San Judas Tadeo Vida y novena

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Manuel DĂ­az Ă lvarez

San Judas Tadeo Vida y novena


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11ª Reimpresión 2010

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San Judas y Venezuela

San Judas Tadeo es uno de los apóstoles a los que más devoción se le profesa en América Latina. Los países europeos no lo recuerdan actualmente en su liturgia y en sus oraciones cotidianas. Frecuentemente la aversión que sienten hacia el Judas Iscariote les lleva a obviar la familiaridad con este humilde e incondicional discípulo de Cristo. Entre nosotros san Judas Tadeo se ha venido a constituir en el “abogado de todos los casos imposibles y difíciles”. Es una especie de Rita de Cassia en masculino. En casi todas las iglesias de nuestro país existe alguna imagen de san Judas y es de las más veneradas por los fíeles. En algunos templos de la capital,


entre los que cabe destacar la iglesia de San Pío X, en La Puerta de Caracas, y el de La Chiquinquirá, de La Florida, constantemente se ven fieles a los pies del santo apóstol. La Iglesia no prohíbe la devoción y veneración de los santos. Pero siempre ha dejado en claro que los santos, por ella elevados a los altares, deben ser para los fieles, ante todo, modelos a los que se debe imitar, y no tan sólo personajes que pueden hacer milagros. A fin de que los fíeles católicos de nuestra iglesia conozcan e imiten las virtudes sobresalientes del apóstol san Judas, escribimos esta breve biografía suya, a la que añadimos algunos comentarios a la carta que él escribió a los fíeles de su época, y la novena. Esperamos que cuantos, conociendo de cerca a san Judas, decidan imitarle, propaguen sanamente su devoción. Otros muchos sentirán la necesidad de ser mejores ante su ejemplo (MDA).


San Judas, de la tribu de Judá

El apóstol Judas Tadeo figura en el evangelio como uno de los más callados y humildes del colegio apostólico. Cuando Cristo le invitó a seguirle lo hizo sin titubear y a partir de entonces nada ni nadie le apartó del Maestro. Judas no era tan desconocido en el grupo de los apóstoles. Le unían lazos de amistad y sangre con casi todos los demás discípulos y con otros personajes cristianos de los primeros años de la Iglesia. Judas nació en Galilea. Pertenecía a la tribu de Judá. Y su padre, Cleofás, es el mismo que, con otros discípulos, se dirigía a Emaús el día de la Resurrección del Señor.


Cleofás se convirtió en un auténtico cristiano. Vivió como tal y defendió la fe dondequiera que se movió hasta su muerte. Una muerte cruel, puesto que fue martirizado en su propia casa, según nos narra el martirologio romano, el 25 de septiembre. Fue hermano de san José, el esposo de la Virgen María, y su madre fue María de Alfeo. Esta mujer tuvo también otros hijos de importantísima relación con Jesús, tales como Santiago el Menor, apóstol, José el llamado Justo, Simeón, que fue con el tiempo obispo de Jerusalén, y Salomé, madre a su vez, de los apóstoles Santiago y san Juan, hijos del Zebedeo. La tradición de la Iglesia, que han hecho y recogido los Santos Padres, nos dice que los sobrenombres con que es conocido san Judas (Tadeo y Lebeo) expresan las principales virtudes de este apóstol: su sabiduría, su firmeza y su benignidad.


Estas mismas virtudes le aparecen también reflejadas en la simbología que en el Apocalipsis se le atribuye a Judas. Generalmente se le asocia con la piedra preciosa, el ágata o el crisopacio. En verdad, en medio de su simplicidad, san Judas fue siempre hombre de palabra, tan serio en sus conocimientos como en la práctica de sus virtudes. Supo permanecer firme en medio de los conflictos y fiel a Cristo a pesar de ser perseguido.

Llamado por Jesús El evangelio habla poco de Judas, pero cuando lo hace pone de relieve su generosidad, su deseo de que también otros participen del mensaje y de los privilegios que dispensa Jesús a sus apóstoles. Cuando Jesús habla de la esencia de su mensaje a los doce, Judas se dirige al Maestro para preguntarle:


-“Señor, ¿por qué hablar de mostrarte solamente a nosotros y no al mundo?”. A lo cual responde Jesús, mirándolo con satisfacción: -“Si alguien me ama guardará mis mandamientos y mi Padre lo amará y vendremos a él para hacer morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras, pero mi palabra no es mía, sino del Padre que me envía”. Jesús le dice a Judas que aquéllos que, como él, lo amen y observen sus palabras conocerán a Dios y sus misterios les serán revelados. Durante los tres años que permaneció al lado de Jesús, Judas escuchó reverentemente sus palabras y creyó firmemente en la misión de Jesús. Así lo expresa en la carta, que luego escribiría, para provecho y orientación de todos los fieles del mundo. No es de los que tengan más confianza con Jesús. No pertenece al grupo de


los íntimos, pero sí está siempre junto al Maestro, y recibe de éste constantes palabras de ánimo y aprobación. Una vez muerto y resucitado Jesús, Judas, como los demás apóstoles, recibe la fuerza del Espíritu Santo. Bajo la fuerza de la fe se dispone a recorrer el mundo predicando el evangelio. Con los demás compañeros hizo su profesión de fe y llegó a Mesopotamia. Allí, debido a su testimonio de vida y a su palabra encendida, logró la conversión de los edesanos, juntamente con la de su rey, Abagaro. Amplió sus actividades por toda Libia y por la Armenia Mayor. Estas correrías apostólicas de san Judas las describe el obispo san Paulino. En Armenia escribió la carta a la que hemos hecho referencia y de la que todos los grandes escritores cristianos han dicho que es: -católica, ya que se dirige a toda la Iglesia y a todos los hombres abiertos a la verdad;


-dogmática, hablando claro sobre las verdades fundamentales de la fe y combatiendo a los simonianos, los nicolaitas y los gnósticos; -canónica, ya que la Iglesia la incluyó dentro de los libros sagrados en el Concilio de Trento. Casi todos los Santos Padres hacen elogios de esta carta de san Judas. Entre ellos merece la pena citar a Orígenes, san Epifanio y san Jerónimo. Este último llega a decir: “Es tan mística como sucinta. Breve en las palabras, pero larga en las sentencias, siendo imposible que el que la lea de buena fe permanezca ciego en el error”. San Judas, junto con el apóstol san Simón, llegó hasta Persia. Aquí tuvieron lugar acontecimientos realmente llamativos y portentosos. Después de vencer no pocas dificultades y, avalada su palabra con prodigios, convirtió al general Baradach. De inmediato, a este general cristiano se le unió prácticamente todo 10


el ejército. Y tan ejemplar se convirtió la vida de los soldados, a causa de la fe y de los principios cristianos, que el mismo rey se hizo bautizar.

El martirio Pero cuando los dos apóstoles se encaminaron a la ciudad de Suanyr, con el ánimo de predicar allí el evangelio y convertir a sus habitantes, éstos habían sido envenenados por los sacerdotes paganos y los magos que, viendo cómo los conversos abandonaban las prácticas supersticiosas que ellos fomentaban, no podían permitir que los apóstoles tuviesen más éxitos. Los magos y los jefes de los ritos soliviantaron al pueblo contra estos dos discípulos del Señor. Fueron martirizados por los que los magos habían contratado. Se dice que todos sus asesinos murieron poco después en medio del tem11


plo, adorando a sus ídolos víctimas de una tempestad que acabó con los cimientos del recinto. Es en el siglo VII cuando los restos de este apóstol, Judas Tadeo, y los de su compañero, Simón, son trasladados a Roma. El papa san León III permitió que parte de aquellas reliquias fuesen trasladadas a la basílica de san Saturnino de Tolosa, como “regalo” al rey Carlomagno. Algunas otras reliquias de estos dos apóstoles fueron a parar a la iglesia de san Andrés de Colonia. Se dice que el gran san Bernardo logró tener consigo en vida algunas reliquias de san Judas, a quien profesaba una gran devoción. En sus escritos ordenó que, una vez fallecido, las reliquias fuesen colocadas en su féretro. La devoción a san Judas Tadeo se extendió muy pronto por todo el mundo cristiano. Su carta es leída con reverencia, ya que expone principios fundamentales para la fe. Y, como ya hemos 12


dicho, esta devoción es especialmente popular en América Latina. San Judas es considerado patrono y abogado contra los malos espíritus. Y él, que supo afrontar toda clase de peligros en defensa de la fe, ha venido a constituirse también en protector de los que sufren o son maltratados por la sociedad.

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Las enseñanzas de San Judas Tadeo

La carta de Judas es breve en su extensión, pero muy densa de contenido. A veces se hace difícil su interpretación. Utiliza libros religiosos de la época, que eran muy enredados. Por esa razón, no es fácil interpretar algunos de sus pasajes. Pero, dejando a un lado el ropaje en que está escrita, cabe destacar la defensa que hace de la genuina fe cristiana. Sobre todo, frente a muchos herejes que quieren contaminarla. Su deseo es mantener íntegra la fe de los Apóstoles, que el mismo Judas había profesado y predicado por gran parte del mundo. Haremos a continuación breves comentarios a la misma, que servirán, 14


cada uno de ellos para la meditación del novenario.

1. Judas, servidor de Jesucristo La carta del apóstol Judas comienza con estas palabras de saludo: “Judas, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que fueron llamados a la fe, amados por Dios Padre y conservados en Cristo Jesús”. Se dirige, por lo tanto, a todos los cristianos, sin distinción de raza, cultura o nación. Porque Judas sabía que para Dios no hay acepción de personas, y que Jesucristo debe ser anunciado a todas las gentes. Al mismo tiempo, Judas se proclama servidor de Jesucristo. Discípulo suyo, que no hace otra cosa que servir de instrumento para que Cristo sea conocido. Sabe que es un instrumento débil, pero lleno de coraje porque la fe ha transformado su vida. 15


Índice

San Judas y Venezuela.................... 3 San Judas, de la tribu de Judá.......... 5 Llamado por Jesús....................... 7 El martirio.................................11 Las enseñanzas de San Judas Tadeo........................14 1. Judas, servidor de Jesucristo....15 2. Misericordia, paz y amor..........17 3. Luchar por la fe......................19 4. ¡Cuidado con los impíos!..........21 5. Entregados a sus pasiones.......23 6. El propio estómago.................25 7. Nubes llevadas por el viento.....27 8. Las bases de la fe...................29 9. Salvar a los que dudan............31 Novena a San Judas Tadeo.............34 Gozos de San Judas.......................46 47


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