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día: /porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche: / porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón: / porque es eterna su misericordia. Guió por el desierto a su pueblo: / porque es eterna su misericordia. Él hirió a reyes famosos: /porque es eterna su misericordia. Dio muerte a reyes poderosos: / porque es eterna su misericordia. A Sijón, rey de los amorreos: /porque es eterna su misericordia. Y a Hog, rey de Basán: /porque es eterna su misericordia. Les dio su tierra en heredad: /porque es eterna su misericordia. En heredad a Israel su siervo: /porque es eterna su misericordia. En nuestra humillación se acordó de nosotros: /porque es eterna su misericordia. Y nos libró de nuestros opresores: / porque es eterna su misericordia. Él da alimento a todo viviente: /porque es eterna su misericordia.
22 de Abril - Lunes, Feria, IV Semana de Pascua
Dad gracias al Dios del cielo: /porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios, /Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo /con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, /antes de crear el mundo, /para que fuésemos consagrados /e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, /por pura iniciativa suya, /a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia, /que tan generosamente nos ha concedido /en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, /hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. /El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un derroche para con nosotros, /dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan /que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante: /hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza, /las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3ª
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
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V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor. Aleluya. Preces
Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle: Cristo, vida nuestra, escúchanos. Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti, * acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de esta vida. No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer, * y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte. Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino, * y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo. Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, uniéndolos en tu cuerpo, * concede la paz y la unidad a las naciones. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres el juez de vivos y muertos, * otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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22 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En este tiempo de oración con que finalizamos el día y nos disponemos a iniciar el descanso, nos unimos al gozo de todos los que durante el día salieron victoriosos de las dificultades que se le presentaron. Vencieron por la fuerza que nos comunica Jesús, vencedor de los enemigos de Dios y de los fieles que él ama. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 15).
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1Co 16,13-18 Como es habitual en las cartas de Pablo, ésta también termina con una exhortación, más reducida que de costumbre. Muchas de las directrices que quería recomendar a la comunidad, las ha realizado al abordar cada uno de los problemas y situaciones. De forma esquemática, resume en cinco verbos las recomendaciones a los discípulos de Corinto. El primero se refiere a la “vigilancia”. Por lo general la exhortación a la vigilancia se relaciona con la vuelta del Señor al final de los tiempos. En esta ocasión, el llamado tiene que ver con los diversos problemas surgidos en la comunidad. Segunda recomendación: “mantenerse firmes en la fe”. Poco antes les resumía el apóstol el núcleo central de la Buena Noticia que les había anunciado: la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesús, “siguiendo la Escritura” (1Cor 15,3-4). Interés especial manifiesta Pablo por las personas que se dedicaban en las comunidades al “servicio de los santos”. En primer lugar, menciona a la familia de Estéfanas. Los llama “primicia de Acaya”; con lo cual indica que fueron los primeros en la región en convertirse. El mismo Pablo reconoce en la carta que fue él quien los bautizó (1Cor 1,16). En esta familia destaca dos cosas: fueron los primeros convertidos y los primeros colaboradores en la evangelización. Al concluir la carta, Pablo hace una recomendación a los discípulos de Corinto: “Todo lo que hagan, háganlo con amor”. Se trata del amor, que como dice el apóstol “no pasa nunca” (1Cor 13,8). El amor ha de impregnar la existencia personal y ha de presidir las relaciones dentro de la comunidad. P. Antonio Danoz, Redentorista
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23 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Jorge, Mártir
El santo de hoy: S. Jorge (s. IV) Tenemos pocos datos seguros sobre su vida. Se cree que nació en Capadocia. Fue soldado y tribuno en el ejército imperial de Roma. Murió decapitado en la persecución de Diocleciano. Fue venerado en Palestina donde había un templo construido en su honor. De allí se extendió su veneración por toda Europa, alcanzando bastante popularidad. Varios países lo tienen como patrono.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: El Señor merece ser bendecido por todas sus obras al comenzar el día. Sobre todo tenemos que bendecir a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por el don de su amor y de su gracia con los cuales nos ha enriquecido. El mayor don, sin duda, que Dios nos ha concedido es habernos hecho” hijos en el Hijo”.
Invocación inicial
No habitará en mi casa/ quien comete fraudes;/ el que dice mentiras/ no durará en mi presencia.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Cada mañana haré callar/ a los hombres malvados,/ para excluir de la ciudad del Señor/ a todos los malhechores. Gloria y antífona 1
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - El que hace la voluntad de mi Padre entrará en el reino de los cielos. Aleluya.
Salmo 100 Voy a cantar la bondad y la justicia,/ para ti es mi música, Señor;/ voy a explicar el camino perfecto:/ ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré con rectitud de corazón/ dentro de mi casa;/ no pondré mis ojos / en intenciones viles. Aborrezco al que obra mal,/ no se juntará conmigo;/ lejos de mí el corazón torcido,/ no aprobaré al malvado. Al que en secreto difama a su prójimo/ lo haré callar;/ ojos engreídos, corazones arrogantes/ no los soportaré. Pongo mis ojos en los que son leales,/ ellos vivirán conmigo;/ el que sigue un camino perfecto,/ ése me servirá.
Antífona 2 - Conozcan los pueblos, Señor, tu misericordia con nosotros. Aleluya.
Cántico
Dan 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,/ digno de alabanza y glorioso es tu nombre. Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros/ y todas tus obras son verdad,/ y rectos tus caminos,/ y justos todos tus juicios. Hemos pecado y cometido iniquidad/ apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido./ Por el honor de tu nombre,/ no nos desampares para siempre,/ no rompas tu alianza,/ no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abraham, tu amigo,/ por Isaac, tu siervo,/ por Israel, tu consagrado,/ a quienes prometiste/ multiplicar su descendencia/ como las estrellas del cielo,/ como la arena de las playas marinas.
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23 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Jorge
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño/ de todos los pueblos;/ hoy estamos humillados por toda la tierra/ a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes,/ ni profetas, ni jefes;/ ni holocausto, ni sacrificios,/ ni ofrendas, ni incienso;/ ni un sitio donde ofrecerte primicias,/ para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito,/ y nuestro espíritu humilde,/ como un holocausto de carneros y toros/ o una multitud de corderos cebados; que éste sea hoy nuestro sacrificio,/ y que sea agradable en tu presencia:/ porque los que en ti confían/ no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón,/ te respetamos y buscamos tu rostro. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor es mi escudo y mi refugio. Aleluya.
Salmo 143, 1-10 Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa. Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos. Extiende la mano desde arriba: / defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/
para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David tu siervo. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy».
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Las obras que el Padre me concede realizar, las mismas que hago, testifican que el Padre me ha enviado. Aleluya.
Preces Oremos agradecidos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Cordero inmaculado que quitó el pecado del mundo y nos comunica su vida nueva, y digámosle: Autor de la vida, vivifícanos. Dios, autor de la vida, acuérdate de la muerte y resurrección del Cordero inmolado en la cruz * y atiende su continua intercesión por nosotros. Haz, Señor, que, tirada fuera la vieja levadura de la malicia y de la perversidad, * vivamos la Pascua de Cristo con panes ázimos de pureza y de verdad.
23 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Jorge
Que sepamos rechazar hoy el pecado de discordia y de envidia, * y seamos más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos. Concédenos vivir auténticamente el espíritu evangélico, * para que hoy y siempre sigamos el camino de tus mandatos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.
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Oración Señor, tú que hiciste fiel imitador de la pasión de tu Hijo al glorioso mártir san Jorge, muestra, por su intercesión, el poder de tu fuerza a quienes confesamos la propia debilidad. Por nuestro Señor jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Uno de los dones más hermosos de la Pascua es la paz. El saludo de Jesús resucitado a los discípulos era: “La paz esté con ustedes”. Como dice el salmista: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón… La justicia y la paz se besan”. Donde no hay justicia no puede reinar la paz.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cántennos un cantar de Sión. Aleluya.
Salmo 136, 1-6 Junto a los canales de Babilonia/ nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;/ en los sauces de sus orillas/ colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos deportaron/ nos invitaban a cantar;/ nuestros opresores, a divertirlos:/ «Cántennos un cantar de Sión». ¡Cómo cantar un cántico del Señor/ en tierra extranjera!/ Si me olvido de ti, Jerusalén,/ que se me paralice la mano derecha;
que se me pegue la lengua al paladar/ si no me acuerdo de ti,/ si no pongo a Jerusalén/ en la cumbre de mis alegrías. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - En medio de los peligros me conservaste la vida. Aleluya.
Salmo 137 Te doy gracias, Señor, de todo corazón;/ delante de los ángeles tañeré para ti,/ me postraré hacia tu santuario,/ daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad,/ porque tu promesa supera a tu fama;/ cuando te invoqué, me escuchaste,/ acreciste el valor en mi alma. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra/ al escuchar el oráculo de tu boca;/ canten los caminos del Señor,/ porque la gloria del Señor es grande. El Señor es sublime, se fija en el humilde,/ y de lejos conoce al soberbio. Cuando camino entre peligros,/ me conservas la vida;/ extiendes tu
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23 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Jorge
izquierda contra la ira de mi enemigo, / y tu derecha me salva.
R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
El Señor completará sus favores conmigo:/ Señor, tu misericordia es eterna,/ no abandones la obra de tus manos. Gloria y antífona 2
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo conozco a mis ovejas y ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Aleluya.
Antífona 3 - Tuyos son, Señor, el poder y la riqueza, la fuerza y la gloria. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 4-5
Preces
Invoquemos a Cristo, que con su resurrección ha reanimado la esperanza de su pueblo, y digámosle: Señor Jesús, tú que siempre vives para interceder por nosotros, escúchanos. Señor Jesús, de cuyo costado abierto salió sangre y agua, * haz de la Iglesia tu esposa inmaculada. Pastor supremo de la Iglesia, que después de tu resurrección encomendaste a Pedro, al confesarte su amor, el cuidado de tus ovejas, * concede al Papa Benedicto XVI un amor ardiente y un celo apostólico. Tú que concediste una pesca abundante a los discípulos que pescaban en el mar, * envía operarios que continúen su trabajo apostólico. Tú que preparaste a la orilla del mar el pan y los peces para los discípulos, * no permitas que nuestros hermanos mueran de hambre por culpa nuestra. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Señor Jesús, nuevo Adán, que nos das la vida, transforma a nuestros difuntos a imagen tuya, * para que compartan contigo la alegría de tu reino.
Responsorio breve
Señor, tú que hiciste fiel imitador de la pasión de tu Hijo al glorioso mártir san Jorge, muestra, por su intercesión, el poder de tu fuerza a quienes confesamos la propia debilidad. Por nuestro Señor jesucristo, tu Hijo.
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringen
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Oración de la Noche - Completas
Invitación: En este tiempo de oración contemplamos a Jesús, “que murió por nuestros pecados, el justo por los injustos para llevarlos a Dios: murió en el cuerpo y resucitó en el Espíritu” (1Pe 3,18). Este Jesús resucitado nos ha introducido en la asamblea de los salvados, para que celebremos con gozo su triunfo y seamos testigos en nuestra vida de su victoria. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 17).
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 1,3-7 Pablo empieza la carta reivindicando su título de apóstol ante la comunidad de Corinto. Él es “apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios” (2Cor 1). Al saludo, sigue un himno en forma de bendición solemne, dirigida a Dios, “Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Reconoce en él al Padre compasivo, y al Dios de quien procede el consuelo. En el himno existen dos palabras que se repiten. La primera es “consuelo”, y todo lo relacionado con él: consolar, consolador. Aparecen hasta nueve veces. Pablo celebra a Dios de quien procede todo consuelo, y siente la necesidad de ser consolado, para poder ejercer el ministerio de la consolación. La segunda palabra es “sufrimiento”, a la que asocia la palabra, “tribulación”. Aparecen seis veces. Esta insistencia indica que el apóstol está pasando por momentos difíciles. Alude sin duda a la relación tormentosa que está viviendo con la comunidad de Corinto. En el himno consigna el apóstol una serie de actitudes muy importantes para la vida de la comunidad. Pablo solicita al Señor ser consolado, para poder ejercer él mismo el ministerio de consolador, con aquellos que se encuentran sometidos a la tribulación. Soporta toda clase de sufrimientos, con el consuelo de saber que está colaborando a la salvación de los corintios. Además, sus tribulaciones les proporcionan a ellos fortaleza para soportar los sufrimientos que tienen que padecer. Pablo anima a la comunidad expresándole su confianza. En la medida en que los corintios comparten los sufrimientos de Pablo, en esta misma medida compartirán su consuelo P. Antonio Danoz, Redentorista
24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringen El Santo de hoy: S. Fidel de Sigmaringen (1578-1622) Nace en Sigmaringen (Alemania). Estudió en Friburgo consiguiendo el doctorado en derecho y filosofía. A los 34 años entró en la orden de los Hermanos menores de san Francisco, donde tomó el nombre de Fidel. La Congregación romana de “Propaganda Fide”(Propagación de la fe), le confió la misión de consolidar la fe contra los herejes. Los campesinos calvinistas le dieron muerte ante la puerta de la iglesia mientras predicaba.
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24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringen
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Los discípulos presentaron ante el pueblo a Jesús, el Justo que sus jefes habían condenado injustamente, y que Dios había resucitado. El camino de Jesús es la senda del Justo, que cada uno de sus discípulos hemos de seguir. Con los ojos puestos en él iniciamos la jornada..
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado/ y no sales ya con nuestras tropas?
Antífona (para el salmo invitatorio):
Auxílianos contra el enemigo,/ que la ayuda del hombre es inútil;/ con Dios haremos proezas,/ Él pisoteará a nuestros enemigos. Gloria y antífona 1
Himno, Días de Feria, pág. 6
Antífona 2 - El Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos. Aleluya.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Antífona 1 - Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya.
Salmo 107 Dios mío, mi corazón está firme,/ para ti cantaré y tocaré, gloria mía./ Despierten, cítara y arpa,/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos, Señor,/ tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria;/ para que se salven tus predilectos,/ que tu mano salvadora nos responda. Dios habló en su santuario:/ «Triunfante ocuparé Siquén, / parcelaré el valle de Sucot; mío es Galaad, mío Manasés,/ Efraím es yelmo de mi cabeza,/ Judá es mi cetro; Moab, una jofaina para lavarme,/ sobre Edom echo mi sandalia,/ sobre Filistea canto victoria». Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,/ quien me conducirá a Edom,/ si
Cántico
Is 61, 10–62, 5
Desbordo de gozo en el Señor,/ y me alegro con mi Dios:/ porque me ha vestido un traje de gala/ y me ha envuelto en un manto de triunfo,/ como a un novio que se pone la corona,/ o a una novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes,/ como un jardín hace brotar sus semillas,/ así el Señor hará brotar la justicia/ y los himnos, ante todos los pueblos. Por amor de Sión no callaré,/ por amor de Jerusalén no descansaré,/ hasta que despunte la aurora de su justicia/ y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia,/ y los reyes, tu gloria;/ te pondrán un nombre nuevo/ pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor/ y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán “Abandonada”;/ ni a tu tierra, «Devastada»; / a ti te llamarán «mi favorita»,/ y a tu tierra, «Desposada»,/ porque el Señor te prefiere a ti,/ y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia,/
24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringen
así te desposa el que te construyó;/ la alegría que encuentra el marido con su esposa,/ la encontrará tu Dios contigo. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor reina eternamente. Aleluya.
Salmo 145 Alaba, alma mía, al Señor:/ alabaré al Señor mientras viva,/ tañeré para mi Dios mientras exista. No confíen en los príncipes,/ seres de polvo que no pueden salvar;/ exhalan el espíritu y vuelven al polvo,/ ese día perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,/ el que espera en el Señor, su Dios,/ que hizo el cielo y la tierra,/ el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente,/ que hace justicia a los oprimidos,/ que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,/ el Señor abre los ojos al ciego,/ el Señor endereza a los que ya se doblan,/ el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos;/ sustenta al huérfano y a la viuda/ y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente,/ tu Dios, Sión, de edad en edad. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no tienen ya poder sobre él. Si la muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
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Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: «Yo he venido al mundo como luz, para que nadie que crea en mí quede en tinieblas», dice el Señor. Aleluya.
Preces Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los apóstoles, y digámosle suplicante: Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo. Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana, porque nos has llamado a participar de tu luz admirable * y nos has querido dar la salvación. Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos petrifique y nos fortalezca, * para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres. Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros hermanos, * que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos. Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia, * para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: padre nuestro.
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24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringen
Oración Señor Dios nuestro, que coronaste con la gloria del martirio a san Fidel de Sigmaringen, cuando, inflamado en tu amor, trabajaba por la propagación de la fe, concédenos, por su intercesión, que, arraigados y fundamentados también nosotros en la caridad, experimentemos
el poder de la resurrección de Cristo y tengamos parte en su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En este tiempo de Pascua, Dios ha derramado con abundancia su amor en nuestros corazones. Este amor que procede del Espíritu, inspira en esta tarde nuestra acción de gracias. Elevamos al Señor nuestra oración y nuestro canto agradecido, porque en todo momento nos ha mantenido fieles a nuestra condición de resucitados con Cristo.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - La noche será clara como el día. Aleluya.
Salmo 138, 1-18. 23-24
I Señor, tú me sondeas y me conoces;/ me conoces cuando me siento o me levanto,/ de lejos penetras mis pensamientos;/ distingues mi camino y mi descanso,/ todas mis sendas te son familiares. No ha llegado la palabra a mi lengua,/ Me envuelves por doquier,/ me cubres con tu mano./ Tanto saber me sobrepasa/ es sublime, y no lo abarco. ¿Adónde iré lejos de tu aliento,/ adónde escaparé de tu mirada/ Si escalo el cielo, allí estás tú;/ si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora,/ si emigro hasta el confín del mar, / allí
me alcanzará tu izquierda,/ tu diestra llegará hasta mí. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,/ que la luz se haga noche en torno a mí»,/ ni la tiniebla es oscura para ti,/ la noche es clara como el día. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya. II Tú has creado mis entrañas,/ me has tejido en el seno materno./ Te doy gracias,/ porque me has formado portentosamente,/ porque son admirables tus obras;/ conocías hasta el fondo de mi alma,/ no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando,/ y entretejiendo en lo profundo de la tierra,/ tus ojos veían mis acciones,/ se escribían todas en tu libro,/ calculados estaban mis días/ antes que llegase el primero. ¡Qué incomparables encuentro tus designios,/ Dios mío, qué inmenso es su conjunto!/ Si me pongo a contarlos, son más que arena;/ si los doy por terminados, aún me quedas tú. Señor, sondéame y conoce mi co-
24 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Fidel de Sigmaringen
razón/ ponme a prueba y conoce mis sentimientos,/ mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios
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pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria la Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría, Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Aleluya. Preces
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle: Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos. Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de entre los muertos, * convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo resucitado. Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas, cuando éramos ovejas descarriadas, * consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu Iglesia. Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel, * revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres. Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados, * y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
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24 de Abril - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha, * recibe a nuestros hermanos difuntos que enseñaron tu venida en la fe y en el amor. Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que coronaste con la gloria del martirio a san Fidel de
Sigmaringen, cuando, inflamado en tu amor, trabajaba por la propagación de la fe, concédenos, por su intercesión, que, arraigados y fundamentados también nosotros en la caridad, experimentemos el poder de la resurrección de Cristo y tengamos parte en su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En este tiempo de oración repasamos las horas de nuestro día. Reconocemos el compromiso que tenemos con el Señor, como discípulos de Jesús resucitado, que nos exige vivir con una conciencia limpia de pecado, y entregados generosamente a hacer el bien, especialmente a aquellos que más necesitan de la vida que dimana de la resurrección de Jesús. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 19).
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 1,8-11 Después de mencionar los sufrimientos y tribulaciones por las que ha pasado, Pablo desciende a algunos detalles concretos. Menciona la situación dramática que tuvo que soportar en la provincia de Asia. Según la descripción que hace, la situación fue extremadamente difícil y complicada. El apóstol confiesa: “No esperábamos salir con vida. Nos sentíamos condenados a muerte” (2Cor 1,8-9) Lucas narra en los Hechos varias situaciones límite en las cuales Pablo se vio envuelto. Una de ellas tuvo lugar en la ciudad de Éfeso con el motín de los plateros. Se libró en el último momento de sucumbir a las iras de los revoltosos (Hch 19,21-40). Pablo quiere compartir con la comunidad de Corinto sus sufrimientos por el Evangelio. Era el tributo que tenía que pagar por su decisión firme de dedicarse a predicar la Buena Noticia a los paganos. Como el mismo Pablo confiesa, arriesgó su vida hasta el punto de perder la esperanza de poder salir sano y salvo. La experiencia vivida hizo que descubriera dos cosas. La primera: la propia fragilidad humana. La segunda: en todo momento hay que poner la confianza en Dios. Él que resucita a los muertos; y en especial ha resucitado a Jesús de la muerte, tiene el poder para liberarnos de las situaciones más difíciles. Pablo invita a los corintios a compartir con él los sufrimientos que acompañan a los anunciadores de la Buena Noticia. Es una forma de compartir solidariamente la cruz de Jesús, que conduce a compartir la gloria de su resurrección. Pablo les señala otra forma de colaborar: “Orando por nosotros”. Si son muchos los que colaboran con la oración, serán también muchos los que se disfrutará de los frutos recibidos, y se los agradecerán al Señor. P. Antonio Danoz, Redentorista
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25 de Abril - Jueves, San Marcos Evangelista, F
El santo de hoy: S. Marcos Evangelista (s. I) El libro de los Hechos lo relaciona con S. Pedro, a quien recibe en casa de su madre, al ser liberado de la prisión (Hch 12,12). Colabora con Pablo y Bernabé en sus actividades misioneras (Hch 12,25; 13,5). La tradición lo considera el autor del evangelio que lleva su nombre. Se cree que murió mártir, aunque se ignora la fecha y el lugar de su martirio.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Entre los evangelistas, Marcos fue el primero en dejarnos su testimonio escrito de la fe de la comunidad cristiana en Jesucristo, el Hijo de Dios, que resucitó el primer día de la semana y se manifestó al grupo de mujeres y a sus discípulos. Reafirmemos nuestra fe en la Buena Noticia de la resurrección de Jesús, que Marcos nos anuncia y démosla a conocer a todo el mundo.
Invocación inicial
Salmo 62, 2-9
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, que nos habla por medio del Evangelio. Aleluya.
Himno Con el gozo pascual,/ el sol de nuevo brilla/ cuando ven los apóstoles/ que Jesús resucita. En la carne de Cristo/ ven claras las heridas/ y paladinamente/ que está vivo predican. Cristo, rey clementísimo,/ nuestras almas habita/ para que te celebremos/ por siempre en nuestra vida. Sé, Jesús, de las almas/ la pascual alegría,/ que, en gracia renacidos,/ tu triunfo nos anima. A ti, Jesús, la gloria,/ que, la muerte vencida,/ abres por los apóstoles/ nuevas sendas de vida. Amén. Antífona 1 - Los santos evangelistas se entregaron de lleno a indagar la sabiduría de sus predecesores y, con sus escritos, confirmaron las explicaciones de los profetas. Aleluya.
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dios nos convocó por medio del mensaje de la salud, para darnos la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
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25 de Abril - Jueves, San Marcos Evangelista
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
Antífona 3 - Muchos alabarán su inteligencia, su fama vivida por generaciones. Aleluya.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor.
Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Lectura breve
Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del
1Co 15, 1-2a. 3-4
Hermanos, os quiero traer a la memoria el mensaje evangélico que os prediqué; el que abrazasteis, el mismo en que os mantenéis firmes todavía y por el que estáis en camino de salvación. En primer lugar os comuniqué el mensaje que yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, y fue sepultado; resucitó al tercer día y vive, según lo anunciaron también las Escrituras.
Responsorio breve
V Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder. Aleluya, aleluya. R Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder. Aleluya, aleluya. V Y las maravillas que realizó. R Aleluya, aleluya.
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25 de Abril - Jueves, San Marcos Evangelista
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: La gracia de Cristo ha constituido, a unos, evangelistas y, a otros, doctores, y los ha enviado al pueblo creyente como ministros de la fe. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo, luz del mundo por el Evangelio, y, poniendo en sus manos nuestras vidas, digámosle: Guía, Señor, a tu Iglesia con la fuerza del Evangelio. Tú que has mostrado familiarmente tu divinidad en medio de los hombres, * no dejes de resplandecer hoy en tu Iglesia con los múltiples signos de tu gloria. Tú que te acercas a nosotros por las palabras vivas de los evangelistas, * danos durante este día el gozo de tu presencia.
Tú que por la cruz y la resurrección has manifestado la soberanía del amor del Padre, * acoge el trabajo y el dolor de los hombres y transfórmalos en ofrenda de salvación. Tú que en la naciente Iglesia escogiste a Marcos como evangelizador y evangelista, * haz que nosotros seamos hoy con nuestras palabras y ejemplos testigos del Evangelio. (Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos llenos de confianza la oración que Jesús enseñó a los apóstoles.
Oración Señor, tú que diste a san Marcos el carisma de anunciar el Evangelio, haz que sepamos aprovecharnos de sus escritos y por ellos aprendamos a seguir fielmente a Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Al tiempo que va desvelando, paso a paso, la persona de Jesús, a través de sus palabras, y sobre todo, a través de sus actuaciones, Marcos presenta el perfil del verdadero discípulo. También lo hace de forma progresiva. Hacia la mitad de su relato, resume en una frase la propuesta de Jesús: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y me siga” (Mc 8,34). De la mano del evangelista Marcos, progresemos en la contemplación de Jesús y en su seguimiento.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Tristes estaban los apóstoles/ tras sepultar a Cristo/ que, a muerte despiadada,/ lo sentenciaron los impíos. Con dulces palabras, un ángel/ a las mujeres dijo/ que en Galilea el Señor habría muy pronto de ser visto.
148 Mientras corrían presurosas/ a hablar a los discípulos,/ lo ven, besan sus pies, pues se les aparece vivo.
25 de Abril - Jueves, San Marcos Evangelista
ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres.
Cuando lo saben los apóstoles/ acuden velocísimos/ a ver en Galilea el rostro adorable de Cristo.
Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares.
Sé, Jesús, de las almas júbilo/ y pascual regocijo,/ a tus triunfos asócianos, que en la gracia hemos renacido.
Al ir, iban llorando, /llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 1
Tribútese, oh Jesús, la gloria/ a ti, que, ya vencido/ el reino de la muerte.
Antífona 3 - Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo. Aleluya.
Antífona 1 - Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado. Aleluya.
Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo. Aleluya.
Salmo 125 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos»/ El Señor
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios, /Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo /con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, /antes de crear el mundo, /para que fuésemos consagrados /e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, /por pura iniciativa suya, /a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia, /que tan generosamente nos ha concedido /en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, /hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. /El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un derroche para con nosotros, /dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan /que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante: /hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza, /las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Col 1, 3b-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de
25 de Abril - Jueves - Oración de la Noche - Completas
vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.
Responsorio breve
V Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya. R Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya. V Sus maravillas a todas las naciones R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: La palabra del Señor permanece eternamente; y ésta es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros. Aleluya. Preces
Invoquemos a Dios, fuente de toda luz, que por medio del Evangelio de su Hijo nos ha llamado a la fe verdadera, y oremos por su pueblo santo, diciendo: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia. Padre santo, que sacaste de entre los muertos a Jesús, gran pastor de las ovejas, * haz que nosotros seamos
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testigos de Cristo hasta los confines del mundo. Tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres, * haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación. Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra, * haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría. Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo, * haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos, * concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida. Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Oración Señor, tú que diste a san Marcos el carisma de anunciar el Evangelio, haz que sepamos aprovecharnos de sus escritos y por ellos aprendamos a seguir fielmente a Jesucristo. Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Marcos presenta a Jesús en varias ocasiones a solas con los discípulos. En uno de estos encuentros les explicó: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y luego de tres días resucitar” (Mc 8,31). Era el camino pascual que él tenía que recorrer. Y es también el camino a recorrer por quien se decide a seguirlo. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 20)
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26 de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: Mc 16,15-20 Este cierre del evangelio de Marcos, revela la actitud de incredulidad de los discípulos ante el testimonio de diversas personas que afirman que Jesús resucitado se les había manifestado. El evangelista presenta a algunos de los testigos que les llevaron la noticia. El primero es María Magdalena; los segundos, son los dos discípulos que iban de camino a Emaús. A ninguno de ellos le dieron crédito. Fue necesario que Jesús se presentara en medio de ellos durante una comida fraternal, - que muy bien puede ser la celebración de la cena -, para que se convencieran que era verdad lo que les habían anunciado los testigos. Al reproche por la incredulidad y la dureza de corazón, sigue el envío para la gran misión de anunciar la Buena Noticia a toda la creación. Para convertirse en anunciadores de esta noticia tienen que estar firmemente consolidados en la fe pascual. La presencia de Jesús resucitado acabó con sus miedos y vacilaciones. No tenían la menor duda de que había resucitado. Este cambio de actitud los preparó para asumir la responsabilidad de anunciar el Evangelio. El campo está completamente abierto ante ellos. Se trata de ir a todo el mundo y de predicar a toda la creación. Jesús resucitado se revela como Señor de la creación. Convertirse en anunciadores del evangelio exige del enviado una fe consolidada. Eso fue lo que hizo Jesús con los discípulos, y lo sigue haciendo con todo evangelizador. La experiencia pascual es absolutamente necesaria. Las cinco acciones que acompañarán al evangelizador, revelan de forma gráfica la presencia eficaz del Resucitado a su lado y en las comunidades que nacerán del anuncio de la Buena Noticia. P. Antonio Danoz, Redentorista
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de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
El santo de hoy: S. Isidoro de Sevilla (556-636) Nació en Sevilla (España), en el seno de una familia noble. Es hermano de Leandro y Fulgencio, ambos obispos y santos. Sucedió a su hermano Leandro como obispo de Sevilla durante 40 años. Fue un gran promotor de la cultura, creando un colegio célebre en España. Fue un escritor erudito, entre sus obras destaca el “Libro de las genealogías”. Es doctor de la Iglesia y uno de los grandes santos de la Iglesia medieval.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Toda la creación celebra la victoria que nace de la cruz. En ella triunfó la fuerza del amor sobre el odio y la violencia. De ella brota el torrente de gozo al contemplar a Jesús resucitado, que nos impulsa a orar: “Te bendecimos, oh Cristo, que por tu santa cruz redimiste al mundo”.
26 de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Cristo se ha entregado como oblación y víctima por nosotros. Aleluya.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza.
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Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Jerusalén, ciudad de Dios, brillarás con zafiros y esmeraldas. Aleluya.
Cántico
Tob 13, 10-15. 17-19
Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos en Jerusalén,/ la ciudad del Santo;/ por las obras de tus hijos te azotará,/ pero de nuevo se compadecerá/ de los hijos de los justos. Confiesa dignamente al Señor/ y bendice al rey de los siglos/ para que de nuevo sea en ti/ edificado su templo con alegría,/ para que alegre en ti a los cautivos/ y muestre en ti su amor hacia los desdichados/ por todas las generaciones y generaciones. Brillarás cual luz de lámpara/ y todos los confines de la tierra vendrán a ti./ Pueblos numerosos vendrán de lejos/ al nombre del Señor, nuestro Dios,/ trayendo ofrendas en sus manos,/ ofrendas para el rey del cielo. Las generaciones de las generaciones /exultarán en ti./ Y benditos para siempre todos los que te aman. Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,/ que serán congregados,/ y al Señor de los justos bendecirán. Dichosos los que te aman;/ en tu paz se alegrarán./ Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,/ pues en ti se alegrarán/ contemplando toda tu gloria,/ y se regocijarán para siempre. Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,/ porque Jerusalén con zafiros
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26 de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
y esmeraldas/ será reedificada,/ con piedras preciosas sus muros/ y con oro puro sus torres y sus almenas. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Vi la nueva Jerusalén que descendía del cielo. Aleluya.
Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Voy a prepararos un lugar, pero volveré otra vez, para tomaros y llevaros conmigo, para que donde yo esté estéis también vosotros. Aleluya. Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales; digámosle: Vivifícanos, Señor, con tu Espíritu Santo. Padre santo, tú que al resucitar a tu Hijo de entre los muertos manifestaste que habías aceptado su sacrificio, * acepta también la ofrenda de nuestro día y condúcenos a la plenitud de la vida. Bendice, Señor, las acciones de nuestro día * y ayúdanos a buscar en ellas tu gloria y el bien de nuestros hermanos. Que el trabajo de hoy sirva para la edificación de un mundo nuevo * y nos conduzca también a tu reino eterno. Te pedimos, Señor, que nos hagas ser siempre solícitos del bien de los hombres * y que nos ayudes a amarnos mutuamente. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
26 de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Pascua
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Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Jesús se fío siempre de Dios, aún en los momentos más duros de la cruz. Y Dios que no abandona a los humildes, tampoco abandonó a su Hijo ante la humillación de la muerte. Como cuidó de Jesús, colmándolo de su gloria en la resurrección, cuida también de sus fieles.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6
Antífona 2 - Al Rey de los siglos, inmortal e invisible, todo honor y toda gloria. Aleluya. II El Señor es fiel a sus palabras,/ bondadoso en todas sus acciones./ El Señor sostiene a los que van a caer,/ endereza a los que ya se doblan.
Salmo 144
Los ojos de todos te están aguardando,/ tú les das la comida a su tiempo;/ abres tú la mano,/ y sacias de favores a todo viviente.
Día tras día te bendeciré/ y alabaré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es justo en todos sus caminos,/ es bondadoso en todas sus acciones;/ cerca está el Señor de los que lo invocan,/ de los que lo invocan sinceramente.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,/ es incalculable su grandeza;/ una generación pondera tus obras a la otra,/ y le cuenta tus hazañas.
Satisface los deseos de sus fieles/ escucha sus gritos, y los salva./ El Señor guarda a los que lo aman,/ pero destruye a los malvados.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,/ y yo repito tus maravillas;/ encarecen ellos tus temibles proezas/ y yo narro tus grandes acciones;/ difunden la memoria de tu inmensa bondad,/ y aclaman tus victorias.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,/ todo viviente bendiga su santo nombre/ por siempre jamás. Gloria y antífona 2
Antífona 1 - Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único. Aleluya. I Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;/ bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es clemente y misericordioso,/ lento a la cólera y rico en piedad;/ el Señor es bueno con todos,/ es cariñoso con todas sus creaturas. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,/ que te bendigan tus fieles;/ que proclamen la gloria de tu reinado,/ que hablen de tus hazañas; explicando tus proezas a los hombres,/ la gloria y majestad de tu reinado./ Tu reinado es un reinado perpetuo,/ tu gobierno va de edad en edad. Gloria y antífona 1
Antífona 3 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
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26 de Abril - Viernes - Oración de la Noche - Completas
Lectura breve
Heb 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: El buen Pastor dio la vida por sus ovejas. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle confiadamente: Instaura, Señor, tu reino en el mundo. Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu, * haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu espíritu. Tú que enviaste a tus discípulos al
mundo entero para que proclamen tu Evangelio a todos los pueblos, * haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu. Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad, * guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan. Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino, * haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos, * sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren. Terminemos nuestra oración con la palabra del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Hemos disfrutado de las obras maravillosas que Dios durante la jornada. Ahora, es el tiempo de reconocerlo y darle gracias. Podemos cantar con todos los seres de la creación: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y acertados tus caminos, Rey de las naciones” (Ap 15,3). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 22)
27 de Abril - Sábado, Santo Toribio de Mogrovejo
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PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 1,12-16 En los planes del apóstol estaba hacerles una segunda y una tercera visita, para resolver personalmente los problemas que existían en la comunidad. Pero opta por escribirles una carta. Los corintios se quejaron del cambio de planes, poniendo en duda la credibilidad del apóstol. Pablo aclara: “Me he comportado con la sencillez y sinceridad que Dios pide”. No movido por prudencia humana, sino guiado por la gracia de Dios. La forma como Pablo resuelve los problemas ha creado suspicacias. De manera especial las cartas que les ha escrito, en las cuales aborda de forma directa y con la energía los diversos problemas. Niega que haya tenido segundas intenciones. Se siente orgulloso de los corintios. Espera que en el día de nuestro Señor Jesucristo, también ellos se sientan orgullos de la labor realizada por el apóstol entre ellos. Pablo nos da una hermosa lección: él no se deja conducir por criterios humanos; en todo actúa con la sinceridad que Dios le pide. Más aún, se siente orgulloso del testimonio de su conciencia, que nada le reprocha en su forma de actuar. Ante la situación de confusión que se ha creado, Pablo no se esconde. Trata de aclarar las cosas ante la comunidad de Corinto, para que el malestar que ha surgido no enturbie las relaciones con dicha comunidad. Esta forma de actuar de Pablo es el camino a seguir, cuando situaciones parecidas se producen en la familia, en los lugares de trabajo, en el seno de las comunidades cristianas. Dejarse guiar por suspicacias produce muchísimo daño. Pablo tiene siempre presente “el día del Señor”, cuando se manifestará plenamente la victoria de Jesucristo. Esta visión da sentido a su vida y a su labor a favor del Evangelio P. Antonio Danoz, Redentorista
27 de Abril - Sábado, Santo Toribio de Mogrovejo Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: María estuvo al pie de la cruz donde Jesús entregó la vida por la salvación de la humanidad. Jesús padeció la pasión en su cuerpo, María la vivió en su corazón. En la mañana de Pascua, disfrutó el gozo de la “gran Noticia” juntamente con los discípulos. Ella vivió su Pascua en el corazón.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo Pastor Supremo. Aleluya.
Himno de Pastores Cristo, Cabeza, Rey de los pastores,/ el pueblo entero, madrugando a fiesta,/
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27 de Abril - Sábado, Santo Toribio de Mogrovejo
canta a la gloria de tu sacerdote/ himnos sagrados. Con abundancia de sagrado crisma,/ la unción profunda de tu Santo Espíritu/ lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia/ jefe del pueblo. Él fue pastor y forma del rebaño,/ luz para el ciego, báculo del pobre,/ padre común, presencia providente, /todo de todos. Tú que coronas sus merecimientos,/ danos la gracia de imitar su vida/ y al fin, sumisos a su magisterio,/ danos su gloria. Amén. Antífona 1 - ¡Qué magníficas son tus obras, Señor! Aleluya.
Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados/ y florezcan los malhechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera /y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para
proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Derramaré sobre ustedes un agua pura. Aleluya.
Cántico
Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,/ os reuniré de todos los países,/ y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura/ que os purificará:/ de todas vuestras inmundicias e idolatrías/ os he de purificar;/ y os daré un corazón nuevo,/ y os infundiré un espíritu nuevo;/ arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,/ y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,/ y haré que caminéis según mis preceptos,/ y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres./ Vosotros seréis mi pueblo/ y yo seré vuestro Dios. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Todo es de ustedes, y ustedes de Cristo, y Cristo de Dios. Aleluya.
Salmo 8 Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre / en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, /lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros,/ y hasta las
27 de Abril - Sábado - Palabra de Dios para cada día
bestias del campo,/ las aves del cielo, los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas. Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra! Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 13, 7-9ª
Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.
Responsorio breve
V Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. Aleluya, aleluya. R Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. Aleluya, aleluya. V Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: No sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre quien habla por vosotros. Aleluya.
Preces Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor.
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Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor, * haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa. Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, * no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos. Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, * haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa. Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, * haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Señor, tú que quisiste dilatar la Iglesia por medio de la actividad apostólica de santo Toribio de Mogrovejo y por su gran amor a la verdad, suscita también hoy en el pueblo cristiano aquellas mismas virtudes que resplandecen en este santo obispo, para que así la Iglesia crezca constantemente en la fe y se renueve por la santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 1,17-22 Pablo pasa de las razones personales que tenía para actuar, a principios cristianos de gran solidez. Él no se deja llevar por el vaivén entre “el sí y el no”. De su rectitud a la hora de actuar, pone por testigo nada menos que a Dios. Lo único que pretende es confirmar su autoridad apostólica, que considera fundamental para poder seguir realizando su labor de apóstol en aquella comunidad.
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28 de Abril - V Domingo de Pascua /C
Pablo acude al mismo “Jesucristo, el Hijo de Dios”, que les anunció al evangelizar Corinto. Jesús es el ejemplo que tiene delante, y quien le marca el camino que ha de seguir. No fue nunca “un sí y un no”. Él fue el gran “sí”, en el cual se cumplieron todas las promesas de Dios. Dios es quien nos ha concedido el Espíritu, que es “sello” y garantía de que nos mantendremos fieles a Dios y al mismo Jesús, que Pablo encontró en el camino hacia Damasco, y que los corintios conocieron al anunciarles el Evangelio. Después de anunciar solemnemente, que Jesús fue el “sí” de Dios a todas las promesas hechas a la humanidad que buscaba salvación, Pablo invita a pronunciar el “amén”, a gloria de Dios. La palabra “amén”, es una de las cuatro palabras arameas que se han conservado en el Nuevo Testamento. Su significado es “así es”, “estar seguro”. Por una parte, afirma la fidelidad de Dios; por otra, la firmeza en la confesión de fe por parte de los creyentes. En los evangelios aparece en varias ocasiones, para reforzar lo que se quiere afirmar. Así hay que entender el “amén, amén, yo se lo digo” que Jesús emplea. En el Apocalipsis se llama a Jesús “el Amén” (Ap 3,14). “Amén” significa la respuesta comprometida a la confesión de nuestra fe. También significa la adhesión y la confirmación de la alabanza, la acción de gracias, y la súplica que se dirige a Dios en la oración. P. Antonio Danoz, Redentorista
28 de Abril - V Domingo de Pascua /C El santo de hoy: S. Pedro Chanel (1803-1841) Nace en Cuet (Francia). Después de varios años de su ordenación de presbítero, entró en la Sociedad de María. Fue enviado como misionero a Oceanía. Allí encontró numerosas dificultades en su obra de evangelización. Consiguió convertir al rey de Futuna. Este hecho provocó que fuera expulsado de la isla. Él decidió no abandonar aquel lugar. Con una gran violencia lo mataron a golpes.
Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Jesús había dicho: “Nadie tiene amor más grande que aquel que entrega la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Jesús fue más lejos: dio la vida también por los que lo mataron. Al que fue pionero en el amor, Dios que es amor, lo resucitó el primero de entre los muertos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - El alzar de mis manos suba a ti, Señor, como ofrenda de la tarde. Aleluya.
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28 de Abril - V Domingo de Pascua /C
Salmo 140, 1-9 Señor, te estoy llamando, ven de prisa,/ escucha mi voz cuando te llamo./ Suba mi oración como incienso en tu presencia,/ el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Coloca, Señor, un guardia en mi boca,/ un centinela a la puerta de mis labios;/ no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,/ a cometer crímenes y delitos;/ ni que con los hombres malvados/ participe en banquetes. Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,/ pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;/ yo opondré mi oración a su malicia. Sus jefes cayeron despeñados,/ aunque escucharon mis palabras amables;/ como una piedra de molino, rota por tierra,/ están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba. Señor, mis ojos están vueltos a ti,/ en ti me refugio, no me dejes indefenso;/ guárdame del lazo que me han tendido,/ de la trampa de los malhechores. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Me sacaste de la prisión: por eso doy gracias a tu nombre. Aleluya.
Salmo 141 A voz en grito clamo al Señor,/ a voz en grito suplico al Señor;/ desahogo ante él mis afanes,/ expongo ante él mi angustia,/ mientras me va faltando el aliento. Pero tú conoces mis senderos,/ y que en el camino por donde avanzo/ me han escondido una trampa. Me vuelvo a la derecha y miro:/ nadie me hace caso;/ no tengo adónde huir,/ nadie mira por mi vida. A ti grito, Señor;/ te digo: «Tú eres mi refugio/ y mi heredad en el país de la vida». Atiende
a
mis
clamores,/
que
estoy agotado;/ líbrame de mis perseguidores,/ que son más fuertes que yo. Sácame de la prisión,/ y daré gracias a tu nombre:/ me rodearán los justos/ cuando me devuelvas tu favor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Hijo de Dios aprendió, sufriendo, a obedecer; y se ha convertido para los que lo obedecen en autor de salvación eterna. Aleluya.
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
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28 de Abril - V Domingo de Pascua /C
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
pecado: * que obtengan la gracia de tu perdón y el don de una vida nueva.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Salvador del mundo, tú que fuiste crucificado, resucitaste y has de venir a juzgar al mundo, * ten piedad de nosotros, pecadores.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Antífona: El Hijo del hombre ha entrado en su gloria, y por él Dios ha recibido su exaltación. Aleluya.
Preces
Oremos a Cristo, vida y resurrección de todos los hombres, y digámosle con fe: Hijo de Dios vivo, protege a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por tu Iglesia extendida por todo el mundo: * santifícala y haz que cumpla su misión de llevar tu reino a todos los hombres. Te pedimos por los que sufren hambre y por los que están tristes, por los enfermos, los oprimidos y los desterrados: * dales, Señor, ayuda y consuelo. Te pedimos por los que se han apartado de ti por el error o por el
Te rogamos, Señor, por los que viven en el mundo * y por los que han salido ya de él, con la esperanza de la resurrección. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Concluimos la jornada, saludando a Jesús resucitado. Él es la Luz de donde procede toda luz. Celebramos la gloria de Dios creador, al contemplar su obra maravillosa. Celebramos el triunfo de la vida sobre la muerte en Jesús resucitado y en nosotros los bautizados. Que su Espíritu gobierne nuestro descanso. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo, I Vísperas, pág. 11)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Jesús madrugó en la mañana de Pascua a manifestar su victoria sobre la cruz, como signo de humillación. Y nosotros contemplamos con gozo al comienzo del día las llagas gloriosas que lleva en sus pies, manos y costado. Son el signo glorioso de su victoria y de la nuestra. Invocación inicial V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
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28 de Abril - V Domingo de Pascua /C
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 6 Antífona 1 - El que tenga sed que venga a beber de balde el agua de la vida. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Adorad al Señor que ha creado el cielo y la tierra, el mar y las fuentes del agua. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Los fieles festejan la gloria del Señor. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de
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28 de Abril - V Domingo de Pascua /C
los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey.
que sois discípulos míos: en que tenéis caridad unos con otros. Aleluya.
Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes.
Preces
Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R Cristo Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: En esto conocerán todos
Oremos a Cristo, autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, quien por su poder nos resucitará también a nosotros, y digámosle: Cristo, vida nuestra, sálvanos. Cristo, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto, * concédenos vivir hoy en tu alabanza. Señor Jesús, que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz, * concédenos que, unidos a ti en el dolor y en la muerte, resucitemos también contigo. Hijo del Padre, maestro y hermano nuestro, tú que has hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, * enséñanos a ofrecer con alegría nuestro sacrificio de alabanza. Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de la manifestación gloriosa, * para poder contemplar tu rostro y ser semejante a ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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28 de Abril - V Domingo de Pascua /C
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: En el Apocalipsis Jesús glorioso proclama: “Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y ya ves que vivo; vivo por los siglos y tengo las llaves de la muerte”. Éste es el Jesús que celebramos en este tiempo de Pascua. Especialmente en este “día del Señor”.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - Resucitó el Señor y está sentado a la derecha del Padre. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. Aleluya.
Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio.
El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Reina el Señor, nuestro Dios: alegrémonos y démosle gracias. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. /R (Aleluya). /Porque sus juicios son verdaderos y justos. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /R (Aleluya). /Los que le teméis, pequeños y grandes. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. /R (Aleluya). / Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero. /R (Aleluya). /Su esposa se ha embellecido. /R (Aleluya, aleluya). Gloria y antífona 3
164 Lectura breve
28 de Abril - Domingo - Oración de la Noche - Completas
He 10,12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se le ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Os doy un mandato nuevo: que os améis mutuamente como yo os he amado. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los hombres, y ahora intercede por nosotros, y digámosle: Cristo, Rey victorioso, escucha nuestra oración. Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, * derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo. Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza * y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria. Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia * y haz que juntamente con todos nuestros hermanos obtengamos el premio y el descanso de nuestros trabajos.
Tú que has vencido a la muerte, nuestro enemigo, destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo, * para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la muerte y has sido elevado a la derecha del Padre * recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos. Unamos nuestra oración a la que Jesús, nuestro abogado ante el Padre, y digamos como él nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche Completas
Invitación: Con la resurrección de Jesús, Dios ha cambiado la suerte de la humanidad. No es la injusticia que acaba con el justo la que tiene la última palabra. Es la vida que nació de la resurrección. Cosechamos con gozo en esta Pascua, lo que Jesús sembró con dolor. Ahora nos toca a nosotros producir los frutos de discípulos resucitados. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 13)
29 de Abril - Lunes, Santa Catalina de Siena, Virgen
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PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 1 Co 16,19-24 La carta concluye con el saludo de las comunidades de Asia. Menciona en especial el saludo de la comunidad que se reunía en casa de Áquila y Prisca. Se trata del matrimonio judeo-cristiano, que desarrolló una actividad misionera en los comienzos del cristianismo. Los versos finales tienen recomendaciones de gran importancia para la comunidad. La primera: “Bésense con el beso santo”. Se trata de un saludo habitual entre los judíos, que pasó a ser norma entre los componentes de las comunidades cristianas. Otra recomendación de Pablo a la comunidad es bastante fuerte: “Quien no ame al Señor sea anatema”. La expresión la hemos encontrado antes, referida a Jesús: “Nadie que hable con Espíritu de Dios dice: “Anatema sea Jesús” (1Cor 12,3). Se trata de una especie de maldición. En este caso, se refiere a quien “no ama al Señor”. Estas palabras revelan la importancia que Pablo otorga al amor que hemos de tener a Jesús. Los saludos que aparecen al final de las cartas de Pablo, más que responder a una fórmula de cortesía, refleja la relación estrecha que mantenía con las comunidades, y la intercomunicación que había establecido entre ellas, que procuraba fomentar en sus escritos. Al final de la carta aparece una expresión que se ha conservado en arameo: “maranatha”. Puede tomarse como una exclamación: “¡El Señor viene!”. También se puede considerar como una súplica: “¡Ven, Señor!”. Las primeras comunidades la introdujeron en la liturgia cristiana, como una proclamación de la esperanza en la venida del Señor. El libro del Apocalipsis concluye con estas palabras: “El que da testimonio de todo dice: “Sí, vengo pronto” ¡Amén! ¡Ven Señor Jesús!”. Es una hermosa oración reveladora de la esperanza cristiana. P. Antonio Danoz, Redentorista
29 de Abril - Lunes, Santa Catalina de Siena, Virgen, M La santa de hoy: Sta Catalina de Siena (1347-1380) Nace en Siena (Italia). Es una de las grandes mujeres que ha brillado con luz propia en la Iglesia. De joven entró en la orden de las Dominicas. Fue una gran contemplativa, adornada de diversos fenómenos místicos. Consiguió que el papa, al que llamaba “Dulce Cristo en la tierra”, regresara de Aviñón a Roma. También vivió el dolor de ver a la Iglesia dividida por el llamado “Cisma de occidente”. Pablo VI la nombró doctora de la Iglesia en 1970, siendo una de las tres mujeres que tienen este título. Y Juan Pablo II, la Copatrona de Europa
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En Catalina de Siena, tenemos a una gran mujer, inflamada en el amor de Dios, devota contemplativa de Cristo en la cruz. En sus treinta y tres años de vida, esta hija de santo Domingo desplegó una gran actividad al servicio de la Iglesia. A ella se debe que el papa Gregorio XI, el “Dulce Cristo en la tierra”, como ella le llamaba, regresara a Roma.
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29 de Abril - Lunes, Santa Catalina de Siena, Virgen
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes. Aleluya.
Himno Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las almas/ que hicieron de su amor amar divino. Esperasteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida,/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza,/ vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha celebrado,/ no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pereza y el sueño del pecado. Demos gracias a Dios y, humildemente,/ pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia permanente,/ despiertos en la fe y en veste blanca. Amén. Antífona 1 - Se alegrarán los que se acogen a ti. Aleluya.
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. Detestas a los malhechores,/ destruyes a los mentirosos;/ al hombre sanguinario y traicionero/ lo aborrece el Señor. Pero yo, por tu gran bondad,/ entraré en tu casa,/ me postraré ante tu templo santo/ con toda reverencia. Señor, guíame con tu justicia, /porque tengo enemigos;/ alláname tu camino. En su boca no hay sinceridad,/ su corazón es perverso;/ su garganta es un sepulcro abierto,/ mientras halagan con la lengua. Que se alegren los que se acogen a ti,/ con júbilo eterno;/ protégelos, para que se llenen de gozo/ los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices al justo/ y como un escudo lo rodea tu favor. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, tú eres rey y soberano de todo. Aleluya.
Cántico
1Cró 29, 10-13
Bendito eres, Señor, /Dios de nuestro padre Israel,/ por los siglos de los siglos. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,/ la gloria, el esplendor, la majestad,/ porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,/ tú eres rey y soberano de todo.
Salmo 5, 2-10. 12-13
¡Señor, escucha mis palabras,/ atiende a mis gemidos,/ haz caso de mis gritos de auxilio,/ Rey mío y Dios mío.
De ti viene la riqueza y la gloria,/ tú eres señor del universo, /en tu mano está el poder y la fuerza,/ tú engrandeces y confortas a todos.
A ti te suplico, Señor;/ por la mañana escucharás mi voz,/ por la mañana te expongo mi causa,/ y me quedo aguardando.
Por eso, Dios nuestro,/ nosotros te damos gracias,/ alabando tu nombre glorioso. Gloria y antífona 2
Tú no eres un Dios que ame la maldad,/ ni el malvado es tu huésped,/
Antífona 3 - El Señor se sienta como rey eterno. Aleluya.
29 de Abril - Lunes, Santa Catalina de Siena, Virgen
Salmo 28
Hijos de Dios, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
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Antífona: La virgen santa Catalina no cesaba de suplicar al Señor que se dignara dar nuevamente la paz a la santa Iglesia. Aleluya.
Preces
La voz del Señor sobre las aguas,/ el Dios de la gloria hace oír su trueno,/ el Señor sobre las aguas torrenciales.
Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes; genes, y supliquémosle diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
La voz del Señor es potente,/ la voz del Señor es magnífica,/ la voz del Señor descuaja los cedros,/ el Señor descuaja los cedros del Líbano.
Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, * concédenos que nada nos aparte de tu amor.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,/ al Sarión como a una cría de búfalo. La voz del Señor lanza llamas de fuego,/ la voz del Señor sacude el desierto/ el Señor sacude el desierto de Cadés. La voz del Señor retuerce los robles,/ el Señor descorteza las selvas./ En su templo un grito unánime: ¡Gloria! El trono del Señor está encima de la tempestad,/ el Señor se sienta como rey eterno./ El Señor da fuerza a su pueblo,/ el Señor bendice a su pueblo con la paz. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ct 8,7
Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.
Responsorio breve
V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. V Tu rostro buscaré, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, * por su intercesión concédenos recibirte con pureza de corazón. Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, * ayúdanos. Señor, a que los bienes que pasa no nos separen de tu amor Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno con una esperanza activa. Por intercesión de santa Catalina, que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.
Oración
Señor Dios nuestro, que diste a santa Catalina de Siena el don de entregarse con amor a la contemplación de la pasión de cristo y al servicio de la Iglesia, haz que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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29 de Abril - Lunes, Santa Catalina de Siena, Virgen
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Dios manifestó su poder resucitando a Jesús, al que los poderes humanos mataron colgándolo de la cruz. Esta tarde celebramos el amor que Dios nos ha manifestado, entregando a su Hijo a la muerte por la salvación de todos. Mediante nuestra vida de resucitados, hacemos saber al mundo que Jesús sigue vivo y resucitado. Contamos con la ayuda de su Espíritu, para manifestar que nuestro testimonio no es falso.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Dichosa tú que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas. Con el abrazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente. Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/danos en la tentación/ la gracia de resistir. Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén. Antífona 1 - No teman, yo he vencido al mundo. Aleluya.
Salmo 10
él lo detesta./ Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,/ les tocará en suerte un viento huracanado. Porque el Señor es justo y ama la justicia:/ los buenos verán su rostro. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Se hospedará en tu tienda, habitará en tu monte santo. Aleluya.
Salmo 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda/ y habitar en tu monte santo? El que procede honradamente/ y practica la justicia,/ el que tiene intenciones leales/ y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo/ ni difama al vecino,/ el que considera despreciable al impío/ y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró/ aun en daño propio,/ el que no presta dinero a usura/ ni acepta soborno contra el inocente.
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:/ «Escapa como un pájaro al monte,/ porque los malvados tensan el arco,/ ajustan las saetas a la cuerda, / para disparar en la sombra contra los buenos?/ Cuando fallan los cimientos, /¿qué podrá hacer el justo?»
El que así obra nunca fallará. Gloria y antífona 2
Pero el Señor está en su templo santo,/ el Señor tiene su trono en el cielo;/ sus ojos están observando,/ sus pupilas examinan a los hombres.
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El Señor examina a inocentes y culpables,/ y al que ama la violencia,
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para
Antífona 3 - Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
29 de Abril - Lunes, Santa Catalina de Siena, Virgen
que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Co 7,32. 34
El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma.
Responsorio breve
V Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. V Van entrando en el palacio real. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Siempre y en todo lugar, santa Catalina buscaba a Dios, y lo encontraba y poseía, uniéndose al Señor por medio de la caridad y del amor. Aleluya.
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Preces Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes, a causa del reino de Dios, y supliquémosle diciendo: Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga, * haz que sea siempre santa e inmaculada. Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas, * no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti. Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta, * concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe. Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa Catalina, virgen, concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas, * admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino. Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que diste a santa Catalina de Siena el don de entregarse con amor a la contemplación de la pasión de cristo y al servicio de la Iglesia, haz que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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29 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Después de una jornada de trabajo, nos disponemos a entrar en la noche donde reinan las tinieblas. En la gran noche pascual cantamos: “Rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo”. (Pregón pascual). Sobre la noche del pecado ha brillado Jesús resucitado, que es la luz que aleja de nosotros toda tiniebla. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes pág.15)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 2,1-13 La situación a la que hace referencia Pablo se produjo en una visita anterior a la comunidad. Alguna persona influyente había agitado a los corintios en contra del apóstol, lo cual le había producido una gran tristeza. Debería haber producido también tristeza a toda la comunidad. Esta situación había provocado que Pablo les escribiera una carta bastante dura. El apóstol confiesa que lo hizo con gran angustia, “derramando lágrimas”. Pablo distingue dos clases de tristeza: la tristeza según Dios, y la tristeza según el mundo. La primera ha de producir el arrepentimiento. Confiesa, que su intención al escribirles no era producirles tristeza, sino manifestarles el gran amor que les tenía. Después de haber realizado la corrección adecuada por parte de la comunidad, ha llegado el tiempo de perdonar y de animar al que había agitado a algunos en contra de Pablo. El apóstol reclama de la comunidad, que por encima de todo piensen en el amor. Él está dispuesto a perdonar a quien la comunidad decida perdonar. El perdón que otorga al que ha faltado, lo hace en presencia de Cristo y en atención a los corintios. La actuación de Pablo con ocasión del incidente que tuvo lugar en Corinto, nos deja algunas lecciones importantes para nuestras comunidades. El apóstol reconoce, que escribió la carta a la comunidad de Corinto, cuando se encontraba en una situación de ansiedad, que no era la mejor. Para no ponerlos en un trance difícil, decidió no ir a visitarlos. Pablo respetó las medidas de corrección que adoptó la comunidad con la persona que había actuado indebidamente, estimulando la animadversión en contra del apóstol. Lo que es más importante es que prevalezca sobre todo la caridad. Pablo mismo da el primer paso, ofreciendo el perdón. P. Antonio Danoz, Redentorista
Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora de la Iglesia
30 de Abril - Martes,
171
Feria o Memoria de San Pío V, Papa
El santo de hoy: S. Pío V (1504-1572) Nació en Bosco Marengo (Italia). Perteneció a la orden de Predicadores (Dominicos). Fue durante algún tiempo profesor de teología. Más tarde fue elegido obispo y cardenal. En 1566 es elegido papa. Una de sus grandes labores fue aplicar los decretos del concilio de Trento, relativos a la fe, la disciplina y la liturgia. Fue gran promotor de las misiones. Propagó la devoción del Rosario, instituyendo la fiesta dedicada a esta advocación de María.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Un hombre y una mujer nueva ha nacido de la Pascua. Las criaturas pecadoras que éramos han quedado sepultadas en la fuente del bautismo. Allí, aconteció una nueva Pascua. Los que estábamos muertos resucitamos. Celebramos en esta mañana con Jesús nuestra victoria.
Invocación inicial
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - El que bajó es el mismo que ha subido también a lo más alto de los cielos. Aleluya.
Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes:/ él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro?
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ensalzad al rey del cielo y alegraos de su grandeza. Aleluya.
Cántico
Tob 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,/ y cuyo reino dura por los siglos:/ él azota y se compadece,/ hunde hasta el abismo y saca de él,/ y no hay quien escape de su mano.
El hombre de manos inocentes/ y puro corazón, /que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso./ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,/ porque él nos dispersó entre ellos./ Proclamad allí su grandeza,/ ensalzadlo ante todos los vivientes:/ que él es nuestro Dios y Señor,/ nuestro padre por todos los siglos.
Éste es el grupo que busca al Señor,/ que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Él nos azota por nuestros delitos,/ pero se compadecerá de nuevo,/ y os
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30 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Pío V
congregará de entre todas las naciones/ por donde estáis dispersos. Si volvéis a él de todo corazón/ y con toda el alma,/ siendo sinceros con él,/ él volverá a vosotros/ y no os ocultará su rostro. Veréis lo que hará con vosotros,/ le daréis gracias a boca llena,/ bendeciréis al Señor de la justicia/ y ensalzaréis al rey de los siglos. Yo le doy gracias en mi cautiverio,/ anuncie su grandeza y su poder/ a un pueblo pecador. Convertíos, pecadores,/ obrad rectamente en su presencia:/ quizá os mostrará benevolencia/ y tendrá compasión. Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,/ y me alegraré de su grandeza./ Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos en Jerusalén Gloria y antífona 2 Antífona 3 - La tierra está llena de la bondad del Señor. Aleluya.
Salmo 32
Aclamad, justos, al Señor,/ que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara,/ tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;/ cantadle un cántico nuevo,/ acompañando vuestra música con aclamaciones: que la palabra del Señor es sincera,/ y todas sus acciones son leales,/ él ama la justicia y el derecho,/ y su misericordia llena la tierra. La palabra del Señor hizo el cielo;/ el aliento de su boca, sus ejércitos;/ encierra en un odre aguas marinas,/ mete en un depósito el océano. Tema al Señor la tierra entera,/ tiemblen ante él los habitantes del orbe:/ porque él lo dijo, y existió;/ él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,/ frustra los proyectos de los pueblos;/ pero el plan del Señor subsiste por siempre;/ los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,/ el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo,/ se fija en todos los hombres;/ desde su morada observa /a todos los habitantes de la tierra:/ él modeló cada corazón,/ y comprende todas sus acciones. No vence el rey por su gran ejército,/ no escapa el soldado por su mucha fuerza,/ nada valen sus caballos para la victoria,/ ni por su gran ejército se salva. Los ojos del Señor están puestos sus fieles,/ en los que esperan en misericordia,/ para librar sus vidas la muerte/ y reanimarlos en tiempo hambre.
en su de de
Nosotros esperamos en el Señor:/ él es nuestro auxilio y escudo,/ con él se alegra nuestro corazón,/ en su santo nombre confiamos. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,/ como lo esperamos de ti. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 13, 30-33
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy».
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
30 de Abril - Martes, Feria o Memoria de San Pío V
R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
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Tú que te apareciste repetidas veces a los apóstoles y les comunicaste el Espíritu Santo, * renuévanos por el Espíritu consolador. Tú que prometiste estar con tus discípulos hasta el fin del mundo, * quédate hoy con nosotros y sé siempre nuestro compañero. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: La paz os dejo, aleluya, mi paz os doy. Aleluya.
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Preces
Oración
Alabemos a Cristo, que con su poder reconstruyó el templo destruido de su cuerpo, y supliquémosle: Concédenos, Señor, los frutos de tu resurrección. Cristo Salvador, que en tu resurrección anunciaste la alegría a las mujeres y a los apóstoles y salvaste al universo entero, * conviértenos en testigos de tu resurrección. Tú que has prometido la resurrección universal y has anunciado una vida nueva, * haz de nosotros mensajeros del Evangelio de la vida.
Señor, tú que escogiste providencialmente al papa san Pío quinto, para defender la fe y restaurar la liturgia, concédenos, por su intercesión, participar siempre en tus santos misterios con fe viva y con amor fecundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En la antigua Pascua, Dios manifestó su amor a su pueblo librándolo de la esclavitud. En la nueva, Dios ha librado a Jesús, y a nosotros con él, del poder de la muerte que extiende su dominio sobre todos los humanos. Con todos los siervos de la antigua y de la nueva alianza, bendecimos al Señor por su victoria.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Ha llegado el reino de Dios y el poder de su Cristo. Aleluya.
Salmo 19 Que te escuche el Señor el día del peligro,/ que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;/ que te envíe auxilio desde el santuario,/ que te apoye desde el monte Sión; que se acuerde de todas tus ofrendas,/ que le agraden tus sacrificios;/ que cumpla el deseo de tu corazón,/ que dé éxito a todos tus planes.
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Que podamos celebrar tu victoria/ y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;/ que el Señor te conceda todo lo que pides. Ahora reconozco que el Señor/ da la victoria a su Ungido,/ que lo ha escuchado desde su santo cielo,/ con los prodigios de su mano victoriosa. Unos confían en sus carros,/ otros en su caballería;/ nosotros invocamos el nombre/ del Señor, Dios nuestro. Ellos cayeron derribados,/ nosotros nos mantenemos en pie. Señor, da la victoria al rey/ y escúchanos cuando te invocamos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Has asumido, Señor, el poder y has empezado a reinar. Aleluya.
Salmo 20, 2-8. 14 Señor, el rey se alegra por tu fuerza,/ ¡y cuánto goza con tu victoria!/ Le has concedido el deseo de su corazón,/ no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,/ y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido,/ años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama,/ lo has vestido de honor y majestad,/ le concedes bendiciones incesantes,/ lo colmas de gozo en tu presencia:/ porque el rey confía en el Señor/ y con la gracia del Altísimo no fracasará. Levántate, Señor, con tu fuerza/ y al son de instrumentos cantaremos tu poder Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tema al Señor la tierra entera, porque él lo dijo y existió. Aleluya.
Cántico
Ap 14, 11; 5, 9-10.12
Eres digno, Señor Dios nuestro,/ de recibir la gloria,
el honor y el poder,/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro/ y abrir sus sellos, /porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, /lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios /un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado¶ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1 Pe 2, 4-5
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Si me amaseis de veras, os alegraríais de que fuera yo al Padre. Aleluya. Preces Aclamemos alegres a Cristo, que después de ser sepultado en el seno de la tierra resucitó gloriosamente a vida nueva, y digámosle confiados: Rey de la gloria, escúchanos.
30 de Abril - Martes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Te rogamos, Señor, por los obispos, los presbíteros y los diáconos; * que sirvan con celo a tu pueblo y lo conduzcan por los caminos del bien. Te rogamos, Señor, por los que sirven a tu Iglesia con el estudio de tu palabra: * que escudriñen tu doctrina con pureza de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por todos los fieles de tu Iglesia que combatan bien el combate de la fe * y, habiendo corrido hasta la meta, alcancen la corona merecida. Tú que en la cruz cancelaste la nota del cargo de nuestra deuda, * destruye también en nosotros toda clase de esclavitud y líbranos de toda tiniebla.
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(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que al bajar al lugar de los muertos abriste las puertas del abismo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor. Padre nuestro
Oración Señor, tú que escogiste providencialmente al papa san Pío quinto, para defender la fe y restaurar la liturgia, concédenos, por su intercesión, participar siempre en tus santos misterios con fe viva y con amor fecundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Con el salmista cantamos al Señor al terminar el día: “Que los justos festejen su gloria y lo aclamen aun en sus lechos: canten jubilosos en filas, con vítores a Dios en la boca” (Sal 149). Este es el cántico nuevo que brota de los labios de quienes celebramos con gozo la gloria de Jesús resucitado. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 17)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 2,14-17 Pablo nos ofrece una reflexión profunda de cómo entiende el apostolado, y una cálida apología de su misión. El apóstol considera que por la misión que Dios le ha confiado, le ha hecho partícipe de la victoria de Cristo, difundiendo por todas partes el “buen olor” de su conocimiento. Esta imagen la toma Pablo del cortejo de los generales del imperio, y de las marchas triunfales para entrar en Roma, con ocasión de una victoria. Allí se exhibían los trofeos arrebatados a los enemigos. Pablo se considera en el cortejo victorioso de Jesús, no como triunfador sino como humilde siervo, como corresponde a un verdadero apóstol. No sólo es aroma de Cristo la Buena Noticia que se anuncia en medio de la pobreza y las contradicciones. El mismo apóstol que la anuncia es también aroma de Cristo, ofrecido a Dios en favor de los que se salvan y de los que se pierden. Para los que no se salvan es un olor que conduce a la muerte. Y para los que se salvan, “fragancia de vida que lleva a la vida”. Para Pablo, la predicación de la Buena Noticia es cuestión de vida o muerte. Si esto es así, ¿qué tipo de credenciales acreditarán la autenticidad del apóstol? Es difícil que un apóstol, proclamando la Buena Noticia desde la pobreza y la contradicción, pueda ser reconocido y aceptado.
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30 de Abril - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Pablo tiene muy clara la identidad del apóstol. Ante todo, es un “enviado de Dios”. El verdadero apóstol conoce perfectamente su misión. Habla con sinceridad y con verdad. En ningún caso, “trafica con la Palabra de Dios”. Esto era lo que hacían algunos falsos evangelizadores. Otra nota que caracteriza al evangelizador auténtico: No tergiversa la enseñanza recibida. Para mantenerse fiel a la enseñanza, es necesaria una buena preparación de todo tipo: Espiritual, teológica, pastoral. P. Antonio Danoz, Redentorista
Cincuentena Pascual En Camino con Jesús resucitado Antonio Donoz
N
os proponemos invitar a los discípulos y seguidores de Jesús, a adentrarse en las fuentes de donde mana toda espiritualidad genuinamente cristiana. Lo hacemos de forma sencilla, para que pueda ser asequible a todos. Se trata de conseguir, que el misterio de la muerte y resurrección de Jesús, además de ser una confesión de fe pascual, sea una celebración gozosa litúrgico-sacramental. Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
177 HOJA DE PEDIDO de “Oremos con la Iglesia” Sres. Ediciones San Pablo Departamento de suscripción, Caracas (0212) 963.68.81 y 963.65.19 suscripciones@sanpablo.org.ve El suscrito.....................................................................desea recibir ejs ............... de “Oremos con la Iglesia”. Enviar a la siguiente dirección:................................................................................................... .................................................................................................................. ....................................................... Telf.:................................................. Correo electrónico................................................................................... Forma de envío: 1. Adjunto al paquete de otras publicaciones de San Pablo: ( )......... 2. Por otro medio, indicarlo.................................................................. Forma de pago: 1. Tengo cuenta con “San Pablo” - Indicar número............................... ............................................................................................................. 2. Por medio del Banco......................................................................... 3. Otra manera, indicarla...................................................................... Observaciones:..................................................................................... ............................................................................................................. ............................................................................................................. Firma................................................... Fecha.....................................
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