Año XLV - Domingo XVII del Tiempo Ordinario /B - 29 de Julio de 2012
DARSE DEL TODO
Remesa V - Nº 39
D
ar. Dar hasta que duela. Darse con apertura total. Darse como pan partido y repartido sobre la mesa del amor. La solidaridad verdadera no tiene límite. Mejor: el límite de la solidaridad es la donación total, generosa y desprendida. Y la fuerza única y verdadera del darse, el amor. Escucha el evangelio de hoy. ¿Qué son cinco panes de cebada y un par de peces para cinco mil hombres sin contar mujeres y niños? Nada. Absolutamente nada. Pero como me dijo, en cierta ocasión, un Delegado de la Palabra de Dios en Honduras, “la fe mueve montañas”. “Y cuando uno da todo lo que tiene, a Dios no le queda más remedio que hacer el milagro”. “Así es, le respondí bajito”. Y me quedé pensando: Cuando uno se da del todo, a Dios no le queda más alternativa que hacer el milagro. La generosidad obliga a Dios. Sin colaboración, ni Eliseo, ni Jesús hubieran multiplicado el pan. Dios no hace Jesús tomó los panes,dio las milagros con panes de avaricia o de egoís- gracias y los respartió entre los mo. Con corazones mezquinos el Reino de que estaban sentados (Jn 6,11). Dios no puede crecer. En cambio sobre el pan de ofrenda solidaria, Dios hace maravillas de poder. Sé que este pensamiento lo he compartido más de una vez en esta misma Hoja Domingo. Pero suscribo feliz mi repetición. Cuando hay hambre, el pan de ayer, sabe tan tierno como si fuera pan de hoy. ¿Qué te dice todo esto? ¿Qué caminos abre a tu vida? ¿Te consideras generoso en tu compartir? Ser cristiano, es seguir a Cristo y ser de Cristo. Y ser de Cristo es darse del todo y en todo como Cristo; es celebrar la vida como pan de entrega en el amor. Antonio Gracia, pasionista Bendeciré al Señor eternamente (Sal 144)