Año XLV - Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario /A - 9 de Octubre de 2011
CAMBIA DE ROPA Y ENTRA
Remesa VI Nº 45
D
e nuevo la ilusión, la desilusión y la ilusión colmada. Dios disfruta viéndonos a todos sus hijos en un gran convite. A todos, sin excepción. Y se alegra con un amor inconmensurable. Su gloria es contemplarnos en la sala del Reino celebrando su amor en banquete de boda. En ese festín donde no hay lágrimas de tristeza, de soledad, de maltratos; donde no existen señales de malestar. En esa sala donde sólo hay rostros de paz, de amor, de gracia. Rostros llenos de vida. Rostros de Dios. Y aquí viene el pregón. Para anunciar la Boda, Dios escoge la voz de su Hijo. Y la voz del Hijo resuena así: Vengan benditos de mi Padre. El convite del amor está preparado. Cambien de ropa. Lávense. Báñense. Perfúmense. Dejen el odio, el rencor, la división. No piensen más en armas nucleares, ni en bandas de asesinos callejeros, ni en motines de muerte. Vengan, llenemos la sala del amor. La voz del Hijo, regalada especialmente para su pueblo amado, quedó crucificada ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí con clavos de desprecio y de dureza de co- sin traje de fiesta?’ Aquel hombre razón. Casi nadie le hizo caso. Y la sala que- se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ‘Atenlo de pies dó vacía. Pero, gracias a su amor misericor- y manos y arrójenlo fuera, a las dioso, Dios resucitó al Hijo y siguió gritando tinieblas’ (Mt 22,12-13). con mil voces de jornaleros nuevos: “Vengan benditos de mi Padre. La mesa está servida. Caliente el pan. Y envejecido el vino”. Así de poético y de real. Hoy la invitación es para ti; es personal. ¿Decides entrar a la boda? ¿Quieres compartir del pan de la mesa y disfrutar del vino nuevo del Reino? Entonces: Báñate. Cambia de ropa y entra. Haz la prueba y verás ¡qué bueno es el banquete del Señor! Y disculpa el cambio de la palabra final del evangelio: “Todos son los llamados, pero pocos los decididos” Antonio Gracia, pasionista Habitaré en la casa del Señor toda la vida (Sal 22)
Nuestra Misa Monición
Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario /A Hermanos: Dios nos reúne en la fiesta pascual del Domingo para compartir en banquete de amor el pan de su Palabra y de su Cuerpo. Todos estamos invitados cordialmente a sentarnos alrededor de la mesa, en fraternidad sencilla y armonizada con salmo de liberación. El Dios que se reparte en Palabra y en Pan quiere hacer con nosotros una expresión humilde del banquete universal del Reino de Dios. Celebremos esta Eucaristía como memoria pascual de salvación.
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Antífona de entrada
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón (Sal 129,3-4).
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Saludo
El Señor que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes. R Y con tu espíritu.
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Gloria
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Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos inspire y acompañe siempre para que podamos descubrirte en todos y amarte y servirte en cada uno. Por nuestro Señor Jesucristo.
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1ª Lectura (Is 25,6-10) Lectura del libro del profeta Isaías
En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín
con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos. Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara. Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae, porque la mano del Señor reposará en este monte”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (22)
L Habitaré en la casa del Señor toda la vida. R Habitaré en la casa del Señor toda la vida. L El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas /R L Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad /R L Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes /R
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2ª Lectura (Fil 4,12-14.19-20) Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses
Hermanos: Yo sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que
a la escasez. Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza. Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades. Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de ustedes, por medio de Cristo Jesús. Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Aleluya, aleluya. Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R Aleluya (Ef 1,17-18).
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Lectura del santo Evangelio según san Mateo. A. Gloria a ti, Señor
Luego les dijo a sus criados: ‘La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados. Cuando el rey entró a saludar a los convidados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?’ Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ‘Atenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
(Mt 22,1-14)
En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
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Profesión de fe
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Oración de los fieles
S Oremos iluminados por el evangelio de Jesús, para que cuantos estamos aquí reunidos, signifiquemos alrededor de la Mesa, el Banquete de Boda soñado por el Padre para sus hijos. L Para que la Iglesia, alrededor de la mesa de la Palabra, celebre el banquete de Boda del Señor, compartiendo el pan y el vino de Cristo Eucaristía. Roguemos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Por cuantos en nombre de Cristo tienen la misión de convidar al Banquete del Señor, para que la voz de su testimonio tenga poder de convocar a todos los comensales buscados por Dios. Roguemos al Señor. A Te lo pedimos, Señor.
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A.
Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Obra de: Hna. Teresa Castaño - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
L Para que cuantos participamos en el banquete de la Eucaristía, lo celebramos vestidos con traje de gala y así sintamos la salvación de Dios en nuestro corazón. Roguemos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Para que cuantos creemos en el amor de Dios, salgamos a las calles a proclamar la gracia salvadora que su Hijo nos regala en el Banquete de Boda de su Eucaristía. Roguemos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Padre de bondad, que todos tus hijos sepamos apreciar el Banquete de Boda que tu Hijo nos regaló en el Sacramento de la Eucaristía y que salgamos a todos los caminos del pueblo a proclamarlo con fe y alegría. Por Cristo nuestro Señor. A Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que esta Eucaristía nos ayude a conseguir la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Oración del Señor
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Antífona de comunión
El personaje de la semana
San Héctor Valdivielso Sáez
H
éctor Valdivielso nació el 31 de octubre de 1910, en el barrio porteño de Boedo, en pleno corazón de Buenos Aires, en el seno de un hogar de inmigrantes españoles. Cuando estaba pequeño, un religioso lasallano, el hermano Celestino Pedro, solía visitar cada tanto a la familia, ocasión en que relataba sus experiencias como educador, las cuales Héctor escuchaba con avidez. Debido a la vida ejemplar de un hermano de la Salle Celestino Pedro, comenzó a aflorar en su ánimo el anhelo de abrazar aquella vida. Después de manifestar esa aspiración a su madre, el 31 de agosto de 1922 con solo 12 años inicia sus estudios con los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Ya en 1929, finalizados sus estudios y emitidos sus votos, fue enviado a Astorga (León-España). Héctor llegó a Turón, donde comenzó a enseñar. El 5 de octubre de 1934 lo sorprende allí la revolución de Asturias, movimiento insurreccional ateo y comunista donde muere como mártir junto con otros 7 religiosos. Todos ellos beatificados por su S.S. Juan Pablo II el 29 de abril de 1990 y canonizados el 21 de noviembre de 1999 en una gran ceremonia que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro. Jhoan Becerra, ssp info@sanpablo.org.ve
Liturgia de la Semana 4ª Sem. del Salterio
Los que buscan riquezas, sufren pobreza y hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada (Sal 33,11).
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Oración d/de la comunión
Te pedimos, Señor, humildemente, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido en alimento, nos comuniquen su misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(Del 10 al 16 de Octubre de 2011)
10 Lunes, Feria o Memoria de Sto. Tomás de Villanueva, Obispo - Rom 1,1-7; Sal 97; Lc 11,29-32. 11 Martes, Feria, XXVIII Sem. del Tpo. Ord. - Rom 1,16-25; Sal 18; Lc 11,37-41. 12 Miércoles, Feria o Memoria de Ntra. Sra. del Pilar - Rom 2,1-11; Sal 61; Lc 11,4246 - Día de la Evangelización en América Latina. 13 Jueves, Feria, XXVIII Sem. del Tpo. Ord. - Rom 3,21-30; Sal 129; Lc 11,47-54. 14 Viernes, Feria o Memoria de San Calixto, Papa y Mártir - Rom 4,1-8; Sal 31; Lc 12,1-7. 15 Sábado, Sta. Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Igl., M - Rom 8,22-27; Sal 104; Lc 12,8-12. 16 Domingo XXIX del Tiempo Ortdinario /A Is 45,1.4-6; Sal 95; 1Tes 1,1-5; Mt 22,15-21 - L.H.: 1ª Semana del Salterio.