SRevents en Dolomitas - 2008

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Las batallas dolomíticas

Passo Giau

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Muchos las esperamos cada año, con motivo del Giro de Italia, aunque durante los años 1915-1918 las hubo también, pero literales: a balazos y cañonazos

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Texto: “ginobartali” Fotos: A. Epelde

La guerra entre rocas y hielo En efecto, las Dolomitas fueron frente de guerra entre las tropas del imperio austrohúngaro y las tropas italianas. Fue básicamente una guerra de posición, muy frecuentemente a más de 3000 metros de altura, con su punto culminante en el Ortles, a 3905 metros de altura, lugar en el que las tropas del imperio austrohúngaro estuvieron acantonadas durante 3 años, con los italianos a escasos 100 metros. El Ortles está situado encima del paso del Stelvio y es visible a lo largo de prácticamente toda la subida por la vertiente de Prato allo Stelvio. El frente se extendía a lo largo de unos 300km desde el Stelvio hasta las Tres Cimas de Lavaredo, pasando por el Tonale, Rolle, San Pellegrino, Marmolada y Falzarego. En esta peculiar guerra, sobresalieron las proezas alpinas de los soldados así como los enormes trabajos de acondicionamiento de las posiciones (suministros, instalación de baterías de artillería a más de 3000 metros, teleféricos, cables de luz...), sin olvidar lógicamente las penurias y los peligros propios de la vida a esas alturas: frío, avalanchas,...

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Como no podía ser de otra forma en esas difíciles circunstancias para ambos bandos, hubo episodios varios de camaradería entre teóricos enemigos, sólo separados por unas decenas de metros, pero unidos por el afán de supervivencia en condiciones extremas. Algunas de esas situaciones forjaron amistades imperecederas entre viejos enemigos de uniforme.

Izquierda: Subiendo el Gavia. Derecha de arriba a abajo: Gavia desde Ponte di Legno. Passo di Valles. Passo Sella, uno de los puertos de entorno más espectacular.

Con el retroceso de los glaciares, cada año se descubren más restos de la contienda. En la misma cima del Stelvio existe un pequeño museo con cantidad de fotografías así como restos varios que van apareciendo. Por otro lado, en muchos puntos fueron levantados improvisados cementerios de guerra por parte de las tropas austriacas, aunque posteriormente todos los cuerpos fueron trasladados a un osario que está situado muy cerca de la cima del Passo Pordoi, y que se divisa fácilmente subiendo por la vertiente de Arabba.

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Ping pong en el Giau y Stelvio en ruinas

Las Dolomitas en la historia del Ciclismo Pero dejemos de lado y lo más lejos posible esas historias de sufrimiento y muerte para entrar en lo nuestro, en otras historias con el mismo escenario, pero mucho más agradables. Además de permitirnos disfrutar de espectaculares paisajes, del contacto con la naturaleza, el cicloturismo nos permite también rodar por carreteras por las que se han escrito las páginas más bellas del deporte ciclista. Es como si al futbolista aficionado se le permitiera jugar unos partidillos en el Bernabeu, el Nou Camp o Anfield. O como si pudieras jugar a tenis en la pista central de Winbledon, en el All England Club. Las dolomitas ofrecen de por sí un marco grandioso para la práctica del cicloturismo, pero por si ello fuera poco, las largas y duras pendientes nos traen a la memoria no pocos capítulos de historia ciclista. 1ª Etapa: Así, en la primera etapa, los participantes en nuestro “girino” se enfrentaron al passo Fedaia - Marmolada, Sella y Pordoi. Para comenzar, gracias a la gestión de Franco Furgler, nuestro anfitrión en el hotel “Albergo Pordoi” de Arabba, tuvimos el privilegio de iniciar la escalada al passo Fedaia - Marmolada por el desfiladero de Sottoguda, reservado únicamente a

peatones. Es necesario un permiso especial de grupos para atravesarlo en bici. Muchos recordaréis las preciosas imágenes del pelotón del Giro 2008 por ese idílico lugar, entre paredes verticales de roca, torrentes y cascadas. Más adelante, a partir del pueblo de Malga Ciapela, y a medida que la pendiente se elevaba, nos venía a la mente el ataque de Gianni Bugno en 1993 y su posterior hundimiento a final de puerto, donde terminaría pasando a 2 minutos de un tal Miguel Indurain. O el ataque de Marco Pantani en 1998 que precipitó la derrota de Alex Zulle cuando parecía tener controlada la carrera. Y también, cómo no, la”goma” de Alberto Contador este año, que se recuperó en la parte final y pudo vestir su primera maglia rosa. Franco Furgler nos contó también cómo el Passo Fedaia - Marmolada era un lugar habitual de entrenamiento del trentino Francesco Moser en su preparación para su récord de la hora de 1984. No resultó un mal entrenamiento, vistos los resultados. Unos kilómetros más allá, nuestros protagonistas afrontaron el Passo Sella, otro ascensión bellísima y con historia. No en vano ha sido 2 veces Cima Coppi del Giro, es decir, el punto más alto del recorrido con sus 2240 metros. La primera vez en 1969, y la última en 1998, año en el que el primero en coronarlo fue un pirata sin parche de nombre Marco Pantani. Y qué decir del Passo Pordoi, coronado en último lugar en esta primera etapa. Es uno de los puertos más transitados por el Giro, e incluso ha sido final de etapa en 4 ocasiones, la última en 2001 con triunfo del mexicano Julio Pérez Cuapio. En el año 1983, siendo Cima Coppi, su vencedor fue un junco en bicicleta, el “junco de Berriz” Marino Lejarreta. Pero si hay un nombre ligado a este paso, ése es el de Fauto Coppi, el Campionissimo, que tiene incluso un monumento en la cima. Il Campionissimo pasó primero por la cima en nada menos que 5 ocasiones: 1947, 48, 49, 52 y 54. De todas ellas, la más memorable fue la de 1949 en la que encadenó en solitario Rolle, Pordoi y Gardena. Sottoguda.

Monumento Coppi.

Arriba:Stelvio,puerto de puertos. Abajo de izquierda a derecha: El Stelvio y sus herraduras construidas sobre el aire. Passo di Cereda. 2ª Etapa: El primer puerto de la segunda etapa tiene un nombre de agua con gas de la de toda la vida, San Pellegrino. Pero sobre todo, muchos recordamos este duro e histórico puerto por el triunfo del irunés Juanma Gárate, vencedor de etapa en su cima en el año 2006 Una victoria de prestigio para cualquier palmarès. Los siguientes pasos de la etapa, Valles y Rolle, también han sido habituales en el Giro, y la vertiente que bajamos del Passo Rolle hasta Fiera di Primiero nos dejó un gratísimo recuerdo.

Garate San Pellegrino

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3ª Etapa: La etapa reina de esta primera parte en Arabba fue sin duda la tercera, con 3 nombres míticos como Falzarego, Tre Cime di Lavaredo y el Passo Giau, todos por encima de los 2000 metros. El primer puerto del día, Falzarego, es muy apreciado por los ciclistas por su gran belleza paisajística. No tiene grandes pendientes, pero pasa de los 20 km y culmina a más de 2000 metros. Es un clásico del Giro, y es el lugar en el que Coppi pudo descolgar a Bartali por primera vez en una escalada, en el primer Giro de la post-guerra, en 1946. Tras ese primer “calentamiento”, nos dirigimos a las empinadísimas rampas de las Tres Cimas de Lavaredo, con su kilómetro al 15% y sus rampas del 19%, allí donde Danilo Di Luca decidió montar un increíble desarollo de 34x29 en el Giro del 2007. Había hecho sus cálculos, y sabía que moviendo con agilidad ese desarollo, sus rivales no podrían sacarle mucho tiempo. Así fue como consiguió mantener su maglia rosa y allanar el camino hacia la victoria final. Allí fue también donde dejó huella el considerado mejor ciclista de todos los tiempos, el del nombre con 5 consonantes y una sola vocal, Eddy Merckx, en una etapa durísima en la que no faltó la nieve). Corría el año 1968, el jóven belga de 23 años ya era campeón del mundo. Con su peculiar forma de pedalear, retorciéndose sobre la bicicleta, sacó 2 minutos de ventaja a sus perseguidores (Gimondi, Gabika, Zilioli, Adorni) en los durísimos últimos 5 km, disipando las dudas que aún había sobre su rendimiento en la alta montaña. 6 años más tarde, el gran Mercxk libró una de sus más épicas batallas en estas rampas con el impredecible “Tarangu”, Jose Manuel Fuente. Fuente

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estaba ante su última oportunidad de desbancar a Merckx, y atacó de lejos. Consiguió vencer en solitario con casi 2 minutos de ventaja sobre el belga, pero éste le llevaba más de 5 y mantuvo la maglia. Los participantes de nuestro Girino también sufrieron de lo lindo, pero en este caso todos vencieron. Además, la etapa no acababa ahí, sino que había que regresar a través de un puerto algo menos conocido, el passo Giau. Últimamente bastante utilizado en el Giro (este año 2008, sin ir más lejos), sus espectaculares vistas en la cima hicieron que más de uno escalara varias veces la última rampa en busca de la foto perfecta. Muchos lo consiguieron. En la edición del Giro de 1973, fue Cima Coppi y el primero fue un clásico de las cimas dolomíticas a primeros de los 70: el “Tarangu” Fuente. Merckx

Izquierda arriba: Campolongo. Abajo de izquierda a derecha: En el Hotel Pordoi de Arabba. La Ibarla en las duras rampas de Tre Cime de Lavaredo. En Passo Fedaia Página derecha: Passo Sella

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4ª y 5ª Etapa: Después de un cuarto día con traslado en coches desde Arabba a Bormio, y con una subida opcional posterior al Gavia, llegamos a la quinta etapa, que nos llevaría precisamente al Gavia por su vertiente más conocida de Ponte di Legno. Pero para ello, había que vencer al “general Mortirolo”. No es el más bonito, algunos dicen que tampoco es el más duro (las 3 cimas de Lavaredo se hicieron más duras para muchos), no es el más histórico (se subió por primera vez en el año 1990), pero que nadie se engañe: hay que pelear duro para llegar al final de sus más de 12km a más del 10% de media, sin bajarse de la bicicleta. La carretera es en su mayor parte muy estrecha, y hay quien tuvo que poner pie a tierra por no poder adelantar a un coche parado. No le vio nadie, pero tuvo la ocurrencia de contarlo. El apodo a partir de entonces estaba servido: “pieatierra” for ever. Pero si hay un ciclista unido para siempre a este lugar, ese es sin duda Marco Pantani.). Por si a alguno se le olvida, una de las curvas situada a unos pocos kilómetros lo recuerda, como podréis ver en la foto. Marco Pantani “voló” en la edición de 1994 por delante de Miguel Indurain. Fue una demostración de potencia y de agilidad que no se olvidará fácilmente. “El pirata” mantiene el record de tiempo en la subida, pero aunque éste sea batido, parece poco probable que nadie le arrebate el record de demostraciones de cariño en sus rampas y muros. Tras el recuerdo al “pirata”, nos dirigimos a Ponte di Legno, el precioso pueblo a pie del Gavia, un puerto por el cual el Giro ha pasado en contadas ocasiones, pero algunas muy recordadas. La carretera está asfaltada desde los años 90, y los 2 primeros pasos del Giro, en 1960 y 1988 ya han entrado en la leyenda del ciclismo. El primer paso fue en 1960, entre paredes de nieve y sobre una pista embarrada. Su vencedor fue un escalador italiano de nombre Imerio Massignan, dejando de rueda a campeones consagrados como Gaul y Anquetil. Usó un desarollo de 44x25, cuando hoy día se lleva un 39x25 que permite mucha más agilidad en la escalada. En el bar del rifugio Bonetta, en la cima, se puede ver la impresionante foto del paso por el alto. Imerio Massignan ha vuelto a la cima en varias ocasiones, con motivo del 20, 30 y 40 aniversario de aquél día. Con motivo del 20 y 30 aniversario, lo hizo en bicicleta, y en todos los casos, firmó en la gran foto del bar. Un detalle curioso. El segundo paso por el Gavia, posiblemente más conocido por muchos, fue el de 1988, bajo una impresionante tormenta de nieve. El holandés Johan Van der Velde pasó primero por la cima, pero en un estado lamentable. Tanto, que teniendo por delante únicamente 24 km de bajada, llegó a la meta a ¡47 minutos! del vencedor, Eric Breukink. Andy Hampsten llegó segundo y a la postre conseguiría el primer y único Giro para él y su país. Por ahí andaba también Perico Delgado, que acabó la etapa en una honrosa décima posición a 7 minutos, y cuya foto pedaleando con la “cresta” nevada está aún en muchas memorias. Delgado

Mortirolo, curva Pantani

a cruzar la frontera para dirigirnos a Prato allo Stelvio, punto de partida de los 25 km de ascensión con su desnivel de 1800 metros. La ruta del Stelvio fue construída en 1826, tras 5 años de intensos trabajos, y lo fue por consideraciones de carácter militar. Ese territorio era parte del imperio austriaco, y se trataba de construir una vía que permitiera acarrear material y víveres en caso de un conflicto bélico. No fue hasta el año 1953 cuando el Giro de Italia se atrevió a programarlo en una etapa que entró en la leyenda. El Stelvio era la última dificultad para el suizo Hugo Koblet, maglia rosa de la prueba. También era la última oportunidad para sus rivales, y en especial para Fausto Coppi, quien demarró a pie de puerto, hizo toda la subida en solitario y entró vencedor en la meta de Bormio consiguiendo así su quinto y último Giro, a la edad de 34 años. Una estela en su honor junto con un podio de madera lo recuerda en la cima. La foto suele ser obligada. La edición del año 1980 también propuso su escalada, y el mejor Bernard Hinault atacó al líder Panizza entre muros de nieve para conseguir su primera maglia y a la postre su primer Giro. Hinault

Izquierdaarriba:ÚltimoskilómetrosdelStelvioconlacarretraesculpida sobre la ladera de la montaña. Izquierda abajo: Passo di Falzarego Derecha arriba:Tre Cime di Lavaredo: ¡Impresionante! Derecha Abajo: pasando por el lago Misurina camino de Tre Cime di Lavaredo

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6ª Etapa: Y llegamos por fín a la última etapa de nuestro Girino, con quizás el puerto más espectacular del ciclismo: el Stelvio con sus 2758 metros de altura. La etapa comprendía primero la subida al Passo Umbrail, que viene a ser el Stelvio por la vertiente de Bormio, pero quitando los 3 últimos kilómetros. Tras un descenso por territorio suizo, con tramos sin asfaltar, volvíamos

Y así, con la escalada de los famosísimos 48 “tornanti” de este emblemático puerto, con una fabulosa climatología que parecía haber sido encargada, terminaba este espectacular “Girino”: 600 km (240 de ellos de subida), más de 15.000 metros de desnivel , 11 puertos por encima de 2000 metros, y ¡¡ninguna caída!! Vayan desde aquí nuestra admiración y agradecimiento a todos los participantes. pedalier 87


Stelvio El sueño cumplido

Por N.Arana

Y

o era futbolista. Con apenas ocho años de edad nos pasábamos horas pegando patadas al balón y la bicicleta la usábamos para hacer el “gamba”. La Bicicross era maltratada con alevosía lanzándonos escaleras abajo, dando saltos o intentando hacer caballitos. Mi contacto con el ciclismo se resumía a tardes de fiesta, cuando el profesor nos sacaba a la calle para aplaudir el paso de la Vuelta al Bidasoa de Aficionados. Nos acercábamos después a los finales de etapa para dar la paliza a los corredores hasta que, hartos de nuestros estirones al maillot, nos daban su bidón o su gorra. Poco a poco, mi afán por conseguir aquellos preciados tesoros se fue tornando en curiosidad cuando al llegar del cole, ponía la tele y veía las retransmisiones de las grandes carreras ciclistas. Me fui “enganchando” y fui contagiando mi nuevo descubrimiento a los amigos del barrio, con los que emulábamos a los que empezaban a ser nuestros ídolos. Yo siempre me pedía el Junco de Berriz, el gran Marino Lejarreta. La cuesta del parque, de apenas 200 metros, era para nosotros como el Stelvio y nos cronometrábamos tanto en subida como en bajada. Aquella rampa pronto dio paso a empresas más importantes, excursiones al monte San Marcial con la mochila a la espalda cargada con el bocata. El Stelvio, que seguía sonando en mi cabeza, ya parecía más cercano, después de ascender aquellos dos kilómetros que nos llevaban a la ermita del patrón del pueblo. Llegó el instituto y me convertí en el promotor oficial de las apuestas ciclistas. Así, toda la clase se ataba al sillón frente a la tele para ver cómo ganaba “su” ciclista y embolsarse los veinte durillos por la etapa. Ganar estaba bien, pero las imágenes de aquellos locos ciclistas serpenteando por las carreteras italianas y sufriendo bajo la nieve para alcanzar las metas dolomíticas era lo que a mí realmente me hacía disfrutar. Empecé a pegar menos patadas al balón y más a los pedales. La Bicicross ya había dejado paso a una mountain bike con la que fui descubriendo los puertos de la zona. Pero quería más. Con mi primera bici de carreras hice mi primera incursión al Pirineo. El Tourmalet. Otro puerto que sonaba con fuerza en mi cabeza. Las salidas al Pirineo empezaron a ser habituales. Pero

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quería más. Un viejo póster con la sucesión de 48 curvas hasta el cielo entre picos nevados, colgado en la puerta de mi habitación, Stilfserjoch – Passo Stelvio, era la diana imaginaria en la que tenía dirigido mi punto de mira. Los Alpes franceses cayeron por fin en verano del 2004, otro escalón hacia aquella imagen que no me quitaba de la cabeza. Sin duda era ya mi próximo objetivo. Verano del 2008. Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando cierro la puerta de casa. Me voy a Italia. Primero, los Dolomitas. Desde el precioso pueblo de Arabba empiezo a vivir el sueño que tanto tiempo ha estado creciendo en mi cabeza. El Stelvio está cerca, pero antes, pedaleo por los puertos escoltados por los inmensos macizos de La Marmolada y Sella, macizos de roca caliza que emergen verticales casi a pie de carretera. Pordoi, Fedaia, Sella, Campolongo, Gárdena, Giau, Falzarego… el temible Tre Cime Di Lavaredo… Ya en Bormio, aún me resisto ante el imán que ejerce sobre mí la cima de este tan ansiado puerto, Quiero que sea el punto final, la última cumbre. Antes, quiero rendir homenaje a Pantani y con su permiso, batirme por el estrecho asfalto de “su” Mortirolo. Otro gigante, el Gavia, me transporta de nuevo a Bormio. Tan sólo una noche me separa de ser parte del póster de mi habitación. Amanece. El Passo Umbrail es el aperitivo donde rozo con los dedos la cima del Stelvio. Por la vertiente suiza desciendo a Prato. Inspiro profundamente como queriendo quedarme para siempre con el aroma de ese momento. ¡Por fin! 48, 47, 46, 45… tornanti a tornanti, me dejo engullir por mis sentimientos. Me acuerdo ahora de aquel niño en Bicicross agarrando el maillot de los ciclistas de la Vuelta al Bidasoa…Sin aún saberlo, ya empezaba a tejer un sueño con un patrón de 48 curvas y que después de tantos años, hoy lo estaba terminando. Desde que era pequeño, desde que era futbolista, he oído siempre el dicho de que cuando realmente deseas algo con todas tus fuerzas, todo el universo conspira para hacerlo realidad, sólo tienes que quererlo con todo tú corazón. El universo está conmigo. El sueño se ha cumplido.

Arriba: Passo Sella Abajo de izquierda a derecha: Gavia. Monumento a Pantani subiendo el Mortirolo. Mortirolo. Gavia

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Dolomitas Arabba

Dolomitas Bormio

tre cime di lavadero auronzo passo dal fuorn

passo tre croci

passo di gardena

passodivalparola

passodicampolongo

passo di falzarego

passo di sella passo d´eira passo pordoi

passo di sta maria

passo di giau passodellostelvio

passo nigra passo di fedaia passodifoscagno forcellastaulanza passodicostalunga passo s. pellegrino

bormio 2000

passo cibiana passo del bernina

passodilavaze passo di valles

passo duran

passo di rolle passo di gavia

passo di cereda

L

as Dolomitas son en realidad parte de los Alpes, pero reciben este nombre por un geólogo francés de nombre Deodat de Dolomieu, quien estudió la composición de sus peculiares moles rocosas, allá por finales del siglo 18. Siendo estrictos, sólo la primera parte de nuestro viaje, con nuestra “base de operaciones” en Arabba, transcurrió por esa cadena montañosa, cuyo pico culminante es la Marmolada y sus imponentes 3.342 metros de altura. En el mapa adjunto se puede ver la cantidad de puertos duros y conocidos concentrados en muy poco espacio. Algo así como el número de bares de la parte vieja donostiarra. La segunda parte de nuestro viaje, con base en Bormio, no se debiera considerar territorio dolomítico, aunque por su proximidad que permite encadenar las etapas montañosas del Giro de Italia, así se haga. De hecho, los paisajes son típicamente alpinos. Aunque las dos zonas estén próximas (unos 100 km), un cambio de base de operaciones es muy aconsejable si se quieren subir varios puertos de ambas zonas. Otros puertos de renombre en el norte de Italia quedan fuera de estas dos zonas: Por una parte, aquellos próximos a la frontera con Francia, con alturas muy superiores a los 2000 metros y nombres tan evocadores como Agnello, Finestre o Fauniera. Y por otra parte, en la punta nordeste de la “bota”, a unos 70 km al este de Cortina D´Ampezzo, algo aislado, el Robinson Crusoe de los “puertacos”, el Zoncolan. Un “barrido” completo de todo ello no llevaría menos de dos semanas de cicloturismo. ¡Y menudas semanas! Un sueño más...

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PUERTOS ESCALADOS passodifoppa

PUERTOS NO ESCALADOS

passo del tonale

PUERTOS ESCALADOS PUERTOS NO ESCALADOS

Gavia

Passo Fedaia - Marmolada (desde Caprile) Passo Sella (desde Canazei) Passo Gardena Passo Campolongo (desde Corvara) Passo Pordoi (desde Arabba) Passo San Pellegrino (desde Cencenighe) Passo di Valles (desde Falcade Alto) Passo Rolle (desde cruce Ponte Rio Travignolo) Passo Cereda (desde Tonadico) Forcella Aurine Passo Falzarego (desde Caprile) Passo Tre Croci (desde Cortina) Tre Cime di Lavaredo Passo Giau (desde Cortina) Passo Gavia (desde Bormio) Bormio 2000 (desde Bormio) Mortirolo (desde Mazzo di Valltelina) Passo Gavia (desde Ponte di Legno) Passo dell´Umbrail (desde Bormio) Passo dello Stelvio (desde Prato allo Stelvio)

Distancia (km.) Desnivel (m.) Media % Altitud (m.) 13,5 1002 7,42 2057 11,4 758 6,6 2214 5,9 250 4,2 2121 6,15 307 5 1568 9,4 637 6,8 2239 18,2 1144 6,3 1918 7,3 638 8,7 2033 6,2 409 6,59 1973 7,91 639 8,07 1369 2,33 151 6,48 1299 20,46 1119 5,5 2117 8,1 575 7,1 1805 7,2 576 8 2333 14,6 1006 6,89 2236 25,6 1404 5,5 2621 9,85 735 7,5 1938 12,4 1300 10,5 1852 17,3 1363 7,9 2621 19 1276 6,7 2501 24,3 1808 7,4 2758

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Pordoi

ITALIA

Escenario inmortal

DOLOMITAS

ARABBA

PASSO PORDOI

Textos y altigrafías: Juanto Uribarri y Ander Guaza/APM. Fotos: A. Epelde

Hablar de este renombrado paso dolomítico es traer a la memoria las mil y una gestas que en sus rampas se han desarrollado en las numerosas ocasiones en que el Giro lo ha ascendido, siendo en muchas de ellas la Cima Coppi con sus 2239 m de altitud. Pero si alguna vez has acudido atraído por su imperecedera fama habrás podido comprobar “in situ” que el irresistible atractivo de este puerto no lo da sólo la Historia, sino su privilegiada ubicación en uno de los más bellos macizos montañosos del mundo, el Grupo del Sella.

Localización: Desde la localidad Arabba se atraviesa este puerto para acceder a Canazei por la ruta nacional Nº 48. Especificaciones: Carretera de unos 5 m, sin señalización horizontal, pero con buen asfalto. No hay sombras que protejan nuestro paso, si bien el tráfico tampoco es exagerado, salvo en días contados.

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Fuentes: No es fácil verlas en ningún puerto dolomítico: deberéis buscar el líquido elemento en Arabba o esperar a los bares del alto. Descripción: Decir Giro es decir Pordoi, sin duda uno de los pasos de montaña de mayor fama internacional. No es en absoluto una ascensión

de dureza impresionante, aunque bien es verdad que hemos visto muchos desfallecimientos en sus laderas, como consecuencia de la acumulación previa de puertos en esas terroríficas etapas dolomíticas. Pero no va a ser ése nuestro caso: nosotros hemos venido hasta este maravilloso rincón del norte de Italia para dejarnos cautivar por el grandioso espectáculo brindado por esas esbeltas y escarpadas peñas que conforman el incomparable Grupo del Sella. ¡Mira que hemos contemplado auténticas maravillas naturales en nuestros continuos viajes en busca de satisfacer nuestra cada vez más acentuada “locura de las cumbres”!... Pero si hay un paisaje que no podemos borrar de nuestra memoria en tantos años de cicloturismo de montaña ha sido este incomparable marco rocoso del que año tras año disfrutan miles de ciclistas en una de las reinas de las marchas del pedal en Europa: la Maratona dei Dolomiti. ¡Qué maravilloso espectáculo ver la serpiente multicolor que va dibujando el trazado del puerto en sus constantes herraduras! Poco más de 9 km al 7% de media, sin ninguna rampa que rompa el ritmo constante de esforzado pedaleo, no son cifras para asustar a nadie, ni mucho menos. Y precisamente de eso es de lo que se trata: de no asustarse y gozar sobre la bicicleta, imitando a los más grandes escaladores del ciclismo mundial que aquí han dirimido sus particulares batallas. No somos

ni Marino Lejarreta, Laurent Fignon, Charly Mottet o Franco Chioccioli, ni tampoco Claudio Chiapucci o Miguel Indurain, ni siquiera, ya en los 2000, los Chepe González o Pérez Cuapio, algunos de los que han coronado en cabeza la cima de este puerto. Pero sólo el recordar esos nombres míticos ya nos pone la carne de gallina cuando vayamos superando una a una sus más de 30 tornanti (herraduras) que le otorgan un especial encanto. El ir contando una a una todas ellas, mientras la perspectiva cambia continua y totalmente, es uno de esos pasatiempos que no olvidaremos en la vida: una, dos, tres, cuatro, y otra, y otra más, ¿cuántas llevaba?… Será difícil que extasiados ante tanta belleza no perdamos la cuenta. Y en lo más alto nos aguarda il campionissimo, el irrepetible Fausto Coppi, quien para la generación anterior a la nuestra era el no va más en la historia del ciclismo mundial. Salir en la foto junto al célebre monumento a su memoria nos hará recordar las condiciones en las que se subía hasta aquí arriba en aquellos años de la II Guerra Mundial cuando diversas batallas, estas sí bien cruentas, tuvieron como escenario las cumbres dolomíticas. Tantos años como Cima Coppi en el Giro, como el puerto más alto de tantas ediciones, le han conferido al Passo Pordoi una fama que no se asienta, como decimos, en la ascensión en sí, sino en dos de las más grandes atracciones del mundo: la Naturaleza y la Historia. pedalier 93


Passo Fedaia Marmolada Recta infernal

ITALIA DOLOMITAS CAPRILE PASSOFEDAIA-MARMOLADA Textos y altigrafías: Juanto Uribarri y Ander Guaza/APM. Fotos: A. Epelde

Todos los puertos de montaña tienen alguna característica que se nos queda grabada y nos hace recordarlos en el futuro: si no es así, el puerto no habrá merecido nuestro esfuerzo, grande o pequeño. Este Passo Fedaia, más conocido por la Marmolada en función de la señorial montaña que preside el entorno, ha vivido algunas de las más grandiosas escenas del deporte del pedal en esa “recta infernal” que desde Malga Ciapela quiere alcanzar cuanto antes el cielo. ¿No es la recta la distancia más corta entre dos puntos? Localización: Partimos de Caprile por la Nº 641 para dirigirnos a Canazei a través de este mítico puerto dolomítico. Especificaciones: Carretera ancha y con suelo de reciente factura, bien señalizada y con tránsito abundante. Conviene tener precaución en las diversas galerías, algunas con curvas, que se atraviesan en la mitad del puerto. Fuentes: No abundan en las montañas dolomíticas y, desde luego, no será por falta de agua en el entorno: quizás tengáis que echar mano al bolsillo

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en algún bar. Descripción: Por su estratégica situación en el Valle di Fassa, en los confines entre el Trentino y el Véneto, ha visto numerosas veces el paso de los corredores en el Giro. La grandiosa montaña de la Marmolada (3342 m), con varios picos por encima de los 3000 m, conserva en su interior el glaciar más extenso del macizo dolomítico, y en sus laderas se vieron violentos combates en la 1ª Guerra Mundial, pues por su cima pasaba la frontera austro-italiana. Y de aquellas batallas sangrientas se ha pasado a la incruenta que vivimos en la pasada primavera, cuando Sella y Riccò pusieron contra las cuerdas a nuestro Contador que, no sólo supo aguantar el

desafío de ambos escaladores transalpinos, sino que incluso logró vestirse la maglia en su cima. Ahora bien, para conseguirlo tuvo que sufrir…y de lo lindo, como cualquiera que se enfrente a la “Reina de las Dolomitas”. Todo puerto de más de 1000 m de desnivel ya entra en la categoría de especial y si para superar esa cifra sólo tienes 14 km, es que estamos hablando de un auténtico coloso. Y, lo que aún es peor, si el tramo más exigente de la subida se encuentra en la parte final, ya podemos empezar a hablar de una ascensión terrorífica…y lo es ciertamente. En cambio, cuando en su inicio se abandona plácidamente la bella localidad de Caprile y se atraviesa el torrente Cordevole para entrar en la hermana Saviner, las cosas parecen que no van a asustar a nadie. Enseguida, según quede a nuestra derecha el cruce hacia Arabba, nos damos cuenta de que más vale no confiarse y poner un ritmo reservón que nos deje fuerzas suficientes para ese temible tramo final. La primera rampa de dos cifras acaba de hacer su aparición y pronto se verá acompañada de otras incluso más fuertes al paso por Rocca Piétore. Un par de herraduras dan acceso a un nuevo trazado rectilíneo, con diversos núcleos de población que entretienen nuestra atención. Una magnífica exposición de aves de madera en Pian y una vaguada a la izquierda, nos sitúan de nuevo en el empeño de tener que vencer alguna otra herradura a medida que la pendiente va ganando en intensidad. Área Recreativa, bosque, viaducto, túnel, puente, galería,…son las siguientes referencias para llegar a Malga Ciapéla, localidad que ha acabado por ganarse merecida fama gracias a algún ingeniero sin demasiada inspiración: ¡mira que es difícil hacer carreteras rectas!

No es necesario comentar que a nadie nos gusta que el sufrimiento que nos aguarda se nos haga presente de sopetón y de un solo golpe de vista: ¡con lo bonitas que son las curvas para ponernos metas más cercanas y asequibles! Pero nada, que no hay otra opción si queremos salir vencedores de este monstruo: ¡a meter el desarrollo más pequeño del que dispongamos y a evitar mirar al frente! Si tenemos buen sentido del equilibrio, quizás podremos cerrar los ojos en esos más de tres mil eternos kilómetros en los que la rampa parece no descender nunca del 12% hasta llegar a una herradura derecha donde, por lo menos, podremos contemplar con estupor esa “recta infernal” que acabamos de superar. Lo que no disminuye, en cambio, es la exigencia del pedaleo mientras las herraduras se suceden y pasamos junto a un cartel del 15% que, como siempre, se queda corto. Y… a sufrir, de pie o a golpe de riñón, pero a sufrir hasta alcanzar con honor la cima de uno de los puertos más temidos de Europa. El panorama en lo alto -esa meseta de 2,5 km de largo en la que se ubica el precioso Lago Fedaia- nos devuelve al mundo real, si hemos conseguido llegar aquí arriba, al pie de la Reina. Como curiosidad, os diremos que el cartel de la cima indica los 2057 m que aparecen en todas las altimetrías al uso, pero aún nos falta un centenar de metros para acceder al túnel, donde nuestros altímetros dan la cota más alta. No vamos a discutir por 4 m pero parece que si no los superas no has vencido al monstruo. Y luego, eso sí, a relajar las piernas y la mente mientras pedaleamos con calma por las riberas del embalse. ¡Qué placer…de dioses!

pedalier 95


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