Santo Rosario ofrecido por los Sacerdotes

Santo Rosario ofrecido por los Sacerdotes

Comunidad Carismática Católica “Los Samaritanos”

Santo Rosario

ofrecido por los Sacerdotes

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“Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado”.

(Hb 5, 1).

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Introducción

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través de este libro nuestra Comunidad Carismática Católica Los Samaritanos te ofrecemos un modelo para orar por nuestros sacerdotes católicos. Todos estamos invitados a orar los unos por los otros, y nosotros los sacerdotes ejercemos un ministerio especial dentro de la Iglesia según la vocación a la cual fuimos llamados por Dios para servirle a él y a su pueblo. Diariamente se me acercan feligreses para solicitarme oraciones por sus necesidades, es usual la frase: Padre, ore por mí y por mi familia o Padre, cuento con sus oraciones.

Acerca de los sacerdotes leemos en la Palabra de Dios: “Todo Sumo Sacerdote es tomado de

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entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado” (Hb 5, 1).

mismo poder de Cristo. El sacerdote debe servir por amor, haciéndose el último y el servidor de todos (cf. Mc. 10,43-45).

El sacerdocio es un gran don de Dios. Todos los cristianos estamos llamados a la santidad, de igual manera el sacerdote.

Otra de las funciones de los sacerdotes estriba en la predicación de la Palabra. El sacerdote también está llamado a ser ministro de los sacramentos y de la Eucaristía.

Es importante señalar que nosotros los sacerdotes tenemos una gran responsabilidad para dirigir y llevar a puerto seguro las almas de modo que puedan alcanzar la vida eterna, a pesar de nuestra fragilidad humana. Como humanos estamos expuestos a caer en pecado como cualquier otra persona, a veces cometemos errores, a veces fallamos en nuestro discernimiento, en otros casos fallan las fuerzas, caemos en enfermedades, crisis de vocación, desánimo ante tantas circunstancias que se presentan y que hay que enfrentar y resolver. Y por si fuera poco, el demonio nos ataca de una manera feroz, no nos da tregua porque -el demonio como león rugiente busca a quién devorar- (cf. 1Pe 5, 8), su finalidad es la de sacarnos de nuestro servicio, busca hacernos perder la vocación a la que fuimos elegidos y llamados.

El sacramento del Orden que recibe el sacerdote comunica “un poder sagrado”, que es el

No sólo el pueblo de Dios necesita de la oración de los sacerdotes, también nosotros los

Gracias a la apertura a Jesucristo, a la recepción del bautismo en Espíritu Santo y fuego, y a la oración al Espíritu Santo ha venido poco a poco dándose una renovación espiritual en la Iglesia, la cual ha ayudado a muchos sacerdotes a experimentar mayor gozo, plenitud y realización en su ministerio, tomando una mayor conciencia de lo que significa ser sacerdotes de Dios en nuestro tiempo.

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sacerdotes tenemos gran necesidad de las oraciones del pueblo del Señor. Te pregunto: ¿Estás orando diariamente y con fervor por los sacerdotes de tu parroquia, por los sacerdotes de tu país y por los del mundo entero? ¿Estás consciente de tu responsabilidad de orar unos por otros?

Recordemos a la Sma. Virgen María de Fátima, que nos ha hecho la invitación de orar por la Iglesia y por los sacerdotes, así como por las familias con el Santo Rosario, con el cual promete aplastar la cabeza de Satanás. Cuando leemos las vidas de los santos encontramos que todos ellos siempre se han encomendado de manera especial a la protección de la Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre de todos los hijos de Dios. ¿Por qué no orar como ella nos pide?

Un santo protector de nuestra comunidad, San Pío de Pietrelcina, cuántas veces no fue atacado por el demonio, y él siempre se defendía con el arma del Santo Rosario. Diariamente y a lo largo del día vivía desgranando las cuentas del Santo Rosario. Dios siempre le concedió la victo10

ria sobre Satanás y sus demonios a través del rezo del santo rosario. Todo cristiano libra un combate espiritual, el cual a veces baja su intensidad, pero otras veces, el embate del demonio es muy intenso. Tenemos que hacernos conscientes que sin Dios y la Virgen es imposible salir victoriosos.

Sin oración, sin encuentro diario con el Señor no hay unción ni poder de Dios para repeler al enemigo de Dios y enemigo de nuestras almas.

La palabra de Dios nos aconseja: “Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo a favor de todos los santos, sus hermanos. Rueguen también por mí, para que, al hablar, se me den palabras y no me falte el coraje para dar a conocer el misterio del Evangelio cuando tenga que presentar mi defensa, pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio” (Ef 6, 18-20).

Para ser obedientes a lo que Dios nos pide, te invito a unirte a la gran fuerza intercesora de 11

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la Iglesia, y junto con la Sma. Virgen María y los santos acerquémonos en oración y con fe recemos diariamente para que Dios fortalezca, proteja, sane y libere a nuestros sacerdotes; y también para que conceda muchos nuevos santos sacerdotes que llenos del Espíritu Santo den muchos frutos para dar la Gloria a Dios. Que Dios les bendiga, proteja y les retribuya en bien por rezar por los sacerdotes.

P. Vicente Mancini

Vistiendo la armadura de Dios “Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Tomen la verdad como cinturón y la justicia como coraza; tengan buen calzado, estando listos para propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios…

Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu…” (Ef 6, 10-18).

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He aquí los consejos de algunos sacerdotes de nuestro tiempo que nos hablan sobre las armas de Dios que podemos usar para protegernos y defendernos de los ataques de Satanás y sus demonios: El padre Gabriele Amorth, ha dicho que no le tiene miedo al diablo, sino que es el diablo quien le tiene miedo a él, pues actúa con el poder de Jesús. Por ello, nunca ha recibido daños de parte del demonio.

Para librarse del poder del demonio, dice el exorcista de Roma, Gabriele Amorth: “Es importante la frecuencia de los sacramentos y una conducta de vida conforme con el Evangelio. Se toca con la mano el poder del rosario y, en general, del recurso a María Virgen; muy poderosa es la intercesión de los ángeles y de los santos; utilísimas las peregrinaciones a los santuarios... La palabra de Dios es de gran eficacia... Añado la importancia protectora de las imágenes sagradas, tanto sobre la persona como en los lugares: sobre la puerta de la casa, en las habitaciones, en el comedor 14

o en el lugar en que más comúnmente se reúne la familia... He experimentado, muchas veces, la eficacia de la medallita milagrosa, difundida por el mundo en muchos millones de ejemplares, y si habláramos de las gracias prodigiosas obtenidas por esa simple medallita, no acabaríamos nunca”.

(Narraciones de un exorcista).

Cuando se reza el rosario, se manifiestan los demonios con violencia, como si les hicieran un gran daño. Por ello, normalmente, en todos los exorcismos suele acostumbrarse a comenzar con el rezo del rosario.

Un ejemplo de cómo Dios actúa con poder a través del rezo del Santo Rosario y de la intercesión poderosa de la Sma. Virgen María lo podemos ver en el relato de una de las experiencias del Santo Cura de Ars, el patrono de los sacerdotes.

Este piadosísimo sacerdote era molestado frecuentemente por el demonio, quien aprovechaba cada oportunidad para ponerle a prueba… Un día, Juan María Vianney se sentía un poco indispuesto y estando en el baño y, como el santo aprove15

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chaba cada instante para orar, tomó su rosario y comenzó a desgranar sus cuentas… En eso se le presenta el enemigo y en tono burlón le dice: “¡Cura blasfemo… Te jactas de servir a Dios frente al altar, pero mira a dónde has venido a traer tus devocioncillas! ¿No te da vergüenza rezarle a la Virgen mientras estás en el baño?”.

logren dar frutos en abundancia para mayor gloria del Padre celestial. Pongamos también las necesidades materiales y espirituales de todos y cada uno de los sacerdotes, y supliquemos también que crezcan día a día en santidad.

El Santo Cura de Ars, acostumbrado ya a estos ataques, le respondió: “¿Por qué te inquietas? No hay nada de malo en mi devoción, pues todo lo que sube es para Dios…, y lo que baja, ¡para ti!”.

Al escuchar esto, el demonio salió de allí rabiando pues no había conseguido quitarle la paz al Santo Cura de Ars. Oremos vestidos con la armadura de Dios el Santo Rosario para que Dios fortalezca a sus sacerdotes en los dones recibidos, para que cada día se llenen más del amor y del Santo Espíritu, y 16

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Oración por las vocaciones

ORACIONES INICIALES

Entremos ahora en oración con nuestra fe puesta en Dios y declarando que estamos en comunión con el Papa y con el Obispo, recordando agradecidos nuestro bautismo y confirmación, renunciamos a Satanás y a todas sus obras y seducciones.

- Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti. - San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

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(Por el Beato Juan Pablo II para la Jornada Mundial de oración por las vocaciones de 2001).

Padre santo: fuente perenne de la existencia y del amor, que en el hombre viviente muestras el esplendor de tu gloria, y pones en su corazón la simiente de tu llamada, haz que, ninguno, por negligencia nuestra, ignore este don o lo pierda, sino que todos con plena generosidad, puedan caminar hacia la realización de tu amor.

Señor Jesús, que en tu peregrinar por los caminos de Palestina, has elegido y llamado a tus apóstoles y les has confiado la tarea de predicar el Evangelio, apacentar a los fieles, celebrar el culto divino, haz que hoy no falten a tu Iglesia numerosos y santos sacerdotes, que lleven a todos los frutos de tu muerte y de tu resurrección.

Espíritu Santo: que santificas a la Iglesia con la constante dádiva de tus dones, introduce en el corazón de los llamados a la vida consagrada una íntima y fuerte pasión por el Reino, para 19

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que con un sí generoso e incondicional, pongan su existencia al servicio del Evangelio.

Virgen Santísima, que sin dudar te has ofrecido al Omnipotente para la actuación de su designio de salvación, infunde confianza en el corazón de los jóvenes para que haya siempre pastores celosos, que guíen al pueblo cristiano por el camino de la vida, y almas consagradas que sepan testimoniar en la castidad, en la pobreza y en la obediencia, la presencia liberadora de tu Hijo resucitado. Amén.

Oración por los Sacerdotes (Santo Cura de Ars) Oh Jesús, te ruego por tus fervorosos sacerdotes, por tus sacerdotes tibios e infieles, por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones, por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación, por tus jóvenes sacerdotes, por tus sacerdotes ancianos, por tus sacerdotes agonizantes, por tus sacerdotes que están en el purgatorio.

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Pero sobre todo te encomiendo a los sacerdotes que me son más queridos, al sacerdote que me bautizó, al que me absolvió de mis pecados, a los sacerdotes cuyas misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo y tu Sangre en la Sagrada Comunión, a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud, especialmente (Nombre tu sacerdote…).

Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu corazón y concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad. Amén.

Oración por la santificación del Clero “Señor Jesucristo, eterno Sumo Sacerdote, tú que te ofreciste al Padre en el altar de la Cruz y por la efusión del Espíritu le dio a su pueblo sacerdotal una participación en tu sacrificio redentor”.

“Escucha nuestra oración por la santificación de nuestros sacerdotes. Concede a todos los 21

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que han sido ordenados al ministerio sacerdotal que sean cada vez más conforme a Ti, Divino Maestro. Que enseñen el Evangelio con el corazón puro y la conciencia clara”.

“Que sean pastores de acuerdo con tu propio corazón, una sola mente en el servicio a Ti y a tu Iglesia y ejemplos luminosos de una vida santa, sencilla y alegre”.

Ofrecimiento del Santo Rosario por los sacerdotes ORACIÓN INTRODUCTORIA: Hermanos y hermanas, juntamente con la Iglesia universal, elevemos nuestra oración de gratitud al Padre por la alta misión que Cristo ha conferido a Pedro y a sus Sucesores.

Oremos diciendo: Escúchanos, Señor

“A través de las oraciones de la Beata Virgen María, tu Madre y nuestra, atrae a todos los sacerdotes y fieles a su cargo, a la plenitud de la vida eterna donde vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, un Dios, por los siglos de los siglos. Amén” (II Retransmisión Mundial del Rosario por los Sacerdotes del papa Benedicto XVI).

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1.- Por el Papa Benedicto XVI, Vicario de Cristo en la tierra y pastor de toda la grey. El Señor lo conserve, le dé vida y salud, lo haga feliz en la tierra y lo preserve de todo mal. Roguemos al Señor.

2.- Por los Obispos, los Sacerdotes y los Diáconos, y por todos los ministros del Evangelio. Para que sean fieles en sus compromisos, santamente orgullosos de su propia vocación y comprometidos en su entrega; sean espejos luminosos de la propia identidad y vivan con alegría a causa del don que han recibido. Roguemos al Señor.

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3.- Por la Iglesia santa de Dios. Para que esté siempre en comunión con el Papa en el vínculo de la unidad, de la verdad y del amor, a fin de que todos los hombres reciban de Ti -Pastor y Obispo de las almas- la verdad, la gracia y la vida eterna. Roguemos al Señor.

4.- Por las vocaciones. Para que el Señor continúe enviando obreros a su viña, comprometidos en el difícil pero, a la vez, apasionante ministerio del anuncio de la Buena Nueva; y todos los llamados por Él no tengan miedo a dar sus vidas a favor de los hermanos mediante su sagrado ministerio. Roguemos al Señor.

nosotros, les ha dado tu palabra y tus sacramentos, y así les concedas exultar para siempre de la liturgia del cielo. Roguemos al Señor.

ORACIÓN CONCLUSIVA: Padre, que has querido que Pedro tuviese en manera estable un sucesor en su misión recibida de Cristo, acoge nuestra oración. Guía a la Iglesia por los caminos de la santidad, de la fe y de la sabiduría de todos aquellos, que has escogido como pastores de tu pueblo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén (El día 29 de Junio, Solemnidad de San Pedro y San Pablo, 60 aniversario de la ordenación sacerdotal del papa Benedicto XVI).

5.- Por los fieles laicos. Para que vivan la propia fe en manera activa y responsable, mediante la colaboración generosa, humilde y madura con sus Pastores. Roguemos al Señor.

6.- Por todos los miembros difuntos del clero. Para que el Señor -premio y corona de todos los siervos fieles- acoja con el abrazo de su misericordia a aquellos que, mientras estaban con 24

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MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO

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PRIMER MISTERIO “Tras Dios, ¡el sacerdote lo es todo!”

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ejada una parroquia veinte años sin sacerdote, adorarán a las bestias.

Cuando se quiere destruir la religión, se comienza por atacar al sacerdote, porque allá donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, y donde no hay sacrificio, no hay religión (San Juan María Vianney).

Todo sacerdote es un servidor del pueblo de Dios dentro de la Iglesia Católica, han sido elegidos, llamados, y revestidos por el buen Pastor Jesucristo para llevar su ministerio plenamente a imagen de Cristo, de ser posible hasta dar la vida por las ovejas.

“El sacerdocio no fue instituido por el hombre, tampoco por algún ángel, sino por el mismo 28

Espíritu Santo que habla por los profetas. El sacerdocio tiene un carácter sagrado altísimo por varias razones. El poder de celebrar la divina liturgia y de ofrecer la oblación no sangrante es el privilegio más importante ofrecido a los hombres y dado a los sacerdotes. Es un privilegio que no fue dado aún a los ángeles. El poder de la absolución de los pecados (atar y desatar) es el mismo poder que fue dado de Dios Padre al Hijo, y por Él a los sacerdotes. Esos dos poderes reflejan suficientemente la dignidad y el honor altísimo de este ministerio…” (San Juan Crisóstomo).

¿Qué sería de la Iglesia si no tuviéramos sacerdotes? “…sin sacerdotes la Iglesia no podría vivir aquella obediencia fundamental que se sitúa en el centro mismo de su existencia y de su misión en la historia, esto es, la obediencia al mandato de Jesús (Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes (Mt 28, 19) y (Haced esto en conmemoración mía (Lc 22, 19; cf. 1Co 11, 24), o sea, el mandato de anunciar el Evangelio y de renovar 29

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cada día el sacrificio de su cuerpo entregado y de su sangre derramada por la vida del mundo” (Pastores dabo vobis, Nº 1: “Os daré pastores según mi corazón” Jer 3,15, / Juan Pablo II).

Oremos: Señor Jesucristo te rogamos que concedas la plenitud de tu Espíritu Santo a nuestros pastores de la Iglesia: al Santo Padre Benedicto XVI, a los cardenales y obispos, para que anuncien con poder el Evangelio de tu Reino.

Ayúdalos en la misión que les has encomendado y que es realizada en obediencia y fidelidad a Tí.

Señor, danos muchos y santos pastores que lleven con seguridad tu grey. Amén.

Padre nuestro, 10 Avemarías, Gloria.

SEGUNDO MISTERIO “Cuando vamos a confesarnos, debemos entender lo que estamos haciendo”

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Cuando vamos a confesarnos, debemos entender lo que estamos haciendo. Se podría decir que desclavamos a Nuestro Señor de la cruz. Algunos se suenan las narices mientras el sacerdote les da la absolución, otros repasan a ver si se han olvidado de decir algún pecado… Cuando el sacerdote da la absolución, no hay que pensar más que en una cosa: que la sangre del Buen Dios corre por nuestra alma lavándola y volviéndola bella como era después del bautismo” (San Juan María Vianney).

Qué amor tan grande tiene Dios con nosotros los pecadores, de dejarnos sacerdotes en los cuales recaen los mismos poderes de atar y desatar que el Padre le concedió a Jesucristo. Dios los usa

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para hacernos llegar su amor misericordioso en plenitud, para restituirnos a una verdadera amistad con Él, para hacernos llegar su perdón y su absolución de nuestros pecados. Los sacerdotes son un gran don de Dios para la Iglesia y una gran bendición para nosotros como miembros de ella.

Los sacerdotes continúan ejerciendo la misma misión de Jesús “A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos (Jn 20, 22-23). Y así los apóstoles, no por algún mérito particular, sino por la participación gratuita en la gracia de Cristo, prolongan en la historia, hasta el final de los tiempos, la misma misión de salvación de Jesús a favor de los hombres” (Pastores dabo vobis Nº 14 / Juan Pablo II).

ritu nos hagan presente a Jesús en la santa Eucaristía, que gobiernes y formen al pueblo de Dios de acuerdo a la voluntad del Padre. Señor Jesucristo, danos muchos y santos sacerdotes confesores y consejeros enamorados de Ti, que nos ayuden a levantar cuando caemos. Te rogamos por los sacerdotes para que los ayudes a vivir en tu gracia, y te suplicamos que cuando caigan los ayudes a levantarse. Ayúdales a vivir en santidad.

Padre nuestro, 10 Avemarías, Gloria.

Oremos: Señor Jesucristo te pedimos con viva fe para que crees en la Iglesia hombres escogidos que sean fieles imitadores de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, llenos de tu Santo Espí32

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ÍNDICE Introducción ......................................................7 Vistiendo la armadura de Dios ........................13 Oraciones iniciales ..........................................18 Oración por las vocaciones por Beato Juan Pablo II ....................................19 Oración por los Sacerdotes por el Santo Cura de Ars.......................................20 Oración por la santificación del Clero por el Papa Benedicto XVI.........................21 Ofrecimiento del Santo Rosario por los sacerdotes por el Papa Benedicto XVI .22

Tercer Misterio: Por violentas que sean las tentaciones, si recurrimos a la oración, las dominaremos.........................................34 Cuarto Misterio: Oh Pueblo feliz ....................37 Quinto Misterio: El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús ..................40 Letanías Letanías de Nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote y Víctima ...................................44 Consagración a María (Santiago Alberione) ..................................53 Oraciones por los sacerdotes compuestas por algunos santos ..................55

Misterio del Santo Rosario Primer Misterio: Tras Dios, el sacerdote lo es todo ................................28 Segundo Misterio: Cuando vamos a confesarnos, debemos entender lo que estamos haciendo .............................31 62

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