P. Guillermo Gรกndara Estrada, ssp.
VENIMOS A ADORARTE VISITAS AL SANTร SIMO SACRAMENTO
© GUILLERMO GÁNDARA ESTRADA Traducción: Adérico Louro 3ª Reimpresión, 2010 © SAN PABLO, 2005 Ferrenquín a la Cruz de Candelaria Edificio Doral Plaza, Local 1 Apartado 14.034, Caracas 1011-A, Venezuela Telfs.: (0212) 576.76.62 - 577.10.24 Fax: (0212) 576.93.34 E-Mail: editorial@sanpablo.org.ve Web site: http://www.sanpablo.org.ve Depósito legal:Lf5622005200303 Impreso en Venezuela
Distribuye: • San Pablo, distribución El Hatillo (Edo. Miranda) Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 Fax: 963.68.52 E-mail: distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve © 2004, PAULUS Editora Estrada de S. Paulo - 2680-294 APELAÇÃO Tel. 219488870 - Fax 219488878 paulus@paulus.
PRESENTACIÓN
Tienes en tus manos, no un libro, sino el método de oración del cristiano en forma de libro que te acompañará en esos momentos de adoración y contemplación de la Eucaristía. El método tiene su fundamento en el evangelio de Juan, 14,6, donde Jesús afirma ser el Camino, la Verdad y la Vida. La intuición carismática del método Verdad, Camino, Vida, es obra del Beato Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina.
Y es el Papa Juan Pablo II quien te invita a «demorarte largo tiempo en oración ante la Eucaristía». Éste es un manual de oración Cristocéntrica para ti, carismática que apuesta por tu felicidad según sea la medida de tu respuesta. Fue preparado en ocasión del «Año Eucarístico» y apuesta por Cristo y descubrirás que tu Felicidad está ahí, en Su presencia Eucarística, en su Palabra transformante y transformadora. P. Guillermo Gándara, ssp.
VENIMOS A ADORARTE
Quien encuentra a Cristo en la EucaristĂa, no puede no proclamar con la vida el amor misericordioso del Redentor. (Juan Pablo II)
1.“HAGASE TU VOLUNTAD”. En el nombre del + Padre, y del + Hijo y del + Espíritu Santo. Amén. Creo, Dios mío, que estoy en tu presencia, que me miras y escuchas mis oraciones. Tú eres infinitamente grande y Santo: yo te adoro. Tú me lo has dado todo, yo te doy gracias. Tú has sido ofendido por mí: de todo corazón te pido perdón. Tú eres la Misericordia infinita, yo te pido todas las gracias que consideres útiles para mí. I - JESÚS VERDAD a) Habla Señor que te escucho
Medita ante Jesús Sacramentado la oración del Padre nuestro: “Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal” (Mateo 6,9-13). Medita: “Hágase tu voluntad en la tiera como en el cielo”.
II - JESÚS CAMINO a) Momento para confrontar tu vida Aquí, delante de Jesús sacramentado, confróntate con las siguientes frases: ¿Me preocupo por descubrir la voluntad de Dios en mi vida?
Cuando descubro que mi voluntad no es la voluntad de Dios, ¿la oriento para que sea igual a la suya? Cuando la voluntad de Dios me parece difícil cumplirla, ¿refuerzo mi fe y mantengo la calma?. ¿Con frecuencia hago mías las oraciones: “Padre, no se haga lo que yo quiero, sino lo que Tú quieres”? ¿Vivo en humildad, sobre todo cuando la razón y el orgullo me piden sobre salir? ¿Modero en mí las palabras que pueden destruir la armonía ¿Soy sensible y paciente con mis hermanos? ¿Cultivo actitudes cordiales, amables y comprensivas? ¿Estoy consciente de que la voluntad de Dios es que sea feliz amando a todos, y también a las personas que me parecen poco agradables?
¿Procuro cumplir la voluntad de Dios construyendo su Reino? ¿Rezo con sinceridad la frase: “hágase Señor, tu voluntad, así en la tierra y como en el cielo? b) Momento de pedir perdón Ahora pide perdón a Dios por las veces que actuaste lejos de su Voluntad. Reza despacio: “Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor”. c) Momento para comprometerte Comprométete con el Señor mostrándole que no sólo lo buscas por conveniencia. 10
Trabajaré para que mi voluntad y la de Dios sean iguales.
III - JESÚS VIDA a) Ora ante Jesús Eucaristía Tú, Señor, lo sabes todo. Tú sabes cuando me siento o me levanto, Tú sabes cuando me acuesto y sabes si estoy despierto o dormido. Tú sabes cuando estoy cumpliendo tu voluntad y cuando camino lejos de tus designios haciendo mi “santa voluntad”. Nada es oculto a tu presencia. Con la confianza de hijo me pongo en tus manos pues quiero vivir cumpliendo tu voluntad. ¿Cómo puedo Señor, rebelarme a tu voluntad, si Tú siendo de condición divina, no hiciste ningún alarde de ser igual a Dios, sino que te vaciaste de ti mismo tomando la condición de esclavo haciéndote semejante en todo a nosotros, menos en el pecado, y te humillaste haciéndote obediente hasta la muerte y 11
muerte de cruz? Señor, ante esta lección divina ¿quien puede rebelarse a tu voluntad?. ¿Cómo puedo rebelarme a tu voluntad, si eres Amor, Servicio, Discreción, Armonía, Serenidad, Gratuidad, Felicidad, Entrega? Señor, orienta mi voluntad hacia tu voluntad. Para cumplir tu voluntad, necesito el alimento de tu Carne y tu Sangre. Quiero construirte en mí, pues sólo así mi voluntad será tu voluntad, mis pensamientos serán tus pensamientos, mi amor será tu Amor; pero Señor, soy débil y tú lo sabes. Quiero hacer tu voluntad y “hago lo que no quiero”. Señor, no dudo de Ti, dudo de mi inconstancia y flaqueza. Tu obediencia me habla al corazón. Mi compromiso será: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. Amén. Breve Pausa de silencio.
12
b) Oración de petición al Santísimo Sacramento Señor, escucha mi oración de petición y súplica. Envíame el bálsamo de la decisión para transformarlo todo según tu voluntad; que mi vida sea tu presencia samaritana, que mis dificultades las transforme en presencia de tu bendición; mis preocupaciones, en motivo de purificación y crecimiento, mi voluntad en tu voluntad. No me dejes un instante. Señor, no quiero transformarte en el Dios de mis caprichos, el Dios que siempre responde a mis favores; mas Señor, cuando descubras que cumplir tu voluntad me parece que sobrepasa mis fuerzas, ven en mi auxilio. Creo y confío Señor y con esta confianza de hijo, te pido me ayudes en la dificultad que te presento (En silencio y mirando la Eucaristía, se comenta la dificultad). Bendito y alabado seas por mis alegrías, por mi realización, por mi familia y por mi trabajo. Amén. 13
Padre Nuestro. Ave Maria. Gloria al Padre... c) Comunión Espiritual Creo, Dios mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo poseerte en mi vida. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y, como si ya te hubiese recibido, me uno enteramente a ti: no permitas, Señor, que yo me separe de ti. d) Momento de agradecimiento En el nombre del + Padre, y del X Hijo y del + Espíritu Santo. Amén.
14
2. - SEÑOR, LAVAME LOS PIES
En el nombre del + Padre, y del + Hijo y del + Espíritu Santo. Amén. Oración inicial. Creo, Dios mío... (pág. 7) I - JESÚS VERDAD a) Habla Señor que te escucho Medita ante Jesús Sacramentado la narración cuando Jesús lavó los pies a los Discípulos: “Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de salir de este mundo para ir al Padre, como ha15
bía amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle. Jesús, por su parte, sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que había salido de Dios y que a Dios volvía. Entonces se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado. Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?” Jesús le contestó: “Tú no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás más tarde.” Pedro replicó: “Jamás me lavarás los pies.” Jesús le respondió: “Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo.” Entonces Pedro le dijo: “Señor, lávame no sólo los pies, sino también las manos 16
y la cabeza.” Jesús le dijo: “El que se ha bañado está completamente limpio y le basta lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.” Jesús sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos ustedes están limpios.” Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo. En verdad les digo: El servidor no es más que su patrón y el enviado no es más que el que lo envía. Pues bien, ustedes ya saben estas cosas: felices si las ponen en práctica” (Juan 13,1-17). En silencio, detente a contemplar la escena del lavatorio de los pies. Coméntale a Jesús que tú también necesitas que se incline ante ti y te lave no sólo los pies, sino la cabeza, el corazón, todo tu ser.
17
II - JESÚS CAMINO a) Momento para confrontar tu vida Ante Jesús Sacramentado, revisa tus actitudes, recordando que la grandeza está en el servicio. ¿Predominan en mí las actitudes de servicio? ¿Procuro actuar según los intereses de los que me rodean? ¿Permito que la autosuficiencia opaque mi corazón, impidiendo el servicio desinteresado a mis hermanos? ¿Si Jesús me pidiera que lavara los pies a quien menos amo, sería capaz de realizar ese gesto de humildad? ¿Mi servicio a los hermanos merece alabanza por parte de Dios? Lavar los pies, en tiempos de Jesús, era un trabajo sólo y exclusivamente de los esclavos. Jesús lavó los pies a los Discípulos. Medita la humildad de Dios y revi18
sa tu disponibilidad para lavar los pies a tus hermanos. ¿He descubierto ya la sencillez y humildad de Dios? ¿Voy al encuentro de un familiar o amigo necesitado? ¿He ayudado a algún desconocido necesitado? b)Momento para pedir perdón Ahora pídele perdón al Señor por alguna actitud egoísta (Yo confieso... Pág. 10). c) Momento para comprometerte Comprométete con el Señor mostrándole que no sólo lo buscas por conveniencia. Señor, quiero ser digno de tu última bienaventuranza. Bienaventurado si lavas los pies a mis hermanos.
III - JESÚS VIDA a) Ora ante Jesús Eucaristía 19
Imposible que tú, el Santo de los Santos, laves los pies a Pedro y a los “Pedros” de todos los tiempos. Mi grito es de escándalo, pero también es de agradecimiento. Continua, Señor lavándonos los pies. Cuántas veces vengo a tu altar y pedirte que me laves, no sólo los pies, sino también el rostro con lagrimas de dolor y arrepentido o en dificultades. Cuántas veces vengo a tu Altar en busca de tu misericordia, confundido, cansado y agobiado, destruido por el peso de la cruz y los problemas de cada día, y ahí estás Tú, amable y sencillo como siempre. Dispuesto a escucharme. Y tu respuesta es de amor porque eres Amor, de misericordia, porque eres Misericordia. Bendito y alabado seas por este servicio de amor y libertad. Señor, mi visita también tiene otra intención, pedirte que me sigas amando como amaste a Pedro. Soy yo quien más te 20
necesita. Necesito que laves mi interior para respirar tu felicidad. Señor, espero no ser un sacrílego al pedirte que te sigas arrodillando delante de mí, Tú que eres el Hijo de Dios. Quiero sentir con tus manos, tu Servicio, tu Cariño, tu Ternura y tu Misericordia. Estoy dispuesto a dejarme amar, pues sólo tu amor le da sentido a mi vida. Bendito y alabado seas. Señor, hazme la pregunta que le hiciste a Pedro y a tus apóstoles, si comprendí este gesto de arrodillarte ante mí. Mi respuesta será saber también arrodillarme ante el dolor y el sufrimiento de mis hermanos, de mi familia, de mi comunidad para ser tu presencia y ser Tú en mí que cuidas de mis hermanos. Quiero arrodillarme ante mis hermanos, para comprenderlos, como Tú me comprendes, para escucharlos, como Tú me escuchas, para serviles, como Tú me sirves, para amarlos como Tú me amas, 21
para contemplarlos como Tú me contemplas, para transformarlos como Tú me transformas. Quiero inclinarme ante el otro, ante “el diferente”, no importando la raza, color, o sexo… para lavarles los pies sin buscarme a mí mismo y enseñar desde la humildad y el silencio que un mundo nuevo es posible. Breve pausa de silencio. b) Oración de petición al Santísimo Sacramento (pág. 13) c) Comunión espiritual (pág.14) Momento de agradecimiento En el nombre del + Padre, y del + Hijo y del + Espíritu Santo. Amén.
22
3 - SEÑOR, “SI ES POSIBLE QUE PASE ESTE CÁLIZ”
En el nombre del + Padre, y del + Hijo y del + Espíritu Santo. Amén. Oración inicial. Creo, Dios mío... (pág. 7) I - JESÚS VERDAD a) Habla Señor que te escucho Medita ante Jesús sacramentado las siguientes Palabras de Cristo y de San Pablo: “Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo 23
ÍNDICE
PRESENTACIÓN . ..............................3 1. “Hágase tu voluntad”.....................7 2. “Señor, lávame los pies” .............. 15 3. “Señor, si es posible, que pase este cáliz”......................... 23 4. Señor, enséñame a perdonar . ...... 30 5. Sálvame, Señor!.......................... 39 6. “Hagamos fiesta, por este hijo mío...”......................... 46 7. Hombres y mujeres nuevos........... 54 8. “Señor, si tú hubieras estado aqui, no hubiera muerto mi hermano” 61 9. “Proclama mi alma la grandeza del Señor”............... 67 10. Soy bienaventurado................... 73 11. En ti tengo mi esperanza............. 81 12. Señor, cuento contigo................. 89 96