Año XLVI - Domingo XXI del Tiempo Ordinario /A - 21 de Agosto de 2011
Remesa V Nº 38
J
EN TUS MANOS ESTÁN LAS LLAVES
esús resulta sorprendente. Es impredecible en cualquier espacio y tiempo. Siempre camina por sendas de libertad, de espontaneidad y de sinceridad. Al revés de lo que nos pasa a nosotros, que, con demasiada frecuencia, nos ocultamos detrás de mil máscaras. No queremos saber quiénes somos, ni qué piensan de nosotros. Nos da miedo entrar a fondo en el corazón. Jesús, con toda franqueza, quiere saber qué dice la gente de él. Y no por curiosidad averiguadora, sino porque desea cotejar, en su interior, la trascendencia de la misión que realiza. La pregunta no es simplemente para inquirir, sino para examinarse, para discernir el valor de su presencia. Por eso, a la propuesta ‘qué susurra la gente de mí’, añade: “Y ustedes, que me observan y me escuchan a diario, ¿qué piensan de mí? ¿Quién soy yo para ustedes? ¿Qué significo en sus vidas?” Pedro, tras unos minutos de silencio, responde movido por el Espíritu del Padre: “Tú Jesús le dijo a Pedro: “Yo te eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Ante esta respuesta, Jesús, también lleno del daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la Espíritu, le revela: “Tú eres Pedro y sobre tierra quedará atado en el cielo, esta piedra edificaré mi Iglesia. Te daré las y todo lo que desates en la tierra llaves del reino de los cielos”. quedará desatado en el cielo” (Mt 16,20) Dentro de una reflexión sencilla como esta, cabe escuchar a Jesús que te pregunta muy suavemente al oído: ¿Quién soy yo para ti? ¿Mi evangelio es buena noticia hoy para ti? Ahora a Jesús no le importa lo que dice la gente. Lo que a él le interesa es qué significa en tu vida. Vive a Jesús y tendrás las llaves del Reino en tus propias manos. El Dios del Reino ya está dentro de ti Antonio Gracia, pasionista Señor, tu amor perdura eternamente (Sal 137)