Año XLV - Domingo II de Pascua /B - 15 de Abril de 2012
DICHOSO QUIEN CREA SIN VER
Remesa III - Nº 24
P
ascua del Señor. Vida nueva en Cristo. Proceso de fe hasta llegar al “Señor mío y Dios mío” de Tomás. O hasta alcanzar a Pablo que afirma: “Mi vivir es Cristo”. Los acontecimientos pascuales, transcritos con demasiada brevedad, nos introducen en un proceso de fe de parte de los apóstoles: del no creer, a creer; del creer, a confesar. Recuerda el evangelio. A los ocho días de la primera aparición al grupo, se presenta de nuevo el Resucitado en medio de ellos, se dirige personalmente a Tomás y le echa en cara su incredulidad, a pesar del testimonio de sus compañeros. “¿Porque me has visto, has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. Interesante. La resurrección de Jesús es un acontecimiento de fe. Creer en El, no es verle, ni palparle; es fiarse de su palabra y de los testigos. El resucitado es sorpresa y al mismo tiempo es presencia. El “Yo soy”, se convierte en “Señor mío y Dios mío” cuando la fe lo descubre como el que es, vivo, resucitado y glorioso. Qué bien escribe Juan: “Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios”. Después dijo a Tomás: Quien se sumerge en Cristo en bautismo de “Pon aquí tu dedo y mira mis muerte, resucita con Él en gloria de vida. En manos; extiende tu mano y la Pascua del Señor se vive la fe verdadera; métela en mi costado” (Jn 20,27) se realiza el sentido de unidad en la Iglesia y se configura el nuevo cuerpo de Cristo. La Pascua nos lleva a testimoniarlo con la gracia de su Espíritu. ¿Cómo es tu fe en Cristo? ¿Tu fe te lleva a una vivencia real del Señor? Recuérdalo. La Pascua se vive desde la fe en el corazón y se expresa con la confesión de la boca. La Pascua debe hacer real, en ti, la última bienaventuranza de Jesús: ¡Dichoso quien crea sin ver!
Antonio Gracia, pasionista
De la Divina Misericordia
Nuestra Misa Monición
Domingo II de Pascua /B Hermanos. Estamos en el Segundo Domingo de Pascua. Y bien podemos repetir que la pascua se vive en la fe y desde la fe. Cuando el encuentro con el Señor es verdadero, la pascua se convierte en una confesión sincera y total. Más aún. En la medida que se comprende la pascua desde la fe, aprendemos a compartir con un verdadero sentido de solidaridad. Escuchemos la Palabra y celebremos en la fe el misterio Pascual que celebramos en la Eucaristía.
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Antífona de entrada
Como niños recién nacidos, deseen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya (1Pe 2,2).
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Acto Penitencial
S Tú que borras nuestras culpas: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad. S Tú que creas en nosotros un corazón puro: Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad. S Tú que devuelves la alegría de la salvación: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
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Gloria
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad
de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Oración colecta
Dios de eterna misericordia, que reavivas
la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros tu gracia, para que comprendamos a fondo la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del Espíritu que nos ha dado una vida nueva y de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo.
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1ª Lectura (He 4,32-35) Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía. Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (117)
L La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. R La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. L Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Diga la casa de Aarón: “Su misericordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericordia es eterna” /R L La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor; pero no me abandonó a la muerte /R
L La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo /R
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2ª Lectura (Jn 5,1-6) Lectura de la 1ªcarta del apóstol san Juan
Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios, en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo. Porque, ¿quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios. Jesucristo es el que se manifestó por medio del agua y de la sangre; él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Aleluya, aleluya. Tomás, tú crees porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R Aleluya (Jn 20,29)
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Lectura del santo Evangelio según san Juan A. Gloria a ti, Señor
(Jn 20,19-31)
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípu-
los vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: ‘¡Señor mío y Dios mío!’ Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”. Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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Profesión de fe
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Oración de los fieles
S La resurrección de Jesús es un misterio de fe, no un ejercicio de “ver” y “tocar”. Oremos, para que el Señor confirme a nuestras comunidades en la fe pascual. A Te lo pedimos, Señor.
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Ilustraciones de: Hna. Teresa Castaño - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: // www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
L Jesús resucitado llenó de gozo con su visita a los discípulos acobardados. Para que el encuentro con Jesús resucitado nos libere de nuestros miedos y llevemos paz y felicidad a los colectivos sociales más deprimidos: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Para que los discípulos de Jesús, el papa, los obispos, presbíteros, religiosos y laicos, renovados por el espíritu de Jesús resucitado, seamos un signo gozoso de amor, de servicio y de convivencia para la ciudad terrena: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Por los que piensan no necesitar de Dios, por los que no creen porque no han visto, para que la autenticidad del testimonio de los cristianos les ayude a encontrarse con Jesús resucitado: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Por los que creemos sin haber “visto” ni “tocado”, Para que las celebraciones pascuales nos confirmen en la fe en Jesús resucitado: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Concédenos, Señor, tu Espíritu, para que seamos fieles en escuchar tu Palabra, en la oración, en la “fracción del pan” y en el compartir fraterno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, las ofrendas que (junto con los recién bautizados) te presentamos; tú que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, guíanos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Antífona de comunión
Jesús dijo a Tomás: acerca tu mano, toca las cicatrices dejadas por los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya (Jn 20,27).
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Oración d/de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia recibida en este sacramento nos impulse siempre a servirte mejor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El personaje de la semana
Siervo de Dios Mons. Arturo Celestino Álvarez
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ació en Zaraza, Estado Anzoátegui, fue obispo de las diócesis de Maracaibo quien gobernó entre los años 1910 y 1920. Del Zulia pasó luego a ser Obispo de Calabozo, y allí gobernó entre los años 1921 y 1952. Su madre, Justa Álvarez lo preparó desde niño para la vida religiosa. Cursó estudios en el Colegio de Primera Categoría de Calabozo, graduándose de bachiller en filosofía y letras en 1888. Inició estudios religiosos en el Seminario de Calabozo, obtuvo la ordenación sacerdotal en 1893. Recibió el título de Doctor en Ciencias Eclesiásticas en la Universidad Central de Venezuela. Arturo Celestino Álvarez fue designado como tercer obispo de Calabozo el 15 de mayo de 1921. Muere en Calabozo el 8 de enero de 1952. Hoy en día el corazón incorrupto de Monseñor Arturo Celestino Álvarez, descansa en la Catedral de la Ciudad de Maracaibo, Estado Zulia; mientras que el resto de su cuerpo se encuentra en Calabozo, Estado Guárico. Ángel Rubén Rodríguez Deceano, ssp
Liturgia de la Semana - 2ª Sem. del Salterio (Del 16 al 22 de Abril de 2012)
16 Lunes, Feria, II Sem. de Pascua - He 4,23-31; Sal 2; Jn 3,1-8. 17 Martes, Feria, II Sem. de Pascua - He 4,32-37; Sal 92; Jn 3,7-15. 18 Miércoles, Feria, II Sem. de Pascua He 5,17-26; Sal 33; Jn3,16-21. 19 Jueves, Feria, II Sem. de Pascua - He 5,27-33; Sal 33; Jn 3,31-36. 20 Viernes, Feria, II Sem. de Pascua - He 5,34-42; Sal 26; Jn 6,1-15. 21 Sábado, Feria, II Sem. de Pascua - He 6,1-7; Sal 32; Jn 6,16-21. 22 Domingo III de Pascua /B - He 3,1315.17-19; Sal 4; 1Jn 2,1-5; Lc 24,35-48 - L.H. 3ª Semana del Salterio.