Oremos febrero 2014

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«OREMOS CON LA IGLESIA»

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Contiene: Laudes, Vísperas, Completas y Comentario a la Palabra de Dios

Año IX - Nro. 99 - Febrero 2014 Director: P. Martino Maccapani, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Subdirector: P. Guillermo Pachón, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinadora: July Zambrano P. Antonio Danoz, Redentorista, Resumen del Santo del día Telf.: 481.35.40 P. Antonio Danoz, Redentorista Comentario a la Palabra de Dios Portada: Adrián Rodríguez

Equipo de Revisión, Correcciones: J. Zambrano Diagramación: Dora González Pedidos por suscripción: Telfs.: (0212) 962.73.33 - 962.73.87 -963.73.90 Fax 962.73.89 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Precio unitario Bs.F. 40,00 Administración: Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Depósito legal: pp200502CS1934

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Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Febrero 2014 Universal: Personas mayores. Para que la sabiduría y la experiencia de las personas mayores sean reconocidas en la Iglesia y en la sociedad. Evangelización: Colaboración en la misión. Para que sacerdotes, religiosos y laicos colaboren generosamente en la misión de evangelización.


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Calendario Litúrgico - Febrero 2014, Ciclo “A” 1 de Febrero - Sábado, Feria o Memoria de la Beata Madre de Candelaria de San José - 2Sam 12,1-7.10-17; Sal 50; Mc 4,35-41 L.H.: Propio. 2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor - Ml 3,1-4; Sal 23; Heb 2,1418; Lc 2,22-40. 3 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de San Blas, Obispo y Mártir - 2Sam 15,13-14.30;16,5-13; Sal 33; Mc 5,1-20 - L.H.: 4ª Semana del Salterio. 4 de Febrero - Martes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord. - 2Sam 18,9-10.14.2425.30.-19,3; Sal 85; Mc 5,21-43. 5 de Febrero - Miércoles, Feria o Mem. Sta. Águeda, Virg. y Márt. - 2Sam 24,2.9-17; Sal 31; Mc 6,1-6. 6 de Febrero - Jueves, San Pablo Miki y Compañeros Mártires - 1Re 2,1-4.10-12; Sal (1Cró 29); Mc 6,7-13. 7 de Febrero - Viernes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord. - Sir (Eclo) 47,2-13; Sal 17; Mc 6,14-29. 8 de Febrero - Sábado, Feria o Memoria de San Jerónimo Emiliani - 1Re 3,4-13; Sal 188; Mc 6,30-34. 9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A - Is 58,7-10; Sal 111; 1Cor 2,1-5; Mt 5,13-16. 10 de Febrero - Lunes, Santa Escolástica, Virgen - 1Re 8,1-7.9-13; Sal 131; Mc 6,53-56. L.H.: 1ª Semana del Salterio. 11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes, Virgen - 1Re 8,2223.27-30; Sal 83; Mc 7,1-13. 12 de Febrero - Miércoles, Feria, V Sem. Tpo. Ord. - 1Re 10,1-10; Sal 36; Mc 7,14-23. 13 de Febrero - Jueves, Feria, V Sem. Tpo. Ord. - 1Re 11,4-13; Sal 105; Mc 7,24-30. 14 de Febrero - Viernes, Ss. Cirilo y Metodio, Obispos - 1Re 11,2932;12,19; Sal 80; Mc 7,31-37.

15 de Febrero - Sábado, Feria, V Sem. Tpo. Ord. - 1Re 12,26-32; 13,33-34; Sal 105; Mc 8,1-10. 16 de Febrero - VI Domingo del Tiempo Ordinario /A Sir (Eclo) 15,16-21; Sal 118; 1Cor 2,6-10; Mt 5,17-37. 17 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de Los Siete Santos Fundadores - Stgo 1,1-11; Sal 118; Mc 8,11-13 - L.H.: 2ª Semana del Salterio. 18 de Febrero - Martes, Feria, VI Sem. Tpo. Ord. - Stgo 1,12-18; Sal 93; Mc 8,14-21. 19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. Tpo. Ord. - Stgo 1,19-27; Sal 14; Mc 8,22-26. 20 de Febrero - Jueves, Feria, VI Sem. Tpo. Ord. - Stgo 2,1-9; Sal 33; Mc 8,27-33. 21 de Febrero - Viernes, Feria o Memoria de San Pedro Damián, Obispo y Doctor de la Iglesia - Stgo 2,14-24.26; Sal 111; Mc 8,34-9,1. 22 de Febrero - Sábado, Cátedra de San Pedro - 1Pe 5,1-4; Sal 22; Mt 16,13-19. 23 de Febrero - VII Domingo del Tiempo Ordinario /A . Lv 19,1-2.17-18; Sal 102; 1Cor 3,16-23: Mt 5,38-48. 24 de Febrero - Lunes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. - Stgo 3,13-18; Sal 18; Mc 9,14-29 - L.H.: 3ª Sem. del Salterio. 25 de Febrero - Martes, Feria, VII Sem. Tpo. Ord. - Stgo 4,1-10; Sal 54; Mc 9,30-37. 26 de Febrero - Miércoles, Feria, VII Sem. Tpo. de Ord. - Stgo 4,13-17; Sal 48; Mc 9,38-40. 27 de Febrero - Jueves, Feria, VII Sem. Tpo. Ord - Stgo 5,1-6; Sal 48; Mc 9,41-50. 28 de Febrero - Viernes, Feria, VII Sem. Tpo. Ord. - Stgo 5,9-12; Sal 102; Mc 10,1-12.


Textos comunes

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Oración de la Tarde - Vísperas Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Cántico de la Sma. Virgen María (Lc 1,46-55) (cántico de la tarde) Proclama mi alma la grandeza del Señor,/ se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;/ porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,/ porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:/ su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles/ de generación en generación. Él hace proezas con su brazo:/ dispersa a los soberbios de corazón, / derriba del trono a los poderosos/ y enaltece a los humildes,/ a los hambrientos los colma de bienes/ y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,/ acordándose de su misericordia/ —como lo había prometido a nuestros padres—/ en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre,/ por los siglos de los siglos. Amén.

Conclusión - Laudes y Vísperas Si el que preside es un presbítero o un diácono, bendice con la fórmula siguiente:

El Señor esté con ustedes./ Y con tu espíritu./ La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros./ Amén. Si se despide a la asamblea, se añade:

Pueden ir en paz./ Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye:

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Mañana - Laudes Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. (En forma opcional se dice luego el salmo 94 (o bien el salmo 23, 99, o el 66)

Antífona (para el salmo invitatorio): Entremos a la presencia del Señor, dándole

gracias.

Salmo 94 Venid, aclamemos al Señor,/ demos vítores a la Roca que nos salva;/ entremos a su presencia dándole gracias,/ aclamándolo con cantos. Se repite la antífona

Porque el Señor es un Dios grande,/ soberano de todos los dioses:/ tiene en su


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Textos comunes

mano las simas de la tierra,/ son suyas las cumbres de los montes./ Suyo es el mar, porque él lo hizo,/ la tierra firme que modelaron sus manos. Se repite la antífona

Venid, postrémonos por tierra,/ bendiciendo al Señor, creador nuestro./ Porque él es nuestro Dios,/ y nosotros su pueblo,/ el rebaño que él guía.

que viene a tu presencia, Dios de Jacob. Se repite la antífona

¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona

¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra.

Se repite la antífona

Se repite la antífona

Ojalá escuchéis hoy su voz:/ «No endurezcáis el corazón como en Meribá,/ como el día de Masá en el desierto:/ cuando vuestros padres me pusieron a prueba,/ y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria.

Se repite la antífona

Durante cuarenta años/ aquella generación me repugnó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado,/ que no reconoce mi camino;/ por eso he jurado en mi cólera/ que no entrarán en mi descanso». Se repite la antífona

Gloria al Padre, y al Hijo,/ y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre, /por los siglos de los siglos. Amén. Se repite la antífona

o bien el Salmo 23

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes: /él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. Se repite la antífona

¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro? Se repite la antífona

El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso./ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación. Se repite la antífona

Éste es el grupo que busca al Señor,/

Se repite la antífona

¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Se repite la antífona

o bien el Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. Se repite la antífona

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona

Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. Se repite la antífona

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona

La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe.

o bien el Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Se repite la antífona

Sabed que el Señor es Dios:/ que él


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Textos comunes

nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Se repite la antífona

Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos, /dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Cántico de Zacarías (Lc 1,68-79) (cántico de la mañana) Bendito sea el Señor, Dios de Israel, /porque ha visitado y redimido a su pueblo,/ suscitándonos una fuerza de salvación/ en la casa de David, su siervo,/ según lo había predicho desde antiguo/ por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos/ y de la mano de todos los que nos odian;/ ha realizado

así la misericordia que tuvo con nuestros padres,/ recordando su santa alianza/ y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor,/ arrancados de la mano de los enemigos,/ le sirvamos con santidad y justicia,/ en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,/ porque irás delante del Señor /a preparar sus caminos,/ anunciando a su pueblo la salvación,/ el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,/ nos visitará el sol que nace de lo alto,/ para iluminar a los que viven en tinieblas/ y en sombras de muerte,/ para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. .

Himnos - Domingos- Tiempo Ordinario I Vísperas Los pueblos que marchan y luchan/ con firme tesón/ aclamen al Dios de la vida./ Cantemos hosanna que viene el Señor. Agiten laureles y olivos,/ es Pascua de Dios,/ mayores y niños repitan:/ «Cantemos hosanna que viene el Señor». Jesús victorioso y presente/ ofrece su don/ a todos los justos del mundo./ Cantemos hosanna que viene el Señor. Resuenen en todo camino/ de paz y de amor/ alegres canciones que digan:/ «Cantemos hosanna que viene el Señor». Que Dios, Padre nuestro amoroso,/ el Hijo y su Don/ a todos protejan y acojan./ Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.

Laudes

Es verdad que las luces del alba/ del día de hoy/ son más puras, radiantes y bellas,/ por gracia de Dios. Es verdad que yo siento en mi vida,/ muy dentro de mí,/ que la gracia de Dios es mi gracia,/ que no merecí. Es verdad que la gracia del Padre,/ en Cristo Jesús,/ es la gloria del hombre y del mundo/ bañados en luz. Es verdad que la Pascua de Cristo/ es pascua por mí,/ que su muerte y victoria me dieron/ eterno vivir. Viviré en alabanzas al Padre,/ que al Hijo nos dio,/ y que el Santo Paráclito inflame/ nuestra alma en amor. Amén.

II Vísperas Dios de la luz, presencia ardiente/ sin meridiano ni frontera:/ vuelves la noche mediodía,/ ciegas al sol con tu derecha.


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Textos comunes

Como columna de la aurora,/ iba en la noche tu grandeza;/ te vio el desierto, y destellaron/ luz de tu gloria las arenas. Cerró la noche sobre Egipto/ como cilicio de tinieblas;/ para tu pueblo amanecías/ bajo los techos de las tiendas.

el día o la tiniebla:/ ciegas los ojos del soberbio,/ curas al pobre su ceguera. Cristo Jesús, tú que trajiste/ fuego a la entraña de la tierra,/ guarda encendida nuestra lámpara/ hasta la aurora de tu vuelta. Amén.

Eres la luz, pero en tu rayo/ lanzas

Himnos - Días de Ferias -Tiempo Ordinario Laudes

Vísperas

Dejado ya el descanso de la noche,/ despierto en la alegría de tu amor,/ concédeme tu luz que me ilumine/ como ilumina el sol.

Libra mis ojos de la muerte;/ dales la luz, que es su destino./ Yo, como el ciego del camino,/ pido un milagro para verte.

No sé lo que será del nuevo día/ que entre luces y sombras viviré,/ pero sé que, si tú vienes conmigo,/ no fallará mi fe.

Haz de esta piedra de mis manos/ una herramienta constructiva,/ cura su fiebre posesiva/ y ábrela al bien de mis hermanos.

Tal vez me esperan horas de desierto/ amargas y sedientas, mas yo sé/ que, si vienes conmigo de camino,/ jamás yo tendré sed. Concédeme vivir esta jornada/ en paz con mis hermanos y mi Dios,/ al sentarnos los dos para la cena,/ párteme el pan, Señor. Recibe, Padre santo, nuestro ruego,/ acoge por tu Hijo la oración/ que fluye del Espíritu en el alma/ que sabe de tu amor. Amén.

Haz que mi pie vaya ligero./ Da de tu pan y de tu vaso/ al que te sigue, paso a paso,/ por lo más duro del sendero. Que yo comprenda, Señor mío,/ al que se queja y retrocede;/ que el corazón no se me quede/ desentendidamente frío. Guarda mi fe del enemigo./ ¡Tantos me dicen que estás muerto!/ Y entre la sombra y el desierto/ dame tu mano y ven conmigo. Amén.

Himnos - Común de Pastores Laudes Cristo, Cabeza, Rey de los pastores,/ el pueblo entero, madrugando a fiesta,/ canta a la gloria de tu sacerdote/ himnos sagrados. Con abundancia de sagrado crisma,/ la unción profunda de tu Santo Espíritu/ lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia/ jefe del pueblo. Él fue pastor y forma del rebaño,/ luz

para el ciego, báculo del pobre,/ padre común, presencia providente,/ todo de todos. Tú que coronas sus merecimientos, / danos la gracia de imitar su vida/ y al fin, sumisos a su magisterio,/ danos su gloria. Amén.

Vísperas Cantemos al Señor con alegría,/


Textos comunes / Oración de la Noche - Completas

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unidos a la voz del Pastor santo;/ demos gracias a Dios, que es luz y guía,/ solícito pastor de su rebaño.

hambrientos de verdad y luz divina,/ sigamos al pastor que es providencia/ de pastos abundantes que son vida.

Es su voz y su amor el que nos llama/ en la voz del pastor que él ha elegido,/ es su amor infinito el que nos ama/ en la entrega y amor de este otro cristo.

Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,/ manda siempre a tu mies trabajadores;/ cada aurora, a la puerta del aprisco,/ nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.

Conociendo en la fe su fiel presencia,/

Himnos - Común de Mártires Laudes Testigos de la sangre/ con sangre rubricada,/ frutos de amor cortados/ al golpe de la espada. Testigo del amor/ en sumisión callada;/ canto y cielo en los labios/ al golpe de la espada. Testigos del dolor/ de vida enamorada;/ diario placer de muerte/ al golpe de la espada. Testigos del cansancio/ de su vida inmolada/ a golpe de Evangelio/ y al golpe de la espada. Demos gracias al Padre/ por la sangre

sagrada;/ pidamos ser sus mártires,/ y a cada madrugada/ poder morir la vida/ al golpe de la espada. Amén.

Vísperas Espíritus sublimes,/ ¡oh mártires gloriosos!,/ felices moradores/ de la inmortal Sión,/ rogad por los que luchan/ en las batallas recias,/ que alcancen la victoria/ y eterno galardón. ¡Oh mártires gloriosos/ de rojas vestiduras,/ que brillan con eternos / fulgores ante Dios! Con vuestro riego crezca/ de Cristo la semilla,/ y el campo de las mieses/ se cubra ya en sazón. Amén.

ORACIÓN DE LA NOCHE - Completas En el espíritu de la reforma del Concilio, la oración de completas es presentada como la oración conclusiva de la jornada del cristiano. Es una oración de recogimiento antes del reposo de la noche (aunque sea después de medianoche). Está impregnada de intimidad y de silencio, propio de la noche. Más que una oración de alabanza, se puede decir que las completas son una súplica de protección y una petición de defensa espiritual contra los peligros de la noche.

INVOCACIÓN INICIAL V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. EXAMEN DE CONCIENCIA

Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial, de la siguiente forma:

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.


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Oración de la Noche - Completas Todos examinan en silencio su conciencia. Terminado el examen se añade una de las siguientes fórmulas penitenciales:

I Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. V R V R

II Señor, ten misericordia de nosotros, Porque hemos pecado contra ti. Muéstranos, Señor, tu misericordia. Y danos tu salvación.

III V Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros). V Tú que has venido a llamar a los pecadores, Cristo, ten piedad (de nosotros). R Cristo, ten piedad (de nosotros). V Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros, Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros). Pueden usarse otras invocaciones penitenciales. Si preside la celebración un ministro, él solo dice la absolución siguiente; en caso contrario, la dicen todos:

V El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R Amén. HIMNOS A continuación se dice uno de los himnos siguientes:

Tiempo Ordinario Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor,es nuestra melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo, y alegría. Si poco fue el amor en nuestro empeño de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran amor que todo lo engrandece.


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Oración de la Noche - Completas

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora en justa, e ilumina la senda de la vida y de la muerte del hombre que en la fe lucha y camina. Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la esperanza de esperar cada noche tu gran día. Amen. O bien Se inclina ya mi frente, sellado está el trabajo;

Señor, tu pecho sea la gracia del descanso. Mis ojos se retiran, la voz deja su canto, pero el amor enciende su lámpara velando. Lucero que te fuiste, con gran amor amado, en tu gloria dormimos y en sueños te adoramos. Amén.

Pueden usarse también, sobre todo en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.

SALMODIA

La salmodia para Completas se encuentra en la página 11, después del Salterio en cuatro semanas. Los domingos y solemnidades, después de las I Vísperas, se dice el salmo 4 y el 133; después de las II Vísperas, se dice el salmo 90. En los días dentro de la octava de Navidad se dicen las Completas del domingo, escogiendo las de después de las I Vísperas o las de después de las II Vísperas, según se prefiera. Los demás días, se dicen los salmos y antífonas señalados para cada día de la semana en el Salterio de Completas. Pueden, sin embargo, sustituirse las Completas de cualquier día por las del domingo, para comodidad, sobre todo, de los que quisieren recitarlas de memoria. En este caso, puede tomarse cualquiera de las dos Completas del domingo, tanto las que se dicen después de las I Vísperas, como las que se dicen después de las II Vísperas.

LECTURA BREVE

Se hace luego la lectura breve, que se toma del Salterio de Completas y del mismo día del cual se tomaron los salmos; después se recita el responsorio breve.

RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos:


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Oración de la Noche - Completas

luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración La oración conclusiva se toma del Salterio de Completas. Antes de ella se dice Oremos y al final de ella se responde Amén. CONCLUSIÓN Bendición Después de la oración conclusiva se dice la siguiente bendición, incluso cuando el Oficio lo reza una sola persona:

V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. Antífona final de la Santísima Virgen Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.

I Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar. Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen. Recibe el saludo del ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores. II Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros. III Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,

vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! IV Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.


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Oración de la Noche - Completas

Completas ORACIÓN PARA ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO Para el rezo de Completas pueden usarse los formularios asignados a cada día de la semana en este Salterio de Completas. Si se prefiere, también pueden usarse, en cualquier día, los formularios señalados para después de las I o II Vísperas del domingo, en cuyo caso debe decirse como oración conclusiva la segunda de las dos oraciones que figuran en dichos formularios de domingo.

DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS I VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8

SALMODIA Antífona 1 - Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración. Salmo 4 Escúchame cuando te invoco. Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque. Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho; ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» Pero tú. Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración. Antífona 2 - Durante la noche, bendecid al Señor. Salmo 133 Y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor:


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Oración de la Noche - Completas

Levantad las manos hacia el santuario, y bendecid al Señor. El Señor te bendiga desde Sión: el que hizo cielo y tierra. Ant. Durante la noche, bendecid al Señor. LECTURA BREVE Dt 6, 4-7 Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración Después de las I Vísperas del domingo: Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Después de las I Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos


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Oración de la Noche - Completas

ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, pág. 10

DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS II VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8

SALMODIA Antífona: Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. Salmo 90 Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía.

porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé.

Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará.

Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación».

Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados,

Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.


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Oración de la Noche - Completas

LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará a ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CANTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración Después de las II Vísperas del domingo: Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Después de las II Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 10


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Oración de la Noche - Completas

LUNES

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8

SALMODIA Antífona: Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. Salmo 85 Inclina tu oído. Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero

en el temor de tu nombre.

Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste, del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Ant. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.

LECTURA BREVE 1Tes 5, 9-10 Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.


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Oración de la Noche - Completas

V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 10

MARTES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8

SALMODIA Antífona: No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.


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Oración de la Noche - Completas

Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento.

No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Ant.: No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

LECTURA BREVE 1Pe 5, 8-9 Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.


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Oración de la noche - Completas

Oración Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 10

MIÉRCOLES

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8

SALMODIA Antífona 1 - Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve. Salmo 30, 2-6 A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte;

por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

Antífona 2 - Desde lo hondo a ti grito, Señor. Salmo 129 Desde lo hondo a ti grito, Señor; + Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor,

espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Ant. Desde lo hondo a ti grito, Señor.


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Oración de la noche - Completas

LECTURA BREVE Ef 4, 26-27 No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 10

JUEVES

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8


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Oración de la Noche - Completas

SALMODIA Antífona 1 - Mi carne descansa serena. Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Ant. Mi carne descansa serena.

LECTURA BREVE 1Tes 5, 23 Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.


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Oración de la Noche - Completas

Oración Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 10

VIERNES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 8

SALMODIA Antífona: Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Salmo 87 Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; + llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. Has alejado de mí a mis conocidos,

me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar.

Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido? Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro? Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores,


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Oración de la Noche - Completas

pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido:

me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una; alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas. Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. LECTURA BREVE Jer 14,9 Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro. RESPONSORIO BREVE V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en Paz. Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz Oración Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 10


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1 de Febrero - Sábado, Beata Candelaria de San José, Virgen, M

La beata de hoy: Beata Candelaria de San José (1863-1940) Susana Paz Castillo Ramírez nació en Altagracia de Orituco (Est. Guárico) en el seno de una familia profundamente religiosa. A la muerte de su madre asumió las responsabilidades del Hogar. Al mismo tiempo se dedica a la práctica de la caridad atendiendo a los enfermos.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La Madre Candelaria es “un ejemplo de vida, una heroína de la fe, de la esperanza y de la caridad cristiana. Ella nos indica que el camino de Jesucristo es el de la entrega y del amor. La existencia de la Madre Candelaria fue fecunda en provecho del pueblo venezolano. Esto es ejemplo de lo que la Iglesia hace cada día. Ejemplo de fe ante la incredulidad” (Card. Jorge Urosa).

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.

Himno Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las almas/ que hicieron de su amor amar divino. Esperasteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida,/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza,/ vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha celebrado,/ no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pereza y el sueño del pecado. Demos gracias a Dios y, humildemente,/ pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia per-

manente,/ despiertos en la fe y en veste blanca. Amén. Antífona 1 - Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.

Salmo 118, 145-152 Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras. Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa;/ escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida; /ya se acercan mis inicuos perseguidores,/ están lejos de tu voluntad. Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.

Cántico

Sab 9, 1-6. 9-11

Dios de los padres y Señor de la misericordia,/ que con tu palabra hiciste todas las cosas,/ y en tu sabiduría formaste al hombre,/ para que dominase sobre tus creaturas,/ y para que rigiese


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1 de Febrero - Sábado, Beata Candelaria de San José

el mundo con santidad/ y justicia y lo gobernase con rectitud de corazón. Dame la sabiduría asistente de tu trono/ y no me excluyas del número de tus siervos,/ porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,/ hombre débil y de pocos años,/ demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes. Pues aunque uno sea perfecto/ entre los hijos de los hombres,/ sin la sabiduría, que procede de ti,/ será estimado en nada. Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,/ que te asistió cuando hacías el mundo,/ y que sabe lo que es grato a tus ojos/ y lo que es recto según tus preceptos. Mándala de tus santos cielos/ y de tu trono de gloria envíala/ para que me asista en mis trabajos/ y venga yo a saber lo que te es grato. Porque ella conoce y entiende todas las cosas,/ y me guiará prudentemente en mis obras,/ y me guardará en su esplendor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - La fidelidad del Señor dura por siempre.

Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones, / aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros, /su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ct 8, 7

Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.

Responsorio breve

V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. V Tu rostro buscaré.

R Señor. Buscad mi rostro. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.

Cántico de Zacarías, pág. 5 Antífona: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial. Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, * concédenos que nada nos aparte de tu amor. Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, * por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón. Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, * ayúdanos. Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien la vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa. Por intercesión de Beata Candelaria de San José, que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos. Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Oh Dios, que has derramado tu infinita bondad en la Beata Candelaria de San


2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

José; llenándola de un profundo amor a ti y a tu prójimo, te pedimos que -como ella- nos llenes de sus virtudes para que podamos ser fieles servidores de tu Evangelio. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 4,35-41 Día y noche, Señor, navegamos por un mar tempestuoso. La tormenta se desata contra nuestra frágil barca. Nos llenamos de miedos; dudamos; nos angustiamos. Olvidamos que tú vas con nosotros, aunque lo olvidamos con frecuencia. Nuestra fe se nos tambalea ante una leve brisa. Reconocemos, Señor, que somos muy cobardes. Sálvanos, Señor, que perecemos. Fortalece nuestra fe contra las tormentas que amenazan hundir nuestras débiles barcas P. Antonio Danoz, redentorista

2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor, F La fiesta de hoy: Tiene su origen en la Iglesia de Jerusalén. Se celebraba allí a finales del Siglo IV. Al principio se la consideró una fiesta del Señor, por ser Jesús el centro de la celebración. Andando el tiempo se le dio carácter mariano, recibiendo el nombre de “Purificación de María”. Después del Vaticano II recuperó el sentido de fiesta del Señor.

Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: Aunque fuera del contexto litúrgico de la Navidad, esta fiesta está estrechamente unida al misterio del nacimiento de Jesús. La ley prescribía: “Dedicarás al Señor todos los primogénitos” (Éx 13,12.15). La presentación del primogénito significaba la consagración del primer hijo varón al Señor, como una primicia. Lucas aprovecha el templo, para presentar a Jesús, como “gloria de Israel” y “Salvador de todos los pueblos”.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno

De una Virgen hermosa/ celos tiene el sol,/ porque vio en sus brazos/ otro Sol mayor.


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2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

Cuando del oriente/ salió el sol dorado,/ y otro Sol helado/ miró tan ardiente,/ quitó de la frente/ la corona bella,/ y a los pies de la Estrella/ su lumbre adoró,/ porque vio en sus brazos/ otro Sol mayor. «Hermosa María/ —dice el sol, vencido—,/ de vos ha nacido/ el Sol que podía/ dar al mundo el día/ que ha deseado»./ Esto dijo, humillado,/ a María el sol,/ porque vio en sus brazos / otro Sol mayor. Al Padre y al Hijo/ gloria y bendición,/ y al Espíritu Santo/ por los siglos honor. Amén. Antífona 1 - Sus padres llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Salmo 112 Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Adorna tu tálamo, oh Sión, y recibe a Cristo, tu rey

Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve

como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dichoso eres, Simeón, porque recibiste en tus brazos a Cristo el Señor, salvador de su pueblo.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de es-clavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Hb 10, 5-7

Cristo, al entrar en este mundo, dice: “No quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no te complaciste en holocaustos ni en sacrificios por el pecado; entonces yo exclamé: “Ya estoy aquí, oh Dios, para cumplir tu voluntad” -pues así está escrito de mí en el rollo de la ley”.

Responsorio breve

V El Señor revela su salvación. R El Señor revela su salvación. V Que presentó ante todos los pueblos. R Su salvación.


2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor revela su salvación.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: El anciano llevaba al niño, pero era el niño quien guiaba al anciano; la Virgen lo dio a luz, permaneciendo virgen después del parto; y adoró a quien ella misma había engendrado. Preces Adoremos a Cristo, nuestro salvador presentado en el templo, y supliquémosle, diciendo: Que nuestros ojos vean tu salvación. Cristo salvador, tú que eres la luz para alumbrar las naciones, * ilumina a los que aún te desconocen y haz que crean en ti, Dios verdadero. Redentor nuestro y gloria de tu pueblo Israel, * haz que tu Iglesia sea la luz de las naciones. Señor Jesucristo, deseado de todos los pueblos y contemplado por los ojos del justo Simeón, * haz que todos los hombres puedan alcanzar tu salvación. Señor, que dispusiste que, al ser tú presentado en el templo, el justo

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Simeón anunciara a tu madre que una espada atravesaría su alma, * fortifica a quienes sufren tribulaciones a causa de tu servicio. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Cristo, felicidad de los santos, a quien Simeón pudo contemplar antes de la muerte como tanto había deseado, * haz que los difuntos que desean contemplar tu rostro se sacien de tu visión. Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La Liturgia de las Horas, nos propone al finalizar el día, el himno que Lucas pone en labios de Simeón: Ahora, Señor, según tu palabra, puedes dejar que tu siervo muera en paz, porque mis ojos han visto al Salvador” (Lc 2,29-30). Nosotros también hemos gozado de esta dicha. Ahora, iniciamos en paz nuestro descanso. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo, I Vísperas, pág. 11).

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En el siglo IV la Iglesia estableció la fiesta de la Presentación del Señor en el templo. La fijó en este día siguiendo la cronología que del evangelio de san Lucas, al relatar la infancia de Jesús. Desde el nacimiento de Jesús celebrado el 25 de diciembre han transcurrido cuarenta días. Éste era el tiempo señalado por la ley para la presentación del niño al Señor y para la purificación de la madre (Éx 13,2; Lv 12,2-4). Aunque se encuentra fuera del ciclo de Navidad, la fiesta está impregnada del espíritu navideño.


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2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Mirad, el Señor llega a su templo santo, venid, adorémosle.

Himno Estás aquí, Señor, bien lo proclaman/ los justos que de siempre han esperado/ estar cerca de ti, porque te aman/ y luchan por el mundo que has salvado. Estás aquí, mi Dios, humilde hermano,/ presencia ante mis ojos revelada,/ Salvador eternal del pueblo humano,/ Luz de la Luz que brilla en tu mirada. Bienvenido, Mesías esperado;/ que deje el corazón toda amargura/ porque Dios, siendo Dios, nos ha salvado/ en locura de amor y de ternura. Demos gracias al Padre que ha querido/ darnos el Hijo eterno y bien amado,/ todo el pueblo de Dios le cante unido/ al Fuego del amor que lo ha engendrado. Amén. Antífona 1 - Simeón, hombre recto y piadoso, esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo moraba en él.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi

auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Simeón tomó al Niño en sus brazos y, dando gracias, bendijo a Dios.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.


2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.

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Responsorio breve

V Postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R Postraos ante el Señor en el atrio sagrado. V Aclamad la gloria y el poder del Señor. R En el atrio sagrado. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Cuando entraban sus padres con el niño Jesús, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.

Preces Adoremos a Cristo, nuestro salvador presentado en el templo, y supliquémosle, diciendo: Que nuestros ojos vean tu salvación. Señor Jesús, tú que quisiste ser presentado al Padre en el templo, según estaba prescrito por la ley, * enséñanos a ofrecernos contigo al Padre en el sacrifico de tu Iglesia. Consolador de Israel, a cuyo encuentro en el templo acudió el justo Simeón, * haz que también nosotros salgamos a tu encuentro, acogiéndote en cada uno de nuestros hermanos. Esperado de las naciones, de quien la profetisa Ana habló a todos los que esperaban la redención de Israel, * haz que también nosotros hablemos dignamente de ti y anunciemos tu nombre a nuestros hermanos.

Mal 3,1

Piedra angular del reino de Dios, que has sido predestinado como signo de contradicción, * haz que los hombres encuentren en ti, por la fe y el amor, su resurrección y no su ruina.

Mirad, yo os envío a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí, y pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro.

Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)


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2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

Oración Dios todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro

espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: Aunque el titular de la fiesta es: Presentación del Señor”, por ser Jesús el protagonista principal, María está especialmente presente en la liturgia de este día. Jesús es proclamado “Salvador de todos los pueblos” y “gloria del pueblo de Israel”. Por su parte, María recibe un anuncio doloroso: “Una espada te atravesará el corazón”. La lanza que atraviesa el costado de Jesús, atravesó también el corazón de María.

Invocación inicial

Salmo 109, 1-5. 7

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies».

Himno

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora».

De una Virgen hermosa/ celos tiene el sol,/ porque vio en sus brazos/ otro Sol mayor. Cuando del oriente/ salió el sol dorado,/ y otro Sol helado/ miró tan ardiente,/ quitó de la frente/ la corona bella,/ y a los pies de la Estrella/ su lumbre adoró,/ porque vio en sus brazos/ otro Sol mayor. «Hermosa María/ —dice el sol, vencido—,/ de vos ha nacido/ el Sol que podía/ dar al mundo el día/ que ha deseado»./ Esto dijo, humillado,/ a María el sol,/ porque vio en sus brazos / otro Sol mayor.

Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o de pichones.

Salmo 129

Al Padre y al Hijo/ gloria y bendición,/ y al Espíritu Santo/ por los siglos honor. Amén.

Desde lo hondo a ti grito, Señor,/ Señor, escucha mi voz;/ estén tus oídos atentos /a la voz de mi súplica.

Antífona 1 - El Espíritu Santo había revelado a Simeón que no moriría sin haber visto antes al Ungido del Señor.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,/ ¿quién podrá resistir?/ Pero de ti procede el perdón,/ y así infundes respeto.


2 de Febrero - Domingo, Presentación del Señor

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Mi alma espera en el Señor,/ espera en su palabra;/ mi alma aguarda al Señor,/ más que el centinela la aurora.

gracia. Aquí alcanzaremos misericordia y hallaremos gracia para ser socorridos en el momento oportuno.

Aguarde Israel al Señor,/ como el centinela la aurora;/ porque del Señor viene la misericordia,/ la redención copiosa;/ y él redimirá a Israel/ de todos sus delitos. Gloria y antífona 2

Responsorio breve

Antífona 3 - Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor revela su salvación.

Cántico

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Hoy la Virgen María presentó al niño Jesús en el templo, y Simeón, lleno del Espíritu Santo, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura / pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,/ y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 4, 15-16

No tenemos un sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, al contrario, él mismo pasó por todas las pruebas a semejanza nuestra, fuera del pecado. Acerquémonos, pues, con seguridad y confianza a este trono de la

V El Señor revela su salvación. R El Señor revela su salvación. V Que presentó ante todos los pueblos. R Su salvación

Preces Adoremos a Cristo, nuestro salvador presentado en el templo, y supliquémosle, diciendo: Que nuestros ojos vean tu salvación. Cristo salvador, tú que eres la luz para alumbrar las naciones, * ilumina a los que aún te desconocen y haz que crean en ti, Dios verdadero. Redentor nuestro y gloria de tu pueblo Israel, * haz que tu Iglesia sea la luz de las naciones. Señor Jesucristo, deseado de todos los pueblos y contemplado por los ojos del justo Simeón, * haz que todos los hombres puedan alcanzar tu salvación. Señor, que dispusiste que, al ser tú presentado en el templo, el justo Simeón anunciara a tu madre que una espada atravesaría su alma, * fortifica a quienes sufren tribulaciones a causa de tu servicio. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Cristo, felicidad de los santos, a quien Siméon pudo contemplar antes de la muerte como tanto había deseado, * haz que los difuntos que desean contemplar tu rostro se sacien de tu visión.


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2 de Febrero - Domingo - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro.

nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Oración

Conclusión

Dios todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Simeón proclama a Jesús “Luz para iluminar a los paganos”. De hecho Jesús se proclamará a sí mismo: “Luz del mundo. Quien lo sigue no camina en tinieblas” (Jn 8,12). Jesús es quien nos guía durante el día, y también al atravesar las tinieblas de la noche, para poder amanecer penetrados por su luz de resucitado. De manos de Jesús y de María, recorremos nuestro camino entre sombras y luces. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo, II Vísperas, pág. 13).

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Lc 2,22-40 Hoy entramos en el templo con María, con José, con dos ancianos, Ana y Simeón. Nuestra ofrenda no son tórtolas ni pichones. Es tu Hijo primogénito, que se ha hecho uno de los nuestros. Llénanos de tu Espíritu, como a Simeón, para que en medio de este templo que es el universo, pregonemos a los cuatro vientos: Nuestros ojos han visto al Salvador. Es luz para los que caminan en tinieblas; es la gloria de los que creemos que murió y resucitó, y sigue vivo entre nosotros. Danos el coraje de “hablar del niño”, a los que esperan, y también a quienes viven sin esperanza. P. Antonio Danoz, redentorista

Presentación del Señor


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3 de Febrero - Lunes, Ferio o Mem. de San Blas, Obispo y Mártir

El santo de hoy: San Blas (+ 316) Según una tradición ejerció la profesión de médico. La extracción del hueso de la garganta de un niño, dio motivo a que en la religiosidad popular se lo considere protector contra los males de garganta. Sufrió el martirio en la última persecución de los emperadores romanos contra los cristianos.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Empezamos el día pidiendo al Señor que no se endurezca nuestro corazón, para escuchar con gozo su Palabra y meditarla. Tampoco se nos endurezca el corazón ante las personas desamparadas, desoladas, oprimidas, maltratadas, que podemos encontrarnos a lo largo de la jornada. Ante ellas manifestémonos, misericordiosos, mansos y humildes de corazón.

Invocación inicial

todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,/ y nuestros años se acabaron como un suspiro.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Aunque uno viva setenta años,/ y el más robusto hasta ochenta,/ la mayor parte son fatiga inútil,/ porque pasan aprisa y vuelan.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. Antífona (para el salmo invitatorio): Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor.

Salmo 89 Señor, tú has sido nuestro refugio/ de generación en generación. Antes que naciesen los montes/ o fuera engendrado el orbe de la tierra,/ desde siempre y por siempre tú eres Dios. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:/ «Retornad, hijos de Adán»./ Mil años en tu presencia/ son un ayer, que pasó;/ una vigilia nocturna. Los siembras año por año,/ como hierba que se renueva:/ que florece y se renueva por la mañana,/ y por la tarde la siegan y se seca. ¡Cómo nos ha consumido tu cólera/ y nos ha trastornado tu indignación!/ Pusiste nuestras culpas ante ti,/ nuestros secretos ante la luz de tu mirada:/ y

¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,/ quién ha sentido el peso de tu cólera?/ Enséñanos a calcular nuestros años,/ para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?/ Ten compasión de tus siervos;/ por la mañana sácianos de tu misericordia,/ y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste,/ por los años en que sufrimos desdichas./ Que tus siervos vean tu acción,/ y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor/ y haga prósperas las obras de nuestras manos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.

Cántico

Is 42, 10-16

Cantad al Señor un cántico nuevo,/ llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;/ muja el mar y lo que contiene,/ las islas y sus habitantes;


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3 de Febrero - Lunes, Ferio o Mem. de San Blas

alégrese el desierto con sus tiendas,/ los cercados que habita Cadar;/ exulten los habitantes de Petra,/ clamen desde la cumbre de las montañas;/ den gloria al Señor,/ anuncien su alabanza en las islas. El Señor sale como un héroe,/ excita su ardor como un guerrero,/ lanza el alarido,/ mostrándose valiente frente al enemigo. “Desde antiguo guardé silencio,/ me callaba y aguantaba;/ mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,/ jadeo y resuello. Agostaré montes y collados,/ secaré toda su hierba,/ convertiré los ríos en yermo,/ desecaré los estanques;/ conduciré a los ciegos/ por el camino que no conocen,/ los guiaré por senderos que ignoran./ Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,/ lo escabroso en llano». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.

Salmo 134, 1-12 Alabad el nombre del Señor,/ alabadlo, siervos del Señor,/ que estáis en la casa del Señor,/ en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno,/ tañed para su nombre, que es amable./ Porque él se escogió a Jacob,/ a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande,/ nuestro dueño más que todos los dioses./ El Señor todo lo que quiere lo hace:/ en el cielo y en la tierra,/ en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte,/ con los relámpagos desata la lluvia,/ suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto,/ desde los hombres hasta los animales./ Envió signos y prodigios/ —en medio de ti, Egipto—/ contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,/ mató a reyes poderosos:/ a Sijón, rey de los amorreos;/ a Hog, rey de Basán,/ y a todos los reyes de Canaán./ Y dio su tierra en heredad,/ en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Jdt 8, 25-27

Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que hizo con Abraham, las pruebas porque hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos, sino para amonestarnos.

Responsorio breve

V Aclamad, justos al Señor, que merece la alabanza de los buenos. R Aclamad, justos al Señor, que merece la alabanza de los buenos. V Cantadle un cántico nuevo. R Que merece la alabanza de los buenos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Aclamad, justos al Señor, que merece la alabanza de los buenos.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Preces Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian, acudamos a él diciendo: Escúchanos, Señor. Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste; * continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia. Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo, * renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu. Abre nuestros ojos y los de nuestros


3 de Febrero - Lunes, Ferio o Mem. de San Blas

hermanos * para que podamos contemplar hoy tus maravillas. Ya que nos llamas hoy a tu servicio, * haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia en favor de nuestros hermanos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo: Padre nuestro.

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Oración Escucha , Señor, a tu familia, reunida hoy para recordar al mártir san Blas y concédele la paz en la vida presente y la felicidad en la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: El Señor es un sembrador obstinado en sembrar con abundancia la buena semilla. Lo ha hecho por la mañana; lo ha hecho al mediodía. A la tarde espera que haya producido algún buen fruto. Presentémoslo al Señor en este tiempo de oración. Demos gracias a Dios, porque con su continua siembra de su Palabra nos hace progresar en amor y santidad.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

Salmo 135 I Dad gracias al Señor porque es bueno:/ porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses:/ porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Señor de los señores:/ porque es eterna su misericordia. Sólo él hizo grandes maravillas:/ porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos:/ porque es eterna su misericordia.

Él afianzó sobre las aguas la tierra:/ porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes:/ porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día:/ porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche:/ porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1 Antífona 1 - Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. II Él hirió a Egipto en sus primogénitos:/ porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país:/ porque es eterna su misericordia. Con mano poderosa, con brazo extendido:/ porque es eterna su misericordia. Él dividió en dos partes el mar Rojo:/ porque es eterna su misericordia. Y condujo por en medio a Israel:/ porque es eterna su misericordia.


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3 de Febrero - Lunes, Ferio o Mem. de San Blas

Arrojó en el mar Rojo al Faraón:/ porque es eterna su misericordia.

concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya.

Guió por el desierto a su pueblo:/ porque es eterna su misericordia.

Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Él hirió a reyes famosos:/ porque es eterna su misericordia. Dio muerte a reyes poderosos:/ porque es eterna su misericordia. A Sijón, rey de los amorreos:/ porque es eterna su misericordia. Y a Hog, rey de Basán:/ porque es eterna su misericordia. Les dio su tierra en heredad:/ porque es eterna su misericordia. En heredad a Israel su siervo:/ porque es eterna su misericordia. En nuestra humillación se acordó de nosotros:/ porque es eterna su misericordia. Y nos libró de nuestros opresores:/ porque es eterna su misericordia. Él da alimento a todo viviente:/ porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios del cielo:/ porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha

Este es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas/ tuviesen a Cristo por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Tes 3, 12-13

Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos, así como os amamos nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

Responsorio breve

V Suba, Señor, a ti mi oración. R Suba, Señor, a ti mi oración. V Como incienso en tu presencia. R A ti mi oración. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Suba, Señor, a ti mi oración.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Proclame grandeza, Dios mío.

mi

alma

tu

Preces Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los que se acogen a él, invoquémosle diciendo: Escúchanos, Señor, Dios nuestro. Señor Jesucristo, tú eres nuestra luz; ilumina a tu Iglesia * para que proclame a todas las naciones el gran misterio de piedad manifestado en tu encarnación. Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia, * y haz que con su palabra


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4 de Febrero - Martes, Feria, IV Sem,del Tpo. Ord.

y su ejemplo edifiquen tu pueblo santo. Tú que, por tu sangre, pacificaste el mundo, * aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra. Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio * para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas, * para que sean contados entre tus elegidos.

Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de Dios: Padre nuestro.

Oración Escucha , Señor, a tu familia, reunida hoy para recordar al mártir san Blas y concédele la paz en la vida presente y la felicidad en la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Durante la noche Dios llamó a Samuel. A cada llamado de Dios, el joven estaba siempre dispuesto y respondía. El Señor sigue llamando. A veces el llamado viene durante la noche. Cualquiera que sea el momento en que Dios nos llama, lo importante es estar presto para responderle: “Aquí estoy, qué quieres de mí”. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Lunes, pág. 15)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 5,1-20 Atormentado por un mal espíritu, El hombre habitaba un cementerio, El lugar de los muertos. Tú viniste, Señor, a liberar oprimidos, A resucitar muertos. Libéranos de nuestros demonios cotidianos; Trasládanos al reino de la vida, de la justicia, de la libertad perdida. Queremos pregonar muy alto a parientes amigos y vecinos, la misericordia que has hecho con nosotros. Permítenos, Señor, hacer el camino contigo

P. Antonio Danoz, redentorista.

4 de Febrero - Martes, Feria, IV Sem,del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La misericordia del Señor se extiende de generación en generación, porque “es eterna”, como eterno es su amor. Hay personas que hacen de su vida un ejercicio permanente de misericordia. En ellas Dios nos está invitando a ser misericordiosos con las personas que sufren enfermedad, malos tratos, exclusión por parte de la sociedad.


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4 de Febrero - Martes, Feria, IV Sem,del Tpo. Ord.

Invocación inicial

hecho con nosotros/ y todas tus obras son verdad,/ y rectos tus caminos,/ y justos todos tus juicios.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Hemos pecado y cometido iniquidad/ apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido./ Por el honor de tu nombre,/ no nos desampares para siempre,/ no rompas tu alianza,/ no apartes de nosotros tu misericordia.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. Antífona (para el salmo invitatorio): Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.

Salmo 100 Voy a cantar la bondad y la justicia,/ para ti es mi música, Señor;/ voy a explicar el camino perfecto:/ ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré con rectitud de corazón/ dentro de mi casa;/ no pondré mis ojos/ en intenciones viles. Aborrezco al que obra mal,/ no se juntará conmigo;/ lejos de mí el corazón torcido,/ no aprobaré al malvado. Al que en secreto difama a su prójimo/ lo haré callar;/ ojos engreídos, corazones arrogantes/ no los soportaré. Pongo mis ojos en los que son leales,/ ellos vivirán conmigo;/ el que sigue un camino perfecto,/ ése me servirá. No habitará en mi casa/ quien comete fraudes;/ el que dice mentiras/ no durará en mi presencia. Cada mañana haré callar/ a los hombres malvados,/ para excluir de la ciudad del Señor/ a todos los malhechores. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - No nos desampares, Señor, para siempre.

Cántico

Dan 3, 26-27. 29. 34-41

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,/ digno de alabanza y glorioso es tu nombre. Porque eres justo en cuanto has

Por Abraham, tu amigo,/ por Isaac, tu siervo,/ por Israel, tu consagrado,/ a quienes prometiste/ multiplicar su descendencia/ como las estrellas del cielo,/ como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño/ de todos los pueblos;/ hoy estamos humillados por toda la tierra/ a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes,/ ni profetas, ni jefes;/ ni holocausto, ni sacrificios,/ ni ofrendas, ni incienso;/ ni un sitio donde ofrecerte primicias,/ para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito,/ y nuestro espíritu humilde,/ como un holocausto de carneros y toros/ o una multitud de corderos cebados;/ que éste sea hoy nuestro sacrificio,/ y que sea agradable en tu presencia:/ porque los que en ti confían/ no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón,/ te respetamos y buscamos tu rostro. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.

Salmo 143, 1-10 Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán


4 de Febrero - Martes, Feria, IV Sem,del Tpo. Ord.

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para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa.

Antífona: De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.

Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos.

Dios nos otorga el gozo de poder alabarlo en este comienzo del día, reavivando con ello nuestra esperanza. Invoquémosle, pues, diciendo: Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.

Extiende la mano desde arriba:/ defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David tu siervo. Gloria y antífona 3

Lectura bíblica

Is 55, 1

Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar: vino y leche de balde.

Responsorio breve

V Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. R Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. V Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio. R Espero en tu palabra. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Preces

Dios y Padre de nuestro Salvador Jesucristo, * te damos gracias porque, por mediación de tu Hijo, nos has dado el conocimiento y la inmortalidad. Danos, Señor, un corazón humilde, * para que vivamos sujetos unos a otros en el temor de Cristo. Infunde tu Espíritu en nosotros, tus siervos, * para que nuestro amor fraterno sea sin fingimiento. Tú que has dispuesto que el hombre dominara el mundo con su esfuerzo, * haz que nuestro trabajo te glorifique y santifique a nuestros hermanos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Ya que Dios nos muestra siempre su amor de Padre, velando amorosamente por nosotros, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Aumenta, Señor, nuestra fe, para que esta alabanza que brota de nuestro corazón vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: “La fe es garantía de lo que esperamos, la prueba de lo que no se ve” (Hb 11,1). Entre las tinieblas que a veces nos rodean, la fe es la luz que nos guía. Los discípulos de Jesús somos una lámpara encendida en la noche, que ha de iluminar el camino a muchos que andan extraviados. Nosotros hemos asumido el relevo de muchos testigos de la fe, que nos han precedido.


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4 de Febrero - Martes, Feria, IV Sem,del Tpo. Ord.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.

Salmo 136, 1-6 Junto a los canales de Babilonia/ nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;/ en los sauces de sus orillas/ colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos deportaron/ nos invitaban a cantar;/ nuestros opresores, a divertirlos:/ «Cantadnos un cantar de Sión». ¡Cómo cantar un cántico del Señor/ en tierra extranjera!/ Si me olvido de ti, Jerusalén,/ que se me paralice la mano derecha; que se me pegue la lengua al paladar/ si no me acuerdo de ti,/ si no pongo a Jerusalén/ en la cumbre de mis alegrías. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.

Salmo 137 Te doy gracias, Señor, de todo corazón;/ delante de los ángeles tañeré para ti,/ me postraré hacia tu santuario,/ daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad,/ porque tu promesa supera a tu fama;/ cuando te invoqué, me escuchaste,/ acreciste el valor en mi alma. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra/ al escuchar el oráculo de tu boca;/ canten los caminos del Señor,/ porque la gloria del Señor es grande. El Señor es sublime, se fija en el humilde,/ y de lejos conoce al soberbio.

Cuando camino entre peligros,/ me conservas la vida;/ extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,/ y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo:/ Señor, tu misericordia es eterna,/ no abandones la obra de tus manos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Cántico

Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder,/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3

Lectura bíblica

Col 3, 16

Que la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de todo corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Responsorio breve

V Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. R Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. V De alegría perpetua a tu derecha. R En tu presencia, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


4 de Febrero - Martes - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

R Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo. Preces Invoquemos a Cristo, que da fuerza y poder a su pueblo, diciendo: Señor, escúchanos. Cristo, fortaleza nuestra, concede a todos tus fieles, a quienes has llamado a la luz de tu verdad, * que tengan siempre fidelidad y constancia. Haz, Señor, que los que gobiernan el mundo lo hagan conforme a tu querer, * que sus decisiones vayan encaminadas a la consecución de la paz. Tú que con cinco panes saciaste a la multitud, * enséñanos a socorrer con nuestros bienes a los hambrientos. Que los que tienen en su mano los

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destinos de los pueblos no cuiden sólo del bienestar de su nación, * sino que piensen también en los otros pueblos. Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Cuando vengas en tu día a ser glorificado en los santos, * a nuestros hermanos difuntos la resurrección y la vida feliz. Todos juntos, en familia, repitamos las palabras que nos enseñó Jesús, y oremos al Padre diciendo: Padre nuestro.

Oración Puestos en oración ante ti, Señor, imploramos tu clemencia y te pedimos que nuestras palabras concuerden siempre con los sentimientos de nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Llegada la noche cesan nuestras labores y nos recogemos en nuestros hogares. Es tiempo para descansar. También es tiempo propicio para orar. Para dar gracias y para disponernos a vivir el tiempo de descanso como discípulos de Jesús, poniendo en manos de Dios Padre nuestra vida y nuestro reposo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Martes, pág. 16)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 5,21-43 No hacías, Señor, distinción de género ni sexo. Hoy son dos mujeres las que engrosaron la lista de tus acciones maravillosas. La una, es sanada de una enfermedad que ningún doctor acertó a sanar; la otra, por impulso de tu voz poderosa, se “levantó”, cuando la creían muerta, y empezó a caminar ante el asombro de la gente. Señor, queremos oír de nuevo tus dos palabras: “Tu fe te ha sanado”; “¡levántate y anda”.


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5 de Febrero - Miércoles, Santa Águeda

Entre tantos incrédulos, hoy nos gritas: “¡Basta que tengas fe!”. Señor, este es el problema. ¡Sánanos! ¡Resucítanos P. Antonio Danoz, redentorista

5 de Febrero - Miércoles, Santa Águeda, Virgen y Mártir La santa de hoy: Santa Águeda (+ 251) Es natural de Sicilia donde el martirio en tiempos de Diocleciano. Según una antigua tradición, la habían entregado a una mujer de mala vida para apartarla de Dios. En su martirio fue cruelmente atormentada cortándole los senos. Se le atribuyó la salvación de Catania, su ciudad natal, en una de las erupciones del volcán Etna. Este hecho hizo crecer su veneración en toda la isla. Llegó hasta Roma, donde se levantaron varios templos en su memoria.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Con el gozo que nos da el Espíritu comenzamos el día. Nuestro mundo anda escaso de alegría, aunque multiplica las formas de diversión, las orgías. Solo aquellos que han encontrado el tesoro del reino de Dios disfrutan de las alegrías verdaderas y duraderas. Merece la pena vender los falsos tesoros, por asegurarse el gozo que no tiene límites.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor rey de los mártires.

Himno

Palabra del Señor ya rubricada/ es la vida del mártir, ofrecida/ como prueba fiel de que la espada/ no puede ya truncar la fe vivida. Fuente de fe y de luz es su memoria,/ coraje para el justo en la batalla/ del bien, de la verdad, siempre victoria/ que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla. Martirio es el dolor de cada día,/ si en Cristo y con amor es aceptado,/ fuego lento de amor que en la alegría/ de servir al Señor es consumado.

Antífona 1 - Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. +

Salmo 107

Dios mío, mi corazón está firme,/ + para ti cantaré y tocaré, gloria mía./ Despertad, cítara y arpa,/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos, Señor,/ tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria;/ para que se salven tus predilectos,/ que tu mano salvadora nos responda. Dios habló en su santuario: /«Triunfante ocuparé Siquén,/ parcelaré el valle de Sucot;/ mío es Galaad, mío Manasés,/ Efraím es yelmo de mi cabeza,/ Judá es mi cetro;


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5 de Febrero - Miércoles, Santa Águeda

Moab, una jofaina para lavarme,/ sobre Edom echo mi sandalia,/ sobre Filistea canto victoria». Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,/ quien me conducirá a Edom, /si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado/ y no sales ya con nuestras tropas? Auxílianos contra el enemigo,/ que la ayuda del hombre es inútil;/ con Dios haremos proezas,/ Él pisoteará a nuestros enemigos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me ha revestido de justicia y santidad.

Cántico

Is 61, 10—62, 5

Desbordo de gozo en el Señor,/ y me alegro con mi Dios:/ porque me ha vestido un traje de gala/ y me ha envuelto en un manto de triunfo,/ como a un novio que se pone la corona,/ o a una novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes,/ como un jardín hace brotar sus semillas,/ así el Señor hará brotar la justicia/ y los himnos, ante todos los pueblos. Por amor de Sión no callaré,/ por amor de Jerusalén no descansaré,/ hasta que despunte la aurora de su justicia/ y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia,/ y los reyes, tu gloria;/ te pondrán un nombre nuevo/ pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor/ y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada»;/ ni a tu tierra, «Devastada»;/ a ti te llamarán «Mi favorita», /y a tu tierra, «Desposada»,/ porque el Señor te prefiere a ti,/ y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia,/ así te desposa el que te construyó;/ la alegría que encuentra el marido con su esposa,/ la encontrará tu Dios contigo. Gloria y antífona 2

Antífona 3 - Alabaré al Señor mientras viva.

Salmo 145 Alaba, alma mía, al Señor:/ alabaré al Señor mientras viva,/ tañeré para mi Dios mientras exista. No confiéis en los príncipes,/ seres de polvo que no pueden salvar; /exhalan el espíritu y vuelven al polvo,/ ese día perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,/ el que espera en el Señor, su Dios,/ que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente,/ que hace justicia a los oprimidos,/ que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,/ el Señor abre los ojos al ciego,/ el Señor endereza a los que ya se doblan,/ el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos;/ sustenta al huérfano y a la viuda/ y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente,/ tu Dios, Sión, de edad en edad. Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Co 1, 3-5

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.

Responsorio breve

V El Señor es mi fuerza y mi energía. R El Señor es mi fuerza y mi energía. V Él es mi salvación. R Y mi energía.


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5 de Febrero - Miércoles, Santa Águeda

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor es mi fuerza y mi energía.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Contenta y alegre, se dirigía Águeda a la cárcel como invitada a bodas, y encomendaba al Señor su combate, con oración ferviente.

Preces

Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios, aclamémosle diciendo: Nos has comprado, Señor, con tu sangre. Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, * concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu. Por intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, * concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe. Por la intercesión de los santos

mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos, * concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida. Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero, * concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.

Oración Que nos alcancen tu perdón, Señor, las súplicas de santa Águeda, ella que tanto te agradó por el resplandor de su virginidad y por la fortaleza de su martirio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Son muchos los que andan afanados por conseguir unos bienes, que a la postre no tienen consistencia. El Señor se deja encontrar por aquellos que lo buscan con tesón y perseverancia. Quien busca seguro que lo encuentra. El tiempo de oración es un tiempo de búsqueda. No abandonemos la oración, aunque a veces el tedio se apodere de nosotros.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Dichosa tú, que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas. Con el abrazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/ vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente. Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/ danos en la tentación/ la gracia de resistir.


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5 de Febrero - Miércoles, Santa Águeda

Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén. Antífona 1 - Señor, tu saber me sobrepasa.

Salmo 138, 1-18. 23-24

I Señor, tú me sondeas y me conoces;/ me conoces cuando me siento o me levanto,/ de lejos penetras mis pensamientos;/ distingues mi camino y mi descanso,/ todas mis sendas te son familiares. No ha llegado la palabra a mi lengua,/ y ya, Señor, te la sabes toda./ Me envuelves por doquier,/ me cubres con tu mano./ Tanto saber me sobrepasa,/ es sublime, y no lo abarco. ¿Adónde iré lejos de tu aliento,/ adónde escaparé de tu mirada?/ Si escalo el cielo, allí estás tú;/ si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora,/ si emigro hasta el confín del mar,/ allí me alcanzará tu izquierda, /tu diestra llegará hasta mí. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,/ que la luz se haga noche en torno a mí»,/ ni la tiniebla es oscura para ti,/ la noche es clara como el día. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.

¡Qué incomparables encuentro tus designios,/ Dios mío, qué inmenso es su conjunto!/ Si me pongo a contarlos, son más que arena;/ si los doy por terminados, aún me quedas tú. Señor, sondéame y conoce mi corazón/ ponme a prueba y conoce mis sentimientos,/ mira si mi camino se desvía,/ guíame por el camino eterno. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Todo fue creado por él y para él.

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo.

II Tú has creado mis entrañas,/ me has tejido en el seno materno./ Te doy gracias,/ porque me has formado portentosamente,/ porque son admirables tus obras;/ conocías hasta el fondo de mi alma,/ no desconocías mis huesos.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Cuando, en lo oculto, me iba formando,/ y entretejiendo en lo profundo de la tierra,/ tus ojos veían mis acciones,/ se escribían todas en tu libro,/ calculados estaban mis días/ antes que llegase el primero.

Queridos hermanos: Entrad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu

Lectura breve

1Pe 4, 13-14


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5 de Febrero - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.

ejemplo y rey de los mártires, porque nos amaste hasta el extremo.

Responsorio breve

Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la alianza nueva y eterna.

V Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro. R Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro. V Nos refinaste como refinan la plata. R Pero nos has dado respiro. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.

Canto de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Señor Jesús, maestro bueno, te doy gracias porque me has hecho vencer los tormentos de mis verdugos; haz, Señor, que llegue felizmente a la felicidad de tu reino eterno.

Preces En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos, presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz, aclamemos al Rey de los mártires, diciendo: Te glorifico, Señor. Te damos gracias, Señor, principio,

Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte. Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.

Oración Que nos alcancen tu perdón, Señor, las súplicas de santa Águeda, ella que tanto te agradó por el resplandor de su virginidad y por la fortaleza de su martirio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Jesús ha utilizado muchas formas para dársenos a conocer: “Yo soy la perla que hay que buscar, la levadura que todo lo transforma, el manantial de agua viva que apaga toda sed de amor y de verdad, el sol de justicia que ilumina a todo aquel se acerca con confianza, la resurrección y la vida para los que creen y no dudan en su corazón. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Miércoles, pág. 18)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 6,1-6 Aunque muchos lo duden, tú eres, Señor, el hijo del artesano de Nazaret, que admiraste al mundo por tu sabiduría, por las obras maravillosas que impactaron a las gentes. Aunque despreciado por tus conciudadanos, eres el Profeta que el mundo necesita.


6 de Febrero - Jueves, San Pablo Miki y Compañeros Mártires

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A pesar de la incredulidad de tus vecinos, no podías pasar por tu pueblo sin dejar huella: “Sanaste unos pocos enfermos”. Sana a esta generación de su incredulidad, aunque te asombren las estadísticas de increyentes. P. Antonio Danoz, redentorista

6 de Febrero - Jueves, San Pablo Miki y Compañeros Mártires Los santos de hoy: San Pablo Miki y compañeros mártires El 5 de febrero de 1597 eran crucificados Pablo Miki con otros 25 compañeros en Nagasaki (Japón). Cinco eran franciscanos, tres jesuitas y los restantes eran laicos. Entre los franciscanos se encontraba Felipe de Jesús, nacido en México. Es el primer mártir mejicano.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La vida espiritual de todo discípulo de Jesús se manifiesta en un doble movimiento. El primero responde a un llamado irresistible de Dios que nos invita a vivir en una comunión profunda con él. Nos convertimos en “templos de su gloria”. El segundo movimiento nos proyecta hacia la vida, hacia las tareas cotidianas. Ahí, con el rostro iluminado como Moisés después del encuentro con Dios, tenemos que proyectar como una permanente revelación ante el mundo.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.

Himno, Común de Mártires, pág. 7 Antífona 1 - En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia.

Salmo 142, 1-11

Señor, escucha mi oración;/ tú que eres fiel, atiende a mi súplica;/ tú que eres justo, escúchame./ No llames a juicio a tu siervo,/ pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte,/ empuja mi vida al sepulcro,/ me confina a las tinieblas /como a los muertos ya olvidados./ Mi aliento desfallece,/ mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,/ medito todas tus acciones,/ considero las obras de tus manos/ y extiendo mis brazos hacia ti:/ tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor,/ que me falta el aliento./ No me escondas tu rostro,/ igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia,/ ya que confío en ti;/ indícame el camino que he de seguir,/ pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor,/ que me refugio en ti./ Enséñame a cumplir tu voluntad,/ ya que tú eres mi Dios./ Tu espíritu, que es bueno,/ me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;/ por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria y antífona 1


48

6 de Febrero - Jueves, San Pablo Miki y Compañeros Mártires

Antífona 2 - El Señor hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz.

Cántico

Is 66, 10-14a

Festejad a Jerusalén, gozad con ella,/ todos los que la amáis,/ alegraos de su alegría,/ los que por ella llevasteis luto;/ a su pecho seréis alimentados/ y os saciaréis de sus consuelos/ y apuraréis las delicias/ de sus pechos abundantes. Porque así dice el Señor:/ «Yo haré derivar hacia ella/ como un río la paz,/ como un torrente en crecida,/ las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas/ y sobre las rodillas las acariciarán;/ como a un niño a quien su madre consuela,/ así os consolaré yo/ y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo se alegrará vuestro corazón/ y vuestros huesos florecerán como un prado». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

Salmo 146

Alabad al Señor, que la música es buena;/ nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén,/ reúne a los deportados de Israel;/ él sana los corazones destrozados,/ venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas,/ a cada una la llama por su nombre./ Nuestro Señor es grande y poderoso,/ su sabiduría no tiene medida./ El Señor sostiene a los humildes,/ humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción de gracias al Señor,/ tocad la cítara para nuestro Dios,/ que cubre el cielo de nubes,/ preparando la lluvia para la tierra; que hace brotar hierba en los montes,/ para los que sirven al hombre;/ que da su alimento al ganado,/ y a las crías de cuervo que graznan.

No aprecia el vigor de los caballos,/ no estima los músculos del hombre:/ el Señor aprecia a sus fieles,/ que confían en su misericordia. Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Co 1, 3-5

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.

Responsorio breve

V Los justos viven eternamente. R Los justos viven eternamente. V Reciben de Dios su recompensa. R Viven eternamente. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los justos viven eternamente.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.

Preces Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios, aclamémosle diciendo: Nos has comprado, Señor, con tu sangre. Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, * concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu. Por intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, * concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.


6 de Febrero - Jueves, San Pablo Miki y Compañeros Mártires

Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos, * concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida. Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero, * concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.

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Oración Señor Dios, fortaleza de los mártires, que quisiste que san Pablo Miki y sus compañeros alcanzaran la vida eterna, muriendo en cruz por confesar la fe verdadera, concédenos, por su intercesión, proclamar con valentía nuestra fe hasta derramar por ella, si es preciso, nuestra propia sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Dios ha sido generoso con nosotros colmándonos de los dones de su Espíritu. Pablo confiesa: “La gracia de Dios no ha sido estéril en mí, he trabajado más que todos” (1Cor 15,10). ¿Podemos afirmar lo mismo nosotros? La generosidad de Dios es un llamado permanente a corresponder con una generosidad permanente. En definitiva, será la gracia de Dios la que actuará en nosotros.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Común de Mártires, pág. 7 Antífona 1 - Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a salvo..

Salmo 143

I Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre

es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa. Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos. Extiende la mano desde arriba:/ defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. II Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David, tu siervo. Defiéndeme de la espada cruel,/ sálvame de las manos de extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso.


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6 de Febrero - Jueves, San Pablo Miki y Compañeros Mártires

Sean nuestros hijos un plantío,/ crecido desde su adolescencia;/ nuestras hijas sean columnas talladas,/ estructura de un templo. Que nuestros silos estén repletos/ de frutos de toda especie;/ que nuestros rebaños a millares/ se multipliquen en las praderas,/ y nuestros bueyes vengan cargados;/ que no haya brechas ni aberturas,/ ni alarma en nuestras plazas. Dichoso el pueblo que esto tiene,/ dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el, tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 4, 13-14

Queridos hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu

de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.

Responsorio breve

V Alegraos, justos, y gozad con el Señor. R Alegraos, justos, y gozad con el Señor. V Aclamadlo, los rectos de corazón. R Y gozad con el Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alegraos, justos, y gozad con el Señor.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Se alegran en el cielo los santos que siguieron las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su sangre, reinan con el Señor eternamente. Preces

En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos, presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz, aclamemos al Rey de los mártires, diciendo: Te glorificamos, Señor. Te damos gracias, Señor, principio, ejemplo y rey de los mártires, porque nos amaste hasta el extremo. Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos y les das parte en los premios de tu reino. Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la alianza nueva y eterna. Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina. (Se pueden añadir algunas intenciones libres).

Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte. Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.


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7 de Febrero - Viernes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord.

Oración

Señor Dios, fortaleza de los mártires, que quisiste que san Pablo Miki y sus compañeros alcanzaran la vida eterna, muriendo en cruz por confesar la fe verdadera, concédenos, por su intercesión, proclamar con valentía nuestra fe hasta derramar por ella, si

es preciso, nuestra propia sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Dios ha contado con nosotros para llevar a los hombres y mujeres de esta generación la Buena Noticia de la salvación. Él ha puesto en nuestras manos las redes, y nos ha mandado a pescar; ha encendido su luz en nuestro corazón, y nos ha enviado a poner fuego en la tierra: el fuego del amor. Dios quiere que arda. Para conseguirlo hay que alimentarlo todos los días. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Jueves, pág. 19)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 6,7-13 Aquí estamos, Señor, envíanos a pregonar por ranchos, pueblos y ciudades, la Buena Noticia del reino. Envíanos como mensajeros de paz, despojados de todo signo de poder: sin alforja, sin chequera, sin cuentas corrientes en paraísos fiscales. Danos generosidad y poder, para liberar oprimidos y explotados, para curar enfermos que esperan sanación. Conviértenos, para poder convocar con éxito, a tanta gente necesitada de conversión.

P. Antonio Danoz, redentorista

7 de Febrero - Viernes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Al empezar la jornada tenemos que dejarnos fascinar de nuevo por la Buena Noticia de Jesús. De tal modo que todas nuestras actividades reciban de ella su fuerza y su sentido. Que toda palabra que pronunciemos, sea Palabra de Dios; que todas las obras que realicemos, sean obras de Dios. De este modo, Dios será alabado y bendecido en todo tiempo y lugar.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.


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7 de Febrero - Viernes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): El Señor es bueno, bendecid su nombre.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

Salmo 50

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los pueblos.

Cántico

Tob 13, 10-15. 17-19

Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos en Jerusalén,/ la ciudad del Santo;/ por las obras de tus hijos te azotará,/ pero de nuevo se compadecerá/ de los hijos de los justos. Confiesa dignamente al Señor/ y bendice al rey de los siglos/ para que de nuevo sea en ti/ edificado su templo con alegría,/para que alegre en ti a los cautivos/y muestre en ti su amor hacia los desdichados/ por todas las generaciones y generaciones. Brillarás cual luz de lámpara/ y todos los confines de la tierra vendrán a ti./ Pueblos numerosos vendrán de lejos/ al nombre del Señor, nuestro Dios,/ trayendo ofrendas en sus manos,/ ofrendas para el rey del cielo. Las generaciones de las generaciones/ exultarán en ti./ Y benditos para siempre todos los que te aman. Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,/ que serán congregados,/ y al Señor de los justos bendecirán. Dichosos los que te aman;/ en tu paz se alegrarán./ Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,/ pues en ti se alegrarán/ contemplando toda tu gloria,/ y se regocijarán para siempre. Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,/ porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas/ será reedificada,/ con piedras preciosas sus muros/ y con oro puro sus torres y sus almenas. Gloria y antífona 2


7 de Febrero - Viernes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord.

Antífona 3 - Sión alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra.

Salmo 147

Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Gál 2, 19b-20

Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi. Y mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.

Responsorio breve

V Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí. R Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí. V Desde el cielo me enviará la salvación. R El Dios que hace tanto por mí. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.

Preces Confiados en Dios, que cuida con solicitud de todos los que ha creado

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y redimido con la sangre de su Hijo, invoquémosle diciendo: Escucha, Señor, y ten piedad. Dios misericordioso, asegura nuestros pasos en el camino de la verdadera santidad, * y haz que busquemos siempre cuanto hay de verdadero, noble y justo. No nos abandones para siempre, por amor de tu nombre * no olvides tu alianza con nosotros. Con alma contrita y espíritu humillado te seamos aceptos, * porque no hay confusión para los que en ti confían. Tú que has querido que participáramos en la misión profética de Cristo * haz que proclamemos ante el mundo tus maravillas. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dirijámonos al Padre, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Te pedimos, Señor, tu gracia abundante, para que nos ayude a seguir el camino de tus mandatos, y así gocemos de tu consuelo en esta vida y alcancemos la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


54

7 de Febrero - Viernes, Feria, IV Sem. del Tpo. Ord.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús nos envía al mundo como profetas para anunciar el reino de Dios. Necesitamos purificar con el fuego del Espíritu, la boca, el espíritu y el corazón. Como Isaías necesitamos que el ángel del Señor nos purifique con su fuego ardiente. Entonces podremos cumplir a cabalidad en el mundo en que vivimos la misión de profetas de Jesús.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.

Salmo 144

I Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;/ bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día te bendeciré/ y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza,/ es incalculable su grandeza;/ una generación pondera tus obras a la otra,/ y le cuenta tus hazañas. Alaban ellos la gloria de tu majestad,/ y yo repito tus maravillas;/ encarecen ellos tus temibles proezas,/ y yo narro tus grandes acciones;/difunden la memoria de tu inmensa bondad,/ y aclaman tus victorias. El Señor es clemente y misericordioso,/ lento a la cólera y rico en piedad;/ el Señor es bueno con todos,/ es cariñoso con todas sus criaturas.

Tu reinado es un reinado perpetuo,/ tu gobierno va de edad en edad. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Los ojos de todos te están aguardando, Señor; tú estás cerca de los que te invocan. II El Señor es fiel a sus palabras,/ bondadoso en todas sus acciones./ El Señor sostiene a los que van a caer,/ endereza a los que ya se doblan. Los ojos de todos te están aguardando,/ tú les das la comida a su tiempo;/ abres tú la mano,/ y sacias de favores a todo viviente. El Señor es justo en todos sus caminos,/ es bondadoso en todas sus acciones;/ cerca está el Señor de los que lo invocan,/ de los que lo invocan sinceramente. Satisface los deseos de sus fieles,/ escucha sus gritos, y los salva./ El Señor guarda a los que lo aman,/ pero destruye a los malvados. Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,/ todo viviente bendiga su santo nombre/ por siempre jamás. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

Cántico

Ap 15, 3-4

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,/ que te bendigan tus fieles;/ que proclamen la gloria de tu reinado,/ que hablen de tus hazañas;

Grandes y maravillosas son tus obras /Señor, Dios omnipotente, /justos y verdaderos tus caminos, /¡oh Rey de los siglos!

explicando tus proezas a los hombres,/ la gloria y majestad de tu reinado./

¿Quién no temerá, Señor, /y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo, /


7 de Febrero - Viernes - Oración de la Noche - Completas

porque vendrán todas las naciones /y se postrarán en tu acatamiento, /porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3

gracia nuestra fragilidad, inclinada al pecado.

55 siempre

Rom 8, 1-2

Que los que por nuestra debilidad estamos inclinados al mal, * por tu misericordia obtengamos el perdón.

No hay ya condenación alguna para los que están en Cristo Jesús, porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me libró de la ley del pecado y de la muerte.

Señor, a quien ofende el pecado y aplaca la penitencia, * aparta de nosotros el castigo merecido por nuestros pecados.

Responsorio breve

Tú que perdonaste a la mujer arrepentida y cargaste sobre los hombros la oveja descarriada, * no apartes de nosotros tu misericordia.

Lectura breve

V Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. R Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. V Muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu. R Para llevarnos a Dios. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a nuestros padres.

Preces Invoquemos a Cristo, en quien confían los que conocen su nombre, diciendo: Confirma, Señor, lo que has realizado en nosotros. Señor Jesucristo, consuelo de los humildes, * dígnate sostener con tu

(Se puede añadir algunas intenciones libres)

Tú que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz, * abre las puertas del cielo a todos los difuntos que en ti confiaron. Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, digamos al Padre celestial: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que tu Hijo sufriese por la salvación de todos, haz que, inflamados en tu amor, sepamos ofrecernos a ti como víctima viva. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El operario que Jesús envía a su parcela a trabajar, reposa como hacía Jesús, pero tiene la mente puesta en los campos que tiene que trabajar. El tiempo de reposo es para cargar pilas. Para reanudar con más fervor y entusiasmo la tarea de siembra y recolección. Esta doble misión nos confía el Señor. Es posible que nos toque recoger lo que otros han sembrado con sacrificio. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Viernes, pág. 21)


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8 de Febrero - Sábado, Feria o Memoria de San Jerónimo Emiliani, Presbítero

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 6,14-29 En medio de un desierto, donde tu palabra, Señor, brillaba por su ausencia, surgió un profeta. Su nombre era Juan. Su voz resonó en el palacio de Herodes: “No te es lícito convivir con la mujer de tu hermano”. Con los poderosos, los profetas han tenido mala suerte. Por intrigas de una mujer, que no perdona, la cabeza de Juan apareció en la fiesta sobre una bandeja. Danos, Señor, profetas como Juan Bautista, que denuncian situaciones injustas, aun a riesgo de jugarse la vida. P. Antonio Danoz, redentorista

8 de Febrero - Sábado, Feria o Memoria de San Jerónimo Emiliani, La santa de hoy: San Jerónimo Emiliani (11486-1537) El noble veneciano se convirtió de su mal camino y desde entonces consagró su vida a los indigentes, especialmente a los enfermos y a los huérfanos. Junto con unos compañeros que se le unieron, fundó en Somasca la Sociedad de los Servidores de los Pobres. Murió de peste, atendiendo a los enfermos.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Por la mañana de este día decimos al Señor como Isaías: “Aquí estoy yo. Envíame”. Estoy dispuesto a liberar a los que sufren la opresión de los poderosos, a calmar el hambre de los hambrientos, a socorrer al que anda por la vida sin sentido. Donde hay tanta gente que llora porque no encuentra solución a sus problemas más acuciantes, quiero estar yo para enjugar sus lágrimas.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Escuchemos la voz del Señor y entremos en su descanso.

Himno, Días de ferias, pág. 6 Antífona 1 - Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.

Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los


8 de Febrero - Sábado, Feria o Memoria de San Jerónimo Emiliani, Presbítero

malvados/ y florezcan los malhechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera/ y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.

Cántico

Ez 36, 24-28

Os recogeré de entre las naciones,/ os reuniré de todos los países,/ y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura/ que os purificará:/ de todas vuestras inmundicias e idolatrías/ os he de purificar;/ y os daré un corazón nuevo,/ y os infundiré un espíritu nuevo;/ arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,/ y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,/ y haré que caminéis según mis preceptos,/ y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres./ Vosotros seréis mi pueblo/ y yo seré vuestro Dios. Gloria y antífona 2

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Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles,/ lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies; rebaños de ovejas y toros/ y hasta las bestias del campo,/ las aves del cielo, los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas. Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre /en toda la tierra! Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Pe 3, 13-15a

Nosotros conforme a la promesa del Señor esperamos cielos nuevos y tierra nueva, en los que tiene su morada la santidad. Por eso, carísimos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad con toda diligencia que él os encuentre en paz, sin mancha e irreprensibles. Considerad esta paciente espera de nuestro Señor como una oportunidad para alcanzar la salud.

Responsorio breve

V Te aclamarán mis labios, Señor, cuando salmodie para ti. R Te aclamarán mis labios, Señor, cuando salmodie para ti. V Mi lengua recitará tu auxilio. R Cuando salmodie para ti.

Antífona 3 - De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te aclamarán mis labios, Señor, cuando salmodie para ti.

Salmo 8

Cántico de Zacarías, pág. 5

Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra!

Antífona: Guía nuestros pasos, Dios de Israel, por el camino de la paz.


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9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Preces Adoremos a Dios, que por su Hijo ha dado vida y esperanza al mundo, y supliquémosle diciendo: Escúchanos, Señor. Señor, Padre de todos, tú que nos has hecho llegar al comienzo de este día, * haz que toda nuestra vida unida a la de Cristo sea alabanza de tu gloria. Que vivamos siempre arraigados en la fe, esperanza y caridad, * que tú mismo has infundido en nuestras almas. Haz que nuestros ojos estén siempre levantados hacia ti, * para que respondamos con presteza a tus llamadas. Defiéndenos de los engaños y seduc-

ciones del mal, * y presérvanos de todo pecado. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Contentos por sabernos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, luz esplendente y día sin ocaso, al volver a comenzar un nuevo día te pedimos que nos visites con el esplendor de tu luz y disipes así las tinieblas de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 6,30-34 Un gran gentío que no se puede contar, vaga de un lado para otro sin pastor. Esperan, Señor, que alguien se compadezca, y sacie su hambre con el pan que da vida. Necesitamos estar a solas contigo, pues, somos apenas aprendices de discípulos. Pero el gentío que espera es inmenso, y la compasión no admite tardanza. Concédenos sabiduría para escucharte en soledad y silencio; y oídos, para atender al que pide compasión y misericordia, y nadie lo atiende.

P. Antonio Danoz, redentorista

9 de Febrero - V Domingo del Tpo. Ord. /A Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: El misterio de la resurrección de Jesús, que desde ahora empezamos a celebrar, fue el centro de la fe de la comunidad apostólica. Los discípulos lo anunciaron con su predicación, lo revivieron en sus celebraciones, y se impusieron como tarea testimoniarlo con la propia vida y anunciarlo a todas las gentes de todas las culturas.


9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.

Salmo 140, 1-9 Señor, te estoy llamando, ven de prisa,/ escucha mi voz cuando te llamo./ Suba mi oración como incienso en tu presencia,/ el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Coloca, Señor, un guardia en mi boca,/ un centinela a la puerta de mis labios;/ no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,/ a cometer crímenes y delitos;/ ni que con los hombres malvados/ participe en banquetes. Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,/ pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;/ yo opondré mi oración a su malicia. Sus jefes cayeron despeñados,/ aunque escucharon mis palabras amables;/ como una piedra de molino, rota por tierra,/ están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba. Señor, mis ojos están vueltos a ti,/ en ti me refugio, no me dejes indefenso;/ guárdame del lazo que me han tendido,/ de la trampa de los malhechores. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.

Salmo 141 A voz en grito clamo al Señor,/ a voz en grito suplico al Señor;/ desahogo ante él mis afanes,/ expongo ante él mi angustia,/ mientras me va faltando el aliento. Pero tú conoces mis senderos,/ y que

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en el camino por donde avanzo/ me han escondido una trampa. Me vuelvo a la derecha y miro:/ nadie me hace caso;/ no tengo adónde huir,/ nadie mira por mi vida. A ti grito, Señor;/ te digo: «Tú eres mi refugio/ y mi heredad en el país de la vida». Atiende a mis clamores,/ que estoy agotado;/ líbrame de mis perseguidores,/ que son más fuertes que yo. Sácame de la prisión,/ y daré gracias a tu nombre:/ me rodearán los justos/ cuando me devuelvas tu favor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 11, 33-36

¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los siglos. Amén.


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9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Responsorio breve

V Cuántas son tus obras, Señor. R Cuántas son tus obras, Señor. V Y todas las hiciste con sabiduría. R Tus obras, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cuántas son tus obras, Señor.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Sed como la luz que alumbra a todos los que están en la casa. Preces Glorifiquemos a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y supliquémosle diciendo: Escucha a tu pueblo, Señor. Padre todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia * y que tu pueblo se alegre en la paz. Que todos los pueblos entren a formar parte de tu reino * y que el pueblo judío sea salvado.

tad, vivan en concordia * y que sean siempre fieles a su mutuo amor. Recompensa, Señor, a nuestros bienhechores * y concédeles la vida eterna. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Acoge con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la guerra * y dales el descanso eterno. Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Señor, protege a tu pueblo con tu amor siempre fiel y, ya que sólo en ti hemos puesto nuestra esperanza, defiéndenos siempre con tu poder. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Que los esposos cumplan tu volun-

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Fueron muchos y muy dignos de fe los discípulos que dieron testimonio de la resurrección de Jesús. Por este admirable misterio todos hemos sido enriquecidos con el don de la fe, que es un maravilloso don con el que Dios nos ha agraciado. Con el apóstol Pablo en este momento de oración podemos proclamar: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1Cor 15,10). (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo, I Vísperas, pág. 11)

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En esta mañana en que hacemos memoria de Jesús resucitado, recordamos la Buena Noticia que Pablo recordaba a la comunidad de Corinto: “Les recuerdo hermanos la Buena Noticia que les anuncié…, que les está salvando… Les transmití lo que yo recibí: Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, fue sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras” (1Cor 15,1-4).

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:


9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca, que nos salva. Aleluya.

Himno, Laudes, pág. 5 Antífona 1 - Por ti madrugo, Dios mío, para contemplar tu fuerza y tu gloria. Aleluya.

Salmo 62, 2-9

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.

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Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor.

Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.

En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor.

Antífona 2 - En medio de las llamas, los tres jóvenes unánimes cantaban: «Bendito sea el Señor». Aleluya.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Que el pueblo de Dios se alegre por su Rey. Aleluya.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey.


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9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ap 7, 10. 12

¡La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! La bendición, y la gloria, y la sabiduría, y la acción de gracias, y el honor, y el poder, y la fuerza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Responsorio breve

V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V Tú que estás sentado a la derecha del Padre. R Ten piedad de nosotros. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Vosotros sois la luz del mundo; alumbre vuestra luz a los hombres para

que, viendo vuestras nuevas obras, den gloria a vuestro padre celestial.

Preces Glorifiquemos al Señor Jesús, luz que alumbra a todo hombre y sol de justicia que no conoce el ocaso, y digámosle: Tú que eres nuestra vida y nuestra salvación, Señor, ten piedad. Señor del universo, al darte gracias por el nuevo día que ahora empieza, * te pedimos que el recuerdo de tu santa resurrección sea nuestro gozo durante este domingo. Que tu Espíritu Santo nos enseñe a cumplir tu voluntad, * y que tu sabiduría dirija hoy todas nuestras acciones. Que al celebrar la Eucaristía de este domingo tu Palabra nos llene de gozo, * y que la participación en el banquete de tu amor haga crecer nuestra esperanza. Que sepamos contemplar las maravillas que tu generosidad nos concede, * y que vivamos durante todo el día en acción de gracias. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Digamos ahora todos juntos la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Señor, protege a tu pueblo con tu amor siempre fiel y, ya que sólo en ti hemos puesto nuestra esperanza, defiéndenos siempre con tu poder. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: La resurrección de Jesús es la piedra angular de nuestra fe y de todos los que siguen a Jesús. Tan es así, que Pablo escribe a la comunidad de Corinto: “Si Jesús no ha resucitado, nuestra predicación no tiene sentido… Su fe es ilusoria… Pero no fue así: Cristo resucitó de entre los muertos como pionero” (1Co 15,14). En la vida tenemos que proyectarnos como personas muertas al pecado y llenas de vida en Jesús resucitado.


9 de Febrero - V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, II Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Desde Sión extenderá el Señor el poder de su cetro, y reinará eternamente. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7

Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - En presencia del Señor se estremece la tierra. Aleluya.

Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos?

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En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Cor 1, 3-4

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios.

Responsorio breve

V Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo. R Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo. V Digno de gloria y alabanza por los siglos.


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9 de Febrero - Domingo - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

R En la bóveda del cielo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo R Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Vosotros, mis discípulos, sois la sal de la tierra y la luz del mundo.

Preces

Adoremos a Cristo, Señor nuestro y cabeza de la Iglesia, y digámosle confiadamente: Venga a nosotros tu reino, Señor. Señor, amigo de los hombres, haz de tu Iglesia instrumento de concordia y unidad entre ellos * y signo de salvación para todos los pueblos. Protege con tu brazo poderoso al Papa y a todos los obispos * y concédeles trabajar en unidad, amor y paz. A los cristianos concédenos vivir íntimamente unidos a ti, nuestro

Maestro, * y dar testimonio en nuestras vidas de la llegada de tu reino. Concede, Señor, al mundo el don de la paz * y haz que en todos los pueblos reine la justicia y el bienestar. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Otorga, a los que han muerto, una resurrección gloriosa * y haz que los que aún vivimos en este mundo gocemos un día con ellos de la felicidad eterna. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.

Oración Señor, protege a tu pueblo con tu amor siempre fiel y, ya que sólo en ti hemos puesto nuestra esperanza, defiéndenos siempre con tu poder. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El tiempo que media entre la sepultura de Jesús y su resurrección fue como una larga noche. Pero esa noche terminó el Día en que Jesús salió del sepulcro, cuando el día amanecía y la luz vencía a las tinieblas. Durante el descanso nocturno nos adentramos en una noche en la que reinan las tinieblas. Pero nosotros somos “hijos de la luz” y no podemos dejarnos dominar por la tiniebla del pecado. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo, II Vísperas, pág. 13)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 5,13-16 Desde lo alto del monte, Señor, nos gritas muy fuerte: “Ustedes son sal de la tierra”. Quieres que salemos el mundo Con el amor y la justicia de tu reino. De nada sirve un discípulo insípido. Levantas de nuevo la voz: “Ustedes son la luz del mundo”. Es difícil, Señor, prender una lucecilla, en la densa tiniebla que se apoderó del mundo. Líbranos del gesto cobarde de esconder nuestra lámpara. Danos coraje, para levantar la antorcha de la Buena Noticia, sobre este globo que gira día noche sin descanso. P. Antonio Danoz, redentorista


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10 de Febrero - Lunes, Santa Escolástica, Virgen, M

La santa de hoy: Santa Escolástica (480-547) Nace en Nursia. Es hermana gemela de san Benito. Pertenece a la ilustre familia de los Ancini. Se consagró a Dios desde su infancia. La relación humana con su hermano se extendió al campo espiritual. La Regla escrita por san Benito se fue imponiendo también en las congregaciones femeninas. Las religiosas benedictinas le dan el nombre de “Nuestra madre”, relacionándola con los orígenes de la orden.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Al comenzar el día el Señor nos dice al oído palabras que hablan de misión: grita, anuncia, ponte en camino. Todas nos hablan de movimiento, de actividad. Jesús estaba en continuo movimiento por pueblos y ciudades, para anunciar la Buena Noticia. Cuando salimos de casa hemos de pensar que el Señor nos envía al mundo de los negocios, del trabajo profesional a llevar una Buena Noticia a la gente que encontremos.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.

Himno Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las almas/ que hicieron de su amor amar divino. Esperásteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida,/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza,/ vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha celebrado,/ no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pereza y el sueño del pecado.

Demos gracias a Dios y, humildemente,/ pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia permanente,/ despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.

Salmo 5, 2-10. 12-13

Señor, escucha mis palabras,/ atiende a mis gemidos,/ haz caso de mis gritos de auxilio,/ Rey mío y Dios mío. A ti te suplico, Señor;/ por la mañana escucharás mi voz,/ por la mañana te expongo mi causa,/ y me quedo aguardando. Tú no eres un Dios que ame la maldad,/ ni el malvado es tu huésped,/ ni el arrogante se mantiene en tu presencia. Detestas a los malhechores,/ destruyes a los mentirosos;/ al hombre sanguinario y traicionero/ lo aborrece el Señor. Pero yo, por tu gran bondad,/ entraré en tu casa,/ me postraré ante tu templo santo/ con toda reverencia. Señor, guíame con tu justicia,/ porque tengo enemigos;/ alláname tu camino. En su boca no hay sinceridad,/ su corazón es perverso;/ su garganta es un sepulcro abierto,/ mientras halagan con la lengua.


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10 de Febrero - Lunes, Santa Escolástica

Que se alegren los que se acogen a ti,/ con júbilo eterno;/ protégelos, para que se llenen de gozo/ los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices al justo/ y como un escudo lo rodea tu favor. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.

Cántico

1Crón 29, 10-13

Bendito eres, Señor,/ Dios de nuestro padre Israel,/ por los siglos de los siglos. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,/ la gloria, el esplendor, la majestad,/ porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,/ tú eres rey y soberano de todo.

desierto/ el Señor sacude el desierto de Cadés. La voz del Señor retuerce los robles,/ el Señor descorteza las selvas./ En su templo un grito unánime: ¡Gloria! El trono del Señor está encima de la tempestad,/ el Señor se sienta como rey eterno./ El Señor da fuerza a su pueblo,/ el Señor bendice a su pueblo con la paz. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Cant 8,7

Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.

Responsorio breve

De ti viene la riqueza y la gloria,/ tú eres señor del universo,/ en tu mano está el poder y la fuerza,/ tú engrandeces y confortas a todos.

V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.

Por eso, Dios nuestro,/ nosotros te damos gracias,/ alabando tu nombre glorioso. Gloria y antífona 2

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.

Antífona 3 - Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

Salmo 28

Hijos de Dios, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ postraos ante el Señor en el atrio sagrado. La voz del Señor sobre las aguas / el Dios de la gloria hace oír su trueno,/ el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente,/ la voz del Señor es magnífica,/ la voz del Señor descuaja los cedros,/ el Señor descuaja los cedros del Líbano. Hace brincar al Líbano como a un novillo,/ al Sarión como a una cría de búfalo. La voz del Señor lanza llamas de fuego,/ la voz del Señor sacude el

V Tu rostro buscaré, Señor. R Buscad mi rostro.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.

Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único es-poso, * concédenos que nada nos aparte de tu amor. Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, * por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón. Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, *


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10 de Febrero - Lunes, Santa Escolástica

ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno.

Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.

Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa.

Oración

Por intercesión de santa Escolástica, que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Al celebrar la fiesta de santa Escolástica, virgen, te pedimos, Señor, que, siguiendo su ejemplo, te sirvamos con un amor puro y experimentemos las delicias de tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Los dones de Dios no suelen meter mucho ruido. Más bien actúan de forma misteriosa. La gente se preguntaba al ver las maravillas que realizaba Jesús: “¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y los poderes que tiene?” (Mt 13,54). Esa sabiduría y esos poderes tenían una fuente, que para muchos era desconocida: su comunión con el Padre del cual procede todo cuanto existe en el cielo y en la tierra.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno

Dichosa tú, que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas.

Antífona 1 - El Señor se complace en los justos.

Salmo 10 Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:/ «Escapa como un pájaro al monte,/ porque los malvados tensan el arco,/ ajustan las saetas a la cuerda,/ para disparar en la sombra contra los buenos?/ Cuando fallan los cimientos, /¿qué podrá hacer el justo?»

Con el abrazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/ vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente.

Pero el Señor está en su templo santo,/ el Señor tiene su trono en el cielo;/ sus ojos están observando,/ sus pupilas examinan a los hombres.

Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/ danos en la tentación/ la gracia de resistir.

El Señor examina a inocentes y culpables,/ y al que ama la violencia, él lo detesta.

Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén.

Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,/ les tocará en suerte un viento huracanado./ Porque el Señor es justo


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10 de Febrero - Lunes, Santa Escolástica

y ama la justicia:/ los buenos verán su rostro. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Salmo 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda/ y habitar en tu monte santo? El que procede honradamente/ y practica la justicia,/ el que tiene intenciones leales/ y no calumnia con su lengua,/ el que no hace mal a su prójimo/ ni difama al vecino,/ el que considera despreciable al impío/ y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró/ aun en daño propio,/ el que no presta dinero a usura/ ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el

momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Co 7, 32. 34

El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma.

Responsorio breve V Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. V Van entrando en el palacio real. R Las traen entre alegría. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te trae preparada. Preces

Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes, a causa del reino de Dios, y supliquémosle diciendo: Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga, * haz que sea siempre santa e inmaculada. Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas, * no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti. Señor Jesucristo, a quien !a Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta, * concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe.


11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes

Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa Escolástica virgen, * concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión. (Se pueden añadir algunas intenciones)

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas, * admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino. Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre: Padre nuestro.

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Oración Al celebrar la fiesta de santa Escolástica, virgen, te pedimos, Señor, que, siguiendo su ejemplo, te sirvamos con un amor puro y experimentemos las delicias de tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Dios se sirve para sus obras de personas humildes y sencillas. Esto desconcierta a los sabios de este mundo, que muchas veces las ignora y las desprecia. Lo mismo le pasó a Jesús cuando visitó su ciudad. Sus conciudadanos solo se fijaban en sus orígenes humildes. Dios retira sus dones a los soberbios, y colma de su gracia a los humildes. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Lunes, pág. 15)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 6,53-56 A donde quiera que llegabas, Señor, te hacías notar. No por lujosas carrozas y escuadrones de seguridad. Tampoco acudía la gente a escuchar a un charlatán. No te rodeaban con guirnaldas de flores, sino con camillas de enfermos. Todos querían tocarte, aunque solo fuera el manto, pues, quien lo tocaba quedaba sanado. Los enfermos siguen ahí en la calle, en los ambulatorios, en los hospitales. Esperan que hoy tus discípulos les procuremos los remedios que la sociedad no les procura. Que sientan, Señor, al menos el calor de nuestra mano, y no los dejemos defraudados. P. Antonio Danoz, redentorista

11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes, F La fiesta de hoy: Nuestra Señora de Lourdes El origen del título mariano de Ntra. Sra. de Lourdes se relaciona con las apariciones de la Virgen María a Bernardette Soubirous en la gruta de Massabielle en Lourdes, el 11 de febrero de 1858. Éste fue el mensaje: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Cuatro años antes había sido declarado dogma de fe la Inmaculada Concepción de María. Lourdes es uno de los grandes centros de peregrinación de la cristiandad.


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11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En esta fiesta celebramos la memoria de la que es “Aurora luminosa de salvación, de la que ha nacido el Sol de justicia”. En torno a la imagen de María contemplamos los signos más sensibles de la debilidad humana. Por un lado los enfermos, que cada tarde hacen su especial desfile. Junto a ellos, hombres y mujeres cuya debilidad afecta a lo más profundo de sus personas. Necesitan ser sanados en el espíritu.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.

Himno

Eres tú la mujer llena de gloria,/ alzada por encima de los astros;/ con tu sagrado pecho das la leche/ al que en su providencia te ha creado. Lo que Eva nos perdió tan tristemente,/ tú lo devuelves por tu fruto santo;/ para que al cielo ingresen los que lloran,/ eres tú la ventana del costado. Tú eres la puerta altísima del Rey/ y la entrada fulgente de la luz;/ la vida que esta Virgen nos devuelve/ aplauda el pueblo que alcanzó salud. Sea la gloria a ti, Señor Jesús,/ que de María Virgen has nacido,/ gloria contigo al Padre y al Paráclito,/ por sempiternos y gozosos siglos. Amén. Antífona 1 - Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú que ahora vives ya en la gloria del Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo.

Salmo 62, 2-9

gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el orgullo de nuestra raza.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.

¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.


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11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes

Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - ¡Alégrate, Virgen María! Tú llevaste en el seno a Cristo, el Salvador.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 1

Lectura breve

Is 61,10

Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.

Responsorio breve

V El Señor la eligió y la predestinó. R El Señor la eligió y la predestinó. V La hizo morar en su templo santo. R Y la predestinó. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor la eligió y la predestinó.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: De ti, Virgen María, luminosa aurora de nuestra salvación, surgió el Sol de justicia que nació de lo alto para visitarnos.

Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros. Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente, * haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia. Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada, * líbranos de toda ocasión de pecado. Salvador del mundo, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz, * por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos. Señor Jesús, que colgado en la cruz


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11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes

entregaste María a Juan como madre, * haz que nosotros vivamos también como hijos suyos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.

Oración Ven en ayuda de nuestra debilidad, Dios

de misericordia, y haz que, al recordar hoy a la inmaculada Madre de tu Hijo, por su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde Vísperas

Invitación: No siempre el resultado de la obra realizada se corresponde con el esfuerzo. Esta sensación podemos tenerla después de una jornada intensa, fatigante. No miremos atrás con ira. Volvamos la mirada al Señor para decirle: “Soy simplemente tu obrero”. He hecho lo que mis fuerzas me han permitido. Estoy seguro que tú, Señor, terminarás la obra que yo he comenzado. Gracias por haberme ayudado.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Salve, del mar Estrella,/ salve, Madre sagrada/ de Dios y siempre virgen,/ puerta del cielo santa. Tomando de Gabriel/ el «Ave», Virgen alma,/ mudando el nombre de Eva,/ paces divinas trata. La vista restituye,/ las cadenas desata,/ todos los males quita,/ todos los bienes causa. Muéstrate madre, y llegue/ por ti nuestra esperanza/ a quien, por dar-nos vida,/ nació de tus entrañas. Entre todas piadosa,/ Virgen, en nuestras almas,/ libres de culpa, infunde/ virtud humilde y casta. Vida nos presta pura,/ camino firme allana,/ que quien a Jesús llega/ eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo/ Espíritu alabanzas;/ una a los tres le demos,/ y siempre eternas gracias. Amén. Antífona 1 - Alégrate María, llena de gracia, el Señor está contigo.

Salmo 121 ¡Qué alegría cuando me dijeron:/«Vamos a la casa del Señor»!/ Ya están pisando nuestros pies/ tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada/ como ciudad bien compacta./ Allá suben las tribus,/ las tribus del Señor, según la costumbre de Israel,/ a celebrar el nombre del Señor;/ en ella están los tribunales de justicia/ en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén:/ «Vivan seguros los que te aman,/ haya paz dentro de tus muros,/ seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros,/ voy a decir: «La paz contigo»./ Por la casa del Señor, nuestro Dios,/ te deseo todo bien. Gloria y antífona 1


11 de Febrero - Martes, Nuestra Señora de Lourdes

Antífona 2 - Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra.

Salmo 126 Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis,/ que veléis hasta muy tarde,/ los que coméis el pan de vuestros sudores:/ ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas

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las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Gál 4, 5-6

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Responsorio breve

V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. V Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. R El Señor está contigo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Preces Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, * haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria. Tú, que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz.


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11 de Febrero - Martes - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Tú que hiciste de María la llena de gracia, * concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.

grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.

Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.

Oración

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras

Ven en ayuda de nuestra debilidad, Dios de misericordia, y haz que, al recordar hoy a la inmaculada Madre de tu Hijo, por su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Lucas nos transmite en los Hechos una enseñanza de Jesús que no encontramos en los evangelios: “Recuerden el dicho del Señor Jesús: más vale dar que recibir” (Hch 20,35). Pudiera suceder que al llegar la hora del descanso, nos volvamos a Dios para recibir la recompensa por la obra realizada. Más bien, demos gracias a Dios que nos ha permitido darnos con generosidad a favor de muchos hermanos necesitados. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Martes, pág. 16)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 7,1-13 La hipocresía aún no ha terminado. Seguimos con disfraces y protocolos, para ocultar la maldad que acumulamos por dentro. También nosotros llega la denuncia: “Este pueblo me honra con los labios, Pero su corazón está lejos de mí”. No permitas, Señor, que invalidemos el mandato de Dios con nuestros preceptos humanos. La impureza no está en las manos, Sino en las malas acciones y en el corazón. P. Antonio Danoz, redentorista


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12 de Febrero - Miércoles, Feria, V Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Empezamos el día encontrándonos con Dios en la oración. En ella se produce la “teofanía” de Dios que ilumina con su claridad nuestras tinieblas, que pone ante nosotros el camino de Jesús que tenemos que recorrer con fidelidad y con constancia hasta el final. La oración es un Pentecostés en el que Dios hace descender sobre nosotros su Espíritu. Él será nuestro guía y nuestro consolador.

Invocación inicial

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,/ tu justicia con los rectos de corazón;/ que no me pisotee el pie del soberbio,/ que no me eche fuera la mano del malvado.

Antífona (para el salmo invitatorio): Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.

Han fracasado los malhechores;/ derribados no se pueden levantar. Gloria y antífona 1

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6

Antífona 2 - Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.

Antífona 1 - Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.

Cántico

Salmo 35 El malvado escucha en su interior/ un oráculo del pecado:/ «No tengo miedo a Dios,/ ni en su presencia»./ Porque se hace la ilusión de que su culpa/ no será descubierta ni aborrecida. Las palabras de su boca son maldad y traición,/ renuncia a ser sensato y a obrar bien;/ acostado medita el crimen,/ se obstina en el mal camino, /no rechaza la maldad. Señor, tu misericordia llega al cielo,/ tu fidelidad hasta las nubes,/ tu justicia hasta las altas cordilleras;/ tus sentencias son como el océano inmenso. Tú socorres a hombres y animales;/ ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;/ los humanos se acogen a la sombra de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa,/ les das a beber del torrente de tus delicias,/ porque en ti está la fuente viva/ y tu luz nos hace ver la luz.

Jdt 16, 2-3. 15-19

¡Alabad a mi Dios con tambores,/ elevad cantos al Señor con cítaras,/ ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,/ ensalzad e invocad su nombre!/ Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,/ su nombre es el Señor. Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:/ Señor, tú eres grande y glorioso,/ admirable en tu fuerza, invencible. Que te sirva toda la creación,/ porque tú lo mandaste y existió;/ enviaste tu aliento y la construiste,/ nada puede resistir a tu voz. Sacudirán las olas los cimientos de los montes,/ las peñas en tu presencia se derretirán como cera,/ pero tú serás propicio a tus fieles. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aclamad a Dios con gritos de júbilo.

Salmo 46

Pueblos todos, batid palmas,/ aclamad a Dios con gritos de júbilo;/ porque el


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12 de Febrero - Miércoles, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

Señor es sublime y terrible,/ emperador de toda la tierra. Él nos somete los pueblos/ y nos sojuzga las naciones;/ él nos escogió por heredad suya:/ gloria de Jacob, su amado. Dios asciende entre aclamaciones;/ el Señor, al son de trompetas:/ tocad para Dios, tocad,/ tocad para nuestro Rey, tocad. Porque Dios es el rey del mundo:/ tocad con maestría./ Dios reina sobre las naciones,/ Dios se sienta en su trono sagrado. Los príncipes de los gentiles se reúnen/ con el pueblo del Dios de Abraham;/ porque de Dios son los grandes de la tierra,/ y él es excelso. Gloria y antífona 3

Lectura breve Tob 4,16 -17.19-20

Preces Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados: Santifica, Señor, a tus hermanos. Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu resurrección * y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean agradables. Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos, * sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a los ojos del mundo. Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el nuevo día, signo de tu amor, * renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.

No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a buen fin todas tus sendas y proyectos.

Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo * y que a nadie devolvamos mal por mal.

Responsorio breve

Oración

V Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V Dame vida con tu palabra. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.

Cántico de Zacarías pág. 5 Antífona: Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo: Padre nuestro. Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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12 de Febrero - Miércoles, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: En este final de jornada, Jesús que nos ha acompañado durante la travesía del desierto, nos ofrece el maná de su Palabra y del pan de vida para rehacer nuestras fuerzas. Necesitamos sentarnos con él a la mesa para que nos parta el pan con el amor con que él sabe hacerlo. Sentados a su mesa, aprenderemos a partir también el pan que sacia nuestros cuerpos y el pan que alimenta la vida de los hijos de Dios.

Invocación inicial

II

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Escúchame, Señor, que te llamo;/ ten piedad, respóndeme.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6

No rechaces con ira a tu siervo,/ que tú eres mi auxilio;/ no me deseches, no me abandones,/ Dios de mi salvación.

Antífona 1 - El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? +

Salmo 26

I

El Señor es mi luz y mi salvación, /¿a quién temeré?/ + El Señor es la defensa de mi vida,/ ¿quién me hará temblar?

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro»./ Tu rostro buscaré, Señor,/ no me escondas tu rostro.

Si mi padre y mi madre me abandonan,/ el Señor me recogerá. Señor, enséñame tu camino,/ guíame por la senda llana,/ porque tengo enemigos.

Cuando me asaltan los malvados/ para devorar mi carne,/ ellos, enemigos y adversarios,/ tropiezan y caen.

No me entregues a la saña de mi adversario,/ porque se levantan contra mí testigos falsos,/ que respiran violencia.

Si un ejército acampa contra mí,/ mi corazón no tiembla;/ si me declaran la guerra,/ me siento tranquilo.

Espero gozar de la dicha del Señor/ en el país de la vida.

Una cosa pido al Señor,/ eso buscaré:/ habitar en la casa del Señor/ por los días de mi vida;/ gozar de la dulzura del Señor/ contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda/ el día del peligro;/ me esconderá en lo escondido de su morada,/ me alzará sobre la roca; y así levantaré la cabeza/ sobre el enemigo que me cerca;/ en su tienda sacrificaré/ sacrificios de aclamación:/ cantaré y tocaré para el Señor. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.

Espera en el Señor, sé valiente,/t en ánimo, espera en el Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados.


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12 de Febrero - Miércoles, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,/ y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve Stgo 1,22.25 Llevad a la práctica la Palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. El que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que hace libre) y es constante no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por obra, éste encontrará la felicidad en practicarla.

Responsorio breve

V Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. R Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. V No arrebates mi alma con los pecadores. R Ten misericordia de mí. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. Preces Oremos, hermanos, a Dios Padre, que en su amor nos mira como hijos, y digámosle: Muéstranos, Señor, la abundancia de tu amor.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia; guárdala de todo mal * y haz que crezca en tu amor. Que todos los pueblos, Señor, te reconozcan como al único Dios verdadero * y a Jesucristo como el Salvador, que tú has enviado. A nuestros parientes y bienhechores concédeles tus bienes * y que tu bondad les dé la vida eterna. Te pedimos, Señor, por los trabajadores que sufren: alivia sus dificultades * y haz que todos los hombres reconozcan su dignidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libre).

En tu misericordia acoge a los que hoy han muerto * y dales posesión de tu reino. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos a nuestro Padre común: Padre nuestro.

Oración Escucha, Señor, nuestras súplicas y protégenos durante el día y durante la noche: tú que eres siempre inmutable da firmeza a los que vivimos sujetos a la sucesión de los tiempos y de las horas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


13 de Febrero - Jueves, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

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Oración de la Noche - Completas

Invitación: Recogidos en este tiempo de silencio y de calma, meditamos palabra por palabra los gestos de Jesús, al multiplicar los alimentos a la multitud. “Tomar”: hay que buscar el pan en las arcas de los que lo tienen. “Bendecir”: Hay que dar gracias a Dios, que alimenta a los pájaros y que creó alimento suficiente para todos. “Repartir”: Para que llegue a todos, Jesús nos invita a poner manos a la obra y no mantenernos como simples espectadores del reparto injusto. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Miércoles, pág. 18)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 7,14-23 Después, Señor, de tantos siglos seguimos sin entender. Nos fijamos en lo que procede fuera, Y olvidamos que lo malo sale del corazón. Transfórmanos el corazón, para eliminar del mundo: fornicación, robos, asesinatos, adulterios, codicia, fraude; desatino, blasfemia y arrogancia. Todo lo que has creado es hermoso; Somos los humanos los que lo hemos contaminado. Devuélvele, Señor, la inocencia primera. P. Antonio Danoz, redentorista

13 de Febrero - Jueves, Feria, V Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Empezamos el día poniéndonos en contacto con Dios. Él será el compañero de nuestro transitar por los acontecimientos, siempre sorprendentes, muchas veces imprevistos. Pero Dios está ahí, en la brisa suave de un gesto solidario, en la tormenta de un encontronazo con la persona que nos cae mal. También en la tormenta se manifiesta Dios. Estemos atentos para descubrir su presencia.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

Salmo 56 Misericordia, Dios mío, misericordia,/ que mi alma se refugia en ti;/ me refugio a la sombra de tus alas/ mientras pasa la calamidad.


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13 de Febrero - Jueves, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

Invoco al Dios Altísimo,/ al Dios que hace tanto por mí:/ desde el cielo me enviará la salvación,/ confundirá a los que ansían matarme,/ enviará su gracia y su lealtad. Estoy echado entre leones/ devoradores de hombres:/ sus dientes son lanzas y flechas,/ su lengua es una espada afilada. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Han tendido una red a mis pasos/ para que sucumbiera;/ me han cavado delante una fosa,/ pero han caído en ella. Mi corazón está firme, Dios mío,/ mi corazón está firme./ Voy a cantar y a tocar:/ despierta, gloria mía;/ despertad, cítara y arpa;/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos,/ Señor; tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.

Cántico

Jer 31, 10-14

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,/ anunciadla en las islas remotas:/ «El que dispersó a Israel lo reunirá,/ lo guardará como un pastor a su rebaño;/ porque el Señor redimió a Jacob,/ lo rescató de una mano más fuerte». Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,/ afluirán hacia los bienes del Señor:/ hacia el trigo y el vino y el aceite,/ y los rebaños de ovejas y de vacas;/ su alma será como un huerto regado,/ y no volverán a desfallecer. Entonces se alegrará en la danza,/ gozarán y los viejos;/ convertiré en gozo,/ los alegraré y

la doncella los jóvenes su tristeza aliviaré sus

penas;/ alimentaré a los sacerdotes con manjares/ sustanciosos,/ y mi pueblo se saciará de mis bienes. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. +

Salmo 47 Grande es el Señor y muy digno de alabanza/ en la ciudad de nuestro Dios,/ + su monte santo, altura hermosa,/ alegría de toda la tierra: el monte Sión, vértice del cielo,/ ciudad del gran rey;/ entre sus palacios,/ Dios descuella como un alcázar. Mirad: los reyes se aliaron/ para atacarla juntos;/ pero, al verla, quedaron aterrados/ y huyeron despavoridos; allí los agarró un temblor/ y dolores como de parto;/ como un viento del desierto,/ que destroza las naves de Tarsis. Lo que habíamos oído lo hemos visto/ en la ciudad del Señor de los ejércitos,/ en la ciudad de nuestro Dios:/ que Dios la ha fundado para siempre. ¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia /en medio de tu templo:/ como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza/ llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia,/ el monte Sión se alegra,/ las ciudades de Judá se gozan/ con tus sentencias. Dad la vuelta en torno a Sión,/ contando sus torreones;/ fijaos en sus baluartes,/ observad sus palacios, para poder decirle a la próxima generación:/ «Éste es el Señor, nuestro Dios»./ Él nos guiará por siempre jamás. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 66, 1-2

Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies: ¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto


13 de Febrero - Jueves, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

lo hicieron mis manos, todo es mío — oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras».

Responsorio breve V Te invoco de respóndeme, Señor. R Te invoco de respóndeme, Señor.

todo

corazón,

todo

corazón,

V Guardaré tus leyes. R Respóndeme, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.

Preces Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y supliquémosle diciendo: Bendícenos y santifícanos, Señor. Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados, * acepta los deseos y las acciones de este día.

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Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día, * sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones. Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean * para que logremos así ser imágenes de tu bondad. En la mañana haznos escuchar tu gracia * y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Fieles a la recomendación del Salvador, digamos llenos de confianza filial: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Que vive y reina contigo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús que partió al Padre y ya no podemos percibirlo con nuestros ojos como las gentes de Nazaret, de Betania. Pero sigue en medio de nosotros, presente en cada uno de los hombres y mujeres que tropezamos en la vida. Cuando los amamos lo estamos amando a él, cuando los despreciamos o los herimos, a él estamos despreciando o hiriendo. A cada momento nos está diciendo al oído: “A mí me lo habéis hecho.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6

Antífona 1 - Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Salmo 29 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado/ y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.


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13 de Febrero - Jueves, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

Señor, Dios mío, a ti grité,/ y tú me sanaste./ Señor, sacaste mi vida del abismo,/ me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos,/ dad gracias a su nombre santo;/ su cólera dura un instante;/ su bondad, de por vida;/ al atardecer nos visita el llanto,/ por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro:/ «No vacilaré jamás»./ Tu bondad, Señor, me aseguraba/ el honor y la fuerza;/ pero escondiste tu rostro, /y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé,/ supliqué a mi Dios:/ «¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo,/ o va a proclamar tu lealtad?/ Escucha, Señor, y ten piedad de mí;/ Señor, socórreme». Cambiaste mi luto en danzas,/ me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;/ te cantará mi alma sin callarse./ Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Salmo 31 Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; /dichoso el hombre a quien el Señor /no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos, /rugiendo todo el día, /porque día y noche tu mano /pesaba sobre mí; /mi savia se me había vuelto /un fruto seco. Había pecado, lo reconocí, /no te encubrí mi delito; /propuse: “Confesaré al Señor mi culpa”, /y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique /en el momento de la desgracia: /la crecida de las aguas caudalosas /no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro, /me rodeas de cantos de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, /fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos, /cuyo brío hay que domar con freno y brida; /si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas; / al que confía en el Señor, /la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor, /aclamadlo los de corazón sincero. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 1, 6-9

Saltad de júbilo, aunque de momento


13 de Febrero - Jueves - Oración de la Noche - Completas

tengáis que sufrir un poco en diversas pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que, aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no le habéis visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de vuestras almas.

Responsorio breve

V Nos alimentó el Señor con flor de harina. R Nos alimentó el Señor con flor de harina. V Nos sació con miel silvestre. R Con flor de harina. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos alimentó el Señor con flor de harina.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. Preces Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle: Escucha, Señor, nuestra oración. Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo * haz que recordemos siempre tus maravillas.

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Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad * y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz. Que el mundo prospere y avance según tus designios * y que los que lo construyen no trabajen en vano. Envía, Señor, operarios a tu mies * para que tu nombre sea conocido en el mundo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos * y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino. Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Por lo general la noche invita al silencio, excepto cuando irrumpen los ruidos perturbadores de este mundo que aprecia muy poco el silencio. En los tabernáculos de nuestros templos tenemos al “huésped silencioso”, que espera la visita de sus amigos, para tener un tiempo de conversación sobre las cosas importantes de la vida, en las cuales no pensamos demasiado, y sobre las cuales conversamos poco con Dios. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Jueves, pág. 19)


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14 de Febrero - Viernes,Santos Cirilo y Metodio

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 7,24-30 Una extranjera, Señor, nos ha dado una lección de fe y de constancia. Era fenicia y pagana. Tú, liberador de oprimidos, No podías no oír su demanda de liberar a su hija. Escucha las súplicas de los pequeños y humildes, e incrédulos y ateos. Mira que hasta los perros se alimentan de las migajas que caen de la mesa de sus amos. La mujer no se fue, Señor, de tu lado, hasta que su fe y constancia te arrancó el milagro. P. Antonio Danoz, redentorista

14 de Febrero - Viernes,Santos Cirilo, monje y Metodio, Obispo, M Los santos de hoy: Santos Cirilo y Metodio Nacieron en Tesalónica (Grecia). Eran hermanos. Al hacerse religiosos tomaron los nombres de Cirilo y Metodio. Se formaron en Constantinopla. Allí, Cirilo fue ordenado presbítero. Metodio, después de ser gobernador, se hizo monje. Son los grandes evangelizadores de los países eslavos. Fue arzobispo de Constantinopla. Fueron proclamados patronos de Europa.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Jesús “viene cada día a los suyos”. Los que habitaban los pueblos de Palestina en aquellos tiempos en los que andaba por sus plazas y calles, no le hicieron mucho caso. Dramáticamente el evangelio de Juan dice: “Los suyos no lo recibieron”. Hay muchos que pasan indiferentes ante su persona y ante su mensaje. Lo doloroso es que los que nos consideramos “los suyos” hagamos lo mismo.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.

Himno Común de Pastores, pág. 6 Antífona 1 - Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Salmo 50

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado.


14 de Febrero - Viernes,Santos Cirilo y Metodio

Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la mal-dad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1

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por igual,/ se van avergonzados los fabricantes de ídolos;/ mientras el Señor salva a Israel/ con una salvación perpetua,/ para que no se avergüencen ni se sonrojen/ nunca jamás. Así dice el Señor, creador del cielo/ —él es Dios—,/ él modeló la tierra,/ la fabricó y la afianzó;/ no la creó vacía,/ sino que la formó habitable:/ «Yo soy el Señor y no hay otro». No te hablé a escondidas,/ en un país tenebroso,/ no dije a la estirpe de Jacob:/ «Buscadme en el vacío». Yo soy el Señor que pronuncia sentencia/ y declara lo que es justo./ Reuníos, venid, acercaos juntos,/ supervivientes de las naciones./ No discurren los que llevan su ídolo de madera,/ y rezan a un dios que no puede salvar. Declarad, aducid pruebas,/ que deliberen juntos:/ ¿Quién anunció esto desde antiguo,/ quién lo predijo desde entonces?/ ¿No fui yo, el Señor?/ —No hay otro Dios fuera de mí—. Yo soy un Dios justo y salvador,/ y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros,/ confines de la tierra,/ pues yo soy Dios y no hay otro. Yo juro por mi nombre,/ de mi boca sale una sentencia,/ una palabra irrevocable:/ «Ante mí se doblará toda rodilla,/ por mí jurará toda lengua»,/ dirán: «Sólo el Señor/ tiene la justicia y el poder». A él vendrán avergonzados/ los que se enardecían contra él,/ con el Señor triunfará y se gloriará/ la estirpe de Israel. Gloria y antífona 2

Antífona 2 - Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Antífona 3 - Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Cántico

Salmo 99

Is 45, 15-25

Es verdad: tú eres un Dios escondido,/ el Dios de Israel, el Salvador./ Se avergüenzan y se sonrojan todos

Aclama al Señor, tierra entera,/ sirvan al Señor con alegría,/ entren en su presencia con aclamaciones.


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14 de Febrero - Viernes,Santos Cirilo y Metodio

Sepan que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño.

supliquémosle diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor.

Entren por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre:

Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor, * haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.

«El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3

Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, * no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.

Lectura breve

Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, * haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.

Heb 13, 7-9a

Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.

Responsorio breve

V Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. R Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. V Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor. R He colocado centinelas. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Sirvieron al Señor con santidad y justicia todos los días de su vida.

Preces Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y

Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, * haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Tú, Señor, que por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio iluminaste con la luz del Evangelio a las naciones eslavas, haz que nosotros, unidos en la confesión de la fe verdadera, demos al mundo, por nuestra unidad, testimonio del nombre cristiano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Juan Bautista es uno de los hombres que fueron amigos. Él fue “maestro de vida, modelo de santidad…, cumbre de la ley, sementera de Evangelio, lámpara en el mundo, precursor de Cristo, testigo de Dios, instrumento de toda la Trinidad” (San Pedro Crisólogo). Todo esto hemos de ser los amigos de Jesús en el mundo actual, para que en medio de las tinieblas brille una luz, la luz de Jesús resucitado.


14 de Febrero - Viernes,Santos Cirilo y Metodio

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Común de Pastores, pág. 6 Antífona 1 - Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Salmo 40 Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;/ en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. El Señor lo guarda y lo conserva en vida,/ para que sea dichoso en la tierra,/ y no lo entrega a la saña de sus enemigos. El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,/ calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: «Señor, ten misericordia,/ sáname, porque he pecado contra ti».

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Bendito el Señor, Dios de Israel,/ ahora y por siempre. Amén, amén. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Salmo 45 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,/ poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra/ y los montes se desplomen en el mar. Que hiervan y bramen las olas,/ que sacudan a los montes con su furia: El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob. El correr de las acequias alegra a la ciudad de Dios,/ el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila;/ Dios la socorre al despuntar la aurora.

Mis enemigos me desean lo peor:/ «A ver si se muere y se acaba su apellido».

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;/ pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.

El que viene a verme habla con fingimiento,/ disimula su mala intención,/ y cuando sale afuera, la dice.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,/ hacen cálculos siniestros:/ «Padece un mal sin remedio,/ se acostó para no levantarse». Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,/ que compartía mi pan,/ es el primero en traicionarme. Pero tú, Señor, apiádate de mí,/ haz que pueda levantarme,/ para que yo les dé su merecido. En esto conozco que me amas:/ en que mi enemigo no triunfa de mí. A mí, en cambio, me conservas la salud,/ me mantienes siempre en tu presencia.

Venid a ver las obras del Señor,/ las maravillas que hace en la tierra: Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,/ rompe los arcos, quiebra las lanzas,/ prende fuego a los escudos. «Rendíos, reconoced que yo soy Dios:/ más alto que los pueblos, más alto que la tierra». El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.


88 Cántico

14 de Febrero - Viernes,Santos Cirilo y Metodio

Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 5, 14

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo: Salva a tu pueblo. Señor. Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia, * haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud. Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles, * purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos. Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos, * llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios. Tú que fuiste la heredad de los santos pastores, * no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Responsorio breve

V Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo. R Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, * salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.

V El que entregó su vida por sus hermanos. R El que ora mucho por su pueblo.

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración: Padre nuestro.

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

Oración

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Éstos son los santos gloriosos que llegaron a ser amigos de Dios y fueron pregoneros insignes de la palabra divina. Preces Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo

Tú, Señor, que por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio iluminaste con la luz del Evangelio a las naciones eslavas, haz que nosotros, unidos en la confesión de la fe verdadera, demos al mundo, por nuestra unidad, testimonio del nombre cristiano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


15 de Febrero - Sábado, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

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Oración de la Noche - Completas

Invitación: En este tiempo de oración cuando el día declina, contemplamos en Jesús, al Dios y al hombre, al celestial y lo terreno, al soberano y al siervo, al bienaventurado Hijo de Dios y salvador de la humanidad, al sometido al juicio de los hombres que lo condenaron y le dieron muerte. A pesar de todo, permanece el mismo hoy, ayer y siempre. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Viernes, pág. 21)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 7,31-37 Son aún muchos, Señor, los sordos que no quieren oír tu palabra, que libera y que salva; Los que tartamudean al anunciarla. Grita con fuerza: “Effata”, para que acontezca el milagro, y escuche con gozo la Palabra de vida. Toca mi lengua impura, Y pregonaré por calles y plazas la Buena Noticia. Que todo el mundo, al verme escuchar el clamor de los pobres, y atender el grito de dolor de los enfermos, admirados exclamen: “Todo lo ha hecho bien”. P. Antonio Danoz, redentorista

15 de Febrero - Sábado, Feria, V Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Esta mañana se presenta ante nosotros el “gentío” que contempló Jesús al descender de la barca. Entre aquella multitud había ciegos que buscaban ver tullidos que querían caminar, leprosos que deseaban quedar limpios, gentes esclavizadas por malos espíritus y por una sociedad injusta que clamaban por la liberación; también hambrientos que buscaban alimento. Jesús no solo “sintió compasión”, sino que se puso a sanar, a liberar, a multiplicar el pan.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Del Señor es la tierra y cuanto la llena; venid, adorémosle.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.

Salmo 118, 145-152 Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré


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15 de Febrero - Sábado, Feria, V Sem. del Tpo. Ord.

tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras. Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa;/ escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida;/ ya se acercan mis inicuos perseguidores,/ están lejos de tu voluntad. Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

Cántico

Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,/ caballos y carros ha arrojado en el mar./ Mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré;/ el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré./ El Señor es un guerrero,/ su nombre es «El Señor». Los carros del Faraón los lanzó al mar,/ ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas, /las corrientes se alzaron como un dique,/ las olas se cuajaron en el mar. Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,/ repartiré el botín, se saciará mi codicia,/ empuñaré la espada, los agarrará mi mano». Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,/ se hundieron como plomo en las aguas formidables. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?/ ¿Quién como tú, terrible entre los santos,/ temible por tus proezas, autor de maravillas? Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;/ guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,/ los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,/ lugar del que hiciste tu trono, Señor;/ santuario, Señor, que fundaron tus manos./ El Señor reina por siempre jamás. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alabad al Señor todas las naciones. +

Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones,/ + aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Pe 1, 10-11

Hermanos, poned más empeño todavía en consolidar vuestra vocación y elección. Si hacéis así, nunca jamás tropezaréis; de este modo se os concederá generosamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Responsorio breve

V A ti grito, Señor, tú eres mi refugio. R A ti grito, Señor, tú eres mi refugio. V Mi heredad en el país de la vida. R Tú eres mi refugio. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Ilumina, Señor, a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte.

Preces Bendigamos a Cristo que para ser ante Dios el Pontífice misericordioso y fiel de los hombres se hizo en todo semejante a nosotros, y supliquémosle diciendo: Muéstranos, Señor, los tesoros de tu amor. Señor, sol de justicia, que nos iluminaste en el bautismo, * te consagramos este nuevo día.


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16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Que sepamos bendecirte en cada uno de los momentos de nuestra jornada * y glorifiquemos tu nombre con cada una de nuestras acciones. Tú que tuviste por madre a María, siempre dócil a tu palabra, * encamina hoy nuestros pasos para que obremos también como ella según tu voluntad. Haz que mientras vivimos aún en este mundo que pasa, anhelemos la vida eterna * y por la fe, la esperanza y el amor vivamos ya contigo en tu reino. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Con la misma confianza que tienen los

hijos con su padre, acudamos nosotros a nuestro Dios, diciéndole: Padre nuestro.

Oración Te pedimos Señor, que la claridad de la resurrección de tu Hijo ilumine las dificultades de nuestra vida; que no temamos ante la oscuridad de la muerte y podamos llegar un día a la luz que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 8,1-10 Los pobres hambrientos siguen aún acampados A la puerta de los ricos y de este mundo injusto. Piden a Dios un milagro: Que le multiplique los panes Que este mundo egoísta les ha denegado. Tu milagro, Señor, de multiplicar el pan Aún no ha terminado. Nos ha llegado a nosotros el turno De dar de comer al hambriento. Danos, Señor, un corazón grande, y manos generosas para realizar el reparto, de modo que nadie quede con hambre.

P. Antonio Danoz, redentorista

16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: Jeremías escribe: “Bendito el hombre que confía en el Señor. Será como un árbol plantado junto al agua…en el año de sequía no deja de dar fruto” (Jer 1 7,7-8). Hay un árbol que ha sido plantado en lo alto de un monte. Lo importante no es el árbol sino aquél que ha sido colgado de él. De su costado brota agua viva. En la cruz se inició la glorificación, la Pascua verdadera, que culminará en el amanecer del tercer día.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


92 Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya. +

Salmo 118, 105-112 Lámpara es tu palabra para mis pasos,/ luz en mi sendero;/ + lo juro y lo cumpliré:/ guardaré tus justos mandamientos;/ ¡estoy tan afligido!/ Señor, dame vida según tu promesa. Acepta, Señor, los votos que pronuncio,/ enséñame tus mandatos;/ mi vida está siempre en peligro,/ pero no olvido tu voluntad;/ los malvados me tendieron un lazo,/ pero no me desvié de tus decretos. Tus preceptos son mi herencia perpetua,/ la alegría de mi corazón;/ inclino mi corazón a cumplir tus leyes,/ siempre y cabalmente. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. Aleluya.

Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;/ yo digo al Señor: «Tú eres mi bien»/ Los dioses y señores de la tierra/ no me satisfacen. Multiplican las estatuas/ de dioses extraños;/ no derramaré sus libaciones con mis manos,/ ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa;/ mi suerte está en tu mano:/ me ha tocado un lote hermoso,/ me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja,/ hasta de noche me instruye internamente./ Tengo siempre presente al Señor,/ con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón,/ se gozan mis entrañas,/ y mi carne descansa serena./ Porque no me entregarás a la muerte,/ ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Me enseñarás el sendero de la vida,/ me saciarás de gozo en tu presencia,/ de alegría perpetua a tu derecha. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Col 1, 3-6a

Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.

Responsorio breve

V De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. R De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. V Su gloria se eleva sobre los cielos. R Alabado sea el nombre del Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.


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16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Si vuestra virtud no es superior a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Preces

Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros supliquémosle diciendo: Escúchanos, Señor, que confiamos en ti. Padre lleno de amor, te pedimos por el papa Benedicto XVI y por nuestro obispo N., * protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia. Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo, * para que así tengan también parte en su consuelo. Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse * y haz que encuentren pronto el hogar que desean.

Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra * para que a nadie falte el pan de cada día. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Señor, ten piedad de los difuntos * y ábreles la puerta de tu mansión eterna. Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Oh Dios, has prometido permanecer con los rectos y sinceros de corazón; concédenos vivir de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En el bautismo hemos sido sumergidos en el torrente que brota del costado de Jesús traspasado por la lanza. Renacidos del agua y del Espíritu, hemos sido plantados en la parcela del Señor. Somos regados por la misma agua y alimentados por el mismo Espíritu. Un árbol así regado y alimentado solo puede dar buenos frutos. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 11)

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En esta mañana imbuida de espíritu pascual, recordamos las palabras de Pablo: “Si nuestra esperanza en Cristo no va más allá de esta vida, somos los más miserables de todos los hombres” (1Cor 15,19). Pero no; nosotros ya hemos entrado en la dinámica de una vida nueva: la de Jesús resucitado. Si nosotros no nos empeñamos en lo contrario, esta vida permanecerá en el tiempo presente y en la eternidad.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:


94 Antífona (para el salmo invitatorio): Pueblo del Señor, rebaño que él guía, bendice a tu Dios. Aleluya.

16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Abridme las puertas del triunfo,/ y entraré para dar gracias al Señor.

Himno, Laudes, pág. 5

Ésta es la puerta del Señor:/ los vencedores entrarán por ella.

Antífona 1 - Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.

Te doy gracias porque me escuchaste/ y fuiste mi salvación.

Salmo 117 Dad gracias al Señor porque es bueno,/ porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:/ eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón:/ eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor:/ eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor,/ y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo;/ ¿qué podrá hacerme el hombre?/ El Señor está conmigo y me auxilia,/ veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor/ que fiarse de los hombres,/ mejor es refugiarse en el Señor/ que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban,/ en el nombre del Señor los rechacé; / me rodeaban cerrando el cerco,/ en el nombre del Señor los rechacé;/ me rodeaban como avispas,/ ardiendo como fuego en las zarzas,/ en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme,/ pero el Señor me ayudó;/ el Señor es mi fuerza y mi energía,/ él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria/ en las tiendas de los justos:/ «La diestra del Señor es poderosa,/ la diestra del Señor es excelsa,/ la diestra del Señor es poderosa». No he de morir, viviré/ para contar las hazañas del Señor./ Me castigó, me castigó el Señor,/ pero no me entregó a la muerte.

La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular./ Es el Señor quien lo ha hecho,/ ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor:/ sea nuestra alegría y nuestro gozo./ Señor, danos la salvación;/ Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor,/ os bendecimos desde la casa del Señor;/ el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos/ hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias;/ Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Cantemos un himno al Señor nuestro Dios. Aleluya..

Cántico

Dn 3, 52-57

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, santo y glorioso:/ a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines/ sondeas los abismos:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo:/ a ti honor y alabanza por los siglos.


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16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alabad al Señor por su inmensa grandeza. Aleluya.

Salmo 150 Alabad al Señor en su templo,/ alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/ alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,/ alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,/ alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ez 36, 25-27

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Responsorio breve

V Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre. R Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre. V Pregonando tus maravillas. R Invocando tu nombre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Si al llevar tu ofrenda al altar

no estás en paz con el hermano, ve primero a reconciliarte con él; luego, presenta tu ofrenda.

Preces Invoquemos, hermanos, a nuestro Salvador, que ha venido al mundo para ser «Dios-con-nosotros» y digámosle confiadamente: Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo. Señor Jesús, sol que naces de lo alto y primicia de la humanidad resucitada, * haz que siguiéndote a ti no caminemos nunca en sombras de muerte, sino que tengamos siempre la luz de la vida. Que sepamos descubrir, Señor, cómo todas las creaturas están llenas de tus perfecciones.* Para que así, en todas ellas, sepamos contemplarte a ti. No permitas, Señor, que hoy nos dejemos vencer por el mal, * antes danos tu fuerza para que venzamos al mal a fuerza de bien. Tú que, bautizado por Juan en el Jordán, fuiste ungido con el Espíritu Santo, * asústenos durante este día para que actuemos movidos por este mismo Espíritu. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Por Jesús nos llamamos y somos hijos de Dios; por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Oh Dios, has prometido permanecer con los rectos y sinceros de corazón; concédenos vivir de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: La vida del discípulo está edificada sobre roca. No se trata de una roca cualquiera. Esa roca es Cristo muerto y resucitado. Morir con él y en él es una ganancia. Vivir de su vida es un gozo inmenso que nadie nos puede arrebatar. Oremos para que Dios envíe sobre nosotros su Espíritu, para que nos consolide cada día más sobre esta roca.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, II Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Cristo es sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7

Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos /estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.

Salmo 113 B No a nosotros, Señor, no a nosotros,/ sino a tu nombre da la gloria;/ por tu bondad, por tu lealtad./ ¿Por qué han de decir las naciones:/ «Dónde está su Dios»?

Nuestro Dios está en el cielo,/ lo que quiere lo hace./ Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca, y no hablan;/ tienen ojos, y no ven;/ tienen orejas, y no oyen;/ tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no tocan;/ tienen pies, y no andan;/ no tiene voz su garganta:/ que sean igual los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Israel confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ La casa de Aarón confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ Los fieles del Señor confían en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,/ bendiga a la casa de Israel,/ bendiga a la casa de Aarón;/ bendiga a los fieles del Señor,/ pequeños y grandes. Que el Señor les acreciente,/ a ustedes y a sus hijos;/ benditos sean del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra./ El cielo pertenece al Señor,/ la tierra se la ha dado a los hombres. Los muertos ya no alaban al Señor,/ ni los que bajan al silencio./ Nosotros, sí, bendeciremos al Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alabad al Señor sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya).


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16 de Febrero - VI Domingo del Tpo. Ord. /A

Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos./ (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Tes 2, 13-14

Nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por vosotros, hermanos, a quienes tanto ama el Señor. Dios os eligió desde toda la eternidad para daros la salud por la santificación que obra el Espíritu y por la fe en la verdad. Con tal fin os convocó por medio del mensaje de la salud, anunciado por nosotros, para daros la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Responsorio breve V Nuestro Señor es grande y poderoso. R Nuestro Señor es grande y poderoso. V Su sabiduría no tiene medida. R Nuestro Señor es grande y poderoso. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nuestro Señor es grande y poderoso.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Quien cumpla y enseñe mi ley será grande en el reino de los cielos. Preces Demos gloria y honor a Cristo, que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios,

porque vive para interceder en su favor, y digámosle con plena confianza: Acuérdate, Señor, de tu pueblo. Señor Jesús, sol de justicia que iluminas nuestras vidas, al llegar al umbral de la noche te pedimos por todos los hombres, * que todos lleguen a gozar eternamente de tu luz. Guarda, Señor, la alianza sellada con tu sangre * y santifica a tu Iglesia para que sea siempre inmaculada y santa. Acuérdate de esta comunidad aquí reunida, * que tú elegiste como morada de tu gloria. Que, los que están en camino tengan un viaje feliz * y regresen a sus hogares con salud y alegría. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Acoge, Señor, a tus hijos difuntos * y concédeles tu perdón y la vida eterna. Terminemos nuestras preces con la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Oh Dios, has prometido permanecer con los rectos y sinceros de corazón; concédenos vivir de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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17 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de los Siete Santos Fundadores

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Perdiéndonos por la causa de Jesús, que murió y resucitó es como encontramos la vida que no conoce límites. Por amor a la humanidad Jesús “perdió” la vida. Pero Dios hizo que la recuperara, hermosa y gloriosa, para no perderla más. Quien pierde la vida por la causa por la cual la perdió Jesús, no ha de tener miedo. Dios es sumamente generoso. Hará que disfrute de una mejor. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 13)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 5,17-37 Tú, Señor, no vienes a anular la ley antigua, pero nos propones una ley mejor. Contra la suma violencia que es matar, nos propones reconciliación y generosidad sin límites, amar a nuestros enemigos declarados, orar por los que nos persiguen. Lo perfecto es actuar como el Padre del cielo, que ama sin levantar muros, que ofrece generosamente sus dones sin exclusiones. Haznos, Señor Jesús, perfectos en el amor, como discípulos tuyos e hijos de Dios Padre, y cumpliremos las demás leyes a la perfección. P. Antonio Danoz, redentorista

17 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de los Siete Santos Fundadores Los santos de hoy: Los Siete Santos Fundadores (s. XIII-XIV) Eran siete hombres laicos, ricos comerciantes de Florencia (Italia). En 1233 deciden retirarse al monte Senario para dedicarse a la vida contemplativa. Se distinguieron por su devoción a María. En su honor fundaron la Orden de los Siervos de la Bienaventurada Virgen María, siguiendo la regla de san Agustín. La orden fue aprobada por la Iglesia en 1304. Los siete fueron canonizados en 1888.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Acerquémonos a Jesús al comenzar nuestra labor, y “saciémonos con él: él es pan. Acerquémonos a él y bebamos: él es fuente. Acerquémonos a él e iluminémonos: él es luz. Acerquémonos a él y seremos libres: “Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad” (S. Ambrosio). Sabemos quién es. El mismo que dijo: “El que venga a mí no tendrá hambre”.


17 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de los Siete Santos Fundadores

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Salmo 41 Como busca la cierva/ corrientes de agua,/ así mi alma te busca/ a ti, Dios mío; tiene sed de Dios,/ del Dios vivo:/ ¿cuándo entraré a ver/ el rostro de Dios? Las lágrimas son mi pan/ noche y día,/ mientras todo el día me repiten:/ «¿Dónde está tu Dios?». Recuerdo otros tiempos,/ y mi alma desfallece de tristeza:/ cómo marchaba a la cabeza del grupo,/ hacia la casa de Dios,/ entre cantos de júbilo y alabanza,/ en el bullicio de la fiesta. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Cuando mi alma se acongoja,/ te recuerdo,/ desde el Jordán y el Hermón/ y el Monte Menor. Una sima grita a otra sima/ con voz de cascadas:/ tus torrentes y tus olas/ me han arrollado. De día el Señor/ me hará misericordia,/ de noche cantaré la alabanza/ del Dios de mi vida.

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burlas del adversario;/ todo el día me preguntan:/ «¿Dónde está tu Dios?» ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Cántico

Sir 36, 1-7. 13-16

Sálvanos, Dios del universo,/ infunde tu terror a todas las naciones;/ amenaza con tu mano al pueblo extranjero,/ para que sienta tu poder. Como les mostraste tu santidad al castigarnos,/ muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:/ para que sepan, como nosotros lo sabemos,/ que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos,/ exalta tu mano, robustece tu brazo. Reúne a todas las tribus de Jacob/ y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,/ de Israel, a quien nombraste tu primogénito./ Ten compasión de tu ciudad santa,/ de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad,/ y al templo de tu gloria. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

Salmo 18 A

El cielo proclama la gloria de Dios,/ el firmamento pregona la obra de sus manos:/ el día al día le pasa el mensaje,/ la noche a la noche se lo murmura.

Diré a Dios: Roca mía,/ ¿por qué me olvidas?/ ¿Por qué voy andando, sombrío,/ hostigado por mi enemigo?

Sin que hablen, sin que pronuncien,/ sin que resuene su voz,/ a toda la tierra alcanza su pregón/ y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Se me rompen los huesos/ por las

Allí le ha puesto su tienda al sol:/ él


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17 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de los Siete Santos Fundadores

sale como el esposo de su alcoba,/ contento como un héroe, a recorrer su camino. Asoma por un extremo del cielo,/ y su órbita llega al otro extremo:/ nada se libra de su calor. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Jer 15, 16

Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡Señor, Dios de los ejércitos!

Responsorio breve

V Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. R Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. V Cantadle un cántico nuevo. R Que merece la alabanza de los buenos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Preces Demos gracias a nuestro Salvador que ha hecho de nosotros un pueblo

de reyes y sacerdotes, y digámosle: Consérvanos, Señor, en tu servicio. Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu sacerdocio: * haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre. Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo: * comprensión, bondad, amabilidad. Que la luz de la fe ilumine este nuevo día * y que durante el mismo caminemos por las sendas del amor. Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos * y les ayudemos a progresar en su salvación. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro.

Oración Infunde, Señor, en nuestros corazones aquel espíritu de piedad que impulsó a los santos fundadores de la Orden de los servitas a venerar filialmente a la Madre de tu Hijo y a reanimar la fe del pueblo cristiano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Hemos hecho la travesía de la jornada. En medio de la tempestad de los acontecimientos, muchas veces estamos a punto de naufragar. Jesús viaja siempre con nosotros en la misma barca. Nos llenamos de miedos porque nuestra fe es escasa. En los momentos de los mayores peligros, aunque nuestra fe revela ser sea escasa, el Señor nunca falla y provoca la calma.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


17 de Febrero - Lunes, Feria o Memoria de los Siete Santos Fundadores

Himno, Feria, Tpo. ord., pág. 6 Antífona 1 - Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.

Salmo 44

I Me brota del corazón un poema bello,/ recito mis versos a un rey;/ mi lengua es ágil pluma de escribano. Eres el más bello de los hombres,/ en tus labios se derrama la gracia,/ el Señor te bendice eternamente. Cíñete al flanco la espada, valiente:/ es tu gala y tu orgullo;/ cabalga victorioso por la verdad y la justicia, /tu diestra te enseñe a realizar proezas./ Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,/ se acobardan los enemigos del rey. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;/ cetro de rectitud es tu cetro real;/ has amado la justicia y odiado la impiedad:/ por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido/ con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,/ desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas./ Hijas de reyes salen a tu encuentro,/ de pie a tu derecha está la reina/ enjoyada con oro de Ofir. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Llega el esposo, salid a recibirlo.

II Escucha, hija, mira: inclina el oído,/ olvida tu pueblo y la casa paterna:/ prendado está el rey de tu belleza, / póstrate ante él, que él es tu señor./ La ciudad de Tiro viene con regalos,/ los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima,/ vestida de perlas y brocado;/ la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,/ la siguen sus compañeras:/ las traen entre alegría y algazara,/ van entrando en el palacio real.

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«A cambio de tus padres tendrás hijos,/ que nombrarás príncipes por toda la tierra». Quiero hacer memorable tu nombre/ por generaciones y generaciones,/ y los pueblos te alabarán/ por los siglos de los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Tes 2, 13

Nosotros continuamente damos gracias a Dios; porque habiendo recibido la palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana, sino —como es en realidad— como palabra de Dios, que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.


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17 de Febrero - Lunes - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Responsorio breve

encuentran trabajo * y haz que consigan un empleo digno y estable.

V Suba, Señor, a ti mi oración. R Suba, Señor, a ti mi oración.

Señor, sé refugio de los oprimidos * y protégelos en todas sus necesidades.

V Como incienso en tu presencia. R A ti mi oración.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el ministerio para el bien de tu Iglesia: * que también te celebren eternamente en tu reino.

Preces

Fieles a la recomendación del Salvador nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Suba, Señor, a ti mi oración. Antífona: Proclame grandeza, Dios mío.

mi

alma

tu

Alabemos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da alimento y calor, y roguémosle confiados diciendo: Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo. Haz, Señor, que todos los hombres se salven * y lleguen al conocimiento de la verdad. Guarda con tu protección al papa Benedicto XVI y a nuestro obispo N., * ayúdalos con el poder de tu brazo. Ten

compasión

de

los

que

no

Oración Infunde, Señor, en nuestros corazones aquel espíritu de piedad que impulsó a los santos fundadores de la Orden de los servitas a venerar filialmente a la Madre de tu Hijo y a reanimar la fe del pueblo cristiano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En lo oscuro de la noche, “si Cristo no te viene a la mente, es que duerme para ti. Despierta a Cristo, recupera la fe. Cristo duerme en ti si te has olvidado de los padecimientos de Cristo. Cristo vela en ti cuando te acuerdas de ellos… Cuando empieces a alegrarte con estos pensamientos, será señal de que ha despertado y dado órdenes a los vientos y se ha producido la bonanza” (S. Agustín). (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Lunes, pág. 15)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 8,11-13 Nos das, Señor, una hermosa lección a los que andamos impacientes a caza de milagros. Los milagros que realizas son signos de solidaridad, no espectáculos para impactar al personal. Concédenos, Señor, realizar los milagros que nos pides: Sanar enfermos, alimentar hambrientos, Liberar oprimidos y explotados, devolver la dignidad a todo ser humano.


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18 de Febrero - Martes, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Concédenos el milagro de cada día, de amarnos, perdonarnos, y ser con todos solidarios.

P. Antonio Danoz, redentorista

18 de Febrero - Martes, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Nos toca bregar muchas veces contracorriente. Querríamos que el Señor viniera pronto en nuestra ayuda, a las primeras señales de fatiga, cuando asoman los primeros signos de peligro. El Señor no se da prisa. Quiere que sigamos remando. Si perseveramos en el esfuerzo, si no claudica nuestra fe, al final el Señor nos sorprenderá como una resurrección.

Invocación inicial

que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona 2 - Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. Antífona (para el salmo invitatorio): Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.

Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Salmo 42 Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa/ contra gente sin piedad,/ sálvame del hombre traidor y malvado. Tú eres mi Dios y protector,/ ¿por qué me rechazas?/ ¿Por qué voy andando sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Envía tu luz y tu verdad:/ que ellas me guíen/ y me conduzcan hasta tu monte santo,/ hasta tu morada.

Cántico

Is 38, 10-14. 17-20

Yo pensé: «En medio de mis días/ tengo que marchar hacia las puertas del abismo;/ me privan del resto de mis años». Yo pensé: «Ya no veré más al Señor/ en la tierra de los vivos,/ ya no miraré a los hombres/ entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida/ como una tienda de pastores./ Como un tejedor devanaba yo mi vida/ y me cortan la trama». Día y noche me estás acabando,/ sollozo hasta el amanecer./ Me quiebras los huesos como un león,/ día y noche me estás acabando.

Que yo me acerque al altar de Dios,/ al Dios de mi alegría;/ que te dé gracias al son de la cítara,/ Señor, Dios mío.

Estoy piando como una golondrina,/ gimo como una paloma./ Mis ojos mirando al cielo se consumen:/ ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!

¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios,

Me has curado, me has hecho revivir,/ la amargura se me volvió paz/ cuando


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18 de Febrero - Martes, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

detuviste mi alma ante la tumba vacía/ y volviste la espalda a todos mis pecados. El abismo no te da gracias,/ ni la muerte te alaba,/ ni esperan en tu fidelidad/ los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban:/ como yo ahora./ El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas /todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria y antífona 2

bendices sus brotes;/ coronas el año con tus bienes,/ las rodadas de tu carro rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo,/ y las colinas se orlan de alegría;/ las praderas se cubren de rebaños, /y los valles se visten de mieses,/ que aclaman y cantan. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Tes 5, 4-5

Antífona 3 - ¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión. +

No viváis, hermanos, en tinieblas para que el día del Señor no os sorprenda como ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas.

Salmo 64

Responsorio breve

¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,/ + y a ti se te cumplen los votos,/ porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal/ a causa de sus culpas;/ nuestros delitos nos abruman,/ pero tú los perdonas. Dichoso el que tú eliges y acercas/ para que viva en tus atrios:/ que nos saciemos de los bienes de tu casa,/ de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes,/ Dios, Salvador nuestro;/ tú, esperanza del confín de la tierra/ y del océano remoto; tú que afianzas los montes de tu fuerza,/ ceñido de poder;/ tú que reprimes el estruendo del mar,/ el estruendo de las olas/ y el tumulto de los pueblos. Los habitantes del extremo del orbe/ se sobrecogen ante tus signos,/ y a las puertas de la aurora y del ocaso/ las llenas de júbilo. Tú cuidas de la tierra, la riegas/ y la enriqueces sin medida;/ la acequia de Dios va llena de agua,/ preparas los trigales; riegas los surcos, igualas los terrones,/ tu llovizna los deja mullidos,/

V Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. R Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. V Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio. R Espero en tu palabra. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.

Preces Bendigamos a nuestro Salvador, que con su resurrección ha iluminado el mundo, y digámosle suplicantes: Haz, Señor, que caminemos por tu senda. Señor Jesús, al consagrar nuestra oración matinal en memoria de tu santa resurrección, * te pedimos que la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro día. Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada: * dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicias de nuestro día.


18 de Febrero - Martes, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Concédenos crecer hoy en tu amor, * a fin de que todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos. Haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los hombres, * para que todos den gloria al Padre que está en los cielos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.

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Oración Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre y le muestras el camino de la salvación: concédenos la abundancia de tu gracia para que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz. Tú que vives y reinas.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Al terminar la jornada, Jesús no despidió a la gente, sino que le proporcionó alimento para que no desfallecieran por el camino. Levantó los ojos, bendijo al Padre del cielo y se puso a repartir el pan y los pescados. Todos comieron hasta hartarse. La multitud de hambrientos sigue ahí llamando a la puerta de los poderosos y de los satisfechos. No basta con que levantemos los ojos al cielo. Hay que ponerse a repartir con justicia los bienes para que lleguen para todos.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - No podéis servir a Dios y al dinero.

Salmo 48

inmensas riquezas,/ si nadie puede salvarse/ ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida,/ que nunca les bastará/ para vivir perpetuamente/ sin bajar a la fosa. Mira: los sabios mueren,/ lo mismo que perecen los ignorantes y necios,/ y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua/ y su casa de edad en edad,/ aunque hayan dado nombre a países.

I Oíd esto, todas las naciones,/ escuchadlo, habitantes del orbe:/ plebeyos y nobles, ricos y pobres;

El hombre no perdura en la opulencia,/ sino que perece como los animales. Gloria y antífona 1

mi boca hablará sabiamente,/ y serán muy sensatas mis reflexiones;/ prestaré oído al proverbio/ y propondré mi problema al son de la cítara.

Antífona 2 - «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.

¿Por qué habré de temer los días aciagos,/ cuando me cerquen y me acechen los malvados,/ que confían en su opulencia/ y se jactan de sus

II Éste es el camino de los confiados,/ el destino de los hombres satisfechos: son un rebaño para el abismo,/ la muerte es su pastor,/ y bajan derechos


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18 de Febrero - Martes, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

a la tumba;/ se desvanece su figura/ y el abismo es su casa.

R Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Pero a mí, Dios me salva,/ me saca de las garras del abismo/ y me lleva consigo.

V De alegría perpetua a tu derecha. R En tu presencia, Señor.

No te preocupes si se enriquece un hombre/ y aumenta el fasto de su casa:/ cuando muera, no se llevará nada,/ su fasto no bajará con él. Aunque en vida se felicitaba:/ «Ponderan lo bien que lo pasas»,/ irá a reunirse con sus antepasados,/ que no verán nunca la luz. El hombre rico e inconsciente/ es como un animal que perece. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Cántico

Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.

Preces

Alabemos a Cristo, pastor y obispo de nuestras vidas, que vela siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes: Protege, Señor, a tu pueblo. Pastor eterno, protege a nuestro obispo N. * y a todos los pastores de la Iglesia. Mira con bondad a los que sufren persecución * y líbralos de todas sus angustias.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra.

Compadécete de los pobres y necesitados * y da pan a los hambrientos.

Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3

No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre * y admítelos en el festín de las bodas eternas.

Lectura breve

Rom 3, 23-25a

Todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios; son justificados gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación.

Responsorio breve

V Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Ilumina a los que tienen la misión de gobernar a los pueblos * y dales sabiduría y prudencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche, humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia, ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día de aquella luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

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Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Llega la noche después de una jornada intensa. Es bueno tomarse un tiempo para descansar. Pero también hay que reservarse un tiempo para repasar ante Dios todo lo vivido, lo gozado y lo sufrido, lo bueno y lo malo que hemos realizado. Lo bueno, para dar gracias al Padre del cielo del que procede todo don perfecto. Lo malo, para pedir perdón y reparar lo que hemos hecho mal. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Martes, pág. 16)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 8,14-21 Tienes, Señor, razón en tu denuncia: Tenemos la mente embotada, ojos que no ven, oídos que no oyen. Olvidamos fácilmente que multiplicaste los panes, que comieron cinco mil y sobraron doce cestos. No nos preocupan demasiado los millones de niños y de grandes que se acuestan sin cenar. Haznos superar, Señor, nuestros egoísmos, preocupados de que tenemos solo un pan y olvidamos los demás. Concédenos levadura de Evangelio, Para preocuparnos por los que no lo tienen hoy y mañana tampoco lo tendrán. P. Antonio Danoz, redentorista

19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La Palabra de Dios nos va señalando cada día el camino a recorrer. En el evangelio que leemos en este día, Jesús nos señala la meta del camino: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día” (Lc 9,22). Con la meta ante los ojos pongámonos en camino; andemos sin desfallecer.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:


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19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Antífona (para el salmo invitatorio): Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría.

Rodaba el fragor de tu trueno,/ los relámpagos deslumbraban el orbe,/ la tierra retembló estremecida.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6

Tú te abriste camino por las aguas,/ un vado por las aguas caudalosas,/ y no quedaba rastro de tus huellas:

Antífona 1 - Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios?

Salmo 76

Alzo mi voz a Dios gritando,/ alzo mi voz a Dios para que me oiga. En mi angustia te busco, Señor mío:/ de noche extiendo las manos sin descanso,/ y mi alma rehúsa el consuelo./ Cuando me acuerdo de Dios, gimo,/ y meditando me siento desfallecer. Sujetas los párpados de mis ojos,/ y la agitación no me deja hablar./ Repaso los días antiguos, /recuerdo los años remotos;/ de noche lo pienso en mis adentros,/ y meditándolo me pregunto: ¿Es que el Señor nos rechaza para siempre/ y ya no volverá a favorecernos? /¿Se ha agotado ya su misericordia,/ se ha terminado para siempre su promesa?/ ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,/ o la cólera cierra sus entrañas? Y me digo: ¡Qué pena la mía!/ ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!/ Recuerdo las proezas del Señor;/ sí, recuerdo tus antiguos portentos,/ medito todas tus obras/ y considero tus hazañas. Dios mío, tus caminos son santos:/ ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,/ mostraste tu poder a los pueblos;/ con tu brazo rescataste a tu pueblo,/ a los hijos de Jacob y de José.

mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,/ por la mano de Moisés y de Aarón. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Mi corazón se regocija por el Señor que humilla y enaltece.

Cántico

1Sam 2, 1-10

Mi corazón se regocija por el Señor,/ mi poder se exalta por Dios;/ mi boca se ríe de mis enemigos,/ porque gozo con tu salvación./ No hay santo como el Señor,/ no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis discursos altivos,/ no echéis por la boca arrogancias,/ porque el Señor es un Dios que sabe;/ él es quien pesa las acciones. Se rompen los arcos de los valientes,/ mientras los cobardes se ciñen de valor;/ los hartos se contratan por el pan,/ mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;/ la mujer estéril da a luz siete hijos,/ mientras la madre de muchos se marchita. El Señor da la muerte y la vida,/ hunde en el abismo y levanta;/ da la pobreza y la riqueza, /humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para hacer que se siente entre príncipes/ y que herede un trono de gloria; /pues del Señor son los pilares de la tierra,/ y sobre ellos afianzó el orbe.

Te vio el mar, ¡oh Dios!,/ te vio el mar y tembló,/ las olas se estremecieron.

Él guarda los pasos de sus amigos,/ mientras los malvados perecen en las tinieblas,/ porque el hombre no triunfa por su fuerza.

Las nubes descargaban sus aguas,/ retumbaban los nubarrones,/ tus saetas zigzagueaban.

El Señor desbarata a sus contrarios,/ el Altísimo truena desde el cielo,/ el Señor juzga hasta el confín de la tierra./


19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Él da fuerza a su Rey,/ exalta el poder de su Ungido. Gloria y antífona 2

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V Su alabanza está siempre en mi boca. R En todo momento.

Antífona 3 - El Señor reina, la tierra goza. +

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendigo al Señor en todo momento.

Salmo 96

Cántico de Zacarías, pág. 5

El Señor reina, la tierra goza,/ + se alegran las islas innumerables./ Tiniebla y nube lo rodean,/ justicia y derecho sostienen su trono. Delante de él avanza fuego/ abrasando en torno a los enemigos;/ sus relámpagos deslumbran el orbe,/ y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera/ ante el dueño de toda la tierra;/ los cielos pregonan su justicia,/ y todos los pueblos contemplan su gloria. Los que adoran estatuas se sonrojan,/ los que ponen su orgullo en los ídolos;/ ante él se postran todos los dioses.

Antífona: Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.

Preces Oremos a nuestro Señor Jesucristo, que prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y digámosle confiados: Escúchanos, Señor. Quédate con nosotros, Señor, durante todo el día: * que la luz de tu gracia no conozca nunca el anochecer en nuestras vidas. Que el trabajo de este día sea como una oblación sin defecto, * y que sea agradable a tus ojos.

Lo oye Sión, y se alegra,/ se regocijan las ciudades de Judá/ por tus sentencias, Señor;

Que en todas nuestras palabras y acciones seamos hoy luz del mundo * y sal de la tierra para cuantos nos traten.

porque tú eres Señor,/ altísimo sobre toda la tierra,/ encumbrado sobre todos los dioses.

Que la gracia del Espíritu Santo habite en nuestros corazones y resplandezca en nuestras obras * para que así permanezcamos en tu amor y en tu alabanza.

El Señor ama al que aborrece el mal,/ protege la vida de sus fieles/ y los libra de los malvados.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Amanece la luz para el justo,/ y la alegría para los rectos de corazón./ Alegraos, justos, con el Señor,/ celebrad su santo nombre. Gloria y antífona 3

Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal: Padre nuestro.

Lectura breve

Envía, Señor, a nuestros corazones la abundancia de tu luz, para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libres de todo error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Rom 8, 35.37

¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.

Responsorio breve

V Bendigo al Señor en todo momento. R Bendigo al Señor en todo momento.

Oración

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: En el mismo pasaje en que Jesús hace el anuncio del camino que él ha de seguir, Jesús hace un invitación a todo discípulo: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz de cada día y que me siga” (Lc 9,23). Con estas palabras Jesús nos indica que el camino de cruz. Dicho en lenguaje popular: un “vía-crucis”. Estas dos palabras latinas significan: “Camino de la cruz”. Un camino de la cruz que concluye en gloria para Jesús y para los discípulos.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

Salmo 61

juntos en la balanza subirán/ más leves que un soplo. No confiéis en la opresión,/ no pongáis ilusiones en el robo;/ y aunque crezcan vuestras riquezas/ no les deis el corazón. Dios ha dicho una cosa,/ y dos cosas que he escuchado: «Que Dios tiene el poder/ y el Señor tiene la gracia;/ que tú pagas a cada uno/ según sus obras». Gloria y antífona 1

Sólo en Dios descansa mi alma,/ porque de él viene mi salvación;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré.

Salmo 66

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre/ todos juntos, para derribarlo/ como a una pared que cede/ o a una tapia ruinosa?

El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.

Sólo piensan en derribarme de mi altura,/ y se complacen en la mentira:/ con la boca bendicen,/ con el corazón maldicen.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben.

Descansa sólo en Dios, alma mía,/ porque él es mi esperanza;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré. De Dios viene mi salvación y mi gloria/ él es mi roca firme,/ Dios es mi refugio.

Antífona 2 - Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben.

Pueblo suyo, confiad en él,/ desahogad ante él vuestro corazón,/ que Dios es nuestro refugio.

La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 2

Los hombres no son más que un soplo,/ los nobles son apariencia:/ todos

Antífona 3 - Todo fue creado por él y para él.


19 de Febrero - Miércoles, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura / pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 5, 5b-7

Sed humildes unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos bajo la poderosa mano de Dios, para que a su tiempo os eleve. Descargad en él todas vuestras preocupaciones, porque él se interesa por vosotros.

Responsorio breve

V Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos. R Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos. V A la sombra de tus alas escóndenos. R Como a las niñas de tus ojos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.

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Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes. Preces Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe: Muéstranos, Señor, tu amor y danos tu paz. Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó; * ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como una hierba que se renueva por la mañana y se seca por la tarde. Alimenta a tu pueblo con el maná para que no perezca de hambre * y dale el agua viva para que nunca tenga sed. Que tus fieles busquen y saboreen los bienes de arriba * y te glorifiquen también con su descanso Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas, * para que la tierra dé fruto abundante. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Que los difuntos puedan contemplar tu faz * y que nosotros tengamos un día parte en su felicidad. Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, tu nombre es santo y tu misericordia llega a tus fieles de generación en generación; atiende, pues, las súplicas de tu pueblo y haz que pueda cantar eternamente tus alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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20 de Febrero - Jueves, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En este tiempo de oración al comienzo de la noche, escuchemos al Señor: “Hoy pongo ante ti la vida y el bien o la muerte y el mal. Éste es como un indicador que señala la dirección. La vida está permanente ante un cruce de caminos. Un camino lleva a Dios, al bien, a la vida. El otro, conduce a la muerte y al mal. A nosotros nos toca al comenzar por cuál optamos. Elijamos bien el camino. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Miércoles, pág. 18)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 8,22-26 Con razón, Señor, la gente proclama: “No hemos visto cosa igual; los ciegos recobran la vista”. Con el ciego de Betsaida nos revelas el proceso: Lo separas de la multitud, le unges los ojos con saliva, le impones las manos, y el ciego empieza a ver. Primero borrosamente, claramente después. Tenemos de ti, Señor, una imagen muy borrosa. Necesitamos que nos impongas tus manos, y unjas nuestros ojos, para verte tal cual eres: El Ungido del Señor, el Salvador anunciado. P. Antonio Danoz, redentorista

20 de Febrero - Jueves, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Empezamos el día con una bienaventuranza: “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8). Dios se deja contemplar por los que tienen el corazón purificado. “A Dios nadie lo ha visto Jamás”, dice san Juan, y Pablo confirma la sentencia con estas palabras: “A quien ningún hombre ha visto ni puede ver” (S. Gregorio de Nisa). Sin embargo, tenemos la seguridad de que contemplaremos su gloria.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.

Salmo 79

Pastor de Israel, escucha,/ tú que guías a José como a un rebaño;/ tú que te sientas sobre querubines, resplandece/ ante Efraím, Benjamín y


20 de Febrero - Jueves, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Manasés;/ despierta tu poder y ven a salvarnos. ¡Oh Dios!, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Señor Dios de los ejércitos,/ ¿hasta cuándo estarás airado/ mientras tu pueblo te suplica? Le diste a comer llanto,/ a beber lágrimas a tragos;/ nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,/ nuestros enemigos se burlan de nosotros. Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Sacaste una vid de Egipto,/ expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;/ le preparaste el terreno y echó raíces,/ hasta llenar el país; su sombra cubría las montañas/ y sus pámpanos, los cedros altísimos;/ extendió sus sarmientos hasta el mar,/ y sus brotes hasta el Gran Río. ¿Por qué has derribado su cerca/ para que la saqueen los viandantes,/ la pisoteen los jabalíes/ y se la coman las alimañas? Dios de los ejércitos, vuélvete:/ mira desde el cielo, fíjate,/ ven a visitar tu viña,/ la cepa que tu diestra plantó,/ y que tú hiciste vigorosa. La han talado y le han prendido fuego:/ con un bramido hazlos perecer./ Que tu mano proteja a tu escogido,/ al hombre que tú fortaleciste./ No nos alejaremos de ti;/ danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Anunciad a toda la tierra que el Señor hizo proezas.

Cántico

Is 12, 1-6

Te doy gracias, Señor,/ porque estabas airado contra mí,/ pero ha cesado tu ira/ y me has consolado. Él es mi Dios y salvador:/ confiaré y

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no temeré,/ porque mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación./ Y sacaréis aguas con gozo/ de las fuentes de la salvación. Aquel día, diréis:/ Dad gracias al Señor,/ invocad su nombre,/ contad a los pueblos sus hazañas,/ proclamad que su nombre es excelso. Tañed para el Señor, que hizo proezas;/ anunciadlas a toda la tierra; /gritad jubilosos, habitantes de Sión:/ «¡Qué grande es en medio de ti/ el Santo de Israel!» Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aclamad a Dios, nuestra fuerza. +

Salmo 80 Aclamad a Dios, nuestra fuerza;/ + dad vítores al Dios de Jacob: acompañad, tocad los panderos,/ las cítaras templadas y las arpas;/ tocad la trompeta por la luna nueva,/ por la luna llena, que es nuestra fiesta; porque es una ley de Israel,/ un precepto del Dios de Jacob,/ una norma establecida para José/ al salir de Egipto. Oigo un lenguaje desconocido:/ «Retiré sus hombros de la carga,/ y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción, y te libré,/ te respondí oculto entre los truenos,/ te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;/ ¡ojalá me escuchases, Israel! No tendrás un dios extraño,/ no adorarás un dios extranjero; y o soy el Señor Dios tuyo,/ que te saqué del país de Egipto;/ abre tu boca y yo la saciaré. Pero mi pueblo no escuchó mi voz,/ Israel no quiso obedecer:/ los entregué a su corazón obstinado,/ para que anduviesen según sus antojos. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo/ y caminase Israel por mi camino!:/ en un


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20 de Febrero - Jueves, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

momento humillaría a sus enemigos/ y volvería mi mano contra sus adversarios;

digámosle con humildad: ilumínanos, Señor.

los que aborrecen al Señor te adularían,/ y su suerte quedaría fijada; /te alimentaría con flor de harina,/ te saciaría con miel silvestre». Gloria y antífona 3

Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo; * que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.

Lectura breve

Rom 14,17-19

El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.

Responsorio breve

V Velando medito en ti, Señor. R Velando medito en ti, Señor. V Porque fuiste mi auxilio. R Medito en ti, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Velando medito en ti, Señor.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Anuncia Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros pecados.

Preces Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus hijos y nunca desatiende sus súplicas, y

Que tu sabiduría nos dirija en nuestra jornada; * así andaremos por sendas de vida nueva. Ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades * y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu. Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día * y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre y digámosle: Padre nuestro.

Oración A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Nos sentimos pobres ante la inmensa de las maravillas que Dios ha realizado en la creación. Nos abruma tanta belleza. Ante tan grandes prodigios no queda más que alabar y dar gracias al Creador. Cantemos con el salmista: “Los cielos proclaman la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos. Un día pasa el mensaje a otro día, una noche informa a otra noche” (Sal 19).

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


20 de Febrero - Jueves, Feria, VI Sem. del Tpo. Ord.

Himno, Días de feria, pág. 6 Antífona 1 - Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.

Salmo 71 I Dios mío, confía tu juicio al rey,/ tu justicia al hijo de reyes,/ para que rija a tu pueblo con justicia,/ a tus humildes con rectitud. Que los montes traigan paz,/ y los collados justicia;/ que él defienda a los humildes del pueblo,/ socorra a los hijos del pobre/ y quebrante al explotador. Que dure tanto como el sol,/ como la luna, de edad en edad;/ que baje como lluvia sobre el césped,/ como llovizna que empapa la tierra. Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna. Que domine de mar a mar, d el Gran Río al confín de la tierra. Que en su presencia se inclinen sus rivales;/ que sus enemigos muerdan el polvo;/ que los reyes de Tarsis y de las islas/ le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia/ le ofrezcan sus dones;/ que se postren ante él todos los reyes,/ y que todos los pueblos le sirvan. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia. II Él librará al pobre que clamaba,/ al afligido que no tenía protector;/ él se apiadará del pobre y del indigente,/ y salvará la vida de los pobres; él rescatará sus vidas de la violencia,/ su sangre será preciosa a sus ojos. Que viva y que le traigan el oro de Saba;/ él intercederá por el pobre/ y lo bendecirá.

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Que haya trigo abundante en los campos,/ y ondee en lo alto de los montes,/ den fruto como el Líbano,/ y broten las espigas como hierba del campo. Que su nombre sea eterno,/ y su fama dure como el sol;/ que él sea la bendición de todos los pueblos,/ y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,/ el único que hace maravillas;/ bendito por siempre su nombre glorioso,/ que su gloria llene la tierra./ ¡Amén, amén! Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ahora se estableció, la salud y el reinado de nuestro Dios.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 1, 22-23

Por la obediencia y la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor fraternal no fingido; amaos, pues, con intensidad y muy cordialmente


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20 de Febrero - Jueves - Oración de la Noche - Completas / La Palabra de Dios se hace oración

unos a otros, como quienes han sido engendrados no de semilla corruptible, sino incorruptible, por la palabra viva y permanente de Dios.

Responsorio breve

V El Señor es mi pastor, nada me falta. R El Señor es mi pastor, nada me falta. V En verdes praderas me hace recostar. R Nada me falta. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor es mi pastor, nada me falta.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: A los que tienen hambre de ser justos el Señor les colma de bienes. Preces Elevemos a Dios nuestros corazones agradecidos porque ha bendecido a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe: Bendice, Señor, a tu pueblo. Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al papa Benedicto VXI y a nuestro obispo N., * que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia. Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades * y aleja de ellos todo mal.

Multiplica como renuevos de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagren a tu reino, * siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia. Conserva el propósito de aquellas de tus hijas que han consagrado a ti su virginidad, * para que, en la integridad de su cuerpo y de su espíritu, sigan al Cordero dondequiera que vaya. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Da la paz a los difuntos * y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino. Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, acudamos con confianza a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración Al ofrecerte, Señor, nuestro sacrificio vespertino de alabanza, te pedimos humildemente que, meditando día y noche en tu palabra, consigamos un día la luz y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Llegada la noche repasamos el día que hemos vivido, analizamos ante el Señor nuestra actuación: nuestras obras, nuestras palabras, nuestras actitudes con los más necesitados de amor y de consuelo. Digámosle al Señor: “Purifícame de culpas ocultas, libra a tu servidor del orgullo, para que no me domine. Entonces seré irreprochable e inocente de un grave pecado” (Sal 19). (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Jueves, pág. 19)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 8,27-33 Por el camino nos haces, Señor, la pregunta que hacías a los discípulos: “Ustedes, ¿quién dicen que soy?” De Pedro aprendimos la respuesta: “Tú eres el Mesías”.


21 de Febrero - Viernes, Feria o Mem. de San Pedro Damián

Para que no pensemos como los hombres, sino como piensa Dios, haznos comprender todo el recorrido del camino, desde el rechazo de los ancianos del pueblo, hasta verte al tercer día resucitado. ¡Cómo nos cuesta, Señor, creer, que para resucitar al tercer día, hay que pasar antes por la cruz!

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P. Antonio Danoz, redentorista

21 de Febrero - Viernes, Feria o Mem. de San Pedro Damián, Obispo y Doctor El santo de hoy: San Pedro Damián (1007-1072) Nace en Ravena (Italia). En 1035 entra en el monasterio de Fonteavellana. Funda varias comunidades de eremitas. Colabora con papas, obispos y abades en la renovación de la Iglesia. Fue nombrado cardenal de Ostia. Desplegó una gran labor apostólica en Milán, Florencia y en Las Galias. Fue un teólogo profundo, que escribió varia obras, y fue un predicador elocuente.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Antes de emprender las tareas del día, recordemos un mandamiento de Dios fundamental: “Amarás al prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18). En la carta a la comunidad de Roma y en la carta a la Comunidad de Galacia, Pablo insiste: Toda la ley se cumple con cumplir a cabalidad este solo precepto. Existía en la ley antigua y Jesús lo asume como parte fundamental de la Buena Noticia que anuncia.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): El Señor es bueno, bendcid su nombre.

Himno, Días de feria, pág. 6 Antífona 1 - Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.

Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti,

contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud. /Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu.


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21 de Febrero - Viernes, Feria o Mem. de San Pedro Damián

Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!, /y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - En tu juicio, Señor, acuérdate de la misericordia.

Cántico

Hab 3, 2-4. 13a. 15-19

¡Señor, he oído tu fama,/ me ha impresionado tu obra!/ En medio de los años, realízala;/ en medio de los años, manifiéstala;/ en el terremoto acuérdate de la misericordia. El Señor viene de Temán;/ el Santo, del monte Farán:/ su resplandor eclipsa el cielo,/ la tierra se llena de su alabanza,/ su brillo es como el día/ su mano destella velando su poder. Sales a salvar a tu pueblo,/ a salvar a tu ungido;/ pisas el mar con tus caballos,/ revolviendo las aguas del océano. Lo escuché y temblaron mis entrañas,/ al oírlo se estremecieron mis labios;/ me entró un escalofrío por los huesos,/ vacilaban mis piernas al andar./ Tranquilo espero el día de la angustia/ que sobreviene al pueblo que nos oprime. Aunque la higuera no echa yemas/ y las viñas no tienen fruto,/ aunque el olivo olvida su aceituna/ y los campos no dan cosechas,/ aunque se acaban

las ovejas del redil/ y no quedan vacas en el establo,/ yo exultaré con el Señor,/ me gloriaré en Dios mi salvador. El Señor soberano es mi fuerza,/ él me da piernas de gacela/ y me hace caminar por las alturas. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Glorifica al Señor, Jerusalén. +

Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ + alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ef 2,13-16

Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos, judíos y gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear en él un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte en él al odio.

Responsorio breve

V Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.


21 de Febrero - Viernes, Feria o Mem. de San Pedro Damián

R Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí. V Desde el cielo me enviará la salvación. R El Dios que hace tanto por mí. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.

Cántico de Zacarías, pág. 5

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Tú que has sellado con tu sangre una alianza nueva y eterna, * haz que, obedeciendo siempre tus mandatos, permanezcamos fieles a esa alianza. Tú que colgado en la cruz quisiste que de tu costado manara sangre y agua, * purifica con esta agua nuestros pecados y alegra con este manantial a la ciudad de Dios. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Antífona: Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.

Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó Jesucristo: Padre nuestro.

Preces

Oración

Adoremos a Cristo, que se ofreció a Dios como sacrificio sin mancha para purificar nuestras conciencias de las obras muertas, y digámosle con fe: En tu voluntad, Señor, encontramos nuestra paz. Tú que nos has dado la luz del nuevo día, * concédenos también caminar durante sus horas por sendas de vida nueva. Tú que todo lo has creado con tu poder y con tu providencia lo conservas, * ayúdanos a descubrirte presente en todas tus criaturas.

Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las exhortaciones y los ejemplos del santo obispo Pedro Damián, para que, sin anteponer nada al amor de Cristo nos esforcemos en servir siempre a tu Iglesia y así merezcamos gozar un día de la felicidad de tu reino eterno. Por nuestro Señor.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: El Espíritu Santo enriquece con generosa abundancia de dones a los discípulos. El más importante y principal es el del amor. Escribe Pablo: “Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad. Pero el más grande de todas es el amor” (1Cor 13,13). “El amor no termina nunca” (1 Cor 13,8). El amor que no termina nunca es el que Dios derrama en nuestros corazones por medio del espíritu Santo.

Invocación inicial

Antífona 1 - Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Amo al Señor, porque escucha/ mi voz suplicante,/ porque inclina su oído hacia mí/ el día que lo invoco.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6

Me envolvían redes de muerte,/ me alcanzaron los lazos del abismo,/ caí en

Salmo 114


120

21 de Febrero - Viernes, Feria o Mem. de San Pedro Damián

tristeza y angustia./ Invoqué el nombre del Señor:/ «Señor, salva mi vida». El Señor es benigno y justo,/ nuestro Dios es compasivo;/ el Señor guarda a los sencillos:/ estando yo sin fuerzas me salvó. Alma mía, recobra tu calma,/ que el Señor fue bueno contigo:/ arrancó mi vida de la muerte,/ mis ojos de las lágrimas,/ mis pies de la caída. Caminaré en presencia del Señor/ en el país de la vida. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Salmo 120 Levanto mis ojos a los montes:/ ¿de dónde me vendrá el auxilio?/ El auxilio me viene del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie,/ tu guardián no duerme;/ no duerme ni reposa/ el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra,/ está a tu derecha;/ de día el sol no te hará daño,/ ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal,/ él guarda tu alma;/ el Señor guarda tus entradas y salidas,/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

Cántico

Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre?/ Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Cor 2, 7-10a

Enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria, que no conoció ninguno de los príncipes de este siglo; pues si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Pero, según está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman». Pero a nosotros nos lo ha revelado por su Espíritu.

Responsorio breve

V Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. R Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios. V Muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu. R Para llevarnos a Dios. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a nuestros padres. Preces Bendigamos ahora al Señor Jesús, que en su vida mortal escuchó siempre con bondad las súplicas de los que acudían a él y enjugaba con amor las lágrimas de los que lloraban, y digámosle también nosotros: Señor, ten piedad. Señor Jesucristo, tú que consolaste a los tristes y desconsolados, pon ahora tus ojos en los sufrimientos de los pobres * y consuela a los deprimidos. Escucha los gemidos de los agonizantes * y envíales tus ángeles para que los consuelen y conforten. Que los emigrantes sientan el consuelo de tu amor en el destierro, que


22 de Febrero - Sábado, Cátedra Se San Pedro

puedan regresar a su patria * y que un día alcancen también la patria eterna. Que los pecadores escuchando tu voz se conviertan, * y encuentren en tu Iglesia el perdón y la paz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Perdona las faltas de los que han muerto * y dales la plenitud de tu salvación. Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena confianza: Padre nuestro.

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Oración

Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las exhortaciones y los ejemplos del santo obispo Pedro Damián, para que, sin anteponer nada al amor de Cristo nos esforcemos en servir siempre a tu Iglesia y así merezcamos gozar un día de la felicidad de tu reino eterno. Por nuestro Señor.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Para introducir este tiempo de oración antes del descanso hacemos nuestra la oración de Sta. Teresa de Lisieux: “Solo la caridad puede dilatar mi corazón. Jesús, desde esta suave llama me consume, corro con alegría por el camino del mandamiento nuevo. Quiero correr por él hasta el día feliz en el que podré seguirte por los espacios infinitos cantando tu cántico nuevo, el del amor” (Manuscrito). (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Viernes, pág. 21)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 8,34-9,1 La propuesta que haces, Señor, es para todos: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con la cruz y que me siga”. Seguirte significa dar la cara por ti, corriendo todos los riesgos. Danos, Señor, el poder que viene del Espíritu, para que no avergonzarnos jamás de ser tus discípulos, ante esta generación “adúltera y pecadora”. No temamos, Señor, perder la vida por ti y por la Buena Noticia en este mundo, para asegurarnos que no te avergonzarás de nosotros ante el Padre del cielo, cuando vengas en tu gloria. P. Antonio Danoz, redentorista

22 de Febrero - Sábado, Cátedra Se San Pedro, F La fiesta de hoy: Cátedra de San Pedro En el siglo IV se veneraba en Roma una silla-cátedra de madera. Según la tradición, en ella se sentaba san Pedro para enseñar. A Pedro se le presenta sentado en su cátedra en Roma, como signo de su misión de pastor de la Iglesia universal. Desde ella, a través de sus sucesores, el Señor sigue “presidiendo en caridad” a todos los fieles. Esta memoria es una de las celebraciones más antiguas en la Iglesia.


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22 de Febrero - Sábado, Cátedra Se San Pedro

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En el lenguaje corriente se dice “sentar cátedra”, para destacar la autoridad de que goza una persona. Pedro “sentó cátedra” primero como discípulo de Jesús. “Sentó cátedra de creyente al confesar: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16). Siguiendo su ejemplo, renovamos en nuestra oración nuestra confesión de fe en Jesús, como Mesías y Salvador de la humanidad.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Vengan, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

Himno Tú, Cefas, eres Pedro y eres roca,/ eres maestro fiel y gobernante/ de la barca divina en que viajamos/ de esta sombra a la aurora rutilante. Eres piedra angular en que se basa/ el templo espiritual del Dios viviente;/ tu humilde llanto canceló la culpa/ de tu culpable labio irreverente. Demos gracias al Padre y su Hijo,/ y al Espíritu, fuego sempiterno,/ porque la Iglesia no será vencida/ por la fuerza terrible del infierno. Amén. Antífona 1 - El Señor dijo a Simón: «Ten ánimo, de hoy en adelante vas a ser pescador de hombres».

Salmo 62, 2-9

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» «Bienaventurado eres tú, Simón Pedro».

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.


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22 de Febrero - Sábado, Cátedra Se San Pedro

Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - El Señor dijo a Pedro: «Yo te daré las llaves del reino de los cielos».

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Hch 15, 7b-9

Dios determinó que por mi boca escuchasen los gentiles la doctrina del Evangelio y llegasen a la fe. Dios, que conoce los corazones, se ha declarado a favor de ellos, al darles el Espíritu Santo, igual que a nosotros; y no ha establecido diferencia alguna entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones por la fe.

Responsorio breve

V Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. V Harán memorable tu nombre Señor. R Sobre toda la tierra. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Dijo el Señor a Simón Pedro: «Yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos».

Preces Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémosle diciendo: El coro de los apóstoles te alaba, Señor. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre: * en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles no has preparado la mesa de tu palabra: * Por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.


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23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A

Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia: * por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo y la penitencia: * por ellos nos purificas de todas nuestras culpas. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.

Oración

No permitas, Señor, que ninguna desorientación llegue a perturbar nunca la fe de la Iglesia, que tú quisiste estuviera cimentada sobre la roca sólida de la confesión del apóstol san Pedro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 16,13-19 Tú eres, Señor, para nosotros tus discípulos: “El Mesías, el Hijo de Dios vivo”; La Palabra de vida que ha de ser proclamada, El Camino que hay que recorrer, Para encontrarse con el Padre; La Luz que da vista a los ciegos y alumbra los caminos; La Alegría que hace que sea Pascua cada día; El Pan que da vida eterna y verdadera, multiplicado y compartido en nuestras mesas; el enfermo que hay que sanar, el hambriento que hay que alimentar; el humillado que hay que rehabilitar. P. Antonio Danoz, redentorista

23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: Con la oración de esta tarde empezamos a hacer memoria de la resurrección de Jesús, que tiene que iluminar nuestra vida con su gloria que no tiene fin. La muerte y la resurrección de Jesús son agentes de liberación para los que creemos en él. San Pablo escribe: “Para ser libres nos ha liberado Cristo. No se dejen someter de nuevo al yugo de la esclavitud” (Gál 5,1). La gran liberación se ha producido en el misterio pascual de nuestro bautismo.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, I Vísperas, pág. 5


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23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A

Antífona 1 - De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

Salmo 112 Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Alzaré la copa de la salvación, invocando tu nombre, Señor.

Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor Jesús ser rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 13, 20-21

El Dios de la paz, que sacó de entre los muertos, por la sangre de la alianza eterna, al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, os haga perfectos en todo bien, para hacer su voluntad, cumpliendo en vosotros lo que es grato en su presencia por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Responsorio breve

V Cuántas son tus obras, Señor. R Cuántas son tus obras, Señor. V Y todas las hiciste con sabiduría. R Tus obras, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cuántas son tus obras, Señor.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen; así seréis hijos verdaderos del Padre. Preces Recordando la bondad de Cristo, que se compadeció del pueblo hambriento y obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle con fe: Escúchanos, Señor.


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23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A

Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de tu bondad; * haz que no sean estériles, sino que den fruto, encontrando un corazón noble de nuestra parte. Dios nuestro, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan testimonio de ti en el mundo, * y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu. Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos, * y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano. A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos, * te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad.

Dígnate agregar a los difuntos al número de tus escogidos, * cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Concédenos, Dios todopoderoso, que la constante meditación de tu doctrina nos impulse a hablar y a actuar siempre según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La vida pascual de los discípulos consiste en dejarse conducir por el Espíritu Santo, que es un don pascual de Jesús resucitado. Los que se guían por el Espíritu son los verdaderos seguidores de Jesús. Como él pasan haciendo el bien, sanando a los maltratados por la vida, liberando a todo persona que se ve sometida a cualquier forma de esclavitud, espiritual, social o moral. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo, I Vísperas, pág. 11)

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Lucas nos informa que en un momento dado, Jesús emprende decidido el camino que conduce a Jerusalén (Lc 9,51). En Jerusalén está el final del camino que conduce al encuentro con el Padre. Es un camino de humillación hasta la muerte de Cruz y a la vez, es el camino cuya meta es la resurrección y la victoria definitiva sobre la muerte. El camino sigue abierto. Todo discípulo ha de recorrerlo.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.

Himno, Laudes, pág. 5 Antífona 1 - El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.

Salmo 92

El Señor reina vestido de majestad,/ el Señor, vestido y ceñido de poder:/ así está firme el orbe y no vacila.


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23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A

Tu trono está firme desde siempre,/ y tú eres eterno.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor.

Levantan los ríos, Señor,/ levantan los ríos su voz,/ levantan los ríos su fragor;

Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.

pero más que la voz de aguas caudalosas,/ más potente que el oleaje del mar,/ más potente en el cielo es el Señor.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.

Tus mandatos son fieles y seguros;/ la santidad es el adorno de tu casa,/ Señor, por días sin término. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.

Salmo 148

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.

Alabad al Señor en el cielo,/ alabad al Señor en lo alto.

Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.

Alabadlo todos sus ángeles,/ alabadlo todos sus ejércitos.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Alabadlo, sol y estrellas lucientes.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor.

luna;/

alabadlo,

Alabadlo, espacios celestes,/ y aguas que cuelgan en el cielo. Alaben el nombre del Señor,/ porque él lo mandó, y existieron. Les dio consistencia perpetua/ y una ley que no pasará. Alabad al Señor en la tierra,/ cetáceos y abismos del mar. Rayos, granizo, nieve y bruma,/ viento huracanado que cumple sus órdenes. Montes y todas las sierras,/ árboles frutales y cedros.


128

23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A

Fieras y animales domésticos,/ reptiles y pájaros que vuelan.

Antífona: Dios, vuestro Padre, hace salir su sol sobre malos y buenos.

Reyes y pueblos del orbe,/ príncipes y jefes del mundo.

Preces

Los jóvenes y también las doncellas,/ los viejos junto con los niños. Alaben el nombre del Señor,/ el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra;/ él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles,/ de Israel, su pueblo escogido. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ez 37,12b-14

Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle: Ilumina, Señor, a tu pueblo. Te bendecimos, Señor, luz nuestra, * porque a gloria de tu nombre nos has hecho llegar a este nuevo día. Tú, que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo, * haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.

Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago». Oráculo del Señor.

Tú, que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo, * envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.

Responsorio breve

Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V Tú que estás sentado a la derecha del Padre. R Ten piedad de nosotros. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas * y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Oración Concédenos, Dios todopoderoso, que la constante meditación de tu doctrina nos impulse a hablar y a actuar siempre según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: Al principio, los discípulos no comprendieron el camino pascual que Jesús les señalaba. Cuando se lo señaló con claridad, Pedro quiso disuadirlo para que lo abandonara. Seguramente a los discípulos de hoy nos resulta igualmente difícil comprenderlo. Pero nosotros tenemos una ventaja: sabemos los comienzos, y conocemos también el final. Merece la pena recorrerlo como Jesús.


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23 de Febrero - VII Domingo del Tpo. Ord. /A

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, II Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha». Aleluya +

Salmo 109, 1-5.-7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ + y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.

Salmo 110

Doy gracias al Señor de todo corazón,/ en compañía de los rectos, en la asamblea./ Grandes son las obras del Señor,/ dignas de estudio para los que las aman. Esplendor y belleza son su obra,/ su generosidad dura por siempre;/ ha hecho maravillas memorables,/ el Señor es piadoso y clemente. Él da alimento a sus fieles,/ recordando siempre su alianza;/ mostró a su pueblo

la fuerza de su poder,/ dándoles la heredad de los gentiles. Justicia y verdad son las obras de sus manos,/ todos sus preceptos merecen confianza:/ son estables para siempre jamás,/ se han de cumplir con verdad y rectitud. Envió la redención a su pueblo,/ ratificó para siempre su alianza,/ su nombre es sagrado y temible. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,/ tienen buen juicio los que lo practican;/ la alabanza del Señor dura por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos./ (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 1, 3-5

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia


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23 de Febrero - Domingo - Oración de la Noche - Completas

incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final.

Responsorio breve

V Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo. R Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo. V Digno de gloria y alabanza por los siglos. R En la bóveda del cielo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. Preces

Tú, que por la victoria de tu Hijo en la cruz anunciaste la paz al mundo, * líbranos de todo desaliento y de todo temor. A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla, * concédeles que cooperen con sinceridad y concordia en la edificación de un mundo mejor. Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a los hambrientos * y fortalece a los débiles, para que en todos se manifieste el triunfo de la cruz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que al tercer día resucitaste a tu Hijo gloriosamente del sepulcro, * haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida. Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó el mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor, y digámosle: Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.

Oración

Señor, tú que en el universo, obra de tus manos, nos revelas tu poder, * haz que sepamos ver tu providencia en los acontecimientos del mundo.

Conclusión

Concédenos, Dios todopoderoso, que la constante meditación de tu doctrina nos impulse a hablar y a actuar siempre según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Cada celebración de la memoria de la resurrección de Jesús, nos coloca cada semana ante la renovación de la opción radical de nuestra vida: seguir al crucificado, para participar en su gloria de resucitado. Necesitamos hacer memoria con la comunidad de los discípulos de la resurrección de Jesús para poder mantenernos firmes en su seguimiento. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Domingo, II Vísperas, pág. 13)


24 de Febrero - Lunes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

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LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 5,38-48 Al “ojo por ojo y diente por diente”, tú, Señor, ofreces una respuesta: “Amen a sus enemigos, oren por sus perseguidores”. Como hace el Padre del cielo, que reparte el sol y la lluvia sobre buenos y malos. No te pedimos, Señor, ningún premio por amar y ser generosos. Te pedimos actuar como hijos de nuestro Padre; ser como él perfectos en el amor, y cumplir a cabalidad su mandato: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. P. Antonio Danoz, redentorista

24 de Febrero - Lunes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: El odio, el rencor, la violencia, son enemigos de la paz. No pueden ser creadores de felicidad. Sólo las personas que disfrutan de la bienaventuranza de los pacíficos pueden ser creadores de paz en los lugares donde habitan. Oremos, para que sean muchos los hombres y mujeres que sean bienaventurados por ser pacíficos. Con ellos es posible crear un mundo pacífico y pacificado.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Entremos a la presencia del Señor dándole gracias..

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Dichosos los que viven en tu casa, Señor.

Salmo 83 ¡Qué deseables son tus moradas,/ Señor de los ejércitos!/ Mi alma se consume y anhela/ los atrios del Señor,/ mi corazón y mi carne/ se alegran por el Dios vivo.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;/ la golondrina, un nido/ donde colocar sus polluelos:/ tus altares, Señor de los ejércitos,/ Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa/ alabándote siempre./ Dichosos los que encuentran en ti su fuerza/ al preparar su peregrinación: cuando atraviesan áridos valles,/ los convierten en oasis,/ como si la lluvia temprana/ los cubriera de bendiciones;/ caminan de altura en altura /hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica:/ atiéndeme, Dios de Jacob./ Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,/ mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa/ vale más que otros mil,/ y prefiero el umbral de la casa de Dios/ a vivir con los malvados.


132

24 de Febrero - Lunes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Porque el Señor es sol y escudo,/ él da la gracia y la gloria,/ el Señor no niega sus bienes/ a los de conducta intachable.

apariencia,/ mientras que el Señor ha hecho el cielo;/ honor y majestad lo preceden,/ fuerza y esplendor están en su templo.

¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre/ que confía en ti! Gloria y antífona 1

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Antífona 2 - Venid, subamos al monte del Señor.

Cántico

Is 2, 2-5

Al final de los días estará firme/ el monte de la casa del Señor,/ en la cima de los montes,/ encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles,/ caminarán pueblos numerosos./ Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor,/ a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos,/ y marcharemos por sus sendas;/ porque de Sión saldrá la ley,/ de Jerusalén la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones,/ el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados,/ de las lanzas, podaderas./ No alzará la espada pueblo contra pueblo,/ no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven;/ caminemos a la luz del Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cantad al Señor, bendecid su nombre.

Salmo 95 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ cantad al Señor, toda la tierra;/ cantad al Señor, bendecid su nombre,/ proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, /sus maravillas a todas las naciones;/ porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,/ más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,/ tiemble en su presencia la tierra toda;/ decid a los pueblos: «El Señor es rey,/ él afianzó el orbe, y no se moverá;/ él gobierna a los pueblos rectamente». Alégrese el cielo, goce la tierra,/ retumbe el mar y cuanto lo llena;/ vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,/ aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega,/ ya llega a regir la tierra:/ regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con fidelidad. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Stgo 2, 12-13

Hablad y actuad como quienes han de ser juzgados por una ley de libertad. Pues habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio.

Responsorio breve

V Bendito el Señor ahora y por siempre. R Bendito el Señor ahora y por siempre. V Sólo él hizo maravillas. R Ahora y por siempre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendito el Señor ahora y por siempre.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Bendito sea el Señor, Dios nuestro.

Preces Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria,


24 de Febrero - Lunes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

y digámosle: Haz, Señor, que te glorifiquemos. Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy; * haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos. Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; * haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra. Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, * y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos. A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, * concédenos el gozo y la paz.

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(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro.

Oración Señor Dios, rey de cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, podamos ofrecerte hoy en todas nuestras actividades un sacrificio de alabanza grato a tus ojos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Repasamos ante Dios los dones con que nos ha enriquecido en este día. De algunos somos conscientes, y le damos gracias. Otros muchos apenas los recordamos. Si no los reconocemos, difícilmente podemos agradecerlos. Cosas que no nos han agradado pueden ser también un don de Dios. “Él corrige a los que ama”. Hagamos recuento, para que sea más rica nuestra acción de gracias.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.

Salmo 122 A ti levanto mis ojos,/ a ti que habitas en el cielo./ Como están los ojos de los esclavos/ fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava/ fijos en las manos de su señora,/ así

están nuestros ojos/ en el Señor, Dios nuestro,/ esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia,/ que estamos saciados de desprecios;/ nuestra alma está saciada/ del sarcasmo de los satisfechos,/ del desprecio de los orgullosos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Salmo 123

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte/ —que lo diga Israel—,/ si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,/ cuando nos asaltaban los hombres,/ nos habrían tragado vivos:/ tanto ardía su ira contra nosotros.


134

24 de Febrero - Lunes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Nos habrían arrollado las aguas,/ llegándonos el torrente hasta el cuello;/ nos habrían llegado hasta el cuello/ las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó/ como presa a sus dientes;/ hemos salvado la vida como un pájaro/ de la trampa del cazador:/ la trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Stgo 4, 11-13a

No hablen mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga a un hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley no eres cumplidor de la ley, sino su juez.

Uno es el legislador y juez: el que puede salvar o perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo?

Responsorio breve

V Sáname, porque he pecado contra ti. R Sáname, porque he pecado contra ti. V Yo dije: “Señor, ten misericordia”. R Porque he pecado contra ti. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sáname, porque he pecado contra ti.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.

Preces Cristo quiere que todos los hombres alcancen la salvación. Digámosle, pues, confiadamente: Atrae, Señor, a todos hacia ti. Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la esclavitud del pecado; * haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, * para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo. Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla * y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos. Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y a los que viven abandonados; * ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, * allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos. Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.


25 de Febrero - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Oración

135

Conclusión

Señor, tú que con razón eres llamado luz indeficiente, ilumina nuestro espíritu en esta hora vespertina, y dígnate perdonar benignamente nuestras faltas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Al encontrarnos, cara a cara, con Dios en este momento de la noche, oramos con el salmo: “Guárdame como a la niña de tus ojos” (Sal 17,8). La “niña” es lo más delicado del ojo, por eso la protegemos y la rodeamos de mayores cuidados. Encomendarnos a Dios para que nos cuide “como a la niña de sus ojos”, es una garantía segura de que descansaremos tranquilos y sin sobresaltos. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Lunes, pág. 15)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 9,14-29 Tú proclamas, Señor, ante la multitud sorprendida: “Todo es posible para el que cree”. Como el padre del muchacho confesamos: “Creo, pero aumenta mi fe”. Nuestra fe es apenas como una semilla de mostaza. Necesita crecer para ser firme y robusta. Por falta de fe y oración, no podemos ordenar al espíritu malo: “Te lo ordeno, sal de esta persona”. Para continuar tu obra de liberación de esclavos y oprimidos, enséñanos a orar y auméntanos la fe. P. Antonio Danoz, redentorista

25 de Febrero - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En el lenguaje corriente se dice “sentar cátedra”, para destacar la autoridad de que goza una persona. Antes que en Roma, Pedro “sentó cátedra” de discípulo de Jesús. Al escuchar su llamada, lo dejó todo y lo siguió. “Sentó cátedra” de creyente. En boca de Pedro ponen los evangelios la profesión de fe en Jesús: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16). En nuestra oración, renovamos nuestra confesión de fe en Jesús, como Mesías y Salvador de la humanidad.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.


136

25 de Febrero - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Al Señor, al gran Rey, venid, adorémosle.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Salmo 84

Señor, has sido bueno con tu tierra,/ has restaurado la suerte de Jacob,/ has perdonado la culpa de tu pueblo,/ has sepultado todos sus pecados,/ has reprimido tu cólera,/ has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios salvador nuestro;/ cesa en tu rencor contra nosotros./ ¿Vas a estar siempre enojado,/ o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida,/ para que tu pueblo se alegre contigo?/ Muéstranos, Señor, tu misericordia/ y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor:/ «Dios anuncia la paz/ a su pueblo y a sus amigos/ y a los que se convierten de corazón».

Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,/ que observa la lealtad;/ su ánimo está firme y mantiene la paz,/ porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor,/ por-que el Señor es la Roca perpetua: La senda del justo es recta./ Tú allanas el sendero del justo;/ en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,/ ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche,/ mi espíritu en mi interior madruga por ti,/ porque tus juicios son luz de la tierra,/ y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz,/ porque todas nuestras empresas/ nos las realizas tú. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben.

La salvación está ya cerca de sus fieles,/ y la gloria habitará en nuestra tierra;/ la misericordia y la fidelidad se encuentran,/ la justicia y la paz se besan;

Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra.

la fidelidad brota de la tierra,/ y la justicia mira desde el cielo;/ el Señor dará la lluvia,/ y nuestra tierra dará su fruto.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben.

La justicia marchará ante él,/ la salvación seguirá sus pasos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Cántico

Is 26, 1-4. 7-9. 12

Tenemos una ciudad fuerte,/ ha puesto para salvarla murallas y baluartes:

La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Jn 4, 14-15

Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.


25 de Febrero - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Responsorio breve

V Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. R Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. V Mi alcázar, mi libertador. R En que me amparo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.

Preces Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes: Acuérdate, Señor de tu pueblo. Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, * y haz que no deje nunca de glorificarte.

137

Que nunca, Señor, quedemos confundidos, * los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza. Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, * ya que sin ti nada podemos hacer. Acuérdate de los pobres y desvalidos; * que este día que comienza les traiga solaz y alegría. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: En el momento de la cena, Pedro proclamaba con cierta arrogancia: “Aunque tenga que morir contigo, no te negaré” (Mc 14,31). Horas más tarde, no tuvo reparo en “jurar que no conocía a ese hombre” (Mt 26,74). En un momento tan duro para él, también “sentó cátedra” de conversión. Al instante recordó las palabras de Jesús: “Antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces. Saliendo fuera, lloró amargamente” (Mt 26,75).

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - El Señor rodea a su pueblo.

Salmo 124 Los que confían en el Señor son como el monte Sión:/ no tiembla, está asentado para siempre.


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25 de Febrero - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Jerusalén está rodeada de montañas,/ y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados/ sobre el lote de los justos,/ no sea que los justos extiendan /su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos,/ a los sinceros de corazón;/ y a los que se desvían por sendas tortuosas,/ que los rechace el Señor con los malhechores./ ¡Paz a Israel! Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Salmo 130 Señor, mi corazón no es ambicioso,/ ni mis ojos altaneros;/ no pretendo grandezas/ que superan mi capacidad;/ sino que acallo y modero mis deseos,/ como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico

Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes /y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 12, 9-12

Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

Responsorio breve

V Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. R Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. V Tu fidelidad de generación en generación. R Más estable que el cielo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3

Antífona: Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Preces Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo: Escúchanos, Señor. Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo; * haz que por él crezcamos en todo conocimiento. En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; * dales pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar. Tú, que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, * haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres. Tú, que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, * da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.


26 de Febrero - Miércoles, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que nos has prometido la resurrección en el último día, * no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro.

Oración

139

la bondad y hermosura de todo lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Dios todopoderoso, de quien dimana

Oración de la Noche – Completas

Invitación: Después de la resurrección de Jesús, Pedro “sentó cátedra” de amor en presencia de sus compañeros. A la pregunta de Jesús:“¿Pedro me amas?”, el apóstol respondió por tres veces, sin signo alguno de arrogancia: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”. Jesús se fió de su palabra, y confió el cuidado de su grey: “Apacienta mis ovejas” (Jn 21,15-17). Con la confesión de amor a Jesús, ponemos fin a este día. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Martes, pág. 16)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lucas: Mc 9,30-37 Definitivamente, Señor, tu proyecto no es nuestro proyecto, tu camino no es nuestro camino. Tú hablas de entrega, de muerte, de resurrección. La cruz se nos ha vuelto un enemigo. No discutimos por ver quién carga con la más pesada. Nuestra discusión es por conseguir el primer puesto, por acaparar privilegios. Haz que con la sencillez de un niño aprendamos tu divina lección: Si quieres ser el primero, colócate el último; si quieres ser importante en el reino de Dios, hazte servidor de todos. P. Antonio Danoz, redentorista

26 de Febrero - Miércoles, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana – Laudes

Invitación: Hacemos memoria de un mártir insigne de la generación postapostólica. En el momento del martirio oraba: “Padre de nuestro amado y bendito Jesucristo, Hijo tuyo, por quien te hemos conocido… Te bendigo, porque en este día y en esta hora me has concedido ser contado entre el número de tus mártires, participar de la cruz de Cristo, y por el Espíritu Santo, ser destinado a la resurrección”.


140

26 de Febrero - Miércoles, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,/ lento a la cólera, rico en piedad y leal,/ mírame, ten compasión de mí.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6

Da fuerza a tu siervo,/ salva al hijo de tu esclava;/ dame una señal propicia,/ que la vean mis adversarios y se avergüencen,/ porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria y antífona 1

Antífona 1 - Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.

Antífona 2 - Dichoso el hombre que procede con justicia y habla con rectitud.

Salmo 85

Cántico

Antífona (para el salmo invitatorio): Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.

Inclina tu oído, Señor; escúchame,/ que soy un pobre desamparado;/ protege mi vida, que soy un fiel tuyo;/ salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,/ que a ti te estoy llamando todo el día;/ alegra el alma de tu siervo,/ pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente,/ rico en misericordia con los que te invocan./ Señor, escucha mi oración,/ atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo,/ y tú me escuchas./ No tienes igual entre los dioses, Señor,/ ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán/ a postrarse en tu presencia, Señor;/ bendecirán tu nombre:/ «Grande eres tú, y haces maravillas;/ tú eres el único Dios». Enséñame, Señor, tu camino,/ para que siga tu verdad;/ mantén mi corazón entero /en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío;/ daré gloria a tu nombre por siempre,/ por tu grande piedad para conmigo,/ porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,/ una banda de insolentes atenta contra mi vida,/ sin tenerte en cuenta a ti.

Is 33,13-16

Los lejanos, escuchad lo que he hecho;/ los cercanos, reconoced mi fuerza. Temen en Sión los pecadores,/ y un temblor se apodera de los perversos:/ «¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,/ quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?» El que procede con justicia y habla con rectitud/ y rehúsa el lucro de la opresión;/ el que sacude la mano rechazando el soborno/ y tapa su oído a propuestas sanguinarias,/ el que cierra los ojos para no ver la maldad:/ ése habitará en lo alto,/ tendrá su alcázar en un picacho rocoso,/ con abasto de pan y provisión de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aclamad al Rey y Señor.

Salmo 97

Cantad al Señor un cántico nuevo,/ porque ha hecho Maravillas:/ su diestra le ha dado la victoria,/ su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria,/ revela a las naciones su justicia:/ se acordó de su misericordia y su fidelidad /en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado/ la victoria de nuestro Dios./ Aclama al Señor, tierra entera;/ gritad, vitoread, tocad: tocad la cítara para el Señor,/ suenen


26 de Febrero - Miércoles, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

los instrumentos:/ con clarines y al son de trompetas/ aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene,/ la tierra y cuantos la habitan;/ aplaudan los ríos, aclamen los montes/ al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con rectitud. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Job 1,21; 2,10b

Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?

Responsorio breve

V Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V Dame vida con tu palabra. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.

Preces

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a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor, diciendo: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia. Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida; * haz que sepamos agradecerte este magnífico don. Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; * haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado. Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, * y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad. Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, * para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro.

Oración Señor Dios, que nos has creado con tu sabiduría y nos gobiernas con tu providencia, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y haz que nuestra vida y nuestras acciones estén del todo consagradas a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Invoquemos a Cristo, que se entregó

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: En el atardecer de la vida, Policarpo oraba:“¡Ojalá que sea yo también contado entre el número de tus santos como un sacrificio agradable, como lo dispusiste de antemano…Por esto te alabo, te bendigo y te glorifico en todas las cosas por medio de tu Hijo amado Jesucristo…Por él a ti, en unión con él y el Espíritu Santo, sea la gloria ahora y en el futuro”.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


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26 de Febrero - Miércoles, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.

Salmo 125 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos»./ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando,/ llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

Salmo 126 Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis,/ que veléis hasta muy tarde,/ los que coméis el pan de vuestros sudores:/ ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda criatura;/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los/ muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ef 3,20-21

A aquel que tiene sumo poder para hacer muchísimo más de lo que pedimos o pensamos, con la energía que obra en nosotros, a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.

Responsorio breve

V Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. R Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. V No arrebates mi alma con los pecadores. R Ten misericordia de mí. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.


26 de Febrero - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. Preces Invoquemos a Dios, que envió a su Hijo como salvador y modelo supremo de su pueblo, diciendo: Que tu pueblo, Señor, te alabe. Te damos gracias, Señor, porque nos has escogido como primicias para la salvación; * haz que sepamos corresponder y así logremos la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad * y vivan unidos por la caridad. Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus propias manos: * acuérdate de los trabajadores que ganan el pan con el sudor de su rostro. Acuérdate también de todos los que

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viven entregados al servicio de los demás: * que no se dejen vencer por el desaliento ante la incomprensión de los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Ten piedad de nuestros hermanos difuntos * y líbralos del poder del Maligno. Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Llegue a tus oídos, Señor, la voz suplicante de tu Iglesia a fin de que, conseguido el perdón de nuestros pecados, con tu ayuda podamos dedicarnos a tu servicio y vivamos confiados en tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El relato del martirio de Policarpo concluye: “Una vez que acabó su oración y hubo pronunciado el “Amén”, los verdugos encendieron el fuego…Nos embargó un olor exquisito, como si se hubiera quemado incienso o algún otro preciado aroma” La vida del discípulo de Jesús debe consumirse como incienso agradable al Señor, en la mañana, en la tarde, durante la noche. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Miércoles, pág. 18)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 9,38-40 Nos has dado, Señor, una hermosa lección de inclusión: “Quien no está contra nosotros está a nuestro favor”. Hacer el bien no es patrimonio exclusivo de nadie. A todos Dios ha regalado sus dones. Qué bueno que los pongamos al servicio de los demás. Concédenos, Señor, grandeza de espíritu, para colaborar con aquellos que hacen el bien, sin distinguir colores o credos, condición social o filiación política. Multipliquemos y no restemos o pongamos trabas, sobre todo a aquellos que actúan en tu nombre. P. Antonio Danoz, redentorista


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27 de Febrero - Jueves, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Jesús vino a llevar la ley a la perfección. Al empezar el día resuena su palabra en nuestros oídos: “Pero yo les digo”. Con Jesús empezó lo nuevo. Resume toda una serie de preceptos en un mandato: “Ustedes sean perfectos, como el Padre del cielo es perfecto” (Mt 5,48). El Padre manifiesta su perfección en el amor, en la misericordia, en el perdón. Caminemos en el amor, y seremos perfectos.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Salmo 86 Él la ha cimentado sobre el monte santo;/ y el Señor prefiere las puertas de Sión/ a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti,/ ciudad de Dios!/ «Contaré a Egipto y a Babilonia/ entre mis fieles;/ filisteos, tirios y etíopes/ han nacido allí». Se dirá de Sión: «Uno por uno/ todos han nacido en ella;/ el Altísimo en persona la ha fundado». El Señor escribirá en el registro de los pueblos:/ «Éste ha nacido allí»./ Y cantarán mientras danzan:/ «Todas mis fuentes están en ti». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.

Cántico

Is 40, 10-17

Mirad, el Señor Dios llega con poder,/ y su brazo manda./ Mirad, viene con él su salario/ y su recompensa lo precede.

Como un pastor que apacienta el rebaño,/ su brazo lo reúne,/ toma en brazos los corderos/ y hace recostar a las madres. ¿Quién ha medido a puñados el mar/ o mensurado a palmos el cielo,/ o a cuartillas el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes/ y en la báscula las colinas?/ ¿Quién ha medido el aliento del Señor?/ ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo,/ para que le enseñara el camino exacto,/ para que le enseñara el saber/ y le sugiriese el método inteligente? Mirad, las naciones son gotas de un cubo/ y valen lo que el polvillo de balanza./ Mirad, las islas pesan lo que un grano,/ el Líbano no basta para leña,/ sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas,/ como si no existieran,/ son ante él como nada y vacío. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies.

Salmo 98 El Señor reina, tiemblen las naciones;/ sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sión,/ encumbrado sobre todos los pueblos./ Reconozcan tu nombre, grande y terrible:/ Él es santo.


27 de Febrero - Jueves, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

145

Reinas con poder y amas la justicia,/ tú has establecido la rectitud;/ tú administras la justicia y el derecho,/ tú actúas en Jacob.

Antífona: Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante el estrado de sus pies:/ Él es santo.

Demos gracias al Señor, que guía y alimenta con amor a su pueblo, y digámosle: Te glorificamos por siempre, Señor.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,/ Samuel con los que invocan su nombre,/ invocaban al Señor, y él respondía./ Dios les hablaba desde la columna de nube;/ oyeron sus mandatos y la ley que les dio.

Preces

Señor, rey del universo, te alabamos por el amor que nos tienes, * porque de manera admirable nos creaste y más admirablemente aún nos redimiste.

Señor, Dios nuestro, tú les respondías,/ tú eras para ellos un Dios de perdón/ y un Dios vengador de sus maldades.

Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte, * para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante su monte santo:/ Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria y antífona 3

Purifica nuestros corazones de todo mal deseo, * y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad.

Lectura breve

1Pe 4,10-11

Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. El que toma la palabra que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo, Señor nuestro, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Responsorio breve V Te invoco de respóndeme, Señor. R Te invoco de respóndeme, Señor.

todo

corazón,

todo

corazón,

V Guardaré tus leyes. R Respóndeme, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos, * para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tiniebla y en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos ha visitado el sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor. Que vive y reina contigo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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27 de Febrero - Jueves, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Durante la jornada nos hemos encontrado con una multitud de leyes y de normas. Unas, que ordenan; otras, prohíben; otras, proponen mejores alternativas. Como ciudadanos hemos de ser buenos cumplidores de la ley. Como discípulos de Jesús, hemos de examinarnos para ver si ha sido la Buena Noticia nuestra norma de comportamiento, en la vida, en el trabajo, en los negocios.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Que tus fieles, Señor te aclamen al entrar en tu morada.

Salmo 131

I Señor, tenle en cuenta a David/ todos sus afanes:/ como juró al Señor/ e hizo voto al Fuerte de Jacob: «No entraré bajo el techo de mi casa,/ no subiré al lecho de mi descanso,/ no daré sueño a mis ojos, /ni reposo a mis párpados,/ hasta que encuentre un lugar para el Señor,/ una morada para el Fuerte de Jacob».

Si tus hijos guardan mi alianza/ y los mandatos que les enseño,/ también sus hijos, por siempre,/ se sentarán sobre tu trono”. Porque el Señor ha elegido a Sión,/ ha deseado vivir en ella:/ «Esta es mi mansión por siempre,/ aquí viviré, porque la deseo. Bendeciré sus provisiones,/ a sus pobres los saciaré de pan;/ vestiré a sus sacerdotes de gala,/ y sus fieles aclamarán con vítores. Haré germinar el vigor de David,/ enciendo una lámpara para mi Ungido./ A sus enemigos los vestiré de ignominia,/ sobre él brillará mi diadema». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Oímos que estaba en Efrata,/ la encontramos en el Soto de Jaar:/ entremos en su morada,/ postrémonos ante el estrado de sus pies.

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar.

Levántate, Señor ven a tu mansión,/ ven con el arca de tu poder:/ que tus sacerdotes se vistan de gala,/ que tus fieles te aclamen./ Por amor a tu siervo David,/ no niegues audiencia a tu Ungido. Gloria y antífona 1

Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Antífona 2 - El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

II El Señor ha jurado a David/ una promesa que no retractará:/ «A uno de tu linaje/ pondré sobre tu trono.


27 de Febrero - Jueves - Oración de la Noche - Completas

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 3, 8-9

Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque vuestra vocación mira a esto: a heredar una bendición.

Responsorio breve

V Nos alimentó el Señor con flor de harina. R Nos alimentó el Señor con flor de harina. V Nos sació con miel silvestre. R Con flor de harina V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos alimentó el Señor con flor de harina.

147

Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa Iglesia; * haz que seamos fieles a esta dignación de tu amor. Tú que has encomendado al papa Benedicto XVI., la preocupación por todas las Iglesias, * concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solícita. Da a los pecadores la conversión, a los que caen, fortaleza, * y concede a todos la penitencia y la salvación. Tú que quisiste habitar en un país extranjero, * acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

A todos los difuntos que esperaron en ti, * concédeles el descanso eterno. Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos con plena confianza a Dios nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

Dios todopoderoso, te damos gracias por el día que termina e imploramos tu clemencia para que nos perdones benignamente todas las faltas que, por la fragilidad de la condición humana, en él hayamos cometido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Preces

Conclusión

Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo, diciendo: Señor, refugio nuestro, escúchanos.

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén

Oración de la Noche - Completas

Invitación: “Señor, atiende mi clamor…, a la sombra de tus alas escóndeme” (Sal 17,1.8). Después de una jornada agitada, buscamos con ansia el descanso. Nos acercamos a Dios como un refugio de paz. Se nos presenta como ave que protege a sus polluelos bajo sus alas durante la noche. Es una buena elección. “¡Qué bien estamos aquí!”. “Él es mi roca, mi defensa, mi libertador, digno de alabanza”. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Jueves, pág. 19)


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28 de Febrero - Viernes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 9,41-50 Somos maestros, Señor, en inventar obstáculos, para que otros tropiecen y caigan. La competencia es cada vez más cerrada, por ver quién organiza el escándalo mayor. Tu palabra no deja lugar a duda: “Más le vale al que comete el escándalo, atarse al cuello una piedra de molino y tirarse al mar”. Tu lenguaje, Señor, sube de tono: “Si tu ojo es ocasión de pecado, sácatelo”. Sobre todo, líbanos de escandalizar a los más pequeños de tu reino. P. Antonio Danoz, redentorista

28 de Febrero - Viernes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Jesús nos presenta una oferta provocadora para andar por la vida: “A quien te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra” (Mt 5,39). Esto no es lo que se lleva en la sociedad. Esta es la respuesta al “ojo por ojo y diente por diente”. Dejémonos guiar por la sabiduría de Dios, que es más sabia que la de los vengativos y violentos. “Al mal se lo vence haciendo el bien” (Rom 12,21).

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre.

Salmo 50

Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve./ Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro,/ no me quites tu santo espíritu.

Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti,

Devuélveme la alegría salvación,/ afiánzame con

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - Contra ti, contra ti solo pequé, Señor, ten misericordia de mí.

de tu espíritu


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28 de Febrero - Viernes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti.

al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, /Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza.

Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño.

Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.

Cántico

Jer 14, 17-21

Mis ojos se deshacen en lágrimas,/ día y noche no cesan:/ por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,/ una herida de fuertes dolores. Salgo al campo: muertos a espada;/ entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;/ tanto el profeta como el sacerdote/ vagan sin sentido por el país. ¿Por qué has rechazado del todo a Judá?/ ¿Tiene asco tú garganta de Sión?/ ¿Por qué nos has herido sin remedio?/ Se espera la paz, y no hay bienestar,/ al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad,/ la culpa de nuestros padres,/ porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre,/ no desprestigies tu trono glorioso;/ recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid

Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre:/ «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna, /su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3

Lectura breve

2Cor 12, 9b-10

Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Responsorio breve V En la mañana hazme escuchar tu gracia. R En la mañana hazme escuchar tu gracia. V Indícame el camino que he de seguir. R Hazme escuchar tu gracia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En la mañana hazme escuchar tu gracia.

Cántico de Zacarías, pág. 5

Antífona: El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.

Preces Invoquemos a Cristo, que nació, murió y resucitó por su pueblo, diciendo: Salva, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Te bendecimos, Señor, a ti que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz: * mira con bondad a tu familia santa, redimida con tu sangre. Tú que prometiste a los que en ti creyeran que manarían de su interior


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28 de Febrero - Viernes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

torrentes de agua viva, * derrama tu Espíritu sobre todos los hombres. Tú que enviaste a los discípulos a predicar el Evangelio, * haz que los cristianos anuncien tu palabra con fidelidad. A los enfermos y a todos los que has asociado a los sufrimientos de tu pasión, * fortaleza y paciencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Llenos del Espíritu de Jesucristo, acudamos a nuestro Padre común, diciendo: Padre nuestro.

Oración Ilumina, Señor, nuestros corazones y fortalece nuestras voluntades, para que sigamos siempre el camino de tus mandatos, reconociéndote como nuestro guía y maestro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Dios nos sale al encuentro en personas de carne y hueso como nosotros, que aman con ternura, se desviven por los demás, y hacen el bien en silencio sin pretender recompensa alguna. En verdad, Dios estaba ahí y nosotros no lo sabíamos. Damos gracias a Dios porque estas personas existen. Pedimos sabiduría para descubrirlas y dejarnos interpelar por su generosidad.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria, Tpo. Ord., pág. 6 Antífona 1 - El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.

Salmo 134

I Alabad el nombre del Señor,/ alabadlo, siervos del Señor,/ que estáis en la casa del Señor,/ en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno,/ tañed para su nombre, que es amable./ Porqué él se escogió a Jacob,/ a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande,/ nuestro dueño más que todos los dioses./ El Señor todo lo que quiere lo hace:/ en el

cielo y en la tierra,/ en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte,/ con los relámpagos desata la lluvia,/ suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto,/ desde los hombres hasta los animales./ Envió signos y prodigios/ —en medio de ti, Egipto—/ contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos,/ mató a reyes poderosos:/ a Sijón, rey de los amorreos;/ a Hog, rey de Basán,/ y a todos los reyes de Canaán. Y dio su tierra en heredad,/ en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Casa de Israel, bendecid al Señor; tañed para su nombre, que es amable. II Señor, tu nombre es eterno;/ Señor, tu recuerdo de edad en edad./ Porque


28 de Febrero - Viernes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.

el Señor gobierna a su pueblo/ y se compadece de sus siervos. Los ídolos de los gentiles son oro y plata,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca y no hablan,/ tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen,/ no hay aliento en sus bocas./ Sean lo mismo los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Casa de Israel, bendice al Señor;/ casa de Aarón, bendice al Señor;/ casa de Leví, bendice al Señor;/ fieles del Señor, bendecid al Señor. Bendito en Sión el Señor,/ que habita en Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.

Cántico

Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre?/ Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Stgo 1,2-4

Hermanos míos, si estáis sometidos a tentaciones diversas, consideradlo como una alegría, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce constancia. Pero haced que la constancia dé un resultado perfecto, para que seáis perfectos e íntegros, sin defectos en nada.

Responsorio breve

V Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre. R Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre. V Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para el Dios y Padre suyo.

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R Por la virtud de su sangre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 3 Antífona: El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia. Preces

Invoquemos al Hijo de Dios, a quien el Padre entregó por nuestras faltas y lo resucitó para nuestra justificación, diciendo: Señor, ten piedad. Escucha, Señor, nuestras súplicas, perdona los pecados de los que se confiesen culpables * y en tu bondad otórganos el perdón y la paz. Tú, que por medio del Apóstol nos has enseñado que donde se multiplicó el pecado sobreabundó mucho más la gracia, * perdona con largueza nuestros muchos pecados. Hemos pecado mucho, Señor, pero confiamos en tu misericordia infinita; * vuélvete a nosotros para que podamos convertirnos a ti. Salva a tu pueblo de sus pecados, Señor, * y sé benévolo con nosotros. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú, que abriste las puertas del paraíso al buen ladrón, * ábrelas también para nuestros hermanos difuntos. Reconociendo que nuestra fuerza para no caer en la tentación se halla en Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro.

Oración Señor, Padre santo, que quisiste que tu Hijo fuese el precio de nuestro rescate, haz que vivamos de tal manera que, tomando parte en los padecimientos de Cristo, nos gocemos también en la revelación de su gloria. Que vive y reina contigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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Carta Encíclica Lumen Fidei del Sumo Pontífice Francisco

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: “Tú, Señor, enciendes tu lámpara, Dios mío, tú alumbras mis tinieblas” (Sal 18,29). La noche es más que un fenómeno de la naturaleza. Es el lugar de las tinieblas. En la noche vamos a tientas, con el riesgo de tropezar y de caer. Necesitamos que Dios encienda la lámpara, que es su amor, su misericordia, su bondad. Donde reinaban las tinieblas, se hace la luz de repente y avanzamos seguros. (Completas: Textos comunes, ver pág. 7 y propios del Viernes, pág. 21)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 10,1-12 Somos, Señor, tan duros de corazón, que nos atrevemos a separar lo que tú has unido. Creemos haber alcanzado la cumbre del progresismo. Perdona, Señor, a quienes propician a diario el triste espectáculo de alianzas de amor que se rompen, de niños que no gozan de un hogar feliz. Haz madurar el amor de los esposos que comienzan, Y el de los que sienten la unión conyugal Como una carga demasiado larga y pesada. Une, Señor, con lazos de amor irrompible, aquello que los humanos nos empeñamos en separar. P. Antonio Danoz, redentorista

(Continuación de la Encíclica Lumen Fidei, Papa Francisco, de Oremos del mes de Enero 2014)

CARTA ENCÍCLICA LUMEN FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE FRANCISCO Diálogo entre fe y razón 32. La fe cristiana, en cuanto anuncia la verdad del amor total de Dios y abre a la fuerza de este amor, llega al centro más profundo de la experiencia del hombre, que viene a la luz gracias al amor, y está llamado a amar para permanecer en la luz. Con el deseo de iluminar toda la realidad a partir del amor de Dios manifestado en Jesús, e intentando amar con ese mismo amor, los primeros cristianos encontraron en el mundo griego, en su afán de verdad, un referente adecuado para el diálogo. El encuentro del mensaje evangélico con el pensamiento filosófico de la antigüedad fue un momento decisivo para que el Evangelio llegase a todos los pueblos, y favoreció una fecunda interacción entre la fe y la razón, que se ha ido desarrollando a lo largo de los siglos hasta nuestros días. El beato Juan


Carta Encíclica Lumen Fidei del Sumo Pontífice Francisco

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Pablo II, en su Carta encíclica Fides et ratio, ha mostrado cómo la fe y la razón se refuerzan mutuamente.27 Cuando encontramos la luz plena del amor de Jesús, nos damos cuenta de que en cualquier amor nuestro hay ya un tenue reflejo de aquella luz y percibimos cuál es su meta última. Y, al mismo tiempo, el hecho de que en nuestros amores haya una luz nos ayuda a ver el camino del amor hasta la donación plena y total del Hijo de Dios por nosotros. En este movimiento circular, la luz de la fe ilumina todas nuestras relaciones humanas, que pueden ser vividas en unión con el amor y la ternura de Cristo. 33. En la vida de san Agustín encontramos un ejemplo significativo de este camino en el que la búsqueda de la razón, con su deseo de verdad y claridad, se ha integrado en el horizonte de la fe, del que ha recibido una nueva inteligencia. Por una parte, san Agustín acepta la filosofía griega de la luz con su insistencia en la visión. Su encuentro con el neoplatonismo le había permitido conocer el paradigma de la luz, que desciende de lo alto para iluminar las cosas, y constituye así un símbolo de Dios. De este modo, san Agustín comprendió la trascendencia divina, y descubrió que todas las cosas tienen en sí una trasparencia que pueden reflejar la bondad de Dios, el Bien. Así se desprendió del maniqueísmo en que estaba instalado y que le llevaba a pensar que el mal y el bien luchan continuamente entre sí, confundiéndose y mezclándose sin contornos claros. Comprender que Dios es luz dio a su existencia una nueva orientación, le permitió reconocer el mal que había cometido y volverse al bien. Por otra parte, en la experiencia concreta de san Agustín, tal como él mismo cuenta en sus Confesiones, el momento decisivo de su camino de fe no fue una visión de Dios más allá de este mundo, sino más bien una escucha, cuando en el jardín oyó una voz que le decía: «Toma y lee»; tomó el volumen de las Cartas de san Pablo y se detuvo en el capítulo decimotercero de la Carta a los Romanos.28 Hacía acto de presencia así el Dios personal de la Biblia, capaz de comunicarse con el hombre, de bajar a vivir con él y de acompañarlo en el camino de la historia, manifestándose en el tiempo de la escucha y la respuesta. De todas formas, este encuentro con el Dios de la Palabra no hizo que san Agustín prescindiese de la luz y la visión. Integró ambas perspectivas, guiado siempre por la revelación del amor de Dios en Jesús. Y así, elaboró una filosofía de la luz que integra la reciprocidad propia de la palabra y da espacio a la libertad de la mirada frente a la luz. Igual que la palabra requiere, una respuesta libre, así la luz tiene como respuesta una imagen que la refleja. San Agustín, asociando escucha y visión, puede hablar entonces de la «palabra que resplandece dentro del hombre».29 De este modo, la luz se convierte, por así decirlo, en la luz de una palabra, porque es la luz de un Rostro personal, una luz que, alumbrándonos, nos llama y quiere reflejarse en nuestro rostro para resplandecer desde dentro de nosotros mismos. Por otra parte, el deseo de la visión global, y no sólo de los fragmentos de la historia, sigue presente y se cumplirá al final, cuando el hombre, como dice el Santo de Hipona, verá y amará.30 Y esto, no porque sea capaz de tener toda la luz, que será siempre inabarcable, sino porque entrará por completo en la luz.

27 Cf. Carta enc. Fides et ratio (14 septiembre 1998): ASS (1999), 61-62. 28 Cf. Confessiones, VIII, 12, 29: PL 32, 762. 29 De Trinitate, XV, 11, 20: PL 42, 1071: «Verbum quod intus lucet». 30 Cf. De civitate Dei, XXII, 30, 5: PL 41, 804.


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34. La luz del amor, propia de la fe, puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo en cuanto a la verdad. A menudo la verdad queda hoy reducida a la autenticidad subjetiva del individuo, válida sólo para la vida de cada uno. Una verdad común nos da miedo, porque la identificamos con la imposición intransigente de los totalitarismos. Sin embargo, si es la verdad del amor, si es la verdad que se desvela en el encuentro personal con el Otro y con los otros, entonces se libera de su clausura en el ámbito privado para formar parte del bien común. La verdad de un amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona. Naciendo del amor puede llegar al corazón, al centro personal de cada hombre. Se ve claro así que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El creyente no es arrogante; al contrario, la verdad le hace humilde, sabiendo que, más que poseerla él, es ella la que le abraza y le posee. En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos. Por otra parte, la luz de la fe, unida a la verdad del amor, no es ajena al mundo material, porque el amor se vive siempre en cuerpo y alma; la luz de la fe es una luz encarnada, que procede de la vida luminosa de Jesús. Ilumina incluso la materia, confía en su ordenamiento, sabe que en ella se abre un camino de armonía y de comprensión cada vez más amplio. La mirada de la ciencia se beneficia así de la fe: ésta invita al científico a estar abierto a la realidad, en toda su riqueza inagotable. La fe despierta el sentido crítico, en cuanto que no permite que la investigación se conforme con sus fórmulas y la ayuda a darse cuenta de que la naturaleza no se reduce a ellas. Invitando a maravillarse ante el misterio de la creación, la fe ensancha los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo que se presenta a los estudios de la ciencia. Fe y búsqueda de Dios 35. La luz de la fe en Jesús ilumina también el camino de todos los que buscan a Dios, y constituye la aportación propia del cristianismo al diálogo con los seguidores de las diversas religiones. La Carta a los Hebreos nos habla del testimonio de los justos que, antes de la alianza con Abrahán, ya buscaban a Dios con fe. De Henoc se dice que «se le acreditó que había complacido a Dios» (Hb 11,5), algo imposible sin la fe, porque «el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan» (Hb 11,6). Podemos entender así que el camino del hombre religioso pasa por la confesión de un Dios que se preocupa de él y que no es inaccesible. ¿Qué mejor recompensa podría dar Dios a los que lo buscan, que dejarse encontrar? Y antes incluso de Henoc, tenemos la figura de Abel, cuya fe es también alabada y, gracias a la cual el Señor se complace en sus dones, en la ofrenda de las primicias de sus rebaños (cf. Hb 11,4). El hombre religioso intenta reconocer los signos de Dios en las experiencias cotidianas de su vida, en el ciclo de las estaciones, en la fecundidad de la tierra y en todo el movimiento del cosmos. Dios es luminoso, y se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón. Imagen de esta búsqueda son los Magos, guiados por la estrella hasta Belén (cf. Mt 2,1-12). Para ellos, la luz de Dios se ha hecho camino, como estrella que guía por una senda de descubrimientos. La estrella habla así de la paciencia de Dios con nuestros ojos, que deben habituarse a su esplendor. El hombre religioso está en camino y ha de estar dispuesto a dejarse guiar, a salir de sí, para encontrar al Dios que sorprende siempre. Este respeto de Dios por los ojos de los hombres nos muestra que, cuando el hombre se acerca a él, la luz humana no se disuelve en la inmensidad luminosa de Dios, como una estrella que desaparece al alba, sino que se hace más brillante cuanto más próxima está del


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fuego originario, como espejo que refleja su esplendor. La confesión cristiana de Jesús como único salvador, sostiene que toda la luz de Dios se ha concentrado en él, en su «vida luminosa», en la que se desvela el origen y la consumación de la historia.31 No hay ninguna experiencia humana, ningún itinerario del hombre hacia Dios, que no pueda ser integrado, iluminado y purificado por esta luz. Cuanto más se sumerge el cristiano en la aureola de la luz de Cristo, tanto más es capaz de entender y acompañar el camino de los hombres hacia Dios. Al configurarse como vía, la fe concierne también a la vida de los hombres que, aunque no crean, desean creer y no dejan de buscar. En la medida en que se abren al amor con corazón sincero y se ponen en marcha con aquella luz que consiguen alcanzar, viven ya, sin saberlo, en la senda hacia la fe. Intentan vivir como si Dios existiese, a veces porque reconocen su importancia para encontrar orientación segura en la vida común, y otras veces porque experimentan el deseo de luz en la oscuridad, pero también, intuyendo, a la vista de la grandeza y la belleza de la vida, que ésta sería todavía mayor con la presencia de Dios. Dice san Ireneo de Lyon que Abrahán, antes de oír la voz de Dios, ya lo buscaba «ardientemente en su corazón», y que «recorría todo el mundo, preguntándose dónde estaba Dios», hasta que «Dios tuvo piedad de aquel que, por su cuenta, lo buscaba en el silencio».32 Quien se pone en camino para practicar el bien se acerca a Dios, y ya es sostenido por él, porque es propio de la dinámica de la luz divina iluminar nuestros ojos cuando caminamos hacia la plenitud del amor. Fe y teología 36. Al tratarse de una luz, la fe nos invita a adentrarnos en ella, a explorar cada vez más los horizontes que ilumina, para conocer mejor lo que amamos. De este deseo nace la teología cristiana. Por tanto, la teología es imposible sin la fe y forma parte del movimiento mismo de la fe, que busca la inteligencia más profunda de la autorrevelación de Dios, cuyo culmen es el misterio de Cristo. La primera consecuencia de esto es que la teología no consiste sólo en un esfuerzo de la razón por escrutar y conocer, como en las ciencias experimentales. Dios no se puede reducir a un objeto. Él es Sujeto que se deja conocer y se manifiesta en la relación de persona a persona. La fe recta orienta la razón a abrirse a la luz que viene de Dios, para que, guiada por el amor a la verdad, pueda conocer a Dios más profundamente. Los grandes doctores y teólogos medievales han indicado que la teología, como ciencia de la fe, es una participación en el conocimiento que Dios tiene de sí mismo. La teología, por tanto, no es solamente palabra sobre Dios, sino ante todo acogida y búsqueda de una inteligencia más profunda de esa palabra que Dios nos dirige, palabra que Dios pronuncia sobre sí mismo, porque es un diálogo eterno de comunión, y admite al hombre dentro de este diálogo.33 Así pues, la humildad que se deja « tocar » por Dios forma parte de la teología, reconoce sus límites ante el misterio y se lanza a explorar, con la disciplina propia de la razón, las insondables riquezas de este misterio. Además, la teología participa en la forma eclesial de la fe; su luz es la luz del

31 Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Dominus Iesus (6 agosto 2000), 15: AAS 92 (2000), 756. 32 Demonstratio apostolicae praedicationis, 24: SC 406, 117. 33 Cf. Buenaventura, Breviloquium, Prol.: Opera Omnia, V, Quaracchi 1891, p. 201; In I Sent., proem., q. 1, resp.: Opera Omnia, I, Quaracchi 1891, p. 7; Tomás de Aquino, S. Th. I, q. 1.


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sujeto creyente que es la Iglesia. Esto requiere, por una parte, que la teología esté al servicio de la fe de los cristianos, se ocupe humildemente de custodiar y profundizar la fe de todos, especialmente la de los sencillos. Por otra parte, la teología, puesto que vive de la fe, no puede considerar el Magisterio del Papa y de los Obispos en comunión con él como algo extrínseco, un límite a su libertad, sino al contrario, como un momento interno, constitutivo, en cuanto el Magisterio asegura el contacto con la fuente originaria, y ofrece, por tanto, la certeza de beber en la Palabra de Dios en su integridad. Capítulo tercero TRANSMITO LO QUE HE RECIBIDO (cf. 1Co 15,3) La Iglesia, madre de nuestra fe 37. Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La fe, puesto que es escucha y visión, se transmite también como palabra y luz. El apóstol Pablo, hablando a los Corintios, usa precisamente estas dos imágenes. Por una parte dice: «Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: Creí, por eso hablé, también nosotros creemos y por eso hablamos» (2Co 4,13). La palabra recibida se convierte en respuesta, confesión y, de este modo, resuena para los otros, invitándolos a creer. Por otra parte, san Pablo se refiere también a la luz: «Reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen» (2Co 3,18). Es una luz que se refleja de rostro en rostro, como Moisés reflejaba la gloria de Dios después de haber hablado con él: «[Dios] ha brillado en nuestros corazones, para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios reflejada en el rostro de Cristo» (2Co 4,6). La luz de Cristo brilla como en un espejo en el rostro de los cristianos, y así se difunde y llega hasta nosotros, de modo que también nosotros podamos participar en esta visión y reflejar a otros su luz, igual que en la liturgia pascual la luz del cirio enciende otras muchas velas. La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama. Los cristianos, en su pobreza, plantan una semilla tan fecunda, que se convierte en un gran árbol que es capaz de llenar el mundo de frutos. 38. La transmisión de la fe, que brilla para todos los hombres en todo lugar, pasa también por las coordenadas temporales, de generación en generación. Puesto que la fe nace de un encuentro que se produce en la historia e ilumina el camino a lo largo del tiempo, tiene necesidad de transmitirse a través de los siglos. Y mediante una cadena ininterrumpida de testimonios llega a nosotros el rostro de Jesús. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo podemos estar seguros de llegar al «verdadero Jesús» a través de los siglos? Si el hombre fuese un individuo aislado, si partiésemos solamente del «yo» individual, que busca en sí mismo la seguridad del conocimiento, esta certeza sería imposible. No puedo ver por mí mismo lo que ha sucedido en una época tan distante de la mía. Pero ésta no es la única manera que tiene el hombre de conocer. La persona vive siempre en relación. Proviene de otros, pertenece a otros, su vida se ensancha en el encuentro con otros. Incluso el conocimiento de sí, la misma autoconciencia, es relacional y está vinculada a otros que nos han precedido: en primer lugar nuestros padres, que nos han dado la vida y el nombre. El lenguaje mismo, las palabras con que


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interpretamos nuestra vida y nuestra realidad, nos llega a través de otros, guardado en la memoria viva de otros. El conocimiento de uno mismo sólo es posible cuando participamos en una memoria más grande. Lo mismo sucede con la fe, que lleva a su plenitud el modo humano de comprender. El pasado de la fe, aquel acto de amor de Jesús, que ha hecho germinar en el mundo una vida nueva, nos llega en la memoria de otros, de testigos, conservado vivo en aquel sujeto único de memoria que es la Iglesia. La Iglesia es una Madre que nos enseña a hablar el lenguaje de la fe. San Juan, en su Evangelio, ha insistido en este aspecto, uniendo fe y memoria, y asociando ambas a la acción del Espíritu Santo que, como dice Jesús, «os irá recordando todo» (Jn 14,26). El Amor, que es el Espíritu y que mora en la Iglesia, mantiene unidos entre sí todos los tiempos y nos hace contemporáneos de Jesús, convirtiéndose en el guía de nuestro camino de fe. 39. Es imposible creer cada uno por su cuenta. La fe no es únicamente una opción individual que se hace en la intimidad del creyente, no es una relación exclusiva entre el yo» del fiel y el «Tú» divino, entre un sujeto autónomo y Dios. Por su misma naturaleza, se abre al «nosotros», se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia. Nos lo recuerda la forma dialogada del Credo, usada en la liturgia bautismal. El creer se expresa como respuesta a una invitación, a una palabra que ha de ser escuchada y que no procede de mí, y por eso forma parte de un diálogo; no puede ser una mera confesión que nace del individuo. Es posible responder en primera persona, «creo», sólo porque se forma parte de una gran comunión, porque también se dice «creemos». Esta apertura al «nosotros» eclesial refleja la apertura propia del amor de Dios, que no es sólo relación entre el Padre y el Hijo, entre el «yo» y el «tú», sino que en el Espíritu, es también un «nosotros», una comunión de personas. Por eso, quien cree nunca está solo, porque la fe tiende a difundirse, a compartir su alegría con otros. Quien recibe la fe descubre que las dimensiones de su « yo » se ensanchan, y entabla nuevas relaciones que enriquecen la vida. Tertuliano lo ha expresado incisivamente, diciendo que el catecúmeno, « tras el nacimiento nuevo por el bautismo », es recibido en la casa de la Madre para alzar las manos y rezar, junto a los hermanos, el Padrenuestro, como signo de su pertenencia a una nueva familia.34 Los sacramentos y la transmisión de la fe 40. La Iglesia, como toda familia, transmite a sus hijos el contenido de su memoria. ¿Cómo hacerlo de manera que nada se pierda y, más bien, todo se profundice cada vez más en el patrimonio de la fe? Mediante la tradición apostólica, conservada en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo, tenemos un contacto vivo con la memoria fundante. Como afirma el Concilio ecuménico Vaticano II, «lo que los Apóstoles transmitieron comprende todo lo necesario para una vida santa y para una fe creciente del Pueblo de Dios; así la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree».35 En efecto, la fe necesita un ámbito en el que se pueda testimoniar y comunicar, un ámbito adecuado y proporcionado a lo que se comunica. Para transmitir un contenido meramente doctrinal, una idea, quizás sería suficiente un libro, o la reproducción de un mensaje oral. Pero lo que se comunica en la Iglesia,

34 Cf. De Baptismo, 20, 5: CCL I, 295. 35 Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 8.


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lo que se transmite en su Tradición viva, es la luz nueva que nace del encuentro con el Dios vivo, una luz que toca la persona en su centro, en el corazón, implicando su mente, su voluntad y su afectividad, abriéndola a relaciones vivas en la comunión con Dios y con los otros. Para transmitir esta riqueza hay un medio particular, que pone en juego a toda la persona, cuerpo, espíritu, interioridad y relaciones. Este medio son los sacramentos, celebrados en la liturgia de la Iglesia. En ellos se comunica una memoria encarnada, ligada a los tiempos y lugares de la vida, asociada a todos los sentidos; implican a la persona, como miembro de un sujeto vivo, de un tejido de relaciones comunitarias. Por eso, si bien, por una parte, los sacramentos son sacramentos de la fe,36 también se debe decir que la fe tiene una estructura sacramental. El despertar de la fe pasa por el despertar de un nuevo sentido sacramental de la vida del hombre y de la existencia cristiana, en el que lo visible y material está abierto al misterio de lo eterno. 41. La transmisión de la fe se realiza en primer lugar mediante el bautismo. Pudiera parecer que el bautismo es sólo un modo de simbolizar la confesión de fe, un acto pedagógico para quien tiene necesidad de imágenes y gestos, pero del que, en último término, se podría prescindir. Unas palabras de san Pablo, a propósito del bautismo, nos recuerdan que no es así. Dice él que «por el bautismo fuimos sepultados en él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6,4). Mediante el bautismo nos convertimos en criaturas nuevas y en hijos adoptivos de Dios. El Apóstol afirma después que el cristiano ha sido entregado a un « modelo de doctrina» (typos didachés), al que obedece de corazón (cf. Rm 6,17). En el bautismo el hombre recibe también una doctrina que profesar y una forma concreta de vivir, que implica a toda la persona y la pone en el camino del bien. Es transferido a un ámbito nuevo, colocado en un nuevo ambiente, con una forma nueva de actuar en común, en la Iglesia. El bautismo nos recuerda así que la fe no es obra de un individuo aislado, no es un acto que el hombre pueda realizar contando sólo con sus fuerzas, sino que tiene que ser recibida, entrando en la comunión eclesial que transmite el don de Dios: nadie se bautiza a sí mismo, igual que nadie nace por su cuenta. Hemos sido bautizados. 42. ¿Cuáles son los elementos del bautismo que nos introducen en este nuevo «modelo de doctrina»? Sobre el catecúmeno se invoca, en primer lugar, el nombre de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se le presenta así desde el principio un resumen del camino de la fe. El Dios que ha llamado a Abrahán y ha querido llamarse su Dios, el Dios que ha revelado su nombre a Moisés, el Dios que, al entregarnos a su Hijo, nos ha revelado plenamente el misterio de su Nombre, da al bautizado una nueva condición filial. Así se ve claro el sentido de la acción que se realiza en el bautismo, la inmersión en el agua: el agua es símbolo de muerte, que nos invita a pasar por la conversión del «yo», para que pueda abrirse a un «Yo» más grande; y a la vez es símbolo de vida, del seno del que renacemos para seguir a Cristo en su nueva existencia. De este modo, mediante la inmersión en el agua, el bautismo nos habla de la estructura encarnada de la fe. La acción de Cristo nos toca en nuestra realidad personal, transformándonos radicalmente, haciéndonos hijos adoptivos de Dios, partícipes de su naturaleza divina; modifica así todas

36 Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 59.


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nuestras relaciones, nuestra forma de estar en el mundo y en el cosmos, abriéndolas a su misma vida de comunión. Este dinamismo de transformación propio del bautismo nos ayuda a comprender la importancia que tiene hoy el catecumenado para la nueva evangelización, también en las sociedades de antiguas raíces cristianas, en las cuales cada vez más adultos se acercan al sacramento del bautismo. El catecumenado es camino de preparación para el bautismo, para la transformación de toda la existencia en Cristo. Un texto del profeta Isaías, que ha sido relacionado con el bautismo en la literatura cristiana antigua, nos puede ayudar a comprender la conexión entre el bautismo y la fe: «Tendrá su alcázar en un picacho rocoso… con provisión de agua» (Is 33,16).37 El bautizado, rescatado del agua de la muerte, puede ponerse en pie sobre el «picacho rocoso», porque ha encontrado algo consistente donde apoyarse. Así, el agua de muerte se transforma en agua de vida. El texto griego lo llama agua pistós, agua «fiel». El agua del bautismo es fiel porque se puede confiar en ella, porque su corriente introduce en la dinámica del amor de Jesús, fuente de seguridad para el camino de nuestra vida. 43. La estructura del bautismo, su configuración como nuevo nacimiento, en el que recibimos un nuevo nombre y una nueva vida, nos ayuda a comprender el sentido y la importancia del bautismo de niños, que ilustra en cierto modo lo que se verifica en todo bautismo. El niño no es capaz de un acto libre para recibir la fe, no puede confesarla todavía personalmente y, precisamente por eso, la confiesan sus padres y padrinos en su nombre. La fe se vive dentro de la comunidad de la Iglesia, se inscribe en un « nosotros» comunitario. Así, el niño es sostenido por otros, por sus padres y padrinos, y es acogido en la fe de ellos, que es la fe de la Iglesia, simbolizada en la luz que el padre enciende en el cirio durante la liturgia bautismal. Esta estructura del bautismo destaca la importancia de la sinergia entre la Iglesia y la familia en la transmisión de la fe. A los padres corresponde, según una sentencia de san Agustín, no sólo engendrar a los hijos, sino también llevarlos a Dios, para que sean regenerados como hijos de Dios por el bautismo y reciban el don de la fe.38 Junto a la vida, les dan así la orientación fundamental de la existencia y la seguridad de un futuro de bien, orientación que será ulteriormente corroborada en el sacramento de la confirmación con el sello del Espíritu Santo. 44. La naturaleza sacramental de la fe alcanza su máxima expresión en la eucaristía, que es el precioso alimento para la fe, el encuentro con Cristo presente realmente con el acto supremo de amor, el don de sí mismo, que genera vida. En la eucaristía confluyen los dos ejes por los que discurre el camino de la fe. Por una parte, el eje de la historia: la eucaristía es un acto de memoria, actualización del misterio, en el cual el pasado, como acontecimiento de muerte y resurrección, muestra su capacidad de abrir al futuro, de anticipar la plenitud final. La liturgia nos lo recuerda con su hodie, el «hoy» de los misterios de la salvación. Por otra parte, confluye en ella también el eje que lleva del mundo visible al invisible. En la eucaristía aprendemos a ver la profundidad de la realidad. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo, que se hace presente en su camino pascual hacia el Padre: este movimiento nos introduce, en cuerpo y alma, en el movimiento de toda la creación hacia su plenitud en Dios. 37 Cf. Epistula Barnabae, 11, 5: SC 172, 162. 38 Cf. De nuptiis et concupiscentia, I, 4, 5: PL 44,413: «Habent quippe intentionem generandi regenerandos, ut qui ex eis saeculi filii nascuntur in Dei filios renascantur».


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45. En la celebración de los sacramentos, la Iglesia transmite su memoria, en particular mediante la profesión de fe. Ésta no consiste sólo en asentir a un conjunto de verdades abstractas. Antes bien, en la confesión de fe, toda la vida se pone en camino hacia la comunión plena con el Dios vivo. Podemos decir que en el Credo el creyente es invitado a entrar en el misterio que profesa y a dejarse transformar por lo que profesa. Para entender el sentido de esta afirmación, pensemos antes que nada en el contenido del Credo. Tiene una estructura trinitaria: el Padre y el Hijo se unen en el Espíritu de amor. El creyente afirma así que el centro del ser, el secreto más profundo de todas las cosas, es la comunión divina. Además, el Credo contiene también una profesión cristológica: se recorren los misterios de la vida de Jesús hasta su muerte, resurrección y ascensión al cielo, en la espera de su venida gloriosa al final de los tiempos. Se dice, por tanto, que este Dios comunión, intercambio de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu, es capaz de abrazar la historia del hombre, de introducirla en su dinamismo de comunión, que tiene su origen y su meta última en el Padre. Quien confiesa la fe, se ve implicado en la verdad que confiesa. No puede pronunciar con verdad las palabras del Credo sin ser transformado, sin inserirse en la historia de amor que lo abraza, que dilata su ser haciéndolo parte de una comunión grande, del sujeto último que pronuncia el Credo, que es la Iglesia. Todas las verdades que se creen proclaman el misterio de la vida nueva de la fe como camino de comunión con el Dios vivo. Fe, oración y decálogo 46. Otros dos elementos son esenciales en la transmisión fiel de la memoria de la Iglesia. En primer lugar, la oración del Señor, el Padrenuestro. En ella, el cristiano aprende a compartir la misma experiencia espiritual de Cristo y comienza a ver con los ojos de Cristo. A partir de aquel que es luz de luz, del Hijo Unigénito del Padre, también nosotros conocemos a Dios y podemos encender en los demás el deseo de acercarse a él. Además, es también importante la conexión entre la fe y el decálogo. La fe, como hemos dicho, se presenta como un camino, una vía a recorrer, que se abre en el encuentro con el Dios vivo. Por eso, a la luz de la fe, de la confianza total en el Dios Salvador, el decálogo adquiere su verdad más profunda, contenida en las palabras que introducen los diez mandamientos: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto» (Ex 20,2). El decálogo no es un conjunto de preceptos negativos, sino indicaciones concretas para salir del desierto del «yo» autorreferencial, cerrado en sí mismo, y entrar en diálogo con Dios, dejándose abrazar por su misericordia para ser portador de su misericordia. Así, la fe confiesa el amor de Dios, origen y fundamento de todo, se deja llevar por este amor para caminar hacia la plenitud de la comunión con Dios. El decálogo es el camino de la gratitud, de la respuesta de amor, que es posible porque, en la fe, nos hemos abierto a la experiencia del amor transformante de Dios por nosotros. Y este camino recibe una nueva luz en la enseñanza de Jesús, en el Discurso de la Montaña (cf. Mt 5-7). He tocado así los cuatro elementos que contienen el tesoro de memoria que la Iglesia transmite: la confesión de fe, la celebración de los sacramentos, el camino del decálogo, la oración. La catequesis de la Iglesia se ha organizado en torno a ellos, incluido el Catecismo de la Iglesia Católica, instrumento fundamental para aquel acto unitario con el que la Iglesia comunica el contenido completo de la fe, «todo lo que ella es, todo lo que cree».39

(Continúa en el próximo número de Oremos con la Iglesia del mes de Marzo 2014) 39 Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 8.


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