Año XLVII - Domingo XI del Tiempo Ordinario /C - 16 de Junio de 2013
PERDONA Y VIVIRÁS
Remesa IV - Nº 31
E
l evangelio de hoy nos invita a situarnos y a comprender; a amar y a perdonar; a sentarnos en el suelo y a levantar de la postración al pobre que llora su pecado. El perdón de Dios es oportunidad de nueva gracia. Donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia: en Cristo hemos sido justificados. Jesús encarna en plenitud la misericordia y el perdón del Padre. Lo revela en cada página “Sus lágrimas empezaron a regar los del evangelio. El ejemplo de hoy pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello” (Lc 7,38). confirma con datos muy sensibles esta buena noticia. El detalle de la mujer, mal interpretado, se convierte en oportunidad para la gran revelación del perdón: “Sus muchos pecados quedan perdonados, porque tiene mucho amor”. El perdón revela la esencia del evangelio de Jesús. Su declaración es tan sorprendente que alguien se pregunta: “¿Quién es éste que hasta perdona pecados?” La fe en el amor es la fuerza del perdón en Jesús: “Mujer, tu fe te ha salvado”. Qué bello es recordar aquí el anuncio de Pablo: “El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en Cristo Jesús”. Según la ley me puedo sentir muerto, como la pecadora del evangelio; pero en la fe de Cristo Jesús me siento resucitado. En el perdón, se revela el amor más radical. El Jesús del evangelio de hoy, es el mismo que grita en la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” ¿Qué experiencia tienes del perdón de Jesús? ¿Qué influencia tiene en tu vida la misericordia de Dios? ¿Qué gestos de reconciliación puedes poner en tu comunidad? Celebra el perdón de Dios y entrarás en la novedad de Cristo. Perdona y ama en el perdón. Si Cristo vive en ti, revela el evangelio de Jesús por el camino de la reconciliación. ¡Perdona y vivirás! P. Antonio Gracia, pasionista Perdona, Señor, nuestros pecados (Sal 31)
Nuestra Misa Monición
Domingo XI del Tiempo Ordinario /C Hermanos. El evangelio de hoy es buena noticia de salvación; es como la expresión cumbre del amor perdonador de Dios en Jesús. Es cierto que David y Pablo son testigos del Perdón de Dios; pero percibir con fe el amor de Jesús al perdonar a la pecadora pública es sentir que el amor de Dios nos ha llegado en plenitud a través del perdón de Jesús. En la Eucaristía de este Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario la palabra nos invita a percibir el mensaje del perdón que Dios nos regala. Escuchemos.
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Antífona de entrada
Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío (Sal 26,7,9).
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Acto Penitencial
S Tú que eres la plenitud de la verdad y de la alegría: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad. S Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad. S Tú que no has venido a condenar sino a perdonar: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
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Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Oración colecta
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo.
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1ª Lectura (2Sam 12,7-10.13) Lectura del segundo libro de Samuel
En aquellos días, dijo el profeta Natán al rey David: “Así dice el Dios de Israel: ‘Yo te consagré rey de Israel y te libré de las manos de Saúl, te confié la casa de tu señor y puse sus mujeres en tus brazos; te di poder sobre Judá e Israel, y si todo esto te parece poco, estoy dispuesto a darte todavía más. ¿Por qué, pues, has despreciado el mandato del Señor, haciendo lo que es malo a sus ojos? Mataste a Urías, el hitita, y tomaste a su esposa por mujer. A él lo hiciste morir por la espada de los amonitas. Pues bien, la muerte por espada no se apartará nunca de tu casa, pues me has despreciado, al apoderarte de la esposa de Urías, el hitita, y hacerla tu mujer’”. David le dijo a Natán: “¡He pecado contra el Señor!” Natán le res-pondió: “El Señor te perdona tu pecado. No morirás”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (31)
L Perdona, Señor, nuestros pecados. R Perdona, Señor, nuestros pecados. L Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño /R L Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado /R
L Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden /R L Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos, y todos los hombres de corazón sincero canten de gozo /R
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2ª Lectura (Gál 2,16.19-21) Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los gálatas
Hermanos: Sabemos que el hombre no llega a ser justo por cumplir la ley, sino por creer en Jesucristo. Por eso también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en Cristo y no por cumplir la ley. Porque nadie queda justificado por el cumplimiento de la ley. Por la ley estoy muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo. Vivo, pero ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. Pues mi vida en este mundo la vivo en la fe que tengo en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí. Así no vuelvo inútil la gracia de Dios, pues si uno pudiera ser justificado por cumplir la ley, Cristo habría muerto en vano. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Aleluya, aleluya. Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. R Aleluya (1Jn 4,10).
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 7,36-50)
(Forma breve)
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese día en
casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas bañaba sus pies, los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el perfume. Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: “Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora”. Entonces Jesús le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. El fariseo contestó: “Dímelo, Maestro”. Él le dijo: “Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?” Simón le respondió: “Supongo que aquel a quien le perdonó más”. Entonces Jesús le dijo: “Has juzgado bien”. Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: “¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama”. Luego le dijo a la mujer: “Tus pecados te han quedado perdonados”. Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: “¿Quién es éste, que hasta los pecados perdona?” Jesús le dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado; vete en paz”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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Profesión de fe
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
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Oración de los fieles
S Jesús perdonó a la pecadora porque amó mucho. Oremos, para que aprendamos que es el amor el que salva y el que dispone para el perdón. A Te lo pedimos, Señor. L Por los discípulos de Jesús, para que abandonemos el rigor que juzga y condena, y abracemos el amor que conduce a la salvación y al perdón: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Por los poderes públicos y por las instituciones, para que no usen las leyes como instrumentos de represión, sino para proteger y defender a los débiles: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Para que seamos ante el mundo testigos de perdón, y practiquemos la misericordia con quienes no han sabido practicarla con los demás: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Para que practiquemos como Jesús la misericordia con los que se equivocan, a fin de que se conviertan y empleen sus fuerzas en amar y hacer el bien: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Señor, tú que supiste armonizar el amor con el perdón, enséñanos a amar para que aprendamos a perdonar. Por Jesucristo nuestro Señor. R Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espìritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Antífona de comunión
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Oración d/de la comunión
Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El personaje de la semana
F
José Macario Yépez
ue Presbítero y maestro. Sacerdote de heroicas virtudes y de gran sabiduría e ilustre escritor. Reconstruyó el templo de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto destruido por el terremoto de 1812, observando una conducta arreglada y únicamente ocupado en los estudios” que cursaba en El Tocuyo. Declaró entonces que había nacido en Barquisimeto y vivido allí hasta la edad de 16 años, en que se trasladó a El Tocuyo. Se cree que nació en Barquisimeto en abril de 1799, sus padres Francisco de Paula Yépez, Tocuyano y María Josefa Tovar, quiboreña. En 1819 ingresó al Seminario Tridentino de Caracas y simultáneamente a la Universidad, donde obtuvo el título de bachiller en Filosofía en 1882; dos años más tarde, se graduó de maestro en Filosofía y culminó sus estudios sacerdotales. Figurando como fundador y redactor de El Correo de Occidente. En 1856, cuando una terrible epidemia de cólera azotaba a la población barquisimetana y ante la presencia de la imagen sagrada de la Divina Pastora, trasladada desde el pueblo de Santa Rosa a la ciudad, ofrece su vida a cambio de que la epidemia se detuviera. Muriendo el 16 de junio de 1856, siendo sus restos depositados en el Cementerio San Juan. Cada catorce de enero, cuando la venerada imagen de la Virgen Divina Pastora pasa por este lugar, se recuerda también el sacrificio del sacerdote. José Alberto González, ssp.
Liturgia de la Semana - 3ª Sem. del Salterio
(Del 17 al 23 de Junio 2013) 17 Lunes, Feria, XI Semana del Tiempo Ordinario - 2Cor 6,1-10; Sal 97; Mt 5,38-42. 18 Martes, Feria, XI Semana del Tiempo Ordinario - 2Cor 8,1-9; Sal 145; Mt 5,43-48. 19 Miércoles - Feria o Memoria de San Romualdo, abad - 2Cor 9,6-11; Sal 111; Mt 6,1-6.16-18. 20 Jueves - Feria, XI Semana del Tiempo Ordinario - 2Cor, 11,1-11; Sal 110; Mt 6,715. 21 Viernes - San Luis Gonzaga, Religioso, M - 2Cor 11,18.21-30; Sal33; Mt 6,19-23. 22 Sábado - Feria o Memoria de San Paulino de Nola, Obispo - 2Cor 12,1-10; Sal 33; Mt 6,24-34. 23 Domingo XII del Tiempo Ordinario /C Za 12,10-11;13,1; Sal 62; Gál 3,26-29; Lc 9,18-24 - L.H.: 4ª Semana del Salterio.