Teresa de la Cruz Candamo,

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Venerable Sierva de Dios

Teresa de la Cruz Candamo


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“Hay que vivir traduciendo el idioma de la Cruz todo el día”. “El único camino seguro es el de la voluntad de Dios”. Teresa de la Cruz Candamo


Vida de Teresa de la Cruz Candamo Los progenitores de Teresa fueron don Manuel Candamo y doña Teresa Álvarez Calderón, cuyo matrimonio tuvo lugar en el año de 1873. Su padre fue un notable político peruano. Desde la conformación del denominado “Partido Civil”, don Manuel Candamo militó en sus filas y tuvo la satisfacción de llevarlo a la Presidencia de la república, hecho que no se había logrado en veintiséis años de historia peruana. Fue así que al padre de Teresa le fue impuesta la banda presidencial en fecha 8 de septiembre de 1903, tras toda una serie de acontecimientos polémicos que se superaron sin violencia. Don Manuel Candamo fallece tempranamente, cuando Teresa tiene 28 años. Por su parte, la madre de Teresa, doña Teresa Álvarez Calderón, era una mujer del hogar, abocada a los valores cristianos y a la educación de sus hijas. Fue una dama de sobria


belleza y notable serenidad que supo superar las vicisitudes familiares, especialmente, el temprano fallecimiento de su esposo. Doña Teresa aceptó con gallardía y orgullo la vocación religiosa de sus hijas, Teresa y María. Doña Teresa Álvarez Calderón fallece en 1937, apaciblemente. Teresa de la Cruz Candamo nace en fecha 19 de agosto de 1875, en Lima, capital peruana. Fue bautizada apenas una semana después de nacida, resultando sus padrinos dos hermanos de su madre: Nicanor y María Rosa Álvarez Calderón. Desde sus primeros años demostró Teresa una vivacidad precoz, ostentando curiosidad hacia el mundo que la rodeaba. Se trataba de una curiosidad tierna y compasiva, piadosa, por todos los seres vivos. Desde aquel entonces, ya se asomaba su proclividad a la caridad cristiana. También, nunca menos, Teresa resultaba una niña vehemente y tesonera en sus ideales. Sus talentos artísticos se expresaron mediante el dibujo y la música, así como a través del canto, la escritura y el bordado, polifacéticamente. A todo ello, Teresa


le imprimía su peculiar entusiasmo y vitalidad que eran, cuando menos, contagiosos en su alegría y celebración de la existencia cotidiana. Teresa era una emprendedora nata que posteriormente, a su justo tiempo, tendrá la oportunidad de demostrarlo con creces y virtuosismo. Su temperamento vanguardista y proactivo se refleja en la lectura que hace, por ejemplo, del preclaro escritor Julio Verne. En palabras de la propia Teresa, su infancia consistió en “huir del pecado mortal y rezar a diario el rosario”. A la edad de doce años, Teresa hace su Primera Comunión, junto a su hermana mayor Carmen. Pronto Teresa llegó a dominar los idiomas francés e inglés, pudiendo leer y escribir con idoneidad. Teresa resultaba sumamente aplicada en prácticamente todas las asignaturas escolares. Ya entonces era muy devota de la Virgen María, evidenciando que las inquietudes intelectuales no están reñidas con la fe. Teresa, en compañía de su madre y hermanas, acudía con regularidad a disfrutar obras teatrales adecuadas para


el consumo familiar. Teresa cantaba, tocaba el piano y la guitarra con fluidez, aunque no estaba exenta, para nada, de las actitudes y actividades habituales de las niñas de su edad, con quienes jugaba y compartía con regularidad. Teresa no resultaba, pues, una joven ensimismada ni encerrada en sí misma, sino naturalmente afable y cordial. Don Manuel Candamo fallece en la ciudad peruana de Arequipa durante la madrugada del día 7 de mayo de 1904, tras una penosa enfermedad. Este hecho luctuoso conmueve sensiblemente a su esposa e hijas, dado lo unida y amorosa que resultaba la familia Candamo Álvarez, sumiéndolos en el duelo más profundo y piadoso. Tras este periodo de luto, se efectuaron las fiestas de Cincuentenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, actividad a la que Teresa y su hermana María se abocan en cuerpo y alma. La conmemoración aconteció en la Catedral, y el mismo Arzobispo de Lima, Monseñor Manuel Tovar, se encargó de


hacer el panegírico, pronunciado desde el altar mayor, con idónea elocuencia. En 1905, la familia Candamo Álvarez emprende un prolongado periplo a Europa. Tras la extensa y fatigosa travesía oceánica, llegan a París, donde acuden a Misa en la parroquia de Saint Pierre de Chaillot. Y es allí , en la capital francesa, desbordante de frivolidades y oropel, donde Teresa de la Cruz Candamo y su hermana María, cada una por su lado y en singulares circunstancias, perciben el llamado vocacional. Meses más tarde, la familia Candamo pasaba el invierno en Suiza, donde Teresa de la Cruz lee con avidez y lúcida conmoción el libro “La vida interior”, suscrito por el padre Tissot. Corre el año de 1906 cuando la familia peruana arriba a Italia, precisamente a la hermosísima ciudad de Florencia, urbe que constituye un auténtico museo de arte extramuros. Allí, Teresa valida su vocación, al resguardo de la iglesia Santa María Novella, en vísperas de la fiesta de san José. Poco después, para una familia tan piadosa resulta especialmen


te vívida y memorable la visita al Santo Padre Pío X, en el Vaticano. En Roma, también conocieron personalmente a la Condesa Ledochowska, sobrina del Cardenal del mismo nombre, fundadora de Las Auxiliatrices de las Misiones de Africa. Durante el verano, en la población de Alassio, donde había una pequeña iglesia de los padres Capuchinos, Teresa de la Cruz, postrada ante el Crucifijo, intuye las siguientes palabras: “si buscas ideal, aquí me tienes, si quieres amor, aquí tienes, si quieres modelo, aquí tienes”, revalidando su fe y vocación religiosa. Luego la familia Candamo Álvarez se dirigirá a Lourdes, permaneciendo allí cuatro jornadas rezándole a la Virgen. Prosiguieron después a la ciudad italiana de San Remo, donde se alojaron en una pensión regentada por Agustinas francesas, acudiendo a Misa diariamente para comulgar y orar, como ya era costumbre entre las hermanas María y Teresa de la Cruz. En Francia, las hermanas Teresa y María Candamo visitaron a la estigmatizada María Julia Jahenny. 10


Posteriormente se reúnen con el abate Daurelle para conversar en torno a su vocación religiosa que, en ambas ocasiones, resulta verificada. El padre Daurelle incluso llegó a referirse a las hermanas Candamo como “las dos ovejitas de mi altar”, agregando que “todo se haría por la voz de la Iglesia”. Algunos días después, la familia Candamo Álvarez emprende la travesía marítima de retorno a su Perú natal. Desde Lima, Teresa y María sostenían una sustanciosa y reconfortante comunicación epistolar con el abate Daurelle, en su carácter de director espiritual de ambas. Simultáneamente, las hermanas Candamo se ocupaban en obras de apostolado, con especial énfasis en la catequesis de los niños de su parroquia, ya que “en la parroquia está el foco de la vida de la Iglesia”, según palabras textuales de la propia Teresa de la Cruz. Más aún, las dos piadosas hermanas formaban parte del consejo central de la “Unión Católica de Señoras”, obra precursora de la Acción Católica que se ha fusionado con ella. Teresa enfatizaba mucho más que María la dedicación a la vida contemplativa. 11


Las doce compañeras que habían permanecido fieles fueron las que acudieron al momento fundacional el día 14 de septiembre de 1919 y permanecerían fieles hasta el final. Las primeras actividades como naciente Congregación tuvieron lugar en la parroquia del Cercado y en las Mercedarias (Lima), especialmente desde 1922: catecismo y atención a los pobres, cercanía a las familias y especialmente a las mujeres en dificultad. Se reflejaba el carisma de vivir la liturgia y transmitir el mensaje evangélico especialmente por medio de la catequesis. La sed y celo de almas es inherente al itinerario espiritual de Madre Teresa y de su institución. Son las almas redimidas por Cristo, que reclaman sus sacrificios. El celo apostólico es “una fuerza que saliendo del Corazón de Cristo, pasa a sus almas y las enciende en un deseo insaciable de salvar las de sus hermanos”. Este celo, cuando es auténtico, va acompañado del “desprendimiento” y se concreta en trabajar “por amor”. El apostolado de la Congregación tiene como objetivo “la extensión del reino de Jesucristo por 12


medio de la oración, del sacrifico y del apostolado, ayudando al clero, especialmente al clero parroquial en sus obras apostólicas”. Este apostolado aunque se vive en un lugar concreto y especialmente en las parroquias, no olvida el universalismo de la misión eclesial, “en todos los pueblos de la tierra”. Por esto se pide por la extensión de su reino espiritual sobre todas las naciones y sobre todas las razas y pueblos de la tierra”. En sus últimos momentos y en medio del dolor, diría Madre Teresa: “Por las almas, por mi Congregación, por los Párrocos del Perú y de todo el mundo”. Su vida fue como ella deseaba respecto a sus hijas, cuyo testimonio tenía que ser “como una predicación muda, como el perfume que emane de la divina esencia que tiene guardada en el interior de su alma”. Teresa de la Cruz nos presenta la Teología de la Fe y el Abandono total a la Voluntad de Divina, en medio de un mundo materializado, donde se impone la filosofía del alejamiento y del olvido de 13


Dios. Después de llevar una vida profundamente marcada por el misterio de la Cruz, el 24 de agosto de 1953 entrega su vida a Dios. Su causa de Beatificación es introducida en Roma desde el año 1980. El 03 de abril de 2009 Su Santidad Benedicto XVI reconoce la heroicidad de las virtudes en la vida de la Venerable Sierva de Dios. Hoy nosotras sus hijas, dóciles al Espíritu Santo que nos convoca a continuar y mantener viva la experiencia evangélica de Nuestra Madre Fundadora, también queremos responder a nuestra misión en la Iglesia y la sociedad del Tercer Milenio, que tiene mucha necesidad de reconciliación y de comunión con Dios y con los demás, asumiendo la Cruz de Cristo como el único camino para comprometernos a la construcción de un mundo nuevo redimido por Cristo y trabajar con todas nuestras fuerzas en la Liturgia y la Catequesis en la nueva evangelización contribuyendo a restaurar todas las cosas en Cristo. “OMNIA IN CHRISTO”. Y así, resplandezca el Misterio de la Cruz en los corazones de los hombres del tercer milenio. 14


La espiritualidad de Teresa es siempre actual porque nace de Jesucristo, que es el mismo Hoy, Ayer y Siempre; por eso Teresa de la Cruz vive presente entre nosotros con su mensaje siempre nuevo, en un perenne HOY… En fecha 17 de diciembre de 1918, fiesta de San Lázaro el resucitado, hermano de María y de Marta, Su Santidad el Papa Benedicto XV concede el permiso oficial para la fundación de la congregación de las Canonesas de la Cruz, aunque esta noticia no se conoce sino hasta el día 23 de febrero de 1919. El padre Cipriano Casimir es nombrado director de la Congregación que se inicia con una docena de religiosas, entre quienes figuran Teresa de la Cruz y su hermana María, su compañera inseparable de fe y de vida.

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Itinerario de Teresa de la Cruz Candamo Autobiografía Al tratar de contar la fundación de nuestra pequeña Congregación como lo exige el apunte enviado por el Reverendísimo. Padre General Constant Robert, desde su origen, no encuentro otro modo de hacerlo remontando en la memoria el curso de los acontecimientos, que legar hasta mi pobre alma; como para conocer el curso de un río hay que llegar forzosamente al hilito de agua que sale de una roca en la ladera de una montaña. En este caso la roca dura y árida de donde salió, o por donde salió el hilo de gracia de nuestra vocación, ha sido mi alma, árida porque no tenía virtudes que pudieran ser una preparación, siquiera remota, para lo que ha resultado después; dura, porque carecía de esa piedad sensible, que hace brotar lágrimas dulces y produce suaves emociones en el corazón. No, mi piedad se reducía a huir con terror del pecado mortal; a rezar el rosario todos 17


los días, a veces muy mal rezado, a comulgar los primeros viernes y en la Congregación de las Hijas de María; eso cuando salí del colegio, y la novedad de la entrada al mundo no me dejaba tranquilidad para más. Pero felizmente poco a poco, fue mi devoción aumentando, y después comulgaba todos los sábados y frecuentaba también las distribuciones de la Virgen del Rosario y de las Terciarias Franciscanas, cuyo cordón recibí años más tarde. Con este pequeñísimo bagaje espiritual, pasé los años de la juventud perdiendo ese precioso tiempo de la vida que tantas almas más felices porque han sido fieles a las llamadas del Amor aprovechan para servir al Señor y acumular méritos para el Cielo y yo los pasé en vanidades, en aprender música y pintura sin más fin que dar gusto a mis aficiones en charlas sin fin con mis hermanas y con mis amigas y primas (felizmente todas eran buenas y piadosas, y su trato muchas veces me sirvió para acercarme a Dios). Tenía yo ya veintinueve años cuando murió mi padre, era el año 1904 en que se celebraba el 18


cincuentenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. En aquellos días de inmenso pesar del gran duelo del hogar acrecentado por las múltiples consecuencias que acarrea naturalmente tras sí, la falta repentina del jefe de la familia, era nuestro consuelo y nuestra única distracción la preparación de las Fiestas que las Hijas de María harían el 8 de diciembre, en la Celebración del gran jubileo y teniendo yo un cargo en la Congregación estaba más obligada a ello. Concebimos la idea de hacer en honor de Nuestra Madre Inmaculada y como obsequio espiritual e intelectual, un folleto que llamamos “Homenaje” en el que invitamos a todas las jóvenes que tuvieran facilidad para ello a colaborar con alguna poesía o artículo en prosa que fueran, naturalmente todos, en honor y alabanza de María Inmaculada. Este trabajo que resultó bastante hermoso nos mantuvo con el pensamiento casi constantemente ocupado en tan santo tema y segura y seguramente nos atrajo en algo las bendiciones que recibimos en los años siguientes y con ellas la vocación religiosa. 19


En París, 1905 En 1905 un año después de la muerte de nuestro padre llegamos a París. Todas las mañanas íbamos a Misa a la Parroquia de St. Pierre de Chaillot, allí, delante del tabernáculo, y no sé si después de comulgar, tuve por primera vez el conocimiento absolutamente claro de que el Señor me pedía mi amor para Él. No sé cómo fue esa comunicación, sólo sé que no me quedó duda ninguna de la cosa misma y de la obligación, pero no me ocurrió todavía ninguna idea de vocación religiosa. En Montreux Meses más tarde pasábamos el invierno en Suiza, al borde del lago Leman. Cayó en mis manos el libro del Padre Tissot: “La Vida Interior”. Lo leí con avidez encontrando en él la espiritualidad que convenía a mi espíritu y su lectura orientó más mi espíritu hacia el único fin para el cual hemos sido creados, también de una manera definitiva. 20


En Florencia, 1906 Al acercarse la primavera pasamos de Suiza a Italia. Llegamos a Florencia el día 18 de marzo. A la mañana siguiente fui a la iglesia cercana al hotel que era Santa María Novella y llamé con el timbre del primer confesonario que había al paso para poder reconciliarme a fin de comulgar en la fiesta de San José. Salió un sacerdote y con él me confesé simplemente sin hacerle ninguna pregunta ni menos confidencia alguna. Después de absolverme me dijo el Padre: “No se inquiete usted por saber lo que Dios quiere de usted, cuando llegue el momento ya se lo dará a conocer”. No le dije al Padre que respondía a una inquietud de mi alma y sólo le agradecí su consejo yéndome muy contenta porque me pareció que San José me había hecho esa gracia. En Roma, de abril a junio de 1906 La visita al Santo. Padre Pío X y de todos los monumentos llenos de recuerdos santos y de reliquias venerables aclaró, como era de esperarse, 21


INDICE

Vida de Teresa de la Cruz Candamo................5 Itinerario de Teresa de la Cruz Candamo Autobiograf铆a...........................................17 En Paris, 1905..........................................20 En Montreux............................................20 En Florencia, 1906...................................21 En Roma, de abril a junio, 1906...............21 Alassio, junio y julio, 1906........................23 Lourdes, septiembre, octubre...................24 San Remo................................................24 Nort.........................................................34 Oraci贸n.......................................................106

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