Año XLVIII - Domingo XIV del Tiempo Ordinario /A - 6 de Julio de 2014
¿CÓMO ES DIOS?
Remesa IV - Nº 32
E
n una escuela primaria, una niña estaba dibujando con mucho empeño. Le preguntaron qué dibujaba. Ella respondió: “Estoy dibujando a Dios”. Le replicaron: “Pero, si no se sabe cómo es Dios”. Y ella contestó: “Ahora lo sabrán, cuando termine mi dibujo”. ¿Cómo es Dios? Jesús dijo: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados “Vengan a mí los que van cansados, llevando y yo los aliviaré. Carguen con mi pesadas cargas, y yo los aliviaré” (Mt 11,28). yugo, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. El salmo 145 (144) nos dice cómo es Dios: “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, es bueno con todos, es cariñoso con todas sus creaturas. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones, sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. El Señor es justo en todos sus caminos, es leal con todas sus creaturas. Cerca está el Señor de los que lo invocan sinceramente. Cumple los deseos de sus fieles, escucha sus gritos y los salva. Guarda a todos sus amigos y destruye a todos los malvados”. Son las bellas letanías de Dios. Son sus dieciocho apellidos. En primer lugar le damos gracias a Dios por ser como es. Por su amor por todos nosotros. Y en segundo lugar, si somos hijos suyos, nos podemos preguntar cuántos de esos apellidos hemos heredado nosotros. Y entonces la letanía se nos convierte en un examen de conciencia. ¿Hemos salido parecidos a nuestro Padre? ¿Estamos sujetos al Espíritu de Dios que habita en nosotros? ¿Con el Espíritu damos muerte a las obras del cuerpo? ¿Qué podemos hacer para parecernos más a Dios? ¿Es mucha pretensión? ¿Qué queremos hacer para parecernos más a Él? P. Jean Pierre Wyssenbach, S.J. Acuérdate, Señor, de tu misericordia (Sal 144)