“PAN DIARIO DE LA PALABRA” Misal mensual - Para vivir la liturgia diaria - Año XVII - Nº 213 Julio 2011 - Ciclo “A” - Bs.F. 13.00 El Misal mensual es editado por San Pablo Ediciones de Venezuela Director: Ángel Vagnoni, ssp. publicaciones@sanpablo.org.ve Sub-Director: Martino Maccapani, ssp. publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinación: July Zambrano Comentarios: Antonio Danoz, Redentorista Director de Difusión: Luis Quiñones difusion@sanpablo.org.ve Portada: Adrián Rodríguez Ilustraciones de los domingos: Hna. Teresa Castaño Corrección: July Zambrano y Clemencia de Crény Diagramación: Dora González Distribución: Telf: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 Fax: 963.68.52 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Administración: Apartado de Correos 14.034 de Candelaria Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax: 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Web site: http//www.sanpablo.org.ve Depósito Legal: pp 92-0517
CON LA APROBACIÓN ECLESIÁSTICA Nihil Obstat S.E. Manuel Felipe Díaz Sánchez, Arzobispo de Calabozo. Presidente de la Comisión de Liturgia de la C.E.V. Calabozo, 17 de Febrero de 2011 Imprimatur S.E. Card. Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas Caracas, 21 de Febrero de 2011
PUNTOS DE VENTA DEL “PAN DIARIO DE LA PALABRA” Pedidos al Mayor: San Pablo Distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: 963.68.52 E-mail: distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve
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Calendario Litúrgico - Julio 2011 - Ciclo “A” 1 de Julio - Viernes, Sagrado Corazón de Jesús, S - Dt 7,6-11; Sal 102; 1Jn 4,7-16; Mt 11,25-30 - Jornada Mundial de la Santificación del Clero. 2 de Julio - Sábado - Inmaculado Corazón de María, M - Gén 27,1-5.15-29; Sal 134; Lc 2,41,51. 3 de Julio - Domingo XIV del Tiempo Ordinario /A - Zac 9,9-10; Sal 144; Rom 8,9.11-13; Mt 11,25-30 - L.H.: 2ª Semana del Salterio - Óbolo de San Pedro. 4 de Julio - Lunes, Feria o Memoria de Sta. Isabel de Portugal - Gén 28,10-22; Sal 90; Mt 9,18-26. 5 de Julio - Martes, Feria o Memoria de San Antonio María Zacaría, Presbítero Gén 32,22-32; Sal 16; Mt 9,32-38 - Día de la Independencia. 6 de Julio - Miércoles, Feria o Memoria de Santa María Goretti, Virgen y Mártir - Gén 41,55-57;42,5-7.17-24; Sal 32; Mt 10,1-7. 7 de Julio - Jueves, Feria, XIV Sem. del Tpo. Ord. - Gén 44,18-21.23-29;45,1-5; Sal 104; Mt 10,7-15. 8 de Julio - Viernes, Feria, XIV Sem. del Tpo. Ord. - Gén 46,1-7.28-30; Sal 36; Mt 10,16-23. 9 de Julio - Sábado, Feria o Memoria de San Agustín Zhao Rong y Compañeros Mártires - Gén 49,29-32;50,15-26; Sal 104; Mt 10,24-33. 10 de Julio - Domingo XV del Tiempo Ordinario /A - Is 55,10-11; Sal 64; Rom 8,1823; Mt 13,1-23 - L.H.: 3ª Semana del Salterio - 112º Aniversario de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento. 11 de Julio - Lunes, San Benito Abad, M - Éx 1,8-14.22; Sal 123; Mt 10,34—11,1. 12 de Julio - Martes, Feria XV Sem. del Tpo. Ord. - Éx 2,1-15; Sal 68; Mt 11,2024. 13 de Julio - Miércoles, Feria o Memoria de Sta. Teresa de los Andes - Éx 3,1-6.912; Sal 102; Mt 11,25-27. 14 de Julio - Jueves, Feria o Memoria de San Francisco Solano, Religioso - Éx 3,1320; Sal 104; Mt 11,28-30. 15 de Julio - Viernes, San Buenaventura, Obispo y Doc. de la Ig., M - Éx 11,10– 12,14; Sal 115; Mt 12,1-8 .
16 de Julio - Sábado, Nuestra Señora del Carmen, F - Éx 12,37-42; Sal 135; Mt 12,14-21. 17 de Julio - Domingo XVI del Tiempo Ordinario /A - Sab 12,13.16-19; Sal 85; Rom 8,26-27; Mt 13,24-43 - L.H.: 4ª Sem. del Salterio - Día del niño. 18 de Julio - Lunes, Feria, XVI Sem. del Tpo. Ord. - Éx 14,5-18; Sal (Éx 15); Mt 12,38-42. 19 de Julio - Martes, Feria, XVI del Tpo. Ord. - Éx 14,21—15,1; Sal (Éx 15); Mt 12,46-50. 20 de Julio - Miércoles, Feria o Memoria de San Apolinar, Obispo y Mártir - Éx 16,1-5.9-15; Sal 77; Mt 13,1-9. 21 de Julio - Jueves, Feria o Memoria de San Lorenzo de Brindisi, Presbítero y Doctor de la Igl. - Éx 19,1-2.9-11.16-20; Sal (Dn 3); Mt 13,10-17. 22 de Julio - Viernes, Santa María Magdalena, M - Cant. 3,1-4; Sal 62; Jn 20,12.11-18. 23 de Julio - Sábado, Feria o Memoria de San Brígida de Suecia, Religiosa - Éx 24,3-8; Sal 49; Mt 13,24-30. 24 de Julio - Domingo XVII del Tiempo Ordinario /A - 1Re 3,5-13; Sal 118; Rom 8,28-30; Mt 13,44-52 - L.H.: 1ª Semana del Salterio. 25 de Julio - Lunes, Santiago, Apóstol, F 2Cor 4,7-15; Sal 125; Mt 20,20-28. 26 de Julio - Martes, Ss. Joaquín y Ana, padres de la Virgen María, M Éx 33,7-11;34.5-9.28; Sal 102; Mt 13,36-43. 27 de Julio - Miércoles, Feria, XVII Sem. del Tpo. Ord. - Éx 34,29-35; Sal 98; Mt 13,44-46. 28 de Julio - Jueves, Feria, XVII Sem. del Tpo. Ord. - Éx 40,16-21.34-38; Sal 83; Mt 13,47-53. 29 de Julio - Viernes, Santa Marta, M Lv 23,1.14-11.15-16.27.34-37; Sal 80; Jn 11,19-27. 30 de Julio - Sábado, Feria o Memoria de San Pedro Crisólogo, Obispo y Doctor de la Igl. - Lv 25,1.8-17; Sal 66; Mt 14,1-12. 31 de Julio - Domingo XVIII del Tiempo Ordinario /A - Is 55,1-3; Sal 144; Rom 8,35.37-39; Mt 14,13-21 - L.H.: 2ª Semana del Salterio.
Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Julio 2011 Generales: Para que los cristianos contribuyan a aliviar el sufrimiento físico y espiritual de los enfermos de SIDA, especialmente en los países más pobres. Misionales: Por las religiosas que trabajan en tierras de misión, para que sean testigos del gozo del Evangelio y signo viviente del amor de Cristo.
Ofrecimiento diario por la Iglesia Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo. Para que ofrezcamos en verdad nuestras personas y obras, en unión con Él, por la redención del mundo. Señor mío y Dios mío Jesucristo: Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino. Te pido en especial: por el Papa y sus intenciones por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.
Indicaciones para el Año Litúrgico El año litúrgico 2010-2011, comenzó con las primeras vísperas del sábado 28 de noviembre de 2010; se sigue: - el Ciclo Dominical y festivo “A”, - el Ciclo Ferial Año impar. Grado de la celebración Cada día es indicado el grado de la celebración con las siglas: S= Solemnidad F= Fiesta M = Memoria ML = Memoria Libre Liturgia de las horas La liturgia de las horas se indica: I Sem. (II, III, IV del Salterio) P = Liturgia de las horas es propia Colores litúrgicos En cuanto a los colores litúrgicos tener presente lo siguiente:
- el Verde (expresa: esperanza y constancia) se utiliza durante el tiempo ordinario; - el Blanco (significa: resurrección, pureza y alegría) se utiliza en la fiestas del Señor, de la Virgen, de los santos con excepción de los mártires, durante la cincuentena pascual y el tiempo de Navidad. - el Rojo (indica: amor, sacrificio y martirio) se utiliza en el Domingo de Ramos, Viernes Santo, domingo de Pentecostés y las fiestas de los santos mártires. - el Morado (significa: penitencia y conversión) se utiliza en tiempo de Adviento y Cuaresma, y el día de los Fieles Difuntos.
ORDINARIO DE LA MISA I. Ritos Iniciales
1.1 SALUDO S. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. A. Amén. a. El Señor esté con ustedes. b. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. c. El Señor, que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes. (El pueblo responde con una de las siguientes fórmulas)
a. Y con tu espíritu. b. Bendito seas por siempre Señor. c. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. 1.2 ACTO PENITENCIAL S. Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. (o bien)
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. (Breve silencio)
S. Yo confieso… A. …ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. S. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. A. Amén. Invocaciones
S. Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad. S. Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad. S. Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
Ordinario de la Misa / Liturgia de la Palabra
(Luego, si la Liturgia del día lo prescribe, se canta o se dice el Gloria):
1.3 HIMNO (Durante el Adviento y Cuaresma no se dice el gloria) S. Gloria a Dios en el cielo,… A. … y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. 1.4 ORACIÓN COLECTA (Breve silencio, durante el cual cada uno ofrece sus intenciones personales al Señor. Después el celebrante ofrece la oración de la comunidad a Dios Padre, por la intercesión de Jesucristo) y todos contestan.
A. Amén.
II. Liturgia de la Palabra 2.1 PRIMERA LECTURA (Se toma de la Historia del Pueblo de Israel, Antiguo Testamento, o de los escritos de los apóstoles): (Al final de la lectura):
L. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor. (Se proclama el salmo y el pueblo intercala la respuesta. Si hay segunda lectura se lee como la primera. Sigue la aclamación antes del Evangelio o Aleluya):
2.2 EVANGELIO (Evangelio quiere decir: “Buena noticia”. En efecto, narra algún aspecto de la vida o de las enseñanzas de Jesucristo):
S. El Señor esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. Lectura del santo Evangelio según… A. Gloria a ti, Señor. (Al final de la lectura):
S. Palabra del Señor. A. Gloria a ti, Señor Jesús.
Ordinario de la Misa / Liturgia de la Palabra
2.3 PROFESIÓN DE FE (Es un resumen de la doctrina católica. Se canta o recita los domingos y solemnidades): (Credo de los Apóstoles):
S. Creo en Dios,… A. … Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. (Símbolo niceno-constantinopolitano):
S. Creo en un solo Dios,… A. … Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. 2.4 ORACIÓN DE LOS FIELES (El sacerdote invita a los fieles a orar. Una persona lee las intenciones y el pueblo contesta):
A. Te lo pedimos, Señor. (El sacerdote culmina con una oración y los fieles contestan: Amén).
Ordinario de la Misa / Liturgia Eucarística / Prefacios
III. Liturgia Eucarística 3.1. PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS (Se llevan al altar el pan y el vino).
S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. A. Bendito seas por siempre, Señor. S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. A. Bendito seas por siempre, Señor. 3.2. OREN HERMANOS S. Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. (O bien)
En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos a Dios, Padre todopoderoso. (O bien)
Oren, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso. A. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. 3.3. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS (El celebrante dice la oración en nombre de la asamblea y el pueblo contesta: Amén).
3.4. PREFACIOS Prefacio Dominical III S. El Señor esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. A. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A. Es justo y necesario. S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque manifestaste admirablemente tu poder no sólo al socorrer nuestra
Ordinario de la Misa / Prefacios
débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino al prever el remedio en la misma debilidad humana, y así de lo que fue causa de nuestra ruina hiciste el principio de nuestra salvación, por Cristo, nuestro Señor. Por él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza: A Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Prefacio de la Santísima Virgen María IV S. En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Te alabamos y te bendecimos, por Jesucristo, tu Hijo, en esta fiesta (memoria) de la bienaventurada Virgen María. Ella, como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón; admirablemente unida al misterio de la redención, perseveró con los apóstoles en la plegaria, mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en nuestro camino como signo de consuelo y de firme esperanza. Por este don de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, te entonamos nuestro canto y proclamamos tu alabanza: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de los Apóstoles I S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: A. Santo, Santo, Santo. Prefacio de los Santos I S. En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de los Santos Mártires S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre del glorioso mártir san N., derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu
Ordinario de la Misa / Prefacios / Plegaria Eucarística II
admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de Santas Vírgenes y Santos Religiosos S. En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio Común II S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza: A. Santo, Santo, Santo… Prefacio de Difuntos III S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque él es la salvación del mundo, la vida de los hombres y la resurrección de los muertos. Por él, los ángeles, que gozan de tu presencia, eternamente te adoran; permítenos unirnos a sus voces, cantando jubilosos tu alabanza: A. Santo, Santo, Santo… 3.5 PLEGARIA EUCARÍSTICA II S. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos
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Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística II
en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo: A. Santo, Santo, Santo… S. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo + y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS”. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: “TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”. (Luego el celebrante dice una de las siguientes fórmulas)
a. S. Éste es el sacramento de nuestra fe. O bien):
S. Éste es el Misterio de la fe. (Y el pueblo responde):
A. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven, Señor Jesús! (o bien)
b. S. Aclamad el Misterio de la redención. (Y el pueblo responde):
A. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
(o bien) c. S. Cristo se entregó por nosotros. (Y el pueblo responde):
A. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. S. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te
Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística II / Plegaria Eucarística III
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pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; (En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse)
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa Benedicto XVI, con nuestro Obispo N. y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.
(En la misa por los difuntos) Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia; concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección. Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti. Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. A. Amén. (Después sigue el rito de la comunión, pág. 14)
3.6 PLEGARIA EUCARÍSTICA III S. Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que sean Cuerpo y + Sangre
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Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística III
de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios. Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Luego el celebrante dice una de las siguientes fórmulas:
S. Éste es el Sacramento de nuestra fe. (Y el pueblo responde):
A. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! (o bien)
S. Aclamen el Misterio de la redención. (Y el pueblo responde): A. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas. (o bien) S. Cristo se entregó por nosotros. (Y el pueblo responde):
A. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. S. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo. Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu. Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires (san N.: Santo del día o patrono) y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda. Te pedimos, Padre, que
Ordinario de la Misa / Plegaria Eucarística III
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esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa Benedicto XVI, a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia.
(En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse):
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el domingo, día en que Cristo, ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. + A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. Cuando esta Plegaria se utiliza en las misas de difuntos, puede decirse
+ Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia: concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección, cuando Cristo haga resurgir de la tierra a los muertos, y transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo. Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque, al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas. Junta las manos
Por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. A. Amén.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. A. Amén.
Ordinario de la Misa / Rito de Comunión
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IV. Rito de la Comunión 4.1 ORACIÓN DEL SEÑOR S. Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. S. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. A. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. 4.2 RITO DE LA PAZ (Después el sacerdote con las manos extendidas, dice):
S. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. A. Amén. (Si el sacerdote lo juzga oportuno, dice):
S. Dense fraternalmente la paz. (Según la costumbre del lugar, se dan la paz): 4.3 FRACCIÓN DEL PAN (Mientras el sacerdote hace la fracción de la hostia, se canta o se dice): A. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. (A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto): Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.
Ordinario de la Misa / Rito de Comunión / Rito de Despedida
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4.4 COMUNIÓN S. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. A. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. S. El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna. A. Amén. 4.5 ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN S. Oremos. (El sacerdote dice la oración y al final el pueblo aclama: Amén):
V. Rito de Despedida S. El Señor, esté con ustedes. A. Y con tu espíritu. S. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. A. Amén. 5.1 DESPEDIDA S. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. A. Demos gracias a Dios.
El personaje de la semana
N
Don Hélder Câmara - (3 de Julio)
ace en Fortaleza, Brasil el 7 de febrero de 1909, desde muy temprano manifestó su vocación al sacerdocio. Ingresó en el seminario de Fortaleza. Fue ordenado a los 23 años con permiso de la Santa Sede. Trabajó en el área de educación por muchos años. Nombrado obispo en 1952. Fue fundador de la conferencia de obispos de Brasil. Fue promotor del compromiso social de dicha conferencia. En 1956, fundó la cruzada de San Sebastián con la finalidad de dar alojo a los que vivían en las calles. Con el banco de la providencia, atiende a los que viven en condiciones miserables. Fue nombrado arzobispo de Olinda e Recife. Perseguido por el régimen militar, denunciaba las injusticias cometidas. Fue promotor de la defensa de los derechos humanos y la no-violencia. Fue el único brasileño en ser nominado cuatro veces al Nobel de la Paz. Muere a los 90 años en Recife, Brasil. Su causa de beatificación se abrió en el 2008. Después de su muerte se convirtió en uno de los personajes más seguidos de la Iglesia Católica Brasileña. Italo Quijada, SSP.
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Liturgia del mes de Julio 2011 de Julio - Viernes,
Sagrado Corazón de Jesús, S Color litúrgico: Blanco - Jornada Mundial de oración por la santificación del Clero
Dios se enamoró de ustedes y los eligió En varias ocasiones los autores sagrados acuden al amor humano, para hablar del amor de Dios al pueblo de Israel, y a través de él a toda la humanidad. Hoy nos dice el autor que Dios es un enamorado. El amor de enamoramiento es totalmente gratuito. Así de generoso es el corazón de Dios, diríamos con nuestro torpe lenguaje, incapaz de expresar en palabras la inmensidad del amor de Dios. Históricamente, Israel no ofrecía títulos que merecieran amor tan grande: era un pueblo que vivió esclavizado, numéricamente insignificante. Precisamente por eso, porque necesitaba ser amado para liberarse y crecer como pueblo, Dios lo eligió y lo amó. Éste es el estilo de obrar del Señor. Al sometido y humillado, lo rescata; al que grita desde su dolor y su miseria, lo escucha; al que silencian porque nada significa en la sociedad, Dios lo elige por interlocutor. El autor emplea expresiones entrañables y reveladoras: “Se enamoró”, “por puro amor” (Dt 7,8), “rescató con mano fuerte”, “un Dios fiel” (Cfr. Dt 7,8-9). Tomemos nota de los aprendices de enamorados de Dios y de los hombres. El Hijo nos ha revelado el amor generoso del Padre Todo en Jesús es revelación de Dios: su palabra, su oración, sus acciones, sus preferencias. En él estaba amando Dios al mundo y lo sigue amando. Y la elección de los discípulos tiene como misión fundamental seguir amándolo con amor humanizado “corazón de carne”. Este cántico de alabanza es una oración que Mateo y Lucas ponen en labios de Jesús. Aquí aparece Jesús-Hijo de hombre, que es el Hijo que es conocido por el Padre a través de una experiencia de amor entrañable; a la vez, Jesús-Hijo de hombre, es el Hijo que conoce al Padre también a través de una experiencia de amor. Por eso, está en capacidad de darlo a conocer. Toda su persona es una revelación del Padre. El “conocer” en la Biblia es un saber experiencial. Dios ama conociendo, y conoce amando. Al reservar para la “gente sencilla” su revelación, el Padre ya se nos está dando a conocer él mismo y sus preferencias a la hora de amar. Las mismas tenía Jesús. Las mismas hemos de tener los discípulos de Jesús. Aprendan de mí a aliviar las cargas En esta oración, que es una confesión de fe, se nos revela la experiencia de Dios como Padre vivida por Jesús. A continuación, se hace humanidad viviente en Jesús, que ama “Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré” (Mt 11,28). “Aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón” (Mt 11,29).
1 de Julio - Viernes, Sagrado Corazón de Jesús
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Esta “humildad y esta tolerancia” no son pasivas y reduccionistas. Encierran el empeño de llevar descanso a los fatigados y fortaleza a los agobiados. Jesús no viene a fabricar yugos difíciles de cargar. Su amor lo lleva a eliminar todos los yugos que oprimen a las personas. La misma ley no puede actuar como “yugo” pesado, sino como agente activo de liberación. Veamos cuáles son los “yugos” que nos oprimen y nos impiden convertirnos por amor, en reparadores de fuerzas de los cansados y en reanimadores de los agobiados. El costado abierto de Jesús de que habla el evangelio de Juan, con la sangre y el agua que manan de él, son el signo realista de un amor hasta entregar la última gota de su sangre. En esta fiesta se nos revela, que la sangre derramada sigue siendo el testigo más fuerte del amor.
La solemnidad de hoy: Sagrado Corazón de Jesús En la Edad Media empezó a tomar auge la devoción a la humanidad de Jesús. Uno de los principales promotores fue san Bernardo. A partir de las manifestaciones del Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque, entre los años 1673-1675, la devoción y culto al Corazón de Jesús tuvo una notable progresión. En 1856 Pío IX instituyó la solemnidad del Corazón de Jesús para toda la Iglesia. Una de las prácticas de esta devoción más populares fueron los “Nueve primeros viernes”. A ellos se unió la Consagración al Corazón de Jesús. P. Antono Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre (Sal 32,11.19).
2. Oración colecta Al celebrarse hoy la solemnidad del Corazón de Jesús, en la que recordamos el inmenso amor de tu Hijo hacia nosotros, te suplicamos, Padre todopoderoso, que nos concedas alcanzar de esa fuente inagotable la abundancia de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Dt 7,6-11)
Lectura del libro del Deuteronomio En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios; él te ha elegido a ti para que seas pueblo suyo entre todos los pueblos de la tierra. El Señor se ha comprometido contigo y te ha elegido, no por ser tú el más numeroso de todos los pueblos, ya que al contrario, eres el menos numeroso; más bien te ha elegido por el amor que te tiene y para cumplir
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el juramento hecho a tus padres. Por eso, el Señor, con mano firme, te sacó de la esclavitud y del poder del faraón, rey de Egipto. Reconoce, pues, que el Señor, tu Dios, es el Dios verdadero y fiel. El guarda su alianza y su misericordia hasta mil generaciones para los que lo aman y cumplen sus mandamientos; pero castiga a quienes lo odian, y los hace perecer sin demora. Guarda, pues, los mandamientos, preceptos y leyes que yo te mando hoy poner en práctica”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El Señor es compasivo y misericordioso. L Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios /R L El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura /R L El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel /R L El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados /R (Sal 102). 5. 2ª Lectura (1Jn 4,7-16)
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan Queridos hijos: Amémonos los unos
1 de Julio - Viernes, Sagrado Corazón de Jesús
a los otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene, se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por él. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él. Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. R Aleluya (Mt 11,29).
1 de Julio -Viernes, Sagrado Corazón de Jesús
7. Evangelio (Mt 11,25-30)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración sobre las ofrendas Ten en cuenta, Señor, el inefable amor del corazón de tu Hijo, para que este don que te ofrecemos, sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. 9. Prefacio S El Señor esté con ustedes. A Y con tu espíritu. S Levantemos el corazón. A Lo tenemos levantado hacia el Señor. S Demos gracias al Señor, nuestro Dios. A Es justo y necesario.
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S En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar los sacramentos de la Iglesia, para que todos, atraídos hacia el corazón abierto del salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la fuente de la salvación. Por eso, con los ángeles y con todos los santos te alabamos diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo… 10. Antífona de la comunión Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva (Jn 7,37-38). 11. Oración después de la comunión Señor, que este sacramento de caridad nos haga arder en un santo amor que, atrayéndonos siempre hacia tu Hijo, nos enseñe a reconocerlo en cada uno de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado y tiene para ti una pregunta: ¿En qué revelas la grandeza de tu amor?
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de Julio - Sábado,
Inmaculado Corazón de María, M Color litúrgico: Blanco
Jacob recibió la bendición de Dios Hemos entrado en el ciclo que el Génesis dedica a Isaac. De los dos hijos morochos que tuvo con Rebeca, por caminos nada ortodoxos, Jacob consiguió la bendición reservada en aquella época a los hijos primogénitos. Aquí entra en juego la astucia de una mujer, que llevada por sus preferencias por uno de los hijos, busca la manera de favorecerlo. El autor trata de explicar, por qué Jacob disfruta de abundancia de bienes materiales, mientras a su hermano Esaú la fortuna no le acompañó. La bendición del padre se asocia con prosperidad material. Más tarde, las cosechas abundantes y los éxitos bélicos sobre los adversarios, se asociarán a la bendición de Dios. El autor también nos quiere transmitir otra enseñanza: Dios va realizando su obra, aunque a veces se interpongan intereses personales por encima del derecho y de la justicia. Ante Dios no todo vale en el campo moral, en el de la justicia, en el económico o el político. Te buscábamos angustiados Es éste el último episodio de los llamados “relatos o evangelios de la infancia”. Lucas ha recorrido todos los pasos señalados por la ley, que un niño judío sigue, desde el nacimiento hasta la edad de doce años: nacimiento, circuncisión, imposición del nombre, presentación al Señor en el templo. La familia de Nazaret sube “como de costumbre a la fiesta”. Lucas consigna una práctica corriente entre los judíos: desde muchacho, el judío participaba en las peregrinaciones a Jerusalén. Con doce años Jesús es ya un muchacho. Lucas aprovecha para consignar su presencia con un objetivo: Revelar su sabiduría ante los doctores de la ley y ante el pueblo. Queda de manifiesto en el final del relato: “Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,52). En este último episodio de los “relatos de la infancia” de Jesús, Lucas coloca también a María. Una madre angustiada por haber perdido al hijo. Nos revela los sentimientos y preocupaciones de una madre que se encuentra en esta situación. El final fue feliz. Siguiendo el relato de Lucas, me figuro el orgullo que sentiría María, al ver a Jesús poniendo en aprieto a los doctores. La fiesta de hoy: Inmaculado Corazón de María El origen de esta fiesta es bastante reciente. Nace a la sombra de la devoción al Corazón de Jesús. Después de
2 de Julio - Sábado, Inmaculado Corazón de María
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bastantes alternativas, a impulso de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María (Claretianos), en 1942 Pío XII extendió la fiesta litúrgica a toda la Iglesia. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada En mí está toda gracia de camino y de verdad, en mí toda esperanza de vida y de fuerza (Si 24,25). 2. Oración colecta Señor, Dios nuestro, que hiciste del inmaculado Corazón de María una mansión para tu Hijo y un santuario del Espíritu Santo, danos un corazón limpio y dócil, para que, sumisos siempre a tus mandatos, te amemos sobre todas las cosas y ayudemos a los hermanos en sus necesidades. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Gén 27,1-5.15-29)
Lectura del libro del Génesis Isaac había envejecido y ya no veía por tener debilitados los ojos. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: “¡Hijo mío!” Esaú le respondió: “Aquí estoy”. Isaac le dijo: “Mira; ya soy viejo y no sé cuándo voy a morir. Así pues, toma tus flechas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y caza algo para mí. Luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes para que me lo coma y te bendiga antes de morir”. Pero Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú. Cuando Esaú se fue al campo a cazar algo para su padre, Rebeca tomó la ropa más fina de Esaú, su hijo mayor, y se la puso a Jacob, su
hijo menor. Luego, con la piel de unos cabritos, le cubrió a Jacob los brazos y la parte lampiña del cuello y le entregó el guisado y el pan que había preparado. Jacob entró a donde estaba su padre y le dijo: “¡Padre!” Isaac le res pondió: “Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo?” Jacob le dijo a su padre: “Soy tu primogénito, Esaú. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, siéntate y come de lo que he cazado, para que me bendigas”. Isaac le dijo: “¡Qué pronto encontraste algo para cazar, hijo!” Respondió Jacob: “Sí; es que el Señor, tu Dios, me lo puso delante”. Isaac le dijo a Jacob: “Acércate, hijo, para que te toque y vea si realmente eres o no mi hijo Esaú”. Jacob se acercó a su padre, Isaac, el cual lo palpó y dijo: “La voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú”. Y no reconoció a Jacob porque sus brazos estaban velludos como los de su hermano mayor, y se dispuso Isaac a bendecirlo. Entonces le dijo: “¿Eres tú de veras mi hijo Esaú?” Respondió Jacob: “Sí, yo soy”. Le dijo Isaac: “Acércame lo que has cazado para que coma y después te bendiga”. Jacob le acercó el guisado y el padre comió; también le trajo vino y bebió. Entonces le dijo Isaac a Jacob: “Hijo, acércate y bésame”. Él se acercó y lo besó; y al aspirar Isaac el olor de su ropa, lo bendijo, diciendo:
2 de Julio - Sábado, Inmaculado Corazón de María
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“El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el Señor. Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra, y trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante ti; que seas señor de tus hermanos y que se postren ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Te alabamos, Señor, porque eres bueno. L Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor, los que están en la casa del Señor en los atrios de la casa de nuestro Dios /R L Alaben al Señor, porque es bueno; alaben su nombre, porque es amable. El escogió a Jacob, a Israel como posesión suya /R L Yo sé que el Señor es grande, nuestro Dios, más que todos los dioses. El Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos /R (Sal 134). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dichosa la Virgen María, que guardaba la palabra de Dios y la meditaba en su corazón. R Aleluya (Lc 2,19).
Inmaculado Corazón de María
6. Evangelio (Lc 2,41-51)
Lectura del santo Evangelio según san Lucas A Gloria a ti, Señor Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”. Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?” Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, los dones que te presentamos en la memoria de la bienaventurada Virgen María, y concédenos guardar con fidelidad y meditar continuamente, siguiendo
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su ejemplo, las riquezas de la gracia de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. 8. Antífona de la comunión María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2,19).
9. Oración después de la comunión Como partícipe de la redención eterna, te rogamos, Señor, que al ce-
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lebrar la memoria de la Madre de tu Hijo nos gocemos en la abundancia de tu gracia y sintamos el aumento continuo de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué interés pones en que tus hijos te acompañen al templo?
de Julio - Domingo
XIV del Tiempo Ordinario /A L.H.: 2ª Sem. del Salterio - Color litúrgico: Verde
VENGAN A MÍ Y YO LOS ALIVIARÉ Un Mesías humilde, justo y amante de la paz En tiempos del profeta Zacarías existía una doble corriente respecto al Mesías. Una era de tipo triunfalista con connotaciones militares; la otra, se centraba en la espera de un Mesías humilde, alejado de todo signo de poder. Esta segunda visión del Mesías es la que nos ofrece el profeta. Zacarías invita a recibir con júbilo a este Rey-Mesías, justo, victorioso, humilde, que cabalga sobre un burro. En las actividades belicosas se utilizaban los caballos. El hecho de que el Rey-Mesías venga cabalgando en un asno significa que viene en actitud humilde, con el propósito de instaurar la paz. No se trata de una actitud pasiva ante la guerra y la violencia. El Rey-Mesías que se anuncia tratará de eliminar los instrumentos de guerra y de violencia. Proclamará la paz, y hará que reine entre las naciones. Como dice el salmista: “Gobernará al pueblo con justicia y a los humildes con rectitud…Dominará de mar a mar, del gran río al confín de la tierra” (Sal 72,2.8). Librará al humilde y al desvalido; se apiadará del pobre y del débil y los rescatará de la opresión y de la violencia. Mateo aplica a Jesús el texto de Zacarías, al narrar su entrada triunfal en Jerusalén. “Esto sucedía para que se cumpliera lo anunciado por el profeta: “Digan a la ciudad de Sión: mira a tu rey que está llegando, humilde, cabalgando en un burro” (Mt 21,5).
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Una oración, que es una revelación En su oración Jesús nos hace una gran revelación: Dios ha optado por los desheredados de este mundo, por la gente sencilla, para hacer la gran revelación de “las cosas” del reino de Dios. Jesús lo anuncia y lo celebra con júbilo. Entre los grandes dones del reino de Dios se cuenta el conocimiento del Padre. El autor de la primera carta de Juan escribe: “A Dios no lo ha visto nadie” (1 Jn 4,12). El autor se refiere a los humanos. Pero hay uno que lo ha visto y lo conoce: Jesús. Según confesión del propio Jesús: “Yo lo conozco (al Padre). Si dijera que no lo conozco, sería mentiroso como ustedes” (Jn 8,55). La gran misión de Jesús es revelarnos al Padre. Segunda revelación: el conocimiento de Jesús. Esta es una obra que sólo el Padre puede realizar a perfección: darnos a conocer a su Hijo Jesucristo. En el momento de la Transfiguración, una voz misteriosa proclama: “Éste es mi Hijo predilecto, escúchenlo” (Mc 9,7). Vengan a mí los que van cansados, Hagamos nuestra la oración de Jesús, llevando pesadas cargas, y yo los y digámosle al Padre: “Tú, Señor, que aliviaré (Cfr. Mt 11,28) conoces como nadie a tu Hijo Jesucristo, dánoslo a conocer a todos nosotros y al mundo”. A Jesús digámosle: Tú que has dicho: “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14,9), revélanos a nosotros y al mundo el rostro del Padre y su inmenso amor a la humanidad. Jesús opta decididamente por los cansados y agobiados Después de su oración, Jesús hace una autorrevelación: Él ha optado por los cansados y agobiados. Los coloca en el primer lugar de sus preferencias. Con un gran amor, transido de compasión, les dirige la invitación: “Vengan a mí”. Les hace una promesa, que en labios de Jesús es una realidad: “Yo los aliviaré” (Mt 11,28). La misión de Jesús consiste en aliviar a los maltratados por la enfermedad, a los que sufren exclusión humana y social, a aquellos que los responsables del mundo y de las instituciones, abruman con duras cargas económicas, políticas y sociales; y no les ayudan ni con la punta de un dedo a soportar carga. Jesús nos invita a sus discípulos a aprender de él. Nosotros somos ahora quienes tenemos que ayudar a los cansados, agobiados y maltratados a llevar su carga. Maltratados, humillados, agobiados siguen existiendo en el mundo. Muchos hablan de ellos, los manipulan, se suben sobre sus doloridos hombros para encumbrarse en el poder. Después los abandonan a su suerte. Jesús nos invita a cargar con su yugo. No es el yugo de la opresión, de la
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explotación, de la humillación. En primer lugar, hay que echar de encima de los hombros cualquier instrumento de opresión. En segundo lugar, el yugo que ofrece Jesús es suave y llevadero, se basa en el amor y en la misericordia. Quien no posee el Espíritu de Cristo no es de Cristo El relato del evangelio de Mateo nos ha revelado el Espíritu que animaba a Jesús, cuando se compadece, cuando invita con gran amor a cargar con su carga ligera, que es en primer lugar, la Buena Noticia que anuncia. Pablo insiste en su carta a la comunidad de Roma: “No procedan movidos por malos instintos, sino por el Espíritu” (Rom 8,4). Se trata del Espíritu de Cristo, que recibimos el día que fuimos sepultados con él en el bautismo y resucitamos a la vida nueva. Esta vida nueva está animada por el Espíritu de Jesús. Pablo nos advierte: “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no le pertenece” (Rom 8,9). Si no tenemos su Espíritu, no podremos optar por los cansados, agobiados y explotados. Tampoco tendremos una actitud humilde, tolerante, compasiva, para recibirlos. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia (Sal 47,10-11). 2. Oración colecta Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría, y después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Za 9,9-10)
Lectura del libro del profeta Zacarías Esto dice el Señor: “Alégrate sobremanera, hija de Sión; da gritos de júbilo, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado en un burrito.
Él hará desaparecer de la tierra de Efraín los carros de guerra y de Jerusalén, los caballos de combate. Romperá el arco del guerrero y anunciará la paz a las naciones. Su poder se extenderá de mar a mar y desde el gran río hasta los últimos rincones de la tierra”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Acuérdate, Señor, de tu misericordia. L Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte /R L El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas /R L El Señor es siempre fiel a sus pa-
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labras, y lleno de bondad en sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia /R L Que te alaben, Señor, todas tus obras, y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas /R (Sal 144). 5. 2ª Lectura
(Rom 8,9.11-13)
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Ustedes no viven conforme al desorden egoísta del hombre, sino conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en ustedes. Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R Aleluya (Mt 11,25).
7. Evangelio (Mt 11,25-30)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Dios, al enviar a su Hijo al mundo, quiere que lo imitemos y sigamos sus pasos. Oremos al Padre para que nos revele a su Hijo Jesucristo. A Padre, revélanos a Jesús, humilde y sencillo L La vida eterna consiste en conocer a Jesucristo y seguirlo con fidelidad. Para que Dios Padre nos lo dé a conocer mejor, y nos anime a seguirlo sin desfallecer: Oremos al Señor. A Padre, revélanos a Jesús, humilde y sencillo. L La sociedad de hoy, pone sobre los hombros de los cansados y agobiados pesos que no pueden soportar.
4 de Julio - Lunes, Memoria de Santa Isabel de Portugal
Para que aprendamos de Jesús a liberarlos de los yugos que los oprimen: Oremos al Señor. A Padre, revélanos a Jesús, humilde y sencillo. L Jesús se manifestó compasivo con los pobres; exigente con los explotadores y con quienes los utilizan de forma vergonzosa para sus intereses. Para que cese toda manipulación de los pobres: Oremos al Señor. A Padre, revélanos a Jesús, humilde y sencillo. S Concédenos, Señor, la sabiduría que supera toda ciencia: conocer a Jesús, sencillo y humilde servidor de los pobres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
los siglos de los siglos. 10. Antífona de la comunión Vengan a mí todos los que están agobiados y oprimidos y yo los auxiliaré, dice el Señor (Mt 11,28). 11. Oración después de la comunión Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte, nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por
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Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Qué estás haciendo por los oprimidos?
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Feria o Memoria de Santa Isabel de Portugal Color litúrgico: Verde o blanco
Realmente Dios está en este lugar y lo ignoraba Al comienzo del ciclo patriarcal de Jacob, el autor tiene gran interés en reafirmar la estrecha comunicación de Dios con el pueblo que se ha elegido, a través de los personajes más significativos. El Dios de Abrahán y Dios de Isaac, en adelante será también el Dios de Jacob. La promesa que había hecho a los dos anteriores, ahora se la renueva a Jacob: “Tu descendencia será como el polvo de la tierra…Por ti todos los pueblos del mundo serán bendecidos” (Gén 28,14).
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Se reafirma la idea de Dios como acompañante del pueblo: “Te acompañaré adonde vayas” (Gén 28,15). Al despertarse del sueño, forma habitual de comunicarse Dios con los seres humanos en la Biblia, Jacob descubre algo nuevo: “Dios estaba en aquel lugar y él lo ignoraba” (Gén 28,16). Se reafirma la idea de unir la presencia de Dios a ciertos lugares. Aquí, la “piedra conmemorativa” se convertirá en “casa de Dios”. Más adelante será la “tienda del encuentro”, y finalmente el templo de Jerusalén. Seguro de que Dios se mantendrá fiel a la promesa, Jacob consagra el lugar al Señor y proclama: “El Señor será en adelante mi Dios” (Gén 28,21). El hecho se divulgó por toda la región En el relato de Mateo, Jesús se enfrenta directamente con la muerte y con la enfermedad. La vuelta a la vida de la muchacha y la sanación de la enfermedad de la mujer, que llevaba doce años enferma, forma parte de su forma de proclamar la Buena Noticia del reino de Dios. En esta ocasión, las beneficiarias de la acción milagrosa de Jesús son dos mujeres. En paralelo con los hechos de la sanación de la mujer que padecía hemorragias, y de la vuelta a la vida de la joven, se produce un proceso de fe en el jefe y en la mujer enferma. Mateo empieza por reseñar la confesión de fe del jefe que se hace pública: “Imponle tu mano y recobrará la vida” (Mt 9,18). El proceso de fe de la mujer transcurre en el interior de su persona. Se decía: “Con sólo tocar su manto quedaré sana” (Mt 9,21). La fe del jefe y la fe de la mujer hicieron que el doble milagro aconteciera. Los grandes derrotados por el poder de Jesús son la muerte y la enfermedad. Esta gran victoria de Jesús se extendió por toda la región. Éste era el fruto que Jesús buscaba con su predicación y con los signos que la acompañaban. La santa de hoy: Sta. Isabel de Portugal (1271-1336) Es hija de Pedro II de Aragón (España). Se casó con el rey Dionisio de Portugal. Al quedarse viuda, ingresó en el convento de las Clarisas de Coimbra. Se distinguió por su dedicación a los pobres y a los enfermos. Solía decir: “Dios no ha tenido otro motivo en colocarme en el trono, si no es para socorrer a los necesitados”. Ha pasado al santoral como “reina pacificadora”, por haber consagrado sus esfuerzos a lograr la reconciliación entre los miembros de su familia. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Vengan benditos de mi Padre, dice el Señor, porque estuve enfermo y me visitaron. Yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo han hecho (Mt 25,34.36.40).
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2. Oración colecta Padre de la paz y del amor, que otorgaste a Sta. Isabel de Portugal el don admirable de reconciliar a quienes vivían enemistados, concédenos, por su intercesión, el valor de trabajar por la paz entre los hombres para que seamos verdaderos hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Gén 28,10-22)
Lectura del libro del Génesis En aquel tiempo, Jacob salió de Berseba y se dirigió a Jarán. Al llegar a cierto lugar, se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se acostó en aquel sitio. Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra y con la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y oyó que le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de tu padre, Abraham, y el Dios de Isaac. Te voy a dar a ti y a tus descendientes la tierra en que estás acostado. Tus descendientes van a ser tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el oriente y el poniente, hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus descendientes serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Yo estoy contigo, te cuidaré por donde quiera que vayas, te haré regresar a esta tierra y no te abandonaré ni dejaré de cumplir lo que te he prometido”. Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía”. Y excla-
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mó asustado: “¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo”. Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite sobre ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre primitivo era Luz. Jacob hizo una promesa, diciendo: “Si Dios está conmigo, si me cuida en el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme, si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios y esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios. Y de todo lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, en ti confío. L Tú que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío /R L El te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te cubrirá con sus alas y te refugiarás bajo sus plumas /R L “Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé; en tus angustias estaré contigo” /R (Sal 90). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la
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muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R Aleluya (2Tim 1,10).
noticia se difundió por toda aquella región. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
6. Evangelio
7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que el memorial del amor infinito de tu Hijo, que estamos celebrando, aumente en nosotros, a ejemplo de tus santos, nuestra generosidad contigo y con el prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(Mt 9,18-26)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir”. Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: “Con sólo tocar su manto, me curaré”. Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: “Hija, ten confianza; tu fe te ha curado”. Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer. Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida”. Y todos se burlaron de él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La
8. Antífona de la comunión Nadie tiene mayor amor por sus amigos que el que da la vida por ellos (Jn 15,13). 9. Oración después de la comunión Tú que nos has hecho partícipes de este sacramento, concédenos, Señor, imitar aquí en la tierra, el amor servicial de Sta. Isabel de Portugal, para que podamos participar de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: Ante las dificultades, ¿se tambalea tu fe en Jesús?
Claves cotidianas para… Afianzar la Personalidad Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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Feria o Memoria de S. Antonio María Zaccaría, Presbítero -
Color litúrgico: Verde o blanco
“He visto a Dios, cara a cara, y he salido vivo” Este relato, como tantos otros en la Biblia, está orientado a los objetivos del narrador. Un primer objetivo: Jacob está ante un giro nuevo en su vida. Será como otro ser nuevo. Este ser necesita un nombre. El nombre nuevo se lo revelan en el transcurso del combate: “Ya no te llamarás Jacob, sino Israel” (Gén 32,29). En la lucha mantenida con el personaje misterioso, ha revelado ser un hombre poderoso: “Has luchado con dioses y con hombres y has podido” (Gén 32,29). Un segundo objetivo: obtener la bendición de Dios: “No te suelto si no me bendices” (Gén 32,27). Jacob había obtenido la bendición de su padre por medio de artimañas no muy correctas. Ahora quiere asegurarse la bendición de Dios de una forma noble. Y Dios lo bendijo. En tercer lugar, el autor revela un hecho increíble. Jacob confiesa: “He visto a Dios, cara a cara, y he salido vivo” (Gén 32,31). En diversos textos bíblicos se dice todo lo contrario: Es tan grande el abismo existente entre la santidad de Dios y el ser humano, que éste no puede resistir la contemplación de Dios, cara a cara”. Moisés le pide a Dios: “déjame ver, por favor tu gloria” (Éx 33,18). Ésta fue la respuesta de Dios: “Mi rostro no puedes verlo, porque no puede verme un ser humano y continuar con vida” (Éx 33,20). Recorrían ciudades y pueblos, sanando y enseñando Mateo cierra el relato de varias sanaciones con la del mudo oprimido por el demonio. Tanto la sanación del mudo como la de los ciegos que le precede, representan dos de los símbolos más reveladores en la tradición bíblica. Isaías proclama: “En aquel día oirán los sordos las palabras del libro, sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos” (Is 29,18). Primer milagro de Jesús: conseguir que los que tenían los oídos sordos a la Palabra de Dios, se abrieran para escucharla; segundo milagro: abrir los ojos a los que caminaban en tinieblas, para reconocerlo. En un apretado resumen, Mateo ofrece la forma de actuar de Jesús. Su tarea principal: Proclamar la Buena Noticia del reino de Dios. Adopta el estilo itinerante: “Recorría todas las ciudades y pueblos”. Dos son las formas de evangelización elegidas: enseñar en las sinagogas y sanar toda clase de enfermedades. Mateo nos revela hoy algo muy importante: Jesús no era insensible a la situación de la gente. El “abatimiento y el maltrato” que padecían en la sociedad de su tiempo, le conmovía el corazón. No se puede proclamar la Buena Noticia, sin implicarse seriamente en los problemas de las personas. El mundo está necesitado de evangelizadores como Jesús, que apacienten las ovejas y
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5 de Julio Martes, Memoria de S. Antonio María Zaccaría, Presbítero
trabajen los campos de Dios. Oremos a Dios, para que suscite estos pastores y estos obreros en nuestras comunidades. El santo de hoy: S. Antonio María Zaccaría (1502-1539) Nace en Cremona (Italia). Estudió medicina en Padua, dedicando su vida profesional a atender a los pobres. En el año 1528 abandona la profesión de médico y es ordenado presbítero. Fundó la Congregación de Clérigos Regulares de San Pablo. Su misión es promover la reforma del clero. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos (Lc 4,18).
2. Oración colecta Concédenos Señor, aquel profundo conocimiento de Cristo que otorgaste a san Antonio María Zaccaría, para que, amándolo como él, sintamos también la urgente necesidad de darlo a conocer a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Gén 32,22-32)
Lectura del libro del Génesis En aquel tiempo, se levantó Jacob, tomó a sus dos mujeres con sus dos siervas y sus once hijos y cruzó el arroyo de Yaboc. Los hizo cruzar el torrente junto con todo lo que poseía. Jacob se quedó solo y un hombre estuvo luchando con él hasta el amanecer. Pero, viendo que no podía vencerlo, el hombre hirió a Jacob en la articulación femoral y le dislocó el fémur, mientras lucha-
ban. El hombre le dijo: “Suéltame, pues ya está amaneciendo”. Jacob le respondió: “No te soltaré hasta que me bendigas”. El otro le preguntó: “¿Cómo te llamas?” Él le dijo: “Jacob”. El otro prosiguió: “En adelante ya no te llamarás Jacob sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido victorioso”. Jacob le dijo: “Dime cómo te llamas”. El otro le respondió: “¿Por qué me preguntas mi nombre?” Y ahí mismo bendijo a Jacob. Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues se dijo: “He visto a Dios cara a cara y he quedado con vida”. El sol salió después de que Jacob y los suyos pasaron Penuel, y Jacob iba cojeando, por haber sido herido en el nervio del muslo. Por eso los israelitas no comen, hasta el día de hoy, el nervio del muslo. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, escucha nuestra súplica. L Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oídos a mi súplica, pues mis labios no mienten /R
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L Júzgame tú, Señor, pues tus ojos miran al que es honrado. Examina mi corazón, revísalo de noche, pruébame a fuego y no hallarás malicia en mí /R L A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues a quien acude a ti, de sus contrarios salvas /R L Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista /R (Sal 16). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R Aleluya (Jn 10,14). 6. Evangelio (Mt 9,32-38)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante en Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios”. Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y
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dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que, estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que va a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor (Mt 28,20). 9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener san Antonio María Zaccaría, sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cuál es tu actitud ante los “maltratados y abatidos”?
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de Julio - Miércoles,
Feria o Memoria de Sta. María Goretti, Virgen y Mártir Color litúrgico: Verde o rojo
Te pongo al frente de todo el país Nos encontramos en un momento importante del ciclo de José. La persona que es vendida por sus hermanos como esclavo a unos mercaderes, se encuentra al frente del país de Egipto, nombrado por el Faraón: “Sin contar contigo nadie moverá mano o pie en todo Egipto” (Gén 41,44). El fenómeno de los períodos de abundancia y carestía no eran desconocidos en ese país. Cada cierto tiempo acontecían. El autor aprovecha esta circunstancia, para poner de relieve la sabiduría y el bien hacer de su héroe, que acumula frutos en tiempo de abundancia, para hacer frente a los tiempos de escasez. Con este relato está preparando el reencuentro de José con sus hermanos. Aunque ausente durante largo tiempo de su tierra, José ocupará un puesto importante en la historia de Israel. Sus dos hijos, Manasés y Efraín, que nacen en Egipto, serán incorporados al pueblo. Ellos también formarán parte del número de las doce tribus. Proclamen que el reino de Dios está cerca Jesús acaba de decir: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos” (Mt 9,37). Acto seguido, entre la gente que le sigue elige a doce discípulos, a los que da el nombre de “apóstoles”. Esta palabra griega significa “enviados”. De hecho, los “enviará” a pregonar la Buena Noticia del reino de Dios. El número dice en relación con el pueblo de Israel, compuesto por doce tribus. Los doce representan la totalidad del pueblo de Dios. Mateo, al igual que Marcos y Lucas, nos transmite los primeros elementos de una teología pastoral. Campo de Misión: “Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel” (Mt 10,6). Destinado a comunidades en las que abunda el número de discípulos de procedencia judía, el evangelio de Mateo establece una clara separación entre judíos y no judíos. A la hora de evangelizar, da preferencia a las ovejas descarriadas de Israel, vetando dirigirse a samaritanos y paganos. Así sucedió en los comienzos de la evangelización. Hoy esta exclusión y cualquier otra carecen ya de sentido. La estrategia misionera está muy clara: Proclamar el reino de Dios por medio de la palabra y con acciones significativas que lo revelan: sanar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos, expulsar demonios. La santa de hoy: Sta. María Goretti (1890-1902) Nace en Corinaldo (Itania) Es hija de una familia campesina de condición muy humilde. Quedó huérfana de padre a los doce años. Se dedicó a cuidar a sus hermanos más pequeños mientras su madre trabajaba para alimentarlos
6 de Julio - Miércoles, Memoria de Sta. María Goretti, Virgen y Mártir
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a todos. Cuando contaba doce años, el joven Alejandro Serenelli intentó violarla. Ante la resistencia de la muchacha, la apuñaló causándole la muerte. En su lecho de muerte perdonó al asesino. Pío XII la canonizó en 1950. La llamó: Santa Inés del siglo XX”. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Como las vírgenes prudentes, santa María Goretti conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo. 2. Oración colecta Señor Dios, fuerza y alegría de los corazones inocentes, tú que concediste a una niña de doce años, santa María Goretti, valor para morir antes que ofenderte, concédenos por su intercesión un sincero arrepentimiento de nuestros pecados y una diaria fidelidad a tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Gén 41,55-57; 42,5-7.17-24)
Lectura del libro del Génesis En aquellos días, en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo clamó al faraón, pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo: “Vayan a José y hagan lo que él les diga”. Entonces José mandó abrir todas las bodegas y abasteció de víveres a los egipcios. Y como el hambre se extendiera por toda la tierra, de todos los países iban a Egipto para comprar víveres a José y remediar la carestía. Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar víveres, pues había hambre en el país
de Canaán. José gobernaba en todo Egipto y los víveres se distribuían a todo el mundo, según sus indicaciones. Llegaron los hermanos de José y se postraron en su presencia. Al verlos, José los reconoció, y sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con severidad: “¿De dónde vienen?” Ellos respondieron: “Venimos de Canaán a comprar provisiones”. José los acusó de ser espías y durante tres días los metió en la cárcel. Al tercer día José los mandó sacar y les dijo: “Yo también temo a Dios. Si hacen lo que les voy a decir, salvarán su vida. Si son gente de bien, uno de ustedes se quedará detenido en la prisión, mientras los demás van a llevar a sus casas las provisiones que han comprado. Luego me traen a su hermano menor, para que pueda yo comprobar si me han dicho la verdad. Así no morirán”. Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros: “Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano José, cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos compasión de él, y no le hicimos caso. Por eso ha caído sobre nosotros esta desgracia”. Rubén añadió: “¿No les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y no
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me hicieron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida”. Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban que José les entendía. Entonces José se alejó de ellos y rompió a llorar. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Muéstranos, Señor, tu misericordia. L Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos; cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo /R L Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus designios. Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos /R L Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida /R (Sal 32). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. R Aleluya (Mc 1,15). 6. Evangelio (Mt 10,1-7)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: “No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa María Goretti, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor (Mt 25,6).
9. Oración después de la comunión Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa María Goretti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
7 de Julio Jueves, Feria, 14ª Semana del Tiempo Ordinario
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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Te dedicas a realizar alguna de las formas de evangelizar que indica Jesús?
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Feria, 14ª Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
Confundidos, los hermanos no supieron qué responder Nos encontramos en un momento ciertamente patético en la historia de José. Cara a cara, están el vendido y los vendedores, el hermano con un gran poder, ante quienes habían abusado de su prepotencia. La prueba a la que José somete a los hermanos es muy semejante a la historia vivida por él mismo. José trata de retener a Benjamín, el hermano menor, que había ocupado su lugar en el corazón de su padre. El delito que se le imputa a Benjamín conlleva la muerte del culpable. En un gesto de misericordia, se lo toma sólo como esclavo. En su discurso, Judá acude a la fibra sensible de José, describiendo el drama que se le presenta al padre, si pierde también a Benjamín. En un gesto de sinceridad y de generosidad, Judá se ofrece como esclavo en lugar de Benjamín. La situación dramática había alcanzado su máxima tensión. José no pudo aguantar más, y se reveló a sus hermanos: “Yo soy José” (Gén 45,3). Los hermanos se vieron totalmente confundidos y no sabían cómo ocultar su vergüenza. Lleven el saludo de paz a la casa donde se hospeden Los discípulos han sido testigos del mensaje que Jesús anuncia. Sencillamente les propone: anuncien la Buena Noticia del reino de Dios. También han visto cómo lo hace él: sana enfermos, resucita muertos, libera oprimidos. Esto mismo es lo que han de hacer los discípulos. Evidentemente, hoy los enfermos que hay que sanar padecerán enfermedades distintas, las formas de opresión han variado. Jesús recuerda, que la misión que confía a los discípulos es un don gratuito. Por lo mismo, la gratuidad ha de presidir toda obra evangelizadora. Lo que se nos ha dado de forma gratuita, no puede convertirse en un negocio lucrativo. Jesús también da sus directrices sobre las formas. Recomienda la forma itinerante, llevando la pobreza personal y la austeridad, como consigna. Dondequiera que entre, el misionero ha de ofrecer la paz como saludo. La paz forma parte de la Buena Noticia que los discípulos han de anunciar.
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7 de Julio Jueves, Feria, 14ª Semana del Tiempo Ordinario
Habrá lugares donde los reciban bien, pero también habrá otros que se negarán a recibirlos. En este último caso, al abandonar la casa, el pueblo o la ciudad, sacúdanse el polvo de los pies. Era el gesto que realizaban los judíos al regresar de un país extraño. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia (Sal 47,10-11). 2. Oración colecta Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Gén 44,-18-21. 23-29; 45,1-5)
Lectura del libro del Génesis En aquellos días, se acercó Judá a José y le dijo: “Con tu permiso, señor, tu siervo va a pronunciar algunas palabras a tu oído; no te enojes con tu siervo, pues tú eres como un segundo faraón. Tú, señor, nos preguntaste: ‘¿Tienen padre o algún hermano?’ Nosotros te respondimos: ‘Sí, tenemos un padre anciano, con un hijo pequeño, que le nació en su vejez. Como es el único que le queda de su madre, pues el otro hermano ya murió, su padre lo ama tiernamente’. Entonces tú dijiste a tus siervos: ‘Tráiganmelo para que yo lo vea con mis propios ojos, pues si no viene su hermano menor con ustedes, no los volveré a recibir’.
Cuando regresamos a donde está nuestro padre, tu siervo, le referimos lo que nos habías dicho. Nuestro padre nos dijo: ‘Vuelvan a Egipto y cómprennos víveres’. Nosotros le dijimos: ‘No podemos volver, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Sólo así volveríamos, porque no podemos presentarnos ante el ministro del faraón, si no va con nosotros nuestro hermano menor’. Nuestro padre, tu siervo, nos dijo entonces: ‘Ya saben que mi mujer me dio dos hijos: uno desapareció y ustedes me dijeron que una fiera se lo había comido y ya no lo he vuelto a ver. Ahora se llevan también a éste; si le ocurre una desgracia, me van a matar de dolor’”. Entonces José ya no pudo aguantarse más y ordenó a todos los que lo acompañaban que salieran de ahí. Nadie se quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. José se puso a llorar a gritos; lo oyeron los egipcios y llegó la noticia hasta la casa del faraón. Después les dijo a sus hermanos: “Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?” Sus hermanos no podían contestarle, porque el miedo se había apoderado de ellos. José les dijo: “Acérquense”. Se acercaron y él continuó: “Yo soy su hermano José, a quien ustedes vendieron a
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los egipcios. Pero no se asusten ni se aflijan por haberme vendido, pues Dios me mandó a Egipto antes que a ustedes para salvarles la vida”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Recordemos los prodigios del Señor. L Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo /R L Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra /R L El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones /R (Sal 104).
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. R Aleluya (Mc 1,15). 6. Evangelio (Mt 10,7-15)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: “Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente
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han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente. No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: ‘Que haya paz en esta casa’. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacudan el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. 8. Antífona de la comunión Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a él (Sal 33,9).
9. Oración después de la comunión Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramen-
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to de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cuánto tiempo dedicas a anunciar la Buena Noticia?
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Feria, 14ª Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
Puedo morir, después de haberte visto vivo Dios sigue siendo el protagonista de esta historia. Así lo hace saber el autor, al presentar a Jacob ofreciendo sacrificios al Señor, en el mismo lugar donde lo había hecho su padre Isaac. La bendición que comenzó en Abrahán, se continúa ahora en Jacob: “No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso” (Gén 46,3). Le adelanta otra noticia. José, el hijo que daba por perdido, será quien le cerrará sus ojos. El autor nos conduce hasta el momento durante largo tiempo esperado, que Jacob pensó que nunca acontecería: el abrazo del padre y del hijo. Como le habían comunicado, José estaba vivo. Ahora pudo comprobarlo. Lo tenía colgado de su cuello bañado en lágrimas. La llegada de Jacob a Egipto, con el numeroso séquito que lo acompañaba, significó un dato importante para el futuro de Israel. Allí vivirán tiempos de gloria, pero también les tocará soportar un largo período de esclavitud. El Espíritu de su Padre hablará por ustedes En el momento del envío, Jesús advierte a los discípulos los riesgos que tienen que correr los que se comprometan con la Buena Noticia y con su anuncio. Mateo presenta como preanuncio algo que ya está sucediendo. Cuando se escriben estos textos, la ruptura entre la comunidad judía y los seguidores de Jesús ya se había producido. Los discípulos de Jesús habían sido objeto de persecución. Habían pasado ante los tribunales, los habían juzgado y metido en la cárcel. En realidad, se encontraban como “ovejas entre lobos”, dispuestos a devorar. Para los discípulos de entonces y para los de ahora, Jesús nos señala cómo actuar en los momentos difíciles: “Sean prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10,16). En medio de las dificultades, Jesús invita al aliento y a la esperanza. Frente a los acusadores, a los violentos, a los parientes que traicionan, a los que odian, contamos con el Espíritu del Padre del cielo. En los tribunales, hablará por nosotros; en la persecución, nos comunicará su fortaleza.
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Jesús nos ha dejado una consigna: resistir hasta el final. Quien se mantenga fiel a Dios, a Jesús, a la Buena Noticia, alcanzará la salvación. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia (Sal 47,10-11). 2. Oración colecta Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Gén 46,1-7.28-30)
Lectura del libro del Génesis En aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Berseba, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac. Por la noche, Dios se le apareció y le dijo: “¡Jacob, Jacob!” Él respondió: “Aquí estoy”. El Señor le dijo: “Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque ahí te convertiré en un gran pueblo. Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos y después de muerto, yo mismo te haré volver aquí”. Al partir de Berseba, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón para transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían adquirido
en la tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus hijos y nietos, sus hijas y nietas. Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para recibir a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José: “Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R La salvación del justo es el Señor. L Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas /R L Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura /R L Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles /R (Sal 36). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Cuando venga el Espíritu de verdad, él les enseñará toda la verdad y les recordará todo
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cuanto yo les he dicho, dice el Señor. R Aleluya (Jn 16,13;14,26). 6. Evangelio (Mt 10,16-23)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas. Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no
alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. 8. Antífona de la comunión Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a él (Sal 33,9).
9. Oración después de la comunión Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo reaccionas ante quien te hace sufrir por ser cristiano?
Comunidad Carismática “Los Samaritanos”
El Corazón de Jesús y los Santos Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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de Julio - Sábado,
Feria o Memoria de San Agustín Zhao Rong y Compañeros Color litúrgico: Verde o rojo
Dios los llevará a la tierra prometida a nuestros padres Llegamos al final de una historia de Jacob llena de contrastes. Por un lado, un padre que llora la pérdida del hijo que más quería, desconociendo su final. Por otra, unos hombres carcomidos por la envidia, que venden a su hermano como esclavo. El que llegó a Egipto como esclavo, se convirtió en el segundo personaje más importante del país. Finalmente, la generosidad de José, que no responde con represalias a la conducta de sus hermanos, sino con el perdón. Al mal que le han hecho responde con el bien. Libra a los hermanos y a toda la familia de perecer por el hambre: “No teman, yo los alimentaré a ustedes y a su niños” (Gén 50,21). La actitud de José llevó a sus hermanos a reconocer su “crimen y su pecado”. En la historia bíblica, la muerte de Jacob, a la que sigue la de José, pone fin a una etapa de la historia de la salvación. Jacob representa el pasado. Es enterrado donde habían enterrado a Abrahán y a Isaac. José representa el futuro. Quiere correr la suerte de su pueblo y se queda en Egipto. Le basta al discípulo ser como su maestro El discurso de Jesús a los discípulos que ofrece el evangelio de Mateo, es el texto eclesiológico fundamental de este evangelio. El discípulo de Jesús es cristiforme. Ha de continuar la misión del Jesús terreno. Ciertamente el discípulo “no puede estar por encima del maestro”, pero necesariamente ha de asemejarse a él. Históricamente hay un hecho constatado: al maestro lo persiguieron. La suerte del discípulo no será distinta. El evangelista destaca tres rasgos propios del discípulo: Itinerancia, pobreza, indefensión. Todos estos rasgos tiene que reproducirlos el discípulo. Los del Hijo de Dios “humanado”, y los del Hijo de Dios “resucitado”. La Buena Noticia no se nos ha entregado para esconderla debajo de la cama. Hay que pregonarla desde los tejados. Esta labor requiere audacia. Jesús nos previene contra los temores y las cobardías: los que pueden destruir el cuerpo, carecen de poder para destruir toda la persona. La confianza se asienta sobre bases firmes. Sin permiso del Padre nada acontece. Ni un pájaro puede desplomarse sobre el piso, sin que él esté allí. No basta con anunciar, auque sea desde los tejados. Es necesario hacer valer lo que se anuncia con el testimonio. A los testigos es a los que reconoce Jesús; y está dispuesto a dar la cara por ellos ante el Padre del cielo.
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9 de Julio - Sábado, Memoria de San Agustín Zhao Rong y Compañeros
El santo de hoy: San Agustín Zhao Rong y compañeros. Sacerdote diocesano chino que junto con 119 compañeros, murieron como mártires en China, en 1815. Este grupo estuvo conformado por obispos, presbíteros, religiosos (as), congregaciones y laicos. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Aquellos que siguieron en la tiera las huellas de Cristo, se alegran ahora en el cielo; y porque lo amaron hasta morir por él, con él se gozan eternamente. 2. Oración colecta Te pedimos, Señor, que nos concedas imitar la constancia en la fe de tu santo Agustín Zhao Rong y compañeros, cuyo martirio recordamos cada año llenos de veneración. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Gén 49,29-32;50,15-26)
Lectura del libro del Génesis En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dio estas instrucciones: “Yo voy a reunirme con los míos. Sepúltenme junto a mis padres, en la cueva del campo de Makpelá, frente a Mambré, en Canaán. Es el campo que Abraham le compró a Efrón, el hitita, para que lo enterraran. Ahí sepultaron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca, y ahí sepulté yo a Lía”. Cuando terminó de dar este encargo a sus hijos, Jacob expiró y fue a reunirse con los suyos. Los hermanos de José, al ver que había muerto su padre, dijeron: “A
ver si José no nos guarda rencor y no nos hace pagar todo el daño que le hicimos”. Por eso le mandaron este recado: “Antes de morir, tu padre nos encargó que te dijéramos esto: ‘Perdona, por favor, a tus hermanos su crimen, su pecado y el daño que te hicieron’. También nosotros, siervos del Dios de tu padre, te pedimos que nos perdones”. Cuando José oyó el recado se puso a llorar. Fueron después sus hermanos personalmente a verlo y, postrados ante él, le dijeron: “Aquí nos tienes. Somos esclavos tuyos”. José les replicó: “No tengan miedo. ¿Podemos acaso oponernos a los designios de Dios? Ustedes quisieron hacerme daño, pero Dios lo convirtió en un bien para hacer sobrevivir a un pueblo numeroso, como pueden ver. Así que no tengan miedo; yo los mantendré a ustedes y a sus pequeñuelos”. Y los consoló y les habló con mucho cariño. José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre y vivió hasta los ciento diez años; vio a los bisnietos de Efraín y en sus brazos nacieron los hijos de Makir, hijo de Manasés. Finalmente José les dijo a sus hermanos: “Yo voy a morir ya, pero ciertamente Dios cuidará de ustedes y los hará salir de este país
9 de Julio - Sábado, Memoria de San Agustín Zhao Rong y Compañeros
a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob”. José los hizo jurar diciendo: “Cuando Dios los haga salir de esta tierra, se llevarán mis huesos de aquí’. Y luego murió José. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Cantemos la grandeza del Señor. L Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos /R L Del nombre del Señor enorgullézcanse, y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan /R L Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos /R (Sal 104). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos, porque el Espíritu de Dios descansa en ustedes. R Aleluya (1Pe 4,14). 6. Evangelio (Mt 10,24-33)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El discípulo no es más que el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!
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No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas. No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo. ¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo. A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en honor de S.Agustín Zhao Rong y Comps. y concédenos permanecer firmes enla confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Ustedes son los que han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les preparo un Reino, dice el Señor, para que en él coman y beban en mi mesa (Lc 22,28-30).
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9. Oración después de la comunión Señor y Dios nuestro, que admirablemente ilustraste el misterio de la cruz con el ejemplo de S. Agustín Zhao Rong y Comps., concédenos la gracia, ya que hemos sido alimentados con el Cuerpo de Cristo, de seguirlo con fidelidad en la Iglesia para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿En qué momentos das testimonio de Jesús?
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XV del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 3ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde - 112º Aniversario de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento
PROCLAMEN LA BUENA NOTICIA A LA HUMANIDAD La Palabra no regresa a Dios sin dar fruto Vivimos en un mundo inundado de palabras. De imágenes que hablan más que las palabras. De palabras que resisten apenas un suspiro. Ahí, como un náufrago que emerger de unas aguas con frecuencia turbulentas, la Palabra de Dios se abre paso. Es capaz de fecundar mentes áridas como eriales, de hacer germinar vida en corazones saturados de maleza. Los planes de Dios están muy por encima de los nuestros. Con la distancia que separa al cielo de la tierra. Así es la Palabra de Dios en relación con la palabra de los humanos. El profeta la compara con la lluvia que cae mansamente, que empapa la tierra, la fecunda y hace germinar la semilla. Tanta palabra humana no logra asfixiar la Palabra de Dios. Dios la siembra. Está seguro que no regresará de nuevo a él, sin que produzca una gran cosecha. Su dinamismo es capaz de superar las condiciones más adversas. El salmista considera la Palabra de Dios: “lámpara para sus pasos, luz en el sendero” (Sal 119,105). Para Juan, la Palabra ha existido desde el principio, en ella está la vida, por ella fue hecho todo cuanto existe. En un gesto sorprendente, la Palabra se hizo carne y moró entre nosotros. Ésta es la Palabra de Dios más admirable y entrañable. Un sembrador que siembra con generosidad El sembrador sale a sembrar. Su intención es sembrar la semilla en buena tierra, con el objetivo de conseguir una buena cosecha. No puede evitar que
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una parte se pierda por el camino; que otra parte caiga en terreno pedregoso o entre espinos. Lo importante es que, a pesar de los riesgos que puede correr con la semilla, el sembrador no se queda en casa. Sale a realizar su trabajo. La culpa de que unas semillas no hayan producido el fruto esperado, en ningún momento se atribuye al sembrador. Algunos de los santos Padres identifican al sembrador con el mismo Jesús, que salió por los campos y ciudades de Israel a sembrar la semilla de la Buena Noticia. San Cirilo de Alejandría señala: Él mismo es quien siembra toda clase de bienes, y nosotros somos su campo de cultivo”. Jesús encontró serias dificultades para realizar su labor. Tuvo enfrente a los fariseos y maestros de la ley, que cuestionaron constantemente su enseñanza. Pero en ningún momento pensó en dejar la misión de sembrar la semilla de la Buena Noticia, que el Padre le había Jesús les decía: El sembrador salió a encomendado. sembrar… (Cfr. Mt 13,3) Los discípulos somos también sembradores de la Buena Noticia. En el momento de despedirse, Jesús nos pasó la misión de ser testigos: “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Noticia a toda la humanidad” (Mc 16,15). Toda proclamación es una siembra. Dios cuenta con nosotros para sembrar. Él se encarga de que la semilla crezca y dé fruto en abundancia. Corazones duros para escuchar Entre la proclamación de la parábola y su interpretación, Mateo introduce una clara distinción entre los discípulos y la demás gente. No especifica a quién se refiere Jesús. Pudieran ser los fariseos y los maestros de la ley, por su rechazo permanente a la Buena Noticia del reino de Dios proclamada por Jesús, concretamente en las parábolas. A los que se han negado a reconocer los “misterios del reino de los cielos”, Jesús les aplica las palabras del profeta Isaías: “Por más que oigan no entenderán, y por más que miren no verán. Este es un pueblo de conciencia endurecida. Sus oídos no saben escuchar, sus ojos están cerrados. No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón… Pues con eso habría conversión y yo las sanaría (Mt 13,14-15). Jesús proclama dichosos a los discípulos, porque han visto y oído cosas, que los profetas desearon oír y ver, y no tuvieron esa dicha. Para que la dicha sea completa, es necesario abrir el corazón a los misterios del reino de Dios. Si no
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es así, de poco sirve haber visto y haber oído lo que Jesús hizo y anunció. Tenemos que hacernos una pregunta: ¿Nos contamos entre los de “corazón embotado”, “duros de oído” de “ojos cerrados”, incapaces de conocer, escuchar y convertirse? Hay quien produce ciento por uno La aplicación de la parábola puede considerarse como una meditación del propio sembrador, que reflexiona sobre el trabajo realizado, y sobre los frutos conseguidos. Si nos atenemos al texto, por una parte, habría que hablar de un cierto fracaso. Una cantidad de semilla, por diferentes razones se perdió, y no produjo el fruto esperado. Por otra parte, el resultado invita más bien al optimismo. Toda la semilla que se sembró en terreno apropiado, produjo fruto. La sembrada en buena tierra produjo una cosecha excelente: hasta ciento por uno. La sembrada en otras clases de tierra, la producción se ajustó a su calidad. Fijemos la atención en nosotros, que somos los oyentes de la parábola. La Buena Noticia del reino de Dios ha sido sembrada en nosotros con la proclamación de su Palabra. ¿Hemos sido camino, pedregal o campo de espinos? Los frutos producidos nos lo dirán. Puede ser que hayamos sido un terreno que ha producido fruto. Pero aquí tenemos que hacernos otra pregunta: ¿Hemos sido terreno de tercera clase, de segunda o de óptima calidad? También aquí los frutos tienen la respuesta; en cuanto a la cantidad y a la calidad. ¿Creemos que el sembrador ha quedado satisfecho del rendimiento? P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia (Sal 16,15).
2. Oración colecta Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos, imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Is 55,10-11)
Lectura del libro del profeta Isaías Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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4. Salmo responsorial R Señor, danos siempre de tu agua. L Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza. Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias /R L Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos /R L Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia, están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas /R L Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo aclama al Señor. Todo le canta. /R (Sal 64). 5. 2ª Lectura (Rom 8,18-23)
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de Dios. La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza: que también ella misma va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición
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de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. La semilla es la palabra de Dios el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R Aleluya. 7. Evangelio (Mt 13,1-23)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo: “Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga.” Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?” Él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del
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Reino de los cielos, pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden. En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve. Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron. Escuchen, pues, ustedes, lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino. Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto. En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la
palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Hoy se cumplen 112 años de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento. Oremos, para que no regrese al Señor esta consagración sin producir el fruto deseado. A Tu Palabra, Señor, produzca fruto abundante. L Tú, Señor, sales cada día a sembrar con abundancia tu palabra en todas personas. Para que no se pierda por no encontrar corazones bien dispuestos: Oremos al Señor. A Tu Palabra, Señor, produzca fruto abundante. L Son muchas las palabras que invaden los medios de comunicación y penetran en nuestros oídos y en nuestros hogares. Para que no ahoguen tu Palabra de vida y de salvación: Oremos al Señor. A Tu Palabra, Señor, produzca fruto abundante. L Tú, Señor, nos envías a sembrar tu Palabra donde vivimos, en los lugares de trabajo, en los centros de cultura y de ocio. Para que seamos sembradores diligentes y eficaces: Oremos al Señor. A Tu Palabra, Señor, produzca fruto abundante. S Concédenos, Señor, disponibilidad para acoger tu Palabra con amor, y fortaleza para sembrarla en esta gran parcela, que es el mundo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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9. Oración sobre las ofrendas Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante y conviértelas en alimento espiritual, que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
11. Oración después de la comunión Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía, que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
10. Antífona de la comunión El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor (Jn 6,56).
Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Estás dando frutos abundantes?
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de Julio - Lunes,
San Benito, abad, M Color litúrgico: Blanco
Les impusieron trabajos penosos y les amargaron la vida En la historia del pueblo en Egipto, se ha producido un hecho relevante: Subió al trono un nuevo faraón, que no había conocido a José. Este hecho cambió por completo la suerte de Israel. Se añade otro dato: el pueblo ha crecido mucho, y genera suspicacias. Desde el poder se toman dos decisiones de gran transcendencia. La primera: se ordena la represión de los israelitas. Se les explota. Les amargan la vida con una dura esclavitud, sometiéndolos a duros trabajos. La segunda decisión no es menos dura. El Faraón decide someter a los israelitas, sirviéndose del control de la natalidad. El mismo desarrollo demográfico se volvió contra el pueblo. Todo hijo varón que nazca será eliminado. Las mismas parteras hebreas son las encargadas de ejecutar las órdenes del Faraón. La suerte de Israel ha cambiado por completo. Estas disposiciones tienen como objetivo su total aniquilamiento. El pueblo vive la experiencia de la esclavitud, que será recordada como referente histórico cada vez que el pueblo tenga que sufrir el exilio. A través de esta dura experiencia vivida en Egipto, Israel descubrió a Dios liberador. Quien no cargue con la cruz y me siga, no es mi discípulo Los discípulos llevan ya tiempo con Jesús. Han sido testigos de la Buena Noticia que anuncia, de los signos que realiza y del estilo de vida que lleva. Ha llegado la hora de aclararse y de tomar las opciones comprometidas. Las que propone a los discípulos son ciertamente radicales.
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La primera opción se relaciona con la familia. La familia representa un valor fundamental para la persona. Jesús lo reconoce y no lo niega. Su propuesta es tan radical, que exige clarificar las opciones: prioridad para la familia o prioridad por el seguimiento de Jesús. Aquellos cuya prioridad sea el padre, la madre, los hijos, dejando a Jesús en segundo plano, no pueden considerarse verdaderos discípulos. La segunda opción afecta directamente a la propia persona. Quien se ponga a sí mismo y sus intereses personales por encima de Jesús, tampoco es el discípulo que Jesús quiere. De aquí la formulación tan radical que hace Jesús: Quien se aferre a la propia vida, y no tome su cruz para seguirme, la perderá (Mt 10,38-39). Mateo termina el discurso de Jesús con una propuesta muy sencilla: hasta el gesto más insignificante a favor de los pequeños, es tenido en cuenta en el reino de Dios. Jesús asegura: “No quedará sin recompensa” (Mt 10,42). El santo de hoy: S. Benito (480-547) Nace en Nursia (Italia) Cursó sus estudios en Roma. No se sentía a gusto por el ambiente que reinaba en Roma y se retiró a Subiaco, dedicándose por entero a la oración. Pronto siguieron su ejemplo otros hombres. Con ellos empezó la orden de los Benedictinos, que tiene como lema: “Ora y Trabaja”. En vida fundó doce monasterios. En la última etapa de su vida escribió su famosa Regla, que ejerció una gran influencia en la propagación de la vida monástica en toda Europa. Se le considera el “Padre de los monjes de occidente” Pablo VI lo proclamó “Patrono Principal de Europa”. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa (Sal 15,5-6). 2. Oración colecta Dios nuestro, que nos has dado en san Benito un maestro admirable de vida consagrada a ti, has que, según sus enseñanzas antepongamos tu amor a todas las cosas y procuremos el bien de los demás antes que el nuestro. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Ex 1,8-14.22)
Lectura del libro del Éxodo En aquel tiempo, subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo: “Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra ellos para que no sigan multiplicándose, no sea que, en caso de guerra, se unan a nuestros enemigos, para luchar contra nosotros y se escapen del país”.
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Les pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran con trabajos pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom y Ramsés, como lugares de almacenamiento. Pero mientras más los oprimían, más crecían y se multiplicaban. Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los redujeron a una cruel esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a rudos trabajos de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo. Además, el faraón dio esta orden a su pueblo: “Echen al río a todos los niños que les nazcan a los hebreos; pero si son niñas, déjenlas vivir”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Nuestra ayuda es invocar al Señor. L Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera /R L Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, que no nos hizo presa de sus dientes /R L Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra /R (Sal 123). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dichosos los perseguidos por causa de la justi-
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cia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R Aleluya (Mt 5,10).
6. Evangelio
(Mt 10,34–11,1)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará. Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo. Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”. Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en esta festividad de san Benito y haz que, a ejemplo suyo, te busquemos a ti únicamente a fin de que podamos obtener en tu servicio el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9. Oración después de la comunión Señor, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, haz que según el espíritu de san Benito abad, te sirvamos fielmente y pongamos en práctica un sincero amor fraterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
8. Antífona de la comunión Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna (Mt 19,27-29).
Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Hasta dónde llega tu compromiso con Jesús?
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de Julio - Martes,
Feria, XV Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
Le puso por nombre Moisés: liberado del agua Moisés es un niño que nace en la clandestinidad, que crece en la clandestinidad. Es así como Dios se sirvió para guardarlo para la misión que Dios quiere destinarlo. El que colaborará con Dios para liberar al pueblo a través de las aguas del Mar Rojo, él mismo fue liberado por medio de las aguas del Nilo. La historia se complica, cuando la hija del Faraón que había ordenado la eliminación de los niños hebreos, es quien descubre al niño. Se enamoró del niño y lo adoptó como hijo. Al final, el niño se criará en la misma corte del faraón. La hija del faraón es quien le pone el nombre de Moisés. El autor nos transmite su significado: “Lo he sacado del agua”. Como todo personaje importante en la historia de Israel, Moisés viene al mundo, crece, desarrolla su personalidad, en un ambiente rodeado de misterio. Todo el entorno que lo rodea ayuda a perfilar la imagen de liberador de su pueblo, que será su misión. Jesús recrimina a los que le escucharon por no convertirse Las ciudades galileas de Cafarnaún, Betsaida y Corozaín, habían sido testigos privilegiados de la acción misionera de Jesús. Al comienzo del evangelio, Mateo informa que Jesús “salió de Nazaret y se estableció en Cafarnaún” (Mt 4,13). Estas ciudades fueron también testigos de muchos de los signos
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milagrosos que Jesús realizó. Sin embargo, los frutos de conversión no se correspondieron a la labor realizada por Jesús. Ahora elige el género del lamento, para realizar una denuncia severa contra los habitantes de estas ciudades por no haberse convertido. Su responsabilidad ante Dios será mayor que el de las ciudades de Tiro y Sidón, símbolos del poder económico. En su denuncia, Jesús apela a la ciudad de Gomorra. En la tradición bíblica es símbolo de corrupción. En el Génesis se dice: “El Señor desde el cielo hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Arrasó aquellas ciudades” (Gén 19,24-25). Con la dureza del lenguaje utilizado contra estas ciudades, Jesús avisa, para que no echemos en saco roto la Buena Noticia que a diario nos es anunciada. Estamos ante una llamada urgente a la conversión. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia (Sal 16,15).
2. Oración colecta Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos, imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Ex 2,1-15)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso, lo tuvo escondido tres meses. Pero como ya no podía ocultarlo por más tiempo, tomó una canastilla de mimbre, la embadurnó con betún y con brea, metió en ella al niño y la dejó entre los juncos, a la orilla del río. Entre tanto, la hermana
del niño se quedó a cierta distancia para ver lo que sucedía. Bajó la hija del faraón, a bañarse en el río, y mientras sus doncellas se paseaban por la orilla, vio la canastilla entre los juncos y envió a una criada para que se la trajera. La abrió y encontró en ella un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: “Es un niño hebreo”. Entonces se acercó la hermana del niño y le dijo a la hija del faraón: “¿Quieres que vaya a llamar a una nodriza hebrea para que te críe al niño?” La hija del faraón le dijo que sí. Entonces la joven fue a llamar a la madre del niño. La hija del faraón le dijo a ésta: “Toma a este niño; críamelo y yo te pagaré”. Tomó la mujer al niño y lo crió. El niño creció y ella se lo llevó entonces a la hija del faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, que significa: “De las aguas lo he sacado”. Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos y se dio cuenta de sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio maltrataba a uno
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de sus hermanos hebreos. Entonces Moisés miró para todas partes, no vio a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio que dos hebreos se estaban peleando. Le dijo entonces al culpable: “¿Por qué le pegas a tu compañero?” Pero él le contestó: “¿Quién te ha nombrado jefe y juez de nosotros? ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?” Lleno de temor, Moisés pensó: “Sin duda que ya todo el mundo lo sabe”. Se enteró el faraón de lo sucedido y buscó a Moisés para matarlo, pero él huyó lejos del faraón y se fue a vivir al país de Madián. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Busquen al Señor y vivirán. L Me estoy hundiendo en un lodo profundo y no puedo apoyar los pies; he llegado hasta el fondo de las aguas y me arrastra la corriente /R L A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro /R L Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido /R L Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra encadenado /R (Sal 68). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No
endurezcan su corazón”. R Aleluya (Sal 94,8).
6. Evangelio (Mt 11,20-24)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido. Les decía: “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante y conviértelas en alimento espiritual, que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor (Jn 6,56).
13 de Julio Miércoles, Memoria de Santa Teresa de los Andes
9. Oración después de la comunión Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía, que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué frutos de conversión produce en ti la Palabra de Dios?
de Julio Miércoles,
Feria o Memoria de Santa Teresa de los Andes Color litúrgico: Verde o blanco
El grito de los israelitas ha llegado hasta mí Este texto del Éxodo contiene una gran riqueza para ayudarnos a descubrir al verdadero Dios de Israel. En primer lugar, Dios manifiesta su superioridad sobre los seres humanos. Desborda nuestra capacidad de comprensión. Es el mismo Dios de los grandes personajes, como Abrahán, Isaac y Jacob. Pero su inmensidad no cabe en nuestro lenguaje humano. Dios es Dios, y punto. Su manifestación a Moisés se realiza a través del símbolo del fuego. Este Dios que parece lejano, es rico en amor, en justicia, en misericordia. No se desentiende de la vida, de los gozos y de los sufrimientos de los seres humanos. Escucha el grito de los hijos de Israel sometidos al yugo de los opresores; contempla su sufrimiento. Toma una decisión: liberarlos de los egipcios y “llevarlos a una tierra fértil y espaciosa” (Éx 3,8). Para realizar su proyecto de liberación, Dios elige a Moisés. Le comunica su misión: “He visto cómo los egipcios tiranizan a los israelitas. Anda, te envío al faraón para que saques de Egipto a mi Pueblo” (Éx 3,9-10). A todos nosotros Dios nos confía la misma misión: liberar a los oprimidos. Te alabo Padre, por revelar tu reino a los sencillos En el evangelio de Lucas, es el resultado exitoso de la misión de los discípulos, la que está al origen de esta plegaria espontánea de Jesús. La plegaria es corta, pero inmensamente densa de contenido. Estamos en el corazón de la misión de Jesús. Hasta ahora, Dios ha ocultado su misterio y el misterio del reino a los sabios y entendidos. Es difícil que los puedan entender, sumergidos por completo en sus negocios. Es la gente sencilla la mejor dispuesta para acoger las cosas de Dios. Y Dios se ha manifestado a ellos con preferencia. En el evangelio de Juan, Jesús afirma repetidas veces que él, el enviado del Padre, es quien lo conoce de verdad. Refiriéndose a los judíos, Jesús afirma: “Ustedes no conocen a Dios. Yo sí lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería
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mentiroso como ustedes” (Jn 8,55). Jesús es el gran revelador del Padre. El Padre, que también conoce a su Hijo, es quien mejor nos lo puede revelar y dar a conocer. Oremos al Padre, para que nos revele a su Hijo Jesucristo y poder seguirlo con más fidelidad. La santa de hoy: Sta. Teresa de Jesús de los Andes (1900-1920) Juana Enriqueta Josefina, que era su nombre de bautismo, nace en Santiago de Chile. Recibe una esmerada educación en el seno de su familia. A los quince años hace el voto de permanecer virgen. Después de algún tiempo enferma. En 1919 ingresó en el Carmelo de los Andes. El 6 de abril hace su profesión religiosa. Seis días después partía para la casa del Padre. En su corta vida nos ha dejado una rica espiritualidad, llena de sencillez y transparencia. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Santa Teresa de los Andes ha recibido la bendición del Señor, ha encontrado gracia delante de Dios, su salvador, porque buscó sinceramente al Señor (Sal 23,5-6). 2. Oración colecta Dios misericordioso, alegría de los santos, que inflamaste el corazón juvenil de santa Teresa de los Andes con el fuego del amor virginal a Cristo y a su Iglesia y la hiciste testigo gozoso de la caridad aun en medio de los sufrimientos; concédenos por su intercesión que inundados por la dulzura de tu Espíritu, proclamemos en el mundo, de palabra y de obra el Evangelio del amor. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Ex 3,1-6.9-12)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más allá del desierto,
hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se dijo: “Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la zarza no se quema”. Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar, lo llamó desde la zarza: “¡Moisés, Moisés¡” Él respondió: “Aquí estoy”. Le dijo Dios: “¡No te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra sagrada”. Y añadió: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Pero el Señor le dijo: “El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los oprimen los egipcios. Ahora, ve a ver al faraón, porque yo te envío para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel”. Moisés le dijo entonces a Dios: “¿Quién soy yo para presentarme
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ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?” El Señor respondió: “Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
que así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
4. Salmo responsorial R El Señor es compasivo y misericordioso. L Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios /R L El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura /R L El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel /R (Sal 102).
7. Oración sobre las ofrendas Señor, te proclamamos admirable al conmemorar a santa Teresa de los Andes en cuyo honor presentamos en tu altar estos dones, y por ellos te rogamos que así como te alegras con sus méritos te complazcas también en el culto que tu pueblo te ofrece. Por Jesucristo, nuestro Señor.
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, Aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R Aleluya (Mt 11,25). 6. Evangelio (Mt 11,25-27)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, por-
8. Antífona de la comunión Prueben y vean qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se acoge a él (Sal 33,9). 9. Oración después de la comunión Señor, que la comunión del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo nos aparte de las cosas caducas, para que a ejemplo de santa Teresa de los Andes, crezcamos a lo largo de la vida en caridad sincera y podamos gozar en el cielo de la visión eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué haces para conocer mejor a Jesús y poder seguirlo fielmente?
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Feria o Memoria de San Francisco Solano, Religioso Color litúrgico: Verde o blanco
He decidido sacarlos de la opresión de Egipto Esta página bíblica es muy importante para descubrir el verdadero rostro de Dios. Aquí nos encontramos a un Dios volcado sobre los seres humanos, amante de la libertad, preocupado de todo aquello que esclaviza a las personas. No puede soportar la opresión que el pueblo sufre en Egipto. La misión que Dios confía a Moisés es heroica. Difícil enfrentarse con el todopoderoso faraón para conseguir sacar al pueblo de la tiranía que sufre. Pero Dios revela su identidad a Moisés y le ofrece todas las garantías para que su misión sea exitosa. Yo “soy el que soy”. . El Dios que guió a Abrahán, a Isaac y a Jacob. El mensaje que Moisés ha de transmitir al pueblo es diáfano y sencillo: “He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto” (Éx 3,17). El Señor, cuanto decide lo hace, en el cielo y en la tierra. Con la autoridad que le confiere la palabra de Dios, Moisés se presentará ante las autoridades de Israel y ante el faraón. La tarea de liberar al pueblo no será fácil. Pero Dios empeña su palabra y su poder ante Moisés: “Yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que realizaré en el país, y los dejarán marchar” (Éx 3,20). La acción de Dios misericordioso, por un lado, la fe y generosidad de Moisés, por otro, conseguirán la liberación completa del pueblo oprimido. Los cansados y agobiados vengan a mí y los aliviaré Un poco antes, Mateo escribe: “Viendo la multitud, Jesús se conmovió, porque estaban maltratados y abatidos” (Mt 9,36). Esta misma multitud sigue presente ante sus ojos. Necesita que alguien tome conciencia de su situación, sienta como suyo su problema y trate de ofrecerle soluciones. A todos los “cansados y agobiados” por el peso inhumano que la sociedad echa sobre sus hombros, Jesús les hace una propuesta: arrojen lejos el fardo de la injusticia que los oprime, y aférrense a la Buena Noticia del reino de Dios que él anuncia. El mensaje de Jesús es palabra de liberación; los signos maravillosos que realiza son agentes de liberación. Frente al yugo que oprime, Jesús ofrece entrega generosa que libera y redime de la fatiga. Los discípulos hemos tomado el relevo. El Jesús “tolerante y humilde”, dispuesto a acabar con todo los yugos de opresión, tiene que hacerse presente en cada uno de nosotros, que nos confesamos sus seguidores. Hoy decimos a “los agobiados y cansados”: Vengan a nosotros, que desde la humildad y
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la tolerancia, les liberaremos del yugo de la injusticia, de la exclusión social, política y económica. El santo de hoy: S. Francisco Solano (1549-1610) Nace en Montilla (España) Al principio ejerció su apostolado en España, atendiendo a enfermos de la peste. En 1590 partió para Argentina. Allí realizó su apostolado entre los indios. También atendió espiritualmente a los colonizadores. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Estos son los hombres santos amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio. 2. Oración colecta Señor que por medio de san Francisco Solano, llevaste a muchos pueblos de América al Seno de la Iglesia; por sus méritos e intercesión, míranos con bondad y atrae hacia ti a los pueblos que aún no te conocen. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Éx 3,13-20)
Lectura del libro del Éxodo En aquel tiempo, Moisés [después de oír la voz del Señor en medio de la zarza] le dijo: “Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les diré: ‘El Dios de sus padres me envía a ustedes’; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?” Dios le contestó a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”; y añadió: “Esto les dirás a los israelitas: ‘Yo-soy me envía a ustedes’. También les dirás: ‘El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre. Con
este nombre me han de recordar de generación en generación. Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, perezeos, jiveos y yebuseos, a una tierra que mana leche y miel’. Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con ellos a ver al faraón y le dirán: ‘El Señor, el Dios de los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios’. Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado. Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda clase de males, y finalmente el faraón los dejará salir”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El Señor nunca olvida sus promesas. L Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
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Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos /R L Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera /R L Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y le pusieran asechanzas a sus siervos /R L Pero envió a su siervo, Moisés, y a Aarón, su elegido, que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en la tierra de Egipto /R (Sal 104). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré, dice el Señor. R Aleluya (Mt 11,28).
6. Evangelio (Mt 11,28-30)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Te pedimos, Dios todopoderoso, que, por esta ofrenda que te presen-
tamos, aumentes en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y, para que podamos conseguir lo que nos prometes, ayúdanos, por la intercesión de san Francisco Solano, amar lo que nos mandas. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo mismo apacentaré mis ovejas, dice el Señor; yo les buscaré un lugar para su descanso (Ez 34,15). 9. Oración después de la comunión En virtud de este misterio, confírmanos Señor, en aquella fe verdadera, por la que san Francisco Solano trabajó incansablemente y entregó todas sus fuerzas, y concédenos profesarla siempre de palabra y de obra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué estás haciendo para liberar de su yugo a cansados y agobiados?
Los Sagrados Corazones de Jesús y María San Juan Eudes
Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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de Julio - Viernes,
San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia, M Color litúrgico: Verde
Este día será para ustedes memorable; harán fiesta Antes de que tuviera lugar la décima plaga: la muerte de los primogénitos, el redactor sacerdotal introduce el rito del cordero pascual, estableciendo la celebración de la fiesta de la Pascua, estrechamente ligada a la liberación de la esclavitud de Egipto. El rito del sacrificio del cordero tenía una larga tradición entre los pastores. Lo realizaban en la víspera de la partida hacia nuevos pastos, para obtener la protección de los dioses. Con el tiempo el rito se fue enriqueciendo. El rito del cordero, sacrificado y comido en familia, será el punto de partida para emprender el largo camino, que conducirá al pueblo de Israel a su plena liberación de la esclavitud. Al mismo tiempo que se instituye la fiesta de la Pascua, se establece la fecha de su celebración y el minucioso ritual que ha de observarse para su celebración. El sentido de marcha liberadora que se imprime a la celebración se pone de manifiesto: en la rapidez con que hay que comer, en el cinturón, en las sandalias y en el bastón. El hecho de la liberación es de tal importancia para el pueblo, que ha de recordarse a través de las generaciones futuras: “Este día será para ustedes memorable, en él celebrarán una fiesta al Señor. Lo harán de generación en generación” (Éx 12,14). Jesús es mayor que el sábado La controversia de Jesús con los fariseos a propósito de la observancia del sábado, clarifica un poco más la significación de Jesús y de su persona. En este caso, los fariseos no buscan el enfrentamiento con Jesús por acciones que él mismo haya realizado. Buscaron el rodeo de los discípulos para enfrentarse con él. Reprochan a los discípulos arrancar espigas en un campo en sábado; actividad que consideraban contraria a la ley. Los fariseos acuden a las Escrituras para acusar a Jesús. Y Jesús también acude a las escrituras. David, en contra de lo establecido en la ley, había comido los panes que sólo los sacerdotes podían comer. Los sacerdotes también interrumpen el reposo del sábado oficiando en el templo. A continuación, Jesús propone su mensaje. En primer lugar: Jesús es más importante que el templo. En segundo lugar: “El Hijo del hombre es Señor del sábado” (Mt 12,8). Pero el mensaje más importante para fariseos y para discípulos es éste: “Misericordia quiero y no sacrificios” (Mt 12,7), evitando condenar a inocentes. Traducido a un lenguaje más actual: “Misericordia quiero y no legalismos represores”.
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15 de Julio - Viernes, San Buenaventura
El santo de hoy: S. Buenaventura (1217-1274) Nace en Bagnoregio (Italia) Fue un gran admirador de san Francisco. Juan de Firenza, que era su nombre entró en la Orden Franciscana en 1243. Estudió filosofía y teología en París, siendo más tarde profesor de la misma universidad. En el capítulo extraordinario de la Orden Franciscana es elegido Ministro General. La vocación franciscana y su labor teológica discurren parejas en su vida. En 1272 es nombrado obispo de Albano; también fue cardenal. Desarrolló una gran actividad dentro de la Orden Franciscana en el campo teológico y en diversos servicios prestados a la Iglesia. Se lo conoce como el “Doctor seráfico”. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Yo elegiré para mi pueblo un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos, dice el Señor (1Sam 2,35).
2. Oración colecta Te suplicamos, Dios nuestro, que quienes estamos reunidos aquí para celebrar la fiesta de san Buenaventura, podamos, por su intercesión y a ejemplo suyo, ir profundizando cada día más en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Éx 11,10—12,14)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios ante el faraón, pero el Señor endureció el corazón del faraón, que no dejó salir de su país a los hijos de Israel. El Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principal del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes tomará cada uno un
cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel, lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas. No comerán el cordero crudo o cocido, sino asado; lo comerán todo, también la cabeza, las patas y las entrañas. No dejarán nada de él para la mañana; lo que sobre lo quemarán. Y comerán así: Con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor. Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogé-
15 de Julio - Viernes, San Buenaventura
nitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto. Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua’”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Cumpliré mis promesas al Señor. L ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor /R L A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava /R L Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo /R (Sal 115). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R Aleluya (Jn 10,27).
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6. Evangelio (Mt 12,1-8)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”. Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes? ¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo. Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos, en la festividad del obispo san Buenaventura y concédenos obtener por ellas, como lo esperamos, el auxilio de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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16 de Julio - Sábado, Nuestra Señora del Carmen
8. Antífona de la comunión Yo vine al mundo para que tengan vida y la tengan en abundancia, dice el Señor (Jn 10,10).
con piedad en memoria de san Buenaventura, nos obtenga plenamente tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9. Oración después de la comunión Alimentados con el sacramento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, te pedimos, Dios y Padre nuestro, que el memorial que hemos celebrado
Dios te ha hablad, y tiene para ti una pregunta: ¿Es la misericordia y no el legalismo lo que nos mueve a actuar?
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de Julio - Sábado,
Nuestra Señora del Carmen, F Color litúrgico: Blanco
Noche de Vigilia Las diversas pruebas a las que Dios somete a los egipcios, conocidas con el nombre de “plagas”, concluye con una decisión del faraón: “Salgan inmediatamente de en medio de mi pueblo” (Éx 12,31). El faraón termina por expulsar a los israelitas, proporcionándoles lo necesario para emprender el camino. Según la narración del Éxodo, la salida de los hijos de Israel de Egipto aconteció durante la noche. Fue la noche de la “gran vela”. Veló el Señor aquella noche y velaron los integrantes del pueblo. Esta noche será considerada por los israelitas “noche de vela por todas las generaciones”. (Éx 12,42). Al referirse al momento de la partida del pueblo, el relator sacerdotal menciona el rito de los panes ázimos. La salida de Egipto había sido precipitada. Los israelitas no dispusieron de tiempo para detenerse a hacer pan con levadura, y tuvieron que comerlo sin ella. Este rito fue incorporado a la memoria de la Pascua. Éste es mi siervo, el elegido, mi preferido La curación del paralítico en la sinagoga provocó una reunión de los fariseos. En el evangelio de Mateo esta reunión marca el comienzo de las deliberaciones destinadas a acabar con Jesús. La imagen del “siervo de Yahvé”, destinado a ser sacrificado de forma violenta, viene a la mente del evangelista. Los cánticos del siervo han sido ampliamente utilizados por los escritores del nuevo testamento, para presentar la figura de Jesús y su misión. La cita está tomada del primero de los cánticos del “siervo de Yahvé”, que aparecen en el llamado “Segundo Isaías”. El profeta presenta en primer lugar
16 de Julio - Sábado, Nuestra Señora del Carmen
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al siervo: es el elegido y el preferido de Dios. Para cumplir su misión, Dios pondrá el don de su Espíritu sobre él. La misión específica del siervo será anunciar la Buena Noticia de la justicia a las naciones. En su estrategia anunciadora no se valdrá de ningún medio o símbolo de poder político o económico. Procederá con toda humildad y sencillez: “No voceará por las calles; no quebrará la caña débil, no apagará la mecha vacilante” (Mt 12,19-20). No es éste un signo de debilidad, sino de fortaleza. La fortaleza le viene del Señor. Esta misma ha de ser la estrategia de todo discípulo de Jesús, que se entrega a hacer reinar la justicia. Actuará con gran fortaleza, pero sin arrogancia ni violencia. La fiesta de hoy: Nuestra Señora del Carmen Los orígenes de esta fiesta están ligados a la Orden de los Carmelitas. A finales del siglo XII, un grupo de cruzados iniciaron la fundación de la Orden del Carmen en las laderas del Monte Carmelo en Palestina. Colocaron la Orden bajo el patrocinio de la Virgen María. La advocación del “Carmelo” se relaciona con el lugar donde nació la Orden. Un signo que ha acompañado esta advocación de María ha sido el escapulario, que se ha hecho muy popular. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos (Sedulio). 2. Oración colecta Padre todopoderoso, te suplicamos que la santísima Virgen María nos proteja siempre con su maternal intercesión y nos ayude a conocer y a amar a tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. 3. 1ª Lectura (Éx 12,37-42)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukot; eran unos seiscientos mil hombres, sin contar a los niños. Salió también
con ellos una enorme y abigarrada muchedumbre con grandes rebaños de ovejas, vacas y otros animales. De la masa que habían sacado de Egipto cocieron piezas de pan ázimo, no fermentado; pues los egipcios, al arrojarlos del país, no les dieron tiempo de dejar fermentar la masa, ni de tomar provisiones para el camino. Los hijos de Israel estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos del Señor. Esa noche veló el Señor, para sacarlos de Egipto. Por eso, esta noche será noche de vela en honor del Señor para todos los hijos de Israel, de generación en generación. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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16 de Julio - Sábado, Nuestra Señora del Carmen
4. Salmo responsorial R Demos gracias al Señor, porque él es bueno. L Demos gracias al Señor, porque él es bueno; él se acordó de nosotros en nuestra humillación y nos libró de nuestros enemigos /R L Demos gracias al que hirió a los primogénitos egipcios y sacó a Israel de aquel país con mano poderosa, con brazo extendido /R L Demos gracias al que en dos partió el mar Rojo, condujo a Israel entre las aguas y arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército /R (Sal 135). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación. R Aleluya (2Co 5,19). 6. Evangelio (Mt 12,14-21)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías: Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga
triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Te ofrecemos, Señor, estos dones sagrados al celebrar el patrocinio de la Virgen María Madre del Carmelo, que ellos nos hagan crecer, imitando su amor en tu servicio, y nos unan íntimamente al misterio redentor. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre (Lc 11,27).
9. Oración después de la comunión Te pedimos, Señor, nos fortalezca el don inefable de tu amor, que hemos recibido en el Sacramento del Cuerpo, Sangre de Cristo y nos haga, al servicio de la Virgen María, fieles imitadores de sus virtudes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué estilo has elegido para actuar en la vida?
Novena en honor a la Virgen del Carmen M. Sánchez Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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de Julio - Domingo
XVI del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 4ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde - Día del niño
LA BUENA SEMILLA ES LA GENTE DEL REINO Tú, Señor, gobiernas con mucha indulgencia Dios, que manifestó su poder creando todas las cosas con su Palabra, y formó al ser humano con sabiduría, en todo momento se manifestó misericordioso. “Gobierna al mundo con justicia y santidad y administra justicia rectamente” (Sab 9,2-3). El autor de la Sabiduría señala con claridad, cómo armoniza Dios de forma admirable el poder con la misericordia. Por un lado, despliega su fuerza ante quien no cree en su poder. Por otra parte, juzga con moderación y gobierna el mundo con mucha indulgencia. El Éxodo presenta a un Dios que se distingue por ser “compasivo, clemente, paciente, rico en bondad y en lealtad” (Éx 34,6). “No está siempre litigando, ni guarda rencor perpetuo” (Sal 103,9). Actuar con misericordia, y manifestar una gran paciencia dando la oportunidad para cambiar, es la manera habitual de actuar de Dios. … “y toda la masa acabó por Dios nos revela que, precisamente la fermentar” (Mt 13,33) misericordia es uno de los signos de su fortaleza. Dios es, sin duda, el más fuerte. Esta fortaleza la manifiesta en la forma cómo administra la misericordia. Uno de los ejercicios de misericordia es saber esperar, sin dejarnos desquiciar por la impaciencia. De Dios y de los sabios aprendamos a ser pacientes. El Señor pondrá las cosas en su sitio a su tiempo. El reino de Dios es como semilla buena en un campo La segunda parábola en el discurso parabólico de Mateo es la llamada “parábola de la cizaña”. En realidad, hay que hablar del sembrador de buena
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17 de Julio - Domingo XVI del Tiempo Ordinario /A
semilla, y del sembrador de cizaña, que es una mala semilla. Existe la tendencia a fijarse en la parte negativa de la parábola. Esta es una visión equivocada. En primer lugar, aparece el sembrador que trabaja con honestidad y siembra buena semilla en el campo. Realizada la labor de la siembra, el sembrador espera pacientemente a que crezca y madure, para poder recogerla y guardarla en su granero. Lo primero que tenemos que valorar es el trabajo realizado por el sembrador y sus jornaleros. Se sienten felices de la labor realizada. Todo trabajador en los campos del Señor, ha de realizar la labor que tiene encomendada con generosidad y responsabilidad. También en cualquier otro campo. El objetivo ha de ser la labor bien hecha. Al lado del buen sembrador aparece un desconocido, que siembra la mala semilla de la cizaña. Realiza una acción indigna, y desaparece sin dejar rastro. Él también ha hecho su faena. Estos dos tipos de sembradores existen en los campos del Señor y en el mundo. Dejen que crezcan juntas hasta la cosecha Como buenos agricultores, los obreros percibieron enseguida que brotaba una mala hierba en medio del trigo, y la identificaron. Se trataba de la cizaña. El autor de esta maldad no podía ser más que un enemigo. Los obreros reaccionan de forma precipitada. Piden enseguida autorización al dueño de la hacienda, para arrancar inmediatamente la mala hierba. La intención era excelente; la estrategia estaba equivocada. Corrían el riesgo de arrancar el trigo junto con la cizaña. El dueño de la hacienda propone otra estrategia. Dejar crecer juntos el trigo y la cizaña. En el tiempo de la siega se decidirá la suerte de cada cosa. Primero se cosechará la cizaña. Su destino: el fuego. Después el trigo. Destino: los graneros. La radicalidad de los obreros no se corresponde con la forma de actuar de Dios. Él actúa siempre con misericordia. No busca la destrucción de nadie. Tampoco del enemigo o del malvado. Su paciencia es infinita. No duda en dejar todo el tiempo que sea necesario al malvado que sembró la cizaña, para que se arrepienta y se convierta. Tenemos que ir acostumbrándonos a las maneras de actuar de Dios, que es más sabio que nosotros. En la explicación de la parábola que hace Jesús a los discípulos, aparece quién es quién en la parábola y el desenlace final. Al final de los tiempos se realizará la separación definitiva: Los autores de escándalos y los que no cumplieron la ley, serán arrojados al fuego. Los justos, “brillarán como el sol en el reino de su Padre” (Mt 13,43). El reino de Dios es como la mostaza y la levadura Mateo ofrece dos parábolas más. Ambas tienen en común: su tamaño, casi insignificante; y la fuerza transformadora. En el primer caso, de una semilla de apenas un milímetro de diámetro, surge un arbusto de unos tres metros de alto. La gente no podía imaginarse, que aquello que veía todos los días en su huerto, le serviría para comprender la forma cómo actúa el reino de Dios. Con el símil de la levadura, Mateo nos traslada al arte culinario. Más que en la pequeñez, Jesús se fija en la labor callada y oculta que realiza la levadura, haciendo fermentar toda la masa. Su acción no se percibe con los ojos.
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Algunos autores han dado un sentido cristológico a esta parábola, considerando a Jesús como el fermento que está transformando de forma silenciosa al mundo. De todos modos, el reino de Dios ha de transformar a cada uno de los discípulos, para que se conviertan en levadura de la sociedad presente y futura. Una levadura corrompida, no puede hacer fermentar la masa con la fuerza que dimana de la Buena Noticia de Jesús. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno (Sal 53,6.8).
2. Oración colecta Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Sab 12,13.16-19)
Lectura del libro de la Sabiduría No hay más Dios que tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No hay nadie a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus sentencias. Tu poder es el fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de todos, eres misericordioso con todos. Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y castigas a quienes, conociéndolo, te desafían. Siendo tú el dueño de la fuerza, juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque tienes el poder y lo usas cuando quieres. Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo debe ser huma-
no, y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al pecador le das tiempo para que se arrepienta. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Tú, Señor, eres bueno y clemente. L Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta /R L Señor, todos los pueblos vendrán para adorarte y darte gloria, pues sólo tú eres Dios, y tus obras, Señor, son portentosas /R L Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora /R (Sal 85). 5. 2ª Lectura (Rom 8,26-27)
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu
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quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R Aleluya (Mt 11,25). 7. Evangelio (Mt 13,24-43)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: “El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña. Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’ El amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’ Pero él les contestó: ‘No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña
y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero’”. Luego les propuso esta otra parábola: “El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas”. Les dijo también otra parábola: “El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar”. Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo”. Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre
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enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Los discípulos de Jesús vivimos en un ambiente, donde crecen con frecuencia las semillas del mal. Oremos, para que podamos ser fermento del reino de Dios. A Haznos, Señor, fermento de amor y de justicia. L Jesús siembra cada día en nuestros corazones la semilla de la Buena Noticia. Para que llegue a todos los niños del mundo y renueve nuestra sociedad: Roguemos al Señor. A Haznos, Señor, fermento de amor y de justicia. L Muchos siembran el mal: el odio, la injusticia, la violencia, sirviéndose de los medios de comunicación. Para que los cristianos demos a conocer por este medio el reino de Dios: Roguemos al Señor. A Haznos, Señor, fermento de amor y de justicia. L Dios nos colocó en el mundo, como pequeñas semillas de su reino. Para que llevemos a todas las instituciones y a los centros de negocios y políticos, la honestidad y la solidaridad: Roguemos al Señor. A Haznos, Señor, fermento de amor y de justicia. S Concédenos, Señor, hacer crecer en nuestros hogares, en las institu-
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ciones públicas y privadas, el árbol del bienestar para todos, y el fermento de la honradez. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel; para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo (Ap 3,20). 11. Oración después de la comunión Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Eres buena semilla del Reino de Dios?
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de Julio - Lunes,
Feria, XVI Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
Manténganse firmes; verán la victoria que Dios les concederá Los egipcios cambiaron de parecer y decidieron salir en persecución de los israelitas con un ejército poderoso. Al avistar el ejército egipcio, los israelitas se llenaron de miedo. Vamos a asistir a la primera queja del pueblo contra Dios por haberlos sacado de Egipto. No acababan de comprender el valor de la libertad que Dios les había otorgado y empiezan a presentir el peligro de perecer en el desierto. Preferían seguir viviendo bajo el yugo de la esclavitud en Egipto, que correr los riesgos que supone la libertad. Por primera vez, Moisés tiene que intervenir para restablecer la calma. Tendrá que hacerlo muchas más veces durante el largo camino por el desierto hasta conseguir la libertad plena. Moisés invita al pueblo a recuperar la fe en Dios, que lleno de amor y misericordia, había decidido poner fin a su esclavitud: “Manténganse firmes y verán la victoria que el Señor les va a conceder” (Éx 14,13). Conseguir la libertad no es tarea fácil. Hay que atravesar un duro desierto lleno de obstáculos, para poder celebrar la fiesta de la liberación. Dios que sacó al pueblo de Egipto, le ayuda ahora a superar el primer obstáculo. La intervención de Dios se hace visible en el bastón de Moisés. Al extender su mano sobre el mar se abrirá en dos para dar paso a los israelitas. No se les concederá más señal que la de Jonás En varias ocasiones, a Jesús se le reclaman milagros espectaculares, como signo de que es el Mesías, el enviado de Dios. Hoy son los maestros de la ley y los fariseos quienes le exigen milagros, para dar credibilidad a lo que dice y autenticidad a lo que hace. Jesús no entra en el juego, pero aprovecha la oportunidad para formular una denuncia. Los que exigen milagros, pertenecen a una generación “malvada y adúltera”. Esta vez Jesús responde a la petición y presenta un signo. Lo toma de la Escritura: el signo de Jonás. En realidad, Jesús se está refiriendo al signo más extraordinario que nos ofrece el nuevo testamento: su resurrección. El vientre del pez se convierte en signo del sepulcro en el que permanecerá Jesús durante tres días después de morir. Su salida gloriosa del sepulcro representa su victoria sobre la muerte. Pero Jesús hace referencia a otros dos hechos bíblicos: la conversión de los ninivitas y la visita de la reina del sur a Salomón. Ellos se presentarán como acusadores de la generación “adúltera y perversa” en el día del juicio, por
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no haberse convertido escuchando el llamado de Jesús a la conversión. Cualquier generación, también la nuestra, puede ser la generación “perversa y adúltera” que no quiere convertirse. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno (Sal 53,6.8).
2. Oración colecta Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Éx 14,5-18)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, cuando le avisaron al faraón que los israelitas habían escapado, el faraón y sus servidores cambiaron de parecer con respecto al pueblo de Israel y exclamaron: “¿Qué hemos hecho? Hemos dejado escapar a nuestros esclavos israelitas”. Entonces el faraón mandó enganchar su carro y llevó consigo sus tropas: seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, cada uno con sus respectivos guerreros. El Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, para que persiguiera a los hijos de Israel, mientras éstos se alejaban jubilosos. Los egipcios los persiguieron con todo un ejército de caballos, carros y guerreros, y les dieron alcance,
mientras acampaban junto al mar, cerca de Pi-ha-Jirot, frente a BaalSefón. Al acercarse el faraón, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y viendo que los egipcios los perseguían, tuvieron miedo, clamaron al Señor y le dijeron a Moisés: “¿Acaso no había sepulturas en Egipto, para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿No te dijimos claramente allá: ‘Déjanos en paz; queremos servir a los egipcios’? Pues más vale servir a los egipcios que morir en el desierto”. Moisés le contestó al pueblo: “No teman; permanezcan firmes y verán la victoria que el Señor les va a conceder hoy. Los egipcios que ven ahora, no los volverán a ver nunca. El Señor peleará por ustedes, y ustedes no tendrán que preocuparse por nada”. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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18 de Julio - Lunes, Feria, XVI Semana del Tiempo Ordinario
4. Salmo responsorial R Alabemos al Señor por su victoria. L Cantemos al Señor, sublime es su victoria; caballos y jinetes arrojó en el mar. Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación; él es mi Dios, y yo lo alabaré, es el Dios de mis padres, y yo le cantaré /R L El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes /R L Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor, tu diestra brilla por su fuerza, tu diestra, Señor, tritura al enemigo /R Sal (Éx 15). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R Aleluya (Sal 94,8). 6. Evangelio (Mt 12,38-42)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: “Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa” Él les respondió: “Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará, será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.
Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás. La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel; para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo (Ap 3,20). 9. Oración después de la comunión Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo respondes al llamado de Jesús a convertirte?
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de Julio - Martes,
Feria, XVI Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
Los israelitas vieron la mano magnífica de Dios Estamos ante una de las actuaciones más importantes que Dios ha realizado a favor del pueblo de Israel: la liberación de la esclavitud de Egipto con todas sus consecuencias. Este acontecimiento no se ha borrado de la memoria del pueblo. El llamado “paso del Mar Rojo”, es uno de los acontecimientos significativos de esta historia. No podemos incurrir en el error de pensar que estamos ante la narración de un cronista de sucesos espectaculares o de un informador de eventos bélicos. Los sabios de Israel que elaboraron esta narración, al revivir la liberación del poder faraónico, lo hacen con elementos e imágenes espectaculares. El pueblo tiene que tener muy claro: Dios es el gran protagonista de toda esta historia de liberación. Dios actúa por medio de Moisés. Él es quien alza el bastón y extiende la mano sobre el mar, que se abre en dos. Este signo espectacular nos indica el poder de Dios que se manifiesta a favor de su pueblo. El espacio abierto en el mar, se convirtió en camino expedito para los israelitas, y en tumba fatal para los egipcios que quedan sepultados en las aguas. Cualquiera que cumpla la voluntad del Padre es mi hermano La palabra “hermano” en el mundo bíblico tiene un sentido amplio. Puede designar a personas unidas por tener los mismos padres; a parientes próximos como tíos, sobrinos y tíos; a personas de la misma raza o comunidad. Además de la familia basada en lazos de sangre, parentesco o cultura, en torno a Jesús surge una familia nueva, fundada sobre los lazos de la fe. Quien recibe con fe y se adhiere generosamente a la Buena Noticia que Jesús anuncia, entra a formar parte de esta familia nueva. A estas personas Jesús las llama: mi madre y mis hermanos. De este modo expresa la profunda unión que se establece entre él y sus discípulos. María, la mujer de la que nació Jesús, forma parte de su familia, como madre y como discípula. Los autores de los evangelios señalan la disponibilidad de María a cumplir en todo la voluntad del Padre. En el relato de la anunciación, la respuesta de María al mensajero de Dios no deja lugar a dudas: “Yo soy la sierva del Señor: que se cumpla en mí tu palabra” (Lc 1,38). María forma parte de la gran familia que es la Iglesia de Dios. Como indica el Vaticano II, es “tipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo” (LG 63).
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19 de Julio - Martes, Feria, XVI Semana del Tiempo Ordinario
1. Antífona de entrada Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno (Sal 53,6.8).
2. Oración colecta Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Éx 14,21—15,1)
Lectura del libro de Éxodo En aquellos días, Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y toda la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar. Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto”. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas volvieron a su sitio, de suerte que al huir los egipcios se encontraron con ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Alabemos al Señor por su victoria. L Al soplo de tu ira las aguas se agolparon, el oleaje se irguió como un gran dique y el mar quedó cuajado /R L El enemigo dijo: “Iré tras ellos a alcanzarlos, repartiré el botín, saciaré mi codicia, empuñaré la espada, los matará mi mano” /R L Pero sopló tu aliento y el mar cayó sobre ellos; en las temibles aguas como plomo se hundieron. Extendiste tu diestra y se los tragó la tierra /R L Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia, en el lugar que convertiste
19 de Julio - Martes, Feria, XVI Semana del Tiempo Ordinario
en tu morada, en el santuario que construyeron tus manos /R Sal (Éx 15).
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R Aleluya (Jn 14,23).
6. Evangelio (Mt 12,46-50)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: “Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”. Pero él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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7. Oración sobre las ofrendas Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel; para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo (Ap 3,20). 9. Oración después de la comunión Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo vives tu relación con tus hermanos en la fe dentro de la Iglesia?
Santos para hoy
San Benito, Abad V. Friessenegger - E. Obediente Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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de Julio - Miércoles,
Feria o Memoria de San Apolinar, Obispo y Mártir Color litúrgico: Verde o rojo
Éste es el pan que Dios les ha preparado Superado el momento en que el pueblo corrió el riesgo de perder la libertad conquistada, se abre una larga etapa de peregrinación por el desierto, hasta alcanzar la meta de la tierra prometida. Durante esta larga marcha, asistimos a una suerte de forcejeo entre Dios y el pueblo; entre la fidelidad de Dios, por una parte; y las rebeldías del pueblo, por otra. La primera gran rebeldía del pueblo contra Dios y contra Moisés, se produce por falta de agua. Ahora, el motivo es la falta de alimentos. El pueblo llega a añorar los alimentos de la esclavitud: “La olla de carne y el pan hasta hartarse” (Éx 16,3). A pesar de su rebeldía, Dios pone remedio a la carencia de alimentos. Por boca de Moisés, Dios hace saber al pueblo: “Al atardecer comerán carne, por la mañana comerán pan hasta quedar satisfechos” (Éx 16,12). Este último alimento recibirá el nombre de “maná”. Es un signo de que Yahvé es “su Señor y su Dios”. La narración del Éxodo refleja los avatares de un pueblo sometido constantemente a prueba, debido a la dura realidad del desierto con todas sus limitaciones. Se convierte así, en símbolo de otros tipos de experiencias humanas y religiosas. La semilla caída en buena tierra produjo ciento por uno Empezamos la lectura en el evangelio de Mateo, del llamado “discurso en parábolas”. El evangelista ha agrupado en este lugar una serie de ellas. En total ocho. La parábola es un género evangélico destinado a proclamar el reino de Dios. El texto de Mateo consta de tres partes: la propuesta de la parábola, explicación de porqué Jesús habla en parábolas, explicación del sentido de la parábola. Hemos leído la primera parte. En ella contamos con el sembrador, con la semilla, con terrenos desiguales, con el rendimiento de la semilla de acuerdo con la calidad de los terrenos. La parábola no se narra desde la perspectiva del sembrador. Se hace desde la consideración del Campo y de la semilla. Se nos dice que la semilla es “la palabra del reino” (Mt 13,19). Necesariamente ha de ser buena. Por último sólo quedan los terrenos. Es aquí donde se plantea la cuestión de la producción. Jesús deja claro, que el reino de Dios ha comenzado ya. Está cayendo sobre el mundo como una semilla destinada a producir buenos frutos y abundantes.
20 de Julio - Miércoles, Feria o Memoria de San Apolinar
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Los ambientes y las personas donde cae son muy variados; condicionan el éxito esperado. El santo de hoy: S. Apolinar (+ 87) Cuando san Pedro, el príncipe de los apóstoles, trasladó su Silla de Antioquía a Roma, llevó consigo a Apolinar, al que consagró obispo. Lo envió a la ciudad de Rávena para que predicase el Evangelio. Por su medio hizo el Señor varios milagros. Con ellos y con su predicación convirtió un gran número de personas a la fe de Jesucristo. Saturnio, gobernador de la ciudad lo llevó a la presencia de los sacerdotes paganos. Alborotaron al pueblo, lo maltrataron. Fue trasladado a Misia, donde murió martirizado. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones. 2. Oración colecta Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al frente de tu pueblo al Obispo san Apolinar para que lo guiara con su enseñanza y con su ejemplo, protege por su intercesión, a los pastores de tu Iglesia y a la comunidad cristiana y condúcelos por el camino de la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Éx 16,1-5.9.15)
Lectura del libro del Éxodo El día quince del segundo mes, después de salir de Egipto, toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí. Toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: “Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne
y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud”. Entonces dijo el Señor a Moisés: “Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar si guarda mi ley o no. El día sexto recogerán el doble de lo que suelen recoger cada día y guardarán una parte para el día siguiente”. Moisés le dijo a Aarón: “Di a la comunidad de los israelitas: ‘Vengan ante la presencia del Señor, porque él ha escuchado las quejas de ustedes’”. Mientras Aarón hablaba a toda la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor, que aparecía en una nube. El Señor le dijo a Moisés: “He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles de parte mía: ‘Por la tarde comerán carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios’”. Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento. A la mañana siguiente había en
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20 de Julio - Miércoles, Feria o Memoria de San Apolinar
torno a él una capa de rocío que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros: “¿Qué es esto?”, pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: “Este es el pan que el Señor les da por alimento”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R El Señor les dio pan del cielo. L Quisieron poner a prueba a Dios pidiéndole comida a su capricho y murmuraban contra él diciendo: ¿Podrá Dios prepararnos un banquete en el desierto? /R L Entonces el Señor mandó a las nubes que abrieran las compuertas de los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió como alimento. Así el hombre comió pan de ángeles. Dios les dio de comer en abundancia /R L Hizo soplar desde el cielo el viento Este y dirigió con su fuerza el viento Sur. Hizo llover carne como una polvareda y que llovieran aves como arena del mar. Dios las hizo caer en medio del campamento, en torno a sus tiendas de campaña /R (Sal 77).
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo: todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R Aleluya.
6. Evangelio (Mt 13,1-9)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas, en parábolas y les dijo: “Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra: ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno: otros, sesenta: y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Te presentamos, Señor, estas ofrendas en honor de tus santos, seguros de que su protección nos librará de todos los males presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Buen Pastor da la vida por sus ovejas (Jn 10,11).
21 de Julio - Jueves, Memoria de San Lorenzo de Brindis
9. Oración después de la comunión Señor y Dios nuestro, que la recepción de este sacramento avive en nosotros el mismo amor que impulsó a san Apolinar a entregarse por completo al servicio de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué fruto produce en ti la Palabra de Dios?
21 de Julio - Jueves,
Feria o Memoria de San Lorenzo de Brindis, Prebístero y Doctor de la Iglesia Color litúrgico: Verde o blanco
Moisés sacó al pueblo para recibir a Dios En el largo recorrido del pueblo por el desierto, la llegada al Sinaí marca una de las etapas más importantes. Aquí sitúa el Éxodo el gran encuentro de Dios con Moisés y con el pueblo. Aquí tendrá lugar la alianza de Dios con el pueblo, que lo convertirá en pueblo escogido. En adelante los israelitas tendrán conciencia de ser “pueblo de Dios”. La alianza se establece sobre la base de los pactos que reinaban entonces, entre el soberano y los vasallos. Dios, como soberano, es quien ofrece al pueblo el don extraordinario de gozar de una situación de privilegio entre los demás pueblos. Ésta es la propuesta que hace Dios al pueblo por medio de Moisés. La escenografía creada revela la importancia del momento: truenos, relámpagos, nube espesa, humo, fuego, revelan la importancia y la transcendencia de la alianza que Dios va a realizar con Israel. Todo el ambiente presenta la apariencia de una gran liturgia. Moisés saca al pueblo del campamento, para recibir la gran manifestación de Dios. Y Dios “bajó a la cumbre del monte Sinaí” (Éx 19,20). El comienzo del diálogo de Dios con Moisés abre el pórtico que conduce a la alianza. Dichosos ustedes por lo que ven y por lo que oyen Al responder a la petición de los discípulos, que le ruegan les explique la parábola, Jesús señala dos grupos de personas. A unos los proclama bienaventurados. En este grupo están los discípulos. A ellos se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos” (Mt 13,11). Los discípulos han tenido la dicha de poder oír a Jesús y la Buena Noticia que anuncia; ser testigos de las obras maravillosas que realiza. Los profetas y los justos que les han precedido, han deseado escuchar y contemplar esto mismo, y no han podido.
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21 de Julio - Jueves, Memoria de San Lorenzo de Brindis
Existe también otro sector que no acepta el reino de Dios. Éstos han visto las mismas cosas, y no han comprendido; y han escuchado el mismo mensaje, y no han creído en él. A ellos les aplica las palabras del profeta Isaías: “Se han vuelto duros de oído y se han tapado los ojos” (Is 6,10). Han endurecido el corazón, y no es posible que se conviertan. Veamos cada uno de nosotros en qué grupo nos hemos alistado. Si somos de los que escuchan, contemplan y siguen a Jesús, seremos bienaventurados. Si somos de los duros de corazón, tenemos que abrir los ojos y despejar los oídos, para escuchar la palabra de Jesús y convertirnos. El santo de hoy: S. Lorenzo de Brindis (1559-1619) Nace en Brindis (Italia) Su nombre era Julio César Russo. Entró en la Orden de los Capuchinos en Verona. Tenía fama de buen predicador, primero en Verona y más tarde en Roma. Se distinguió por su asombrosa memoria y por la facilidad de aprender idiomas. Fue superior general de la Orden Capuchina. A los 60 años murió en Lisboa cuando se dirigía a Madrid. Se lo conoce como “Doctor apostólico”. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada El Señor lo ha llenado del espíritu de sabiduría e inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo ha revestido de gloria (Sir 15,5). 2. Oración colecta Señor, Dios nuestro, que concediste a san Lorenzo de Brindis el espíritu de prudencia y de fortaleza para gloria de tu nombre y salvación de tus hijos, concédenos ese mismo espíritu para conocer nuestra misión en esta vida y la fuerza necesaria para llevarla a cabo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Éx 19,1-2.9-11.16-20)
Lectura del libro del Éxodo Aquel día, a los tres meses de haber salido de Egipto, los israelitas, que habían partido de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente al monte. Entonces el Señor
le dijo a Moisés: “Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo y tenga siempre fe en ti”. Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo le había dicho. Y el Señor le dijo: “Vuelve a donde está el pueblo y ordénales que se purifiquen hoy y mañana; que laven su ropa y estén preparados para pasado mañana, pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo”. Al rayar el alba del tercer día, hubo truenos y relámpagos; una densa nube cubrió el monte y se escuchó un fragoroso resonar de trompetas. Esto hizo temblar al pueblo, que estaba en el campamento. Moisés hizo salir al pueblo para ir al encuentro de Dios; pero la gente se detuvo al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en medio del fuego. Salía humo como de un horno y todo el monte retemblaba con violencia.
21 de Julio - Jueves, Memoria de San Lorenzo de Brindis
El sonido de las trompetas se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba y Dios le respondía con truenos. El Señor bajó a la cumbre del monte y le dijo a Moisés que subiera. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Bendito seas, Señor, santo y glorioso. L Bendito seas, Dios de nuestros padres, Bendito sea tu nombre santo y glorioso /R L Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino /R L Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo /R Sal (Dn 3). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R Aleluya (Mt 11,25). 6. Evangelio (Mt 13,10-17)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?” Él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene
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poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden. En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve. Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que te sea grato, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte en la fiesta de san Lorenzo de Brindisi, cuyas enseñanzas y ejemplo nos mueven a alabarte con todo nuestro ser. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión Éste es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo (Lc 12, 42). 9. Oración después de la comunión A quienes nos has alimentado con el Cuerpo de Cristo, ilumínanos, Señor, con sus enseñanzas, para que en la festividad de san Lorenzo de
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22 de Julio - Viernes, Santa María Magdalena
Brindisi, aprendamos tu verdad e imitemos tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Abre los oídos y el corazón a la Palabra de Dios, para tu conversión?
22 de Julio - Viernes,
Santa María Magdalena, M Color litúrgico: Blanco
Buscaré al amor de mi alma Este bello libro lleva por título “Cantar de los cantares”. Esta repetición nos revela que estamos ante el “supremo cantar”. Es supremo, porque canta lo más bello que existe, que es el amor. Se trata de dos enamorados que se buscan, superando todas las dificultades que se cruzan en el camino. No se nombra a Dios, pero donde se encuentra un amor generoso, limpio, entregado, ahí está Dios. No hace falta despojar estos bellos poemas compuestos para una boda, de nada de su fuerza, belleza y ternura humana, para leerlos como Palabra de Dios. ¿Qué mejor lenguaje para expresar el amor que Dios nos tiene, que el amor de dos enamorados? Y a la inversa, ¿qué mejor lenguaje que el de los enamorados para decir a Dios nuestro amor? El cántico que hemos leído, expresa de forma maravillosa la ansiedad y la búsqueda afanosa de la persona enamorada. No repara en obstáculos. Lo que busca es “al amor de mi alma” (Cant 3,2). Cuando lo encuentra, la felicidad llega a su máxima expresión. Para muchos cristianos y cristianas, estos cánticos les han servido de verdaderos itinerarios místicos, para vivir y expresar su comunión profunda con Dios. Dile a mis hermanos: Subo a mi Padre y Padre de ustedes La mejor forma de ubicarnos ante el relato del encuentro de María Magdalena con Jesús resucitado, es la lectura del poema del Cantar de los cantares que acabamos de hacer. El enamoramiento, la búsqueda inquieta y perseverante del personaje del Cantar de los cantares, la vemos encarnada en esta mujer de Magdala, de nombre María. Todos se han ido. Hasta los amigos de Jesús. Ella se queda llorando unas lágrimas, que son a la vez signo de tristeza y de amor. Para el primero que se le presenta sólo tiene una petición: “Dime donde lo has puesto y yo iré a buscarlo” (Jn 20,15). Jesús resucitado se manifestó a María Magdalena, porque buscó. El impulsor de la búsqueda fue el amor. Aquí se cumplió la palabra de Jesús: “El que busca encuentra” (Mt 7,7). Sobre todo si es el amor el alma de la búsqueda. Jesús
22 de Julio - Viernes, Santa María Magdalena
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resucitado sigue manifestándose también hoy a quien lo busca con amor. El relato de la Magdalena nos revela otro dato importante: el encuentro en profundidad con Jesús resucitado se convierte en misión. Jesús realiza un nuevo envío: “Ve a anunciar a mis hermanos: Subo a mi Padre y Padre de ustedes” (Jn 20,17). Sin perder tiempo, María se fue a toda prisa a anunciar la noticia. La santa de hoy: Sta. María Magdalena (s. I) Es oriunda de Magdala (Galilea), de donde procede el nombre de “Magdalena”. La primera noticia que poseemos de esta mujer nos la ofrecen los evangelios. Nos informan de que Jesús la liberó de siete demonios. Desde entonces acompañó a Jesús y lo sirvió con generosidad. Su fidelidad a Jesús la llevó a permanecer a su lado al pie de la cruz, participando en su sepultura. Su amor perseverante le mereció la dicha de ser la primera persona que se encontró con él resucitado. Ella fue también la primera en anunciar la Buena Noticia de la resurrección de Jesús a los discípulos. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Jesús dijo a María Magdalena: Ve y diles a mis hermanos: Subo a mi Padre y al Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes (Jn 20,17). 2. Oración colecta Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Hijo Unigénito el encargo de anunciar el gozo de la resurrección concédenos, que siguiendo su ejemplo, demos a conocer a todos que Cristo vive y está esperando en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Cant 3,1-4)
Lectura del libro del Cantar de los Cantares Esto dice la esposa: “En mi lecho, por las noches, a mi amado yo buscaba. Lo busqué, pero fue en vano. Me levantaré. Por las plazas y barrios
de la ciudad buscaré al amor de mi alma. Lo busqué, pero fue en vano. Y me encontraron los guardias de la ciudad, y les dije: ‘¿Qué no vieron a aquel que ama mi alma?’ Y apenas se fueron, encontré al amor de mi alma”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Señor, mi alma tiene sed de ti. L Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua /R L Para admirar tu gloria y tu poder, anhelo contemplarte en el santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios /R L Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con júbilo en los labios /R
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22 de Julio - Viernes, Santa María Magdalena
L Fuiste mi auxilio y a tu sombra, canté lleno de gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo /R (Sal 62). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. ¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada R Aleluya. 6. Evangelio
(Jn 20,1-2.11-18)
Lectura del santo Evangelio según san Juan A Gloria a ti, Señor El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto». María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: “¿Por qué estás llorando, mujer?” Ella les contestó: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto”. Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: «Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?» Ella, creyendo que era el
jardinero, le respondió: «Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto». Jesús le dijo: «¡María!» Ella se volvió y exclamó: “¡Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo: «Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’”. María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, los dones que te presentamos y acéptalos con el mismo agrado con que tu Hijo Jesucristo aceptó el homenaje de amor de María Magdalena. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El amor de Cristo nos compromete a vivir, no para nosotros mismos, sino para él, que murió y resucitó por nosotros (2Co 5,14-15). 9. Oración después de la comunión Que el sacramento que hemos recibido encienda, Señor, en nosotros aquel mismo amor ardiente y fiel de santa María Magdalena a Cristo, su maestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Dios te ha habado, y tiene una pregunta para ti: No anunciar a Jesús, ¿no es signo de que no te encontraste con él?
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de Julio - Sábado,
Feria o Memoria de Sta. Brígida de Suecia, Religiosa Color litúrgico: Verde o blanco
Haremos todo lo que manda el Señor Después de proponer Dios a Moisés el código de la alianza, llegó el momento de su ratificación por parte del pueblo. El Éxodo nos ha transmitido dos formas de concluir la alianza de Dios con el pueblo en el Sinaí. Una se termina con una comida. Los representantes del pueblo “pudieron contemplar a Dios, y después comieron” (Éx 24,11). La otra forma de ratificar la alianza subraya el compromiso del pueblo, que se compromete a cumplir todo cuanto Dios reveló a Moisés: “Haremos todo lo que dice el Señor” (Éx 24,3). El autor presenta a continuación una especie de ritual litúrgico, en cuyo centro está el altar de doce piedras, representando las doce tribus de Israel. Con la sangre de los novillos sacrificados para la ofrenda, Moisés asperjó el altar y, después de pronunciar su compromiso, también asperjó al pueblo. Todo este ceremonial revela la importancia que se concede a esta alianza, que será recordada constantemente al pueblo, especialmente por los profetas. Recojan el trigo y guárdenlo en mi granero La segunda parábola que nos ofrece Mateo, a semejanza de la primera, está tomada de la agricultura. Jesús utiliza para hablar a sus oyentes del reino de Dios. Seguramente, aquellas gentes, que conocían de agricultura, no tuvieron dificultad para identificar al sembrador, a la buena semilla y a los enemigos y su mala semilla. Jesús era consciente de que al lado de buenos sembradores, que siembran buena semilla, existen también otros empeñados en llenar al mundo de semillas malas. A diario se encontraba a algunos en las calles y en las sinagogas. Aunque Jesús deja constancia de esta realidad existente en la sociedad, la enseñanza de la parábola se dirige hacia otro objetivo. Ante las personas que realizan el mal podemos adoptar una doble postura, reflejada en la parábola. La primera está representada por los servidores del amo del campo. Su solución es radical: Vayamos y arranquemos la mala semilla. La segunda actitud está representada por el amo: Esperemos al momento de la cosecha, para separar la buena de la mala semilla. La primera carta de Pedro habla del “tiempo de la paciencia de Dios” (1 Pe 3,0). No nos precipitemos. Demos tiempo a la conversión. La santa de hoy: Sta. Brígida de Suecia (1303-1373) Nace en Finstand (Suecia) Su vida transcurre entre gente de buena posición social. Fue dama de honor de la reina Blanca de Namur. Se casó y tuvo ocho
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23 de Julio - Sábado, Memoria de Sta. Brígida de Suecia
hijos. Una de sus hijas es santa Catalina de Suecia. Después de una peregrinación a Santiago, su esposo decidió hacerse monje cisterciense. Brígida vivió una intensa vida mística. Junto con santa Catalina de Siena es conocida como una de las místicas más conocidas de los siglos XIV y XV. Sus escritos están centrados en el Evangelio, sobre todo en la pasión de Cristo. Fundó la congregación del Santísimo Salvador. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada La mujer que teme al Señor es digna de alabanzas. Sus hijos la llenarán de bendiciones y su marido de elogios (Prov 31, 30.28).
2. Oración colecta Señor, Dios nuestro, que revelaste a santa Brígida la sabiduría de la cruz en la meditación de la pasión de tu Hijo, concédenos por su intercesión saber encontrar a Cristo en nuestras cruces diarias para compartir con él su gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Éx 24,3-8)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo todo lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que le había dado. Y el pueblo contestó a una voz: “Haremos todo lo que dice el Señor”. Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar doce piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus de Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor; tomó la mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre el altar la otra mitad. Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó al pueblo, y el pueblo respondió: “Obedeceremos; haremos todo lo que manda el Señor”. Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, conforme a las palabras que han oído”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Ofrécele al Señor tu gratitud. L Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado /R L Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara /R L Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria, agradecido /R (Sal 49).
23 de Julio - Sábado, Memoria de Sta. Brígida de Suecia
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos. R Aleluya (Stgo 1,21). 6. Evangelio (Mt 13,24-30)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor Jesús En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: “El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña. Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’ El amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’ Pero él les contestó: ‘No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero’ “. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de santa Brí-
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gida, nos sirva, Señor, para obtener el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión El Reino de los cielos se puede comparar a un comerciante que busca piedras preciosas y, habiendo encontrado una perla de gran valor, vende todos sus haberes y la compra (Mt 13,45-46).
9. Oración después de la comunión Por medio de este sacramento que hemos recibido en la festividad de santa Brígida, danos, Señor, tu luz y tu amor, para que seamos mejores cada día y podamos ayudar a los demás. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cuál es tu actitud, la de los sirvientes o la del amo?
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de Julio - Domingo
XVII del Tiempo Ordinario /A Liturgia de las Horas: 1ª Semana del Salterio Color litúrgico: Verde
EL REINO DE LOS CIELOS ES COMO UN TESORO ESCONDIDO EN UN CAMPO Dame rectitud de corazón para gobernar En el perfil de Salomón que nos ha dejado el primer libro de los Reyes, sobresalen tres facetas. La primera: el hombre sabio; la segunda: el constructor del templo para Yahvé; la tercera: famoso por su riqueza. De las tres, una sobresale sobre las demás: la sabiduría. Es precisamente la sabiduría la que resplandece en la petición que Salomón hace al Señor. Dios le dice: “Pídeme lo que quieras” (1Re 3,5). Con el apetito desordenado que reina en nuestra sociedad, que ha merecido el nombre de “Sociedad de consumo”, para la inmensa mayoría una petición se impondría con mucho a las demás: el dinero. Con dinero podemos comprar todo lo que el mundo exhibe en oferta. Hubo un hombre que no se dejó engañar por el brillo del oro, ni por los millones de ofertas de esta sociedad mercantil. Jesús dijo a sus discípulos: “El Reino Este hombre se llamó Salomón. Ésta fue de los cielos se parece a un tesoro la sabia petición de Salomón a Dios: escondido en un campo” (Mt 13,44) “Enséñame a escuchar para que sepa gobernar y discernir entre el bien y el mal” (1Re 3,9). A la petición tan sabia, Dios no podía menos que darle la más sabia respuesta: “Te daré una mente sabia y prudente, como no la hubo antes ni la habrá después de ti” (1 Re 3,12). Aunque no sean muchos, seguro que existen también hoy hombres y mujeres que saben orar sabiamente.
24 de Julio - Domingo XVII del Tiempo Ordinario /A
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Jesús nos habla de tesoros y de perlas Es Jesús quien invita a hablar de tesoros y de perlas. De entrada, Jesús nos dice sin rodeos: el tesoro y la perla de que se trata es el “reino de los cielos.”. Llamémoslo tesoro o perla, su valor es incalculable. Queda por fuera de subastas y marchantes. Jesús sólo nos advierte: no duden en vender todo lo que poseen para hacerse con este tesoro. Esta recomendación radical se la hacía Jesús al joven que se acercaba a él interesándose por la vida eterna: “Anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos” (Mt 19,21). El tesoro no es otro que el reino de Dios. Entre la actitud del hombre que descubre el tesoro y la del joven existe una gran diferencia. El hombre se llenó de alegría con el hallazgo. Para él, el tesoro se convirtió en un valor absoluto. Como el reino de Dios debe serlo para todo discípulo de Jesús. Sin dudarlo, el hombre se fue, vendió todas sus posesiones, y compró el campo con el tesoro. El joven, por el contrario, se puso triste ante la propuesta de Jesús. Se fue, pero no tomó la decisión radical de vender sus posesiones. Era demasiado rico. Para él no era el reino de Dios el gran tesoro, sino su riqueza. Ahí tenía amarrado el corazón. El mensaje de Jesús nos ha sido proclamado en las dos parábolas. Ahora somos nosotros quienes hemos de decidir. La red que atrapa toda clase de peces La parábola de la red es la última del “discurso en parábolas” de Mateo. A los discípulos no les resulta extraña la parábola, pues ellos son hombres de mar y conocen la faena de la pesca. Con esta parábola la enseñanza de Jesús toma un giro distinto. Aquí el tesoro son los peces capturados después de una dura brega. Además de capturarlos, queda otra faena que realizar: hacer la selección, para quedarse con los buenos. La decisión de la elección que se hace ahora nos traslada al final de la historia. La parábola trata netamente del juicio final. También entonces se hará una selección. Aquella será la definitiva. La separación será drástica: Los malos irán al horno de fuego. En el desenlace de la parábola nada se habla de los buenos. Sólo se dice que serán separados de los malos. Éstos no podrán tomar parte en el banquete festivo del reino de Dios con todos los elegidos. Mateo concluye el “discurso en parábolas” con una sabia reflexión. El discípulo tiene que ser un experto en el reino de Dios. Ha de saber poner al servicio del mundo los ricos tesoros que Dios le ha confiado. Dios nos predestinó a ser imagen de su Hijo Pablo recuerda a la comunidad de Roma, que Dios dispone todas las cosas para el bien de aquellos que lo aman. Éstos son los que han recibido el llamado de Dios y han sabido responder. Dios lleva el protagonismo en toda la obra de la salvación. Él es quien llama, y es también el que lleva la obra a la perfección. El proyecto de amor que Dios tiene para los que ha escogido es éste: “Reproducir la imagen de su Hijo” (Rom 8,29). Pablo describe brevemente el proceso: Primero los predestinó, a continuación los llamó, después los hizo
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24 de Julio - Domingo XVII del Tiempo Ordinario /A
justos, finalmente los glorificó. De este modo, reproducirán de modo perfecto la imagen de su Hijo Jesucristo. Ahora, Dios cuenta con una gran familia. El primogénito de todos sus hijos es Jesús, que es el “primogénito de la creación” y “primogénito de los resucitados de entre los muertos” (Col 1,15.18). P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Adoremos a Dios en su santo templo. Él nos hace habitar juntos en su casa. Él es la fuerza y el poder de su pueblo (Sal 67,6-7.36). 2. Oración colecta Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (1Re 3,5-13)
Lectura del primer libro de los Reyes En aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le dijo: “Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré”. Salomón le respondió: “Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo David, mi padre, porque se portó contigo con lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún, también ahora lo sigues tratando con misericordia, porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí, tú quisiste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi padre, David. Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar. Soy tu siervo y me
encuentro perdido en medio de este pueblo tuyo, tan numeroso, que es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón, para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal Pues sin ella, ¿quién será capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan grande?” Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría y le dijo: “Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has pedido. Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes, ni lo habrá después de ti. Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido: tanta gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Yo amo, Señor, tus mandamientos. L A mí, Señor, lo que me toca es cumplir tus preceptos. Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata /R L Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento /R
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L Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo; por eso tus preceptos son mi guía y odio toda mentira /R L Tus preceptos, Señor, son admirables, por eso yo los sigo. La explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los sencillos /R (Sal 118).
5. 2ª Lectura (Rom 8,28-30)
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman a Dios, de aquellos que han sido llamados por él, según su designio salvador. En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que reproduzcan en sí mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R Aleluya (Mt 11,25). 7. Evangelio (Mt 13,44-52)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
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discípulos: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra. También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. ¿Han entendido todo esto?” Ellos le contestaron: “Sí”. Entonces él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S La oferta de bienes materiales que nos ofrece la sociedad de consumo es impresionante. Oremos, para que sepamos elegir como tesoro primero el reino de Dios. A Concédenos, Señor, un corazón sabio e inteligente. L La abundancia de bienes, se interpreta en la Biblia como una ben-
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dición de Dios. Para que el disfrute de estos bienes no nos aleje el bien más importante que es su reino: Roguemos al Señor. A Concédenos, Señor, un corazón sabio e inteligente. L El afán desmedido de acumular toda clase de bienes, nos ha conducido a una sociedad donde reina la injusticia y la desigualdad. Para que sepamos organizar un reparto de bienes más justo: Oremos al Señor. A Concédenos, Señor, un corazón sabio e inteligente. L Dos nos invita a reproducir en nuestra la vida la imagen de su Hijo Jesucristo. Para que dediquemos nuestro esfuerzo a construir el mundo justo y feliz que él anunció: Roguemos al Señor. A Concédenos, Señor, un corazón sabio e inteligente. S Concédenos, Señor, conocer y valorar el tesoro de tu reino. Haz que multipliquemos nuestro esfuerzo para hacerlo presente en nuestro mundo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
9. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus muchos beneficios (Sal 102,2).
11. Oración después de la comunión Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Ya encontraste el tesoro del Reino de los cielos?
25 de Julio - Lunes,
Santiago, Apóstol, F Color litúrgico: Rojo
Creemos y por eso hablamos En esta carta a la comunidad de Corinto llena de contrastes, Pablo nos traza en su perfil del apóstol y de su misión. Habla desde su experiencia misionera, basándose en lo que él mismo ha vivido. Parte de la imagen bíblica de las “vasijas de barro”. Pudiera aludir al taller del alfarero del que habla Jeremías (Jer 18,1-17). En todo caso, el ministerio apostólico es para Pablo un tesoro que llevamos en vasijas muy frágiles.
25 de Julio - Lunes, Santiago, Apóstol
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La fragilidad del apóstol, contrasta con el poder extraordinario de Dios, que sostiene al apóstol en las situaciones más adversas. Llega hasta afirmar: “Estamos derribados, pero no aniquilados” (2Co 4,9). Dondequiera que vaya, el apóstol lleva en su cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús. Vive continuamente expuesto a la muerte por causa de Jesús. Es así, cómo la vida de Jesús se hace presente en su propia humanidad. Pablo nunca ha ocultado en sus cartas los sufrimientos padecidos por causa de Jesús y de la Buena Noticia. Un crucificado, es el mensajero más apto para anunciar a Jesús crucificado y resucitado. La fe es una condición imprescindible para el apóstol. “Creemos y por eso hablamos” (2Co 4,13). Hay que creer con firmeza en Jesús que murió y resucitó por nosotros, para poder anunciarlo con garantía a los demás. Quien quiera ser grande que se haga servidor de todos Jesús acaba de recordar por tercera vez en el evangelio de Mateo su destino final: lo maltratarán, lo azotarán, lo crucificarán, y al tercer día resucitará. El destino de la cruz es lo primero que le espera. Pero los discípulos no lo comprenden. Su lucha es por el poder, por ocupar el puesto más importante en el futuro reino de Jesús. Suponen que su reino se rige por las reglas de los reinos de este mundo. La propuesta proviene de la madre de Santiago y Juan. Jesús les habla claramente del camino a seguir, si quieren ser sus discípulos. Tienen que estar dispuestos a “beber la copa”. Esta copa es la que se presentará a Jesús a beber en el huerto: “Padre, si es posible, aparta de mí esta copa” (Mt 26,39). A continuación, Jesús aclara las diferencias que existen entre los principios del reino de Dios y de los reinos de este mundo. Los poderosos de este mundo someten a las personas, se imponen sirviéndose de los instrumentos del poder. En el reino de Dios que anuncia Jesús, el que sirve es el más importante. Así se lo está demostrando Jesús: “El Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y entregar la vida en rescate por muchos” (Mt 20,28). El santo de hoy: Santiago apóstol (s. I) Los datos seguros que tenemos sobre él proceden de los escritos del nuevo testamento. Es uno de los primeros discípulos de Jesús. Formó parte de los discípulos más cercanos a él. Junto con su hermano Juan, reciben el nombre de “Hijos del trueno”. A partir del siglo IX se ubica su tumba en Santiago de Compostela (Galicia). El culto al apóstol tomó un auge creciente, convirtiéndose su sepulcro en uno de los lugares de peregrinación más importantes de la cristiandad. Cada siete años, cuando la festividad cae en domingo, se celebra el “Jubileo del Apóstol”. Es de todos conocido “El Camino de santiago” que cada año recorren miles de peregrinos. P. Antonio Danoz, redentorista
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1. Antífona de entrada Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban remendando sus redes, y los llamó (Mt 4, 18.21).
2. Oración colecta Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por el Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y defiéndela con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (2Co 4,7-15)
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos. Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida. Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: “Creo, por eso
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hablo”, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios. Palabra de Dios. A Te alabamos Señor. 4. Salmo responsorial R Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. L Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar /R L Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!” Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor /R L Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor /R L Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas /R (Sal 125). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R Aleluya (Jn 15,16).
25 de Julio - Lunes, Santiago, Apóstol
6. Evangelio (Mt 20,20-28)
Lectura del santo evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. El le preguntó: “¿Qué deseas?” Ella respondió: “Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino”. Pero Jesús replicó: “No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?” Ellos contestaron: “Sí podemos”. Y él les dijo: “Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado”. Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos y por intercesión del apóstol Santiago, purifica nuestros corazones para que podamos parti-
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cipar dignamente del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. 8. Antífona de la comunión Quienes participan del cáliz del Señor se convierten en amigos de Dios (Mt 20,22-23).
9. Oración después de la comunión Por intercesión del apóstol Santiago, en cuya festividad hemos recibido con alegría tus santos sacramentos, concédenos, Señor, tu protección y ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Qué servicios prestas, para mostrar que eres discípulo de Jesús?
Personajes Bíblicos Tarcisio Carmona
Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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de Julio - Martes,
Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María, M Color litúrgico: Blanco
Alabemos a los hombres de bien Después del himno de alabanza a Dios por las obras maravillosas de la creación, el autor dirige la mirada hacia la historia de Israel. Se propone celebrar la gloria de los antepasados, pues en ellos repartió generosamente el Altísimo su gloria. Antes de descender a personajes concretos, como Abrahán, Jacob o Moisés, dirige su alabanza a los gobernantes insignes, consejeros, profetas y sabios. Todos ellos recibieron honores durante su vida. Muchos de ellos fueron celebrados y respetados por sus sucesores. El autor dirige su mirada especialmente sobre las personas de bien, cuya gloria resplandeció también en su descendencia y en su fidelidad a la alianza. Su recuerdo no se extingue, su caridad no será echada en olvido. Su memoria no se acaba con su muerte. Sepultados sus cuerpos en paz, el pueblo celebrará su sabiduría y pregonará su alabanza en sus asambleas. Muchos justos ansiaron ver lo que ustedes ven Después de una larga cita de Isaías, en la que el profeta recrimina al pueblo por su corazón endurecido, Mateo pronuncia una nueva bienaventuranza. En este caso, los bienaventurados son los discípulos. Aquellos que lo acompañaron en su etapa histórica y los que lo seguirán más tarde. Ante el pueblo que por la dureza de corazón no sabe comprender lo que contemplan sus ojos, y entender lo que escuchan sus oídos, surgen los discípulos, que saben reconocer y entender lo que están viendo y escuchando. La fuente de la felicidad de los discípulos consiste en saber descubrir el misterio del reino de Dios que Jesús anuncia a través de los signos que hace, y por medio de las palabras que pregona a los cuatro vientos para que todos lo escuchen. Lo que están disfrutando los discípulos, viendo las obras de Jesús y escuchando su enseñanza, es lo que querían ver y oír los antepasados piadosos del pueblo. Lo que ellos no pudieron disfrutar, nosotros tenemos la dicha de tenerlo como un regalo de Dios. Los santos de hoy: Santos Joaquín y Ana, padres de María Con este nombre identifica la tradición a los padres de María. Los escritos del nuevo testamento no nos ofrecen ninguna información sobre ellos. Las noticias de que disponemos nos han llegado a través del escrito apócrifo
26 de Julio - Martes, Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María
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“Protoevangelio de Santiago” del siglo II. Existen informaciones que revelan que en esa época se les veneraba como padres de María. Los orígenes de la fiesta están relacionados con la devoción creciente del pueblo cristiano hacia la Virgen María. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Benditos sean san Joaquín y santa Ana, porque fueron los padres de la Virgen María; por ella nos ha venido la salvación prometida a todas las naciones. 2. Oración colecta Dios de nuestros padres, que concediste a san Joaquín y a santa Ana el privilegio de ser los padres de María, la madre del Salvador, ayúdanos por su intercesión, a alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Éx 33,7-11;34,5-9.28)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, Moisés tomó la tienda que había llamado “de la reunión” y la colocó a cierta distancia, fuera del campamento, de modo que todo el que deseaba consultar al Señor, tenía que salir fuera del campamento. Cuando Moisés iba hacia la tienda, todo el pueblo se levantaba, se quedaba de pie a la entrada de sus tiendas y seguía con la vista a Moisés, hasta que entraba en la tienda de la reunión. Una vez que Moisés entraba en ella, la columna de nube bajaba y se detenía a la puerta, mientras el Señor hablaba con Moisés. Todo el pueblo, al ver la columna de nube detenida en la puerta de la tienda
de la reunión, se levantaba y cada uno se postraba junto a la entrada de su tienda. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun no se alejaba de la tienda de la reunión. Moisés invocó el nombre del Señor, y entonces el Señor pasó delante de él y exclamó: “¡El Señor todopoderoso es un Dios misericordioso y clemente, lento para enojarse y rico en amor y fidelidad; él mantiene su amor por mil generaciones y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado, pero no los deja impunes, pues castiga la maldad de los padres en los hijos, nietos y bisnietos!” Al instante Moisés cayó de rodillas y se postró ante él, diciendo: “Si de veras gozo de tu favor, te suplico, Señor, que vengas con nosotros, aunque seamos un pueblo de cabeza dura. Perdona nuestras maldades y pecados, y recíbenos como herencia tuya”. Moisés estuvo con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza, los diez mandamientos. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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4. Salmo responsorial R El Señor es compasivo y misericordioso. L El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel /R L El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor /R L No nos trata como merecen nuestras suplicas, ni nos paga según nuestros pecados. Como un padre es compasivo con sus hijos, así es de grande su misericordia /R L Así como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que somos barro, no se olvida /R (Sal 102).
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R Aleluya.
buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y concédenos por la intercesión de san Joaquín y santa Ana, la salvación prometida en Cristo a Abraham y a su descendencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
6. Evangelio
8. Antífona de la comunión Dichosos los corazones limpios porque han recibido la bendición del Señor y han encontrado gracia delante de Dios, su salvador (Sal 23,5).
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo”. Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la
9. Oración después de la comunión Padre santo, que quisiste que tu Unigénito se hiciera hermano nuestro para convertirnos en hijos tuyos, concede por la intercesión de san Joaquín y santa Ana, a quienes has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo un verdadero espíritu filial y una sincera caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(Mt 13,36-43)
27 de Julio - Miércoles, Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario
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Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Pones tu felicidad en contemplar y escuchar a Jesús?
27 de Julio - Miércoles,
Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
Moisés tenía la cara radiante por haber hablado con Dios La renovación de la alianza supuso una reafirmación de la misión de Moisés ante el pueblo. Desciende del Sinaí con las dos tablas donde están escritas las principales palabras de la alianza. El encuentro con Dios le ha transfigurado el rostro. Lo tenía radiante, por haberse encontrado cara a cara con Dios. La transformación del rostro significa una clarificación de su misión de mediador entre Dios y el pueblo. En su condición de mediador convoca a los jefes y a todo el pueblo. Comunicó a todos los israelitas todas las cosas que el Señor le había ordenado en el Sinaí. A partir de este momento, Moisés ejerce su misión de mediador de forma permanente. Regularmente acude al Señor para hablar con él. A continuación, se encuentra con el pueblo para hacerle llegar las disposiciones de Dios. El pueblo de Israel vuelve a confiar de nuevo en Moisés, como su guía e intercesor ante Dios. El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido Las parábolas que hemos leído tienen puntos de coincidencia. También existen diferencias. Coincidencias: El reino de Dios se compara con cosas altamente valoradas en el mundo económico y de los negocios, como son el tesoro y la perla preciosa. La reacción de la persona que halla el tesoro y la que negocia con perlas finas es la misma. Los dos se llenan de gozo ante el hallazgo. Una primera consecuencia práctica: el discípulo que ha encontrado el tesoro del reino de Dios debe disfrutar con el hallazgo. Los dos personajes en cuestión, ante la oportunidad que se les ofrece, toman la misma decisión: Vender todas las posesiones y hacerse con el tesoro y con la perla. Segunda consecuencia práctica: ante el tesoro incalculable que es el reino de Dios, no puede surgir duda alguna en deshacerse de cualquier otro valor, que no sea el reino anunciado por Jesús. Entre las dos parábolas existe una diferencia. El primero, se encuentra con el tesoro sin buscarlo. El segundo, se hace con la perla fina como resultado de su trabajo profesional. El reino de Dios es siempre un don maravilloso. A él llegamos por caminos muy diversos. Lo importante es dejar lo demás para hacerse con él.
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27 de Julio - Miércoles, Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario
1. Antífona de entrada Adoremos a Dios en su santo templo. Él nos hace habitar juntos en su casa. Él es la fuerza y el poder de su pueblo (Sal 67,6-7.36). 2. Oración colecta Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura (Éx 34,29-35)
Lectura del libro del Éxodo Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en las manos, no sabía que tenía el rostro resplandeciente por haber hablado con el Señor. Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés y al ver que su rostro resplandecía, tuvieron miedo de acercársele. Pero Moisés los llamó, y entonces Aarón y todos los jefes del pueblo se acercaron y Moisés habló con ellos. A continuación se le acercaron también todos los israelitas y él les comunicó todo lo que el Señor le había ordenado en el monte Sinaí. Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con un velo. Siempre que Moisés se presentaba ante el Señor para hablar con él, se quitaba el velo de su rostro, y al salir, comunicaba a los israelitas lo que el Señor le había ordenado. Ellos veían entonces que el rostro de Moisés resplandecía, y Moisés cubría de nuevo su rostro, hasta que entraba a hablar otra vez con el Señor. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
4. Salmo responsorial R Santo es el Señor, nuestro Dios. L Alaben al Señor, nuestro Dios, y póstrense a sus pies, pues el Señor es santo /R L Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre aquellos que lo honraban, clamaron al Señor y él los oyó /R L Desde la columna de nubes les hablaba y ellos oyeron sus preceptos y la ley que les dio /R L Alaben al Señor, a nuestro Dios, póstrense ante su monte santo, pues santo es nuestro Dios /R (Sal 98). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. R Aleluya (Jn 15,15)
6. Evangelio (Mt 13,44-46)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
28 de Julio - Jueves, Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario
7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios, dice el Señor (Mt 5,7-8).
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9. Oración después de la comunión Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: ¿Cómo muestras que el reino de Dios es para ti el tesoro más importante?
28 de Julio - Jueves,
Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario Color litúrgico: Verde
La gloria del Señor llenó el santuario El libro del Deuteronomio concluye con un hecho de extraordinario importancia para el pueblo de Israel. El pueblo ha tenido la conciencia de que Dios actuaba como protagonista de su historia. A la escuela sacerdotal debemos este relato en el que se narra la instalación solemnemente un signo visible de su presencia: el santuario. Al santuario se añade la consagración de los sacerdotes, que serán los encargados de mantener vivo el culto del Señor. Concluidas todas las obras, llega el momento solemne de su dedicación. En ella juega un papel extraordinariamente importante la presencia de la nube que cubre la tienda del encuentro, pues el signo de la “gloria de Dios” que llena el santuario. La gloria de Dios que un día se posó sobre el Sinaí, se posa ahora sobre el santuario y lo llena con su presencia. El Señor presente en la nube será quien guíe al pueblo en su travesía del desierto hacia la total liberación. De día será como una nube protectora; de noche será fuego brillante que iluminará todo el pueblo de Israel. En el nuevo testamento, el santuario en que more el Señor, será en primer lugar, la humanidad de Jesús, y además la de sus discípulos. El discípulo ha de actuar como un letrado sabio Que Jesús se sirviera de la imagen de la red para hablar del reino de Dios no es nada extraño. La pesca era una de las faenas practicadas por la gente que vivía junto al lago de Genesaret. A diario se podían contemplar a los
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28 de Julio - Jueves, Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario
pescadores haciendo la selección de los pescados, reservándose unos, y tirando otros al mar. A la hora de echar la red no se repara en la clase de peces. Se recogen todos los que han caído dentro de la red. En el llamado a formar parte al reino de Dios a nadie se excluye. El llamado va dirigido a todos; pero no todos responden de la misma manera. Mateo nos traslada al final de los tiempos. Será entonces cuando el Señor hará la selección entre los buenos y los malos. A unos, los guardará. Éstos serán los buenos discípulos. A otros los excluirá, por no ser contados entre los buenos discípulos. Jesús concluye su largo discurso de las parábolas con una pregunta a los discípulos, relativa a la comprensión que ellos tienen sobre las parábolas. Jesús llama a ser verdaderos discípulos; verdaderos maestros en lo que se relaciona con el reino de Dios. Jesús los compara con el padre de familia que administra bien las cosas de la casa. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Adoremos a Dios en su santo templo. Él nos hace habitar juntos en su casa. Él es la fuerza y el poder de su pueblo (Sal 67,6-7.36). 2. Oración colecta Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Éx 40,16-21.34-38)
Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, Moisés hizo todo lo que el Señor le había ordenado. El día primero del primer mes del año segundo, se construyó el santuario. Moisés lo construyó: colocó los pedestales y los tableros, puso los travesaños y levantó las columnas. Después desplegó la tienda por encima del santuario y sobre ella puso,
además, un toldo, como el Señor se lo había ordenado. Colocó las tablas de la alianza en el arca: puso debajo de ella los travesaños y por encima la cubrió con el propiciatorio. Llevó entonces el arca al santuario y colgó delante de ella un velo para ocultarla, como el Señor se lo había ordenado. Entonces la nube cubrió la tienda de la reunión y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no podía entrar en la tienda de la reunión, pues la nube se había posado sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario. Y en todas las etapas, cuando la nube se quitaba de encima del santuario, los hijos de Israel levantaban el campamento, y cuando la nube no se quitaba, se quedaban en el mismo sitio. Durante el día la nube del Señor se posaba sobre el santuario y durante la noche había un fuego que podían ver todos los israelitas desde sus tiendas. Palabra de Dios. A Te alabamos, Seños.
28 de Julio - Jueves, Feria, XVII Semana del Tiempo Ordinario
4. Salmo responsorial R Qué agradable, Señor, es tu morada. L Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa /R L Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío /R L Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza, pues caminarán cada vez con más vigor /R L Pues un día en tus atrios vale más que mil fuera de ellos, y yo prefiero el umbral de la casa de mi Dios, al lujoso palacio del perverso /R (Sal 83).
5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Abre, Señor, nuestros corazones para que comprendamos las palabras de tu Hijo. R Aleluya (He 16,14). 6. Evangelio (Mt 13,47-53)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán
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los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. ¿Han entendido todo esto?” Ellos le contestaron: “Sí”. Entonces él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”. Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de comunión Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios, dice el Señor (Mt 5,7-8). 9. Oración después de la comunión Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y tiene para ti una pregunta: En las cosas del reino de Dios, ¿actúas como sabio?
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Color litúrgico: Verde
Éstas son las fiestas del Señor y sus asambleas litúrgicas Al final del llamado “Código de santidad”, el Levítico establece una serie de festividades para honrar al Señor. A Dios se le han consagrado productos y animales en forma de ofrenda; es necesario reservar espacios de tiempo especialmente consagrados a él. Es una manera de santificar el tiempo. La celebración de la fiesta consta de tres elementos principales: reunión del pueblo en asamblea litúrgica; presentación de las ofrendas señaladas para cada fiesta; y los tiempos de descanso. En el calendario de Israel existen varios tiempos consagrados a la fiesta. Entre todos ellos, el tiempo reservado a la celebración de la fiesta de la Pascua ocupa el primer lugar. Dura toda una semana. Las fiestas segunda y tercera están relacionadas con las cosechas. En primer lugar, se realiza la ofrenda de la primera gavilla. Siete semanas más tarde, la ofrenda del pan sin levadura. A la ofrenda del pan se une la de los corderos. La cuarta fiesta es la de la expiación. Es un tiempo dedicado a hacer penitencia en expiación de los pecados. “Todo el que en ese día no haga penitencia será excluido de su pueblo” (Lv 23,29). Finalmente, la fiesta de la chozas. El mismo Levítico explica la razón de la fiesta: “Todo israelita habitará en chozas, para que sepan las futuras generaciones que yo hice habitar en chozas a los israelitas cuando los saqué de Egipto” (Lv 23,42-23). Esta fiesta dura ocho días. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios Para el evangelio de Juan, la vuelta de Lázaro a la vida es el último gran signo extraordinario consignado en el llamado “Libro de los signos”. En el contexto de la narración de la muerte de Lázaro y su vuelta a la vida, Jesús proclama: “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11,25). La verdad de esta proclamación quedará de manifiesto, cuando con voz poderosa Jesús grite a la vista de todos: “Lázaro, sal fuera” (Jn 11,43). Antes se produce una escena previa de gran importancia: el encuentro de Marta con Jesús, que se acerca a la casa familiar ante la noticia de la enfermedad de su amigo Lázaro. Marta hace una confesión solemne de fe: “Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que había de venir al mundo” (Jn 11,27). La fe precede a los hechos, como en otras actuaciones relevantes de Jesús. Muchos habían venido a dar el pésame a Marta y a María por la muerte de su hermano. Jesús manifiesta su gran humanidad, conmoviéndose hasta las lágrimas ante la tumba. Pero él no viene a dar el pésame. Viene a devolver
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a Lázaro vivo a sus hermanas, como signo de lo que acontecerá pocos días después con él mismo. Los primeros testigos de la resurrección proclamarán: “No está aquí, ha resucitado” (Lc 24,6). La santa de hoy: Sta. Marta, hermana de Lázaro y María (s. I) Los datos fiables que poseemos sobre su vida nos los proporcionan los evangelios. Marta aparece en ellos en tres ocasiones. . La primera, con ocasión de la visita que hace Jesús a la casa de su amigo Lázaro, hermano de Marta y María. Lucas la presenta como una mujer activa y servicial. Cuando la enfermedad de su hermano Lázaro, el evangelio de Juan la presenta conversando con Jesús al acercarse hasta su casa. Ella es testigo de la vuelta a la vida de su hermano. Finalmente aparece sirviendo a la mesa en el banquete que ofrecen a Jesús en Betania, seis días antes de la Pascua. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Entró Jesús en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa (Lc 10,38).
2. Oración colecta Dios nuestro, que concediste a santa Marta el privilegio de hospedar y servir en su casa a tu Hijo, Jesucristo, concédenos, por su intercesión, no cerrar nunca nuestras puertas a los que nos necesitan, y ser recibidos por ti en tu casa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. 1ª Lectura
(Lev 23,1.4-11.15-16.27.34-37)
Lectura del libro del Levítico El Señor habló a Moisés y le dijo: “Éstas son las festividades del Señor, en las que convocarán a asambleas litúrgicas. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la fiesta de la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes Ázimos,
dedicada al Señor. Comerán panes sin levadura durante siete días. El primer día de éstos se reunirán en asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas al Señor. El séptimo día se volverán a reunir en asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles”. El Señor volvió a hablar a Moisés y le dijo: “Di a los hijos de Israel: ‘Cuando entren en la tierra que yo les voy a dar y recojan la cosecha, le llevarán la primera gavilla al sacerdote, quien la agitará ritualmente en presencia del Señor el día siguiente al sábado, para que sea aceptada. Pasadas siete semanas completas, contando desde el día siguiente al sábado en que lleven la gavilla para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días, harán una nueva ofrenda al Señor. El día diez del séptimo mes es el día de la Expiación. Se reunirán en asamblea litúrgica, harán peni-
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tencia y presentarán una ofrenda al Señor. El día quince de este séptimo mes comienza la fiesta de los Campamentos, dedicada al Señor, y dura siete días. El primer día se reunirán en asamblea litúrgica. No harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas al Señor. El octavo día volverán a reunirse en asamblea litúrgica y a hacer una ofrenda al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No harán trabajos serviles. Éstas son las festividades del Señor, en las que se reunirán en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día’”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Aclamemos al Señor, nuestro Dios. L Entonemos un canto al son de las guitarras y del arpa. Que suene la trompeta en esta fiesta que conmemora nuestra alianza /R L Porque ésta es una ley en Israel, es un precepto que el Dios de Jacob estableció para su pueblo, cuando lo rescató de Egipto /R L “No tendrás otro Dios fuera de mí ni adorarás a dioses extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que te sacó de Egipto, tu destierro” /R (Sal 80). 5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que
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me sigue tendrá la luz de la vida. R Aleluya (Jn 8,12). 6. Evangelio (Jn 11,19-27)
Lectura del santo Evangelio según san Juan A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura que Dios te concederá cuanto le pidas”. Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, el que tenía que venir al mundo”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Señor, al proclamar las maravillas que has realizado en santa Marta, te rogamos que, así como aceptaste con agrado su solicitud caritativa, aceptes de igual modo el homenaje de nuestro servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
30 de Julio - Sábado, Memoria de San Pedro Crisólogo
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8. Antífona de comunión Marta dijo a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo (Jn 11,27).
preocupan e inquietan, pero una sola es necesaria: amarte y servirte aquí en la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9. Oración después de la comunión Que la recepción del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo nos ayude, Señor, a comprender, por intercesión de santa Marta, que muchas cosas nos
Dios te ha hablado, y tiene una pregunta para ti: ¿Tienes una fe en la resurrección, como la manifestada por Marta?
30 de Julio - Sábado,
Feria o Memoria de San Pedro Crisólogo, Obispo y Doctor de la Iglesia Color litúrgico: Verde o blanco
El año cincuenta promulgarán la liberación para todos Una de las instituciones de Israel más impactantes aún hoy, es la celebración del jubileo. La corriente sacerdotal incluye el año jubilar en su proyecto de restauración religiosa. Dentro de él existen unas normas de hondo calado social, orientadas a reequilibrar periódicamente la vida social en el país. Al correr del tiempo, se habían producido notables desequilibrios en el campo económico y social, que perjudicaban a las clases más pobres. Contra esta desigualdad y explotación de los débiles habían levantado la voz los profetas, especialmente los llamados “profetas sociales”, como Amós. El año jubilar se realizaba cada cincuenta años. Su nombre proviene de la palabra “yobel”, que significa “cuerno” en hebreo, con cuyo sonido se daba comienzo este año especial. Era la señal para iniciar el retorno a casa de todo israelita que tuvo que venderse como esclavo para pagar sus deudas, y la recuperación de las propiedades enajenadas por la misma causa. No consta en los libros sagrados que esta norma tan sorprendente se llevara a la práctica después del exilio. Poco a poco, se fue proyectando hacia una futura era mesiánica. En la tercera sección del libro de Isaías, esta misión se reserva al Mesías. Él será quien “proclamará el año de gracia del Señor” (Is 61,2). Lucas aplica el anuncio profético a Jesús, al comienzo de su ministerio público (Lc 4,18-19). Herodes mandó decapitar a Juan Bautista El evangelio de Mateo trae la muerte de Juan Bautista a primer plano no de
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30 de Julio - Sábado, Memoria de San Pedro Crisólogo
forma directa, sino provocada por la actuación de Jesús. Herodes, sorprendido por la fama de Jesús, es quien revive la memoria de Juan Bautista. Da pie a que se nos ofrezca aquí un relato de su muerte. El relato ofrece elementos de una obra de intriga, de mafia, y en todo caso, de una tragedia repugnante. Se presenta a Juan Bautista en el ejercicio de su misión profética: denuncia a Herodes y a Herodías por vivir una unión conyugal irregular. Herodías no se lo perdona y busca la oportunidad para vengarse. La oportunidad que buscaba se la brindó la celebración del cumpleaños de Herodes, con las fiestas que se organizaron, y la danza de la hija ante los comensales. El regalo que ha de pedir la hija lo tiene claro: “La cabeza de Juan Bautista en una bandeja”. Juan Bautista, como tantos profetas de ayer y de hoy, cayó víctima de la prepotencia de los poderosos, de la trama de sórdidas asechanzas. ¿A qué profeta no se ha perseguido? La muerte violenta de Juan Bautista, es el preanuncio de la muerte de Jesús. El santo de hoy: San Pedro Crisólogo (380-450) Nace en Imola (Italia). Educado al lado del obispo de la ciudad, fue nombrado más tarde obispo de Ravena. El apelativo de “Crisólogo”, que significa “palabra de oro”, revela sus extraordinarias dotes para predicar la Palabra de Dios. En atención a la riqueza teológica de sus escritos, Benedicto XIII lo proclamó doctor de la Iglesia en 1729. Es considerado como uno de los Padres de la Iglesia. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos (Lc 4,18).
2. Oración colecta Señor Dios, que hiciste de tu obispo san Pedro Crisólogo un insigne predicador de la Palabra encarnada, concédenos, por su intercesión, guardar y meditar en nuestros corazones los misterios de la salvación y vivirlos en la práctica con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
3. 1ª Lectura (Lev 25,1.8-17)
Lectura del libro del Levítico El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí y le dijo: “Contarás siete semanas de años, siete por siete, o sea, cuarenta y nueve años. El día diez del séptimo mes, es decir, el día de la Expiación, harán sonar las trompetas y las harán sonar por todo el país. Declararán santo el año cincuenta y proclamarán la liberación para todos los habitantes del país. Será para ustedes un año de jubileo; cada uno de ustedes recobrará sus propiedades y volverá a su familia. El año cincuenta será para ustedes un año de jubileo; no sembrarán ni cosecharán lo que los campos pro-
30 de Julio - Sábado, Memoria de San Pedro Crisólogo
duzcan por sí mismos; no harán la vendimia de las viñas sin cultivar. Puesto que es el año del jubileo, será sagrado para ustedes. Comerán de los productos de la cosecha anterior. En este año jubilar todos recobrarán sus propiedades. Cuando le vendas o le compres alguna cosa a tu prójimo, no lo engañes. Ponle precio a lo que le compres a tu prójimo, atendiendo al número de años transcurridos desde el último jubileo; él te venderá a ti atendiendo a las cosechas anuales. Mientras más años falten para el jubileo, más aumentará el precio; mientras menos tiempo falte, más rebajarás el precio; porque lo que tu prójimo te vende son las cosechas que faltan. Ninguno de ustedes haga daño a su hermano; antes bien, teman a su Dios, porque yo soy el Señor, Dios de ustedes”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor. 4. Salmo responsorial R Que te alaben, Señor, todos los pueblos. L Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora /R L Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones /R L La tierra ha producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero /R (Sal 66).
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5. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R Aleluya (Mt 5,10). 6. Evangelio (Mt 14,1-12)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos: “Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas”. Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta. Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: “Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Después vinieron los discípulos de
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Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 7. Oración sobre las ofrendas Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de san Pedro Crisólogo y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 8. Antífona de la comunión Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor (Mt 28,20).
9. Oración después de la comunión Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener san Pedro Crisólogo sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Renuncias a dar testimonio de Jesús por cobardía?
31 de Julio - Domingo
XVIII del Tiempo Ordinario /A L. H.: 2ª Semana del Salterio - Color litúrgico: Verde
LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES Acudid, y seréis alimentados gratuitamente El llamado “Segundo Isaías”, concluye con la promesa por parte de Dios de sellar una nueva alianza con el pueblo de Israel. Dios eligió a su pueblo por amor, y es también por amor que establecerá con él la nueva alianza, que durará para siempre. Esta alianza estará en la línea de la alianza establecida con David. La gratuidad es un signo inequívoco del amor. También será la gratuidad el signo distintivo de la alianza nueva que Dios quiere establecer. Los falsos dioses exigen un peaje: oro, plata, ofrendas suntuosas. La alianza que establecerá el Dios de Israel es gratuita. El profeta anuncia la gratuidad de la nueva alianza con los signos tradicionales de alimentos suculentos: trigo, vino, leche. Todos ellos se conseguirán gratuitamente. La comida sustanciosa y el vino son signo de la justicia y de la paz que se establecerá entre los ciudadanos del nuevo pueblo, que nacerá de la alianza. El agua abundante y gratuita, se contrapone al desierto árido donde Israel
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padeció la sed. La leche evoca la tierra prometida, en la que “mana leche y miel” (Éx 3,8). De los bienes de la alianza nueva disfrutarán todas las gentes, todos los pueblos, todas las clases sociales. Nadie quedará excluido. El llamado de Dios no deja lugar a duda: “¡Atención, sedientos! vengan por agua, también los que no tienen dinero” (Is 55,1). Al contemplar la gran multitud, Jesús sintió compasión Mateo, igual que Marcos, narra dos multiplicaciones de panes y de pescados. La de hoy es la primera. El evangelista invita, en primer lugar, a fijar la mirada en Jesús, que es el protagonista principal del hecho milagroso. Interesaba a Mateo que la gente descubriera a Jesús por las obras que realizaba. El hecho de que Jesús se desenvuelva con facilidad, multiplicando panes y distribuyendo peces, se presta a considerarlo como un milagrero, que saca las cosas de la manga. No faltan actualmente, quie- Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y los bendijo (Mt 14,19) nes han tomado este camino con buena voluntad, pero equivocados. No es ésta la imagen de Jesús que quiere transmitir Mateo. En el episodio de la multiplicación de los panes y los pescados, Mateo sí transmite una imagen de Jesús. La resume en dos palabras; “Sintió lástima” (Mt 14,14). No es el único caso en que Mateo nos transmite esta imagen. Después de narrar varios hechos de sanación, Mateo escribe: “Viendo a la multitud, se conmovió, porque estaban maltratados y abatidos, como ovejas sin pastor” (Mt 9,36). La imagen de este Jesús que “se conmueve”, que “siente lástima” ante los enfermos, ante la multitud hambrienta, es la que quiere presentar Mateo a la comunidad. El discípulo tiene que “conmoverse”, que “sentir lástima”, para pasar después a la acción. Las cosas que no llegan al corazón, se quedan, en el mejor de los casos, en un lamento inútil. Unos discípulos contagiados por los sentimientos de Jesús Mateo presenta el cuadro de una gran multitud, que se desplazó a pie desde los poblados, que aguantó la jornada con Jesús. Es lógico que esta gente sintiera la fatiga, que tuviera necesidad de alimentarse. Se encontraba, además, en un lugar despoblado, donde era difícil conseguir alimentos. Los discípulos se hacen cargo de la situación. También ellos “sintieron lástima” de la multitud. En esto se sintonizaban con el Maestro. Impotentes ante el
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problema que se les presentaba, acuden a Jesús. Ellos aportan una solución: enviar a la gente a los poblados, para que puedan alimentarse. Jesús adoptará una que ellos no esperaban: multiplicar los alimentos. Cuando Jesús decide alimentar a la multitud hambrienta, contando con la colaboración de ellos, los discípulos se presentarán como repartidores voluntarios. Jesús cuenta con ellos, y los discípulos no le fallan. En esta sociedad que llaman del “bienestar”, son multitud los que carecen de alimentos, de una vida digna, de una habitación confortable para descansar. Llevan siglos esperando que alguien “sienta lástima”, y se ponga a aportar soluciones. Palabras sobran, proyectos populistas que duermen en las gavetas se cuentan por millares. Los discípulos de Jesús no podemos contentarnos con “sentir lástima”. Hay que sacudir la conciencia a esta sociedad satisfecha, y ponernos todos a buscar y a aportar soluciones. Jesús aporta alimento para saciar otra hambre No se puede cuestionar el valor antropológico y social de la actuación de Jesús, proporcionando alimento a una multitud hambrienta. Pero hay quienes piensan que existe algo más en el relato de Mateo, relacionado con la Buena Noticia que Jesús anuncia. En la historia de la interpretación que la tradición ha hecho de este texto, se ha relacionado la “multiplicación de los panes” con la eucaristía. De hecho, encontramos unas palabras que coinciden con la fórmula litúrgica de la institución: “Tomó los cinco panes…, alzó la vista al cielo, dio gracias, partió el pan y se lo dio a los discípulos” (Mt 14,19). A las comunidades les recordaba, sin duda, lo que habitualmente celebraban en la eucaristía semanal. Por el testimonio de Pablo en la primera carta a la comunidad de Corinto, sabemos que la comunidad de los discípulos unió desde el principio la celebración de la “cena del Señor” (eucaristía), con “partir el pan” al hambriento y al necesitado. Pablo denuncia precisamente, el gran abismo que han creado, entre la celebración de la “cena del Señor” y el compartir fraterno en la mesa de la fraternidad. Cuando actúan de esta manera: “No comen la cena del Señor” (1Co 11,20). A la pregunta que hoy hace Pablo: “¿Quién nos apartará del amor de Cristo?” (Rom 8,35), tenemos que añadir otra: “¿Quién podrá apartarnos del amor a los hermanos?”. P. Antonio Danoz, redentorista
1. Antífona de entrada Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes (Sal 69,2.6). 2. Oración colecta Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
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3. 1ª Lectura
5. 2ª Lectura
L e c t ura del libro del profeta Isaías Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a David”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos Hermanos: ¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
(Is 55,1-3)
4. Salmo responsorial R Abres, Señor, tu mano y nos sacias de favores. L El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas /R L A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo. Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos /R L Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca /R (Sal 144).
(Rom 8,35.37-39)
6. Aclamación antes del Evangelio R Aleluya, aleluya. No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R Aleluya (Mt 4,4). 7. Evangelio (Mt 14,13-21)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo A Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.
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Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Ellos le contestaron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”. Él les dijo: “Tráiganmelos”. Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús. 8. Oración de los fieles S Jesús manifestó gran sensibilidad hacia los pobres y necesitados. Oremos, para que la participación en la eucaristía promueva en nuestras comunidades el compartir fraterno. A Aliméntanos, Señor, con tu pan para que sepamos compartir. L Conocemos el dicho: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Para que “toque” nuestro corazón la mala situación de millones de personas y aportemos soluciones a sus problemas: Oremos al Señor. A Aliméntanos, Señor, con tu pan para que sepamos compartir. L Los sistemas políticos, económicos y sociales no han superado las injusticias. Para que la creación de
nuevas instituciones mejore la vida de las personas y de los países más pobres: Oremos al Señor. A Aliméntanos, Señor, con tu pan para que sepamos compartir. L Las mesas de muchos rebosan de platos exquisitos, mientras otros carecen de lo más elemental para subsistir. Para que el reparto de los bienes necesarios sea más justo: Oremos al Señor. A Aliméntanos, Señor, con tu pan para que sepamos compartir. S A los que cada domingo celebramos la eucaristía, concédenos, Señor, compartir con los demás la mesa de tu Palabra y el banquete del pan de vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 9. Oración sobre las ofrendas Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor. 10. Antífona de la comunión Nos has enviado, Señor, un pan del cielo que encierra en sí toda delicia y satisface todos los gustos (Sab 16,20).
11. Oración después de la comunión Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Dios te ha hablado, y espera tu respuesta: ¿Te alimentas del pan que te ofrece Jesucristo?
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Consejos prácticos para vivir bien la Santa Misa Siendo la misa dominical el momento culminante de la semana de un católico, merece que le demos la importancia y el respeto que se merece. Por eso he querido publicar 10 consejos prácticos a tomar en cuenta para recibir las mayores gracias y beneficios de este encuentro con Dios tan especial. Espero que les sirvan. 1.- Prepárate para ir a misa. Recuerda que el Domingo es el “día del Señor” (del latín Dominicus dei) y como tal deberíamos de entenderlo. Recomiendo que por lo menos una hora antes de ir a misa empieces a prepararte espiritualmente. No olvidemos que para poder recibir la santa comunión nuestro cuerpo debe de estar en un estado de gracia y ayuno óptimo. No ingerir alimentos una hora antes es importante. 2.- Arréglate. Dado que el domingo es un día de descanso, es común encontrar en misa a gente con playeras futboleras y ropa deportiva muy informal. Si nos ponemos guapos para ir a una primera cita con la mujer o el joven de nuestros sueños ¿Por qué no habríamos de hacerlo para visitar al “amor” en sí mismo: Jesús? Formalidad en exceso no es requerida pero si una vestimenta semiformal que sea digna del rito. 3.- Siéntate hasta adelante. Parecería que sentarse en la fila de adelante en cualquier actividad va contra la naturaleza humana (nunca he entendido por qué), pero este consejo tiene dos finalidades. Por un lado se trata de lograr evitar el mayor número de distracciones posibles durante la misa, ya que cuando nos sentamos o nos quedamos parados en la parte posterior de la Iglesia nuestra atención se suele ir con las personas que tenemos por delante o que entran y salen del recinto. Además, como segundo punto, para sentarse hasta delante suele ser necesario que adquieras el hábito de llegar temprano a la misa. Lo que me lleva de manera directa al siguiente consejo… 4.- Sé puntual. Y cuando me refiero a ser puntual no quiere decir que debes de llegar “en punto” sino por lo menos 10 o 5 minutos antes de iniciar la misa. Las iglesias normalmente avisan 30 minutos antes con campanadas el inicio de la siguiente misa. Es común que en algunas parroquias antes de cada misa se comience a rezar un rosario como atención a la Virgen María, así que puedes aprovecharlo. La intención es que te valgas de esos momentos de silencio y reflexión antes de que llegue el sacerdote para preparar tu alma para el rito divino que está por suceder. 5.- Agenda los horarios de misa de las Iglesias más cercanas. En la ciudad en donde yo vivía hace unos meses (Cancún) era de gran ayuda que todos los domingos se publicara en el periódico de mayor circulación de la ciudad, los horarios de la misa dominical de todas y cada una de las Iglesias de la ciudad. Yo recorté este publicado y lo pegué en el corcho de la cocina de mi casa y me servía como referencia para consultar los horarios de misa a las que podía acudir en caso de que, por alguna razón, me fuera imposible asistir a la misa a la que yo habituaba. Dado que ahora en la ciudad de México no existe esta publicación (¡sería genial que perdieran el miedo a hacerlo!), lo que hice fue tomar una foto con mi celular del cartel que se muestra afuera de la Iglesia con los horarios de la misa. Lo mismo pienso hacer con las otras dos o tres iglesias que me quedan cerca.
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6.- Tener el misal dominical. Tener un misal dominical ayuda mucho para poder aprovechar la misa. ¿Por qué? Porque normalmente las publicaciones de los “propios de la misa” (así se les dice) vienen acompañadas con reflexiones valiosas de parte de expertos, santorales, recordatorios de festividades de cada día así como otras explicaciones valiosas sobre la liturgia. Cabe mencionar que contar durante la semana con las lecturas que se harán el siguiente domingo es una excelente oportunidad para meditarlas previamente. En la Editorial San Pablo pueden suscribirse o comprar el misal dominical anual. 7.- Confiésate. El domingo es el día de la confesión por excelencia. ¿Por qué? Porque es el día en que, en la mayoría de las Iglesias, por lo menos se aseguran que un sacerdote está dedicado de tiempo completo a confesar. Haber preparado la confesión con anterioridad es crucial, de tal manera que también obtengamos el mayor beneficio de este sacramento. Ya publiqué un post sobre algunos consejos para hacer una buena confesión. 8.- Pide colaborar con las actividades propias de la misa. Coméntale al sacerdote sobre tu deseo de hacer una de las lecturas de la misa, que te permita acolitar, recolectar el diezmo o entregar las ofrendas (no es tan difícil como normalmente se cree). Si ya hay alguien designado para hacerlo (como debe ser) y por alguna razón no te es permitido participar en esta labor, sugiere apoyar previo a la misa o posterior a ella con otra actividad ¿Cuál? Pues cualquiera que venga de tu iniciativa y que aporte algún valor: dirigir un misterio del rosario, entregar los misales en la entrada, ayudar a la gente adulta con dificultades para caminar a llegar a su lugar, entregar un boletín con una reflexión sobre el pasaje del evangelio que se va a leer, en fin… de lo que se trata es que te involucres activamente en la misa. 9.- Promueve la misa. No dejes que una reunión de amigos o un viaje te detenga para asistir a tu cita semanal con Dios. En todas las localidades del país existe una Iglesia que te ofrece la oportunidad de ir a misa todos los domingos. Si estás de viaje, invita a tus acompañantes a buscar una Iglesia para ir a misa el domingo. Si tienes pensado organizar un plan para salir a divertirte con tu familia o amigos el domingo, incluye dentro del plan el asistir a misa primero. “Qué les parece si nos vemos todos en la Iglesia, tomamos misa temprano, y de ahí nos vamos al teatro” Te sorprenderás de la respuesta positiva de la mayoría (en el interior a nadie le gusta decir que no a una misa). Y el último y más importante… 10.- Disfruta la misa. No sientas que estás cumpliendo con un compromiso formal obligatorio. Acude a misa con la actitud de quien va a visitar a un amigo, de quien se sabe amado y bendecido. Céntrate en mirar, durante una hora, de frente a Cristo. Dialoga con Él en tu silencio y no dejes que nadie ni nada te perturbe. La misa es lo que le debe de dar sentido a toda tu semana. Si el sacerdote es un gran orador o no, no tiene importancia, él está ahí para hacer posible el sacramento de la eucaristía y eso es lo valioso. (Fuente: diariodeuncatolico.com)